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TEMA MONOGRÁFICO
SIDA, 20 AÑOS DESPUÉS (I)
El virus que vino de África
R. Nájera Morrondo
Jefe del Área de Patogenia Viral. Centro Nacional de Biología Fundamental. Instituto de Salud Carlos III. Majadahonda. Madrid. Presidente de SEISIDA.
E
l virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o virus del sida,
se origina en África y, como una zoonosis, pasa del chimpancé
al ser humano en el caso del virus tipo 1 (VIH-1) o del mangabey
tiznado en el caso del tipo 2 (VIH-2). Ambos virus no producen
enfermedad en los monos africanos, pero sí al ser inoculados a monos asiáticos, macacos, etc. Esto que hoy aceptamos fue, sin embargo, motivo de debate, especialmente en el caso del VIH-1, hasta la publicación del trabajo de Korber en Nature en febrero de
1999, que mereció una portada con un chimpancé en esta prestigiosa revista científica1.
Por tanto, la actual pandemia producida por el VIH-1, podemos
afirmar que se produce por el paso de un virus simio, el virus de la
inmunodeficiencia del mono –en este caso del chimpancé (Pan
troglodytes), (VIScpz)–, al ser humano. A partir de los estudios filogenéticos realizados a partir de miles de secuencias mediante
complejos modelos matemáticos, hoy se ha podido estimar que el
origen del grupo principal del VIH-1, denominado grupo M, y del
que derivan todas las variantes actuales, se originó hacia el año
1930, con un intervalo de confianza del 95%, que abarcaría de
1910 a 1950.
Podemos preguntarnos inmediatamente por la vía de transmisión y antes de que se especule sobre vías extrañas afirmar que el
mono es un animal de consumo en África, y como tal se manipula
su sangre y carne en mataderos improvisados y se comercia con
ella en puestos de mercados sin las más mínimas condiciones higiénicas.
Todo ello hace plausible la transmisión sanguínea mediante inoculación accidental de sangre de mono a través de heridas o erosiones cutáneas en los mismos manipuladores de alimentos, siendo
su escenario más probable el medio rural, donde la manipulación
de sangre fresca en animales recién matados haya sido más probable.
Los países en que se encuentra el chimpancé reservorio del
VIS, antecesor del VIH-1, grupo M, Pan troglodytes troglodytes,
son algunos de los situados en el Golfo de Guinea (Gabón, Congo,
Brazaville, Camerún y una franja del norte de la actual República
Democrática del Congo). Podemos preguntarnos si la epidemia se
originó a partir de una única transferencia de cruce de especies
con una amplia diversificación posterior, o si por el contrario el hecho de que haya tantos subtipos (diez) representa numerosas
transferencias a partir de un virus común VIScpz. El árbol del grupo M del VIH-1 irradia de un núcleo central, lo que sugiere una
transferencia única, y en el caso del VIH-2, 4 transferencias. No
obstante, hay que tener en cuenta que se podrían haber producido
transferencias múltiples con infecciones que murieran en sí mismas y sólo unas pocas que condujeran al establecimiento de transmisión humana2.
El virus puede haberse desarrollado en pueblos remotos, agotándose en esas poblaciones hasta llegar a zonas de alta concentración de población, urbanas, con tasas altas de cambio sexual de pa-
rejas y/o prostitución, circunstancias que se dieron en Kinshasa en
los años setenta.
No obstante, infecciones de este tipo debieron ser poco probables, aunque la primera evidencia de una infección por VIH en el
ser humano proviene del año 1959. Un suero de esa fecha, procedente precisamente de Kinshasa, que se conserva en una colección
de laboratorio en la Universidad de Emory en Atlanta (Estados
Unidos) mostró la presencia de anticuerpos específicos, documentando así la infección humana por VIH más antigua que se conoce.
Investigaciones posteriores demostraron en este mismo suero la
presencia de material genético amplificable y que pudo ser posteriormente secuenciado, demostrando sin ninguna duda esta primera infección humana.
