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MARX (1818-1883)
CONTEXTUALIZACIÓN
Marx nació en Renania (Alemania) en 1818 y estudió derecho en Bonn y Berlín
donde se asoció a los jóvenes hegelianos. En 1843 emigra a París, allí estudia a los
economistas liberales Adam Smith y David Ricardo. Conoce a Engels al que le unirá
una gran amistad y con el que colaborará en varias obras: “La sagrada familia” y “El
Manifiesto comunista”. Ambos son los organizadores de la primera Internacional.
Vive en Bruselas y después en Londres. En 1867 publicó el primer tomo de El Capital.
Murió en 1883 sin ver la publicación de los dos últimos tomos de la misma.
El siglo XIX es un siglo enormemente agitado, se le conoce como el siglo
de las revoluciones porque éstas fueron muchas e importantes (1820, 1830, 1848)
Las raíces de esta agitación se encuentran en las transformaciones económicas y
sociales que acarrea la revolución industrial. Ya en el siglo XVIII, hay un gran
crecimiento demográfico. Se necesita hierro y algodón para vestir a tanta gente. A
finales de este siglo y como consecuencia de la aplicación de la ciencia a la
producción de máquinas, se utiliza el carbón para calentar los altos hornos y para
transformar agua en gas lo que revoluciona el transporte y las comunicaciones. Se
produce la 1ª revolución industrial, en primer lugar en Inglaterra, y se va
extendiendo lentamente hasta el resto de los países europeos. A Alemania llega con
casi un siglo de retraso.
La 2ª revolución industrial se produce a finales del XIX, esta vez es la
electricidad la fuente de energía que se aplica para hacer máquinas más complejas
que van a hacer posible los procesos de fabricación a nivel industrial. Se impone el
Capitalismo. Este proceso lo lleva a cabo fundamentalmente la burguesía a costa de
los trabajadores. La burguesía es la clase más beneficiada por el capitalismo. Los
propietarios de las fábricas pagaban escuetos salarios a cambio de interminables
jornadas de trabajo a los obreros. La burguesía, que ya había arrebatado, en el siglo
anterior, con la caída del anciano régimen, el poder político a la aristocracia,
conquista en este siglo el poder económico a costa de la clase trabajadora. Surgen
de este modo dos clases bien diferenciadas: la capitalista y el proletariado, según la
terminología Marxista.
Desde el punto de vista político, el período que va desde 1800, en que
se inician las guerras napoleónicas, hasta 1914, que comienza la primera Guerra
Mundial, el viejo continente se ve sacudido de conflictos, revoluciones, violentos
enfrentamiento y guerras.
Surgen con fuerza, también, sentimientos nacionalistas que llevan a la
independencia de algunas colonias y a la desaparición del imperio turco. Pero a la
vez, en algunos países aparece el nacionalismo más conservador de la mano de
posiciones tradicionalistas, como intentos contrarrevolucionarios de restauración
del Antiguo Régimen. Se considera legítimo el régimen político y social que se apoya
sobre una larga tradición histórica. Pero en esta legitimación no sólo se apela a la
historia sino también a la tierra y a la raza. Pensadores como Marx, Engels y Bakunin,
vieron en el nacionalismo burgués un peligroso enemigo de los ideales comunistas
revolucionarios.
Los
burgueses
nacionalistas
llevan
a
cabo
una
instrumentalización ideológica y clasista de los sentimientos patrióticos
legítimos, para ocultar sus verdaderos intereses económicos y políticos.
Surge a partir de la divulgación de las ideas marxistas, una corriente que intenta
movilizar a los obreros de todo el mundo y se llegó a crear la Asociación
1
Internacional de Trabajadores en Londres en 1864. Pero La Internacional fracasó en
1872, demostrándose la dificultad de unificar la lucha obrera internacional.
El siglo XIX es también el siglo del LIBERALISMO, tanto económico
como de las ideas respecto a la sociedad. Destacan figuras como Tocqueville,
Geremy Bentham y John Stuart Mill.
 En su aspecto económico el liberalismo se opone al intervensionismo del
estado, propone el libre mercado que se rige por la ley de la oferta y la
demanda. Es el fundamento doctrinal del capitalismo.
 En su aspecto político se opone al despotismo y constituye el fundamento del
gobierno representativo y de la división de los poderes. Es la base del
Parlamentarismo.
 En cuanto a su vertiente de pensamiento, las ideas que predica son la
tolerancia y la búsqueda del bienestar social. Son las ideas en la que se funda
la sociedad del bienestar: la máxima felicidad para la mayoría de los
ciudadanos.
Su lema es la libertad, pero en realidad no se trata de una libertad para todos: la
burguesía se reserva el poder político por medio del censo, sólo tienen derecho a
voto los que alcanzan una determinada renta, con lo que se mantiene la
desigualdad social, no basada en el nacimiento, pero sí en el dinero y la
instrucción. Ello explica que el liberalismo sea, al mismo tiempo, una fuerza
subversiva, contra el antiguo Régimen y a la vez conservadora: no entrega el
poder al pueblo. El liberalismo es individualista, se opone a los fenómenos
asociativos. También es racionalista y se opone a los dogmatismos y a la
autoridad despótica.
Culturalmente el siglo XIX se caracteriza por una notable difusión de la
cultura a través de la lucha contra el analfabetismo, la obligatoriedad de la
enseñanza primaria y la multiplicación de los periódicos y revistas. Además, la
Universidad vuelve a ser el centro principal de la cultura, especialmente en Alemania
y Francia.
La corriente artística que atraviesa el siglo es el Romanticismo, que no
se reduce a ser un movimiento estético, sino que supone toda una concepción del
mundo. El triunfo del Romanticismo coincide con el recrudecimiento revolucionario
liberal y nacionalista. Las características más destacadas de esta corriente, desde su
influencia en la filosofía, son las siguientes:
- contra el racionalismo ilustrado se coloca lo irracional, como vía de acceso a la
realidad: el sentimiento, la intuición, la imaginación. De ahí una mayor
valoración de la religión. La Razón cambia su significado, ahora se trata de un
poder infinito, un Espíritu absoluto que rebasa los límites de la racionalidad
humana.
