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21 Depresión y vejez Haydeé Andrés, Alicia Kabanchik y Sergio L. Rojtenberg Los síndromes depresivos constituyen uno de los problemas psicogeriátricos más importantes y de mayor consulta y su incidencia es, también en esta etapa mayor en las mujeres. Entre el 10 y el 20% de los adultos mayores presentan al menos un episodio depresivo después de los 65 años, y son uno de los motivos más frecuentes de las hospitalizaciones psiquiátricas. Según Müíler "...Los trastornos depresivos parecen tener su mayor impacto en la edad avanzada, con un período neto de predilección dibujándose entre los 61 y 75 años". En la población mundial se está produciendo un aumento progresivo del número y la proporción de individuos mayores de 65 años, razón por la cual veremos con mayor frecuencia esta patología; pese a esto no es de fácil diagnóstico en [a vejez, por sus peculiaridades y, si bien el diagnóstico preciso de depresión puede resultar dificultoso en cualquier grupo etario, es casi un desafío en los adultos mayores. Estadísticamente, trabajos realizados en el ámbito comunitario señalan que la prevalencia de síntomas depresivos significativos en la ancianidad fluctúa entre el 4 y el 25% disminuyendo este porcentaje para los casos de depresión mayor en los que se informa una prevalencia del 1 al 5%. Más aun, algunos estudios informan que la prevalencia de depresión mayor en la comunidad disminuye con el incremento de la edad (hasta ios 75-85 años) en tanto que los síntomas deLos autores agradecen ¡a importante colaboración de Mariella Guerra (Perú) quien aportó ios datos clínicu -es £ad r's í í co s. presivos tienden a mantenerse y en algunos casos a aumentar. La epidemiología de la depresión se puede caracterizar como una pirámide en la que el incremento de la severidad se asocia con una disminución de frecuencia; sin embargo, su base está constituida por un grupo de depresiones que constituyen un reto en su diagnóstico adecuado y oportuno y también en su tratamiento. Por otra parte, diversas investigaciones evidencian que la depresión es más común en los ancianos que se encuentran en centros hospitalarios y en residencias geriátricas de larga estancia, alcanzando prevalencias del 25% en los primeros y de 45% en los segundos. En cuanto a los servicios de psiquiatría, la información no es abundante. Se describe que los gerontes con depresión mayor procedentes de centros médicos no presentan un cuadro depresivo tan severo como el que se observa en los centros psiquiátricos donde, además son más frecuentes la melancolía, los síntomas psicóticos y la comorbilidad asociada. Asimismo, se señala que los adultos mayores deprimidos tienden a usar muy poco los servicios médicos en general y particularmente los psiquiátricos. Al respecto, hay datos de que los ancianos con trastornos mentales tienden a consultar menos que los más jóvenes, en los menores de 65 años, el 8,5% visita a un especialista o a un agente de atención primaria para salud mental, comparado con el 4,2% de las personas entre los 65 años y 74 años y sólo el 1,4% de los mayores de 75 años. En relación con datos latinoamericanos en el Perú, 228 DEPRESIONES Y ANTI DEPRESIVOS M. Guerra, en 1995, halló una prevalencia alta de depresión (56%) en una población de 265 ancianos procedentes de una institución psiquiátrica, siendo el trastorno más frecuente el de depresión mayor y los casos de inicio tardío. En cuanto a la comorbilidad psiquiátrica, se cita que el 20% de los deprimidos mayores tienen depresión doble, es decir, además de la depresión mayor tienen asociada una depresión crónica al menos de 2 años de duración (distimia). Se señala, además, que ésta es tan frecuente en la edad tardía como en otras etapas de la vida, y se sugiere que esa asociación tiene un pronóstico poco favorable en edades avanzadas. Además de la depresión doble, se citan como factores asociados que pueden ensombrecer el pronóstico de la depresión en edades tardías, la presencia de síntomas psicóticos, asociación de enfermedad(es) médica(s), trastornos de personalidad, particularmente aquellas con rasgos obsesivos e histriónicos, pobre soporte social, alteraciones cognitivas y trastornos bipolar. Se sabe también que el riesgo de depresión es tres veces mayor en las personas incapacitadas. En cuanto a los trastornos adictivos, uno de los más estudiados en la adultez mayor es el alcoholismo; se señalan, en esta adicción, tasas de prevalencia de trastornos depresivos del 5 al 15%. Del suicidio en este aspecto, en el ámbito internacional, las tasas fluctúa n entre 17/100.000 y 40/100.000 resaltando las cifras de Hungría con la tasa más alta de suicidio: varones 74,5/100.000, mujeres 24,8/100.000. Diversos estudios señalan que en la mayoría de los países industrializados el suicidio aumenta con el incremento de la edad. Parece ser que la ancianidad constituye un factor de riesgo para el suicidio, particularmente el grupo de gerontes cuya edad pasa de los 74 años. Se cita que la proporción de suicidas entre ancianos es 50% más que la observada en gente joven. En Estados Unidos el suicidio constituye ía octava causa de muerte; en 1990 la proporción de