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La Guerra del Agua de Texico
México y Estados Unidos están entrando en una dinámica bastante peligrosa respecto
al uso de las aguas limítrofes entre ambos países y que viene de un Tratado firmado
en 1944 y que a través de los años ha resultado altamente dañino para México ya que
los Ríos Bravo (Grande) y Colorado solo traen poco agua de Estados Unidos a México
ya que se encuentran represados y son la fuente de vida para Las Vegas , Phoenix y
Los Ángeles en el caso de la gigantesca Presa Hoover y 30 presas mas que controlan
el Río Colorado , para Santa Fé y Albuquerque en el caso de la Presa Elefante,
además las aguas siendo insuficientes vienen altamente contaminadas en el caso del
Río Bravo (Grande) por los desechos de la zona de experimentación nuclear de Los
Álamos, Nuevo México y en le caso del Río Colorado esta agua vienen muy saladas lo
que desde hace décadas ha sido el efecto de salinización de cerca de 400,000 hectáreas
del Valle Agrícola de Mexicali. Por lo tanto los 2 grandes afluentes del Bravo son el
Río Pecos que nace en Artesia , Nuevo México y el Río Conchos que nace en las
grandes serranías cercanas a Parral, Chihuahua y en menor medida el Río Sabinas,
que nace en Múzquiz, Coahuila. Los mapas de aquellos años toman en cuenta el Río
Salado que nace cerca de Cuatro ciénegas, Coahuila pero este río esta seco desde hace
décadas. Entonces es una falacia que México reciba 4 veces mas que EUA, pues las
aguas que recibe son muy pocas, contaminadas y saladas, es decir habría que
centrarse en la calidad de las aguas, mas que en la cantidad.
A continuación una recolección de artículos y mapas de las 2 grandes cuencas en
conflicto limítrofe entre México y Texas de los Estados Unidos.
1
MONTERREY, NL.– Un nuevo nubarrón está a punto de ensombrecer las relaciones MéxicoEstados Unidos. Una demanda por casi 2 mil millones de dólares en contra del gobierno mexicano
están a punto de interponer ante cortes internacionales agricultores del sur de Texas, por el
incumplimiento del Tratado sobre Aguas Internacionales de 1944 que obliga a nuestro país a
entregarles anualmente –en ciclos de cinco años consecutivos– 431.7 millones de metros cúbicos
de agua del río Bravo.
Durante siete años consecutivos, México no ha podido enviar el vital líquido a territorio
estadounidense en ninguno de los puntos que abarca la región –231 mil kilómetros cuadrados–
que forma la frontera con EU en el estado texano, debido a la prolongada sequía que han
enfrentado estados que conforman la zona norte del país: Coahuila, Chihuahua, Durango, NL y
Tamaulipas. Sin embargo, para estadounidenses no es razón suficiente que obligue a “robar” el
agua que les corresponde. “Para nosotros es un robo que empieza a causarnos daños cuantiosos”,
explicó el representante estatal texano, Rubén Hinojosa.
Entrevistados vía telefónica, diputados por la entidad sureña, Salomón Ortiz, Silvestre Reyes, Ciro
Rodríguez y Henry Bonilla aseguraron que la solución a la controversia no tiene aristas: “Agua o
dólares –vía indemnización– para los productores agrícolas texanos”, que en su mayoría producen
algodón.
El asunto no es simple y puede adquirir dimensiones insospechadas por dos razones: Una, en
ninguno de los 27 artículos que conforman el tratado se menciona la aplicación de sanciones
económicas por el incumplimiento del convenio bilateral.
Dos, las autoridades mexicanas apelan el artículo 4o. del Tratado que a la letra dice: “En casos de
extraordinaria sequía o de serio accidente en los sistemas hidráulicos de los afluentes mexicanos
aforados que hagan difícil para México dejar escurrir los 431 millones 721 mil metros cúbicos (350
mil acres pies) anuales que se asignan a Estados Unidos como aportación mínima de los citados
afluentes mexicanos... los faltantes que existieran al final del ciclo aludido de cinco años se
repondrán en el ciclo siguiente con agua procedente de los mismos tributarios”.
Además, el mismo artículo añade: “Siempre que la capacidad útil asignada a Estados Unidos de
por lo menos dos de las principales presas internacionales –que en este caso son La Amistad y
Falcón–, incluyendo las localizadas más aguas arriba, se llene con aguas pertenecientes a Estados
Unidos, se considera terminado el ciclo de cinco años y todos los débitos totalmente pagados,
iniciándose, a partir de ese momento, un nuevo ciclo”.
El problema para México radica en que la escasa lluvia que se presentó en el norte del país en el
ciclo 1993-1997 imposibilitó el envío de agua al sur de Texas. Hoy han transcurrido poco más de
dos años del ciclo siguiente 1998-2002 sin que la situación mejore, por lo que tendrían que
presentarse precipitaciones importantes en ambos lados de la frontera en los siguientes tres años
para poder compensar a los agricultores texanos, lo cual parece improbable.
La embestida en contra del gobierno mexicano se inició a agudizarse hace casi dos meses,
cuando los senadores por Texas, Kay Bailey y Phil Gramm-lo recuerdan en caso ENRONexigieron que México devolviera el agua que a su juicio está tomando “incorrectamente” del
río Bravo.
Incluso el 6 de abril enviaron una carta, con carácter de urgente, al presidente de Estados Unidos,
George W. Bush, en la que solicitan su intervención para resolver a menor brevedad el problema
de “robo” de casi 2 mil millones de metros cúbicos que el gobierno mexicano ha realizado durante
los últimos siete años.
2
Según los legisladores texanos, los productores agrícolas estadounidenses (número incierto) no
han recibido la tercera parte, 431.7 millones de metros cúbicos como aportación mínima –como lo
estipula el tratado– del agua que llega a la corriente principal del río Bravo procedente de los ríos
Conchos, San Diego, San Rodrigo, Escondido, Salado y Arroyo, “lo que les ha provocado pérdidas
que suman ya casi 2 mil millones de dólares”.
