Download Conferencia Magistral al recibir el Doctorado Honoris Causa por la

Document related concepts

Capacitación docente wikipedia , lookup

País en vías de desarrollo wikipedia , lookup

Consenso de Washington wikipedia , lookup

Democracia económica wikipedia , lookup

Capital humano wikipedia , lookup

Transcript
Conferencia Magistral al recibir el Doctorado Honoris Causa
por la Universidad de Barcelona
«El desarrollo como proceso político: El caso del Ecuador»
Barcelona, 23 de abril de 2014
Me siento muy honrado de recibir el Doctorado Honoris Causa de una
Universidad tan histórica y prestigiosa… (Doctorado que acepté lo más
rápido posible antes de que se dieran cuenta del error que estaban
cometiendo…)
Lo han dicho los Padrinos: antes de ser Presidente toda mi vida fui profesor
universitario y aunque estoy muy feliz por poder servir a mi Patria con todo
mi esfuerzo y corazón, a veces, especialmente cuando la política muestra su
rostro vergonzoso, malintencionado y decepcionante, extraño muchísimo la
vida académica.
Las diferencias entre la vida académica y la vida política son abismales.
Mientras que en la primera es un pecado no decir la verdad, en la segunda
es prácticamente un pecado decirla. En la vida académica ustedes
encuentran sencillez, amor por la ilustración y la verdad, normalmente lo
mejor de la naturaleza humana. A nadie se le ocurriría deliberadamente
decir una falsedad o hablar de lo que no conoce. En política, frecuentemente
el que más habla es el que menos sabe, y destrozar la verdad es una simple
estrategia.
Por eso regresar a la Academia me renueva el alma. Gracias, queridos
profesores, queridas autoridades, queridos estudiantes, por permitirme
volver a ella. Y si hay una cosa que me gusta más que enseñar, es
aprender, por lo que realmente les tengo a ustedes, queridos estudiantes,
una sana envidia.
1
Gracias a la Universidad de Barcelona, sus trabajadores, profesores y
estudiantes por esta distinción e invitación.
SALUDO A BARCELONA
Y me emociona inmensamente un reconocimiento como este Honoris Causa,
en un día tan importante para Cataluña como es el Día de Sant Jordi.
Pertenezco a una generación que todavía ama y venera el libro como
instrumento y compañero de vida, y que regala rosas como símbolo de
amor. Por ello, siento el Día de Sant Jordi como mío propio.
Gracias a Barcelona, al pueblo catalán, a nuestra querida Cataluña. El amor
por la cultura se respira en tus calles, en tus plazas y en tus ágoras.
Debemos agradecerte el genio de Gaudí y esa maravillosa cultura
mediterránea, que le regalara al mundo entero el alivio de no tener que
vivir entre ángulos rectos porque ello no es connatural al espíritu humano,
que le obsequiara a la humanidad portentosos tesoros de armonía perpetua,
como la Sagrada Familia o como La Pedrera; debemos darte gracias,
Cataluña, por la voz deliciosa e imposible de Monserrat Caballé, que nos
estremece desde adentro; por ese Noi del Poble Sec, Joan Manuel Serrat,
que del mediterráneo catalán “lleva su luz y su olor, por donde quiera que
vaya”; debemos agradecerte por la música de Pau Casals, y su
interpretación de “El cant dels ocells”, composición tradicional catalana para
el mundo.
La persistencia de la cultura catalana y de su poético idioma son lecciones
de identidad y dignidad que también debemos agradecer. Una prueba de
ello fue la resistencia de esta universidad, la Universidad de Barcelona —y
de todo el pueblo catalán— frente a la persecución al pensamiento y a la
cultura que sufrieron durante gran parte del siglo XX, hasta demostrar que
las ideas superan a las armas y a los dogmas, como bien lo expresó el gran
Unamuno con aquella frase lapidaria lanzada a boca de jarro a los
criminales falangistas envalentonados hasta el delirio: “Venceréis pero no
convenceréis”.
PRESENTACIÓN DEL ECUADOR
Y permítanme contarles sobre otro país fascinante, el país mega-diverso
más compacto del mundo. Si consideramos la biodiversidad marina y
terrestre, Ecuador posee la mayor cantidad de especies del planeta en un
territorio de tan sólo 257.217,07 kilómetros cuadrados, cerca de la mitad
del tamaño de la España peninsular, donde podemos encontrar todos los
climas y micro climas imaginables. En Ecuador tenemos los “cuatro
mundos”. En un mismo día, el turista que nos visita podrá desayunar en la
playa con frutos del mar recién pescados en las costas del Pacífico; luego,
almorzar en las faldas del Cayambe, un soberbio glaciar en la línea
equinoccial; y, más tarde, cenar en plena Selva Amazónica. Al día siguiente,
a poco más de una hora de vuelo, nuestro asombrado turista estará ya en
las Islas Galápagos, una de las Siete Maravillas Naturales del planeta.
Y hoy aprendimos también, durante nuestra visita al Instituto de Ciencias
del Mar de Barcelona, que Ecuador es el país con la mayor geo-diversidad,
2
un nuevo concepto. De acuerdo a este prestigioso centro, ningún país en el
mundo tiene tanta variedad de procesos para comprender la evolución de la
Tierra, tales como los ciclos geológicos, los riesgos naturales de origen
geológico, o la generación de recursos minerales, en un área tan reducida
como la tiene Ecuador.
Y Ecuador ama la vida, queridas amigas y amigos. Nuestra nueva
Constitución es la primera del mundo en otorgar derechos a la naturaleza.
Más del veinte por ciento de nuestro territorio está protegido en cuarenta y
nueve reservas y parques nacionales, entre ellos el parque Yasuní, un
tesoro de la Amazonía y reserva de la biósfera, donde en menos de un
kilómetro cuadrado, ustedes pueden encontrar una mayor variedad de
árboles que en toda Norteamérica.
También la diversidad de nuestras culturas es impresionante. Además de
una mayoría mestiza, tenemos 14 nacionalidades indígenas con sus
correspondientes lenguas ancestrales, incluyendo a dos pueblos no
contactados, que han preferido el aislamiento voluntario, en el corazón de la
selva virgen. Nuestra nueva Constitución define al Ecuador como un Estado
unitario, pero plurinacional y multicultural.
Sin duda por su ubicación geográfica, tamaño y diversidad, Ecuador es el
eco-centro del mundo. En Ecuador, en siete días se puede visitar toda
Latinoamérica: sus playas, sus montañas, sus bosques tropicales, sus islas,
y lo más importante, su gente.
Como compartí hace algunos días en mis conferencias en Harvard y Yale,
los argentinos proclaman muy orgullosos: “El Papa es Argentino”, mi
querida amiga Dilma Rousseff, Presidenta de Brasil, eterno rival de
Argentina en temas de fútbol, dice: “Bueno, el Papa puede ser argentino,
pero Dios es brasileño”… En Ecuador no tenemos problema con esto: es
cierto, de seguro que el Papa es argentino, probablemente Dios es brasilero,
pero el paraíso… ¡es ecuatoriano! Todos son bienvenidos en Ecuador.
EL DESARROLLO COMO PROBLEMA POLÍTICO
Permítanme, queridas amigas y amigos, dedicar este Doctorado Honoris
Causa a mis hermanos migrantes y a la hospitalidad y apertura que han
tenido para con ellos Cataluña y su gente.
