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Historia de España TEMA 4: LA CRISIS DEL 98 EN ESPAÑA: CAUSAS Y CONSECUENCIAS.LA CRISIS DE 1898 La situación mundial a fines del s. XIX El período de la Restauración coincidió con los años de hegemonía de la Alemania Bismarkiana, con la división de los estados europeos en bloques enfrentados y con la expansión colonial de las grandes potencias por África y Asia. Analizando este contexto internacional y comprobando con realismo las limitaciones de España, Cánovas adoptó una política exterior prudente cuyas características principales fueron el recogimiento, el repliegue y la neutralidad. Su propósito era evitar aventuras, conflictos, riesgos y complicaciones externas innecesarias, pues Cánovas reconocía la decadencia española en el espacio internacional y comprendía que nuestro país era sólo una pequeña potencia sin fortaleza militar ni económica. Por estas mismas razones, España tampoco pareció nunca un aliado deseado por las grandes potencias europeas. A fines del siglo casi todos los territorios de África, Asia y Oceanía estaban ya ocupados, sin embargo, las grandes potencias industriales y militares (Gran Bretaña, Alemania, EEUU y Francia) continuaban compitiendo por el control de los mercados internacionales y por la posesión de nuevas colonias. Este ansía de expansión sólo podía cumplirse arrebatando a las viejas y débiles potencias los restos de sus antiguos imperios, para posteriormente repartirse los territorios coloniales, que esas naciones decadentes, como España y Portugal, eran incapaces de defender. El desastre colonial español debe situarse en este marco. EL DESASTRE COLONIAL DE 1898. A finales de siglo, España vivió una profunda crisis que tuvo como detonante las guerras de independencia colonial en Cuba (1895-1898) y Filipinas (1896-1898) El tratamiento que recibió el problema colonial por parte del gobierno español fue desafortunado, pues no se ofrecieron a tiempo los proyectos de reformas económicas y autonómica para los territorios de Ultramar, que podían haber impedido la aparición de los movimientos independentistas. Así a partir de 1895-6 estallaron las insurrecciones separatistas en Cuba y Filipinas, dos de las colonias que aún conservaba España. Pronto intervino EE.UU. proporcionando material y armamento a los rebeldes cubanos. El objetivo de esta ayuda no era la liberación de Cuba como oficialmente proclamaba el gobierno norteamericano, sino conseguir dominar la isla por motivos económicos —controlar las plantaciones de azúcar— y geoestratégicos —expansionismo y control militar sobre el Caribe— Las guerras coloniales. Cuba y Filipinas Cuba, principal exportadora mundial de azúcar, y también productora de café y tabaco, era explotada por España, que monopolizaba el mercado colonial en su beneficio y en contra de los intereses isleños. Esta situación favoreció el nacimiento de un sentimiento independentista entre los hacendados cubanos, que vieron en la independencia política la única vía para la libertad económica. A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, Estados Unidos había aumentado sus intereses en la isla, puesto que era el principal receptor de las exportaciones azucareras y había invertido capital en la modernización del proceso de obtención de Tema 4 de la Restauración 1 Historia de España azúcar. Así pues, ofreció su apoyo a los sectores independentistas, con la pretensión de vincular la isla a su mercado económico. El gobierno del presidente McKinley incluso trató de comprar la isla a España, operación rechazada por el gobierno de nuestro país. Al fracasar este intento de compraventa, EE.UU. pasó a aplicar directamente la ley del más fuerte en política internacional. La política represiva de las autoridades españolas ante las reivindicaciones autonomistas de Cuba, lideradas por José Martí y Antonio Maceo, había provocado varias insurrecciones y la primera guerra cubana entre 1868 y 1878. Las tensiones aumentaron a raíz de la El incidente del Maine oposición cubana a los fuertes aranceles Fracasadas las gestiones de compra de la isla proteccionistas que impuso la metrópoli al por EE UU, éste no vió