La mayor diversidad, indicadora de la superior duración de
oportunidades de recombinación con otros subtipos de VIH-1, se
encuentra en las proximidades de Kinshasa, y el Congo muestra el
mayor grado de diversidad de subtipos en África, lo que podría significar que esa zona del África Occidental constituiría el núcleo ancestral del VIH o simplemente una encrucijada en la que varios virus coincidieron. Por otra parte, en África Oriental y en Sudáfrica
se observa una baja tasa de recombinación.
La explicación de tanta diversidad es la gran variabilidad genética
que muestran los virus cuyo material genético es ARN, ya que no
poseen ningún sistema para corregir los errores que comete el ácido
nucleico al replicarse. Por otra parte, la gran dinámica viral que
muestra su replicación, con la producción y destrucción de miles de
millones de partículas virales en el paciente infectado, cada 2-3 días,
hace que se acumulen un enorme número de variantes, acumulando todas las mutaciones posibles que ese material genético puede albergar. Por otra parte, el carácter diploide del virus y su peculiar
mecanismo de replicación hacen que cuando 2 partículas virales diferentes infectan una misma célula puedan originarse virus progenie
recombinantes, que incorporan material genético de ambos virus
progenitores, como si de una reproducción sexual se tratara.
EL SIDA EN ÁFRICA. UN RETO A NUESTRA
CONCIENCIA
La infección y la enfermedad subsiguiente se han extendido en
África de forma implacable desde su origen, infectando a lo largo
de todos estos años a una gran proporción de la población, fundamentalmente por vía heterosexual.
Según las últimas estimaciones del Programa Conjunto de Sida
de Naciones Unidas (ONUSIDA) y de la Organización Mundial de
la Salud (OMS), en 7 países africanos –Bostwana, Lesoto, Namibia, África del Sur, Swazilandia, Zambia y Zimbabwe–, más de un
20% de las personas entre esos mismos grupos de edad está infectada, y en el caso de Bostwana se estima que hasta un tercio de la
población3. En los 7 países más afectados, previamente menciona-
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El virus que vino de África
R. Nájera Morrondo
dos, morirán de sida al menos 2 de cada 5 adolescentes que tengan
hoy 15 años, aun contemplando el escenario optimista de que el
Glucoproteína
riesgo de infección por VIH se reduzca a la mitad en un futuro
Glucoproteína
de la envoltura
de la estructura
próximo.
interna
Así, en África, el continente más afectado, la situación es catasAntígeno HLA
trófica, con la acumulación de infecciones más importante del
mundo, como hemos mencionado, y con la presentación anual de
casi 4 millones de casos nuevos, lo que supone un crecimiento
anual de un 16% y una proporción de adultos infectados del orden
del 8%, lo que representa el 70% de los casos de VIH/sida del
mundo, aun cuando su población no llega al 10%.
Por otra parte, si analizamos la situación en los niños, el contraste es aún más notable, ya que de los 500.000 niños nacidos con el
virus o infectados a través de la lactancia materna, un 90% se encuentra en este continente. Así, la mortalidad en niños menores de
5 años en alguno de estos países es más del doble que si no existieMembrana
viral
ra el sida, como en los casos de Bostwana, Kenia y Zimbabwe. Fiel
Proteína
reflejo del impacto del sida en estas poblaciones es la disminución
ribonucleica
de la esperanza de vida al nacer, que en varios de estos países se ha
Partícula viral del VIH. Tomada de Koch, 1987.
reducido en más de 10 años, ampliando así la consideración de esta enfermedad a una vertiente demográfica4.
