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SONDA-BALÓN SENGSTAKEN-BLAKEMORE COLOCACIÓN DE SONDA DE SENGSTAKEN-BLAKEMORE Autores: Dr. Pedro Espinoza de los Monteros.* PM Luis Francisco Pineda Galindo.** *Cirujano General, Médico adscrito al Servicio de Apoyo Nutricional del Hospital de Especialidades, Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS **Pasante de la Carrera de Médico Cirujano, Facultad de Medicina, UNAM 1. Introducción. La hemorragia gastrointestinal alta es considerada tanto un problema medico como quirúrgico, por lo tanto los tratamientos modernos demandan una combinación de ambas partes. La hemorragia de tubo digestivo alto usualmente se presenta con hematemesis y/o melena, es importante en este padecimiento corroborar si hay una historia previa de dolor abdominal, sangrado previo, historia de problemas gastrointestinales o hepáticos, así como la ingesta de medicamentos o alcohol para poder sospechar del diagnostico. Dentro de la etiología de la hemorragia de tubo digestivo alto encontramos múltiples causas, de las cuales destacan las siguientes: Comunes: Ulcera péptica Inflamación de la mucosa (esofagitis, gastritis, duodenitis) Síndrome de Mallory-Weiss Carcinoma gástrico Coagulopatías (trombocitopenia, uso de anticoagulantes) Varices esofágicas Raras: Fístula aortoduodenal Tumores benignos (leiomiomas, tumores carcinoides, angiomas) Enfermedades congénitas (Ehlers-Danlos, Osler-rendu-Weber, Pseudxantoma elástico). Dentro de las causas más frecuentes de hemorragia de tubo digestivo alto, la más importante es la hemorragia por varices esofágicas, la cual es una situación de urgencia que pone en peligro la vida. La hemorragia digestiva por rotura de varices esofágicas representa la complicación más grave de la hipertensión portal y constituye una de las causas de muerte más comunes en los pacientes cirróticos. Las varices esofágicas son frecuentes en la cirrosis hepática; los estudios endoscópicos revelan su presencia en el 60% de los casos. Los pacientes sin varices en el examen inicial se hallan expuestos a desarrollarlas más adelante en el 85% de los casos. Entre los pacientes con varices, una media del 20% anual experimenta el primer episodio hemorrágico, que se acompaña de una elevada mortalidad; ésta es del 37% en los pacientes hospitalizados en las series más recientes. La mortalidad es especialmente elevada (superior al 60%) en los pacientes con insuficiencia hepática cuya valoración clínica suele efectuarse por la clasificación de CHILD-PUGH. Entre los supervivientes al primer episodio hemorrágico, la recidiva es la regla: ésta ocurre en el 72% de los casos, y en la mayoría de ellos en los primeros 6 meses tras la hemorragia inicial. La mortalidad media de cada episodio de recidiva hemorrágica es del 31%. Globalmente, alrededor del 40% de los cirróticos fallecen como consecuencia de la hemorragia por varices esofágicas. El taponamiento esofágico para el tratamiento de las várices sangrantes fue introducido por Westphal en 1930. En 1950 Sengstaken y Blakemore describieron el uso de un tubo esofagogástrico de tres vías, desde entonces diferentes tipos de sondas esofágicas o gástricas se han puesto a disposición del médico, pero la más utilizada es la de Sengstaken-Blakemore. Estas sondas se colocan de urgencia y están diseñadas para pasar a través de la nariz o boca y hacer hemostasia por compresión directa sobre las varices esofágicas y del fundus gástrico, obteniendo control de la hemorragia en un 90% de los casos. En la actualidad su uso ha disminuido con el incremento del uso de somatostatina, aunado a ello, la incapacidad relativa del taponamiento con balón para cohibir la hemorragia y la elevada recidiva de ella, esto hace que constituya una forma terapéutica de segunda línea, para personas en quienes la terapéutica farmacológica vasoactiva o la escleroterapia no controlan la pérdida hemática o como un procedimiento temporal antes del tratamiento quirúrgico o endoscópico definitivo. 