otro recurso que la guerra. La prensa sensacionalista representada comercio del azúcar con EE UU, principal por el World de Pulitzer, exageraba el comprador ya que adquiría más del 80% de las problema presentando a los españoles como exportaciones cubanas. En 1895 se iniciaba la verdugos del pueblo cubano. El incidente definitiva guerra de independencia. El gobierno, invocado como excusa para declarar la guerra presidido por Canovas, envió un ejército a Cuba, a España fue la explosión del buque de guerra al frente del cual se hallaba el general Arsenio norteamericano Maine en la bahía de La Martínez Campos, el militar más adecuado para Habana en 1898. las causas de la explosión se combinar la represión con la flexibilidad desconocían, pero EE UU culpó al gobierno necesaria para llegar a un acuerdo que pusiese español del hecho. fin al levantamiento. Pero ni los intentos de pacificación llevados a cabo por Martínez Campos, ni la crudeza de los métodos de su sucesor, Valeriano Weyler, encaminados a exterminar a los revolucionarios aun a costa de poner en peligro la riqueza cubana, solucionaron el conflicto. En 1897, a la muerte de Cánovas, el nuevo gobierno de Sagasta envió a Ramón Blanco, que decretó la autonomía y una amnistía política, medidas que llegaron demasiado tarde. La guerra fue un paseo militar para EE.UU. los combates resultaron muy desiguales y la armada española quedó destruida en dos enfrentamientos navales. Una vez consumada la derrota militar vino la rendición, iniciándose las negociaciones que culminaron en diciembre de 1.898 con la firma del Acuerdo de Paz de París entre ambas naciones. Según el contenido de este tratado, España cedió a EE.UU. la isla de Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam en el Pacífico. Por otra parte, Cuba alcanzó la independencia, aunque de hecho quedó bajo “protección” estadounidense hasta mediados del siglo XX. Casi simultáneamente, estalló una sublevación en Filipinas (1896-97), archipiélago casi olvidado por el gobierno español, con sus recursos naturales mal aprovechados y una gran presencia de órdenes religiosas intransigentes con los movimientos independentistas. El levantamiento, encabezado por José Rizal y seguido por la sociedad secreta Katipunan, también fue duramente reprimido produciéndose el fusilamiento de su líder. Cuando la negociación permitió dominar la insurrección, Estados Unidos intervino pactando con los rebeldes, propiciando un nuevo levantamiento y atacando a la escuadra española, lo que supuso la expulsión de los españoles. Repercusiones del conflicto La derrota de 1898 sumió a la sociedad y a la clase política española en un estado de desencanto, frustración, extensión de los sentimientos de inferioridad, desmoralización e impotencia. Para quienes la vivieron, significó la destrucción del mito del imperio español, en un momento en que las potencias europeas estaban construyendo vastos imperios coloniales en Asia y África, y la relegación de España a Tema 4 de la Restauración 2 Historia de España un papel secundario en el contexto internacional. Además, la prensa extranjera presentó a España como una nación moribunda, con un ejército totalmente ineficaz, un sistema político corrupto y unos políticos incompetentes. Y esa visión cuajó en buena parte de la opinión pública española. Esta incertidumbre alcanzó incluso a la prensa española de la época, que llegó a temer un ataque y ocupación de la islas Canarias. A pesar de la envergadura del "desastre" y de su significado simbólico, sus repercusiones inmediatas fueron menores de lo que se esperaba. No hubo grandes cambios institucionales ni crisis de Estado y el sistema de la Restauración sobrevivió a dicho "desastre". Los viejos políticos conservadores y liberales se adaptaron a los nuevos tiempos y a la retórica de la "regeneración", pero, al mismo tiempo, el turno dinástico consiguió mantenerse y el régimen mostró una gran capacidad de recuperación Tampoco hubo crisis económica a pesar de la pérdida de los mercados coloniales protegidos y de la deuda causada por la guerra. Las estadísticas de la época nos muestran que en los primeros años del nuevo siglo se produjo una