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¿RENACIMIENTO DE LA INFLACION?
Rafael Levy
1.
La propuesta de realizar un repaso a los motivos por los cuales la inflación pareciera
estar renaciendo en la Argentina de estos momentos, es una oportunidad ideal para
hacer un breve listado y ordenamiento de ideas sobre el particular, aclarando desde
ya que aquí la brevedad puede conspirar contra la claridad.
2.
La experiencia argentina se ha encargado de descalificar frecuentemente diversas
preconcepciones acerca de las características la evolución de nuestra economía, y de
relaciones causa efecto que pueden encontrarse dentro de ella.
Uno de los casos más notables a mi entender, es el de la inflación.
3.
A lo largo de los años la sociedad argentina, a impulsos de ciertos conspicuos
economistas, o de respetables personalidades del mundo empresarial o político que
contaban con comunicadores sociales influyentes, fueron diseminando diversas
teorías acerca de la inflación y sus motivos que calaron hondo en la opinión pública
y en alguna medida marcaron momentos.
Dada mi edad, he visto y experimentado varias de ellas.
4.
En el pasado lejano, época de mi niñez, fueron los aumentos salariales los que
recalentaban la demanda y actuaban según se decía como disparadores de los
precios que debían terminar en un nuevo aumento de salarios; fenómeno que fuera
cristalizado en la expresión “espiral inflacionaria” y en una recordada descripción
fenoménica sintetizada en la figura de “los salarios suben por la escalera mientras
los precios lo hacen por el ascensor”.
5.
En otros momentos o desde otros sectores, el argumento era la liviandad con que el
Gobierno Nacional expandía la cantidad de dinero del sistema, por políticas
crediticias aventuradas vía redescuentos al sistema bancario.
También tuvo su lugar en el candelero la expresión de que era el déficit fiscal el
causante del aumento desenfrenado de precios y, más recientemente, la de
asociación éste déficit con la emisión monetaria para financiarlo.
6.
Sin embargo los últimos años muestran, insólitamente, la presencia de superávit
fiscal e inclusive en los últimos meses este superávit ha estado conviviendo con una
política monetaria restrictiva, cuyo propósito era seguir muy de cerca las metas de
inflación: en la práctica esta política es una variante atenuada de la restricción
monetaria clásica, sin la virulencia de lo sugerido en su momento por el Profesor
Milton Friedman.
7.
Toda esta introducción viene al caso para mostrar lo débiles que resultan las teorías
económicas cuando se centran en la explicación basada en la existencia un
mecanicismo monocausal propio de las ciencias naturales y alejado de la
comprensión de lo económico como expresión de un fenómeno social, donde debe
reconocerse la existencia de grupos capaces de formar precios e imponerlos al
mercado, respondiendo a su interés en maximizar beneficios: lo que fuera
condensado en la literatura como “puja distributiva” o “reparto de la torta”.
A esta doctrina surgida en latinoamérica, los economistas norteamericanos la
recatalogaron y modelizaron como “expectativas racionales”: agentes económicos
(obviamente con poder de mercado) “descuentan” las decisiones de política
económica 1 que toman las autoridades.
8.
En la Argentina, cuando un equipo de gobierno lograba serenar (o someter) las
tensiones derivadas del reparto distributivo logrando instalar un determinado vector
de precios relativos, se “atenuaban” las tensiones sociales y el sistema de precios
ingresaba en una etapa de relativa estabilidad 2 .
Conociendo implícitamente esta circunstancia, varios ministros de economía en la
Argentina, y también en el mundo, apelaron a los acuerdos sociales como
herramienta estabilizadora del sistema: el peronismo en la época del Plan Gelbard,
el radicalismo mediante los acuerdos entre el Presidente Alfonsín y los entonces
llamados capitanes de la industria e, inclusive, los propios ministros de las
dictaduras que asolaron nuestro país recurrieron a esta variante de política, como el
caso del Dr. K. Vasena.
