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Introducción y Características Generales Una de las actitudes mas gozosas, frente al mundo vegetal, además del disfrute mediante la mera observación, puede ser ”buscarle” una utilidad gastronómica y saborear así los frutos del esfuerzo y las horas dedicadas al cuidado del jardín, huerto, jardinera... o una pequeña maceta. De este modo podremos incluir en nuestro entorno vegetal, según gustos y oportunidades, el cultivo de plantas hortícolas, aromáticas y culinarias, así como el de árboles y arbustos frutales. Si se eligen bien las especies y variedades (algunas incluso sin necesitar elementos de protección), será posible tener diferentes cultivos todo el año En nuestra práctica cada cual tendrá sus propias necesidades, en función de múltiples parámetros, tales como el tiempo que piensan dedicar a su huerto (diario, fin de semana, estacional, unos pocos minutos al día, horas..); el uso (sólo como ocio o pretenden tener un rendimiento “elevado” de producción); el espacio que dispongan y las características del terreno (orientación, localización geográfica, elementos de protección); la disponibilidad de agua de riego; sus preferencias personales... En la mayor parte de los casos se dispondrá de un espacio reducido para sus cultivos hortícolas y que el principal objetivo de su huerto es el ocio, una afición que le proporciona satisfacción y diversión; y no una tarea pesada que se transforme en una molesta obligación. No se pretende competir con la agricultura profesional, pero si quiere obtener algunas hortalizas, y eso sí, espera que sean de una calidad óptima. Eso proporcionará una gran satisfacción personal. Debemos encontrar que especie y variedad necesita, la rotación de cultivos y sus fechas, la exposición al sol, pautas de riego, y también que sustratos, abonos, fitosanitarios, elementos de protección, libros especializados... No pretendemos con esta pequeña ficha lograr aportar todos los conocimientos necesarios para conseguirlo al cien por cien, pero sí esperamos que sirva para tener unas nociones suficientes para cubrir la mayoría de esas demandas, en la mayoría de los casos, y si algo no lo sabemos, encontrarnos en disposición de tomar nota de ello y buscar una solución que poder “ofrecer al día siguiente”. Deseamos despertar un interés propio por seguir investigando y profundizar en los temas tratados. También en los olvidados en esta ficha ¿Qué son las plantas hortícolas? Con este término se puede incluir todo tipo de vegetales y plantas en general, con aprovechamiento gastronómico y culinario, crudo o cocinado (ensaladas, cremas frías o calientes, sopas, guarniciones, canapés, dulces, postres..) o en conservas, mermeladas, infusiones... Siendo un poco más riguroso conviene identificar horticultura con el cultivo de hortalizas y dejar los árboles y arbustos frutales para la fruticultura, sin olvidar lo conveniente de aconsejar su uso combinado en el “huerto”, por lo agradable y estético que resulta. Tampoco englobaremos en el término planta hortícola a las denominadas plantas aromáticas, como romero, tomillo o lavanda, pues tienen su propia personalidad como planta forestal y/o ornamental. Si caben en esta ficha especias culinarias, como el perejil, el cilantro, la menta, la hierbabuena. Podemos clasificar las plantas hortícolas según diversos parámetros. Según parte consumible de planta, hablaremos de distintos tipos de aprovechamiento de la planta hortícola. De fruto y/o semilla (tomate, pimiento, berenjena, melón, pepino, sandía, calabacín, calabaza, fresa y fresón, judía verde, haba, guisante, garrafó). De hoja (coles-repollo, col de Bruselas, berza, lechuga, escarola, endibia, espinaca, acelga, apio, hinojo, perejil, borraja, cardo, romero, tomillo). De tallo (espárrago). De bulbo (cebolla, ajo, puerro). De raíz y tubérculo (zanahoria, nabo y colinabo, rábano, remolacha, patata, boniato o batata, chufa, pataca). De flor (alcachofa, coliflor, bróculi, alcaparra). Según necesidades de luz de la planta. Aunque la luz es imprescindible para la fijación del anhídrido carbónico en la fotosíntesis de las plantas verdes, no todas tienen los mismos requerimientos para alcanzar la saturación lumínica. También, la luz, constituye un aporte calórico, importante en el desarrollo de las plantas. Según lo anterior existirán: plantas heliófilas plantas de sombra o umbría plantas con necesidades intermedias. Al igual que el resto de plantas, no todas las hortícolas necesitarán la misma cantidad de luz. La mayoría pertenecerán al grupo intermedio, adaptándose a un amplio abanico de exposiciones. Sólo unas pocas exigirán mucha luz (pimiento, berenjena, melón...) Otro