inflación baja, una reducción de la Deuda Pública y una considerable inversión proveniente de capitales repatriados. Así, la estabilidad política y económica que siguió al "desastre" deja entrever que la crisis del 98, más que política o económica, fue fundamentalmente una crisis moral e ideológica, que causó un importante impacto psicológico entre la población Por otro lado, los movimientos nacionalistas conocieron una notable expansión, sobre todo en el País Vasco y en Cataluña, donde la burguesía industrial comenzó a tomar conciencia de la incapacidad de los partidos dinásticos para desarrollar una política renovadora y orientó su apoyo hacia las formaciones nacionalistas, que reivindicaban la autonomía y prometían una política nueva y modernizadora de la estructura del Estado. En el plano exterior, el 98 se completó con la liquidación de los restos de nuestro imperio colonial ultramarino con la venta en 1899 de los archipiélagos del Pacífico (Carolinas, Marianas y Palaos) a Alemania, que de este modo también sacaba beneficios de la debilidad española. Por último, la pérdida del imperio provocó una crisis cultural de gran trascendencia, de la que ha dejado testimonio la generación del 98, escritores como Unamuno, Azorín, Valle Inclán, Baroja, Antonio Machado, Maeztu, el médico Ramón y Cajal o historiadores como Hinojosa, que con un profundo pesimismo reflexionaron y criticaron el atraso peninsular y se sintieron unidos en “el intento de sacudir la conciencia de un país dormido y su papel en la Historia. Con un lenguaje irónico, casi “insultante” a la patria, los escritores y economistas denominados regeneracionistas intentaron “resucitar” el país mediante la atención a los problemas reales: alimentación, educación, administración sana. El escritor más influyente de este grupo fue Joaquín Costa, que en sus obras denuncia con violencia extrema la lacra del caciquismo entre otros. En definitiva, el año 1898 fue una fecha crítica, por la pérdida de las colonias, por la derrota militar, pero aún más por la honda repercusión colectiva y el examen de conciencia que el desastre despertó en la sociedad española. LA POLÍTICA EXTERIOR DURANTE LA RESTAURACIÓN Y SUS CONSECUENCIAS EL PROBLEMA DE MARRUECOS Desde los últimos años del siglo XIX la presencia española en el reino de Marruecos había ido aumentando. Era uno de los últimos territorios “libres” de África, y después del reparto colonial, sobre él descansaban las ambiciones y tensiones de las grandes potencias. Tras el Desastre, la posibilidad de un imperio Tema 4 de la Restauración 3 Historia de España colonial africano vino a sustituir las frustradas expectativas de los colonialistas españoles, sobre todo del ejército y de algunas compañías mineras, aunque a la mayoría de la población la aventura colonial no les entusiasmara. De hecho, el gobierno español sólo quería garantizar la seguridad de Ceuta y Melilla, así como explotar la riqueza minera de hierro, plomo y cinc del subsuelo marroquí. Tras un primer acuerdo franco-español en 1.904, que otorgaba a España la administración del Rif, en 1906 la Conferencia de Algeciras concedió a ambos países el protectorado conjunto sobre el sultanato, y entregó a España la administración de la región citada. El protectorado español en Marruecos era una zona de escaso valor económico y con una difícil orografía, que dificultaba la penetración del territorio y su ocupación efectiva por el ejército español. En los años siguientes, compañías mineras españolas comenzaron a instalarse allí, aunque pronto perdieron su interés al confirmarse el escaso rendimiento económico que del Protectorado podía obtenerse, y junto a ellas se enviaron algunas tropas. Las clases populares, de cuyos efectivos salía la tropa que debía defender la colonia, estaban totalmente en contra de la posibilidad de una nueva guerra colonial. Además, los políticos tampoco tenían objetivos claros e instaban a los militares a evitar cualquier enfrentamiento, criticando los fracasos bélicos cuando se producían. El ejército también se hallaba dividido, ya que el problema de los ascensos por méritos de guerra había opuesto al ejército peninsular con el