9.
La pérdida de volatilidad del sistema de precios también parece funcionar mejor al
comienzo de gestiones gubernamentales.
Así ha sucedido con la mayoría de los gobiernos surgidos con amplio
reconocimiento popular, como es el caso del peronismo de los años 1973-74 y
también, por lo de “someter”, con varios de los instalados por golpes de estado.
10.
Su llegada parece morigerar la puja distributiva, como concediendo un voto de
confianza a las nuevas autoridades también en materia de precios o, debido al
“desensillar hasta que aclare” con que la sociedad civil recibía a los golpistas;
téngase presente que los golpes de estado, detrás de su declamación en pro de un
disciplinamiento social y político siempre presentaron un cambio del paradigma
económico en beneficio del establishment y alteraron la distribución del ingreso en
perjuicio de las clases bajas de la sociedad.
Pero el crédito que otorga la sociedad en este rubro no parece ser a largo plazo. El
propio Dr. Martínez de Hoz, a pesar del fortísimo aparato militar que lo sustentaba
debió pergeñar varios planes “antinflacionarios”: terrorismo de estado, cierre de
organismos gremiales obreros y empresariales, acuerdo de precios por 120 días,
tablita cambiaria, etc. mostrando, por su abundancia, las falencias de dichos planes
y explicando su permanencia como ministro en el apoyo otorgado a su persona por
las fuerzas armadas y el establishment.
11.
Para un agente económico el único modo de lograr una mayor participación en el
ingreso consiste en fijar sus precios y disuadir a todos los restantes agentes
integrantes de ella de que no lo hagan: es decir, alterar los precios relativos de
1
El último Premio Nobel de Economía, otorgado por el Banco de Suecia, correspondió a un noruego Finn
Kydland, radicado en los EEUU, y al norteamericano Eduard Prescott, partidarios de esta corriente.
2
Empleo esta expresión debido a ser inflacionaria toda economía monetaria.
Lic. RAFAEL LEVY, Economista –UBA- CPCECABA T° V, F° 27;
[email protected] renacinflacion 2
manera de tornarlos en su favor.
La modificación de sus precios la concretan porque tienen poder formador de ellos,
oligopolios 3 , y, una forma de disuadir a los demás, consiste en amenazar con
reiterar esa conducta las veces que sea necesario para lograr su propósito.
De modo que, para resumir, la inflación requiere una estructura productiva
monopolizada u oligopolizada, pero también un cierto grado de apoyo
gubernamental que implique privilegiar unos precios por sobre los de otros agentes
económicos: en algunos casos se requieren cursos de acción específicos para
materializarlo, como ocurre con los servicios públicos que demandan aprobación
oficial, en otros, una modificación tributaria, convocatoria a audiencias, etc.
Pero en todos los casos se concluye aprobando una determinada distribución de la
riqueza.
12.
La devaluación de inicios de 2002, que fue sancionada por un ministro que estaba
convencido de las bondades del plan de Convertibilidad y de la necesidad de no
salirse de él, reanimó la puja distributiva debido a que modificar el tipo de cambio
alteraba profundamente los precios relativos 4 .
13.
La asunción del Ministerio de Economía por el Dr. Lavagna generó un nuevo
paréntesis de confianza, luego acentuada con la asunción de la Presidencia de la
Nación por el Dr. Kirchner que, aunque no mostró una amplia base de apoyo
electoral, su actuación avasallante frente a diversos actores de nuestra sociedad y
economía permitieron sujetar dentro de ciertos límites la puja.
Durante el primer trimestre de este año y al cabo de casi dos de gestión ésta
pareciera renacer.
¿Debido a qué? ¿Qué es lo que ha ocurrido?
14.
En primer lugar y pese a algunas expresiones, hechos y realizaciones, todavía
existen importantes indefiniciones sobre las principales directrices que el gobierno
piensa imprimir a la economía, que son fuente de incertidumbre general y de los
oligopolistas en particular.