factor, relacionado con la luz, es la duración del periodo iluminado diario, del que dependerá directamente su floración, mediante un proceso fisiológico llamado fotoperiodicidad. Según esa alternancia de periodos iluminados y periodos oscuros, necesarios para la floración, hablaremos de plantas de: Día largo. Necesitan para florecer más de 12 horas diarias de iluminación. Zanahoria, cebolla, espinaca. Día corto. Necesitan para florecer menos de 12 horas diarias de iluminación. Fresas no reflorecientes. Indiferentes al fotoperiodo. Tomate, judía, patata. Según necesidades de temperatura de la planta. Como regla general, diremos que una mayor temperatura, dentro de unos límites variables según especie, proporciona un mejor y más rápido desarrollo a las plantas. Destacar el efecto muy negativo de las bajas temperaturas y en especial el de la “helada” que puede ser fatal para muchas especies cultivadas. Algunas hortalizas (tomate, pimiento, melón, berenjena...) no soportarán la más mínima helada, por lo que es necesario tenerlo siempre muy presente al elegir especies y/o época de plantación en entornos no protegidos del frío. Lógicamente, no será lo mismo cultivar pimientos en Valencia, en Málaga, en Madrid o en Zaragoza, ni tampoco será igual en invierno que en verano. Demasiada temperatura también puede ocasionar diversidad de daños en los cultivos, tales como quemaduras en frutos de tomates, pimientos o fresas; el abortos de flores en judías o tomates; e inclusos daños mucho mayores si la temperatura es extrema, comprometiendo la viabilidad de la planta. Al aumentar la temperatura, deberemos aumentar, claro, la frecuencia y/o cantidad del riego. Sobre el riego hablaremos más detalladamente en otros apartados. Algunas plantas para poder florecer necesitan haber pasado un periodo de frío (en el caso de las hortalizas no exagerado). Esto es el proceso fisiológico de la vernalización, bastante frecuente en plantas bianuales como la zanahoria o la cebolla Toda planta tiene un valor de temperatura, por debajo del cual no crece. Se trata de su cero vegetativo. También tendremos presente la existencia de un óptimo térmico, es decir, la temperatura a la que es máximo el desarrollo y crecimiento. Debemos tener presente la existencia de temperaturas máximas y temperaturas mínimas, y que fuera de ese intervalo de temperatura, la planta no es capaz de cubrir una determinada fase de su ciclo. Por ejemplo, el tomate no es capaz de fructificar correctamente fuera del intervalo que oscila entre los 9 ºC y los 40 ºC. La existencias de una cierta variación térmica entre el día y la noche, en términos generales, proporciona un mejor desarrollo a las plantas. Este fenómeno es conocido como termoperiodicidad. Deberemos considerar también otra serie de factores y fenómenos físicos en el desarrollo de los cultivos: La humedad atmosférica, que afecta a la transpiración de la planta. Un exceso de humedad podría propiciar la presencia de enfermedades criptogámicas, sobretodo en cultivos protegidos. El efecto del viento causará un requerimiento mayor de riego, y también podría producir abrasiones por arena o sales. También tiene un papel positivo, ayudando a que algunas plantas alógamas puedan polinizarse y permitir así dar frutos. La lluvia, en principio siempre esperada, podrá causar daños cuando sea excesiva y sobretodo, caiga en un breve intervalo de tiempo. La nieve podrá causar daños mecánico, pero ayuda a proteger a cultivos de bajas temperaturas, al constituir una capa aislante. Su interés para plantas hortícolas es bastante reducido, salvo algunas especies cultivadas o propias de periodos fríos. El granizo siempre será negativo. Su presencia en el jardín En un jardín, el huerto debe ser un elemento más, dentro de un conjunto bien organizado y planificado, en el que se barajarán múltiples factores. Siempre es recomendable, si el espacio lo permite, combinar hortalizas con frutales, vides, fresas, aromáticas y culinarias, así como lograr un entorno agradable, facilitado por plantas ornamentales, procurando que no interfieran sus raíces o copas con los cultivos del huerto. Partiremos de unas reglas generales, que adaptaremos a cada circunstancia concreta. En su mayoría, las hortalizas necesitan luz y calor abundante, para dar buenos resultados. La orientación debe permitir que las horas de sol sean máximas. El huerto Ideal dispondría de una gran zona con pleno sol para la mayoría de los cultivos, y alguna zona menor con semisombra para algunas especies, que bien podría ser proporcionada por árboles o arbustos frutales, o una pérgola con vides. En general se considera que una orientación de norte a sur es la