Trastorno bipolar en niños
El desorden bipolar (DB, por sus siglas en español), o desorden bipolar pediátrico (DBP), o conocido formalmente como “maníaco depresivo”, se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo que va desde el estado “bajo” depresivo, al “alto” (este se caracteriza por sentimientos de felicidad excesiva o furia).Los síntomas depresivos en el desorden bipolar incluye tristeza, irritabilidad e incapacidad para disfrutar las actividades cotidianas; cambios en el apetito y peso, tener hipersomnia o insomnio, así como la dificultad para quedarse dormido o permanecer dormido, a pesar de estar muy cansado. Los síntomas que se presentan durante la manía son menor necesidad de dormir, articulación de palabras de manera más rápida de lo normal, problemas en la comunicación debido al cambio rápido de conversación, pensamiento acelerado, poca capacidad de concentración, dificultad para permanecer quieto, incapacidad para estar concentrado, dejar tareas inconclusas y realizar actividades riesgosas.Identificar el desorden bipolar en jóvenes puede ser todo un desafío, en comparación con los adultos, este desorden tienen períodos específicos de depresión o manía que puede durar semanas o incluso meses, mientras que en los jóvenes se realiza por episodios maníacos y depresivos que se presentan a diario, además porque pueden aparecer simultáneamente. La presencia de depresión, del Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TADH), así como problemas de comportamiento perturbador es común que se presenten junto con el desorden bipolar, sin embargo, es importante identificar los síntomas y signos característicos del desorden bipolar.El diagnóstico del desorden bipolar en niños es un tema controversial, ya que mientras algunos consideran que se deberían seguir los criterios establecidos por el DSM-IV-TR, otros han propuesto criterios diferentes para el diagnóstico de niños con desorden bipolar. El DMS-5 debe incluir nuevos desórdenes en los hábitos de conducta y estado de ánimo, el Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo como reemplazo de los diagnósticos pediátricos bipolares. Algunos psiquiatras prominentes, como el Dr. Stuart Kaplan y el Dr. Allen Frances, promueven que el diagnóstico sea más exacto y exista mejor investigación sobre cómo identificar los trastornos como el Déficit de Atención e hiperactividad y el de oposición desafiante, en lugar de englobarlos en el Trastorno Bipolar pediátrico. Otra controversia que ha surgido es el aumento en el número de niños diagnosticados en los últimos años, principalmente en Estados Unidos de Norteamérica, y existen varias causas posibles de este incremento. Se ha argumentado que el reduccionismo biomédico, el abandono de los traumas, los factores de fijación, la influencia de la industria farmacéutica y el sobre diagnóstico (particularmente en el sistema de salud de Estados Unidos) contribuyen a la epidemia del desorden bipolar en población pediátrica.La prevalencia de niños que cumplen con los criterios diagnósticos del DSM para Desorden bipolar es cerca del 2% pero la interpretación de los criterios diagnósticos es diferente entre cada uno de los investigadores. Por ejemplo, los múltiples estados de ánimo son controversiales porque los episodios de manía o hipomanía, con una interpretación más tradicional, requieren un estado de humor sostenido de manía/hipomanía durante varios días, semanas o meses.El tratamiento usualmente consiste en terapia farmacológica y psicológica. Los fármacos más comúnmente usados son estabilizadores del estado del ánimo y antipsicóticos atípicos. El tratamiento psicológico normalmente combina educación acerca de la enfermedad, terapia de grupo y terapia cognitiva conductual. Casos de trastorno bipolar en niños se han observado desde tiempo atrás, a pesar de que se pensaba que eran raros. Este punto de vista ha estado cambiando desde 1990, las investigaciones se dirigiendo al mejoramiento de tratamientos, criterios diagnósticos, y el conocimiento del trastorno bipolar en niños.