Ojalá se entienda que esos emigrantes ecuatorianos son exiliados de la
pobreza, de las ruinas en que nos dejó una de las peores crisis de la historia
del Ecuador. La principal causa de esa crisis fue la liberalización financiera
realizada en 1994, en pleno fundamentalismo neoliberal, que redujo
notablemente los controles sobre la banca, bajo el fundamentalismo
ideológico de que “solitos los bancos se regulan” y esto generó una pésima
cartera bancaria, créditos vinculados y carencia de reservas, lo cual
desembocó en 1999 en la quiebra generalizada de la banca, un
decrecimiento económico del 7.6%, desempleo de casi el 15%, la adopción
del dólar como moneda de curso legal, y la emigración de millones de
ecuatorianos, migración que destrozó familias y el tejido social. La
inestabilidad era tal que hasta el 2007 ningún gobierno había podido acabar
3
su período, y en 10 años tuvimos 7 presidentes. Ecuador era el ejemplo de
todo lo malo.
De un análisis inteligente y profundo de la crisis ecuatoriana de 1999, y más
allá de ingenuas interpretaciones tecnocráticas, se concluye que fue el
poder político de los banqueros, en contubernio con la burocracia nacional e
internacional vinculada al sector financiero, el que destruyó la moneda
nacional y pasó el peso de la crisis al Estado y a toda la sociedad. Para ello
no dudaron en disminuir los controles al sistema financiero, hacer una
nueva constitución y leyes a su medida, romper esa misma constitución y
leyes cuando no les fueron más funcionales a sus intereses, y, para intentar
salvar a los bancos, no dudaron en triplicar en un año la emisión monetaria
por medio de un Banco Central supuestamente independiente pero que no
era otra cosa que una sucursal de la misma banca.
La conclusión debió ser, entonces, la necesidad de liberar al Estado de los
grupos de poder que lo controlaban. Sin embargo, la mezcla de
fundamentalismos ideológicos, incompetencia, intereses y necesidad de
creer en milagrosas tablas de salvación, dejaron al país sin moneda
nacional, pero el poder de la banca en el manejo económico y político del
país quedó incólume.
Escúchenme bien, a partir de la crisis, fueron los emigrantes los que
mantuvieron la economía nacional enviando miles de millones de dólares y
de euros al Ecuador, ganados con el sudor de sus frentes en lugares tan
lejanos como Milán, Barcelona o Nueva York. Las remesas de migrantes
llegaron a superar el promedio de exportaciones petroleras de los años
noventa, mientras que la banca, pocos meses después de la crisis, ya volvía
a romper récords en utilidades, y enviaba una cifra similar a las remesas…
¡pero al extranjero! en nombre, “como tiene que ser”, de supuestas
prudencias, eufemismo que disfrazaba su falta de confianza y compromiso
con el país. Paradójicamente, después de aquella terrible crisis, al país lo
mantuvieron los pobres, precisamente aquellos a los que ese mismo país les
negó un futuro. Los emigrantes son nuestros héroes. Gracias Cataluña por
recibirlos.
Como verán, los ecuatorianos somos expertos en crisis, porque las hemos
sufrido todas. Mucho de lo que acabo de decir sonará también familiar
ahora en Europa, y con preocupación y pena vemos que aquí se están
cometiendo los mismos errores que nosotros cometimos, creyendo que el
problema es puramente técnico.
Queridos estudiantes:
La solución de las crisis, y el desarrollo en general, son básicamente
problemas políticos, sobre quién manda en una sociedad: las élites o las
grandes mayorías, el capital o los seres humanos, el mercado o la sociedad.
Las instituciones, políticas y programas de un país, dependen de quién
maneja el poder.
El mayor daño que se ha hecho a la Economía es haberla desvinculado de
su naturaleza original de Economía Política. Nos han hecho creer que todo
4
es un tema técnico, y sin considerar las relaciones de poder dentro de las
sociedades, nos han convertido en funcionales a los poderes dominantes.
Parafraseando al gran economista John Kenneth Galbraith: aquel
economista que no analiza cuestiones de poder es un completo inútil.
CRISIS EUROPEA
América Latina ha estado históricamente dominada por élites que
excluyeron de los beneficios del progreso a las grandes mayorías, e incluso
con sus actitudes rentistas impidieron un mayor progreso para ellas
mismas. Hoy, a nivel mundial, estamos dominados por los intereses del
gran capital, lo que yo llamo “el imperio del capital”, especialmente el
financiero.
La falta de regulación, supervisión y capacidad de intervención sobre el
sistema financiero internacional, principalmente en Estados Unidos, resultó
en una de las mayores crisis económicas y políticas de las últimas décadas.
A los bancos inversionistas se les permitió crecer sin control en una
economía de casino y llegaron a ser “too big to fail” [demasiado grandes
para fallar]. Y allí se acabó el discurso de la no intervención estatal.
La crisis significó la reducción del valor de los activos de la clase media,
principalmente sus viviendas, pero paradójicamente, luego de la crisis, las
fortunas de los más ricos y las ganancias financieras de los bancos se
encuentran en un nivel récord, mientras los ingresos de las familias apenas
han recuperado su valor previo a la crisis.
Eso es lo que está también en la raíz de la crisis europea: todo está en
función del capital financiero. Con la complicidad de la supuesta ciencia
económica y de las burocracias financieras internacionales, nos disfrazan
ideología como ciencia. Ya no es solamente el dogmatismo de la economía
neoclásica, sino que tenemos prácticamente una “economía teo-clásica”. Se
repiten las mismas recetas caducas de austeridad en contra del ser humano
y a favor del capital. Estas políticas se llaman “hooverianas”, en referencia
al presidente norteamericano Herbert Hoover, quien en los inicios de la
Gran Depresión norteamericana de la década de los treinta profundizó la
crisis con esta clase de medidas.
Y sinceramente cuesta creer cómo se legitiman los abusos del capital. Aquí,
en nuestra querida España, cuando existía exceso de liquidez, el mismo
banco buscaba a sus clientes, valoraba la casa, y prestaba incluso para los
muebles y el coche. Cuando revienta la crisis, la gente pierde su trabajo, se
desploman los precios de las casas, los bancos las reciben, pero a su actual
valor —no al que ellos mismos determinaron—, y como la garantía no
extingue la deuda, las familias quedan sin casa y con deuda probablemente
para toda la vida.
Eso no tiene ningún sentido, no responde a ninguna lógica económica, a
ningún principio técnico, a ninguna ley natural. Solamente refleja la
supremacía absoluta del capital sobre los seres humanos. Por el contrario,
todo esto rompe principios técnicos y hasta éticos.
5
Un ejemplo lo constituyen las cláusulas verdaderamente abusivas en los
contratos hipotecarios que hacían firmar los banqueros a los ciudadanos;
eran “contratos de adhesión”, en estos contratos se establece que la tasa de
interés del préstamo es flexible, esto significa que si la Euribor (tasa libor de
Europa) sube, el prestatario pagará más, y si baja, entonces pagará menos.
