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Transcript
L
Y
LOS
A
RADIACTIVIDAD
ALIMENTOS1
Andrés E. Olszyna-Maays’
Se discuten dos aspectosde la relación entre la nuhhctividad y los alimentos:
la conseruacih de los mismos por medio de iwadiación y su contaminación por sustanchs
radiactivas.
En la iwadkión de alimentos se usan electronesu ondas ehztromapéticas
hyos X y gamma) emitihs por sustancias radiactivas0 producidaspor máquinas. Su
finalidad es akstruir los insectosy mkk7rganismos presentes0 evitar la germinac&. Se
discuten las ventajas sanitarias y económicasde los alimentos así preparados.En numerosos
estudios se ha comprobadoque bajo condicionesestrictamente wntrohuhs rw se producen
cambios indeseablesni radiactividad inducida en los alimentos iwadkdos.
Se comenta el accidente de la central nuclear de Chernobil, que generó
desconfianzaen el público respectoa los alimenfosiwadiados, y s-ea’escribenlos acontecimientos rekxiomzdoswn el accid&e, sus coimmmk
en cuanto a la contaminación
a’ediferentesalimentos con sustancias radtitivas, particularmente yodo 131 y cesio 137,
y las accionesde varias organkiones inkrna&na les respectoal establecimientode límites
p-a la radiadividad en los alimentos y los métodospara su a’eterminación.
Es necesario explicar dos aspectos
completamente diferentes de la relación entre
la radiactividad y los alimentos:
a) La conservación de los alünentos por medio de radiaciones ionizantes, o
sea, mediante la utilización de radiactividad.
b) La contaminación de los alimentos por radioisótopos provenientes de
fuentes naturales, artificiales o accidentales y
las medidas de protección contra tal contaminación.
Siendo los dos aspectos tan diferentes en su naturaleza, quizá fuera mejor
tratarlos por separado. Sin embargo, al ce
mentarlos a la vez pueden remarcarse sus
diferencias para disipar la confusión que
existe en las mentes de los consumidoEs en
cuanto al riesgo de toxicidad de ambos. La
’ Basado en una ponencia presentada
en el 1Congreso NaQond de Toxicologia, celebrado en Guatemala, GuatemIa,
del 8 al 10 de septiem!m de 1988.
Zolganka.6 Q n Panamencana de Ia Salud, Laboratodo Unificado de Cobo1 de Alimentos y Medicamentos (LUCAMJ
(jubilado). Direcci6n postal: ah INCAP, Apartado postal
1188, 01011 Guatemala.
resistencia a aceptar alimentos irradiados se
deriva sobre todo de que muchas personas
consideran que todo lo asociado con la energía nuclear implica peligro y radiactividad.
Con frecuencia, la terminología
utilizada para describrir la irradiación de los
alimentos se confunde con la empleada para
describir la contaminación radiactiva, lo cual
fomenta en el público la falsa creencia de que
el consumo de alimentos irradiados lo expone
a radiaciones. Asimismo, pueden temer que
la introducción de una nueva tecnología nuclear genere mayor riesgo de accidentes que
causen contaminación ambiental 0 peligros
para los trabajadores. Estos temores han sido
sin duda reforzados por el accidente de la
central nuclear de Chernobil, en la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (UR!%), en
1986.
En el campo de la medicina, además de los isótopos radiactivos que se ut3za.n
diariamente para diagnóstico y tratamiento, se
usan muchos prxluctos esterilizados por irradiación. La mayoría de las plantas de inad.iación de alimentos han sido originalmente oonstruidas para irradiación de productos médicos.
Ni estos, ni tampoco los alimentos tratados por
irradiación en las condiciones prescritas se vuelven radjactivos. Sin embargo, mucha gente ignora este hecho o rehusa aceptarlo.
Se difxutirán primero los méto
dos de irradiación de alimentos, sus propósitos, los tipos de alimentos que se pueden
beneficiar de la irradiación, las ventajas, limitaciones y control de la misma y los efectos
tóxicos posibles de los alimentos irradiados.
RRADIACIÓN
1
DE ALJMENTOS
La irradiación es un método físico
de procesamiento de los alimentos comparable con métodos tales como el tratamiento
por calor 0 la congelación. Consiste en la exposición de los alimentos durante un período
de tiempo limitado a radiaciones que destruyen los microorganismos e insectos, 0 procesos vitales tales como la germinación.
El valor de las radiaciones ionizantes para la conservación de alimentos reside en que son capaces de destruir 10s microorganismos patógenos, los que causan
alteraciones y deterioro de los alimentos y los
insectos. También impiden la germinación de
productos vegetales tales como los cereales,
las papas o las cebollas, sin elevar su temperatura o elevándola escasamente. El uso de
radiaciones tiene asimismo algunas ventajas
peculkes sobre los métodos “convencionales” de procesamiento de los alimentos, a
saber:
Los alimentos pueden ser trata0
dos después de ser envasados o congelados.
La irradiación permite una mayor
0
conservación y distribución de alimentos en
estado fresco o casi fresco.
Los alimentos perecederos pue0
den mantenerse más tiempo sin pérdida perceptible de calidad.
El costo de la irradiación (una vez
cl
instalada la planta) y el gasto de energía que
esta exige pueden compararse favorable
mente con los de los métodos convencionales
de procesamiento de alimentos.
La irradiación de los alimentos
que se prestan a este tipo de tratamiento
ofrece dos beneficios principales para la salud
y el bienestar del hombre. El primero es la
destrucción de los gérmenes patógenos transmitidos por los alimentos (por ej., SaZnwnella,
casi inevitable en la carne de pollo), haciéndolos más inocuos. EI segundo beneficio es
económico: se prolonga la vida útil de los
alimentos retardando su deterioro debido a
germinación o proliferación de insectos. Ello
aumenta también su disponibilidad.
Los alimentos irradiados pueden
ser particularmente útiles para dos grupos de
población: 1) las personas expuestas a alto
riesgo de infección, tales como enfermos hospitalizados, ancianos en asilos, niños en jardines de infancia y guarderfas y, especialmente, pacientes inmunodeprimidos; y 2)
miembros de las fuerzas armadas, viajeros y
excursionistas para quienes el ahorro de peso
y espacio son importantes.
Sin embargo, el uso de la irradiación tiene ciertos inconvenientes. Uno de los
más importantes es la elevada inversión inicial que supone una planta de irradiación.