-
Contra la universalidad abstracta ilustrada, la individualidad. Se valora lo
concreto, lo popular, Es el triunfo del subjetivismo. Se valoran el individuo y la
nación como pueblo que se encarna en los individuos más destacados: hay un
culto al héroe.
-
La Naturaleza no es ya una máquina, un reloj, (mecanicismo) sino un todo
vivo y orgánico en devenir, la anima una fuerza vital, una voluntad de vida.
-
Contra la desvalorizacón ilustrada del pasado, la exaltación de la tradición y la
Historia, pasión por la Edad Media, y por Grecia, por todo lo primitivo y por las
raíces populares o nacionales.
2
-
Contra una concepción abstracta de la verdad, el concepto de la verdad como
creación humana.
Nietzsche es, en este sentido, un romántico. Amigo de grandes románticos, el más
destacados de los cuales fue el gran músico Wagner, por el que en su juventud
sentía una incondicional adoración.
El Romanticismo se agota en la segunda mitad del siglo y le sucede el
Positivismo, que pretende basarse en los hechos, en los fenómenos, en lo que
puede observarse y probarse. Se considera la ciencia como el único conocimiento
digno de tal nombre. Sólo la ciencia podría guiar al hombre. Filosóficamente
hablando el representante clásico del Positivismo es Comte, creador de la Sociología.
El Positivismo tiene en el arte su reflejo con el triunfo del realismo en autores como
Stendhal, Balzac, Dickens, Tolstoy, Dostoievski. Incluso podríamos encontrar su
influencia en los pintores del impresionimo francés, Manet, Renoir...
Es importante destacar en ciencia las teorías evolucionistas de Lamarck,
y sobre todo la teoría de Darwin y Walace.
FILOSOFÍA  FILOSOFÍA DE LA SOSPECHA
Desde el punto de vista del pensamiento el siglo XIX es el siglo de tres
grandes figuras con gran repercusión social: Freud, Marx y el propio Nietzsche.
Encarnan lo que se ha llamado la filosofía de la sospecha, porque los tres
entienden que los productos de la conciencia o de la razón, de lo más “limpio”
y “elevado” del ser humano no son más que una máscara que oculta algo
oscuro, más primitivo, instintivo e irracional. La armonía y perfección del
disfraz enmascara una realidad en lucha, en perpetua contradicción.
Las ideas centrales de estas filosofías son la idea de conflicto y la de progreso. No es
raro que todo se entienda en el s. XIX desde el esquema de la lucha si, como hemos
visto, es un siglo convulso atravesado por numerosas revoluciones y guerras.
Encontramos esta idea en la teoría de la evolución de las especies, y en la filosofía
hallamos su raíz filosófica en el concepto de Dialéctica de Hegel: el pensamiento, la
vida, todo proceso, parte de una tesis que es negada en su antítesis, contradicción
que se resuelve con la negación de ambas en su unificación en una síntesis
superadora. Esto es el progreso. El progreso nace de la lucha, de la oposición. Como
en la teoría de la Evolución, las especies mejor adaptadas sobreviven tras la lucha
por la vida. Quedan los mejores. La idea de progreso también se halla en la
concepción de Comte, que se refiere al progreso de la Humanidad, cuya historia
sigue diferentes etapas: mítica o religiosa, metafísica y científica, esta última supone
el estadio superador de los restantes y al que todo pueblo ha de llegar.
El pensamiento de Freud, Marx y Nietzsche recogen este espíritu:
Según Freud el ser humano se compone de varias estructuras regidas
por principios diferentes: el yo se guía por el principio de realidad, pero la parte
dinámica, que motiva y da energía a todas nuestras acciones es el ello, que encierra
los instintos heredados, que pugnan por imponerse y ser satisfechos de manera
inmediata., se rige por el principio de placer. Pero ahí está el Super-Yo, los ideales
morales y sociales interiorizados, imponiendo una censura, un veto represor. La
salud individual y también social reside en lograr dar una canalización aceptable a los
deseos y armonizar las tres tendencias en conflicto. El arte, la religión, la filosofía, la
ciencia no son más que la sublimación de los deseos inconscientes,
fundamentalmente la expresión metamorfoseada de la energía sexual o libido.
3
Marx habla de la religión, el arte, la filosofía, como la superestructura
ideológica, el cascarón que envuelve y mantiene el núcleo caliente de la injusticia de
la división en clases que se hallan en perpetuo conflicto: la de los poseedores y la de
los desposeídos, los capitalistas y los trabajadores, los dominantes y los dominados.
Si se quiere acabar con la farsa de la religión y la filosofía ha de acabarse con la
injusticia que aquéllas tapan y disfrazan.
Nietzsche, como se verá, critica del mismo modo la filosofía que crea mundos
perfectos y estáticos supuestamente por exigencias racionales de encontrar la
verdad, ocultando el verdadero motivo de esta creación: la necesidad de los débiles
de seguridad para poder vivir que no es más que una manifestación de la voluntad
de poder reactiva.
Marx recibe influencias fundamentalmente del idealismo de Hegel a través de
la izquierda hegeliana, sobre todo de Feuerbach. Los conceptos de alienación,
dialéctica y la concepción de la historia como un proceso dialéctico encuentran su
origen en Hegel, pero vistos a través del materialismo, ateísmo y la antropología de
Feuerbach. Conoce también el socialismo utópico de autores como Robert Owen en
Inglaterra y Saint-Simon, Fourier, Proudhon en Franica, quienes reclamaban
reformas sociales que terminaran con la explotación de la clase obrera y las
injusticias sociales. Marx los calificó de utópicos por la ingenuidad de sus propuestas
–pues consideraban que no era necesaria una revolución- y por carecer de base
científica.