Teniendo en cuenta estos datos, se ha afirmado que el sida no se puede considerar como
una enfermedad más. Está destruyendo el tejido tradicional de las sociedades y es una amegp120, SU
gp41, TM
p17, MA
naza para cualquier posibilidad de conseguir un
p24, CA
RNA
desarrollo mantenido. Como recogen Schp2
p7, NC
HLA
wartländer et al1, la pirámide de población cláp1
Clase II, DR
p6
sica de los países en vías de desarrollo cambiará
Proteasa
HLA
como consecuencia del sida en las próximas
RT
Clase I
2 décadas. Así, en 2020 contaremos con más
Integrasa
Lípidos
Preproteasa
mujeres de 60 y 70 años que de 40 y 505. Nunca antes el mundo ha experimentado mortalidades de esta magnitud entre adultos jóvenes de
Proteínas para la
ambos sexos y que afectan a todas las clases sounión CD4 y fusión
ciales. Es difícil imaginar cómo las sociedades
de
membrana
Proteínas internas
Promueve la
Necesario para
serán capaces de asimilar cambios tan dramátide la nucleocápside
infectividad del
la maduración
Función
virus extracelular eficiente del virión
cos, en que los viejos tengan que cuidar a sus
incierta
hijos y nietos y donde los jóvenes tengan que
asumir responsabilidades en el cuidado de
U3 R U5
miembros más jóvenes de la familia a una edad
tat
mucho más temprana de la que lo asumen hoy.
Glucoproteína
transmembrana
Figura 1
vpf
Transcriptasa inversa,
proteasa, integrasa
y ribonucleasa
Activador
Elemento TAR
transcripcional
Sitios de unión
débil
para factores de
Activador
transcripción
transcripcional
del huésped
potente
5’LTR
Precursor
p90
Precursor Gag
p55
Proteínas
Gag
miristilada
p17
p15
Proteína
estructural
principal p24
rev
tev
3’LTR
EL VIRUS DEL SIDA
Regulador de la
expresión de los
genes estructurales
Vif Tat Rev Vpr Vpu
p23 p14 p19 p15 p16
Precursor Env
pg160
Proteasa
Integrasa
p10
p32
Transcriptasa
Proteína de
Proteína de
inversa
envoltura transmembrana
p65 p51
superficie
gp41
gp120
Ribonucleasa H
P13
Proteína
Proteína
unión a ácido rica en
nucleico p 9 prolina p 6
Figura 2 Proteínas codificadas por los National Institutes of Health (NIH). Partícula basada en
VIH (publicación 94-1536). Pesos moleculares revisados según Luciw PA (1996).
El descubrimiento del virus del sida fue un proceso complejo que se inicia en 1993 con el aislamiento de un virus linfotrópico a partir de un
ganglio linfático de un paciente con una linfoadenopatía. Lo realiza Françoise Barré-Sinoussi
en el laboratorio de Jean-Claude Chermann,
que colaboraba con el grupo dirigido por Luc
Montagnier en el Instituto Pasteur de París6.
En ese momento no se pudo establecer el significado del hallazgo, pero con ayuda de los reactivos desarrollados por Robert Gallo y su grupo
en el Laboratorio de Biología Celular Tumoral
del Instituto Nacional del Cáncer en Bethesda
(National Institutes of Health), Maryland, Estados Unidos, pudo establecerse que se trataba
de un retrovirus, diferente del virus de la leucemia de células T del adulto (HTLV). Posterior-
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SIDA, 20 AÑOS DESPUÉS (I)
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R. Nájera Morrondo
TABLA I Genes y proteínas codificadas por el virus. Características y funciones
Genes
Proteínas
Características y/o funciones
gag
P55. Proteína precursora de
P17
P24
P15 Proteína precursora de
P9
P6
P90 Proteína precursora de
P10
P13
P66, P51
P32 Integrasa
P160 Proteína precursora de
GP120
GP41
P300 Proteína precursora de
GP125
GP36
Proteínas estructurales
Antígenos de grupo. Internos
Proteína miristilada de la matriz (MA)
Proteína de la cápside (CA)
Proteínas de la nucleocápside (NC)
Proteína unida al ácido nucleico
Proteína rica en prolina, ayuda a la maduración del virus
Enzimas
Proteasa (PR). Procesado postraslación de proteínas
RNASA H (RN)
Transcriptasa inversa (RT)
Integración de cADN viral (IN)
Proteínas de la envoltura
Proteína de envoltura, superficie (SU)
Proteína de envoltura, transmembrana (TM)
Proteínas de envoltura
Proteína de envoltura, superficie (SU)
Proteína de envoltura, transmembrana (TR)
pol
env
tat (tat III)
rev (art)
p14
p19
nef
(F,3’orf,B)
vif (Q, sor)
p27
vpr (rap, R)
p15
tev (vpt o tnv)
vpu (out)
p26
p16
vpx (X)
p15
p23
Proteínas de nucleocápside (NC)
VIH-1
VIH-2
Proteínas reguladoras
Transactivador de todas las proteínas
Regulador de la expresión de las proteínas víricas (rotura y transporte de precursores).
