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Lavoisier y la teoría del flogisto Agosto 2011 El descubrimiento del fuego marcó un hito en el desarrollo de la humanidad. Al observar la combustión de diversas sustancias, los antiguos griegos supusieron que todo lo que era capaz de arder contenía dentro de si al elemento fuego, y éste se liberaba bajo las condiciones apropiadas. Por su parte, los alquimistas atribuyeron la combustibilidad (la propiedades de arder) de una sustancia al “principio del azufre”. Así, puedes, las sustancias que contenían tal principio ardían, mientras que las que carecían de él no podían hacerlo. El químico alemán Georg Stahal (1660 – 1734) dio a conocer en 1702 la teoría del flogisto para explicar el fenómeno de la combustión. El flogisto, sustancia misteriosa, invisible e imponderable, estaba contenida en las sustancias combustibles. Cuanto más flogisto poseía una sustancia, era capaz de arder con mayor facilidad. Al término de la combustión, habiéndose desprendido el flogisto, la sustancia ya no podía arder, puesto que se había “desflogisticado”. Para la mayoría de los científicos de la época, la teoría del flogisto era totalmente acertada puesto que explicaba los cambios que se observaban al desarrollarse la combustión, principalmente en lo que se refería la disminución de la masa original, ya que era menor al que poseía la muestra original. ¿Cómo se demostró la falsedad de esta teoría? La respuesta se encuentra en la aplicación insipiente del método científico por uno de los químicos más importantes de la historia: Antoine-Laurent de Lavoisier (1743-1794). Por aquella época, Lavoisier trabajaba buscando una mejora de las técnicas del alumbrado público en París. En sus experimentos calentaba algunas muestras de metales como el estaño y el plomo en recipientes cerrados herméticamente y con una pequeña cantidad de aire; al final se formaban en la superficie una fina capa de metal “calcinado”. Midió cuidadosamente la masa antes y después del experimento, y pudo determinar que no había variación alguna considerando el sistema completo (metal, calcinado y aire). Sin embargo, cuando pesó las muestras de metal calcinado notó que masa había incrementado. Repitió la experiencia en numerosas ocasiones y obtuvo el mismo resultado. Así, concluyó que al contrario de lo que afirmaba la teoría de Stahl, no se había desprendido flogisto de la muestra al arder, si no que había ganado algo de aire. La sustancia en cuestión era el oxígeno. A raíz de sus observaciones, demostró la falsedad de la teoría del flogisto y enunció la ley de la conservación de la masa, por la cual es conocido ampliamente. Referencias Adaptada de: www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lavoisier.htm