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O.J.D.:
E.G.M.:
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Fecha: 16/03/2014
Sección: GRANADA
Páginas: 22
22
Domingo 16 de Marzo de 2014 | GRANADA HOY
GRANADA
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AROMASYSABORES
MARGARITA LOZANO
[email protected] ● http://margaritalozanoruiz.wordpress. com
Origen. La antigua palabra griega diaita, de la que deriva ‘dieta’, significa
‘estilo de vida equilibrado’, y esto es exactamente la dieta mediterránea
Vino y aceite de oliva: la
identidad como valor añadido
E
STA semana se ha celebrado en Madrid el Salón de Gourmets y de
nuevo ha habido una
presencia destacada: Japón, que
ha sido el país invitado este año.
Japón, rodeado de stands de jamón ibérico, vinos del Duero, cecinas leonesas y conservas de las
rías gallegas. Toda la riqueza de
dos gastronomías reconocidas
como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la
Unesco –la japonesa y la mediterránea– cuyas raíces son sinónimo de salud y de buena materia
prima, en un mundo globalizado
donde reina el fast food.
Según la filosofía
oriental, la comida
hace fluir la energía
y la equilibra
La cocina tradicional japonesa
(washoku) mantiene su espíritu
y tradición de respeto a la naturaleza y este hecho influye en la
longevidad de la población. Su
hecho diferencial es el consumo
de alimentos crudos o cocidos
muy poco tiempo, que conservan
todas sus propiedades y valor nutritivo. Además, la riqueza de su
dieta, que incorpora de todo:
arroz, vegetales (incluyendo raíces y brotes), hongos, mariscos y
algas, pasta, huevos, carnes, legumbres, tofu, fruta, frutos secos
y harinas de varios cereales. Aunque también hay que saber que la
cocina tradicional japonesa está
dominada por el arroz blanco:
cualquier otro plato servido du-
rante una comida se considera un
plato secundario que se sirve para realzar el sabor del arroz. Esto
hace que no supere las 2.300 calorías al día para los hombres y
1.950 para las mujeres, con una
composición de un 12% de proteínas, un 25% de grasas y un
63% de hidratos de carbono: se
la considera ‘la dieta perfecta’.
Según la filosofía oriental, su comida hace fluir la energía por los
diferentes órganos y equilibra la
energía del cuerpo.
Los beneficios para la salud es
lo que tiene en común con la dieta mediterránea, que engloba las
cocinas de España, Grecia, Italia y
Marruecos. Precisamente 2014 ha
sido declarado Año de la Dieta
Mediterránea y debería servir para promover sus hábitos alimenticios y sus técnicas culinarias, que
van vinculados a un modo de vida
que propicia la interacción social.
Ha sido transmitida de generación en generación desde hace
muchos siglos y está íntimamente
vinculada al estilo de vida de los
pueblos mediterráneos a lo largo
de su historia. Ha ido evolucionando, acogiendo e incorporando
sabiamente nuevos alimentos y
técnicas fruto de la posición geográfica estratégica y de la capacidad de mestizaje e intercambio
sus pueblos. La dieta mediterránea ha sido, y continua siendo, un
patrimonio cultural evolutivo y
dinámico. Y es, además, un premio a la cocina de abuelas y madres, y un tributo a los dos productos que diferencian la dieta mediterránea de todas las demás: el
aceite de oliva y el vino.
Todos los pueblos de la cuenca
mediterránea cultivan y han cultivado olivos y viñas desde tiem-
GRANADA HOY
El aceite es uno de los productos que diferencian la dieta mediterránea.
pos milenarios. El olivo, árbol de
la sabiduría y de la paz, encuentra
sus orígenes en las culturas Fenicia, Asiria, Judía, Egipcia y Griega. Los primeros documentos escritos sobre el olivo que se conocen son unas tablillas micénicas
en barro, procedentes del reinado
del rey Minos (2500 a.C.). Con toda probabilidad los fenicios propiciaron su expansión a través de las
rutas comerciales por las islas del
Mediterráneo oriental como Chipre, Creta y las islas del mar Egeo,
extendiéndolo a territorios de la
actual Grecia, Italia y el extremo
occidental en la actual Península
Ibérica. Sin embargo, la gran expansión y mejora de su cultivo se
debió a los romanos, quienes lo
llevaron a todas sus colonias donde podía desarrollarse.
Mucho en común tiene con la viña, que se cree originaria de la antigua Mesopotamia, la zona de
Oriente Próximo ubicada entre los
ríos Tigris y Éufrates, aunque se
extiende a las zonas fértiles contiguas a la franja entre los dos ríos
del actual Iraq y la zona limítrofe
del noreste de Siria. Desde ahí,
fueron también los fenicios los que
extendieron el comercio del vino
por el Mediterráneo y los griegos
primero, y sobre todo los romanos, los que llevan la vid a sus colonias. Los escritos más antiguos,
como las tablas de arcilla con caracteres cuneiformes de Babilonia, o los papiros del antiguo Egipto, contienen numerosas referencias al fruto fermentado de la vid.
El aceite de oliva ha demostrado tener gran cantidad de propiedades beneficiosas para la salud,
debidas principalmente a su alto
contenido en unos compuestos
llamados polifenoles, que tienen
una gran capacidad antioxidante
y son responsables de su alta estabilidad y su peculiar sabor. Los
antioxidantes reducen la oxidación y el daño celular. Además,
contiene grasas monoinsaturadas, que son grasas saludables,
asociadas a un menor riesgo de
enfermedad coronaria, y es rico
en vitamina E, A, D y K. Eso sí: es
importante usar aceite de oliva
virgen extra (y no aceite refinado), que es el menos procesado y
ha sido prensado una sola vez.
Exactamente por la misma razón, por su alto contenido en polifenoles, el vino es un alimento
saludable que, al contener alcohol, debe ser consumido con moderación. El papel del vino en la
dieta mediterránea se empezó a
sospechar a partir de lo que se llamó la ‘paradoja francesa’: unos estudios realizados por varias universidades de EEUU en los años
70 del siglo XX concluyeron que la
mortalidad por enfermedad coronaria no era la misma para un
francés que para un norteamericano. En Francia la tasa de mortalidad era mucho menor y se sospechó que el consumo de vino tenía
algún papel en ello. Desde entonces, no se ha parado de investigar
en este tema, y se han descubierto
múltiples beneficios saludables
de su consumo y su rol determinante en la dieta mediterránea.
La antigua palabra griega diaita, de la que deriva ‘dieta’, significa ‘estilo de vida equilibrado’, y
esto es exactamente lo que es la
dieta mediterránea: mucho más
que una pauta nutricional, un estilo de vida. Y un valor añadido
que habla de identidad.
Salón de Gourmets, Feria Internacional de Alimentación y Bebidas de Calidad
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