“La sequía y la falta de agua del río Bravo –añadieron–, principal fuente de abasto en la región, les
ha impedido a los productores agrícolas del sur de Texas irrigar sus plantaciones a nivel óptimo,
que en su mayoría son de algodón. El daño cuantificado tan solo para este año es de alrededor de
500 millones de dólares.”
Actualmente, de acuerdo con el Water Master, organismo que regula el suministro de agua en la
zona texana, se tienen sembrados 250 mil acres –equivalente a 101 mil 175 hectáreas– de
algodón en el sur de la entidad fronteriza estadounidense. Esa superficie algodonera representa
40.8 por ciento de la superficie agrícola actual que atiende toda la cuenca del río Bravo en México.
La misiva enviada a Bush explica que el sur de Texas está atravesando por una crítica situación,
debido a la falta de agua y en la medida en que la época de estiaje se aproxima, el daño para los
productores agrícolas se agrava.
Advierten que si México no paga lo que le corresponde, de acuerdo con el tratado, las pérdidas
serán desastrosas, por lo que pidieron al presidente de ese país su intervención para resolver el
problema y evitar que se repita, “devolviendo el agua que sin consideración tomó”.
El documento señala también que las negociaciones entre las secciones mexicanas y
estadounidenses de la Comisión Internacional de Límites de Agua (CILA) no han tenido resultados,
de ahí que hayan tenido la decisión de solicitar a “instancias superiores” ser tomados en cuenta.
Incluso, están dispuestos a hacer llegar notas diplomáticas a la secretaria de Relaciones
Exteriores, y al presidente Fox, tratando de poner en entredicho la reputación internacional del
gobierno mexicano. “Alguien tiene que pagar por el daño que están sufriendo los agricultores
texanos”, expresó el legislador estadounidense Henry Bonilla.
A lo largo de las reuniones que ha sostenido la CILA una cosa ha quedado clara: “La molestia de
los estadounidenses porque no creen que el periodo de sequía que azota la región norte del
país se esté prolongando por tanto tiempo”, según comentó un alto funcionario mexicano
que integra la sección mexicana en dicha comisión.
Durante las pláticas los representantes mexicanos han presentado información para detallar el alto
grado de sequía que enfrenta el norte del país.
En parte de esa documentación, en poder de EL UNIVERSAL, el gobierno federal explica que la
precipitación en la región es escasa e irregular. En términos generales, las lluvias se acumulan
principalmente en la periferia de la región.
“Aquí las sequías son fenómenos recurrentes que se presentan en promedio cada diez años con
duración de uno a tres años consecutivos. En los últimos 50 años se han registrado tres periodos
críticos; el primero de 1948 a 1954 que ha sido el más severo; el segundo de 1960 a 1964 de
menor intensidad y que afectó también a la mayor parte de la República; y finalmente el que ocurre
desde finales de 1993 y que afecta a los estados de Coahuila, Chihuahua y Durango. Las cuencas
que se han visto mayormente impactadas por este fenómeno son las cuencas de los ríos Bravo y
Nazas”.
3
En el caso concreto de la cuenca del río Bravo el asunto es altamente preocupante: - La lluvia
promedio que cae en las subcuencas o río Conchos, entre Amistad y Falcón, río Salado, río
Álamos, río San Juan y bajo Bravo ha sido 12.2 por ciento menor entre 1993 y 1999, al promedio
anual histórico.
- Consecuentemente, el volumen de agua escurrido al río Bravo apenas llegó a representar 42.4
por ciento del promedio anual histórico hasta 1992, lo que significa que en promedio dejaron de
escurrir anualmente a este río mil 547 millones de metros cúbicos en los últimos siete años.
- El porcentaje de agua que entró a las presas de 1993 a 1999 es de sólo 44 por ciento , con
respecto al histórico hasta 1992, sin excepción.
Por ejemplo, la presa La Boquilla, cuyo promedio de volumen de entrada histórico era de mil 272
millones de metros cúbicos anuales, es ahora de 853 millones; la presa Luis L. León venía
captando mil 76 millones, ahora tiene 334 millones; las presas La Amistad y Falcón (del lado
mexicano) registraban mil 107 y 770 millones de metros cúbicos, respectivamente. Actualmente
reciben 564 y 261 millones.
Dos casos críticos más: la presa Marte R. Rodríguez y el Cuchillo –magna obra del salinismo–
tenían registros históricos anuales de volúmenes de entrada hasta 1992 de 848 y 662 millones de
metros cúbicos. Entre 1993 y 1999 promedian 138 y 290 millones.
Ello significa que las 16 presas que se ubican en la cuenca del río Bravo, actualmente reciben
menos de la mitad del volumen de agua que tradicionalmente ingresaba por efecto de las
precipitaciones.
Es importante señalar que para los estados del norte que dependen de los afluentes de esta
cuenca, sobre todo en la actividad agrícola, que es por la que consume mayor cantidad de agua,
las presas tienen como función principal atender una superficie comprometida de 400 mil 929
hectáreas.
Sin embargo, los ciclos frecuentes de sequía han provocado que de 1960 a 1992 sólo hayan
podido regar en promedio 296 mil 82 hectáreas. Aún más, hoy sólo se atienden 247 mil 822, lo que
representa tan solo 62 por ciento del universo total, según datos de la Sagar.
Un solo ejemplo muestra los efectos de este devastador problema en el campo mexicano. Jesús
Dávalos Echeverría, presidente de la Asociación de Citricultores de Montemorelos, Nuevo León,
advirtió que los productores de naranja de esta zona prevén perder la mitad –unas 175 mil
toneladas– de la cosecha del ciclo 2000-2001, a causa de la falta de lluvias que afecta la región
noreste del país.
Aún así, los estadounidenses se resisten a creer que la sequía es la causa por la que México no
les envía agua del río Bravo y esperan sólo una respuesta de su Congreso o del presidente Clinton
para actuar en consecuencia.