Pero, aquí el respeto a los “dictados del mercado” solo sirve a una de las
partes del contrato, porque —caso para Ripley— en estos contratos se hace
firmar una cláusula “piso” o “suelo” que establece que si la tasa baja del 3%
o 5%, entonces el prestatario no puede beneficiarse de la flexibilidad del
mercado financiero.; pero, si llegara a subir al 10-15%, entonces sí tendrá
que pagar toda la tasa. Para información, durante los últimos cuatro años,
la Euribor ha estado por debajo del 1%. ¡Cuánto dinero ilegítimamente ha
llegado a manos de los banqueros y ha empobrecido más aun a los
ciudadanos!
Pero la buena noticia es que la lucha de los ciudadanos en este país va
teniendo resultados. Entre otras muchas resoluciones de organismos
españoles y europeos, el Tribunal Constitucional de España dictó una
Sentencia, el 9 de mayo del año pasado, que determina que esas cláusulas
“suelo” son abusivas y no deben aplicarse.
Por otro lado, los desahucios no tienen razón de ser cuando se trata de una
crisis sistémica, además de que, como ocurre en el derecho anglosajón, la
garantía debería extinguir la deuda, es decir, debería constituir dación de
pago: garantía para el acreedor, de que en caso de no pago recupera algo
de lo prestado, pero garantía también para el deudor, de que al no poder
pagar —de buena fe—, perdiendo el objeto para el que se endeudó, queda
libre de deuda. Pero esto no ocurre así, los desahucios rompen el principio
ético de que el riesgo debe recaer —sobre todo— en el capital; pero en la
crisis, con los desahucios, todo el riesgo está cayendo sobre los seres
humanos, sobre las familias, sobre los ciudadanos.
Todo esto configura una economía del absurdo, ya que la inflexibilidad de
los bancos nos lleva al peor de los mundos: gente sin casa y casas sin
gente.
Bien decía Mark Twain que un banquero es un tipo que te presta el
paraguas cuando hace sol y te lo quita cuando empieza a llover…
¿Por qué no se hace lo obvio? ¿Por qué se repite lo mismo de lo peor?
Porque el problema no es técnico, sino político. El problema es la
relación de poder. La solución de la crisis pasa por recuperar el control de
los ciudadanos sobre el capital y de la sociedad sobre los mercados.
Aunque en forma tardía, insuficiente y con claro sesgo ideológico, un
interesante análisis del efecto del dominio de las élites y las instituciones
que crean en función de su propio beneficio lo realizan [Kamer Daron]
Acemoğlu, profesor del MIT, y [James A.] Robinson, este último profesor de
Harvard, en su libro “¿Por qué fracasan los países?”
6
De una forma más “elegante”, es decir, con análisis econométrico
multivariable, y para el caso de Estados Unidos, Martin Gilens de Princeton
University y Benjamin Page de Northwestern University, en su investigación
“Testing Theories of American Politics: Elites, Interest Groups, and Average
Citizens” demuestran que quienes gobiernan no son las grandes mayorías
sino las élites económicas.
Tal vez a estos ilustres investigadores les hubiera bastado leer al protoeconomista francés, liberal para más señas, Frédéric Bastiat, que hace casi
dos siglos ya aseveraba: “Cuando el saqueo se convierte en un modo de
vida para un grupo de hombres viviendo juntos en sociedad, éstos crean
para sí mismos un sistema legal que lo autoriza y un código moral que lo
glorifica”.
LOGROS
Volviendo a América Latina, la pobreza no es fruto de la escasez de
recursos, sino de la inequidad, y ésta a su vez, consecuencia de las
perversas relaciones de poder, donde pocos dominan todo. Cambiando esas
relaciones de poder al servicio de las grandes mayorías y a través de
procesos profundamente democráticos, hemos logrado durante nuestros
siete años de gobierno convertirnos en el líder de Latinoamérica en la
reducción de la desigualdad, habiendo disminuido en 8 puntos la
concentración del ingreso medido por el coeficiente de Gini, esta reducción
es 4 veces superior al promedio de América Latina, una de las pocas
regiones en el mundo que está disminuyendo desigualdad.
También somos de los tres países latinoamericanos que más reducen
pobreza. En el periodo 2006-2013, la pobreza ha caído de 37.6% a 25.6%,
y la extrema pobreza, la miseria, por primera vez en la historia se ubica en
menos de dos dígitos, al haber descendido de 16.9% a 8.6%.
Ya tuvo la gentileza el profesor [Juan] Tugores de citarme, porque repito
siempre esta idea, porque la siento, por convicción la repito: Vencer la
pobreza es el imperativo moral de la humanidad, no solo porque es el
mayor atentado contra los derechos y las libertades humanas, sino también
porque, por primera vez, en la historia no es fruto de la escasez de recursos
sino de sistemas excluyentes.
Ecuador también es una de las economías latinoamericanas más dinámicas,
con un crecimiento promedio de 4.3% para el período 2007-2013. Ahora
bien —atentos queridos jóvenes—, algunos utilizan el crecimiento como
indicador de bienestar; puede ser una cifra vacía la del crecimiento
económico; puede haber crecimiento empobrecedor, con incremento de
pobreza. Hay que saber crecer, este es un crecimiento sano y claramente el
crecimiento de la economía ecuatoriana ha sido pro pobre; y en la etapa de
desarrollo en la que está Ecuador, de transición hacia el desarrollo, tal vez
el mejor indicador de la bondad de las políticas económicas es la
disminución de la pobreza, más que la tasa de crecimiento.
Y el incremento de los ingresos entre los percentiles más bajos ha sido
mucho más rápido que el crecimiento de los ingresos entre los percentiles
7
más ricos. Durante el periodo analizado, la diferencia entre el diez por
ciento más rico y el diez por ciento más pobre se ha reducido de una
proporción, del 35 a 1 al 24 a 1; relación que sigue siendo moralmente
injustificable, pero al menos hemos empezado a recorrer el camino de la
equidad, de la justicia, velozmente y sobre todo, en la dirección correcta.
Todo esto lo hemos logrado destrozando la economía ortodoxa, pues en
lugar de reducir salarios y sacrificar derechos laborales para supuestamente
generar empleo, hemos hecho exactamente lo contrario: hemos
incrementado salarios, y en estos momentos tenemos los salarios reales
más altos de la región andina. Hemos terminado con mecanismos de
explotación como la “tercerización laboral”, que permitía a una empresa
contratar a través de una tercera empresa a sus trabajadores, y así eludir
cualquier responsabilidad patronal. Por ejemplo, la más grande empresa
cementera del país declaraba en un juicio laboral en el año 2007 que… ¡no
tenía trabajadores!…Todos estaban “tercerizados”.
Durante la larga y triste noche neoliberal, con el argumento de ganar
competitividad, la gran sacrificada fue nuestra clase trabajadora, con la
caída de los salarios reales y con mecanismos de explotación laboral
eufemísticamente llamados “flexibilización laboral”, en países que
mantienen altas tasas de desempleo y que ni siquiera cuentan con un
seguro de desempleo.
Esto profundizó la terrible distribución primaria del ingreso entre trabajo y
capital, una de las principales fuentes de desigualdad en nuestra América,
que ha sido siempre difícil de cambiar —esta fuente de desigualdad— por el
dilema de: mal con ellos por la explotación laboral, pero peor sin ellos por el
desempleo.
