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Al igual que todos los virus el VIH comparte la misma estructura general de los virus. El VIH se divide en dos tipos principales, VIH-1 y VIH-2. VIH-1 es genéticamente similar pero diferente al VIH-2, este último presenta una virulencia reducida si se lo compara con el VIH-1 pero también causa una enfermedad como el SIDA El VIH-1 contiene 9749 nucleótidos en cada uno de los dos genomas idénticos de ARN de cadena sencilla de que dispone. Posee una cubierta lipídica en donde están ancladas proteínas que reconocen a las células blanco (células a infectar). El VIH puede ser clasificado como un lentivirus perteneciente a la familia de los retroviridae. Un lentivirus es, como su nombre lo indica, que es un virus "lento", o sea un virus caracterizado por un intervalo largo entre la infección y la aparición de los primeros síntomas. Es un retrovirus porque su material genético (ARN) se copia a la célula huésped, por trascripción inversa como ADN, provocando así que esta haga copias de él hasta que se agote y muera. Todos los virus que conforman la familia de los retroviridae tienen como enzima más importante, en el ciclo de la multiplicación viral, una transcriptasa reversa, de ahí su nombre. Otra de sus principales características es que una vez se ha producido la copia del virus en la célula éste sale de ella. Al hacerlo se lleva consigo una parte de la membrana celular de la célula precursora, proporcionándose a sí mismo la cubierta lipidia y la cubierta glucoproteíca: La membrana lipidica de la célula huesped previo a la salida del virus se cubre de las proteínas de reconocimiento que necesita el mismo para su actividad infecciosa específica. Ciclo vital del VIH En general, los virus no tienen capacidad ni autonomía para replicarse por sí mismos y para ello, infectan a otras células e “introducen” su información genética en éstas. Con ello consiguen manipular las actividades de la célula, de manera que ésta sirva para crear nuevas copias virales. El VIH busca sobre todo células que tengan en su superficie una proteína que se denominada receptor CD4, al que puede unirse para infectar dichas células. El objetivo principal del VIH son las células CD4 (un tipo de linfocito T, parte del sistema inmunitario) que tienen una gran cantidad de receptores CD4 en su superficie, aunque también pueden infectar otras células inmunitarias que tienen dichos receptores, como los macrófagos o las células dendríticas. Estas otras líneas celulares no se ven tan afectadas por el virus, pero son importantes para la persistencia de la infección, ya que se cree que los antirretrovirales no actúan de forma tan eficaz en ellas. Fases del ciclo vital del VIH: 1. ACOPLAMIENTO, UNIÓN AL CORRECEPTOR Y FUSIÓN: En su cubierta, el VIH tiene proteínas que son atraídas con fuerza hacía el receptor CD4 que se encuentra en la superficie de un linfocito-T CD4 (o cooperante) o de las otras células inmunitarias enumeradas anteriormente. El VIH se une al receptor CD4 y activa otras proteínas presentes en la membrana de la célula (denominadas correceptores, como el CCR5 o el CXCR4) que permiten que ambas superficies se fusionen. Después de la fusión, el VIH libera su material genético (ARN) dentro de la célula diana. 2. TRANSCRIPCIÓN INVERSA: El material genético del VIH es ARN, pero para poder actuar sobre la célula, tiene que convertirlo primero en ADN. La proteína viral denominada transcriptasa inversa se encarga de convertir la cadena simple de ARN vírico en una cadena doble de ADN; este nuevo ADN se llamará ADN proviral o provirus. 3. INTEGRACIÓN: El ADN del VIH (proviral) es conducido al núcleo de la célula ocupada, donde una enzima viral (llamada integrasa) se encarga de “incorporar” el ADN vírico dentro del propio ADN de la célula. A partir de ahora, cuando la célula produce nuevas proteínas, también produce nuevas copias del VIH. El provirus puede permanecer inactivo durante varios años sin producir nuevas copias del VIH, o produciendo muy pocas. Así, se trata de células infectadas con virus latente. 