En México todo parece indicar que el gobierno nuevamente cederá a las presiones del
vecino país del norte, por lo que estudian dos posibles salidas al conflicto: Abrir
compuertas de las presas internacionales que comparten ambas naciones en la frontera –La
Amistad y Falcón– para surtir de agua a los agricultores texanos, o indemnizar a los
productores mexicanos a quienes se les retiraría el suministro de agua que sería enviado a
Texas para cumplir el tratado.
4
Jeffrey Davidow
Agua: conciliación y sentido común
5
Sin ánimo alguno de entrar en polémica, considero que con respecto al tema del agua, que ha
ocupado tanto espacio en los últimos días, es importante que formen parte de la base de una
solución algunos aspectos de análisis objetivo, en los que pueden estar de acuerdo los
observadores y las personas que con seriedad están involucradas en este tema.
Las personas serias en ambos lados de la frontera debe percatarse de que el descender de un
amplio nivel de buena voluntad a uno de animosidad o de hostilidad no va a beneficiar a
ninguno de los dos países. Es más, en nada sirve que se reduzca y sintetice la complejidad de
nuestras relaciones a un solo tema, ya sea el agua, los narcóticos o la migración.
El sentido común debe ser nuestra guía y las decisiones deben estar fundamentadas en
información con respecto a los hechos básicos. Considero por ello que valdría la pena tomar
en cuenta los siguientes 10 puntos con el fin de que entendamos mejor este problema
específico y podamos resolverlo.
Primero, después de muchos años de discusiones con respecto a cuestiones fluviales, hace
casi 60 años los Estados Unidos y México firmaron un tratado que pondría en orden el
compartir las aguas de los dos más importantes ríos que corren a lo largo o cruzan nuestra
frontera, el Colorado y el Bravo, utilizando como base del acuerdo el principio de que el país
donde se origina el río no puede reclamar toda la propiedad de su cauce.
Teniendo en cuenta que fluye más agua de los Estados Unidos a México que en la
dirección contraria, este principio ha beneficiado en mucho los intereses de México a lo
largo de los años. Según el tratado, los Estados Unidos proporcionan a México más de
cuatro veces la cantidad de agua que México proporciona a los Estados Unidos.
Segundo, se ha dado una gran sequía, de varios años, que afecta regiones del norte de
México y del sur de Texas.
Tercero, la sequía se ha agravado en el lado mexicano debido a la falta de conservación,
tomas clandestinas, poblaciones crecientes y cambios importantes en la producción agrícola
en cuanto a apartarse de la ganadería que requería utilizar menos agua y orientarse a la
agricultura con base en la irrigación, que utiliza el agua de manera intensa.
Cuarto, decir que no hay agua en el norte o en la cuenca del río Bravo simplemente no
concuerda con la observación física de esta área, según expertos de ambas naciones que
realizaron una visita la semana pasada a la región para ver los niveles existentes en las
presas.
Quinto, por supuesto, hay menos agua ahora que en años en que no ha habido sequía.
Sexto, los agricultores de Texas requieren de una porción del agua del río Bravo para
comenzar los cultivos de primavera. Está claro que México no puede pagar ahora el faltante
de total de agua referente a este ciclo (1997-2002), pero por lo menos podría compartir algo
del agua que sí existe en tal cantidad que se pueda cumplir el propósito del tratado de
compartir de manera ordenada un recurso común en tiempos tanto de abundancia, como de
escasez.
6
Séptimo, en cuanto al mediano y largo plazo, el problema del agua va a requerir un enfoque
compartido, que debe promover una mayor conservación y un uso más eficiente de este
recurso.
Octavo, es inútil enfrascarse en disputas legalistas con respecto al texto del tratado. Cada
argumento tiene un argumento en contrario. Entrar en el proceso de un debate bizantino
puede llegar a ocultar el asunto de fondo: si la buena voluntad y la cooperación van a triunfar
sobre intereses partidistas y políticos en ambos lados de la frontera.
Noveno, el gobierno de México está tratando ahora de elaborar un plan que haría frente a las
necesidades de los usuarios de agua -agricultores y poblaciones en la cuenca del río Bravo- y
que evitaría un mayor daño en ambos lados de la frontera.
Décimo, la tarea que ambos gobiernos tienen ante sí es ardua, pero puede tornarse en algo
aún más difícil si se ignoran deliberadamente o por motivos políticos tanto los hechos como
los riesgos inherentes a la pérdida de la buena voluntad en uno o en ambos lados de la
frontera.
Nuestra relación se ha caracterizado por el esfuerzo de nuestros dos gobiernos de mirar hacia
delante de manera positiva y con base en la colaboración. Somos dos naciones soberanas e
interdependientes, nos alienta la responsabilidad con nuestros propios ciudadanos y la
armonía con nuestro vecino, hacemos frente a nuestros problemas comunes con base en la
cooperación respetuosa.
Es normal que ocurran situaciones difíciles entre dos países que interactúan en tantas áreas.
Pero creo que no debemos perder de vista que nuestra vecindad geográfica, nuestro respeto
mutuo y la profunda amistad entre nuestros pueblos con base en la buena voluntad nos dan la
oportunidad de hacer frente de manera responsable, informada y cooperativa a cada uno de
estos problemas sin dejar que uno de ellos empañe toda nuestra relación.
*El autor es embajador de Estados Unidos en México.
El Cañon de Boquillas del Carmen- Coahuila y Big Bend,Texas.
7
Mauricio González: Reflexiones
El agua
Están de moda los telefonemas presidenciales para resolver diferendos. Ahora tocó el turno
a los Presidentes Bush y Fox. El primero reclama que México no ha cumplido con enviar
una cuota sustancial de agua hacia EU, lo que ha perjudicado enormemente a los
agricultores de Texas.