Este problema queda resuelto cuando se usan
instalaciones previamente utilizadas para la
irradiación de productos médicos.
Tipos de radiaciones ionizantes
En general, se distinguen los siguientes tipos de radiaciones ionizantes:
rayos X (ondas electromagnéticas), radiación
199
gamma (ondas electromagnéticas), rayos catódicos (electrones), radiación beta (electrones), protones (núcleos de hidrógeno), neutrones y radiación alfa (núcleos de helio). Los
neutrones generan radiactividad en los materiales que los absorben. Los protones y las
partículas alfa tienen una penetración demasiado escasapara que sean de interés práctico en la conservación de alimentos. Quedan
así los rayos X, la radiación gamma y los electrones como posibles opciones utilizables
para la conservación de alimentos.
Los rayos X y los rayos catódicos
utilizables son producidos por máquinas
apropiadas, mientras que las radiaciones beta
y gamma son emitidas por núclidos3 radiactivos como el cobalto 60 (“Co) y el cesio 137
(‘“‘Cs). El ?Zo se fabrica específicamente para
su uso en radioterapia, esterilización de productos médicos e irradiación de alimentos. El
13Cs es uno de los productos de fisión contenidos en las barras de combustible nuclear.
Debe ser extraído en las plantas de reprocesamiento para que pueda ser utilizado como
fuente de radiación. En la actualidad, casi
todas las instalaciones que utilizan radiación
gamma usan ‘Yo en vez de 13Ts.
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’ Un núclido (en ingl15s nuclti) es una especie atómica caractmizada por los números de protones y neutrones y el contenido energ&ico de su núcleo. Por lo tanto, un núclido
queda def?mdo por su número atómico, su número másico
y el nivel energético nuclear que lo hace más o menos estable.
En cambio, un isótopo es una especie atómica caract~da
únicamente por el númem de neutrones y el número de
patones, es de&, por sus números atómico y másico. Un
mismo isótopo como el tecnecio 99 ETC) puede existir en
forma de distintos núclidos y así, el núclido estable del tecnecio 99 tiene un periodo de semidesintegmción de 212 oo0
axis, mientras que el tecnecio 59 metaestable (%Tc, muy
osado como radiotrazador en mediti)
tiene un período de
semidesintegmción de tan solo 6,04 horas. Los términos
mdionúclido y mdiois6topo son sinónimos de núclido mdiactivo y de isótopo radiactivo, respectivamente; es decir,
indican espeses atómicas cuyos átomos son inestables y se
lkionan emitiendo radiación alfa, beta o gamma.
En español se ha traducido a veces el término inglés nuclrde como “nudeido” o “nuclido”. En el Boldín de la Oficim SanitanaPammencnnano se ha optado por
oingma de estas opciones, ya que en inglés existe iambién
nudeuie (combiición
de un ácido nucleico con un metal),
que parxe lógico traducir como nucleido; en cuanto al término llano nudido, a diferencia del esdrújulo núclido, ha
sido muy poco olAizado en nuestro idioma. @Jota de la re-
dL7Chl.J
Desde el punto de vista de la seguridad, la cantidad de energía aplicada al
alimento constituye la variable mas importante que debe regularse para evitar la posible
aparición de radiactividad inducida en el material irradiado. La unidad de intensidad de
radiación emitida adoptada internacionalmente es el electrón volt (ev), que representa
la energía adquirida por un electrón al moverse en una diferencia de potencial de un
volt, o sea 1,602192x lo-” joule (1,602192x
lo-“ergios). En la práctica, la unidad usada
es el megaelectrón volt, o sea, un millón de
electrón volt: 1 MeV = lo6 ev.
Además de la intensidad de radiación expresada en electrón volt, se tiene
que considerar la dosis efectiva absorbida en
el alimento. Originalmente la unidad básica
de energía absorbida era el rad (del inglés
radiation absorbed dose) que equivale a una
energía absorbida de lOA5 joule (100 ergios)
por gramo de material irradiado. La unidad
práctica es el megarrad (Mrad = lo6 rad) que
equivale a 10 kilogray. El gray (Gy) es la unidad del SistèmeIrztenzafional(SI) y equivale a
un joule por kilogramo (J/kg).
Las fuentes isotópicas usadas habitualmente (“Co, ,‘Cs) emiten radiaciones
cuya energía máxima (133 MeV) es inferior
a la que produce radiactividad inducida. Por
lo tanto, el control de esta variable en la práctica solo tiene importancia en el caso de emisores de radiación instrumentales.
Comestibilidad de los alimentos
irradiados
Los requisitos necesarios para
asegurar la comestibilidad de los alimentos
irradiados fueron discutidos en Roma, en
1964, por el Comité Mixto de Expertos
en Alimentos Irradiados de la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y
la Alimentación (FAO), el Organismo Internacional de Energía Atómica (OlFA) y la Or-
ganización Mundial de la Salud (OMS) (1). El
Comité indicó que los rayos X constituyen un
tipo de radiación producida por instrumentos
aceptable para la irradiación de productos alimentarios. Un informe inédito presentado a
la OMS por el Proyecto Internacional de Irradiación de Alimentos en 1979 (2) indicaba
también que con emisores instrumentales de
ele&ones la radiactividad inducida es insignificante y de vida muy corta, cuando se usan
energías de irradiación de menos de 16 MeV.
Basándose en estos dos informes, el Comité
Mixto FAO/OIEA/OMS de Expertos en Alimentos Irradiados, en su última reunión en
Ginebra, en 1980 (3), recomendó la inclusión
de los emisores de rayos X y de electrones
en la lista de emisores de radiación aceptables
y, además, reconsideró y refrendó la recomendación de un informe de un Grupo Mixto
FAO/OIEA Asesor en Aceptación Internacional de Alimentos Irradiados (4), según la cual
la radiación permitida para irradiar alimentos
no debe exceder de un nivel energético de 10
MeV si se trata de electrones y de 5 MeV en
el caso de radiación gamma o rayos X.