suicidios para adultos mayores de 65-74 años y de 75-84 años fue de 17,9/100.000 y 24,9/100.000 respectivamente. La asociación de depresión con patologías médicas es frecuente y significativa a esta edad, por ejemplo, la enfermedad de Alzhei- mer, donde estudios clínicos y epidemiológicos demuestran frecuencias variables con un promedio de 41% para humor depresivo y 20% para trastorno depresivo. En los accidentes cerebrovasculares (ACV) se cita que la tasa de depresión fluctúa entre el 30 y 65% en el primer año del accidente y suele ser más común en aquellos pacientes con lesión en el hemisferio izquierdo y polo frontal. En la enfermedad de Parkinson los síntomas depresivos pueden preceder a la enfermedad; así, en promedio, el 43% de los casos tiene episodios depresivos antes de desarrollar los síntomas motores. Respecto de las formas de presentación abundan las quejas somáticas y tanto los pacientes como los médicos suelen tener un preconcepto estereotipado negativo acerca del proceso de envejecimiento y la misma depresión puede subdiagnosticarse confundiéndola con desgano, desinterés o apatía, un síntoma que no es normal en la vejez y que, hasta demostrar lo contrario, forma parte de un cuadro psiquiátrico. En el cuadro 21-1 se refieren los factores asociados a este síntoma que fueron presentados por Pollok y Bruce en el Congreso de la APA, Chicago, 2000. Además gran número de condiciones clínicas pueden producir signos y síntomas depresivos que al combinarse hacen más complicado el diagnóstico certero. En la depresión geriátrica se hace más ostensible el empeoramiento de cualquier otra condición patológica o comórbida, ya que aparece claramente involucrada en trastornos cognitivos y cardiovasculares. Respecto de los trastornos cognitivos, la depresión puede ser un pródromo que ex- Cuadro 21-1. Apatía en la vejez: factores asociados • " • • • • ■ • Trastornos cognitivos: Alzheimer Disfunción del lóbulo frontal Enfermedad de los ganglios básales Hemisferio derecho dañado Depresión Trastornos psicóticos crónicos Enfermedades médicas: cáncer, Parkinson Fármacos (psicofármacos) Pollock, Bruce, APA Chicago 2000. DEPRESIÓN Y VEJEZ 229 presa tempranamente una perturbación subcortical o que promueva el déficit por la hipersecreción glucocorticoidea y los daños que se generan en el SNC. El diagnóstico diferencial es fundamental. Debemos mencionar el duelo norma! o el duelo no complicado (DSM-IV), tan frecuente en esta etapa por situaciones de estrés psicosocial, por ejemplo: viudez, jubilación, pérdida del status económico, pérdida de la salud, familia, amigos, etc., que muchas veces no es tolerado por los allegados como un proceso normal que requiere elaboración y es la desesperación familiar ante este fenómeno la que puede solicitar tratamiento, no dando tiempo ni espacio mental para la elaboración. Debemos considerar que la jubilación no sólo implica la pérdida del status productivo sino también la disminución de los ingresos habituales. Esto los transforma en subconsumidores y afecta, en forma sensible, tanto la salud física como el equilibrio narcisístico. La sensación de minusvalía consecuente se junta con aquella promovida por la disminución de algunas capacidades; la pérdida de los lugares comunes incrementa la sensación de soledad, las muertes de los allegados hacen más ostensible la finitud de la vida y el temor y aislamiento son observables comunes. En los adultos mayores, el duelo normal es de más larga resolución; vulgarmente esto se denomina tristeza. Hay distintas clases de depresión pero ninguna da una explicación acabada. Los modelos analítico, psícodinámico, cultural, médico, psiquiátrico, biológico, tienen en sí su propia explicación; es importante no perder la visión integradora y enfatizar la mirada hacia el paciente. La clínica sigue siendo soberana. Asi como no se logra un concepto global de nuestro mundo sin una idea cosmogónica, es precario un diagnóstico médico que no contemple ía integridad psicofísica del hombre. La conocida fábula del sabio que a tres ciegos les pide una descripción, por el tacto, de un elefante, es aleccionadora; el que tocó la trompa habló de una conformación tubular rugosa; el examinador posterior se refirió a una rara configuración elástica y el que tocó las extremidades dijo que eran poderosas columnas... La moraleja es obvia: "sólo la visión del conjunto nos dará la verdad". Siguiendo a G. L Gones, éste menciona, al igual que otros autores, lo inadecuado de las clasificaciones a modo de lectura unívoca de esta patología psiquiátrica y manifiesta la necesidad de cierta flexibili dad frente a las reacciones variables según el grado de organización mental de los ancianos enfermos. Antes de clasificar, es importante identificar la depresión, siguiendo los síntomas clásicos que definen su tríada sintomática: tristeza-inhibición psicomotriz-insomnio; este último como un claro representante de la angustia en esta etapa de la vida. Estos síntomas tienen las siguientes peculiaridades: a) La tristeza puede ser leve o profunda, un verdadero dolor moral, con ansiedad o sin ella, con disminución de la autoesti ma, pesimismo, equivalentes somáticos leves o intensos que en oportunidades