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ESCUELAS TECNICAS ORT Sede Belgrano NÚCLEO DE CULTURA JUDÍA E ISRAELÍ 4to AÑO – “Judíos entre Tradición, Transición y Transformación” * 2012 * MARC CHAGALL, “Yo y la Aldea” (1911) Educación Judía ÍNDICE WINDOWS 1742: BILL GATES Y BA'AL SHEM TOV / Por Nilton Bonder Pág. 4 EL RENACIMIENTO (Tejiá) Pág. 6 Relatos de “Cuentos Jasídicos – Los Primeros Maestros Tomo I y II” de Martín Buber. Pág. 9 UNA INTRODUCCIÓN SOBRE PESAJ / por Rabino Dr. Mordejai Maarabi Pág. 11 EL INVITADO DE UNA NOCHE / por Elie Wiesel Pág. 15 EL MUNDO DE AYER / por Jaime Barylko Pág. 20 EL JASIDISMO / por Jaime Barylko Pág. 22 HUBO UNA VEZ UNA MELODIA Pág. 24 EL VIOLINISTA EN EL TEJADO (“A fiddler on the roof”) Pág. 25 EL BRILLANTE / por Itzjak Leib Peretz. Pág. 27 SI ES QUE NO MÁS ALTO AÚN (RELATO JASÍDICO) / por Itzjak Leib Peretz. Pág. 30 ME VA BIEN: SOY HUÉRFANO / por Shólem Aleijem Pág. 34 EL TESORO (Recopilado por Martin Buber) Pág. 39 HISTORIA DE LOS DOS QUE SOÑARON (Del libro de las 1001 Noches, noche 351) Pág. 40 LA MONEDA / por Shmuel Yosef Agnon Pág. 41 COMENTARIO SOBRE EL HUMOR JUDÍO / Por Rudy y Elihau Toker. Pág. 45 Leyendas Jasídicas Según La Interpretación de un Distinguido Erudito / por Woody Allen Pág. 46 FRAGMENTOS SELECCIONADOS Pág. 52 Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 2/53 Educación Judía פרקי אבות/ PIRKEI AVOT פרק א 9T ,משׁה ִקבֵּ ל תּו ָֹרה ִמ ִסּינַי ֶ ()א ,זְקנִים ֵ ִ וִ יהוֹשֻׁ עַ ל, ַוּמ ָס ָרהּ לִ יהוֹשֻׁ ע ְ רוּה ָ יאים ְמ ָס ִ ִ וּ ְנב,יאים ִ ִוּז ְֵקנִים לִ ְנב לְ אַנ ְֵשׁי כְ נֶסֶ ת ַה ְגּדוֹלָה Moshé recibió la Torá en el Sinaí y la transmitió a Ioshúa; Ioshúa la transmitió a los ancianos y éstos a los profetas. Y los profetas la transmitieron a los miembros de la Gran Asamblea. (Pirké Avot - 1:1) ,לשׁה ְדבָ ִרים ָ אָמרוּ ְשׁ ְ הֵ ם Estos hicieron tres recomendaciones: ,הֱ ווּ ְמתוּנִ ים בַּ ִדּין sed prudentes en el juicio, ,ידים ַה ְרבֵּ ה ִ וְ הַ עֲ ִמידוּ ַתלְ ִמ formad muchos discípulos :וַ עֲ שׂוּ ְסיָג ַלתּו ָֹרה y levantad una cerca alrededor de la Torá. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 3/53 Educación Judía Windows 1742: Bill Gates y Ba'al Shem Tov (por Nilton Bonder) - extraído del libro: “Judaísmo para el siglo X XI” de Nilton Bonder y Bernardo Sorj, Bs. As., Ed. LILMOD, 2006 - Ein jadash tajat ha-shemesh... no hay nada extraordinariamente nuevo bajo el sol, dice el Eclesiastés, Aquel que sabe. Lo que siempre resulta nuevo son las aplicaciones, la manera por la que aquello que se conoce puede ser colocado al servicio de lo humano y de la humanidad. Quien reconoce sapiencia en esta afirmación guarda con cariño su chumesh (Pentateuco) y su mishná (interpretaciones canónicas de la Biblia). En ellos están contenidas las enseñanzas que se reproducen con diferentes aplicaciones en diferentes épocas. La tradición judía siempre se destacó por el deseo de tratar con los medios de comunicación, medios de los cuales hacía uso para transmitir su cultura y herencia. La Torá fue transmitida gracias al medio más sofisticado de la época, la escritura. Las Escrituras se valían de letras impresas en piedra y papiro. El hardware, aún el más rudimentario, fue explorado al máximo a través del concepto de un texto que dice lo que dice y que también dice lo que no dice. Se inauguraba no solamente el texto sino, también, el comentario. Más adelante, en la confección del Talmud, los medios para la transmisión de la tradición incorporarían una fantástica innovación. Disponiendo de hardware muy semejantes, el Talmud fue concebido como la primera página interactiva de la historia humana. En una daf (página) se encuentran ventanas para comentaristas de varias generaciones y siglos distintos. Además de las opiniones registradas en los propios tratados, los diversos comentarios alrededor de la página son diálogos entre individuos que vivieron en épocas distintas, que nunca se encontraron en el mundo real, sino en aquel otro virtual creado por el Talmud. Además, la parte inferior y los márgenes de cada hoja traen un cruzamiento de informaciones que posibilita identificar interfaces de un asunto tratado en el Talmud con otras fuentes del propio texto talmúdico o del texto bíblico. El Talmud representa un trabajo de diseño gráfico extremamente audaz que permite la apertura simultánea de varias "telas" (ventanas) que se sobreponen. El medio permite, así, no únicamente el comentario, sino el comentario del comentario. De este modo, posibilita acompañar el propio proceso mental de descifrar y comentar. La euforia Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 4/53 Educación Judía de un estudiante de yeshiva que se conecta con el Talmud es semejante a la de quien navega hoy por las redes de Internet. Este puede tener acceso a mentes del pasado, de varias épocas distintas, sin salir de su página. Una mente puede llevar a otra, un asunto a otro... La tela fantástica que se teje se debe no solamente al contenido del texto, sino a la nueva formación que dio una nueva dimensión al propio texto. Si esto no es suficiente, los textos de las oraciones de la tradición hebrea fueron imaginados en forma todavía más espectacular. El gran maestro Ba' al Shem Tov hizo un descubrimiento fantástico en lo que dice respecto del medio. 200 años antes de Bill Gates, el Besht (Ba'al Shem Tov) vislumbró el medio de las "ventanas" (windows). Aun sin disponer del medio (hardware) que le permitiera contemplar visual mente su idea, el Besht estableció una relación con el texto de las oraciones muy semejante al concepto básico del conocido programa de computación Windows. En una de sus enseñanzas sobre la liturgia, el Besht toma el versículo bíblico en donde Dios instruye a Noé para la construcción del arca: Tsoar ta 'asé la-tevah ("Y harás una ventana en tu arca"). Tsoar es una palabra que solamente aparece una única vez en toda la Torá. Su significado es el de abertura o ventana, como comúnmente se traduce. La novedad del Besht queda. entretanto, a cargo de la palabra tevah (arca). En hebreo antiguo esta misma palabra significa "vocablo". El Besht realiza, entonces, la siguiente lectura: Tsoar ta 'asé la-tevah ("Y abrirás ventanas a tus palabras"). Su explicación es que Dios secretamente nos instruía para que aprendiéramos a mirar el texto litúrgico como si por detrás de cada palabra, de cada idea expresada en el texto, pudiéramos abrir nuevas ventanas. Esas ventanas de las que hoy disponemos visualmente a través de telas que se superponen -la principal herramienta gráfica del programa Windows-, fueron imaginadas hace 200 años por el Besht. A quien, seguramente, le gustaría disponer de un sidur (libro de oraciones) en el que cada palabra pudiera ser un sitio (punto de red que irradia para todos los otros puntos). De este modo, la mat'bea tefilah del texto litúrgico se convertiría en un punto de partida para todos los cantos del universo, es decir un diálogo con el Creador. No sé si les corresponde a los descendientes del Ba'al Shem Tov acudir a la justicia solicitando una participación en las ganancias de Microsoft. Pero, con certeza, nosotros, herederos de aquella tradición, debemos sentirnos orgullosos no sólo de nuestra audacia por la dimensión del contenido. sino, también, por la dimensión de la forma. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 5/53 Educación Judía El renacimiento (Tejiá) A pesar de que la lengua hebrea dejó de hablarse durante miles de años y quedó relegada a los textos sagrados y litúrgicos, se puede decir que la literatura hebrea tuvo algún tipo de continuidad durante ese tiempo. En Sefarad, durante la Edad Media, se escribió una literatura hebrea enriquecida por aportes árabes. Hacia el siglo XVIII, Moshé Jaim Luzzatto (1880-1865) aunó la tradición poética de Sefarad con las fuentes cabalísticas y la lengua italiana. Pero recién hacia fines del siglo XIX comienza el renacimiento de la literatura hebrea moderna, la Tejiá, antes del surgimiento del Estado de Israel y lejos de su tierra, preparada por dos movimientos fundamentales en el desarrollo de la historia del pueblo de Israel: el Jasidismo (*1) y la Haskalá (*2). De la mano de Eliezer Ben Yehuda (*3), resurge el hebreo como lengua hablada, se desacraliza y se transforma en un hecho comunicacional, un instrumento para vivir, trabajar y crear. La literatura en sus diferentes expresiones, constituyó un medio para alcanzar estos objetivos y se nutrió de fuentes milenarias como la Biblia, el Talmud, la Mishná, la Hagadá, los cuentos populares y también de fuentes extra-judías. Influidos por los movimientos literarios y nacionales del siglo XIX, los escritores judíos expresan la problemática de las comunidades judías de Europa: el choque de las nuevas ideas con las tradiciones, las miserias del ghetto, la apertura hacia otras culturas. La primera novela hebrea moderna fue Ahavat Tzión, escrita por Abraham Mapu (1808-1868) en 1853. Con una finalidad didáctica, trata sobre el choque de las ideas iluministas con la tradición. Méndele Moijer Sforim (Rusia, 1834-1917) es una figura puente entre la Haskalá y la Tejiá.Utiliza un hebreo que no es exclusivamente bíblico, en el que toma términos de la literatura rabínica, satiriza la vida del ghetto con una mirada cariñosa. Peretz Smolenskin, I. L. Peretz, Yehuda Leib Gordon y Mija Yosef Lebensohn son otros de los exponentes de este período de iniciación. Las publicaciones periódicas fueron la principal herramienta de estos escritores para difundir sus ideas y tuvieron una gran importancia en el renacimiento de la lengua y la literatura. Los comienzos del siglo XX y los sucesos que en esos años se desarrollan marcan la producción literaria de la moderna literatura hebrea. Los centros de la cultura hebrea se desplazan de Europa (Varsovia, Vilna, Bialistok, Odessa) a Eretz Israel y el tema del desarraigo se instala en la literatura. En poesía, Jaim Najman Bialik y Shaúl Tchernijovsoky son los máximos exponentes del género. Ambos viven la transición entre dos siglos y pertenecen a una generación en crisis. Jaim Najman Bialik (1873-1934) nació en Radi, Rusia. A los 7 años quedó huérfano y pasó a vivir con su abuelo, de quien recibió una educación religiosa en un marco de pobreza. Después de pasar por una ieshivá llegó a Odessa en 1890, el “gran mundo” Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 6/53 Educación Judía del momento. Allí pasó penurias económicas, pero se contactó con intelectuales, leyó a los poetas rusos y aprendió alemán. Residió en esa ciudad hasta 1921, donde escribió en hebreo e idish. En ese año se trasladó a Berlín, centro de los escritores emigrados después de la revolución rusa, y en 1924 emigró a Eretz Israel, donde vivió hasta su muerte (falleció circunstancialmente en Viena). Los temas de su poesía son el dolor, las desgracias y la decadencia de la vida tradicional, la oposición entre la tradición y el mundo, los conflictos de los judíos de Europa Oriental, el desgarramiento existencial del judío moderno. A partir de 1910, su poesía es más personal e intimista. Junto con Ravnitzky compiló, tradujo al hebreo y clasificó leyendas rabínicas en el Sefer Haagadá. Bialik fusionó la lengua bíblica clásica con el hebreo más natural y forjó un nuevo idioma poético. Shaúl Tchernijovsky (1875-1943) nació en Ucrania en el seno de una familia de campesinos acomodados. Después de estudiar Talmud y Torá, marchó a Odessa a los 15 años. Vivió también en Heidelberg (donde estudió medicina), Rusia y Berlín. En 1931 emigró a Eretz Israel. Estudió griego, latín, lenguas modernas, mitología griega y oriental. Los temas de su poesía son los sufrimientos ancestrales del pueblo judío, el resurgimiento de Israel, la naturaleza como entidad viva, la belleza, el amor. Tradujo al hebreo la Ilíada, la Odisea, Edipo rey, El banquete, obras de Shakespeare, Moliere, Byron, Heine y Pushkin. Rajel Bluvstein (1890-1931) pertenece también a este período. Nació en Rusia en una familia acomodada y emigró a Eretz Israel en 1909 junto con su hermana. Ambas se instalaron en un kibutz a orillas del Kineret. En 1913 se trasladó a Toulouse para estudiar agronomía, allí la sorprendió la Primera Guerra Mundial y contrajo tuberculosis. Recién pudo retornar a Eretz Israel en 1919, pero su salud precaria la obligó a quedarse en Tel Aviv, donde falleció. En un estilo intimista y sencillo en recursos, escribió sobre el amor y la maternidad frustrada, el Kineret y el pionerismo. Rajel es el prototipo del jalutz. La novela es un género que se afianza en el siglo XIX y es introducida por los maskilim (*4) en la incipiente literatura hebrea, paralelamente a su surgimiento en las literaturas europeas. Este género es capaz de expresar los múltiples aspectos del ser humano: sus conflictos psicológicos y sociales. Se destacan en este período Berdichevsky y Brenner. Mija Iosef Berdichevsky (1865-1921) nació en Polonia. Sus primeras publicaciones son artículos polémicos en los que ataca tanto las ideas de la Haskalá como las del judaísmo tradicional. En sus obras toma elementos bíblicos, de la hagadá y la literatura rabínica y los transplanta al presente. Describe la vida en las ciudades de Europa del Este y de los estudiantes judíos de Europa Occidental y Central. Sus personajes son individualistas, solitarios, rebeldes que se enfrentan a la comunidad. Su novela Baemek está basada en la hagadá Juldá ubor. Berdichevsky creía que los textos bíblicos y rabínicos pueden ayudar a iluminar el comportamiento del judío en el presente. Yosef Jaim Brenner (1881-1921) nació en Ucrania y estudió en una ieshivá. Después de viajar por Varsovia, Bialistok y Londres se instaló en Eretz Israel. Sus primeros escritos, en los que abordó los problemas sociales y nacionales del pueblo judío, aparecieron en periódicos. Trabajó como profesor en el Hertzlia Gimnasium y fue uno de los fundadores de la Histadrut (*5) en 1920. Tuvo una activa militancia en la construcción del estado. Murió en los disturbios árabes del 2 de mayo. En su obra se observa el desgarramiento entre el individualismo, la suprema libertad y la identidad nacional y Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 7/53 Educación Judía social. Su principal novela es Shjol vekishalón (Duelo y fracaso), publicada en capítulos entre 1914 y 1919 en los diarios Haajdut y Hapoel Hatzair. Después apareció en formato libro. La lengua que utiliza es