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UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VIROLOGÍA TEORICO Nº 5 Temario: Interacción virus-célula. Infección en células permisivas y no permisivas. Fenómeno de la resistencia. Efecto de los virus sobre las células: a) inducción de enzimas b) destrucción celular c) transformación d) integración. Persistencia. Papel central del RNA mensajero. Interacción virus-célula Así como el conocimiento de la naturaleza de la infección viral en el animal hospedador es la clave para comprender el comportamiento de la infección viral en la población, el conocimiento de la naturaleza de la infección en las células individuales es la clave para comprender la infección en los tejidos, órganos e incluso en todo el organismo animal. Los diferentes virus pueden inducir una gran variedad de cambios citológicos en los más de 200 tipos celulares presentes en el animal hospedador. Los virus comúnmente codifican genes que inducen, imitan o interrumpen funciones de la célula hospedadora para su propio beneficio y, por supuesto, el hospedador elabora una respuesta para combatir este accionar de los virus. La consecuencia de la infección sobre el animal puede variar desde esencialmente benigna e indetectable hasta ocasionar la muerte del hospedador. Los factores virales y celulares que determinan esta consecuencia se encuentran en un delicado equilibrio, que puede ser fácilmente alterado, ya sea por la respuesta fisiológica, inmune o inflamatoria desarrollada por el hospedador como por los factores de virulencia expresados por el virus. La interrupción de las funciones celulares, la inducción de transformación o muerte celular y/o la activación de una respuesta inmune inapropiada se manifiestan como “enfermedad” en el animal hospedador. Los cambios celulares, sub-celulares y moleculares producidos por el virus sobre la célula hospedadora han sido tradicionalmente estudiados en los cultivos celulares. Sin embargo, en los últimos años, el uso del cultivo de órganos o de explantes de órganos y el transplante de células o tejidos infectados en animales experimentales han generado importantes caudales de información sobre la patología celular con una aplicación práctica inmediata en la clínica de las enfermedades virales. Tipos de interacción virus-célula Las infecciones virales pueden ser categorizadas como citolíticas (citopáticas) o no citolíticas (no citopáticas). Además, las infecciones virales pueden clasificarse como productivas, es decir, las infecciones conducen a la producción y liberación de nuevos viriones. Sin embargo, los profundos cambios en las células hospedadoras, que conducen a la muerte celular en algunos casos o a la transformación de las células en otros casos, pueden ocurrir durante infecciones del tipo no productivas. Ciertos tipos de células son permisivas, es decir, permiten replicaciones completas de las partículas virales; mientras que otras células pueden clasificarse como no permisivas, es decir, la replicación viral puede bloquearse en algún punto entre la adherencia del virus a la célula y los estadios finales de ensamblaje y liberación de los viriones. Los cambios citopáticos pueden ocurrir tanto en las células permisivas como en las no permisivas. A menudo un virus que replica perfectamente bien en un tipo particular de célula, puede enfrentarse a una célula no permisiva. En estos casos resulta imposible evidenciar el UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA efecto del virus sobre la célula. Por ejemplo, si hubo un defecto en el genoma viral, la replicación del virus puede ser no productiva, incluso si la célula afectada es una célula permisiva. Una de las interacciones celulares con virus no productivos más importantes son aquellas que generan infecciones persistentes o latentes. El término infección persistente simplemente describe una infección que se extiende durante largos períodos de tiempo. Mientras que el término infección latente describe una infección viral que “existe pero no se evidencia”, es decir, una infección viral en la cual no se producen viriones infecciosos. En ambos casos, los virus o su genoma se mantienen indefinidamente en la célula, ya sea por integración del ácido nucleico viral en el ADN de la célula hospedadora o por el transporte del ácido nucleico viral de manera episomal. Bajo estas situaciones, la célula infectada puede sobrevivir e incluso dividirse repetitivamente. En algunos casos estas células nunca liberan viriones y en otros casos la infección puede transformarse en productiva cuando es inducida por un estímulo apropiado. Las infecciones persistentes o latentes pueden asociarse con transformaciones celulares cuando están involucrados algunos virus oncogénicos. Los diferentes tipos de interacciones virus-célula se resumen en la Tabla 1. Tabla 1. Interacciones virus-célula. Tipo de infección Efecto sobre la célula Citopática Cambios morfológicos en la célula (efecto citopático); inhibición de la síntesis de ADN, ARN y proteínas; muerte celular. Persistente, productiva No hay efecto citopático, escasos disturbios metabólicos en la célula hospedadora, las células continúan dividiéndose, pueden producirse pérdida de funciones especiales en algunas células diferenciadas. Persistente, no productiva Ninguno Transformación Alteración en la morfología de la célula; las células pueden dividirse indefinidamente; pueden producir tumores. Producción de viriones infecciosos Ejemplos Sí Alfaherpesvirus, enterovirus, reovirus Sí Pestivirus, arenavirus, virus de la rabia, la mayoría de los retrovirus No, pero la producción de viriones puede inducirse por co-cultivo, irradiación o agentes mutagénicos químicos. Si, virus oncogénicos. Virus del Moquillo Canino en el cerebro. Leucosis aviar, Virus productores de sarcomas. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Cambios citopáticos en las células infectadas por virus Los virus citopáticos matan a las células en las cuales se replican. Cuando una monocapa de células cultivadas es inoculada con un virus citopático, la primera etapa de la infección genera una progenia de virus que se propaga al medio para infectar tanto a las células adyacentes como a las distantes (todas las células del cultivo terminan infectadas). El daño celular resultante se conoce como efecto citopático (ECP). El efecto citopático puede observarse en las células del cultivo sin teñir y utilizando un microscopio óptico de bajo poder (Figura 1). A B C Figura 1. Monocapa confluente de tres tipos celulares, sin teñir y como se observan en un microscopio óptico a través de la pared del recipiente plástico en el cuál se desarrollan las células en monocapa. (A) Cultivo celular de hemocitos primarios en monocapa (20 ×). (B) Fibroblastos fetales de la dermis humana (200 ×) (C) Células He-La (línea celular continua obtenida de células epiteliales malignas de un tumor de cuello uterino obtenido de una mujer). La naturaleza del efecto citopático suele ser característico del virus particular involucrado y es, por lo tanto, un indicio preliminar importante en la identificación del aislamiento clínico. La fijación y tinción de las células en monocapa infectadas puede revelar importantes detalles diagnósticos. Mecanismos de daño celular Debido a que ocurren muchos cambios patofisiológicos en las células infectadas con virus citopáticos, la muerte celular no puede ser atribuida a ningún evento en particular. En efecto, la muerte celular puede ser el resultado final de la acción acumulada de muchas injurias celulares. Sin embargo, en los últimos años se han descubierto varios mecanismos específicos de injuria celular, que han sido objetivo de las drogas terapéuticas. Los virus pueden causar daños en la célula huésped por diferentes mecanismos: Inhibición de la síntesis de ácidos nucleicos celulares. Inhibición de la transcripción del ARN en la célula huésped. Inhibición en la generación del ARN mensajero en la célula huésped. Inhibición de la síntesis de proteínas en la célula huésped. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Efectos citopáticos de proteínas tóxicas producidas por los virus. Inhibición de la síntesis de ácidos nucleicos celulares. La inhibición de la síntesis de ADN en la célula hospedadora es común en las infecciones virales. Es una consecuencia inevitable de la inhibición viral sobre la síntesis de proteínas en la célula hospedadora y de su efecto sobre la maquinaria de replicación del ADN, aunque algunos virus emplean mecanismos más específicos. Por ejemplo, los poxvirus producen una ADNasa que degrada el ADN celular y los herpesvirus desplazan específicamente la síntesis de ADN en la célula hospedadora hacia la síntesis de su propio ADN. Inhibición de la transcripción del ARN en la célula huésped. Muchos virus, incluyendo los poxvirus, rhabdovirus, reovirus, paramyxovirus y picornavirus inhiben la transcripción del ARN en la célula hospedadora. En algunas situaciones, esta inhibición puede ser la consecuencia indirecta de los efectos virales sobre la síntesis de proteínas de la célula hospedadora, la cual disminuye la disponibilidad de los factores de transcripción requeridos para la actividad de la enzima ARN polimerasa. En otras situaciones, los virus codifican factores de transcripción específicos con el propósito de regular la expresión de sus propios genes y, en algunos casos, estos factores modulan la expresión de los genes celulares. Por ejemplo, los herpesvirus codifican proteínas que se unen directamente a secuencias específicas del ADN viral y de esta manera regulan la transcripción de los genes propios del virus. Inhibición en la generación del ARN mensajero (ARNm) en la célula huésped. Muchos virus, incluyendo los virus de la estomatitis vesicular, virus Influenza y los herpesvirus interfieren con la fusión (splicing) de los transcriptos primarios del ARNm de la célula hospedadora. Esta fusión es requerida para la formación de la molécula madura de ARNm. Por ejemplo, una proteína sintetizada en las células infectadas con herpesvirus suprime la fusión de los ARNm primarios y tiende a reducirse la cantidad de ARNm celular y la acumulación de los transcriptos primarios del ARNm en la célula hospedadora. Inhibición de la síntesis de proteínas en la célula huésped. La interrupción en la síntesis de proteínas de la célula hospedadora, mientras se prioriza la síntesis de proteínas virales, es una característica común de muchas infecciones virales. Esta inhibición en la síntesis proteica es particularmente rápida en las infecciones producidas por los picornavirus, pero también se ha evidenciado en las infecciones con togavirus, virus Influenza, rhabdovirus, poxvirus y herpesvirus. En el caso de otros virus, esta inhibición sucede en un estadio tardío del curso de la infección y es más gradual, mientras que en los virus no citopáticos (pestivirus, arenavirus y retrovirus) no se genera esta inhibición y no hay muerte celular. Los mecanismos que explican la inhibición de la síntesis proteica en las células infectadas son muy variados: 1) Producción de enzimas virales que degradan los ARNm celulares. 2) Producción de proteínas que se unen a los ribosomas e inhiben la traducción del ARNm celular. 3) Alteración del ambiente iónico intracelular que favorece la traducción del ARNm viral sobre los ARNm celulares. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA En la mayoría de los casos, el ARNm viral simplemente supera en número al ARNm de la célula y compite por la utilización de la maquinaria celular necesaria para la traducción del ARNm. Las proteínas virales pueden inhibir el procesamiento y transporte de las proteínas celulares en el retículo endoplasmático y esta inhibición genera la degradación de las proteínas de la célula hospedadora. Este efecto ha sido observado en las infecciones producidas por lentivirus y adenovirus. Efectos citopáticos de proteínas tóxicas producidas por los virus. Grandes cantidades de componentes virales se acumulan en las células durante la infección viral. Hace años atrás se pensaba que el efecto citopático era simplemente la consecuencia de la toxicidad intrínseca de estas proteínas, pero recientemente se ha reconocido que la mayor parte del daño celular deriva de los eventos de la replicación viral que predominan sobre los eventos de la célula hospedadora. En efecto, la lista de “proteínas virales tóxicas” se ha reducido, pero aún permanece parte de este concepto. Por ejemplo, la toxicidad celular de los pentones que componen la nucleocápside de los adenovirus. Cambios citopáticos que involucran a las membranas celulares Las membranas celulares participan en muchas de las fases de la replicación viral: desde la adherencia y entrada del virus a la célula hasta el ensamblaje de los viriones. Los virus pueden alterar la permeabilidad de la membrana plasmática, afectar el intercambio de iones y el potencial de membrana, inducir la síntesis de nuevas membranas intracelulares e inducir la reorganización de membranas previamente existentes. Un incremento generalizado en la permeabilidad de membrana, detectado por la entrada a la célula de macromoléculas normalmente excluías o el escape de moléculas intracelulares, sucede durante los primeros estadios de la infección por picornavirus, alfavirus, reovirus, rhabdovirus y adenovirus. Los virus envueltos también dirigen la inserción de sus propias glicoproteínas de superficie en la membrana citoplasmática de las células hospedadoras durante el proceso de gemación, lo que frecuentemente puede generar fusión de membranas y formación de sincitios. Fusión de membranas celulares y formación de sincitios. Una característica particular de la infección de células en monocapa por los lentivirus, paramyxovirus, morbillivirus, pneumovirus y algunos herpesvirus es la producción de sincitios (Figura 2). Estos resultan de la fusión de una célula infectada con sus células vecinas infectadas o no infectadas. Los sincitios multinucleados pueden ser observados en los tejidos de los animales infectados con estos virus; por ejemplo: en los caballos fatalmente infectados con el morbillivirus equino australiano, que cursan con una neumonía intersticial, se han observado sincitios alveolares epiteliales (también llamadas células gigantes). UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Figura 2. Sincitios. Citopatología típica de los paramyxovirus: agrupación focal de células fusionadas formando un sincitio (flecha). Los sincitios representan un importante mecanismo de difusión viral en los tejidos: la fusión de las células permite que las entidades subvirales, como las nucleocapsides o ácidos nucleicos virales, escapen a las defensas del huésped. La fusión de las membranas celulares es mediada por las proteínas de fusión o dominios de fusión sobre la superficie viral (Figura 3). Células no infectadas Receptor celular Glicoproteínas virales Sincitio Célula infectada Núcleo Figura 3. Formación de sincitio. Las células infectadas con determinados virus expresan proteínas de fusión viral en la superficie de su membrana plasmática. Estas proteínas fusionan las membranas de las células adyacentes, infectadas o no infectadas, generando una célula gigante multinucleada o sincitio. Por ejemplo, la fusión que generan los virus de la Influenza es determinada por sus peplómeros de superficie denominados “hemaglutininas”, mientras que la fusión generada por muchos paramyxovirus, como el virus parainfluenza 3, es determinada por otros peplómeros denominados “proteínas F de fusión”. Los paramyxovirus pueden causar una rápida fusión de las células de un cultivo sin realizar replicación de los viriones. Esto ocurre simplemente como resultado de la acción de las proteínas UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA de fusión generadas por los viriones que intentan salir de las células e interactúan con la membrana citoplasmática. Hemoadsorción y Hemoaglutinación Las células cultivadas en monocapa e infectadas con orthomyxovirus, paramyxovirus y togavirus (virus que geman desde la membrana plasmática de la célula hospedadora), adquieren la habilidad de adsorber eritrocitos. Este fenómeno conocido como hemoadsorción (Figura 4), se debe a la incorporación de glicoproteínas virales en la membrana citoplasmática de las células infectadas. En esta membrana, dichas glicoproteínas funcionan como receptores para los ligandos de la superficie de los eritrocitos. Figura 4. Hemoadsorción. Es un fenómeno que sucede al aplicar glóbulos rojos a una monocapa de células de un cultivo previamente infectado con un virus con capacidad hemoaglutinante. La hemoadsorción se debe a la expresión de hemaglutininas específicas en la membrana plasmática de la célula infectada, donde se produce la adsorción de los glóbulos rojos. Las mismas glicoproteínas son responsables por la hemaglutinación in vitro, es decir, la aglutinación de eritrocitos. En este caso, los viriones agregados a una suspensión de eritrocitos forman puentes célula- virus- célula que involucran un gran número de eritrocitos (Figura 5). HEMAGLUTINACIÓN Virus hemaglutinante Eritrocitos Aglutinación Figura 5. Hemoaglutinación. Los virus Influenza poseen espículas de hemaglutinina, que aglutinan glóbulos rojos de diferentes especies animales. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Aunque la hemoadsorción y la hemaglutinación no juegan un rol conocido en la patogénesis de la enfermedad viral, estos fenómenos son utilizados con fines diagnósticos. Citólisis por mecanismos inmunológicos Las proteínas virales (antígenos) insertadas en la membrana plasmática de la célula huésped pueden constituir un blanco para la respuesta inmune del tipo celular y humoral, lo que puede generar lisis de la célula (Figura 6). Esto sucede cuando se produce una cantidad significativa de progenia viral en la célula hospedadora, retardando o deteniendo el progreso de la infección y acelerando la recuperación. Alternativamente, en algunos casos la respuesta inmune puede desencadenar una enfermedad inmunológica, ocasionando la lisis de células infectadas y de aquellas no infectadas. Las células natural killer (NK) reconocen los complejos mayores de histocompatibilidad tipo I (MHC I) Células NK Células sanas Las células infectadas que no expresan MHC I son asesinadas A Células NK Célula infectada VIRUS MHC I Linfocito T B Célula infectada Célula infectada Figura 6. Citólisis por dos mecanismos inmunológicos. A. Las células infectadas con virus pueden no expresar los antígenos virales en los complejos MHC I. Estas células sin MHC I pueden ser reconocidas y eliminadas por las células NK. B. Las proteínas virales insertadas en la membrana plasmática (expresadas en los MHC I) de la célula huésped pueden constituir un blanco para la respuesta inmune del tipo celular y humoral, lo que puede generar lisis de la célula. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Cambios citopáticos que involucran el citoesqueleto. Los cambios en la forma celular es una característica común de observar en la infección viral de las células cultivadas. Tales cambios son causados por daño al citoesqueleto, el cual se compone de varios sistemas filamentosos tales como microfilamentos (actina), filamentos intermedios (vimentina) y microtúbulos (tubulina) (Figura 7). Membrana nuclear Retículo endoplasmático MICROTÚBULOS (tubulina) Mitocondrias Ribosomas MICROFILAMENTOS (actina) y FILAMENTOS INTERMEDIOS (vimentina) Figura 7. Citoesqueleto. Compuesto de varios sistemas filamentosos tales como microfilamentos (actina), filamentos intermedios (vimentina) y microtúbulos (tubulina). El citoesqueleto es responsable de la integridad estructural de la célula, del transporte de las organelas dentro de la célula y de la motilidad de la célula. Algunos virus dañan específicamente este sistema filamentoso, por ejemplo: el virus del Moquillo Canino, virus de la estomatitis vesicular porcina y los herpesvirus causan despolimerización de los microfilamentos de actina y los enterovirus ocasionan daños en los microtúbulos. Tales lesiones contribuyen a los cambios citopáticos drásticos que preceden a la lisis celular en la mayoría de las infecciones (Figura 8). UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Figura 8. Cambios citopáticos relacionados al citoesqueleto en las células cultivadas. Células adherentes en un cultivo celular sin infectar (t= 0 min) y 10 minutos luego de la infección (t=10 min) con un virus que genera alteraciones en el citoesqueleto, ocasionado la perdida de los elementos del citoesqueleto que participan en la adhesión de la célula al fondo de la placa de cultivo. Los elementos del citoesqueleto son utilizados por muchos virus durante su ciclo replicativo: en la entrada viral, para la formación de los complejos de replicación y los sitios de ensamblaje y en la salida viral. Cambios no-citopáticos en las células infectadas por virus Los virus no citopáticos normalmente no matan las células en las cuales se replican. Por el contrario, ellos causan infecciones persistentes durante las cuales se producen y liberan viriones, sin afectar demasiado el metabolismo celular. En la mayoría de los casos, las células continúan creciendo y dividiéndose. Este tipo de interacción virus-célula es una hallazgo común en las células infectadas con varios tipos de virus ARN: pestivirus, retrovirus y algunos paramyxovirus. Sin embargo, en la infección con retrovirus se producen cambios progresivos que conducen a la muerte celular. En el animal hospedador, el reemplazo celular ocurre muy rápidamente en la mayoría de los órganos y tejidos, de manera que las lentas consecuencias de la infección persistente sobre las células suelen no afectar sus funciones celulares. Sin embargo, las neuronas, una vez destruídas, no son reemplazadas y estas células diferenciadas, persistentemente infectadas, pueden perder su capacidad para desarrollar sus funciones especializadas. Efectos de las infecciones virales no-citopáticos sobre las funciones de las células especializadas. Algunos virus, como los pestivirus y los retrovirus, no afectan la síntesis de ADN, ARN o proteínas y no matan a su célula hospedadora, pero producen importantes cambios patofisiológicos en sus hospedadores afectando las funciones vitales que no se relacionan con la integridad o con las funciones internas de las células. El daño a las funciones especializadas de las células diferenciadas puede afectar las funciones reguladoras y homeostáticas de los órganos endocrinos, las funciones digestivas y metabólicas de los órganos exocrinos, las funciones locomotoras y circulatorias de los músculos, las funciones comportamentales de “lucha o huida” mediadas por los sistemas simpático y parasimpático y las funciones protectoras del sistema inmunitario. Los efectos de las infecciones virales sobre estos órganos o tejidos afectan los niveles hormonales, las actividades enzimáticas, las funciones de los neurotransmisores químicos o eléctricos y otras funciones que aún deben ser investigadas. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA En la actualidad, la mayoría de la información básica que permite la comprensión de estos efectos proviene de modelos experimentales en ratones de laboratorio. Por ejemplo, el virus de la coriomeningitis linfocitica que replica en las células somáticas de la hipófisis en los ratones infectados persistentemente, disminuye la producción de ARNm para la síntesis de hormona del crecimiento (GH) en las células infectadas, impidiendo el crecimiento y desarrollo de los animales infectados. Además, este virus replica en las células β de los islotes de Langerhans en el páncreas de los ratones y puede inducir hiperglucemia, similar a la diabetes insulino-dependiente de los perros y humanos. Se pueden observar efectos neuropsiquiatricos en las infecciones virales persistentes del SNC, por ejemplo: el virus de la enfermedad de Borna induce cambios de comportamiento en las ratas, gatos y caballos. Actualmente, se están estudiando los efectos de los virus que afectan el SNC como una posible causa de depresión y otros desordenes neuropsiquiátricos de bipolaridad en los humanos. Cuando los efectos patofisiológicos de las infecciones virales persistentes se estudian en el sistema inmunitario, no se piensa que este efecto se produce sólo sobre las células inmunitarias individuales, sino en una infección del órgano linfoide completo en el animal hospedador. Los virus que afectan los linfocitos pueden inducir una inmunodepresión generalizada o disfunciones sutiles de una respuesta inmunitaria en particular. La compleja infección causada por el virus de la inmunodeficiencia felina es un ejemplo de esto. De manera similar, cuando las infecciones virales persistentes afectan a las células musculares, nos focalizamos en las disfunciones observadas en este sistema, como pueden ser cambios en la capacidad cardiaca o en la motilidad gastrointestinal. Cuando las infecciones persistentes involucran a las células del epitelio respiratorio, no nos centramos en estas células, sino en la consecuencia como sería la parálisis del árbol ciliar respiratorio, la congestión de las vías aéreas y en la probabilidad de una sobreinfección bacteriana que genera una neumonía secundaria (Figura 9). A B Figura 9. Efecto in vitro de los rinovirus sobre el crecimiento del epitelio traqueal bovino observado sobre un cultivo de explante de órgano, evaluado mediante microscopia electrónica. A. Células epiteliales ciliadas normales. B. Seis días después de la infección las células se redondean o se descaman hacia la luz traqueal. Cuerpos de inclusión Un cambio morfológico característico de las células infectadas por ciertos virus es la formación de cuerpos de inclusión (o inclusiones virales), los cuales pueden reconocerse en las células observadas en un microscópico óptico, luego de ser fijadas y teñidas (Figura 10). UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Figura 10. Secciones histológicas del cerebro y vejiga urinaria de un cánido infectado con el virus del Moquillo Canino, teñidas con HE. (a) Sustancia blanca cerebral: se observa gliosis con formación de sincitios. (b) Un mayor aumento de (a). Se identifica un sincitio (flecha). (c) Hipotálamo. Se identifican microgliosis (puntas de flecha) y manguitos perivasculares (flechas). (d) Tálamo. Se identifican cuerpos de inclusión intracitoplasmáticos eosinofílicos en la astroglía (flecha pequeña) y en una neurona (punta de flecha). Se identifica un cuerpo de inclusión intranuclear eosinófillico en la neurona (flecha grande). (e) Necrosis y degeneración del estrato granuloso en la circunvolución dentada. (f) Epitelio transicional de la vejiga urinaria. Se identifican numerosos cuerpos de inclusión intranucleares / intracitoplasmáticos (flechas). Dependiendo del tipo de virus, los cuerpos de inclusión pueden ser intranucleares o intracitoplasmáticos, simples o múltiples, grandes o pequeños, de forma redondeada o irregular y eosinofílicos (rosados, teñidos con eosina) o basofílicos (azules, teñidos con hematoxilina). La mayoría de los cuerpos de inclusión se observan como inclusiones intracitoplasmáticas en las células infectadas con reovirus, paramyxovirus y rhabdovirus (virus ARN) y como inclusiones intranucleares en las células infectadas por herpesvirus, adenovirus y parvovirus (virus ADN). Algunos virus, como el virus del moquillo canino o el citomegalovirus porcino pueden producir cuerpos de inclusión tanto intranucleares como intracitoplasmáticos en la misma célula. Los cuerpos de inclusión se componen de diversas estructuras: algunas de estas inclusiones son acumulaciones de los componentes virales. Por ejemplo: las inclusiones intracitoplasmáticas en las células infectadas con el virus de la rabia, reconocidos como corpúsculos de Negri, son nucleocápsides virales acumuladas. Mientras que las inclusiones intracitoplasmáticas encontradas en las células infectadas con poxvirus se consideran sitios de UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA síntesis viral (denominados “viroplasmas” o sitios de fabricación de virus). Otros cuerpos de inclusión se componen de agregados cristalizados de viriones. Por ejemplo: las inclusiones generadas por los adenovrius en el núcleo celular o las inclusiones producidas por los reovirus en el citoplasma de las células infectadas representan grandes acumulaciones de viriones. Por otra parte, los cuerpos de inclusión pueden resultar de cambios degenerativos en la célula hospedadora. Los llamativos cuerpos de inclusión intranucleares observados en las células infectadas por herpesvirus se asemejan a los “ojos de una lechuza”. Estos están constituídos por la condensación viral de la cromatina y por un artefacto ocurrido durante la fijación de las células, que resulta en la formación de zonas claras alrededor de la cromatina condensada (Figura 11). Figura 11. Inclusión viral intranuclear típica (ojo de lechuza) de los herpesvirus. Polaridad de la gemación viral Durante la replicación viral, los virus envueltos insertan sus glicoproteínas en la membrana citoplasmática de las células que los hospedan. Esta inserción no ocurre aleatoriamente. Los virus que geman en la superficie apical de las células epiteliales pueden ser expulsados al ambiente extracelular, mientras que los que geman en la superficie basolateral son liberados hacia otros sitios del organismo que los alberga, ingresando en la circulación y generando infecciones sistémicas (Figura 12). Los virus que no abandonan la célula por gemación, normalmente generan lisis celular. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Superficie APICAL Superficie BASAL Figura 12. Sitios de gemación de varios virus. Los virus que geman en la superficie apical de las células epiteliales que recubren las superficies corporales son liberados con los contenidos del sistema respiratorio (moco), secreciones genitales o el contenido intestinal (heces). Los virus que geman a través de la superficie basal son liberados al torrente circulatorio o linfático. Por ejemplo, en las especies hospedadoras que funcionan como reservorio del virus de la rabia, éste es liberado a través de la superficie apical de las células epiteliales de las glándulas salivales, ingresando en la saliva y transmitiéndose a través de la mordedura. Sin embargo, los lentivirus geman a través de la membrana plasmática basolateral y acceden directamente a la célula vecina o se diseminan en el espacio intersticial y luego acceden a la circulación sistémica. El virus tipo salvaje de la parainfluenza 1 (virus Sendai), el cual genera enfermedad respiratoria en varias especies animales, gema a través de la superficie apical, ingresando a las vías aéreas y transmitiéndose mediante aerosoles, mientras que una variante de este virus genera una enfermedad más generalizada ya que gema a través de la superficie basolateral y se disemina al resto del organismo. Cambios ultraestructurales en las células infectadas por virus Como se observa en las microfotografías de alta resolución logradas mediante microscopia electrónica, los cambios específicos y no específicos observados en las células infectadas por virus suelen ser bastante variados y dramáticos (Figura 13). UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Figura 13. Muestras del cerebro de hámsters infectados por el virus Nipah. (A) El examen de la corteza ventral reveló la inflamación perivascular con extravasación de células plasmáticas y monocitos. (B) Degeneración de neuronas (n) con distención mitocondrial (asterisco negro), dilatación de retículo endoplasmático rugoso (RER; flecha negra) en una célula plasmática adyacente y degradación de la mielina axonal (punta de flecha negra). (C) Vacuolización en neuronas. (D) Agregaciones de nucleocápsides. (E, F) También se observaron agregados de nucleoproteínas en los axones, algunos de los cuales mostraron degradación de la mielina (F). Para comparar, se indican las mitocondrias (asterisco blanco) y el RER (flecha blanca) "normales" y las puntas de flechas blancas indican los axones que no muestran ninguna patología en este plano de corte. Los primeros cambios observados en la estructura de las células se caracterizan por la proliferación de diversas membranas celulares, por ejemplo: los herpesvirus causan un incremento en la síntesis de las membranas nucleares; los flavivirus causan proliferación del retículo endoplasmático; los picornavirus y calicivirus causan una proliferación característica de las vesículas intracitoplasmáicas y los retrovirus pueden generar fusiones de las membranas citoplasmáticas. Otros cambios ultraestructurales que predominan en muchas de las infecciones virales incluyen: disrupción de los elementos del citoesqueleto, daños en las mitocondrias y cambios en la densidad del citoplasma. En etapas avanzadas de la infección viral, la mayoría de los virus citolíticos causan destrucción y/o condensación nuclear, citoplasmática o de las organelas, lo que resulta en la pérdida final de la integridad de la membrana citoplasmática de la célula hospedadora. En estos casos, la muerte celular es una consecuencia inevitable, pero en otros casos se produce sólo una sutil pérdida de las funciones de la célula hospedadora y no puede ser atribuida a los cambios ultraestructurales patológicos observado en tales células. En las infecciones no-citolíticas, la mayoría de las pérdidas funcionales celulares no pueden ser atribuidas al daño celular que es morfológicamente evidente. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Además de los cambios atribuidos directamente a la replicación viral, la mayoría de las células infectadas con virus también evidencian cambios no específicos, muchos de ellos inducidos por daños químicos o físicos a la célula hospedadora. El más común de estos cambios, y que además es reversible, es el denominado “degeneración hidrópica”. Este cambio está asociado a un incremento en la permeabilidad de la membrana plasmática. Los estudios con microscopia electrónica revelan que estas células presentan un aumento de tamaño de sus núcleos, distención del retículo endoplásmico y de las mitocondrias (Figura 13.B) y rarefacción del citoplasma. En estadios avanzados de la infección viral, los núcleos se condensan y disminuyen su tamaño y se incrementa la densidad del citoplasma. La destrucción celular resulta como consecuencia de la perdida de la integridad osmótica y el escape de las enzimas lisosomales al interior del citoplasma. Esta progresión de eventos es denominada por los patólogos como la “vía común terminal” que conduce a la muerte celular. Virus inductores de muerte celular: apoptosis versus necrosis Durante mucho tiempo se pensó que los virus mataban a las células de una manera directa, ya sea usurpando la maquinaria celular, irrumpiendo la integridad de las membranas, etc. Sin embargo, en los últimos años se ha encontrado que aunque algunos virus causan necrosis de su célula hospedadora, otros virus asesinan a las células mediante la activación del sistema que genera muerte celular programada. Las células que han activado este sistema sufren cambios morfológicos característicos que se conocen como apoptosis. Los cambios morfológicos más llamativos que ocurren durante la apoptosis se pueden distinguir de los cambios ocurridos durante la necrosis celular (Figura 14). Figura 14. Cambios celulares que diferencian la muerte celular ocurrida por apoptosis de la muerte celular por necrosis. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Las células que mueren por apoptosis exhiben condensación de la cromatina, así como también, marginación y eventualmente ruptura (fragmentación) de estructuras membranosas que contienen restos celulares y nucleares. Además, durante la apoptosis se activa una endonucleasa celular que fragmenta el ADN. Esta endonucleasa no ha sido descripta en la necrosis celular. Existen varios mecanismos por los cuales las células son inducidas a activar la vía apoptótica. Algunos virus inducen apoptosis por la acción directa de proteínas específicas. Los adenovirus, alfavirus y circovirus poseen proteínas que inducen por sí mismas la muerte celular por apoptosis. En otros casos, los virus inducen la apoptosis indirectamente a través de sus efectos sobre los procesos celulares. Por el contrario, algunos virus han adquirido algunos genes anti-apoptóticos, cuyo efecto es prolongar la supervivencia celular hasta que se complete el ciclo viral y se libere una o más progenia de viriones. La muerte celular programada aparenta ser un importante mecanismo de defensa del hospedador. Cuando los virus inducen muerte celular por necrosis, y si no es demasiado tarde, se produce la liberación de una progenie completa de virus. Por ejemplo, en los picornavirus la lisis de la célula hospedadora por necrosis es parte de la estrategia viral para liberar miles de viriones infectivos. Sin embargo, cuando las células inducen su propia muerte (apoptosis), esta sucede antes que la progenie viral pueda ser liberada. Paradójicamente, esta eliminación temprana de las células infectadas con virus, que ocurre antes de la liberación de los viriones, puede detener o al menos frenar la propagación del virus hacia el resto del organismo hasta que se active cualquier otro tipo de defensa del hospedador. Interferones La denominada interferencia viral sucede cuando las células infectadas con un determinado virus resisten la superinfección con el mismo virus o con otro virus diferente. Los virus inteferentes no necesariamente deben replicarse en la célula para generar interferencia y la habilidad del nuevo virus infectante para replicarse puede ser inhibida parcial o completamente. Dos mecanismos han sido demostrados: 1) interferencia mediada por virus mutantes defectuosos que actúan como interferentes, pero sólo para virus homólogos y 2) interferencia mediada por interferones. Propiedades de los interferones En 1957 Isaacs y Lindenmann reportaron que las células de la membrana corioalantoidea de los embriones de huevos infectados con el virus influenza liberan al medio una proteína no viral denominada interferón que protege a las células no infectadas de la infección por el mismo virus o virus relacionados. Este descubrimiento generó esperanzas sobre la capacidad de esta sustancia para ser utilizada como un agente terapéutico antiviral de amplio espectro, seguro y no toxico. A pesar que desde entonces se realizaron un enorme listado de trabajos científicos, la utilidad de este agente terapéutico para el tratamiento de las enfermedades virales continúa siendo aún un sueño sin concretar. Actualmente se han caracterizado 24 interferones humanos y unos pocos interferones animales, probablemente debido a la falta de investigaciones en este último grupo. Se conoce que los interferones pertenecen a una gran familia de proteínas que regulan las células normales, conocidas como citoquinas. Los interferones se dividen en 3 tipos diferentes de proteínas con diferencias químicas, conocidas como interferón α (del cual se conocen 22 subtipos diferentes UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA en humanos), interferón β e interferón ɣ. Algunas de las propiedades de estas 3 proteínas diferentes se enumeran en la Tabla 2. Tabla 2. Propiedades de los interferones. Interferón α Interferón β Interferón ɣ Fuente principal Leucocitos y muchas otras células. Fibroblastos Linfocitos T Células epiteliales Células NK Agente inductor Infección viral Infección viral Antígenos (o mitógenos) Numero de subtipos Al menos 22 identificados en humanos y unos pocos en animales. 1 1 Glicosilación No, en la mayoría de los subtipos. Si. Si. Forma funcional Monómero Dímero Tetrámero Principal actividad Antiviral Antiviral Inmunomodulante Propiedad Mecanismo de acción Inhibición de la síntesis proteica. Inhibición de la síntesis proteica. Mejora la expresión de los antígenos en los MHC; activa las células T citotoxicas, macrófagos y células NK. Los interferones no son sintetizados constitutivamente por las células, por el contrario son producidos y liberados transitoriamente en respuesta a estímulos externos, tales como las infecciones virales (Figura 15). Cualquier virus (pero especialmente los virus ARN) que se multiplica en cualquier tipo celular, en cualquier especie de vertebrado, induce la producción de interferón α y β. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Virus Célula hospedadora Multiplicación viral Célula no infectada Producción de Interferón α y β Interferón α y β Célula resistente al ataque de futuros virus Figura 15. Interferón α y β. Estos interferones son producidos y liberados transitoriamente en respuesta a una infección viral. El interferón ɣ es producido sólo por los linfocitos T y las células NK por la estimulación de un complejo antígeno-anticuerpo o una sustancia mitogénica (que induce mitosis) conocida como linfoquina, que posee propiedades inmunoregulatorias (Figura 16). Activación de granulocitos Secreción de Interferón ɣ Activación de células epiteliales Aumenta la actividad de las células NK Activación de Macrófagos Pico de actividad antiviral y cese de la división celular en muchos tipos celulares. Cese de la hematopoiesis. Activación de Linfocitos T Diferenciación de los linfocitos B Induce la expresión de los MHC tipo I y II en muchos tipos de células UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Figura 16. Interferón ɣ. El interferón ɣ es producido sólo por los linfocitos T y las células NK y genera una amplia respuesta inmunológica. Algunos interferones, especialmente los ɣ y β, tienen especificidad de especies; en algunos casos se ha observado que los interferones del ratón son inefectivos en humanos y viceversa. Sin embargo, es poca o nula la especificidad viral que poseen estas sustancias. Por ejemplo: los interferones α, β ó ɣ inducidos por la infección con paramyxovirus son totalmente efectivos para prevenir la infección por togavirus. Los interferones secretados son distribuídos localmente o transportados por la circulación al resto del organismo. Normalmente, los interferones inducidos por virus son producidos al comienzo del ciclo de infección, de manera tan temprana que coincide con la liberación de la primera progenie de viriones por la célula infectada (Figura 15). Por esto, tienen un efecto muy importante sobre la protección de las células vecinas, sobre la inhibición de la propagación local de los virus al inicio de la infección y sobre la diseminación temprana de los virus a través de todo el organismo. El importante rol que desempeñan los interferones como mecanismo de defensa ha sido documentado en 3 tipos de observaciones clínicas y experimentales: 1) En la mayoría de las infecciones virales, la producción de interferón se correlaciona con la recuperación del animal, 2) la inhibición de la producción de interferón aumenta la severidad de las lesiones y 3) el tratamiento con interferón protege contra las infecciones. Acción antiviral de los interferones. Luego de la inducción de la infección viral, los interferones son liberados desde las células infectadas y se unen a receptores específicos ubicados en la membrana citoplasmática de otras células. Existe un receptor para el interferón α y β y otro receptor para el interferón ɣ. La unión del interferón α y β a su receptor activa una compleja cascada de señales transcripcionales, la cual genera la síntesis de una gran cantidad de proteínas celulares. La unión del interferón ɣ a su receptor dispara una cascada de eventos diferentes que genera un grupo diferente de proteínas. Muchas de estas proteínas inhiben (directa o indirectamente) la replicación del virus, por diferentes mecanismos (Figura 17). UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA 1) Interferón 2) Señales 3) Activación de genes transcripcionales 4) ARNm 7) Bloqueo de síntesis proteica viral 6) Proteínas Inhibitorias de la Transducción Viral (PITV) 5) Traducción del gen Figura 17. Uno de los mecanismos de acción antiviral del interferón. La unión del interferón a su receptor (1) activa una compleja cascada de señales transcripcionales (2) que genera la activación de genes específicos en la célula (3). Estos genes son transcriptos a ARNm (4) para luego ser traducidos a proteínas en el ribosoma de la célula (5). Estas proteínas conocidas como proteínas inhibitorias de la traducción viral (PITV) (6), impiden la traducción de las proteínas virales en los ribosomas de la célula (7). De esta manera se bloquea la síntesis de nuevos viriones en la célula. Interferones y la resistencia/sensibilidad a las infecciones virales Es muy difícil establecer que tipos celulares son los responsables de la producción de interferón frente a una infección viral en particular en los animales. Ciertamente, los interferones pueden ser encontrados en multiples sitios de infección, por ejemplo: en el moco secretado en la superficie del epitelio respiratorio durante una infección viral de las vías aéreas o en la sangre en el caso de las infecciones virales sistémicas. Además, los interferones son producidos por las células epiteliales o mesenquimáticas, así como también por los linfocitos T, células NK y macrófagos en los sitios de la infección. Aunque se conoce que los interferones desempeñan un importante rol en la recuperación de los animales que padecen una infección viral, poco se conoce acerca de los mecanismos que participan en esta recuperación. El principal efecto antiviral de los interferones parece ser local, protegiendo a las células en la vecindad inmediata al sitio de infección, disminuyendo el movimiento de los virus durante los estadios iniciales de la infección. Acción de los virus para combatir el efecto de los interferones Debido a la inducción temprana y ampliamente eficiente de los interferones, muchos virus han evolucionado sus mecanismos de defensa para evadir la acción del interferón producido por UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA el animal hospedador. Por ejemplo, los adenovirus y los reovirus codifican ARNs que se unen a las proteinas que bloquean la síntesis de proteinas virales (PITV), ejerciendo una acción inhibitoria sobre el accionar de estas proteínas. Esto permite la replicación viral, incluso en las células influenciadas por el interferón. BIBLIOGRAFÍA: Murphy FA, Gibbs EP, Horzinek MC, Studdert MJ. (1999). Veterinary Virology. Third Edition, Elsevier Ed., U.S.A. Traducción realizada por el Dr. Cs. Vet. Diego Grilli (Octubre, 2013). UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VIROLOGÍA TEORICO Nº 6 Temario: Interacción virus-organismo del huésped. Patogenia: rutas de entrada, mecanismo de diseminación en el cuerpo y eliminación viral. Tipos de infección: aguda, latente, crónica y lenta. Epidemiología y su aplicación a infecciones virales de importancia veterinaria. Interacción virus-organismo del huésped. De manera similar a lo que sucede con otros microorganismos, los virus pueden acceder a un organismo animal, replicar, diseminarse (tanto local como sistémicamente) y, en el caso de las infecciones generalizadas, dirigirse hacia los órganos blanco. Además, para que los virus puedan sobrevivir en la naturaleza deben ser transmitidos, es decir; deben abandonar el animal hospedador utilizando sus secreciones o excreciones para eliminarse al ambiente, luego ser incorporado en otro animal hospedador o vector y/o transmitirse congénitamente desde la madre a la cría (Tabla 1). Tabla 1. Pasos de las infecciones virales. Pasos del proceso de infección viral. Requisitos para la supervivencia viral y progresión de la infección Entrada al huésped y replicación viral primaria Evasión de las barreras de protección natural del animal hospedador. Diseminación local o general en el hospedador, Tropismo celular o tisular y Replicación viral secundaria Evasión de la respuesta inmunitaria inmediata del animal hospedador y de las barreras naturales para diseminarse. A nivel celular, los virus aprovechan las funciones celulares normales para garantizar su propia replicación. Evasión de las defensas inmunes e inflamatorias del hospedador Evasión de la respuesta inmune, fagocítica e inflamatoria del animal hospedador para completar el ciclo de transmisión viral. Salida del hospedador Salida del virus, en cantidad suficiente y por sitios determinados del organismo que permitan la infección de otro animal hospedador. Vías o rutas de entrada de los virus. Para infectar al animal hospedador, los virus deben primero atacar e infectar a las células de las superficies corporales. Aunque también, los virus pueden ingresar al animal hospedador UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA por inoculación parenteral directa: a través de heridas, transmisión por agujas contaminadas o mediante la picadura de un artrópodo o la mordedura de un vertebrado. Una buena representación esquemática de las vías o rutas de entrada de los virus se observa en la Figura 1, propuesta por Cedric Mims. NARIZ BOCA CONJUNTIVA HERIDAS MORDEDURAS PULMONES PIEL CAPILARES TRACTO UROGENITAL ANO Figura 1. Representación esquemática de las principales rutas de entrada a las superficies corporales (Cortesía de Cedric Mims). La piel, una de las principales estructuras que recubren las superficies corporales, se compone de células queratinizadas, dispuestas en varias capas, que garantizan cierta impermeabilidad al ingreso de agentes extraños al organismo. La superficie del aparato respiratorio y digestivo, está formada por una o más capas de células no queratinizadas que constituye una barrera corporal importante. El tracto urogenital, donde se producen los fluidos sexuales y la orina, constituye otra de las superficies corporales más importantes, al igual que la conjuntiva ocular y la córnea. Cada una de estas superficies puede ser invadida por uno o más virus. Vía de entrada: Aparato respiratorio. La mucosa del tracto respiratorio está recubierta de células que permiten la replicación de muchos agentes virales. El tracto respiratorio es protegido por dos sistemas efectivos de limpieza: 1) una barrera de moco producido por las células caliciformes, la cual se mantiene en constante movimiento debido a la acción coordinada de 2) las cilias presentes en las células cilíndricas que cubren la mucosa respiratoria. La mayoría de los viriones inhalados son atrapados en esta barrera mucosa y transportados por la acción de las cilias hacia la faringe, para luego ser deglutidos o eliminados al exterior mediante el reflejo de la tos o estornudo. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Neutrófilos TOS Macrófagos Limpieza mucociliar Señales quimiotáctiles Citocinas Neutrófilos Linfocitos B Figura 2. Barreras naturales y mecanismos de defensa del tracto respiratorio. 1) Células epiteliales cilíndricas ciliadas, 2) Células caliciformes, 3) Células precursoras, 4) Células secretoras de IgA. Las partículas con un tamaño mayor a 10 µm de diámetro son normalmente atrapadas por la mucosa de la cavidad nasal. Las partículas cuyo diámetro oscila entre 5 a 10 µm pueden atravesar la mucosa nasal y quedar atrapadas en la barrera de moco producido por la mucosa de la tráquea o bronquiolos. Las partículas con un diámetro menor a 5 µm son inhaladas hasta los pulmones y pueden alcanzar los alveolos pulmonares donde son fagocitadas por los macrófagos alveolares. Los virus que infectan las células de la mucosa del tracto respiratorio (Tabla 2) probablemente poseen glicoproteínas de superficie que se unen específicamente a los receptores localizados en la membrana citoplasmática de las células que recubren la mucosa respiratoria. Tabla 2. Virus que inician la infección ingresando por el tracto respiratorio Virus que afectan localmente el aparato respiratorio Herpesvirus Adenovirus Virus Parainfluenza y Sincitial Respiratorio Virus Influenza de Cerdos y Caballos UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Rinovirus Virus de la Fiebre Aftosa Virus productores de enfermedad sistémica, que ingresan por el tracto respiratorio Virus de la Pseudorabia Virus de la enfermedad de Marek Virus Distemper Virus de la Peste Bovina Virus Influenza de Aves Vías de entrada: orofaringe y aparato digestivo. Muchos virus pueden ser incorporados al organismo animal mediante la ingestión de las partículas virales. Los virus pueden ser deglutidos y alcanzar directamente la mucosa gástrica y/o intestinal. También pueden infectar las células de la orofaringe y la progenie viral generada en este tejido, puede transportarse luego al tracto gastrointestinal. El esófago es raramente infectado, probablemente debido a la velocidad de pasaje del material deglutido sobre la superficie del esófago y a las características del epitelio que recubre la superficie mucosa del esófago (epitelio escamoso estratificado). El tracto digestivo está recubierto por un moco protectivo, el cual contiene anticuerpos IgA secretorios específicos. Sin embargo, los movimientos peristálticos del contenido digestivo proporcionan a los viriones la oportunidad de evitar estos anticuerpos y contactar las células epiteliales que recubren la mucosa gastrointestinal. Los viriones que pudieron atravesar el epitelio intestinal pueden ser “detenidos” por las células M que recubren las placas de Peyer en el íleon, y luego, pasar de estas células a las células mononucleares adyacentes, donde los viriones pueden replicar. La secreción ácida del estomago y la bilis, así como las enzimas proteolíticas liberadas a la luz del intestino delgado, son mecanismos de protección del aparato digestivo que pueden inactivar a los virus. Sin embargo, algunos virus que causan infecciones digestivas (rotavirus, calicivirus y enterovirus) son resistentes a la acidez de las secreciones gástricas y biliares. Los coronavirus porcino, bovino y canino, que afectan a los animales jóvenes (lactantes) y que son lábiles a las secreciones gástricas y biliares, pueden atravesar el estómago y protegerse de estas secreciones debido a la acción buffer de la leche ingerida por estos animales. Los rotavirus y algunos coronavirus no sólo son resistentes a la acción proteolítica de las enzimas liberadas a la luz intestinal, sino que además suelen requerir de la presencia de estas enzimas para la incrementar su infectividad. Las glicoproteínas de superficie de estos virus requieren de ciertas modificaciones estructurales generadas por estas proteasas digestivas para luego transformarse en eficientes ligandos de los receptores de las células intestinales. Los rotavirus son uno de los principales virus reconocidos por generar diarrea en los animales, mientras que la gran mayoría de las infecciones intestinales causadas por los enterovirus y adenovirus son asintomáticas. Los parvovirus realizan primero un estadio de viremia en el animal afectado para luego causar diarrea por destrucción de las células que recubren las vellosidades intestinales. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Vía de entrada: Piel. La piel es el órgano más extenso del cuerpo y debido la composición de su estructura histológica (varias capas de células queratinizadas), provee una protección efectiva e impermeable frente al avance de las partículas virales. La interrupción de la integridad cutánea producida por cortes, punciones, abrasiones o heridas genera la exposición de las capas epidérmicas más profundas que contiene vasos sanguíneos y linfáticos. Los papilomavirus logran ingresar a estas capas profundas e inducen patología local. Los traumatismos más profundos pueden generar la introducción de virus a la dermis, la cual se encuentra densamente poblada por vasos sanguíneos, linfáticos y nervios. Incluso los traumatismos profundos pueden generar la exposición de los virus a los tejidos subcutáneos y musculares. Estos tejidos proveen de un ambiente propicio para la replicación viral y posterior diseminación de los virus al resto del organismo. Las infecciones generalizadas de la piel, con formación de exantemas, se producen por la llegada de los virus a este tejido mediante viremia. Tal es el caso de los virus que producen viruela en la oveja o el virus de la enfermedad vesicular porcina. Una de las vías más eficientes por medio de la cual los virus pueden introducirse en la piel es a través de las picaduras de los artrópodos (mosquitos o garrapatas). Los insectos, especialmente los mosquitos, pueden actuar como simples vectores mecánicos. Por ejemplo, el virus de la anemia infecciosa equina se disemina entre los caballos mediante estos insectos. Sin embargo, muchos virus que se diseminan por artrópodos pueden replicarse en estos vectores. Los virus que se transmiten por artrópodos y replican en ellos se denominan: arbovirus. El virus de la rabia puede ser adquirido mediante la mordedura de un animal infectado por este virus. Además, la introducción de un virus por penetración cutánea puede suceder de manera iatrogénica, es decir, resultante de una mala maniobra del veterinario al manipular agujas infectadas con virus animales. Por ejemplo, el virus de la anemia infecciosa equina puede ser transmitido por agujas o harneses contaminados. Otras vías de infección viral El tracto urogenital es la vía de entrada de varios patógenos virales importantes (herpesvirus equino y bovino o papilomavirus porcino). Pueden generarse pequeñas heridas abrasivas en la mucosa peneana o en el epitelio vaginal durante la actividad sexual de los animales y de esta forma producirse la entrada de virus. La conjuntiva ocular, mucho menos resistente a la invasión viral que la piel, es permanentemente enjuagada por las lágrimas y la acción de los parpados. Sin embargo, es la principal vía de entrada de los adenovirus y enterovirus. Especificidad de hospedador y tropismo tisular. La capacidad de los virus para infectar selectivamente a las células de un órgano en particular se conoce con el término de tropismo. El tropismo viral depende de factores del virus y del animal hospedador. A nivel celular, existen interacciones entre las proteínas de superficie del virus y los receptores celulares. Estas interacciones sólo se han estudiado en condiciones in vitro. Los receptores celulares para un virus en particular están restringidos a ciertos tipos celulares contenidos en ciertos órganos, de manera que sólo estas células pueden ser infectadas. Sin embargo, la presencia del receptor celular no es el único factor que determina la infección de esa célula en particular. Otros factores “potenciadores” de la infección son requeridos para facilitar la UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA replicación celular del virus. Estos potenciadores son secuencias de nucleótidos repetitivas incorporadas en el genoma viral que pueden regular la transcripción de proteínas virales en un tipo específico de célula hospedadora. El ADN de los papilomavirus contiene estos potenciadores, los cuales sólo se activan en las células epiteliales queratinizadas de la piel. Las secuencias potenciadoras también han sido reportadas en el genoma de los retrovirus y herpesvirus y aparentan influir en el tropismo celular, regulando la expresión de genes virales en tipos específicos de células hospedadoras. Por ejemplo, algunas cepas del virus de la leucosis aviar inducen linfomas mientras que otras cepas generan osteoporosis. Mecanismos de diseminación viral Los virus pueden replicar cerca de la superficie corporal a través de la cual ingresaron al organismo hospedador. Esta superficie puede estar representada por el epitelio del tracto respiratorio, digestivo, genitourinario, de la piel o conjuntiva ocular. Alternativamente, los virus pueden causar infecciones generalizadas o infecciones en órganos específicos, diseminándose mediante la vía sanguínea o linfática desde el sitio de entrada. Diseminación local sobre las superficies epiteliales. Muchos virus pueden replicar en las células epiteliales del sitio de entrada y producir una infección localizada en el epitelio o diseminarse a través de él. Además, algunos virus pueden eliminarse al ambiente desde estos sitios. La diseminación de la infección a lo largo de las superficies epiteliales sucede por infección secuencial de las células vecinas. Muchos poxvirus producen infección en la piel, pero además de diseminarse célula a célula, pueden diseminarse a través de la vía linfática o generar una infección subepitelial localizada. Los myxovirus que infectan a los conejos, pueden infectar las células epiteliales diseminándose célula a célula, principalmente, a través de la epidermis. Posteriormente, estos virus pueden diseminarse hacia los linfonódulos regionales. A nivel cutáneo, los papilomavirus inician la infección en las células basales de la epidermis, pero la diseminación de los viriones ocurre hacia aquellas células que se queratinizan y alcanzan la superficie de la epidermis. Debido a este lento proceso de diseminación del virus es que los papilomas crecen muy lentamente sobre la superficie cutánea (Figura 3). UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Liberación del virus Papilomavirus Células basales Figura 3. Diseminación local sobre las superficies epiteliales. Los papilomavirus inician la infección en las células basales de la epidermis, pero la diseminación de los viriones ocurre hacia aquellas células que se queratinizan y alcanzan la superficie de la epidermis. Los virus que ingresan a través del tracto respiratorio o digestivo pueden diseminarse rápidamente a través de la capa fluida que recubre estas superficies epiteliales y en consecuencia la infección progresa rápidamente y estos virus tienen un periodo de incubación muy breve. Luego que los paramyxovirus o los virus Influenza infectan el epitelio del tracto respiratorio y los rotavirus o coronavirus infectan el epitelio del tracto digestivo, ninguno de ellos genera la invasión de los tejidos subepiteliales. Aunque estos virus ingresan en el sistema linfático, y por lo tanto, tienen la posibilidad de diseminarse, no tienen la capacidad de replicarse en tejidos profundos (Figura 4). Probablemente esto se debe a que los receptores celulares para las proteínas virales o las modificaciones realizadas por las proteasas epiteliales para la lograr la activación de estas proteínas se encuentren sólo a nivel de las células que forman parte del epitelio de superficie del tracto digestivo o respiratorio. Otra hipótesis afirma que la temperatura de los tejidos más profundos es mayor a la temperatura requerida por el virus para lograr la replicación. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Lumen Intestinal Ingreso del virus Barrera epitelial Destrucción de la barrera epitelial Células endoteliales Incapacidad de los virus para replicar en tejidos profundos Vasos Linfáticos Figura 4. Diseminación local de los virus sobre las superficies epiteliales. Muchos virus pueden replicar en las células epiteliales del sitio de entrada y producir una infección localizada en el epitelio o diseminarse a través de él. Además, algunos virus pueden eliminarse al ambiente desde estos sitios. La diseminación de la infección a lo largo de las superficies epiteliales sucede por infección secuencial de las células vecinas. Aunque algunos virus pueden ingresar en el sistema linfático, y por lo tanto, tienen la posibilidad de diseminarse, no tienen la capacidad de replicarse en tejidos profundos. La restricción de la infección a la superficie epitelial no implica que la infección sea leve. Los rotavirus y coronavirus pueden lesionar grandes áreas del epitelio intestinal, causando una diarrea grave. La severidad de las infecciones limitadas al tracto respiratorio depende de la localización del virus: la infección de las vías respiratorias superiores pueden producir una rinitis severa pero sin mayores complicaciones, mientras que las infecciones de los bronquiolos o alveolos pueden producir una afección respiratoria grave. Los virus parainfluenza e influenza pueden generar destrucción completa del epitelio traqueal o del árbol bronquial, causando extravasación de fluidos a la luz de estos órganos, lo cual se asocia con la aparición de hipoxia (principalmente en los animales jóvenes). La acumulación de fluidos en las vías aéreas puede predisponer a una infección bacteriana secundaria. Es común que los bovinos infectados con el virus parainfluenza 3, desarrollen infecciones secundarias con la bacteria Pasteurella hemolítica. Los signos de enfermedad generalizada, tales como fiebre, fatiga, anorexia y malestar que acompañan a las infecciones respiratorias localizadas son el resultado de las citocinas circulantes inducidas por la infección viral. Invasión subepitelial y diseminación linfática. Los factores que inducen a algunos virus a invadir los tejidos subepiteliales son aún desconocidos. Además de la teoría de distribución específica de receptores celulares para los virus o las diferencias entre la temperatura interna corporal y la temperatura de las superficies corporales, como se explicó anteriormente, existe la hipótesis de la liberación direccional de los UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA virus desde las capas epiteliales infectadas. La liberación de los virus hacia el lumen del tracto respiratorio o digestivo facilita la liberación inmediata del virus hacia el medio ambiente. Sin embargo, esto no favorece la invasión viral subepitelial. Por el contrario, la liberación viral desde la superficie basolateral de las células epiteliales facilita la invasión del virus hacia los tejidos subepiteliales y la subsecuente diseminación del mismo hacia los vasos sanguíneos, linfáticos e incluso el tejido nervioso. Los paramyxovirus y ortomyxovirus son liberados hacia la superficie luminal del epitelio respiratorio, mientras que los rhabdovirus (con excepción del virus de la rabia) son liberados desde la superficie basolateral de las células hacia el espacio subepitelial (Figura 5). Superficie APICAL Superficie BASAL Figura 5. Sitios celulares de liberación viral. Los virus que geman en la superficie apical de las células epiteliales que recubren las superficies corporales son liberados con los contenidos del sistema respiratorio (moco), secreciones genitales o el contenido intestinal (heces). Los virus que geman a través de la superficie basal son liberados al torrente circulatorio o linfático. Este patrón de liberación es determinado por la localización de las glicoproteínas virales insertadas en la membrana plasmática de la célula hospedadora. Luego de atravesar el epitelio y su membrana basal, los viriones alcanzan los tejidos subepiteliales y pueden ingresar en los vasos linfáticos que forman una red por debajo de la epidermis o la mucosa. Los viriones que ingresan al sistema linfático son transportados hacia los lifonódulos locales. Al ingresar en estos, los viriones son reconocidos por los macrófagos localizados marginalmente en los sinusoides (Figura 6). Los viriones pueden ser inactivados y UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA procesados por los macrófagos y las células dendríticas de manera que sus componentes antigénicos son presentados a los linfocitos adyacentes y de este modo se inicia la respuesta inmune (Figura 6). Sin embargo, algunos virus (virus del moquillo canino, virus de la peritonitis infecciosa felina, retrovirus y algunos herpesvirus) pueden replicarse en los macrófagos, mientras que otros son capaces de replicarse en los linfocitos o células dendríticas. Algunos viriones pueden directamente atravesar los linfonódulos e ingresar en la circulación sanguínea (Figura 6). Los monocitos y linfocitos que circulan en los vasos sanguíneos, linfáticos y en los linfonodulos también pueden diseminar los virus a todo el organismo. Superficie corporal Sinusoide linfático rodeado de macrófagos Capilar linfático Capilar sanguíneo Histiocito Tejido linfoide Grandes venas Vs. Linfático aferente Matriz de tejido conectivo Vs. Linfático eferente Conducto torácico Figura 6. Invasión subepitelial y diseminación linfática de la infección viral. Normalmente se produce una respuesta inflamatoria local en el sitio de invasión viral cuya intensidad depende del daño tisular efectuado por el virus. Los vasos sanguíneos locales se dilatan y se tornan permeables de manera que los monocitos, linfocitos, citoquinas, inmunoglobulinas y componentes del sistema del complemento pueden ser transportados directamente al sitio de infección viral (Figura 7). Estos eventos son importantes para frenar el avance viral hasta que se inicie la respuesta inmunitaria específica. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Respuesta inmune humoral Respuesta inmune celular Linfocito B Virus Célula Dendrítica o Macrófago tisular Célula Plasmática Linfocito Th activado Linfocito Th ELIMINACION VIRAL Linfocito T citotóxico activado Linfocito T citotóxico DESTRUCCIÓN DE CÉLULA INFECTADA Citoquinas Célula Epitelial Infectada Figura 7. Respuesta inflamatoria local en el sitio de invasión viral. Los viriones pueden ser inactivados y procesados por las células dendríticas de manera que sus componentes antigénicos son presentados a los linfocitos adyacentes y de este modo se inicia la respuesta inmune. Diseminación sanguínea de los virus: viremia En medicina veterinaria es rara la inoculación de un virus directamente al sistema circulatorio, pero puede ocurrir durante las transfusiones sanguíneas (por ejemplo, virus de la inmunodeficiencia felina) o por el uso de instrumental no estéril en maniobras médicas invasivas (por ejemplo, transmisión de muchos virus por la re-utilización de jeringas o agujas con las que se inyecto a animales infectados). La picadura de los artrópodos vectores también puede ingresar al virus al torrente circulatorio. La sangre es el vehículo más rápido y efectivo para diseminar un virus al resto del organismo. Los virus pueden alcanzar la circulación sanguínea a través de la circulación linfática y localizarse en minutos en cualquier parte del organismo (Figura 8). UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Infección viral Paramyxovirus Rotavirus Papilomavirus Superficie corporal Linfonódulo Movimiento de virus Liberación viral Sin liberación viral VIREMIA PRIMARIA Sitios de replicación Endotelio vascular Médula ósea Hígado Bazo VIREMIA SECUNDARIA Vectores de arbovirus Mucosa del aparato respiratorio Piel Distemper Canino Peste bovina Poxvirus Glándulas salivales Cerebro Distemper Canino Arbovirus Virus de la rabia Figura 8. Rol de la viremia en la diseminación de los virus a través del organismo. Se indican los sitios de replicación y liberación de varios tipos de virus. La primera entrada del virus al torrente sanguíneo se denomina viremia primaria. Esta viremia inicial puede ser clínicamente silente. El virus se disemina y logra la invasión de órganos distantes. La replicación del virus en los principales órganos blanco del ataque viral genera la UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA producción de una gran cantidad de viriones, generando la denominada viremia secundaria, la cual permite el establecimiento de la infección en otras partes del organismo. En la circulación sanguínea, los viriones pueden transportarse libres en el plasma o pueden ser adsorbidos o estar contenidos dentro de los leucocitos, plaquetas o eritrocitos. Los parvovirus, enterovirus, togavirus y flavivirus circulan libres en el plasma sanguíneo. Los virus que se transportan en la circulación sanguínea dentro de los leucocitos (principalmente en linfocitos o monocitos) evaden la respuesta inmunitaria, ya que permanecen protegidos de los anticuerpos y de otros componentes plasmáticos (sistema del complemento) y de esta manera pueden diseminarse a diversos sitios del organismo. La viremia asociada a monocitos es típica de la infección por el virus del moquillo canino, leucemia felina y algunos herpesvirus; mientras que la viremia asociada a linfocitos es típica del virus de la enfermedad de Marek y el virus de la inmunodeficiencia felina. En la infección causada por el virus de la fiebre del valle de Rift y el virus de la Lengua Azul, los viriones se asocian a los eritrocitos. Los virus replican en los precursores eritrocitarios de la médula osea, generando una viremia que disminuye la vida media de los globulos rojos. Los virus que circulan en el plasma encuentran muchos tipos celulares, pero sólo dos de ellos juegan un rol especial en permitir el avance de la infección: los macrófagos y las células endoteliales. Interacción de los virus con los macrófagos: los macrófagos son eficientes fagocitos y se encuentran presentes en todos los compartimentos corporales: libres en el plasma, en los alveolos pulmonares, en el tejido subepitelial y en los capilares sinusoides de los linfonódulos y del hígado, bazo y médula ósea. Junto con las células dendríticas y los linfocitos B, los macrófagos son células presentadoras y procesadoras de los antígenos virales y desempeñan un rol crucial en el inicio de la respuesta inmune (Figura 6). Si bien la acción antiviral del macrófago depende de la edad y genética del animal hospedador, el principal factor que determina la acción antiviral de los macrófagos es el sitio de origen de los mismos. Existen subpoblaciones de macrófagos que difieren en su capacidad fagocítica y en la susceptibilidad a infectarse por virus de acuerdo al sitio corporal del que provengan. El estado de activación de los macrófagos es también un factor importante. Los diferentes tipos de interacciones que pueden ocurrir entre los macrófagos y los viriones pueden describirse en relación a lo que sucede con las células de Kupffer, los macrófagos que disponen marginalmente alrededor de los sinusoides hepáticos (Figura 9). UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Hepatocito Inactivación viral en las células de Kupffer Pasaje a través de las células de Kupffer ± replicación en hepatocitos ± excreción por la bilis + liberación a la circulación Células de Kupffer Replicación viral en las células de Kupffer Replicación en las células de Kupffer ± replicación en hepatocitos ± excreción por la bilis + liberación a la circulación Figura 9. Tipos de interacción entre los viriones y los macrófagos, ejemplificados mediante las células de Kupffer (macrófagos que disponen marginalmente alrededor de los sinusoides hepáticos). 