son realmente fuente de error (depresio nes secundarias), siendo muy importante referirse a la historia del sujeto, costum bres, hábitos para darle sentido al mate rial recogido y definir la depresión no confundiéndola con un estado propio de la vejez. Otras veces, no es dolor ni tristeza sino sentimiento de vacío interior o anestesia afectiva frente a los seres queridos: "Me parece que no quiero a mis hijos", "a mis nietos". b) La inhibición psicomotriz es fácil de con fundir con el enlentecimiento propio de la edad y la condición física de un cuerpo que perdió soltura y agilidad, tiene menor flexibilidad y energía vital. Durante el interrogatorio es necesario pedirle al paciente una descripción de su día desde que se levanta. Una respuesta aclaratoria sería que se levanta, se viste, toma el desayuno y vuelve a la cama vestido. Reitera "dos veces en el día" y suele decir: "Me tira la cama". Esto lo conceptual izamos como signo de inhibición psicomotriz. c) El insomnio con despertares nocturnos por dolores, micción, apnea del sueño, etc. Una respuesta aclaratoria sería: si al volver a la cama, luego de la micción, re torna el sueño NO es insomnio. 230 DEPRESIONES Y ANTIDEPRESIVOS Hay pacientes que hacen "pequeños sueños diurnos", completando el horario del dormir nocturno. Una vez establecido el diagnóstico de síndrome depresivo es muy importante ver de qué forma clínica se trata. Formas clínicas de la depresión Las formas clínicas de la depresión en la vejez pueden ser: reactivas, endógenas, endorreactivas, asociadas, tramposas, enmascaradas y esenciales (Pierre Marty). Depresiones reactivas consecutivas a un estrés psicosocial Tienen una causa desencadenante, son las más frecuentes. Hay un estrés psicosocial o situacional que actúa sobre una personalidad frágil y predispuesta. Con poco estímulo reaccionan patológicamente. Llamadas también depresiones neuróticas se acompañan de ansiedad, miedos, síntomas somáticos, constipación, trastornos digestivos, inapetencia con pérdida de peso o hiperfagia, insomnio o hipersomnia y pérdida de interés. Responden adecuadamente al tratamiento combinado, psicofármacos más psicoterapia individual y/o grupal, entrevistas familiares y trabajo corporal. En este tipo de depresión el riesgo mayor está en no hacer adecuadamente el diagnóstico de depresión reactiva y circular por un laberinto de posibilidades médicas a las cuales la edad favorece. nea, por la inhibición psicomotriz marcada y el insomnio con despertar temprano, que es el momento de mayor riesgo suicida. Mejora en el transcurso del día y sobre todo a la hora de dormir. La agitación muy característica en esta etapa da lugar a la forma melancólica agitada, a mayor agitación, mayor riesgo suicida. Hay queja y dolor moral, sentimientos de vacío, desinterés, inapetencia, síntomas hipocondríacos aveces con ideas delirantes de ruina, culpabilidad, fracaso, desastre económico (melancolía delirante), alucinaciones anestésicas y auditivas pudiendo llegar a un delirio de negación de órganos: el delirio de Cotard. Otra forma menos frecuente es la estuporosa. Depresiones endorreactivas Ostensibles a raíz de un episodio externo, afectan en mayor parte a las mujeres durante la etapa de la involución cercana a la menopausia; a este desequilibrio endocrinológico muchos autores lo consideran un factor predisponente fundamental, siendo necesario un tratamiento farmacológico asociado: psicofármacos más tratamiento hormonal, previo estudio especializado. El comienzo es insidioso, con oscilaciones del estado de ánimo, trastornos neurovegetativos, ideas hipocondríacas, cansancio, parestesias, distensión abdominal, impotencia, declinación sexual, insomnio pertinaz y agitación. El 20% se cronifica y tiene riesgo suicida. Las depresiones, endógenas y las endorreactivas pueden asumir la forma del TDM, tipo melancólico, según el DSM-IV. Formas asociadas Depresiones endógenas Se trata de una enfermedad no propia de la vejez pero que algunas veces hace su aparición por primera vez en este período de la vida y generalmente en forma depresiva como melancolía unipolar tardía o PMD bipolar de más difícil diagnóstico por falta de antecedentes. Son las menos frecuentes y las más temibles por el riesgo suicida; también están las formas endógenas envejecidas de fácil diagnóstico por su inicio en la edad adulta. Se caracterizan por ser de irrupción espontá- a) A perturbaciones psiquiátricas: la depresión puede asociarse a cualquier patología psiquiátrica. Por ejemplo, alcoholismo, depresiones asociadas en la demencia. De hecho, un importantísimo porcentaje de las demencias suele debutar con un cuadro depresivo. Un paciente con demencia, ante una pregunta sencilla, como por ejemplo: ¿quien es nuestro presidente en este momento?, va a responder de manera elíptica y fabulatoria al no poder recordarlo: ¡Pero qué estupideces pregunta usted, ¿quién no sabe esa respuesta ?! DEPRESIÓN Y VEIEZ 231 Es muy importante estudiar la posibilidad de accidentes cerebrovasculares silentes (silentstroke) ya que no van acompañados del habitual cortejo sintomático de severas cefaleas, vértigos y pérdida de sensibilidad o motricidad y se pueden expresar como depresión o