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DERTERMINACION DE CAMBIOS ELECTROCARDIOGRAFICOS, PRESIÓN
ARTERIAL MEDIA, DIASTÓLICA, SISTÓLICA Y VENOSA CENTRAL EN
EQUINOS ADULTOS CAUSADOS POR DOS PROTOCOLOS ANESTESICOS.
Luz Andrea Hurtado Rodríguez. Luis Anderson Sua Villamil. INTRODUCCIÓN.
El caballo es una de las especies más desafiantes para anestesiar por sus
características anatómicas, lo cual lo hace más susceptible para presentar
mayores complicaciones antes, durante y después de la anestesia. Para nombrar
algunas de ellas, su peso varía entre 300 – 800 Kg, tamaño de 1.40 a 1.80m,
temperamento en sementales o razas nerviosas y conformación de grandes
masas musculares, largo del cuello y de la cavidad oral, amplitud torácica con
respecto al tamaño de los pulmones, peso visceral, los caballos adultos presentan,
entre otras, situaciones críticas en el periodo peri- anestésico; por ejemplo, mayor
riesgo
de
sufrir
hipoventilación-apnea-hipoxemia,
hipotensión
arterial,
hipoperfusión, síndrome de miopatía-neuropatía, hipertermia maligna, arritmias
cardiacas, obstrucción aguda de las vías aéreas, excitación, dolor, cólico, ceguera
temporal; como consecuencia de esto último, en caballos adultos el manejo
anestésico debe ser diferente al de otras especies para lograr un procedimiento
seguro. En casi todos los pacientes (en particular los más pesados) el resultado
es, independientemente de la combinación anestésica utilizada, hipoxemia e
hipercapnia variables, de acuerdo con un gran número de factores como: Tipo de
sedantes, anestésicos, dosis, estado de salud del caballo, tiempo de decúbito, tipo
de cirugía y uso de fármacos transoperatorios.
Cada vez que se lleva a cabo un procedimiento anestésico a un equino, se debe
considerar como un evento único en el cual es necesario un estricto seguimiento
de la respuesta del paciente a la combinación de los anestésicos. Para que el
veterinario tenga un juicio fundamentado, se requiere conocer los aspectos
farmacológicos básicos de las combinaciones anestésicas, así como información
actualizada que se está generando al respecto.
Los Médicos Veterinarios que se dedican a la cirugía en equinos, pero
especialmente a la anestesia de estos animales, deben conocer muy bien los
efectos relacionados con los medicamentos utilizados para inducir y mantener una
anestesia efectiva y eficiente durante todo el acto quirúrgico.
Dado que en condiciones de campo difícilmente se cuenta con los elementos
necesarios para realizar un monitoreo constante del paciente, es necesario que el
médico conozca de antemano protocolos que produzcan cambios mínimos en las
constantes fisiológicas del paciente y que a la vez ofrezcan una rápida y segura
recuperación, lo cual evita postoperatorios prolongados que exigen cuidado,
equipos e instalaciones; los cuales son de difícil acceso en condiciones de campo.
Los medicamentos que se usan generalmente en anestesia, tienen efectos en su
mayoría no deseables sobre varios sistemas, pero quizá uno de los más
importantes es el sistema cardiovascular, el cual se encuentra muy relacionado
con la homeostasis del paciente durante la cirugía; es aquí donde el conocimiento
del estado pre-quirúrgico del paciente debe correlacionarse con los posibles
efectos adversos de los medicamentos utilizados en la anestesia y que
contribuyan al deterioro del paciente como por ejemplo, bradicardia, taquicardia,
fibrilaciones, hipotensión, hipertensión y arritmias.
El desarrollo de nuevos y mejores fármacos así como de equipo y técnicas de
seguimiento, han disminuido notablemente el riesgo que representa para el
paciente, ahora la anestesia general se hace con un margen de seguridad muy
alto.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que lo anterior no implica que los
cuidados y el monitoreo del paciente no sean necesarios.
Lo anterior justifica la realización de un trabajo de investigación que compare dos
protocolos anestésicos para pacientes equinos adultos por medio de la medición
de cambios electrocardiográficos, presión arterial media, presión arterial sistólica,
presión arterial diastólica, presión venosa central y frecuencia respiratoria con el
objetivo de determinar cuál protocolo presenta menos efectos cardiovasculares y
respiratorios durante el proceso anestésico y la recuperación del paciente.
RESUMEN.
El objetivo del presente proyecto de investigación fue evaluar dos protocolos
anestésicos que son utilizados para intervenciones en equinos adultos, con el fin
de establecer los efectos cardiovasculares asociados a los fármacos anestésicos
enmarcados dentro de dichos protocolos, dando de esta forma una herramienta
adicional al médico veterinario para que pueda determinar el mejor procedimiento
a seguir
con
mayor
margen de seguridad. Para esto, se identificaron
los
cambios cardiovasculares causados por los protocolos anestésicos en pacientes
equinos adultos, por medio de la electrocardiografía y la medición de Presión
Venosa Central (PVC), Presión Arterial Sistólica (PAS), Presión arterial Diastólica
(PAD) y el cálculo matemático de la Presión Arterial Media (PAM), determinando
cual puede ser el protocolo con menos efectos adversos.