africanista. En julio de 1909, los miembros de algunas cabilas (tribus) próximas a Melilla atacaron a los trabajadores españoles de una de las compañías mineras. El gobierno conservador presidido por Maura decidió trasladar soldados para proteger los intereses españoles, pero en vez de enviar a las tropas de Andalucía, el ministerio de la Guerra cometió el error de aprovechar la ocasión para ensayar el plan de movilizaciones de reservistas, y ordenó la incorporación de éstos en Madrid y Barcelona. Las protestas generalizadas ante lo irracional de la medida, especialmente en Cataluña, no fueron atendidas, lo que unido a las primeras derrotas, provocaron los violentos sucesos de la “Semana Trágica” en Barcelona. Durante la Primera Guerra Mundial, aunque el ejército se mostró incapaz de dominar la zona norte marroquí, el protectorado estuvo en calma. Pero acabado el conflicto y bajo la presión que suponía la reanudación del intervencionismo francés en la zona, las autoridades españolas decidieron reemprender sus acciones militares para afianzar el control del territorio. La intervención tuvo éxito en la zona occidental, con base en Ceuta y Tetuán, pero en la oriental las cabilas ofrecieron mucha mayor resistencia. En julio de 1921, el general Silvestre inició una campaña con el objetivo de conectar los enclaves españoles aislados entre si, adentrándose en el corazón del Rif, sin haber protegido suficientemente su retaguardia ni haber asegurado los abastecimientos. La reacción de los rifeños no se hizo esperar y las cabilas de Abd –el- Krim atacaron por sorpresa el puesto español de Annual provocando una gran desbandada entre las tropas españolas, que perdieron todo el territorio ocupado y sufrieron más de 12000 bajas. El desastre de Annual, donde incluso se estuvo a punto de perder la ciudad de Melilla, puso en evidencia la deficiente organización del ejército y, aunque la llegada de tropas de refuerzo permitió recuperar las posiciones perdidas, tuvo consecuencias importantes para la estabilidad del sistema político Tema 4 de la Restauración 4 Historia de España Las consecuencias de Annual En España se produjo una verdadera conmoción nacional. Las responsabilidades se repartieron entre los militares, el Gobierno y el propio Monarca que, según parece, había incitado al general Silvestre a la alocada ofensiva. La derrota acentuó aun más la distancia entre el gobierno, que dimitió, y los militares. El Congreso encargó elaborar un informe de investigación, encomendado al general Picasso, que no logró aclarar las cosas porque hubo muchos interesados en acallar el escándalo, puesto que de él podían derivarse responsabilidades de los mandos militares y llegar a implicar a la propia monarquía en el desastre. El agitado debate parlamentario y la minoría socialista, con el apoyo de los republicas, exigió medidas drásticas que apuntaban directamente al rey y al ejército. Se recurrió a un nuevo gobierno de concentración presidido por Antonio Maura y en el que colaboró la Lliga (Cambó). Pero la situación era muy difícil para la misma monarquía. A muchos españoles les pareció ya que sólo la República podía ofrecer soluciones a los problemas del país y llevarlo hacia la democracia. Asustados, la oligarquía en el poder y el Monarca buscaron la salvación en el Ejército. El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, daba un golpe de Estado, aceptado por Alfonso XIII, y establecía una dictadura militar. Algunos historiadores sostienen la idea de que fue un hecho negativo porque desacreditó a la monarquía y acabaría trayendo la República, y el fracaso de ésta, la Guerra Civil y los más de 35 años de dictadura del general Franco, retrasando por mucho tiempo la incorporación de España a la Europa democrática que se formaría después de la Segunda Guerra Mundial. ESPAÑA ANTE LA I GUERRA MUNDIAL El gobierno presidido por Eduardo Dato (partido conservador) declaró la neutralidad española en 1.914. Las verdaderas causas que determinaron la nointervención fueron el tradicional aislamiento diplomático de España, su inferioridad militar y la indiferencia hacia los motivos de esta guerra (problemas en los Balcanes, competencia