El tema del líquido es de cuidado. Mal atendido puede provocar conflictos serios. Es un
asunto en el que los bandos involucrados cierran filas rápidamente. Basta observar la pronta
y tajante respuesta de senadores y diputados mexicanos a la exigencia, poco diplomática,
del Embajador Davidow respecto del cumplimiento de México a algo que probablemente
está fuera de nuestras posibilidades.
Algunos futurólogos señalan que los conflictos o próximas guerras entre naciones se
originarán a partir de disputas acerca del agua. Independientemente de ello, cabe reconocer
que la administración de los recursos hidráulicos en el país deja mucho qué desear. Sus
aspectos económicos son caóticos. Entre las numerosas cuestiones que deben reformarse
destacan las siguientes: la legislación considera el agua como un bien colectivo; es gratuita
para los agricultores; cuando se cobra por ella, es común que las tarifas se ubiquen por
debajo de los costos; los mecanismos para obligar al pago de los recursos acuíferos son
débiles o inexistentes y, finalmente, no se obliga al reuso de los mismos.
Comencemos por el principio. El agua es propiedad de la Nación. Es de todos y de nadie.
El encargado de repartirla es el Gobierno Federal, por la vía de la Comisión Nacional del
Agua (CNA), lo que le confiere una discrecionalidad casi absoluta. Este enorme poder se
convierte en instrumento de control político, mientras que la eficiencia en la asignación de
los recursos del agua es cuestión de importancia menor.
No debe extrañar entonces la sobreexplotación de los mantos acuíferos y la reducción de
los caudales de los ríos, que amenazan la sobrevivencia de poblaciones enteras. Ahí está el
caso del lago de Chapala, el mayor en el país, con enorme potencial turístico y económico,
en peligro de extinguirse por una sobreexplotación de la cuenca del Lerma, para abastecer
diferentes ciudades.
La miopía en la planeación hidráulica combinada con intereses de manejo político merece
un severo reproche a los administradores del agua desde hace años. Los reclamos al
respecto han caído en oídos sordos y ni qué hablar de la falta de sanciones a los
funcionarios negligentes e irresponsables encargados de asunto tan importante. En tanto las
dotaciones de agua se determinen por una autoridad central, los casos como el de Chapala
se multiplicarán.
Otro gran problema consiste en que el agua para usos agropecuarios, que abarca la porción
mayoritaria de la demanda correspondiente, es gratuita. Como todo aquello que por
disposición gubernamental carece de precio, se desaprovecha abundantemente. En México
proliferan las técnicas de riego arcaicas que hacen del desperdicio de agua una costumbre.
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Si a esto se agrega que las tarifas eléctricas para bombear el agua para uso agrícola son las
más subsidiadas de todas, la mesura o racionalización en la demanda del líquido ocurre
solamente de milagro. Por su parte, el uso del agua en las zonas urbanas tampoco es modelo
para sentirse orgulloso.
La cultura del no pago por concepto de agua y el cobro por debajo del costo están a la
orden del día. Los organismos operadores de agua son instancias municipales encargadas
de adquirir de la CNA el líquido que posteriormente distribuyen a los habitantes y otros
usuarios. Dichos organismos siempre andan "a la quinta pregunta" en cuestión de finanzas.
Su dificultad radica en que no son capaces de generar ingresos suficientes para sustentar su
operación y para expandir las obras de infraestructura necesarias para prestar servicios a
una población en aumento. En buena parte esto ocurre debido a que las tarifas que cobran
por el agua están disociadas de la evolución de los costos de producción de la misma.
Cuando cualquiera de nosotros da vuelta a una llave, en espera que salga el líquido vital, no
reflexionamos el proceso que hay detrás.
Primero se requiere que el organismo obtenga dicha agua de la CNA, la transporte de su
lugar de origen a una planta donde se potabiliza para consumo humano, para que de ahí se
distribuya mediante una compleja red de tubería con tanques y estaciones de bombeo para
hacerla llegar a las zonas elevadas de las localidades. El costo de todo esto no es trivial.
Implica el uso de sustancias químicas; electricidad en grandes volúmenes; infraestructura y
equipo y una gran cantidad de personas para tareas diversas.
Cuando la tarifa es inferior a los costos, como sucede con frecuencia, surgen los problemas
financieros para los organismos operadores. Eventualmente estos dejan de pagar el agua a
su proveedor principal, la CNA, sin que ésta les corte el suministro. Asimismo, en la
mayoría de las entidades federativas, la legislación prohíbe interrumpir los servicios de
agua potable a los consumidores que no la pagan.
Esto deja indefensos a los organismos operadores para generar los ingresos que deberían,
por lo que frecuentemente recurren a la federación para que los rescate financieramente y se
inicie el ciclo de nuevo.
Finalmente, la legislación no fomenta el reuso del agua. En las zonas de mayor escasez el
tratamiento de aguas residuales debería ser obligatorio y con ello reducir la demanda de
agua potable; permitir que se recarguen los acuíferos y evitar transportarla cada vez de
lugares más remotos.
Como se ve, las reformas necesarias en materia de agua hacen palidecer al más valiente.
Quizá la llamada de atención del Gobierno de EU, aunque burda, debería aprovecharse para
acelerar el paso a solucionar estos pendientes que llevan décadas de posponerse.
Mauricio González es director General de Grupo de Economistas y Asociados (GEA).
Correo electrónico: [email protected]
9
Felipe Calderón Hinojosa –Presidente del Gobernante PAN en México.
Agua en la frontera norte
10
Pocos problemas presentan un desafío mayor a nuestro futuro como el de la escasez
de agua. En muchas regiones del país, particularmente del centro y del norte de la
República, la carencia de agua comienza a tomar dimensiones catastróficas, como en
el caso de la cuenca del río Lerma, de la que es parte el lago de Chapala. Y de la
misma forma, el destino nos ha alcanzado en la cuenca del río Bravo, con la
complejidad de que ahí está en juego además un Tratado Internacional con Estados
Unidos.