ser un importante factor etiológico en el desarrollo de la demencia vascular posterior. La ubicación de ía lesión en los ganglios básales, importante zona a la que acceden varias inervaciones monoaminérgicas, es francamente determinante de la patología. b) A trastornos somáticos: muchos cánceres comienzan con cuadros depresivos, co mo primer síntoma manifiesto, con mayor frecuencia el cáncer de páncreas (50%). La enfermedad de Parkinson tiene la mis ma incidencia. Respecto de las enfermedades endocrinas, resulta conveniente descartar alteraciones tiroideas ya que es de alta frecuencia el hipotiroidismo en la vejez. La anemia puede provocar anergia y ser un factor confundidor. Los trastornos afectivos están asociados a la condición médica. c) íatrogenia medicamentosa: los antihipertensivos, tranquilizantes, neurolépticos, hipnóticos, corticoides, antitiroideos, anorexígenos, beta-bloqueantes, pueden pro ducir depresión y en esta etapa es muy im portante el tema de la polifarmacia. El número de fármacos usados y sus efectos adversos, cuando no sus interacciones medicamentosas, aumentan con la edad. También la toxicidad es mayor cuando son manejados por varias personas y no se ejerce control. Según un estudio, cuando se utilizan más de tres medicamentos el cumplimiento puede disminuir hasta la mitad. La considerable morbilidad del anciano, síncopes, caídas, cambios mentales, se asocia frecuentemente con fármacos que afectan la homeostasis de la presión sanguínea o el funcionamiento del SNC, "Se ha considerado irónicamente que el incumplimiento es a veces la mejor protección del paciente contra el peligro de la polifarmacia." Formas tramposas Se denominan así porque los síntomas depresivos aparecen ocultos detrás de otra fachada. a) Cuando la persona se torna en un viejo gruñón reivindicativo, irritable y agresivo, con un cambio reciente de personalidad, atestiguado por el entorno de una persona que anteriormente fue sociable y tranqui la, se debe investigar una depresión dis frazada. La hostilidad proyectiva constitu ye una mala defensa. Es de temer un intento suicida si no recibe atención adecuada. b) Seudodemencias. Nos referiremos a la seudodemencia depresiva, ya que hay otras referidas a otros síndromes psiquiátricos. Es importante señalar el diagnóstico diferencial con los síndromes demenciales ya que en la depresión los déficit cognitivos pueden inducir a error (cuadro 21-2). Cuadro 21-2. Diagnóstico diferencial del déficit cognitivo Trastorno cognitivo de la demencia Trastorno cognitivo de la depresión Comienzo El déficit intelectual es anterior a la depresión Los síntomas depresivos son anteriores a los cognitivos Período: clínico Minimiza o niega los déficit cognitivos, cambia de tema Fabulación de relleno Se queja de la pérdida de memoria y bajo rendimiento intelectual. Exagera presencia de síndrome depresivo Antecedentes No hay antecedentes depresivos claros Con frecuencia hay antecedentes depresivos Evolución Progresiva No progresiva 232 DEPRESIONES Y ANTIDEPRESIVOS Hoy se tiende a no usar la denominación de seudodemencia, ya que es un término vago, sino hacerlo específicamente; por ejemplo, trastornos cognitivos de la depresión, esquizofrenia o demencia que comienzan con depresión. Diferenciaremos clínicamente al trastorno cognitivo de ¡a depresión, del de la demencia o clásicamente diferenciaremos seudodemencia depresiva de demencia. Para B. Gurland la seudodemencia ocurriría en el 10% de las depresiones y habría datos depresivos en el 5% de los dementes. Este autor ha elaborado criterios para distinguir, en la práctica clínica, una seudodemencia depresiva de una demencia, como: 1) Cumplir criterios de depresión. 2) Cumplir criterios de demencia. 3) Cesar la demencia cuando cura la depre sión. 4) No cumplir criterios de demencia a los tres años. Para establecer el diagnóstico hoy se realiza la evaluación neuropsicológica. Las seudodemencias depresivas son de excelente respuesta a los antidepresivos, es decir, los trastornos cognitivos remiten con el tratamiento psicofarmacológico. Si los trastornos de orientación, la pérdida de memoria, los olvidos repetidos, el debilitamiento del juicio progresan y se acentúan, se pensará en la demencia. Estados regresivos que aparecen después de una afección somática real con quejas hipocondríacas, en un clima de intenso pesimismo, con demandas de atención y cuidados corporales incesantes, son depresiones tramposas. Depresión enmascarada Los síntomas psíquicos ocupan un segundo plano, escondidos por los somáticos, que aparecen en primer plano. Las quejas somáticas más frecuentes son: cefaleas, trastornos digestivos, dolores articulares, ardor al orinar, prurito anal, prurito vulvar, mal gusto en la boca y constipación. Fluctúan en el día con predominio matinal. López Ibor la considera dentro de las formas endógenas. El efecto depresivo es poco evidente. Es importante diferenciar las quejas somáticas de la depresión enmascarada de las quejas hipocondríacas. El 20% de los pacientes tratados por los clínicos son portadores de depresión enmascarada, pero éstos no están suficientemente preparados para la psicología y viceversa. Llegan a la consulta especializada alrededor