El tratamiento con electrones (con
energías de hasta 10 MeV) o con radiación
gamma y rayos X (con energías hasta de 5
MeV) no produce radiactividad inducida,
pero la evaluación toxicológica de los alimentos irradiados se justifica por el hecho de que
la aplicación de energía de radiación induce
cambios químicos (“reacciones secundanas”)
que liberan productos radiolíticos potencialmente tóxicos o introducen cambios organolépticos indeseables (de color, sabor y propiedades físicas). Según el Comité Mixto de
Expertos reunido en Roma en 1964 (Z), los
productos radiolíticos deben considerarse
como si fueran aditivos alimentarios. La confirmación de la inocuidad de los alimentos
irradiados debería basarse en procedimientos
similata a los que se usan para evaluar la
inocuidad de los aditivos y llevarse a cabo
para cada alimento individualmente.
La naturaleza de los compuestos
inducidos por radiación depende pnncipalmente de la composición química del alimento. La concentración de estos compuestos generalmente aumenta al incrementar la
dosis de radiación, pero puede ser modificada
por factores tales como la temperatura, la presencia o ausencia de aire y el contenido del
agua de la muestra. La energía absorbida por
el alimento irradiado es mucho menor que la
absorbida en el calentamiento. Por lo tanto,
no es sorprendente que los cambios qufrnicos
producidos por la irradiación sean cuantitativamente mucho menores que los causados
por el calentamiento. Por ejemplo, una dosis
absorbida de 10 kGy (1 Mrad) corresponde a
un aumento de la temperatura de solo 2,4 “C
en un alimento que tenga la capacidad calorífica del agua. Esto constituye aproximadamente 3% de la energía necesaria para aumentar la temperatura del agua de 20 a
loo “C.
El Comité de Expertos FAO/OMS
reunido en 1976 (4) concluyó que los productos radiolfticos detectados en una gran variedad de alimentos y constituyentes de alimentos que habían sido estudiados, no
pareáan representar riesgo alguno de toxicidad en las concentraciones halladas. El
mismo Comité aceptó que, para dosis de
menos de 10 kGy (1 Mrad), pueden extrapolarse las conclusiones sobre artículos de
una clase de alimento a otros artículos afines.
Ademas indicó que si se prosiguiesen ciertos
estudios de qufmica de radiación y de toxicologfa, sena posible aplicar un criterio puramente químico para evaluar la comestibilidad de los alimentos irradiados.
Partiendo de lo anterior y de nuevos datos, en su última reunión en 1980 (3)
el Comité Mixto formuló la recomendación
de que se aceptara en los alimentos irradiados
hasta una dosis total media de 10 kGy. Dicha
recomendación se basó en las siguientes consideraciones:
1
Ninguno de los estudios toxicológicos llevados a cabo sobre gran número de
distintos alimentos ha demostrado la aparición de efectos adversos como resultado de
la irradiación.
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Se ha determinado que los pro2
ductos radiolíticos de los principales componentes de los alimentos irradiados son
idénticos entre sí y también respecto a los
productos radiolfticos encontrados en alimentos procesados por otros métodos de conservación.
La alimentación con productos
3
irradiados de animales de laboratorio, ganado
y pacientes inmunodeprimidos no ha generado efectos adversos detectables.
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En un principio, al considerar los
aspectos microbiológicos de la irradiación de
los alimentos se había expresado preocupación por el posible desarrollo de resistencia
de los microorganismos a la radiación, aumento de su patogenicidad o inducción de
mutaciones peligrosas para la salud. Todos
estos aspectos fueron debidamente investigados. No se han hallado riesgos de provocar
mayor resistencia de los gérmenes a la radiación, salvo en condiciones especiales de laboratorio. Cuando se irradian los alimentos
de la manera apropiada no se ha observado
caso alguno de aumento de la patogenicidad
de bacterias, levaduras o virus, ni desarrollo
de mutaciones inducidas por irradiación diferentes de las producidas por otros métodos
de conservación, o que supongan riesgos
para la salud.
En resumen, el Comité Mixto de
1980 (3) concluyó que la irradiación de cualquier articulo alimenticio con una dosis total
media de 10 kGy no plantea problemas microbiológicos o nutricionales especiales, ni
presenta riesgos toxicológicos. Por lo tanto,
no se necesitan mas pruebas toxicológicas de
los alimentos así tratados. Sin embargo, el
Comité ha insistido en la necesidad de analizar con cuidado todo cambio significativo
relacionado con cada alimento irradiado en
particular y con su efecto en la dieta.
Basándose en esas recomendaciones, hasta el momento 32 países han aprobado para el consumo más de 40 productos
alimenticios irradiados, de forma incondicional 0 limitada. Por lo general, los alimentos
se tratan en instalaciones industriales de finalidad mtíltiple, construidas inicialmente
para la radioesterilización de productos médicos, farmacéuticos y biológicos, técnica que
precedió a la irradiación comercial de alimentos en unos 20 a 25 años. Un total de 140
instalaciones en todo el mundo se dedican,
por lo menos en parte, a estas aplicaciones
industriales.
Las organizaciones internacionales
y la irradiación de alimentos
Bajo auspicios de la FAO, el
OEA y la OMS se estableció el 9 de mayo
de 1984 un Grupo Consultivo Internacional
sobre Irradiación de Alimentos (GCIIA), para
ayudar a los Estados Miembros en la evaluación y aplicación de las tecnologías de irradiación de alimentos. Los objetivos principales del GCIIA son evaluar la evolución
global de la irradiación de alimentos y facilitar
un punto central de asesoramiento a los Estados Miembros y a las organizaciones sobre
la aplicación de este proceso. En la actualidad,
26 gobiernos, la mitad de ellos de los países
en desarrollo, son miembros del GCIIA y
contribuyen a sus actividades. Entre 1984
y 1989 se han celebrado cinco reuniones del
Grupo. Del 12 al 16 de diciembre de 1988 se
reunió en Ginebra una conferencia internacional sobre la aceptación, el control y el
comercio de los alimentos irradiados, auspiciada por las tres organizaciones patrocinadoras del GCIIA y también por el Centro
de Comercio Internacional de la Conferencia
de las Naciones Unidas para el Comercio y
el Desarrollo (UNCTAC) y el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
(GATT).
Por otra parte, en el Códex Alimentarius de FAO/OMS se ha incluido una
Norma General para Alimentos Irradiados y
un Código Internacional de Recomendaáones para el Manejo de las Instalaciones de
Radiación para Tratamiento de Alimentos (5).
