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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
Tema 1:
PD: El auge económico de Holanda e Inglaterra en el siglo XVII
Industria textil holandesa experimentó una formidable expansión en el s. XVII.
El asentamiento de los refugiados flamencos favoreció la difusión de las nuevas pañerías.
Aunque la manufactura era urbana, sus mayores costes fueron atenuados por la abundante oferta
de mano de obra proporcionada por los refugiados, la intensa especialización de los oficios
textiles y la introducción de novedades tecnológicas. Los productos atractivos y baratos que
fabricaban desplazaron a los artículos tradicionales del mercado internacional;
a partir de mediados de la centuria la industria comenzó a sufrir un problema similar debido a la
competencia de las nuevas pañerías inglesas, que al disponer de abundante materia prima y ser
confeccionadas en el medio rural tenían unos costes de producción inferiores. Las manufacturas
holandesas sólo pudieron sobrevivir especializándose en la elaboración de tejidos de elevada
calidad, cuyo alto precio atenuaba la incidencia de los elevados costes del trabajo, pero como
los mercados para este tipo de productos eran reducidos la producción experimentó cierta
decadencia a finales del siglo.
La industria textil inglesa fue la que experimentó una reconversión más intensa.
A finales del s. XVI se producían paños semielaborados que eran teñidos y confeccionados en
los Países Bajos; esta actividad se vio muy afectada por la crisis comercial de los años veinte y
por la desestabilización de los mercados del norte y oeste de Europa como consecuencia de la
guerra. Además la mejora de la alimentación de la ganadería produjo que la lana inglesa fuera
de menor calidad,
desarrollo de nuevas pañerías, que habían sido ya introducidas en el país por refugiados
flamencos y cuya difusión fue muy intensa a partir de 1620. Sus artículos desplazaron
rápidamente a los competidores por los bajos costes de producción derivados de la utilización
de mano de obra rural y de la abundancia de materia prima; además las manufacturas contaban
con un mercado en expansión gracias a la creciente eficacia de la red comercial inglesa.
Además de la industria textil, minería y la metalurgia experimentaron en Inglaterra y el
noroeste de Europa los avances más significativos.
La existencia de ricos yacimientos, de amplios espacios forestales en los que obtener
combustible y los privilegios y ventajas fiscales impulsaron a los holandeses a trasladar a Suecia
sus fundiciones de hierro y la producción del armamento. La industria metalúrgica sueca
alcanzó rápidamente una posición hegemónica.
La producción inglesa, por el contrario, se había estabilizado debido a la escasez de combustible
como consecuencia de la intensa deforestación. Alrededor de la mitad de la producción sueca se
exportaba a Inglaterra; los problemas energéticos comenzaron a resolverse con la generalización
del uso del carbón, que fue utilizado como combustible básico en la calefacción doméstica y en
sustitución de la leña o el carbón vegetal en muchas industrias. Esta intensa demanda impulsó la
explotación del carbón, lo que favorecerá el posterior proceso de industrialización de Inglaterra.
La primera fase de expansión de la economía europea en el mundo había comenzado a
alcanzar sus límites a finales del s. XVI, con la detención del crecimiento demográfico y la
agudización de las dificultades que repercutieron negativamente sobre el tráfico comercial,
mientras que la explotación de los imperios ultramarinos era aun muy superficial.
A principios del s. XVII la irrupción de los holandeses en Asia supuso tanto el desplazamiento
de los portugueses como el definitivo triunfo de las rutas marítimas sobre las terrestres. Al
mismo tiempo se produjo la decadencia de la industria urbana del norte de Italia y la
desestabilización del tráfico con Alemania debido a la Guerra de los Treinta Años, por lo que
Venecia sufrió una considerable reducción de su actividad comercial, quedando relegada a un
segundo plano.
El sistema colonial español se había basado en la explotación minera con mano de obra forzosa
indígena. La catástrofe demográfica y el agotamiento de los filones más ricos incrementaron los
costes de la producción, haciendo que una mayor parte de los minerales se quedara en América
para hacer frente a los costes de administración y defensa. La economía americana se hizo más
autosuficiente, lo que provocó una reducción del tráfico hispanoamericano.
Todo esto consagró el desplazamiento del centro de gravedad del comercio internacional hacia
el Atlántico.
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La potencia naval de los holandeses > Amsterdam se convierte en el verdadero centro del
sistema económico europeo del s. XVII. Este sistema se basó en la intensificación de las rutas
comerciales ya existentes y el aprovechamiento de su posición hegemónica para la creación de
nuevas oportunidades de comercio donde antes no existían. Los comerciantes holandeses no
tenían que esperar a que los barcos extranjeros les trajeran las mercancías: su flota era la más
poderosa de Europa, y sus barcos mejores que los de sus competidores gracias a un nuevo tipo
de embarcación, el fluit-ship, de bajo coste y especializado en el transporte de mercancías, con
gran capacidad de carga. Su financiación era también innovadora: se fraccionaba el capital en
participaciones reducidas en manos de numerosas pequeñas empresas, lo que permitía la
diversificación de riesgos. Así, podían ofrecer fletes muy económicos acaparando la mayor
parte del tráfico comercial e introduciendo todo tipo de mercancías en otros ámbitos geográficos
para dinamizar los intercambios y superar las limitaciones de un intercambio bilateral.
La base del sistema comercial holandés - especialización en el comercio de productos
voluminosos que se derivó de su control del tráfico báltico. Este tráfico tenía además un carácter
estratégico para la república, pues contribuía al abastecimiento cerealístico de una sociedad tan
urbanizada como la holandesa, y proporcionaba los pertrechos navales imprescindibles para la
actividad de los astilleros. Su establecimiento había requerido la intensificación de las
relaciones comerciales con la península Ibérica, de donde procedían el vino, la sal, y
especialmente la plata, imprescindible para saldar el déficit que se derivaba del valor superior de
las importaciones bálticas. Junto al trigo y al centeno, los holandeses transportaron también
productos textiles, pescado, pieles… entablando relaciones con el norte de África con el imperio
turco.
Tras lograr la hegemonía en el comercio europeo, los holandeses hicieron lo propio con el
comercio mundial. A partir de 1590 comenzaron a introducirse en el tráfico asiático de forma
pacífica, hasta que en 1602 se creó la Compañía de las Indias Orientales, corporación con un
stock permanente de capital reunido a través de la emisión de acciones negociables en bolsa.
Para imponer su monopolio, La Compañía fue desplazando violentamente a los portugueses
hasta dominar tanto el tráfico de especias como el tráfico que se efectuaba entre el océano
Índico y el Pacífico y ejerciendo un papel de intermediación en el propio tráfico intraasiático,
logrando reducir con sus beneficios el déficit crónico que Europa tenía con Asia. Al saturarse el
mercado europeo de especias, los holandeses diversificaron las mercancías importadas,
destacando los productos textiles de la India meridional. Esta evolución favoreció en mayor
medida a los ingleses, que estaban más sólidamente asentados en la India.
En el continente americano el éxito de los holandeses fue mucho menor. En 1621 se fundó la
Compañía de las Indias Occidentales imitando el modelo asiático, pero tuvo un carácter más
político, ya que se consideró como un arma contra el tráfico atlántico español. Posteriormente
fue ocupando el noroeste de Brasil, donde impulsó el cultivo de la caña de azúcar. Para poder
contar con mano de obra, tomó a los portugueses sus enclaves de la Costa de oro africana,
introduciéndose en el tráfico de esclavos. Pero la necesidad de preservar el comercio báltico y
los crecientes costes de esta política de expansión hicieron a los holandeses abandonar el
territorio brasileño.
La disponibilidad de una flota tan poderosa y el manejo de mercancías de diversa procedencia
permitió a los holandeses intensificar las relaciones comerciales, rompiendo los límites que
limitaban su desarrollo.
Perfeccionaron el tráfico báltico con la remisión a esta zona de productos coloniales, lo que les
permitió reducir tanto el déficit como la proporción de navíos que atravesaban el estrecho del
Sund en vacío. Su hegemonía mercantil convirtió a Amsterdam en el centro principal centro
financiero de Europa. La creación de la bolsa en 1609 independizó la negociación de
mercancías y valores de la celebración de ferias. El Banco de Cambios, creado el mismo año,
desplazó las letras de cambio. En el banco se realizaban depósitos y transferencias, cambio de
monedas, se aceptaban y negociaban letras… estando sólo excluido el crédito a particulares.
La hegemonía holandesa era muy vulnerable ya que descansaba excesivamente en la
intermediación; la creciente hostilidad de sus competidores comenzó a restarle dinamismo en el
último tercio de la centuria.
A partir de 1670 hegemonía inglesa en el comercio internacional.
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En la primera mitad del s. XVII la reestructuración de la industria textil les había permitido
superar a los productos holandeses.
A partir de la revolución, la política gubernamental estimuló el desarrollo de la marina, la
expansión colonial y el comercio de depósito y reexportación.
La importación, el procesamiento y la posterior reexportación de productos coloniales se
convirtió en el sector que experimentó un crecimiento más rápido durante la segunda mitad del
s. XVII. Además del mercado europeo, este tráfico estaba siendo impulsado por la demanda
interior, ya que la mayor afluencia de dichas mercancías redujo sus precios y favoreció su
consumo por una población que disponía de mayor capacidad de compra.
La estrecha vinculación entre el comercio colonial, la fortaleza de la producción y el consumo
interior del país constituyen los pilares fundamentales de la vigorosa economía atlántica que
Inglaterra había logrado articular a su favor a finales del s. XVII.
CB: Concepto de crisis del siglo XVII
El siglo XVII - plagado de dificultades, lo que le confiere un carácter sombrío. Esto afecta no
sólo el ámbito económico, sino también las relaciones sociales, el mundo político, las creencias
religiosas y el pensamiento.
La formulación de la “teoría de la crisis general” reforzada por la interpretación cuantitativa del
periodo. La “revolución de los precios” culminado a finales del siglo XVI y siglo XVII
caracterizado por estancamiento o el retroceso.
más prematuro en los países mediterráneos (principios de siglo frente a la década de los 40 en el
resto de los países), y a partir de entonces la tendencia es claramente descendente, segunda
mitad de la centuria caracterizada en todas partes por el bajo nivel de los precios.
correlación estrecha de evolución estancamiento con la afluencia de metales preciosos
americanos, apreciándose una gran caída a partir de 1630: Europa se había visto privada con
ello de uno de los elementos básicos para el buen funcionamiento de su sistema económico.
crecimiento demográfico del s. XVI también se ralentiza, la caída de la producción agrícola
resulta también evidente y la actividad industrial experimentó también graves dificultades, que
afectaron especialmente a los centros textiles urbanos que gozaban de mayor tradición
manufacturera.
también se aprecia crisis en la actividad comercial y financiera, se experimentó un retroceso del
tráfico comercial en todos los ámbitos geográficos, aunque de duración e intensidad diversa.
Todos estos indicadores han sufrido una profunda revisión: Utilizándose fuentes de datos
alternativas,
ritmo de llegada de metales preciosos no retrocedió, sino que se mantuvo estancado en un nivel
elevado en la primera mitad de la centuria y se acrecentó durante la segunda mitad, por lo que
no puede hablarse de una drástica y prolongada penuria de metal.
Además su ritmo de llegada evolucionó de forma muy diferente a la tendencia de los precios,
por lo que ambos factores deben desligarse completamente. El mecanismo de la regulación de
precios es mucho más complejo y atiende a la relación oferta-demanda y sus efectos dependen
de la posición que ocupen las relaciones de mercado en los distintos grupos sociales.
Esto no quiere decir que la sociedad europea no se viera afectada por las dificultades, sino que
éstas no tuvieron el carácter continuo y general que se le ha atribuido generalmente.
Actualmente se destaca la desigualdad del impacto de “la crisis”.
en términos muy generales su impacto fue más precoz en el área mediterránea, donde las
dificultades comenzaron también a desaparecer más prematuramente.
en el noroeste de Europa su incidencia fue más tardía (mediados del s. XVII – primer tercio del
s. XVIII).
la crisis no afectó con la misma intensidad a los diversos sectores económicos, más en el ámbito
agrícola que en el industrial y comercial.
Su incidencia fue muy intensa en los países mediterráneos y en la Europa Oriental. En Francia,
la Europa central y Escandinavia se produjo más bien un estancamiento o un leve retroceso; en
las Provincias Unidas o Inglaterra sólo se produjeron dificultades episódicas.
La desigual incidencia de la crisis > importantes transformaciones
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intensa redistribución del potencial económico, favoreciendo una mayor integración del sistema
económico europeo y desplazando su eje de gravedad del Mediterráneo hacia el área
noroccidental del continente que no sólo incrementó su peso demográfico a lo largo del s. XVII,
sino que lideró el proceso de urbanización y articuló en su favor la creciente diversidad
internacional del trabajo.
La periferización del Mediterráneo tampoco supuso un absoluto inmovilismo: creciente
especialización de la actividad económica y, consiguientemente, un incremento de la
interrelación e integración de los mercados.
Debate historiográfico.
crisis un origen fundamentalmente económico // responsabilidad de los problemas de naturaleza
política. Estas simplificaciones se han ido abandonando progresivamente a favor de una
interpretación más compleja de la realidad que niega el carácter general de las dificultades y
plantea una visión integradora de sus diversas manifestaciones.
E. Hobsbawm - crisis del s. XVII fue la “última fase” de la transición entre el feudalismo y el
capitalismo. crisis provocada por las barreras puestas por la sociedad feudal al desarrollo del
capitalismo, ya que su estructura económica dificultaba el crecimiento del mercado> principal
manifestación de la crisis tuviera lugar en el ámbito comercial. Las contradicciones del sistema
feudal bloquearon la expansión que se había producido en el s. XVI y provocaron una reducción
del mercado tanto en el interior de Europa occidental como en las relaciones que ésta mantenía
con la Europa oriental y el mundo ultramarino. Sin embargo la crisis tuvo unos efectos muy
positivos de cara a la evolución posterior, ya que destruyó los obstáculos que se oponían al
desarrollo del capitalismo, creando las condiciones que hicieron posible la revolución industrial
que de produciría en la economía inglesa.
H. Trevor Roper contraria a la consideración del conflicto inglés como una revolución burguesa.
En su opinión, la revolución inglesa debía insertarse en el contexto de las revueltas políticas que
se produjeron en Europa en la década de 1640, que constituían la principal manifestación de la
crisis de la centuria, por lo que, más que un carácter económico, su naturaleza era de índole
sociopolítica.
Las interpretaciones que ponían el acento en los aspectos económicos se centraron en la
naturaleza de las dificultades experimentadas durante la centuria: s. XVII -primera gran
contracción del nuevo sistema económico. Las capas políticamente dominantes buscaron los
medios para hacerlo funcionar en su provecho, por lo que la contracción acabó conduciendo a la
consolidación del sistema capitalista. La respuesta fundamental a las dificultades fue el
reforzamiento de las estructuras del estado, lo cual permitió la concentración de poder
económico y la acumulación de capital, preparando el camino para la revolución industrial.
R. Brenner - crisis del s. XVII tuvo un carácter netamente feudal. Fue una crisis agraria derivada
del mantenimiento de unas relaciones de producción y extracción del excedente que impedían
cualquier mejora de la productividad.
D. Parker - otorgan un papel fundamental a la guerra y el proceso de construcción del
absolutismo impulsado por ella en el desencadenamiento de las dificultades de la centuria
N. Steengard otorga un papel fundamental al estado tanto en el desencadenamiento de la crisis
como en su dispar incidencia en los diversos sectores económicos. Considera que lo que se
experimentó entonces no fue una crisis de producción, sino una distribución de la renta a través
del sector público. El incremento de la presión fiscal provocó la reducción del consumo y la
inversión privada.
A medida que la interpretación de la crisis se ha ido matizando, se ha diluido la estrecha
correlación de ésta con el proceso de desarrollo económico. Se ha destacado la dimensión
planetaria del fenómeno, vinculándolo estrechamente con el empeoramiento de las condiciones
climáticas que se produjo durante la denominada “pequeña edad glaciar”. El empeoramiento
climático habría agudizado los desequilibrios que se produjeron como consecuencia de un
crecimiento excesivo de la población durante el s. XVI, cuyas necesidades alimenticias no
podían ser cubiertas por una agricultura con una productividad limitada por las condiciones
socioeconómicas imperantes en el mundo rural. En la generación de las dificultades de la época
incidió también el incremento de la apropiación del producto agrícola por parte de las clases
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rentistas y la agudización de la presión fiscal para hacer frente al creciente coste del aparato del
estado.
CB: ¿Qué es el mercantilismo
La gravedad de las dificultades experimentadas durante la centuria dio lugar a que el estado
interviniese intensamente en la actividad económica.
Este término fue acuñado a posteriori por los economistas liberales con el fin de designar unas
propuestas que consideraban erróneas, ya que, en su opinión, otorgaban mayor importancia al
comercio que a la producción.
Una serie de teorías y prácticas estatales muy diversas, cuyos orígenes pueden remontarse a la
Baja Edad Media, un reflejo del creciente poder de la monarquía, que extendió sus atribuciones
a la regulación de la propia vida económica. Los monarcas trataron, por tanto, de lograr la
prosperidad de sus vasallos, favoreciendo el incremento de sus ingresos y potenciando el
consumo de los productos elaborados en su territorio. Pero este objetivo era meramente
instrumental, puesto que lo que realmente se perseguía no era el bienestar de la población, sino
que el incremento de la actividad económica nutriese las arcas de la hacienda real y asegurase el
poder y la gloria del soberano. Para ello era imprescindible controlar la circulación de los
metales preciosos, a los que se otorgaba una gran trascendencia sobre la vida económica.
La intervención del estado obedecía también a los requerimientos de los propios empresarios y
comerciantes, que necesitaban el apoyo de gobiernos fuertes que les proporcionasen protección
y privilegios.
Temas básicos del mercantilismo:
El incremento del poder por parte del estado. De ahí la creación de grandes compañías
comerciales a las que se dotaba de privilegios (exclusividad geográfica y protección del estado),
El objetivo era convertir el comercio interno en un medio de adquisición de nuevos mercados
para favorecer la expansión de la producción nacional, lo cual acrecentaría la riqueza y el poder
del soberano.
Se realizaron esfuerzos para atraer la inmigración de artesanos extranjeros especializados en los
sectores industriales que se deseaba potenciar; y se castigó severamente la emigración que
contribuyese a difundir los secretos de producción existentes en el interior del país.
Se combatió la concepción tradicional de la caridad, se crearon talleres y correccionales en los
que se recluía a los pobres y se trataba de reconvertirles en súbditos disciplinados y laboriosos.
Se trato de desterrar los perjuicios sociales que ensalzaban el rentismo y menospreciaba el
trabajo y la inversión publica.
Adopción de medidas arancelarias de carácter proteccionista.
Aplicación del mercantilismo:
El mercantilismo francés (Colbert), adquirió un carácter fundamentalmente industrialista
(exenciones fiscales, monopolios temporales de fabricación o venta, prestamos subvencionados,
contratos de aprovisionamiento del estado, privilegios honoríficos, etc.).
En la mayoría de los países del continente europeo, adquirió su influencia un mayor vigor en el
siglo XVIII. El caso holandés es el más atípico, su hegemonía comercial dio lugar a que los
holandeses se caracterizaran por la defensa de la libertad comercial y la eliminación de todo tipo
de trabas prohibiciones que entorpeciesen el tráfico. No obstante, no dejaron de recurrir a la
creación de compañías privilegiadas para regular el comercio extraeuropeo, imponiendo por la
fuerza el respeto a sus prerrogativas monopolísticas. Y de hecho, el modelo de estas compañías
fue el que trataron de imitar los restantes países.
El mercantilismo más original el ingles- tratadistas recomendaron la protección de la
agricultura, la política industrial (medidas arancelarias de carácter proteccionista). Pero las
mayores realizaciones del mercantilismo inglés tuvieron lugar en el ámbito comercial. Sus
compañías privilegiadas alcanzaron un éxito muy similar a las holandesas, las medidas mas
trascendentales fueron las destinadas al fomento de su marina nacional, materializándose en las
famosas Actas de Navegación. La promulgación de dichas actas provocó el estallido de las tres
guerras anglo-holandesa que tuvieron lugar entre 1652-1672. Y sus efectos minaron gravemente
la hegemonía holandesa, contribuyendo a establecer el ulterior liderazgo de Inglaterra en el
comercio internacional.
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TEMA 2:
CB: El barroco. Definición y características de la cultura barroca
Barroco es un término que procede del francés baroque y que denomina el movimiento
cultural y artístico desarrollado entre el siglo XVII y mediados del siglo XVIII. Actualmente, la
historiografía dominante acepta la definición de cultura barroca como la cultura del siglo XVII.
No es una cultura espontánea y popular, sino inducida desde el poder, una cultura dirigida,
masiva, urbana y conservadora. Tampoco es una cultura ciudadana, sino urbana: se produce una
cultura vulgar para masas anónimas, donde la urbe, marco privilegiado, es el gran núcleo de
concentración de artistas, de poderosos y de una masa peligrosa y desarraigada. La ostentación
opulenta se convierte en la norma. Es una cultura voluntaria y profundamente conservadora,
pero que no rechaza lo novedoso, sino que lo desvía hacia esferas poco peligrosas.
El barroco como estilo predominante sucedió al renacimiento y precedió al
neoclasicismo. Sus características artísticas generales son el predominio de lo decorativo sobre
lo estructural, búsqueda de sensaciones de movimiento y tensión, de la emoción antes que la
belleza, predominio de lo sensual sobre lo racional, producción de sensación de espacio aéreo y
profundidad e inclinación a lo espectacular y monumental.
Comenzó a popularizarse en Italia y luego se extendió hacia el resto de Europa. Existen
posiciones intermedias o con variantes, como en Francia, o los territorios Habsburgos
centroeuropeos y de mayor intensidad en los países de la Europa monárquico – absolutista,
eclesiástica, señorial y campesina. La cronología varía en función de cada país y del autor. Nace
en Italia en el año 1600, tiene su máxima intensidad en las décadas centrales del siglo y va
extinguiéndose cuando Europa entra en una nueva coyuntura. No obstante, los elementos
expresivos barrocos se prolongan buena parte del s. XVIII o evolucionan hacia otros estilos
(Rococó). Los límites entre el Barroco y el Clasicismo francés (1660-1685) tienden a
difuminarse. El clasicismo francés no se explica sin el Barroco, impulsado por Luis XIV y su
Corte.
El universo cultural barroco, dominante en la Europa del Seiscientos, no prevalece
totalmente. Existen zonas donde el Barroco no llega a cristalizar: Inglaterra y la República de
Holanda poseen una cultura abierta y tolerante, cuyos grupos dirigentes están vinculados al
comercio y las finanzas, y a lo que se añade el elemento religioso, ya que el cristianismo
reformado limita considerablemente o prohíbe los recursos estéticos o los temas del Barroco
católico.
CB: Isaac 0ewton
Newton, Sir Isaac (1642-1727), matemático y físico británico, considerado uno de los más
grandes científicos de la historia, que hizo importantes aportaciones en muchos campos de la
ciencia. Sus descubrimientos y teorías sirvieron de base a la mayor parte de los avances
científicos desarrollados desde su época. Newton fue junto al matemático alemán Leibniz uno
de los inventores de la rama de las matemáticas denominada cálculo. También resolvió
cuestiones relativas a la luz y la óptica, formuló las leyes del movimiento y dedujo a partir de
ellas la ley de la gravitación universal.
Sus primeros estudios fueron realizados en el Trinity College de Cambridge. Allí entró en
contacto con las obras de importantes científicos, que le servirían de base para sus futuros
trabajos.
En su carrera como científico muchos fueron los aportes realizados y en diferentes campos:
óptica, matemática, física. Pero sin duda el mayor y más conocido fue su obra Philosophiae
naturalis principia matemática, donde establece las bases de la Mecánica Clásica a través de las
Tres Leyes de la Dinámica, llamadas las “leyes de Newton”. Su importancia reside en que a
través de ellas se logró explicar el movimiento de los cuerpos, sus efectos y sus causas. La
primera ley de Newton es “El Principio de la Inercia”. La segunda de ellas es la “ley de la
interacción y la fuerza”. Mientras que la Tercera Ley de Newton es la “ley de acción-reacción”.
También en su obra Principia, Isaac Newton desarrolló uno de los conceptos claves de la física
moderna: la ley de gravitación universal, más conocida como ley de Gravedad, que sostiene que
la fuerza gravitatoria entre dos cuerpos (por ejemplo la Tierra y la Luna) está en relación a la
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masa y la distancia entre sí de los cuerpos. Con este postulado científico, Newton fue capaz de
dar explicación a los fenómenos físicos observables en el universo.
En sus estudios sobre óptica, Newton demostró que la luz blanca era en realidad la conjunción
de una banda de colores. La demostración es el famoso experimento en que se hace pasar la luz
por un prisma. Además, en su teoría general sobre la luz determinó que ésta es formada por
partículas, y que la trayectoria en que se propaga es una línea recta.
Isaac Newton realizó también importantes aportes científicos en otros campos del conocimiento.
Desarrolló la ley de conducción térmica, realizó estudios sobre la velocidad del sonido, creó una
teoría sobre el origen de las estrellas. En matemática, Newton desarrolló el teorema del
binomio, y -junto con Leibniz- el cálculo integral y diferencial.
CB: Características del método científico
1. Es fáctico: Es de carácter empírico, se basa fundamentalmente en hechos.
2. Transcendental: Aunque realmente parte de ellos, va más allá de mismos hechos.
3. Verificación empírica: Revisa sus afirmaciones con la realidad.
4. Autocorrectivo y progresivo: En caso de ser necesario, corrige o ajusta sus "…sus
conclusiones y es progresivo ya que al no tomar sus conclusiones como infalibles y finales, está
abierto a nuevos aportes y a la utilización de nuevos procedimientos y de nuevas técnicas."
(Ezequiel Ander-Egg, 1962, p. 11)
5. Formulaciones generales: Aunque no pasa por alto aspectos individuales, se interesa en
hechos generales comprobados como ley o clase clasificable y legal.
Objetivo: Busca o persigue hallar la verdad fáctica, sin importar lo que piense sobre tal hecho el
investigador. Es decir que aunque sus ideales o principios sean distintos, acepta como realidad
un hecho comprobado.
PD- Religiosidad barroca
S. XII comienza con contraofensiva católica q asegura principios de Trento pero reparto
permanece estable: católicos en Italia y España, reformados en Suecia, Dinamarca y Provincias
Unidas; Imperio, Inglaterra y Francia situaciones más complicadas y conflictivas.
Clima enfrentamiento religiosos> necesidad de cerrar filas. Desarrollo religiosidad católica
basada en captación de masas: culto santos y reliquias, protagonismo ordenes religiosas,
predominio sentimiento sobre razonamiento
Ámbito católico: La reforma de la vida religiosa se inició antes del Concilio de Trento;
aparecieron nuevas ramas reformadas en las órdenes ya existentes y se fundaron otras nuevas,
tanto masculinas como femeninas, para dedicarse a funciones educativas y asistenciales. Se
distinguen por su talante con respecto a Roma, más próximo a la autoridad papal; fortalecen el
centralismo romano, la unidad de acción eclesiástica y la difusión de los contenidos de los
decretos tridentinos.
Los problemas doctrinales
Se producen tensiones y disputas internas y externas, por ese fortalecimiento y por la falta de un
tratamiento a fondo de determinadas cuestiones teológicas. No existió una suficiente
clarificación teológica de la cuestión del primado pontificio. Tampoco quedó resuelta la gracia,
cómo se conjuga la actuación libre y meritoria del hombre con la acción de Dios en su alma para
lograr su salvación. Se prohíbe cualquier debate sobre la gracia. El contacto con pueblos y
culturas diferentes a los occidentales, dar pie a discusiones como la querella de los ritos.
• El quietismo, desdén hacia las obras externas y su aspiración a la contemplación
continúa de la divinidad. El quietismo del XVII tiene sus orígenes en las disputas sobre
la gracia, la oposición a la teología y moral de buena parte de los jesuitas. Exaltarán el
abandono en Dios y la indiferencia ante el mundo, su único fin es alcanzar la
contemplación.
• El jansenismo, resulta de las disputas postridentinas sobre la gracia, insistían en la
naturaleza corrompida del hombre y en la sola eficacia de la gracia. La consideración
del valor de la gracia lleva a una mayor severidad en la calificación moral de los actos
humanos. Se suman planteamientos políticos y aspiraciones sociales. Hay tres tipos de
jansenistas: los que sostenían los errores teológicos, los que defendían una mayor
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disciplina eclesiástica y una mayor exigencia moral; y los que oponían a los jesuitas y al
centralismo romano, y defendían posiciones favorables al galicanismo y episcopalismo.
Fue más teológico y estuvo vinculado a las cuestiones disciplinares y políticas.
• La querella de los ritos. Tras la extensión de la actividad misionera católica aparecieron
una serie de problemas; falta de información fidedigna sobre el nivel de asimilación de
la doctrina y moral católicas, que chocaban en ocasiones con realidades muy diferentes,
para evitar conflictos se prohibió editar relaciones imaginadas y apologéticas de los
territorios de misión.
Se generó un amplio debate sobre la naturaleza y modos de la evangelización en tierras
orientales. Discusión sobre la calificación a determinadas ceremonias chinas y de la
India, sobre la naturaleza y modos de las relaciones culturales, cuáles debían ser las
actitudes y comportamientos con relación a los hábitos culturales de los recién
conversos. Los ritos chinos vinculados al confucianismo, fueron rechazados por
dominicos y franciscanos, declaraban como supersticiosas las prácticas rituales chinas
en honra de Confucio, los difuntos y los genios protectores de las ciudades. En 1742 se
condenan los ritos chinos. El efecto fue negativo para la marcha de la actividad
misionera, y en la Europa católica, merma del prestigio de la Compañía.
