Download Hora Santa por la Paz

Document related concepts
Transcript
Primera parte
ORACION POR LA PAZ
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Humildemente nos postramos ante tu presencia sacramental
Porque reconocemos que Tú eres el “Príncipe de la Paz” (Is 9,5)
Queremos disponernos delante de tu presencia
Para pedirte que te hagas presente en medio de nosotros.
De rodillas Señor, imploramos tu bendición para ser fuertes ante la
violencia que nos azota cada día más.
Te pedimos para que en nuestros corazones habite la paz y se pueda
extender a nuestros hermanos. Te pedimos paz.
Señor Jesús, Tú eres nuestra paz: mira nuestra patria dañada por la violencia
Y dispersa por el miedo y la inseguridad.
Señor Jesús, consuela el dolor de quienes sufren.
Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan
sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión.
Señor Jesús, protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
A nuestros pueblos y comunidades
Que como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables
Sepamos ser promotores de justicia y de paz, para que en ti nuestro pueblo
tenga vida digna
TODOS: ORACION DE SAN FRANCISCO DE ASIS
Señor, hazme un instrumento de tu paz.
Donde haya odio, siembre yo amor;
donde haya injuria, perdón;
donde haya duda, fe;
donde haya tristeza, alegría;
donde haya desaliento, esperanza;
donde haya sombras, luz.
¡Oh, Divino Maestro!
Que no busque ser consolado sino consolar;
que no busque ser amado sino amar;
que no busque ser comprendido sino comprender;
porque dando es como recibimos;
perdonando es como Tú nos perdonas;
y muriendo en Ti, es como nacemos a la vida eterna.
Padre Nuestro…
Ave María… Gloria.
CANTO
Segunda parte
PETICIÓN DE PERDÓN
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
Dícele a Jesús: ¿Cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi
hermano? ¿Hasta siete veces? (Mt. 18,21). Señor Jesús, queremos pedir perdón
Por mucha sangre derramada, en todas las víctimas de la violencia.
Pedimos perdón, Señor
Por la sangre de los niños abortados, por la sangre de las mujeres asesinadas.
Pedimos perdón, Señor
Por la angustia que sienten las víctimas de secuestros, asaltos y extorsiones.
Pedimos perdón, Señor
Por las pérdidas de quienes han caído en la confrontación de las bandas.
Pedimos perdón, Señor
Por los que han sido ejecutados con crueldad y frialdad inhumana.
Pedimos perdón, Señor
Porque de la indignación y el coraje natural, broten del corazón humano, la
rabia, el odio, el rencor, el deseo de venganza y de justicia por propia mano.
Pedimos perdón, Señor
Por el envenenamiento del alma de las personas con el resentimiento, el miedo,
la angustia, y por otros males.
Pedimos perdón, Señor
Por la pérdida de la vida social, la convivencia armónica y pacífica.
Pedimos perdón, Señor
Por todos los signos de violencia, que van acabando poco a poco con la vida
comunitaria.
Pedimos perdón, Señor.
Por los sacerdotes que se han dejado llevar por la debilidad humana y han
faltado a su dignidad sacerdotal.
Pedimos perdón, Señor.
Por las veces que no hemos celebrado ni vivido con fe, con generosidad y con
amor el Sacramento de la Eucaristía.
Por la violencia intrafamiliar, el maltrato a los niños, la violencia a las mujeres,
la violencia juvenil.
Nos sentimos movidos a la compasión evangélica que nos impulsa a acercar, a
los que sufren, el consuelo de la fe, la fortaleza de la esperanza y el bálsamo de
la caridad.
TODOS: SALMO 51, 3-6.12-13.
Piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu inmensa ternura borra mi delito, lávame a
fondo de mi culpa, purifícame de mi pecado.
Pues yo reconozco mi delito, mi pecado está siempre ante mí;
contra ti, contra ti sólo pequé, lo malo a tus ojos cometí.
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un espíritu firme; no me
rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.
Padre Nuestro…
Ave María… Gloria.
CANTO
Tercera parte
PROMOVER LA PAZ
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos
de Dios” (Mt. 5,9).
Debemos poner en práctica el mensaje evangélico: “En la casa en que entréis,
decid primero: Paz a esta casa” (Lc. 10,5).
La Iglesia debe anunciar el Evangelio de la paz
Con la firme confianza puesta en el Amor.
