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EL MOVIMIENTO DE LOS CLÍTICOS. Francisco Ordóñez SUNY, Stony Brook 1. INTRODUCCIÓN. El español, como las otras lenguas romances, tiene una serie de pronombres átonos o clíticos (1a). A esta serie de pronombres clíticos se oponen los llamados pronombres fuertes o tónicos, como el de (1b): (1) a. La_vi b. Habla de ella. Las propiedades que distinguen a los clíticos pronominales de los pronombres fuertes son bien conocidas Fernández Soriano (1999). Los clíticos no pueden ser fácilmente coordinados, no pueden ser modificados, no pueden recibir acento prosódico de palabra y no pueden aparecer aisladamente, como vemos en los siguientes contrastes: (2) a. *La y lo vi (coordinación) b. Habla de él y ella (3) a. *Las dos vi en el jardín (modificación) b. Habla de ellas dos (4) a. *LA vi el otro día (énfasis) b. Habla de ELLA. (5) ¿A quién viste? respuesta: -1- a. *La. b. A ella. Estos contrastes con los pronombres fuertes muestran que los clíticos son formas que deben ser caracterizadas morfológica y sintácticamente de manera diferente. Los clíticos en cierta manera se comportan como los elementos afijales, los cuales, como mostramos a continuación, tampoco se pueden fácilmente coordinar, modificar o aislar: (6) a. *No hay que des y_rehacer esta madeja. (coordinación) b. *Ella es pequeñimuyita. (cf. ella es muy pequeña) (modificación) c. ¿Prefieres hacer la cama o deshacerla? (aislamiento) * Des. Sin embargo, los afijos ( y especialmente los afijos derivacionales) muestran en general muchas más restricciones de selección, que los clíticos, como señalan Zwicky&Pullum_(1983), y Anderson (2006). Así, el sufijo –eza que se puede unir a adjetivos como rico y pobre, dando lugar a palabras como pobreza y riqueza, ; no se combina con adjetivos como sano o enfermo (cf. *saneza o *enfermeza). Estas irregularidades en el paradigma no las encontramos con los clíticos, que siempre aparecen como satélites de un verbo, independientemente de cuál sea el significado, modo o tiempo de tal verbo. En términos de la gramática generativa, una de las propiedades de los clíticos que han llamado más la atención ha sido el hecho de que tengan una distribución tan diferente de los correspondientes SN. Siendo el español una lengua básicamente SVO, llama la atención la diferente posición que adopta el objeto respecto del verbo cuando aquél está representado por un clítico: (7) a. Vi el libro b. Lo vi (8) a. Había visto el libro b. Lo había visto -2- Esta diferencia de distribución, semejante a la que se da en francés, dio lugar al primer análisis transformacional de los clíticos en las lenguas romances de Kayne (1975). Según este análisis los clíticos y los sintagmas SN originarían igualmente como objetos a al derecha del verbo. Sin embargo, la transformación de colocación de clítico consistiría en el movimiento del elemento clítico, previamente definido, a una posición por delante de la forma temporal del verbo en cuestión (Suñer 2000): (9) a. Vi lo (Clitic placement) b. Lo vi. (10) a. Había visto lo.(Clitic placement) b. Lo había visto. 2. LOS DIAGNÓSTICOS DEL MOVIMIENTO La hipótesis del movimiento puede dar cuenta de manera simple de la diferencia de distribución de los clíticos con respecto a los SN. Sin embargo, hay que buscar argumentos adicionales, ya que tal distribución también puede ser explicada a través de otros mecanismos sintácticos, como por ejemplo la idea que los clíticos son simplemente formas de concordancia verbal que tienen una distribución especial1. Los argumentos más claros a favor de la hipótesis de movimiento los encontramos en el hecho de que su distribución muestra paralelismos bastante evidentes con otros procesos de traslado sintáctico, como por ejemplo el movimiento de sujetos (véase capítulo sobre el movimiento A). Como vemos en las oraciones en (11), tanto los clíticos como los SN sujeto legitiman la aparición de los llamados cuantificadores flotantes, como todos: (11) a. [Los estudiantes] salieron [todos] antes del fin de la clase. b. [Los] vi [a todos] antes del fin de la clase. Para dar cuenta de la concordancia de género y número entre el SN sujeto los estudiantes y el cuantificador todos que aparece detrás del verbo en (11a), Sportiche (1988) propone que ambos elementos 1 La alternativa al movimiento sintáctico ha sido defendida por varios autores desde diferentes perspectivas: Jaeggli (1982), Borer (1984) , Suñer (1988) , Miller & Sag (1997), Rivas (1997), Sportiche (1996). -3- forman un constituyente complejo única unidad. La posición inicial de ambos elementos sería la de especificador de SV. Posteriormente se produciría movimiento del SN los estudiantes y el movimiento del verbo al núcleo de la proyección de Tiempo, de modo que el cuantificador flotante queda detrás de aquel, en el especificador SV como en (12b) o alternativamente todo el constituyente complejo se movería como en (12c):2 (12) a. [SV [[todos] [los estudiantes]] salieron ] antes de acabar la clase. SN subject Movement ⇒ b. [ST [los estudiantes]i salieron [SV [[todos] ti ] antes de acabar la clase. ] c. [ST [[todos] [los estudiantes]] i salieron [SV ti antes de acabar la clase. ] Usando una argumentación similar, se podría reflejar adecuadamente la relación entre el clítico y el cuantificador flotante en (13b). Ambos formarían una unidad con el clítico como núcleo y el cuantificador flotante como especificador. Esta unidad se vería separada por el movimiento del clítico a una posición más alta: (13) a. vi [ [a todos] [Los]] antes del fin de la clase. Clitic Movement ⇒ b. [Los]ivi [ [a todos ti ] ] antes del fin de la clase. El clítico movido puede acabar tanto antes como después del verbo dependiendo de la forma que adopte el verbo. Si es infinitivo o imperativos obtenemos enclisis, si es formas finitas en construcciones matrices obtenemos proclisis3: (14) a. Antes de mirarlos a todos. b. Míralos a todos. 2 Por motivos prácticos, a partir de ahora no indicaré las huellas del movimiento del verbo a T. El español medieval tenía enclisis con formas finitas en construcciones matrices y todavía se conserva en formas arcaizantes como véase, dícese, aplíquese etc... Para un tratamiento histórico de la enclisis véase Mónica Castillo (1996).(http://web.uam.es/personal_pdi/filoyletras/javel/MonicaCastillo-Tesis.pdf). 