Por el momento, el beneficio mas
aparente para la salud del uso de irradiación
de los alimentos sería el tratamiento de la
carne de aves de corral refrigeradas o congeladas, para la destrucción de Salnwnelh y
Gmpy~ohcter, de la carne de cerdo para inactivar las larvas de triquina (Trickwlla spiralk),
y la descontaminación de las especias y otros
ingredientes de los alimentos. El tratamiento
de los camarones congelados y de las ancas
de rana destinadas a la exportación también
puede ser de interés considerable para reducir
los riesgos sanitarios.
En conclusión, la técnica de irradiación presenta ciertas ventajas concretas en
comparación con los métodos tradicionales de
tratamiento de los alimentos. Sin embargo,
no es en modo alguno una panacea para
todos los problemas que plantean los alimentos. Por el contrario, su utilización solo debe
propugnarse cuando las ventajas que ofrezca
sean claramente superiores a las de otros métodos de tratamiento.
C
ONTAMINACIÓN
DE LOS ALIMENTOS
POR PRODUCTOS
RADIACTTVOS
El temor a la contaminación ambiental por productos radiactivos, incluida la
contaminación de los alimentos, se vio reforzado como resultado de la explosión en la
central nuclear de Chemobil, localidad situada a 130 km al norte de Kiev, capital de
la Ucrania soviética. Fue, como la de Bhopal,
una de las mayores catástrofes industriales de
la historia, y sus detalles han sido descritos
en numerosas publicaciones (6-H). No es el
propósito de este escrito presentar pormenores y detalles técnicos del accidente. Sin
embargo, se esbozaran brevemente sus
causas y efectos, expuestos ampliamente por
las autoridades soviéticas en un informe al
OEA, así como las medidas tomadas posteriormente por las organizaciones internacionales. La información es de interés para comprender la situación actual y las posibles
acciones futuras que puedan ser necesarias
respecto a la presencia de contaminantes radiactivos en los alimentos.
La central nuclear de Chemobil
es la más grande de la Unión Soviética. En
el momento del accidente contaba con cuatro
reactores en funcionamiento y dos mas en
construcción. Cada uno de los reactores, de
tipo RBMK-1000, puede generar 100 MW de
electricidad, cantidad suficiente para iluminar
una ciudad entera como Guatemala. Los reactores usan como combustible uranio 235 (?J)
enriquecido a una concentración de Q--2,0%
(en relación al isótopo principal, (TJ), contenido en tubos de circonio. La reacción es
moderada por rodillos de control de grafito
con un peso total de 1 500 toneladas. La refrigeración se realiza mediante agua. El calor
producido por la reacción de fisión hace hervir el agua en una serie de circuitos por los
que el vapor producido va a las turbinas de
los generadores de electricidad.
Irónicamente, la calamidad ocurrió como resultado de una prueba de seguridad aparentemente realizada sin la debida
autorización por unos operarios incompetentes, y en el curso de la cual se cometieron seis
errores importantes. Según el informe oficial,
en la noche del 25 al 26 de abril de 1986 los
citados operarios trataban de determinar
cuanto tiempo continuarían funcionando los
generadores por inercia en el caso de un cierre
imprevisto del reactor. Para impedir que los
sistemas automáticos de seguridad interfineran con el experimento, los técnicos los desconectaron, reduciendo al mismo tiempo la
energía al 7% del máximo en eI reactor
No. 4. Pero los reactores de este tipo en cuestión tienen la característica de volverse sumamente inestables al operar a energía muy
baja. Como resultado, la energía en el reactor
aumentó repentinamente, excediendo unas
100 veces el máximo operativo. El agua se
convirtió en vapor, reventó las cañeríasy reaccionó con el grafito de los rodillos de control
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produciendo hidrógeno, que a su vez reaccionó con el oxígeno atmosférico generando
una explosión equivalente a la de 1000 kg de
TNT. Según algunos informes, el vapor reaccionó también con el circonio, material de los
tubos contenedores del combustible, generando hidrógeno que igualmente hizo explosión. Los rodillos de uranio se desintegraron.
El reactor estalló, el techo de cemento se fue
al aire y en la unidad No. 4 comenzó un
violento incendio por la combustión del
grafito sobrecalentado. El edificio, el equipo
y el núcleo mismo del reactor sufrieron danos
considerables. Una cantidad sustancial del
material radiactivo (aproximadamente 3%
del total, básicamente productos de la fisión)
fue arrojada a la atmósfera. A pesar de los
heroicos esfuerzos de las brigadas de bomberos y de diferentes grupos de rescate, el
fuego en el reactor se mantuvo hasta el 5 de
mayo. Dos personas murieron en la explosión
misma y 500 fueron hospitalizadas con sfndrome de irradiación aguda, que produjo la
muerte de 29. El numero de casos de cáncer,
abortos, efectos genéticos y teratogénicos solo
puede ser motivo de especulación.
Con considerable dilación, fueron evacuadas unas 116 000 personas que dejaron todas sus posesiones, incluidos animales domésticos, en un radio de 30 km
alrededor de Chemobil. Se estima que 24 000
de estos evacuados recibieron dosis significativas de radiación.
La explosión levantó una “nuW
que llevó material radiactivo a altitudes variables entre varios cientos de metros y más de
un kilómetro. En la ‘lluvia radiactiva” posterior ese material se depositó primeramente
al oeste, noroeste y nordeste de Chemobil,
en la misma Ucrania. otra parte del material
radiactivo cayó en Suecia y Finlandia. La precipitación radiactiva alcanzó Polonia y el mar
Báltico en la primera mitad del 27 de abril.
Austria, Alemania meridional, Suiza, Francia
oriental, los países del Benelux, Gran Bretaiia,
Dinamarca y el mar del Norte recibieron la
lluvia radiactiva durante la segunda mitad del
mismo día.
La nube radiactiva fue arrastrada
en dirección este durante algún tiempo.
Luego cambió de dirección y durante el 29 y
parte del 30 de abril pasó sobre los Balcanes,
Italia, Austria, República Federal de Alemania, Francia, Esparía y Portugal. Después el
cambio de vientos produjo una circulación
similar al movimiento de las agujas del reloj
y las emisiones fueron transportadas hacia el
este y el sudeste, llegando a partir del 2 de
mayo al mar Negro y Turquía (6-W.