Ambito reformdo: El s. XVII fue un período de cierto estancamiento, la situación anglicana no
es mejor, envuelta en los conflictos políticos internos. La expansión territorial también se
estanca (excepto puritanos y cuáqueros), las Iglesias reformadas apenas se proyectan más allá de
las fronteras europeas.
• El luteranismo. Elaboración teológica sobre las bases de Lutero, avanzó tratando de marcar
sus diferencias, con una sistematización formal y argumental muy diferente. La teología
luterana se fue convirtiendo paulatinamente en una actividad profesoral y académica. Se
protagonizaron controversias teológicas de interés, de contenido cristológico y la
eclesiológica.
Se fue abriendo paso el movimiento pietista luterano que se difundió con rapidez por el
norte de Alemania. Trataba de revitalizar la fe personal e interiorizar la piedad evangélica,
se necesitaba volver a una mayor dedicación al estudio de la Biblia y a revitalizar las
prácticas relacionadas con el sacerdocio universal.
• La Iglesia anglicana. Las fuerzas religiosas tuvieron un papel importante en los
acontecimientos políticos, lograron consolidar su posición, tras superar los intentos de
recatolización, la oposición de los presbiterianos y la de los puritanos. Hubo una aceptación
de todas las formas religiosas protestantes, mientras que el catolicismo fue claramente
rechazado.
o Jacobo I desbarata el equilibrio alcanzado, su concepción absolutista del poder le
hace reforzar el protagonismo de la Iglesia anglicana para de aumentar su control
tanto sobre los protestantes disidentes y los católicos. En el sínodo de Hampton
Court, se formalizó el reforzamiento, y puritanos y católicos, se sintieron
decepcionados por el nuevo rey. Algunos exaltados decidieron entonces terminar
con la vida del monarca, el descubrimiento de esta conspiración (Gun Powder Plot)
provocó una reacción contra los católicos. Los protestantes puritanos se enfrentaron
con las pretensiones eclesiásticas, muchos fueron encarcelados y otros marcharon a
otros lugares (Provincias Unidas y colonias americanas, Mayflower).
o Con Carlos I las tensiones se agudizaron hasta desembocar en guerra civil, uno de
los elementos fue la oposición de Escocia a la uniformización religiosa, la
imposición de los principios episcopalianos sobre el presbiterianismo escocés y la
devolución a la Iglesia anglicana de las tierras ocupadas por la nobleza escocesa. En
1641 Irlanda se levantó por causas religiosas y políticas; los católicos se alzaron en
armas contra los protestantes de la isla. Así inicio de la guerra civil, en las filas
realistas (los Caballeros) se encontraba la Iglesia anglicana e incluso los católicos; y
que en el parlamentario, los puritanos. Triunfan los parlamentaristas y se instaura el
régimen republicano (Commonwealth) gobernado por Oliver Cromwell. Se impuso
un estilo de vida próximo al puritanismo en Inglaterra, en Irlanda se perseguirá a los
católicos.
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A la muerte de Cromwell, el régimen se desmorona, hay una oposición cruzada
entre los defensores de la Iglesia anglicana, la monarquía, las tendencias puritanas
más radicales, y el “gobierno de los santos”. En 1660 se restaura la monarquía,
Carlos II, reestablece la Iglesia anglicana. Inicialmente los católicos también vieron
reconocidos sus derechos religiosos y civiles, aunque se obligaba a quienes iban a
ejercer una función pública a realizar un juramento específico de rechazo del dogma
católico y de aceptación de la Iglesia anglicana.
o Jacobo II, trató de orientar las instituciones eclesiásticas hacia el catolicismo; por lo
que tories y whigs deciden sustituir al monarca y entregar el trono Guillermo III de
Orange. Elabora una Proclamación de Derechos estableciendo que Iglesia anglicana
seguirá siendo la oficial, toleraran las demás confesiones protestantes, pero la
Iglesia católica quedará proscrita. Por el Tratado de Limerick, se obligará a un
juramento anticatólico a quienes ocupasen los escaños del Parlamento de Irlanda,
así como la prohibición de tener clero y escuelas propias.
• Las Iglesias reformadas en América. Los puritanos y los cuáqueros. Se establecen en la
costa oriental de América del Norte, no desarrollaron ninguna actividad misionera hasta el
XVIII, con la Sociedad Anglicana para la Propagación del Evangelio.
o Los puritanos. Su establecimiento se produjo a finales del XVI y comienzos del
XVII, en la búsqueda por parte de la Compañía de Londres de colonos y el exilio al
que se vio obligada una parte de los puritanos. Los futuros colonos deberían trabajar
durante varios años para la Compañía, y podrían establecerse del modo que
considerasen más oportuno. La carencia de derechos para asentarse > pacto entre
ellos para formalizar su propio sistema de gobierno, así aparecen las primeras
colonias de Nueva Inglaterra. El centro de la América puritana será Massachusetts,
que desde 1636 contará con una universidad propia, la de Harvard. Este perfil fue
diferente al de las colonias de Virginia, con una vigilancia puritana sobre las
costumbres y por el protagonismo de la religión en los modos de organizar las
relaciones sociales y políticas.
o Los cuáqueros. Tras restablecimiento de monarquía, se les obligó a elegir entre la
más absoluta privacidad, la prisión o el exilio. La Sociedad de Amigos de la
Verdad, quakers o cuáqueros, se mostró contrario al formalismo de la Iglesia
anglicana, al control sobre los contenidos de la Biblia, a las diversiones, a la
legítima defensa, y a las diferencias sociales; y abogaba por una iglesia sin dogmas,
sin clero, sin sacramentos, y en la que la “luz interior” del Espíritu debía ser la
única guía del creyente. Se establecieron en Pensilvania.
El calvinismo. Presente en la Confederación Suiza, Escocia, zonas de Francia, oeste de
Alemania, y en las Provincias Unidas. Aparece la disputa arminiana desarrollo cierta tolerancia
dogmática, planteamiento teológico “probarlo todo para quedarse con lo mejor”. Defensa de la
unidad de la Iglesia y relativización del dogma central, la predestinación. El enfrentamiento
agudizado al trasladarse al terreno político. Fin disputas -Sínodo de Dordrecht: fijación doctrina
oficial calvinista sobre gracia y predestinación, y condena cualquier desviación de la ortodoxia.
o
TEMA 3
PD: La obra política de Luis XIV (política interior)
Con la muerte del Cardenal Mazarino en marzo de 1661 comenzó el gobierno personal de Luis
XIV. Reinó durante setenta y dos años, más que cualquier otro gobernante europeo moderno, y
durante cincuenta y cuatro controló personalmente el gobierno de Francia. Ha sido considerado
el máximo exponente del absolutismo práctico y su poder e influencia ha llevado a los
especialistas a designar la segunda mitad del s. XVII como “la era de Luis XIV”.
Un acontecimiento político de gran trascendencia durante su infancia, los disturbios de la
Fronda, marcaron para siempre la prioridad en su estilo de gobierno: eliminar el “desorden” e
impedir la desintegración territorial y social garantizando la seguridad interior y exterior. El
camino para lograrlo pasaba por construir una infraestructura estatal sólida dependiente de la
Corona, reducir o en su caso eliminar todas las autoridades intermedias autónomas y
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semiautónomas, incrementar la capacidad contributiva de los súbditos erigiendo un aparato
fiscal y administrativo modernizado, y fortalecer el ejército permanente.
Desarrollo y fortaleza administrativa
formación de un aparato administrativo estatal dependiente exclusivamente del Monarca. El
antiguo Consejo del Rey se había dividido desde 1661 en varios (Conseil d’en haut- asuntos
politica interior y exterior, conseil de Dépêches- provincias, conseil de finances- asuntos
financieros et conseil privé-competencias judiciales presidido por canciller). Colaboradores
procedentes de nueva nobleza, debían su posición al rey.
El núcleo de gobierno estaba representado por los cuatro secretarios de Estado(Asuntos
Exteriores, Marina, Guerra y Casa Real), más el inspector general de Finanzas> más destacados,
Colbert (intendente de Hacienda) y marqués de Louvois (secretario de guerra)
Los intendentes. administración central debía contar con funcionarios eficientes, con Luis
XIV y Colbert fueron destacados en todas y cada una de las provincias con carácter permanente.
La obra quedó completada en 1689 cuando Bretaña, la provincia más celosa de sus leyes
tradicionales, contó con su intendente. Sus competencias: intendentes de justicia
(administración de justicia en su provincia), policía ( mantenimiento de la ley y el orden) y
finanzas (responsabilidades fiscales).
El control de las instituciones políticas preexistentes
Esta monarquía con pretensiones fuertemente centralizadoras se superpuso a la estructura social
y a las instituciones políticas ya existentes privándolas de gran parte del poder, pero no las
destruyó. Los Estados Generales no volvieron a convocarse, aunque no fueron abolidos. Entre
las décadas de 1660 y 1670, los parlements, los gobernadores de provincia, los gobiernos
municipales y los estados provinciales experimentaron la merma gradual de su poder efectivo,
sin embargo, tampoco desaparecieron.
El control religioso
La concepción absolutista del poder puesta en práctica por Luis XIV le hacía contemplar los
asuntos religiosos como factores de comportamiento autónomo o semiautónomo que podían
obstaculizar el pleno despliegue de la autoridad real. Adoptó como divisa de su quehacer en
estas materias el lema de un autor popular de principios del s. XVI que resumía claramente su
intención: Un Dios, una fe, una ley, un rey. Sus problemas en este terreno fueron
fundamentalmente tres: la pugna por el fortalecimiento de una iglesia nacional, la cuestión
jansenista y el conflicto con la minoría protestante hugonote.
La afirmación del galicanismo Las relaciones entre la Corona francesa, la Iglesia católica y
el papa fueron a veces extremadamente dificultosas por las libertades galicanas. Su origen
databa de la Alta Edad Media y permitían a la iglesia francesa gozar de cierta independencia
frente a la autoridad papal. El principal conflicto derivado de estas tensiones fue la orden
unilateral de Luis XIV, materializada por sugerencia de Colbert en 1673, de extender a todo el
territorio francés el llamado derecho de Regalía contemplado en el acuerdo de 1516. Consistía
esta prerrogativa en que el rey podía recibir y administrar los ingresos de ciertas diócesis
francesas a la muerte del obispo hasta que su sucesor prestara juramento de fidelidad al
monarca. Si el juramento no se realizaba en el plazo de dos meses, los beneficios disponibles en
aquellas diócesis pasarían a ser objeto de control real. La mayoría de los obispos cumplieron
con los requerimientos. Pero hubo dos que expresaron su malestar en forma de protestas ante el
Papado, e Inocencio XI [(1676 – 1689)] intervino en defensa de los prelados. En 1681, tras la
muerte de uno de los obispos disidentes, el rey y el clero francés cubrieron la vacante, pero
Inocencio XI declaró ilegítima la nominación y amenazó con la excomunión a quienes la
aceptaran. La mayoría del clero francés, azuzado por el rey, protestó por lo que se consideraba
una intromisión en las libertades de la Iglesia Galicana y pidieron a Luis XIV que convocara
una Asamblea General del Clero donde, después de las presiones ejercidas por el rey a través
del presidente de la asamblea –el obispo Bossuet—, se aprobaron en marzo de 1682 cuatro
propuestas conocidas como Artículos Galicanos en los que se afirmaba la no sujeción de los
reyes a la autoridad eclesiástica en los asuntos terrenales , la superioridad de los concilios frente
a los papas y se abundaba en el peso de las libertades tradicionales de la iglesia francesa. Este
texto, de discutible valor jurídico ya que la Asamblea no tenía las competencias de un concilio,
se impuso obligatoriamente en la enseñanza de escuelas y seminarios de toda Francia. El papa
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anuló las decisiones de la Asamblea y negó la investidura canónica a todos los nuevos obispos
nombrados por el rey, lo que condujo a una situación de bloqueo tal que en 1688 treinta y cinco
diócesis francesas estaban vacantes. Ese mismo año Inocencio XI excomulgó al embajador
francés en Roma por abusar de su inmunidad diplomática. El rey se incautó entonces de la
ciudad papal de Avignon, en octubre de 1688, y se llegó a barajar la posibilidad de que la iglesia
francesa se separara de Roma. No obstante, las dificultades exteriores obligaron a Luis XIV a
buscar la neutralidad del papa en los conflictos internacionales y, finalmente, la muerte de
Inocencio XI, en octubre de 1689, propició la solución a un contencioso que había
conmocionado la política internacional de Francia durante tres décadas. El acuerdo llegó en
1693, cuando Inocencio XII [(1691 – 1700)] reconoció a los obispos tras firmar estos una
retractación. Luis XIV retiró por su parte el edicto que requería que los Cuatro Artículos
Galicanos se enseñaran oficialmente.
El jansenismo fue un movimiento de renovación nacido en el seno de la Iglesia a partir de
una obra escrita por Cornelius Jansen, obispo de Ypres (1585 – 1638), y titulada Augustinus.
Muy influenciada por los escritos de San Agustín, defendía que los seres humanos eran
incapaces de alcanzar su salvación sin la gracia de Dios, siendo ésta concedida a muy pocas
personas. Abogaba, además, por una disciplina eclesiástica estricta y una moral rigurosa. Con
tales argumentos, los jansenistas se acercaban “peligrosamente” a las tesis de Calvino. Sin
embargo, muchos encontraron atractivos los principios que preconizaba. El filósofo y
matemático Blaise Pascal y el autor teatral Jean Racine fueron jansenistas. Encontró ecos
favorables también en ciertos círculos parlamentarios y episcopales, y alrededor del convento de
Port – Royal des Champs, cerca de Versalles, creció una próspera comunidad que abrazaba
estos principios. Frente a todos ellos los jesuitas pensaban que el jansenismo negaba la
responsabilidad y la libertad de los individuos. A lo largo de su reinado, Luis XIV se mantuvo
siempre hostil hacia los jansenistas. Respaldado por sus confesores jesuitas, los consideraba
peligrosos para la Iglesia y el Estado. En 1653, durante el ministeriado de Mazarino y
atendiendo a una petición de los teólogos de la Sorbona, el papa Inocencio X [(1644 – 1655)]
había emitido una bula en la que se declaraba que el Augustinus contenía cinco proposiciones
heréticas. Tres años después, una Asamblea General del clero francés definió un formulario
contra las tesis jansenistas que, sin embargo, fue rechazado por varios miembros del episcopado
y por las monjas de Port – Royal. Finalmente, en abril de 1661 se ordenó que todo el clero
francés firmara el formulario y que las monjas de Port – Royal abandonaran el convento. En
1668 se llegó a un acuerdo conocido como Paz de la Iglesia, en el que el clero jansenista y el
papado aceptaban una situación de compromiso. A lo largo de las décadas de 1670 y 1680 el
problema quedó relegado a un segundo plano, pues los conflictos de Luis XIV con el Papado
por el asunto de la Regalía y el de los hugonotes, que más tarde analizaremos, copaban casi toda
su atención. No obstante una vez alcanzada la paz con Inocencio XII en 1693, el conflicto
volvió a recrudecerse. Ni las bulas papales de condena ni las persecuciones efectuadas a
comienzos del s. XVIII terminaron con un foco de oposición al rey que podía convertirse en una
fuerza política importante.
La revocación del Edicto de 0antes La unidad confesional era para los monarcas
absolutos, y en especial para Luis XIV, un requisito necesario para el fortalecimiento del
Estado. Este principio convertía al edicto de Nantes (1598) y al edicto de Alés (1629), que
garantizaban la armonía política y religiosa entre católicos y protestantes, en un compromiso
necesariamente provisional. La minoría hugonote, a comienzos del reinado personal de Luis
XIV, ascendía a poco más de millón y medio de personas de todos los estratos sociales,
repartidas entre París y las regiones de Poitou, Normandía, Aunis, el Delfinado y el Languedoc.
Hasta 1679 el rey aceptó la situación heredada, pero en los primeros años de la década de 1680
se hicieron esfuerzos premeditados para suprimir el culto protestante en privado y excluir a los
protestantes de ciertas profesiones. Entre las causas a este cambio se suele señalar la evolución
de su piedad personal, la influencia de su secreta esposa, Mme. de Maintenon, ferviente
católica, pero sobre todo el deseo de demostrar al papa, tras los importantes enfrentamientos
mantenidos con él, y a los países que adoptaron la Reforma, con los que estaba en guerra, que la
fe del monarca era tan sólida como para expulsar a los protestantes de Francia y así fortalecer la
imagen de Rey Cristianísimo. A partir de 1680, se añadieron toda una serie de decretos al Edicto
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
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de Nantes que lo vaciaron paulatinamente de contenido. A esa presión legal se sumó pronto la
militar. Utilizando un procedimiento tradicional que consistía en imponer el alojamiento de los
soldados a los malos contribuyentes y a los súbditos rebeldes, el intendente de Poitiers,
Marillac, decidió en 1681 alojar los regimientos de “dragones” en las casas de los hugonotes
más ricos e influyentes. Apoyada por Louvois, la iniciativa se extendió a las regiones del sur.
Ciudades y pueblos abjuraron en bloque ante el temor de que los “dragones” entraran en sus
casas. A pesar de ello todavía quedaron numerosos protestantes en el reino y, finalmente, en
octubre de 1685, Luis XIV revocó completamente el edicto de Nantes con la emisión de otro, el
de Fontainebleau. Los templos hugonotes debían ser destruidos, los pastores expulsados del
reino. El resto de fieles debían convertirse al catolicismo y se les prohibía emigrar. A pesar de
ello el éxodo de los hugonotes tras la conversión forzosa se cifra en un cuarto de millón de
personas, que encontraron refugio en Inglaterra, Suiza y Holanda. Muchos de los “nuevos
católicos” que permanecieron en Francia se convirtieron en “resistentes”, a veces pasivos y
también activos, como lo demuestra la guerra de los camisards protagonizada por antiguos
calvinistas residentes en las zonas rurales de Cévennes a comienzos del s. XVIII. De cara al
exterior, el Edicto de Fontainebleau suscitó en los países protestantes un gran rechazo.
El control económico
El problema básico a resolver era la financiación suficiente de la propia monarquía en todas sus
facetas, y a este primordial objetivo se orientó la “política económica” desarrollada durante el
reinado. Ésta estuvo en manos de Colbert hasta su muerte (1683). Las reformas fiscales, la
reglamentación manufacturera y el fomento comercial inspirados en teorías mercantilistas
fueron sus principales objetivos.
La fiscalidad creación de una administración fiscal estatal que mejoraba la recaudación
tributaria y en la que los intendentes eran la pieza clave. Además- otras medidas de contención
del gasto y aumento de los ingresos. Colbert consiguió poner cierto orden en el erario y asegurar
un presupuesto equilibrado entre 1660 y 1672, gracias a la baja intensidad de las acciones
bélicas y a un conjunto de medidas encaminadas a reducir gastos. El aumento de los ingresos se
propició a partir de los impuestos indirectos: principalmente gabela de la sal y derechos de
aduanas sobre la circulación de las mercancías. Los impuestos directos, las tallas, que habían
sufrido un brutal aumento en tiempos de Richelieu y Mazarino y que recaían exclusivamente en
los campesinos, representaban en 1661 el 55 % del presupuesto, mientras que en años sucesivos
supusieron entre un 31 y un 41 % del total. De 1661 a 1671 las rentas se duplicaron. Desde 1662
los ingresos exceden a los gastos y esto ocurrió todos los años hasta 1672, excepto en 1668. No
obstante, con la guerra de Holanda comenzaron las dificultades financieras, que en adelante no
cesarán. Los gastos son cada vez más fuertes y están ocasionados por la política agresiva del rey
en Europa, la construcción de Versalles y el mantenimiento de la corte. La presión fiscal
aumentó y el recurso a medios extraordinarios se generalizó a partir de 1680.
Mercantilismo y colbertismo La política económica llevada a cabo por el responsable de
finanzas Colbert sistematizó con relativo éxito la doctrina económica mercantilista > propició
las exportaciones y la disminución de las importaciones para disponer de una reserva mayor de
dinero y metales nobles. El desarrollo comercial y la protección y fomento de las manufacturas
nacionales fueron los otros puntales del proyecto económico de Colbert; subvencionó a la
industria, estableció aranceles para frenar la competencia exterior y controles de calidad en la
producción industrial, desarrolló mercados coloniales que fueron monopolizados por los
comerciantes franceses, fundó compañías comerciales ultramarinas, reconstruyó la Armada, y
en el interior, puso en práctica una política de construcción de carreteras, puentes y canales.Sin
embargo, muchas de estas medidas propiciaron el estancamiento de la producción ya que
consolidaban estructuras económicas antiguas. Además se enfrentó con la oposición del rey,
favorable habitualmente a su gestión, cuando las necesidades de la guerra se lo imponían y a la
resistencia de los sectores implicados en la modernización. Tampoco logró hacer del país un
mercado interior único con aduanas exteriores comunes. Por último, debe señalarse que, a pesar
de que la Francia del s. XVII seguía dependiendo fuertemente de la producción agrícola –casi
un 70 % de la población—, Colbert apenas dedicó atención a esta faceta de la economía, quizás
porque la intervención desde el gobierno apenas ofrecía margen de maniobra. No obstante se
obtuvieron algunos resultados, modestos si los comparamos con los planes de inicio. Pese al
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fracaso de las compañías comerciales privilegiadas y a la forzosa retirada de los aranceles tras la
paz de Nimega, consiguió aumentar el alcance la industria francesa y la calidad de sus
productos. Mejoró las comunicaciones interiores –un ejemplo lo constituye el famoso Canal des
deux Mers que unía el Atlántico con el Mediterráneo y que se concluyó dos años antes de su
muerte— y la marina mercante prácticamente duplicó su tonelaje en dos décadas. A pesar de
que se produjeron grandes retrocesos económicos tras la desaparición de Colbert (1683) –el
déficit hacendístico creció rápidamente y, a la muerte de Luis XIV, Francia se encontraba
sumida de nuevo en el colapso financiero—, muchos de los proyectos del más importante
colaborador de Luis XIV se consumaron en el s. XVIII.
La reforma militar
El casi continuo estado de guerra en Europa fue para muchos soberanos la excusa para perpetuar
un ejército permanentemente en armas, que al mismo tiempo se constituía en instrumento de
poder dispuesto a intervenir en política exterior e interior. El ejército francés fue además
modernizado a fondo. Desde la adopción de nuevas técnicas bélicas hasta la instauración
sistemática de organismos para el suministro de soldadas, aprovisionamientos, armamento
especializado (industria de St. Étienne) y uniformización de los soldados. Los artífices de esta
modernización fueron Turenne, nombrado mariscal – general –título de nuevo cuño que le ponía
a la cabeza de toda la maquinaria militar—, en 1660, Le Tellier y su hijo Louvois, los dos
sucesivos secretarios de estado para la Guerra. >tenían a comienzos de la Guerra de Sucesión
española cerca de 400.000 hombres en armas, casi diez veces más que el número de tropas
existentes en 1660. Junto al aumento de personal, se fortaleció la disciplina y por una formación
sistemática de la oficialidad educada en escuelas de cadetes. Con todo ello puede entenderse que
más de la mitad de los presupuestos anuales de la monarquía se destinasen al ejército.
Pero el rasgo más destacable de toda la reforma fue el sometimiento sin condiciones de los jefes
militares a la autoridad de la corona, sin autonomía y libre de toda influencia no monárquica. La
dirección de la guerra pasó a ser controlada por el gabinete y se privó progresivamente a los
oficiales de las decisiones de campaña. La reforma del ejército fue uno de los ejemplos más
evidentes del carácter innovador del reinado de Luis XIV.
Política y cultura de Corte: Versalles Luis XIV no inventó la Corte. El agrupamiento de nobles,
magistrados, pretendientes y pleiteantes o sirvientes en torno a la persona del rey era una
constante en las monarquías europeas desde el s. XV. Lo novedoso fue la función política que
comenzó a cumplir, destinada en último extremo a fortalecer la autoridad real. La Corte debía
proporcionar un marco espléndido y brillante al rey y a su familia, no sólo para satisfacer la
vanidad real, sino para dar expresión y fuerza a determinadas expectativas y pretensiones.
Las representaciones teatrales, fiestas y bailes en los que el rey participaba personalmente no
tenían sólo como objetivo fundamental entretener a la corte, sino adoctrinarla con símbolos e
imágenes continuas que publicitaban la grandeza del monarca. En el mismo sentido deben
interpretarse la restauración y ampliación de los palacios reales incluyendo el Louvre en París y
Fontainebleau en el Loire, y sobre todo la magnífica construcción de Versalles. Versalles ayudó
a confirmar la recuperación de la autoridad monárquica y allí se trasladó la Corte en 1682. Los
gastos de construcción y mantenimiento supusieron, entre 1671 y 1683, un promedio del 11 %
del presupuesto anual. La Corte sirvió también para atraer al entorno inmediato del rey, a la
nobleza tanto de espada como de toga. Su presencia continuada ante el monarca era el único
modo de que obtuvieran honores y prestigio, la llamada domesticación de la nobleza .
En cualquier caso, la corte del Rey Sol y el modelo de gobierno francés influyeron como
modelo y ejemplo para amplias zonas del continente. De aquella fascinación no escaparon ni los
modos de vestir ni ciertas costumbres. El francés pasó a ser, desde el último tercio del siglo, una
lengua universal en la que se comunicaban las elites europeas. La cultura francesa no sólo
reflejaba una autorepresentación del absolutismo sino que eran elementos constitutivos de una
política cultural sistemática, que ponía a la misma altura la realidad del predominio cultural y la
hegemonía política. En las manifestaciones artísticas, el clasicismo francés impuso sus reglas
fijas y sus principios de ordenación. Desde la arquitectura de Le Brun y Blondel hasta las obras
teatrales de Molière, Racine y Corneille, el ideal del “estilo Luis XIV” dejó su huella.
CB: El cardenal Richelieu
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Armand Jean du Plessis, cardenal y duque de Richelieu. Prelado francés que ejerció el poder
como ministro de Luis XIII (París, 1568-1642). Procedente de la nobleza de Poitou, entró en la
carrera eclesiástica para evitar que su familia perdiera las rentas del Obispado de Luçon (1606).
Participó en los Estados Generales de 1614, momento en que la reina regente María de Médicis
reparó en su talento y le reclutó para el servicio de la Monarquía. Fue secretario de Estado
(ministro) de Interior y de Guerra en 1616. Pero tuvo que dejar el cargo cuando el joven rey
Luis XIII quiso tomar en su propia mano los asuntos de gobierno, desterrando a la reina madre a
Blois (1617).
Richelieu siguió a María de Médicis y actuó como intermediario para reconciliarla con su hijo.
Fue así como se ganó la confianza del rey, que le hizo nombrar cardenal en 1622 y le tomó a su
servicio como ministro principal (presidente del Consejo Real) en 1624. Durante los 18 años
que transcurrieron hasta su muerte ejerció un poder omnímodo, en estrecha colaboración con el
rey (circunstancia que, como era costumbre en la época, sirvió para enriquecer y enaltecer a la
familia Du Plessis, introduciendo además en la corte y en la administración de la Monarquía a
toda una red de clientes y amigos). En 1631 fue nombrado duque de Richelieu, dominio señorial
que había adquirido diez años antes.
La política interior de Richelieu consistió en reforzar el poder de la Corona, sometiendo tanto a
los protestantes franceses (hugonotes) como a los nobles. Acabó con las garantías políticas que
Enrique IV había concedido a los protestantes por el Edicto de Nantes (1598) para poner fin a
las guerras de religión; y, tras tomar a los protestantes la fortaleza de La Rochela (1628), les
impuso la Paz de Alais (1629), por la que perdían las plazas fuertes que garantizaban su
autonomía política, aunque conservando la libertad de culto y la igualdad de derechos con los
católicos. A los nobles tardó más en someterlos, desbaratando sucesivas conspiraciones,
ejecutando a algunos de sus promotores y encarcelando a otros (como los partidarios del
hermano del rey, Gastón de Orléans).
La obra de Richelieu como protector de las artes y las letras tiene que ver también con el control
del poder simbólico, poniendo la creación cultural al servicio de la propaganda del poder
absoluto de la Monarquía: fundó la Academia Francesa (1635), sometió a su control la
Universidad de París, edificó la Sorbona y el Palacio Real de París, además de interesarse por la
pintura y el teatro. Fomentó la economía, entendida como fundamento del poderío de la
Monarquía, a la manera de los mercantilistas; para ello fundó varias compañías de comercio y
puso las bases del imperio colonial francés con asentamientos en Canadá, Guayana, Martinica,
Senegal, Madagascar y la Reunión.
Luis XIV y el absolutismo
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Concepto de absolutismo
El monarca es titular de un poder supremo que procedía de Dios y que ejercía de modo directo e
inmediato. Todos los actos de legislación, administración y jurisdicción se apoyaban en su
última instancia de poder.