En Ecuador, resolvimos este dilema con medidas creativas e inéditas. En
nuestra legislación siempre ha existido el salario mínimo, pero nosotros
introdujimos una nueva categoría: el salario digno, definido como aquel
que permite a una familia salir de la pobreza con su ingreso familiar. Se
puede pagar el salario mínimo para evitar ese mal mayor, el desempleo,
pero con la nueva legislación, ninguna empresa puede declarar utilidades si
no paga el salario digno hasta al último de sus trabajadores. Pese a que
algunos pronosticaron el fin de nuestro sector productivo con esta nueva
legislación, los efectos han sido asombrosos y han superado nuestras
expectativas. Desde su implementación, en el año 2011, empezaron a subir
los salarios promedios, y ya este año, sin trauma alguno, el salario
mínimo igualó al salario digno.
Para nosotros el trabajo humano tiene supremacía sobre el capital, pero, a
diferencia del socialismo tradicional, que proponía abolir la propiedad
privada para evitar esa explotación del capital al trabajo, utilizamos
instrumentos modernos, y algunos inéditos, para mitigar las tensiones entre
capital y trabajo.
Por otro lado, una muy exitosa recompra de deuda externa, la muy fuerte
negociación de nuevos y mejores contratos petroleros y la triplicación de los
ingresos tributarios (fruto de eficiencia recaudatoria y lucha contra la
8
evasión, porque incluso hemos eliminado o disminuido impuestos) nos ha
permitido tener el mayor nivel de inversión pública de América latina, un
15% del PIB para el año 2013. El saldo de la deuda pública frente al PIB es
de apenas el 24%, una proporción muy inferior al de las economías
desarrolladas.
La inversión pública ha generado grandes transformaciones, inmensas,
históricas transformaciones en salud, educación, infraestructura, generación
eléctrica, sistema de justicia, seguridad ciudadana, con sus consecuencias
positivas en competitividad sistémica y desarrollo social. Esto no significa
que excluimos la inversión privada, bienvenida, pero no nos vamos a
quedar cruzados de brazos esperando que venga esa inversión para
construir las hidroeléctricas que tanto necesitamos, las nuevas carreteras,
puertos, aeropuertos y obviamente esa inversión no va a ir a sectores no
rentables como educación y gran parte del sistema de salud.
En su libro de texto de economía ortodoxa, los estudiantes de economía
encontrarán el efecto “crowding out”: si uno invierte en el sector público
desplaza inversión privada. Eso es más cercano a la fe que a la ciencia.
Pero, otra cosa es si hay subempleo y estamos pensando en mediano y
largo plazo, y ahí, una adecuada inversión pública no tiene efecto crowding
out en la inversión privada, sino efecto crowding in, atrae inversión privada.
¿O es que acaso a la inversión privada no le gusta tener buena energía con
nuevas hidroeléctricas? ¿O es que acaso no les gusta disponer de buenas
carreteras? ¿O es que acaso no les gusta usar buenos puertos, aeropuertos?
¿Es que acaso no les gusta mejor educación para tener mayor talento
humano en sus fábricas, en sus empresas? Esta es una de las tantas cosas
que tienen que tachar de sus libros de texto ortodoxos.
Y hablemos de Derechos Humanos. Ecuador es uno de los apenas 7 países
de los 34 del continente americano, incluyendo Norteamérica y el Caribe,
que ha suscrito absolutamente todos los instrumentos interamericanos de
derechos humanos. Pero, como en cualquier verdadero Estado de Derecho,
en Ecuador se persiguen delitos, no personas. Y es por ello, precisamente
porque ya todos somos iguales ante la ley, que enfrentamos el ataque de
los poderes fácticos que siempre pretendieron y estuvieron por encima de la
Ley.
Cuando estos grupos proclaman que su libertad de expresión está siendo
negada, de hecho solo buscan impunidad para que sus medios de
comunicación sigan manipulando la verdad. Cuando hacen acusaciones de
irrespeto a los derechos humanos, es que por fin la ley es para todos.
Cuando hablan de dictadura y autoritarismo, es porque ya no pueden
someter a nuestro gobierno a sus caprichos e intereses.
Y la consecuencia lógica de estos logros, en lo económico, en lo social, es la
estabilidad política del país. Hoy, Ecuador es una de las democracias más
estables del continente. Desde el año 2006, la Revolución Ciudadana ha
ganado diez procesos electorales de forma consecutiva, entre ellos dos
elecciones presidenciales en una sola vuelta, algo impensable en la historia
ecuatoriana, más aún cuando hemos tenido en diez años siete presidentes.
9
Tenemos las más altas tasas de aprobación popular de la historia
contemporánea del país y del continente entero.
Como ustedes ven, queridas amigas y amigos, se ha consolidado
significativamente la democracia formal, pero también la democracia real,
aquella de acceso a derechos, igualdad de oportunidades o —como dijo el
profesor [Joaquim] Prats— igualdad de expectativas, aquella de condiciones
dignas de vida.
También lo mencionaron el profesor Prats y el profesor Tugores: de acuerdo
al Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas 2012, el principal
ranking de desarrollo del mundo, en el período 2007-2012, coincidente con
nuestro período de gobierno, entre 186 países, Ecuador es uno de los tres
que más ha escalado posiciones en la clasificación mundial de desarrollo
humano, pasando del grupo de desarrollo humano “medio” a desarrollo
humano “alto”.
Ese es el llamado “milagro ecuatoriano”, aunque en desarrollo no existen
milagros. Yo soy creyente, pero en cuestiones económicas, en cuestiones de
desarrollo, no creo en milagros. Los impresionantes cambios ocurridos son
consecuencia básicamente del cambio en las relaciones de poder. Ahora en
Ecuador, pese a todos nuestros problemas, pese a que falta mucho por
andar, lo importante es que manda el pueblo ecuatoriano.
EDUCACIÓN SUPERIOR, CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN
Pero el desarrollo exige muchas condiciones necesarias, pero ninguna
suficiente. Puede ser que el poder esté en las manos de las grandes
mayorías, que se logre obtener una distribución más equitativa de los
recursos sociales, pero que sólo haya miseria para distribuir. En
consecuencia, la ciencia y la tecnología como generadores de capacidades y
riqueza, son también fundamentales para el desarrollo, por lo que hemos
adoptado una política nacional agresiva para promover el talento humano,
la ciencia, tecnología e innovación, más aún cuando uno de los problemas
más graves del país sigue siendo la baja productividad de su economía.
No estamos cayendo en la trampa del absolutismo tecnológico, en el cual
toda la sociedad tiene que organizarse en función de las necesidades
tecnológicas. Se le atribuye a Albert Einstein el haber dicho: “Temo el día en
que la tecnología supere a la interacción humana. El mundo tendrá una
generación de idiotas”.
Pero tampoco creemos en el infantilismo primitivista, según el cual la premodernidad es equivalente al Buen Vivir y la miseria es parte del folklor. No
sólo eso: estos fundamentalismos, que rayan en la irresponsabilidad, se
vuelven funcionales de la nueva e injusta división internacional del trabajo,
como veremos más adelante.
