El trastorno esquizoide de la personalidad (TEP) está englobado dentro del grupo A de los trastornos de la personalidad. Los individuos que lo padecen se caracterizan por la falta de interés en relacionarse socialmente y por una restricción de la expresión emocional. Puede aparecer durante la infancia o la adolescencia, aunque se suele diagnosticar en la edad adulta. Su prevalencia se estima en menos del 1% de la población. Es distinto de la esquizofrenia, aunque tienen puntos en común.