Ante la ola de violencia que se vive en nuestros pueblos, ciudades y alrededores
Es necesario alertar la esperanza de quienes por esta razón viven con miedo,
con dolor e incertidumbre.
Debemos reconocer que la violencia en todos sus ámbitos
Repercute negativamente en la vida de las personas, de las familias, de las
comunidades y de la sociedad entera.
Nos exige a todos fortalecer nuestra vida como fieles de la Iglesia de Jesucristo
Fortalecer nuestra condición de discípulos y misioneros al servicio de la
construcción de la paz para la vida digna de nuestros pueblos.
Todos somos constructores de la paz cimentada en el Amor.
Valorar que somos un pueblo con profundas raíces cristianas, solidario, que
sabe encontrar en medio de las situaciones difíciles razones para la esperanza y
la alegría.
No debemos permitir que la violencia se transforme en una forma de
sociabilidad.
Que el poder no sea una norma social de control en los grupos sociales.
La vida comunitaria es la primera víctima de la violencia, acaba con la
comunidad.
Debemos fortalecer la vida en comunidad en la unidad por Jesucristo.
Al deteriorarse la vida comunitaria por el clima de inseguridad que provoca
miedo y aislamiento.
Se debilita el tejido social que brinda seguridad a los miembros de la
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
comunidad.
Debemos poner nuestra fe y confianza en la celebración de la Eucaristía.
Porque este sacramento construye la comunidad, “porque donde están dos o tres
reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18,20).
Los jóvenes reciben una fuerte carga y agresividad por los medios de
comunicación, perjudicando su vida integral
Ellos se ven envueltos porque no cuentan con el contrapeso de fuertes criterios
de discernimiento bajo la luz del Espíritu.
Debemos reconocer que el ser humano se ha dejado dominar por el egoísmo,
hasta tal punto que ha perdido el sentido del mandato de Dios
La búsqueda de la paz por todos los hombres se verá facilitada en la relación
inseparable que existe entre Dios, los seres humanos y toda la creación.
TODOS: SALMO 8, 4-7.
Al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la luna y las estrellas que pusiste,
¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el hijo de Adán para que de él te cuides?
Apenas inferior a un dios lo hiciste, coronándolo de gloria y esplendor;
señor lo hiciste de las obras de tus manos, todo lo pusiste bajo sus pies.
Padre Nuestro…
Ave María… Gloria.
CANTO
Cuarta parte
EL CORAZON DEL MENSAJE EVANGELICO ES CRISTO
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
“Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones
de gracias por todos los hombres…, para que podamos vivir una vida tranquila
y apacible con toda piedad y dignidad” (1Tim 2,1-2)
Somos un pueblo que ama la vida, también amamos la paz.
Por los hombres y mujeres comprometidos con el bien común de la nación en el
quehacer político
Para que no excluyan a nadie de sus preocupaciones, cuidando particularmente
a los sectores más débiles.
Por los padres de familia, primeros educadores y trasmisores de la fe en los
hijos
Para que fortalezcan la vida familiar, considerándose todos como hermanos y
hermanas.
Por los educadores, llamados a enseñar los valores auténticos en los niños,
jóvenes y adultos
Para que redescubran y alimenten la nobleza de la vocación magisterial.
Por los jóvenes, que alimentan en el corazón grandes aspiraciones.
Para que aprendan a vivir juntos, unos con otros, en paz.
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
Por los que trabajan en los medios de comunicación social
Para que consideren la gran responsabilidad implícita que su profesión
comporta.
Urge que todos los discípulos misioneros de Jesucristo, en la riqueza de
carismas, ministerios y vocaciones
Asumamos unidos los grandes desafíos que la inseguridad y violencia ponen a
la misión de la Iglesia.
Por los sacerdotes, ministros de reconciliación
Para que cumplan su ministerio como el Señor, con palabras y con signos
esperanzadores, aunque estos impliquen riesgos.
Por todos los que creemos en Jesús por medio de la Eucaristía
Para que cada día seamos signos creíbles del amor de Dios en medio de los
hombres.
Por los promotores de la justicia y la paz
Para que no se pierda la credibilidad y confianza de los primeros destinatarios
de su misión.
Por quienes practican la violencia
Para que abandonen los medios violentos para lograr sus metas.
TODOS: SALMO 139, 1-4.7-8.23-24.