más favorable, si bien es necesario considerar el lugar y el clima de la zona. Así, en zonas de clima continental o en regiones del norte, el huerto estará mejor situado con orientación suroeste-sur; para climas más calurosos o en regiones meridionales buscaremos una orientación este-sureste. El terreno debe estar bien nivelado para poder regar uniformemente a todas las hortalizas; bien drenado y ventilado para evitar encharcamientos, enfermedades y plagas. El riego deberá ser elemento fundamental al elegir la ubicación del huerto, garantizando la posibilidad de disponer de agua suficiente y siempre que sea posible desde fuentes naturales renovables, como ríos, agua de lluvia, pozos usados de un modo racional. Recomendarmos especies y variedades con requerimiento menor de riego cuando el abastecimiento esté comprometido, sistemas de ahorro de agua, y principalmente la elección de un mecanismo de riego óptimo. Según sistema de riego empleado podremos hablar de distintos métodos. Riego localizado o por goteo Riego por inundación o a manta Riego por aspersión Riego con regadera (pequeñas huertas) Sin duda lo más recomendable será siempre buscar un riego localizado, que llegue hasta la raíz de la hortícola en cantidad suficiente. En general el menos adecuado será el riego por aspersión, por la cantidad de agua que se pierde, al tiempo que moja hojas, flores y frutos, lo cual, en muchos casos ocasionará problemas de enfermedades en el cultivo y la cosecha. En la mayoría de los cultivos y huertos, el óptimo será el riego por goteo. Evitaremos zonas de la parcela mal drenadas. Si no hubiese otra opción, lo primero sería mejorar esa circunstancia colocando tubos para evacuar el exceso de agua y mejorando la textura y estructura del suelo añadiendo materiales que lo aligeren (arena o materia orgánica) según su naturaleza química. Debemos también considerar los elementos de protección, para resguardar los cultivos de heladas, vientos fuertes, granizadas, insolación excesiva. Para ello, y según clima de la zona, recomendaremos (o no) vallas, muros, setos vivos, invernaderos, túneles (siempre sin aislar el cultivo y permitiendo su posible ventilación, pues una mala circulación del aire puede provocar mayores heladas si hace frío, la aparición de hongos, parásitos; o marchitamiento si es excesivo el calor ). Empezar por un huerto pequeño siempre será lo mejor para el hortelano novel. Según gane confianza y conocimiento, podrá ir ampliando, quitando algo de espacio a otra parte del jardín. Si el comienzo desborda nuestra capacidad (tiempo, espacio, agua), es muy probable que lo abandonemos. Desde 10 o 15m2, un huerto puede cubrir las necesidades normales de una persona, y no exige un esfuerzo personal, físico o económico grande. Eligiendo especies de crecimiento rápido y no necesiten mucho espacio, será suficiente. Si se introducen elementos como árboles frutales o especies de crecimiento lento o que ocupen más espacio (por ejemplo melón o calabaza) deberíamos hablar de cerca de 50 m 2 como superficie mínima. Superficies de 100m2 ya requiere un elevado esfuerzo para el aficionado, pero con dedicación seguirán siendo posibles. En cualquier caso, se recomienda no exceda el huerto familiar, el 10% de la superficie total libre del jardín Si se tiene ya el huerto establecido, trataremos de mejorar lo que ya existe, buscando posibilidades de ampliar o/y diversificar su producción con nuevos cultivos, en otras fechas, en invernadero; d mejorar instalaciones y sistemas de riego, abonado; introducción de elementos vivos como árboles y arbustos, aromáticas, o elementos ornamentales como fuentes, figuras, pérgolas. El Suelo para plantas Hortícolas El suelo es el medio físico donde se asientan las plantas y del que sus raíces toman el agua y elementos minerales. En él existen gran cantidad de organismos vivos (50 a 200 millones de microorganismos por gramo), entre los que destacan bacterias aerobias y anaerobias, hongos, algas azules, lombrices. Gran cantidad de ellos son beneficiosos y hasta necesarios para las plantas. También los hay dañinos (hongos y virus responsables de enfermedades, insectos, nematodos...) Desde el punto de vista físico debemos tener en cuenta dos factores: Textura. Se refiere al tamaño de las partículas que constituyen el suelo. Existirán así las arenosas, las limosos y las arcillosas, dando lugar, según su mayor o menor proporción a suelos arenosos, limo-arenosos o franco-arenosos, limosos, limo-arcillosos, arcillosos,.. Estructura. Se refiere al modo en que se agrupan las partículas del suelo, constituyendo agregados, terrones.., dejando más o menos aire en sus poros. Mediante laboreo y abonado orgánico