Así, por ejemplo, si bien el canje de deuda ha resultado exitoso, el mantenimiento
de estructura productiva primario exportadora derivada de las transformaciones del
menemismo es un aliciente a su incremento en el futuro debido a que sostiene la
vulnerabilidad externa de nuestra economía.
Es en parte por ello que se reiteran las presiones internacionales a efectos de dar
cobertura a quienes no aceptaron la propuesta argentina 5 .
15.
En segundo lugar, la política cambiaria últimamente no acompaña a las
transformaciones necesarias para modificar esa vulnerabilidad debido a que
objetivamente está revaluando el peso, lo que alienta importaciones innecesarias y
3
Y otros operadores que actúan en mercados imperfectos.
Puede decirse que la puja estaba atenuada en ese entonces por la conmoción generada por la movilización
popular que determinó la caída del Presidente y porque el establishment aún gozaba del vector de precios
establecido en la década menemista.
5
El artículo fue escrito con anterioridad al pronunciamiento de la corte neoyorquina.
4
Lic. RAFAEL LEVY, Economista –UBA- CPCECABA T° V, F° 27;
[email protected] renacinflacion 3
descoloca posibles exportaciones.
La baja en el TC nominal 6 en los últimos tiempos refuerza los reclamos del sector
cerealero exportador para reducir las retenciones.
El sector petrolero aún goza de enormes prebendas cambiarias incompatibles con la
aspiración a ser país en serio. 7
16.
En tercer lugar, el tema de la renegociación de precios y tarifas de los servicios
públicos no muestra indicios de transparencia en la gestión; se trata más de suavizar
el impacto sobre la canasta de sectores de ingresos muy bajos, lo que no es
criticable en sí mismo, pero relegando la obligación de que la reconversión tarifaria
tienda a asegurar inversiones futuras de parte de los beneficiarios de los aumentos,
lo que reitera la experiencia reciente 8 .
17.
Estas fuentes de incertidumbre son enormemente amplificadas por los medios de
comunicación, tributarios del establishment, generando fastidio en la audiencia,
erosionando las intenciones que pudiera manifestar el gobierno, induciendo a
retoques de precios en pequeños productores, comercio y servicios no
oligopolizados y dando lugar a la aparición de otros sectores demandantes de
mejoras que han sido postergadas históricamente, y no desean quedar muy
rezagados en la distribución, los trabajadores.
18.
Si se observa detenidamente el índice de confianza del consumidor, que releva
mensualmente la UTDT, se concluirá que el índice se mantiene alto cuando se
consulta respecto del estado de situación actual, pero cuando se emiten juicios
acerca de sus expectativas la opinión es más relativa, cayendo respecto de períodos
anteriores 9 .
19.
De todos modos, en circunstancias normales, el pasaje de una estimación de
inflación del 8 al 10-11% anual no es una circunstancia crítica en el contexto
histórico argentino, pero sí como ingreso a una de tasa creciente en un país que no
resuelve la desocupación, la pobreza y la indigencia, y no invierte para corregirlas.
6
Por lo menos 3%.
Está autorizado a liquidar solamente el 30% del valor de sus exportaciones; a lo que habría que sumar gran
parte de la renta petrolera que queda en su poder y no reinvierte.
8
Por lo visto en las primeras audiencias, pareciera haber inclinación del funcionariado a tomar lo invertido
pero repreciado, para acercarlo a las pautas originales de los contratos.
9
El ICC debe tomarse con cuidado; se trata de un operador que tiende a absolutizar opiniones mayoritarias
receptadas en un relevamiento: si ICC = 51, implica que el 51% de los entrevistados compartió una
alternativa de la encuesta, ignora al 49% restante.
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Lic. RAFAEL LEVY, Economista –UBA- CPCECABA T° V, F° 27;
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