Tú me escrutas, Señor, y me conoces; sabes cuándo me siento y me levanto, mi
pensamiento percibes desde lejos; de camino o acostado, tú lo adviertes, familiares te son
todas mis sendas. Aún no llega la palabra a mi lengua, y tú, Señor, la conoces por entero.
¿A dónde iré lejos de tu espíritu, a dónde podré huir de tu presencia?
Si subo hasta el cielo, allí estás tú, si me acuesto en el Seol, allí estás.
Sondéame, oh Dios, conoce mi corazón, examíname, conoce mis desvelos. Que mi camino
no acabe mal, guíame por el camino eterno.
Padre Nuestro…
Ave María… Gloria.
CANTO
Quinta parte
LA CONVERSIÓN POR LA PAZ
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
“Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios,
fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. Eso es lo que contamina al
hombre” (Mt. 15,19)
Señor, queremos convertirnos para promover la paz en nuestro pueblo.
La erradicación de la violencia no se solucionará sólo con la aplicación de la
justicia y el derecho
Sino fundamentalmente con la conversión de todos los hombres y mujeres de la
sociedad.
Más allá de las causas de la violencia como la pobreza, la ignorancia, la falta de
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
educación o de oportunidades, que son reales.
Es necesario reconocer que la raíz fundamental está en la orientación del
corazón de cada hombre hacia Dios.
Escuchar lo que dice Jesús:
Que el mal no está en lo que nos rodea, sino en el corazón, de donde “salen las
malas intenciones”.
El mal no está en la creación, marcada por la bondad del Creador.
Sino en el corazón del hombre que, desde su libertad, se llena de soberbia y se
deja engañar.
El mal es un engaño
Para contrarrestarlo, hay que desenmascararlo haciendo evidente que es
enemigo de la naturaleza humana.
La violencia inicia cuando nos olvidamos de quiénes somos.
Es ahí cuando el mal toma posesión de nuestro ser y de nuestra voluntad.
Necesitamos convertirnos de corazón a los caminos del Señor
Para que todo lo que nosotros hagamos sea para “mayor gloria suya”.
La oración personal y comunitaria nos lleva al encuentro personal con Cristo.
Principalmente la Eucaristía, a la que se le puede llamar el sacramento de la
paz.
En Cristo fuimos reconciliados, y somos perdonados, en Él quiso Dios todo
cuanto existe.
Y así ha establecido la paz por medio de la sangre de su cruz (Cfr. Col. 1,20).
TODOS: ORACIÓN DE SAN AGUSTIN DE HIPONA
¡Tarde te amé, Belleza infinita tarde te amé, tarde te amé Belleza siempre antigua y
siempre nueva!
Y supe, Señor que estabas en mi alma y yo estaba fuera,
así te buscaba mirando la belleza de lo creado. Señor tú me llamaste, tu voz a mi llegó,
curando mi sordera con tu luz brillaste cambiando mi ceguera en un resplandor.
Tú estabas conmigo, mas yo buscaba fuera y no te encontraba, era un prisionero de tus
criaturas, lejos de Tí Hasta mí, ha llegado el aroma de tu gracia, por fin respiré, Señor yo te
he buscado, siento hambre y sed, ansío tu paz.
Padre Nuestro…
Ave María… Gloria.
CANTO
Sexta parte
COMPROMISO CRISTIANO POR LA PAZ
GUIA
TODOS
“Todo cuanto habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, ponedlo por
obra y el Dios de la paz estará con vosotros” (Flp. 4,9).
Por eso Señor, nos queremos comprometer a ser discípulos y misioneros
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
“Constructores de la paz”
Necesitamos desarrollar en nuestras comunidades un proceso de iniciación
cristiana, que tenga como base el Kerigma.
Y que conduzca al encuentro personal con Jesucristo, para que nos lleve a la
conversión.
Necesitamos potenciar el papel de la familia en la construcción de la paz
Para que en ella se formen la identidad de los hombres y mujeres, promotores
de la paz y de la justicia en la sociedad.
Es necesario orientar la formación de los hijos en el respeto de la dignidad de
cada persona y en los valores de la paz.
Y así den testimonio de que por el amor se es capaz de acoger a otra persona en
su diversidad.
Dinamizar la dimensión comunitaria de las parroquias
Para que en medio de una sociedad que se fragmenta y se dispersa, favorezcan
espacios de encuentro y fortalecimiento en la vida comunitaria.