de los 34 meses, muchos de ellos habiendo recibido tratamientos clínicos y/o quirúrgicos innecesarios. El diagnóstico es fácil si se investiga qué hay detrás de la fachada somática: síntomas depresivos como problemas del sueño, pérdida de apetito, sentimientos de indignidad, ideas de incurabilidad e ideas de muerte. Tienen síntomas somáticos sin base orgánica, vagos, imprecisos y cambiantes. Niegan que están deprimidos, sienten aprehensión. López Ibor dice que la imprecisión, asociada con otros equivalentes sobreviene con un fondo ansioso y de fatiga, hípersensibilidad a los estímulos ambientales y ritmo circadiano. Son las características primordiales. Para este autor es una variedad endógena; para otros, como ítalo Simeone, es una forma atípica; para G. Le Gones es una depresión de inicio tardío. Depresión esencial (Pierre Marty. Escuela Psicosomática de París) Se encuentra en el origen de la desorganización somática con una significativa frecuencia. Mediante el calificativo de esencial quiere señalar la ausencia de expresión mentalizada positiva, por contraposición de los estados depresivos clásicamente descritos en los que el sujeto ofrece una variada sintomatología mental en una tonalidad afectiva de dolor, tristeza, inquietud, abatimiento, culpabilidad, cuya expresión más frecuente es la melancolía. Nada semejante ocurre en la depresión esencial misma. En ésta, la esencia misma de la depresión tiene que ver con la disminución del tono libidinal y la disminución del instinto de vida. En la depresión esencial hay desaparición de la libido narcisística y la debida DEPRESIÓN Y VEJEZ 233 objetal. Constituye una de las manifestaciones clínicas con predominio dei instinto de muerte. Su cuadro es menos espectacular que el de la depresión melancólica pero tiene más probabilidades de conducir a la muerte. Síntoma precursor y señal de desorganización, la detección de estas premisas es fundamental para prevenir la desorganización somática. Otros autores, como Kraisler, dicen que los síntomas de esta depresión son: inhibición, inercia, soledad y falta de interés con el mundo exterior; hay ausencia de todo síntoma positivo. Se trata de una expresión negativa de indiferencia y de carencia, depresión fría, depresión blanca. Hace tres años, Alicia Kabanchik, integrante de nuestro equipo, interesada en el tema, inició la investigación de la relación entre la depresión esencial y los trastornos degenerativos primarios. También tuvimos en cuenta otros síndromes mencionados por diferentes autores: por ejemplo, el de desmoronamiento, el de consunción y el de Diógenes y nos preguntamos si no tienen algún tipo de vinculación con la depresión esencial de P. Marty o la depresión blanca. Riesgo suicida Las tentativas de suicidio disminuyen con la edad y aumentan las ejecuciones altamente violentas: ahorcamiento, defenestraciones, arrojarse a las vías, etc. Es muy importante investigar la presencia de estas ideas en los pacientes depresivos. La soledad, el abandono, los conflictos familiares y los padecimientos físicos invalidantes son los factores de mayor riesgo. Se suicidan más los hombres que las mujeres y con más frecuencia los viudos y solteros que los casados. Depresivos envejecidos Son las personas que iniciaron su cuadro depresivo en la juventud y/o adultez y actualmente transcurren en la vejez. Esto se ve en las PMD, depresiones neuróticas y caracteropatías melancólicas. Depresiones de inicio tardío Son aquellas que se inician por primera vez después de los 70 años. Es muy importante investigar la sintomatología somática, a la cual se asocian con frecuencia. Escala de depresión geriátríca El cuadro 21-3 reproduce la Escala de Depresión Geriátrica que resulta de utilidad a los efectos diagnósticos, evolutivos y pronósticos de la depresión, ya que la Escala de Hamilton y Montgomery-Asberg en pacientes mayores suele perder especificidad y los parámetros que se toman en cuenta, como se dará cuenta el lector, son diferentes. ESTRATEGIAS TERAPÉUTICAS El mejor conocimiento de la fisiopatología del envejecimiento ha promovido modificaciones en las estrategias terapéuticas pero aún falta desarrollar una sólida estructura teórica clínica que permita alcanzar decisiones terapéuticas más racionales en el abordaje del adulto mayor. La importancia del tema radica en que, por un lado, la gente vive bastante más; por el otro, con el devenir del tiempo se le dan mayor importancia a las enfermedades de la vejez. Pero, paradójicamente, en general, los médicos tienen dificultades para tratar los casos geriátricos, no sólo con problemas psiquiátricos. Las causas son muchas, y es probable que esto tenga que ver con alguna de las siguientes consideraciones: Del 66 ai 77% de los pacientes mayores tienen por lo menos una enfermedad crónica, mientras que el 50% tiene por lo menos dos. Existen más problemas psicológicos y sociales a ser contemplados como los recursos económicos de la clase pasiva: el 20% vive de ingresos catalogados como de pobreza, y con frecuencia, no pueden afrontar una asistencia médica adecuada. Por otro lado, no se debe olvidar que la semiología psiquiátrica tiene características propias de la edad y que el proceso de envejecimiento provoca alteraciones en la absor- 234 DEPRESIONES Y ANTIDEPRESIVOS Cuadro 21-3. Escala de depresión geridtrica (en español) 1. ¿Está usted satisfecho con su vida? 2. ¿Han dejado de interesarle cosas? 