El marxismo ha ejercido una influencia decisiva en los cambios políticos y
culturales que se han producido en el siglo XX. Por una parte, se presenta como una
explicación económica y sociológica de la sociedad capitalista, y como una teoría de
la historia que pretende ser científica. Por otra parte, es una práctica revolucionaria
que intenta transformar la realidad económica, política y social mediante una teoría
de la naturaleza (materialismo dialéctico) y una teoría de la historia (materialismo
histórico). También es una crítica a la filosofía anterior, sobre todo su obra “Tesis
sobre Feuerbach”: la filosofía tiene que bajar de las ideas al mundo real y ayudar a
cambiarlo.
1.- ANTECEDENTES: HEGEL Y FEUERBACH
De Hegel toma Marx dos conceptos fundamentales, tanto en la filosofía
hegeliana como en la suya: DIALÉCTICA Y ALIENACIÓN, aunque cambiará el
sujeto de las mismas, de la Idea o pensamiento al hombre real de carne y hueso, la
naturaleza material y la historia.
Hegel mantiene que la realidad en su totalidad es un sistema en que cada
elemento carece de sentido por sí mismo, es y se define en las relaciones que
establece con los otros elementos y con el todo. Este sistema completo es, en sí,
Razón, Idea, Pensamiento, que está vivo, desarrollándose a sí mismo. El desarrollo y
despliegue de la Idea, su vida, es la DIALÉCTICA, la realidad se mueve por negación
y contradicción, pero no una negación que lleve continuamente de un contrario a
otro, sino que cada momento tiene su sentido, y unos suponen la superación de los
anteriores, por lo que la dialéctica lleva implícito un progreso. Uno de los momentos
fundamentales de la dialéctica es la ALIENACIÓN. La estructura formal de la
dialéctica tendría tres momentos:
 Tesis o memento del en-sí: Pensamiento puramente formal, momento de la
Idea pensándose a sí misma.
 Antítesis o momento de la alienación: el Absoluto o Idea se aliena de sí por
medio de su negación y se convierte en lo otro que llevaba en su seno, pues
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todo lleva en sí su contrario. (Momento donde el Absoluto se convierte en
Naturaleza, materia: todo es una manifestación de la Idea)
 Síntesis o superación: se restablece el principio, pero superándolo.
(Espíritu)( S es S, S es P, P es no-S, S es S y no-S)
La alienación es, pues, un momento necesario del proceso que es la realidad,
pero además es sólo un momento que está destinado a ser superado por la misma
dinámica de la realidad, con lo que, en rigor, es sólo aparente.
La realidad es razón que se despliega según su propia dinámica, por tanto, “todo
lo racional es real y todo lo real es racional”. Luego todo lo que ocurre es como debe
ser, nada se puede cambiar, todo está justificado.
Marx criticará este “conformismo reaccionario” que lleva al inmovilismo ante
las injusticias. Lo primario, dice él, no es el Espíritu sino la naturaleza con la que el
hombre entra en relación para ser, el hombre es un ser natural e histórico, no es una
forma del pensamiento. La filosofía no puede tener una función meramente teórica
sino que ha ser una herramienta transformadora de la realidad y un arma contra las
injusticias sociales.
FEUERBACH da un giro a la teoría hegeliana hacia el humanismo: el hombre
no puede ser un momento del Absoluto, no es meramente pensamiento, sino un ser
real que se halla dentro de una naturaleza material: lo real es la materia, no el
pensamiento, el pensamiento deriva de la materia y no al revés. Da un giro
antropológico al concepto de alienación, considera que no es un momento necesario
sino un modo de ser del hombre en el que éste se niega o se desconoce a sí mismo,
y cuya superación es una tarea que sólo al hombre corresponde. Sobre todo hace
hincapié en la alienación religiosa: la religión – él se centra en la cristiana- es
alienación porque el hombre se extraña a sí mismo, se desconoce, se anula. Es el
hombre quien crea a Dios y no Dios al hombre. Lo crea porque se siente desvalido,
asustado e insatisfecho ante la realidad y crea la idea de un ser superior que le dé
seguridad, protección y la esperanza de satisfacer sus necesidades o deseos, si no
puede ser en esta vida, en una vida futura. El mecanismo que el hombre sigue para
crear a Dios es formarlo a “imagen y semejanza suya”. Toma todos los atributos
positivos que se encierran en su esencia –razón, voluntad, amor- y los eleva a un
plano trascendente. Crea, así, el concepto de dios como Razón, Voluntad y Amor
infinitos. De este modo Dios no es más que la esencia del hombre proyectada al
infinito. Una vez creado dios, el hombre lo adora, pero no como a sí mismo, sino
como a un ser distinto, más grande y poderoso que él. En esta escisión o
desdoblamiento está la alienación: el hombre separa de sí mismo algo que le
pertenece poniéndolo en otro sujeto, Dios. El hombre ha alienado su propia esencia y
la adora como si fuera un ser extraño a Él. Así, se desconoce a sí mismo, no sabe
ver que Dios no es más que su Yo alienado. “Para enriquecer a Dios –dice
Feuerbach- el hombre tiene que empobrecerse. A fin de que Dios lo sea todo, el
hombre debe ser nada”.
El hombre superará esta alienación una vez que comprenda que Dios no es
más que el nombre de su propia esencia idealizada, la imagen de lo que él desearía
ser. Propone, pues, que no se haga teología sino antropología.
Marx acepta de Feuerbach el giro antropológico del concepto de alienación y la
concepción del hombre y la naturaleza como seres reales y sensibles. Pero le critica
el seguir manteniendo la existencia de una esencia fija e inmutable cuando en
verdad no tiene ninguna esencia, sino historia. Además ve en su antropología una
mundanización de la religión, no su erradicación.