Límites teóricos:
el derecho privado y la propiedad : División entre lo particular y lo privado. El monarca
debía contar con el acuerdo del gobernado.
la representación corporativa y el papel de las asambleas: cuerpos corporativos considerados
miembros del reino y, en representación, tenían su parte en el gobierno. Las asambleas -cuerpos
consultivos con funciones de asentimiento y reconocimiento. La mayoría ejercieron severas
críticas, por esta razón, los soberanos procuraron reunirlas tan sólo cuando era ineludible.
concepto de leyes fundamentales: marco de desarrollo de la doctrina de las leyes
fundamentales; apelar a unos principios fundadores del orden que no se podían tocar y de los
que emanaba la capacidad de hacer, dispensar o abrogar las leyes ordinarias. La modificación o
desconocimiento de estas leyes por el rey, le transformaba en tirano, existiendo el legítimo
derecho de resistencia del reino contra él. Las leyes sobre religión, sucesión al trono, imposición
de tributos y las que se hubieran reservado a la participación de la comunidad.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
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Las monarquías del s. XVII no se construyeron conforme al modelo teórico. Fue una forma de
Estado que tiende a absolutizar el poder. La concepción de “poder absoluto” fue instalándose en
el aparato y progresivamente sobre los distintos grupos sociales.
El absolutismo monárquico, no eliminó la capa de relaciones señoriales existentes, procuró
absorber esta pluralidad, superponiéndose e imponiéndose a ellos. La nobleza aceptó a cambio
de que se mantuviera y fortaleciera ciertos derechos señoriales.
Se produjeron revueltas y revoluciones en las que todos los grupos sociales participaron>
primera revolución fue en Inglaterra, en Francia movimientos subversivos y revueltas populares.
La monarquía de los Austrias levantamientos de protesta popular y descontento de las clases
dirigentes.
Características de monarquías absolutas:
fenómeno del “valimiento” o del “ministeriado : Necesitaron depositar su confianza en un
ministro particular que dirigiera sus acciones de gobierno, las coordinara y supervisara. Aparece
el “privado”, vínculo personal del monarca.
Existencia de un “ejército permanente”, necesario debido a continuados conflictos armados,
ya que con la posesión de más se demuestra la fuerza. Los estados absolutistas eran máquinas de
batalla, y destinaban entre el 80 y el 90 % de sus rentas a gastos militares.
Desarrollo de una “burocracia civil permanente”, que desarrollan la función pública,
transición hacia la administración legal. Los cargos burocráticos son una propiedad vendible y
ahí se encuentra precisamente la paradoja. La “venalidad” en los oficios públicos tenían varios
objetivos; procurarse ingresos para desarrollar sus proyectos por medios extraordinarios;
función política, bloqueaba la formación de los sistemas clientelares de la alta aristocracia. El
rey se procuró una clientela propia.
la puesta en práctica de un sistema nacional de impuestos : el desarrollo de la fiscalidad
surge de la necesidad de hacer frente a los gastos bélicos crecientes.
Implantación del “derecho codificado”; adopción de la jurisprudencia romana; la voluntad
del príncipe tenía carácter de ley y los príncipes estaban libres de las obligaciones legales
anteriores, son ideales constitucionales.
Desarrollo de “diplomacia nacional”, en la Europa medieval las embajadas eran viajes de
salutación, enviadas entre vasallos o entre un príncipe y un soberano. Aparece un sistema
formalizado de intercambio interestatal de comunicaciones e informes diplomáticos secretos. La
última instancia de legitimidad era la dinastía y no el territorio. El estado es patrimonio del
monarca y puede adquirirse por una unión de personas, el matrimonio mecanismo supremo de la
diplomacia y el símbolo del fin de la guerra
Pensamiento político absolutista
Los fundamentos admitidos para el gobierno de los ciudadanos eran la utilidad general y el
derecho individual, las experiencias políticas de los autores son clave para entender los diversos
planteamientos.
Hay políticos pragmáticos (Jacobo I y Richelieu) y los tratadistas. La idea básica es que el
hombre era libre en la situación inicial (estado de naturaleza), sometido a graves peligros,
debido a múltiples y diversas causas. Esa libertad debía someterse a una autoridad, con la
protección necesaria para el mantenimiento de los bienes esenciales.
TRATADISTAS PRO ABSOLUTISMO:
Jacques Bossuet En la “Defensa de la opción absolutista”, defendió una historia y una
filosofía providencialistas, favorable a una mayor independencia del clero francés con respecto
a Roma.
Thomas Hobbes, sostuvo teorías mecanicistas y naturalistas, defendiendo la Regia
prerrogativa. Radical pesimismo acerca del ser humano, situación caótica de lucha total de todos
contra todos. El ciudadano debía entregar su libertad a un Estado, sin pedir cuentas al soberano.
Promotor de la Sociología científica, aplica al comportamiento humano los mismos principios
que al mundo material.
LAS TEORÍAS A0TIABSOLUTISTAS.
Frente al absolutismo:
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Hugo Grocio Las teorías Iusnaturalistas sentaron las bases del derecho internacional. Se
opuso al dominio del mar por parte de cualquier potencia. La guerra sólo era contraria a la Ley
Natural si la fuerza se dirigía contra los principios de la sociedad, se convertía en válido para
defenderse o frente a una persona que intentase usurpar los derechos de otro. Guerra justa la que
se declarase con el fin de alcanzar o de restablecer los fines naturales de la humanidad,
orientados a la paz.
John Locke, El Liberalismo se oponía a la Monarquía de Derecho Divino y al pesimismo
de su compatriota Hobbes. La soberanía residía en el pueblo y no es un poder supremo y
respetable si no salvaguarda los Derechos civiles. Defiende el derecho y el deber del pueblo a la
rebelión armada contra su rey por causas justas; control de los gobiernos; separación entre la
Religión y el Estado.; los hombres nacían naturalmente buenos, independientes e iguales y era
la tiranía del mal gobierno la causa de las diferencias sociales que lo degradaban.
ORÍGE0ES DEL DERECHO I0TER0ACIO0AL
escuela española de la segunda escolástica, se oponían a la jurisdicción universal del
emperador y negaban al Papado cualquier tipo de poder temporal sobre los príncipes cristianos.
Tiene “poder indirecto”, sólo cuando los fines espirituales estaban amenazados.
Para Francisco de Vitoria, el ius gentium, sólo podía dar lugar a una relación provechosa entre
los pueblos, en leyes justas para todo el orbe. El ius communicationis, es el derecho que tienen
las personas a transitar de un lugar a otro y a relacionarse libremente entre sí. El derecho al
comercio o a la emigración. Este planteamiento articulado sobre la legítima ocupación española
de las Indias, varió tras la partición de las posesiones de Carlos V y el empuje espiritual de la
Contrarreforma.
La escuela jesuítica defiende el derecho de gentes dentro del derecho positivo
consuetudinario.
La óptica calvinista, Hugo Grocio, concluye en un principio de “ley internacional” que
podía colaborar en el mantenimiento de la paz. El conflicto colonial ejemplo de fracaso de las
negociaciones, podía ser “guerra justa”.
La práctica del derecho internacional se fortaleció a partir de los conflictos. La Paz de Westfalia
(1648), supuso la consagración del derecho internacional moderno. Se reconoció la existencia
de un cuerpo de estados involucrados en un proceso de paz, por encima de los acuerdos o
desacuerdos particulares. Fue una solución laica.
Mazarino y la Fronda (1648 – 1653)
Tras la muerte de Luis XIII, Ana de Austria consiguió la anulación del testamento con el fin de
prescindir del Consejo de Regencia y depositó su confianza en Mazarino La política de
Richelieu fue continuada por Mazarino, generando del mismo modo fuertes oposiciones y
muchas conspiraciones, procedentes de los círculos nobiliarios, la actitud de los miembros de
los parlamentos, nobleza de toga , junto con la inquietud de los grupos burgueses ante la
disminución de sus beneficios económicos y la reducción de rentas que el régimen de guerra
traía consigo, sin olvidar el permanente estado de crispación social de las masas populares .
La Cámara de San Luis (1648-1649) o Fronda Parlamentaria
El 15 de enero de 1648, Ana de Austria, acudió al Parlamento para solicitar, en sesión privada,
el registro de unos edictos fiscales. Al día siguiente se anuló lo concertado en esa sesión. Ante
las maniobras de Mazarino para controlar las sesiones, las Cortes presentaron el 13 de mayo el
"cese de sesiones", reuniendo las cortes en una sola asamblea, que se reuniría en la Cámara de
San Luis del Palacio de Justicia. Los magistrados redactaron una lista de 27 artículos, exigiendo
la vuelta de los intendentes, la sumisión obligatoria de las altas de impuestos a la aprobación de
las cortes y la garantía de las libertades individuales. El poder de las provincias volvió a manos
de los gobernadores y magistrados locales.
Tras diversas maniobras para ganar tiempo, Mazarino inició un golpe de fuerza sacando al
pequeño Rey de París y asediando la capital con el apoyo militar de Concé. Los parlamentarios
e asustaron por la presión militar del primer ministro y por la agitación de los ambientes
populares en sus propias líneas de defensa. Por ello, llegaron a un compromiso con Mazarino, la
Paz de Rueil (marzo de 1649), por la cual los parlamentarios obtenían un perdon general a
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
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cambio de no celebrar más reuniones con los tribunales soberanos. El rey regresó a París el 18
de agosto siendo acogido con gran alborozo.
La Fronda de los príncipes (1650)
El príncipe de Condé fue, junto con Gastón de France, el gran vencedor de la Fronda
parlamentaria. Obligó a la reina a conceder los honores a su hermano Conti y a su hermana,
Madame de Longueville. Una querella de prelación provocó una viva controversia entre la
nobleza, la agitación que ello produjo motivó un "acto de Unión" firmado por más de 800
gentileshombres. La idea de convocar a los Estados Generales para reformar el reino empezó a
fraguarse. Tras una nueva insolencia de Condé, Ana de Austria le hizo arrestar, el 18 de enero
de 1650, junto con Conti y el duque de Longueville. Los príncipes fueron encarcelados en
Vincennes.
En revancha, en la provincia, la Fronda se reavivó. La situación sólo fue grave para el poder real
en Guyena y Burdeos. Las victorias militares de Mazarino frente a los príncipes fortalecieron su
posición y levantaron el recelo del Parlamento de París, que decidió exigir la libertad de los
príncipes y reanudar el programa de 1648.
La Unión de las Dos Frondas (Dic 1650-Sept.1651)
En París, Mazarino cometió el error de negar el capelo a Gondi, impulsando al coadjutor a idear
nuevas conspiraciones. En diciembre el Parlamento reclamó a la reina la liberación de los
príncipes y el cese de Mazarino que, el 6 de febrero intentó huir a Saint-Germain. 10 de febrero,
los príncipes fueron liberados. El 17, el Parlamento abrió un proceso contra Mazarino.
Durante el curso de los meses siguientes, las reuniones informales de los gentileshombres se
llevaron a cabo en París. Monsieur fue el portavoz. La nobleza pedía la intervención de los
Estados Generales. Su idea era la de tener una monarquía mixta en la que la aristocracia jugara
un papel principal. Estas perspectivas no satisfacían a nadie, ni a los líderes de la nueva Fronda,
que estaban divididos por los conflictos internos. Condé rechazo proclamarse regente, el clero
incitado por Gondi, se oponía al Parlamento. El 7 de septiembre de 1651, Luis XIV alcanzó la
mayoría. El 6 de septiembre, el príncipe de Condé abandonó ruidosamente la capital opara
reunirse con sus partidarios en Guyena.
La Fronda del Gran Condé (Sept.1651- Agosto1653)
Sin un verdadero motivo que justificara su inquina por Mazarino, se embarcó en una batalla
personal. Firmó un acuerdo con los españoles, prometiendo entregarles un puerto francés:
Bourg-sur-Gironde, a cambio de 500.000 escudos para llevarse las tropas. El rey y la reina
tuvieron que marcharse de nuevo. En enero de 1652, Ana de Austria llamó a Mazarino. Éste
negoció la lealtad de Turenne y el duque de Bouillon. Sin embargo, la vuelta inopinada de
Mazarino, indignó nuevamente a París. El Parlamento puso precio a su cabeza (150.000 libras).
Monsieur firmó con Condé un manifiesto en el que se pedía la expulsión del cardenal. Condé
trató de sorprender a la armada real que avanzaba por Loira, pero fue detenido por Turenne en
Bléneau.
Ante la fatiga general, Mazarino decidió retirarse a Bouillon para calmar la situación. Dada la
determinación de formar un partido dispuesto a poner orden en París, Condé dejó Francia y se
fue a Flandes poniéndose al servicio de España. El 21 de octubre de 1652 Luis XIV entró,
triunfante, en París. Se instaló en el Louvre, más seguro que el Palacio Real. El cardenal de Retz
fue encarcelado. Condé fue desposeído de su título de príncipe de sangre real y condenado a
muerte. Conti se casó con una sobrina de Mazarino para evitar la desgracia. La Gran
Mademoiselle se encerró en Saint-Fargeau, donde permaneció hasta 1657. Una Cámara de
justicia, en el Louvre, prohibió a los magistrados "tomar ninguna medida respecto a los asuntos
del Estado". Mazarino regresó el 3 de febrero de 1653, y fue recibido con aplausos. Burdeos,
última ciudad de la Fronda cayó en julio de 1653.
Fin del gobierno de Mazarino (1653 – 1661)
Tras la Fronda, la sensación que prevaleció en Francia fue la de cansancio. Aunque algunos
nobles dieron por descontada una victoria de Condé y de los españoles, que de nuevo pondría
todo en tela de juicio, la mayoría del país aceptó la reacción absolutista que siguió a la vuelta de
Mazarino. Seguro de la confianza de la reina madre y de la gratitud del rey, apoyándose en un
importante equipo de colaboradores, envió de nuevo intendentes a las provincias, vigiló a la
nobleza y prohibió al Parlamento de París intervenir en los asuntos de Estado, particularmente
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
en materia fiscal. De esta manera el fracaso de las ambiciones nobiliarias y parlamentarias
desembocó en el fortalecimiento del absolutismo monárquico. En el ámbito financiero, para
hacer frente a las necesidades de la guerra con España continuó recurriendo a los expedientes
tradicionales, ignorando la miseria de las masas populares al tiempo que personalmente
amasaba una inmensa fortuna.
Más poderoso que nunca, la firma de la paz con España (Tratado de los Pirineos, 1659), el
perdón de Condé y la boda de Luis XIV con la infanta María Teresa (1660) constituyeron el
broche final de la asombrosa carrera de Mazarino, que falleció meses después de la entrada
triunfal de la pareja real en París (1661).
TEMA 4:
PD: Causas de la revolución de 1640
Tanto Jacobo I como Carlos I intentaron reinar de modo absolutista, práctica que imperaba en
Europa, enfrentándose a un parlamento que debía aprobar la financiación de sus gastos y las
decisiones importantes y a las críticas de los grandes pensadores de la época, Hobbes y Locke,
que defendían el derecho a la libertad individual y el principio de soberanía que decían residía
en el pueblo.
El aparente trato de favor de estos monarcas hacia la iglesia escocesa y el alejamiento de un
grupo de anglicanos hacia posturas más radicales a los que se llamó “puritanos” fueron los
detonantes del radicalismo político, alcanzando ya una importante madurez hacia 1640.
El soberano reinante, Carlos I, ante la necesidad de hacer frente a una revuelta escocesa, solicita
la correspondiente financiación en el Parlamento, pero la falta de acuerdo provoca que lo
disuelva tres semanas después de convocarlo. Sin embargo los parlamentarios contrarios al
absolutismo del rey lo vuelven a convocar defendiendo una monarquía constitucional y no
absoluta pero sin lograr acuerdos importantes.
Ante la confusión existente, Carlos I intenta tomar el control del parlamento por la fuerza lo que
desembocó en el estallido de la guerra civil. Del lado real, una parte de los diputados, el clero
anglicano, la gran parte de la nobleza y la gentry rural. En el lado opuesto, la otra mitad del
parlamento y los poderosos comerciantes y burgueses bajo el liderazgo de Cromwell, un
propietario puritano de extrema religiosidad y tendencias políticas radicales.
Revolución 1640
En 1637 Escocia pasa a la rebelión abierta. Será una cuestión religiosa (la implantación del
Prayer Book), la que levante a los clanes escoceses que firmarán en 1638 el Covenant, un pacto
solemne por el que se comprometen a defender la libertad religiosa de Escocia. Carlos presenta
batalla, pero su ejército fracasa estrepitosamente y el soberano se ve obligado a negociar
(Pacificación de Berwick- Primera guerra de obispos). Para proporcionarse los fondos
necesarios para financiar las tropas destinadas a reprimir la rebelión, Carlos I convocó el abril
de 1640 al Parlamento, pero lo disolvió al cabo de tres semanas (Parlamento corto). Segunda
Guerra de los Obispos: un ejército escocés penetró en Inglaterra, derrotó al ejército real y ocupó
la zona de Newcastle. Carlos negoció un acuerdo por el cual el ejército escocés permanecería
allí percibiendo una cantidad diaria, hasta que un Parlamento inglés estableciera medidas
satisfactorias. El Parlamento inició sus sesiones el 3 de noviembre de 1640 y estaría constituido
ininterrumpidamente hasta 1653, el Parlamento Largo. Liderados por John Pym, los Comunes
desarrollaron una actividad tensa y muy eficaz para sus propósitos: se promulgaron el Acta
Trienal, que obligaba a la corona a convocar al Parlamento como mínimo con esa periodicidad,
y otro acta que estipulaba que aquel Parlamento no podría ser disuelto sin su propio
consentimiento. Las finanzas reales fueron objeto de un intento consensuado de reforma. Pero
este plan no prosperó, aunque sí se estableció un nuevo Book of Rates. Tampoco hubo acuerdo
en fijar el futuro de la Iglesia. Carlos obtuvo un acuerdo con los covenanters irlandeses y con
este acuerdo su objetivo principal: las causas que habían motivado la convocatoria del
Parlamento estaban solucionadas. Pero entonces tuvo lugar una coincidencia fatídica. Dos días
después de que se reanudaran las sesiones del Parlamento tras un receso, se produjo un
levantamiento católico en Irlanda. Al poco tiempo, el soberano, acusado de ineptitud a raíz de la
sublevación católica de Irlanda, intentó encarcelar a los principales miembros de la oposición, lo
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
cual provocó la insubordinación del Parlamento y obligó a Carlos a huir al oeste de Inglaterra
para unirse a sus partidarios.
Tras ello, en 1642 estalló una cruenta guerra civil, que enfrentó a los realistas (Iglesia
Anglicana, ciertos sectores de la burguesía y buena parte de la gentry, la aristocracia inglesa)
con los partidarios del Parlamento (los pequeños propietarios agrícolas, la burguesía, el pueblo
llano y los puritanos). La guerra fue larga y tuvo dos partes.
I Guerra civil (1642-45): equilibrio de fuerzas> Carlos se alía con irlandeses y Parlamento con
covenanters escoceses. Fracaso de numerosos contactos para imponer paz debido profundo
enraizamiento de la figura del re en las sociedades del Antiguo Régimen, de modo que no era
fácil pensar en un enfrentamiento a ultranza con el rey y menos aun llevarlo a la práctica.
Asumir la guerra total contra el rey era difícil, pero también lo era prescindir del Parlamento.
cambio drástico en la oficialidad del ejército y la creación del Ejército Nuevo Modelo, cuyos
soldados, a la larga, serían sometidos a un intenso adoctrinamiento calvinista. Su eficacia en el
campo de batalla resultó decisiva, como también lo fue la buena dirección política desde
Westminster, a cargo de John Pym. Durante aquellos años, las dos Cámaras desmantelaron la
Iglesia de Inglaterra. 1645 se produjo la decisiva victoria parlamentaria en Naseby y 1666
rendición tropas realistas en Oxford> final de la primera guerra civil.
II guerra civil (1645-48): El rey se entrega a los escoceses que lo entregan al Parlamento. El
Consejo del Ejército le presentó las exigentes “Proposiciones de Newcastle” (1646),
presbiterianas, q reclamaban la reforma calvinista y la renuncia real al mando militar por 20
años y las más generosas Heads and Proposals (1647), que contemplaban la reforma, pero no
abolición, de los obispados y mitigaban el asalto político, que aceptó sin convencimiento o bien
rechazó de plano. Politización progresiva del Ejército Nuevo Modelo. Acuerdo Carlos con los
escoceses para reemprender la lucha. Intento de huida de Carlos en 1647. Toma del poder por
Cromwell en 1648, levantamientos en zonas rurales, en protesta por la política del Parlamento,
otros pro–monárquicos- represión del ejército> segunda Guerra Civil. Depuración del
Parlamento por Cromwell que hizo juzgar y ejecutar al soberano (30 de enero de 1649),
suprimió la monarquía y la Cámara de los Lores y proclamó la República o Commonwealth
(mayo de 1649).
Carlos I de Inglaterra nace en Dunfermline, Escocia, el 19 de noviembre de 1600. Llegó a
reinar Inglaterra, Irlanda y Escocia a partir del 27 de marzo de 1625 hasta el año 1649 cuando
fue ejecutado.
Enrique, su hermano muere repentinamente de una enfermedad (tifus) en 1612 Carlos se
convierte en heredero del trono.
Al morir Jacobo I el 27 de marzo de 1625 Carlos toma la corona y el 1 de mayo se casa con
Enriqueta María de Francia, católica. el parlamento al ser católica, ya que se temía que Carlos
levantara las restricciones impuestas a los católicos romanos. Si bien Carlos aseguró que no
haría esto, mintió. La corona de Carlos se oficializa el 2 de febrero de 1626.
La oposición era creciente en el parlamento y cámara de los Lores contra Carlos ya que éste
desestimaba las decisiones de éste cuando no eran admitidas sus propuestas llegando a
disolverlo en 1625 y a tratar de encarcelar a sus opositores con medidas y procedimientos fuera
de la ley.
La guerra en España no tuvo buenos resultados y sus solicitudes de fondos le eran cada vez más
difíciles de conseguir por la vía legal, por lo que terminó actuando por fuera de la vía legal. Es
así que nuevamente en 1626 disuelve el parlamento.
Cuanto mayor oposición tenían sus propuestas más aumentaba su autoritarismo y acciones
arbitrarias encarcelando opositores y llevando a cabo acciones que bajaron más aún su
popularidad. Además la guerra contra España y Francia seguía bajando los fondos del reino
gastando cada vez más.
Esto desembocó a la tiranía absoluta de Carlos que durante once años rompió su relación con el
parlamento y debido a esto debió firmar la paz con Francia y España ya que no iba a obtener
más fondos para seguir con estas guerras.
Sus acciones impopulares se reafirmaron cuando incrementó los impuestos apelando a nuevos y
viejos de éstos que se encontraban obsoletos a fin de incrementar las arcas de la corona.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
La política religiosa también fue autoritaria persiguiendo a los puritanos y reformando la
religión por parte de William Laud, nuevo arzobispo de Canerbury en 1633. Se intentó en este
sentido la uniformidad religiosa por medio de la Corte de Alta Comisión y la Corte de la Silla
de Estrella. Medidas éstas realmente autoritarias que incluían persecución y torturas.
La brecha entre el parlamento inglés y el rey se pronunció cuando el primero comenzó una
campaña de denuncias contra Carlos por todos los atropellos e ilegalidades llevadas a cabo
durante su reinado. Fue así que se fueron acumulando las condiciones para la revolución
inglesa. Carlos tenía en 1642 el control de la zona norte y oeste de Inglaterra y el parlamento
controlaba Londres y el sur. La guerra civil comenzó el 25 de octubre de 1642 terminando con
la entrega y derrota de Carlos por parte de los presbiterianos.
La segunda guerra civil advino cuando Carlos logra acordar con los presbiterianos escoceses e
invaden Inglaterra pero fueron derrotados finalmente en la batalla de Preston en agosto de 1648.
El 30 de enero de enero de 1649 Carlos es decapitado.
República de Cromwell
Tras la muerte de Carlos I, el Parlamento depurado por Cromwell declara la República
(commonwealth). Hay que tener en cuenta que, al final de la guerra, Cromwell había depurado
el parlamento, que a la sazón trataba de llegar a un acuerdo con el rey para restablecer la
monarquía. 45 diputados son detenidos y más del doble expulsados. El Parlamento, se ve
reducido así a 60 miembros, todos ellos de las Iglesias independientes. Será conocido como el
Rump Parliament.
Se elimina también la cámara de los Lores, y se crea un Consejo de Estado cuyos miembros son
elegidos por la Cámara de los Comunes. Este Consejo, del que Cromwell es sólo un miembro
más, decidirá en materia de política exterior e interior. El poder está pues, en manos de una
oligarquía religiosa con apoyo del ejército, también “purgado” de elementos subversivos. Este
gobierno debe hacer frente a numerosos conflictos, internos y externos:
- En Irlanda, Cromwell entra a sangre y fuego. En un ataque ordenado por el Parlamento
contra la población católica sublevada entra en Drogheda y extermina a su población. Los
propietarios de las mejores tierras son expulsados, y en su lugar se coloca a protestantes. El
ejército inglés, en manos de Ireton seguirá en Irlanda hasta 1652 para controlar todo el país.
- También debe frenar las revueltas en Escocia, cuyo parlamento había nombrado rey a
Carlos II, hijo del monarca decapitado. Carlos II marcha sobre Inglaterra, pero no encuentra
el apoyo esperado y es derrotado por Cromwell en la batalla de Worcester, en 1651. Escocia
es sometida al vencedor, que la priva de autonomía y la vincula a Inglaterra.
- Hay que añadir la primera guerra anglo-holandesa, en 1652 que es corta y poco decisiva.
Problemas comerciales desatan esta guerra, que gana la armada inglesa.
Durante este periodo, el Parlamento se muestra ineficaz, y sus continuas tensiones con el
ejército (recordemos, fiel a Cromwell), hacen que éste decida deshacerse de él. Se establece un
nuevo consejo de Estado, que elige al Parlamento. Este Parlamento tampoco funcionará, y para
evitar la anarquía el propio Parlamento se disuelve y el Consejo nombra a Cromwell Lord
Protector (1653).
Cromwell ostentaría el poder absoluto durante cinco años, hasta su muerte (no provocada) en
1657. Cromwell será jefe del ejército y del Estado, pero estará sometido al control de un
Consejo en el ejercicio del poder ejecutivo, y de un Parlamento elegido cada tres años en el
poder legislativo. El Consejo está formado por leales de Cromwell y las elecciones a Parlamento
trucadas, por lo que el régimen no encuentra, en realidad, ninguna oposición. Los ingleses
aceptan este despotismo a regañadientes, puesto que quieren evitar, por encima de todo una
nueva guerra civil. Además, Cromwell será escrupuloso con la política religiosa (libertad de la
que están excluidos los católicos), y de cara al exterior será el paladín del protestantismo en el
exterior (participará del lado de Francia en la guerra que ésta mantiene con España).
CB: Oliver Cromwell
Oliver Cromwell. Cromwell provenía de una familia de dinero del medio rural. Era
protestante independiente (puritano) y fue diputado desde 1628, aunque su carácter rígido e
intransigente, le habían apartado siempre de las esferas de poder. Sin embargo, la guerra le
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
permite demostrar sus dotes militares. Reorganiza el ejército, que le será muy fiel, y va
ganando poder durante el conflicto, hasta erigirse como líder indiscutible a su fin.
1599- 1658 Político inglés. Educado en un ambiente protestante puritano y hondamente
anticatólico, en 1628 fue elegido miembro de la Cámara de los Comunes, disuelta al año
siguiente por el rey Carlos I. Entre 1629 y 1640, el monarca inglés gobernó sin el Parlamento,
impuso una política absolutista y aumentó los privilegios y las prerrogativas de la aristocracia
en perjuicio de los intereses de la naciente burguesía.
En 1640, el rey se vio obligado a reinstaurar el Parlamento, en el que Cromwell, como
representante de Cambridge, destacó por su defensa del puritanismo, su oposición al
episcopalismo de la Iglesia de Inglaterra y sus ataques a la arbitrariedad real. Al poco tiempo, el
soberano, acusado de ineptitud a raíz de la sublevación católica de Irlanda, intentó encarcelar a
los principales miembros de la oposición, lo cual provocó la insubordinación del Parlamento y
obligó a Carlos a huir al oeste de Inglaterra para unirse a sus partidarios.
Tras ello, en 1642 estalló una cruenta guerra civil, que enfrentó a los realistas (Iglesia
Anglicana, ciertos sectores de la burguesía y buena parte de la gentry, la aristocracia inglesa)
con los partidarios del Parlamento (los pequeños propietarios agrícolas, la burguesía, el pueblo
llano y los puritanos). En ese momento, Cromwell, hombre práctico y dotado de gran talento
militar, organizó un ejército revolucionario, el New Model Army, y, tras sufrir algunos reveses,
consiguió por último vencer a las tropas realistas en Marston Moore (1644) y Naseby (1645).
Un año más tarde, la captura de Carlos I suscitaba un serio conflicto entre el Parlamento,
favorable a la restitución del monarca en el trono controlando su poder, y el ejército puritano,
decidido a librarse del rey y controlar la Cámara de los Comunes. Aprovechando el intento de
huida de Carlos (1647) y tras haber depurado el Parlamento (1648), Cromwell hizo juzgar y
ejecutar al soberano (30 de enero de 1649), suprimió la monarquía y la Cámara de los Lores y
proclamó la República o Commonwealth (mayo de 1649).
Durante los años siguientes, realizó dos campañas para someter a los católicos irlandeses (16491650) y en las batallas de Dunbar y Worcester (1650-1651) aplastó a los realistas escoceses, que
habían proclamado rey a Carlos II, primogénito del soberano ajusticiado. La Cámara de los
Comunes trató esforzadamente de controlar al ejército, pero todo fue en vano: en 1653,
Cromwell la disolvió, cedió el poder legislativo a 139 personas de su confianza y tomó el título
de lord protector de Inglaterra, Escocia e Irlanda, con poderes más amplios que aquellos de que
había gozado el monarca.