La contaminación radiactiva de la
atmósfera puede afectar a los seres humanos
por varias vías. La exposición externa deriva
de la nube radiactiva y las sustancias depo
sitadas en el suelo; la interna, de la inhalación
y también de la ingestión de sustancias radiactivas con los alimentos (0 con el agua).
Como los gases nobles emiten
solo radiaciones gamma y beta en la nube
misma y contribuyen poco a la dosis total, la
contaminación por productos radiactivos sólidos constituye la fuente principal de exposición. Dieciocho radionúclidos de perfodos
de semidesintegracZ& muy diversos han
sido encontrados en el aire y en el material
depositado en el suelo después de este y otros
accidentes. Los seis que pueden tener importancia en la contaminación de los alimentos figuran en el cuadro 1.
Los principales radionúclidos que
pueden ser peligrosos por contaminar los alimentos después de los accidentes nucleares
son el yodo 131 (13’1)a corto plazo y el cesio
137 (‘“‘Cs) y, en menor grado, el cesio 134
(‘VS) a largo plazo. El ‘Y tiene un perfodo
de semidesintegración relativamente corto,
4 El período de semidesintegz&5n es el tiempo en el que una
cantidad cualquiera del raiionúclido
queda reducida a la
mitad por ehtu de la deshtegraàón de sus átomos. En
¡ngkSs se dice hdf Zife que a veces se traduce como “semipícdo”,
o como “vida media”. Esta úllima traducción literal
se encwntm a menudo en textos en español, pem no parece
aconsejable, ya que en nuestro idioma “vida media” expresa
en mdiofísica un concepto totalmente distinto, a saber, la
duración media de los átomos de un mdionúclido desde que
se forman hasta que se desintegran (en ingleS el t&mino
clmeipmdiente
es mean Efe). NJta de za raiacnón).
de 8 chas y por lo tanto podrfa reducirse a
cantidades insignifi~tes
en los alimentos
a los dos meses del escape. El ‘Ts y el
?s tienen perfodos de semidesintegración
mucho más largos (2 y 30 anos respectivamente) y por lo tanto pueden constituir un
problema de contaminación radiactiva durante mucho tiempo.
La exposición al 13’1se produce
principalmente mediante la leche, pero también por inhalación. En lo referente a alimentos, el efecto más inmediato de la explosión
de Chemobil fue la contaminación debida a
este radionúclido, especialmente de la leche
y las hortalizas de hojas frescas. El yodo se
acumula en la glándula tiroides y los niños
reciben dosis mayores que los adultos, tanto
por consumir más leche fresca como por retener el yodo en un órgano mas pequeño.
(Hay que hacer notar que la dosis de radiación
es la energía absorbida por unidad de masa
de tejido.) La saturación del organismo con
yodo impide la absorción ulterior de este elemento y la entrada de yodo radiactivo en el
tiroides. Por lo tanto, la primera medida preventiva tomada por las autoridades de salud
en la Ucrania soviética y en Polonia (el pafs
vecino más cercano y más afectado por el
accidente) fue la distribución de tabletas de
yoduro potásico (KI) para los niños. (De
hecho, la primera noticia que tuvo la mayorfa
de los ciudadanos soviéticos de que algo preocupante había ocurrido cerca fue el comentario de la radio polaca respecto a la disttibución de tabletas de yoduro a la población
infantil, ya que las autoridades soviéticas no
admitieron que había ocurrido el accidente de
Chemobil hasta el 28 de abril, mas de 48 horas
después de la explosión.)
La lluvia radiactiva de finales de
abril y principios de mayo contaminó directamente las hortalizas de hoja y los pastos.
CUADRO1. Radionúclìdos de importancia
potencial como contaminantes de alimentos
Radionúclido
Períodode semidesintegración
Yodo 131”
Estroncio88
Cesio 134
Estroncio90
Cesio 137”
Plutonio 239
8,05 días
52,7 días
767 días (~2 años)
27,7 años
30,l años
24 400 años
a Contaminantesprincipales emitidos en el accidente de Chernobil.
Aproximadamente de 10 a 20% de la deposición húmeda permaneció sobre las plantas.
Incluso las hortalizas criadas en invernaderos
y bajo cubiertas de plástico resultaron considerablemente contaminadas por el depósito
de ‘9 hasta niveles de 1 000 Bq/kg en las
regiones de mayor concentración de DII en el
aire. Sin embargo, la situación varió mucho
de Europa septentrional a Europa meridional,
dependiendo de la estación agrícola. En los
países escandinavos, incluida Finlandia, la
contaminación directa de las hortalizas fue
insignificante, por lo avanzadas que estaban
las cosechas. En Europa central y meridional,
los valores máximos de radiactividad en hortalizas de hoja (verduras) se encontraron durante los primeros clfas de mayo. Luego se
produjo una reducción rápida de la concentración de 1311
durante las semanas siguientes,
por degradación radiactiva y por rápido crecimiento de las plantas. Como el 1311
tiene un
perfodo de semidesintegración muy breve, la
absorción por las raíces fue insignificante.
La concentración del ‘9 en la
leche siguió un patrón similar a la contaminación de los pastos. Muchos agricultores
mantuvieron a su ganado dentro de los establos para que no se alimentara con el pasto
contaminado, pero la inhalación directa contribuyó a una pequeña absorción.
En cuanto a los problemas de lluvia radiactiva a largo plazo, el mas importante
ha sido el del ‘“Cs. La contaminación mundial por productos de fisión radiactiva debidos a las explosiones de armas nucleares en
el aire, principalmente durante el período
1956-1962, ha sido objeto de muchos estudios. De los productos radiactivos originados
en estas explosiones el más importante como
contaminante radiactivo es el 13Cs,que tiene
un período de semidesintegración muy largo
(unos 30 anos), pasa fácilmente a través de
distintas cadenas alimentarias y expone al
hombre tanto externamente, desde el aire y
los depósitos en el suelo, como internamente,
tras la ingestión de alimentos comunes contaminados, tales como la leche, la carne y los
cereales. Como consecuencia del accidente de
Q7emobil, en el aire y en el material depositado en el suelo apareció 13’Csen proporciones inesperadamente altas. Esto indica que
este radionúclido se desprendió del reactor
tan fácilmente como el yodo.
En mayo y junio, la situación respecto al cesio era parecida a la del ‘“‘1. La
contaminación de las hortalizas de hoja y de
los pastos se produjo en una relación de 1311
a ‘%s similar a la de la precipitación.