coloquial, salpicada de expresiones en idish, anglicismos, arabismos, germanismos y palabras en ruso. Escribió también crítica literaria, ensayos y tradujo obras de Dostoievski y Tolstoi. Si bien A.B. Gordon y Berl Katzenelson escribieron ensayos y artículos, no narrativa, deben ser incluidos en este período que estamos tratando, ya que tuvieron una gran importancia en la vida cultural del ishuv. A.D. Gordon (1856-1922) emigró a Eretz Israel a los 48 años y trabajó como obrero en Petaj Tikva y Rishon Letzion. Allí sufrió todos los avatares de los pioneros: malaria, desempleo, hambre, inseguridad. Expresó en sus artículos su concepción del sionismo: “la religión del trabajo”. Gordon creía que la salvación del pueblo judío solo vendría a través del esfuerzo personal que puede hacer el individuo para cambiarse a sí mismo. A partir de sus ideas se crea Gordonia, una comunidad juvenil humanista. Berl Ketzenelson (1887-1944), líder del sionismo laborista migró a Eretz Israel durante la Segunda Aliá (*6). Fue uno de los fundadores de la Histadrut, que en 1925 saca a la luz el periódico Davar. Esta publicación fue decisiva para la literatura del ishuv, ya que la mayoría de los escritores publicaron en sus páginas. Katzenelson fue mentor de toda una generación. ( *1 )Movimiento religioso y social fundado por Israel Baal Shem Tov, hacia el 1.700 en países de Europa Oriental. Proponía otros medios para expresar la fe: predominio del sentimiento por sobre el intelecto. El tzadik es el que guía a sus seguidores, quienes establecieron sus propias casa de oración. A través del cuento jasídico, surgido de la tradición oral, el tzadik trata de enseñar y trasmitir. ( *2 ) Haskalá = Iluminismo: movimiento cultural iniciado por Moisés Mendelssohn, que se desarrolló desde fines del siglo XVIII hasta fines del siglo XIX en Europa Central y Oriental. Influido por la filosofía racionalista, planteó el acercamiento de los judíos a los demás pueblos y culturas. Concibió el hebreo como lazo que cohesiona a todos los judíos y la literatura al servicio de sus ideas. ( *3 ) Eliezer Ben Yehuda (1858-1922): nacido en Lituania, estudió en varias ieshivot y promovió el uso del hebreo en la vida cotidiana. Emigró a Eretz Israel en 1884, donde fundó y dirigió varias publicaciones. En 1890 creó el Comité para la Lengua Hebrea. ( *4 ) Hombres de la Haskalá, la Ilustración. ( *5 ) Confederación General de Trabajadores Judíos. ( *6 ) Segunda Aliá: entre los años 1904 y 1914. Extraído de “LITERATURA ISRAELI EN ESPAÑOL” http://www.literaturaisraeli.com.ar/ Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 8/53 Educación Judía Relatos recopilados en “Cuentos Jasídicos – Los Primeros Maestros Tomo I y II” de Martín Buber. Noche de Pesaj Poco después de ser recibido Rabí Leví Itzjac como rav por la co munidad de Berditchev, rogó con gran ardor en la pri mera noche de la Fiesta de Pesaj y tantas horas duraron sus plegarias que la congregación se cansó de esperar, concluyó sus oraciones y se retiró cada uno a su casa para preparar la co mida del séder. Sólo un hombre quedó, uno de esos pobres vagabundos que van de un sitio a otro, quien, según la costumbre, debía tomar la co mida festiva en casa de uno de los vecinos. Le habían dicho que el judío que estaba leyendo la plegaria sería su anfitrión y, fatigado por el viaje diurno, se reclinó sobre un banco y pronto se quedó dormido. Entretanto, el rabí había concluido la silenciosa Oración de las Bendiciones (Amidá). Al ver que todos se habían ido a sus casas, excla mó: "¡Oh ángeles, ángeles de lo alto! ¡Bajad en este día sagrado en alabanza del Señor, bendito sea!". A lo cual el forastero despertó a medias de su profundo sueño. Aún soñoliento y deslumbrado, oyó alzarse en la casa un sonido atronador y se aterró hasta lo más íntimo de su ser. Pero el rabí recitaba los himnos con profundo regocijo. Entonces vio al forastero y le preguntó por qué sólo él había permanecido. El hombre, ahora despierto del todo, le dijo cómo había sucedido, y el rabí le pidió que compartiera con él la comida del séder. Pero el forastero, tímido, no osaba aceptar. Parecía temeroso de que -en vez de comida- se le sirvieran palabras secretas de efectos mágicos. "Tranquilízate", dijo el rabí, "comerás en mi casa lo mismo que comerías a la mesa de cualquier vecino". Entonces el hombre decidió ir con él. La grandeza de Faraón Rabí Leví Itzjac dijo: “¡Cuánto envidio a Faraón! ¡Qué glorificación del nombre de Dios causó con su terquedad!" Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 9/53 Educación Judía Imitación de los padres Un discípulo preguntó al maguid de Zlotchov: «En el libro de Elías leemos: “Cualquiera en Israel tiene el deber ineludible de decir: Cuando mi obra se parezca a la obra de mis padres, Abraham, Isaac y Jacob”. ¿Cómo se entiende esto? ¿Cómo podremos atrevernos jamás a pensar que nos es dado hacer lo que hicieron nuestros padres?». El rabí explicó: «Así como nuestros padres crearon nuevas formas de servir, cada uno un nuevo servicio según su carácter: uno el servicio del amor, otro el de la severa justicia y el tercero el de la belleza, así cada uno de nosotros, a su manera, puede imaginar algo nuevo a la luz de las enseñanzas y del servicio y hacer lo que aún no ha sido hecho». Acerca del Mesías Un hombre preguntó una vez al rav, en broma: «¿Qué será el Mesías? ¿Un jasid o un mitnagued?». Respondió: «Creo que un mitnagued, pues si fuese un jasid, los mitnagdim no creerían en él, en tanto que los jasidim creerían en él, fuera lo que fuese». Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 10/53 Educación Judía UNA INTRODUCCIÓN SOBRE PESAJ / por Rabino Dr. Mordejai Maarabi Jag Hapesaj inaugura un ciclo de peculiar celebración que liga el concepto de reguel, las propias piernas, al de sheloshet haregalim: Pesaj, Shavuot y Sucot. ¿Adónde confluye este triángulo? Reguel, aliá ba reguel o aliá le reguel. Esto tiene que ver con un ascenso no solamente físico sino, por sobre todas las cosas, espiritual. Así es como termina el primero y segundo Seder en el galut: LA SHANA HAABAA BIIRUSHALAIM. El trayecto hacia Ierushalaim no sobreentiende encontrarnos de Pesaj a Shavuot y de Shavuot a Sucot, sino que presupone un esfuerzo un tanto mayor. Hablamos del concepto de la gueulá, que es redención. A veces, dejándonos arrastrar por el optimismo de la gueulá, lo asociamos excluyentemente con biat hamashiaj, con la llegada del Mesías. Por supuesto que esa es una esperanza eterna del Pueblo de Israel. Pero el problema no es solamente cuando llegará el Mashiaj, porque eso, en realidad, más allá de expresar un deseo, expresa fundamentalmente una acción. Esta reflexión pertenece a las páginas del Talmud: hace 16 o 17 siglos atrás, cuando un Rabino desencantado por la destrucción, por tanto imperio pagano, injusticias, falta de legitimidad en los gobiernos, le preguntó a Eliahu Hanaví: ¿Dónde está el Mashiaj, cuándo va a venir? La respuesta de Eliahu, el profeta que aparece cada noche de Pesaj fue: está en las puertas de Roma con todos los enfermos, los leprosos, los discapacitados; allí está el Mashiaj. Entonces este hombre fue a su encuentro y, efectivamente, lo encontró y le preguntó: ¿Cuándo vas a venir?, a lo que respondió: ¡Hoy! Por supuesto que el Rabino se llenó de euforia y fue volando nuevamente a Israel, en un ala mágica, y esperó pacientemente todo el día. Pero el Mashiaj no llegó. Al día siguiente volvió a encontrar a Eliahu Hanaví y le dijo: el Mashiaj es un mentiroso porque me dijo que iba a venir haiom, hoy, y no vino. Entonces le respondió Eliahu: en tu apuro escuchaste solo el principio del versículo que dice HAIOM IM BEKOLO TISHMAU, ¡Hoy si Su Voz habrás de escuchar! Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 11/53 Educación Judía Hay una voz natural del Pueblo de Israel, que es la Voz del Todopoderoso, que representa la obediencia, la norma, la vida, el aferrarse a elementos contundentes en la vida; no solamente a la esperanza de un día sino a elementos que me ayuden a sobrevivir como judío, aún estando en mi propia diáspora. ¿Y qué es la gueulá, entonces? ¿Solamente la espera o la acción que precede a la espera? Un Rabino de nuestro siglo, fallecido lamentablemente, una luz de las diásporas, el Rabino Iosef Soloveichik, explica que gueulá tiene que ver con un movimiento, hablando en conceptos de física, de la periferia hacia el centro; del movimiento de un individuo o de una comunidad desde la periferia hacia el centro. Dejar la periferia significa dejar de ser un espectador para pasar a ser un actor. Dejar la periferia es, en términos de Soloveichik, dejar la mudez que lleva a la parálisis para recobrar la voz y transformarse en una entidad creadora de historia. Por lo tanto la gueulá, sostiene el Rab, tiene que ver con una dimensión que nos cupó en el comienzo mismo de nuestra propia historia como pueblo. Si Am Israel, el Pueblo de Israel, logró superar la melancolía del exilio, la nostalgia de la diáspora, no fue sólo porque fue mejor hacia donde iba sino, fundamentalmente, porque recobró algo que no tenía. AVADIIM AINU LE FARO BEMITZRAIM, se escuchará en nuestras casas y en nuestras mesas. ¿Es solamente la esclavitud de Mitzraim? No. Al decir del Rabino Soloveichik, ¿Quién es el esclavo? Un ser humano llevado a condiciones infrahumanas, pero que no solamente sufre del trabajo sino que le han dictado la mudez. No tiene expresión, no puede hablar. La gueulá empieza con la palabra. La gueulá significa levantar la voz, decir y gritar a los cuatro vientos SHLAJ NA ET AMI, envía a mi pueblo, aunque sea una locura. Ese es el cambio que se da en el Pueblo Judío: la necesidad de poder transformar una comunidad paralizada en una comunidad movilizadora, habladora, creadora de historia. Lo que falta después del hablar es realizar, y así empieza Jag Hapesaj, porque la salvación de Pesaj, es cierto, tiene que ver con un cuerpo que fue salvado de la muerte, pero también tiene que ver con la salvación de un alma, que fue salvación de un alma que fue salvada de su ostracismo. Un alma que, al decir de nuestros maestros y al leer de la Hagadá, estaba siendo sometida a AVODAT FAREJ, fue torturada con trabajos duros. Lo leeremos en la Hagadá y ¿Qué vamos a decir a nuestros hijos y nietos? ¿Que los esclavos hacían trabajos duros? Ellos nos responderán que nosotros, vos papá, aquí también trabajás tan duro como los esclavos. ¿Cuál es la diferencia? AVODAT FAREJ, enseñan nuestros sabios, no es trabajo duro. Según el decir del Rabino Hirsh, farej se asemeja a la palabra paarojet, que es una tela que separa, en las sinagogas, el lugar donde esta la Torá del resto del Beit Hakneset (y fue parte constitutiva del Mishkán). Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 12/53 Educación Judía Siguiendo esta acepción, parej significa discriminar, separar, la intolerancia. El Pueblo Judío sufrió en el cuerpo el castigo de un esclavo, pero sufrió en el alma la discriminación, la separación, el ser diferentes. Eso también tenemos que contar, porque si no lo hacemos, estaremos en una verdadera falta. Por eso en Pesaj, dice el texto, nuestra casa fue salvada, porque HA KADOSH BARUJ HU PASAJ, salteó, nuestras casas. Así como los egipcios nos "separaron" para la muerte, el Todopoderoso nos separo para la vida. Al decir de nuestros sabios, Pesaj se divide en dos sílabas: Pe-saj, la boca que habla. Allí esta la salvación. Cuando el judío cobra voz, cobra cuerpo en la voz, allí el judío encuentra el camino. Por eso vamos a cantar en la noche del Seder, una canción que llama la atención. Vamos a decir ILU HOTZIANU MI MITZRAIM, DAIENU, si nos hubiera sacado de Egipto sería suficiente. Pero ¿Cómo? Después de Egipto vino lo mejor, la Torá, y después lo mejor de lo mejor que fue el Beit Hamikdash. ¿Cómo, solamente, HILU OTZIANU MI MITZRAIM DAIENU? Si no hubiéramos recobrado la voz y el movim iento y ser entidad creadora de historia, al decir de Soloveichik, de nada hubiera servido la Torá y todo lo que sigue. Por ello debemos sentir un orgullo particular en Jag Hapesaj. Jag Hapesaj no es balbucear sino comenzar a hablar en forma adulta, en pensar en nuestra seguridad y en cuán duramente estamos trabajando, cuán discriminadamente estamos siendo tratados y tal vez de qué forma se está acallando el clamor de una comunidad con mentiras acerca de lo que debe garantizar la seguridad propia del ser humano. En Egipto esas garantías no existían. Por eso cuando hablo de Jag HaPesaj, tengo que pensar en lo que esta dimensión representa, porque al recobrar el habla, cincuenta días después, puedo llegar a recibir la Torá. Si no puedo hablar, difícilmente pueda escuchar y aprender. Necesito crear el vínculo primario de la palabra para recibir Su palabra y recién después de esto, encontraré el camino, por más desiertos que haya y por más galuiot que existan. Por eso termina la Hagadá: LA SHANA HABAA BIIRUSHALAIM. No es casual que en la Guemará se habla: ben Pesaj le Atzeret, entre Pesaj y Shavuot, del tiempo que pasa entre ambas celebraciones como difícil, de duelo, por diferentes motivos. Pero hoy, desde hace cuarenta y nueve orgullosos años, tenemos que entre Pesaj y Shavuot se creó un hito histórico: allí se levanta Medinat Israel. Israel está entre la voz que se recupera y la Ley que se incorpora. Allí esta el punto donde uno debe mirar como judío desde estas últimas diásporas besof hamaarav, en el final del Occidente, el lugar que necesariamente debe ocupar Medinat Israel en nuestros días. Si hoy tenemos la fortuna que un 5 de Iar se extienda mágicamente entre Nisán y Siván, representa que el HILU NATAN LANU ET HATORA VE LO IJNISANU LE ERETZ ISRAEL, no es DAIENU, si nos hubiera dado la Torá, pero si esa Torá no hubiera ingresado en el desierto tal vez no hubiese sido suficiente para el Pueblo Judío, porque la vista estaba puesta en este sueño. Así es como Pesaj empieza a ser la primera de estas tres piernas, el trípode. Para estar parado se necesita de un trípode sinestésico: las piernas, la vista y los oídos. Para estar parados como judíos se necesita de un trípode que es Pesaj, Shavuot y Sucot, y cada una nos trae a un lugar que no debe ser nostalgia sino orgullo. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 13/53 Educación Judía La primera Mitzvá que nos encuentra en Pesaj, es ser libres. Libres, para la Torá, es dominar nuestro tiempo. Disponer y hacer de él cuanto nos plazca, y es hablar, contar a nuestros hijos. VEAIA KIISHALJA BINJA MAJAR, será cuando tu hijo te pregunte mañana. Les regalaré algo que escribí para mis hijos. Se llama veaia kiishalja, en realidad es veaia im tishat, Y será cuando me preguntes, y dice así: Las largas sombras de la noche nos acompañaron una vez más en su dolor; el miedo, la opresión, la angustia se apoderaron nuevamente del corazón, un corazón que latía fielmente como hoy, palpando a tientas un amargo sabor. No, no es fácil la elección. Deberás saber que elegir es renunciar o postergar; que la vida tiene aspectos, pero no hay que claudicar. Pues dar a luz es romper con la oscuridad, porque el dolor es también libertad... Hoy me puedes preguntar sin temor irracional, esa vieja melodía del "MA NISHTANA", porque tienes voz, pues has crecido al amparo de la verdad y la dignidad. No, no temas al hablar; no dejes que nadie apague tu sensibilidad, pues tu voz es un eco de la eternidad, una voz que viene de lejos para nunca callar... Y así comenzarás, dulce y simple cantar: ¿"MA NISHTANA HA LAILA HAZE MI COL HA LELOT"? Viejas palabras, antiguas preguntas, un mundo encerrado en nuevas respuestas. Y te diré: "Esta noche es diferente pues tu me preguntas por mí, por mis padres, por todos aquellos que dieron a luz el orgullo de ser más y más; esta noche es diferente pues su sombra de dolor fue un dulce despertar... y aun así no comprenderás eso que los grandes llaman libertad, pues naciste libre y libre serás, aunque sabrás de dolor, desamparo y maldad, y aun así no lo entenderás. Nacimos para creer y crear, para abrazar a D-s y vivir en claridad, para comprender que todo es diferente, que nada será igual... Por eso te preguntas: "MA NISHTANA". Para desterrar el odio y la impunidad; para que no haya noches ni días de tirana voluntad, para que sepas que ese es el comienzo del camino a transitar como hombre, como pueblo, como vida singular. Y ese día llegará, año a año deberás preguntar con idénticas palabras tu pasado, tu presente, una tierra, un lugar. Pero ten en cuenta que al crecer, tus preguntas lo hagan también, porque es duro el cuestionar; más imperdonable el callar... Pregúntame una y otra vez más, veamos cómo hacer diferente otra noche más, para que el nuevo día nos encuentre al despertar, saboreando el dulce gusto de nuestra Matzá, pan de pobres pero en Libertad... Jag Sameaj. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 14/53 Educación Judía El Invitado de una noche por Elie Wiesel “El invitado de una noche” es un relato marcado por la atmósfera de una cena festiva de Pesaj con el trasfondo de la Shoá (Holocausto). Sobreviviente de esa hecatombe, muchos de los textos de Elie Wiesel la tienen como protagonista. El presente relato pertenece a uno de sus primeros libros, titulado "Les chants des morts", El canto de los muertos. Elie Wiesel Nació en la ciudad de Slghet en Transilvania perteneciente entonces a Hungría. Se educó en un ambiente ortodoxo y Jasídico, y siendo niño todavía, fue arrancado por los nazis del seno de su hogar y presenció todos los horrores de Birkenau, Auschwitz y Buchenwald en donde perdió a sus padres y a su pequeña hermana. Al finalizar la guerra se estableció en París donde estudió filosofía, psicología y literatura en La Sorbona, adoptando el francés como lengua propia. En 1956 se radicó en Nueva York. Considerado uno de los más notables escritores judíos de la actualidad, en 1969 recibió el premio Medici de Francia por su hermosísima novela “El mendigo de Jerusalem". Es autor de una gran cantidad de obras de ficción y de ensayos como así también de antologías bíblicas y jasídicas. Pese a que para caracterizarlo debemos hablar de sus dotes literarias por sus actuaciones públicas cobró renombre como testigo y vocero de la conciencia lúcida de nuestra época. A eso se debe el que haya sido galardonado en el año 1986, con el Premio Nobel de la Paz, por primera vez entregado tan declaradamente a alguien por su condición judía. Al igual que todos los niños judíos perseguidos, amaba yo con pasión al profeta Elías, el único de entre los santos que ha subido vivo al cielo; en una carroza de fuego; para convertirse al correr de los siglos, en el heraldo de la liberación. Sin motivo aparente me lo imaginaba con los rasgos de un judío yemenita, alto, sombrío, insondable. Un príncipe sin edad, sin lazos, apareciendo en todos los lugares en que se lo espera. Avanza, huraño, a matacaballo. En todas las cosas lo que le atrae es el fin, ya que él es el único, que conoce su misterio. Al pasar consuela al anciano, al huérfano, a la viuda abandonada. Camina y arrastra tras de si a la gente. Lleva en su mirada una promesa que quisiera liberar, pero de la que no tiene el derecho ni el poder de hacerlo. Todavía no. En mi fantasía le atribuía la mayestática belleza de Saúl y la fuerza de Sansón. Con que levantase el brazo, nuestros enemigos caerían de bruces. Bastaría con que lanzara una voz de mando y el universo temblaría, el tiempo correría más aprisa para permitimos que alcanzáramos más prontamente el palacio celestial en el que, desde el primer día de la creación y, según determinados Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 15/53 Educación Judía místicos desde mucho antes, nos espera el Mesías. Judío yemenita, sin que pudiera decir yo el por qué. Quizá porque jamás había visto ninguno. Para el niño que era yo entonces, el Yemen no se encontraba en un mapa geográfico sino en alguna parte remota, en un reino de ensueño en el que todos los niños tristes, de todas las ciudades y todos los siglos, se dan la mano para desafiar la opresión, los años y la muerte. Más tarde ví al profeta y tuve que reconocer mi error. Era, innegablemente, un judío, pero venía, sencillamente de Polonia. Además, no tenía nada de gigante ni de héroe de leyenda. Endeble, de curvada espalda apretaba los labios al mirarnos. Sus movimientos dejaban ver su cansancio, pero sus ojos llameaban. Se tenía la sensación de que, para él, el pasado era su único refugio Era la primera noche de nuestra pascua de Pesaj. Con sus luminarias, la casa se preparaba para celebrar la Fiesta de la Libertad. Mi madre y mis dos hermanas mayores se atareaban en la cocina; la menor ponía la mesa. Mi padre aún no había vuelto de la sinagoga. Yo estaba malhumorado: íbamos a compartir la comida tradicional en familia, y yo hubiera preferido que se sumara a nosotros un invitado, como en los años anteriores. Recobré mi buen humor cuando se abrió la puerta y apareció mi padre acompañado de un desconocido pobremente vestido, friolento y temeroso. Mi padre lo había saludado por la calle con la frase ritual Kol dijfin yetei veiojal. (Que venga a comer con nosotros el que tiene hambre). - No tengo hambre – le había contestado el desconocido. fiesta. padre. - No importa; venga de todos modos, nadie tiene que quedarse en la calle en una noche de Feliz, mi hermanita puso otro cubierto. Yo serví el vino. -¿Podemos comenzar? -preguntó mi -Todo está a punto -contestó mi madre. Mi padre santificó el vino, se lavó las manos y se dispuso a contarnos, de acuerdo con la costumbre, las hazañas de nuestros antepasados; su huida de Egipto para lanzarse de pleno a la gran aventura de su encuentro con Dios y con su historia. -No tengo apetito –dijo súbitamente nuestro invitado- Pero voy a hablarles. -Más tarde -dijo mi padre, algo sorprendido. -No tengo tiempo, ya es demasiado tarde. Yo no sabía que este había de ser el último seder, la última comida de Pascua celebrada en casa de mi padre. Estábamos en 1944. El ejército alemán acababa de ocupar la región. En Budapest, los fascistas se habían adueñado del poder. El frente oriental estaba en Korosmezo, a treinta kilómetros apenas de nuestro pueblo: Alcanzábamos a oír el cañoneo y, por la noche, el cielo del otro lado de las montañas se enrojecía. Pensábamos que la guerra se acercaba a su fin, que la liberación estaba muy cerca; que al igual que nuestros antepasados, vivíamos nuestras últimas horas de esclavitud. En la calle se maltrataba a los judíos, se les humillaba, se les cubría de insultos. Obligaron a un rabino a Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 16/53 Educación Judía que barriera la acera. Nuestros queridos vecinos húngaros vociferaban: “¡Mueran los Judíos!”, pero nuestro optimismo era inquebrantable. Se trataba de aguantar unos días, una semana. El frente avanzaría, y una vez más, el Dios de Abraham, salvaría a su pueblo, igual que siempre, en el último instante, cuando todo parecía ya perdido. El libro de la Hagadá contenía el relato del Éxodo que confirmaba nuestra esperanza. ¿No se dice que todo judío, en todos los lugares y en todos los tiempos, debe considerarse como si él mismo hubiese salido de Egipto? ¿Y que el milagro se renovará para cada generación? Sin embargo, nuestro invitado no veía las cosas con esos ojos. Desasosegado, con el ceño fruncido, nos inquietaba. Malhumorado e irritable, se encarnizaba en irritarnos a nuestra vez - ¡Cierren sus libros! - clamaba-. Es historia pretérita. Mejor escúchenme. Cortésmente disimulábamos nuestra impaciencia. Con voz temblorosa se puso a describir los sufrimientos de Israel en la hora de castigo: la matanza de la comunidad judía de Kolomai, luego la de Kamenetz.-Podolsk. Mi padre dejaba que hablara y luego reanudaba él relato de la antigüedad como si nada hubiese pasado. Mi hermanita hizo las cuatro preguntas de ritual que habían de permitir que mi padre contestase explicando el sentido y alcance de la festividad. “ ¿Por qué y en qué esta noche es distinta de las demás noches? Porque bajo el reinado del Faraón, éramos esclavos pero esta noche Dios hizo de nosotros hombres libres”. Disgustado por la pregunta y la respuesta, el invitado las cambió a su modo: “¿Por qué esta noche no es distinta a las demás noches? ¿Por qué esta continuidad del sufrimiento? ¿Por qué nosotros y siempre nosotros? ¿Y por qué no interviene Dios? ¿Dónde está el milagro? ¿Qué espera? ¡Cuándo se interpondrá entre nosotros y los verdugos?”. Sus inesperadas interrupciones crearon una sensación de molestia en torno a la mesa. En cuanto uno de nosotros abría la boca, el invitado interrumpía sus palabras. - Se ocupan del pasado tres veces milenario y dan la espalda al presente: el Faraón no ha muerto; abran los ojos y vean; diezma nuestro pueblo. Moisés; éste sí está bien muerto; pero no el Faraón: éste vive, llega, muy pronto estará a las puertas de este pueblo, a las puertas de esta casa. ¿Están seguros de que se salvarán? Luego se encogió de hombros, leyó algunos pasajes de la Hagadá: en-sus labios los elogios se tornaban blasfemias. Mi padre intentó calmarle; tranquilizarle: - Estás abatido, amigo y eso no está bien. Esta noche entramos en la festividad bajo el signo de la alegría y el agradecimiento. El invitado le lanzó una mirada llameante y dijo: -¿Agradecimiento, decís?, ¿Por qué motivo? ¿Han visto ya los niños, a los que han degollando en presencia de su madre? Yo sí los he visto. - Después - decía mi padre:- Más tarde nos contarás todo. Yo escuchaba al invitado y me preguntaba: ¿Quién es? ¿Qué quiere? Le creía enfermo y desdichado, quizá loco. No fue sino hasta más tarde que hube de comprender: era el profeta Elías. Y si no se parecía en nada al de la Biblia ni al de mis sueños, es que cada generación engendra un Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 17/53 Educación Judía profeta según su propia imagen. Antaño, en la época de los Reyes, se mostraba predicador irascible que incendiaba las montañas y los corazones; luego, arrepentido, recorría mendigando, las callejas de la Jerusalem asediada, para convertirse en estudiante en Babilonia, mensajero en Roma, sacristán en Maguncia, en Toledo o en Kiev. Hoy tenía el rostro y el destino de un pobre refugiado polaco que, con sus propios ojos, había visto demasiadas veces y demasiado cerca la victoria de la muerte sobre el hombre y su plegaria. Sigo estando convencido que fue nuestro visitante. Claro está que a menudo, no alcanzó a creerlo. Son contados los que han logrado verle. El camino que lleva hasta él es oscuro y peligroso; el menor traspié provocaría la pérdida del alma. Mi rabino habría dado gustoso su vida para entreverle el tiempo que dura un rayo, un latido del corazón. ¿Cómo había merecido yo lo que es negado a tantos otros? Lo ignoro, pero sostengo que el invitado era él. Además, tuve de ello la prueba inmediata. La tradición exige que, después de la comida, antes de reanudar las plegarias, se ofrezca una copa de vino al profeta, que esa noche visita todos los hogares judíos en un mismo momento, cual si quisiera subrayar el carácter indestructible de los lazos que unen dichos hogares a Dios. Así pues, mi padre tomó la más hermosa copa de plata, de la que nadie hacía jamás uso, y la llenó hasta el borde. Luego, hizo seña a mi hermanita de que fuese a rogar a nuestro ilustre visitante que se acercara a gustar nuestro vino. Y queríamos decirle: Mira, tenemos confianza en ti a pesar de nuestros enemigos; a despecho de la sangre vertida la alegría no nos abandona; te la ofrecemos porque creemos en tu promesa. En silencio, conscientes de la importancia del momento, nos levantamos para saludar solemnemente al profeta con los honores y el respeto que le son debidos. Mi hermanita se levantó de la mesa y se dirigió hacia la salida cuando de súbito el invitado exclamó: - ¡No! ¡Vuelve, niña! Yo mismo iré a abrir! Algo en su voz nos hizo estremecer. Le vimos dirigirse rápidamente hacia la puerta y abrirla con estrépito. - ¡Miren! -rugió- ¡No hay nadie! ¡Nadie! ¿Me oís? Dicho esto salió de un salto, dejando la puerta abierta. De pie, con el vaso en la mano, petrificados, esperamos que volviera. Mi hermanita, a punto de llorar se tapaba la boca con las dos manos. Mi padre fue el primero en recobrar el dominio de sí mismo. Con tono suave llamó de nuevo al invitado: - ¿Dónde estás, amigo?, ¡Vuelve! Silencio. Mi padre repitió su llamado en tono más apremiante. Nada. Con las mejillas ardientes salí corriendo fuera, seguro de encontrarle en la terraza; no estaba ahí. Bajé corriendo la escalera; no podía estar lejos. Pero los únicos pasos que resonaban en el patio eran los míos. ¿El jardín? Eran muchas las sombras que había bajo los árboles muchas, menos la suya. Mi padre, mi madre, mis hermanas, y hasta la vieja empleada, no sabiendo qué