Transporte selectivo de ARNm en el citoplasma
Pleiotrópica, incluyendo supresión vírica; parece desempeñar un papel de patogenicidad
Proteína asociada a la infecciosidad del virión; se necesitaba para la A) infecciosidad de los viriones
extracelulares
Proteínas accesorias
Situada entre vif y tat. Acelerador del ciclo de replicación. Actúa en trans aumentando la tasa
de producción de proteínas
Activador de tat y rev. La proteína se codifica por fragmentos de 3 genes diferentes: tat, env y rev
Sólo en VIH-1. Aumenta la liberación de viriones de la célula infectada, reduciendo la acumulación de
proteínas virales. Reduce la formación de sincitios y la muerte celular en células T humanas CD4
Podría aumentar el título de virus presente en la persona infectada
Proteína de 113 aminoácidos; sólo en VIH-2 y VIS. Ayuda en la infectividad
Revisado y actualizado siguiendo a Luciw (1996).
mente, a lo largo de 1994 el aislamiento de un virus similar a partir
de mezcla de sangre de numerosos pacientes de sida en el laboratorio de Gallo y el de otro similar a partir de un paciente único de
sida por Jay Levy en San Francisco, Universidad de California,
permitieron asociar el virus aislado, que mostró ser el mismo, con
el síndrome de inmunodeficiencia humana.
El grupo liderado por Montagnier denominó su aislado como
virus asociado a la linfoadenopatía (LAV), el grupo de Gallo como
virus linfotrópico humano III (HTLV-III), ya que previamente habían descrito el HTLV-I y el HTLV-II, como virus de la leucemia
de células T del adulto y virus asociado a la leucemia de células peludas. Levy denominó a su aislado retrovirus asociado al sida
(ARV). El 23 de mayo de 1986, tras arduas deliberaciones que duraron más de un año, el Comité Internacional de Taxonomía de
Virus llegó a aceptar el nombre de virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH), no sin antes asistir a la retirada de dos de sus
miembros. Este incidente muestra el grado de tensión existente,
aun en algo aparentemente inocuo como es el nombre del virus,
pero que refleja las posturas encontradas de diferentes laboratorios
en cuanto a prioridad del descubrimiento y adscripción a diferentes grupos7.
El VIH pertenece a la familia Retroviridae, género Lentivirus,
morfológicamente característicos y que inducen enfermedades
con largos períodos de incubación, como es el caso del virus de la
anemia infecciosa equina, virus visna/maedi de las ovejas, etc., por
lo que reciben la denominación de virus lentos. Los retrovirus se
caracterizan por poseer ácido ribonucleico (ARN) como material
genético en el virión, que sin embargo se copia a ADN (ácido desoxirribonucleico) en la célula, por la acción de una enzima, la
trancriptasa inversa, contenida en la partícula viral. Para la integración hace uso de otra enzima, la integrasa, contenida también en el
virus. El virión es una partícula esférica de 80-110 nanómetros,
constituida por 3 capas concéntricas, una interna, que contiene un
nucleoide de forma de cono truncado, constituido por el ARN diploide, la nucleoproteína y las enzimas; una intermedia, formada
por la nucleocápside icosaédrica, y una tercera, exterior o envoltura, derivada de la célula huésped, donde se insertan las glucoproteínas como 72 proyecciones externas, constituidas por trímeros de
la glucoproteína 120 (gp120), lo que supone la existencia de 216
moléculas de gp120 por virión.