10
EDUCACIÓN Y SALUD – CICLO DE VIDA
Para nosotros, la educación es lo más importante. Actualmente el Ministerio
de Educación es la cartera con mayor cantidad de recursos asignados. En
valores absolutos ahora se invierten 4.3 veces más en educación que antes
de nuestro gobierno en el 2006. Pero también en salud invertimos 4.5 veces
más. ¿Qué tienen que ver educación y salud?… Pues muchísimo. En
educación, mientras más temprano se invierta el dólar, mayor retorno
origina, y esto empieza desde el vientre de la madre. Una madre desnutrida
dará a luz un bebé desnutrido que ya tendrá problemas permanentes en
cuanto a crecimiento, capacidad intelectual y motricidad.
El incremento de la escolaridad de la mujer, más la gratuidad en los
servicios de salud han permitido que el acceso a estos servicios de salud
materna y salud sexual y reproductiva se amplíen importantemente. Los
resultados de la última encuesta de salud demuestran que 8 de cada 10
madres tuvo 5 o más controles prenatales, algo sin precedentes en la
historia del país, y con particular mejoría en el acceso al control prenatal de
las mujeres más pobres.
La reducción de la pobreza y pobreza extrema sumada a la prestación de
servicios de salud ha permitido que la tasa de mortalidad en la niñez, 13.6
por mil nacidos vivos, se ubique por debajo del promedio que registran los
países de ingresos medio-alto, que tienen una tasa de 20 decesos por mil
nacidos vivos.
La primera infancia es la etapa del ciclo vital que va desde el nacimiento
hasta los 5 años de edad, clave en el desarrollo del ser humano, pues
problemas tales como la desnutrición crónica en la primera infancia tendrán
efectos permanentes.
Los resultados de la reciente Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
destacan una reducción de la desnutrición crónica de 33.5% en el 2004 al
25.3% en el 2012.
Para la primera infancia se ha organizado el desarrollo infantil de 0 a 3
años, a cargo del Ministerio de Inclusión Económica y Social —el MIES—, y
la educación inicial de 3 a 5 años, a cargo del Ministerio de Educación.
Para desarrollo infantil se tienen dos programas: Creciendo con Nuestros
Hijos, donde los niños de 0 a 3 años están a cargo de sus padres, y estos
padres reciben capacitación y suplementos nutricionales por parte del MIES,
y el segundo programa son los Centros Infantiles de Buen Vivir —los CIBV
—, donde se puede enviar a los niños para que estén en jornadas de seis y
hasta ocho horas a cargo de profesionales. Los niños de 0 a 1 año solo
pueden acceder al programa Creciendo con Nuestros Niños, porque no hay
mejor persona para estimular a un niño que su propio padre, su propia
madre, y de 1 a 3 años se puede optar por cualquiera de los dos programas
mencionados.
En educación inicial prácticamente no había oferta pública, todo estaba a
nivel privado y una mínima porción de nuestros niños iban a educación
11
inicial. Hoy estamos construyendo en todos los nuevos colegios centros de
educación inicial, y regulando mucho más estrictamente los centros
privados.
En el Ecuador, queridas amigas y amigos, son obligatorios 13 años de
educación, 10 de Educación General Básica y 3 de Bachillerato, es decir,
somos uno de los países con más años de obligatoriedad. Esto sería
intrascendente si no dispusiéramos de política pública efectiva para cumplir
con este mandato legal.
Al momento la Educación General Básica está universalizada; y caminamos
en esa misma dirección —en universalización— con el bachillerato: nuestra
tasa bruta de matrícula es de 92%, pero la tasa neta, es decir de los chicos
que corresponden a la edad de bachillerato es apenas del 66%. Nuestra
meta a 2017 es llegar al 80%.
Y este vertiginoso aumento de las tasas netas de matrícula en todos los
niveles, pero principalmente en educación media, muestra un cambio
importante en la vida de la población adolescente: el trabajo adolescente se
ha reducido del 34% en el 2006 al 13.6% en el 2013.
Esto es producto —como ya lo mencionaba el profesor Prats— no de la
suerte, no de la buena fortuna, sino de adecuadas decisiones
gubernamentales, sobre todo en relación a la eliminación de barreras de
acceso a la educación. Un ejemplo: la eliminación del cobro de matrícula en
los establecimientos públicos, que se encubría —porque en teoría, siempre
la educación pública siempre fue gratuita— con una supuesta contribución
“voluntaria” de los padres. Ahora se entregan uniformes a los estudiantes
de establecimientos educativos rurales y urbanos marginales, y se provee
de textos escolares a los alumnos del sistema público hasta el décimo año
de educación básica. También se provee desayuno y refrigerio a los
establecimientos ubicados en zonas de mayor incidencia de pobreza.
También, se ha ordenado la oferta educativa y esto es muy importante: El
plan es sustituir alrededor de 20.000 establecimientos educativos
mayoritariamente precarios por solo 5.500 con infraestructura y
equipamiento tecnológico de vanguardia…
Estamos reordenando todo aquello, en lugar de 20.000 unidades hemos
calculado que necesitamos 5.500 unidades de adecuado tamaño, en
promedio unos 600 estudiantes, pero ahí sí se puede tener planta docente
completa, laboratorios, biblioteca, comedor, canchas deportivas, etcétera. Y
esto demandará la construcción de aproximadamente 900 nuevas unidades
escolares, lo que llamamos Unidades Educativas del Milenio —realmente
escuelas espectaculares— y la remodelación integral de 4.600
establecimientos.
Esperamos que en la próxima década, hasta el 2020, en jornadas matutinas
y vespertinas, todos nuestros estudiantes accederán a establecimientos
nuevos o remodelados integralmente en los que se impulse un modelo
educativo de alta calidad.
12
Finalmente, estamos consolidando una cultura de calidad donde las
evaluaciones de instituciones, docentes y estudiantes son permanentes con
el fin de alimentar de información al sistema y posibilitar el diseño de una
política pública efectiva.
Además, ingresamos a PISA —Programa Internacional para la Evaluación de
Estudiantes de la OCDE [Organización para la Cooperación y Desarrollo
Económicos]— y desde el 2015 seremos sujetos de una evaluación que
permitirá observar nuestra situación en el contexto mundial.
Con la UNESCO también trabajamos en evaluaciones periódicas que nos
permiten un análisis comparativo en el contexto regional. La UNESCO ha
reconocido a nuestro Instituto de Evaluación Educativa —INEVAL— como
una entidad con altas capacidades en materia de evaluación, ubicándolo al
mismo nivel que instituciones de prestigio cuya trayectoria ha sido mucho
más dilatada.
Adicionalmente, a partir de este año dispondremos anualmente de una
evaluación integral y universal de los estudiantes de tercero de bachillerato.
Tenemos un convenio —único en el mundo— con la organización suiza
“Bachillerato Internacional”, para que, al 2017, quinientas instituciones
educativas públicas sean certificadas y puedan otorgar títulos
internacionales de bachillerato.
Por otro lado, con la European Foundation of Quality Management —EFQM—
estamos iniciando un proceso de largo plazo para calificar la calidad de
todos nuestros establecimientos educativos.
Pero tenemos muy claro, asimismo, que la mejora en calidad de la
educación pasa necesariamente por mejores docentes. Sócrates enseñaba
bajo un árbol. Qué bueno tener muchos Sócrates con escuelas
extraordinarias, laboratorios, etcétera; pero lo principal seguirá siendo ese
Sócrates.