industrial a escala mundial, rivalidades imperialistas). Los efectos de la neutralidad sobre la economía española fueron diversos. En términos generales, la guerra tuvo consecuencias positivas para la industria. Algunos sectores resultaron enormemente beneficiados como la siderurgia bilbaína, la minería del carbón asturiana, la industria textil catalana, el sector químico y las construcciones navieras, pues crecieron los pedidos desde Francia, Italia, Gran Bretaña, Rusia y Serbia. Las fabricantes nacionales obtuvieron cuantiosas ganancias, Tema 4 de la Restauración 5 Historia de España y gracias al fuerte incremento de las exportaciones la balanza comercial española pasó excepcionalmente de ser deficitaria a ser positiva entre 1.915 y 1.919. Por el contrario, las repercusiones fueron globalmente negativas para la agricultura española. Las exportaciones de vino, plátanos y naranjas se hundieron, los precios bajaron y este sector acumuló grandes pérdidas, ya que los países europeos en guerra prescindieron de este tipo de productos al tener otras prioridades. Además, España, que siempre necesitó importar trigo comprado especialmente en Rusia, Rumania y Argentina, sufrió graves problemas de abastecimiento de cereales a causa de la interrupción de la siembra en los escenarios bélicos y de los problemas de transporte durante la guerra. Los beneficios económicos generados por los negocios durante los años de guerra fueron muy desigualmente distribuidos desde el punto de vista social. Mientras la burguesía y los empresarios se enriquecían rápidamente, las clases populares y el proletariado resultaron perjudicados por la escasez y el continuo incremento de precios en los alimentos de primera necesidad. Esta coyuntura socioeconómica generada por los efectos de la I Guerra Mundial explica parcialmente algunos de los problemas de la Crisis de 1.917. Terminada la guerra numerosas empresas creadas para abastecer a los países contendientes tuvieron que cerrar al desaparecer sus anteriores mercados. El aumento del paro radicalizó a los sindicatos, quienes llevaron a cabo huelgas, ante las cuales los empresarios respondían, frecuentemente, con el cierre laboral. Joaquín Costa ideólogo del regeneracionismo José Martí héroe de la independencia cubana Tema 4 de la Restauración 6 Historia de España Para saber más del regeneracionismo: La derrota de la escuadra española casi sin combate, la superioridad norteamericana y la rapidez con que se cedió el resto del imperio al enemigo causaron una gran impresión en España en todos los sectores sociales. Cuando EEUU emite el ultimátum en España se produce una explosión de patriotismo, potenciado por la prensa, tras la rápida derrota, a las preocupaciones de los industriales y exportadores vinculados con Cuba y Filipinas se unen el pesimismo y malestar del ejército, y en muchos grupos populares surge la sensación de haber sido traicionados y engañados por no saben quien. Algunos sectores de la clase media, pensadores y políticos se plantean por qué ha ocurrido la desgracia. La crisis del 98, más que política o económica fue una crisis moral e ideológica, tan profunda y amplia que hizo tambalearse al sistema de la Restauración. A partir de aquí; los nacionalismos comienzan a expandirse, el movimiento obrero y el republicanismo se radicalizan, comienza un renacimiento del militarismo (el ejército derrotado paso a considerarse garante de la unidad nacional que amenazaban los nacionalismos y la paz social que lo hacía el movimiento obrero) y la críticas al sistema canovista se generalizan. Muchos historiadores opinan que el 98 marca el fin de un siglo y una época y el comienzo de otra; en el 98 sitúan el inicio de la crisis de la Restauración. Esta crisis tendría su continuidad en la Semana Trágica, la triple crisis del 17 y el desastre de Annual, desembocando en la dictadura de Primo de Rivera. De la derrota surgía una nueva idea y un nuevo impulso: LA MODERNIZACIÓN DE ESPAÑA, ya que para todos la causa fundamental del desastre estaba en nuestro retraso con respecto a los países del entorno. En este contexto, se instaló en España el movimiento regeneracionista, un regeneracionismo