Durante el perfodo siguiente, las
plantas en clrecimiento absorbieron los contaminantes radiactivos por dos vías. Una gran
parte de la precipitación directa sobre las
hojas fue absorbida y transportada parcialmente a las frutas 0 los granos. La otra vía
de absorción, desde el suelo, a través de las
raíces, es de importancia menor en el primer
ano. Los niveles de radiactividad detectados
en las plantas que brotaron después del período de lluvia radiactiva fueron muy bajos
incluso en las áreas donde la misma resultó
alta. Las frutas de las plantas con flores y
hojas contaminadas mostraron actividades
mucho más altas de lJ7Csque las plantas con
absorción por las raíces únicamente.
En resumen, puede decirse que
la importancia de la vfa directa de contaminación de los productos vegetales depende
de la etapa en que se encuentran los cultivos.
206
Poco después del accidente se observó un aumento significativo de la contaminación de la leche de vaca. Se registraron
niveles de hasta 600 Bq/l (Becquereblitro;
1 Bq= una desintegración por segundo, o
1 s-l) en las regiones de mayor exposición.
Tras un período de 5 semanas, la concentración de u7Cs en la leche bajó a niveles de
menos de 100 Bq/l y era previsible que esta
tendencia continuara a lo largo de la temporada de pastoreo. Hacia el otoño, los niveles aumentaron de nuevo cuando las vacas
empezaron a ser alimentadas con ensilaje, es
decir, heno conservado en silos que había
sido contaminado en el curso del mes de
mayo, antes de almacenarse.
Las mismas consideraciones se
aplican a la carne, pero hay algunos factores
adicionales que han de tenerse en cuenta. El
período de semieliminación farmacológica del
cesio es más largo en el tejido muscular que
en la leche y, por lo tanto, la concentración
en la carne disminuye más lentamente. Sin
embargo, la contaminación de los componentes del forraje es un factor que ha de valorarse
a la hora de estimar las concentraciones del
‘37Csen los productos animales. En la carne
de reses y de cerdos alimentados bajo techo
con granos, ensilaje o heno se hallaron bajas
concentraciones de 13’Cs(entre 0 y 40 Bq/kg).
En las carnes del ganado alimentado en los
pastos contaminados, a fines de mayo
de 1986 se hallaron valores de 200 a
1100 Bq/kg.
Debe prestarse una consideración especial a la carne de caza (venados, conejos, renos), en la que se detectaron niveles
mucho mas altos de 13Cs que en la de animales domésticos. Los renos constituyen un
caso especial, porque la concentración de
‘37Csen su alimentación (liquen, bayas, pescado) resultó ser muy elevada. Sin embargo,
solo las partes meridionales de las regiones
de cría de Suecia y Noruega resultaron contaminadas. Las actividades de ‘37Csregistradas llegaron a varios miles de Bqlkg en las
regiones intensamente expuestas. En esas regiones, la economía de unos 15 000 lapones
nómadas, suecos y noruegos, que se basa casi
exclusivamente en la cría del reno, quedó
prácticamente arruinada. El consumo de
carne de reno de esas regiones sigue prohibido. En cambio, en julio de 1988, en el curso
de una visita del autor a Finlandia, donde el
control de alimentos y especialmente de la
radiactividad en los mismos tras el accidente
de Chemobil es muy estricto, los bistecs de
reno figuraban en los menús de la mayoría
de restaurantes y los paquetes de carne de
reno ahumada, salada o desecada se vendían
en todos los supermercados.
Otra economía basada en la carne
que resultó duramente afectada fue la cría de
ovejas de Escocia, Cornualles y Cumbria, regiones de Gran Bretaña donde miles de corderos tuvieron que ser destruidos y la venta
de su carne prohibida por la contaminación
con ‘37Cs.
Finalmente, en zonas de gran
precipitación radiactiva en aguas dulces de
poca concentración de nutrientes (por ej., en
Austria), la concentración de 137Csen el pescado aumentó significativamente (hasta 1000
Bqlkg e incluso más). En el pescado de agua
salada y de los estuarios, los niveles permanecieron mucho más bajos (cuadro 2).
AORGANIZACIONES
CCIONES DE LAS
INTERNACIONALES
TRAS
EL ACCIDENTE
DE CHERNOBIL
Antes del accidente de Chemobil
varias organizaciones internacionales habían
establecido dimctrices referentes al manejo de
la contaminación ambiental por sustancias radiactivas procedentes de fuentes naturales,
armas nucleares y accidentes previos. Después del accidente de Chemobil se reconoció
que en tales directrices no se tenían en cuenta
adecuadamente las acciones necesarias para
proteger la población de zonas alejadas de las
fuentes de contaminación, especialmente en
caso de accidentes en centrales nucleares. En
consecuencia, en los meses siguientes al accidente de Chemobil se celebraron diversas
reuniones internacionales para determinar
cómo resolver los problemas detectados
(cuadro 3).