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2.-EL SER DEL HOMBRE Y EL HUMANISMO
1.- El hombre es un ser natural humano:
a) En cuanto ser natural el hombre está dotado de fuerzas naturales, capacidades,
para actuar (es de naturaleza activa). Pero también es pasivo en el doble sentido de
que tiene necesidades y de que en cuanto ser corpóreo y sensible está referido a los
objetos y él mismo es un objeto para cualquier otro ser.
b) En cuanto humano, el hombre no es mera naturaleza, no es una esencia natural
fija, sino que tiene que hacerse en su ser, se tiene que hacer hombre
progresivamente, por ello se dice que el hombre no tiene naturaleza, sino historia. El
hombre se hace a sí mismo en su relación con la naturaleza y a partir de ella. De
modo que el hombre no es un ser natural como los demás, fijo y determinado, sino
que a partir de su ser natural crea su “humanidad” en la historia, por ello dice Marx:
“en la historia se lleva a cabo la transformación de la naturaleza en hombre”.
2.- El trabajo constituye la esencia del hombre: El hombre llega a serlo
desarrollando sus capacidades al satisfacer lo que su naturaleza necesita. Esto lo
hace mediante el trabajo, que él entiende como la relación práctico-productiva del
hombre con la naturaleza, la praxis. Esta es la principal diferencia entre el ser
humano y los animales y, por tanto, lo que humaniza a los humanos. Con la praxis el
hombre se abre al mundo, se relaciona con él, desarrolla su ser en la historia y a
partir de la praxis se configura toda la vida social.
3.- El hombre es un animal social y que se constituye en la sociedad, es un
producto de la sociedad en la que vive. “La esencia humana es, en su realidad, el
conjunto de las relaciones sociales”.
En consecuencia: como se ha dicho, el hombre desarrolla su ser y su
humanidad en la historia. La historia no es más que las distintas formas de
relación práctico-productiva con la naturaleza y los otros hombres. Por tanto, para
que tal desarrollo sea pleno, el trabajo y las relaciones humanas han de contribuir al
fomento de todas sus capacidades, de este modo conservará las cualidades que le
caracterizan: dignidad, libertad y racionalidad.
Pero en la sociedad capitalista el trabajo y las relaciones sociales empobrecen
al hombre y su situación en tal sociedad es una situación alienada. Es precisa, pues,
una crítica o clarificación de la misma para una vez que se ha tomado conciencia de
ella cambiarla y sustituirla por otra enriquecedora para el hombre. Por esto puede
considerarse la teoría de Marx como un Humanismo, porque pretende un desarrollo
pleno y un enriquecimiento del hombre como ser humano.
3.-EL MATERIALISMO DIALECTICO (TEORÍA DE MARX Y ENGELS)
Posición filosófica que desarrolla Engels y se atribuye también a Marx, si bien
este está más interesado en los aspectos sociales que en los Metafísicos.
1.- El materialismo dialéctico se opone al idealismo hegeliano:
Considera que no existe más realidad fundamental que la materia.
¿Cómo se concibe la materia?
 No es sólo un objeto o un tipo de objetos, no sólo un conjunto de
fenómenos, es toda la realidad objetiva. Afanasiev explicando el
concepto de materia en Marx dice: "...Tal concepción de la materia
tiene profundo sentido ateísta, socava en sus raíces la invención
religiosa de Dios como el creador. Efectivamente, si la materia es
primaria y eterna no se puede crear ni destruir, es la causa interna final
de todo lo existente. En el mundo, en el que la materia es la causa
6

primaria, el origen de todo, no queda lugar ni para Dios ni para fuerzas
sobrenaturales algunas". No hay nada fuera de la materia.
Pero la materia no es una realidad inerte, sino dinámica, que contiene
en sí la capacidad de su propio movimiento, como resultado de la lucha
de los elementos contrarios. Es decir, la contradicción sigue siendo la
esencia de la realidad, como lo era para Hegel, y se expresa en el
movimiento dialéctico.
Así, el movimiento hegeliano de la idea a la materia y a su superación, queda
invertido, según la famosa frase de Marx, pasando a convertirse en un
movimiento que va de la cosa a la idea y a su futura reconciliación. Todo el
bagaje conceptual de la dialéctica hegeliana es conservado por el materialismo
dialéctico, pero orientado ahora en la dirección opuesta, la dialéctica no es la
vida de la idea, sino de la materia.
2.- El materialismo dialéctico también se opone a cualquier concepción mecanicista y
atomista de la naturaleza, es decir, no finalista. Las causas que mueven la
Naturaleza y la Historia no son causas mecánicas y lineales sino movimientos
complejos y dialécticos.
Las leyes según las cuales la materia se mueve y se transforma son leyes dialécticas.
3.- Relación de la materia y la conciencia: La conciencia es necesariamente un
producto, una manifestación, de la materia, inseparable de ella (Y no al revés, como
pensaba Hegel). Como tal, representa la capacidad que tiene el ser humano de
conocer, pero también de amar y de decidir libremente (voluntad).
Existen cuatro formas o tipos de conciencia:
 La conciencia de sí, por la que accedemos al conocimiento de nuestro propio
ser

La conciencia psicológica, por la que conocemos nuestra propia identidad y la
diferenciamos de la de los demás y de las otras cosas

La conciencia de clase, por la que accedemos al conocimiento de los intereses
del grupo social al que pertenecemos
La conciencia social, que se forma en las sociedades humanas como una
especie de trasfondo ideológico, por el que asumimos creencias y costumbres
al margen de toda consideración crítica.
Marx aplica esta teoría general de la realidad a la comprensión del hombre y la
Historia. Considera que no hay realidades trascendentes, que lo único que existe
es el hombre y la naturaleza en una relación dialéctica, no son algo dado de un
modo inmediato ni realidades acabadas en sí mismas, el uno determina al otro en
su ser: LA REALIDAD ES LA RELACIÓN PRÁCTICO-PRODUCTIVA DEL HOMBRE CON
LA NATURALEZA.