se modificará esa estructura, logrando un mejor desarrollo de los cultivos. También deberemos considerar la acidez del suelo, mediante la medición de su pH. En general, un suelo neutro (valor de pH entorno a 7) permite vegetar a la mayoría de las plantas y a la práctica totalidad de las hortícolas. Según su valor, determinadas plantas tendrán mayor o menos facilidad para absorber algunos nutrientes necesarios. Así, por ejemplo, judía o fresón no se adaptan bien a suelos alcalinos, al contrario que berenjena o melón; la patata preferirá cierta acidez. ¿Cómo debe ser? El suelo para la planta hortícolas debe ser mullido y profundo, más bien fresco, de consistencia media y no excesivamente compacta, con buena capacidad de retención hídrica y excelente drenaje y buena aireación. Esto significa que debe ser rico en nutrientes, tanto en materia orgánica (3-5%) como en minerales, bien drenado y arenado... Debe permitir el establecimiento de microorganismos mejoradotes del suelo, beneficiosos y necesarios para la evolución de los cultivos. También deberá ser un suelo equilibrado, sin déficit de nutrientes minerales necesarios para el desarrollo adecuado de los vegetales. Por otra parte, el sustrato adecuado para realizar un semillero debe retener más agua, pues, en general, en esa primera etapa, las semillas requieren tener mayor humedad para comenzar su desarrollo. Se recomienda el uso de un sustrato específico para semillero. ¿Cómo prepararlo? Como primera medida conviene dedicar un esfuerzo en corregir las carencias del terreno, antes de instaurar los cultivos. Cualquier intervención ese sentido será ampliamente recompensada tanto en las posteriores labores al establecimiento de las plantas, como con los resultados de la cosecha. Se comenzará por eliminar o transplantar la vegetación presente. Se procederá a nivelar, eliminar piedras y garantizar el buen drenaje realizando las obras necesarias, incluso instalando tuberías si fuese preciso. También deberemos corregir la naturaleza del suelo cuando sea necesario (materia orgánica si es pesado, mezclar con arena si es muy arcilloso) En suelos pesados y arcillosos, un aporte de materia orgánica con arena de río o gravilla ligera mejorará el drenaje y la aireación. En suelos ligeros y arenosos aconsejaremos una gran aportación de materia orgánica y turba. Se deberá compensar acidez o alcalinidad, si no fuese la adecuada al cultivo elegido. Aportar abonado de fondo, tanto en forma de abono orgánico como de fertilizantes fosforados, potásicos y nitrogenados. También contaremos con humus de lombriz, guano, compost (comercial o de compostaje casero). Durante el periodo de cultivo, se emplearán abonados más superficiales, como el de cobertera, el foliar o la fertirrigación. También, se puede optar por el uso de fertilizantes químicos, para conseguir un aporte de componentes minerales, siempre respetando las dosis indicadas por el fabricante. Un buen sistema para realizar estas labores en superficies amplias, es el empleo de maquinaria ligera, como un pequeño motocultor, que con determinados aperos (vertederas, fresas, discos, escarificadores) permite tanto labores superficiales, como una importante ayuda en labores algo más profundas. Estas deben realizarse un par de meses antes de la plantación del huerto, incluyendo una cava en profundidad, que habitualmente con 30-40cm será suficiente. Posteriormente, antes de la siembra y si la sistemática del cultivo a sí lo requiere, será el momento de preparar los surcos, con utensilios más ligeros. Calendario de Siembra y Recolección ÉPOCA de SIEMBRA ÉPOCA de RECOLECCIÓN BULBO Ajo Cebolla Cebolleta COLES Col de bruselas Coliflor Col repollo HOJAS Berenjena Calabacín Calabaza Fresa Melón/sandía Pepino Pimiento Tomate HOJAS Acelga Alcachofa Apio Endibia Escarola Espárrago Espinaca Lechuga Puerro LEGUMINOSAS Guisante Haba Judía RAÍZ Nabo Patata Rábano Zanahoria enero febrero marzo abril mayo junio julio agosto septiemb octubre noviembr diciembr SIEMBRA De dientes Semillero Directa Semillero Semillero Semillero Semillero Directa Directa Transplante D. protegido D. protegido Semillero Semillero Directa Esqueje Semillero Directa Semillero Semillero Directa Semillero Semillero Directa Directa Directa Directa Directa Directa Directa Consejos para Cultivar en Maceta No suele ser lo más adecuado, pero en muchas ocasiones nos vemos forzado por cuestión de espacio, o bien por que se trate de alguna especie que convenga poder proteger de la helada. También es posible cultivar muchas especies de las que denominamos como aromáticas, culinarias o medicinales. Esto nos permitirá cultivar cada una de ellas de manera óptima. Debemos basar el