3 -4- La relación entre clítico y cuantificador flotante también la podemos encontrar en todos los casos de doblado del clítico (véase Súñer 1988, Rivas 1977) . El doblado lo encontramos en español cuando hay aparente discordancia con primera y segunda persona del plural (15a) y (15b) Torrego (1996)4, entre clítico y pronombre fuerte como en (15c); E incluso la podemos encontrar con un clítico y un SN no pronominal en español del Río de la plata como en (15d) y en todos los dialectos con clíticos dativos (15e): (15) a. [Nos]i vieron [ ti a los estudiantes]. b. [Os]i vieron [ ti a los estudiantes]. c. [Nos]i vieron [ ti a nosotros]. d. [La]i vieron [ ti a Mafalda] (español del Río de la Plata) e…..[Le]i di el libro [ ti a Mafalda] En estos ejemplos, como en los anteriores de (13), el clítico forma con el elemento doblado una unidad compleja inicial que aparece disgregada por efecto del movimiento de aquel (Torrego 1995, Uriagereka 1995). Este análisis tiene la clara ventaja de dar cuenta del paralelismo de las formas discordantes en (15a, b) con las construcciones apositivas con pronombre de (16a). En (16a) el pronombre nosotros y el SN los estudiantes forma una unidad sintáctica y semántica. Esta construcción , como la de los clíticos, sólo está permitida en el plural como se observa en (16b): (16) a. [Nosotros los estudiantes]i vimos ti el problema desde el principio. b. *[El el estudiante] vio el problema desde le principio. Desde este punto de vista, la única diferencia entre las construcciones de clíticos con SN discordantes y las apositivas es que en las anteriores el clítico aparece desgajado de su correlato nominal a través del movimiento como mostramos en (17). En cambio, en las construcciones con pronombre apositivo el pronombre fuerte debe permanecer adyacente al elemento discordante (18): -5- (17) a. vieron [ [nos] [a los estudiantes]] Movimiento de clítico⇒ b. [nos]i vieron [ ti [a los estudiantes]] (18) [Nosotros los estudiantes]i fuimos acusados ti de no ser solidarios. Además, de lo dicho anteriormente, la hipótesis del movimiento nos permite dar cuenta del hecho de que los clíticos pueden aparecer bastante alejados del verbo que los subcategoriza. Esto lo vemos claramente con los ejemplos que incluyen verbos modales, verbos causativos o verbos de percepción. Obsérvese que los clíticos pueden aparecer en muchas otras posiciones intermedias: (19) a. [lo]_tengo que empezar[lo] a poder[lo] entender[lo] b. ¡Empieza[la] a estudiar[la]! (20) a. Me [lo] hizo estudiar [lo] b. Me [la] vio escribir [la] Estos datos corroboran que hay un paralelismo entre el movimiento de clíticos y otros tipos de desplazamiento, como movimiento Qu-, en el cual el elemento movido no necesariamente aparece adyacente al verbo que lo subcategoriza como en (21): (21) ¿Quéi piensas que dijo ti ? Para hacer la hipótesis de movimiento todavía más plausible sólo hace falta mostrar que las restricciones en un tipo de movimiento y en el otro son las mismas. Efectivamente, aunque el movimiento de los clíticos no sea exactamente idéntico al movimiento de elementos Qu-, sí muestra algunas restricciones muy parecidas. La cuestión fundamental que se plantea con respecto al análisis del movimiento de los clíticos en la teoría actual es dilucidar si este movimiento es movimiento de núcleo -6- (véase capítulo correspondiente) o movimiento de una proyección máxima (véase capítulo correspondiente). La primera restricción común a ambas clases de movimiento es la restricción de las islas Qu. Mientras que los clíticos pueden subir por encima de un verbo, la presencia de un elemento interrogativo delante del infinitivo bloquea tal operación, como vemos a continuación (Luján 1980, Rizzi 1982, Kayne 1989): (22) No lo sé leer No me sé callar (23) *No lo sé cómo leer *No me sé cómo callar *No lo sé si leer *No me sé si callar Esta restricción es paralela a la que se manifiesta en la extracción de elementos Qu- desde el interior de oraciones interrogativas subordinadas, como vemos en el ejemplo siguiente5: (24) *?Qué no sabes dónde pusiste? *Dónde no sabes qué pusiste? Obsérvese que el efecto sólo ocurre cuando el elemento Qu- el SComp tiene el rasgo +Q. No se da, en cambio, en los casos en que los elementos en el sintagma Comp no poseen tal rasgo, como en que (24), o cualquier algunas preposiciones que aparezca delante del infinitivo como en (25-27): 6 5 Por razones de espacio no voy a hacer una exposición minuciosa de los casos de islas Qu- del español, que se estudian en el capítulo….. Hay algunos casos en que el estatus de islas Qu- del español no está claro y oraciones como la siguiente son perfectamente admisibles para muchos hablantes (ver Lasnik y Uriagereka, 1988): (i) ¿Qué trabajadores no sabías por qué habían despedido? Sin embargo hay otros casos como el del ejemplo (24) que parecen indicar que esta restricción está vigente en español. Sea como sea, varios factores entran en juego a la hora de evaluar las islas QU en español. Por ejemplo en el ejemplo anterior (i) se ha extraído un elemento QU que es D-linked sobre otro elemento Por qué que como ha mostrado Rizzi (1996) para el italiano, se genera directamente en el especificador de SCOMP. -7- (25) [Lo] tiene que leer[lo] (26) [lo] empieza a decir[lo] (27) [lo] acaba de leer[lo] Otro elemento que parece restringir la posibilidad de movimiento del clítico lo constituyen los verbos factivos (Luján, (1980). Como es sabido, los verbos factivos_también constituyen islas débiles para la extracción de ciertos elementos Qu- (Cinque, 1990): (28) a. *Lo lamentó leer. b. *Lo deploro hacer. (29) a. *¿Cómo lamentas [ que se comportase t] ? b. *¿Cómo deploras [que se comportase t] ? La negación entre dos verbos también bloquea la subida del clítico7, del mismo modo que impide el movimiento de los elementos interrogativos adjuntos como por qué. De nuevo, el paralelismo con el movimiento Qu- es evidente. (30) *Lo intentó no hacer *La quiso_no leer (31) *¿Por qué no piensas [que María hablara a Juan t ] ? Además de la_factividad, la negación, y los elementos qu-, la inserción de sujetos postverbales puede bloquear la subida de clíticos8: (32) Ayer me vio Juan pintarla ?*Ayer me la vio Juan pintar 6 Véanse Rizzi (1982) y Kayne (1989) para mostrar que estas preposiciones ocupan SComp. Para algunos casos excepcionales, véase Treviño (1993). 