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EL MOVIMIENTO DE LOS CLÍTICOS.
Francisco Ordóñez
SUNY, Stony Brook
1. INTRODUCCIÓN.
El español, como las otras lenguas romances, tiene una serie de pronombres átonos o clíticos (1a). A
esta serie de pronombres clíticos se oponen los llamados pronombres fuertes o tónicos, como el de (1b):
(1) a. La_vi
b. Habla de ella.
Las propiedades que distinguen a los clíticos pronominales de los pronombres fuertes son bien
conocidas Fernández Soriano (1999). Los clíticos no pueden ser fácilmente coordinados, no pueden ser
modificados, no pueden recibir acento prosódico de palabra y no pueden aparecer aisladamente, como
vemos en los siguientes contrastes:
(2) a. *La y lo vi (coordinación)
b. Habla de él y ella
(3) a. *Las dos vi en el jardín (modificación)
b. Habla de ellas dos
(4) a. *LA vi el otro día (énfasis)
b. Habla de ELLA.
(5) ¿A quién viste?
respuesta:
-1-
a. *La.
b. A ella.
Estos contrastes con los pronombres fuertes muestran que los clíticos son formas que deben ser
caracterizadas morfológica y sintácticamente de manera diferente. Los clíticos en cierta manera se
comportan como los elementos afijales, los cuales, como mostramos a continuación, tampoco se pueden
fácilmente coordinar, modificar o aislar:
(6) a. *No hay que des y_rehacer esta madeja. (coordinación)
b. *Ella es pequeñimuyita. (cf. ella es muy pequeña) (modificación)
c. ¿Prefieres hacer la cama o deshacerla? (aislamiento)
* Des.
Sin embargo, los afijos ( y especialmente los afijos derivacionales) muestran en general muchas más
restricciones de selección, que los clíticos, como señalan Zwicky&Pullum_(1983), y Anderson (2006).
Así, el sufijo –eza que se puede unir a adjetivos como rico y pobre, dando lugar a palabras como pobreza
y riqueza, ; no se combina con adjetivos como sano o enfermo (cf. *saneza o *enfermeza). Estas
irregularidades en el paradigma no las encontramos con los clíticos, que siempre aparecen como satélites
de un verbo, independientemente de cuál sea el significado, modo o tiempo de tal verbo.
En términos de la gramática generativa, una de las propiedades de los clíticos que han llamado más la
atención ha sido el hecho de que tengan una distribución tan diferente de los correspondientes SN. Siendo
el español una lengua básicamente SVO, llama la atención la diferente posición que adopta el objeto
respecto del verbo cuando aquél está representado por un clítico:
(7) a. Vi el libro
b. Lo vi
(8) a. Había visto el libro
b. Lo había visto
-2-
Esta diferencia de distribución, semejante a la que se da en francés, dio lugar al primer análisis
transformacional de los clíticos en las lenguas romances de Kayne (1975). Según este análisis los clíticos
y los sintagmas SN originarían igualmente como objetos a al derecha del verbo.
Sin embargo, la
transformación de colocación de clítico consistiría en el movimiento del elemento clítico, previamente
definido, a una posición por delante de la forma temporal del verbo en cuestión (Suñer 2000):
(9) a. Vi lo (Clitic placement)
b. Lo vi.
(10)
a. Había visto lo.(Clitic placement)
b. Lo había visto.
2. LOS DIAGNÓSTICOS DEL MOVIMIENTO
La hipótesis del movimiento puede dar cuenta de manera simple de la diferencia de distribución de los
clíticos con respecto a los SN. Sin embargo, hay que buscar argumentos adicionales, ya que tal
distribución también puede ser explicada a través de otros mecanismos sintácticos, como por ejemplo la
idea que los clíticos son simplemente formas de concordancia verbal que tienen una distribución especial1.
Los argumentos más claros a favor de la hipótesis de movimiento los encontramos en el hecho de que su
distribución muestra paralelismos bastante evidentes con otros procesos de traslado sintáctico, como por
ejemplo el movimiento de sujetos (véase capítulo sobre el movimiento A). Como vemos en las oraciones
en (11), tanto los clíticos como los SN sujeto legitiman la aparición de los llamados cuantificadores
flotantes, como todos:
(11)
a. [Los estudiantes] salieron [todos] antes del fin de la clase.
b. [Los] vi [a todos] antes del fin de la clase.
Para dar cuenta de la concordancia de género y número entre el SN sujeto los estudiantes y el
cuantificador todos que aparece detrás del verbo en (11a), Sportiche (1988) propone que ambos elementos
1
La alternativa al movimiento sintáctico ha sido defendida por varios autores desde diferentes
perspectivas: Jaeggli (1982), Borer (1984) , Suñer (1988) , Miller & Sag (1997), Rivas (1997), Sportiche
(1996).
-3-
forman un constituyente complejo única unidad. La posición inicial de ambos elementos sería la de
especificador de SV. Posteriormente se produciría movimiento del SN los estudiantes y el movimiento del
verbo al núcleo de la proyección de Tiempo, de modo que el cuantificador flotante queda detrás de aquel,
en el especificador SV como en (12b) o alternativamente todo el constituyente complejo se movería como
en (12c):2
(12)
a. [SV [[todos] [los estudiantes]] salieron ] antes de acabar la clase.
SN subject Movement ⇒
b. [ST [los estudiantes]i salieron [SV [[todos] ti ] antes de acabar la clase. ]
c. [ST [[todos] [los estudiantes]] i salieron [SV ti antes de acabar la clase. ]
Usando una argumentación similar, se podría reflejar adecuadamente la relación entre el clítico y el
cuantificador flotante en (13b). Ambos formarían una unidad con el clítico como núcleo y el cuantificador
flotante como especificador. Esta unidad se vería separada por el movimiento del clítico a una posición
más alta:
(13)
a. vi [ [a todos] [Los]] antes del fin de la clase.
Clitic Movement ⇒
b. [Los]ivi [ [a todos ti ] ] antes del fin de la clase.
El clítico movido puede acabar tanto antes como después del verbo dependiendo de la forma que
adopte el verbo. Si es infinitivo o imperativos obtenemos enclisis, si es formas finitas en construcciones
matrices obtenemos proclisis3:
(14)
a. Antes de mirarlos a todos.
b. Míralos a todos.
2
Por motivos prácticos, a partir de ahora no indicaré las huellas del movimiento del verbo a T.
El español medieval tenía enclisis con formas finitas en construcciones matrices y todavía se conserva en
formas arcaizantes como véase, dícese, aplíquese etc... Para un tratamiento histórico de la enclisis véase
Mónica Castillo (1996).(http://web.uam.es/personal_pdi/filoyletras/javel/MonicaCastillo-Tesis.pdf).