Durante su mandato reorganizó la hacienda pública, fomentó la liberalización del comercio, a
fin de asegurar la prosperidad de la burguesía mercantil, promulgó el Acta de Navegación
(1651), a través de la cual impuso a los Países Bajos la supremacía marítima inglesa, derrotó a
las Provincias Unidas (1654), arrebató Jamaica a España (1655), persiguió a los católicos y
situó a Inglaterra a la cabeza de los países protestantes europeos.
A su muerte (3 de septiembre de 1658), sin embargo, la República se vio inmersa en un período
de caos, que acabó con la restauración de la monarquía en la persona de Carlos II por parte del
Parlamento (1660). A pesar de su prudencia, el nuevo monarca no dudó en ordenar la
exhumación del cadáver del hombre que había firmado la sentencia de muerte de su padre, para
cortarle la cabeza y exponerla en la torre de Londres.
Carlos II
Tras la breve pausa del gobierno del hijo de Cromwell, el país estaba de nuevo en dificultades
por el resurgimiento del enfrentamiento entre republicanos y monárquicos. La situación estaba
en manos del ejército, cuyo jefe principal —George Monk— conocía sus proyectos hasta el
último detalle. Aunque estaba al frente de las milicias de Cromwell, Monk creyó oportuno
ponerse de parte de Carlos II, marchó sobre Londres y restauró el poder monárquico (mayo de
1660) aunque sólo en apariencia iba a recuperar su forma absolutista.
Durante el reinado de Carlos II siguió incrementándose la eficiencia de la flota, de favorecer el
desarrollo de los tráficos comerciales. La confrontación entre anglicanos y puritanos estaba
configurando un país más preciso por la simultánea consolidación de los dos partidos —el de
los tories y el de los whigs—. Las provocaciones de los whigs permitieron a Carlos II disolver
el Parlamento en que eran mayoritarios (1681)y descubrir un complot contra su persona y contra
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
su hermano, el duque de York y el heredero al trono, con la consiguiente condena de algunos
whigs (1683).
Las cuestiones religiosas, unidas al problema de las alianzas exteriores, crean nuevas
dificultades. Carlos II (1660-1685), educado en la corte de Luis XIV, es pro-católico pero se
esforzará por conciliar sus tendencias con las del Parlamento, y mantiene así el trono pese a las
numerosas dificultades con las que se encuentra (1655-1666: Epidemia de peste en Inglaterra e
incendio de Londres; 1665-1667: Segunda guerra anglo-holandesa. Paz de Breda: Nueva
Ámsterdam (New York), holandesa, se otorga a Inglaterra a cambio del Surinam).
A partir de 1668, el rey, que hasta entonces se había mostrado muy prudente, se inclina por una
política personal, marcada por la alianza con Luis XIV y la tolerancia hacia los católicos.En
1670 firma secretamente el Tratado de Dover con Luis XIV, por el que Inglaterra apoya a
Francia en la guerra contra Holanda. Da comienzo la tercera guerra angloholandesa. El rey
levanta las leyes contra los católicos y esta permisividad exaspera al Parlamento, que ve en ella
el restablecimiento del papismo. Además, mientras Holanda es un rival comercial, es una
potencia protestante, mientras que Francia es decididamente católica, y también potencia
económica rival. Tras algunas derrotas navales significativas, Carlos debe firmar finalmente la
paz con Holanda.
JACOBO II
Rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, perteneciente a la dinastía Estuardo (Londres, 1633 Saint-Germain-en-Laye, 1701). Era el segundo hijo de Carlos I. Durante la revolución
parlamentaria de 1642, que terminaría con la ejecución de su padre, Jacobo fue hecho
prisionero; pero consiguió huir al extranjero en 1648.
Tras la restauración de la monarquía en la persona de su hermano, Carlos II (1660), fue
nombrado almirante y se distinguió en las guerras navales contra Holanda. En 1671 se convirtió
al catolicismo, por lo que fue destituido de sus cargos públicos en virtud de la Ley del Test, que
excluía a los que no fueran anglicanos del servicio de la Monarquía (1673); incluso tuvo que
huir de Inglaterra a raíz del descubrimiento de una conspiración católica en 1678.
Sin embargo, su hermano impidió que el Parlamento le apartara de la sucesión, de modo que, al
morir éste en 1685, Jacobo accedió al Trono. En 1687 eliminó las discriminaciones legales
contra los católicos, implantando una amplia tolerancia religiosa. Ello le enfrentó con la Iglesia
anglicana y con el partido tory, que vinieron a unirse a la oposición radical de los whigs contra
las tendencias absolutistas de los Estuardo; estas posturas se endurecieron cuando el nacimiento
de un príncipe heredero (Jacobo III) pareció asegurar la continuidad de una dinastía católica.
Los líderes protestantes ingleses, que dominaban el Parlamento, lanzaron una revolución en
defensa de la monarquía parlamentaria y de la preeminencia de su religión en 1688, e invitaron
al estatúder de las Provincias Unidas de los Países Bajos, Guillermo III de Orange, a disputarle
el Trono a Jacobo (alegando los derechos que le pudieran corresponder por estar casado con la
hija primogénita de éste, María II).
Guillermo desembarcó en Inglaterra y, apoyado por las fuerzas parlamentarias, arrebató el
Trono a Jacobo; éste intentó recuperarlo desde Irlanda, pero fue derrotado en la batalla de
Boyne (1690). Tras la Capitulación de Limerick (1692) se exilió en Francia, donde pasó el resto
de su vida intentando recuperar el Trono inglés; pero sólo después de su muerte fue coronada
una hija suya, Ana I
Revolución Gloriosa
Carlos II muere sin descendencia y llega al gobierno su hermano Jacobo II. Católico, intenta la
restauración oficial del catolicismo. Sin embargo, Jacobo se encuentra con la violenta oposición
del Parlamento, en la que se unen tanto whigs como tories. Los anglicanos se defendieron frente
al eventual retorno de las fuerzas del catolicismo y se hizo más preocupante con el nacimiento
del hijo del rey en 1688. Jacobo II proclamó en abril de 1687 una declaración de Indulgencia a
favor tanto de los disidentes como de los cuáqueros y de los católicos y pretendió que los
obispos anglicanos la hicieran leer públicamente lo que provoco diversas detenciones ante la
negativa de alguno de ellos.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
Con el nacimiento inesperado de un heredero, los Comunes ven el peligro de que se perpetúe la
línea católica (frente a las hermanas del neonato, ambas protestantes), y deciden ofrecer la
corona a Guillermo III de Orange, sobrino de Jacobo II, casado con su hija María y príncipe
holandés. Invocando “la religión protestante y un Parlamento Libre”, Guillermo hace su entrada
triunfal en Londres. Es la incruenta Revolución de la Gloriosa. Por su parte, Jacobo huye a
Francia donde es acogido por Luis XIV.
En 1677 la hija primogénita de Jacobo II fue casada con el estatúder Guillermo III de Orange,
ella anglicana y él calvinista y tras la absolución de los obispos incriminados por Jacobo II,
tanto entre los tories como entre los whigs maduró la iniciativa de recurrir a estos príncipes
para que ocupasen el trono inglés. Dos elementos contribuyeron al éxito de tal apelación:
• la irritante intervención de Luis XIV para impedir la marcha de Guillermo III
• y el hecho de que cuando éste desembarcó en Inglaterra (noviembre de 1688), Jacobo II no
lo resistió y fue a refugiarse a Francia.
Se alcanzó la “revolucionaria” solución de febrero de 1689 que estableció que una nación
protestante no podía tener como soberano a un rey católico y según la cual Jacobo II había
violado el contrato fundamental que había con el pueblo y por consiguiente el trono estaba
vacante. Conciliando el derecho divino y hereditario de la monarquía se estableció que fuesen
coronados tanto María como Guillermo, en virtud de la voluntad del pueblo.
Guillermo, siguiendo a sus consejeros, no usurpa el trono por la fuerza. Disuelve el Parlamento
y convoca uno nuevo, que será el encargado de tomar una decisión. El nuevo Parlamento
redacta una carta de derechos Bill of Rights, que el soberano ha de firmar reconociendo los
derechos de cada poder. El trono es declarado vacante y Guillermo y Ana coronados rey y reina.
La firma de esta Carta significa, en la práctica, el comienzo de la monarquía parlamentaria
inglesa. Consecuencias de la Revolución:
• División de poderes (legislativo-ejecutivo) y reconocimiento de ciertas libertades y
prerrogativas como la libertad de imprenta. Se protege el poder del Parlamento y la
inamovilidad de los jueces.
• Inglaterra, aliada con Holanda, se convierte en la primera potencia comercial y capitalista
del mundo, entrando en pugna con Francia. La hegemonía marítima pasa a Francia.
CB: Guillermo III
Estatúder de Holanda y rey de Inglaterra (La Haya, 1650 - Londres, 1702). El príncipe de
Orange era hijo póstumo de Guillermo II de Nassau (que había sido estatúder en 1647-50). En
1672 fue elegido estatúder de las Provincias Unidas del norte de los Países Bajos, cargo
equivalente al de rey.
Nada más acceder al poder hubo de afrontar una guerra contra las dos potencias europeas
vecinas, Inglaterra y Francia. Consiguió la retirada del ejército francés que había invadido
Holanda (1672-73) y la paz con Inglaterra (1674). Mediante su matrimonio con la hija del
heredero de los Estuardo (el futuro rey Jacobo II de Inglaterra) en 1677, invirtió las alianzas,
formando una coalición europea opuesta a la hegemonía de la Francia de Luis XIV, a la que
obligó a garantizar la independencia de los Países Bajos (Paz de Nimega, 1678).
El prestigio alcanzado le facultó en 1688 para ser llamado por los protestantes ingleses para
encabezar un ejército en contra de su rey Jacobo II, temerosos de que restaurara el catolicismo
en sus territorios. Así, entró en Inglaterra en 1688 y fue favorablemente acogido por la nobleza,
dando inicio a la llamada Revolución Gloriosa, lo que obligó a Jacobo II a refugiarse en Francia.
El Parlamento inglés hizo aceptar a Guillermo la Declaración de Derechos un año más tarde,
con lo que ya pudo ser coronado rey, podía alegar derechos al Trono tanto por ser nieto (por
parte de madre) de Carlos I de Inglaterra como por estar casado con María Estuardo..
El nuevo soberano fue favorablemente recibido por los escoceses, pero no así por la católica
Irlanda, que hubo de ser invadida y vencida en la batalla de Boyne (1690), a pesar de lo cual
hubo repetidos intentos por parte de Jacobo II por retomar el trono, con apoyo francés. La
presión de Luis XIV de Francia obliga a Guillermo a inscribirse en la Liga de Augsburgo, con la
que participará durante años en las guerras continentales. La paz de Ryswick en 1697 le resulta
favorable, por cuanto Luis XIV le reconoce como rey de Inglaterra y le devuelve los territorios
conquistados.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
La muerte sin descendientes de Carlos II de España (1700) y la aceptación por Luis XIV de la
herencia española para la Casa de Borbón desencadenó un nuevo conflicto: Guillermo III se
enfrentó otra vez a las ambiciones francesas formando una nueva coalición con los Habsburgo
contra la candidatura de Felipe V; pero murió cuando realizaba los preparativos militares para la
Guerra de Sucesión Española (1701-14). Poco antes de morir, Guillermo aprobó la Ley de
Asentamiento (1701), que excluía del Trono inglés a los católicos, por la cual, si bien a
Guillermo III le sucedió Ana I Estuardo (hija de Jacobo II), al morir ésta la Corona recaería
sobre la Casa de Hannover.Por otro lado, su gobierno se dejó notar menos en política interior,
más controlada por el Parlamento. Éste introdujo grandes reformas, como la creación del Banco
de Inglaterra, la libertad de prensa, etc.
Las Actas de 0avegación inglesas fueron una serie de leyes que, comenzando por la dictada el
9 de octubre de 1651, restringieron el uso de barcos extranjeros en el comercio de Inglaterra
(más tarde Gran Bretaña y sus colonias). Surgieron como consecuencia de la Revolución de
1648, en respuesta al conflicto económico. El resentimiento contra estas leyes motivó las
guerras anglo-holandesas y la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos.
Estas leyes establecen:
* que todas las colonias estuvieran subordinadas al Parlamento (lo que permitiría una política
imperial coherente);
* Se prohibía cualquier desarrollo industrial de las colonias capaz de competir con el de
Inglaterra;
* que el comercio con las colonias estuviera monopolizado por los navegantes ingleses. De esta
manera, se cerró el imperio a la navegación extranjera.
Hasta entonces, Holanda tenía el monopolio del mar. El gobierno de Oliver Cromwell pretendía
de esta manera proteger a los comerciantes y armadores ingleses. Perjudicados por la Ley de
Navegación los holandeses declaran la guerra a Inglaterra, pero han de firmar la paz ante la
superioridad de los ingleses.
Esta legislación señaló la trasición de una organización basada en compañías monopólicas a una
integración total del comercio del país basada en el monopolio nacional. Los ingresos aduaneros
de Inglaterra aumentaron más de tres veces y media entre 1643 y 1659. Al finalizar el siglo eran
diez veces lo que habían sido al comenzar
TEMA 5:
PD: Las revueltas de 1640 en la Monarquía de España.
Década de 1640 > período de revueltas que condujeron a una situación verdaderamente crítica sublevaciones de Cataluña, Portugal, Andalucía, Aragón, Nápoles o Sicilia
Cataluña > desde la declaración de guerra a España por Francia en 1635, importante centro
estratégico.
• negativa a reclutar tropas y reunir subsidios expresada en las Cortes de 1626 y años
siguientes.
• cuando se plantearon las operaciones militares de 1639, Olivares y sus consejeros
eligieron deliberadamente Cataluña como frente desde donde combatir a Francia para
forzarla a contribuir en el esfuerzo bélico> a raíz de la campaña de Salces, Cataluña
obligada a reclutar tropas y ejército real de 9.000 hombres pasó el invierno en el
Principado como preparación para la campaña de primavera de 1640. El alojamiento del
ejército vulneraba las Constituciones catalanas.
• febrero de 1640 Olivares ordenó firmes medidas para el abastecimiento y el pago de las
tropas y para nuevos reclutamientos. Por su negativa a colaborar fueron encarcelados un
miembro de la Diputación y dos del Consejo Municipal de Barcelona.
• principios de mayo los campesinos de las regiones occidentales de Gerona y la Selva
atacaron a los tercios y se desató la violencia. A fines de mes las fuerzas campesinas se
infiltraron en Barcelona. Allí se les unieron los segadores, trabajadores temporeros, que
pronto tuvieron a la ciudad a su merced y mataron al virrey, marqués de Santa Coloma,
en el puerto de Barcelona cuando embarcaba para huir (Corpus de la Sang). El vacío
político y la revuelta popular indujeron a la Generalitat a convocar una Junta de Braços
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
que, bajo la dirección del diputado eclesiástico Pau Clarís, transformó el levantamiento
en un movimiento político contra el gobierno de la Monarquía.
• ante la radicalización de posturas, los dirigentes de la rebelión fueron incapaces de
gobernar Cataluña independientemente, y por iniciativa de Pau Clarís y Francesc
Tamarit solicitaron la protección francesa, colocándose bajo el gobierno de Luis XIII el
23 de enero de 1641. Desde entonces Cataluña se convirtió en un teatro de operaciones
francesas. Las quejas de los catalanes se volvieron ahora contra Francia.
• A mediados de 1651 el ejército español, guiado por don Juan José de Austria, asedió
Barcelona. Los franceses fueron incapaces de proporcionar ayuda a la ciudad, que se
rindió el 13 de octubre de 1652, aceptando la soberanía de Felipe IV y a don Juan como
virrey, a cambio de una amnistía general y de la promesa del rey de observar las
constituciones.
Portugal - problema fiscal al no proporcionar unos ingresos regulares a la hacienda y Olivares
deseaba tropas de Portugal para acabar con la rebelión catalana.
La nobleza portuguesa se negó a servir fuera de su país y en otoño de 1640 algunos de sus
miembros empezaron a tramar la revuelta, depositando su confianza en don Juan de Braganza,
que podía alegar derechos dinásticos al trono portugués y se había convertido en un símbolo de
la unidad nacional. Apremiado por un grupo de nobles destacados, y contando con el apoyo de
los influyentes jesuitas y de las clases populares, el 1 de diciembre de 1640 fue proclamado rey
con el nombre de Juan IV de Portugal.
Después de unos años de enfrentamientos, en 1668 la viuda de Felipe IV tuvo que reconocer la
independencia de Portugal.
Andalucía una conspiración nobiliaria protagonizada por dos miembros de la familia Guzmán
pretendió proclamar rey al duque de Medinasidonia siguiendo un plan concebido por el marqués
de Ayamonte. Descubierta ésta, Medinasidonia fue confinado en Castilla la Vieja y ejecutado en
1648.
Reino de Aragón -En 1641 se destituyó al virrey, duque de Nochera, por su simpatía a la
rebelión catalana. En 1643 la permanencia de un ejército provocó la matanza de los soldados
valones en Zaragoza. En 1648 fue desarticulada la conspiración del duque de Híjar, un
aristócrata gallego que había heredado un título aragonés y pretendía proclamarse rey de
Aragón. La conspiración fue descubierta y el duque de Híjar condenado a prisión perpetua en el
castillo de León.
El reino de Valencia 1646 – 1648 situación calificada por Molas de “prerrevolucionaria”, por la
confluencia del esfuerzo de la guerra, la incidencia del bandolerismo y la lucha de las facciones
oligárquicas de la capital. Pero en este caso la hábil actuación del virrey, conde de Oropesa,
consiguió desactivar una situación conflictiva en la que abundaron las incitaciones a la rebelión
siguiendo el ejemplo de Nápoles y Sicilia.
3avarra en 1648 el capitán Miguel de Itúrbide, caballero de Santiago, enarboló la bandera del
legitimismo de los Albret, duques de Bearne, - intentona separatista sin seguidores ni éxito.
La revuelta de Palermo mayo de 1647 como un motín de subsistencias, que derivó hacia
reivindicaciones sociales y políticas contra los privilegios nobiliarios y el gobierno municipal.
La habilidad del virrey, marqués de los Vélez, permitió el control de la situación el mismo año,
si bien no quedó definitivamente zanjada hasta la promulgación de una amnistía general en
1648.
Revuelta de 3ápoles de 1647 - carácter social en su primera fase, dirigida por el líder popular
Massaniello. El asesinato de éste abrió paso a un movimiento independentista que llegó a
proclamar una república napolitana con ayuda francesa. Sin embargo, las tropas españolas
guiadas por don Juan José de Austria consiguieron sofocar la revuelta en 1648.
PD: La hegemonía internacional de Luis XIV
En 1661, tras la muerte del cardenal Mazarino, comienza el largo reinado personal de
Luis XIV (1643-1715), caracterizado en el ámbito internacional por un expansionismo agresivo,
que acabaría reuniendo en su contra a la mayoría de los soberanos europeos. La hegemonía de
Francia tuvo como contrapartida, sobre todo en las últimas décadas del reinado de Luis XIV, el
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
empobrecimiento de muchos sectores sociales y zonas geográficas del país, a pesar de ostentar
la primacía demográfica y económica europea.
La política exterior de Luis XIV tuvo su origen en la necesidad de reforzar la defensa
continental de Francia, las aspiraciones del rey sobre los territorios del decadente imperio
español y el ansia de gloria, una obsesión plenamente coherente con su mentalidad absolutista y
el ideal clásico que domina la cultura francesa durante aquellos años. El poderío internacional
de Francia, que culmina en el reinado de Luis XIV, se asienta sobre la política de reforzamiento
del poder real emprendida por Enrique IV y proseguida por los cardenales Richelieu y
Mazarino. A esto se suma la buena organización burocrática y la eficacia administrativa del
aparato estatal. Durante este período, se produjo la creación de sucesivas coaliciones
internacionales en su contra, tanto de los enemigos tradicionales –como España, Holanda,
Inglaterra o el Imperio— como de soberanos católicos con protestantes, consecuencia de la
secularización y los principios “estatalistas” que comenzaban a dominar la escena internacional.
Se pueden distinguir dos fases en el reinado de Luis XIV: la primera, hasta entrados los
años ochenta, dominada por las iniciativas centralizadoras de la maquinaria estatal y la guía
económica de Colbert, con una coyuntura, en general, favorable. A partir de entonces, la
segunda y última fase, en la que fueron más frecuentes los inviernos largos y fríos, las malas
cosechas y el hambre. El incremento del esfuerzo bélico hizo crecer la presión fiscal y el
malestar de los franceses
Durante el primer periodo, se suceden una serie de intervenciones diplomáticas y
militares que van configurando la hegemonía internacional francesa. Así, tras la muerte de
Felipe IV (1665), la guerra de Devolución (1667 – 1668), durante la que se produjo la
ocupación de amplias zonas de los Países Bajos, así como la totalidad del Franco Condado.
Ante esta agresión, se constituye la Triple Alianza de La Haya y la posterior firma del tratado de
Aquisgrán (1668), seguido de la guerra contra las Provincias Unidas (1672) y la formación de la
Triple Alianza en 1674. Finalmente, la paz de Nimega (1678 – 1679) supuso un gran triunfo
para Holanda, que recuperó la totalidad de su territorio y logró la abolición de las tarifas
proteccionistas francesas de 1667. Pero, sobre todo, benefició a Francia, a costa esencialmente
de España, que perdió el Franco Condado.
Entre la paz de Nimega y la tregua de Ratisbona (1684) se produce el punto culminante
del predominio de Luis XIV. Desde 1679 se desarrolla un ambicioso plan de ocupación
territorial, basado en las imprecisiones de la paz de Nimega, que concedía a Francia una serie de
territorios con sus “dependencias”.Se lleva a cabo la política de las “reuniones”, consistente
primero en la reivindicación jurídica, a través de las Cámaras de Reunión, y la posterior
ocupación de todos los territorios que, en algún momento, hubieran formado parte de cualquier
circunscripción de las que pertenecían a Francia, con la finalidad de anexionarse la orilla
izquierda del Rin, en perjuicio de posesiones españolas y territorios alemanes. Por dicho
método, las tropas de Luis XIV ocuparon diversas zonas de los Países Bajos y Luxemburgo,
siendo la anexión más simbólica la de la ciudad libre de Estrasburgo.
La reacción del resto de Europa fue la constitución de una coalición defensiva, integrada
por las Provincias Unidas, Suecia, el emperador y España (1682). Al año siguiente, sin
embargo, ante la invasión de los Países Bajos, sólo España declaró la guerra a Francia, que
respondió atacando los Países Bajos, Luxemburgo y Cataluña. Ninguno de los aliados de
España intervino, ya que las Provincias Unidas habían firmado una tregua, y el emperador
estaba empeñado en la lucha contra los turcos, que habían atacado Viena en 1683. La
permisividad ante Luis XIV y el deseo de evitar una guerra llevaron a la tregua de Ratisbona
(1684) que acordó una tregua general de 20 años y reconoció a Francia la libre posesión de los
territorios incorporados en virtud de las reuniones.
En la segunda mitad de los ochenta se produce un giro antifrancés debido a la
convicción de los gobernantes europeos de la necesidad de oponer un frente sólido a la agresiva
política gala. Una serie de factores favorecen esta situación: el triunfo del Emperador frente a
los turcos que permitió una mayor intervención de Leopoldo I en la política europea; la
anulación del edicto de Nantes (1685) por Luis XIV, que provocó la indignación generalizada
en los países protestantes; la segunda revolución inglesa, que expulsó del trono, en 1688, al
católico Jacobo II, inclinado hacia el absolutismo, colocando en su lugar a su hija María y a su
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
yerno holandés, Guillermo III de Orange, lo que propiciaba la colaboración antifrancesa de las
dos potencias marítimas.
En 1686 surge la Liga de Augsburgo, que agrupaba al emperador y una serie de
príncipes alemanes (los electores de Baviera, Sajonia y el Palatinado) junto con España y
Suecia. Más adelante, se unirían a la coalición Brandeburgo, Inglaterra, las Provincias Unidas y
el papa, enfrentado con Francia por la pugna en torno a las regalías galicanas; por último, en
1689, se sumaría Saboya. El conjunto de pactos entre los diversos participantes del bloque
antifrancés constituyen la base de la Gran Alianza.
La intervención de Luis XIV en la sucesión del obispo – elector de Colonia y la
invasión del Palatinado fueron los detonantes de la guerra de los Nueve Años que se desarrolló
como una prolongada lucha de desgaste en diversos escenarios europeos y coloniales. En el
curso del conflicto, Francia se enfrentó a serias dificultades financieras, económicas y humanas.
El agotamiento de los contendientes llevó a una serie de negociaciones que desembocaron en la
paz en 1697.
Por el tratado de Ryswick, Luis XIV se vio obligado a hacer concesiones a los aliados:
la más dura para su orgullo, el reconocimiento como rey de Inglaterra de Guillermo III de
Orange, abandonando al pretendiente Estuardo. Se restableció el orden de Nimega: Francia se
vio obligada a devolver todas las anexiones hechas con la política de reuniones, a excepción de
Estrasburgo, así como las conquistas realizadas en el curso de la guerra. Las Provincias Unidas
consiguieron condiciones favorables de comercio con Francia y el derecho a establecer
guarniciones en una serie de ciudades de los Países Bajos españoles, con lo que lograban crear
una franja defensiva frente a Francia. Saboya, por su parte, recibió la fortaleza de Piñerolo, que
había permanecido en manos francesas desde 1631, así como la más reciente posesión gala de
Casale, con lo que Francia perdía sus posesiones en Italia. Finalmente, la paz resultó favorable a
España, que recuperó Luxemburgo y los territorios y plazas conquistados después de Nimega.
Ryswick supuso un primer retroceso en la trayectoria triunfal de Luis XIV y un
importante triunfo de la coalición general contra su política. Fue una paz blanca, una especie de
tregua que sustituía el predominio francés por un esbozo de equilibrio europeo en el que al peso
de Francia, que seguía siendo la potencia más fuerte, se contraponía el fortalecimiento de
Austria e Inglaterra.
CB: La Triple Alianza de 1667
La boda de Luis XIV (1660) con la infanta española María Teresa, hija mayor de Felipe
IV, inició simbólicamente una nueva era de amistad franco – española tras la paz de los
Pirineos. Sin embargo, aunque el rey francés evitó la confrontación directa con España, la
oposición a los Habsburgo madrileños se mantuvo mediante el apoyo a los rebeldes portugueses
frente a España, que culminó, en febrero de 1668, con el reconocimiento, por el tratado de
Lisboa, de la independencia de Portugal.
Tras la muerte de Felipe IV (1665), Luis XIV hizo que sus juristas defendieran los
derechos de su esposa sobre una serie de territorios de la vieja herencia borgoñona de los reyes
de España (el Franco Condado, Luxemburgo, Henao y Cambrai), comenzando la guerra de
Devolución (1667 – 1668), durante la que se produjo la ocupación de amplias zonas de los
Países Bajos, así como la totalidad del Franco Condado.
Para evitar la intervención de los países no implicados directamente se realizaron una
serie de gestiones diplomáticas previas (en 1662, se firma una alianza con las Provincias Unidas
y en 1663 se lleva a cabo la renovación de la confederación del Rin). Sin embargo, ante el
riesgo que supone la expansión francesa, Inglaterra y las Provincias Unidas, en unión de Suecia,
constituyen la Triple Alianza de La Haya en 1667, lo que condujo a la firma del tratado de
Aquisgrán (1668), por el que, a cambio de la restitución del Franco Condado, España cedió
Lille, Tournai, Charleroi y otras plazas flamencas. La decadencia de España como gran potencia
militar quedaba sancionada.
CB: El tratado de Utrecht
Las paces concluidas entre los diversos países, en Utrecht (1714) y Rastadt (1715) > reorganización
de Europa a partir del reparto de los despojos de la extinta Monarquía Hispánica y el fin de la
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
hegemonía de Luis XIV. Utrecht-Rastadt consagró el equilibrio como principio rector de las
relaciones internacionales. Su base era la idea de la balanza de poderes en el continente.
Las paces - acuerdos, de carácter político, territorial, y comercial.
• políticos> reconocimiento de Felipe de Borbón como rey de España, que aceptaron todos
los firmantes excepto el Emperador. Previamente el soberano español tuvo que renunciar a
sus derechos sucesorios a la corona francesa. Luis XIV se vio obligado a interrumpir su
apoyo a los Estuardo pretendientes al trono inglés. Dos soberanos europeos fueron
reconocidos como reyes: el elector de Brandemburgo como rey de Prusia y el duque de
Saboya como rey de Sicilia. Se creó un nuevo electorado imperial, Hannover, vinculado a
Inglaterra por el Acta de Establecimiento, que adjudicaba a los duques la sucesión al trono
inglés.
• Las cláusulas territoriales afectaron a los dominios europeos que hasta entonces dependían
de España. Casi todos ellos pasaron a Austria, que recibió los Países Bajos, Luxemburgo, el
ducado de Milán, los presidios de Toscaza, el reino de Nápoles y el de Cerdeña (que
cambiaría a Saboya en 1720 por Sicilia). Al duque de Saboya pasaron los territorios de la
Lombardía española. Francia logró mantener las principales adquisiciones del reinado de
Luis XIV, aunque tuvo que abandonar algunas de las localidades más avanzadas en los
Países Bajos y tuvo que ceder a Inglaterra una serie de posesiones coloniales. A cambio,
incorporó definitivamente el ducado de Orange. Las Provincias Unidas recibieron el
derecho a situar sus guarniciones, de carácter principalmente defensivo, en una zona de los
Países Bajos fronteriza con Francia.
