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Tecnología automotriz: la revolución de la conducción Mobileye, una empresa israelita, creó un sistema que le avisa al piloto cuándo hay un peatón cerca o si su proximidad con otro carro lo pone en peligro, y detiene la marcha si es necesario. 1 INSERTAR Tecnología de última generación para prevenir siniestros. / Istock ¿Quisiera encender su carro, salir a la calle y tomar rumbo a su destino con la seguridad de que será el vehículo el que le avise la distancia con los peatones que están cruzando la calle o los que caminan por los andenes, e incluso lo alerte cuando el vehículo que va adelante desacelere y se convierta en un riesgo para usted y, por supuesto, los viajeros del otro? Pues su carro no tiene que ser un BMW, un Mercedes-Benz o un Audi para que usted pueda experimentarlo. Tampoco tiene que ser el exclusivo y envidiado carro de Google, valorado en unos US$150.000 y que aún está en período de prueba. Por tan sólo US$1.000 usted puede tener acceso a una tecnología de última generación y hacer de su auto una máquina más segura, la cual reduce todos los índices de accidentes y que las empresas de seguros obligarían a instalar si, dentro de poco y como esperan sus creadores, se vuelve masiva en la industria. Su creador es Mobileye, una compañía con sede en Israel. Básicamente puso una cámara de alta fidelidad en una pequeña pieza de plástico que se pega al vidrio panorámico de cualquier carro. Ese dispositivo va conectado a un display ubicado en el habitáculo, en el tablero, que al final es el que envía las alertas al conductor sobre lo que está pasando en el exterior. Emite una pequeña alarma sonora y colorida para que el conductor atienda el llamado. Sencillo pero inmensamente útil. Ammon Shaashua, su creador, asegura que es un paso hacia el futuro para la conducción autónoma, porque “el carro frena solo. La cámara capta las imágenes, apropia la información y luego la procesa”. El objetivo de la compañía es apoyarse en el cumplimiento de un compromiso que salvará vidas y que deberán asumir tanto los fabricantes de carros como sus compradores. Para 2018 “todos los coches de países desarrollados deben venir con un sistema para prevenir los accidentes estándar”, recuerda. “Lo que estamos haciendo es poniéndolo en el presente”. En el fondo todo el trabajo lo hace un chip, que es el que procesa la información que recibe de la cámara, lo más parecida a un ojo humano, y la envía al display en el tablero. Entre 2007 y 2012 Mobileye vendió un millón de chips. En 2013 fueron 1’300.000. Para 2014 llegaron a 2’700.000. Y en 2015, para el primer trimestre, ya habían vendido 1’000.000. Realmente sus cifras crecen a toda velocidad. Hace cinco años su producto lo tenían 36 modelos de carros en siete mercados automotores. Cuatro años más tarde sumaban 160 modelos de carros ocupando 18 mercados. Para 2016 tienen una ambiciosa proyección que seguramente van a cumplir: 240 modelos de carros en 23 mercados distintos. Veintitrés países distintos. “Nacimos en 1999 y hoy podríamos considerarnos la empresa líder en sistemas anticolisión. Tenemos como clientes a 25 de las más grandes marcas, entre las que están Land Rover, Ford, Honda, BMW, Tesla, Volvo, Mitsubishi, Audi, Nissan, Iveco, Yulón, MAN, Renault, Fiat, GM, Citroën, Peugeot, Kia, Scania, Hiunday y Chrysler. Son 5’200.000 vehículos con nuestra tecnología instalada”, contó David Oberman, director del departamento de ventas de Mobileye. Pero su negocio y capacidad de innovación van más allá. Además de su producto estrella, ya tienen otro que revoluciona por completo la industria. Con unos agregados internos al vehículo, un par de cámaras laterales y una mayor fuerza de conexión entre la computadora central y las cámaras, además del chip de procesamiento, el carro logra recibir una orden desde la palanca de las direccionales y se convierte en autónomo. Controla la velocidad, se guía por las líneas demarcadas en el piso y se mantiene dentro del carril. El procesador reconoce las llantas, las carrocerías y las luces de los demás automóviles. El cuerpo humano también. Así que no hay lugar al error, dicen sus representantes. Además frena si el vehículo más cercano delante de él lo hace. Y como su antecesor, se detiene si considera que está en riesgo un peatón. Mientras el carro se maneja solo, obviamente el conductor podrá contestar su celular, leer el periódico, descansar e incluso dormir si el recorrido es largo, pues el carro ya ha sido probado y no ha tenido ningún tipo de error. Pero su uso, que ya está habilitado en Israel, aún no se ha masificado en el resto del mundo por falta de legislación. Para tomar el control nuevamente, el conductor sólo tiene que volver a mover la palanca de las direccionales y listo. Es todo suyo. Sus desarrollos ya los han trasladado al segmento comercial de camiones y buses. Tienen entre sus clientes, para el que se compone de la cámara y el display, flotas de Argentina, Brasil, Perú, México y Colombia. Para confirmar su efectividad, el Estado de Israel contrató un estudio independiente con la firma Ron Actuanal Intelligence Co. Ltd., el cual demostró que los siniestros en los vehículos que usan Mobileye eran 57,68% menos que los que no lo tienen. Para el caso de Transmilenio, de acuerdo con Oberman, el sistema de transporte masivo de Bogotá redujo 33% sus accidentes gracias a este sistema de alarma. El negocio florece para esta compañía israelí que nació bajo el modelo de las startups impulsadas por su país. La empresa recibió en sus inicios un no de Toyota porque consideró que su propuesta era imposible. Sin embargo, desde el año pasado cotiza en la bolsa de Nueva York, tiene más de 400 empleados en el mundo y un valor de mercado superior a los US$13,9 billones. Todo eso a los 15 años de edad. l