2. Indicaciones. 1. Sangrado por várices esofágicas, 2. Sangrado por síndrome de Mallory-Weiss. Sus objetivos son muy claros: hemostasia de várices esofágicas sangrantes, drenaje de cavidad gástrica, e introducción de medicamentos y/o alimentos. 3. Evaluación integral del paciente. Los factores de riesgo que pueden aumentar la morbi-mortalidad durante el procedimiento son los siguientes: Edad mayor a 60 años. Enfermedades asociadas. Perdidas hemáticas intensas (>5unidades). Estado de choque. Alteración de la conciencia. Coagulopatías. Hemorragia recidivante (durante las primeras 72 hrs). Por lo tanto, la adecuada historia clínica con una correcta exploración física y algunos exámenes básicos de laboratorio nos confirmaran la posibilidad diagnóstica y las condiciones generales para tolerar el trauma para colocar la sonda de SengstakenBlakmore. 4. Procedimiento. 4.1 Material e instrumental. Sonda de Sengstaken-Blakemore. (ver sonda) Guantes. Cubrebocas. 1 Sonda nasogástrica (Levin). 1 Jeringa asepto de 50 ml. 1 esfigmomanómetro. Xilocaína en spray al 4%. Lubricante hidrosoluble. Tela adhesiva. 1 Vaso de agua y popote. Riñón o lebrillo. 1 adaptador en Y. Tijeras. 4 Pinzas hemostáticas con protector de hule. 4.2. Características de la sonda. La sonda de Sengstaken-Blakemore es una sonda de hule rojo y de látex ámbar, de una longitud de 95 cm con marcas. Hay calibres de 14 a 20 Fr. Es una sonda nasogástrica, flexible, con orificio central en la punta, tiene perforaciones laterales a lo largo de 10 cms. Es una sonda de tres vías (una central para drenaje y dos para insuflar los dos globos, gástrico y esofágico) y dos globos, uno chico o gástrico, que se localiza a los 15 cm de la punta, con una capacidad de 10 ml; otro globo esofágico a 5cm, distante del gástrico, que ocupa una longitud de 20 cm, cuya capacidad variable se controla a 60 mmHg con el esfigmomanómetro. Presenta cinco marcas cada 5 cm para controlar la introducción de la sonda. 4.3. Cuidados previos a la instalación de la sonda. Debido a que pueden ocurrir complicaciones potencialmente letales con el uso de esta sonda los pacientes deben ser monitorizados. Se recomiendo el control de la vía aérea mediante la intubación endotraqueal para minimizar el riesgo de broncoaspiración, sobre todo en pacientes con alteración del estado de conciencia. Se recomienda previo a la colocación de la sonda, descompresión y vaciamiento del contenido del estomago, mediante una sonda naso u orogástrica y posteriormente retirarla. Comprobar la permeabilidad de obstrucción de una fosa nasal, ya sea con un rinoscopio o a través de la expulsión de aire por cada fosa. 4.4. Técnica de colocación. Informar al paciente del procedimiento a realizar. Colocarse guantes y cubrebocas. Colocar al paciente sentado o en semifowler. Si hay impedimento colocarlo en decúbito lateral derecho o izquierdo. Prepare la sonda: Llene los globos de la sonda e introdúzcalos en agua para asegurarse de que no estén rotos. Mida la longitud de la sonda que será introducida, de igual manera que con la sonda nasogástrica. Lubricar los globos con jalea. Anestesie la faringe con Xilocaína en spray. Introduzca la sonda con los globos desinflados, por una narina con presión firme hasta que la punta este en la faringe posterior. En caso de que el paciente este consciente, dar a beber un poco de agua con el popote e indicarle que la retenga en la boca hasta que se le indique que la degluta. Al indicarle al paciente que degluta el agua, se empuja la sonda y se avanza a través del esófago a medida que el paciente deglute. En caso de no poder avanzar la sonda se saca 1 a 2 cm y se reintroduce sin forzar. Se introduce la sonda por lo menos hasta la marca de 50 cm (en el adulto normal la sonda se localiza en el estómago en este punto). Para confirmar