• El botín de Inglaterra se redujo a Gibraltar y Menorca; el interés prioritario de la recién
constituida Gran Bretaña estaba en el ámbito marítimo y mercantil. Las cláusulas
comerciales le abrían enormes posibilidades en las Indias españolas. Además del título de
“nación más privilegiada” en el comercio colonial hispano, recibió el derecho de “asiento” y
el “navío de permiso”. El primero le permitía el monopolio del comercio de negros por un
periodo inicial de 30 años mientras que por el segundo tenía derecho a enviar una vez al año
un navío de 500Tm a las Indias españolas. Estas concesiones supusieron la primera quiebra
legal del monopolio hispano sobre el comercio de sus Indias, consolidándose Inglaterra
como la gran potencia mercantil del futuro.
Utrecht-Rastadt, Nystadt y Passarowitz significaban el fin de los tres grandes imperios
existentes en cada una de las grandes zonas en las que se dividía la Europa de la época: el
español en el área centro-occidental, el sueco en el Báltico y el turco en el sureste.
CB: El retroceso de Turquía
Austria frente al Imperio turco
En el sureste de Europa, la época de Luis XIV contempló un doble y complementario proceso, por
el que los Habsburgo avanzaron en la creación de un potente estado sobre el Danubio y los
Balcanes, en la medida en que se iniciaba el retroceso de las posesiones otomanas en el continente.
Leopoldo I [(1658 – 1705)] obtuvo éxitos decisivos en la lucha por terminar con la independencia
de Hungría, lo que motivó sus frecuentes enfrentamientos con los turcos.
A partir de la mayoría de edad del sultán Mohamet IV [(1648 – 1687)], en 1656, el imperio otomano
logró recuperarse un tanto de su prolongada decadencia, gracias a la ocupación sucesiva del cargo
de gran visir por los miembros de una dinastía de origen albanés: los Köprülü. El segundo de ellos,
Ahmed (1661 – 1676), quien fue seguramente el mejor estadista de la familia, trató de consolidar el
poder en los Balcanes y el Mediterráneo. En 1664 logró la soberanía otomana sobre Transilvania;
cuatro años después, consiguió que sus tropas rindieran Candía, en Creta, tras la dilatada y heroica
resistencia de la plaza durante un cuarto de siglo. Al norte del Mar Negro, aprovechándose de la
crisis de Polonia, los turcos se apoderaron de Podolia y la Ucrania polaca (tratado de Bugacz, 1672).
Más ambicioso, aunque menos realista, su yerno y sucesor, Kará Mustafá (Mustafá el Negro) (1676
– 1683) trató de reeditar el ideal de Solimán [I] el Magnífico de someter a la cristiandad.
Aprovechándose de las sempiternas querellas de la nobleza húngara con el emperador –
frecuentemente estimuladas por Luis XIV— envió un potentísimo ejército que puso sitio a Viena,
en 1683, obligando a huir a Leopoldo I.
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El papa Inocencio XI [(1676 – 1689)] envió una cuantiosa ayuda económica, pero de todos los
príncipes europeos, el único que acudió en ayuda del Emperador fue Juan III Sobieski, rey de
Polonia (1673 – 1697) y brillante general, que trataba de unir a la nobleza polaca bajo el ideal de la
cruzada antiturca> decisiva victoria de la colina de Kahlemberg 1683, que supuso la desbandada del
ejército sitiador y la condena a muerte del visir. El desastre animó a Austria, Polonia y Venecia, las
cuales, con los auspicios del Papado, constituyeron una Liga Santa (1684), a la que se uniría dos
años después Rusia. Polonia logró recuperar los territorios perdidos en 1672; los venecianos
conquistaron Dalmacia, el Peloponeso, Corinto y Atenas […]; Austria, por último, inició la
conquista de Hungría: Buda (1686), Transilvania (1690), e inició la marcha hacia el sur por los
Balcanes, donde tomó Belgrado (1688) y Nish, avanzando por el Danubio hasta la ciudad de Viddin,
en Bulgaria. En la dieta de Presburgo (1687), los húngaros renunciaron al derecho de rebeldía que
poseían desde la Bula de Oro de 1222, y aceptaron la sucesión de los Habsburgo al trono de San
Esteban.
Luis XIV mantuvo habitualmente una política de buena relación con los turcos- constante amenaza
para su enemigo el Emperador. Su condición de príncipe católico, no obstante, le había llevado, en
1664, a colaborar con 6.000 hombres en la victoria del ejército austríaco que detuvo a los turcos en
la batalla de San Gotardo, en los límites del estado de los Habsburgo. En 1683, por el contrario, optó
por continuar sus relaciones amistosas con la Gran Puerta, que no lo fueron tanto con los poderes
berberiscos del norte de África. Conflictos por el rescate de los cautivos y competencias mercantiles
en el Mediterráneo le llevaron, en los años ochenta, a bombardear repetidamente Argel y Trípoli.
guerra de los Nueve Años, un nuevo miembro de la familia Köprülü, Mustafá Zadé, consiguió
recuperar efímeramente (1689 – 1691) el Peloponeso y el valle del Morava (Nish y Belgrado). Sin
embargo, tras la pérdida de Azov, en Crimea, frente a Pedro I de Rusia (1696), y la importante
victoria de Eugenio de Saboya en la batalla de Zentha (1697), los turcos negociaron la paz de
Karlowitz (1699), por la que cedían a Austria la totalidad de Hungría, con Transilvania, a excepción
del banato de Tamesvar; a Venecia: Dalmacia y el Peloponeso; a Polonia: Podolia y la Ucrania
Occidental; y a Rusia: Azov. Dicha paz supuso el comienzo del retroceso turco en Europa y la
confirmación de la vocación imperial de Austria en los Balcanes y el sureste europeo.
Años más tarde, tras la victoria de Pedro I el Grande sobre los suecos en Poltava (1709), la
expansión de un cierto paneslavismo propició la intervención del zar en dicha zona, aliado a los
príncipes de Moldavia y Valaquia, con la intención de expulsar a los otomanos. Sin embargo, su
derrota en el río Prut (1711) le obligó, incluso, a devolver Azov a los turcos. El sultán entregó
entonces los principados autónomos de Moldavia y Valaquia a griegos del barrio ortodoxo de Fanar,
en Estambul, que en adelante serían conocidos como los “príncipes fanariotas”. El posterior
contraataque de los turcos a la posesión veneciana de Morea (1715) propició el apoyo de los
ejércitos austríacos de Eugenio de Saboya a la república italiana. Tras una serie de victorias,
conquistó nuevamente Belgrado (1717), forzando a Estambul a firmar la paz de Passarowitz (1718),
en la que los turcos, si bien recuperaron la península de Morea, hubieron de aceptar un retroceso
mayor que el de 1699, que ratificaba su decadencia. Austria, la gran beneficiada, recibía Tamesvar,
que completaba su dominio sobre Hungría, así como parte de Bosnia, Belgrado, el norte de Servia y
la pequeña Valaquia.
TEMA 6:
PD: Evolución de la población en el siglo XVIII: los factores demográficos
Aumento de la población del s. XVIII no fue debido a ningún cambio sustancial en el régimen
demográfico. No reducción sustancial niveles de mortalidad ordinaria, ni adulta ni infantil, y
nupcialidad principal responsabilidad en el ritmo demográfico> ninguna revolución
demográfica o inicio de transición demográfica durante el s. XVIII.
El crecimiento demográfico de los europeos basado más bien en mejora constante en las
perspectivas de vida. > mayores aumentos demográficos se dieron en las regiones y países que
protagonizaron una expansión económica más intensa (Inglaterra) o bien que pudieron
desarrollar amplios procesos de colonización (Pomerania prusiana). Las mejoras en las
perspectivas de vida fueron todavía limitadas y no se extendieron por igual a lo largo de Europa,
pero permitieron a los europeos mantener una prolongada fase de crecimiento demográfico que,
en general, se mantuvo en toda Europa desde 1720 a 1780.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
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Factores demográficos:
Natalidad: Durante el siglo XVIII se mantuvieron, en general, las altas tasas de natalidadfecundidad, pero no hubo una evolución completamente uniforme. Abundan los países con
tendencia a su aumento en relación con un clima económico favorecedor del matrimonio
(Inglaterra). Pero hubo casos de evolución contraria, como Francia, debido a la generalización
de la práctica de la contracepción.
La mortalidad, por su parte, experimentó un ligero descenso, si bien no del todo homogéneo
ni simultáneo en los diversos países, motivado, sobre todo, por la menor incidencia de las crisis
demográficas y por la atenuación de algunos de los componentes de la mortalidad ordinaria
(incremento de la producción agraria, mejora de las comunicaciones, mejora de la asistencia
social). La mayor novedad en este sentido fue, sin lugar a dudas, la práctica desaparición de la
peste, que desde mediados del siglo XIV había sido uno de los mayores azotes de la población
europea.
Debido a la falta de censos fiables, cuando los hay, y dificultad de generalizar los datos
ofrecidos por los registros parroquiales, las cifras que se manejan sobre la evolución de la
población europea del s. XVIII son sólo indicativas de su tendencia secular. En el inicio del
siglo, la población continental debió contar en torno a los 115 millones de habitantes, y al
finalizar la centuria el total de la población se situó en los 190 millones aproximadamente.
Atendiendo a estos datos, Europa vio crecer su contingente demográfico en un 65 %, un
incremento todavía más notable si nos retrotraemos a mediados del s. XVII. Entre 1650 y 1750
la tasa de crecimiento se estima inferior al 0,4 % anual, para ganar en vivacidad en el período
1750 – 1800, con un aumento anual del 0,6 %, y pasar a un 0,8 % entre 1800 y 1850. Como
ponen de manifiesto estas tasas de crecimiento, el s. XVIII posee un trend expansivo.
Los efectos económicos del alza poblacional habían de redundar en el aumento del consumo de
alimentos y materias primas, en la mejora de los métodos agrícolas y en las grandes extensiones
de tierras cultivadas. El crecimiento de la población europea provocó la puesta en cultivo de
nuevas tierras, por ejemplo, en Rusia y el desarrollo de la emigración hacia América, el
vagabundeo en el campo y el comienzo del éxodo rural hacia las ciudades. Este excedente de
fuerza de trabajo se emplea en las manufacturas tradicionales, en espera del desarrollo de
nuevas formas de producción industrial. Habría que señalar, finalmente, que el nuevo régimen
demográfico da a Europa una mayor proporción de hombres jóvenes cuyo dinamismo y audacia
quizás habría que relacionar con las múltiples innovaciones del siglo.
CB: Causas del crecimiento demográfico (examen)
Las causas de esta evolución demográfica están aún discutidas. No hay que sobrevalorar la
relativa disminución de las guerras, ni las influencias de los progresos en la medicina, que
afectan sólo a una minoría. La climatología histórica sugiere una mejora de las condiciones
meteorológicas-subidas de la temperatura y menor pluviosidad- lo que podría explicar el
crecimiento de los rendimientos cerealísticos y la disminución de fiebres y otras epidemias. De
manera general, para Benassar se puede decir que el europeo vive más porque se alimenta
mejor. La patata, que se cultivaba en Inglaterra y Alemania, y penetra en Francia por Alsacia, es
un alimento muy valioso en épocas de carestía de trigo. La Europa meridional se beneficia de la
expansión del maíz.
CB: El mundo urbano (examen)
La Europa del siglo XVIII era todavía un ámbito esencialmente rural. Según las estimaciones de
J. de Vries, sólo el 3,2 % vivía en núcleos mayores de 100.000 habitantes y el 10 por 100, en
núcleos mayores de 10.000. Sin embargo, las ciudades experimentaron en este siglo un vigoroso
desarrollo. En la Europa central y occidental, el número de las mayores de 10.000 habitantes
pasaba de 224 a 364. Se estaba, pues, en la antesala de lo que iba a ser el gran desarrollo urbano
posterior. La urbanización contribuyó de forma significativa a este aumento de la mejora de las
perspectivas de vida. Aunque se ha insistido mucho en las peores condiciones de vida de los
inmigrantes en las ciudades, lo cierto es que la ciudad aportó también factores muy positivos,
que tienen que ver con ese aumento de las oportunidades y de las posibilidades. La ciudad del s.
XVIII fue estimulada en su crecimiento por la atracción hacia los núcleos urbanos de los
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poderes políticos, sociales, económicos y culturales. En realidad era un fenómeno iniciado en
los siglos anteriores, pero que ahora se manifestaba con claridad en toda Europa. No sólo los
gobiernos, sino también todas las elites sociales europeas abandonaron definitivamente el
campo para trasladarse a la ciudad. Con este traslado, la ciudad aumentó la necesidad de
servicios (servicio doméstico, construcción, educación, etc.). Todo ello eran oportunidades para
sus habitantes y para unas amplias cuencas de inmigrantes rurales. La urbanización, además, se
convirtió en un poderoso agente para extender la sociedad de consumo. No sólo vivían más
personas que no producían lo que consumían, sino que la ciudad era un marco privilegiado para
ver y ser visto. Las elites encontraron un sitio ideal para mostrar su posición (casas, ropa,
carruaje, tertulias, escuela, etc.) y con ellas estimular la imitación en el resto de grupos sociales.
Factores como, por ejemplo, la moda, adquirieron en el s. XVIII una importancia
auténticamente revolucionaria.
CB: Causas del desarrollo urbano en el siglo XVIII
Crecieron especialmente las capitales político-administrativas y las ciudades portuarias , algunas
de ellas con astilleros- e industriales incluso, aunque todavía a muy pequeña escala, el
crecimiento de estaciones termales y balnearios (la inglesa Bath es un caso paradigmático)
señala la aparición de nuevas funciones urbanas vinculadas en este caso a la explotación
económica del ocio y la preocupación por la salud de las capas altas de la sociedad. El
fenómeno afectó prácticamente a toda Europa, si bien no con la misma intensidad -hubo incluso
casos concretos, precisamente en el área más urbanizada (Países Bajos), de descenso de la tasa
de urbanización-, pero fue en Inglaterra donde adquirió mayores proporciones. Con una
ausencia casi total de ciudades (si exceptuamos Londres) en el siglo XVI, su evolución
económica potenció de tal forma el desarrollo urbano desde mediados del XVII, que en 1800
presentaba una de las tasas de urbanización más altas de Europa (20 por 100 de población
urbana), sólo por debajo de las Provincias Unidas (29 por 100) y superando a las demás áreas
tradicionalmente urbanas y, especialmente, al área mediterránea. El peso de la urbanización se
había desplazado a la par que el económico, hacia la Europa del Noroeste.
La inmigración desempeñó un papel clave en la vida de las ciudades. La presencia de
inmigrantes se reflejará, por ejemplo, en la peculiar distribución por edades de su población, con
tramos centrales más nutridos de lo habitual. Pero también eran menores las tasas brutas de
natalidad. Y, sobre todo, las deficientes condiciones higiénico-sanitarias en que vivía gran parte
de su población, propiciaban tasas de mortalidad más altas que en el medio rural, tanto en lo
referido a la mortalidad infantil (P. Bairoch califica a la ciudad en esta época de cementerio de
bebés) como a la adulta. Los saldos vegetativos urbanos solían ser, pues, negativos o sólo
ligeramente positivos. Y esto no cambiará, en el mejor de los casos (algunas ciudades inglesas,
por ejemplo), hasta finales del siglo XVIII o, más frecuentemente, hasta bien entrado el XIX.
Fue, por lo tanto, la inmigración la gran impulsora de su crecimiento. Y una simple interrupción
de la corriente migratoria, sin necesidad de que se produjera un éxodo masivo, provocaría el
rápido declive de las ciudades al debilitarse sus bases económicas.
CB: Factores de la movilidad social en el siglo XVIII
Al hablar del s. XVIII hay que dar por sentado que las características estructurales de la
sociedad siguen siendo las mismas que las de los siglos inmediatamente anteriores; es decir, una
sociedad de privilegios, jurídicamente desigual, cuyo fundamento, tanto demográfico como
económico o de poder político –en su sentido más amplio— era el campo. Sobre esa base, sin
embargo, han ido operando una serie de factores que han modificado las manifestaciones
externas de esas realidades. El avance del desarrollo del Estado moderno, el crecimiento de los
sectores burgueses y los problemas políticos y económicos de la nobleza, con sus
correspondientes incidencias en el mundo rural, han hecho que los grupos sociales adquieran
una forma diferente. Esas diferencias afectan tanto al tipo y origen de los individuos que los
forman, como a su mentalidad y actividades. Sin embargo, siguen encuadrándose,
sustancialmente, en los estamentos tradicionales. Esa sustancia se refiere al privilegio, que sigue
siendo el fundamento del orden social, si bien el consenso respecto a su existencia y a sus
manifestaciones no es tampoco el de antes.
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La Europa occidental vivió una “crisis de la nobleza” que consistió en el cambio de sus
componentes. A la ruina económica, el agotamiento demográfico o la pérdida de poder político
sufrido por muchos nobles durante la crisis del s. XVII, sucedió una fuerte leva de nuevos
nobles nombrados por los monarcas ya en ese mismo siglo y en las primeras décadas del s.
XVIII. En todos los países occidentales, la mayoría de los nobles titulados de mediados de siglo
tenían un origen muy reciente. Solamente se mantuvieron unas cuantas familias de la nobleza
más tradicional que podían retrotraer sus linajes hasta el s. XVI; muy pocos podían hacerlo
hasta fechas anteriores. De modo que para la mayoría, la condición de nobleza de sangre era un
eufemismo.
De entre los nuevos, muchos eran hidalgos –nobles no titulados—, que habían conseguido su
carta de hidalguía en fechas tampoco muy lejanas y luego accedieron a un título. Otros muchos
eran de origen burgués, no pocos de principios muy modestos. Todos ellos llegaron a ser nobles
por servicios al rey, tanto en lo económico, como en lo administrativo, algunos en la milicia. En
este siglo, por lo tanto, el ascenso social podía ser muy rápido. La barrera estamental era más
frágil que nunca, ya que el rey necesitaba tener su nobleza para mantener la vigencia de la
estructura estamental. A la situación nobiliar y privilegiada se adaptaban los nuevos nobles con
facilidad. Así pues, la nobleza permanece, aunque los nobles sean otros. No deja de ser cierto,
por otra parte, que el cambio de sus individuos traería cambios en la mentalidad y en las
actitudes nobiliarias: la defensa de sus privilegios podía compaginarse con el mantenimiento de
nuevas ideas económicas e incluso políticas. La aceptación de la revolución por los nobles tuvo
mucho que ver con este cambio de personas. Los cambios en las personas no afectaron a las
jerarquías, que siguieron siendo las mismas que en épocas anteriores. Si acaso, en algunos
países, la vieja nobleza de espada –o quienes así se consideraban— trataron de distanciarse más
de los nuevos nobles.
la movilidad social del burgués varía a lo largo del siglo según los tres momentos aludidos. En
las décadas iniciales se prolonga la situación heredada del siglo anterior en la que la superación
de la crisis produjo una fuerte movilidad en los niveles más altos de las fortunas burguesas: los
grandes comerciantes y los altos financieros surgidos de la transformación social y económica
posterior a 1660 ocupan los huecos creados en los rangos de la nobleza. También los cambios
en la organización de la administración del estado han favorecido el encumbramiento de los
principales administradores. Con pocas excepciones, estos son los que se ennoblecen en
aquellos momentos.
En las décadas centrales del siglo se produce una afirmación de la burguesía como grupo social
consolidado. Este fenómeno está ligado al crecimiento económico excepcional de esos años, así
como al aumento de la burocracia y de las profesiones. Muchos comerciantes y administradores
consiguen ennoblecerse en diferentes rangos de la administración y otros muchos lo hacen,
aunque sin título, mediante la compra de cartas de hidalguía, que les permite el acceso a un
estatuto que les beneficiará en el futuro, a ellos o a sus hijos. En muchos casos, ello incluía la
vinculación a la propiedad agraria. En definitiva, el número de burgueses aumenta, sus
actividades son ya imprescindibles en una sociedad cada vez más urbana y, a la vez, hay
bastantes expectativas de ennoblecimiento.
Finalmente, en las últimas décadas del siglo la situación cambia. Se nota ya la contradicción
que las aspiraciones burguesas conllevan: resulta peculiar pedir un ámbito institucional sin
privilegios para que la acción social y económica discurra con libertad y a la vez desear
ennoblecerse y disfrutar de privilegios. La paradoja genera una opinión cada vez más contraria a
los privilegios, al tiempo que aumenta el número de burgueses que no pueden acceder a la
nobleza y disminuyen proporcionalmente las oportunidades, porque también los propios nobles
intentan oponerse a la degradación progresiva de su estatuto. El resultado es la afirmación
definitiva de la burguesía como fuerza social operativa, a la espera de que cambie o mejore el
orden institucional. El prestigio social está ya en la burguesía por su dinero o su función, su
propia actividad económica, que se beneficia, muchas veces, de concesiones monopolistas, es
más rentable a corto plazo que los privilegios nobiliarios. En la práctica, pues, los burgueses
ocupan ya los puestos sociales más encumbrados sin necesidad de ennoblecerse y en íntima
relación con la alta nobleza: existe ya esa aristocracia de notables que caracterizará la elite
social del siguiente siglo.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
Esto afecta con plenitud a los países donde el desarrollo social se encuentra más avanzado,
especialmente Gran Bretaña y Francia. En los países mediterráneos el proceso existe
exactamente igual en esencia, aunque en menor intensidad. Si pudiéramos medir ésta en
términos de porcentaje de burgueses respecto a la población total, o de niveles de fortuna,
diríamos que países como España, Italia o incluso Alemania están algunos puntos por debajo de
los primeros. Pero en todos los casos la burguesía existe. También sería necesario recordar la
incidencia regional en cada uno de los países: determinadas regiones o ciudades tienen una
burguesía muy desarrollada, mientras que tal grupo es apenas inexistente en otros lugares.
Igualmente cabe recordar que, en términos generales, la Europa del Este no experimentó un
proceso de cambio social tan rápido y, por lo tanto, la presencia de la burguesía es muy
minoritaria.
CB: La burguesía del XVII (examen)
La actividad burguesa tiene que ver con unos factores estructurales que se manifestaron con
bastante fuerza en el s. XVIII por primera vez en Europa. El aumento de la población produjo
un aumento de la demanda de bienes económicos y de servicios profesionales y administrativos,
lo que proporcionó un aumento de posibilidades para la actividad burguesa. Como
consecuencia, la actividad económica creció mucho en todos los sectores, a la vez que mejoraba
la técnica y avanzaba la ciencia. Los burgueses pudieron hacer esencialmente lo mismo que
hacían antes, pero pudieron hacerlo mejor, con más eficacia y en mayor número. Las
administraciones estatales también crecieron como efecto de la centralización y de la progresiva
asunción de competencias por parte de los estados, así como por la importancia y elevado coste
de los conflictos bélicos. Todo eso era trabajo para los burgueses. Dado que la ciudad se
convirtió en el centro de operaciones de todas estas actividades, la concreción de todos estos
hechos se puede ver en el aumento en términos absolutos de la población urbana, especialmente
en las áreas más desarrolladas, donde los burgueses tomaron también mayor protagonismo.
La burguesía está bastante mezclada. En muchas ciudades, sobre todo aquéllas que tenían mayor
grado de autogobierno con respecto a los poderes centrales, subsistía en el s. XVIII una
burguesía podríamos llamar tradicional, heredera de los antiguos patriciados urbanos. Se podría
caracterizar a estos burgueses como los privilegiados del municipio, es decir, personas y
familias que, desde antiguo, habían dominado los gobiernos municipales, habían conseguido así
una situación privilegiada de facto, y disfrutaban de numerosas rentas, muchas de ellas
derivadas de las actividades económicas del municipio. A este grupo es al que se le puede
aplicar con más precisión el término burgués en el sentido histórico que queda señalado.
Pero la complejidad del desarrollo urbano hizo que otros individuos vinieran a turbar la
tranquilidad de esos burgueses. A los nuevos, que provienen de otros ámbitos emergentes, les
aplicamos el término burgués por analogía, tanto con los más tradicionales, como con los
personajes prototípicos de la burguesía decimonónica, una tipología ya presente en el dieciocho,
pero aún menos desarrollada. Estos ámbitos son la economía, la administración y las
profesiones.
La burguesía comercial. De la nueva burguesía, la más característica es la burguesía de los
negocios. En ella cabría distinguir dos grandes esferas de actividad, el comercio y las finanzas.
Los comerciantes son, sobre todo, los grandes comerciantes internacionales. Están presentes
fundamentalmente en los grandes puertos que son cabeza del comercio europeo y americano. Se
dedican a negocios de exportación e importación de productos coloniales, y a la reexportación
de los últimos dentro del ámbito europeo. Aunque existan compañías privilegiadas, el
comerciante más característico trabaja en compañías comanditarias de base familiar, formadas
por pocos socios, siempre muy conocidos entre ellos. Estos grandes comerciantes son
seguramente los más ricos de su clase; son los grandes armadores, los que controlan las firmas
del comercio internacional y de los seguros marítimos, unas actividades relativamente
especializadas. En cierto modo pertenecen, a pesar de todo, a una burguesía tradicional que
siempre se ha dedicado al gran comercio sin tener demasiada relación con otros negocios.
Por debajo de ellos, en el interior del país, otros parecen estar en un escalón inferior, tanto por la
capacidad económica como por el prestigio social. Son los comerciantes que manejan los
tráficos internos, que ponen en relación la producción y la demanda interiores, con las
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terminales de exportación e importación. También ellos funcionan por lazos de confianza
similares a los anteriores y, a su vez, se relacionan con los primeros por los mismos motivos,
aunque el comercio interior es más fácil de conocer. En algunos casos, estos grandes
comerciantes del interior provienen de los antiguos gremios de comerciantes. En el s. XVIII, los
gremios de comerciantes, aunque mantuvieron algunos privilegios y normas corporativas,
habían evolucionado hacia formas de organización capitalistas y en la práctica funcionaban
como grandes corporaciones.
Por debajo de los mundos mercantiles más adinerados están los pequeños comerciantes de la
ciudad, los tenderos, o del campo, los buhoneros y trajinantes, que marcan una línea fronteriza
de lo burgués, dado que la mayoría de ellos trabajan con las manos y muchos no son siquiera
acomodados. El tendero urbano es el escalón más alto, no sólo por su mayor posibilidad de
hacer negocios, sino por la relación con otros grupos que les abastecen de unos productos que
exigen el recurso a los comerciantes más elevados.
La burguesía financiera. El mundo de las finanzas es un sector también variado. Hay una
finanza tradicional, la de los préstamos rurales y urbanos, que muchas veces está unida a la
burguesía rentista tradicional, o a los terratenientes. Probablemente, lo más característico del s.
XVIII sea la mezcla entre finanzas y comercio, así como el mayor número de personas que
participan en ello: los comerciantes adinerados tratan de participar en actividades financieras de
alto nivel, que además de beneficios les proporcione relaciones para aumentar sus negocios y
ascender socialmente; por su parte, los grandes financieros que controlan flujos importantes de
dinero, necesitan enlazar con los comerciantes para asegurar el abastecimiento de los productos
que ofrecen a gran escala. De este modo, se forman redes verticales y horizontales donde los
negocios están integrados en su conjunto, a la vez que dentro de ellos hay una mayor división
del trabajo.
La burguesía industrial. En el s. XVIII se produce también el nacimiento de la burguesía
industrial, si entendemos ésta compuesta por aquellos personajes para quienes la industria
supone una actividad central. Típico del s. XVIII es e modelo que podríamos llamar el
fabricante – mercader. Se trata de fabricantes, en su origen maestros gremiales, que cada vez
más han saltado la barrera gremial que trataba de separar industria y comercio, y comercializan
sus propios géneros. Hay también otras formas industriales tradicionales [(p.ej. minas –cuando
no pertenecían a nobles—, fraguas o astilleros)], pero que siempre tuvieron una organización de
tipo capitalista y que, por lo tanto, sus dueños se deben considerar burgueses. Por otra parte, en
el s. XVIII habrá formas industriales nuevas favorecidas por el aumento de la demanda. Muchas
personas, casi siempre con antecedentes en el comercio, se decidieron a establecer fábricas de
nueva planta, que se aprovecharon tanto de los avances tecnológicos como de la legislación que
favoreció la libertad de creación de empresas. Las formas organizativas eran variadas, pero su
dueño es un organizador, un empresario según la terminología actual, que evidentemente se
encuadra entre los burgueses de la nueva industria.
Funcionarios y profesionales liberales. Otro sector burgués característico es el de los
funcionarios. En todos los países del occidente europeo creció la complejidad de las
administraciones, sobre todo de la administración central, que es donde el fenómeno burgués se
manifiesta con mayor claridad. Las formas de organización administrativa están cambiando. Los
nuevos puestos eran copados por la burguesía o por hidalgos aburguesados. Es cierto que
muchos se ennoblecerán, o recibirán títulos o grandezas, pero su mentalidad sigue siendo
burguesa de cara a las decisiones políticas y a la mentalidad sobre qué es lo necesario para la
sociedad. Como en otros sectores sociales, la administración es toda una jerarquía, desde
quienes ocupan los cargos más elevados, junto al rey, hasta los oficiales de menor rango. Los
primeros son generalmente personas que han estudiado en las universidades, tienen una
formación técnica que les permite desarrollar su labor y normalmente han desarrollado una
carrera en la misma administración. Su valía personal, además de las influencias, les han ido
elevando. Por debajo se van escalonando en rangos inferiores los empleados de los distintos
departamentos, tanto en la corte como en provincias. El límite por debajo es difícil de precisar.
