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Valores
Éticos
1. Somos personas
IES Séneca
Departamento de Filosofía
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1. Somos personas
Índice de contenidos
1. Lo que nos diferencia de los animales
2. La dimensión moral de los seres humanos
3. La conciencia moral
4. El desarrollo de la conciencia moral
5. Autonomía y heteronomía moral
6. Características de la adolescencia
7. Actividades
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Seguro que si te pregunto: “Tú, ¿qué eres?”, responderás: “Soy una persona”. Cierto: eres una
persona; pero, ¿te has parado alguna vez a pensar qué significa ser persona? Si aún no lo has
hecho, te propongo que lo hagamos juntos en este primer tema de esta asignatura que se llama
Valores Éticos.
Para empezar, vamos a fijarnos en algunas diferencias que existen entre los seres humanos y
los animales.
1 Lo que nos diferencia de los
animales
Los animales son regidos por impulsos biológicos
denominados instintos. Éstos son fuerzas internas que
impulsan a todos los miembros de una misma especie a
comportarse de igual manera en situaciones parecidas.
Por ejemplo, los gorriones construyen sus nidos de la
misma manera.
Los instintos son producto de la evolución de las
especies y tienen la ventaja de decir con exactitud al
animal cómo actuar en cada situación. Según esto, los
animales están programados por la naturaleza y no
pueden elegir su comportamiento.
El ser humano es diferente, porque apenas posee instintos. Por ello, tiene que inventar todas sus
respuestas; es decir, tiene que decidir cómo va a actuar, teniendo en cuenta las circunstancias en
las que se encuentra en cada momento. Por eso, decimos que el ser humano es libre.
Las personas nacemos con unas características y unas capacidades que nos distinguen de los
demás seres vivos. Éstas son:
• La intimidad: es lo que hace de cada persona un ser único e irrepetible.
• La libertad: es la posibilidad de elegir, de escoger. La libertad conlleva siempre el que
seamos responsables de lo que elegimos.
• La inteligencia: es la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones y de comprender y dar
significado al mundo que nos rodea.
• La dignidad: es la propiedad de la persona por la cual merece respeto por el simple hecho
de ser sujeto, individuo único, dotado de valor. La dignidad significa que las personas son
sujetos, es decir, que son alguien y no simplemente cosas. Las cosas las utilizamos como
instrumentos o medios para alcanzar los fines o metas que nos proponemos; pero las
personas, por su dignidad, nunca pueden ser tratadas como instrumentos al servicio de
otros seres humanos ni tienen un precio como las cosas.
Todos nosotros, a lo largo de nuestra vida, nos vamos construyendo como persona a medida que
vamos desarrollando nuestras cualidades y capacidades. Así, día a día, vamos moldeando nuestra
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personalidad. Y lo vamos haciendo a través de las decisiones que vamos tomando. Algunas de
estas decisiones son fáciles de tomar, otras, en cambio, son difíciles y requieren una reflexión
previa, porque las consecuencias de la elección pueden afectarnos, repercutir en otras personas o
condicionar nuestro propio futuro. Y es que elegir siempre supone un riesgo y una
responsabilidad.
2 La dimensión moral del ser humano
De la misma manera que decimos que los seres humanos tenemos una dimensión social, porque
vivimos en sociedad, o que tenemos una dimensión afectiva, porque tenemos sentimientos,
decimos que poseemos una dimensión moral.
Todas las personas tenemos una estructura moral, porque, al actuar, tenemos que elegir entre
distintas posibilidades de actuación, justificar aquélla que hemos elegido y, además, hacernos
responsables de nuestra elección. Y elegimos siempre teniendo en cuenta un conjunto de normas,
de valores y de principios, cuya función es orientar nuestra conducta.
El ser humano es libre y necesita normas que le orienten a la hora de tomar decisiones. Si no
fuera libre, no sería moral propiamente, sino que
viviría como una máquina, un animal o como una
planta.