4. TRANSCRIPCIÓN: Cuando la célula diana recibe una señal para volverse activa, el provirus utiliza una proteína celular llamada polimerasa para crear copias del material genético del VIH. Como el ADN no puede abandonar el núcleo de la célula, el material genético se transcribe a ARN (lo que se conoce como ARN mensajero [ARNm]), que sí pueden atravesar las paredes del núcleo celular. El ARNm sirve como patrón para la formación de cadenas largas de proteínas del VIH. 5. ENSAMBLAJE: Una vez generadas las cadenas de proteínas virales, otra enzima del VIH (llamada proteasa) actúa como una tijera dividiendo dichas cadenas en pequeñas proteínas individuales, que pueden cumplir varias funciones; algunas se transforman en enzimas del VIH tales como la transcriptasa inversa, mientras que otras se unen a las copias del material genético del virus, ensamblándose así nuevas partículas del VIH. 6. GEMACIÓN: El nuevo virus ensamblado “brota” de la célula y, al desprenderse, se lleva consigo parte de la envoltura exterior de ésta (la membrana celular). Esta envoltura, que actúa como recubrimiento, es atravesada por combinaciones de proteínas y azúcares, conocidas como glucoproteínas del VIH. Estas glucoproteínas son necesarias para que el VIH se pueda acoplar al CD4 y a los correceptores. Las nuevas copias del VIH ya están listas para infectar a otras células. El VIH ataca principalmente a los linfocitos T4, paralizando el sistema inmunitario antes de que este haya tenido la posibilidad de organizar sus defensas. El virus de immunodeficiencia humano causa una infección que destruye las células sanguíneas blancas (las células que combaten las infecciones en el organismo), produciendo una disfunción del sistema inmunológico. El VIH debilita el sistema inmunológico y dificulta el combate de ciertas infecciones. Un resultado positivo del VIH no significa necesariamente que una persona tiene el SIDA. Esta célula es linfocitos T CD4 . El VIH ataca las células inmunológicas llamadas CD4+ T, a las que debilita y mata. Estas células, también llamadas "células del T-auxiliador", juegan un papel central en la respuesta inmunológica al alertar a otras células en el sistema inmunológico para realizar sus funciones especiales. El sistema inmune no puede destruirlo debido a que es a él al que directamente afecta el virus por lo que este queda débil y vulnerable. El VIH puede ser transmitido de una persona infectada a otra a través de los siguientes fluidos: Sangre (incluyendo la sangre menstrual) Semen Fluido pre-eyaculatorio (pre-semen) Secreciones vaginales De la madre al bebé a través de la leche materna Para prevenir la infección es importante: Usar correctamente el preservativo Desde el inicio hasta el final, en toda relación sexual, ya sea una relación vaginal, anal u oral. Incluso si se usan otros métodos anticonceptivos, el preservativo es el único método que protege del VIH-Sida y de otras infecciones de transmisión sexual. Evitar el contacto con sangre. Por eso es fundamental no compartir hojas de afeitar, agujas, inyecciones, canutos u otros instrumentos cortantes o que pinchen (como los que se utilizan para realizar tatuajes caseros o aritos). Si se utilizan jeringas que ya fueron usadas previamente, se pueden limpiar de la siguiente manera: 1. Llenar la jeringa por la aguja con una solución de agua y lavandina, agitarla durante 30 segundos y vaciarla. 2. Enjuagar bien la jeringa llenándola y vaciándola por la aguja con agua. 3. Repetir la limpieza y el enjuague dos veces. 4) No usar agua mineral, es preferible agua de la canilla (a diferencia del agua mineral, el agua de la canilla tiene cloro, pudiendo ser más efectivo por su limpieza). En centros de salud o consultorios, es importante exigir que los equipos y materiales utilizados sean descartables o esterilizados. Controlar el embarazo. Cuando una mujer tiene VIH-Sida el virus puede pasar a su hijo en tres momentos: 1. Durante el embarazo 2. Durante el parto 3. Cuando le da el pecho Para evitar la transmisión del virus es necesario que la mamá inicie un tratamiento. Se recomienda además que la pareja continúe usando preservativo para evitar posibles reinfecciones. En relación con la lactancia, se recomienda que las madres que tienen VIH no den el pecho a sus bebés. En los hospitales públicos se entrega leche en forma gratuita para los primeros seis meses. ¿ES LO MISMO TENER VIH QUE TENER SIDA? No es lo mismo. Desde el primer momento en que una persona está infectada por el VIH, hay un proceso patológico, una infección que quiere evolucionar. El virus está activo desde el primer día, lo que significa una constante