3
-4-
La relación entre clítico y cuantificador flotante también la podemos encontrar en todos los casos de
doblado del clítico (véase Súñer 1988, Rivas 1977) . El doblado lo encontramos en español cuando hay
aparente discordancia con primera y segunda persona del plural (15a) y (15b) Torrego (1996)4, entre
clítico y pronombre fuerte como en (15c); E incluso la podemos encontrar con un clítico y un SN no
pronominal en español del Río de la plata como en (15d) y en todos los dialectos con clíticos dativos
(15e):
(15)
a. [Nos]i vieron [ ti a los estudiantes].
b. [Os]i vieron [ ti a los estudiantes].
c.
[Nos]i vieron [ ti a nosotros].
d.
[La]i vieron [ ti a Mafalda] (español del Río de la Plata)
e…..[Le]i di el libro [ ti a Mafalda]
En estos ejemplos, como en los anteriores de (13), el clítico forma con el elemento doblado una unidad
compleja inicial que aparece disgregada por efecto del movimiento de aquel (Torrego 1995, Uriagereka
1995). Este análisis tiene la clara ventaja de dar cuenta del paralelismo de las formas discordantes en
(15a, b) con las construcciones apositivas con pronombre de (16a). En (16a) el pronombre nosotros y el
SN los estudiantes forma una unidad sintáctica y semántica. Esta construcción , como la de los clíticos,
sólo está permitida en el plural como se observa en (16b):
(16)
a. [Nosotros los estudiantes]i vimos ti el problema desde el principio.
b. *[El el estudiante] vio el problema desde le principio.
Desde este punto de vista, la única diferencia entre las construcciones de clíticos con SN discordantes
y las apositivas es que en las anteriores el clítico aparece desgajado de su correlato nominal a través del
movimiento como mostramos en (17). En cambio, en las construcciones con pronombre apositivo el
pronombre fuerte debe permanecer adyacente al elemento discordante (18):
-5-
(17)
a. vieron [ [nos] [a los estudiantes]]
Movimiento de clítico⇒
b. [nos]i vieron [ ti [a los estudiantes]]
(18)
[Nosotros los estudiantes]i fuimos acusados ti de no ser solidarios.
Además, de lo dicho anteriormente, la hipótesis del movimiento nos permite dar cuenta del hecho de
que los clíticos pueden aparecer bastante alejados del verbo que los subcategoriza. Esto lo vemos
claramente con los ejemplos que incluyen verbos modales, verbos causativos o verbos de percepción.
Obsérvese que los clíticos pueden aparecer en muchas otras posiciones intermedias:
(19)
a. [lo]_tengo que empezar[lo] a poder[lo] entender[lo]
b. ¡Empieza[la] a estudiar[la]!
(20)
a. Me [lo] hizo estudiar [lo]
b. Me [la] vio escribir [la]
Estos datos corroboran que hay un paralelismo entre el movimiento de clíticos y otros tipos de
desplazamiento, como movimiento Qu-, en el cual el elemento movido no necesariamente aparece
adyacente al verbo que lo subcategoriza como en (21):
(21)
¿Quéi piensas que dijo ti ?
Para hacer la hipótesis de movimiento todavía más plausible sólo hace falta mostrar que las
restricciones en un tipo de movimiento y en el otro son las mismas. Efectivamente, aunque el movimiento
de los clíticos no sea exactamente idéntico al movimiento de elementos Qu-, sí muestra algunas
restricciones muy parecidas.
La cuestión fundamental que se plantea con respecto al análisis del
movimiento de los clíticos en la teoría actual es dilucidar si este movimiento es movimiento de núcleo
-6-
(véase capítulo correspondiente) o movimiento de una proyección máxima (véase capítulo
correspondiente).
La primera restricción común a ambas clases de movimiento es la restricción de las islas Qu.
Mientras que los clíticos pueden subir por encima de un verbo, la presencia de un elemento interrogativo
delante del infinitivo bloquea tal operación, como vemos a continuación (Luján 1980, Rizzi 1982, Kayne
1989):
(22)
No lo sé leer
No me sé callar
(23)
*No lo sé cómo leer
*No me sé cómo callar
*No lo sé si leer
*No me sé si callar
Esta restricción es paralela a la que se manifiesta en la extracción de elementos Qu- desde el interior
de oraciones interrogativas subordinadas, como vemos en el ejemplo siguiente5:
(24)
*?Qué no sabes dónde pusiste?
*Dónde no sabes qué pusiste?
Obsérvese que el efecto sólo ocurre cuando el elemento Qu- el SComp tiene el rasgo +Q. No se da, en
cambio, en los casos en que los elementos en el sintagma Comp no poseen tal rasgo, como en que (24), o
cualquier algunas preposiciones que aparezca delante del infinitivo como en (25-27): 6
5
Por razones de espacio no voy a hacer una exposición minuciosa de los casos de islas Qu- del español,
que se estudian en el capítulo….. Hay algunos casos en que el estatus de islas Qu- del español no está
claro y oraciones como la siguiente son perfectamente admisibles para muchos hablantes (ver Lasnik y
Uriagereka, 1988):
(i)
¿Qué trabajadores no sabías por qué habían despedido?
Sin embargo hay otros casos como el del ejemplo (24) que parecen indicar que esta restricción está
vigente en español. Sea como sea, varios factores entran en juego a la hora de evaluar las islas QU en
español. Por ejemplo en el ejemplo anterior (i) se ha extraído un elemento QU que es D-linked sobre otro
elemento Por qué que como ha mostrado Rizzi (1996) para el italiano, se genera directamente en el
especificador de SCOMP.
-7-
(25)
[Lo] tiene que leer[lo]
(26)
[lo] empieza a decir[lo]
(27)
[lo] acaba de leer[lo]
Otro elemento que parece restringir la posibilidad de movimiento del clítico lo constituyen los verbos
factivos (Luján, (1980). Como es sabido, los verbos factivos_también constituyen islas débiles para la
extracción de ciertos elementos Qu- (Cinque, 1990):
(28)
a. *Lo lamentó leer.
b. *Lo deploro hacer.
(29)
a. *¿Cómo lamentas [ que se comportase t] ?
b. *¿Cómo deploras [que se comportase t] ?
La negación entre dos verbos también bloquea la subida del clítico7, del mismo modo que impide el
movimiento de los elementos interrogativos adjuntos como por qué. De nuevo, el paralelismo con el
movimiento Qu- es evidente.
