El fallo ovárico prematuro es una de las causas más comunes de la infertilidad femenina, así como la causa más común de amenorrea secundaria en mujeres menores de 40 años. Este fallo afecta a un 1-4% de la población femenina. Se trata de un desorden genético que puede ser debido a varias causas, entre las que encontramos un origen cromosómico, defectos enzimáticos (como puede ser la galactosemia), quimioterapia y radioterapia, origen autoinmune, origen infeccioso y secreción o acción anormal de FSH y LH. Sin embargo, la principal de ellas es una muy baja o nula expresión de las proteínas receptoras de la hormona FSH (FSHR), lo cual genera anomalías en el desarrollo y maduración del folículo debido a una interacción inadecuada entre dicha hormona y su receptor. La disfunción de este receptor es, frecuentemente, otro de los principales motivos.