- El hombre es un ser indigente, un ser de necesidades, que sólo puede
satisfacer la naturaleza. Pero esta satisfacción no es inmediata, se requiere
una actividad por parte del hombre: una relación productiva, el trabajo, a
través del cual el hombre transforma los objetos naturales en productos
humanos. (distintos pasos: sacarlo de su lugar natural, usarlo para obtener
otros productos –herramientas o instrumentos de trabajo- transformar el
objeto en producto) A través de esta relación del hombre con la naturaleza se
establecen las relaciones entre los hombres: familia, comunidad etc.
- La naturaleza física en sí, tomada abstractamente, en verdad no es nada para
el hombre ni interviene en su vida real. Sólo se convierte en algo con sentido
para él cuando entra en relación con ella, es decir, en la medida en que es
transformada por la actividad humana social.
El materialismo dialéctico aplicado a la esfera humana consiste, como se acaba de
ver, en considerar la realidad como el proceso real de producción, es decir,
como trabajo o acción práctico-productiva del hombre en y con la naturaleza.
7
4.-EL MATERIALISMO HISTÓRICO
Es un intento de explicar la historia mediante factores básicamente materiales,
principalmente económicos. Marx pretende responder desde esta perspectiva a una
doble cuestión: qué es la historia y cuál es su motor.
Al concebir la realidad como la relación productiva del hombre con la
naturaleza, puesto que dicha relación cambia a lo largo del tiempo, se ha de
establecer que dicha relación es el sujeto de la historia y de ahí se sigue que la
Historia se definirá como la sucesión de los distintos modos de producción a lo
largo del tiempo y que el motor de la Historia no son las ideas, ni los héroes, ni
los buenos o malos gobernantes, sino el conflicto o la lucha entre las clases que
se generan por los diferentes modos de producción.
Es, por tanto, la economía, esto es, la manera de producir lo que el hombre
“necesita”, la base de los modos de relación social, de las leyes, de la organización
política e incluso de las formas de conciencia que la sociedad tiene de sí misma: sus
creencias y valores, su arte, su religión, su ciencia, su filosofía.
Toda sociedad presenta, según Marx, 3 niveles o estructuras:
1.- Infraestructura económica
2.- Estructura político-jurídica
3.- Superestructura ideológica
La infraestructura económica la componen tanto las fuerzas productivas como las
relaciones de producción:
- Las fuerzas productivas las constituyen todo aquello con lo que se cuenta para
producir: tierra, recursos naturales, utensilios y el propio trabajo humano, los
conocimientos y habilidades de los hombres:
- Las relaciones de producción son las que se establecen entre los hombres
determinadas por la actividad productiva. Estas relaciones –en el sistema
capitalista- engendran dos clases sociales: la de aquellos que poseen los
medios de producción y la de los que sólo poseen su fuerza de trabajo.
La estructura política la forman el orden jurídico (leyes e instituciones) y político
(organización política, Estado)
La superestructura incluye las creencias, valores y justificaciones de ese orden
social. Son todos los productos de la conciencia humana que se crean para dar una
explicación y un sentido a su mundo, su existencia y su situación: la filosofía, la
religión, el arte, la ciencia etc.
A la totalidad social, esto es, al conjunto de todos los niveles sociales, se le
denomina MODO DE PRODUCCIÓN.
Aclarados todos estos conceptos, se pueden entender las
fundamentales del materialismo histórico:
dos
tesis
1.- La infraestructura económica condiciona la sobreestructura política e
ideológica, pero dialécticamente, esto es, la infraestructura no causa mecánica y
determinísticamente la superestructura, sino que entre ambas se da una relación
dialéctica, de mutua determinación. Así, una estructura económica concreta, conduce
a unos modos de relación social, organización política y conciencia social de una
colectividad. Y, a la vez, esta conciencia social o ideología justifica ese orden social y
ayuda, de este modo, a mantenerlo, o puede (en el caso de que se descubra una
contradicción en la base, es decir, que esta es injusta) que al tomar conciencia de
esto, sirva para llegar a cambiarlo. De ahí que la filosofía pueda arrogarse una
capacidad transformadora de la realidad.
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2.- El motor de la historia es la contradicción entre fuerzas productivas y
relaciones de producción o, lo que es lo mismo, la lucha de clases.
El paso de un modo de producción a otro, lo que constituirá la marcha de la
historia, se produce según la dinámica de la dialéctica: tesis, negación, superación:
Un modo de producción (tesis) por sus propias contradicciones entre las fuerzas
productivas y las relaciones de producción, genera su oposición (antítesis) pues
pueden avanzar más esas fuerzas productivas, y de esta tensión surge un nuevo
modo de producción (síntesis) que encierra al primero, pero lo supera.
Esta teoría de la historia tiene la pretensión de ser una ciencia y, como tal, un
instrumento para descubrir las leyes por las que se rigen los cambios sociales, pero
también para poder llevar a cabo ciertas predicciones sobre el futuro de la historia.
El análisis marxista descubre los diversos modos de producción históricos: la
forma comunitaria de propiedad en la que se basaban las sociedades primitivas, el
sometimiento del esclavo al señor en las sociedades esclavistas o del siervo al señor
en las sociedades feudales y, finalmente, el sistema capitalista basado en la
propiedad privada de los medios de producción en manos de los burgueses
capitalistas y la explotación del proletariado. El capitalismo por su propio desarrollo,
llevará a su antítesis y la superación llevará al comunismo.
5.- LA TEORÍA DE LA ALIENACIÓN
Alineación significa dar una parte que te pertenece, expropiarte o perder algo
de ti. El primer uso que se hizo del término fue jurídico-social y lo utilizaban los
filósofos de la Ilustración en el sentido de dar parte de tu libertad a la sociedad.
Posteriormente se le ha dado diferentes usos en economía, religión, filosofía etc., en
todos conserva ese significado originario de extrañamiento o enajenación.