(30)
*Lo intentó no hacer
*La quiso_no leer
(31)
*¿Por qué no piensas [que María hablara a Juan t ] ?
Además de la_factividad, la negación, y los elementos qu-, la inserción de sujetos postverbales puede
bloquear la subida de clíticos8:
(32)
Ayer me vio Juan pintarla
?*Ayer me la vio Juan pintar
6
Véanse Rizzi (1982) y Kayne (1989) para mostrar que estas preposiciones ocupan SComp.
Para algunos casos excepcionales, véase Treviño (1993).
8
No voy a discutir en este capítulos las condiciones discursivas que permiten que los sujetos aparezcan en
posición postverbal y por consiguiente bloqueen la subida del clítico. Me remito a Ordóñez (2000) y
Zubizarreta (1998) para el estudios detallado de las circunstancias que propician tal emplazamiento.
7
-8-
(33)
Ayer nos hizo Pedro leerlo
?* Ayer nos lo hizo Pedro leer
(34)
¿Cuándo te ordenará tus maestro comprarlo?
*? ¿Cuándo te lo ordenará tu maestro comprar?
La inserción de objetos entre verbos también obstaculiza la subida de clíticos. El sujeto causado de las
construcciones causativas con infinitivo aparece con la marca de la a personal y en muchos dialectos
puede incluso preceder al infinitivo, como vemos en (35a) y (36a). En esta configuración, la subida del
clítico es imposible, según se muestra en (35b) y (36b). Por el contrario, si el sujeto causado sigue al
infinitivo, la subida del clítico es factible, como en (35c) y (36c):
(35)
a. Me Hicieron [a mí] cantarla
b. * Me La hicieron [a mí] cantar
c. Me la hicieron cantar a mí
(36)
a. Me dejó a mí cantarla
b. *Me la dejó a mí cantar
c. Me la dejó cantar a mí
Un efecto similar ocurre con los verbos de percepción. El objeto de la oración de infinitivo tampoco
puede interponerse cuando hay subida de clítico.
(37)
a. Me vieron a mí escribirla
b. *Me la vieron a mí escribir
c. Me la vieron escribir a mí
Finalmente, ciertos verbos de control de objeto admiten la subida de clíticos, como fue mostrado por
Suñer (1980) y Luján (1980). Sin embargo, la subida no se produce cuando el objeto aparece entre los dos
verbos:
-9-
(38)
a. Nos permitieron a nosotros leerlo
b. *Nos lo permitieron a nosotros leer
c. Nos lo permitieron leer a nosotros
(39)
a. Me prohibieron a mí leerlo
b. *Me lo prohibieron a mí leer.
c. Me lo prohibieron leer a mí.
Todos estos casos tienen en común la aparición de un argumento entre los dos verbos implicados en la
subida del clítico, ya sea el sujeto postverbal, el argumento causado, el sujeto de una oración de infinitivo
o un objeto en un verbo de control de objeto. Además de todos estos_sintagmas argumentales, debemos
añadir ciertos elementos adverbiales, como mostró Luján (1980):
(40)
a. Deseaba mucho verla.
b. *La deseaba mucho ver.
En conclusión, el proceso de subida de clítico se ve bloqueado de manera similar a otros procesos de
movimiento. Sin embargo, ahora la cuestión primordial a la que debemos atender es explicar cómo se
produce concretamente ese bloqueo, dadas las premisas actuales sobre el movimiento.¿Se trata de
movimiento de núcleo o de movimiento de una proyección máxima? ¿Cómo se produce el bloqueo en los
diferentes ejemplos dados?
3. LA SUBIDA DE CLÍTICOS Y EL MOVIMIENTO DE NÚCLEO.
Kayne (1989) asume que la subida de clíticos es un movimiento de núcleo. Según su hipótesis, el
clítico, como elemento nuclear que es, se adjunta directamente a una proyección funcional de tiempo. En
el caso de la proclisis, la adjunción del clítico se daría a la izquierda del verbo (41a). En el caso de la
enclisis (imperativos, gerundios e infinitivos), el verbo se movería posteriormente por encima de la
proyección formada por T y el clítico (Kayne, (1991):
(41)
a . CL+T V (proclisis) Lo compro
b. V CL+T
(enclisis) comprarlo
- 10 -
Bajo esta hipótesis, el movimiento del verbo es una pieza fundamental para entender las diferencias
entre proclisis y enclisis¨ (véanse Kayne, (1991), (1994). En caso de que se tenga un complejo verbal con
diferentes verbos como vimos en (19) o (20), Kayne (1989) asume que la proyección CL+T se
puede_mover como una unidad nuclear por las diferentes proyecciones por las que pasa en su ascenso, tal
como presentamos en (42) y (43). Obsérvese que este movimiento nuclear del complejo Cl+T se produce
a través del núcleo del complementante que aparece al frente de la subordinada de infinitivo. En este
sentido se trataría de un movimiento nuclear que va más allá de su propia cláusula:
(42)
CL+Ti+T V
(43)
Lo +Ti quiso
[CP ti [SFlexVINF ti]]
[CP ti [ SFlex comprar ti ]]
Según este análisis, el movimiento nuclear a la proyección superior_quedaría bloqueado en el caso de
que el núcleo del complementante estuviera ya ocupado (“véase el capítulo restricción de movimiento de
núcleo RMN”). De este modo, los elementos Q que ocupan el núcleo de SComp serían bloqueadores de la
subida del complejo nuclear CL+T9:
(44)
*No lo+sé [SComp si [SFlex comprar
La negación tendría el mismo efecto, desde esta perspectiva10:
(45)
*Lo + quiere [ SComp [Neg P no [SV comprar]]]
Según esta hipótesis, la adjunción del clítico a T es un prerrequisito para la posterior subida del
complejo nuclear a T. Kayne propone que el movimiento del clítico por SComp sólo se produce en
aquellas lenguas en que T sea lo suficientemente robusto para hacer que el SV no sea una barrera para el
movimiento del clítico hacia C. La robustez está basada en la correlación con la capacidad del tener
sujetos nulos. Lenguas como el catalán, español e italiano que son lenguas con sujetos nulos tienen un T
9
En caso de los sintagmas Qu- situados en el especificador de SC, debemos asumir que el núcleo de esa
proyección está ocupado por un núcleo Qu- vacio que bloquea igualmente el movimiento del verbo.
10
Kayne articula este bloqueo en términos de rección por antecedente dentro del modelo de las Barreras
de Chomsky (1986). Obviamente, la hipótesis tendría que actualizarse en términos minimistas a través del
mecanismo de concordancia a larga distancia (Chomsky, On phases).