éxito en la elección de la especie (y el tamaño del contenedor, claro). Deben ser especies no muy voluminosas, y que tengan, preferiblemente un porte vertical, o trepador, como puede ser la planta judía, que nos aportará además un toque decorativo gracias a sus flores, a una valla o celosía. Otra factor para su selección, es que sean especies de ciclo ràpido y/o que se consuman en pequeñas cantidades (zanahorias, rabanitos, pepinillos, condimentos...). Y por qué no, en el huerto en maceta o jardinera pueden coexistir algunas variedades de fresas, frutales enanos o especies de cítricos como calamondín, kunquat o limonquad de escaso porte, junto a una parra de uva, en una terraza. Lo importante será que tengan la luz y la temperatura adecuadas a la especie, una muy buena ventilación, y un riego algo mayor que en suelo, pero con buen drenaje, teniendo la precaución de vaciar los platillos, y evitando mojar flores y/o frutos. Variedades habituales Cabe destacarlas siguientes especies: tomate, pimiento, lechuga, canónigos, cebolla, ajo, cebollino, calabaza, calabacín, melón, pepino, sandía, berenjena, col, alcachofa, cardo, espárrago, nabo, patata, rábano, rabanito, remolacha, zanahoria, acelga, espinaca, guisante, haba, judía... Disponemos de ellas tanto en forma de semilla, en sobrecitos, como en forma de pequeña planta, en semillero con 9, 25 o 6 unidades, o algo más crecida en macetas de 1L, 5L, 10L... También podríamos hablar de aromáticas y culinarias como perejil, cilantro, albahaca, menta, poleo, hierbabuena, orégano, romero, tomillo, salvia..... en maceta, o de fresa y fresón, frambuesa, grosella, vid en diversos envases Hemos seleccionado diez especies, para dar una visión más completa sobre sus cuidados y algunas características destacadas, para REMARCAR que cada especie, e incluso cada variedad tiene sus propias peculiaridades. Algunas por ser las más usuales en la huerta, otras por su cultivo en otoño-invierno, otras por su presencia todo el año escogiendo la variedad adecuada Tomate Nombre científico Temperatura Lycopersicum esculentum solanáceas Cuidado con las heladas Pimiento Capsicum annuum solanáceas Calabacín Lactuca sativa - compuestas Curcubita pepo cucurbitáceas Brassica oleracea crucíferas Alta, ideal de 20 a 30º C Resisten bien la helada, con un simple acolchado. Templado, Prefiere climas cálido o suaves, como caluroso los del norte de la península Soleada y ventilada Mantener algo resguardadas del sol Cuidado con las heladas En invierno, proteger con acolchados. En verano vigilar que no se espigue. Soleada Prefiere sol. Existen variedades que toleran semisombra Luz Soleada Riego Abundante, Poco Poco pues es de frecuente y sin frecuente y sin ciclo muy corto mojar la mojar la y poca raíz, planta. Evitar planta. Evitar pero sin mojar enchar enchar parte central, camientos. camientos. para evitar pudrición. Abonado Dos veces al mes Plagas y Mildiu y enfermedades orugas frecuentes A los diez dias de efectuar plantación. Evitar exceso de materia orgánica Orugas y mosca blanca Col repollo / Coliflor Lechuga En la plantación. En especial en verano, o si se planta inmediatament e tras otro cultivo Caracoles, limacos y botritis (pudriciones) Riego poco abundante, pero frecuente. A Copiosos, manta, o mejor pero no aún por goteo. frecuentes No mojar hojas y/o frutos Agota el terreno, por lo Acolchado que serán orgánico.... mejor Una aplicación abonados de será suficiente fondo (antes y/o después del cultivo) Mariposa de la Caracoles, col, hernia de limacos y oídio la col y caracoles Pepino Cucumis sativus cucurbitaceas Alcachofa Rábano Espinaca Judía Cynara scolymus compiestas Raphanus sativus crucíferas Spinacea oleracea quenopodiáce as Phaseolus vulgaris leguminosas Resistente., salvo heladas intensas, que se deberá proteger ligeramente Templada. Ideal al empezar primavera Resiste perfectamente bajas temperaturas, pero no las altas Calor pero no excesivo (ideal hasta 30 ºC) Pleno sol o media sombra en climas muy calurosos Soleada o semisoleada y gran ventilación No exigente No exigente El exceso de calor provoca la subida de la flor. Mejor semisombra Por goteo o a manta, poco abundante, pero frecuente. Los 20 primeros días moderar riego, para evitar asfixia o pudrición. Riego por goteo. No descuidarlo, pues si decaen sus tallos florales, será difícil su recuperación. Copiosos en primeras fases, y espaciados y moderados al terminar su corto ciclo Frecuente, pero muy poco abundante, pues el exceso lo odia. Muy buen drenaje. Frecuente, sobre todo para cosechar en verde Cada 2-3 semanas, en el agua de riego Abonar con guano, una única vez. Suelos profundos y ricos en cal y materia orgánica Antes