Marx toma el concepto de alienación de Hegel pero considera, contra éste,
que la alienación no es un proceso necesario sino que tiene su raíz en unas
determinadas relaciones sociales y económicas en un sistema de producción
determinado: el sistema capitalista. En este sistema de producción el hombre está
alienado porque se invierten todas las relaciones entre él y la naturaleza:
Como se ha dicho, el hombre es un ser práctico que necesita trabajar para satisfacer
sus necesidades, pero ese trabajo ha de ser constructivo y enriquecedor para el
hombre, le ha de permitir desarrollar sus capacidades y ejercer su humanidad. Para
esto los medios de producción no han de estar usurpados por unos pocos, y siempre
se ha de tener en cuenta que el producto del trabajo es secundario, lo primario es el
hombre.
En el sistema de producción capitalista se invierten los términos de estas
relaciones, por lo que en él la situación del hombre es una vida alienada en todos los
niveles: económico, social, político e ideológico:
 Alienación económica
Marx trata este tema en varias de sus obras, en primer lugar y
fundamentalmente en su obra de juventud “Los manuscritos económico-filosóficos”,
pero posteriormente también en su obra de madurez “El Capital”, donde aparece
este como fetichismo de la mercancía.
En “Los manuscritos” Marx expone la teoría del trabajo alienado. Considera que la
alienación del trabajo no es común a todas las épocas históricas, sino que ésta
encuentra su génesis en tres condiciones: la división del trabajo, la propiedad
privada y la producción mercantil.
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Esta alienación abarca todo el ser del hombre porque se expresa en cuatro
relaciones que constituyen toda la existencia humana: La relación con su actividad
productiva, con el producto, con los otros hombres y con toda la especie humana:
o Alienación del trabajo o actividad productiva: El trabajo debería ser, según
Marx, la actividad donde funcionaran conjuntamente todas las capacidades
humanas para transformar la naturaleza con el fin de desarrollar estas
capacidades y, por tanto, realizarse como hombre y enriquecerse como tal.
En el capitalismo todas estas cualidades del trabajo quedan negadas y, por
tanto, es una alienación porque debido a la división del trabajo éste no
puede ser desarrollar todas las capacidades sino que se ve obligado a usar
unas limitadas y, por tanto, al trabajar no se enriquece sino que se limita.
Además puesto que ha vendido su fuerzo de trabajo, esta no le pertenece a
él sino al capitalista, él no decide cuándo y cómo trabajar, el trabajo se
convierte, así, en una mortificación del cuerpo y un modo de arruinar el
alma. Pasa de ser algo natural a ser algo forzoso y, como tal, un tormento.
Por último, el trabajo produce una inversión de las funciones humanas y
animales: las horas de trabajo, que deberían ser las propiamente humanas
son un tormento para el hombre que sólo disfruta con las actividades que
comparte con los animales: comida, sexo, descanso etc.
o Alienación del producto: El trabajo implica necesariamente producir un
objeto, pero en el capitalismo este objeto se convierte en lo único
importante y aparece como algo ajeno al trabajador –aunque él lo produce
no es suyo y no puede usarlo-, y como un poder que se le enfrenta, pues
en la relación trabajador-objeto, se da un enriquecimiento del objeto y un
empobrecimiento del trabajador. Son los productos los que tienen la
prioridad y controlan la actividad del trabajador y no al revés. El producto
se pone como fin y el hombre como medio, lo que implica una inversión de
la relación real.
o Alienación con los otros hombres y con toda la especie: pues las relaciones
humanas están
mediatizadas por los productos y, en este sentido,
cosificadas. En esta forma de trabajar y relacionarse los seres humanos no
desarrollan sus capacidades propias, más bien se empobrecen y
embrutecen.
En “El Capital” al producto se le llama mercancía y Marx elabora la teoría del
“Fetichismo de la mercancía” y la plusvalía.
Mercancía es cualquier realidad que sirve para satisfacer una necesidad
humana y que se ha producido, no para el consumo propio, sino para ser cambiada.
Toda mercancía tiene dos tipos de valor:
o Valor de uso: es el conjunto de cualidades que posee un objeto y que lo
hacen apto para satisfacer una necesidad humana directa o
indirectamente.
o Valor de cambio: es la cualidad que tienen las mercancías que permite
que sean cambiadas por otras en el mercado.
El valor de cambio se presenta como un valor puramente cuantitativo en el
que se cambian distintos valores de uso. Para que cosas con valor de uso
distinto se puedan intercambiar en el mercado y, por tanto tengan el mismo
valor de cambio es necesario prescindir de sus cualidades sensibles concretas
(Por ej al cambiar cebada por acero no se tienen que tomar en consideración
sus características sensibles), se ha de prescindir del tipo de trabajo específico
que se requiere para producirlas (agrícola o metalúrgico),
Así como de las diferencias de los trabajadores que han hecho el trabajo. ¿Qué
tienen entonces, en común? ¿Por qué podemos intercambiarlos? El ser
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producto del trabajo social humano: cantidad de horas de trabajo socialmente
necesarias para producirlo, expresado en dinero.
Las mercancías, una vez producidas por los trabajadores, dejan de
pertenecerlos, y pasan a ser cambiadas según unas normas que el trabajador
no puede controlar (las del mercado). Si el trabajador quiere usar estas
mercancías ha de comprarlas y someterse a sus leyes. De modo que son las
mercancías las que controlan las relaciones de los hombres entre sí, y no los
hombres los que se sirven de las mercancías.
Por otra parte, el trabajo mismo se trata como una mercancía. Según la teoría
económica burguesa de Adam Smith y David Ricardo, el capitalista obtenía el
beneficio como consecuencia de la circulación de las mercancías, jugando con
la estimación de las mismas. Pero, si todo intercambio se hace entre
mercancías equivalentes ¿Dónde estaría el beneficio?
Marx cree hallar esto en la plusvalía: el capitalista compra el trabajo por un
valor determinado que es menor que el valor de cambio que pueda producir.