La Oficina Regional para Europa
de la Organización Mundial de la Salud
(EURO/OMS), que coordinó los esfuerzos de
la OMS frente al accidente de Chemobil, organizó una reunión urgente en su sede de
Copenhague el 6 de mayo de 1986,pocos días
después de que comenzara a disponerse de
información acerca del accidente. Los expertos no trataron de sacar conclusiones sobre el
CUADRO2. Principales alimentos contaminados por el accidente de Chernobil y países o regiones
que impusieron restricciones de consumo
Alimento
Verdurasde hoja (lechuga, endivia),
frutas (fresas, cerezas),pastos
Cereales
Leche
Helados
Carnede ganado
Carnede cordero
Carnede caza (venados, conejos)
Carnede reno
Pescadode agua dulce
Agua de lluvia
País 0 región
Ucraniasoviética, Alemania (Baviera, Berlín),
Hungría, Yugoslavia, Suiza, Polonia
Ucraniasoviética, Polonia
URSS,Polonia, Suecia, Finlandia, Alemania, Suiza
Ucraniasoviética
Polonia, Suiza
Reino Unido (Escocia,Cumbria, Cornualles)
Suiza
Laponiasuecay noruega (no finlandesa)
Austria
Suiza, Reino Unido (Escocia,Gales)
CUADRO3. Reuniones internacionales relacionadas con los efectos del accidente de Chernobil
Organización
Oficina Regionalpara
Europade la Organización Mundial de
la Salud (OMS/
EURO)
Oficina Regionalpara
Europade la Organización Mundial de
la Salud (OMS/
EURO)
OrganismoInternacional de EnergíaAtómica (OIEA)
Organizaciónde las
NacionesUnidas
para la Agricultura y
la Alimentación
(FAO)
Comitédel CódexAlimentariussobre
Aditivos Alimentarios (CC/FA)
OrganizaciónMundial
de la Salud (OMS)
Lugar
Copenhague
Fechas
6Nl1986
Tema
Accidentedel reactor de
Chernobil
Bilthoven
25-27Nll1987
Estimaciónde las dosis de
radiación recibidas en
Europa
Viena
24Nll/1986
Detecciónde radionúclidos
Roma
1-5/X11/1986
Límites para la contaminación radiactivade los
alimentos
La Haya
17-23/l II/ 1987
Radiocontaminaciónen
alimentos
Ginebra
6-9JIVl y
21-25/1X/1987
ComunidadEconómica
Europea(CEE)
Bruselas
5N y 1/VII/1987
Comitédel CódexAlimentarius sobre
Aditivos Alimentarios (CC/FA)
La Haya
7-l 2/l Il11988
Niveles derivadosde intervención para radionúclidos en alimentos
Consecuenciasdel accidente nuclear de Chernobil
Novedadesreferentesa la
contaminaciónde alimentos con radionúclidos y otros temas
impacto del accidente a largo plazo, porque
en aquel momento no se conocía con detalle
la extensión y la distribución geográfica de la
lluvia radiactiva de ‘?Is. Recomendaron, por
lo tanto, que esto constituyera objeto de un
estudio posterior (9). Sin embargo, la Oficina
Regional para Europa de la OMS empezó a
actuar como agencia oficiosa de noticias respecto a los niveles de radiación y las acciones
de salud pública tomadas por los paises europeos. Esta información se difundió ampliamente, primero con periodicidad quincenal y
luego semanal, durante todo el período de
emergencia.
Siguiendo la recomendación emanada de esa primera reunión, la EURO/OMS
convocó un grupo de trabajo de expertos en
medicina nuclear, física sanitaria, agricultura,
alimentación, salud pública y meteorología,
con representantes de organizaciones internacionales e intergubernamentales, para
hacer una estimación preliminar del impacto
de la contaminación radiactiva procedente de
la central siniestrada. La reunión fue celebrada en Bilthoven, PaísesBajos, del 25 al 27
de junio de 1986, y en su organización participaron dos centros colaboradores de la
OMS, el Instituto de Higiene de la Radiación
de la Oficina Federal de Salud, de Neuherberg (República Federal de Alemania) y el
Instituto Nacional de Salud Pública e Higiene
Ambiental, de Bilthoven.
Basándose en los datos cuantitativos disponibles y en las condiciones meteorológicas y aplicando modelos predictivos
apropiados, los expertos evaluaron la lluvia
radiactiva, estimaron la naturaleza y extensión de la contaminación de los alimentos e
hicieron predicciones tentativas de las dosis
que afectarían a la población según distintas
vías de exposición. Se tuvo en cuenta que el
Comité Científico de las Naciones Unidas
sobre Efectos de la Radiación Atómica (UNS
CEAR) tenfa intención de preparar una revisión más detallada y completa de las consecuencias del accidente a largo plazo, estudio
que debería estar disponible en 1988.
En resumen, el grupo determinó
que se necesitaba asesoramiento internacional
respecto a la recolección de muestras, comunicación de los resultados y composición
de la canasta alimentaria específica de cada
región geográfica para facilitar el cálculo de la
exposición por ingestión. A partir de estos
datos, subrayó la necesidad de desarrolLar directrices internacionales para determinar los
niveles de contaminación de los alimentos
que justifican la intervención.
Como resultado de las discusiones sostenidas en el curso de la 39” Asamblea
Mundial de la Salud y de los comentarios
hechos en el curso de la sesión especial de la
Junta de Gobernadores del OIEA del 21 de
mayo de 1986, el grupo produjo también un
texto preliminar referente a la necesidad de
mejorar el intercambio de información y las
medidas de urgencia que habrían de tomarse
en Europa en ocasión de accidentes nudeares
importantes (20).
Por su parte, la FAO, respondiendo a la solicitud de asesoramiento de algunos gobiernos miembros sobre las acciones
que habrian de tomarse respecto a la contaminación radiactiva de los alimentos, convocó
una Consulta de Expertos sobre los Límites
Recomendados para la Contaminación de los
Alimentos con Radionucleidos, que se celebro
en Roma, del 1 al 5 de diciembre de 1986.
De entrada, en la reunión se advirtió que uno de los problemas que surgieron
tras el accidente de Chemobil fue el uso simultaneo, por distintas organizaciones y expertos, de diferentes unidades para describir
magnitudes tales como radiactividad y dosis
absorbida. En cuanto a la evaluación de la
contaminación de los alimentos con radionúclidos, se recomendó el uso exclusivo de
las unidades y términos del Sistt?melnterrmtional (SI). Según este sistema, la unidad de
radiactividad, como ya se dijo, es el becquerel
(Bs). La dosis equivalente, que se representa
mediante el símbolo HT, es la dosis absorbida
modificada por el factor de calidad y cualesquiera otros factores que puedan influir en la
eficacia biológica de la radiación según su naturaleza (por ej., alfa o beta). La unidad en
este caso es el sievert (Sv) que tiene las dimensiones de un joule por kg (J . kg.’ = 100
rem según la terminologfa antigua). Las
demás unidades y símbolos se derivan de
estas dos (cuadro 4).