Ahora bien, que el ser humano sea un ser libre no le
convierte, sin más, en un ser moral. Lo que le
convierte en un ser moral es que, al mismo tiempo
que es libre, vive en sociedad. En este sentido, si en
el mundo existiera un solo ser humano, por muy
libre que fuera, sus acciones no serían propiamente
morales, ya que esas acciones que realizara, al no
tener consecuencias ni positivas ni negativas para
los demás ni para la naturaleza, serían indiferentes.
3 La conciencia moral
Las personas poseemos conciencia moral. Ésta consiste en la capacidad de juzgar la bondad o
maldad de las acciones morales, tanto las que realizan los demás como las que realizamos
nosotros. La conciencia moral es algo así como una voz interior que nos dice cuándo estamos
actuando correctamente –por ejemplo, cuando ayudamos a un amigo que nos necesita- y cuándo
estamos actuando incorrectamente –por ejemplo, cuando en la pandilla damos de lado a un
amigo simplemente por ser diferente a los demás.
A veces, en el lenguaje coloquial usamos expresiones que muestran que tenemos una conciencia
moral; como, cuando decimos: “tengo la conciencia tranquila”, “me remuerde la conciencia”, o
“he actuado según me dictaba mi conciencia”.
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4 El desarrollo de la conciencia moral
No nacemos con una conciencia moral ya hecha, sino que ésta se va formando mediante un
proceso de aprendizaje en el que intervienen factores socio-culturales, el tipo de educación
recibida, así como nuestras propias experiencias personales.
El proceso de desarrollo de la conciencia moral en las personas, que va desde la infancia hasta la
edad adulta, ha sido estudiado por muchos autores, entre ellos Lawrence Kohlberg (1927-1987).
Según este psicólogo, en función de cómo vamos cambiando nuestra manera de razonar para
resolver situaciones que nos resultan moralmente problemáticas, las personas atravesamos tres
etapas o niveles:
NIVEL
CARACTERÍSTICAS
PRE-CONVENCIONAL
En él, los individuos no han llegado todavía a entender y mantener las
normas sociales creadas por la sociedad. Si se respetan las normas es
por evitar el castigo de la autoridad.
CONVENCIONAL
Está caracterizado por la conformidad y el mantenimiento de las
normas y acuerdos de los grupos más próximos y de la sociedad,
porque esto preserva nuestra propia imagen y el buen funcionamiento
de la comunidad
POST-CONVENCIONAL
En él, los individuos entienden y aceptan, en general, las normas
sociales en la medida en que estas normas se basan en principios
morales generales, como, por ejemplo, el respeto a la vida o a la
dignidad de las personas. Si estos principios morales entran en
conflicto con las normas de la sociedad, el individuo que se sitúa en
este nivel post-convencional juzgará y actuará siguiendo estos
principios más que en función de las normas de la sociedad.
En el paso de un nivel a otro, a medida que vamos madurando, es importante no sólo el progreso
de nuestra capacidad de razonamiento, sino también la perspectiva que adoptamos a la hora de
juzgar qué es lo que está bien y las razones que damos para actuar correctamente:
• En el nivel pre-convencional: la perspectiva es la del egocentrismo y sólo se es capaz de
ver las cosas desde los propios intereses y necesidades;
• En el nivel convencional: las situaciones se ven desde el punto de vista de lo que es
beneficioso para la sociedad, y no desde la perspectiva de los propios intereses;
• En el nivel post-convencional: las situaciones se ven desde la perspectiva de lo que
beneficia a la humanidad, en general.
Como resultado de este proceso de desarrollo de la conciencia moral que acabamos de describir,
la persona adquiere la autonomía moral –aunque, hay que decir, que no todas las personas
consiguen esta autonomía moral.
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5 Autonomía y heteronomía moral
A la hora de juzgar si nuestro comportamiento es correcto o incorrecto, nuestra conciencia moral
se sirve de principios en base a los cuales dirigimos nuestra vida. Estos principios pueden venirnos
impuestos desde fuera o podemos dárnoslos nosotros mismos. Cuando nos vienen impuestos
desde fuera, hablamos de heteronomía moral; cuando nos los hemos dado nosotros mismos,
hablamos de autonomía moral.