Hemos puesto como requisito para entrar y permanecer en el magisterio los
concursos de mérito y oposición y las evaluaciones a los docentes.
Por falta de adecuados incentivos, los docentes no se acogían a la
jubilación. Normalmente, antes de nuestro gobierno, si ganaban… por decir
800 dólares aportaban a la seguridad social sobre 200 dólares, es decir, se
acogían a la jubilación e iban a recibir 160 dólares de jubilación, mucho
menos que su sueldo; y nadie se nos retiraba, teníamos profesores de 8085 años, que salían sin ninguna compensación, pese a haber trabajado 20 o
40 años en el Magisterio…
Ahora, con mejoras sustanciales en pensiones jubilares y una adecuada
compensación por fin de carrera, entre los años 2013 y 2014 se jubilará el
20% de la planta docente, y al 2017 aproximadamente el 35% de los
maestros serán nuevos maestros. Esto es justo para los maestros que ya
van a un merecido retiro, pero también es conveniente para el país, porque
13
significa un importante ahorro, ya que el sueldo de los profesores se
incrementa con los años y un nuevo maestro cuesta mucho menos que un
maestro que tenía 30 o 40 años y ya tenía que jubilarse.
Finalmente, como también se ha mencionado aquí por parte de los
Padrinos, se creó la Universidad Nacional de Educación —la UNAE— con el
objetivo principal de actualizar los conocimientos y prácticas pedagógicas de
los maestros ecuatorianos a través de programas de postgrado semipresenciales y también de la carrera docente. Destinaremos 400 millones de
dólares durante los próximos cuatro años para estos programas de maestría
y capacitación docente.
Precisamente en este viaje —justo antes de esta ceremonia— hemos
firmado convenios entre la UNAE y la Universidad de Barcelona, la
Universidad Autónoma de Madrid, Complutense de Madrid y Universidad a
Distancia de España, para programas conjuntos de maestrías semipresenciales para nuestros docentes. Muchas gracias señores Rectores por
ese importante apoyo.
Desafortunadamente, en Ecuador, así como en muchas partes del mundo, la
docencia se había convertido en una de las profesiones menos deseables y
prestigiosas.
Los estudiantes que aspiraban a la docencia obtenían, en promedio, los
resultados más bajos en los exámenes de admisión. Ahora estamos
motivando a los jóvenes más talentosos para convertirse en profesores, que
es una de las profesiones fundamentales para el presente y el futuro del
país.
El puntaje mínimo necesario del examen de admisión para estudiar docencia
es de 800 puntos sobre 1.000 posibles, igual al mínimo que se exige para
medicina. Si el alumno es admitido, él o ella recibirá el equivalente de un
salario mínimo durante el período de estudio, es decir, pagamos a los
estudiantes para que se preparen a enseñar.
¿Y qué con respecto a educación superior, ciencia, tecnología e innovación?
Se estima que cada 5 años se duplica la generación de conocimiento a nivel
mundial. Esto implica que países que no generamos conocimientos, seremos
cada día más ignorantes y dependientes de lo que producen otros. Por estos
motivos, la educación superior ha sido uno de las preocupaciones centrales
de nuestro gobierno. Ahora, Ecuador es conocido como el país que
estableció la gratuidad en la Educación Superior pública en su nueva
Constitución; el país que cerró 14 universidades por falta de calidad
académica, (no hay experiencia similar a nivel mundial, peor aún en
democracia); y el país, que a lo largo de 7 años aumentó su inversión en
Educación Superior, del 1,1% al 2% de su Producto Interno Bruto, más del
doble del promedio de América Latina —que es 0,8%— y superior al
promedio de los países de la OCDE, en donde está España, que es alrededor
del 1,7%.
14
En Ecuador, entre 1992 y 2006, es decir, en la larga y triste noche
neoliberal y en apenas 14 años, se crearon 45 universidades para llegar a
un total de 71 a nivel nacional; 45 universidades en 14 años, las cuales
normalmente eran negocios con fines de lucro y por su pésimo nivel
académico eran llamadas —como bien lo mencionó el profesor Prats—
“universidades de garaje”.
Por orden de la Asamblea Constituyente de 2008 se realizó una evaluación
profunda de todas las universidades. Con la nueva Ley de Educación
Superior, aprobada en 2010, se dio 18 meses de plazo para mejorar la
calidad de las universidades peor evaluadas. La segunda evaluación se
realizó en abril de 2012 y 14 universidades que no merecían ese nombre
fueron cerradas, junto con 44 de un total de 86 extensiones universitarias,
esto es campus satélites que funcionaban a distancia de las sedes y que
fueron creados, principalmente por motivos políticos y electorales, en los
sectores más deprimidos, generalmente rurales y los resultados fueron
desastrosos, porque los pobres recibían las peores instituciones y servicios y
se los condenaba en perpetuidad al círculo de la pobreza.
También estamos impulsando la educación técnica y tecnológica, algo que,
en general, en las Américas, no hemos valorado debidamente, a diferencia
de Europa. Actualmente estamos invirtiendo más de 300 millones de
dólares para fortalecer y construir docenas de institutos técnicos
estratégicamente ubicados y articulados al sector productivo.
Otro fuerte incentivo para mejorar la calidad ha sido el diseño y la
implementación de una nueva fórmula para la distribución de fondos del
Estado a las Universidades públicas. Antes se daban incentivos perversos,
para que empeoren las cosas, no para que mejoren. Antes de nuestro
gobierno, las universidades recibían el presupuesto de modo incremental,
con el pasar del tiempo aumentaba el presupuesto, es decir, nunca una
cantidad menor a la recibida el año precedente, y recibían un monto fijo por
estudiante, independientemente del costo del programa. Esto daba
incentivos a ofrecer programas baratos, aunque fueran de poca pertinencia.
Hoy, la fórmula para la asignación de recursos estatales considera el costo
real de los programas, así como su calidad. Estos han sido mecanismos muy
efectivos para maximizar los esfuerzos de las universidades hacia una mejor
calidad.
Como resultado de esta causa nacional algunos indicadores de calidad ya se
han incrementado. Entre el 2009 y 2013, el número de profesores con
doctorados casi se ha duplicado. Hay muchos más docentes a tiempo
completo, especialmente en ciertas universidades privadas que casi no los
tenían y, como resultado, carecían de una comunidad académica o
científica.
Hemos duplicado las publicaciones en revistas indexadas. Ecuador tiene
también la tasa más alta de crecimiento del índice de innovación en la
región para el 2013, de acuerdo al Foro Económico Mundial. También ha
habido mejoras significativas en infraestructura, con bibliotecas y
laboratorios mejor equipados, entre muchos otros aspectos.
15
También ha habido sustanciales incrementos a la paga de los profesores;
ahora los profesores reciben un pago decente en las universidades públicas,
y tienen los salarios más competitivos en la región andina y probablemente
de Sudamérica. Esto, junto a otras políticas que estimulan el retorno de
ecuatorianos que dejaron el país en la fuga de cerebros, ha sido muy
exitoso en promover el nacimiento de una profesión y una carrera
académica… En Ecuador, nadie, y a la vez todos, eran profesores
universitarios. Todos dictaban clases a la par de sus otras actividades
profesionales, pero muy pocos eran realmente académicos a tiempo
completo.