- 11 -
robusto dada su riqueza flexional (Rizzi 1982) y permiten la subida de los clíticos por encima de su SV.
Por otro lado las lenguas con T débil que no son lenguas de sujeto nulo, como el francés actual, no
permitirían esa subida de los clíticos por encima de su SV a la oración matriz. De esta manera se capta la
distinción paramétrica de que sólo las lenguas con sujeto nulo permiten la subida de clíticos con los verbos
modales y de percepción:
(46)
No lo+T quiere [SComp [ T Strong [SV ]]
(47)
*Jean le + veut
[SComp [ T Weak [SV faire ]]
Además de la diferencia paramétrica que se acaba de señalar, se da en estas construcciones otro tipo
de correlación: los verbos que admiten la subida de los clíticos son fundamentalmente los de control de
sujeto, ya que apenas hay verbos de control de objeto que lo permitan, como muestran los datos de (48)11.
Según Kayne, esta situación es debida a que los verbos de control de sujeto el tiempo de la oración
principal y subordinada comparten el mismo sujeto, mientras que eso no es así con verbos de control de
objeto:
(48)
a. *Me los sugirieron leer pronto.
b. *Me los suplicaron dejar en mi maleta.
En conclusión, pueden mencionarse tres consideraciones: (a) existe una correlación clara entre la
subida de clíticos con verbos modales y la posibilidad de tener sujetos nulos (b) la negación, y los
elementos interrogativos en SC ejercen un efecto de bloqueo en el ascenso de clíticos y (c) la falta de
subida de clíticos con los verbos de control de objeto parece indicar que efectivamente el movimiento de
los clíticos debe debe tratarse como movimiento de un núcleo a una proyección superior.
La hipótesis anterior parte de la idea de que todas estas construcciones presentan un SComp y un
SFlex para el infinitivo y por consiguiente son bioracionales. Sin embargo, otros lingüistas han asumido
11
De hecho, la sugerencia de Kayne (1989) es que los verbos de control de objeto que lo permiten, como
vimos en (38) y (39), en realidad deben ser considerados casos enmascarados de verbo causativos.
- 12 -
que las oraciones anteriores son monooracionales12.La hipótesis del movimiento de núcleo es también
compatible con esta postura. Por ejemplo, Cinque (2006) propone que los verbos modales forman parte
de las proyecciones funcionales de la oración. Según este autor, los distintos tipos de verbos modales se
insertan sobre las diferentes proyecciones funcionales de (47). Los verbos léxicos, por el contrario, se
originarían en el SV.
(49)
Modal frecuentativo> Modal volitivo> Modal celerativo> Modal terminativo>Modal continuativo>….
Para la hipótesis monooracional el hecho de que el clítico pueda aparecer delante del verbo modal se
deduce de la posibilidad de que el clítico aparezca delante de un verbo auxiliar. Cada proyección
funcional debe asociarse con una posición a la que el clítico puede moverse como núcleo. Además de
estas diferentes posiciones de clíticos delante de cada proyección funcional, también existiría una posición
para el clítico delante del verbo léxico conjugado, y otra por encima del Sintagma de Tiempo, como
expresamos en (51)13 :
(50)
lo+ [Aux había
[VPP dicho ]]
(51)
[lo]+ acaba de poder +[lo] ver+[lo]
Desde esta perspectiva, hay un número considerable de proyecciones funcionales que admiten un
clítico y el movimiento a cualquiera a estas proyecciones es opcional. El hecho de que la subida de clíticos
no esté permitida en muchos tipos de verbo no modales, como por ejemplo en los verbos factitivos, los de
elevación de sujeto y los de control de objeto se debe simplemente a dos factores: a) estos verbos no se
insertan en proyecciones funcionales, y b) los clíticos no pueden moverse mas allá de la propia cláusula
donde se originan. El movimiento de clítico se da estrictamente dentro de una oración con sus diferentes
12
Rizzi (1981) asume el a análisis monooracional de las oraciones con modales cuando hay subida de
clítico. Según su hipótesis, los verbos modales opcionalmente pueden ser reestructurados y formar un
núcleo único con el verbo flexionado.
13
No existiría una posición para el clítico dentro del participio pasado, por lo menos en español. El
italiano, sin embargo, sí que permite una posición para el clítico en los participios pasados de las oraciones
absolutivas.
- 13 -
proyecciones funcionales. En casos en que claramente tenemos dos oraciones separadas por un
complementante explícito, el clítico no puede traspasar ese límite, como en (52):
(52)
a. ?Juan nos parece observar.
b. *Juan lo lamentó ver.
c. *Juan nos lo sugirió comprar.
(53)
*Lo dices que vieron / Dices que lo vieron
Independientemente de qué postura tomemos, bioracional o monooracional, observamos que el
movimiento de núcleo es el denominador común en ambos posiciones. Creemos que las posiciones de
Kayne (1989) y Cinque (2006) no son irreconciliables. De hecho, la postura de Kayne podría dar cuenta
de los datos de (52) y (53) si se asume debe existir una relación de dependencia entre los diferentes nudos
T de oración matriz y oración subordinada (ver Luján 1980). Cuando el nudo T subordinado tiene
independencia temporal como en el caso de los ejemplos de verbos de elevación en (52a) y subordinadas
temporales como (53), la subida se ve interrumpida por la existencia de un nudo T abstracto en el
complementante de la subordinada (Kayne 1989). Esa dependencia tampoco se da en los ejemplos de
control de objeto de (52c) ya que el T subordinado esté coindicado con un sujeto diferente del T de la
matriz, lo cual impide el movimiento de núcleo de la oración subordinada a la oración matriz. Con verbos
factivos como (52b) la proyección SC no puede ser atravesada si contiene si el SC subcategorizado por
estos verbos es mas complejo y contiene un C abstracto independiente de la oración matriz
(Kiparsky&Kiparsky 1970)
Además de los datos anteriores, otro tipo de consideraciones relacionadas con las posibilidades
combinatorias de los clíticos también conducen a la misma conclusión sobre el movimiento de núcleo.
Perlmutter (1971) observó que la combinación de un clítico dativo referido a animado con un clítico
acusativo de primera o segunda persona no es posible como observamos en (54). Sin embargo, cuando el
pronombre dativo aparece como pronombre fuerte como en (55), la construcción es posible::
- 14 -
(54)
a. *Ellos me le presentaron.
b. * Ellos me le recomendaron.
(55)
Ellos me recomendaron/presentaron a él.