En 1987, la estructura que se propuso y una de las que más
aceptación tuvieron fue la que se recoge en la figura 18, que incorporamos a nuestro libro Sida, de la biomedicina a la sociedad9,
en la que pueden apreciarse los datos fundamentales del virión, y
aun la presencia de antígenos HLA, pero todavía mucho más imprecisa que la que posteriormente dan a conocer Henderson y
Arthur10 y que en una composición nuestra, en que acoplamos el
genoma y las proteínas codificadas por éste, publicamos en 1996 y
que se recoge en la figura 2.
En las figuras mencionadas y en la tabla I se recogen los detalles
de estructura y función de los componentes del virión, tanto desde
el punto de vista genético como de las proteínas por las que codifican.
Proteínas y enzimas celulares en el virión
Hasta 1992 no supimos que en la envoltura existen, además, gran
concentración de proteínas celulares, íntimamente asociadas: beta2-microglobulina y cadenas alfa y beta de antígenos HLA DR,
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TABLA II Formas genéticas circulantes de VIH-1
Grupos
Subtipos
CRF
M (main)
A (A1, A2)
B, D
C
F (F1, F2)
G
H
J
K
01_AE
02_AG
03_AB
04_cpx
05_DF
06_cpx
07_BC
08_BC
O (outlier)
N (non-M, non-O)
10_CD
11_cpx
12_BF
13_BG
TABLA III Muestras de VIH-1 analizadas en España, América Latina
y Europa oriental
Madrid
Galicia
Argentina
Brasil
Venezuela
Cuba
Ex URSS
Total
Total
No B
Recombinantes
No descritos
123
875
170
78
100
105
218
1.669
4
42
100
10
1
55
201
413
1
31
100
5
1
43
11
192
1
20
100
5
1
43
3
173
aproximadamente unas 375-600 moléculas, lo que supone un 20%
de las 2.500-3.000 moléculas que existen de gag y una concentración mucho mayor que de gp120. Por otra parte, durante los años
1994 y 1995 se demuestra que el virión, además de las enzimas virales, incorpora una serie de enzimas celulares que se están tratando de aprovechar como dianas terapéuticas. La idea fundamental
para intentar actuar sobre enzimas celulares es que al ser su base
genética, ADN, su variabilidad es mucho menor, y por tanto el desarrollo de mutantes de escape, esto es, el desarrollo de resistencias frente al medicamento usado, será considerablemente menor.
En este sentido podemos mencionar la ciclofilina, la cual se incorpora específicamente al VIH-1 y en grandes cantidades en el virión, siendo esencial su interacción entre esta proteína y la de la
cápside para la formación de viriones infecciosos; la toposisomerasa I (topo I), la cual aumentaría la transcripción inversa in vitro, y
la ribonucleótido reductasa, que actúa inhibiendo la síntesis de
ADN y por tanto del VIH-1.
Características fenotípicas
Los virus muestran características de crecimiento en el laboratorio
sobre células primarias, células mononucleares de sangre periférica de donante sano o líneas establecidas, que permiten clasificarlos
en cuanto a las características de crecimiento (alto o bajo), rapidez
del mismo (rápido o lento), efecto citopático (sincitial o no sincitial) y tropismo (monocitotrópico o linfocitotrópico).
Estas características se relacionan con la progresión más o menos rápida hacia el desarrollo de la enfermedad (progresores típicos, rápidos o lentos) y por tanto el fenotipo: alto, rápido y sincitial
supone indicación de mayor patogenicidad.
En relación con el tropismo está la reciente descripción de los coreceptores celulares para el virus, que permitirían la entrada de éste
a través de 2 tipos, CC o CXC, de los cuales el CCR5 va a ser el utilizado por los virus monocitotrópicos, no sincitiales y el CXCR4 por
los linfocitotrópicos, adaptados a líneas de células T, sincitiales. Se ha
descrito también el uso de ambos receptores por ciertos virus, especialmente los sincitiales. Por otra parte, existen otros co-receptores
(CCR3), que pueden usar ciertos virus para infectar células de algunas personas que no expresan los co-receptores mencionados, y que
por tanto podrían considerarse resistentes a la infección. En este
sentido, se han descrito ciertas sustancias denominadas “intracinas”,
que bloquearían la expresión de los co-receptores intracelulares, impidiendo su expresión en la superficie celular.