que la sonda esta en el estómago se aspira con una jeringa de 20 ml el contenido gástrico o se inyectan 20 ml de aire por el orificio de aspiración gástrica auscultando con el estetoscopio en el estómago del paciente. Si la sonda esta bien colocada se ausculta un ruido de borboteo a medida que el aire sale por la sonda. Si no se ausculta nada hay que retirar la sonda e introducirla nuevamente. Nota: El balón no debe inflarse hasta comprobar que se encuentra en el estómago. Inflar lentamente el balón gástrico con 50 a 100 ml de aire. Si el paciente se queja de dolor no siga inflando, eso podría indicar que el balón se encuentra a nivel del esófago, en caso de ser así, desinflar e introducir la sonda 10 cm más, y repetir la inyección de aire. A continuación se infla por completo el balón gástrico (250 a 350 ml de aire) y se ocluye el orificio del balón gástrico con unas pinzas con cubierta de goma. Se jala la sonda hasta sentir resistencia, lo que indica que el balón gástrico esta a nivel de la unión gastroesofágica. . Se mantiene la tensión mediante: Fijación de la sonda con un cuadro de esponja a su salida del orificio nasal. Ejerza una tensión suave y mantenga ésta por medio de una polea y contrapeso de 0.5 a 1 kg. Mantenga la tensión fijando la sonda a una máscara de Baseball o de fútbol americano. Tome una radiografía de abdomen para verificar que el balón gástrico este en el estómago. Practicar un lavado gástrico. Si no hay datos de sangrado activo el balón esofágico puede permanecer desinflado. Si el sangrado persiste infle el balón esofágico: a) Conecte un tubo que va al orificio del balón esofágico por medio de un conector en Y a un esfigmomanómetro. b) Infle a una presión de 30 a 45 mmHg ya que ésta es la presión mínima para cohibir la hemorragia y prevenir la necrosis. c) Posteriormente se pinza el tubo del balón esofágico. d) Verificar que el paciente no se queje de dolor retroesternal que ocurre cuando la presión del globo es muy alta. Se aspira por el orificio gástrico de la sonda y se continua el lavado gástrico durante 30 minutos, en caso de persistir la hemorragia se aumenta la presión del balón esofágico 5 mmHg y se prosigue el lavado hasta determinar la presión exacta en que se detiene la hemorragia. Introducir una sonda nasogástrica por la otra narina o vía oral para evacuar las secreciones que se acumulan por arriba del balón esofágico. Se registran las presiones de ambos balones y se traslada al paciente a una unidad de cuidados intensivos. ALTERNATIVA. a) En los pacientes que presenta estado de coma, en quienes no puede pasarse la sonda a través de la nariz, hay que introducirla por la boca, guiándola hacia el esófago con un dedo. b) Otra alternativa es usar laringoscopia directa y pinzas de Maguill para dirigir la sonda hacia el esófago, hay que tener la precaución de no puncionar el balón con las pinzas. 4.5 Técnica para su retiro. Mantener la compresión por 72 hrs máximo. Se debe desinflar el balón esofágico durante 30 minutos cada 12 hrs para reducir la posibilidad de necrosis de la mucosa esofágica. Practicar lavado gástrico cada 60 minutos. Si hay control de la hemorragia después de 24 hrs, desinflar el balón esofágico, se suelta la tracción, pero el balón gástrico no se desinfla y se retira la sonda nasogástrica. Se vigila al paciente de 6 a 12 hrs: si no hay datos de hemorragia se vacía el balón gástrico sin retirar la sonda. De no haber sangrado en las siguientes 24 hrs, se extrae la sonda. De reaparecer la hemorragia se restablece la presión gástrica y esofágica y se indica cirugía o esclerosis endoscópica. Antes de retirar la sonda, haga que el paciente ingiera aceite o alguna sustancia lubricante para disminuir la posibilidad de lesión de la mucosa esofágica. 