Esta imposibilidad combinatoria de clítco dativo con clítico de 1ª y 2ª persona también la encontramos
en construcciones causativas en las que el infinitivo subordinado subcategoriza un dativo:
(56)
Me hizo hablarle por teléfono
*Me le hizo hablar por teléfono
Bonet (1991) propone atribuir esta restricción a un filtro morfológico denominado restricción me-lui
(o restricción de persona y caso). Según tal mecanismo, los clíticos de primera y segunda persona son
incompatibles con los clíticos de tercera persona en dativo. Sin embargo, ha habido varios intentos de
reducir esta restricción morfológica a mecanismos sintácticos, como en Anagnostopoulou (2003), Romero
& Ormazábal (2007), Adger & Harbour (2007). Según estos autores, la restricción de persona y caso
puede deducirse de la teoría de cotejo de rasgos dentro del marco minimista. De esta manera, todos estos
autores asumen, dejando de lado diferencias de detalles, que la razón de la agramaticalidad de las
combinaciones anteriores se debe al hecho de que en estas construcciones los clíticos de primera y
segunda persona y el clítico de dativo compiten por el mismo rasgo. Tomemos, por ejemplo, la hipótesis
de Anagnostopoulou (2003). Esta autora asume que el rasgo que comparten tantos los clíticos dativos
como los clíticos de primera y segunda persona es el de persona. Los clíticos acusativos carecen de tal
rasgo, según su hipótesis14. Una proyección funcional relacionada con el verbo debe cotejar este rasgo de
persona. El cotejo_tiene éxito cuando sólo_uno de los clíticos contiene el rasgo de persona, tal como
representamos en (57). Es decir cuando los clíticos de persona se combinan con el clítico acusativo de
14
Este es un punto crucial y controvertido en su hipótesis. Mientras los clíticos dativos de tercera sí que
tienen rasgo morfológico de persona, los clíticos acusativos de tercera carecen de tal rasgo aunque se
refieren a un objeto animado. Esta paradoja también se encuentra en la hipótesis de Ormazábal&Romero
(2006) cuando discuten que lo que ellos llaman la restricción de concordancia de objeto. Todos estos
autores asumen que debemos tratar el clítico acusativo de tercera persona y el argumento acusativo de
manera diferente.
- 15 -
tercera persona. En el caso en que el clítico de tercera persona tenga el rasgo de persona, como es el caso
del clítico dativo, la derivación no puede continuar.
(57)
Cl Me [ Persona] Cl ACC LO [Número]
F [persona, número] presentaron
(58)
*Cl Me [ Persona] Cl ACC LE [Número, Persona]
F [persona, número] presentaron
Una manera natural y lógica de entender este análisis es asumir que en todos estos casos los clíticos se
han movido como núcleos hacía la misma proyección funcional que contiene el rasgo que debe
cotejarse.15De esta manera, damos cuenta de que esta restricción sólo parece afectar a núcleos clíticos,
pero no a estructuras con un clítico y un pronombre fuerte:
(59)
Juan me presentó a él.
A favor de la hipótesis en términos de cotejo de rasgos de los núcleos clíticos, es interesante aquí
presentar unos datos ya discutidos por Luján (1980), a los s que no se les ha prestado demasiada atención
posteriormente desde un punto de vista teórico. El español no permite la subida de un clítico de referencia
animada,--frente a lo que sucede con los clíticos de referencia inanimada--, con los verbos causativos, los
verbos de percepción o los pocos verbos de control de objeto que aceptan el ascenso. Véanse los
siguientes contrastes:
(60)
a. Me hicieron educarla.[+ animado]
b. *Me la hicieron educar .
(61)
a. Me hicieron leerlo. [-animado]
b. Me lo hicieron leer.
15
Una propuesta alternativa podría asumir que los clíticos se han movido como proyecciones máximas, en
vez de núcleos. Esto es posible si lo que hemos movido es el Sintagma que contiene el clítico, y no sólo el
núcleo clítico como hemos asumido hasta ahora . El problema con esta alternativa es que no tiene en
cuenta las razones morfológicas (coordinación, falta de modificación) aducidas al inicio de este capítulo
que avalan la idea de que los clíticos son elementos nucleares al final de la derivación. Aunque ha habido
propuestas que han asumido que el clítico pueda moverse como proyección máxima parte de la derivación
como Sportiche (1998) y Belletti 1999), nadie ha lo ha mantenido tal hipótesis para el final de la
derivación.
- 16 -
(62)
a. Me ordenaron saludarla. [+animado]
b. *Me la ordenaron saludar .
(63)
a. Me ordenaron leerlo .[-animado]
b. Me lo ordenaron leer.
Una manera natural de entender estos contrastes es asumir con Romero & Ormazábal (2007) la
hipótesis de que lo que realmente es crucial para entender la agramaticalidad de la restricción de persona y
caso, no es el rasgo persona, sino el rasgo de animacidad. Si asumimos que el rasgo de animacidad está en
la proyección funcional Tiempo y solamente puede ser cotejado por un clítico, entonces llegamos a la
conclusión de que en las construcciones anteriores los dos clíticos están especificados con el rasgo de
animacidad cuando aparecen combinados en la misma proyección como analizamos en (64). Obsérvese el
paralelismo con el análisis de los casos de restricción de persona de Ormazábal y Romero (2007) en (65):
(64)
a. (A María), *Me [+animado] la [ +animado] T [+animado] hicieron educar
b. (La novela), Me [ +animado] la [ -animado] T [+animado] hicieron T [ -animado ] leer
(65)
(A María) *Me [+animado] le [+animado] T [+animado] recomendaron
Sin embargo, para mantener este paralelismo debemos hacer una distinción crucial entre el ejemplo
(64a) y un ejemplo monooracional bitransitivo como (66), en que el clítico acusativo la puede referirse a
un ser animado:
(66)
a. (A María) Me [+animado] la T recomendaron
Ormazábal y Romero (2007,338) deben asumir que el ejemplo (66) difiere del ejemplo (65) en que el
clítico acusativo la no codifica animacidad morfológicamente, contrariamente al clítico dativo le16. Sin
embargo, (64) parece indicar lo contrario. La diferencia fundamental entre ambas oraciones es que en
(64) hay una estructura bioracional y en (66) hay una oración ditransitiva monooracional. La distinción la
podemos obtener si el clítico la por sí solo no codifica animacidad, pero la temporalidad sí que la
16
Veáse la nota 15
- 17 -
codifica17. Cuando el clítico acusativo la se queda en la oración subordinada la temporalidad de la oración
matriz sólo tiene que cotejar el rasgo de animacidad del clítico de la oración matriz de primera persona me
como se observa en (67a). Sin embargo, cuando el clítico acusativo la sube con la temporalidad
subordinada a la oración matriz, tendremos un contexto como el de (67b) con los rasgos de animacidad del
clítico de la matriz y la animacidad del complejo del clitico la con la temporalidad de la subordinada.