3. ¿Siente como que su vida está vacía? 4. ¿Se aburre con frecuencia? 5. ¿Tiene esperanzas en el futuro? 6. ¿Tiene preocupaciones que no se le pueden quitar de la cabeza? 7. ¿Está usted de buen humor la mayor parte del tiempo? 8. ¿Teme que algo malo le suceda? 9. ¿Se siente contento la mayor parte del tiempo? 10. ¿A menudo se siente indefenso? 11. ¿Se siente a menudo nervioso e inquieto? 12. ¿Prefiere quedarse en casa antes de salir y hacer cosas nuevas? 13. ¿Se preocupa frecuentemente por el futuro? 14. ¿Cree que tiene menos memoria que el resto de la gente? 15. ¿Piensa que es maravilloso estar vivo ahora? 16. ¿A menudo se siente descorazonado y triste? 17. ¿Se siente inútil? 18. ¿Se preocupa por el pasado? 19. ¿Piensa que la vida es excitante? 20. ¿Le cuesta empezar nuevos proyectos? 21. ¿Se siente lleno de energía? 22. ¿Cree que su situación es desesperante? 23. ¿Cree que la mayoría de la gente está mejor que usted? 24. ¿A menudo se entristece por pequeñas cosas? 25. ¿Tiene a menudo ganas de llorar? 26. ¿Le cuesta concentrarse? 27. ¿Se despierta generalmente animado? 28. ¿Evita el contacto social? 29. ¿Es fácil para usted tomar decisiones? 30. ¿Está su mente tan clara como siempre? sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no si / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no sí / no (Traducción realizada por Migue] Ángel González Felipe, Madrid. España.) Estos ítem pueden ser administrados en forma oral o escrita. Puede ser necesario repetir la pregunta para una clara respuesta. La escala pierde validez si el componente demencia] progresa. Puntaje: cuente 1 punto por cada respuesta depresiva: 0-10: noTmal 11-20 depresión leve 21-30 depresión moderada a severa ción, distribución, biotransformación y excreción de ios fármacos. Una reseña realizada sobre el registro de asistencia médica en las clínicas geriátricas revela que la mayoría de los profesionales atienden a estos pacientes solamente una vez por mes. Al mismo tiempo, la mayoría de los enfermos son atendidos por más de un médico, por lo que resultan expuestos cón gran frecuencia a situaciones de sobretratamiento y/o sobremedicación. También se delega a la discreción de las enfermeras, cuando no las mucamas, la administración y dosificación de una gran cantidad de drogas, principalmente psicofármacos. Este procedimiento da por resultado el uso excesivo de sedantes e hipnóticos para "mantener al paciente dócil y tranquilo", cuando no confuso, deprimido o desconectado. Estos casos pueden derivar en cuadros depresivos a ios que el DSM-IV categoriza co mo "Trastornos del humor relacionados con condición médica". Alexopoulos refiere que aproximadamente el 40% de los pacientes mayores hospitalizados o residentes en asilos padece de DEPRESIÓN Y VEJEZ 235 depresión mayor o menor, un porcentaje bastante más elevado que la población mayor en general. Por todo lo referido, debe ser de rigor la evaluación clínica, neurológica y el estudio de las interacciones clínico-medicamentosas entre los fármacos que consume el paciente. Los adultos mayores son muy sensibles al efecto farmacológico de los medicamentos y a sus reacciones adversas. Nos referiremos a los cambios del área física en el cuerpo, el órgano y las funciones. Cambios en la absorción: alteración del tracto gastrointestinal (atrofia). Eí flujo sanguíneo intestinal disminuye un 40%. Cambios en la distribución: aumenta el volumen de las drogas lipófiías y disminuye el de las hidrosolubles (carbonato de litio). Cambios en el metabolismo: disminuye la actividad de las reacciones enzimáticas, y del flujo sanguíneo hepático, la diferencia del metabolismo hepático es muy grande respecto del adulto joven. Cambios en la excreción renal: disminuye la filtración glomerular, un 60% entre los 20 y 80 años. Disminuye la excreción. Es importante tener en cuenta las múltiples patologías del adulto mayor y la polifarmacia consecuente, por lo común causa de los síndromes confusionales, patología habitual en esta etapa de la vida. Los últimos estudios han demostrado que la administración prolongada de benzodiazepinas con frecuencia asociadas a los antidepresivos provocan alteraciones mnésicas que son reversibles con la suspensión. Pedir al paciente la "bolsíta" con medicamentos, ya que suele obviar fármacos cotidianos (laxantes, analgésicos, antidiarreieos). Revisar y eliminar periódicamente los fármacos no necesarios. Prevenir interacciones y efectos secundarios. Evitar la polifarmacia (si se puede). Elegir presentaciones farmacéuticas fáciles de administrar. Comenzar con dosis pequeñas e ir incrementando hasta la dosis útil (start low, go slow). Prescribir con claridad, explicando el efecto terapéutico de cada fármaco. Advertir sobre efectos secundarios. No utilizar un nuevo fármaco, si no se puede acceder al profesional para consultarlo. Convocar a un familiar o sustituto como garante si el paciente no está en condiciones de autoadministrarse. Indicaciones al paciente con el fin de lograr