En 1944 se firmó el Tratado de Distribución de Aguas, que delimita las cantidades que
cada país tiene derecho de aprovechar del caudal de los ríos Colorado, Tijuana y
Bravo. En términos de agua recibida y entregada, en cinco años, México entrega 2 mil
158 millones de metros cúbicos del río Bravo y recibe 9 mil 250 millones de metros
cúbicos del río Colorado por parte de Estados Unidos. En pocas palabras, recibimos
más agua que la que entregamos de conformidad con ese Tratado. El problema es que
son beneficiarios del agua que recibimos mexicanos distintos a los que habitan en la
región que debe hacer las entregas de agua, es decir, los sonorenses y
bajacalifornianos reciben agua y los chihuahuenses, coahuilenses y tamaulipecos la
entregan. Por esa razón, el mismo Tratado es visto de distinta manera en los dos
extremos de la frontera norte.
De ahí que la inconformidad está centrada entre los agricultores del estado de Texas
por parte de Estados Unidos, y los agricultores de Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas
del lado mexicano. En efecto, el Tratado de Distribución de Aguas de 1944 otorga
derechos a Estados Unidos sobre una parte de las aguas de algunos ríos tributarios del
río Bravo. Por este Tratado México está comprometido a enviar 431 millones de
metros cúbicos de agua anuales al río Bravo o a las presas internacionales que en él se
encuentran para que los Estados Unidos puedan aprovecharla.
Hasta 1993 se habían cumplido los compromisos sin contratiempos, dentro de lo
acordado en el Tratado. Y aunque hay quien sostiene que México no tiene en este
momento un adeudo de agua, la verdad es que la sequía que se ha presentado desde
1993 y que probablemente continúe por varios años más, ha hecho que en los últimos
años, los compromisos no se hayan cumplido en tiempo y que exista actualmente un
déficit muy importante por cubrir. Y más allá de posturas políticas, el hecho es que
México reconoce -correctamente- el adeudo que se tiene con Estados Unidos, pero el
fenómeno de la sequía en la región impide un cumplimiento cabal de estos
compromisos.
¿Es conveniente revisar el Tratado de Aguas? Para algunos sí, en virtud de que la
población mexicana sobre el lecho del río Bravo ha crecido explosivamente y su
tamaño no guarda proporción con la existente en 1944. Pero por otra parte, el
Tratado sigue siendo favorable en el balance agregado para México en cuanto al
volumen total agregado de agua se refiere. Dudo mucho que en una nueva negociación
del Tratado pueda resultarnos favorable. Por ello es necesario examinar alternativas
de solución que no impliquen una renegociación que previsiblemente favorecerá a
nuestro vecino que tiene más poder para establecer sus propias condiciones.
11
Las propuestas presentadas por Estados Unidos para entre gar agua proveniente de
las presas Amistad y Falcón dejarían prácticamente sin agua a Ciudad Acuña, Piedras
Negras, Reynosa y Matamoros, entre otras, por lo que no son aceptables. Es falso el
argumento de que México almacena agua que podría entregar a Estados Unidos. La
relación entre ambos países respecto a las aguas que comparten y que los dividen es
regulada por la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). La sección de
Estados Unidos de la CILA realizó un recorrido por el sistema de presas nacionales
del río Bravo en septiembre de 2001 y concluyó que los niveles observables eran
entonces extremadamente bajos. Pues bien, ahora están más bajos aún: México tiene
menos agua en esas presas que la que tenía a finales de septiembre de 2001.
Río Bravo (Grande) en la frontera Coahuila-Texas
Para arribar a una solución, deben plantearse algunas acciones para enfrentar el
problema en diferentes frentes: en primer lugar, debe llegarse a un acuerdo en el que
las entregas de México se ajusten a la disponibilidad del recurso. "Nadie está obligado
a lo imposible", reza una vieja máxima del Derecho, y México no puede comprometer
un agua que no tiene. Por disponibilidad del recurso debe entenderse el agua
disponible una vez estimada y descontada la distribución para consumo humano en
las poblaciones de la cuenca del Bravo.
12
En segundo lugar, se requiere diseñar un Plan Binacional para el manejo sustentable
de la cuenca del río Bravo. Aquí radica el principal problema que tenemos. México no
ha desarrollado una cultura para preservar el agua, y en consecuencia, no la hemos
cuidado. No contamos con plantas tratadoras de aguas negras, no reutilizamos el agua
en las ciudades, no evitamos las fugas en los canales de riego, y se siguen realizando
cultivos intensivos en uso de agua en zonas de crisis acuífera. Un cambio en la política
de agua es vital, no sólo para cumplir con el Tratado sino por elemental sentido de
supervivencia y responsabilidad con el medio ambiente.
Río Bravo (Grande) en la frontera Coahuila-Texas
Por ello es tan importante canalizar el máximo de recursos posibles del Banco de
Desarrollo de Norteamérica (NADBANK por sus siglas en inglés) a proyectos relativos
al manejo y conservación del agua. De acuerdo con documentos de la Semarnat, de los
55 proyectos (Certificados por la Comisión para la Cooperación Ecológica para la
Frontera), 18 se refieren específicamente a saneamiento y conservación de agua, 13
están ya en construcción y 5 en operación. De la misma forma se deberán emplear
recursos para recubrimiento y entubamiento de canales de conducción. La inversión
que se necesita no es trivial, pero ahora se ha vuelto indispensable. Estamos hablando
de inversiones en la zona de casi 5 mil millones de pesos que permitirían recuperar
casi 800 millones de metros cúbicos de agua al año, casi el doble de lo que tiene que
entregarse anualmente a Estados Unidos de conformidad con el Tratado.
13
El presidente Fox se comprometió a presentar en unos cuantos días más un
cronograma de pagos de agua a Estados Unidos, junto con un programa para ahorrar
agua en la zona fronteriza. Es importante que dicho programa garantice en cualquier
hipótesis las reservas para el consumo humano de las poblaciones fronterizas
mexicanas y que establezca los compromisos de inversión que deben hacerse para
revertir la tendencia suicida que está acabando con el agua disponible en el norte del
país.