Para tal propósito fueron tomados diez animales criollos provenientes de cinco
fincas ubicadas en el Municipio de Fómeque Cundinamarca con una altitud: 1895
msnm, Clima: 19°c (Las fincas estaban ubicadas a 2500 msnm y una temperatura
promedio de 9°c). Estas fincas son aledañas y tienen similares condiciones en
cuanto a forrajes, características del agua, y humedad relativa del ambiente.
De cada una de las fincas fueron tomados dos ejemplares equinos sanos (uno
para cada protocolo) de raza criolla, adultos, de peso promedio 350 Kg. A cada
paciente se le efectuo un examen clínico previo al uso del protocolo anestésico,
comprobando su buen estado de salud luego se registro de frecuencia cardiaca,
frecuencia respiratoria, Presión arterial diastólica y sistólica, presión venosa
central y la toma de electrocardiograma, antes, durante y después del
procedimiento anestésico de la siguiente manera:
Frecuencia Cardiaca y Frecuencia Respiratoria:
• Antes de la pre-medicación
• Cada cinco minutos hasta la recuperación
Presión Venosa Central, Presión Arterial Sistólica, Presión Arterial Diastólica y
Electrocardiograma
• Antes del procedimiento anestésico.
• Durante la inducción
• Mantenimiento
• Recuperación
Durante los procedimientos anestésicos se hizo la recolección de los datos, estos
fueron organizaron en tablas, y se les realizo estadística descriptiva, se aplicó el
análisis de varianza para cada una de las variables y finalmente se efectuó una
prueba de t-student a dos colas para dos muestras independientes, para evaluar
las diferencias entre las medias del protocolo 1 y el protocolo 2
ABSTRACT
The objective of this research project was to evaluate two anesthetic protocols that
are used for interventions in horses adults, to establish the cardiovascular effects
associated to anesthetic drugs within of these protocols, giving this way an
additional tool for the veterinarian that can determine the best procedure to follow
with more margin of safety. For this, we identified the cardiovascular changes
caused by the anesthetic protocol in adult patients horses, by means of
electrocardiography and measurement of venous pressure Central (VPC), systolic
blood pressure (SBP), Diastolic blood pressure (DBP) and the mathematical
calculation of the mean arterial pressure (MAP), determining which may be the
protocol with less adverse effects.
For this purpose were taken ten animals creole from five farms located in Fomeque
a municipality of Cundinamarca with a elevation: 1895 meters above sea level,
Climate: 19°C (The farms were located at 2500 meters above sea level and an
average temperature of 9°C). These farms are adjacent and have similar
conditions in terms of fodder, water characteristics, and relative humidity of the
atmosphere.
Each of the farms were taken two horses healthy (one for each protocol) Creole
race, adults, of average weight 350Kg. To each patient had a clinical examination
prior to use anesthetic protocol, proving their good health, then registration of their
heart rate, respiratory rate, pressure systolic and diastolic, central venous pressure
and taking electrocardiogram, before, during and after the anesthetic procedure as
follows:
Heart rate and respiratory rate
• Before the pre-medication
• Every five minutes until recovery
Central venous pressure, systolic blood pressure, diastolic blood pressure and
Electrocardiogram
• Before the anesthetic procedure.
• During induction
• Maintenance
• Recovery
During the anesthetic procedure was performed the data collection, these were
organized in tables, and performed statistical descriptive, we applied analysis of
variance for each of the variables and finally conducted a t-student test for twotailed for two independent samples to evaluate differences between average
protocol 1 and protocol 2.
PALABRAS CLAVE: Cambios Electrocardiograficos, Presión Arterial Media,
Diastólica, Sistólica, Venosa Central, Equinos adultos.
MATERIAL, MÉTODOS Y PROCEDIMIENTOS.
Procedimientos previos a la anestesia
Los animales que se utilizaron para desarrollar el proyecto de investigación se
evaluaron por medio de un examen clínico, se retiraron las herraduras de cada
uno de ellos; luego se sometieron a un ayuno de alimento de doce horas y uno de
agua dos horas antes de empezar el procedimiento anestésico, posteriormente se
realizó la adecuada canulación del animal en la vena yugular fijado por medio de
puntos de sutura para la administración de los medicamentos que requerían la vía
intravenosa y la medición de la PVC por medio de la escala graduada y el equipo
de fluidos.
Canulación de la vena yugular en un equino.
A.
B.
La medición de las constantes para el adecuado monitoreo de los pacientes se
realizó de acuerdo al siguiente cuadro:
Tabla de monitoreo para los pacientes equinos sometidos a anestesia
general; protocolos 1 y 2.