pensar, vinieron a reunirse conmigo. Mi padre decía: Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 18/53 Educación Judía - No lo comprendo. -¿Dónde se habrá escondido? ¿Por qué? –musitaba mi madre. Mis hermanas y yo salimos a la calle y llegamos hasta la esquina: nadie. Me puse a gritar: - ¡Eh! ¡Amigo! ¿Dónde estás? Se abrieron varias ventanas: -¿Qué pasa? - ¿No han visto a un judío forastero de espalda encorvada? – No. Jadeantes, nos reunimos todos en el patio. Mi madre musitaba: -Diría que se lo ha tragado la tierra. - No lo entiendo - repetía mi padre. Entonces cruzó por mi mente un pensamiento insólito que se convirtió en certidumbre: Mamá se equivoca, es el cielo y no la tierra el que se ha abierto para darle entrada. Es inútiI que lo persigamos ya no está aquí. En su carroza de fuego acaba de volver a su morada, allá arriba, para contarle a Dios la historia que su pueblo, bendito, va a vivir en los días que se avecinan. - ¡Vuelve amigo! - gritó mi padre por última vez- ¡Vuelve! ¡Te escucharemos! - Ya no puede oírte – dije yo- Ya está muy lejos. Con el corazón apesadumbrado volvimos a la mesa y alzamos una vez más nuestro vaso. Recitamos las bendiciones de costumbre, los salmos y, para terminar, cantamos el Jad Gadya el canto terrible en el que, en nombre de la justicia, el mal atrae al m al, la m uerte llama a la m uerte, hasta que a su vez, el Ángel Exterm inador se haga degollar por el Eterno en persona, bendito sea. Me gustaba este canto ingenuo, en el que todo parecía sencillo, primitivo: el gato y el perro, el agua y el fuego, ora verdugo, ora víctima, sufriendo el mismo castigo en el interior de un mismo designio. Pero esa noche, hasta ese canto me desagradó. Me Rebelaba contra la resignación que implicaba. ¿Por qué Dios obra siempre con retraso? Porqué no elimina al Ángel de la Muerte antes de que haya cometido la primera muerte? Si el invitado se hubiese quedado junto a nosotros hubiese sido él quien hubiese hecho estas preguntas. Con él ausente, las hice por mi cuenta. La ceremonia se acercaba a su fin, y no nos atrevíamos a mirarnos unos a otros. Mi padre alzó su copa por últim a vez y repetimos después de él: “El año próximo en Jerusalem". Ninguno de nosotros podía imaginarse que esta era nuestra última comida de Pesaj en familia. Pocas semanas después ví de nuevo a nuestro invitado. Salió del gueto el primer convoy: formaba parte de él. Parecía sentirse más a sus anchas que sus compañeros, como si ya hubiese recorrido mil veces ese camino. Hombres, mujeres y niños llevaban todos mochilas, mantas y maletas. Sólo él iba con las manos vacías. Hoy sé lo que entonces ignoraba: que, al final de un largo viaje que iba a durar cuatro días y tres noches, lo hicieron apearse en una pequeña estación, cerca de un tranquilo pueblito de algún lugar de Silesia, donde ya lo esperaba su carroza de fuego para llevárselo al cielo: ¿No prueba esto, sobradamente, que era el profeta Elías? Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 19/53 Educación Judía EL MUNDO DE AYER / por Jaime Barylko Stefan Zweig comienza su libro El mundo de ayer diciendo: Si me propusiera encontrar una fórmula cómoda para la época anterior a la primera guerra mundial, a la época en que me eduqué, creería expresarme del modo más conciso diciendo que fue la edad dorada de la seguridad. El judaísmo tuvo un prolongado "mundo de ayer" que comenzó a declinar mucho antes de la época descrita por Zweig, a fines del siglo XVIII. Tómese como punto de referencia -simbólico y fáctico a la vez- a la Revolución francesa y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Ahí se abrieron las primeras brechas por las que los judíos comenzaron a ingresar al mundo, es decir a la Culta y Civilizada Europa. Libertad, igualdad, fraternidad; el clamor de una nueva era de mesianismo político cundía por doquier. Los judíos podían ser hombres. Al menos podían aspirar a ser considerados como tales. Durante el ideológico siglo XIX, los judíos lucharon por conquistar su puesto en el cosmos de la sociedad, las ciencias, las artes, las profesiones, las industrias, la humanidad -en fin- en todas sus facetas y expresiones. Lo lograron. Para ser libres hay que liberarse. Del yugo ajeno y del propio. El juego dialéctico era bien claro y sobreentendido para todo el mundo: uno será tanto un buen francés -y consecuentemente, "hombre"-, cuanto menos sea buen judío. El sueño era universalista y se creía que la historia marchaba hacia el hombre universal, el cosmopolita que añoraban los antiguos estoicos, el ser hermano de todos los seres por compartir la esencia humana que no tiene límites, fronteras, colores, banderas. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 20/53 Educación Judía Los hombres entendieron que para entrar en la modernidad y ser libres, iguales, tenían que practicar la gran revolución contra el Padre, contra el ayer. Los judíos consideraron que tenían una nueva oportunidad para ser vanguardia humanista. Hay que tener un buen ayer para practicar una buena revolución. Como dice Voltaire, feliz del que tiene contra qué luchar. El judaísmo se tornó, para los judíos, "el mundo de ayer", un mundo que debía ser superado, abandonado, o en el mejor de los casos, vertido como vino añejo en los odres de la modernidad en un contexto fundamentalmente -aunque llegare a ser ateo- cristiano. El judío es espejo, multiplicado, de todos los hombres. Todos los hombres consideraron que el mundo de ayer era represivo, autoritario y castrador, y que el mundo de hoy consistía ante todo en la desaparición del mundo de ayer. No es en calidad de judío como Kafka le escribe su famosa carta al Padre. La modernidad entroniza a los hijos, y quiere que los padres desaparezcan del escenario. Los padres espirituales, los culturales. Y luego también los biológicos, engendradores de creaturas humanas. Se cumple el programa. Abajo la tradición, fuera los padres. ¡Viva el miedo a los hijos! extraído de BARYLKO, Jaime, “Judío, el ser en crisis”, Bs. As., Grupo Ed. Planeta, 1995 Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 21/53 Educación Judía EL JASIDISMO / por Jaime Barylko El jasidismo surgió en Europa Oriental en el siglo XVIII por necesidad de un pueblo que vivía en la miseria física, en la persecución, y en la esperanza desesperanzada, mientras la élite intelectual disfrutaba de las pequeñísimas letras de los comentaristas, los hermeneutas, los sabios de todos los tiempos, y con ellos platicaban en la marfileña torre de la eternidad. Las penas los rozaban pero no los inmutaban: el huerto del deleite de la Torá daba la espalda a los antisemitas, a la enfermedad y a las hijas sin dote para casarse. Estaban los de arriba. y estaban los de abajo. La aristocracia de la intelligentzia y la de algunos adinerados. Y los que rezaban y lloraban y sólo podían vivir de cuentos, leyendas, fantasías. ¿Quién los nutriría? El jasidismo fue el movimiento que brotó entre la catastrófica caída del falso mesías Shabetai Zví (siglo XVII) y el abismo de masas desdeñadas, agónicas. Aparecieron los primeros maestros guiados por la figura de Israel Baal Shem. Baal Shem era un título que se daba a ciertos personajes que eran capaces de curar enfermos con ensalmos, que confeccionaban amuletos para usos varios, que manejaban, en fin, el nombre (shem) de Dios para ayudar a los necesitados. Su sapiencia la tomaban de la Cábala o de sus derivados apócrifos. Israel era un Baal Shem. Pero se lo distinguió del resto y se le dijo Tob. Tob: Bueno. Por tanto no era "el maestro de la buena fama" (como suele traducirse), sino el que además de operar milagros como otros, era bueno. Llamarse Israel, tutearse con el Nombre de Dios y ser bueno, he aquí todo un símbolo para representar al hombre y a su movimiento: el jasidismo. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 22/53 Educación Judía Así como la Cábala es una revolución pero se cobija bajo el nombre "Cábala", que significa "tradición", de la misma manera jasid es un hombre nuevo que se oculta bajo una vieja denominación. Anteriormente jasid era el piadoso de exacerbada religión, más bien ,ascético, alejado del mundanal ladrido, entregado solamente a Dios y a Su servicio. Ahora, con Israel, jasid es el hombre que tiene rabí, que dispone de guía y maestro, alguien querido por alguien, alguien conducido por alguien y con alguien. Porque no hay -en la nueva versión- jasid en soledad. Jasidismo es nosotros, yo y tú, comunidad, afecto, y por eso se canta, porque el canto requiere de múltiples voces, y por eso se baila. Ya no es menester que el pueblo sepa con precisión en qué se oponen Hilel y Shamai, Ishmael y Akivá. Ya no; ni es indispensable dominar la cita talmúdica del Tratado, página y sector derecho o izquierdo. Ya no. El alma que la Cábala rescató como idea, ahora el jasidismo la practica. Vivir es una dicha, y si el alma existe, llegará a Dios a través de la alegría, del éxtasis del uno con el otro, del hombre bueno. Eso era. Eso querrá ser el jasidismo. Parcialmente lo fue. Como toda revolución, lleva en su seno su propia distorsión. El maestro-padre, el rabí llamado tzadik, guía al jasid-hijo para que éste crezca y luego prescinda de todo guía. El pueblo, en cambio, prefirió permanecer adherido al maestro-padre y... terminó endiosándolo y tergiversando sus propias enseñanzas. Las palabras del rabí se tornaron santas. Todas. Quedaron los cantos y los cuentos de la revolución, y fetichismos varios, y filosofías de lo que pudo haber sido. extraído de BARYLKO, Jaime, “Judío, el ser en crisis”, Bs. As., Grupo Ed. Planeta, 1995 Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 23/53 Educación Judía HUBO UNA VEZ UNA MELODIA CUANDO RABI ISRAEL BAL SHEM TOV VEIA CALAMIDADES CONMOVEDORAS, SOLÍA IR A UN LUGAR EN EL BOSQUE, UNIRSE AHÍ CON SU ALMA. Y PRENDIA AHÍ UN FUEGO, Y REZABA UNA ORACION, Y CON ESO ERA SUFICIENTE... Y CUANDO LLEGÓ SU DISCÍPULO, EL MAGUID DE MEDZRITSH A PEDIR PIEDAD POR SU REBAÑO, SOLÍA IR AL MISMO LUGAR EN EL BOSQUE Y CHARLABA CON SU CREADOR: “SEÑOR DEL UNIVERSO... YO NO SE PRENDER EL FUEGO PERO LA ORACION SI LA SE Y DEBE SER SUFICIENTE CON ESO...” Y CON ESO ERA SUFICIENTE... Y CUANDO LLEGÓ EL TURNO DE RAB MOSHE LEIB DE SASOB PARA SALVAR A LA GENTE DEL DECRETO, SOLÍA IR AL MISMO LUGAR EN EL BOSQUE, Y TARAREABA CON VOZ QUEBRADA: “SEÑOR DEL UNIVERSO... YO NO SE PRENDER EL FUEGO, NI TAMPOCO SE LA ORACION PERO CONOZCO EL LUGAR DEL BOSQUE, Y DEBE SER SUFICIENTE CON ESO” Y CON ESO ERA SUFICIENTE... Y CUANDO VINO RABI ISRAEL DE RODJIN A RESCATAR A SUS SEGUIDORES DE LA DESGRACIA, SOLÍA SENTARSE EN EL SILLON, EN SU CUARTO, CON LA CABEZA ENTRE SUS PALMAS: “SEÑOR DEL UNIVERSO... YO NO SE PRENDER EL FUEGO, NI TAMPOCO SE LA ORACIÓN. TAMPOCO CONOZCO EL LUGAR EN EL BOSQUE. YO SOLO SE NARRAR LA HISTORIA Y DEBE SER SUFICIENTE CON ESO” Y CON ESO ERA SUFICIENTE... SEÑOR DEL UNIVERSO... NOSOTROS NO SABEMOS PRENDER EL FUEGO Y NUNCA APRENDIMOS LA ORACION. TAMPOCO SABEMOS EL LUGAR EN EL BOSQUE. NI TAMPOCO SABEMOS LA MELODIA DE ESA HISTORIA. PERO HAY UNA COSA QUE SABEMOS, Y SEGURAMENTE NO ES SUFICIENTE SOLO ESTO NOSOTROS SABEMOS, QUE HUBO UNA VEZ UNA MELODÍA. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 24/53 Educación Judía El Violinista en el Tejado (“A fiddler on the roof”) A fiddler on the roof... Sounds crazy, no? But here, in our little village of Anatevka, you might say every one of us is a fiddler on the roof. Trying to scratch out a pleasant, simple tune without breaking his neck. It isn't easy. You may ask, why do we stay up there if it's so dangerous? Well, we stay because Anatevka is our home. And how do we keep our balance? That I can tell you in one word! Tradition! Because of our traditions, we've kept our balance for many, many years. Here in Anatevka, we have traditions for everything. How to sleep. How to eat. How to work. How to wear clothes. For instance, we always keep our heads covered, and always wear a little prayer shawl. This shows our constant devotion to God. You may ask, how did this tradition get started? I'll tell you. I don't know. But it's a tradition. And because of our traditions, every one of us knows who he is and what God expects him to do. Who, day and night, must scramble for a living Feed a wife and children Say his daily prayers? And who has the right as master of the house To have the final word at home? The papa - Tradition Who must know the way to make a proper home A quiet home A kosher home? Who must raise a family and run the home So Papa's free to read the Holy Book? The mama - Tradition (...) Educación Judía Un violinista en el tejado... ¿Suena loco, no? Pero aquí, en nuestra pequeña aldea de Anatevka, podríamos decir que cada uno de nosotros es un violinista en el tejado. Intentando sacar una melodía agradable, simple, sin romperse el cuello. No es fácil. ¿Podrías preguntar por qué permanecemos allí arriba si es tan peligroso? Bien, permanecemos porque Anatevka es nuestro hogar. ¿Y cómo mantenemos nuestro equilibrio? ¡Puedo decírtelo en una palabra! ¡Tradición! Debido a nuestras tradiciones, hemos mantenido nuestro equilibrio por muchos, muchos años. Aquí en Anatevka, tenemos tradiciones para todo. Cómo dormir. Cómo comer. Cómo trabajar. Cómo usar las ropas. Por ejemplo, siempre mantenemos nuestras cabezas cubiertas, y usamos siempre un pequeño manto para el rezo. Esto demuestra nuestra devoción a Dios. ¿Podrías preguntar: cómo comenzó esta tradición? Te diría. No sé. Pero es una tradición. Y debido a nuestras tradiciones, cada uno de nosotros sabe quién es y que espera Dios de él. ¿Quién, día y noche, debe luchar por conseguir el alimento para que viva su esposa y sus hijos? ¿Quién dirá sus rezos diarios? ¿Y quién tiene el derecho como jefe de la casa de tener la última palabra en el hogar? El papá - es la tradición ¿Quién debe saber el modo de construir un hogar apropiado, en armonía? ¿Quién debe hacer que su hogar sea kosher? ¿Quién debe sustentar a una familia y hacerla funcionar para que el papá del hogar tenga tiempo libre para leer el Libro de los libros? La mamá - es la tradición (...) Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 25/53 (...) At three I started Hebrew school At ten I learned a trade I hear they picked a bride for me I hope she's pretty And who does Mama teach To mend and tend and fix? Preparing her to marry Whoever Papa picks The daughters - Tradition The papa – Mama – Sons The daughters - Tradition And in the circle of our little village, we've always had our special types. For instance, Yente, the matchmaker, Reb Nachum, the beggar. And, most important of all, our beloved rabbi. Rabbi, may I ask you a question? Certainly, Leibesh. Is there a proper blessing... for the Tzar? A blessing for the Tzar? Of course. May God bless and keep the Tzar far away from us! Dai dai dai dai Then there are the others in our village. They make a much bigger circle. We don't bother them and so far, they don't bother us. And among ourselves, we always get along perfectly well. Of course, there was the time when he sold him a horse. He told him it was only six years old when it was really . But now it's all over. And we all live in simple peace and harmony. It was really ... years old. It was six! Tevye knows it was . How do you know? It was! Tradition Dai dai dai dum Traditions, traditions. Without our traditions, our lives would be as shaky as As... As a fiddler on the roof! Educación Judía (...) Educación Judía A los tres comencé la escuela hebrea A los diez aprendí a hacer un trato Oigo que eligieron una novia para mí y tengo la esperanza de que ella es bonita ¿Y a quiénes enseña mamá a reparar y tender y fijar? Preparándolas para que se case con aquel que el papá decida? La hijas – es la tradición El papa – La mamá – Las canciones - es la tradición Y en el círculo de nuestra pequeña aldea, hemos tenido siempre nuestras personas especiales. Por ejemplo, Yente, la casamentera. Reb Nachum, el mendigo. Y, el más importante de todos, nuestro rabino querido. ¿Rabino, puedo hacerle una pregunta? - Ciertamente, Leibesh. ¿Hay una bendición apropiada... para el Zar? - ¿Una bendición para el Zar? Por supuesto: ¡Oh Dios mío... bendice al Zar y mantenelo muy muy lejos nuestro! Dai dai Dai Entonces allí están los otros en nuestra aldea. Hacen un círculo mucho más grande. No los incomodamos y hasta ahora, no nos incomodan. Y entre nosotros, por nuestra cuenta, conseguimos siempre salir adelante, perfectamente bien. Por supuesto, una vez éste le vendió a este otro un caballo. Él le dijo que sólo tenía seis a años cuando en realidad ya estaba casi listo. Pero ahora todo se ha arreglado, ha terminado. Todos vivimos en paz y en armonía... (Aquel caballo, era realmente muy viejo...) - ¡Era realmente viejo! –¡Tenía seis años! Tevye sabe cómo era. ¿Cómo es que lo sabe? Así fue... Tradiciones... Dai dai dai dum Tradición... tradiciones... Sin nuestras tradiciones, nuestras vidas serían tan inestables como... ¡Cómo un violinista en el tejado! Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 26/53 Educación Judía El Brillante Por Itzjak Leib Peretz. Un jueves por la noche, lo recuerdo como si fuera hoy, hablábamos acerca de la religión y reformas. Reb Schloime aprovechó esa oportunidad para relatarnos la historia del brillante: Había una vez –contó - un agricultor. Era un extranjero y nadie se daba con él. Hablaba otro idioma y nadie le entendía ni quería entenderle. Una vez encontró un brillante. Mucho no entendía de piedras preciosas, pero tampoco era un gallo para confundirlo con un grano de maíz… Pero con una piedra preciosa entre gente desconocida, la vida corre peligro. Si se enteran del hallazgo, son capaces de asaltarlo esa misma noche, romper las ventanas y llevarse la piedra junto con su vida. ¡Hay que guardar la piedra! No le dijo siquiera a su mujer lo del brillante. La quiere mucho pero, ¿sabrá guardar el secreto? Volvió a la colonia y enterró el brillante en el jardín, frente a la casa. Para poder encontrarlo luego, puso una piedra encima, pensando que cuando vinieran tiempos mejores, sin odios, iba a saber dónde estaba el tesoro, que entonces podría brillar a la luz del día. La joven esposa notó una vez la piedra. Era una pena el espacio que ocupaba: en su lugar podría crecer una cebollita o un pepino... ¡una pena! Como no podía sacar sola la piedra, pidió ayuda a su marido. Él se asustó: —¡D´s libre! Exclamó —¡No toques esa piedra! —¿Por qué? —Es una piedra milagrosa que nos trae suerte. —¡Si es una piedra común! —¡Ya lo ves! Ella dudaba, sin estar segura de si el marido lo decía en serio o en broma. Lo miró a los ojos y los vio serios, casi duros, sin una chispa de alegría. Bueno, ella quería a su marido, lo consideraba inteligente y honrado, y además, una mujer es feliz si puede creer en algo, un milagro, una señal de arriba... Como no podía perder tiempo, puesto que había que sembrar en la quinta, obedeció y siguió trabajando. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 27/53 Educación Judía Al segundo día notó el hombre dos piedras en lugar de una. La mujer sonrió. Durante la noche durmió mal... La luna penetraba tan maravillosamente en la habitación... Y se sintió mal, extraña, tenía miedo... No quiso despertar al marido y entonces bajó de la cama, fue al jardín y agregó otra piedra. Eso la tranquilizó. ¿Qué iba a hacer el marido? Vaya uno a enojarse con una mujer cuando ella sonríe tan dulce e infantilmente y pone su mano blanca y pequeña sobre el hombro y acerca a la boca su frente de alabastro... Él besó con gusto la frente, buscó en los ojos azules la respuesta a su inquietud de anoche... y calló. La joven mujercita consideró el beso como un premio a su bondad y devoción. Y cuando quería un beso en la frente, colocaba otra piedra en el jardín. Cuando él no la besaba, aparecían lágrimas en sus ojos. El matrimonio tuvo hijos –un varón y una mujer. La niña no se asombró, no preguntó y se limitó a imitar a su madre. La madre colocaba piedras grandes, la hija, pequeñas; pero las piedritas crecían junto con ellas. El curioso hijo, un día preguntó: ¿Qué significa? Las piedras – contestó la madre, orgullosa de poder mostrar tantas – dan suerte, fortuna. ¿Por qué? –preguntó sorprendido el niño, ¿qué quiere decir suerte? ¿Acaso puede tenerse más de lo que se gana trabajando? Pregúntale a tu padre - dijo la madre Cuando seas mayor comprenderás también esto –le dijo el padre. Y cuando fue grande le contó el secreto del brillante. Lo mismo ocurrió con muchas generaciones, cada una entregaba el secreto a la siguiente. En cada generación había uno que sabía lo del brillante y los demás creían que las piedras traían suerte, que cuanto más había, mejor era y no cesaban de agregar piedras. Los vecinos miraban admirados. Algunos reían a carcajadas; otros, por el contrario, sentían respeto por viejas costumbres que ellos habían encontrado así al llegar al mundo. Más de uno pensaba que eso provenía de la época en que los ángeles subían al cielo por escaleras y los hombres lo veían. Otros vecinos querían demostrar cariño a la familia y entonces arrojaban al jardín piedras del camino. En la familia misma, el arrojar piedras se convirtió en un culto, un rito sagrado, algo así como servir a D´s. Los jóvenes protestaban; los viejos airados, amenazaban con sus puños huesudos. Los jóvenes hacían discursos acerca de las piedras y los viejos decían: Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 28/53 Educación Judía —Así como vivieron nuestros padres, viviremos también nosotros. Nuestros abuelos eran más inteligentes que nosotros y echaban piedras. ¡Entonces tiene que ser así! El mundo no es nuestro como para que nosotros lo transformemos. Un buen caballo camina por la huella y no se rompe las patas, y otras sentencias por el estilo. Cada año se despedían los jóvenes con los ojos llenos de lágrimas del viejo hogar para buscar trabajo en lugares extraños: a comer pan de hornos extraños y a dormir bajo techos ajenos. Porque en casa ya era imposible seguir viviendo. La montaña de piedras iba creciendo día a día. Con el tiempo, las piedras sagradas cubrieron las puertas y las ventanas. ¡No im porta! –decían. Y para entrar a la casa bajaban por la chimenea. Faltaba aire, ¡no importa! Cuando se come menos y se viv e menos se necesita menos aire. No había de qué vivir. No había dónde arar, dónde sembrar: sólo piedras y piedras...‘ – ‘ Dejen por lo menos – decían los jóvenes – agrupar las piedras; que crezcan hacia el cielo y ocupen menos lugar en la tierra. ¡Que haya donde arar y sembrar! ¡Herejes! – gritaban los ancianos – ¡Llegarán a las piedras por sobre nuestros cadáveres! Reb Schloime quedó pensativo y luego sacó su tabaquera. Nosotros, que desde hacía un rato nos habíamos olvidado de todo y casi no respirábamos, respiramos ahora aliviados. Alguien preguntó: ¿Y por qué calla el que sabe el secreto del brillante y no trata de conciliar a los jóvenes con los viejos? La desgracia es, precisamente –dijo Reb Schloime– que con el tiempo olvidaron el brillante. Quizá alguien que murió repentinamente y no tuvo tiempo de dejar testamento... Quizá alguno no creyó a su propio padre y no quiso engañar a su hijo... Basta. Olvidaron el brillante y jóvenes y viejos pelean por piedras... Reb Schloime había concluido su relato. Pero nosotros continuaremos preguntándonos qué sería el brillante... Extraído de “La Torá, el Libro de la Vida”, Vaad Hajinuj Hakehilatí –AMIA, 2003 Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 29/53 Educación Judía Si es que no más alto aún (Relato Jasídico) Por Itzjak Leib Peretz. Y el Nemirovense 1 solía todas las mañanas, en las horas de Selijot esfumarse, desaparecer. No se lo veía por ninguna parte: ni en la sinagoga, ni en ambas academias talmúdicas, ni en ningún minián, ni mucho menos en su casa. La casa permanecía abierta. Cualquiera podía entrar y salir libremente de ella. Al rabí nadie le robaba, aunque en la casa no había un alma. ¿Dónde puede estar el rabí? ¿Dónde ha de estar? Seguramente en el cielo. ¿Pocos asuntos tiene para resolver un rabí antes de lamim Noraim? Los judíos, libres estén de maleficio!, necesitan de qué vivir, paz, salud, buenos partidos para sus hijos, quieren ser buenos y piadosos; y los pecados, no cabe duda que son grandes, y Satanás, con sus mil ojos, escudriña desde un extremo al otro del mundo, y ve, y acusa, y delata ... ¿y quién ha de ayudarles si no el rabí? Así conjeturaba la gente. Pero un día llegó un judío lituano. j Pues lo toma a risa! Ustedes bien saben como son los lituanos: de los Libros de Amonestaciones y Etica 2 no son partidarios; en cambio, se atiborran con el Talmud y la Jurisprudencia Rabínica 3. Y el lituano les arguye con una incuestionable cita de la Guemará, ¡les da con ella en los ojos! 4 Les hace ver que ni aun Moisés mismo pudo subir al cielo en vida, sino que se mantuvo a diez palmos por debajo del cielo. ¡Vaya usted a discutirle a un lituano! 1 El Rabí de Némirov. A los rabíes más célebres, por su sabiduría y la gran cantidad de jasidim que los visitaban periódicamente, viniendo desde pueblos y ciudades próximos y lejanos, se los conocía simp lemente por el nombre de la ciudad donde ejercían su "reinado". Entre muchos otros, pueden mencionarse al rabí de Kotzk (el “Kótzker”), que pinta José Opatoshu en su novela En los Bosques P olacos; el rabí de Gur (el “Guérer”), etc. 2 Ciertos libros sobre transgresiones contra la ética y los preceptos del judaísmo, tanto religiosos como civiles. 3 Textos (basados todos en el Talmud) que contienen las leyes dictadas en distintas épocas por los rabinos, sobre asuntos religiosos y civiles que tienen relación con la comunidad judía. 4 Dar en los, ojos una cosa. Fr. fig.: Ser tan clara y patente que por sí misma se hace conocer a primera vista (Diccionario de la Real Academ ia Española). En el texto de Péretz dice en ídisch: Di Oign shtejt er ois, que significa lo mismo. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 30/53 Educación Judía - ¿Pero entonces dónde se mete el rabí? -¡Para lo que a mí me importa! - responde, encogiéndose de hombros; pero en el mismo instante (¡de lo que es capaz un lituano!) se hace el propósito de indagar el asunto. Ese mismo día, en seguida después de la Oración del Atardecer, el lituano se introduce furtivamente en la habitación del rabí y se acuesta debajo de su cama. Está dispuesto a pasarse allí toda la noche y averiguar dónde se mete el rabí, qué es lo que hace en las horas de Selijot. Otro probablemente se habría dormido y dejado escapar la ocasión; un lituano, empero, sabe darse maña; se pone, pues, a recitar de memoria un tratado íntegro del Talmud; no recuerdo bien si Julin 5 o Nedarim 6. A la madrugada oye que golpean en la puerta despertando para ir a la sinagoga para las oraciones de Selijot . Hacía ya un buen rato que el rabí se hallaba despierto. Desde hace casi una hora lo oye lanzar quejidos. Quien haya oído gemir al Nemirovense sabe cuánta tribulación por toda la grey judía, cuánta angustia había en cada quejido suyo... Partía el alma oírlo. Pero un lituano tiene el corazón de piedra. Lo oye, pues, y sigue acostado. El rabí también. El rabí, ¡muchos años viva!, sobre la cama; el lituano, debajo de la cama. Después oye el lituano como las camas comienzan a crujir... como los moradores de la casa se levantan, murmuran alguna que otra palabra, hacen las abluciones, oye como se abren y cierran las puertas ... La gente ha salido de la casa. Vuelve a hacerse el silencio y la oscuridad. Por la ventana se filtra apenas un tenue resplandor lunar. . . El lituano confesó después que al quedarse solo con el rabí le acometió un pavor irrefrenable. Se le puso la piel de gallina. Las raíces de las patillas se le clavaban en las sienes como agujas. No era para menos. j A solas con el rabí, de madrugada, a la hora de Selijot! Pero un lituano es terco. Tirita, pues, como un pez en el agua y continúa acostado. El rabí, ¡muchos años viva!, se levanta por fin. Primero hace lo que a un judío le está prescripto hacer al levantarse... Luego se acerca al guardarropas y saca de ahí un envoltorio. A la vista del lituano aparecen ropas de campesino: pantalones de brin, grandes botas, un sayo, un gran gorro de piel y un largo y ancho cinto de cuero claveteado con tachuelas de latón. 5 Trata de todos los asuntos concernientes a la preparación de las reses para ser carneadas, y hasta del estado de salud en que ellas deben encontrarse para que se las pueda carnear, asimis mo de la preparación de la carne para que sea casher, vale decir, apta para el consumo de acuerdo con la tradición y la ética judías. 6 Votos. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 31/53 Educación Judía El rabí se viste todo eso. Del bolsillo del sayo asoma el extremo de una gruesa soga... de las que usan los campesinos. El rabí sale. El lituano tras él. De paso entra el rabí en la cocina, se agacha, toma un hacha de debajo de una cama, se la coloca en el cinto y sale de la casa. El lituano tiembla pero no abandona la empresa. Un silencioso pavor de Iamim Noraím se mece sobre las penumbrosas callejas. A ratos se escapa un grito de selijot de algún minián o el gemido de algún enfermo a través de una ventana... El rabí camina todo el tiempo pegado a las paredes, envuelto en las sombras de las casas. Emerge de una casa a otra, y el lituano tras él ... Y el lituano oye como los latidos de su corazón se amalgaman con el resonar de los pesados pasos del rabí. Pero continúa caminando y llega, en pos del rabí, a las afueras de la ciudad. En el linde de la ciudad hay un bosquecillo. El rabí, ¡Dios le dé larga vida!, se interna en él. Camina treinta o cuarenta pasos y se detiene frente a un arbolito. Y el lituano queda estupefacto al ver que el rabí saca el hacha del cinto y se pone a cortar el arbolito. Mira atónito como el rabí descarga golpe tras golpe, oye como el arbolito gime y cruje. Hasta que el arbolito cae. Y el rabí lo corta en trozos, y los trozos en, chamizas. Luego las junta en un haz, los ata con la cuerda que trae, se echa la carga de leña a la espalda, vuelve a colocarse el hacha en el cinto, sale del bosque y se encamina de regreso a la ciudad. En una calleja suburbana se detiene ante una mísera, semiderruída casucha y golpea en la ventana. -¿Quién es? - Preguntan desde adentro, con voz medrosa. El lituano nota que la voz es de una mujer judía, de una mujer enferma. -Ia (Yo) - responde el Rabí en ucraniano. -¿Kto ia? (¿Quién “yo”?) - Vuelven a preguntar desde adentro. Y el Rabí torna a responder en ucraniano. -Vasil. -¿Qué Vasil y qué es lo que quieres, Vasil? - Leña - dice el fingido Vasil- traigo para vender. Muy barata, a mitad de precio. Y sin aguardar respuesta, penetra en la casa. El lituano se desliza también dentro de la casa; y a la grisácea luz del amanecer entrevé un mísero cuartucho, modestos, rotos enseres domésticos... En el techo yace una judía enferma, envuelta en harapos. Y dice con amarga voz: -¿Comprar? ¿Con qué he de comprar? ¿Acaso yo, una pobre viuda, tengo dinero? Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 32/53 Educación Judía - Te la fiaré - responde el presunto Vasil-. No son más que seis groschn 7. -¿De dónde sacaré para pagarte? - gime la pobre judía. -¡Criatura tonta! – la regaña el rabí- Mira, tú eres una mujer pobre y enferma, y yo te fío este poco de leña, tengo confianza en que la pagarás; y tú tienes un Dios tan grande y poderoso y no confía s en Él... ¡y por seis míseros groschn que importa el haz de leña no tienes fe en Él! ... - ¿Y quién me encenderá el horno? - gime la viuda- ¿Acaso tengo fuerzas para bajar de la cama? Mi hijo se ha quedado en su trabajo. - Yo mismo te lo encenderé - le dice el rabí. Y mientras colocaba la leña en el horno, el rabí, gimiendo, recitó el primer himno de las Selijot ... Y cuando encendió el fuego y la leña comenzó a arder alegremente, recitó, ya un poco más animado, el segundo himno de las Selijot. El tercer himno lo recitó cuando la leña se hubo convertido rugientes brasas. Y cerró la boca del horno. El lituano, que fue testigo de todo esto, se convirtió, ya para siempre, en un adepto del rabí de Némirov. Y desde enton ces, cuando algún jasid contaba que durante los días de Selijot el Nemirovense sube todas las mañanas al cielo, el lituano ya no se reía, sino que agregaba en voz baja: - ¡Si es que no más alto aún! Extraído de PÉRETZ, ISAAC L. (1966), Más alto aún, Ateneo Judeo Argentino, Rosario. 7 La moneda rusa de más ínfimo valor, equivalente a medio kópek. Ésta última es de un céntimo. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 33/53 Educación Judía Me va bien: soy huérfano por Shólem Aleijem A DESDE que tengo uso de razón, no recuerdo haber estado tan mimado como ahora. ¿La ca usa ? Como ustedes saben mi padre, Peisi el cantor, murió el primer día de Pentecostés, y quedé huér fano. Desde el día siguien te al de las fiestas, mi hermano Eli y yo, comenzamos a rezar el Fue precisame nte él quien me enseñó a hacerlo. kádisch 1. Mi hermano Eli es muy abnegado, pero un mal peda gogo: es un cascarrabias, y no escatima bofetada s y otros golpes. Abrió el libro de oraciones y se sentó junto a mí para hacerme aprender de memoria el kádisch. Pero, apen as habíamo s leído por vez primera la oración, ya quiso que la supiera de memoria, de un solo tirón. La repitió una vez más, y otra vez, desde el principio hasta el fin, ordenándom e que ahora la dijese solo, de memoria e íntegram ente. Hasta el final de.la primera frase, la cosa marchaba más o menos bien; pero de allí en adelante comen cé a tropezar. Me dio un codazo que me hizo ver las estrellas, y me dijo que no prestaba aten ción a una cosa tan sagrada, que tenía la cabeza quién sabe dónde, en alguna parte, afuera, o que esta ba pe nsa ndo en el ternerito (¡cómo si lo hubiera adivinado, o como si hubiese leíd o mis pensamie ntos!..) No se descorazonó, repitiendo conmigo íntegramente toda la oración. A fu erza de repeticione s, llegué a aprenderlo casi hasta el final, per o de nuevo trope cé, y ya no estu ve e n co ndicione s de dar un solo paso hacia adelante. Se apoderó entonces de mi oreja y me dijo que ojalá se levantara nuestro padre de la tum ba par a ver qué clase de hijo había dejad o e n este mun do. - Entonces me ahorraría el trabajo de aprender el kádisch... - dije yo a mi hermano Eli, tras lo cual me sa cu dió una sonora bofetada dada con la mano izquierda en mi mejilla der echa. Madr e lo oyó y lo repren dió severamente, diciéndole que no se me podía pegar, porque era huérfan o. 1 Kádisch: de acuerdo con las costumbres judías. responso que los hijos varones están obligados a rezar en memoria de los padres, tres veces al día. (N. del T.) Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 34/53 Educación Judía -¡ Qu e Dios se apia de de ti! ¿S abes lo que estás haciendo? ¿A quién pegas? ¡Parece que te has olvida do que la criatura es un huérfano! Duerm o co n madre en la cama de padre, que es el único mueble que ha quedado en casa. Y de noche, ella me ced e casi toda la frazada. - Abr íg ate - me dice -, y duérm ete, mi querido huérfano: comida en casa, no hay... Le hag o caso y me a brigo, per o estoy lejos de dormirm e: repito de memoria el kádisch, que ya teng o apre ndido ínte gram ente. No voy más al jéder 2 , no estudio, no rezo, no canto, en fin, me ve o libre e n absolu to. Me va bie n: so y h uér fa no. B Esto y de par abie ne s, pu es ya sé todo el kádisch de me moria. Cuando llega mi turno en la sinago ga, me su ben a uno de los bancos y me despacho con toda habilidad. Tengo una buena vo ce cita here dada d e mi pa dre, una verdadera voz de soprano. Toda la chiquilinada me rodea y, al parecer, me tie ne envidia. Desde la par te de arriba, las mujeres, al mirarme, lloran. Y los ho mbres, de vez en cua nd o me regalan un copek. El hijo del ricacho losi Henej, el del ojito (que e s un tip o sum am ente envidioso), cuando me toca rezar en voz alta el kádisch, se coloca e nfr ente y me saca la lengua, desviviéndose para que me largue a reír. Pero, para llevarle la contra, me esfuer zo por no reír. Esto lo llega a notar el cuidador de la sinagoga; se acerca ha sta don de estamos y lo to ma de la oreja, sacándolo fuera de la sinagoga. ¡Muy bien hecho! Com o ten go que rezar el kádisch por la mañana y por la noche, ya no voy más a la casa de Heisch-B er el cantor, y ya no tengo que llevar cargada a su hijita Dobzi. Estoy com pleta me n te libre; me voy por todo el día al río, para bañarm e o par a pescar. Aprendí solo a hacerlo. Si quier en, puedo enseñarles tam bién a ustedes. Se cierra la camisa en el extrem o mediante un nu do en las mang as, y se la lleva, caminando lentamente en el agua, sum ergido uno hasta el cuello. Ha y que caminar durante mucho tiem po, y cuando comienza a sentirse que la camisa se pone pe sa da, es se ñal que ya está llena. Se sale entonces del agua lo más rápidam ente posible y se sa cud e en el suelo cuanto hay aden tro: todas las plantas y el barro, mirando co n mucha a ten ción. Muchas veces, entr e las plantas, hay sapitos y ranitas, a los qu e uno vuelve a tirar al agua: da n lá stim a, porque son seres vivientes. Entre el espeso barro su ele a veces en con trarse unas san guijuelas. Pero esto ya repr esenta dine ro: por una docena pagan 2 Jéder: escuela judía en la que se enseñan las primeras letras, y también, en la graduación superior, el pentateuco y, a veces, inclusive el ta1mud. (N. del T.) Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 35/53 Educación Judía un copek y medio, que ya es algo... Pero no traten ustedes de buscar peces: antaño los había en abunda ncia, ahor a no los ha y en absoluto. Claro que a mí esto no me preocupa mayorme n te porqu e me d oy p or contento con las sanguijuelas. A sí y todo, no siem pre las h ay; este verano, por eje mplo, no h a h abido ni una sola. No sé de d ónde h abrá llegado a enterar se mi hermano Eli que me dedico a la pesca. La cuestión es que casi me arranca una oreja por ella. Es una suer te que Pesie la gor da, nuestra ve cin a, lo viera. La propia madre no defiende tan abnegadamente a su hijo como ella lo hizo conmig o: -¿Así se p eg a a u n hu érfano ? - le gritó. A vergonzado, mi hermano Eli soltó mi or eja. Tod os me defiende n, to do s están en mi favor. Me va bien: soy huérfano. C Nuestra vecina, Pesie la g orda, me quiere muchísim o. Se prendió a mi madre, insistiendo en que yo me mudara a casa de ella y que me quedara a vivir allí. -¿Qué le ha de importar esto a usted? –argumentó - A mi mesa se sientan doce personas; él sería el número trece. Con grande s dificultades co nsiguió la conformidad de madre; pero entonces intervino mi hermano Eli. -¿Y quié n cuidará d e él para que vaya a la sinagoga a decir diariamente el kádisch? - Soy yo la que cuid aré de él. Y bueno: ¿ya estamos? ¿ Ya no tiene nada que objetarme? Pesie la gorda no es ninguna per sona pudiente. Su marido es encuadernador, y se llama Moisés. Tiene fama d e ser el mejor especialista en su oficio; pero esto es poca co sa, porque aqu í, com o en to das par tes, hay que tener suer te. Así dice Pesie a mi madre, y ésta lo confirma. Dice mi madre, que hasta en la desgracia hay que tener suerte. Me pone a mí com o ejemplo: soy huérfano, pero tod os me quieren, todos desean tenerme consigo. Hay muchos que hubieran dese ado te nerme definitivamente, pero, así revienten los enemigos, ella no me entregaría para sie mpre. Así dice madre, y llora. Se hace aconsejar por mi hermano Eli: - Qué te parece, ¿lo dejamos por un tiem po en casa de P esie? Mi hermano Eli ya es grande, pues en caso contrario nadie consultar ía con él. Se pasa la mano por la cara limpia e imberb e aún, com o si ya estuviera acariciando la barba en ciern es, y habla como una persona mayor: - Bu eno, con tal que n o sea dem asiado travieso. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 36/53 Educación Judía Y la co sa q ueda en que yo, por lo pronto, estaré en casa de nuestra vecina Pesie, pero con la co ndición de que no se a demasiad o travieso. Yo no sé: todo, todo, es para ellos «ser travieso» Atar un trozo de papel a la cola de un gato y mirar cóm o el animalito se revuelve, es para ellos ser travie so. Descarg ar golpes con un palo en la verja del jardín de la casa en que vive el pope de la iglesia cristiana, provocando la desesper ación de los perros que comienzan a ladrar furiosam en te, es para ellos ser travieso. Sacarle el tapón al barril que lleva en su carro Leibke, el ag uatero, y hacer esca par casi la mitad del contenido, es para ellos ser travieso... - ¡Suerte qu e tie nes de ser huérfano! - me grita Leibke, el aguatero - En caso contrario, te rom pería una mano y un a pierna. ¡Puedes cr eer en mi palabra! Creo en su palabra. Pero sé muy bien que ahora no se atreverá a tocarme ni con un dedo siquiera. Me va bien: soy h uér fano. D Que me perdo ne nuestra vecina, Pesie la gorda, pero lo que ella había dicho fue una mentira. Había dich o que a su mesa se sentaban doce personas, pero según mis cálculos resulté ser el número tr ece, pues al parecer había olvidado calcular al tío Baruj, el ciego. O a lo mejor, no lo calculó entre los que comen, porque ya es muy viejo y carece de dientes para masticar: no voy a discu tir mucho sobre el asunto. Es cierto que no está en condiciones de masticar, pero en cam bio, sabe tragar directam ente, y ¡cómo traga! Para apoderarse rápidam en te de los tro zo s de comida, se apura y mete la mano tan bien como todos los dem ás. Yo les imito, y me pe gan, pero lo hacen por debajo de la mesa, con los pies. Más que otros, me pega Vasthi. Va sthi es un ase sin o. En verdad se llama Herschel, pero com o tiene una especie de prominencia en la fre nte, se les dio por apodarle Vasthi, igual que la mujer del rey Assuero. Todos aquí tienen su apo do: Tronquito, Gato Negro, Búfalo, Petelele, Dame Más, Úntalo con Manteca, etc. No se extra ñe n uste des, porque cada apodo tiene su origen y motivo. Piñe se llama "Tronquito", porque es petizo y rechoncho com o un tronco; Vélvel es muy moreno de tez y se lo llamó "Gato N egro"; Jaim es grand ote, y se le dio el apodo de "Búfalo"; Méndel tiene una nariz puntiag uda, y se le bautizó "Pico negr o", "Petelele" se llam a así porque aún no sabe ha blar bien. Berl es un gran glo tó n, y cuando se le da un trozo de pan con grasa de ganso, siem pre dice "Dame más"; a Zóraj se le dio el feo apodo "Úntalo con manteca" debido a un defecto muy feo del cual no tien e la culpa. Probablem ente, la culpable sea la madr e que lo abandonó, se descuidó y no le lavó la cabe za suficientemente; o, ¿quién sabe? A lo mejor, ni ella tiene porque car gar con esa culp a: no he de insistir mayormente sobr e el particular, ni con más razón he d e pelear por ello. En pocas palabras: es una casa en la que cada uno tiene su apodo. ¿Par a qu é quiere n ustedes más? La gata, que es un anim al irracional, qu e segurame nte no tie ne culpa de nada, también tiene su apodo: se le llama "Feigue-Lia, la encargad a". ¿S aben cuál e s el motivo de este apodo tan raro? P ues, porque es gor da, y Feigue- Lia, la mujer de Najmen, el encargado de la administración de la sinagoga, es una Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 37/53 Educación Judía mujer muy gorda. ¿Sabe n qué ca ntidad de bofetadas recibier on esos muchachos por haber dado nom bre de persona a un anim al? Pero todo es inútil: una vez que han dado un apodo a alguien n o h ay quien se lo saq ue. E ¿A que n o adivinan qué clase de apodo me pusier on a mí? Pues, "Motl, con los labios"... Al par ecer, no les gustaron los míos, y decían que, cuando como, los muevo. Quisiera yo ver a una persona que, al com er, no mueva los labios. No soy muy quisquilloso, ni de aquellos a quien es no se les p uede hacer una broma, pero no sé por qué, aquel apodo me disgustó enorm eme nte. Y, precisamente por eso, ellos me hacen rabiar e insisten a cada mom ento e n llam arme así. ¡Qu é seres más fastidiosos! Jamás había visto a nadie que se les asemejara. Al principio, mi nom bre era para ellos "Motl, con los labios"; luego, sencillame nte "Con los labio s"; más tar de, se abrevió hasta tom ar la forma de “Los labios”, y finalmente, "Labios". - Labio s, ¿d ónde estuviste? - Labio s, ¡límpiate la nariz! Yo me ponía fu era de m í, la ofensa me quemaba y me largaba a llorar. En una oportunid ad lo no tó su pa dre, el marido de Pesie, el encuader nador Moisés, y me preguntó por qué lloraba. -¿Cóm o no he de llorar - le dije- si me llam o M otl, y ellos m e dicen Labios? -¿Quién te lo dijo ? - preg untó. - Fu e Vasthi - respo ndí. El padr e quiso pegarle, pero Vasthi alegó que no era él, sino Tronquito. El padre quiso darle una tun da a Tronquito, y éste le cargó la culpa a Gato Negro. Y así, se pasaron el bulto uno al otro, sin fin. Entonces, al padre se le ocurrió una solución: puso en el banco a todos, uno tras otro, dá ndoles una buen a azotaina. con una tapa de car tón grueso de un libro de oraciones, mie ntras de cía: - ¡Malnacidos! Yo os he de ensei1ar cómo burlarse de un huér fano, que el diablo se apodere de la tierra de vu estro pa dre! 3 Así transcurre n las cosas: cada uno intercede por mi, todos me defienden. Me va bien: soy huérfan o... Extraído de ALElJEM, SHÓLEM (1960), Motl, hijo de Peisi el cantor, Editorial lcuf: Buenos Aires. 