En algunos casos se han marcado fronteras de renta: un determinado sueldo indica ya una
capacidad adquisitiva acomodada que nos permite hablar de burguesía; pero ese sueldo indica
también la responsabilidad, así es que podemos señalar una línea clara en el concepto, aunque
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probablemente más difícil de señalar en la realidad, que es la capacidad de mando. La
competencia directiva es la marca del burgués, ya desde sus escalones más bajos.
La administración no eran sólo los departamentos del gobierno. La administración de justicia
era un mundo particular. Los juzgados y audiencias se llenan de profesionales que han estudiado
su carrera y que aspiran a los mejores cargos. A diferencia de los juristas que trabajan en los
organismos oficiales y que, por lo tanto, son asimilables a la administración, otros ejercen por
libre. Estos forman parte de las profesiones liberales, que también tienen un desarrollo especial
en este siglo, al hilo del cambio social que se estaba produciendo. Los abogados abundan y
tienen un gran prestigio. Las corporaciones de abogados gozaban, en muchos países, de
privilegios similares a las de los patricios. Algo parecido ocurría con los médicos, una profesión
que también creció en presencia y prestigio durante esta época. Por debajo de estas profesiones
estaban otras emparentadas, pero inferiores, como es el caso de los notarios y cirujanos. Se
trataba de actividades consideradas manuales y cuya preparación no exigía estudios, por lo que
estaban ya fuera de lo que podemos considerar burgués. De hecho, su subordinación a las otras
profesiones era clara.
El s. XVIII verá también proliferar la profesión de intelectual, término genérico que puede
aplicarse a actividades muy variadas: profesores, filósofos, escritores de literatura, periodistas.
También es característico de este siglo que cada vez más personas del estado llano se lanzaron a
vivir de esas actividades, de modo que las convirtieron en profesión en el sentido moderno de la
palabra, una actividad y un medio de vida. A todos estos profesionales habría que añadir los
militares.
TEMA 7:
CB: Verlaggsystem
El Verlaggsystem es una de las formas de organización de la producción
protocapitalista que lleva consigo la separación de capital y trabajo. Sus orígenes se documentan
al menos desde el s. XIII. Aunque se desconoce su origen, parece que podría haber surgido en el
Sur de Flandes y Norte de Italia, desarrollándose progresivamente a lo largo de la Edad
Moderna, sobre todo en el s. XVII y XVIII. Se constituye como un sistema de trabajo doméstico
cuyo funcionamiento se caracteriza por la existencia de artesanos dispersos, no pertenecientes a
un gremio, y un mercader, empresario o verlager, propietario de la materia prima y, a veces,
también de los medios de producción. Este último, reparte esa materia prima entre trabajadores
geográficamente dispersos, normalmente campesinos, para que, a cambio de un salario,
elaboren un determinado producto o desarrollen una fase de la elaboración del producto. Una
vez terminado, el verlager lo recibe y si es necesario lo acaba, procediendo posteriormente a su
comercialización y distribución.
En principio es un sistema totalmente distinto al gremio. El Verlaggsystem busca ante
todo la ausencia de reglamentación, puesto que así puede influir en el proceso de elaboración,
variar la producción en función de las necesidades del mercado, e intentar reducir costos
procurando salarios más bajos. Una de las peculiaridades del Verlaggsystem es su ubicación
marginal dentro de la formación social. El proceso de protoindustrialización tiene dos fases
históricamente reconocidas: el Kaufsystem, en que el empresario proporcionaba la materia
prima y recogía el producto terminado, pero el telar era propiedad del trabajador; y el
Verlaggsystem, donde los medios de producción pertenecían también al empresario.
El Verlaggsystem se difunde a partir de la segunda mitad del s. XVIII, propiciando un
crecimiento protoindustrial, siendo un elemento decisivo en las primeras fases de la Revolución
Industrial. En Inglaterra y hasta 1830 es más importante la producción industrial por este
sistema que la producción que se desarrolla por la industria concentrada. Cumple una función
esencial en la prerrevolución industrial.
CB: El Asiento de 0egros y el 0avío de Permiso
En los tratados de Utrecht y Rastadt de 1713-1714, tras la Guerra de Sucesión española,
se reconoce a Felipe V como rey de España, pero al mismo tiempo debe ceder a Austria los
países Bajos y sus posesiones italianas y conceder a Inglaterra importantes privilegios
comerciales. La trata de negros era el único medio de comercio legal de los países europeos en
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
la América española y la paz de Utrecht dio el monopolio de introducción de esclavos a
Inglaterra durante treinta años (el denominado asiento de negros), permitiéndosele a la
Compañía del Mar del Sur la apertura de una serie de factorías en lugares estratégicos. A
cambio de los negros se llevaban oro, plata y frutas de esas tierras. También consiguieron, por el
mismo espacio de tiempo, el derecho a enviar una vez al año a la América española un navío de
500 toneladas llamado “navío de permiso” para comerciar libremente en ella. Estas concesiones
supusieron la primera quiebra legal del monopolio hispano sobre el comercio de las Indias,
consolidándose Inglaterra como la gran potencia mercantil del futuro.
El asiento de negros y el “Navío de permiso” quedaron anulados con el inicio de la
llamada Guerra de la Oreja de Jenkins en 1739.
PD: La revolución industrial del siglo XVIII
El s. XVIII aportó una de las mayores innovaciones en el progreso económico de la
Humanidad: la Revolución Industrial. Desde mediados del s. XVIII hasta aproximadamente la
mitad de la centuria siguiente se produjo una rápida transición hacia la mecanización industrial.
Este cambio en la capacidad productiva fue muy importante porque terminó afectando al
conjunto de la economía y de la sociedad, y de hecho iniciaron el tránsito al mundo
contemporáneo.
El incremento de la población y la mejora en las condiciones de vida producidos durante el
siglo XVIII constituyó un estimulo para las manufacturas. Esto introdujo cambios en la
organización del trabajo, produciéndose el traslado progresivo de la industria de la ciudad al
campo, instaurándose cada vez más el sistema de industria a domicilio, ya iniciado en el siglo
anterior. Para facilitar la reducción del periodo de movimiento del capital circulante y el
aumento de volumen de la producción, al mismo tiempo que se mantenía el control sobre los
trabajadores, se inició un proceso de concentración industrial, especialmente en los sectores de
la hulla, el algodón y el acero.
Gran Bretaña conserva hasta 1760 su estructura tradicional de putting-out system, corriente
en la industria lanera, en el que los campesinos son propietarios de una rudimentaria
maquinaria y s dependen de comerciantes-manufactureros que distribuyen la materia prima y
fijan los precios. Pero pronto apareció un nuevo sistema, el factory system, caracterizado por la
mecanización, la concentración técnica y geográfica y la división del trabajo industrial,
afectando principalmente a la industria textil y metalúrgica.
Este proceso se dio sólo en determinados países, mientras que otros fueron incapaces de
responder a estas nuevas necesidades debido al poder de los gremios, la falta empresarioscomerciantes … Solo Gran Bretaña se industrializó en el siglo XVIII, después de 1760 y
gradualmente, en unas pocas regiones y en algunas ramas de industria. Algunas áreas de Bélgica
y Suiza y algunos enclaves de Francia y Europa central se encontraban en los principios de la
industrialización hacia 1800, aunque en los últimos años del XVIII la mayor parte de Europa
estaba afectada por la industrialización de manera indirecta.
Así, el aumento de la producción fue enorme en el sector textil. A principios del siglo XVIII
la mayor parte de los paños de lana, lino, algodón y mezcla se producían en grandes regiones
rurales de Inglaterra, Francia, Alemania, Países Bajos y Suiza. La hilatura y el tejido de algodón
crearon numerosas fábricas en localidades tan alejadas entre sí como Manchester, Amberes,
Tournai, Neuchâtel, Dresde o Barcelona. El mayor crecimiento proporcional correspondió a los
tejidos de algodón.
La manufactura de la lana era la base del sector, siendo los principales países productores
Francia, zonas de Champaña, Languedoc y Normandía, que incrementó su producción total en
un 60 por 100 aproximadamente entre 1703 y 1789, y, sobre todo, Inglaterra (West Riding,
Yorkshire, Lancashire), cuyo consumo de lana bruta se multiplicó por 2,5 a lo largo del siglo.
Las regiones situadas en las inmediaciones de Lille y Rouen estaban entre las zonas más
industrializadas del continente (con Barcelona, Ginebra, Zurich y Génova). París, además,
aparecía como un gran centro de mercado entre las grandes capitales, al lado de Ámsterdam,
Ginebra o Frankfurt. El desarrollo del puerto de Le Havre favoreció también la industria
algodonera normanda, aunque los tejidos de algodón no fueron tan importantes como en
Inglaterra, en Francia siguió prevaleciendo la elaboración de la seda, la lana y el lino.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
Creció también, y en mayor proporción que la pañería de lana, la producción de lienzos y
telas de lino (en los Países Bajos austriacos, Francia, Escocia, Irlanda, Silesia prusiana...), que
tenían buena salida en las colonias, donde, entre otros usos, se empleaba para vestir a los
esclavos.
En las regiones de Valencia y Cataluña se registró a finales de 1750 un florecimiento de las
actividades relacionadas con el algodón y la seda. La transformación industrial catalana
caracterizó la situación española y su relación con un satisfactorio mercado colonial de
exportación facilitó la transformación de las industrias textiles rurales en actividades más
mecanizadas.
En Austria, la emperatriz María Teresa intentó también promover el surgimiento de las
manufacturas textiles. Con todo, hasta finales del siglo XVIII, cuando el proceso de hilatura del
algodón se pudo desarrollar rápidamente en Bohemia, la elaboración del lino, la lana y el
algodón siguió siendo una ocupación rural invernal.
Por lo que respecta a las industrias extractivas, la metalurgia del hierro fue la más importante
del siglo, tendiendo a desplazar al cobre pese al aumento de su producción. Los principales
productores eran Suecia y Rusia cuyo principal cliente era Gran Bretaña, donde se instalaron las
grandes firmas siderúrgicas (Coalbrookdale, Bersham, Birmingham), así como en Francia
(Niederbronn junto a Estrasburgo, Hayange, Le Creusot). En Silesia (Alemania) se activó una
pequeña metalurgia local y la construcción de altos hornos por el interés estatal. Hasta 1775, el
hierro importado de Suecia y de Rusia había aún dominado el mercado inglés: las
transformaciones tecnológicas invirtieron entonces el proceso. Mientras Francia produjo
132.000 tn. de hierro en 1796, la siderurgia de los Urales proporcionó 160.000 tn.
En el carbón, aunque predomina la pequeña empresa, aparecen ya algunas grandes
explotaciones, especialmente en Inglaterra, en las regiones de Northumberland y Durham. Las
explotaciones carboníferas se beneficiaron de la progresiva, aunque muy lenta, sustitución del
carbón vegetal por el mineral. En Alemania destacaban ya los yacimientos del valle del Ruhr, si
bien el grueso de la producción continental se daba en los Países Bajos austriacos y en Francia.
Al aparecer la fábrica, las dispersas zonas manufactureras del siglo XVII dejan paso a las
nuevas «regiones industriales». En Inglaterra se reconocen como tales el Yorkshire, el
Lancashire, la región de alrededor de Birmingham, el área de Northumberland- Durham, el sur
de Gales y, sobre todo, el gran centro dual de Manchester-Liverpool, centrado en torno a la
producción y exportación de algodón. En Francia, el área del nordeste crece rápidamente; en los
Países Bajos lo hace la región en torno a Lieja; en Alemania, Sajonia; en España, Cataluña; en
Rusia, la región de los Urales, cuyo desarrollo se vincula estrechamente con la producción
metalúrgica.
CARACTERÍSTICAS DE LA REVOLUCIÓ0 I0DUSTRIAL I0GLESA
La Revolución Industrial es un proceso de crecimiento económico, que se identifica con toda la
economía del s XVIII. El factory sistem, fue su manifestación externa más clara, en la
medida en que la RI permitió una nueva organización económica.
No es un proceso que tenga una sola causa, sino muchas, que se entrelazan y superponen
cronológicamente. Es un fenómeno de generación de rentas que permiten satisfacer necesidades
crecientes. Por lo tanto, se basa en el aumento de la demanda, en íntima conexión con las
posibilidades de aumentar la producción.
La RI se produjo por primera vez en Inglaterra, apareciendo sus manifestaciones en las dos
últimas décadas del s XVII. Su nombre va unido a la fuerte transformación que se produjo en
las formas industriales, pero éstas dependieron de otros muchos factores (compradores y
comerciantes, empresarios y obreros, agricultura productiva, flujos financieros, etc.), que
tuvieron que desarrollarse mucho antes, para que se pudiera pasar al aumento del capital fijo, a
la mecanización y a la producción en serie que supone el factory sistem.
Inglaterra tenía ventajas con respecto a los países del continente:
Una tradicional mejor definición de los derechos de propiedad en industria y comercia, que
facilitaba las expectativas reales de ganancia.
Una mentalidad comercial más abierta, ya que los segundones aristocráticos quedaban fuera de
la herencia de la propiedad de la tierra.
37
Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
Un mercado interno sin barreras, que pronto se extendió a su imperio colonial, en cuyo seno los
súbditos ingleses operaban con total libertad.
Hasta finales del s XVII, Inglaterra no tuvo interés por influir en la política internacional de la
que además estaba físicamente alejada, por lo que todas las fuerzas nacionales se orientaron
al desarrollo mercantil, sin monopolios, ni restricciones.
En Inglaterra, es más fácil la RI, pues las dos revoluciones políticas del s XVII, alejaron el
absolutismo político, el autoritarismo y la arbitrariedad en muchas instancias sociales y
económicas. En esto Inglaterra sacó al menos un siglo de ventaja a Francia.
Al llegar el s XVIII, Inglaterra, con un escenario preparado, va a poder sacar más ventajas que
otros a las condiciones favorables del momento, por lo que alcanzará techos más altos:
Primera fase: se desarrolla la producción agrícola y de la industria tradicional, y además hay un
desarrollo de los servicios comerciales y financieros.
Segunda fase: Fase de mecanización y transformación de las estructuras productivas.
CB: ¿Qué es la fisiocracia?
La fisiocracia defiende la importancia de la agricultura como fuente única de riqueza. El
producto sacado de la tierra tiene una circulación a través de la cual deja una serie de beneficios;
al final, tiene que haber un excedente suficiente para la nueva inversión en la tierra y el
comienzo de un nuevo ciclo. Según las ideas de Quesnay, definidor del sistema, la industria y el
comercio, que transforman y distribuyen el producto, son operaciones estériles –no crean
riqueza—, pero absolutamente necesarias. Ambas deben ser libres para que el ciclo económico
se realice sin interrupciones. Se defiende, por lo tanto, la libertad comercial y una estructura
capitalista de la propiedad de la tierra según la cual lo importante es la disposición que el
terrateniente haga de sus rentas.
fisiocratismo, o sea los partidarios del orden natural, los que se oponen al régimen social
“civilizado” de coerción económica. Uno de sus principales defensores fue Quesney, médico de
Luis XV. Según él, la riqueza de los países dependía únicamente de la agricultura, ya que el
comercio y la industria dependían de ella. El retorno a la tierra había de ir acompañado de la
libertad económica y de la supresión de los monopolios y reglamentos que obstaculizasen el
desarrollo “natural” de la producción y la circulación de mercancías. Su fórmula fue “dejad
hacer, dejar pasar”
Según Quesney, la industria y el comercio, que transforman y distribuyen el productos, son
operaciones estériles-no crean riqueza-pero absolutamente necesarias. Ambas deben ser libres
para que el ciclo económico se realice sin interrupciones. Se defiende, por lo tanto, la libertad
comercial y una estructura capitalista de la propiedad de la tierra según la cual lo importante es
la disposición que el terrateniente haga de sus rentas.
Quesnay
Economista francés, creador de la escuela fisiocrática (Méré, Île-de-France, 1694 - París, 1774).
Tras formarse de manera tardía y autodidacta, François Quesnay llegó a hacerse cirujano en
1718; luchó contra las especulaciones propias de la medicina de la época y adquirió el suficiente
prestigio como para convertirse en secretario de la Academia de Cirugía (1737) y médico de la
corte de Luis XV (1752). Recibió la protección de la amante del rey, Madame de Pompadour,
que le ayudó a ganarse la confianza real como consejero.
Con más de sesenta años empezó François Quesnay a interesarse por la economía.Los
fisiócratas mantuvieron contactos con otros pensadores de tendencia ilustrada, como los
enciclopedistas Diderot y D’Alembert (que permitieron a Quesnay redactar los artículos sobre
«Granos» y «Agricultores» de su Enciclopedia)
La doctrina esencial de la fisiocracia se encuentra recogida en el Tableau économique (cuadro
económico) que Quesnay elaboró en 1758, modificándolo y perfeccionándolo en múltiples
ediciones posteriores. Se trataba de un modelo de reproducción económica que analizaba la
circulación de la renta en una sociedad dividida en tres clases: agricultores, propietarios y los
demás, a los que caracterizaba como clase estéril.
La agricultura era en aquella teoría la única actividad realmente productiva, de la que dependían
todas las demás. En consecuencia, había que fomentar un desarrollo económico basado en una
agricultura altamente capitalizada y tecnificada; y para ello propuso (en sus Máximas generales
38
Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
del gobierno económico de un reino agrícola, 1760) una política económica liberal: libertad de
precios y de mercado, libertad de empresa y de cultivos, libertad de circulación y de comercio,
reducción de las barreras aduaneras, simplificación del sistema tributario reduciéndolo a un
único impuesto sobre la renta de la tierra…
Su crítica al mercantilismo y al modelo económico intervencionista del Antiguo Régimen sentó
las bases de la economía política liberal (que se desarrolló en Gran Bretaña a partir de Adam
Smith) y ejerció una gran influencia en la época de la Revolución francesa (1789).
CB: Adam Smith
Liberalismo económico. La principal figura de esta escuela (también llamada de Manchester)
fue el escocés Adam Smith, quien publicó en 1759 la “Teoría de los sentimientos morales”, un
primer intento serio de presentar la nueva moral individualista del capitalismo moderno. El
respeto al orden natural le llevó a buscar la armonía que debía regir en la vida económica, al
igual que la gravedad gobernaba el cosmos. La encontró en el sentimiento de simpatía o
comunidad de intereses mutuos de las personas cuando, llevadas por sus intereses particulares,
se encuentran con los demás. Ese mutuo interés hará que nos pongamos de acuerdo, sin
necesidad de recurrir a ninguna norma, ni económica, ni moral. El lugar de encuentro de esos
intereses es, naturalmente, el mercado, donde confluyen la demanda de necesidades y la oferta
de productos. El mercado se regula automáticamente, sin intervención, merced a una “mano
invisible” que no es otra que la de los mencionados intereses.
En 1776 publicó “Investigaciones sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las
naciones” donde formula sus teorías económicas y cristaliza el espíritu liberal y naturalista,
reflejando los progresos técnicos en la agricultura y la industria, las nuevas concepciones
comerciales y el espíritu filosófico de la Ilustración.
Smith combatió la acumulación de riqueza y metales preciosos por parte de los Estados, y
estableció que la base de la riqueza tampoco se hallaba en la agricultura, sino pura y
simplemente en el trabajo individual. La actividad económica de un país era la suma de los
esfuerzos de los trabajos individuales. La riqueza de las naciones consistía en el
acrecentamiento de los productos y los objetos de cambio.
Smith proclamó la plena libertad económica, el derecho del hombre a disponer libremente de su
trabajo y la ineptitud del Estado como ente económico. Por lo tanto debían suprimirse cuantas
restricciones se opusieran a este desarrollo. La supresión de aduanas, el libre cambio entre
naciones, la búsqueda del mercado más barato para la adquisición de materias primas, tales
debían ser los principios internacionales. En el interior el Estado había de limitar su actividad a
una función jurídica.
Adam Smith sistematizará toda la vida económica bajo un pensamiento liberal. El respeto al
orden natural le llevó a Smith a buscar la armonía que debía regir la vida económica, al igual
que la gravedad gobernaba el cosmos. La encontró en el sentimiento de simpatía o comunidad
de intereses mutuos de las personas cuando, llevadas por sus intereses particulares, se
encuentran con los de los demás. Este mutuo interés hará que nos pongamos de acuerdo, sin
necesidad de recurrir a ninguna norma, ni económica ni moral. El lugar de encuentro de estos
intereses es, naturalmente, el mercado, donde confluyen la demanda de necesidades y la oferta
de productos. El mercado se regulará automáticamente, sin intervención, merced a una “mano
invisible” que no es otra que los mencionados intereses, porque nadie comprará más caro, si
puede comprar barato, ni producirá si no vende. La ley de la oferta y de la demanda regirá este
mercado de modo natural.
Esto es posible gracias al valor real que tienen las cosas, que no es otro que el trabajo que cuesta
fabricarlas, o dicho de otro modo, el que el comprador se evita al no tener que fabricarlas. En la
medida en que el trabajo sea más especializado, podrá ofrecer mayor rentabilidad. A su vez, el
capital permite aumentar el valor del trabajo, mejorando la productividad. Por ello, la
acumulación de capital, resultado del ahorro de las clases ricas, y su inversión en distintas
formas, con el consiguiente aumento de trabajadores, se convirtió en factor fundamental del
crecimiento.
Las ideas de Smith, fruto de su observación sobre la vida económica de la Inglaterra de su
tiempo, tendrán una importancia permanente hasta hoy y favorecerán la iniciativa privada y el
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
espíritu de trabajo. Aunque Smith propugnaba una actitud moral para evitar los abusos de los
capitalistas, no dijo cómo se podía hacer y, de hecho, sus teorías sirvieron después para
justificar egoísmos descarnados. Por otra parte, su fe en un mecanismo natural deja a la persona
a merced de unas impersonales circunstancias económicas que en la práctica dominan sobre
otras consideraciones.
Entre sus aportes más importantes se destacan:
* La diferenciación clara entre valor de uso y valor de cambio.
* El reconocimiento de la división del trabajo, entendida como especialización de tareas, para la
reducción de costos de producción.
* La predicción de posibles conflictos entre los dueños de las fábricas y los trabajadores mal
asalariados.
* La acumulación de capital como fuente para el desarrollo económico.
* La defensa del mercado competitivo como el mecanismo más eficiente de asignación de
recursos.
CB: ¿En qué consiste la concentración industrial y por qué se produce?
Tanto el trabajo agremiado como la industria capitalista se organizaban formalmente de manera
dispersa, en pequeños talleres, casi siempre de naturaleza doméstica. La dispersión era
geográfica, técnica y en la mayor parte de los casos, también financiera. Como evolución de este
modelo se desarrolla una concentración que es también geográfica –en un solo local—, técnica
–empresas mecanizadas—, y financiera, ya que exige una mayor capitalización y control de
mercados. Las primeras concentraciones se dieron en el proceso de acabado de los tejidos, en
las cabeceras de las regiones industriales (paños de Abbeville), en el estampado de los
algodones (industrias algodoneras de Bélgica, Suiza, Sajonia o Cataluña), o con algunas
técnicas sederas, como el hilado a la piamontesa, o el telar Vaucanson. Algunas empresas
concentraron a muchos obreros, como la que regía Oberkampf, cerca de París, que empleaba a
más de mil en un solo edificio. Pero el futuro de la concentración está ligado a la mecanización
de las primeras fases del proceso y se desarrolló en primer lugar en las hilaturas mecanizadas
inglesas.
Las formas concentradas adquieren más volumen en el sector metalúrgico. Son ejemplos
característicos las empresas de Abraham Darby en Coalbrookdale, que tenía ocho altos hornos
con 1.600 obreros, o las de Wilkinson en Bersham, con 2.000 obreros […]. Ejemplos
importantes de concentración industrial son también los arsenales de las marinas estatales.
Constituían enormes complejos que aglutinaban talleres siderúrgicos y textiles, además de los
específicamente navales. Fueron también pioneros en la adopción de novedades técnicas y
científicas. También se desarrolló en el s. XVIII el tipo de concentración financiera horizontal,
entre empresas del mismo ramo. Le Creusot, formada en 1781, fue el primer trust siderúrgico,
con capital francés e inglés. Pero sobre todo, se hizo frecuente la unión de varias empresas para
tratar de controlar el mercado, establecer cuotas de producción y precio, e influir en los
gobiernos para una política favorable.
Las manufacturas estatales de tipo colbertista se desarrollaron durante el s. XVIII en algunos
países. Respondían al modelo mercantilista de fomento industrial del estado que financiaba y
dirigía una empresa que se concentraba por motivos de control y prestigio, no por necesidades
técnicas ni de mercado. Hubo algunos logros en el desarrollo de nuevas tecnologías, sobre todo
cuando tomaron un sesgo experimental, pero tuvieron un grave fracaso financiero, sobre todo
cuando pretendieron producir para un mercado amplio, porque no eran competitivas. Son
específicas las industrias de lujo para abastecer a la corte, las de abastecimiento militar, y las
que elaboran el tabaco en monopolio, como la de Sevilla.
Expansión de la agricultura en XVIII
El siglo XVIII es el último siglo de la historia de Europa occidental del que se puede afirmar
todavía que las actividades económicas estuvieron dominadas por la tierra. A comienzos del s.
XVIII predominan aún los paisajes agrarios heredados en los que la tendencia a la
especialización aún no se ha marcado mucho. En general, hay un predominio del openfield, que
permite en muchos casos el aprovechamiento común, y las técnicas agrícolas se han
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
modernizado poco, aunque ya son frecuentes, según las zonas, avances como el arado
brabanzón o el collarón para los caballos de tiro. También se han introducido sistemas de
rotación de cultivos, aunque muy localizados.
Todo esto sufrirá importantes modificaciones. La mayor innovación del paisaje es la tendencia a
los cercamientos (enclosures), que se produce en todas partes donde dominaba el campo abierto.
Es una respuesta al cambio de condiciones de cultivo de la tierra, jurídico y económico. Una
agricultura en general rentable, requiere ser dirigida individualmente con mentalidad
empresarial; de ahí el recurso al uso exclusivo de la tierra cercada. En ella se podrán hacer
innovaciones, aprovechar mejor los recursos y sacar un mayor beneficio. Con el cercamiento se
agranda también la propiedad en las zonas del norte de Europa donde se desarrolla la nueva
agricultura capitalista.
El aumento general de la demanda necesita una producción mucho mayor, que se conseguirá en
parte con nuevas técnicas de cultivo, pero también con la extensión de las labores. En la primera
mitad del siglo la producción pudo aumentar casi exclusivamente gracias a las roturaciones, con
las que se ganan tierras abandonadas en los peores momentos del s. XVII. En la segunda mitad
del siglo, en cambio, disminuyen las roturaciones y en muchos sitios se introducen nuevas
técnicas. Si la extensión hace descender la media de los rendimientos al ponerse en cultivo
tierras peores, en las tierras buenas y allí donde aparecen nuevas técnicas, los rendimientos
aumentaron notablemente, muchas veces acompañados de nuevos cultivos.
La producción agraria se verá incentivada por el aumento de la población; también en muchos
sitios mejoraron los niveles de vida, aunque fuera sectorialmente, según determinados grupos
sociales, lo que incrementó la capacidad adquisitiva y la demanda. La agricultura fue capaz de
dar de comer mejor y a más cantidad de habitantes por unidad de producción, aunque también
exista la ayuda de los productos coloniales alimenticios.
Aumentó también la población urbana, que en Inglaterra, a fin de siglo, llegó a ser cercana al 40
% del total. La tradicional interacción entre campo y ciudad se convirtió en algunos lugares en
una subordinación del campo a la urbe y hubo un progresivo incremento de la población
dedicada a servicios sobre la población activa agraria. Existen ya provincias enteras que
condicionan su agricultura al abastecimiento de grandes ciudades cercanas, como son Londres,
París o Madrid. Otras veces, la actividad comercial exportadora de la ciudad es la que
condiciona los cultivos cercanos, como es el caso de Burdeos y sus viñedos.
También se va modificando la estructura de la propiedad agraria. La posesión de la tierra es más
apetecible y los burgueses –comerciantes, burócratas cualificados— la buscan, tanto por el
beneficio económico, como por el deseado estatus de rentista. A veces sirve la compra directa;
otras, basta la apropiación a la que habilitan las deudas impagadas de los campesinos a los que
se ha prestado con hipoteca de su tierra. En todo el Occidente se produce una tendencia a la
desaparición del pequeño propietario, convertido en arrendatario.
Aumento de la producción, introducción de novedades y a la vez mantenimiento de las
estructuras tradicionales, son una suma de realidades que a veces han sido interpretadas como
revolución agraria y otras simplemente como fenómenos de crecimiento. Desde el punto de
vista descriptivo sigue habiendo un predominio de la agricultura tradicional. Por otra parte, la
imagen crítica que solemos tener de la agricultura en algunos países corresponde al secano,
donde hubo pocos cambios y la producción aumentó de manera extensiva. No obstante, en
muchos sitios crecieron también los cultivos de regadío con técnicas tradicionales. La demanda
de estos productos hizo que la huerta ganara terreno al secano, especialmente cerca de las
ciudades. A ello habría que añadir el desarrollo de los cultivos de exportación.
Lo esencial de esta “nueva” agricultura está en la rotación de cultivos, con especies que
regeneren el suelo y por lo tanto el abandono del sistema de tres hojas en barbecho. En concreto,
fue la introducción del cultivo del nabo en Norfolk lo que produjo una auténtica conmoción. Se
pasaría a una rotación de cuatro cultivos, muy eficaz: trigo, trébol, cebada o avena y nabos. Esto
permitía, además, una mejor alimentación del ganado al tiempo que aumentaba el abono
disponible y se mejoraban los rendimientos. Se trata más bien de un fenómeno de difusión, pues
todo era ya conocido, aunque había sido aplicado pocas veces. En muchos lugares se hicieron
experiencias agronómicas –desarrollo de huertas, cultivo de frutales, estudios de sistemas de
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
regadío, etc.—, aunque a veces no pasaron de ensayos teóricos con escaso éxito. No pocas veces
estas experiencias fueron hechas de la mano de los gobernantes en los reales sitios.