8 No voy a discutir en este capítulos las condiciones discursivas que permiten que los sujetos aparezcan en posición postverbal y por consiguiente bloqueen la subida del clítico. Me remito a Ordóñez (2000) y Zubizarreta (1998) para el estudios detallado de las circunstancias que propician tal emplazamiento. 7 -8- (33) Ayer nos hizo Pedro leerlo ?* Ayer nos lo hizo Pedro leer (34) ¿Cuándo te ordenará tus maestro comprarlo? *? ¿Cuándo te lo ordenará tu maestro comprar? La inserción de objetos entre verbos también obstaculiza la subida de clíticos. El sujeto causado de las construcciones causativas con infinitivo aparece con la marca de la a personal y en muchos dialectos puede incluso preceder al infinitivo, como vemos en (35a) y (36a). En esta configuración, la subida del clítico es imposible, según se muestra en (35b) y (36b). Por el contrario, si el sujeto causado sigue al infinitivo, la subida del clítico es factible, como en (35c) y (36c): (35) a. Me Hicieron [a mí] cantarla b. * Me La hicieron [a mí] cantar c. Me la hicieron cantar a mí (36) a. Me dejó a mí cantarla b. *Me la dejó a mí cantar c. Me la dejó cantar a mí Un efecto similar ocurre con los verbos de percepción. El objeto de la oración de infinitivo tampoco puede interponerse cuando hay subida de clítico. (37) a. Me vieron a mí escribirla b. *Me la vieron a mí escribir c. Me la vieron escribir a mí Finalmente, ciertos verbos de control de objeto admiten la subida de clíticos, como fue mostrado por Suñer (1980) y Luján (1980). Sin embargo, la subida no se produce cuando el objeto aparece entre los dos verbos: -9- (38) a. Nos permitieron a nosotros leerlo b. *Nos lo permitieron a nosotros leer c. Nos lo permitieron leer a nosotros (39) a. Me prohibieron a mí leerlo b. *Me lo prohibieron a mí leer. c. Me lo prohibieron leer a mí. Todos estos casos tienen en común la aparición de un argumento entre los dos verbos implicados en la subida del clítico, ya sea el sujeto postverbal, el argumento causado, el sujeto de una oración de infinitivo o un objeto en un verbo de control de objeto. Además de todos estos_sintagmas argumentales, debemos añadir ciertos elementos adverbiales, como mostró Luján (1980): (40) a. Deseaba mucho verla. b. *La deseaba mucho ver. En conclusión, el proceso de subida de clítico se ve bloqueado de manera similar a otros procesos de movimiento. Sin embargo, ahora la cuestión primordial a la que debemos atender es explicar cómo se produce concretamente ese bloqueo, dadas las premisas actuales sobre el movimiento.¿Se trata de movimiento de núcleo o de movimiento de una proyección máxima? ¿Cómo se produce el bloqueo en los diferentes ejemplos dados? 3. LA SUBIDA DE CLÍTICOS Y EL MOVIMIENTO DE NÚCLEO. Kayne (1989) asume que la subida de clíticos es un movimiento de núcleo. Según su hipótesis, el clítico, como elemento nuclear que es, se adjunta directamente a una proyección funcional de tiempo. En el caso de la proclisis, la adjunción del clítico se daría a la izquierda del verbo (41a). En el caso de la enclisis (imperativos, gerundios e infinitivos), el verbo se movería posteriormente por encima de la proyección formada por T y el clítico (Kayne, (1991): (41) a . CL+T V (proclisis) Lo compro b. V CL+T (enclisis) comprarlo - 10 - Bajo esta hipótesis, el movimiento del verbo es una pieza fundamental para entender las diferencias entre proclisis y enclisis¨ (véanse Kayne, (1991), (1994). En caso de que se tenga un complejo verbal con diferentes verbos como vimos en (19) o (20), Kayne (1989) asume que la proyección CL+T se puede_mover como una unidad nuclear por las diferentes proyecciones por las que pasa en su ascenso, tal como presentamos en (42) y (43). Obsérvese que este movimiento nuclear del complejo Cl+T se produce a través del núcleo del complementante que aparece al frente de la subordinada de infinitivo. En este sentido se trataría de un movimiento nuclear que va más allá de su propia cláusula: (42) CL+Ti+T V (43) Lo +Ti quiso [CP ti [SFlexVINF ti]] [CP ti [ SFlex comprar ti ]] Según este análisis, el movimiento nuclear a la proyección superior_quedaría bloqueado en el caso de que el núcleo del complementante estuviera ya ocupado (“véase el capítulo restricción de movimiento de núcleo RMN”). De este modo, los elementos Q que ocupan el núcleo de SComp serían bloqueadores de la subida del complejo nuclear CL+T9: (44) *No lo+sé [SComp si [SFlex comprar La negación tendría el mismo efecto, desde esta perspectiva10: (45) *Lo + quiere [ SComp [Neg P no [SV comprar]]] Según esta hipótesis, la adjunción del clítico a T es un prerrequisito para la posterior subida del complejo nuclear a T. Kayne propone que el movimiento del clítico por SComp sólo se produce en aquellas lenguas en que T sea lo suficientemente robusto para hacer que el SV no sea una barrera para el movimiento del clítico hacia C. La robustez está basada en la correlación con la capacidad del tener sujetos nulos. Lenguas como el catalán, español e italiano que son lenguas con sujetos nulos tienen un T 9 En caso de los sintagmas Qu- situados en el especificador de SC, debemos asumir que el núcleo de esa proyección está ocupado por un núcleo Qu- vacio que bloquea igualmente el movimiento del verbo. 10 Kayne articula este bloqueo en términos de rección por antecedente dentro del modelo de las Barreras de Chomsky (1986). Obviamente, la hipótesis tendría que actualizarse en términos minimistas a través del mecanismo de concordancia a larga distancia (Chomsky, On phases). - 11 - robusto dada su riqueza flexional (Rizzi 1982) y permiten la subida de los clíticos por encima de su SV. Por otro lado las lenguas con T débil que no son lenguas de sujeto nulo, como el francés actual, no permitirían esa subida de los clíticos por encima de su SV a la oración matriz. De esta manera se capta la distinción paramétrica de que sólo las lenguas con sujeto nulo permiten la subida de clíticos con los verbos modales y de percepción: (46) No lo+T quiere [SComp [ T Strong [SV ]] (47) *Jean le + veut [SComp [ T Weak [SV faire ]] Además de la diferencia paramétrica que se acaba de señalar, se da en estas construcciones otro tipo de correlación: los verbos que admiten la subida de los clíticos son fundamentalmente los de control de sujeto, ya que apenas hay verbos de control de objeto que lo permitan, como muestran los