de la siembra. Fértil pero no demasiado ácido. Una vez a la semana, con abono ligero. Una vez a la semana Antracnosis y pulgón Oruga perforadora/ y pulgón Pulguilla de la col, caracoles y babosas Caracoles, limacos y botritis Antracnosis y araña roja Época cultivo Verano Verano Todo el año, escogiendo variedades a los 30-40 días de plantarla Época cosecha Verano-otoño Verano-otoño otros Entutorado. Escarda. Conviene poda o despunte de brotes laterales para mantener sólo dos tallos por planta. Vitaminas. Crudo, conservas o cocinado. Multiples variedades. Entutorado. Pinzado de brotes terminales para desarrollar brots laterales donde dará fruto. Escardas regulares. Atar variedades grandes para lograr blanqueo de las hojas centrales Verano Todo el año, escogiendo variedades A los 2 o 3 meses Todo el año, escogiendo variedades Exige mucho espacio. Escarda Existen variedades usadas en jardinería por sus atractivos colores InviernoPrimavera Todo el año, según variedad A los 2-3 meses A los 5 meses Desde a los 25 días las de A los 2 meses verano. Hasta A los 2 meses. las verdes. A 80 las de los 4 las secas invierno Entutorado, Pinzado Consumimos sus flores, que iremos cortando a finales del invierno, antes de que se abran. Se cortarán hasta la primera hoja, donde nacerán nuevas flores. Suelos muy ligeros, con poca materia orgánica sin Binas y descomponer, escardas muy buen frecuentes drenaje. Es para mantener poco exigente suelta la en nutrientes. superficie Prefiere terreno ligeramente ácido Verano Otoño-invierno Verano Entutorar Tomate Pimiento Lechuga Calabacín Col repollo/ Coliflor Pepino Alcachofa Rábano Espinaca Judía FRUTOS DEL BOSQUE Las frutas del bosque son un tipo de frutas pequeñas y comestibles que tradicionalmente no se cultivaban sino que crecían en arbustos silvestres. En el mundo medieval los bosques pertenecían al señor feudal y los frutos del bosque que en el crecían podían ser recolectados por los campesinos pero, a cambio, debían pagarle al señor por tomarlos. En lenguaje común, se llaman frutas del bosque a las frutitas pequeñas, dulces (o ácidas), jugosas e intensamente coloreadas sacadas de arbustos silvestres. El contraste con los colores de fondo, las frutas del bosque son más atractivas a los animales que las ven, ayudando a la dispersión de las semillas de la planta. La mayoría de las bayas silvestres son frutas del bosque comestibles, pero se debe tener cuidado porque algunas son venenosas. Sus fuertes colores son pigmentos sintetizados por la planta. Algunas investigaciones[1] han descubierto propiedades medicinales de los polifenoles pigmentados, como flavonoide, antocianina, tanino y otros fitoquímicos localizados principalmente en la piel y semillas. Muchos frutas del bosque tienen pigmentos antioxidantes y una alta capacidad de absorción de radicales de oxígeno ("ORAC") entre alimentos vegetales. Arándano Florecen a principios de la primavera, y maduran a finales del verano o principios del otoño. Gustan de suelos ligeramente ácidos y ricos en materia orgánica y con buen drenaje. Prefieren fríos inviernos para producir adecuadamente. Semisombra, por lo menos en verano (evitar sol del mediodía en agosto). Plantar, preferentemente desde principios de invierno hasta principios de primavera El arándano o arándano azul (Vaccinium corymbosum) es una planta del género Vaccinium, que también incluye muchos arbustos silvestres productores de bayas comestibles redondas y con vértices brillantes. No debe confundirse con el arándano rojo (Vaccinium macrocarpon). Los frutos, que nacen en racimos, son blancos al principio y a medida que van madurando se tornan rojizo-purpúreos para convertirse en azules cuando están completamente maduros. Por su dulce sabor se utilizan para elaborar jaleas, mermeladas, vinos, pasteles y diversos platos dulces. Grosellero Arbusto de hasta dos metros, con floración primaveral y fructificación desde finales del verano o durante el otoño. Proteger del excesivo calor en verano, con un sombreado en situaciones de excesiva insolación. Suelo rico en materia orgánica, buen drenaje y pH ligeramente ácido (5,5-6,5). De menor a mayor tolerancia a los suelos neutros o ligeramente alcalinos serán las variedades de grosellero rojo, grosellero negro y el grosellero espinoso. Riegos cortos pero frecuentes. El grosellero (Ribes rubrum) es originaria de parte de Europa Occidental (Francia, Bélgica, Países Bajos, Alemania y norte de Italia). La planta es un arbusto caducifolio que suele alcanzar entre 1 y 1,5 m de altura, llegando ocasionalmente a los 2 m, con hojas de 5 lóbulos distribuidas en espiral en las ramas. las flores sode de un discreto color entre verde y