Ni qué decir que semejantes programas son urgentes en el centro de la República,
comenzando con la Ciudad de México, respecto de la cual todas las proyecciones a
futuro ya coinciden en describir verdaderas historias de terror, de continuar las
tendencias actuales de desperdicio y abatimiento de las fuentes de suministro del Valle
de México.
En la caricatura el Secretario Foxista de Agricultura, Usabiaga.
Proyecta EU cubrir con cemento el canal que recarga mantos
acuíferos del valle de Mexicali
México dejará de recibir 73 millones de metros
cúbicos de agua al año
14
La suspensión de excedentes de aguas del Río Colorado a Baja
California, otro golpe para el país
ANGELICA ENCISO L. ENVIADA de la Jornada
Yuma, Arizona, 15 de abril Es tal el afán de Estados Unidos de pelear cada gota de agua en la
frontera con México, que después de 26 años de consultas con las autoridades mexicanas ya tomó la decisión
de que el año próximo empezará el recubrimiento con cemento del canal Todo Americano, con el fin de evitar
las filtraciones del líquido que sirven de recarga a los mantos acuíferos del valle de Mexicali. Esto perjudicará
a 26 mil hectáreas de cultivos de agricultores mexicanos y de los ecosistemas de la zona.
En 1976 el gobierno estadounidense anunció este proyecto y desde entonces comenzó la consulta oficial con
el gobierno mexicano. Todavía el año pasado la cancillería envió una nota diplomática, pero este proceso de
evaluación ya concluyó y la construcción "es una decisión tomada, porque además se trata de agua de Estados
Unidos", señala William Rinne de la Oficina de Reclamación, entidad responsable del manejo de la cuenca
del Río Colorado.
Esto se hará a pesar de que se dañarán los pozos del lado mexicano y se afectarán los mantos acuíferos, según
reconoce el mismo funcionario. Dice que su oficina está en disposición de atender los reclamos, pero el
gobierno estadounidense no puede entregar más agua de la que corresponde a México de acuerdo con el
Tratado Internacional de Aguas de 1944.
La posición de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) organismo mexicano encargado del
manejo del agua de la frontera con Estados Unidos es que el asunto está en manos de la Secretaría de
Relaciones Exteriores y que las "entregas de agua se han hecho al pie de la letra", apunta Francisco Bernal,
representante en la región del organismo.
Proyecto firme: Rinne
Rinne advierte que el tratado de aguas no regula el manejo de los canales que se derivan del río Colorado y
que no existe traba legal o física para detener el proyecto. La construcción se llevará siete años con un costo
de 235 millones de dólares y será financiada por el gobierno de California, adonde se irán los 73 millones de
metros cúbicos que dejarán de recargar anualmente los mantos acuíferos del valle de Mexicali.
El líquido del canal, a pesar de que proviene del río Colorado, pertenece a Estados Unidos, el cual cumple
puntualmente con las entregas de 1.8 millones de metros cúbicos al año que corresponden a México de
acuerdo con lo estipulado en el tratado, asevera el funcionario estadounidense.
15
Esa agua que se envía a México va a Mexicali y Tijuana, donde se utiliza para las actividades agrícolas y las
zonas urbanas. Además de que se entrega el porcentaje de agua que corresponde a cada estado de EU,
California sobrexplota el río porque de los 5 mil 430 millones de metros cúbicos que tiene asignados utiliza 6
mil 413 millones de metros cúbicos, indica.
Además, abunda, de ese río también se deben entregar cuotas a cinco grupos indígenas estadounidenses que
tienen sus derechos. El canal Todo Americano proviene del río Colorado que a lo largo de 2 mil 334
kilómetros corre desde las montañas rocallosas de Colorado, pasando por los cañones de Utah y Arizona, para
desembocar en las costas del golfo de California.
A su paso por Estados Unidos abastece del líquido a agricultores y sobre todo a las ciudades de los Ángeles y
San Diego. Al concluir su destino llega con un exiguo flujo de agua altamente salina al Delta, ubicado entre
Baja California y Sonora, en el alto golfo de California, el cual representa el estuario desértico más grande de
América del Norte, con humedales donde reside gran variedad de especies animales y vegetales.
Frente a esta situación, en México los agricultores están preocupados por esta situación. "La construcción del
canal sí afecta, porque son aguas de recarga del acuífero, y al cubrirse de cemento, ocasionará abatimiento del
líquido que abastece alrededor de 400 pozos", sostiene Galdino Daniel González, del distrito 014 de Mexicali.
Del lado mexicano, donde tiene su término el Río Colorado, los campesinos, agricultores y pescadores
lamentan el escaso líquido que llega a la región del valle de Mexicali, a San Luis Río Colorado y a la ciénega
de Santa Clara.
En los últimos años se han hecho escritos al gobierno federal y local para que las autoridades entiendan la
importancia del río no sólo para las actividades productivas, sino para toda la vida de la región, indica Javier
Mosqueda, presidente de la Asociación Ecológica de Usuarios del Río Hardy y Colorado
"Sabemos que está por comenzar el recubrimiento del canal Todo Americano. Eso nos afectará y esperamos
que todavía el gobierno pueda hacer algo para detener el proyecto", agrega Mosqueda. Todavía no sabía que
ya es una decisión inamovible del gobierno de Estados Unidos.
Sobrexplotación del río Colorado
Mientras en México están en riesgo las especies y los ecosistemas por la escasez de agua del río Colorado y
por la mala calidad de la poca que llega, California sobrexplota el agua de este embalse. Esto ha obligado a
esta entidad a que antes de que termine este año presente el plan 2002-2016, donde deberá incluir la reducción
de su consumo del líquido en un 20 por ciento y buscar otras fuentes de abastecimiento.
En San Diego el consumo de agua es de alrededor de mil 200 metros cúbicos por persona al año, mientras que
en Mexicali apenas llega a los 480 millones de metros cúbicos y en Tijuana es de 170 millones de metros
cúbicos. Estos datos presentan un drástico contraste en el uso y demanda de líquido de los dos países.