que va a llegar hasta nuestros días. Se puede definir el regeneracionismo como un movimiento ideológico que hace culpable a la Restauración de todos sus radicalizados males y propugna la necesidad de una modernización política, económica y social. Modernización que vendría europeizando a España. El Regeneracionismo tiene sus precedentes en los arbitristas del siglo XVII y los ilustrados del siglo XVIII, como ellos se basan en un análisis pesimista y crítico de la situación de España y la necesidad de un cambio, de una regeneración. LA PERMANENCIA DEL REGENERACIONISMO El regeneracionismo ha caracterizado el siglo XX, regeneracionistas fueron los partidos dinásticos, Primo de Rivera, la Segunda República, Franco, Suárez, PSOE con su influencia machadiana y Aznar. En la actualidad cuando ya se han resuelto muchos de los problemas (el educativo, el económico, el religioso, el social, el europeísta...) quedan influencias del regeneracionismo. Así en el problema más grave que nos queda por resolver; la identidad de España y su estructura; todas las posiciones políticas enfrentadas lo hacen desde un carácter regeneracionista. REGENERACIONISTAS La mayoría de los políticos de la primera mitad del siglo XX fueron regeneracionistas, cada uno a su manera. Regeneracionistas lo fueron Alfonso XIII, Silvela, Moret, Maura, Canalejas, Eduardo Dato, Pablo Iglesias, Angle Pestaña, Cambó y Primo de Rivera. También lo fueron Ortega y Gasset, Unamuno, Ramiro de Maeztu o Valle Inclán, por citar las figuras más representativas de las distintas posiciones ideológicas. DISTINTOS TIPOS DE REGENERACIONISMO POLÍTICO El regeneracionismo también va a afectar a la vida diaria política. La crítica al sistema de la Restauración y al caciquismo que impedían la modernización de España era común; ahora bien la forma de conseguir esa modernización variaba tanto como Tema 4 de la Restauración 7 Historia de España las distintas opciones políticas existentes. Podemos establecer una doble división; uno surgido dentro del mismo régimen que va a ser partidario de la revolución desde arriba (el de los partidos dinásticos) y otro partidario de la revolución desde abajo, defendido por los republicanos y los socialistas. PARTIDOS DINÁSTICOS.Silvela, Maura (ambos conservadores) y Canalejas (liberal) se van a convertir en el prototipo de políticos regeneracionistas, intentando hacer "la revolución desde arriba", luchando contra el caciquismo. LOS NACIONALISMOS PERÍFERICOS.Estos achacaban al estado liberal centralista la culpa de los males que asolaba España. Los catalanes especialmente, y en menor medida los vascos empezaron a contemplar la autonomía como parte integral de la regeneración de España y de las reivindicaciones propias. Por otra parte, estos nacionalistas catalanes se van a implicar tanto en la regeneración de España que van a formar parte de los gobiernos centrales para regenerarla según sus propias ideas, como hizo Cambó. LOS REPUBLICANOS.Al igual que los nacionalismos periféricos, a partir de este momento van a conocer momentos de desarrollo político. Achacaban todos los males a la monarquía y sus estructuras y defendían una república como sistema de gobierno que posibilitaría la modernización. EL MOVIMIENTO OBRERO.También conocieron un gran desarrollo y culpaban a la monarquía y los partidos dinásticos de las pésimas condiciones de vida de los trabajadores. Reclamaban un nuevo sistema de gobierno más acorde con los intereses de la clase trabajadora. LOS MILITARES.El desastre repercutió también sobre la ideología y el comportamiento de los militares. En ejército, en su conjunto, se derechizó, inclinándose hacia posiciones conservadoras o autoritarias y abandonando las tendencias populistas y republicanas que había tenido en el siglo XIX. El divorcio ejército-sociedad se gestó a raíz del 98. Los militares achacaban a los políticos la responsabilidad del desastre, al sistema parlamentario la culpa de todos los males de la nación y las clases populares eran concebidas como una amenaza para el orden social. Todos estos regeneracionismos, salvo el de los partidos dinásticos confluyeron en la crisis del 17. Tema 4 de la Restauración 8