El capitalista compra una mercancía, el trabajo del obrero, por X, pero le hace
trabajar hasta que su rendimiento ha sido X+Y, Y es la plusvalía. Plusvalía es
la diferencia que existe entre la valoración que el capitalista hace de la fuerza
de trabajo y el valor que ésta crea en el tiempo que se dedica a trabajar.
El trabajador es tratado, pues, como una mercancía, como una cosa. Hay una
reificación del hombre.

Alienación social: Al dividirse la sociedad en clases, se produce una relación
de dominancia política e ideológica, no sólo económica, de la clase capitalista
sobre la del proletariado, por lo que pasan a ser la clase dominante y la clase
dominada, clase explotadora y clase explotada.
 Alienación política: Al darse la división entre sociedad civil y Estado, éste
aparece como el opresor y el que tiene los mecanismos para mantener el
orden establecido (“status quo”)
Alienación ideológica:
En cada fase de la historia, la clase dominante se sirve de la
superestructura para mantener su dominio, no sólo del Estado y las leyes, sino
sobre todo de la filosofía, la religión el arte, la moral, que son el reflejo de los
intereses de la clase dominante. Es decir, hace que impere su ideología.
¿Qué es la ideología? Ideología, en su acepción primera significa
representación que el hombre tiene de sí mismo y de su situación en la naturaleza y
la sociedad. En este sentido la ideología es necesaria. Pero Marx utiliza el término en
un sentido restringido, pues considera que tales representaciones pueden ser
verdaderas o falsas. Para él la ideología es “una representación falseada y
falsificadora de la realidad y de las condiciones en que se desarrolla la vida de los
hombres”. Así, los contenidos ideológicos de la conciencia (religión, moral, filosofía
etc.) deforman y falsean la situación real del hombre en esa sociedad y esto con el
fin de ocultar, desfigurar, sublimar una situación real de opresión, injusticia y
alienación de los hombres.

Alienación religiosa: la religión no le es esencial al hombre, no es algo
constitutivo del ser humano, sino un producto que él ha creado movido por su
propia miseria y por las condiciones en las que vive: En este mundo existe la
desigualdad entre los hombres y mientras la minoría tiene acceso a la riqueza,
la cultura, el poder, la mayoría, los desposeídos, han de vender su fuerza de
trabajo, tienen jornadas largas y agotadoras y les resulta difícil acceder a
otras esferas. ¿Cómo conformarse con esta situación? Se hace soportable
justificándola en un mundo trascendente: las cosas son así porque Dios lo ha
querido, y así tienen que ser. Es preciso resignarse. Aceptar el sufrimiento es
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una virtud. Después de la muerte, en el otro mundo, llegará la justicia y la
felicidad que no se han encontrado en este.
La miseria religiosa es, de una parte, la expresión de la miseria real, y, de otra
parte, la protesta contra la miseria real. Es el estado de ánimo de un mundo
sin corazón, porque es el espíritu de los estados de cosas carentes de espíritu
La religión es, entonces, “el suspiro de la criatura agobiada” y este suspiro es
adormecedor, nubla la conciencia ante la situación real, y proyecta al hombre
a un mundo ficticio. Por eso la religión es, según Marx, “el opio del pueblo” y
por eso mismo la religión es alienante para el hombre, porque lo proyecta
fuera del mundo real hacia una ilusión.
La superación de la religión como la dicha ilusoria del pueblo es la
exigencia de su dicha real. La religión acabará cuando cambien las condiciones
materiales de vida, cuando se busque la justicia y la dicha en este mundo. “Se
superará la ilusión de la religión cuando se acabe con al situación que necesita de
ilusiones”- La crítica de la religión es, por tanto, en germen, la crítica del valle de
lágrimas que la religión rodea de un halo de santidad... La crítica no arranca de las
cadenas las flores imaginarias para que el hombre soporte las sombrías y escuetas
cadenas, sino para que se las sacuda y puedan brotar las flores vivas. La crítica de la
religión desengaña al hombre para que piense, para que actúe y organice su realidad
como un hombre desengañado y que ha entrado en razón, para que gire en torno a
sí mismo y a su sol real. La religión es solamente el sol ilusorio que gira en torno al
hombre mientras éste no gira en torno a sí mismo.
La misión de la historia consiste, pues, una vez que ha desaparecido el más
allá de la verdad, en averiguar la verdad del más acá. Y, en primer lugar, la misión
de la filosofía, que se halla al servicio de la historia, consiste, una vez que se ha
desenmascarado la forma de santidad de la auto-enajenación humana, en
desenmascarar la auto-enajenación en sus formas no santas. La crítica del cielo se
convierte en crítica de la tierra; con ello, la crítica de la religión, en la crítica del
derecho; la crítica de la teología, en la crítica de la política.» (MARX, K.: Crítica de la
filosofía del derecho de Hegel, Grijalbo. México, 1962, pp. 21-22.)
Alienación filosófica: La filosofía tal como se ha entendido hasta ahora ha
supuesto una alienación, pues sólo se ha dedicado a explicar teóricamente la
realidad sin intentar intervenir en ella y cambiarla. Además la interpreta
falsamente, pues crea un mundo de valores trascendente, que no existe.
Según Marx, la filosofía sólo tiene valor si no es sólo teoría, si además y, sobre
todo, es praxis y, como al, un instrumento de transformación y cambio del mundo
al servicio de la justicia y la libertad. “Los filósofos se han limitado a interpretar el
mundo, lo que hay que hacer es transformarlo”.
o
6.- LA SUPERACIÓN DE LA ALIENACIÓN
El primer paso para la superación de la alienación es la toma de conciencia de
la situación alienada. Es tarea ineludible del filósofo una crítica racional de la
conciencia ideológica y de la situación alienada del hombre. Pero tal crítica no puede
reducirse a una crítica teórica, ha de ser práctica: una vez que se toma conciencia de
la realidad se tiene que actuar sobre ella para cambiarla. Esto es posible porque
entre infraestructura y superestructura se da una relación dialéctica.