Sin embargo otro golpe se acaba de dar a México. De acuerdo con el Tratado Internacional del Río Colorado
se deberá destinar a México 10 por ciento del líquido y otro porcentaje cuando haya excedentes, pero el año
pasado el Departamento de Estado estadounidense aprobó la aplicación del criterio interino de excedentes de
la cuenca, el cual modifica la operación del sistema hidráulico en beneficio de ese país, por lo que a Baja
California se dejarán de mandar los sobrantes de agua, los cuales también se irán a California.
Hace 58 años, cuando firmaron el tratado internacional que se comenzó a negociar desde fines del siglo XIX,
Estados Unidos y México se ocuparon sólo del uso y destino del agua. Se repartieron cuotas, no sólo del río
Colorado, sino del resto de los cauces fronterizos. En ese momento no consideraron el tema ambiental y ahora
los daños ya están a la vista. El delta del río Colorado está en riesgo y con él, especies únicas de México.
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Urgen declarar a Sonora en zona de emergencia
Van ocho años consecutivos de sequía en el estado, advierte la delegación de la Semarnat.
HERMOSILLO, Son. Es necesario decretar al estado en zona de emergencia, señaló el delegado
estatal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), José Luis Luna
Urquídez, quien indicó que 2002 es el octavo año consecutivo de sequía en Sonora.
El funcionario apuntó que deben llevarse a cabo estudios de valoración por parte de la Comisión
Nacional del Agua (CNA), el gobierno estatal y Sagarpa, para tener acceso a apoyos que
beneficien a las áreas productivas más afectadas.
La falta de precipitaciones ha provocado que las 10 presas de la entidad estén a 17.6 por ciento de
su capacidad.
Nota: el problema de Sonora tendría que resolverse importando agua de Canadá
aprovechando el TLC y mediante grandes tanqueros, de esta forma Canadá exporta
agua a los países árabes, por eso Canadá tiene integrada la Secretaria de Energía con
el manejo de sus recursos hidráulicos pues lo considera un commodity estratégico.
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Abastecimiento de agua, una lucha que no tiene fronteras
El panorama es cada vez más caótico, afirman. Se incrementa la demanda del vital líquido en los
límites de México y Estados Unidos. Llaman a negociar
Ruth Rodríguez/Enviada
VALLE IMPERIAL, Cal. Con el ceño fruncido, Larry Cox , agricultor de una de las zonas agrícolas
más grandes de la región, asegura que es mejor trabajar las tierras mexicanas que las
estadounidenses.
"Allá, uno no tiene que pagar tantos impuestos por sembrar como aquí. Yo rocío cualquier
fertilizante en el valle de Mexicali, y nadie me dice nada; para cambiar el uso de suelo, lo único que
necesito es prender un cerillo y listo... la hierba y los arbustos desaparecen, y no pasa nada",
confiesa Cox, durante su visita a las oficinas del Imperial Irrigation District, organismo que
distribuye el agua a poco menos de 6 mil agricultores.
Dice que de la siembra que realiza, de dos a tres cultivos por año, le alcanza para vacacionar en
Suiza.
Sin embargo, de lado mexicano, la realidad es otra. Juan Buitrón, comunero del ejido Encinas
Jhonson, del municipio de San Luis Río Colorado, Sonora, lamenta que la falta de agua en la franja
norte de México provoque la emigración de muchos jóvenes hacia Estados Unidos buscando
mayores oportunidades de vida.
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"Allá, en los campos agrícolas de California, los agricultores tienen agua hasta para sembrar en
tres temporadas por año. Aquí, nosotros apenas si tenemos para un ciclo, y debido a la sequía hay
veces que no contamos con una sola gota", sostiene el agricultor quien ha buscado como medio de
subsistencia el ecoturismo.
México tiene derecho a más agua
Para los ambientalistas y agricultores, desde hace 58 años, México tiene derecho con la firma del
Tratado Internacional de Aguas a mil 800 millones de metros cúbicos por año y a 2 mil 96 millones
de metros cúbicos por excedentes de agua que el Río Colorado genera.
No obstante, aseguran que Estados Unidos no entrega esos excedentes, lo que está provocando
un impacto negativo al suelo y al medio ambiente del lado mexicano.
Debido al incremento de la demanda estadounidense de agua, especialmente para uso agrícola y
urbano de California, el Departamento de Estado de esa nación aprobó en enero del 2001 la
aplicación del criterio interino de Excedentes de la Cuenca del Río Colorado, el cual modifica en
beneficio de la Unión Americana la operación del sistema hidráulico, afectando a México.
Afectaciones por obras en el canal Todo Americano
Entre los planes de California, se encuentra el revestimiento del canal Todo Americano que
afectaría a los campos agrícolas de Mexicali, Tijuana y Sonora.
El argumento del gobierno mexicano, que no fue tomado en cuenta por el estadounidense, es que
estas filtraciones es su derecho, pues las mismas existían en el momento que se firmó el tratado
de 1944, y por lo tanto forma parte de su "cuota de agua".
Durante una visita a un tramo del canal Todo Americano, Carlos Villalón, gerente general de
Operaciones del Valle Imperial, indica que se cuenta ya con 126 millones de dólares para iniciar en
el 2003 la construcción de un canal pavimentado de 23 millas, paralelo al canal Todo Americano
que reduciría las pérdidas por filtraciones.
El recubrimiento de este canal, asegura, permitiría conservar un estimado de más de 73 mil metros
cúbicos por año que actualmente se filtra al subsuelo, en donde el principal beneficiado es México.
Desde el punto de vista de William Rinne, "la decisión está tomada; somos sensibles al problema
mexicano, pero es agua que nos pertenece y no tenemos obligación de detener esta obra".
El panorama cada vez es más caótico. La demanda por agua va en aumento en ambos lados de la
frontera, asegura Pyle Richard, director de trabajos de Ingeniería Binacional de San Diego County
Water Authority (SDCWA), agencia que abastece del vital liquido a cerca de 2.9 millones de
usuarios californianos.