datos de (48)11. Según Kayne, esta situación es debida a que los verbos de control de sujeto el tiempo de la oración principal y subordinada comparten el mismo sujeto, mientras que eso no es así con verbos de control de objeto: (48) a. *Me los sugirieron leer pronto. b. *Me los suplicaron dejar en mi maleta. En conclusión, pueden mencionarse tres consideraciones: (a) existe una correlación clara entre la subida de clíticos con verbos modales y la posibilidad de tener sujetos nulos (b) la negación, y los elementos interrogativos en SC ejercen un efecto de bloqueo en el ascenso de clíticos y (c) la falta de subida de clíticos con los verbos de control de objeto parece indicar que efectivamente el movimiento de los clíticos debe debe tratarse como movimiento de un núcleo a una proyección superior. La hipótesis anterior parte de la idea de que todas estas construcciones presentan un SComp y un SFlex para el infinitivo y por consiguiente son bioracionales. Sin embargo, otros lingüistas han asumido 11 De hecho, la sugerencia de Kayne (1989) es que los verbos de control de objeto que lo permiten, como vimos en (38) y (39), en realidad deben ser considerados casos enmascarados de verbo causativos. - 12 - que las oraciones anteriores son monooracionales12.La hipótesis del movimiento de núcleo es también compatible con esta postura. Por ejemplo, Cinque (2006) propone que los verbos modales forman parte de las proyecciones funcionales de la oración. Según este autor, los distintos tipos de verbos modales se insertan sobre las diferentes proyecciones funcionales de (47). Los verbos léxicos, por el contrario, se originarían en el SV. (49) Modal frecuentativo> Modal volitivo> Modal celerativo> Modal terminativo>Modal continuativo>…. Para la hipótesis monooracional el hecho de que el clítico pueda aparecer delante del verbo modal se deduce de la posibilidad de que el clítico aparezca delante de un verbo auxiliar. Cada proyección funcional debe asociarse con una posición a la que el clítico puede moverse como núcleo. Además de estas diferentes posiciones de clíticos delante de cada proyección funcional, también existiría una posición para el clítico delante del verbo léxico conjugado, y otra por encima del Sintagma de Tiempo, como expresamos en (51)13 : (50) lo+ [Aux había [VPP dicho ]] (51) [lo]+ acaba de poder +[lo] ver+[lo] Desde esta perspectiva, hay un número considerable de proyecciones funcionales que admiten un clítico y el movimiento a cualquiera a estas proyecciones es opcional. El hecho de que la subida de clíticos no esté permitida en muchos tipos de verbo no modales, como por ejemplo en los verbos factitivos, los de elevación de sujeto y los de control de objeto se debe simplemente a dos factores: a) estos verbos no se insertan en proyecciones funcionales, y b) los clíticos no pueden moverse mas allá de la propia cláusula donde se originan. El movimiento de clítico se da estrictamente dentro de una oración con sus diferentes 12 Rizzi (1981) asume el a análisis monooracional de las oraciones con modales cuando hay subida de clítico. Según su hipótesis, los verbos modales opcionalmente pueden ser reestructurados y formar un núcleo único con el verbo flexionado. 13 No existiría una posición para el clítico dentro del participio pasado, por lo menos en español. El italiano, sin embargo, sí que permite una posición para el clítico en los participios pasados de las oraciones absolutivas. - 13 - proyecciones funcionales. En casos en que claramente tenemos dos oraciones separadas por un complementante explícito, el clítico no puede traspasar ese límite, como en (52): (52) a. ?Juan nos parece observar. b. *Juan lo lamentó ver. c. *Juan nos lo sugirió comprar. (53) *Lo dices que vieron / Dices que lo vieron Independientemente de qué postura tomemos, bioracional o monooracional, observamos que el movimiento de núcleo es el denominador común en ambos posiciones. Creemos que las posiciones de Kayne (1989) y Cinque (2006) no son irreconciliables. De hecho, la postura de Kayne podría dar cuenta de los datos de (52) y (53) si se asume debe existir una relación de dependencia entre los diferentes nudos T de oración matriz y oración subordinada (ver Luján 1980). Cuando el nudo T subordinado tiene independencia temporal como en el caso de los ejemplos de verbos de elevación en (52a) y subordinadas temporales como (53), la subida se ve interrumpida por la existencia de un nudo T abstracto en el complementante de la subordinada (Kayne 1989). Esa dependencia tampoco se da en los ejemplos de control de objeto de (52c) ya que el T subordinado esté coindicado con un sujeto diferente del T de la matriz, lo cual impide el movimiento de núcleo de la oración subordinada a la oración matriz. Con verbos factivos como (52b) la proyección SC no puede ser atravesada si contiene si el SC subcategorizado por estos verbos es mas complejo y contiene un C abstracto independiente de la oración matriz (Kiparsky&Kiparsky 1970) Además de los datos anteriores, otro tipo de consideraciones relacionadas con las posibilidades combinatorias de los clíticos también conducen a la misma conclusión sobre el movimiento de núcleo. Perlmutter (1971) observó que la combinación de un clítico dativo referido a animado con un clítico acusativo de primera o segunda persona no es posible como observamos en (54). Sin embargo, cuando el pronombre dativo aparece como pronombre fuerte como en (55), la construcción es posible:: - 14 - (54) a. *Ellos me le presentaron. b. * Ellos me le recomendaron. (55) Ellos me recomendaron/presentaron a él. Esta imposibilidad combinatoria de clítco dativo con clítico de 1ª y 2ª persona también la encontramos en construcciones causativas en las que el infinitivo subordinado subcategoriza un dativo: (56) Me hizo hablarle por teléfono *Me le hizo hablar por teléfono Bonet (1991) propone atribuir esta restricción a un filtro morfológico denominado restricción me-lui (o restricción de persona y caso). Según tal mecanismo, los clíticos de primera y segunda persona son incompatibles con los clíticos de tercera persona en dativo. Sin embargo, ha habido varios intentos de reducir esta restricción morfológica a mecanismos sintácticos, como en Anagnostopoulou (2003), Romero & Ormazábal (2007), Adger & Harbour (2007). Según estos autores, la restricción de persona y caso puede