Estos dos rasgos deben ser cotejados con respecto a la nodo T de la oración matriz18 :
(67)
a. Me [+animado] T1 [+animado] hicieron [educar la+T2 [ +animado ]]
b.*Me [+animado] [la+T2[ +animado ]]j T1 [+animado] hicieron educar tj
En conclusión, la explicación de las restricciones de animacidad y de persona y caso derivan del
hecho de que estamos ante elementos nucleares que cotejan rasgos con una proyección funcional verbal al
final de la derivación.
Sin embargo, una pregunta que nos podemos hacer es si la naturaleza necesariamente nuclear de los
clíticos al final de la derivación debe darse también en los estadios previos de la derivación. Es decir, se
podría suponer que en las primeras etapas el movimiento del clítico no es el que caracteriza a los núcleos..
Sportiche (1998), y Belletti (1999) asumen que el movimiento del clítico debe iniciarse como movimiento
de una proyección máxima para explicar los casos de concordancia del participio en francés y en italiano
en (63). Según estos autores, la proyección sintagmática que contiene el clítico en (68) se mueve al
especificador del núcleo responsable de la concordancia de género y número del participio pasado.
Finalmente, el clítico se movería como núcleo y se adjuntaría a T :
(68)
l-i ho_vist-i
l-conc he visto-Conc
17
Quizás en vez de la temporalidad podemos asumir que es un proyección funcional que codifica
transitividad es la que codifica la animacidad. Por razones de espacio, no voy a desarrollar tal hipótesis.
18
Sobre la movida del complejo del clítico con la temporalidad véase Kayne (1989) y ejemplos (42) y
(43).
- 18 -
(69)
a. Ho visto [ XP
b. Ho [ XP
li ] => XP Movement
li ] visti => Head Movement
c. Li+ T ho [ XP
t]
visti
Según estos análisis, es plausible suponer que parte del movimiento de los clítico es movimiento de una
proyección máxima. El español, aunque no presenta evidencia de la existencia de este movimiento a una
proyección intermedia con los participios pasados, sí que da argumentos para proponer una proyección
máxima al inicio del movimiento. La construcción que apoya esta idea es el doblado de los clíticos, como
vemos en (70)19.
(70)
a. Le di el libro a Juan.
b. La vi a ella
El caso de doblado es paralelo a los ejemplos que vimos en el apartado 2 al tratar del análisis de los
cuantificadores flotantes y de los pronombres discordantes. Según aquel análisis, el elemento doblado y el
clítico formarían una proyección máxima única. 20_Uriagereka (1995) y Torrego (1995) proponen, por
ejemplo, que el clítico es el núcleo de un SDeterminantes y que el elemento doblado se origina en el
especificador de éste:
(71)
SD
D’
Esp
Doblado
D
SN
Clítico
pro
19
Hay variación dialectal en español respecto del doblado de clíticos. El dialecto del Río de la Plata
permite el doblado con OD nominales y específicos, lo cual no está permitido en muchos otros dialectos
(véase Suñer, (1988). Por razones de espacio no voy a tratar aquí de dar cuenta de las restricciones del
doblado en estas variantes ni de otros posibles análisis que se puedan ofrecer al respecto.
20
Este análisis de los clíticos como DP no dice mucho sobre las condiciones que propician el doblado, ya
sea especificidad o animacidad. En caso de que el clítico no esté doblado se asume que existe un
equivalente vacío del DP doblado. Sportiche (1998) propone que tal elemento nulo sea pro. En cualquier
caso debería tratarse de un pronombre vacío.
- 19 -
Como en los ejemplos del análisis de los cuantificadores de Sportiche (1988), el elemento doblado
quedaría detrás cuando se produce el movimiento del núcleo. La separación del núcleo del resto del SD
puede producirse al principio o en algún punto intermedio de la derivación.21 Esto llevaría a la conclusión
de que una parte del movimiento de clíticos implica movimiento de proyecciones máximas. Este es
precisamente el punto que vamos a tratar en el próximo apartado.
4. MOVIMIENTO DE CLÍTICOS, MINIMIDAD Y MOVIMIENTOS DEL REMANENTE.
Retomemos los contrastes que presentamos anteriormente en el apartado 2:
(72)
Nos hizo Pedro leerlo.
?* Nos lo hizo Pedro leer.
(73)
a. Me Hicieron [a mí] cantarla.
b. Me la hicieron [*a mí] cantar.
(74)
a. Nos permitieron a nosotros leerlo.
b. Nos lo permitieron [*a nosotros] leer.
(75)
a. Deseaba mucho verla.
b. *La deseaba mucho ver.
Estos contrastes podrían hacernos pensar que la agramaticalidad de las oraciones b) se debe a la
interferencia que provoca una proyección máxima, ya sea el sujeto de la principal, el sujeto causado o el
OI de los verbos de control de objeto. Desde la perspectiva de la minimidad relativizada de Rizzi (1990),
el SX que contiene el clítico se mueve a una proyección situada fuera de su oración de infinitivo a través
del especificador de SCOMP, como representamos en (76a). La presencia de otro SX ([XP Pedro])
produce el efecto de interferencia. Este efecto no se produciría en (76b):
(76)
a. Nos_loj hizo [XPtj ]i[XPPedro][ SPComp ti [leer ti]  interference[XP Pedro]
b. Nos loj
hizo [XPtj ]i [ SPComp ti [leer ti]
21
Cechetto (1999), Villalba (2000), y Kayne (1994) adoptan un análisis de las dislocaciones en el que el
clítico y el elemento dislocado forman una unidad única que queda separada posteriormente con el
movimiento del clítico y del elemento dislocado respectivamente.
- 20 -
Sin embargo, tal análisis presenta unos problemas empíricos y otro teóricos. El problema empírico, es que
no hay evidencia de ningún paso intermedio del clítico como proyección máxima. Como ya vimos
anteriormente, el doblado de clítico en español se puede tomar como evidencia clara de que el aquel forma
una proyección máxima en el punto inicial del movimiento. La predicción es que el elemento doblado ha
de poder aparecer en algunas de las posiciones intermedias entre el punto inicial y el punto final. Sin
embargo, las correspondientes oraciones son marginales o agramaticales:
(77)
a. Me deseaba [?*a mí] ver [a mí] mucho.
b. Me empieza [*a mí] a poder [*a mí] ver [ a mí]
c. Se lo Tengo [*a Juan] que acabar [*a Juan] de decir [a Juan]
El problema teórico es que los procesos de interferencia del movimiento suelen ser selectivos. Así,
Rizzi (1990) propone que el principio de minimidad se relativice según el tipo de movimiento, de manera
que los elementos A´ bloquean únicamente otros elementos A´, y los núcleos bloquean solamente núcleos.