Tanto esta nueva aproximación como el bloqueo de los co-receptores en la superficie celular mediante fármacos o anticuerpos,
abre nuevas posibilidades tanto desde el punto de vista del tratamiento como de la prevención específica.
Variabilidad genética. Dinámica viral. Recombinación
y adaptación biológica (fitness)
El VIH, como otros virus ARN, se encuentra en el huésped como
una mezcla de variantes genéticas muy relacionadas, que se denominan cuasiespecies. Como hemos comentado, los virus ARN, al
replicarse, debido a los errores cometidos por la transcriptasa inversa, generan una serie de variantes, algunas letales, pero muchas
otras sobreviven y muestran gran heterogeneidad entre ellas. Las
más homogéneas y frecuentes constituyen lo que se denomina “cepa master”, que va a caracterizar la cuasiespecie, pero hay todo un
“enjambre” de variantes.
Dinámica viral
La dinámica viral durante todo el período de incubación, asintomático, es extraordinariamente alta, produciéndose cada 2 o 3 días
una renovación de la mayor parte de los virus circulantes, así como
de los linfocitos infectados. La dinámica de renovación del virus es
del orden de 1,1 × 108 por día y de 2 × 109 linfocitos CD4 por día.
Como hemos comentado previamente, estos datos indican la extraordinaria variabilidad del virus, fruto de la tasa de variabilidad
multiplicada por la gran producción de virus, aumentada aún más
por los fenómenos de recombinación. Una revisión del tema se
puede encontrar en nuestro trabajo “Variabilidad y sida”11.
Esta amplia variabilidad y su continua evolución son responsables de la rápida aparición de variantes resistentes a la neutralización, a linfocitos T citotóxicos y a los antirretrovirales.
Todo esto hace que de los fenómenos de la variabilidad se deriven características epidemiológicas de gran trascendencia, tales como la transmisión y circulación viral, progresión de la enfermedad,
especificidad celular y tisular, resistencias a los antirretrovirales y
dificultades para el desarrollo de vacunas.
Uno de los problemas básicos y prácticos más importantes de la
variabilidad y del concepto de cuasiespecies es la presentación de
resistencias a los antirretrovirales de forma natural, como describimos12,13. Por otra parte, las resistencias se transmiten, y hoy día encontramos elevados porcentajes de cepas resistentes frente a distintos antirretrovirales, en la población general y que se han descrito en asociación con diferentes vías de transmisión. Por tanto, es
conveniente estudiar la dinámica de resistencias en las poblaciones, para conocer el perfil de resistencias de las cepas circulantes,
pudiendo evaluar de esta forma su importancia en cada población
concreta y adecuar mejor los tratamientos.
Por otra parte, y aun cuando todavía no se recomienda para el
seguimiento de los pacientes, la existencia de métodos sencillos de
laboratorio para su medida, hace de esta tecnología un nuevo elemento, que junto con la carga viral, los niveles de CD4 y la evolución clínica, permitirán orientar mejor la terapéutica, tanto del
paciente naive como del ya tratado, cuando se necesite un cambio
terapéutico.
EPIDEMIOLOGÍA MOLECULAR
Este concepto, enunciado hace años por nosotros, integra los datos
relevantes del conocimiento molecular de los virus en el panorama
epidemiológico. Mediante el análisis de las características genéticas de los virus presentes en una zona determinada, podemos conocer qué virus circulan y la introducción en distintas zonas del
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El virus que vino de África
R. Nájera Morrondo
SIDA, 20 AÑOS DESPUÉS (I)
B
B
BG
AB
B, C
C AE
AG
A, C, D, F,
G, H, J, K,
O, N
B
C
FC
B
Figura 3 Distribución geográfica de subtipos VIH-1.