Paciente: XXXXXXXXX
TIEMPO
minutos
MOMENTO
INICIAL
0
5
MEDICACION
PREANESTESICA
10
15
20
INDUCCIÓN
MEDICACIÓN DE
Protocolo: 1
FC
FR
lat/min
resp/min
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
PVC
PAM
PAS
PAD
mmHg
mmHg
mmHg
X
X
X
X
Toma electrocardiograma
X
X
X
X
Toma electrocardiograma
X
X
X
X
Toma electrocardiograma
X
X
X
X
Toma electrocardiograma
cm de
H
O
ELECTROCARDIOGRAMA
MANTENIMIENTO
25
MANTENIMIENTO
30
35
40
INICIO
RECUPERACION
RECUPERACIÓN
En los eventos: inicial, inducción, mantenimiento y recuperación; se tomaron
electrocardiogramas junto con la medición de Presión Arterial Media (PAM),
Presión arterial Diastólica (PAD), Presión Arterial Sistólica (PAS), Presión Venosa
Central (PVC), las frecuencias Cardiaca y respiratoria, fueron medidas antes de
iniciar el protocolo anestésico, luego se volvieron a tomar cada cinco minutos
hasta la recuperación del paciente. La duración de la anestesia se estableció en
un tiempo de cuarenta minutos. Los animales fueron llevados a sus sitios de
alojamiento con comida y agua a disposición en donde se observaron durante seis
horas asegurando la recuperación completa del animal.
MONITORIZACIÓN BÁSICA EN CONDICIONES DE CAMPO.
El procedimiento de monitorización básica en campo consistió en la observación
permanente del patrón respiratorio, palpación regular del pulso para comprobar su
calidad, regularidad y frecuencia, se evaluó también el color de las membranas
mucosas.
La profundidad de la anestesia fue monitorizada mediante la observación de la
posición del ojo, la respuesta al reflejo palpebral y corneal, grado de relajación
muscular y ausencia de movimiento ante un estímulo doloroso.
MONITOREO DE FRECUENCIA CARDIACA.
Consistió en escuchar los sonidos producidos por el cierre de las válvulas del
corazón, este órgano se auscultó ubicando el fonendoscopio por atrás del codo,
del tercer al quinto espacio intercostal del lado izquierdo. Las pulsaciones se
contaron durante un minuto, obteniendo como resultado el
número de
pulsaciones/minuto.
MONITOREO DE FRECUENCIA RESPIRATORIA.
Se obtuvo mediante la visualización de los movimientos de la caja torácica y la
percepción con el dorso de la mano al entrar y salir el aire a través de los ollares
durante un minuto. Los dos movimientos (inspiración y espiración) se contaron
como una respiración.
MONITOREO DE PRESIÓN ARTERIAL.
Las presiones se tomaron de manera no invasiva con un baumanómetro
(tensiómetro) digital marca Braun Vital Scan Plus BP 1650 el cual se ubicó en la
base de la cola de los pacientes equinos en la arteria coccígea media. Este
tensiómetro cuenta con un sistema automático de inflado y desinflado del
manguito. El aparato realiza la medición automática, representando en el visor
digital el valor de la presión sistólica y diastólica.
Durante el registro la cola se mantuvo horizontal con relación al suelo; ésta y el
paciente debieron mantenerse en la medida de lo posible, libres de movimiento.
Una vez colocado el manguito y ajustado como corresponde se encendió el equipo
y se esperó hasta que el visor mostrara el número 0, que indicaba que estaba listo
para el registro.
Se pulsó el botón de inflado y a partir de este momento el procedimiento fue
automático.
Contar con los valores normales de referencia fue un requisito necesario para
poder, a partir de los mismos, considerar sus variaciones como indicadores de
enfermedad.
Ubicación del tensiómetro en el equino en la base de la cola. Arteria
coccígea media.
A.
B.
Presión Arterial Media:
Se obtuvo mediante la suma de la Presión Arterial Sistólica más la Presión Arterial
Diastólica más la Presión Arterial Diastólica, todo esto dividido entre tres.
La fórmula es la siguiente:
PAM= PAS + PAD + PAD
3
Presión Venosa Central:
Fue tomada de manera invasiva cateterizando la vena yugular.
El procedimiento consistió en hacer una medición en centímetros de agua de la
presión existente en el vaso sanguíneo. Se requirió de un catéter previamente
colocado en la vena yugular, solución salina fisiológica de 500 ml, sistema de
suero, llave de tres vías y escala graduada.
Previo lavado de manos y embrocado de la zona yugular, se procedió a cateterizar
y comprobar la permeabilidad de la vía. Se conectó el sistema de presión venosa
central a la solución salina y se purgó cuidadosamente el sistema evitando la
presencia de burbujas. Posteriormente se localizó y marcó el punto cero del
paciente y se ubicó la escala graduada a nivel del corazón, se giró la llave de tres
vías de modo que la columna graduada se llenara de solución salina fisiológica
hasta 15 ó 20 centímetros. Se giró nuevamente la llave de tres vías, de modo que
la columna quedara comunicada con el catéter del paciente aislando el suero.
Luego se esperó que la columna de líquido en la escala graduada descendiera
hasta el momento que oscilara ligeramente y detuviera su descenso.
Este valor es el que se registró como Presión Venosa Central. Realizada la
lectura, se cerró la comunicación con la columna y se conectó al catéter con el
sistema de goteo.
Medición de la presión venosa central con sistema de suero, escala
graduada y llave de tres vías.