4.6. Cuidados generales. Monitoreo continuo cardio-respiratorio. Monitoreo de las pruebas de coagulación. Valoración de la permeabilidad de la vía aérea y considerar intubación. En caso de obstrucción aguda de las vías aéreas por cambio de posición de la sonda, cortar la sonda con unas tijeras y retirarla. Mantener limpia la faringe de secreciones. 5. Complicaciones. Obstrucción de la vía aérea. Se presenta en le momento de insertar la sonda, por introducirla erróneamente en la traquea o en caso de que el balón gástrico se desinfle y la sonda se deslice hacia fuera, quedando el globo esofágico comprimiendo la faringe, laringe y traquea. Dificultad para su inserción. Algunas veces puede resultar difícil la colocación de la sonda, en caso de que el paciente no sea cooperador, y cuando el tubo es muy friable, lo que dificulta su manejo, en éste caso, resulta útil usar una guía metálica lubricada, para que al momento de sacarla no se salga junto con la sonda o la dañe. Difícil control del sangrado. En ocasiones aún con el tamponamiento no se logra controlar el sangrado, por lo que es conveniente, pensar en otras causas de sangrado en otros sitios. Sin embargo, hay que verificar que la colocación de la sonda sea correcta. Si después de esto, el sangrado no es controlado, se debe de realizar endoscopia para localizar el sitio sangrante. En caso, de que se demuestre la existencia de otra fuente de sangrado, como una ulcera gástrica, se debe tratar adecuadamente, así como las demás causas posibles. Neumonitis por aspiración. Es el resultado de aspiración de contenido gástrico, por un inadecuado vaciamiento del estomago o por aspiración de sangre. Por lo que se debe tener precaución, en pacientes que tienen alteración de la conciencia y ausencia de reflejo nauseoso, mediante la protección de las vías aéreas a través de la intubación orotaqueal. Hay que vigilar que los pacientes no presenten datos de infección pulmonar, ya que de ser así, se requerirá manejo con fármacos antimicrobianos, fisioterapia, y de ser necesaria, la ventilación asistida. Ruptura esofágica. Puede ocurrir como consecuencia de la insuflación excesiva del balón esofágico, por insuflar el balón gástrico en el esófago, o por necrosis de la mucosa, debida a un tiempo prolongado de compresión del esófago por el balón. Cuando ocurre la ruptura es necesario intervenir quirúrgicamente para reparar la lesión. Mediastinitis. La mediastinitis aguda puede estar causada con mayor frecuencia, por perforaciones instrumentales, roturas o heridas penetrantes del esófago o por vómitos violentos (síndrome de Boerhaave). Los síntomas consisten en fiebre alta con escalofríos, dolor torácico intenso, retrosternal, transfictivo, disnea y profunda alteración del estado general que, a veces, evoluciona en pocas horas. El examen radiológico con contraste radiopaco puede mostrar la fuga esofágica y orientar la intervención quirúrgica. Constituye una enfermedad de considerable gravedad que requiere un tratamiento enérgico, encaminado a controlar el síndrome séptico, la insuficiencia respiratoria y evitar el progreso de la contaminación, para lo cual se requiere el cierre o desviación quirúrgica del esófago perforado o bien el desbridamiento y el drenaje de la colección supurada. Necrosis o erosión esofágica. Ocurre cuando hay una compresión prolongada de la mucosa esofágica, por lo que siempre, se debe tener un monitoreo continuo de la presión de los balones, y en caso de que se presente ruptura esofágica, esta indicado el tratamiento quirúrgico. Dolor torácico. Generalmente es por insuflación exagerada del balón esofágico, y en caso de que se presente, se debe disminuir la presión del mismo y mantener un monitoreo continuo de la misma. Epistaxis. Con frecuencia, se presenta debido a traumatismo de la cavidad nasal, en el momento de insertar la sonda a través la nariz, en caso de presentarse sangrado masivo, retirar la sonda e intentar insertarla a través de la otra narina, si no es posible, una buena opción es colocar la sonda a través de la boca. El sangrado nasal debe tratarse de la forma correcta. Incomodidad. En algunos pacientes puede resultar muy incomodo el uso de ésta sonda, y en algunas ocasiones es necesario hacer uso de sedantes, como el diazepam. 