batalla entre el sistema inmunitario y el VIH. A largo plazo, el virus pretende acabar con la capacidad defensiva del organismo, no sólo del VIH sino de cualquier otra infección. Se denomina SIDA a la última etapa de la enfermedad, en la cual el sistema defensivo humano está tan deteriorado que aparecen las denominadas enfermedades oportunistas. VIH: Virus de Inmunodeficiencia Humana que debilita el sistema inmunitario del organismo SIDA: Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida es un estado avanzado de la infección por VIH, en la que aparecen signos y síntomas de la enfermedad cuando sucede una severa inmunodepresión. Una persona VIH+ puede no tener síntomas y parecer completamente sana durante años. La única forma de detectar el VIH es a través de un análisis de sangre específico que detecta la presencia de anticuerpos en el organismo. Se tarda una media de 20 días tras la infección en desarrollar anticuerpos antiVIH y transcurridos 3 meses es sumamente raro que no se hayan generado anticuerpos en caso de infección. Ese tiempo en que la infección puede no ser detectada a través de la prueba aún estando infectado es lo que se denomina periodo ventana. Durante este intervalo la persona puede transmitir la infección. Para saber cuándo hacerse la prueba acuda a su médico o centro de ITS. Si ha habido una práctica de riesgo valorarán su caso, le indicarán la prueba y, en caso de un resultado negativo, le dirán si debe repetírsela y cuándo. Puede detectarse mediante el análisis de una muestra de sangre o saliva. La prueba de detección se realiza mediante el test E.L.I.S.A., método que detecta los anticuerpos producidos por el organismo como reacción a la presencia del virus. Un resultado negativo nos indica que la persona es seronegativa, y por tanto no es portadora de los anticuerpos anti-VIH. Un resultado positivo no es suficiente para definir a la persona como seropositiva, hay que hacer otras verificaciones para eliminar cualquier posibilidad de error. Esta prueba más específica se llama Western Blot En algunas ONGs, como Stop Sida, se realiza el test Combo, que además de la prueba Elisa, incluye también la detección de una parte del VIH: el antígeno P24.En caso de tener el VIH, esta prueba permite detectar su presencia a partir de las dos semanas de la práctica de riesgo. En el caso de que el resultado sea negativo, y para que este sea concluyente, se ha de repetir la prueba una vez hayan pasado tres meses desde la práctica de riesgo. No hay una sintomatología asociada a la infección, se dice que esta infección es asintomática. Sin embargo, sí existe riesgo de transmisión aunque la persona no presente síntomas del VIH. Muchas personas infectadas no presentan síntomas, especialmente en los primeros años y en general durante largo tiempo. El virus va debilitando el sistema inmunológico lentamente y sería tras una media de 8-10 años sin tratamiento (la enfermedad habría evolucionado y el sistema inmunológico estaría muy deteriorado) cuando aparecerían los siguientes síntomas: Pérdida brusca de peso superior al 10% Fiebre o sudoración nocturna durante más de un mes Diarrea crónica durante más de un mes Fatiga persistente y aguda Otros síntomas del sida secundarios: tos seca durante más de un mes, urticarias, úlceras bucales, hongos en boca y garganta, herpes e inflamación de los ganglios. Existen cinco clases principales de medicamentos: Inhibidores de la transcriptasa reversa (RT, por sus siglas en inglés): Interfieren con un paso importante del ciclo de vida del VIH e impiden que el virus multiplique copias de sí mismo Inhibidores de la proteasa: Interfieren con una proteína que usa el VIH para producir partículas virales infecciosas Inhibidores de fusión: Bloquean la entrada del virus a las células del cuerpo Inhibidores de integrasa: Bloquean la integrasa, una enzima que necesita el VIH para multiplicarse Combinaciones de varios medicamentos: Contienen dos o más medicamentos pertenecientes a una o más clases Estos medicamentos ayudan a las personas con VIH pero no son perfectos. No curan las infecciones por VIH/SIDA. Las personas con infecciones por VIH aún tienen el virus en el cuerpo, de modo que incluso cuando toman medicinas pueden transmitir el VIH a otras personas a través de las relaciones sexuales sin protección y de agujas compartidas. Yaiza González Rodríguez.