ELECTROCARDIOGRAMA
Los electrocardiogramas de los pacientes utilizados en el presente proyecto,
fueron tomados con un electrocardiógrafo Cardio Care 1000 de 12 canales,
regulación automática de la línea isoeléctrica, posición, filtración digital y disturbios
musculares, utilizando un modelo de derivación: Base - Ápice en Y. Se utilizó
papel térmico para el registro de los electrocardiogramas.
Figura. Puntos de colocación de derivaciones para obtener un electrocardiograma
base-ápex en el caballo. El electrodo de la mano izquierda LA se coloca en el
sexto espacio intercostal en el lado izquierdo del tórax, en una línea paralela a la
altura de la punta del codo. El electrodo de la mano derecha RA se coloca en la
parte más alta de la espina escapular derecha (ORSINI y Col., 2000).
A. Los círculos negros representan los puntos de fijación para los electrodos.
Punto para colocar el electrodo en el lado derecho del paciente para obtener un
electrocardiograma base ápex, utilizando los electrodos de la derivación I. RA,
mano derecha; RL pie derecho (ORSINI y Col., 2000).
B. Punto para colocar el electrodo en el lado izquierdo del paciente para obtener
un electrocardiograma base ápex utilizando los electrodos de la derivación I. LA
mano izquierda (ORSINI y Col., 2000).
Procedimientos Anestésicos.
Se utilizaron dos (2) protocolos anestésicos, los cuales incluyen medicación
preanestésica, medicamentos opioides, inductores y para el mantenimiento
logando una anestesia de tipo balanceado en los dos protocolos descritos en las
siguientes tablas.
Descripción del principio activo, dosis, vía de administración y nombre
comercial de los medicamentos utilizados en los Protocolos 1 y 2
PROTOCOLO 1
PRINCIPIO ACTIVO
DOSIS
Intravenosa
NOMBRE
COMERCIAL
Dormicun ®
AMPOLLA
50 mg/10 mL
Intravenosa
Guayacolato® 5%
VÍA
Medicamentos Pre anestésicos
Midazolam
Guayacolato de
Glicerilo
0.02
mg/Kg
55
mg/Kg
Medicamentos Opioides
Morfina
0.6
mg/Kg
Intravenosa
Medicamentos Inductores
Propofol
1mg/Kg
Intravenosa
Medicamentos de
Mantenimiento
Propofol
1 mg/Kg
Intravenosa
MORFINA®
30Mg/ml 3%
OLEO-LAX®
10Mg /ml
AMPOLLA 20ml
OLEO-LAX®
10Mg /ml
AMPOLLA 20ml
PROTOCOLO 2
VÍA
NOMBRE
COMERCIAL
Medicamentos Pre anestésicos
PRINCIPIO ACTIVO
Guayacolato de
Glicerilo
DOSIS
55
mg/Kg
Intravenosa
Medicamentos Opioides
Fentanilo
0.01
mg/Kg
Intravenosa
Guayacolato® 5%
NAFLUVENT®
250 microg / 5ml
ampolla 5ml
Medicamentos Inductores
Tiletamina +
Zolacepam
1.1 mg/
Kg
Intravenosa
Zoletil ®
Medicamentos de
Mantenimiento
Tiletamina +
Zolacepam
1.1 mg/
Kg
Intravenosa
Zoletil ®
Los equinos seleccionados, fueron llevados al lugar escogido para realizar la
anestesia teniendo en cuenta que este sitio no representaba riesgo para los
animales durante la cateterización, derribo, decúbito y reincorporación. Este sitio
contaba con un prado de Kikuyo de altura considerable para la amortiguación del
peso del animal y un área adecuada que permitiera un amplio margen de
movimiento de los operarios y el animal. El terreno fue cubierto con polisombra
negra y plástico para evitar la luz solar directa en los ojos de los equinos y
favorecer de la lluvia.
El manejo de los equinos hasta la inducción se asignó a los propietarios de los
mismos para reducir las condiciones de estrés y disminuir reacciones no
deseables como coces, mordiscos etc. que como consecuencia alteran las
constantes objeto del estudio, así como el efecto de los medicamentos y la
ubicación de los electrodos para el primer electrocardiograma.
En el momento de la recuperación se facilitó la reincorporación de los equinos con
un apoyo físico por medio del direccionamiento de la cabeza a través de una soga
y cuando recuperaron su capacidad motora se trasladaron a un potrero donde
disponían de pasto Kikuyo a voluntad.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN.
En la variable frecuencia cardiaca (FC), no existieron evidencias suficientes para
rechazar la hipótesis de igualdad (P < 0.01) de las medias de (FC) entre protocolo
1 y protocolo 2, en la etapa inicial, inducción y recuperación. A excepción de la
etapa de mantenimiento en donde se presentaron diferencias significativas entre
los promedios estadísticos de los protocolos 1 y 2, con un (P < 0,0017)
Los datos de (FC) reportados por (CORREDOR y Col 2005) estuvieron en un
rango entre 34,36 a 55,86 L/min. De acuerdo a lo anterior, pudimos analizar que el
PROTOCOLO1 en todos los tiempos, mantuvo la (FC) dentro de estos rangos
presentando mínimas variaciones durante el proceso anestésico. El PROTOCOLO
2 en la fase inicial y de
inducción se comportó de una forma similar al
PROTOCOLO 1 manteniendo los valores dentro del rango normal.