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TEMA 8:
PD: La Ilustración. Concepto y características
Se conoce como Ilustración el movimiento cultural e intelectual que se desarrolló en Europa a lo
largo del siglo XVIII, en especial durante el período de 1715 a 1789, y que tuvo como objeto
primordial la difusión de la filosofía racionalista en todos los ámbitos del saber humano. La
aceptación de la cultura de la Ilustración supuso,
por un lado, la afirmación de la fe absoluta en la razón humana como base de todo
conocimiento,
y por otro la adopción del espíritu libre y crítico en el análisis de las actividades humanas y
en la resolución de sus problemas.
Esta nueva actitud intelectual, a la vez crítica y reformadora, caló especialmente en el seno de la
burguesía, clase social ascendente en la Europa del siglo XVIII. Y es que la doctrina de la
Ilustración se reveló como una eficaz arma ideológica para luchar contra las estructuras de la
sociedad y cultura del Antiguo régimen, en particular contra los privilegios estamentales y los
dogmas de la Iglesia católica. La plasmación concreta de los ideales ilustrados, como las
libertades y la igualdad, tuvo como primer marco sociopolítico la Revolución francesa de 1789.
La filosofía de la Ilustración aportó una serie de privilegios universales que afectaron muy
profundamente a hábitos y ámbitos muy diversos de la sociedad. Por su parte, las ideas de
carácter social, político y religioso estuvieron en la base reivindicativa de los movimientos
liberales que presidirán el siglo XIX europeo. Montesquieu. Voltaire y Rousseau fueron los
grandes deudores de este trascendental corpus teórico. El primero en su obra "El espíritu de las
leyes"(1748) reformuló el principio liberal de la división de poderes (legislativo, ejecutivo y
judicial). El segundo, muy anticlerical, se erigió en crítico implacable de la jerarquía
eclesiástica, defendió la tolerancia religiosa y la "religión natural"o deismo, que admitía la idea
de Dios, pero negaba la revelación. Y el tercero desarrolló conceptos tan básicos para la historia
política moderna como la soberanía nacional o la igualdad de todos los individuos ante la ley.
Razón, Naturaleza y Progreso son tres palabras que resumen el concepto de Ilustración, o siglo
de las luces, unas nuevas ideas que destacan el fin de las “tinieblas”, un triunfo del racionalismo
y del espíritu crítico llevado a su máxima expresión por los filósofos.
Las raíces del pensamiento de la Ilustración se encuentran en el siglo XVII: en la influencia del
cartesianismo, en los avances científicos y, sobre todo, en el pensamiento del empirismo inglés
y de su gran figura, Locke. Durante los años de tránsito de una centuria a otra, el periodo que
Paul Hazard denominó la crisis de la conciencia europea, sus ideas empiezan a formularse y el
camino queda listo para que aparezcan sus grandes definidores. No tardarán mucho. Su lugar de
residencia por antonomasia será Francia, cuna también de gran parte de las principales figuras.
Las ideas principales son: La razón o, más precisamente, la confianza en la luz de la razón,
naturaleza, tolerancia, progreso y civilización. En una buena parte de los Ilustrados,
especialmente en Francia, el ejercicio de la razón derivó en una impugnación de lo sobrenatural,
de la revelación, y de muchas creencias cristianas consideradas como prejuicios; en un
verdadero proceso al Cristianismo y, más aún, a la cristiandad y a la Iglesia católica del Antiguo
Régimen. La naturaleza, que reemplaza con frecuencia a Dios, se entiende a la vez como algo
real e ideal, positivo (dado) y normativo (que dicta sus normas) para fundamentar la ética y la
política. La tolerancia civil de diversas convicciones religiosas será preconizada por todos los
ilustrados, para superar el clima de persecuciones anteriores por motivos confesionales. En el
fondo se defendía una idea que se había ido abriendo camino ya en Inglaterra, Holanda y, con
más dificultades, en la propia Francia. Esta idea está relacionada, con cierta frecuencia en el
Siglo de las Luces, con una actitud de indiferentismo o relativismo religioso (así en Lessing).
La creencia en el progreso de la civilización, tanto en el plano material como ético, es una de las
ideas más definitorias de la visión del mundo ilustrada. Esta idea implica, por una parte, que la
edad de oro no está en un pasado perdido, sino en el futuro. Por otra, presupone que el
perfeccionamiento es una pauta natural de evolución. La creencia en el progreso alcanzará su
formulación paradigmática en el último tercio del s. XVIII en Turgot y en Condorcet (éste ya en
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
plena Revolución francesa), pero es una apuesta compartida por Voltaire (aunque con más
cautela), por ilustrados británicos (como el inglés Gibbon), por españoles (como el catalán
Capmany) y por muchos otros. Cara a conseguir ese progreso, los ilustrados concedían una
atención muy importante al desarrollo de los conocimientos útiles para el dominio de la
naturaleza y la creación de bienestar y de riqueza material. Por otra parte, para un buen número
de ilustrados la fe en el progreso suministra, en bastantes casos, una aparente alternativa a la
escatología cristiana, si bien para muchos otros ambas se combinan.
En cuanto a civilización, otro concepto ilustrado clave, es un neologismo utilizado,
significativamente, por primera vez por el marqués de Mirabeau, en Francia en 1756, y
adoptado rápidamente en otros países europeos. Civilización indicaba a la vez el estadio
avanzado de la sociedad y de la cultura, y el proceso mediante el que se había llegado a ese
estadio. La civilización, como estadio avanzado, englobaba no sólo un conjunto de
conocimientos y valores culturales, sino también un desarrollo tecnológico y político – social.
Todas esas ideas – fuerza de la Ilustración, y algunas otras conexas (como libertades y reforma)
configuran un sistema de valores (axiología) en el que predomina un racionalismo utilitarista,
heredado todavía más de Bacon y de Locke que de Descartes. Con todo, la visión del mundo
ilustrada es deudora, en buena medida, de la cristiana [(p.ej. en su concepción universalista y
finalista de la aventura humana)].
CB: Montesquieu
El barón de Montesquieu (1689-1755) escribe una ingeniosa sátira de las costumbres e
instituciones de Francia (Cartas Persas), donde critica la unidad de religión y el absolutismo
heredado de Luis XIV, pero será con su obra “El espíritu de las leyes” (1748) donde analice
todos los sistemas políticos conocidos, el republicano, basado en la virtud, donde el pueblo en
democracia o sólo una parte (aristocracia) tienen el poder soberano. El gobierno despótico,
basado en el temor, donde una sola persona, sin leyes ni reglas dirige todo a su voluntad y
caprichos.; y el gobierno monárquico, basado en el honor, donde gobierna una sola persona
pero según unas leyes establecidas. Montesquieu apoya la monarquía moderada de tipo inglés
donde la libertad esté asegurada en la separación de los tres poderes: ejecutivo, legislativo y
judicial.
Filósofo ilustrado, en 1784 publica su obra de mayor repercusión, "El espíritu de las leyes", en
la que expone su teoría acerca de la existencia de un orden en el acontecer histórico y unas leyes
que condicionan la actuación humana. Según Montesquieu, los códigos legales y las
instituciones que rigen la vida de los pueblos tienen una estrecha relación con condicionantes de
carácter cultural (costumbres, religión, etc) y natural (clima, geografía, etc). Las reglas que
determinan el comportamiento de los hombres no son permanentes ni absolutas, sino que surgen
y son modificadas según los contextos históricos y culturales, los tipos de gobierno y el carácter
de la sociedad.
Su ideología política advierte la existencia de tres tipos posibles de gobierno: república,
monarquía y despotismo, cada uno con sus propias normas y pautas de actuación. Para
Montesquieu, la república debe gobernarse por el principio de la virtud, el amor a la patria y la
igualdad. La monarquía se rige por el honor, mientras que el despotismo está gobernado por el
terror. Desde este punto de vista, cada forma de gobierno se rige por principios distintos de los
que derivan códigos legales y morales diferentes que condicionan los más variados aspectos del
comportamiento de los hombres. La decadencia de los sistemas de gobierno se produce cuando
los principios de gobierno no son debidamente cumplidos o sufren alteración, corrompiéndose
todo el sistema de gobierno. De este modo, su análisis histórico encuentra un modelo de
explicación racional del devenir de los pueblos y naciones.
Montesquieu critica la forma de gobierno que él mismo denomina despotismo, esto es, la
sujeción de los individuos no a las leyes sino a la fuerza del gobernante. Encuentra
contradictorio que el terror, principio que rige las formas de gobierno despóticas, haya de
asegurar la paz y la seguridad de los gobernados, restringiendo su libertad.
Contra la república, participación de los ciudadanos en su propio gobierno, Montesquieu alega
que es necesaria una excesiva implicación de los individuos en las tareas de gobierno y que la
extensión del estado queda muy limitada. Pone como ejemplo de esta forma política a las
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
ciudades-estado de la Antigüedad, y sitúa su decadencia y conversión en tiranías en el
alejamiento de los asuntos públicos por parte de sus ciudadanos.
La tercera figura política, la monarquía constitucional, es para Montesquieu la mejor forma de
gobierno, al reunir en sí misma las ventajas de la república y de las monarquías absolutas. En
este sentido, Inglaterra constituye la representación gráfica de los postulados de Montesquieu.
El reparto del poder del estado es necesario para evitar la acumulación en una sola mano que
pueda ejercerlo de manera despótica. Para ello, debe dividirse en tres partes, cada una con una
misión específica y diferente, que supongan un equilibrio y contrapesen la actuación de las
demás. La división de poderes en tres (legislativo, ejecutivo y judicial) y su adscripción a
instituciones diferentes es garantía, según Montesquieu, contra un gobierno tiránico y despótico.
La fórmula propuesta es hoy plenamente aceptada por los regímenes democráticos, que basan en
este esquema político sus planteamientos de gobierno.
Montesquieu falleció en París en 1755.
CB: Voltaire
Nacido en París el 21 de noviembre de 1694, François-Marie Arouet, de sobrenombre Voltaire,
estudió entre los jesuitas del colegio Louis le Grand. Hijo de notario, pronto se dedicó a la
escritura y al ensayo filosófico, inscrito su pensamiento en plena época y ambiente de expansión
del movimiento ilustrado. Seguidor de la obra de Bayle, al que admira, su pensamiento se
muestra racionalmente crítico contra lo que determina como "prejuicios". Así, su agnosticismo
racionalista y espíritu independiente le llevan a atacar cuestiones fundamentales de su tiempo
como el absolutismo y la superstición, por considerarlas alejadas de la razón y no sometidas al
examen de la reflexión y el análisis. Su escepticismo religioso hay que inscribirlo en el deismo,
doctrina según la cual Dios está presente en la naturaleza como entidad creadora y ordenante,
aunque no en la historia, ámbito de desenvolvimiento del ser humano. Herederos de su
pensamiento son Kant, Hegel, Saint-Simon o Marx.
Tras escribir la tragedia "Edipo", publicada en 1718, viaja a Gran Bretaña, conociendo allí a
Locke y Newton. De nuevo en Francia publica en 1734 sus "Cartas filosóficas" y en 1764 su
"Diccionario filosófico". También realiza aportaciones a la "Enciclopedia" de Bayle, Diderot y
D´Alambert, recopilación sistemática del saber acumulado de la época en la que también
interviene Rousseau. En 1759 publica su mejor obra filosófica, "Cándido", una obra sobre la
idoneidad del mundo tal como lo conocen los hombres, el conformismo y la búsqueda de la
felicidad. Su calidad estilística y profundidad de pensamiento será alabada por genios como
Goethe. Las raíces de su pensamiento se hallan en pensadores de la talla de Spinoza o Bayle, a
los que añade el refinamiento expositivo y el tratamiento satírico.
Autor teatral, entre sus obras cabe citar "Bruto" (1730) o "La muerte de César" (1735). También
realizó escritos de tono satírico como "El templo del justo" (1733) o ensayos, como "Ensayo
sobre las costumbres" (1756). Voltaire falleció en París el 30 de mayo de 1778.
CB: Diderot
Diderot, (1713-1784), será un avanzado pensador que en 1750 publicó el Prospecto de la
Enciclopedia o diccionario razonado de ciencias, artes y oficios, que al año siguiente y con la
ayuda de D’Alembert redacta numerosos artículos contando también con otros muchos
colaboradores y especialistas.
CB: Rousseau
Rousseau (1712-1778) en 1755 formula una nueva teoría al indicar la propiedad como fuente de
la injusticia, de la tiranía de los ricos y de la opresión política, (Discurso sobre el origen de la
desigualdad), ahondando en 1762 con su obra Contrato Social, una sociedad ideal donde el
hombre debe someterse a la voluntad general expresada directamente por el pueblo soberano, al
que el gobierno está subordinado. Idea de democracia que inspiró la Revolución Francesa.
Rousseau además ataca el autoritarismo en la educación y las virtudes de la educación rural, en
contacto con la naturaleza y en ambiente familiar, poniendo de moda entre las clases altas el
retirarse al campo y reunirse con la familia
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
J.J. Rousseau (1712-1778) hizo una aportación mayor que sus predecesores con "Émile" y con
"Contrat social". Él moldeó la idea de un hombre bueno y generoso en origen que no puede
comportarse como tal por culpa del estado. Propugnaba una educación adecuada para acabar
con el egoísmo que se había apropiado de los hombres y precisaba que se hacía necesario
eliminar en la medida de lo posible la influencia del ambiente en el desarrollo del hombre. A
escala colectiva, Rousseau sostuvo que el soberano debía serlo por voluntad general. Estos
soberanos deberían de todas maneras ejercer el poder como si fuese expresión de un consenso
universal.
CB: La Enciclopedia
El pensamiento Ilustrado triunfó y se consolidó en Francia con una segunda generación de
Ilustrados: los enciclopedistas. Dentro de ellos se distinguen una tendencia volteriana (de
carácter racionalista, materialista y aristocrática) y otra rusoniana (de carácter más sentimental,
espiritual y popular). Aún así, ambas conservaron una marcada voluntad reformista. La primera
de ellas es la propiamente llamada enciclopedista y coge su nombre de la "Enciclopedia",
conjunto de 17 volúmenes editados en París, Francia, entre 1751 y 1772, por Denis Diderot y
Jean d´Alambert, con el objetivo genérico de difundir las ideas de la Ilustración francesa. Los
fines de la Enciclopedia eran dos: difundir la ciencia y los nuevos conocimientos y criticar, o
aplicar la «luz» de la razón, a todos los campos del saber, en especial a aquellos en que se pone
de manifiesto de forma más directa la concepción político-social y religiosa de la época.
La Enciclopedia francesa del s. XVIII surge casi de forma anecdótica, al aceptar Diderot la
traducción del diccionario de Chambers, Cyclopaedia o Universal Dictionary of Art and
Sciences (1728), inicialmente confiada a otros, que Diderot comenzó más bien a transformar y
reconstruir que simplemente a traducir. Los editores aceptaron la sugerencia de publicar una
obra original y así nació el proyecto o Prospecto de la Enciclopedia, en 1750.
Diderot pidió la colaboración de d´Alembert, quien se encargó de redactar el Discurso
preliminar. En él d´Alembert presenta la Enciclopedia como un sistema de todos los
conocimientos humanos; al ser éstos inabarcables, busca una manera de representarlos en
síntesis y, para ello, sigue la clasificación del «árbol del canciller Bacon», que divide la
actuación de las facultades intelectuales y fabriles del hombre en facultades de memoria, razón e
imaginación. La memoria es la sede de la experiencia o del conocimiento directo (historia); la
razón, de la reflexión hecha con el razonamiento (filosofía); la imaginación, de la imitación
reflexiva (bellas artes o poesía). Cada uno de estos grandes grupos de ciencias y actividades
humanas se subdivide en muchos otros apartados que configuran, en definitiva, el árbol «de las
ciencias,
de
las
artes
y
de
los
oficios».
El primer volumen aparece en 1751; su publicación se suspenderá en 1752, tras la publicación
del segundo volumen, y en 1759, cuando d´Alembert se retira del proyecto y se suprimen los
permisos de publicación concedidos. A partir de esta fecha, publicados siete volúmenes, Diderot
prosigue solo la edición de diez volúmenes de texto y cuatro de índices hasta 1765 y,
posteriormente, cuatro volúmenes más de índices hasta 1772. Colaboran en la obra Rousseau,
Voltaire, Duclos, Holbach, Quesnay, Turgot, Toussaint y otros escritores y philosophes
ilustrados (hasta un total de 160).
En conjunto, la Enciclopedia es una “prudente apología del progreso humano, separada de
todo dogma y de toda autoridad” (R. Mandrou). En algunos artículos se hace una crítica hábil,
semiencubierta, a veces contradictoria, del Antiguo Régimen y del Cristianismo. Pero las
prohibiciones que sufrió se atemperaron por el apoyo de algunos personajes influyentes del
entorno cortesano y la presión de lo que más tarde se llamaría la opinión pública. Una opinión
pública que la propia Enciclopedia, cuyo éxito fue considerable, contribuía a crear. Se publicó,
traducida y adaptada, en otros países, aunque en Europa central tuvo mala acogida. Es difícil
calibrar la influencia real de la Encicplopedia, incluso en Francia, pues la suscripción o
adquisición de ella no indica necesariamente que se compartiera su filosofía de fondo. El éxito
de la Enciclopedia de Diderot animó a otros proyectos análogos. Así, desde 1778, el de la
Enciclopedia metódica, dirigida por Panckoucke, que actualizaba la anterior, sin el talante más
bien anticristiano de aquélla.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
Deismo
El deísmo representa la formulación religiosa más extendida entre los autores ilustrados. Se
podría definir como la creencia en un Dios racional sin dogmas ni obligaciones para quienes lo
practiquen, al contrario de lo que sucede en los credos tradicionales. Enraizado en el
Renacimiento, su primer y principal centro de formulación estará en Inglaterra, si bien Francia
reelaborará de nuevo su núcleo doctrinal cuando reciba las ideas desde las islas. El camino lo
inicia Locke (1632-1704) con su obra El Cristianismo racional, publicada en 1694, y culmina en
Toland (1670-1722) cuyo Cristianismo sin misterio (1696) es un tratado de filosofía deísta,
lleno de ideas de sus predecesores, que levantó gran escándalo e incluso fue condenado por el
Parlamento irlandés.
El deísmo mantiene su antigua síntesis entre Dios, Razón y Naturaleza, pues todas las
consideraciones llevaban al hombre insatisfecho a pensar que bajo la diversidad religiosa existía
un cuerpo de creencias comunes puesto por aquella última en todos los individuos, a saber: la
existencia de un Dios, que salva y castiga, y la obligación del hombre de adorarle, en palabras
de lord Herbert of Cherbury (1583-1648), cuando define la religión natural.
La propia observación de la naturaleza y la existencia de una serie de leyes que la regían
implicaban la existencia de un Dios supremo, un supremo arquitecto, responsable de la
creación.. Partiendo de una Naturaleza ordenada matemáticamente, el hombre puede llegar a
través del razonamiento hasta su Arquitecto, al que se hace objeto de una creencia positiva
aunque imprecisa. Este Dios se concibe como una fuerza benevolente, autora del universo
newtoniano, pero que no interviene en él ni por la revelación ni por el milagro. La Naturaleza se
vale por sí misma; es suficientemente sabia como para hacer siempre lo mejor evitando lo
redundante y lo superfluo. Dios es también garantía de justicia y de moralidad, siendo ésta uno
de los principales valores deístas. El proceso mental llevaba a Dios a través de la razón, no
dejando espacio a aquello que no se conformase con ella (revelación, tradición, autoridad).
Dado que el mundo estaba regido por leyes eternas e inmutables, carecía de sentido todo acto de
fe o el recurso a lo sobrenatural,, la trascendencia o el milagro.
Frente a un deísmo aristocrático y escéptico, se encontraba E. Bolingbroke (1762-1751), quien
sostenía que la creencia en un ser superior era patrimonio de espíritus selectos, mientras que la
masa de ignorantes debía permanecer adormecida. Paralelamente hubo un deísmo poético,
cargado de aparente y superficial optimismo. Otra tendencia, protagonizada por T.Lessing
(1729-1781), elaboró una filosofía de la religión desde una perspectiva histórica. Con este
planteamiento se justificaron y aceptaron las religiones positivas y reveladas como
manifestación de un momento histórico al que la razón puso fin, acabando con la creencia en el
premio y el castigo y sustituyéndola por una ética racional y práctica, orientada al amor a la
verdad en sí misma. Finalmente hubo una vertiente, más agresiva y arrojada, que sirvió como
marco a posturas materialistas en el que no dejó de fluctuar el sensismo deísta de Voltaire.
Expulsión Compañía Jesús
La Compañía de Jesús ocupó un papel preeminente en el panorama de la época, que
conservaron a lo largo de toda la Contrarreforma, erigiéndose en la primera potencia espiritual.
Su poder era inmenso, ya que ejercían gran influencia en las cortes europeas; controlaban la
instrucción y la cultura, educaban a muchos de los miembros de las clases dirigentes, eran
confesores de reyes. Su situación económica era inmejorable, ya que poseían enormes
patrimonios y se dedicaban con éxito al comercio. Igualmente fueron los más eficaces
evangelizadores del Imperio ultraoceánico. A estos recelos, se sumaba el hecho de su cuarto
voto de obediencia directa al papa.
En la segunda mitad de la centuria la Compañía se convirtió en el símbolo vivo y más
fácilmente identificable del poder eclesiástico tradicional. Los estados ilustrados veían e ellas un
obstáculo a la existencia de soberanías genuinamente absolutas. En Portugal, la iniciativa de su
expulsión fue tomada por el reformador Pombal en 1759. En Francia (1764) por el Parlamento,
azuzado por los “filósofos”. En España la expulsión (1767) tuvo un matiz peculiar, dada la
íntima vinculación de los jesuitas con la vieja aristocracia y la reciente acusación de haber
participado en los motines de 1766. En Nápoles y en Parma el procedimiento fue el mismo.
No contentos con la expulsión, los diferentes estados presionaron para conseguir su abolición,
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
lo que obtuvieron del débil y pusilánime Clemente XIV (1773, Dominus Ac Redemptor). Su
desaparición, hasta 1814, privó al pontificado de uno de sus más sólidos apoyos y aceleró su
decadencia, del mismo modo que truncó la posibilidad de conciliación entre las formas
religiosas tradicionales con los nuevos vientos del siglo. En su exilio, los jesuitas fueron
acogidos en países como Rusia y Prusia, donde aparentemente, al menos, la tolerancia había
ganado más batallas.
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Metodismo
Movimiento de renovación cristiana, fundado en Inglaterra por John Wesley en 1738, con la
finalidad de facilitar en los medios populares el conocimiento de la Biblia y la vivencia
cristiana. En las colonias norteamericanas el metodismo desembocaría después en la creación de
la Iglesia Metodista Episcopal.
El Metodismo va a significar la mayor reforma ocurrida dentro de la Iglesia anglicana desde su
fundación. Su principal artífice es John Wesley (1703-1791), hijo de un rector anglicano, y él
mismo sacerdote. Sus primeras actuaciones se producen junto a su hermano Charles y su amigo
George Whitefield con quienes funda en Oxford, donde estudian, el Holy Club. Su objetivo era
potenciar las obras religiosas en el seno de la alta Iglesia al tiempo que difundían el
comportamiento religioso entre el mundano ambiente universitario. Fue entonces cuando se les
dio, de forma irónica, el apelativo de metodistas, por ciertas formas de su espiritualidad.
La obra personal de John Wesley se inicia años después, tras su regreso de Georgia, a donde
marchó al morir su padre (1735), y sus contactos con los hermanos moravos. De ellos tomó su
fervor y el impulso misionero que siempre le caracterizó y que faltaba en la Iglesia inglesa,
incapacitada por su piedad fría y racional para llegar a las clases populares, en especial a las
incipientes concentraciones de obreros industriales. A estos grupos va a dirigir principalmente
su mirada; para ellos elaborará una teología ecléctica adecuada a su objetivo: calmar la ansiedad
que detecta en gran parte del pueblo y que él mismo había compartido hasta entonces. Para 1742
el metodismo se separa por disidencias en ciertos puntos doctrinales de los Hermanos Moravos.
Su fundador mantiene casi intacta la teología de la Iglesia establecida -en este caso, la
anglicana-, pero se aleja de ella en la práctica de la fe y la organización de los fieles, temas en
los que resurgen ideas del primitivo luteranismo.
Wesley y los metodistas ponen el acento en la perfección de la vida cristiana, la evangelización
popular, el poder de la gracia y el sacerdocio universal, reivindicado en razón de la importancia
dada al sentimiento personal de lo religioso.
En este terreno se va a ir más allá de lo conocido, desdeñándose las órdenes eclesiásticas y
capacitándose a los seglares para predicar e impartir los sacramentos. Los primeros son
ordenados en 1763 por un obispo griego.
También sus comunidades, aun recomendando la obediencia parroquial, se organizan de forma
diferente a la establecida. Las primeras reglas datan de 1743 y se irán completando
progresivamente.
Poco a poco, más que un grupo dentro del anglicanismo es otra ecclesia, con ritos, incluso
himnos propios y, además, con creciente eco social debido a la naturaleza revitalista de su
doctrina, la energía puesta en las predicaciones, la actitud tolerante y flexible de su fundador en
el momento de admitir seguidores. Al final, la escisión está servida; para cuando muera Wesley,
en 1791, es un hecho irreversible.
Esta situación sembró la inquietud entre las clases superiores del país, pero a la larga el alcance
político del metodismo no fue el que se había temido. Lejos de ser una doctrina revolucionaria
hizo, por el contrario, que el descontento del pueblo se manifestase de un modo religioso y
conservador.
Introdujo en la vida inglesa un clima de caridad y humanidad; los metodistas se ponen en cabeza
de todas las campañas contra el libertinaje, al alcoholismo, las malas costumbres; multiplican
las iniciativas filantrópicas: visitas a los pobres y encarcelados, creación de escuelas
dominicales, dispensarios, sociedades de préstamo sin interés; levantan a la opinión pública
contra el tráfico negrero y la esclavitud.
El desarrollo del metodismo es una de las bases de la profunda mutación del modo de vida de
los ingleses en la segunda mitad del siglo: austeridad, comedimiento, piedad compasiva,
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
fraternidad activa dan a la sociedad británica una gravedad y seriedad que rompe con el
abandono de la época inmediatamente anterior.
El pietismo
En la Alemania luterana tuvo gran importancia, sobre todo entre 1730 y 1750, el pietismo
(fundado en 1670 por P. Spener) el cual acentuaba los aspectos místicos y caritativos del
cristianismo. El pietismo influyó a su vez en el nacimiento de la corriente espiritual de los
Hermanos Moravos, con centro en Herrnhut (“la protección del Señor”). Esta corriente irradió
también a otros países europeos y de ultramar.
Creado por Felipe Jacobo Spener (1635-1705), pastor protestante de Frankfurt, su objetivo
inicial era la lucha contra los vicios del clero y la excesiva rigidez en que había caído la Iglesia
establecida. De ahí que retome la primitiva idea luterana de la democracia eclesiástica y vuelva
a propugnar el sacerdocio universal así como la lectura regular de la Biblia. Ello, a su vez,
concuerda con la mayor importancia que otorga a la conversión individual y a la oración
realizada en soledad por el creyente. Este protagonismo dado a la acción personalizada de cada
fiel en su salvación y dentro de la Iglesia, no impide a Spener poner, paralelamente, especial
énfasis en ensalzar la predicación y la educación en tanto que medios excepcionales para
propagar y mantener la fe. A fin de favorecer esta última, propugna la reforma de la enseñanza
de la teología e inicia, en 1670, la fundación de los llamados Colegios de Piedad, lugares donde
se podrá rezar y estudiar los textos bíblicos en grupos reducidos. Cinco años más tarde, el
pensamiento pietista queda recogido en la obra de su creador Pia desideria...
TEMA 9:
PD: El Sistema de Utrecht y la aplicación de la teoría del “equilibrio”
Guerra de Sucesión española. A la muerte de Carlos II, todas las potencias, excepto el
Imperio, reconocieron a Felipe V como heredero, pero la prepotencia de Luis XIV (expulsión de
los holandeses de las plazas ocupadas en Flandes en la paz de Ryswick, ingerencia en el
comercio de las Indias, etc.) indujo a las potencias marítimas a concertar la Gran Alianza, junto
con el Imperio, en defensa de la candidatura del archiduque Carlos, a lo que Luis XIV respondió
reconociendo a Jacobo III como rey de Inglaterra. El gobierno whig reaccionó declarando la
guerra a Francia en 1702. El conflicto se internacionalizó al apoyar Francia a Felipe V, además
de Baviera y Colonia, y al archiduque (proclamado rey como Carlos III), además de los aliados
(Inglaterra, Provincias Unidas y el Imperio), la mayoría de los estados alemanes, Dinamarca y
Prusia, y, a partir de 1703, Saboya y Portugal. En un primer momento, los borbónicos ocuparon
el Milanesado, pero una reacción aliada en 1704 condujo a la ocupación de Baviera y a la
expulsión de los franceses de la orilla derecha del Rin. Una serie de victorias aliadas, como la de
Turín (1706), Ramillies (1706) u Ouedenarde (1707) no sólo desalojaron a los borbónicos de
Flandes y el norte de Italia, sino que obligaron a Francia a replegarse a su territorio.