6,7%
20%
Otras no recombinantes
1D
1 F1
1H
1J
Otras recombinantes
1 BD/A
1 DB/B
1 DUD/H
1 D/H
1 U/B
1 BU/B
1UB/B
1 U/01_AE
1 GD/A
1 GD/H
2 GBGB/G
4,8%
2,8%
2,8%
15,3%
47,6%
B
D/A
U/H
G
UK/A
C
Otras
Desde hace algunos años, trabajamos en la determinación de
resistencias y subtipos en nuestro país, especialmente en Madrid y
en Galicia (mediante un convenio con la Consejería de Sanidad
y Consumo) y en distintos países de América Latina (Argentina,
Brasil, Venezuela y Cuba) y en países de la antigua Unión Soviética, como Centro de Referencia de ONUSIDA, a través de un convenio con el Programa de Sida de Naciones Unidas. En todos estos
estudios hemos contado con el apoyo y ayuda, mediante Convenio,
del Plan Nacional del SIDA. Las muestras analizadas mediante secuenciación y los subtipos no-B y recombinantes encontrados,
señalándose aquellos que eran nuevos, no descritos previamente,
se muestran en la tabla III.
Hasta ahora, la realidad epidemiológica se configuraba como la
expansión de una extensa epidemia de VIH-1 en el mundo occidental, producida por virus pertenecientes al subtipo B, con presencia de personas procedentes fundamentalmente del África Subsahariana cuya infección estaba producida por otros subtipos. Por
otra parte, la existencia de un fenómeno de infección sobreañadida
en el caso de Tailandia, donde, sobre una epidemia previa de subtipo B, circulando fundamentalmente entre UDVP se presentó otra
producida por el recombinante A/E, que sobrepasó a la primera y
se ha extendido por diferentes países del Sudeste Asiático.
En África, como lugar de origen de la pandemia, existen todos
los subtipos conocidos y muchos de los recombinantes. El mayor
número de variantes se encuentra en el África Occidental, lugar de
origen, disminuyendo en el África Oriental y haciéndose prácticamente exclusiva de subtipo C en África del Sur.
En la figura 3 se recoge el mapa con la distribución por continentes de los subtipos y recombinantes prevalentes.
NUEVOS DATOS DE VIGILANCIA
EPIDEMIOLÓGICA MOLECULAR
Figura 4 Distintas cepas de VIH descubiertas en Cuba.
mundo, en muchos casos en UDVP, de virus de origen africano y
recombinantes, como riesgos de nuevas epidemias superpuestas a
las previamente conocidas.
Como hemos comentado, como virus ARN poseen gran capacidad de variación, y por contener 2 piezas de ácido nucleico y un
sistema peculiar de replicación muestran una extraordinaria capacidad de recombinación al infectar 2 virus distintos una misma célula.
Esta amplia variabilidad hace que podamos reconocer 2 tipos
de virus –VIH-1 y VIH-2–. Dentro del VIH-1, 3 grupos –M, N y
O–, siendo el primero, con mucho, el más importante y en el que
podemos distinguir 11 subtipos, designados con letras de la A a la
K pero del que recientemente se ha suprimido el Y y que se designan: A (A1 y A2), B, C, D, F (F1 y F2), G, H, J y K. Como se puede apreciar, en el caso de los subtipos A y F hay dos formas que
podríamos denominar subsubtipos, y por otra parte el B y el D están muy próximos filogenéticamente, por lo que podrían considerarse también como subsubtipos de un subtipo común.
Además de los subtipos encontramos virus recombinantes,
con fragmentos del genoma procedentes de un subtipo y fragmentos procedentes de otro, constituyendo en general lo que se
denominan virus recombinantes únicos. Cuando estos recombinantes se transmiten, adquiriendo significado epidemiológico, se
denominan “formas recombinantes circulantes” (FRC o CRF en
inglés), habiéndose descrito 13 de ellas. En la tabla II se recoge
la nomenclatura de las distintas formas genéticas circulantes del
VIH-1, las dos últimas descritas muy recientemente por nosotros14,15.