El protocolo 1 presentó un aumento en el promedio del grupo de (39 l/min)
inducido por los efectos cardíacos del propofol, en tanto que el protocolo 2
presentó una disminución en el promedio estadístico hasta (30 l/min) mucho más
marcada y fuera del límite inferior del rango aceptado como normal (34,36 a 55,86
L/min), esta disminución es debida a la medicación anestésica de tiletamina más
zolacepam la cual produce un efecto depresor en el sistema cardiovascular. Al
transcurrir el tiempo los valores de frecuencia cardiaca retornaron a un punto
similar al inicial. Cabe anotar, que esta disminución (con respecto al valor mínimo
normal) en aproximadamente cuatro latidos por minuto no representó ningún
riesgo para el paciente durante el proceso anestésico.
La frecuencia cardiaca en caballos adultos anestesiados debe estar comprendida
en el rango entre 25-50 L/min, por debajo de 25 L/min se considera bradicardia,
mientras que por encima de 50 L/min., se valora como taquicardia. El plano
anestésico en un caballo en que la (FC) disminuye de 25 L/min es inapropiado.
(TAYLOR y Col., 1999).
Todos los equinos incluidos en el presente estudio presentaron valores de (FC)
que no implican eventos bradicárdicos o taquicárdicos durante el plano anestésico
según los datos referenciados en el párrafo anterior.
Gráfico.
Promedios
estadísticos
de
frecuencia
cardiaca
de
5
equinos
anestesiados con el protocolo 1 y de 5 con el protocolo 2, en los momentos inicial,
inducción, mantenimiento y recuperación.
La frecuencia respiratoria (FR), no presentó diferencias significativas entre las
medias de los dos protocolos utilizados a través de todas las etapas del proceso
anestésico.
Según (Domínguez y Col 2002), los valores normales de (FR) en equinos adultos
saludables es de 6-20 resp/min. El estudio mostró que en los dos protocolos los
valores están dentro del rango mencionado anteriormente, por lo cual se interpretó
que los dos protocolos tienen efectos mínimos sobre el sistema respiratorio. Los
dos protocolos mostraron una tendencia similar entre sí a través del tiempo.
Entre el momento inicial hasta el mantenimiento, se evidenció una caída de la
(FR). Se interpretó que fue ocasionada por el decúbito, ya que los medicamentos
utilizados en los dos protocolos tienen efectos mínimos sobre esta variable, a
pesar de que en el PROTOCOLO 2 los valores
disminuyeron a 10
respiraciones/minuto durante el mantenimiento, no representa un cambio
importante con respecto al comportamiento del PROTOCOLO 1.
Gráfico. Promedios estadísticos de frecuencia respiratoria de 5 equinos
anestesiados con el protocolo 1 y de 5 con el protocolo 2, en los momentos inicial,
inducción, mantenimiento y recuperación.
La presión venosa central (PVC) no mostró diferencias estadísticas significativas
entre los promedios de los protocolos 1 y 2 a través del tiempo de anestesia,
tampoco la interacción con el tiempo, como se observó al realizar el análisis de
varianza respectivo.
En cuanto a la (PVC), el estudio mostró que los dos protocolos que se usaron
mantuvieron una misma tendencia a través del tiempo de anestesia. Ninguno de
los valores de los dos protocolos se salió del rango de: 20 a 30 cm de H2O
considerado normal (BOFI 2007). El aumento de los valores se presentó por los
cambios en la presión intratorácica producida por el decúbito durante el tiempo en
que los pacientes permanecieron en el procedimiento anestésico. Cuando
aumenta la presión en el tórax, aumenta la (PVC) y esto puede asociarse a una
reducción en la presión del llenado transmural del volumen del ventrículo
(precarga), y del retorno venoso. (PARRA, 1995.)
Gráfico. Promedios estadísticos de presión venosa central de 5 equinos
anestesiados con el protocolo 1 y de 5 con el protocolo 2, en los momentos inicial,
inducción, mantenimiento y recuperación.
No se encontraron diferencias significativas de presión arterial media (PAM)
entre los promedios estadísticos de los protocolos 1 y 2, desde el tiempo inicial
hasta la recuperación de la variable (PAM).
Fue notable la diferencia en el promedio estadístico del momento inicial hasta la
recuperación entre los protocolos 1 y 2. Según los rangos 75-100 mm Hg
considerado normal por (DOMINGUEZ y Col 2002). Los promedios estadísticos de
los pacientes del protocolo 2 siempre se salieron de los rangos citados,
posiblemente debido a una vasoconstricción periférica provocada por el frio y la
lluvia en el momento del estudio de los caballos que hicieron parte del protocolo 2.