Además, el Proyecto Prometeo, un sistema de becas estatales que permite
el reclutamiento y la contratación de académicos internacionales de alto
nivel, pagados totalmente por el gobierno ecuatoriano —no por las
universidades—, ha ayudado a apuntalar esta mejora.
Hemos también fomentado una nueva generación de profesores dedicados
completamente a la academia. Esta es una de las razones por las cuales
Ecuador actualmente tiene casi 8.000 becarios alrededor del mundo, la
mayoría de ellos matriculados en programas de maestría y doctorado en las
mejores universidades del planeta. Aquí en España tenemos 610 becarios, y
en esta universidad tan prestigiosa, 69.
Esto representa la mayor inversión —con respecto al Producto Interno
Bruto— en becas en toda América Latina. En los últimos siete años, hemos
otorgado más becas que las entregadas en toda la historia del Ecuador
antes de nuestro gobierno.
Pese a las mejoras en calidad, Ecuador ha duplicado la matrícula de los
sectores más pobres de la sociedad y de las poblaciones históricamente
excluidas: particularmente indígenas y afroecuatorianos. De acuerdo a la
Comisión Económica para América Latina (Cepal), Ecuador se ha convertido
en el país con el porcentaje de matrícula más alto para el quintil más pobre
de su población, en comparación con los países de la región. Así se ha
destrozado la clásica disyuntiva entre equidad y calidad, que nos decía: o se
elige democratizar el sistema, optando por el principio de equidad y que
entre todo el mundo, o se busca el mérito y la excelencia académica,
optando por el principio de la calidad y los pobres serán los más
perjudicados porque tienen una peor preparación a nivel de colegio.
Nuestras políticas han demostrado al mundo, que ambos principios se
pueden conjugar armónicamente, y que este juego de suma cero es
esencialmente una falacia. Esto lo hemos logrado por medio de la garantía
constitucional de la gratuidad en la educación superior, por el amplio
programa de ayuda financiera, y sobre todo por el nuevo Sistema Nacional
de Nivelación y Admisión para la educación superior que ha eliminado las
largas filas de espera y el uso de contactos personales para conseguir un
cupo en la universidad.
Finalmente, hemos creado 4 nuevas universidades públicas —y por lo tanto
gratuitas— de clase mundial en áreas disciplinares claves para el desarrollo
del país. Los cuatro proyectos buscan combinar calidad, democratización y
pertinencia para el desarrollo. La primera ya la mencionamos, es la
16
Universidad Nacional de Educación (UNAE), dedicada principalmente a
formar docentes y especialistas que serán parte del sistema nacional de
educación.
La segunda universidad que hemos creado es la Universidad de las Artes
(UNIARTES), cuya misión central es la investigación, creación, producción,
difusión y formación de los mejores talentos del país en las artes y la
cultura. La cultura y las artes juegan un papel central en dar mayor textura,
identidad, y memoria a nuestras sociedades, así como profundidad a
nuestras democracias, sin olvidar el rol de las industrias culturales en el
cambio de la matriz productiva, como España donde los servicios artísticos
y recreativos son aproximadamente 4% del PIB, o Estados Unidos, donde la
industria cultural representa el 12% de PIB.
La tercera universidad que hemos creando es Ikiam, que significa Selva en
la lengua indígena shuar. El campus se halla en medio de una reserva
natural de 920 kilómetros del mejor y más grande laboratorio natural del
planeta: la selva amazónica. Para el estudio de la biodiversidad y
generación de bio conocimiento, con toda certeza les puedo decir que
ninguna universidad del mundo cuenta con las ventajas de Ikiam situada en
plena selva amazónica.
Y finalmente, tenemos la universidad de investigación de tecnología
experimental Yachay, que significa “¡Aprende!” —así, en imperativo— en
nuestra lengua ancestral kichwa, y a la que hemos descrito como el
proyecto más importante de la historia del país, ubicada en un bello paraje
del norte de los Andes del Ecuador, un valle precioso, es la piedra angular
de una nueva ciudad del conocimiento e innovación, la primera ciudad
tecnológica planificada de toda América Latina. Y ya no es un sueño, Yachay
abrió sus puertas a los estudiantes hace tres semanas, y está dedicada a la
nanociencia, la tecnología de la información, las ciencias de la vida, la
energía renovable y la petroquímica.
Precisamente un catalán, Fernando Albericio, experto en biotecnología, PhD
en química orgánica, ha sido escogido a nivel mundial para ser el Rector de
Yachay, nuestro sueño, el sueño ecuatoriano.
LA INJUSTA DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO
Queridas amigas y amigos, queridos estudiantes, profesores:
El gran Simón Bolívar decía que no nos dominarán por la fuerza, sino por la
ignorancia. Invirtiendo en talento humano, ciencia, tecnología e impulsando
la innovación superaremos la economía extractivista, pero de forma
inteligente, humana, soberana. Pasaremos de la economía de recursos
finitos a la economía de recursos infinitos: aquella basada en el talento
humano y el conocimiento.
Y ese conocimiento en general es un bien público, es decir, técnicamente
hablando, no hay capacidad de exclusión… lo más fácil es copiar un
software, no se lo copia porque está patentado, hay que pagar regalías y
uno puede ser sancionado, pero técnicamente lo más fácil es copiar un
17
software, por eso se ponen barreras institucionales; un bien público no tiene
capacidad técnica de exclusión y no tiene rivalidad en el consumo. En el
caso del conocimiento, si yo uso un conocimiento, no privo a nadie más de
utilizarlo. Como dijo George Bernard Shaw: “Si tú tienes una manzana y yo
tengo una manzana y las intercambiamos, entonces tú y yo todavía
tendremos cada uno una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo
una idea y las intercambiamos, entonces, cada uno de nosotros tendrá dos
ideas.”
El conocimiento en principio tiene fácil acceso y no tiene rivalidad en el
consumo: la definición de un bien público en economía. Y tratar de
privatizar un bien público por medio de medidas institucionales como las
patentes es perjudicial para la sociedad como un todo, porque si no hay
rivalidad en el consumo, mientras aumente el número de personas que
disfrutan de este bien ya creado, mayor será el bienestar social. Esta es una
de las famosas “fallas del mercado”. Un ejemplo dramático de la
privatización del conocimiento y de la exclusión forzada, es el alto costo de
ciertas medicinas.
El principio, aparentemente pragmático, de la privatización del
conocimiento, además de su ineficiencia social, no es otra cosa que el
sometimiento de los seres humanos al capital.
Hay maneras más eficientes de incentivar la producción de conocimiento.
Una alternativa es una mayor participación de la academia y del mismo
sector público. Otra alternativa es que el Estado compense la creación del
conocimiento con fines de lucro, y de esta manera, ponerlo a disposición de
toda la humanidad. El gran problema de todas estas alternativas es que
tienden a socavar los fundamentalismos ideológicos y el imperio del capital.
Pero mientras que son principalmente los países ricos los que producen
ciencia y tecnología, países como Ecuador producen bienes públicos, pero
en este caso bienes públicos ambientales: la selva amazónica, el oxigeno,
de libre acceso, no hay rivalidad en el consumo; pero en este caso, por todo
el aire puro que genera la selva amazónica, pulmón del planeta sin el cual la
vida humana sufriría un grave deterioro, los países de la cuenca amazónica
no recibimos ninguna compensación, mientras que, a su vez, los mayores
contaminadores globales no pagan absolutamente nada por consumir
nuestros bienes ambientales.