En Argentina hemos descrito la presencia de una epidemia sobreañadida de recombinantes B/F, donde previamente circulaba subtipo B. Así, en Buenos Aires, un 65% de los casos respondía a este tipo viral, correspondiendo el resto, 35%, a subtipo B. La proporción
de recombinantes detectados ha aumentado en los últimos años,
respondiendo a la idea de un desplazamiento de las cepas subtipo
B, probablemente debido a una ventaja de las cepas recombinantes. Por otra parte, hemos detectado recombinantes B/F en otros
países de América Latina, como Brasil, donde estas cepas constituyen un 4%, mientras el subtipo F representa el 5%, el subtipo C el
1% y el resto, 90%, subtipo B. En Venezuela, la inmensa mayoría
de cepas, son subtipo B (99%), habiendo detectado exclusivamente
una correspondiente a subtipo B/F, en una mujer infectada por su
marido, que se había infectado en Argentina. En España hemos detectado otros 2 casos en un argentino y una mujer en contacto con
una persona procedente de América del Sur. Todo ello nos ha permitido estudiar, mediante secuenciación del genoma completo, una
nueva forma recombinante circulante, FRC 12, B/F. En Cuba descubrimos un mosaico de cepas sólo comparable al existente en África, con la presencia de 21 formas genéticas distintas, 14 de ellas recombinantes. Un 47% corresponde a subtipo B y el resto a subtipos
no-B y recombinantes (fig. 4). En 15 de estos virus hemos detectado la presencia de segmentos de subtipos no identificados, que podrían responder a virus desconocidos en la actualidad.
En Galicia hemos detectado numerosos virus no-B (4,7% en el
conjunto de una muestra de 846 plasmas) con un 6,5% en la provincia de Pontevedra, de lo que destaca, además de la presencia de
varios subtipos y recombinantes en personas mayoritariamente sin
contacto con personas procedentes del África Subsahariana, la cir-
TEMA MONOGRÁFICO
El virus que vino de África
R. Nájera Morrondo
SIDA, 20 AÑOS DESPUÉS (I)
G+B
(3%)
AJU/G
(8%)
KU/A
(3%)
3
1
A/A
(5%)
C/C
(8%)
2
3
1
GU/A
(13%)
POL/en V
A/A
C/C
G/G
H/A
BG/B
BG/B
BG/G
DF/F
FBF/F
G/B
GH/K
AGA/A
GU/A
KU/A
AJU/G
G+B
G/G
(11%)
4
5
AGA/A
(3%) 1 1
GH/K
(3%)
10
2
FBF/F
(3%)
G/B
(26%)
1
1 H/A
(3%)
1
BG/B
2 (5%)
BG/G
(3%)
DF/F
(3%)
Figura 5 Subtipos no-B y recombinantes intersubtipos de VIH-1 en Galicia
(n = 38).
En PR-RT (n = 207)
3,35%
1,43% 0,95%
0,48%
A
B
8,14%
A/B
G
C
A/E
AB
BA
84,7%
En V3 (n = 193)
1,5% 1% 0,5%
A
3,6%
B
4,1%
A/B
G
pu
X475
gag
vif
(bootstrap)
Valor de autorreposición (%)
LTR
pol
110
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
-10
vpr
tat
tev
gp120
LTR
gp41
1.000
2.000
A/E
89,1%
B.HXB2R
G.HH87932
H.VI997
0
C
nef
3.000
4.000
5.000
6.000
7.000
8.000
9.000
Posición (bp)
Figura 7 Proporción de subtipos y recombinantes en la antigua Unión Soviética.
(bootstrap)
Valor de autorreposición (%)
X475 frente a 421
110
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
-10
B.HXB2R
G.HH87932
H.VI997
BG.X421
0
1.000
2.000
3.000
4.000
5.000
6.000
7.000
8.000
9.000
Posición (bp)
Figura 6 Bootscans de recombinantes BG circulantes en Galicia.
culación de recombinantes GB en personas nativas, un 60,6%
UDVP (fig. 5)16,20 y la descripción de otra nueva forma recombinante circulante, FRC 13 B/G (fig. 6).
Finalmente en la antigua Unión Soviética hemos podido comprobar la existencia de varios subtipos y recombinantes, fundamentalmente la FRC3 AB, descrita previamente en Kaliningrado
(fig. 7). Bibliografía
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