Se observó un aumento continuo de la (PAM) partiendo del momento inicial hasta
el tiempo de mantenimiento en los dos protocolos. Según (THURMON y Col
1995), cuando se administran por vía intravenosa los agonistas opiáceos inducen
los siguientes efectos, la presión arterial media y la resistencia vascular aumentan
y permanecen así unos 60 minutos, aún cuando la (FC) retorne a los valores
normales. La presión arterial pulmonar no resulta significativamente afectada. En
el equino, lo anterior se debe al efecto excitatorio de los opiáceos sobre el sistema
nervioso central.
Los efectos sobre la presión arterial media producidos por los medicamentos
utilizados en la inducción y mantenimiento de los dos protocolos son mínimos.
La presión arterial media no debe descender de niveles de 75 mm Hg, pues por
debajo de esta presión habrá hipoperfusión tisular y riesgo de miopatía.
(DOMINGUEZ y Col 2002.)
Gráfico. Promedios estadísticos de presión arterial media de 5 equinos
anestesiados con el protocolo 1 y de 5 con el protocolo 2, en los momentos inicial,
inducción, mantenimiento y recuperación.
No se encontraron evidencias suficientes para rechazar la hipótesis de igualdad en
los promedios de Presión Arterial Diastólica (PAD), entre el protocolo 1 y 2 a
través de todas la etapas.
Tomando como referencia los valores normales reportados por (BOFFI 2007) los
cuales se encuentran entre 84 a 112 mm Hg, se evidenciaron cambios mínimos en
los valores de (PAD) en todos los momentos del procedimiento anestésico y se
mantuvo la misma tendencia en los dos protocolos.
Gráfico. Promedios estadísticos de presión arterial diastólica de 5 equinos
anestesiados con el protocolo 1 y de 5 con el protocolo 2, en los momentos inicial,
inducción, mantenimiento y recuperación.
La presión arterial sistólica (PAS), no presentó variaciones significativas entre
los promedios de los protocolos y tampoco al transcurrir del tiempo.
De acuerdo a los valores normales reportados por (DOMINGUEZ y Col 2002) los
valores pueden oscilar entre 90 a 161 mm Hg. La (PAS) en los dos protocolos se
mantuvo dentro de los rangos mencionados. En el PROTOCOLO 1 se presentó
una disminución leve de los valores de (PAS) entre el momento inicial y la
inducción producida por la acción combinada de los fármacos utilizados en la
medicación preanestésica del mencionado protocolo. Se postula que con respecto
al sistema cardiovascular, el Gliceril Guayacolato produce una disminución leve de
la (PAS) y (PAD) (ADAMS 2001). Adicionalmente, los opiáceos como la morfina
(utilizada en la medicación preanestésica del PROTOCOLO1) es considerada
como inductora de hipotensión en el caballo. (THURMON y Col 1995).
Contrastando los protocolos, con respecto a los fármacos utilizados y a los valores
obtenidos en el estudio, se pudo observar que el PROTOCOLO1 disminuyó los
valores de (PAS) en contraposición, el PROTOCOLO2 tendió a aumentar dichos
valores, como se mencionó anteriormente, tanto el Guayacolato como los
medicamentos opiáceos utilizados en los dos protocolos producen una
disminución de la (PAS). Se puede decir que la disminución de los valores en el
PROTOCOLO 1 en el tiempo transcurrido entre el momento inicial y la inducción
se debe al uso del Midazolam, el cual solo fue utilizado en dicho protocolo,
teniendo en cuenta que los efectos cardiovasculares del guayacolato y los
opioides son mínimos y a que los dos grupos son homogéneos y ninguno de los
pacientes presentó variaciones iniciales en la (PAS) que se puedan considerar
anormales.
Las variaciones de (PAS) más importantes en el estudio, estuvieron dadas por los
valores que presentaron los animales del PROTOCOLO 1 en el momento de la
inducción debido a su disminución y un posterior aumento en el momento del
mantenimiento. A pesar de que el PROTOCOLO 2 presentó un comportamiento
más homogéneo de los valores durante la anestesia, no se presentaron
diferencias estadísticas significativas, por lo tanto los dos protocolos se consideran
adecuados.
Gráfico. Promedios estadísticos de presión arterial sistólica de 5 equinos
anestesiados con el protocolo 1 y de 5 con el protocolo 2, en los momentos inicial,
inducción, mantenimiento y recuperación.
La onda P no presentó diferencias significativas entre promedios los dos
protocolos 1 y 2 desde el momento inicial hasta la recuperación.
De acuerdo a (ROSE y Col 1995), la duración de la onda P, no debe ser mayor a
0,17 segundos. (CORREDOR y Col 2005), establecen valores entre 0,08 – 0,2
segundos.
Los valores de duración de la onda P en el estudio, de los dos protocolos con
relación a la actividad eléctrica del corazón permanecieron dentro de los rangos
establecidos por los anteriores autores. De acuerdo a lo expuesto, podemos
descartar hipertensión pulmonar y sobrecargas cardiacas funcionales (MARK,
1995) que pudieran haber sido ocasionados por la aplicación de los medicamentos
utilizados en cada uno de los protocolos.