También se recomendó la adopción de “niveles internacionales provisionales
de intervención” en caso de contaminación
de los alimentos con radionúclidos. Dichos
niveles se aplicarían a los alimentos objeto de
comercio internacional Las recomendaciones
se basaron en los niveles primarios de intervención para la protección del público en caso
de escape accidental de material radiactivo
que habían sido establecidos por la Comisión
Internacional de Protección Radiológica
(CIPR, ICRP en inglés) (12). A faIta de otros
valores orientadores, la FAO propuso que los
niveles recomendados por la Consulta de Expertos se aplicaran a los envíos internacionales de alimentos y que los niveles aplicables
en el ámbito del comercio internacional se
consideraran separadamente de los límites de
intervención necesarios para proteger a los
209
CUADRO4. Unidades internacionales recomendadaspara medir varias magnitudes en casos
de contaminación radiactiva
Unidad
becquerel
Símbolo
Bq
sieverl
sv
becquerelpor kilo
Bq/kg
sievert por becquerel
Sv/Bq
Equivalencia
Una desintegraciónpor
segundo (s-l)
1 joule/kg=J-kg-’ =
100 rem = 100/0,9
roentgen
Magnitud
Radiactividad
Dosis equivalenteabsorbida”
Contaminaciónradiactivadel
alimento
Factorde dosis por unidad
de absorción
a DOSISabsorbidamodificadapor factor de calidad (p. ej. susceptibilidaddel árgano) y cualesquieraotros factores que puedaninfluu
en la eficacia biológica de la radiach segúnsu naturaleza(p. ej., alfa o beta).
8
3
2
E
z
.î:
8
sõ
cq
210
consumidores que vivieran en las inmediaciones de un lugar donde hubiera ocurrido
un accidente nuclear o donde hubiera un elevado grado de contaminación (13).
Contrariamente a lo habitual, que
es una estrecha colaboración entre la FAO y
la OMS en materia de alimentos, la consulta
mencionada al parecer fue organizada solo
por la FAO, no conjuntamente con la OMS.
El funcionario responsable del asunto en la
OMS fue invitado, pero en calidad personal
de experto y, de hecho, asistió como delegado
de Suiza, no como miembro de la Secretaría
de la OMS. Poco después, la OMS, en colaboración con otras organizaciones internacionales, propuso establecer “niveles derivados
de intervención para radionucleidos en alimentos”, que son valores de radiactividad en
los alimentos por debajo de los cuales no se
justificaría intervenir. Es interesante constatar
que en sus cálculos se consideraron detenidamente los datos de consumo de diferentes
alimentos en unos 140 países y regiones, que
se agruparon en ocho tipos de consumo alimentario (aticano, centroamericano, chino,
mediterráneo oriental, europeo, extremooriental, norafricano y sudamericano). Estos
datos fueron compilados por la FAO pero no
se tuvieron en cuenta en el informe de esta
organización (la OMS utilizó también las cifras de 550 kg y 700 1 de agua de consumo
total de alimentos y bebida por persona y ano,
propuestas por la FAO) (14).
Comparando los términos y cálculos muy especializados en los dos informes,
es difícil para alguien que no sea experto comprender a primera vista la diferencia entre los
conceptos básicos adoptados por las dos organizaciones. Sm matizar, puede decirse que
la FAO propone límites máximos, mientras
que la OMS propone límites mínimos. En
consecuencia, la inclusión de una norma en
el Códex Alimentarius de FAO/OMS quedó
pendiente del acuerdo entre las dos organizaciones. Se decidió esperar los resultados y
las recomendaciones de una reunión ulterior
entre las dos secretarías, prevista para comienzos de 1988, en la que se examinarían
futuros cursos de acción y se convendna en
un criterio conjunto para formular al Códex
recomendaciones referentes a la contaminación de los alimentos por radionúclidos (15).
Cabe mencionar que también el
Comité Económico y Social de las Comunidades Europeas (Comunidad Económica Europea) celebró una serie de reuniones sobre
las consecuencias del accidente de Chemobil
en las fechas de 1 de julio y 24 de octubre de
1986 y 1 de julio de 1987, emitiendo una
“opinión” propuesta por el subcomité sobre
Chemobil y adoptada en la última reunión
por el pleno del Comité. Sin embargo, tanto
los debates como el informe final, la opinión
emitida y las recomendaciones tuvieron como
tema principal la seguridad de la producción
de energía nuclear y no la contaminación de
los alimentos con radionúclidos. No obstante,
se recomendó a la Comisión de las Comunidades Europeas establecer niveles nkimos
de radiactividad en los alimentos (II).
C ONCLUSIONJZS
Como ya se dijo, puede parecer
extraño reunir en un artículo dos temas tan
distintos como la conservación de los alimentos mediante su exposición a las radiaciones
ionizantes y la protección de los alimentos de
la contaminación por sustancias generadoras
de tales radiaciones. Sin embargo, lo que
ambos temas tienen en común es un monstruo de Frankenstein desatado en el siglo Xx:
la energía atómica y la radiactividad que genera. Una vez liberado el monstruo por los seres
humanos, dos son los problemas que se presentan: cómo utilizarlo para mejorar y tal vez
prolongar la vida de las personas y, por otra
parte, cómo protegerse contra su inmenso
poder dañino (aun sin utikarlo en forma de
armas nucleares).
La respuesta está en el estudio
del problema con inteligencia, sentido común
y honestidad, y también en la colaboración
internacional y el intercambio de información
completa. l3-1el caso del accidente de Chernobil, el informe sorprendentemente detallado presentado al OIEA y divulgado por el
Gobierno soviético poco después del accidente (pasado el institivo reflejo de silencio
absoluto de los primeros días) permite esperar que en la época de la glasfnosflos efectos
de una catástrofe similar (que ojalá nunca suceda) se puedan manejar con más eficiencia
y menos confusión y miedo que en el caso
de Chemobil.
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MISC/87/1.
SUMMARY
RADIOACTIVITY
FOOD
Two topics relating to radioactivand food are discussed: food irradiation
for preservation purposes, and food contamination from radioactive substances.
Food irradiation involves the use
of electromagnetic energy (x and gamma
rays) emitted by radioactive substances or
produced by machine in order to destroy the
insects and microorganisms present and prevent germination. The sanitary and economic
advantages of treating food in this way are
discussed. Numerous studies have confirmed that under strictly controlled condi-
ity
0:
z
3
0w
E
s
.%
s.
UI
212
AND
tions no undesirable changes take place in
food that has been irradiated nor is radioactivity induced.
Referente is made to the accident
at the Chemobyl nuclear power station,
whkh aroused public concem about irradiated food. The events surrounding the accidentare reviewed, and its consequences with
regard to contamination of different foods
with radioactive substances, particularly iodineand cesiutr-137, are described. Also
discussed a.rethe steps that have been taken
by different intemational organizations to set
lirnits on acceptable radioactivity in food.