Sin embargo, no parece que todos los elementos que bloquean el movimiento puedan ser caracterizados
igualmente como elementos A, ni el movimiento del clítico parece ser movimiento A. Desde una
perspectiva minimista en la que el movimiento se debe al cotejo de rasgos, el principio de minimidad
relativizada se deduce del principio de economía según el cual un determinado núcleo atractor atrae al
elemento que está mas cerca en la derivación (Atráigase el elemento más cercano: Chomsky y Lasnik
1993)22. Desde esta perspectiva, los ejemplos anteriores nos plantean el problema de cómo entender que
un núcleo atractor de un núcleo clítico también pueda ser un atractor plausible de elementos tan diferentes
como adverbios, sujetos, OI, u Objetos causados. La conclusión que se obtiene es que la agramaticalidad
de las oraciones anteriores no debe entenderse en términos de interferencia, ya sea a través de la
minimidad relativizada, o en términos de atracción del elemento más cercano. Aunque los elementos que
se interponen parecen ser muy distintos, la configuración básica que impide la subida del clítico debería
ser la misma. La respuesta la debemos obtener en los principios por los cuales el español permite la
22
Véanse los capítulos relevantes sobre la teoría de movimiento del elemento más cercano en Lasnik &
Chomsky (1993).
- 21 -
reordenación de constituyentes como los sujetos,y los objetos (directos e indirectos) en estas estructuras.
Asimismo, el español permite que el sujeto pueda aparecer antes o después del infinitivo, contrariamente
al italiano o catalán (Ordóñez, (2000). También acepta el sujeto causado delante del infinitivo en la
mayoría de dialectos, contrariamente al francés, catalán o italiano. Lo mismo podemos decir de los OI con
verbos de control de objeto y los casos adverbiales de (81):
(78)
a. Ayer nos hizo Pedro leerlo.
b. Nos hizo leerlo Pedro.
(79)
a. Me hicieron a mí cantarla.
b. Me hicieron cantarla a mí.
(80)
a. Nos permitieron a nosotros leerlo.
b. Nos permitieron leerlo a nosotros.
(81)
a. Deseaba mucho verla.
b. Deseaba verla mucho.
Una de las propuestas que consideraremos aquí es que los diferentes reordenamientos de todos esos
elementos conllevan no sólo movimientos de los argumentos que parecen interferir, sino que pueden
suponer movimientos de proyecciones máximas que contienen los infinitivos como movimientos de
remanente23. Tomemos los ejemplos de causativas de Kayne (2004). Según este análisis , el orden de
palabras de (82) es producto de una serie de movimientos sintagmáticos_que implican movimiento del
infinitivo y sus remanentes. Primero habría traslado de la proyección del sujeto causado a una proyección
exterior para obtener el caso dativo en (83b). A este movimiento le sigue el movimiento de toda la
23
La propuesta original de movimiento de remanente aparece en Den Besten y Webelhuth (1987). Allí se
propone el movimientos categorías máximas de las cuales han sido extraídos algunos de sus
componentes. El movimiento de remanentes se ilustra en (i) y consiste en dos partes. En la primera parte
el constituyente WP que forma parte de XP se extrae (ib). En la segunda parte el remanente XP se mueve
como en (ib). Para discusión de las posibles restricciones al tipo de movimiento de remanente véase
Müller (1996):
(i) a. …[ XP X WP]
Extracción de WP 
b. …WPi… [ XP X ti ] Movimiento del remanente XP 
c. [ XP X ti ]……. WPi.....
- 22 -
proyección que contiene el verbo con el infinitivo (83c). Según este análisis, el OI a Juan_no está dentro
del SV del infinitivo, sino que forma un constituyente diferente. El SV del verbo causativo y el verbo en
infinitivo están en la misma proyección y forman un constituyente unitario:
(82)
Han hecho comer la manzana a Juan
(83)
a.[[ SComphan hecho [ SComp Juan comer la manzana] ] ] Movement of the subject⇒
b. [a Juan][[ SComphan hecho [ SCompt comer la manzana] ] ] remnant movement⇒
c. [[ SComphan hecho [ SCompt comer la manzana] ] ] [a Juan]
El orden alternativo en el que el infinitivo aparece detrás del elemento dativo, se obtendría mediante la
siguiente secuencia de movimientos: primero, el SV que contiene el infinitivo, luego el dativo y al final
remanente, como representamos a continuación:
(84)
a.[[ SComphan hecho [ SComp Juan [SVcomer la manzana]] ] ] Movement of the VP ⇒
b. [SVcomer la manzana]j [[ SComphan hecho [ SComp Juantj] ] ] Movement of the causee ⇒
c. [a Juan] [SVcomer la manzana]j [[ SComphan hecho [ SComptj] ] ]Movement of the remnant⇒
d.[[ SComphan hecho [ SComptj] ] [a Juan] [SVcomer la manzana]j ]
Desde este punto de vista, hay una diferencia clara entre las derivaciones de (83) y (84). En la
derivación en que el sujeto causado ocupa la última posición, el verbo causativo y el infinitivo forman un
constituyente en el punto final de la derivación. Por el contrario, en la derivación en la que el sujeto
aparece entre el verbo causativo y el infinitivo, estos dos elementos no forman un único constituyente. Si
extendemos está conclusión a todos los otros casos de interferencia, podemos proponer las siguientes
derivaciones finales con un elemento que se interpone entre ambas formas verbales. En todos estos casos
el SV infinitivo y el verbo finito nunca forman un constituyente:
(85)
a. [[ SComp deseaba [ SComptj] ] [mucho] [SV verla]j ]
b. [[ SComp nos permitieron [ SComptj] ] [a nosotros] [SV verla]j ]
c. [[ SComp nos hizo [ SComptj] ] [Pedro ] [SV verla]j ]
- 23 -
El problema que nos queda por resolver es por qué estas derivaciones son agramaticales cuando el clíticos
se ha movido con_del remanente del_Scomp, del cual se ha extraído_previamente el SV infinitivo:
(86)
a. * [[ SComp_Lai_deseaba [ SComp_tj] ] [mucho] [SV ver ti]j ]
b. *[[ SComp Nos lai_permitieron [ SComp_tj] ] [a nosotros] [SV ver ti]j ]
c. *[[ SComp Nos_lai hizo [ SComp_tj] ] [Pedro ] [SV ver ti]j ]
d. *[[ SComp_Se lai han hecho [ SComp tj] ] [a Juan] [SV comer ti]j ]
La diferencia entre las derivaciones en (85) y (86) reside en que la huella que deja el clítico está en el
SV de infinitivo, que no forma un constituyente con el SComp al que aquel se ha movido. No hay
relación de mando-C entre el clítico en la posición final y la posición de origen en el SV. La derivación es
similar a la presentada por Rizzi (1982) para los casos de oraciones hendidas en italiano. El clítico no
puede aparecer en la oración que ha sido hendida, ya que está en una situación en la cual no manda-C a la
huella. La única diferencia es que el orden de infinitivo y verbo finito es el inverso del que corresponde a
los casos del español que hemos presentado:
(87)
a. E´proprio_parlar_tii_di questi_problemi_che_verrà.