Gráfico. Promedios estadísticos de onda P obtenidos por electrocardiografía de 5
equinos anestesiados con el
protocolo 1 y de 5 con el protocolo 2, en los
momentos inicial, inducción, mantenimiento y recuperación.
El segmento P-R no mostró diferencias significativas entre los promedios
estadísticos en ninguno de los dos protocolos en todas sus etapas.
La duración normal del segmento P-R debe ser inferior a 0.44 seg. (ROSE y Col
1995).
En el estudio electrocardiográfico de los protocolos 1 y 2, no se dieron cambios en
la duración de la onda P más allá del valor citado anteriormente. De acuerdo a
esto, se descartaron bloqueos auriculoventriculares de primer grado, (ROSE y Col
1995.) que hubieran podido presentarse durante el procedimiento anestésico.
Gráfico.
Promedios
estadísticos
de
segmento
P-R
obtenidos
por
electrocardiografía de 5 equinos anestesiados con el protocolo 1 y de 5 con el
protocolo 2, en los momentos inicial, inducción, mantenimiento y recuperación.
No hubo diferencias significativas entre los promedios de los dos protocolos 1 y 2,
desde su etapa inicial hasta la recuperación de los animales, en la variable
Complejo QRS-D.
El valor normal del complejo QRS debe ser inferior a 0,17 segundos. (ROSE y Col
1995).
La duración del complejo QRS de los pacientes del presente estudio, se determinó
como normal, de acuerdo a los valores establecidos por (ROSE y Col 1995). En
conformidad con lo anteriormente expuesto, las variaciones de los valores que se
presentan a través del tiempo de inducción y mantenimiento no representan
cambios importantes que puedan indicar alteraciones que afectan el desempeño
de la masa cardiaca.
Gráfico.
Promedios
estadísticos
de
segmento
QRS-D
obtenidos
por
electrocardiografía de 5 equinos anestesiados con el protocolo 1 y de 5 con el
protocolo 2, en los momentos inicial, inducción, mantenimiento y recuperación.
El segmento Q-T no presentó diferencias significativas en los promedios de
ninguno de los dos protocolos, desde su inicio hasta su terminación.
El valor normal del segmento QT debe ser inferior a 0,6 segundos. (ROSE y Col
1995).
Los pacientes sometidos a los dos protocolos anestésicos, conservaron los
valores por debajo 0,6 segundos en todos los momentos evaluados. Esto indica
que la repolarización ventricular fue adecuada y no hubo presencia de
bradiarritmias (por ejemplo bradicardia sinusal, bloqueo AV de tercer grado).
(HUZAR, 1999)
Gráfico.
Promedios
estadísticos
de
segmento
Q-T
obtenidos
por
electrocardiografía de 5 equinos anestesiados con el protocolo 1 y de 5 con el
protocolo 2, en los momentos inicial, inducción, mantenimiento y recuperación.
La onda T no presentó diferencias significativas en ninguno de los promedios de
los dos protocolos, desde su inicio hasta la recuperación de los pacientes.
Los valores normales reportados por (CORREDOR y Col 2005).en un estudio
realizado a 340 caballos criollos del piedemonte llanero colombiano, para
establecer los valores electrocardiográficos normales, entre ellos la amplitud de la
onda T encontraron valores entre 0,12 ± 0,29 milivoltios.
Los valores de amplitud de la onda T que presentaron los caballos sometidos a los
dos protocolos anestésicos del presente estudio rebasaron por completo en todos
los momentos, incluido el inicial y recuperación los valores reportados por
(CORREDOR y Col. 2005). Otros autores como (ROSE y Col 1995) reportan que
puede haber ondas T con picos mayores a un milivoltio.
La onda T es la porción más lábil del ECG, y como tal puede alterarse
prácticamente por cualquier perturbación del estado metabólico o neurológico del
animal. Las ondas T anormales se asocian con desequilibrio electrolítico, hipoxia
miocárdica,
infarto,
toxicidades
metabólicas
o
farmacológicas,
anomalías
respiratorias así como en animales sanos. (MARK 1995).
En general los cambios en el ECG también pueden ir asociados a alteraciones
sistémicas (por ejemplo, la onda T puede cambiar si se produce hipoxemia ó
desequilibrios electrolíticos) o de condiciones intrínsecas del músculo miocárdico o
del estado del sistema nervioso autónomo (dolor, predominancia simpática)
(MONTES y Col 1999).
En el momento de la inducción, cuando el caballo es derribado, se disminuye en
un 50% su capacidad ventilatoria y se presenta una disminución del volumen
inspirado de oxígeno, lo que puede explicar el aumento de la amplitud de la onda
T en este tiempo. Correlacionando la disminución de la frecuencia respiratoria en
el mismo momento (inducción), se confirma lo anteriormente expuesto.
Debido a que los valores reportados por la literatura consultada no corresponden
con los valores obtenidos en el presente estudio, se puede tomar como referencia
los valores estadísticos promedio de los pacientes en el momento inicial, es decir
antes de ser afectados por los medicamentos y demás factores que pudieran
alterar los valores de onda T. Teniendo en cuenta lo anterior, podemos observar
que las variaciones de la onda T no presentan alteraciones importantes en el
transcurso de la anestesia.