3 Una maldición muy difundida entre los judíos de aquella. región y época, a fines del siglo pasado y comienzos del presente. (N. del T.) Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 38/53 Educación Judía El tesoro (Recopilado por Martin Buber en Cuentos jasídicos: Los maestros continuadores. Tomo 11. ) Rabí Búnam acostumbraba a relatar a los jóvenes que venían por primera vez la historia de Rabí Aizik, hijo de Rabí lekel de Cracovia. Después de muchos años de extremada pobreza que no debilitó jamás su fe en Dios, soñó que alguien le pedía que fuera a Praga a buscar un tesoro bajo el puente que conduce al palacio del rey. Cuando el sueño se repitió por tercera vez, Rabí Aizik se preparó para el viaje y partió para Praga. Mas el puente estaba vigilado noche y día y él no se atrevía a comenzar a cavar. Sin embargo, iba allí todas las mañanas y se quedaba dando vueltas por los alrededores hasta que se hacía oscuro. Finalmente el capitán de los guardias, que lo había estado observando, le preguntó de buena manera si estaba buscando algo o esperando a alguien. Rabí Aizik le refirió el sueño que lo había traído desde una lejana comarca. El capitán rió. "¡Así que por obedecer a un sueño, tú, pobre amigo, has desgastado las suelas de tus zapatos para llegar hasta aquí! y en cuanto a tener fe en los sueños, también yo, de haberla tenido, hubiera partido cuando soñé una vez que debía ir a Cracovia y cavar en busca de un tesoro debajo de la estufa en el cuarto de un judío. ¡Aizik, hijo de lekel! Así se llamaba. ¡Aizik, hijo de lekel! Me imagino lo que hubiera pasado. Habría probado en todas las casas de por allí, ¡donde una mitad de los judíos de llama Aizik y la otra mitad se llama lekel!". Y volvió a reír. Aizik saludó y viajó de vuelta al hogar. Cavó debajo de la estufa, encontró el tesoro y construyó la Casa de Oración que se llama "El Shul de Reb Aizik". "Tomad esta historia en serio", solía agregar Rabí Búnam, "y haced propias estas palabras: Hay algo que no puedes encontrar en ninguna parte del mundo, ni siquiera en la casa del tzadik. Y hay, sin embargo, un lugar en el que puedes hallarlo". Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 39/53 Educación Judía Historia de los dos que soñaron (Del libro de las 1001 Noches, noche 351) en Jorge Luis Borges, “Historia universal de la infamia (1935)” El historiador arábigo El Ixaquí refiere este suceso: "Cuentan los hombres dignos' de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme), que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió una noche debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño un hombre empapado que se sacó de la boca una moneda de oro y le dijo: "Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla." A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos, de las naves, de los piratas, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó el fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y por el Decreto de Dios Todopoderoso, una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron con el estruendo de los ladrones y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo, y le menudearon tales azotes con varas de bambú que estuvo cerca de la muerte. A los dos días recobró el sentido en la cárcel. El capitán lo mandó buscar y le dijo: "¿Quién eres y cuál es tu patria?" El otro declaró: "Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Mohamed El Magrebí." El capitán le preguntó: "¿Qué te trajo a Persia?". El otro optó por la verdad y le dijo: "Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que esa fortuna que prometió deben ser los azotes que tan generosamente me diste". Ante semejantes palabras, el capitán se rió hasta descubrir las muelas del juicio y acabó por decirle: "Hombre desatinado y crédulo, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo en cuyo fondo hay un jardín, y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol una higuera y luego de la higuera una fuente, y bajo la fuente un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, engendro de una mula con un demonio, has ido errando de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no te vuelva a ver en Isfaján. Toma estas monedas y vete". El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la fuente de su jardín (que era la del sueño del capitán) desenterró el tesoro. Así Dios le dio bendición y lo recompensó y exaltó. Dios es el Generoso, el Oculto." Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 40/53 Educación Judía SHMUEL YOSEF AGNON Shmuel Yosef Agnon (Czaczkes) nació en Buczacz (Galizia oriental) en 1888. Murió en Israel en 1970. Comenzó a escribir a edad muy temprana y su primera obra (un poema escrito en idish) se publicó en 1903. En 1907 arribó a Israel. Para ese entonces era ya un autor conocido. Se estableció en Jaffa. En 1913 viajó a Alemania, donde permaneció hasta 1924. En ese año regresó a Israel y se estableció definitivamente en Jerusalén. Su vasta obra literaria se desarrolla en medios sociales diversos: las pequeñas aldeas de Galizia, Alemania, Jaffa y Jerusalén. Fue el primer escritor hebreo que obtuviera el Premio Nobel de Literatura (en 1966) por la dimensión y trascendencia de su obra. Las influencias más notorias ejercidas sobre él fueron las de las fuentes tradicionales de la cultura judía (la Biblia, el Talmud, la literatura rabínica, etcétera), la literatura hebrea del iluminismo y la Segunda Alia y la literatura germana y escandinava, que leía desde su juventud. La amplitud y profundidad de su obra hace sumamente difícil cualquier intento de resumirla brevemente. Quizá pueda decirse que su originalidad estilística radica en el redescubrimiento de los riquísimos tesoros de los diversos estilos y niveles de la lengua hebrea que supo combinar y aprovechar con singular virtuosismo; en lo temático se da en la revelación de nuevos aspectos y rostros del judaísmo tradicional, en particular el jasidismo. Sus obras completas (cuentos y novelas) incluyen ocho volúmenes publicados hasta su muerte y una serie de ediciones póstumas, que aún no se ha completado. Los títulos más conocidos son: Huésped por una noche; Ayer, anteayer; Una historia simple; Shira (novelas); El fuego y los árboles; Unos y otros; El libro de los relatos (cuentos). LA MONEDA por Shmuel Yosef Agnon Un hombre muy pobre que volvía de la Sinagoga, donde había celebrado el advenimiento del Sábado, vio de pronto una moneda en el camino. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 41/53 Educación Judía El pobre se dijo entonces: —Buena me la ha jugado el azar, pues ¿qué puedo hacer si hoy es sábado y no debo tomarla? De haberla encontrado antes de oscurecer, habría podido comprar con ella unas cuantas pasas de uva y vino para la Santificación, o comprar pan de trigo, o cualquier otra cosa para celebrar el Sábado. Fue a su casa y recibió el Sábado sin vino y sin pan de trigo y sin cosa alguna placentera, y lo santificó con un pedazo de pan negro. Por la mañana, cuando iba a la sinagoga, se dijo aquel pobre: —Iré y la contemplaré. Si no la vio y no la levantó alguno que no observa el Sábado, la hallaré en su sitio. Al llegar allí vio que no era una moneda de cobre, sino de plata. Se dijo entonces: —Doble suerte la mía; pensaba encontrar un cobre y encontré una real moneda. El Señor, loado sea, me somete a una gran prueba —y enderezó sus pasos hacia la Sinagoga. Después de la oración, se dijo el pobre: —Ahora, ya no la encontraré. Muchos habrán pasado junto a ella, y muchos la habrán visto. ¿Acaso es posible que la advirtiesen y la tomaran? De todos modos, iré hacia allí: si no la recogieron, veré si en verdad es de plata, y si la recogieron, me libraré de ideas prohibidas y no pensaré más en ella. Llegó y la vio en el mismo lugar, tal como estaba en la víspera, tal como estaba por la mañana. Sólo que la moneda de la víspera era de cobre, y la de la mañana era de plata; y he aquí que ésta era de oro. —Si no es cosa de magia, es obra del sol, ya que el sol del mediodía se refleja en ella y la hace parecer de oro. Y si no es de oro, es de plata, con toda seguridad. Y se dijo el pobre para sí: ¡Cuántas cosas podrían comprarse con esta moneda! No tengo más que levantarla, y de inmediato estarían en mis manos todos los placeres del mundo: pan blanco, y un poco de vino y arenque y otras cosas buenas con las que puedo celebrar el Sábado ,y complacer al cuerpo. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 42/53 Educación Judía Lo consideró el pobre una vez y otra vez, pero estaba lleno de reverencia sabática y volvió a su casa con las manos vacías. A la hora de minjá, la segunda oración, no fue a ver la moneda. —Quién sabe si podré resistir la tentación. Pude vencerla el Sábado, cuando todo estaba cerrado, pero en Minjá, tal vez no; dentro de una hora abrirán los negocios, y aromas de comidas y bebidas vendrán de ellos a mis narices; temo no poder contenerme. Pero la tentación es a veces más fuerte que el hombre. El intenta vencerla, pero ella lo envuelve, diciéndole: —¿Acaso digo que la tomes en tus manos? Se la empuja suavemente con el pie, se la aparta hacia un lado, o se le coloca una piedra encima, no sea que venga alguno y la recoja. Cuando terminó la oración de Minjá, acudió de nuevo al lugar: mirar no es pecado. Era aquella la hora del crepúsculo. El sol estaba en su ocaso y desprendía chispas de oro. Apenas llegó el pobre junto a la moneda, la encontró en su sitio, pero no era una, eran muchas monedas. Tal vez no fuesen muchas, sino aquella única que se proyectaba alrededor, como sucede con una moneda que cae entre desperdicios y éstos resplandecen gracias a ella. Sea como fuere, aquella moneda era de oro. Si se inclinara y la tomase podría mantenerse con ella dos, tres semanas. ¿Acaso son tantas las necesidades del pobre? Con una moneda de oro puedes hacerlo subsistir varias semanas. Se dijo el pobre: —Bueno es que en mi casa no haya con qué preparar la tercera comida, y libre de ella, pueda pararme aquí y contemplar la forma de una moneda. Es tonto el que ha dejado aquí su dinero entre los desperdicios. ¿Acaso cree que florecerá y dará frutos? Yo en su lugar lo hubiese conservado sobre mi corazón, y cada vez que mi esposa y mis hijos me pidieran algo para comer, les diría: "Glotones que sois, ¿queréis comer? Pues en seguida tomo una moneda de oro, entro en la tienda y se la doy al tendero". Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 43/53 Educación Judía Antes que cediera el pobre al impulso de doblar su cuerpo como lo hacen los humildes cuando ven una moneda de oro, se le ocurrió que tal vez fuese cosa del diablo; que fuera Satán quien dejó las monedas, para ponerlo a prueba. Se incorporó de inmediato y dijo: —Qué burlón es; se yergue sobre la basura y se ríe de un judío. Está libre de oraciones y tiene libre su mente, pero yo, yo tengo que rezar el Arvit y mi mente no está libre para cosas de risa. En seguida se apartó de aquel lugar y corrió a la Sinagoga. Después de haber rezado el Arvit, no quiso mirar siquiera las monedas. Dijo: —Basta con que se hayan burlado de mí todo el día. Pero apenas apartó la vista de ellas, las monedas le hicieron guiños, como las piezas de oro cuando brillan. Al ver esto, se dijo: —Ahora que el Santo Sábado se ha ido, pasaré y veré qué es lo que brilla tanto. Se inclinó y vio lo que no ha visto ojo alguno ni hombre alguna vez ha contado. Extendió el brazo y metió monedas en sus bolsillos hasta que se llenaron. ¿Tal vez sus bolsillos eran pequeños? Pues no, eran bien grandes. ¿Tal vez las monedas eran livianas? Ven y verás lo que compró por una de ellas: vino para la Havdalá y pan de trigo y arenque y otras cosas que hacen bien al cuerpo y no dañan el espíritu, y aun quedó vuelto en sus manos. Volvió contento a su casa. Cuando terminó de entonar Era un hombre justo, su esposa había preparado una mesa llena. Lavó sus manos y se sentaron a comer, él y toda su familia, dando buena cuenta del festín y despidiendo al Sábado con todos los honores. Nada le faltó desde entonces al Sábado. Ni les faltó nada a él ni a sus hijos. Puesto que había sabido observar el Sábado en la pobreza, se hizo acreedor a la observancia de muchos Sábados en la abundancia. extraído de FEIERSTEIN, RICARDO (Compilador), “Antología de narradores israelíes”, Bs. As., Ed. MILÁ, 1993. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 44/53 Educación Judía Comentario sobre el humor judío Por Rudy y Elihau Toker. (…) “nosotros creemos que el humor judío (y el humor en general) es algo diferente de la agresión, de la denigración, del desprecio del diferente. Por eso no van a encontrar en este libro esa clase de "chistes", por llamar de esa manera al prejuicio y al maltrato, disfrazados de humor. Aquí hay humor judío, no chistes "de judíos". Aquí están esos chistes, frases, cuentos y textos que nos conmovieron, que nos hacen pensar mientras no paramos de reír, que nos hacen reír mientras no paramos de pensar. Aquella frase que recordamos de niños, porque la escuchamos por la radio o en una película o nuestra bobe, nuestra abuela, nos la decía cada vez que no queríamos comer, o cuando queríamos comer demasiado. En pocas palabras, disfrutamos mucho del humor judío, que para nosotros es una fiesta.” (…) Extraído de RUDY, ELIHAU TOKER (2009), ¡Gogl Mogl! – El gran libro del humor judío, Invitación, , Editorial Sudamericana. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 45/53 Educación Judía Para acabar con la tradición judaica Leyendas jasídicas según la interpretación de un distinguid o erudito / por Woody Allen Un hombre viajó a Chelm a fin de pedir consejo al Rabino Ben Cádiz, el más sabio de todos los rabinos del siglo XIX y quizás el noodge 1 más importante de la Edad Media. -Rabino -preguntó el hombre- ¿dónde puedo encontrar la paz? El jasídico lo miró y dijo: - jRápido, mira detrás tuyo! El hombre dio media vuelta, y el rabino Ben Kaddish le dio en la nuca con un candelabro. -¿Es paz suficiente para ti? - le dijo ajustándose su yarmulke. 2 En esta parábola se hace una pregunta absurda. No sólo es absurda la pregunta, sino también el hombre que viajó a Chelm para hacerla. No es que estuviera muy lejos de Chelm, pero ¿por qué no pudo quedarse donde estaba? ¿Por qué fue a molestar al rabino Ben Kaddish? ¿Acaso el Rabino no tenia suficientes problemas? La verdad es que el Rabino estaba hasta la coronilla de este tipo de graciosos, porque una tal señora Hecht habría mencionado su nombre en un juicio de paternidad. No, la moraleja de este cuento es que este hombre no tiene nada mejor que hacer que vagabundear y poner nerviosa 1 2 Pelma. (N. del T.) Kipá. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 46/53 Educación Judía a la gente. Por ello, el rabino le golpea la cabeza, algo que según la Torá, es uno de los métodos más sutiles de demostrar interés. En una versión similar de este cuento, el Rabino salta encima del hombre en un estado de frenesí y le graba la historia de Ruth en la nariz con un estilete. * * * * * El Rabino Raditz de Polonia era un rabino muy bajo con una barba muy larga. Se dice de él que inspiró muchos pogroms con su sentido de humor. Uno de sus discípulos le preguntó: -¿Quién era el preferido de Dios? ¿Moisés o Abraham? . -Abraham -replicó el Saduceo3. -Pero Moisés condujo a los judíos a la Tierra Prometida - dijo el discípulo. -Pues bien, entonces Moisés- contestó el Saduceo. -Comprendo, Rabino. Fue una pregunta estúpida. -No sólo eso, sino que eres un imbécil, tu mujer es un meeskeit 4, y si no dejas de pisarme, quedas excomulgado. En este caso, al Rabino se le pide que emita un juicio de valor entre Moisés y Abraham. No es asunto fácil, en especial para un hombre que jamás ha leído la Biblia y que siempre lo ha disimulado. Además, ¿qué significa el término, espantosamente subjetivo, “mejor”? Lo que es “mejor” para el Rabino no es necesariamente “mejor” para el discípulo. Por ejemplo, al Rabino le gusta dormir panza abajo. Al discípulo también le gusta dormir sobre la panza del Rabino. Aquí el problema es obvio. También es preciso señalar que pisar el pie de un rabino (como lo hace el discípulo en el cuento) es un pecado, según la Torá, comparable a acariciar matzos 5 con cualquier intención que no sea comerlos. 3 Secta judía opuesta a los fariseos. (N. del T.) Horror. (N. del T.) 5 Panecillo (N. del T.) 4 Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 47/53 Educación Judía * * * * * Un hombre, que no podía casar a una hija suya muy fea, visitó al Rabino Shimmel de Cracovia. Tengo una gran pena en el corazón - le dijo al Reb - porque Dios me ha dado una hija fea. -¿Cuán fea? -preguntó el Rabino. --Si la tumbara en un plato al lado de un arenque usted no podría distinguir quién es quién. El Rabino de Cracovia pensó un largo rato y por último preguntó: -¿Qué clase de arenque? El hombre, sorprendido por la pregunta, pensó rápidamente y contestó: -Eh ... un arenque Bismark. - ¡Qué lástima! - exclamó el Rabino -. Si fuera del Báltico tendría más posibilidades. He aquí un cuento que ilustra la tragedia de las cualidades transitorias de la belleza. ¿Se parece realmente esta muchacha a un arenque? ¿Por qué no? ¿Habéis visto algunas de esas cosas que caminan por ahí estos días, en especial, en lugares de veraneo? y aun cuando así sea, ¿acaso todas las Criaturas no son hermosas a los ojos de Dios? Quizás, pero, si una muchacha parece estar más a gusto en un pote con salsa de vinagre que en un traje de noche, entonces tiene, sÍ, graves problemas. Por una extraña casualidad, se decía que la mujer del Rabino se parecía a un calamar, pero sólo de frente, aunque su tos carrasposa suplía con creces este defecto - algo que no alcanzaré jamás a comprender. * * * * * El Rabino Zwi Chaim Yisroel, erudito ortodoxo de la Torá y que hizo de la lamentación un arte hasta entonces desconocido en Occidente, fue unánimemente considerado como el hombre más sabio del Renacimiento Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 48/53 Educación Judía por sus hermanos hebreos, quienes totalizaban un dieciseisavo del uno por ciento de la población. En una ocasión, cuando se encaminaba hacia la sinagoga para celebrar la fiesta sagrada judía, que conmemora la renuncia de Dios a toda promesa, una mujer le detuvo y le hizo la siguiente pregunta: -Rabino, ¿por qué no podemos comer cerdo? -¿No podemos? -preguntó incrédulo el Rabino iAh, ésa sí tiene gracia! Esta es una de las pocas leyendas de toda la literatura jasídica que trata la ley hebrea. El Rabino sabe que no debería comer cerdo; pero a él no le importa porque le gusta el cerdo. No sólo le gusta el cerdo, sino que se harta de huevos de Pascua. En suma, a él le tiene muy sin cuidado la Ortodoxia tradicional. y considera la alianza de Dios con Abraham como «un disparate más». Por qué la ley hebraica proscribió el cerdo es algo que aún no ha sido aclarado, y algunos estudiosos creen que la Torá simplemente sugiere que no se debe comer cerdo en ciertos restaurantes. * * * * * El Rabino Baumel, erudito de Vitebsk decidió llevar a cabo una huelga del hambre con el objeto de protestar contra la injusta ley que prohibía a los judíos rusos usar zapatillas fuera del ghetto. Durante dieciséis semanas el religioso se tendió en un jergón rústico mirando al techo y se negó a tomar alimento alguno. Sus pupilos temían por su vida y, un día, una mujer se acercó al camastro e, inclinándose sobre el sabio erudito, le preguntó: -Rabino. ¿De qué color eran los cabellos de Ester? El Reb se giró débilmente a un lado y la miró. -iMira lo que se te ocurre preguntarme! - dijo--. ¿Sabes el dolor de cabeza que tengo de no probar bocado durante dieciséis semanas? De inmediato, los discípulos del Rabino escoltaron a la mujer a la sucá donde comió vorazmente del cuerno de la abundancia hasta reventar. 6 6 Lugar de retiro durante la fiesta de Sucot en otoño. (N. del T.) Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 49/53 Educación Judía Hay en este caso un tratamiento muy sutil del problema del orgullo y la vanidad, y todo parece indicar que el ayuno es una tremenda equivocación. En especial con el estómago vacío. El hombre no debe ser el promotor de su propia infelicidad; en realidad, el sufrimiento es fruto de la voluntad de Dios. Aunque jamás alcance a comprender por qué Él disfruta tanto con ello. Algunas tribus ortodoxas creen que el sufrimiento es la única manera de redimirse; los eruditos escriben sobre los miembros de un culto, llamados los Esenitas 7, quienes de forma premeditada andaban por ahí golpeándose la cabeza contra las paredes. Dios, según los últimos libros de Moisés, es benévolo, aunque haya aún muchos temas que él prefiere no tocar. * * * * * El Rabino Yekel de Zans, quien tenía la mejor dicción del mundo hasta que un Gentil le robó el amplificador que llevaba oculto, soñó tres noches consecutivas que, con sólo viajar a Vorki, allí encontraría un importante tesoro. Se despidió de su mujer y sus hijos y se puso en marcha diciendo que volvería en diez días. Dos años más tarde, se le encontró vagabundeando por los Urales, liado con un panda hembra. Congelado y muerto de hambre, el Reb fue trasladado de vuelta a su hogar donde se le pudo hacer volver a la vida a fuerza de sopas calientes y flanken. 8 A continuación, le dieron algo de comer. Después de la cena, narró su historia: a los tres días de su partida de Zans, fue asaltado por nómadas salvajes. Cuando se enteraron de que era judío, le obligaron a zurcir todas sus chaquetas sport. Y a hacerles el dobladillo a los pantalones. Como si no fuera suficiente humillación le pusieron crema de leche en los oídos y se los taparon con cera. Por último, el Rabino se escapó y se encaminó hacia la ciudad más próxima, pero, en cambio, terminó en los Urales, porque tenía vergüenza de preguntar direcciones. Después de contar la historia, el Rabino se puso de pie y se fue a dormir al dormitorio, y iatención! debajo de la almohada encontró el tesoro que había ido a buscar. En éxtasis, bajó de la cama y dio gracias a Dios. Tres días después, vagaba otra vez por los Urales, pero esta vez con un traje de conejo. 7 8 Secta judía austera en los tiempos de los Macabeos. (N. del T.) Comida judía del- este de Europa. (N. del T.) Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 50/53 Educación Judía Esta pequeña obra maestra ilustra ampliamente el absurdo del misticismo. El Rabino sueña tres noches seguidas. Los Cinco Libros de Moisés, restados de los Diez Mandamientos, suman un total de cinco. Menos los hermanos Jacob y Esaú, nos quedan tres. Fue un razonamiento parecido el que llevó al Rabino Yitzhok Ben Levi, el gran místico judío, a ganar la apuesta doble en el hipódromo durante cincuenta y dos carreras consecutivas y aun así terminar viviendo del seguro social. Extraído de ALLEN, WOODY, Cómo acabar de una vez por todas con la cultura, Tusquets Editores, Barcelona, 1974 Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 51/53 Educación Judía Fragmentos seleccionados Moshé recibió la Torá en el Sinaí y la transmitió a Ioshúa; Ioshúa la transmitió a los ancianos y éstos a los profetas. Y los profetas la transmitieron a los miembros de la Gran Asamblea. (Pirké Avot - 1:1) EL LIBRO ... “De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libo. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación.”... JORGE LUIS BORGES en Jorge Luis Borges, “EL LIBRO”, “Borges, Oral” (1979) PUEBLO DEL LIBRO ... “Pueblo del Libro: Nombre con el cual suele identificarse eufemísticamente al pueblo judío en el mundo occidental. En realidad su uso proviene del islam y tuvo una aplicación más amplia. En dicho ámbito solía clasificarse a los no musulmanes en dos grandes grupos: 1) a aquellos que contaban con Escrituras Sagradas reconocidas (judíos, cristianos, zoroastrianos, hindúes) se los consideraba Pueblos o Ámbitos del Libro (Dar al Kitab en árabe), 2) quienes carecían de ellas eran llamados Ámbito de la Espada (Dar el Jarb en árabe) y se los veía como candidatos a la conversión forzosa. Los Pueblos del Libro, por el contrario, eran merecedores de la tolerancia, aun cuando no gozaban de un estatus comparable al de un musulmán. Con el tiempo, el término se aplicó en Occidente sólo a los judíos, por su apego a la Biblia como fuente de vida e inspiración.”... DANIEL COLODENCO en Colodenco, Daniel, “Génesis: el origen de las diferencias” –“Glosario de términos bíblicos y afines”, Bs. As., Ed. LILMOD, 2006.“ Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 52/53 Educación Judía LA BIBLIOTECA ... “La Biblioteca es una de las instituciones humanas más antiguas, casi tan antigua como la historia misma. Si bien la escritura pudo haber sido inventada para llevar registro de las propiedades inmuebles y de las deudas, los poetas, sacerdotes y profetas pronto le encontraron otra utilidad; pronto se dieron cuenta de que la escritura ofrecía una forma de trascender el tiempo y el espacio, de llegar a una audiencia distanciada tanto en espacio como en tiempo. Mediante la palabra escrita era posible preservar la sabiduría del pasado, los descubrimientos del presente y las esperanzas y temores del futuro y recurrir a esos registros en el momento que fuera necesario. Esto fue lo que dio origen a las Bibliotecas.”... FRED LERNER – FRED LERNER “Historia de las bibliotecas del mundo. Desde la invención de la escritura hasta la era de la computación.”, Ed. Troquel - citado por Mabel Kolesas en “UNA INTRODUCCIÓN AL ROL DE LA BIBLIOTECA EN LA EDUCACIÓN DEL SIGLO XXI”, Bs. As., Ed. FCE, 2008. LAS CULTURAS ... “Hasta donde se sabe, los genes humanos no han sufrido deterioro, por lo menos hasta ahora. Pero sabemos que las “culturas”, las sociedades, son mortales. Se trata de una muerte que no es general ni necesariamente instantánea. Su relación con una nueva vida, de la que puede ser condición, es un enigma siempre singular. La “decadencia de Occidente” es un tema antiguo, y en el más profundo de los sentidos, es falso. Este eslogan también quiso encubrir las potencialidades de un mundo nuevo que la descomposición de “Occidente” plantea y libera; quiso esconder, en todo caso, el problema de este mundo y sofocar el hacer político con una metáfora botánica. No intentamos postular que esta flor, como las otras, se marchitará, se marchita o se marchitó. Intentamos comprender qué es lo que muere en este mundo histórico social, cómo muere y, de ser posible, por qué. También intentamos encontrar qué es lo que, quizás, está naciendo.” ... CORNELIUS CASTORIADIS – en Castoriadis, Cornelius, “Ventana al caos”, Bs. As., Ed. FCE, 2008. Educación Judía Núcleo Cultura Judía e Israelí – 4to. Año - Pág. 53/53