adhesión al tratamiento Normas útiles para la prescripción de fármacos La idea de que el paciente mayor y/o sus allegados van a seguir mecánicamente las indicaciones del profesional y cumplir las prescripciones resulta más la excepción que la norma. La experiencia que tenemos es que cuanto mayores son las explicaciones sobre el tratamiento y sus ventajas frente a los riesgos, el cumplimiento es mucho más alto. Así se deducen las siguientes actitudes para lograr adhesión. La prescripción de fármacos en el paciente mayor tiene algunas particularidades: suele estar polimedicado, no es habitual el contacto entre los médicos tratantes, lo que lo expone a sobretratamientos o interacciones medicamentosas, sigue tomando inercialmente medicamentos dados en una oportunidad a los que, por la cotidianidad, no considera como tales y puede estar expuesto al maltrato y ser sobredosificado por parte de los familiares o cuidadores con fármacos depresores del sistema nervioso central. A continuación citamos algunos elementos para tomar en cuenta. • Explicar al paciente su enfermedad. En la depresión en el anciano son esenciales los aspectos de orientación a los pacientes y sus allegados para manejar adecuadamente la desmoralización que suele embargarlos y los deletéreos efectos que sufren en su vida. Es muy importante ofrecer una escucha y orientación y esclarecer que la apatía, la fatigabilidad, la irritabilidad, el cansancio, los problemas de concentración y/o memoria pueden deberse a la depresión y, si es así, que un tratamiento eficaz los disolverá. 236 DEPRESIONES Y ANTIDEPRESIVOS • Explicar la necesidad de tiempo de espera para (a acción terapéutica ftiempo de la tencia). Los antidepresivos tardan en hacer efecto y, aparte, los efectos colaterales sueien manifestarse más tempranamente que los efectos terapéuticos y los pacientes necesitan poder reconocerlos y saber cómo vérselas con ellos. Un buen esclarecimiento obra como fao tor favorecedor del cumplimiento. A mayor requerimiento, mayor información. • Prevenirlo de posibles fracasos terapéuti cos para íograr la aceptación de otros tratamientos. El médico debe guardar una actitud de sereno optimismo sin despertar expectatívas sobredimensionadas ni tampoco un escepticismo desalentador, el que muchas veces resulta promovido por el estado del paciente o la perentoriedad ŕamiliar. Esto se torna más importante aún cuando el tratamiento no progresa o toma más tiempo del esperado. • Recordarle, ante la recaída, sus anteriores resoluciones. Frente a la naturaleza crónica y recurrente de la depresión.se suele culpar a alguien por ésta: el paciente se cuipa a si mismo, se culpa al profesionál, se culpa a todo y a todos. Para salir de ese circuito de culpas, tal vez lo mejor sea que los pacientes tengan una oportunidad de tratar su perturbación con alguien que sea ecuánime, objetivo y capaz, que lo ubique frente a su padecer y sus vicisitudes, estimulándolo con una pošibilidad de recuperación y un mantenimiento mejor. • Realizar reuniones familiares frente al riesgo suicida. Es esencial cuidar al paciente de su destructividad si evaluamos cierto riesgo suicida. Se debe informar verbalmente a los familiares, quienes, si es necesario deberán firmar que están al tanto del riesgo. De no ser asi, se optará por el punto siguiente. Internar al paciente, si el riesgo suicida es alto y no hay continente adecuado. Todas las normas enumeradas pueden ser elaboradas en sesiones individuales o grupales. Esta tarea grupa! se realiza en los llamados grupos de medicación, que son abiertos al paciente y/o familiares de acuerdo con sus necesidades. A medida que van mejorando y prescinden de la medicación, ésta es donada ai banco de medicamentos para ser reutilizada por otros pacientes. Para obtener nuevas prescripciones, es necesaria la presencia del paciente en el grupo. Criterios para la elección de fármacos antidepresivos en el adulto mayor Hoy usamos todos los antidepresivos que hay en plaza para el adulto mayor y la elección no sigue muchas veces los mismos parámetros que el adulto, ya que es habitua! que sigamos el primum non nocere (lo primero es no daňar) e intervienen en la elección un bajo perŕil de efectos secundarios (cuadro 21-4). Teniendo en cuenta sus efectos adversos y contraindicaciones no se sueien utilizar los tricíclicos en pacientes mayores con trastornos cardíacos, problemas prostáticos o glaucoma de ángulo estrecho. En relación con los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS), el riesgo paša por las interacciones medicamentosas que se suscitan por la inhibición de isoenzimas del citocromo P450. En ešte sentido, se prefiere aquellos de baja unión a proteínas y de menor interacción con el citocromo. Respecto de los duales, en el caso de venlafaxina no aparecen advertencias serias, ya que su utilización en dosis altas es infrecuente en los mayores y respecto de la mianserína y la nefazadona se debe prestar atención a la somnolencia, sedación y fatiga que, dosis dependiente, puedan generar. En un trabajo presentado por Reynolds, "Terapias de mantenimiento en la depresión del anciano" se sostiene que la primera hipótesis es que los tratamientos activos serán mejores que el