amarillo, organizadas en racimos pendulosos de 4 a 8 cm y maduran produciendo unas bayas comestibles. Su fruto es la grosella, o más concretamente la "grosella roja", también conocida como "zarzaparrilla roja", una baya ácida y comestible de color rojo translúcido de entre 8 y 12 mm de diámetro, con entre 3 y 10 bayas en cada racimo. Frambueso Los no reflorecientes florecen en primavera y maduran de forma escalonada a principios del verano. Los reflorecientes tendrán dos cosechas. Una al principio del verano y otra a finales. Suelo neutro (pH entre 6 y 7,8), franco-arenoso, permeable, aireado, fresco y rico en materia orgánica. No insolación excesiva, pues se deshidratarían los frutos. Aunque suelen ser autofértiles, se recomienda plantar varios ejemplares para obtener mayores frutos. Se recomienda apoyar en tutores. Riegos cortos, pero frecuentes. Abonos ricos en potasio, para obtener frutos de calidad. El frambueso (Rubus idaeus) es una planta que crece particularmente en claros de bosques o prados, en especial donde el fuego o las talas han dejado un espacio abierto para que medre esta colonizadora oportunista. Es de fácil cultivo y tiene tendencia a extenderse a menos que se la mantenga bajo control. Prefiere suelo profundo y ácido pues los calcáreos producen clorosis. Zarzamora Arbusto vigoroso con tallos arqueados y aristados, con la capacidad de emitir raíces, las cuales brotan de la base de la planta lo que las diferencia de las frambuesas, que poseen tallos erectos, que no pueden emitir raíces. Producen una sóla cosecha, a diferencia de algunos frambuesos. Sensibles al calor excesivo y la falta de agua. Clima más fresco que los frambuesos. Poco exigentes en cuanto a suelo se refiere, aunque los prefieren ricos en materia orgánica y neutros o ligeramente ácidos. Aunque suelen ser autofértiles, se recomienda plantar varios ejemplares para obtener mayores frutos. Indispensable entutorar, para evitar que enraícen sus tallos al tocar el suelo. La zarza, zarzamora o mora (Rubus ulmifolius) es un arbusto de aspecto sarmentoso, cuyas ramas, espinosas y de sección pentagonal, pueden crecer hasta 3 metros. Pertenece a la familia de las rosáceas y es popularmente conocido por sus frutos, un tipo de moras conocido como zarzamora o mora. Fresas y fresones Planta vivaz herbácea, cuya parte aérea forma una espesa roseta pegada al suelo. De hasta 50 cm, según especie y variedad. Su “fruto” es en realidad un falso fruto, formado por un receptáculo carnoso que mantiene en la base los sépalos. En él están insertos los verdaderos frutos, llamados pepita (aquenios). Poco exigente en cuanto al suelo, aunque la mayoría de variedades los prefieren ligeramente ácidos. No todas. Gustan que sean ricos en materia orgánica descompuesta y de estructura suelta. La calidad del fruto tiene que ver mucho con las horas de luz (fotoperíodo), pero evitando las horas centrales de agosto y/o manteniendo una humedad suficiente si la temperatura e excesiva. Las frutillas o fresas son varias especies de plantas rastreras del género Fragaria, nombre que se relaciona con la fragancia que posee (fraga, en latín), cultivadas por su fruto comestible. Las variedades cultivadas comercialmente son por lo general híbridos, en especial Fragaria x ananassa, que ha reemplazado casi universalmente a la especie silvestre, Fragaria vesca, por el superior tamaño de sus frutos. Consejos variados 1. Optimizar el agua de riego es fundamental. Preparar con antelación un buen drenaje y prevenir así el exceso de humedad que conllevaría múltiples problemas a los cultivos. Además, en la mayoría de especies (salvo en las que tengan raíces superficiales), es mejor realizar pocos riegos pero con abundante cantidad de agua, que muchas veces pero de forma superficial. Esto se debe a que cien riegos de un litro, por decir algo, no serán equivalente a dos de cincuenta litros, aunque las matemáticas parezcan decir lo contrario. En el primer caso (un litro por riego), difícilmente progresará el agua más allá de un par de centímetros, por lo que no llegará a sus raíces, que suelen crecer más abajo. Cuando llegue el siguiente litro, el primero ya se habrá evaporado, no llegando nunca así realmente a sus raíces. 2. Colocar tutores o espalderas, a tomates, pimientos, judías o pepinos, nos permiten cultivarlos en espacios reducidos, como puede ser una terraza, al tiempo que evitan el contacto de los frutos con el suelo, húmedo a veces. Siempre es conveniente entutorar con antelación para evitar dañar sus raíces. 