Cuando los propios trabajadores se tornen conscientes de la situación
alienante en la que se hallan, llevarán a cabo la revolución socialista, encaminada a
acabar con la propiedad privada y, por tanto, con toda desigualdad.
Vendrá a continuación una etapa en la que el proletariado tendrá que erigirse
en clase dirigente y ejercer una dictadura sobre todo el cuerpo social para borrar
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todas las huellas del sistema capitalista. La dictadura del proletariado tiene una triple
misión: desarrollar la industria, acabar con todo privilegio, educar a las masas.
Después vendrá la fase socialista en la que el lema regulador será “de cada
uno según su capacidad, a cada uno según su rendimiento”. En esta fase el Estado
se hace dueño de los medios de producción y se van eliminando progresivamente las
diferencias de clase.
Al final de este proceso se alcanzará la SOCIEDAD COMUNISTA, en la cual:
o No habrá amos ni esclavos, se acabará definitivamente con las
diferencias de clases y los individuos no habrán de someterse a la
división del trabajo.
o Desaparecerá la oposición entre trabajo intelectual y manual.
o El trabajo dejará de ser un medio de vida para convertirse en una
necesidad vital
o La riqueza colectiva correrá a raudales.
o Cada cual trabajará según sus capacidades y recibirá según sus
necesidades.
Lo que sea en detalle la sociedad comunista no le interesa a Marx (es un error
acusar a Marx de profeta). Marx se limitó a decir que la auténtica sociedad
comunista debería ser una sociedad en la que los hombres inventarían un modo de
relaciones y de vida que hicieran realidad la libertad. En esta forma de organización,
la producción material liberaría al hombre de preocupaciones y podría dedicarse a
desarrollar su humanidad, pero eso exige inevitablemente que los medios de
producción no estén sujetos a propiedad privada sino que sean patrimonio común.
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

DIOS
INFLUENCIA DE FEUBARCH ( AMBOS INFLUIDOS POR HEGEL DEL QUE TOMAN EL CONEPTO
DE ALIENACIÓN, PERO LE DAN UN GIRO ANTROPOLÓGICO Y HACIA EL MATERIALISMO)
o RELIGIÓN ALIENACIÓN: EL HOMBRE CREA A DIOS, ELEVANDO SUS
CARACTERÍSTICAS A UN PLANO INFINITO. DIOS NO ES MÁS QUE LA ESENCIA DEL
HOMBRE ALIENADA DE SÍ, ELEVADA A UNA ESFERA TRASCENDENTE….ETC
o SUPERACIÓN DE LA ALIENACIÓN: TOMAR CONCIENCIA DE LA MISMA… DARSE
CUENTA DE QUE AL ADORAR A DIOS, EL HOMBRE SE ADORA A SÍ MISMO…
MARX:
o MATERIALISMO HISTÓRICO
o IDEOLOGÍA. FUNCIÓN DE LA MISMA
o ALIENACIÓN RELIGIOSA EN EL SISTEMA CAPITALISTA
o SUPERACIÓN DE LA ALIENACIÓN
o SISTEMA COMUNISTA
TEMA DEL SER HUMANO
En cuanto ser natural el hombre está dotado de fuerzas naturales, capacidades, para actuar (es de
naturaleza activa). Pero también es pasivo en el doble sentido de que tiene necesidades y de que en
cuanto ser corpóreo y sensible está referido a los objetos y él mismo es un objeto para cualquier otro ser.
En cuanto humano, el hombre no es mera naturaleza, no es una esencia natural fija, sino que tiene que
hacerse en su ser, se tiene que hacer hombre progresivamente, por ello se dice que el hombre no tiene
naturaleza, sino historia. El hombre se hace a sí mismo en su relación con la naturaleza y a partir de ella.
De modo que el hombre no es un ser natural como los demás, fijo y determinado, sino que a partir de su
ser natural crea su “humanidad” en la historia, por ello dice Marx: “en la historia se lleva a cabo la
transformación de la naturaleza en hombre”.
El trabajo constituye la esencia del hombre. Según el Materialismo dialéctico la realidad es la relación
entre el hombre y la naturaleza… La esencia del hombre es esta relación
El hombre llega a serlo desarrollando sus capacidades al satisfacer lo que su naturaleza necesita. Esto lo
hace mediante el trabajo, que él entiende como la relación práctico-productiva del hombre con la
naturaleza, la praxis. Esta es la principal diferencia entre el ser humano y los animales y, por tanto, lo que
humaniza a los humanos. Con la praxis el hombre se abre al mundo, se relaciona con él, desarrolla su ser
en la historia y a partir de la praxis se configura toda la vida social.
El hombre es un animal social y que se constituye en la sociedad, es un producto de la sociedad en
la que vive. “La esencia humana es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales”.
MATERIALISMO HISTÓRICO (Desarrollar)
En consecuencia: como se ha dicho, el hombre desarrolla su ser y su humanidad en la historia. La
historia no es más que las distintas formas de relación práctico-productiva con la naturaleza y los otros
hombres. Por tanto, para que tal desarrollo sea pleno, el trabajo y las relaciones humanas han de
contribuir al fomento de todas sus capacidades, de este modo conservará las cualidades que le
caracterizan: dignidad, libertad y racionalidad.
Pero en la sociedad capitalista el trabajo y las relaciones sociales empobrecen al hombre y su
situación en tal sociedad es una situación alienada.
Tratar el TEMA DE LA ALIENACIÓN (Exponer brevemente por qué el hombre está alienado en el
sistema capitalista y tipos)
Es precisa, pues, una crítica o clarificación de la misma para una vez que se ha tomado conciencia de ella
cambiarla y sustituirla por otra enriquecedora para el hombre superación de la alienación
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Por esto puede considerarse la teoría de Marx como un Humanismo, porque pretende un
desarrollo pleno y un enriquecimiento del hombre como ser humano.
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