6. Conclusiones. 1. El sangrado por varices esofágicas es una urgencia médico-quirúrgica. 2. La colocación de una sonda de Sengstaken-Blakmore puede salvar la vida del paciente. 3. Es indispensable conocer las características de la sonda antes de instalarla. 4. El éxito depende de la correcta presión que ejercen los globos gástrico y esofágico sobre las varices sangrantes. 5. Se deben tener en mente las complicaciones para poder evitarlas. 7. Referencias bibliográficas Contextuales S Ghosh1, Watts D and M Kinnear Management of gastrointestinal haemorrhage. Postgraduate Medical Journal 2002;78:4-14. Conlong PJ. Practical advice on treating haematemesis. Hosp Med 1998; 59 (11): 851-5. Shawinder SJ, Andrew SA, , Stephen D Ryder. Epistaxis: an overlooked cause of massive haematemesis in cirrhosis. Clinical review.BMJ 2003;326:440-441 ( 22 February ) INSTALACIÓN DE SONDA SENGSTAKEN/BLAKEMORE Es indicación absoluta en Hemorragia Digestiva alta masiva 1.-Inserte suavemente con vaselina liquida 2.-Introducir y rotar la sonda 3.-Verifique estar en estomago 4.-Infle el balón gástrico con 200 ml. de suero fisiológico 5.-Infle balón esofágico con 100ml. de aire 6.-Ocluya ambos balones . 7.-Conecte a recolector 8.-Verifique contenido drenado CUESTIONARIO DE REPASO 201. ¿Cuál de los siguientes drenajes se conecta a un sistema de vacío? Penrose Tejadillo Cigarrillo Redon Resultado: 202. Uno de los drenajes simples de una sola luz más utilizado en clínica es: Redon Penrose Pleurevac JacksonPratt Resultado: 203. El drenaje en forma de T utilizado en la cirugía de las vías biliares recibe el nombre de: Penrose Tejadillo Cigarrillo Kher Resultado: 204. ¿Cuál de los siguientes drenajes es cerrado, torácico y drena por aspiración? Cigarrillo Penrose Pleurevac Kher Resultado: 205. Entre los cuidados generales a aplicar en pacientes con drenajes no se encuentra: Observar y registrar el aspecto y el volumen de las sustancias drenadas En los sistemas de vacío sustituiremos los medidores cuando están llenos para no perder ese vacío Elevar el colector por encima de la herida para facilitar el drenaje Vigilar la integridad de la piel circundante Resultado: 206. ¿Cuál de las siguientes sondas nasogástricas es la más utilizada en la actualidad? Levin Salem Foucher Sengstaken-Blakemore Resultado: 207. ¿Cuál de las siguientes sondas nasogástricas presenta una sola vía? a.-Sengstaken-Blakemore b.-Levin c.-Salem d.-A y B son correctas Resultado: 208. ¿Cuál es la sonda de dos vías que se emplea para el drenaje de contenido gástrico por aspiración? Levin Salem Cantor Nutrisoft Resultado: 209. La sonda de Sengstaken-Blakemore se emplea cuando los pacientes padecen: Gastroenteritis Intoxicaciones y requieren lavados gástricos Varices esofágicas Perforaciones colónicas Resultado: 210. La sonda de Sengstaken-Blakemore más utilizada presenta: Un balón y dos vías o luces Dos balones y una vía o luz Tres balones y tres vías o luces Dos balones y tres vías o luces Resultado: 211. ¿Cuál de los siguientes materiales no se emplea en el procedimiento de sondaje rectal? Gasas Guantes Lubricante liposoluble Cuña Resultado: 212. La posición que debe adoptar el/la paciente al que se le aplica un enema es de: Fowler Trendelenburg Sims izquierda Morestin Resultado: 213. ¿Cuánto hay que introducir aproximadamente la sonda rectal en un sondaje? 2-3 cm. 4-5 cm. 7-10 cm. 12-15 cm. Resultado: 214. Al realizar un sondaje rectal a un/una paciente encamado lo colocaremos en: Posición de Sims izquierda Posición de Rose Posición de Proetz Trendelenburg Resultado: 215. En los enemas de limpieza la solución a irrigar estará a una temperatura aproximada de: 24ºC 32ºC 37ºC 42ºC Resultado: 216. ¿Cuál es el tiempo recomendable para que el paciente retenga la solución irrigada en un enema de limpieza? 