3. Prestar atención al cultivo y actuar rápidamente ante la aparición de cualquier síntoma de plaga, enfermedad o debilitamiento, pues así evitaremos que una pequeña afección se complique y ponga en peligro la salud de la plantación. Y si tiene dudas sobre el tratamiento, que venga a preguntarnos. Respetar las dosis y los plazos de seguridad para el consumo de la hortaliza. 4. En muchas especies se recomienda ir cosechando escalonadamente según necesidades de consumo, dejando madurar los frutos en la mata, por ejemplo en berenjena, calabacín, tomate, pimiento, judía. 5. Un buen consejo es darse una vuelta por los alrededores de la parcela o vivienda, y observar y/o preguntar en los huertos de la vecindad, y en particular aquellos que lleven algún tiempo ya establecidos, que especies y que resultados han obtenido, y mejor aún, indagar sobre que problemas han tenido. Complementos Sustratos en general (enmienda orgánica, universal, mantillo, humus lombriz, turba, sustrato para semilleros). Gravilla fina. Fertilizantes y fitosanitarios. Sustancia para mejorar enraizamiento al transplantar. Hormona de enraizamiento. Semilleros. Macetas. Herramientas de mano (guantes, azadillas, palas, transplantadores ) y maquinaria (motocultor y aperos, desbrozadora). Semillas. Sistemas de riego. Tutores. Invernaderos, plásticos y túneles protectores. Compostadoras. Libros relacionados Frutales, culinarias y aromáticas, fresas, fresones, vides, bayas. Planta para hacer setos vivos. Seto artificial y valla, para proteger cultivos. Preguntas habituales... y sus Respuestas. ¿qué tierra me llevo para poner las semillas o los plantones? Es la más habitual... en principio un sustrato universal bueno vale para todo. Mejor alguna tierra específica para planta de huerto, o el de semilleros para hacer semillero, claro. ¿qué especies puedo tener plantadas en invierno? En principio dependerá del clima de la zona y de si se usa algún tipo de protección contra el frío, pero en general, podría tener la mayoría de las siguientes especie, y alguna más. Ajo, cebolla, diversas coles, acelga, alcachofa, endibia, escarola, espinaca, lechuga, puerro, guisante, haba, nabo ¿cuándo transplantar? Depende de la especie. En principio, la mayor parte de las especies que vendemos en plantones requieren cierto temperatura para no helarse (sueles ser especies de primavera-verano). Recomendamos esperar a que no haya riesgos de heladas. Las de invierno, pues eso, en invierno. Las semillas en sobre llevan impresa una clara explicación de los periodos de siembra y cosecha, hagámosle caso. ¿qué puedo echar para mejorar el suelo? Por una parte, un buen abonado de fondo siempre irá. Si no se ha realizado a tiempo, algo de turba y mantillo o materia orgánica ayudará a suelos ligeros y arenosos, en suelos pesados y arcillosos, un aporte de materia orgánica con arena de río o gravilla ligera mejorará el drenaje y la aireación. También un abonado de liberación lenta podría ser recomendable, según el momento de la planta y las necesidades del terreno. cuándo llueve se encharca el terreno ¿cómo puedo arreglar el drenaje? En principio, lo mejor sería una pequeña (o gran) obra para arreglarlo bien, colocando tuberías para desaguar. Si le parece complicado, un parche sería aligerar con arena o gravilla, y algo de materia orgánica. ¿por qué no tengo casi cosecha... sólo 3 pimientos? El problema suele ser por no haber despuntado o pinzado los brotes terminales, y favorecer así el desarrollo de tallos laterales, que es donde se obtendrán en su mayoría los frutos. ¿se devoran las hojas de los cultivos, dejando agujeros...? Dependerá de la especie y de la planta en concreto. Suelen dejar algún tipo de rastro, cuando no están presentes aún. Suelen ser caracoles o babosas. También alguna oruga o escarabajo. Un producto antilimacos o un insecticida será suficiente. Mejor que sea biológico. Tratar de concretar lo máximo posible la plaga en cuestión, para evitar daños colaterales al medio, e incluso al consumidor de la cosecha. ¿cuánto sol? En la mayoría de los cultivos mucho, pero cuidado con temperaturas muy altas. ¿cuánto riego? Dependerá de la especie, la temperatura, el viento, la humedad atmosférica... La mejor forma es mirando el terreno, escarbando unos cuantos centímetros y ver si falta humedad. En general mejor riegos abundantes y no excesivamente frecuentes. Como norma universal para una aproximación a la cantidad de riego, podría ser orientativa una regla relativa a la parte comestible de la planta. Si se trata de una hortaliza de hoja, el riego mayor se establecerá en la època de crecimiento vegetativo, es decir, de tallos y hojas. Si por el contrario nos interesa el aprovechamiento de frutos (o flores) incrementaremos el riego en esa etapa, habiéndolo reducido en las etapas primeras, durante el periodo de crecimiento vegetativo.