deducirse de la teoría de cotejo de rasgos dentro del marco minimista. De esta manera, todos estos autores asumen, dejando de lado diferencias de detalles, que la razón de la agramaticalidad de las combinaciones anteriores se debe al hecho de que en estas construcciones los clíticos de primera y segunda persona y el clítico de dativo compiten por el mismo rasgo. Tomemos, por ejemplo, la hipótesis de Anagnostopoulou (2003). Esta autora asume que el rasgo que comparten tantos los clíticos dativos como los clíticos de primera y segunda persona es el de persona. Los clíticos acusativos carecen de tal rasgo, según su hipótesis14. Una proyección funcional relacionada con el verbo debe cotejar este rasgo de persona. El cotejo_tiene éxito cuando sólo_uno de los clíticos contiene el rasgo de persona, tal como representamos en (57). Es decir cuando los clíticos de persona se combinan con el clítico acusativo de 14 Este es un punto crucial y controvertido en su hipótesis. Mientras los clíticos dativos de tercera sí que tienen rasgo morfológico de persona, los clíticos acusativos de tercera carecen de tal rasgo aunque se refieren a un objeto animado. Esta paradoja también se encuentra en la hipótesis de Ormazábal&Romero (2006) cuando discuten que lo que ellos llaman la restricción de concordancia de objeto. Todos estos autores asumen que debemos tratar el clítico acusativo de tercera persona y el argumento acusativo de manera diferente. - 15 - tercera persona. En el caso en que el clítico de tercera persona tenga el rasgo de persona, como es el caso del clítico dativo, la derivación no puede continuar. (57) Cl Me [ Persona] Cl ACC LO [Número] F [persona, número] presentaron (58) *Cl Me [ Persona] Cl ACC LE [Número, Persona] F [persona, número] presentaron Una manera natural y lógica de entender este análisis es asumir que en todos estos casos los clíticos se han movido como núcleos hacía la misma proyección funcional que contiene el rasgo que debe cotejarse.15De esta manera, damos cuenta de que esta restricción sólo parece afectar a núcleos clíticos, pero no a estructuras con un clítico y un pronombre fuerte: (59) Juan me presentó a él. A favor de la hipótesis en términos de cotejo de rasgos de los núcleos clíticos, es interesante aquí presentar unos datos ya discutidos por Luján (1980), a los s que no se les ha prestado demasiada atención posteriormente desde un punto de vista teórico. El español no permite la subida de un clítico de referencia animada,--frente a lo que sucede con los clíticos de referencia inanimada--, con los verbos causativos, los verbos de percepción o los pocos verbos de control de objeto que aceptan el ascenso. Véanse los siguientes contrastes: (60) a. Me hicieron educarla.[+ animado] b. *Me la hicieron educar . (61) a. Me hicieron leerlo. [-animado] b. Me lo hicieron leer. 15 Una propuesta alternativa podría asumir que los clíticos se han movido como proyecciones máximas, en vez de núcleos. Esto es posible si lo que hemos movido es el Sintagma que contiene el clítico, y no sólo el núcleo clítico como hemos asumido hasta ahora . El problema con esta alternativa es que no tiene en cuenta las razones morfológicas (coordinación, falta de modificación) aducidas al inicio de este capítulo que avalan la idea de que los clíticos son elementos nucleares al final de la derivación. Aunque ha habido propuestas que han asumido que el clítico pueda moverse como proyección máxima parte de la derivación como Sportiche (1998) y Belletti 1999), nadie ha lo ha mantenido tal hipótesis para el final de la derivación. - 16 - (62) a. Me ordenaron saludarla. [+animado] b. *Me la ordenaron saludar . (63) a. Me ordenaron leerlo .[-animado] b. Me lo ordenaron leer. Una manera natural de entender estos contrastes es asumir con Romero & Ormazábal (2007) la hipótesis de que lo que realmente es crucial para entender la agramaticalidad de la restricción de persona y caso, no es el rasgo persona, sino el rasgo de animacidad. Si asumimos que el rasgo de animacidad está en la proyección funcional Tiempo y solamente puede ser cotejado por un clítico, entonces llegamos a la conclusión de que en las construcciones anteriores los dos clíticos están especificados con el rasgo de animacidad cuando aparecen combinados en la misma proyección como analizamos en (64). Obsérvese el paralelismo con el análisis de los casos de restricción de persona de Ormazábal y Romero (2007) en (65): (64) a. (A María), *Me [+animado] la [ +animado] T [+animado] hicieron educar b. (La novela), Me [ +animado] la [ -animado] T [+animado] hicieron T [ -animado ] leer (65) (A María) *Me [+animado] le [+animado] T [+animado] recomendaron Sin embargo, para mantener este paralelismo debemos hacer una distinción crucial entre el ejemplo (64a) y un ejemplo monooracional bitransitivo como (66), en que el clítico acusativo la puede referirse a un ser animado: (66) a. (A María) Me [+animado] la T recomendaron Ormazábal y Romero (2007,338) deben asumir que el ejemplo (66) difiere del ejemplo (65) en que el clítico acusativo la no codifica animacidad morfológicamente, contrariamente al clítico dativo le16. Sin embargo, (64) parece indicar lo contrario. La diferencia fundamental entre ambas oraciones es que en (64) hay una estructura bioracional y en (66) hay una oración ditransitiva monooracional. La distinción la podemos obtener si el clítico la por sí solo no codifica animacidad, pero la temporalidad sí que la 16 Veáse la nota 15 - 17 - codifica17. Cuando el clítico acusativo la se queda en la oración subordinada la temporalidad de la oración matriz sólo tiene que cotejar el rasgo de animacidad del clítico de la oración matriz de primera persona me como se observa en (67a). Sin embargo, cuando el clítico acusativo la sube con la temporalidad subordinada a la oración matriz, tendremos un contexto como el de (67b) con los rasgos de animacidad del clítico de la matriz y la animacidad del complejo del clitico la con la temporalidad de la subordinada. Estos dos rasgos deben ser cotejados con respecto a la nodo T de la oración matriz18 : (67) a. Me [+animado] T1 [+animado] hicieron [educar la+T2 [ +animado ]] b.