Una persona es heterónoma cuando se guía por los dictados del instinto, por la tradición, por la
autoridad de otros, por la moda o simplemente por la obtención de un premio y la evitación de un
castigo. Si acepta estos principios, para orientarse en la vida, sin reflexionar sobre ellos y sin
pensar si son correctos o no, entonces es una persona heterónoma.
En cambio, una persona es autónoma cuando es su conciencia la que propone las normas morales
que guían sus acciones, habiendo reflexionado y decidido, de manera que actúa de una
determinada manera porque es lo que le parece correcto, y no por miedo al castigo, por obtener
un premio o porque simplemente es lo que se lleva.
Las personas empezamos por aprender las normas
de la sociedad en la que vivimos, en la familia, en la
escuela, en el grupo de amigos, etc. Eso significa
que, en un primer momento, las normas nos vienen
de fuera y que somos heterónomos, ya que
necesitamos que los mayores nos digan cómo
debemos comportarnos. Pero, a medida que vamos
siendo capaces de decidir por nosotros mismos qué
normas consideramos buenas y de, incluso, crear
normas nuevas, vamos alcanzando la madurez
moral.
La autonomía moral es un ideal al que debemos tender las personas, pero debemos ser realistas y
no olvidar que nadie es absolutamente autónomo en todo momento y en toda circunstancia.
Desde que nacemos hasta que morimos, estamos inmersos en un medio social, que condiciona
nuestra manera de ser, nuestros valores y nuestro comportamiento. Habrá momentos y
situaciones en la vida en los que actuaremos de una manera más autónoma, es decir, siguiendo
nuestro propio criterio, y momentos en los que actuaremos de una manera heterónoma, esto es,
siguiendo más bien el criterio de otras personas.
En todo caso, lo importante es tratar de ir siendo cada vez más autónomos a la hora de tomar
decisiones, ir haciendo lo que creemos que debemos hacer, más por convicción que por
obligación. Pero, al mismo tiempo, teniendo en cuenta los intereses y necesidades de las demás
personas en el momento en que tomamos nuestras propias decisiones.
En este proceso de maduración moral en el que se pasa de la heteronomía moral a la autonomía
moral, hay una etapa decisiva por la que todos pasamos y que se denomina adolescencia. De
hecho, por la edad que tienes ahora mismo, entre los once y los doce años aproximadamente, tú
mismo/a estás entrando en esa etapa.
Bien, ¿qué es eso de la adolescencia y qué es lo que la caracteriza?
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6 Características de la adolescencia
La adolescencia es la etapa de la vida del ser
humano que comienza entre los 12 y 14 años y
que culmina entre los 18 y 20 años. Es una etapa
de transición entre la infancia y la edad adulta en
la que se producen importantes cambios físicos y
psicológicos.
El adolescente abandona su identidad infantil y
busca la que será su identidad adulta, y, a
menudo, esto le genera cierta inseguridad,
angustia y temor, los cuales condicionan su
comportamiento individual y social.
Para los chicos y chicas de esta edad, los padres dejan de ser referentes únicos y la relación
familiar se debilita en ciertos aspectos –no todos. Se produce un cambio en la relación con los
demás y en la manera en que uno se percibe a sí mismo (identidad personal).
El adolescente va adquiriendo cada vez más autonomía con respecto a sus padres. Su
comportamiento es cada vez más independiente. El adolescente empieza a tomar sus propias
decisiones en función de su criterio u opinión personal, aunque también se siente muy influido
por su entorno social.
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7 Actividades
1. Busca en el diccionario el significado de la palabra persona. ¿De dónde procede esta
palabra (origen etimológico)?
2. Lee el siguiente texto y responde a las cuestiones:
“El pájaro que hace un nido no tiene intención de realizar algo para la conservación de su
especie, ni tiene intención de tomar medidas para que sus futuras crías se encuentren bien. Es
un impulso interior, un instinto, el que le lleva a hacer algo cuyo sentido no conoce.