No sólo aquello, en términos de conocimiento, tampoco se quiere reconocer
la información que existe en esa biodiversidad muchas veces única en el
mundo. Un ejemplo es el caso de la Epibatidina, un analgésico derivado de
nuestra rana multicolor [Epipedobates tricolor], de cuya utilidad solo nos
enteramos gracias a los conocimientos colectivos y ancestrales de nuestros
pueblos y fue extraído por científicos extranjeros y explotado por
farmacéuticas internacionales, sin ningún tipo de beneficios para nuestro
país.
Y se cree algunas veces que la producción, la generación de bienes
ambientales no tiene costo. La realidad es que esa generación puede ser
muy costosa, no en cuanto a costos directos, sino en lo que los
18
economistas llamamos —y este es el costo relevante— el “costo de
oportunidad”. Hoy muchos exigen —sin ninguna solvencia moral, dicho sea
de paso—, que no se explote el petróleo de la Amazonía. Pero eso implica
un costo inmenso por los ingresos no recibidos y por cada día que
transcurre con un niño sin escuela, una comunidad sin agua potable, o
gente muriendo por enfermedades perfectamente evitables, verdaderas
patologías de la miseria.
Esta es la nueva división internacional del trabajo. Si antes éramos nosotros
quienes producíamos las materias primas, y los países hegemónicos quienes
producían los bienes industriales con un alto valor agregado; ahora la nueva
e injusta división internacional del trabajo consiste en que ellos generan el
conocimiento, al que privatizan, y nosotros los bienes ambientales, que
continúan siendo bienes públicos globales gratuitos.
También es un problema político, de relaciones de poder a nivel
internacional. Para ilustrar esto, imaginen por un momento si la situación
fuera la inversa, y los generadores de bienes ambientales fueran los
países ricos, y nuestros países fueran los contaminadores. Seguramente ya
nos habrían hasta invadido para obligarnos a pagar una “justa
compensación”... y todo en nombre de la civilización, de los derechos, etc.
Estimados jóvenes, estudiantes, amigos:
El orden mundial no es solo injusto, es inmoral. Todo está orientado a
servir a los intereses de los más poderosos, y abundan los dobles
estándares: los bienes públicos globales producidos por los países pobres,
tales como los bienes ambientales, deben ser gratuitos, mientras que los
bienes públicos producidos por los países hegemónicos deben ser pagados,
con la imposición de barreras institucionales como las patentes.
Solo compensando los bienes ambientales habría una redistribución del
ingreso sin precedentes a nivel mundial, pero este es nuevamente un
problema de relación de poder, esta vez mundial.
Los grandes contaminadores no firman Kioto, pero en nuestros países hay
cárcel si no pagas regalías por un producto patentado. Lo más triste es que
muchas veces los mismos países pobres participan con entusiasmo en estos
mecanismos tan absurdos, y ni siquiera entendemos los instrumentos que
se utilizan para mantenernos en el rol asignado por esta nueva división del
trabajo. Por ejemplo, como manifiesta nuestro querido amigo Álvaro García
Linera, Vicepresidente boliviano y uno de los más grandes pensadores
latinoamericanos de nuestro tiempo: “varias ONG's no son realmente
Organizaciones NO Gubernamentales, sino Organizaciones de Otros
Gobiernos en nuestro territorio,… y el vehículo de la introducción de un tipo
de ambientalismo colonial que relega a los pueblos indígenas al papel de
cuidadores del bosque amazónico”.
Invirtiendo en talento humano, ciencia, tecnología e impulsando la
innovación superaremos de forma inteligente, humana, soberana la
economía extractivista, sin el absurdo de rechazar el aprovechamiento de
nuestros recursos naturales y ser mendigos sentados en costales de oro, y
19
sin someternos a esa injusta nueva división internacional de trabajo que nos
quieren imponer.
Somos perfectamente conscientes de nuestras limitaciones como un país
pequeño, y que no podemos cambiar un injusto orden mundial, pero
tampoco vamos a aceptar pasivamente el papel que se nos ha sido asignado
en la nueva división internacional del trabajo.
CONCLUSIONES
Queridos estudiantes, queridos profesores, queridos directivos, queridos
amigos:
Creo firmemente en el poder transformador de la ciencia y la tecnología. Es
más, en este poder, en esa ciencia y tecnología deposito gran parte de mi
esperanza en el futuro del planeta, en la sostenibilidad de nuestro modo de
vida, en la posibilidad de alcanzar el Buen Vivir para toda la humanidad.
Desde hace mucho tiempo considero que cualquier intento de sintetizar en
principios y leyes simplistas —llámense éstas el materialismo dialéctico o el
egoísmo racional— procesos tan complejos como el avance de las
sociedades humanas, está condenado al fracaso. Y también estoy
convencido de que los adelantos científicos y tecnológicos pueden generar
mucho más bienestar y ser mayores motores de cambios sociales que
cualquier lucha de clases o la búsqueda del lucro individual.
El desarrollo de la agricultura convirtió a la humanidad de nómada en
sedentaria, la revolución industrial la transformó de rural en
mayoritariamente urbana, y, mucho más recientemente, el espectacular
avance de las tecnologías de la información transformó a las sociedades
industriales en sociedades del conocimiento. Considero que los sistemas
políticos, económicos y sociales que prevalecerán en el futuro, serán
aquellos que permitan el mayor avance científico y tecnológico, pero
también, y esto es muy importante, su mejor aplicación para el bien común.
Ecuador ha decidido fundamentar su desarrollo en la única fuente
inagotable de riqueza: el talento humano y el conocimiento, para
alcanzar un desarrollo sostenible, pero también soberano.
Creo en la libertad individual, pero libertad sin justicia es lo más parecido a
la esclavitud. Es más, en Latinoamérica —lo dijo el profesor Tugores—, la
región más desigual del mundo, solo a través de la justicia se logrará la
verdadera libertad.
Y esa justicia no se logrará con una supuesta mano invisible que —como
dice Joseph Stiglitz premio Nobel y doctor honoris causa de esta
Universidad—, por invisible nadie la ha visto. Por el contrario, la justicia se
logrará con manos bastante visibles, la sociedad tomando conscientemente
sus decisiones, es decir, por medio de procesos políticos.
20
Creo que uno de los grandes errores de la izquierda tradicional fue negar los
mercados. Los mercados son una realidad económica. Pero una cosa es
tener sociedades con mercado, y otra es tener sociedades de mercado,
donde vidas, personas y la propia sociedad son una mercancía más. El
mercado es un gran siervo, pero un pésimo amo.
Finalmente creo que el gran desafío de la humanidad en el siglo XXI, la
superación de la crisis, el desarrollo para los países pobres, es una lucha
política que empieza por liberar a las grandes mayorías del dominio de las
élites, lograr la supremacía de los seres humanos sobre el capital, de la
sociedad humana sobre el mercado.
El problema, queridos jóvenes es fundamentalmente político.
Muchas gracias Barcelona.
Muchas gracias Universidad por este inmenso honor que nos han otorgado.
¡Hasta pronto, los esperamos en Ecuador!
Rafael Correa Delgado
PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA DEL
ECUADOR
21