*Me [+animado] [la+T2[ +animado ]]j T1 [+animado] hicieron educar tj En conclusión, la explicación de las restricciones de animacidad y de persona y caso derivan del hecho de que estamos ante elementos nucleares que cotejan rasgos con una proyección funcional verbal al final de la derivación. Sin embargo, una pregunta que nos podemos hacer es si la naturaleza necesariamente nuclear de los clíticos al final de la derivación debe darse también en los estadios previos de la derivación. Es decir, se podría suponer que en las primeras etapas el movimiento del clítico no es el que caracteriza a los núcleos.. Sportiche (1998), y Belletti (1999) asumen que el movimiento del clítico debe iniciarse como movimiento de una proyección máxima para explicar los casos de concordancia del participio en francés y en italiano en (63). Según estos autores, la proyección sintagmática que contiene el clítico en (68) se mueve al especificador del núcleo responsable de la concordancia de género y número del participio pasado. Finalmente, el clítico se movería como núcleo y se adjuntaría a T : (68) l-i ho_vist-i l-conc he visto-Conc 17 Quizás en vez de la temporalidad podemos asumir que es un proyección funcional que codifica transitividad es la que codifica la animacidad. Por razones de espacio, no voy a desarrollar tal hipótesis. 18 Sobre la movida del complejo del clítico con la temporalidad véase Kayne (1989) y ejemplos (42) y (43). - 18 - (69) a. Ho visto [ XP b. Ho [ XP li ] => XP Movement li ] visti => Head Movement c. Li+ T ho [ XP t] visti Según estos análisis, es plausible suponer que parte del movimiento de los clítico es movimiento de una proyección máxima. El español, aunque no presenta evidencia de la existencia de este movimiento a una proyección intermedia con los participios pasados, sí que da argumentos para proponer una proyección máxima al inicio del movimiento. La construcción que apoya esta idea es el doblado de los clíticos, como vemos en (70)19. (70) a. Le di el libro a Juan. b. La vi a ella El caso de doblado es paralelo a los ejemplos que vimos en el apartado 2 al tratar del análisis de los cuantificadores flotantes y de los pronombres discordantes. Según aquel análisis, el elemento doblado y el clítico formarían una proyección máxima única. 20_Uriagereka (1995) y Torrego (1995) proponen, por ejemplo, que el clítico es el núcleo de un SDeterminantes y que el elemento doblado se origina en el especificador de éste: (71) SD D’ Esp Doblado D SN Clítico pro 19 Hay variación dialectal en español respecto del doblado de clíticos. El dialecto del Río de la Plata permite el doblado con OD nominales y específicos, lo cual no está permitido en muchos otros dialectos (véase Suñer, (1988). Por razones de espacio no voy a tratar aquí de dar cuenta de las restricciones del doblado en estas variantes ni de otros posibles análisis que se puedan ofrecer al respecto. 20 Este análisis de los clíticos como DP no dice mucho sobre las condiciones que propician el doblado, ya sea especificidad o animacidad. En caso de que el clítico no esté doblado se asume que existe un equivalente vacío del DP doblado. Sportiche (1998) propone que tal elemento nulo sea pro. En cualquier caso debería tratarse de un pronombre vacío. - 19 - Como en los ejemplos del análisis de los cuantificadores de Sportiche (1988), el elemento doblado quedaría detrás cuando se produce el movimiento del núcleo. La separación del núcleo del resto del SD puede producirse al principio o en algún punto intermedio de la derivación.21 Esto llevaría a la conclusión de que una parte del movimiento de clíticos implica movimiento de proyecciones máximas. Este es precisamente el punto que vamos a tratar en el próximo apartado. 4. MOVIMIENTO DE CLÍTICOS, MINIMIDAD Y MOVIMIENTOS DEL REMANENTE. Retomemos los contrastes que presentamos anteriormente en el apartado 2: (72) Nos hizo Pedro leerlo. ?* Nos lo hizo Pedro leer. (73) a. Me Hicieron [a mí] cantarla. b. Me la hicieron [*a mí] cantar. (74) a. Nos permitieron a nosotros leerlo. b. Nos lo permitieron [*a nosotros] leer. (75) a. Deseaba mucho verla. b. *La deseaba mucho ver. Estos contrastes podrían hacernos pensar que la agramaticalidad de las oraciones b) se debe a la interferencia que provoca una proyección máxima, ya sea el sujeto de la principal, el sujeto causado o el OI de los verbos de control de objeto. Desde la perspectiva de la minimidad relativizada de Rizzi (1990), el SX que contiene el clítico se mueve a una proyección situada fuera de su oración de infinitivo a través del especificador de SCOMP, como representamos en (76a). La presencia de otro SX ([XP Pedro]) produce el efecto de interferencia. Este efecto no se produciría en (76b): (76) a. Nos_loj hizo [XPtj ]i[XPPedro][ SPComp ti [leer ti] interference[XP Pedro] b. Nos loj hizo [XPtj ]i [ SPComp ti [leer ti] 21 Cechetto (1999), Villalba (2000), y Kayne (1994) adoptan un análisis de las dislocaciones en el que el clítico y el elemento dislocado forman una unidad única que queda separada posteriormente con el movimiento del clítico y del elemento dislocado respectivamente. - 20 - Sin embargo, tal análisis presenta unos problemas empíricos y otro teóricos. El problema empírico, es que no hay evidencia de ningún paso intermedio del clítico como proyección máxima. Como ya vimos anteriormente, el doblado de clítico en español se puede tomar como evidencia clara de que el aquel forma una proyección máxima en el punto inicial del movimiento. La predicción es que el elemento doblado ha de poder aparecer en algunas de las posiciones intermedias entre el punto inicial y el punto final. Sin embargo, las correspondientes oraciones son marginales o agramaticales: (77) a. Me deseaba [?