Hacer de todas las parroquia, espacio y signo de reconciliación.
Este es el mejor antídoto al veneno del odio, del rencor y del deseo de
venganza.
La superación de la violencia sólo será posible con el hábil uso de herramientas:
El testimonio, la fuerza moral, la razón y la palabra, que se consiguen con la
educación y que capacitan de la paz.
Es urgente crear y difundir pensamientos de paz que nos permitan ir más allá de
las reacciones primarias que generalmente son agresivas y violentas.
Para ello se necesita pensar bien y ser personas con una ética, valores y virtudes
humanas orientadas al compartir.
Necesitamos celebrar con dignidad la Eucaristía
Para que en ella encontremos la fuente que nos dé el amor y paz en nuestros
corazones y trasmitirlos a nuestros hermanos.
Es importante expresar el amor por la paz; amar la paz, adherirse a ella,
disfrutarla y celebrarla.
También debemos expresar el dolor y el sufrimiento cuando nos vemos
privados de ella.
TODOS: SALMO 143, 1.3.7.8
Escucha, Señor, mi oración, y presta oído a mi súplica:
me persigue a muerte el enemigo, aplasta mi vida contra el suelo;
me obliga a vivir entre tinieblas, como los que han muerto para siempre.
Respóndeme pronto, Señor, que ya me falta el aliento; no escondas tu rostro lejos de mí.
Hazme sentir tu amor por la mañana, pues yo cuento contigo; muéstrame el camino que he
de seguir, pues estoy pendiente de ti.
Padre Nuestro…
Ave María… Gloria.
CANTO
Séptima parte
EL AMOR VENCE EL MAL
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
TODOS
GUIA
Dice el apóstol: “No te dejes vencer por el mal antes bien, vence al mal con el
bien” (Rom. 12,21).
Sólo el amor puede vencer el mal que está destruyendo la integridad de toda la
sociedad.
Mismo Jesús nos lo enseñó que debemos amar a nuestros enemigos (Cfr. Lc.
6,35), esa es la regla de oro.
Porque quien perdona al enemigo expresa también su esperanza en la
salvación.
Jesús mismo rechaza la violencia como una forma de sociabilidad y lo mismo
pide a sus discípulos:
“Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí que soy manso y humilde
de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mt. 11,29).
Jesús fue testigo con su vida de su enseñanza, deja a sus discípulos su
testamento espiritual.
“Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe
vuestro corazón ni se acobarde” (Jn. 14,27).
El amor es una fuerza que impulsa a todo para actuar en la Verdad.
Es una fuerza impulsora del crecimiento pleno de cada persona y de toda la
humanidad.
La paz es también fruto del amor, el cual sobrepasa todo lo que la justicia
puede realizar (GS 78).
La paz tiene su fundamento en la apertura de las conciencias a la Verdad.
El amor es una fuerza extraordinaria que mueve a las personas a
comprometerse,
Con valentía y generosidad en el campo de la justicia y la paz (CV 1).
El secreto del apostolado de todos los discípulos es el amor
Pues este es la única fuerza capaz de cambiar el corazón del hombre y de la
humanidad entera.
La violencia que existe en nuestros alrededores
Es diametralmente opuesta a la aspiración de la paz que hay en el corazón de
los discípulos.
La violencia es la negación de la vida en Cristo
Y por tanto es contraria al mandamiento del amor.
“La Eucaristía es el sacramento del amor” (SC 1).
Porque es el don que Jesucristo hace de sí mismo, revelándonos el amor
infinito de Dios por cada hombre.
La paz tiene su raíz en la libertad humana, que la alimenta y la hace fructificar
PUEBLO
GUIA
PUEBLO
Cuando en la elección de los medios para alcanzarla, las personas se guían por
la razón y asumen con valentía la responsabilidad de las propias acciones.
Los frutos de todos los discípulos tienen que ser dados en el amor, que es el
centro de la misión.
“Los he destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca” (Jn.
15,16).
TODOS: ORACIÓN PARA APRENDER A AMAR.
BEATA TERESA DE CALCUTA.
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo; dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi
comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Padre Nuestro…
Ave María… Gloria.
CANTO
ALMA DE CRISTO
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh Buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti,
para que con tus ángeles y santos te alabe
por los siglos de los siglos.
Amén.