1) Los macrófagos pueden fallar en la fagocitosis de las partículas virales (en el caso del virus de la encefalitis equina venezolana este es una de los principales factores que prolongan la viremia). 2) Los viriones pueden ser fagocitados y destruidos: debido a que los macrófagos suelen ser muy eficientes, la viremia sólo puede ser mantenida si los viriones ingresan a la circulación en mayor número del que pueden ser removidos. 3) Los viriones pueden ser fagocitados y luego transferidos pasivamente a los hepatocitos adyacentes. 4A) Los viriones pueden ser fagocitados por los macrófagos y luego se replican en ellos. 4B) En la infección con el virus de la hepatitis infecciosa canina, los virus se replican tanto en los macrófagos como en los hepatocitos adyacentes, produciendo una hepatitis severa. Las diferencias en la interaccion virus-macrofagos pueden deberse a las diferentes virulencias de las diversas cepas virales y a las diferentes capacidades de respuesta del animal hospedador. Debido a que los macrófagos son fagocitos innatamente eficientes, esta capacidad aumenta enormemente durante la respuesta inmune debido a la notable liberación de citocinas por parte de los Linfocitos T helper (Figura 6). Los macrófagos también poseen en su membrana plasmática receptores para la fracción Fc de los anticuerpos y receptores para la fracción C3 del sistema del complemento, lo cual mejora su habilidad para ingerir viriones especialmente cuando estos se encuentran recubiertos de anticuerpos o complemento. Los togavirus, flavivirus, coronavirus, reovirus y especialmente los retrovirus son capaces de replicarse en los macrófagos. Interacción de los virus con las células endoteliales: el endotelio vascular y su membrana basal junto a sus herméticas uniones celulares constituyen la denominada interface UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA sangre-tejido. Esta interface constituye una importante barrera para el avance de los viriones. La invasión tisular de los viriones circulantes depende de la capacidad de los mismos para atravesar esta barrera (Figura 10). Esto suele suceder en los capilares o las vénulas, donde el flujo es más lento y esta barrera es más inestable. INTERFACE SANGRE- TEJIDO Vasos sanguíneos Figura 10. Interface sangre-tejido. Esta interface constituye una importante barrera para el avance de los viriones. La invasión parenquimal de los viriones circulantes depende de la capacidad de los mismos para atravesar esta barrera. Los viriones pueden moverse pasivamente entre las células endoteliales y su membrana basal o pueden infectar a estas células y replicarse en ellas y de esta manera pueden atravesar esta barrera. Mantenimiento de la viremia: Debido a que los viriones son continuamente removidos de la circulación por los macrófagos, la viremia suele mantenerse solamente si existe un ingreso continuo de viriones en la circulación sanguínea desde los tejidos infectados o si los macrófagos dejan de funcionar. Aunque los leucocitos circulantes pueden constituir un sitio de replicación viral, la viremia es mantenida por infección de las células parenquimales de los órganos blanco tales como el hígado, bazo, linfonodulos y medula osea. Las células musculares y estriadas pueden ser un sitio importante de replicación para los enterovirus, rhabdovirus y togavirus y los viriones pueden alcanzar la circulación sanguínea mediante la circulación linfática de estos tejidos. Diseminación nerviosa. Una ruta importante de infección del sistema nervioso central es a través de los nervios periféricos, como sucede en el caso del virus de la rabia. Las cápsides de los herpesvirus pueden viajar al SNC a través de los axones y simultáneamente infectar a las células de Schwann asociadas a las vainas nerviosas. El virus de la rabia también viaja al SNC a través de los axones pero no infecta a las células de Schwann. Mecanismos de infección de los principales tejidos y órganos blanco Infección del tracto respiratorio UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Se estima que los virus son responsables de más del 90% de las infecciones respiratorias de tracto superior y son factores predisponentes para la mayoría de las infecciones mixtas que afectan el tracto respiratorio inferior. Los virus influenza afectan principalmente la mucosa traqueal y bronquial y en menor medida descienden hasta los alveolos generando cuadros de neumonía, mientras que el virus sincitial respiratorio bovino directamente afecta el árbol bronquiolar y los alveolos pulmonares. Independientemente de la porción afectada del tracto respiratorio las infecciones virales generan: 1) cese local del movimiento ciliar, 2) pérdida local de la integridad de la capa mucosa que tapiza el tracto respiratorio y 3) destrucción multifocal de una pequeña cantidad de células epiteliales (Figura 11). Se produce una infección progresiva de las células epiteliales de manera que cada vez más células son invadidas por los virus hasta generar zonas localizadas de pérdida celular “en parches”. En el sitio de infección, se produce simultáneamente una gran migración de células inflamatorias, que junto al acúmulo de grandes cantidades de trasudado inflamatorio en la luz del tracto respiratorio, genera una gran pérdida del mucus protector, mayor pérdida de células epiteliales y un edema tisular grave. La acumulación de trasudado/exudado inflamatorio y de células epiteliales necróticas desbridadas en la luz del tracto respiratorio, genera obstrucción de la vía respiratoria (Figura 11). Esta suele ser grave en los animales jóvenes, generando anoxia y distress respiratorio. Los animales que sobreviven a la infección viral, reemplazan las células epiteliales debridadas por células epiteliales basales no diferenciadas que son resistentes a la futura progresión de la infección. Estas células carecen de receptores para las proteínas virales de superficie y se encuentran protegidas por interferones producidos localmente. Durante la recuperación del animal, estas células se diferencian en células epiteliales cilíndricas productoras de mucus y con presencia de cilias, protegiendo nuevamente al tracto respiratorio de otro posible ataque viral. 2)Pérdida de la integridad de la capa mucosa que tapiza el tracto respiratorio. 3)Destrucción multifocal de células epiteliales. 1) Cese del movimiento ciliar 4) Migración local de células inflamatorias. 5)Acumulación de trasudado /exudado inflamatorio y de células epiteliales necróticas. 6) Obstrucción de la vía área. Figura 11. Infección viral del aparato respiratorio. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Infección del tracto gastrointestinal El epitelio intestinal es afectado directamente por los viriones ingeridos, aunque en algunas oportunidades, los viriones llegan al epitelio intestinal luego de una viremia, también generando enteritis y diarrea. Los efectos patofisiológicos de la diarrea viral son una consecuencia directa de la rápida destrucción de las células epiteliales y de su reemplazo por células inmaduras y transitorias que no cumplen las funciones absortivas y secretorias. El transporte de glucosa-sodio se detiene, la actividad disacaridasa (lactasa, sucrasa) disminuye (Figura 12) y en algunos casos los niveles del AMP cíclico incrementa, causando la hipersecreción de agua y cloro. El disturbio en el equilibrio osmótico generado es muy severo, sobre todo en los animales jóvenes, debido a la presencia normal de grandes cantidades de lactosa (proveniente de la leche ingerida) en el lumen intestinal. El equilibrio osmótico retorna cuando el epitelio intestinal madura lo suficiente como para volver a producir lactasas que absorban las hexosas resultantes de la degradación enzimática de la lactosa contenida en la leche. Enterocito Figura 12. Infección viral del epitelio intestinal. El transporte de glucosa-sodio se detiene, la actividad disacaridasa (lactasa, sucrasa) disminuye. Aunque los mecanismos patofisiológicos de la diarrea son similares entre los agentes etiológicos, existen diferencias en las manifestaciones clínicas y en la epidemiologia de las diarreas causadas por rotavirus, parvovirus, coronavirus, etc. En las infecciones causadas por la mayoría de estos virus, se afectan las células diferenciadas, tanto de la parte superior como de la base de la vellosidad intestinal. En la enteritis producida por el parvovirus canino y felino, se destruyen las células en las criptas intestinales que se encuentran en la fase S del ciclo celular (células con elevada tasa de mitosis). La destrucción de las células que recubren las criptas y la consecuente falla del proceso de reemplazo de estas células perdidas por desprendimiento desde la parte superior de la vellosidad, genera el mismo desbalance en las funciones absortivas y secretorias del epitelio intestinal descripto anteriormente (Figura 13). La reparación suele demorar aproximadamente 8 horas, tiempo calculado para el ciclo de división celular de las células epiteliales que recubren la vellosidad. En todos los casos, la vellosidad las vellosidades tienden a aplanarse y sufre un progresiva necrosis epitelial y descamación. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Figura 13. Infección viral del epitelio intestinal. Destrucción de las células que recubren las criptas y la consecuente falla del proceso de reemplazo de estas células perdidas por desprendimiento desde la parte superior de la vellosidad, genera el mismo desbalance en las funciones absortivas y secretorias del epitelio intestinal La mayoría de las infecciones virales intestinales se localizan en el epitelio intestinal y muy pocas veces suelen extenderse hasta las células de la lámina propia. Las fallas para penetrar los tejidos a mayor profundidad radica en que los virus priorizan la liberación de las partículas virales infectivas a la luz intestinal sin afectar demasiado la viabilidad del animal hospedador. Infección de la piel La piel puede ser invadida por los virus al inicio de la infección, pero también puede ser invadida secundariamente a través de la circulación sanguínea, produciendo en ambos casos eritema (inflamación). La infección puede ser generalizada, pero más frecuentemente se produce una infección local en las áreas sin pelo, no pigmentadas y más expuestas como son el hocico, orejas, escroto, garras y piel que recubre la glándula mamaria. La infección viral de la piel puede generar una erupción cutánea caracterizada por la presencia de máculas, pápulas, vesículas y pústulas (Figura 14). Cuando la infección se perpetúa en la piel se produce dilatación de los vasos sanguíneos de la dermis generando máculas. Las máculas se transforman en pápulas si se produce un edema localizado con infiltración de células inflamatorias en el área afectada. La infección primaria de la epidermis o la separación de la epidermis de la dermis por la presión de los fluidos inflamatorios localizados resulta en la formación de vesículas. La erosión cutánea localizada o el desprendimiento del epitelio genera ulceración y costras, pero previamente las vesículas pueden transformarse en pústulas si se produce infiltración de neutrófilos. La afección severa de los vasos sanguíneos dérmicos puede generar petequias o lesiones hemorrágicas, aunque los defectos en la coagulación y la trombocitopenia pueden ser factores importantes en el desarrollo de estas lesiones. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Mácula Pápula Vesícula Ampolla Nódulo Pústula Figura 14. Lesiones cutáneas comunes desarrolladas frente a las infecciones virales. Los exantemas virales, como los producidos por los poxvirus en varias especies animales, presentan esta progresión de lesiones y en la mayoría de los casos terminan con la resolución de las lesiones o progresan hacia la enfermedad sistémica grave. Infección del sistema nervioso central Las infecciones virales del sistema nervioso central tienen siempre serias consecuencias. Esto se debe a la importancia fisiológica que ejerce el SNC sobre los procesos vitales y a la vulnerabilidad del mismo al daño frente cualquier proceso que involucre daño directo o indirecto de las neuronas. Los virus pueden diseminarse desde sitios distales al cerebro a través de los nervios periféricos, como así también pueden llegar a través de la circulación sanguínea. Aunque para ingresar por esta vía, los virus deben atravesar la barrera hemato-encefálica. Esta barrera anatómica y funcional está formada por las células endoteliales de los capilares que poseen estrechas uniones intercelulares, una lámina basal vascular y el epitelio del plexo coroide y ependimal, que también posee estrecha uniones intercelulares (Figura 15). Epitelio Plexo Coroide TRANSPORTE SELECTIVO DE PARTICULAS INTRACAPILARES Endotelio capilar Capilar Lámina basal vascular Epitelio Ependimal ULTRAFILTRACION SANGUINEA GENERA FLUIDO CEREBROESPINAL Uniones intercelulares UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Figura 15. Barrera hemato-encefálica. No existe demasiada información que detalle el mecanismo utilizado por los virus para poder atravesar esta importante barrera y poder acceder al parénquima del SNC. Algunos virus son capaces de infectar el endotelio de los capilares profundos y replicarse en el interior de esta barrera, otros se localizan en los vasos sanguíneos de las meninges e invaden el SNC progresivamente desde este punto. Algunos virus pueden infectar las células del plexo coroides y ependimal, invadiendo el SNC a través del fluido cerebro-espinal. Muy rara vez, los virus pueden ingresar al parénquima cerebral transportándose en leucocitos infectados (Figura 16). VASO SANGUINEO CEREBRAL VASO SANGUÍNEO DEL PLEXO COROIDE DISEMINACION DIRECTA DESDE LAS ESTRUCTURAS ADYACENTES PIAMADRE PARENQUIMA CEREBRAL NERVIO EPENDIMO DISEMINACION DIRECTA DESDE LOS NERVIOS PERIFERICOS O MUCOSA NASAL VENTRICULO VASO SANGUÍNEO MENINGEO Figura 16. Rutas de invasión viral del SNC. La diseminación viral subsecuente en el SNC puede suceder a través de los espacios intercelulares o por la infección secuencial de las neuronas. Las infecciones virales líticas, producidas por togavirus, herpesvirus y otros virus conduce a tres lesiones histológicas típicas de la encefalitis: necrosis neuronal, fagocitosis de neuronas (neuronofagia) e infiltración perivascular de células mononucleares (manguitos perivasculares), siendo los dos últimos un reflejo de la respuesta inmune frente a la infección viral. En muchas infecciones virales no se observan estos hallazgos histológicos e incluso la sintomatología clínica neurológica es bastante poco evidente. El virus de la rabia no genera citólisis y produce una escasa reacción inflamatoria en el SNC, sin embargo, es una infección letal para la mayoría de los mamíferos. En la mayoría de los casos, las infecciones virales del SNC conducen a la muerte final de los virus, ya que la transmisión y liberación de los virus no sucede y no depende de los eventos patológicos que suceden en el SNC. Por ejemplo, la encefalitis causada por el virus del moquillo canino (encefalitis del perro viejo) el virus no puede recuperarse del cerebro después de la fase aguda de infección y por lo tanto no se libera al ambiente. UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Las encefalitis generadas por las infecciones con togavirus y flavivirus también mantienen secuestrados los virus en el SNC. Sin embargo, en estas infecciones, los virus pueden abandonar el SNC, realizar viremia y son “tomados” desde la circulación por los artrópodos hematófagos, permitiendo así la liberación y transmisión de los virus. Infección de los sistemas hematopoyéticos y linforeticular. La mayoría de las células que conforman los sistemas hematopoyético y linforeticular son víctimas de uno o más patógenos virales. En cada caso, la interacción entre las células y los virus es compleja y se relaciona con la respuesta inmune. La infección y el daño a los tejidos linfoides y reticuloendotelial aseguran al virus invasor una eficiente protección contra su eliminación fagocítica e inmunológica. Algunos ejemplos de estos virus letales y destructivos son: virus de la fiebre amarilla, virus de la encefalitis equina venezolana, hantavirus, etc. Normalmente, la invasión comienza luego de la ingesta fagocítica de los virus por los macrófagos (Figura 17). Esto ocurre en las zonas marginales de los linfonódulos, timo, médula ósea, placas de Peyer y en la pulpa blanca del bazo. Posteriormente, los virus se liberan de estas células e infectan a los linfocitos adyacentes generando la disfunción y destrucción del tejido linfoide (Figura 17). Durante el desarrollo de estos eventos destructivos, las células hematopoyéticas cercanas también son invadidas y destruidas por el virus. Estos eventos han sido recientemente reconocidos como parte de los eventos patogénicos desarrollados por varios retrovirus (virus de la leucemia felina). TRANSMISION VIRAL A LOS LINFOCITOS ADYACENTES INFECCIÓN VIRAL DEL MACRÓFAGO Macrófago Virus PRODUCCION DE ANTICUERPOS INEFECTIVA Linfocito B Figura 17. Infección viral de linfocitos y macrófagos. Infección del feto La mayoría de las infecciones virales que afectan a las madres no tienen efectos perjudiciales para el feto. Sin embargo, algunos virus pueden atravesar la placenta y llegar a la circulación fetal, luego de establecer un foco infeccioso en el tejido placentario. Las infecciones citóliticas del feto causan muerte fetal, resorción fetal y/o aborto. Estas manifestaciones son comunes en el caso del virus de la pseudorrabia y los parvovirus del porcino. También revisten mucha importancia los efectos teratogénicos de los virus no letales, como el virus de la diarrea viral bovina. Las consecuencias de la infección con virus teratogénicos en las hembras preñadas están muy influenciadas por la edad gestacional. Generalmente, la infección viral en los estadios iniciales de la gestación es muy grave, generando muerte fetal y aborto. La infección materna con desarrollo de viremia (sin manifestaciones clínicas) conduce al subsecuente pasaje transplacentario del virus. En los estadios finales de la gestación, las consecuencias de la infección viral dependen del desarrollo de la respuesta inmunitaria del feto. Por ejemplo, la UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA infección de los lechones con el parvovirus porcino después de los 65 a 70 días de gestación no resulta en muerte fetal debido a la producción fetal de anticuerpos. Cuando el virus de la diarrea viral bovina infecta a los fetos en la primera mitad del periodo gestacional genera inmunotolerancia. Esto genera la persistencia del virus en el animal durante largos periodos de tiempo y la generación de una enfermedad crónica. Cuando la infección ocurre al finalizar la gestación la efectiva respuesta inmune del feto elimina la infección y no se genera la enfermedad (Figura 17). Si la replicación viral sucede rápidamente durante las infecciones por alphaherpesvirus en equinos, bovinos, porcinos y perros; ocurre muerte fetal y aborto durante el último trimestre gestacional. RUTA MÁS COMÚN (Más del 90%) RUTA MENOS COMÚN (Menos del 10%) Hembra preñada susceptible (no infectada persistentemente), adquiere DVB entre el 1º y 4º mes de gestación Hembra infectada persistentemente, con DVB, se preña. Virus de la Diarrea Viral Bovina (DVB) Nace un ternero infectado persistentemente con DVB Ternero Infectado Persistentemente Figura 17. Infección con el virus de la diarrea viral bovina. Las hembras no infectadas que adquieren la infección en el primer tercio de la gestación o aquellas hembras infectadas persistentemente, generan terneros infectados persistentemente que desarrollan la enfermedad. Mecanismos de liberación viral La liberación de los viriones infecciosos es fundamental para mantener la infección en la población. La salida viral sucede a través de una de las superficies que probablemente estuvieron involucradas en el ingreso de las partículas virales (epitelio respiratorio e intestinal, Figura 1). En las infecciones generalizadas, se reconocen una gran cantidad de posibles sitios de liberación viral. La cantidad de virus liberados con las secreciones o excreciones se relaciona con el mecanismo de transmisión del virus. Liberación viral desde el tracto respiratorio UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA La mayoría de los virus que causan enfermedad localizada en el tracto respiratorio son liberados a través del moco o saliva y son expulsados del aparato respiratorio mediante el reflejo de la tos y el estornudo y durante la ingesta de agua y comida, ya que el herpesvirus bovino tipo 1, paramyxovirus y coronavirus son eliminados por las secreciones nasales y orales. Liberación viral desde la orofaringe y tracto intestinal Los virus entéricos son liberados a través de las heces, eliminando un gran volumen de material orgánico contaminado con millones de partículas infecciosas virales hacia el ambiente. Los virus entéricos son más resistentes a la inactivación frente a condiciones ambientales adversas que los virus respiratorios, especialmente cuando los virus encuentran ambientes húmedos donde permanecer durante su paso por el ambiente. Unos pocos virus son eliminados desde la cavidad oral a partir de la secreción de las glándulas salivales infectadas (virus de la rabia) o de las secreciones pulmonares o nasales eliminadas por la boca. La diseminación a través de la saliva depende de los comportamientos de la especie animal infectada (comportamiento de lamer, hocicar, acicalar o morder). La eliminación viral a través de la saliva suele continuar durante el periodo de convalecencia o suceder recurrentemente luego de la infección por herpesvirus. Liberación viral desde la piel La piel es una fuente importante de eliminación viral, sobre todo en aquellas enfermedades que se transmiten por contacto directo o por pequeñas abrasiones cutáneas, como por ejemplo: poxvirus, herpesvirus y papilomavirus. Aunque las lesiones cutáneas se producen en las infecciones virales generalizadas, sólo unos pocos virus pueden liberarse desde la piel. Sin embrago, el virus de la fiebre aftosa o la estomatitis vesicular producen múltiples lesiones vesiculares en las mucosas y las partículas virales se liberan luego de la ruptura de etas vesículas. Liberación viral desde la orina La orina, como las heces, contaminan el ambiente y en algunos casos hasta el alimento que ingieren los animales. Algunos virus (virus de la peste bovina, virus de la hepatitis infecciosa canina y virus de la fiebre aftosa), pueden replicar en las células epiteliales de los túbulos renales y pueden ser eliminados a través de la orina. Liberación viral desde el tracto genital Varios virus que afectan a los bovinos, equinos y ovinos son eliminados a través del semen y son transmitidos mediante el coito. Por ejemplo, el virus de la arteritis equina persiste durante largos periodos en las glándulas sexuales accesorias de los padrillos. Liberación viral a través de la leche Varios virus replican en la glándula mamaria y son eliminados a través de la leche, lo cual constituye una efectiva vía de transmisión. Por ejemplo, el virus de la artritis-encefalitis caprina. Liberación viral desde la sangre y los tejidos UNIVERSIDAD JUAN AGUSTÍN MAZA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y AMBIENTALES CÁTEDRA DE VIROLOGÍA Y MICOLOGÍA VETERINARIA Este concepto se aplica para describir la contaminación viral ambiental cuando la sangre y tejidos de los animales muertos por una infección viral se derraman en el ambiente. Además, la sangre es una fuente de transmisión de virus para los artrópodos hematófagos que participan en el ciclo de infección de, por ejemplo, el virus de la anemia infecciosa equina. BIBLIOGRAFÍA: Murphy FA, Gibbs EP, Horzinek MC, Studdert MJ. (1999). Veterinary Virology. Third Edition, Elsevier Ed., U.S.A. Traducción realizada por el Dr. Cs. Vet. Diego Grilli (Agosto 2013).