*a mí] ver [a mí] mucho. b. Me empieza [*a mí] a poder [*a mí] ver [ a mí] c. Se lo Tengo [*a Juan] que acabar [*a Juan] de decir [a Juan] El problema teórico es que los procesos de interferencia del movimiento suelen ser selectivos. Así, Rizzi (1990) propone que el principio de minimidad se relativice según el tipo de movimiento, de manera que los elementos A´ bloquean únicamente otros elementos A´, y los núcleos bloquean solamente núcleos. Sin embargo, no parece que todos los elementos que bloquean el movimiento puedan ser caracterizados igualmente como elementos A, ni el movimiento del clítico parece ser movimiento A. Desde una perspectiva minimista en la que el movimiento se debe al cotejo de rasgos, el principio de minimidad relativizada se deduce del principio de economía según el cual un determinado núcleo atractor atrae al elemento que está mas cerca en la derivación (Atráigase el elemento más cercano: Chomsky y Lasnik 1993)22. Desde esta perspectiva, los ejemplos anteriores nos plantean el problema de cómo entender que un núcleo atractor de un núcleo clítico también pueda ser un atractor plausible de elementos tan diferentes como adverbios, sujetos, OI, u Objetos causados. La conclusión que se obtiene es que la agramaticalidad de las oraciones anteriores no debe entenderse en términos de interferencia, ya sea a través de la minimidad relativizada, o en términos de atracción del elemento más cercano. Aunque los elementos que se interponen parecen ser muy distintos, la configuración básica que impide la subida del clítico debería ser la misma. La respuesta la debemos obtener en los principios por los cuales el español permite la 22 Véanse los capítulos relevantes sobre la teoría de movimiento del elemento más cercano en Lasnik & Chomsky (1993). - 21 - reordenación de constituyentes como los sujetos,y los objetos (directos e indirectos) en estas estructuras. Asimismo, el español permite que el sujeto pueda aparecer antes o después del infinitivo, contrariamente al italiano o catalán (Ordóñez, (2000). También acepta el sujeto causado delante del infinitivo en la mayoría de dialectos, contrariamente al francés, catalán o italiano. Lo mismo podemos decir de los OI con verbos de control de objeto y los casos adverbiales de (81): (78) a. Ayer nos hizo Pedro leerlo. b. Nos hizo leerlo Pedro. (79) a. Me hicieron a mí cantarla. b. Me hicieron cantarla a mí. (80) a. Nos permitieron a nosotros leerlo. b. Nos permitieron leerlo a nosotros. (81) a. Deseaba mucho verla. b. Deseaba verla mucho. Una de las propuestas que consideraremos aquí es que los diferentes reordenamientos de todos esos elementos conllevan no sólo movimientos de los argumentos que parecen interferir, sino que pueden suponer movimientos de proyecciones máximas que contienen los infinitivos como movimientos de remanente23. Tomemos los ejemplos de causativas de Kayne (2004). Según este análisis , el orden de palabras de (82) es producto de una serie de movimientos sintagmáticos_que implican movimiento del infinitivo y sus remanentes. Primero habría traslado de la proyección del sujeto causado a una proyección exterior para obtener el caso dativo en (83b). A este movimiento le sigue el movimiento de toda la 23 La propuesta original de movimiento de remanente aparece en Den Besten y Webelhuth (1987). Allí se propone el movimientos categorías máximas de las cuales han sido extraídos algunos de sus componentes. El movimiento de remanentes se ilustra en (i) y consiste en dos partes. En la primera parte el constituyente WP que forma parte de XP se extrae (ib). En la segunda parte el remanente XP se mueve como en (ib). Para discusión de las posibles restricciones al tipo de movimiento de remanente véase Müller (1996): (i) a. …[ XP X WP] Extracción de WP b. …WPi… [ XP X ti ] Movimiento del remanente XP c. [ XP X ti ]……. WPi..... - 22 - proyección que contiene el verbo con el infinitivo (83c). Según este análisis, el OI a Juan_no está dentro del SV del infinitivo, sino que forma un constituyente diferente. El SV del verbo causativo y el verbo en infinitivo están en la misma proyección y forman un constituyente unitario: (82) Han hecho comer la manzana a Juan (83) a.[[ SComphan hecho [ SComp Juan comer la manzana] ] ] Movement of the subject⇒ b. [a Juan][[ SComphan hecho [ SCompt comer la manzana] ] ] remnant movement⇒ c. [[ SComphan hecho [ SCompt comer la manzana] ] ] [a Juan] El orden alternativo en el que el infinitivo aparece detrás del elemento dativo, se obtendría mediante la siguiente secuencia de movimientos: primero, el SV que contiene el infinitivo, luego el dativo y al final remanente, como representamos a continuación: (84) a.[[ SComphan hecho [ SComp Juan [SVcomer la manzana]] ] ] Movement of the VP ⇒ b. [SVcomer la manzana]j [[ SComphan hecho [ SComp Juantj] ] ] Movement of the causee ⇒ c. [a Juan] [SVcomer la manzana]j [[ SComphan hecho [ SComptj] ] ]Movement of the remnant⇒ d.[[ SComphan hecho [ SComptj] ] [a Juan] [SVcomer la manzana]j ] Desde este punto de vista, hay una diferencia clara entre las derivaciones de (83) y (84). En la derivación en que el sujeto causado ocupa la última posición, el verbo causativo y el infinitivo forman un constituyente en el punto final de la derivación. Por el contrario, en la derivación en la que el sujeto aparece entre el verbo causativo y el infinitivo, estos dos elementos no forman un único constituyente. Si extendemos está conclusión a todos los otros casos de interferencia, podemos proponer las siguientes derivaciones finales con un elemento que se interpone entre ambas formas verbales. En todos estos casos el SV infinitivo y el verbo finito nunca forman un constituyente: (85) a. [[ SComp deseaba [ SComptj] ] [mucho] [SV verla]j ] b. [[ SComp nos permitieron [ SComptj] ] [a nosotros] [SV verla]j ] c. [[ SComp nos hizo [ SComptj] ] [Pedro ] [SV verla]j ] - 23 - El problema que nos queda por resolver es por qué estas derivaciones son agramaticales cuando el clíticos se ha movido con_del remanente del_Scomp, del cual se ha extraído_previamente el SV infinitivo: (86) a. * [[ SComp_Lai_deseaba [ SComp_tj] ] [mucho] [SV ver ti]j ] b. *[[ SComp Nos lai_permitieron [ SComp_tj] ] [a nosotros] [SV ver ti]j ] c. *[[ SComp Nos_lai hizo [ SComp_tj] ] [Pedro ] [SV ver ti]j ] d. *[[ SComp_Se lai han hecho [ SComp tj] ] [a Juan] [SV comer ti]j ] La diferencia entre las derivaciones en (85) y (86) reside en que la huella que deja el clítico está en el SV de infinitivo, que no forma un constituyente con el SComp al que aquel se ha movido. No hay relación de mando-C entre el clítico en la posición final y la posición de origen en el SV. La derivación es similar a la presentada por Rizzi (1982) para los casos de oraciones hendidas en italiano. El clítico no puede aparecer en la oración que ha sido hendida, ya que está en una situación en la cual no manda-C a la huella. La única diferencia es que el orden de infinitivo y verbo finito es el inverso del que corresponde a los casos del español que hemos presentado: (87) a. E´proprio_parlar_tii_di questi_problemi_che_verrà. es justamente hablarte de estos problemas que vendrá ‘Es justamente a hablarte