Los seres humanos, por el contrario, pueden saber la razón de lo que hacen. Actúan
expresamente y en libertad. Si tengo ganas de hacer algo y al hacerlo le puedo hacer daño a
otra persona, entonces puedo plantearme esas consecuencias y preguntarme a mí mismo si
está bien, si es justo actuar así y si puedo responder de las consecuencias de mis actos”
R. Spaermann
Cuestiones:
a) ¿Cuál es la idea principal del texto?
b) Según el texto, ¿qué diferencia al ser humano de los animales?
c) ¿Cuáles son las características de una persona responsable?
3. ¿Qué es lo que hace que el ser humano sea un ser moral? ¿Las personas somos
inevitablemente morales? ¿Y los animales? Responde razonadamente.
4. Las personas tenemos diferentes maneras de vivir. Pero, si hay tantas maneras de vivir,
¿da igual la forma como se vive? Justifica tu respuesta.
5. Texto de I. Kant sobre el valor de la persona en Proyecto Educa. Añadir las siguientes
cuestiones:
 ¿Qué situaciones nos pueden impedir ser verdaderamente personas?
 Busca información acerca del movimiento migratorio que se viene produciendo
en las últimas semanas en Europa y responde a estas cuestiones:
a) ¿Cuántas personas se calcula que están entrando en Europa?
b) ¿De qué países proceden?
c) ¿Adónde se dirigen?
d) ¿Qué circunstancias les han llevado a salir de sus propios países de
origen?
e) ¿Qué significa ser refugiado?
f) ¿Cuál crees que debería ser el tratamiento que se les debe dar a los
refugiados?

A partir de la información obtenida, elabora un mural con imágenes del
fenómeno en cuestión para ser expuesto en clase a tus compañeros.
6. Aprendiendo a debatir: Los animales no son personas, pero, ¿podemos tratarlos como
simples cosas?
7. ¿Qué significan los términos moral, inmoral y amoral? Una acción moral es aquella que se
realiza siguiendo las normas o costumbres establecidas en la sociedad. ¿Qué crees que
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quiere decir, por tanto, realizar una acción inmoral? Y, en cuanto a la palabra amoral,
responde razonadamente: ¿es posible que una persona realice una acción amoral?
8. ¿Qué significa tener conciencia moral?
9. Completa la tabla:
¿YO HAGO ESTO?
SÍ
NO
Me dejo llevar por la furia
Trato mal a los demás
Rechazo a quienes son diferentes a mi
Ambiciono tener mucho dinero
Acostumbro a decir mentiras
Envidio las cosas de los demás
La verdad es que me importa poco lo que les pasa a
otros
No me gusta cumplir mis obligaciones
Me gustan solo las cosas fáciles
10. Busca en el diccionario el significado de los términos autonomía y heteronomía.
11. Completa las frases:
 La persona heterónoma es la que…
 La persona autónoma es aquélla que…
12. ¿Cómo distingues un comportamiento autónomo de un comportamiento heterónomo?
Pon ejemplos concretos de conductas en las que apliques criterios propios y de otras en
las que hagas lo que dicen los demás o sigas los criterios de otras personas.
13. ¿Cuándo alcanza una persona la madurez moral?
14. ¿Cómo actuarías ante el siguiente dilema moral sobre relaciones de pareja?
Imagina que llevas mucho tiempo saliendo con un chico. Un día, conoces a otra
persona y te enamoras de ella. Sabes que tu novio está totalmente enamorado de ti y
que romper con vuestra relación puede provocarle graves trastornos, ya que tiene
tendencia a la depresión. La persona de la que te has enamorado recientemente te
ha correspondido, pero ahora te pide que dejes a tu antigua pareja, para salir con
ella.
a) ¿Debes hacer caso a tus sentimientos e irte con esa segunda persona, aunque la
conozcas poco y no sepas si vuestra relación va a funcionar?
b) ¿Debes quedarte con tu antigua pareja para no provocarle daño y seguir
manteniendo una relación de afecto y amistad, esperando que el amor vuelva a
aparecer, e hiriendo en sus sentimientos a la segunda?
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c) ¿Debes decir la verdad a tu primera pareja, aunque eso le provoque una
depresión?
15. Visionado y cuestionario de la película Billy Elliot.
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