es justamente hablarte de estos problemas que vendrá
‘Es justamente a hablarte de estos problemas a lo que vendrá’
b. *E´proprio [parlar ti di questi ]_problemi_che_tii_verrà.
Es justamente hablar de estos problemas que te vendrá.
‘Es justamente a hablar de estos problemas a lo que te vendrá’
Según Rizzi, el hecho de que no formen UN constituyente el infinitivo y el verbo modal en estas
oraciones hendidas, impide que se produzca la subida del clítico.24_La diferencia entre los ejemplos
24
Rizzi propone una regla de reestructuración que hace que el verbo modal y el infinitivo formen un solo
núcleo. El hecho de que el verbo pueda aparecer delante del infinitivo indica que la regla se ha aplicado.
Rizzi asume que la oración hendida de (87b) no está bien formada porque hemos movido lo que, según la
regla de reestructuración, es una parte de un núcleo. Así pues, el movimiento en las oraciones hendidas no
puede acceder a partes de una unidad nuclear.
- 24 -
italianos y los casos del español estriba en el orden final superficial de la oración de infinitivo y la oración
finita donde el clítico acaba estando. Cinque (2006), sigue el análisis de Depiante (2001) y asume que
todos estos casos de hendidas en italiano implican un caso de anáfora de complemento nulo (ACN) con el
verbo modal. Según Depiante (2001) y Bošković (1994), los verbos reestructuración dan lugar a un
complemento nulo anafórico sin estructura sintáctica interna que no puede albergar la huella de ningún
elemento externo, incluido el clítico. Este es el análisis que presenta Cinque:
(88)
a. E´ [proprio parlarti_di questi_problemi] 0i_che_verrà [PP P ti].
es justamente hablarte de estos problemas que vendrá
b. *E´proprio [parlar di questi ]_problemi_0i_che_tik_verrà [PP P ti]..
Los datos presentados anteriormente tendrían el análisis siguiente, según la perspectiva del análisis de
ACN. En esta estructura, el clítico no tendría tampoco la huella apropiada.25
(89)
* [[ SComp 0iLakdeseaba [PP P ti]. ] [mucho] [SV ver ]j ]
En conclusión: el análisis presentado aquí asume que la interposición de los diferentes elementos no
debe entenderse en términos de la minimidad relativizada de Rizzi (1990), o desde una perspectiva de
cotejo de rasgos, como atracción del elemento más cercano. El análisis más plausible de todos estos casos
implica la reordenación de proyecciones máximas. La agramaticalidad se debería a que, después de estos
movimientos, el clítico acaba en una posición desde la cual no puede ligar a su huella. El análisis da
cuenta además del paralelismo entre estos casos y los de las oraciones hendidas presentados por Rizzi
(1982) y Cinque (2006).
5. CONCLUSIÓN.
En este capítulo hemos resumido algunos de los argumentos básicos que han llevado a la conclusión de
que la distribución especial de los clíticos se debe a restricciones sobre el movimiento. Las razones para
esta hipótesis las encontramos en el estrecho paralelismos que se manifiesta en la distribución de los
25
Es posible concebir una alternativa en términos de fases y de efectos de congelación de fases que nos
permitiera capturar por qué el clítico no puede aparecer desligado del SV del que se origina. Dejo tal
alternativa para un análisis futuro.
- 25 -
cuantificadores con clíticos y el movimiento de sujetos. Como vimos, los clíticos se ven bloqueados por
elementos como la negación, los elementos Q, y los verbos factivos, que también bloquean ciertos
procesos de movimiento Qu-. Sin embargo, la similitud es siempre parcial. Vimos que el bloqueo de la
negación o de los elementos Qu-, se podría explicar a través de la restricción del movimiento de núcleo,
como propuso Kayne (1989). El movimiento de núcleo también da cuenta de las restricciones de persona
y animacidad en los casos de combinación de clíticos. Sin embargo, quedan por explicar las razones por
las cuales ciertos argumentos (como los sujetos, los sujetos causados, etc..) también interceptan la subida
de clítico. La restricción de movimiento de núcleo no es suficiente para explicar estos casos. También
rechazamos la idea de que los principios de minimidad relativizada de Rizzi (1990) y de atracción del
elemento más cercano de Chomsky y Lasknik (1993) sean relevantes a estos mismos efectos. Como
alternativa, hemos propuesto un análisis en el cual las construcciones con estos argumentos interpuestos
deben_reanalizarse como reordenamientos sintagmáticos que conducen a configuraciones en las cuales el
clítico no manda-C a su propia huella.
Varias aspectos del movimiento de clíticos quedan en el tintero. El principal es entender la motivación del
movimiento de los clíticos. Uriagereka (1995) propone que el movimiento se da por razones de
especificidad. Si bien la especificidad puede ser un factor semántico que nos puede permitir entender por
qué los clíticos acusativos en español son interpretados como específicos, a esto debemos unir algún otro
tipo de motivación puramente morfologica26. Roberts (en prensa) propone que la cliticización es parte de
la operación general de Concordancia27. Según su perspectiva la cliticización se produce en aquellas
lenguas que contienen en el léxico elementos con matrices puramente gramaticales como: género, número,
26
La especificidad nos permite entender por qué los clíticos acusativos son necesariamente específicos.
Sin embargo con lo casos de doblado, la cuestión es más difícil ya que el clítco dativos puede doblar un
cuantificador negativo que es claramente no específico:
(1) a. Lo vi ayer ( + específico)
b. No le di el libro a nadie (-específico)
27
Véase también Suñer (1988).
- 26 -
caso y que no contienen la estructura frasal de los sintagmas 28. En ese sentido el efecto de cliticación se
produce con lo que el llama metas defectuosas.
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