de estos problemas a lo que vendrá’ b. *E´proprio [parlar ti di questi ]_problemi_che_tii_verrà. Es justamente hablar de estos problemas que te vendrá. ‘Es justamente a hablar de estos problemas a lo que te vendrá’ Según Rizzi, el hecho de que no formen UN constituyente el infinitivo y el verbo modal en estas oraciones hendidas, impide que se produzca la subida del clítico.24_La diferencia entre los ejemplos 24 Rizzi propone una regla de reestructuración que hace que el verbo modal y el infinitivo formen un solo núcleo. El hecho de que el verbo pueda aparecer delante del infinitivo indica que la regla se ha aplicado. Rizzi asume que la oración hendida de (87b) no está bien formada porque hemos movido lo que, según la regla de reestructuración, es una parte de un núcleo. Así pues, el movimiento en las oraciones hendidas no puede acceder a partes de una unidad nuclear. - 24 - italianos y los casos del español estriba en el orden final superficial de la oración de infinitivo y la oración finita donde el clítico acaba estando. Cinque (2006), sigue el análisis de Depiante (2001) y asume que todos estos casos de hendidas en italiano implican un caso de anáfora de complemento nulo (ACN) con el verbo modal. Según Depiante (2001) y Bošković (1994), los verbos reestructuración dan lugar a un complemento nulo anafórico sin estructura sintáctica interna que no puede albergar la huella de ningún elemento externo, incluido el clítico. Este es el análisis que presenta Cinque: (88) a. E´ [proprio parlarti_di questi_problemi] 0i_che_verrà [PP P ti]. es justamente hablarte de estos problemas que vendrá b. *E´proprio [parlar di questi ]_problemi_0i_che_tik_verrà [PP P ti].. Los datos presentados anteriormente tendrían el análisis siguiente, según la perspectiva del análisis de ACN. En esta estructura, el clítico no tendría tampoco la huella apropiada.25 (89) * [[ SComp 0iLakdeseaba [PP P ti]. ] [mucho] [SV ver ]j ] En conclusión: el análisis presentado aquí asume que la interposición de los diferentes elementos no debe entenderse en términos de la minimidad relativizada de Rizzi (1990), o desde una perspectiva de cotejo de rasgos, como atracción del elemento más cercano. El análisis más plausible de todos estos casos implica la reordenación de proyecciones máximas. La agramaticalidad se debería a que, después de estos movimientos, el clítico acaba en una posición desde la cual no puede ligar a su huella. El análisis da cuenta además del paralelismo entre estos casos y los de las oraciones hendidas presentados por Rizzi (1982) y Cinque (2006). 5. CONCLUSIÓN. En este capítulo hemos resumido algunos de los argumentos básicos que han llevado a la conclusión de que la distribución especial de los clíticos se debe a restricciones sobre el movimiento. Las razones para esta hipótesis las encontramos en el estrecho paralelismos que se manifiesta en la distribución de los 25 Es posible concebir una alternativa en términos de fases y de efectos de congelación de fases que nos permitiera capturar por qué el clítico no puede aparecer desligado del SV del que se origina. Dejo tal alternativa para un análisis futuro. - 25 - cuantificadores con clíticos y el movimiento de sujetos. Como vimos, los clíticos se ven bloqueados por elementos como la negación, los elementos Q, y los verbos factivos, que también bloquean ciertos procesos de movimiento Qu-. Sin embargo, la similitud es siempre parcial. Vimos que el bloqueo de la negación o de los elementos Qu-, se podría explicar a través de la restricción del movimiento de núcleo, como propuso Kayne (1989). El movimiento de núcleo también da cuenta de las restricciones de persona y animacidad en los casos de combinación de clíticos. Sin embargo, quedan por explicar las razones por las cuales ciertos argumentos (como los sujetos, los sujetos causados, etc..) también interceptan la subida de clítico. La restricción de movimiento de núcleo no es suficiente para explicar estos casos. También rechazamos la idea de que los principios de minimidad relativizada de Rizzi (1990) y de atracción del elemento más cercano de Chomsky y Lasknik (1993) sean relevantes a estos mismos efectos. Como alternativa, hemos propuesto un análisis en el cual las construcciones con estos argumentos interpuestos deben_reanalizarse como reordenamientos sintagmáticos que conducen a configuraciones en las cuales el clítico no manda-C a su propia huella. Varias aspectos del movimiento de clíticos quedan en el tintero. El principal es entender la motivación del movimiento de los clíticos. Uriagereka (1995) propone que el movimiento se da por razones de especificidad. Si bien la especificidad puede ser un factor semántico que nos puede permitir entender por qué los clíticos acusativos en español son interpretados como específicos, a esto debemos unir algún otro tipo de motivación puramente morfologica26. Roberts (en prensa) propone que la cliticización es parte de la operación general de Concordancia27. Según su perspectiva la cliticización se produce en aquellas lenguas que contienen en el léxico elementos con matrices puramente gramaticales como: género, número, 26 La especificidad nos permite entender por qué los clíticos acusativos son necesariamente específicos. Sin embargo con lo casos de doblado, la cuestión es más difícil ya que el clítco dativos puede doblar un cuantificador negativo que es claramente no específico: (1) a. Lo vi ayer ( + específico) b. No le di el libro a nadie (-específico) 27 Véase también Suñer (1988). - 26 - caso y que no contienen la estructura frasal de los sintagmas 28. En ese sentido el efecto de cliticación se produce con lo que el llama metas defectuosas. BIBLIOGRAFÍA. ADGER, D AND D. HARBOUR, 2007, «Syntax_and_syncretisms_of_the_person case constraint», Syntax, 10 1, págs. 2 – 37. ANAGNOSTOPOULOU, E. 2003, The_Syntax_of_Ditransitives. Evidence_from Clitics,Berlin / New York, Mouton de Gruyter. ANDERSON, STEPHEN R. 2005, Aspects of the theory of clitics, Oxford, OUP. BELLETTI, A. (1999) «Italian/Romance clitics: structure and derivation», En Henk van Riemsdijk, George Bosong & Bernard Comrie (eds), Clitics in the Languages of Europe, Berlin, Mouton de Gruyter, págs. 543-579. BONET, EULÀLIA. 1991. Morphology after syntax: Pronominal clitics in Romance, tesis doctoral, MIT. 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