5 a 10 minutos 15 a 20 minutos 25 a 30 minutos Una hora Resultado: 217. ¿Cuál de los siguientes enemas es considerado de limpieza? Enema oleoso Enema salino Enema carminativo Enema opaco Resultado: 218. El denominado enema baritado tiene como finalidad: Lubricar la mucosa del recto Introducir medicamentos Facilitar el diagnóstico de determinadas patologías Extraer fecalomas Resultado: 219. La cantidad de aceite que se emplea en un enema oleoso en un adulto es de: 50-100 ml. 150-200 ml. 250-300 ml. 400-500 ml. Resultado: 220. ¿Cuál es el tiempo recomendable para que el paciente retenga la solución irrigada en un enema de retención? 2 a 5 minutos 10 a 15 minutos 20 a 25 minutos Según indicación médica pero normalmente no inferior a 30 minutos Resultado: Procedimiento para la instalación de la sonda de SENGSTAKEN-BLAKEMORE OBJETIVO Contener la Hemorragia Digestiva Alta por varices esofágicas. - INDICACIONES Hemorragia Digestiva Alta por varices esofágicas. - MATERIAL · Sonda-balón Sengstaken-Blakemore número18-21. · Jeringa de de 10 ml . · Dos pinzas. · guantes y gasas estériles. · Bolsa de aspiración y soporte. · Jeringa de alimentación enteral y solución salina. · Riñón o lebrillo, tela adhesiva , lubricante. - TÉCNICA · Colocación de la sonda. . Explicarle detenidamente el procedimiento, solicitando su colaboración. . Integrar el material y trasladarlo a la unidad del paciente. · Comprobación de la integridad y funcionamiento de la sonda: · Insuflar aire en la sonda: · Balón gástrico: 300cc de aire. · Balón esofágico: 100cc de aire. · con los balones inflados, comprobar la ausencia de fugas y deformaciones. · Colapsar los balones: extraer el aire de los mismos procurando que queden centrados. Taponar y pinar los conductos. · Lubricar bien todo el conjunto. · Realizar la sujeción de la sonda. · situar al enfermo en decúbito lateral. · Introducir la sonda por un orificio nasal o boca con rapidez ayudándose de movimientos deglutorios del paciente sin forzar resistencias. · continuar introduciendo hasta llegar a sobrepasar la marca de 50 cm de la sonda. · Comprobar la ausencia a nivel orofaríngeo de globos o dobleces de la sonda, así como la permeabilidad de las vías respiratorias. · Comprobar que la sonda se encuentra en el estómago. · Conectar la vía central de la sonda a una bolsa de aspiración. · Dejar descansar brevemente al paciente. · Insuflar el balón gástrico con 250-300 cc aire hasta alcanzar una presión de 60-70 mm de Hg, pinzar y taponar. · Traccionar suavemente la sonda hasta conseguir una resistencia moderada. Aquí queda en el cardias. Marcar la longitud de la sonda a la salida del orificio nasal, siempre tiene que estar a ésta longitud. · Fijar la sonda a la salida del orificio nasal con esparadrapo de manera que la misma quede sujeta y mantenga la presión. marcar la longitud. · Insuflar el balón esofágico, introduciendo suavemente entre 80-120 cc de aire, hasta alcanzar una presión de 60-70 mm de Hg. Pinzar y taponar. · Mantenimiento de la sonda. · Realizar lavados gástricos frecuentes. · Comprobar periódicamente la presión de los balones y la situación del punto marcado a la salida del orificio nasal. · Observaciones. · Una vez colocada la sonda, volver a comprobar la presión de los balones, y que ambos conductos estén bien pinzados y sin fugas. · Aspirar las secreciones si las hubiere. · Realizar lavados gástricos. · Anotar en la gráfica: fecha y hora de la colocación, presiones de lso balones y aire introducido. · Dejar conectada la sonda a la bolsa de aspiración. Retirada de la sonda. · Desinflar primero el balón esofágico, dejarlo colapsado y pinzarlo. · Retirar el sistema de fijación. · Desinflar el balón gástrico, dejarlo colapsado y pinzarlo. · Administrar por boca 30-50 ml de Duphalac. · Retirar sonda.