Gráfico. Promedios estadísticos de onda T obtenidos por electrocardiografía de 5
equinos anestesiados con el
protocolo 1 y de 5 con el protocolo 2, en los
momentos inicial, inducción, mantenimiento y recuperación.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.
Se concluyó que de acuerdo a los resultados obtenidos en el presente estudio, a
excepción de la variable frecuencia cardiaca en el momento de mantenimiento, los
protocolos no tuvieron diferencias estadísticamente significativas. Se observó de
manera general, que los dos protocolos son muy seguros y
adecuados
para
ser usados en anestesia de campo debido al efecto mínimo sobre las variables,
sin embargo el PROTOCOLO 1 presentó más estabilidad y menos variaciones
indeseables, por lo tanto consideramos que este último es mejor.
Se encontró que la frecuencia cardiaca de los equinos sometidos al PROTOCOLO
1 tuvieron mínimas variaciones desde el inicio hasta la recuperación, en tanto los
animales que fueron anestesiados con el PROTOCOLO 2 presentaron una mayor
variación de los valores de (FC), con un importante descenso a 30 L/min en el
momento de mantenimiento. Con lo anterior se determinó que el PROTOCOLO 1
presentó un mejor efecto con respecto a esta variable.
Se estableció que los animales anestesiados con el PROTOCOLO 1 tuvieron un
comportamiento con respecto a la frecuencia respiratoria muy similar a la de los
equinos del PROTOCOLO 2. Los dos grupos presentaron un (FR) que no se salió
de los rangos normales.
Se comprobó que los valores de Presión Venosa Central obtenidos, estuvieron
dentro de los rangos normales antes, durante y después del proceso anestésico.
Los dos protocolos se comportaron de una manera similar y sus variaciones
fueron mínimas, por esta razón y teniendo en cuenta el análisis estadístico el cual
no muestra diferencias significativas entre los dos protocolos, se considera que
ninguno de los dos tiene efectos nocivos sobre los pacientes lo que refleja una
buena recuperación de los pacientes.
Al evaluar los cambios de Presión Arterial Media en los dos grupos de animales
en su momento inicial, inducción, y recuperación se puede decir que se
comportaron de forma similar y mantuvieron sus valores, sin riesgo para los
equinos. Sin embargo en el momento de mantenimiento el PROTOCOLO 1 tuvo
un aumento más marcado que el PROTOCOLO 2. Se concluyó que en esta
variable el PROTOCOLO 2 se comportó de forma más estable.
Se estableció que el comportamiento de la Presión Arterial Diastólica en los dos
protocolos fue muy semejante a lo largo del tiempo con mínimas variaciones
desde el momento inicial hasta su recuperación. Se concluyó que, los protocolos
no producen mayores cambios en esta variable. El análisis estadístico no indica
diferencias significativas, por esta razón los dos protocolos fueron considerados
adecuados.
Se estableció que las variaciones de Presión Arterial Sistólica más importantes en
el estudio, estuvieron dadas por los valores que presentaron los animales del
PROTOCOLO 1 en el momento de la inducción debido a su disminución y un
posterior aumento en el momento del mantenimiento. A pesar de que el
PROTOCOLO 2 presentó un comportamiento más homogéneo de los valores
durante la anestesia, no se presentaron diferencias estadísticas significativas, por
lo tanto los dos protocolos se consideraron adecuados.
Se determinó que los valores electrocardiográficos obtenidos de los pacientes,
revelaron gran estabilidad en el funcionamiento del corazón, seguridad de los
protocolos los cuales, no intervinieron de manera significativa en la actividad
eléctrica del corazón; esto se reflejó en la normalidad de las ondas, complejos y
segmentos evaluados con excepción de la onda T la cual no pudo ser evaluada
adecuadamente porque no coincide en ningún momento con los valores
reportados por otros estudios en equinos criollos en el país. Se concluyó entonces
que los dos protocolos son convenientes.
Los dos protocolos pueden ser utilizados con tranquilidad por el Veterinario de
campo al anestesiar caballos criollos que vayan a ser sometidos a procedimientos
de corta duración, ya que al no ser afectadas las constantes fisiológicas
evaluadas, hay un mayor margen de seguridad y se minimizan los riesgos para el
paciente; factor importante cuando generalmente no se tienen a mano todas las
herramientas de monitoreo y/o reanimación que están disponibles en las salas de
cirugía.
Tomando como base el análisis y la correlación de los resultados se recomienda:
Evaluar los valores fisiológicos de la Onda T en equinos criollos de trabajo, en
las mismas condiciones medioambientales para obtener así referencias más
amplias y confiables.
Correlacionar los hallazgos con eco cardiografía antes, durante y después de
la anestesia, en protocolos similares o iguales a los utilizados en este estudio.
Evaluar los efectos de los protocolos utilizados en otras variables como
temperatura, motilidad gastrointestinal, hematocrito y otras de importancia
clínica en anestesia de campo.
Confrontar los mismos protocolos anestésicos en otras razas presentes en el
país y en otras condiciones medioambientales para evaluar si se presentan
diferencias significativas.
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