placebo en prolongar el bienestar y prevenir la recurrencia de la depresión y otros tipos de perturbaciones afectivas en la ancianidad. Asi se utilizó terapia antidepresiva (nortriptiiina), psicoterapia interpersonal, medicación clínica y placebo. Los índices más altos de remisión se comprobaron en la combinación entre NT + TIP y NT + medicación clínica (78%), mientras que los más bajos se comprobaron utilizando placebo + medicación clínica (26%). DEPRESIÓN Y VEJEZ 237 Cuadro 21-4. Características de los antidepresivos Droga Clase Vida média (horas) En adultos En mayores Mciabolitos actiws (Vida média) Stettdy State: Tiempo mínimo Dosis iniciál Forma farmac, y dnsís (mg) AMITRIPTILINA TCA 10-50 14-31 Norlriptilina (18-44) 6 días No recomendado Comp.: K), 25, 75 AMOXAPINA TCA 8-14 No disponible 7-OH-amoxapina 8- OH-amoxapina 2 días 25 mg Comp.: 25,50,100,150 BUPROPIÓN Aminocetona 8-24 No disponible Eritro-OHbupropión (20-43) Threo-OHbupropión (9-27) OH-b u prop ión (1531) 2días 100 mg Comp. SR: 100 CITALOPRAM ISRS 35 3690 No significativos 7 días 20 mg Comp.: 20, 40 CLOMIPRAMINA TCA 19-37 No disponible Desmetilcl omipramma (54-77) 5 días 25 mg Cápsulas:25, 50,75 DES1PRAMINA TCA 12-24 30 2-OI1 Dcsipramina (21) 3 días 25 mg Comp.: 10, 25, 50, 75,100, 150 Cápsulas:25, 50 DOXEP1NA TCA 8-24 No disponible Desmetildoxepina (17-81) 2 días No recomendado Cápsulas: 50 FENELZINA iMAO 1 No disponible No disponible Idía 5 mg Comp.: 5 FLUOXETINA ISRS 24-312 No disponible Norfluoxetina (48-552) 1 semana 10 mg Cápsulas: 10,20 FLUVOXAMÍNA ISRS 15-20 15-25 Ninguno 4días 25 mg Comp.: 50,100 IMIPRAM1NA TCA 9-20 21-35 Dcsipramina (13-114) 2-OH -I m ipramma (21) 2 días No recomendado Comp.: 25 Cápsulas: 75 MIRTAZAPINA Tetracíclico 20-40 No disponible Niveles plasmáticos intrascendentes 5 días 25 mg Comp.: 25, 50, 75 NEFAZODONA Tcíracíclico 2-4 No disponible OH-Nefazodona (3) p- 5 días h i d rox i n e f a zod o na, mCPP (4) 15 mg Comp.: 100-200 NORTRIPTILINA TCA 14-51 24-79 10-OH-Nortriptilina 4 días 40 mg Comp.: 40 PAROXETINA ISRS 10-24 30-69 Ninguno 5 días 10 mg Comp.: 20 SERTRALINA ISRS 25 No disponible Des metri sertralina (66) 5 días 25 mg Comp.: 50-100 TRANILCIPROMINA TMAO 3 No disponible feniletiamina (3) 1 día 10 mg Comp.: 20 TRAZODONA TRIAZOLOľlRIDINA 4-9 6.16 m-cl oro-f cnilpiperazina (4) 1 día 25 mg Comp.:100 TRIMIPRAMINA TCA 7-30 No disponible Desmetilimipramina 4 días 25 mg Comp.: 25, 100 VENLAFAX1NA VĽNLAFAXINA XR FEN1LETILA- 8 horas 24 MINA (SNRI) horas No disponible O- desmeti I ven la f ax i n a 3 días 37,5 mg Cáps: 37,5, 75 Cáps: XR: 37,5, 75-150 Maletta G, Mattox Km, Dysken M. Updatc 2000. Guidelines for prescribing psychoacríve drugs. Geriatrics 2000; 55 (March): 65-79. 238 DEPRESIONES Y ANTIDEPRESIVOS Cuadro 21-5. Criterios para la elección de fármacos antidepresivos en el adulto mayor Considerar particularidades del paciente Estado generál / Problemas físicos Tratamientos y drogas Diéta Situación familiar/ambiental Considerar particularidades de la droga Interacciones medicamentosas/ hierbas/ dietas Perfil de efectos secundarios Tolerabilidad / Seguridad Practicidad Accesibilidad Realizar ajustes de dasis Comience con dosis bajas, incremente paulatinamente {Štart low, go slow) Cuando se alcanzó un nivel permanente de 5 veces la vída média de los componentes activos de la droga Evalúe concentraciones plasmáticas para desechar subtratamiento o subcumplimiento Evaluar respuesta antes de cualquier cambio de dosis No abandonar •prematuramcníc d tratamiento hasla aícanzar las dosis y/o concentraciones eficaces o se generen efectos secundarios de dificil tolerabilidad Evaluar dificultades en la absorción intestinai que pueden provocar fracaso tempéutko Manejo generál de las dosis Hasta 80 aňos .................................................................................................... 50% de la dosis del adulto Mayores de 80 aňos o compromiso renal, hepático, cardíaco...............................25% de la dosis del adulto Prien coincide con estos términos, abogando por mantener las dosis de tratamiento y extender, por lo menos 5 aňos el mantenimiento de [os pacientes de alto riesgo de reeurrencia. En el cuadro 21-5 se sintetizan los criterios necesarios para el desarrollo de criterios racionales para la elección del antidepresivo. BIBLIOGRAFIA Balier C. Trastornos neuróticos de la seneclud. Enc Med Chirur París,1976p. 30-31. Byrne G, Beverly R. Depressive Symptoms and Depressive Episode. Austrália IPA vol 12 Nro. 1 marzo 2000. Caballero García JC. Ancianos, depresión y demencia. Rev. iberoamericana de geriatria y gerontoiogía. Geriátrika, 1993, Aňo 3, nro 10, vol 3. ErtanT, E ker E. Depression: Relíabilíty, Valtdity andfacts structure or the geriatrie depression scale in Turkish elderly: Are there different faclors structure for different culture? IPA, 12/ 2, júne 2000. Everitt D, Avorn J. Drug preseribing for the elderly. Arch Inter Med Boston, 1986;146:2393. Ferrey G., Legoves G. Psychopathologie su sujett agé. Masson, 2da edición. 1993. Guerra AM. "Aspectos dínicos de la depresión en la adultez mayor". Serie Monografías de Investigación 5-1997:115-161. 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