Todos los estados, incluyendo México, dice, se encuentran trabajando en la manera de cómo
eficientizar su agua.
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Por el momento, afirma que es necesario que todos los usuarios del río Colorado
(California, Nuevo México, Nevada, Arizona, Wyoming, Utah, Colorado y México) se sienten
a la mesa a negociar, ya que este año es crítico en cuanto al abastecimiento del vital líquido.
De lo contrario, advierte "la casa se puede caer".
Para las autoridades responsables de México y Estados Unidos, existe un problema:
utiliza más agua de la que hay en el río Colorado".
"Se
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De ahí, aseguran, la existencia de conflictos por el vital líquido, no sólo entre los siete estados de la
región desértica del suroeste de Estados Unidos, sino también con Sonora y Baja California.
"Toda gota del río está ya vendida, ese el problema", afirma William Rinne, subdirector general del
Buró de Reclamaciones de la Cuenca Baja del Río Colorado.
Entrevistado, en Yuma Crossing Park, el funcionario considera que el problema del agua parte
desde el Tratado de Aguas Internacionales firmado en 1944, por Estados Unidos y México, en
donde se establece que el río tiene 18.5 miles de millones de metros cúbicos de agua, cuando la
realidad es que apenas si alcanzan los 15 mil millones; "por lo que la asignación del vital líquido a
los usuarios cada vez es más difícil"
Negocian por el líquido
Por el momento, las autoridades de San Diego se encuentran negociando con el Distrito de Riego
del Valle Imperial para importar agua de esa región.
Para Gary Wyatt, supervisor del Distrito 4 del Valle Imperial, San Diego tendría que indemnizar a
los agricultores de esta región, con más de 50 millones de dólares para que ellos dejen descansar
sus tierras y el agua sea transferida a esa ciudad.
Estamos negociando, asegura Wyatt, al tiempo que reconoce que San Diego representa el poder
político, pero no tienen el agua que nosotros tenemos.
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Confiesa que incluso se ha propuesto que en los sembradíos en donde cada año trabajan más de
mil agrícolas mexicanos podría construirse un aeropuerto de carga, pues el de San Diego está
llegando a su saturación.
Cuestionado sobre los impactos negativos que traería esta propuesta, en tono bromista dijo:
"Dios ve de la frontera para arriba; además Dios es blanco".
México pagaría por tener agua
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La franja norte de México con Estados Unidos no sólo enfrenta el problema de los migrantes, sino
ahora el del agua.
Funcionarios de San Diego adelantaron que Tijuana vive una situación crítica de
abastecimiento del agua.
Incluso, aseguran Bill Jacob y Pyle Richard, de San Diego County Water Authority, existe la
propuesta de que el agua del río Colorado que le pertenece a esa ciudad mexicana podría ser
entregada al canal Todo Americano.
"México tendría que pagarnos 3 millones 750 mil dólares por año, mientras que utiliza nuestro
canal, pues el acuaférico del río Colorado- Tijuana se encuentra ya en sus límites de saturación",
confirman.
Al participar en el Seminario Móvil para los Medios de Comunicación sobre el Río Colorado y el
Delta, organizado por Sonora Institute y Pronatura Sonora, funcionarios del gobierno de Baja
California aseguran que en los próximos años se construirán las obras necesarias para suministrar
agua potable a la ciudad de Tijuana.
Mientras las autoridades de ambos gobiernos discuten sobre a quién le corresponde más agua,
campesinos se quejan de que cada vez más se incrementa la salinización del agua del río
Colorado, y están miles de especies en peligro de extinción.
Impacta
ineficiencia
suministro de agua
Preocupa a CNA
situación crítica en 38
ciudades Alertan sobre
rezago del 50% en tarifas
y fallas de organismos
municipales en cobros, de
hasta 70%
"Eso nos ha llevado cada vez a que la eficiencia global de los organismos operadores a nivel
nacional sea del 30 por ciento. ¿Qué significa esto?, Significa que de cada mil litros que se
producen sólo se cobran 300", indica un funcionario de CNA
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Según el funcionario, las tarifas están rezagadas; todos los municipios, los estados y la Federación
logran recaudar 17 mil millones de pesos, cuando se podrían recaudar al menos 30 mil millones.
"Todo eso debería incluir la tarifa; además, la recuperación de la inversión. Lo que ha venido
sucediendo en el país es que, anteriormente, la Federación era la que prestaba los servicios tanto
de agua potable como de saneamiento", refirió.
"Generalmente no se hablaba de recuperación de inversión, tampoco se hablaba de reposición de
activos. Eso nos ha llevado a que los organismos operadores se encuentren ya, a nivel nacional,
en una situación muy crítica.
"Tenemos identificadas 38 ciudades estratégicas, donde el abastecimiento de agua potable y el
tratamiento de las residuales empiezan a ser críticos", añadió.
Aguas con el abastecimiento!
De acuerdo con la CNA, éstas son las ciudades estratégicas con problemas de abasto:
EN LA FRONTERA...
Ensenada, Mexicali, Tijuana, Acuña, Piedras Negras, Juárez, Nogales, San Luis Río Colorado,
Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Río Bravo
...EN ZONAS DESARROLLADAS
DF, Monterrey, Guadalajara, Puebla, León, Toluca, San Luis Potosí, Querétaro, Coatzacoalcos,
Chihuahua, Ciudad del Carmen, Aguascalientes, Hermosillo
Tarifas y Rezagos
$17 mil millones Recaudación ineficiente
$30 mil millones Recaudación para recuperar costos
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La Presa de La Amistad (ojo con el nombre) y su capacidad de almacenamiento, asi como
de su distribución inequitativa , 43.17 % para EUA y sólo 11.1 % para México.
Elaborado por el Profesor J. Ramón Jiménez, Facultad de Contaduría y Administración, UNAM
Website : www.yumka.com
Investigación : La Guerra del Agua en Texico (pdf)
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