En España la contienda tomó además un cariz de guerra civil, ya que los territorios de la Corona
de Aragón apoyaron a Carlos y no empezaron a ser ganados por Felipe V hasta la batalla de
Almansa (1707), pasando a tomar la iniciativa en la península. Sin embargo, los ingleses ya
habían ocupado Gibraltar (1704) y Menorca (1708), y los aliados ocupaban Milán (1706),
Nápoles (1707) y Cerdeña (1708), con lo que la situación pasó a ser crítica para el bando
borbónico, sobre todo después de la rendición de Tournai y Mons en 1708-1709 y las derrotas
de Malplaquet (1709) y Geytrudenberg (1710), llegando a estar Luis XIV, con Francia invadida
por el norte, a punto de capitular (no lo hizo por la pretensión aliada de que contribuyera a
expulsar a su nieto del trono).
La situación dio un vuelco en los años siguientes por circunstancias ajenas a la guerra: la muerte
de José I en 1711 convirtió al archiduque Carlos en el nuevo emperador, Carlos VI. Esta
coyuntura provocó los temores de los propios aliados (sobre todo de Inglaterra, donde los tories,
pacifistas, habían llegado al poder en 1710), que no querían ver reeditado el imperio de Carlos
V. Esto, junto con algunas victorias borbónicas, como en Brihuega y Villaviciosa (1710), o
Denain (1712), empujó a los contendientes a buscar la paz, que se concertaría en Utrecht (1713)
y Rastadt (1714).
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
Por su parte, Felipe V concluyó la conquista de los últimos reductos austracistas en la península
en 1714 (Barcelona) y 1715 (Mallorca).
En Utrecht- Rastadt no sólo se decidió la desmembración de la monarquía hispánica y el fin
de la hegemonía francesa, sino que se dio paso a un nuevo orden mundial basado en un
equilibrio entre las grandes potencias (Francia y Austria) del que Inglaterra sería garante.
Los acuerdos logrados se pueden agrupar en tres tipos:
POLÍTICOS:
• Reconocimiento de Felipe V como rey de España (no fue reconocido por Austria) y renuncia
de éste al trono francés.
• Fin del apoyo francés a los pretendientes Estuardo al trono inglés.
• Reconocimiento como reyes del elector de Brandemburgo (rey de Prusia) y del duque de
Saboya (rey de Sicilia).
• Creación del Electorado de Hannover (a cuyos duques se adjudicaba la sucesión al trono inglés
por el Acta de Establecimiento de 1701).
TERRITORIALES:
• Cesión de España a Austria de los Países Bajos, Luxemburgo, Milán, los presidios de Toscana,
Nápoles y Cerdeña (que cambiarían a Saboya por Sicilia).
• Cesión de España a Saboya de Sicilia y parte de la Lombardía española (Lomellina y
Valsesia).
• Cesión de Francia a Inglaterra de ciertos enclaves coloniales (Acadia, Terranova, Bahía del
Hudson y la Isla de san Cristóbal), así como algunas plazas fuertes de los Países Bajos a las
Provincias Unidas (Furnes, Ypres, Tournai, Mons, Charleroi, Gante, Namur, Menin y
Poperinghe), y demolición de las fortificaciones de Dunkerke.
• Incorporación a Francia del ducado de Orange.
• Incorporación a Prusia del Güeldres español y Neuchâtel.
• Inglaterra obtendría Gibraltar y Menorca.
COMERCIALES
• Status de Inglaterra como “nación más privilegiada” en el comercio con las Indias Españolas.
• Derecho de asiento (monopolio por 30 años de la trata de negros en la América Española).
• Navío de permiso: derecho anual de enviar un navío de 500 Tm. a las Indias Españolas
(ruptura del monopolio comercial español en América).
Las guerras del siglo XVII trajeron la disolución del concepto medieval de la Comunidad
Cristiana de Europa. Unos barajaron las ideas de los Imperios Universales y otros volvieron a
las ideas italianas del siglo XV de mantener la paz mediante un equilibrio entre las grandes
potencias.
Este sistema de equilibrio tenía sus ventajas: podía utilizarse para justificar la declaración de
guerra contra una potencia que amenazara tal equilibrio, aunque paradójicamente se tendió a
utilizar para justificar la agresión.
El sistema tardó en imponerse, por la reticencia, entre otros de Francia, poco proclive a
renunciar a su preponderancia en el continente. Por otras razones, potencias emergentes, como
Prusia o Rusia, o aquellas en decadencia, pero aún con aspiraciones de remontarla, como el
Imperio Otomano, eran contrarias igualmente, ya que este equilibrio suponía el mantenimiento
de un statu quo que a estas tres potencias le interesaba modificar a su favor.
Se ha atribuido a los británicos la aplicación y extensión del concepto de equilibrio,
considerándose una victoria el hecho de que las ideas inglesas empezaran a estar de moda en el
siglo XVIII. La Alianza de la Haya, de 1702, se formó con el objetivo de limitar el poderío
francés en Europa. Por otro lado el equilibrio de Utrecht de 1713 se basaba en las ideas de que
las monarquías españolas u francesas deberían permanecer siempre separadas.
El equilibrio europeo después de Utrecht se había estructurado en base a tres grandes potencias:
Inglaterra y Austria que salían victoriosas de la contienda, y Francia cuyo poderío militar
continuaba siendo muy considerable aún después de las derrotas recibidas. Muy pronto se
añadió a este grupo Rusia.
En un segundo plano, pero interviniendo directamente en la política internacional quedaron
Holanda, la segunda potencia marítima de la época; España, temible y poderosa todavía por sus
inmensos recursos coloniales, y Turquía, enorme conjunto vacilante.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
El gobierno español no había aceptado las capitulaciones generales de Utrecht-Rastatt, ni la
consiguiente distribución de fuerzas en el Mediterráneo occidental. La Guerra de Sucesión había
demostrado que España era aún capaz de reacciones insospechadas en el campo militar, y que
este potencial podía ser puesto en juego para recuperar su antiguo rango en el Mediterráneo y en
Italia.
En 1714 se produce en España una auténtica revolución palatina ocasionada por el segundo
matrimonio de Felipe V con Isabel de Farnesio, y que provocó el cambio de influencia en la
corte española, pasando de ser francesa a italiana. La nueva soberana aspiraba a librar a Italia de
alemanes y asegurar los ducados de Parma y Toscana a sus hijos, puesto que la Corona de
España correspondía a los hijos del primer matrimonio de Felipe V. Alberoni, ministro italiano
en la corte española, preparó diplomáticamente la denuncia española del Tratado de Utrecht.
Para ello se acercó al rey inglés Jorge I y firmó un tratado comercial muy favorable a los
intereses británicos. Pero a pesar de ello Inglaterra no estaba dispuesta a pisotear Utrecht y en
1716 se aproximó a Francia firmando un acuerdo anglo francés.
A pesar de ello Alberoni decidió actuar, y en 1717 el ejército español desembarca por sorpresa
en Cerdeña, a lo que Austria fue incapaz de responder y pidió la ayuda inglesa. Estos iniciaron
contactos diplomáticos con Francia y Austria, llegando en 1718 a unos acuerdos que
determinaban la renuncia del emperador a la corona española, el reconocimiento del derecho
sucesorio de Parma y Toscana a favor del príncipe Carlos, hijo mayor de Isabel de Farnesio, y la
permuta de la Cerdeña austríaca por la Sicilia saboyana. España rechazó este plan y se dispuso a
una segunda acometida en el Mediterráneo y, en julio de 1718, desembarcó en Sicilia
apoderándose de la isla. Esto alarmó a la potencia naval británica, que sin previo aviso, destruyó
la flota española, y apoyó la reconquista austríaca de Sicilia, y asolaba las costas cantábricas de
la península, mientras los franceses invadían Navarra y Guipúzcoa, y atacaban el norte de
Cataluña. Poco después España se adhería a la Cuádruple Alianza y se firmaba la paz.
Las tentativas de España de restablecer por sí sola el antiguo orden en el Mediterráneo oriental,
habían fracasado por las conveniencias de Inglaterra y Austria, y la política de la Regencia
francesa.
Las rivalidades entre España y Francia con el imperio austriaco, terminaron por acercar
diplomáticamente a los dos países, donde gobernaban los Borbones. Los dos estados se pusieron
de acuerdo y firmaron el llamado Primer Pacto de Familia en noviembre de 1733, en cuyas
cláusulas principales constaba la oposición al reconocimiento de la Pragmática Sanción y al
enlace de la heredera de Austria con el duque de Lorena y, al mismo tiempo, el auxilio de
Francia a las pretensiones de España sobre Gibraltar e Italia.
Tras acabar la guerra de la cuádruple y ser separado Alberoni del gobierno, la amistad con
Francia se imponía de nuevo y Luis, el hijo de Felipe V, casaba con una hija del regente, duque
de Orleans, pactándose también el matrimonio de Luis XV con Mariana Victoria de España,
pacto que no se cumpliría.
La política italiana impulsada por Isabel de Farnesio propició el acercamiento de España a
Francia, y se firmó el tratado de Fointenebleau, nuevo y Segundo Pacto de Familia, por el cual
Francia se comprometía a ayudar a la recuperación de Menorca y Gibraltar. El pacto provocó la
ruptura de hostilidades con Inglaterra, que se prolonga con la guerra de la Pragmática.
El Tercer Pacto de Familia se firma en tiempos de Carlos III, y era una completa fusión y
alianza en materia internacional, pues las dos partes defendían sus respectivos intereses como
propios, aportarían hombres y barcos en proporción y no firmarían paces por separado. En la
práctica la dirección política la llevaría Francia. El pacto se firmaba en agosto de 1761, e
Inglaterra declaraba inmediatamente la guerra.
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CB: ¿En qué consistieron las transformaciones militares y navales del siglo XVIII
Los gobiernos del siglo XVIII se aprestaron decididamente a desarrollar al máximo tres
instrumentos fundamentales de poder: los ejércitos, las armadas y la diplomacia.
A finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, muchos ejércitos europeos adquirieron
mayores dimensiones que nunca. Esto era el reflejo del gran desarrollo de los sistemas
administrativos y financieros. El crecimiento militar más notable fue el de Francia, aunque las
potencias que disponían de menos recursos se esforzaron también para incrementar su poderío
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
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militar, como Rusia con Pedro I. Las otras potencias tambien acrecentaron sus ejércitos, como
Inglaterra que recurrió a las “fuerzas auxiliares extranjeras” generalmente, daneses y alemanes o
el ejército de los Habsburgo, que en los primeros años del siglo XVIII recibió ayuda inglesa. Un
caso especial fue el de Prusia a partir de mediados del siglo XVIII, cuyo ejército llegó a ser
equivalente al 7 % de la población del país.
A comienzos del siglo XVIII, las armadas europeas crecieron al igual que los ejércitos, pero
su aumento fue mucho menos general y constante y experimentó fluctuaciones diversas. La
causa radicaba en la concepción de la mayoría de los estados europeos, para los cuales el
poderío militar era más importante que el naval. Esta concepción se iría debilitando con el paso
del tiempo. En la primera mitad del siglo XVIII, la guerra terrestre seguía teniendo primacía
sobre la naval y, así, la marina se empleaba esencialmente para proteger los movimientos de las
tropas terrestres. Hacia mediados del siglo XVIII, sin embargo, las armadas de las grandes
potencias crecieron mucho más que los ejércitos de tierra, puesto que el objetivo de los
enfrentamientos se centró en los imperios coloniales y en la conquista de los mercados y el
comercio ingerente a ellos.
El s. XVIII profesionalizó la diplomacia. Lo más frecuente era que en las propias oficinas
de las Secretarías de Estado, o de la recién creada Foreign Office, se impartiese un cierto tipo de
aprendizaje, más práctico que teórico, o que en las propias embajadas atendieran a este fin,
regulándose también los pasos a seguir para pasar de joven de lenguas o de agregado a
secretario o ministro plenipotenciario con una cierta continuidad. A medida que avanza el siglo,
la creciente nacionalización de este servicio en todos los estados fue también otra nota
característica, con la excepción de Rusia, donde los extranjeros siguieron desempeñando un
importante papel. No fue la reestructuración del personal diplomático la única novedad que trajo
la centuria. También fue un considerable avance el que se desarrollaran una serie de servicios
especializados, dirigidos a proporcionar información. Traductores, geógrafos, archiveros,
expertos en cifras y asesores jurídicos eran considerados como imprescindibles a la hora de
resolver o tramitar los asuntos ordinarios y, por ello, se fueron incorporando a las secretarías de
Estado o de Asuntos Exteriores. También se hizo un serio esfuerzo por racionalizar la
organización diplomática, que creció significativamente, permitiendo una mayor presencia
oficial de los distintos estados en toda Europa. Y no menos importante fue el desarrollo de la
red consular que refleja bien la importancia que las cuestiones económicas y comerciales
estaban alcanzando.
CB: ¿Qué fue la Liga de la 0eutralidad Armada?
La dureza británica para mantener el control de los mares tras el inicio de la Guerra de
Independencia de los Estados Unidos (1775) dio lugar a la creación de una coalición formada
por Dinamarca, Prusia, Suecia y Rusia en 1780, con el fin de obligar al Reino Unido a respetar
los derechos de los países neutrales durante dicha guerra. Posteriormente se unieron a la Liga
Austria, Portugal, los Países Bajos, las Dos Sicilias y Francia. En respuesta, Inglaterra declaró la
guerra a Holanda.
Guerra de Sucesión de Polonia
La Guerra de Sucesión Polaca (1733 -1738), fue una guerra con un alcance global europeo a la
vez que una guerra civil polaca, cuyo objetivo inicial era el de determinar quién iba a suceder a
Augusto II como rey de Polonia y Lituania, pero que en realidad supuso también un nuevo
enfrentamiento dirigido por los Borbones con la intención de socavar o eliminar el poder de los
Habsburgo en la Europa occidental, como continuación de la propia Guerra de Sucesión
Española.
La guerra enfrentó por un lado a los partidarios de Federico Augusto II, elector de Sajonia,
quien reinaría en Polonia con el nombre de Augusto III y por otro a los partidarios de Estanislao
Leszczynski, quien a su vez había ya reinado (y reinaría de nuevo) en Polonia con el nombre de
Estanislao I.
Augusto III recibió durante estas luchas la ayuda del Imperio ruso, del Imperio austriaco y del
Sacro Imperio Romano Germánico, con Sajonia especialmente (territorio del que además era
soberano), mientras que Estanislao I fue apoyado por Francia, Baviera, ducado de Saboya, el
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
reino de Cerdeña y España.
Tras cinco largos años de lucha, cada uno de los países involucrados en la guerra buscó el medio
de hacer valer en los acuerdos de paz las ventajas alcanzadas en la lucha.
Las conversaciones preliminares desembocaron en el Tratado de Viena, firmado en el mismo
1735 (aunque no fue ratificado hasta 1738), que puso fin al conflicto.
La primera consecuencia de los acuerdos de paz, por lo que respecta a Polonia, causa teórica de
la guerra, fue que Augusto III de Polonia quedó completamente consolidado como rey del país,
quedando definitivamente descartado Estanislao I Leszczynski. No obstante, la dependencia en
la que quedaba el país respecto de las grandes potencias no tardaría en pasarle una amarga
factura, con los repartos de Polonia entre los países vecinos en el último cuarto del siglo XVIII.
Guerra de Sucesión de Austria (1640-48)
En 1740 fallece el Emperador de Austria Carlos VI. En 1713 por la Pragmática Sanción nombra
su sucesora a su Hija Maria Teresa quien sería a su muerte la Emperatriz de Austria. Aunque
dicha pragmática sanción fue admitida por los principados alemanes integrados en el Sacro
Imperio Romano Germánico, y por el resto de las potencias europeas, disgustó a otros
pretendientes. El príncipe Elector de Baviera y el Duque de Sajonia, casados con sobrinas del
emperador Carlos VI.
En favor de las pretensiones bávaras se pronunciaron Prusia, Francia, España, Suecia, Polonia y
varios estados alemanes e italianos.
En favor de María Teresa se pronunciaron Sajonia, Inglaterra, Rusia, Holanda y otros estados
alemanes e italianos.
La guerra comenzó con la invasión prusiana de la Silesia austriaca. Simultáneamente el Elector
de Baviera invade Bohemia y ocupa Praga donde es proclamado emperador con el nombre de
Carlos VII. Estas primeras fases de la guerra demostraron la falta de coordinación entre los
distintos grupos de partidarios de unos y otros, de forma que cada país actuaba en defensa de
sus intereses sin una estrategia común.
Pronto Prusia abandona la guerra al serle reconocida por Austria la posesión de Silesia. La
marcha de Prusia de la guerra permitió a los austriacos y rusos penetrar en Baviera y Bohemia
obligando a los bávaros a pedir la paz. Sin embargo Francia y España avanzaban peligrosamente
en las posesiones austriacas en Flandes e Italia lo que obligó a los aliados austriacos a formar la
Liga de Worms.
Como respuesta Francia y España firmaron el Segundo Pacto de Familia (1643). Francia lo hizo
para debilitar a Inglaterra y Austria, sus rivales más directos por la hegemonía en Europa;
España, para intentar recuperar sus posesiones en Europa perdidas tras la Guerra de Sucesión
Española.
En el frente occidental las victorias francesas fueron importantes. Las batallas más importantes
fueron las de Mollwitz (1741), Wettingen (1743), y Hohenfriedburgo (1745).
Sin embargo, en Lombardia, la guerra favoreció a los aliados austriacos. Sólo la entrada otra vez
en guerra de Prusia y la victoria hispano napolitana en Valletri (1744) permitieron equilibrar la
guerra en ese frente.
La muerte de Carlos VII provocó el fin de la guerra al desaparecer uno de los pretendientes al
trono austriaco. El resultado fue el mantenimiento del "status quo" europeo salvo para Prusia
que consolidaba su dominio sobre Silesia y se convertía en una gran potencia militar.
Guerra de los 7 años
Se denomina Guerra de los Siete Años o Guerra Carlina a la serie de conflictos internacionales
desarrollados entre 1756 y 1763, para establecer el control sobre Silesia y por la supremacía
colonial en América del Norte e India. Tomaron parte, por un lado, Prusia, Hanóver y Gran
Bretaña junto a sus colonias americanas y su aliado Portugal tiempo más tarde; y por otra parte
Sajonia, Austria, Francia, Rusia, Suecia y España, esta última a partir de 1761. Se produjo un
cambio de coaliciones con respecto a la Guerra de Sucesión Austriaca, si bien el conflicto de
Silesia y la pugna francobritánica siguen siendo las claves.
El conflicto, que movilizó un contingente de tropas desconocido hasta entonces, se desarrolló
además en varios frentes debido a las distintas campañas que se llevaron a cabo en Alemania y a
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
la dispersión de los dominios franco – ingleses: Sajonia, Estiria y Bohemia resultaron
particularmente afectadas; en el Mediterráneo, las islas inglesas se convirtieron en objetivo; en
Canadá, las inmediaciones del lago Ontario fueron el centro de los enfrentamientos, y en la
India, la lucha se polarizó en torno a Calcuta.
La guerra de los Siete Años terminó en 1763. El 10 de febrero, el Tratado de París fue firmado
por el duque Choiseul, el marqués de Grimaldi y el duque de Bedford. William Pitt se había
empecinado en mantener vivo el conflicto hasta lograr el aniquilamiento de la fuerzas de
Francia.
Los tratados de paz que pusieron fin a la Guerra de los Siete Años representan una victoria para
Gran Bretaña y Prusia, y para Francia la pérdida de la mayor parte de sus posesiones en
América y Asia.
El 15 de febrero se firmó el Tratado de Hubertusburg, que confirmó a Silesia como posesión
prusiana y convirtió a Prusia en potencia europea.
Respecto a Francia, la pérdida no fue sentida como algo catastrófico. Se conservaban los
derechos pesqueros en Terranova y la población católica francófona de Quebec recibiría un trato
de respeto. Por otro lado, las pérdidas en la zona del Caribe pueden ser compensadas, pues la
colonia principal francesa del Mar Caribe, Puerto Príncipe (Haití), produce la mitad del azúcar
consumido en todo el mundo, y su comercio con África y las Antillas está en pleno apogeo.
Tema 10-11:
CB: Concepto de Despotismo ilustrado.
El Despotismo Ilustrado aparece en la Europa del siglo XVIII como un intento de simbiosis
entre la política y la filosofía, ya que era creencia generalizada entre los filósofos (con raras
excepciones, como Rousseau) que el bienestar del pueblo tendría como origen el trono. Así,
bastaría con conquistar al monarca (en vez de hacer una revolución para convencer al pueblo
entero) y hacer que éste aceptara poner en marcha las reformas necesarias para alcanzar el
mayor bien común.
La expresión «Despotismo Ilustrado» fue utilizada por vez primera por la historiografía
romántica a mediados del siglo XIX. El fenómeno es complejo y varía de un país a otro.
Los elementos que caracterizan al Despotismo Ilustrado son básicamente dos:
Por una parte, la influencia de las ideas ilustradas en el terreno de la cultura y la acción
gubernamental, imbuida de espíritu de reforma y con pretensiones de favorecer paternalmente la
felicidad pública de los súbditos e incrementar el prestigio de la Dinastía reinante en el
concierto internacional.
Por otra, la aplicación decidida de una política destinada a contener los privilegios nobiliarios y
eclesiásticos, cuyos intereses estamentales habían constituido un tradicional obstáculo para el
fortalecimiento del poder del monarca.
En virtud de ese doble carácter, el tiempo histórico del Despotismo Ilustrado queda circunscrito
al periodo que comienza con la subida al trono de Federico II de Prusia y María Teresa de
Austria en 1740 y finaliza al concluir el reinado de José II en 1790, cuando el estallido de la
Revolución francesa da paso a una realidad nueva, cerrándose definitivamente la vía de las
reformas prudentes encabezadas por los reyes llamados «ilustrados».
Los protagonistas de esta colaboración entre las ideas de la Ilustración ilustradas, y el Estado
fueron monarcas como Federico II de Prusia, Catalina la Grande de Rusia, la Emperatriz
austriaca María Teresa y su hijo y sucesor José II, Carlos III de España, y ministros con gran
ascendiente sobre los reyes a los que servían, como el marqués de Pombal en el Portugal de José
I, o Bernardo Tanucci en el Nápoles de Fernando IV, o la Toscana del Gran Duque Pietro
Leopoldo.
El programa de los gobiernos «ilustrados» de la segunda mitad del siglo XVIII tenía
antecedentes muy sólidos en el absolutismo de fines del siglo XVII y primeras décadas del
Setecientos, caracterizándose por:
- Reforzar la tendencia a una mayor centralización que, gracias a una burocracia eficaz,
aumentaría la actividad de la maquinaria del estado.
- Reorganizar la fiscalidad, evitando las numerosas desviaciones y exenciones.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
- Clarificar el procedimiento judicial por medio de la recopilación de leyes y la aplicación de
principios humanistas y utilitaristas en el campo penal.
- Incrementar la actividad económica mediante la favorable acogida de innovaciones técnicas y
ciencias aplicadas.
- Promocionar la cultura y el saber científico creando instituciones para la difusión educativa. - - Secularizar la monarquía absoluta y las normas sociales, distinguiéndolas de la fe, practicando
la tolerancia religiosa.
El objetivo último del Despotismo Ilustrado era hacer compatible el fortalecimiento máximo del
poder del monarca con el desarrollo ordenado y equilibrado de la sociedad.
CB: 0ecker y la convocatoria de los Estados Generales
Jacques Necker es nombrado ministro de Hacienda en 1776. En 1778 Francia entra en la Guerra
de Independencia de las Trece Colonias como aliada de las Colonias americanas contra
Inglaterra. Para hacer frente a los gastos bélicos, Necker obtuvo créditos, fundamentalmente de
la banca protestante. El ministro evitó reformas drásticas del sistema financiero y se limitó a
reforzar el control sobre los tesoreros y los recaudadores de impuestos. Necker creó dos
asambleas provinciales de carácter consultivo pero, su intento de establecer asambleas en todas
las ciudades y una asamblea nacional que registrase los edictos encontró una fuerte oposición.
En 1781 Necker publica un presupuesto que genera una gran controversia debido a que se hacen
públicos los gastos de la Corte. En Mayo de ese mismo año el ministro dimite. Con la firma de
la Paz de Versalles entre los Estados Unidos e Inglaterra en 1783, Francia recupera sus colonias,
lo que agrava la situación financiera.
Ese mismo año es nombrado secretario de Hacienda Charles Alexandre de Calonne. Calonne
intentó recuperar el programa de reformas de Turgot, sin embargo su proyecto fue rechazado
por una Asamblea de Eotables, la mayoría pertenecientes al partido cortesano de María
Antonieta. Luis XVI destituye al ministro en 1787. Durante la etapa de Calonne (1783-87), las
malas cosechas provocan crisis de abastecimiento y levantamientos populares. Además, la
industria sufre un retroceso debido a la competencia de los productos ingleses. El nuevo
ministro de Hacienda, Lomenie de Brienne, se encuentra con una difícil situación: la falta de
recursos y los efectos de las malas cosechas de 1786, que retrasaron el pago de impuestos y
provocaron una serie de bancarrotas. Brienne intentó hacer frente a la situación con nuevos
créditos y una política de ahorro, a la que se opuso el Parlamento de París, que aspiraba a la
convocatoria de estados Generales.
Se trató de suprimir de nuevo los Parlamentos pero, la agitación de las provincias y la reacción a
favor de la convocatoria de Estados Generales, apremiaron a Luis XVI, que convocó los Estados
Generales para el 5 de Mayo de 1789. Necker retoma su cargo de secretario de Hacienda.
La convocatoria de Estados Generales, que se habían reunido por última vez en 1614, se realiza
como anteriormente, esto es: se convoca a los participantes por estamentos, teniendo cada orden
un voto. El Tercer Estado no acepta esta situación, que sería perjudicial para sus intereses, pues
la nobleza y el clero unirían sus votos en contra del Tercer Estado.
En diciembre de 1788 el Parlamento aceptó que el número de representantes del Tercer Estado
fuesen tantos como los del clero y la nobleza juntos. Los representantes del Tercer estado, todos
pertenecientes a la burguesía, con los medios económicos necesarios para realizar una campaña
política, asumieron el monopolio de la expresión política del Tercer Estado. Estos burgueses
fueron los autores de los “cahiers de doléances”, listas de reclamaciones y quejas ante el rey.
Éstos, en general, insistían en la igualdad civil de los tres órdenes de la sociedad y en la
abolición de los privilegios aristocráticos. Hay que destacar la influencia del panfleto de Sièyes
(“¿Qué es el Tercer Estado?”), en el que se reclamaba la participación de los representantes del
Tercer Estado en la dirección política del país, identificando a este estamento con la nación.
El 5 de Mayo de 1789 se inauguraron en Versalles los Estados Generales. Participaban 270
representantes de la nobleza, 291 del clero y 578 del Tercer Estado. Los diputados del Tercer
Estado se opusieron a las deliberaciones por separado de cada orden y, el 17 de Junio se
constituyeron en Asamblea Nacional, a la que se unieron diputados reformistas de los otros dos
estamentos. Fue éste un acto revolucionario, pues la constitución de los estados generales no
podía ser modificada sin consentimiento del rey. La Asamblea Nacional se concentra en el local
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
del Juego de la Pelota jurando no disolverse hasta haber redactado una nueva Constitución. El 9
de Julio, la convención, a la que se habían unido el estamento del clero y la nobleza, se define
como Asamblea Constituyente.
La emergencia de Prusia
El gran elector de Brandeburgo, Federico Guillermo, fue el verdadero artífice del poderío
prusiano; ante la dispersión geográfica de sus dominios, afirmó su autoridad estableciendo un
mecanismo institucional adecuado, con una serie de innovaciones en el aparato administrativo,
creando una burocracia centralizada y competente, sometiendo a su poder a los diversos grupos
sociales -nobleza- e instituciones provinciales Estados y municipios-. Todo ello se combinó con
la introducción de gravámenes sobre el consumo y la reglamentación de la recaudación para
obtener ingresos regularmente, al tiempo que creaba un ejército permanente e iniciaba una
política exterior agresiva. Su hijo, Federico III de Brandeburgo, sigue sus pasos pero intentando
ampliar considerablemente los objetivos de los Hohenzollern, y logrando satisfacción con la
transformación de sus territorios en reino independiente; el estallido de la Guerra de Sucesión
española le dio la oportunidad de conseguir plena soberanía para sus dominios a cambio de
ayuda militar al emperador por lo que en enero de 1701 se convierte en primer rey de Prusia,
con el reconocimiento internacional. Después de su abuelo, el nuevo y homónimo soberano
Federico Guillermo I (1713-1740) llevó el absolutismo militar a un nivel de plena madurez.
Escribió un reglamento para la infantería, el adiestramiento y las evoluciones tácticas dieron a la
infantería prusiana una flexibilidad y una precisión de maniobra desconocidas hasta entonces en
Europa. Los efectivos del ejército alcanzaron los 83.000 hombres llegando a ser el cuarto del
continente.
CB: Federico II, "le roy philosophe". 1740 - 1786
Nacido en Berlín el 24 de enero de 1712, es el tercer rey de Prusia. Conocido como el "Rey
Filósofo", tras suceder en el gobierno a su padre Federico Guillermo I (1740) convirtió al
tradicional estado ducal de los Hohenzollern en una de las más fuertes potencias europeas.
Tras tomar el trono, la sucesión en Austria le hace cambiar la tradicional política de alianza con
los Habsburgo por una política de enfrentamiento. Así, se alía con Francia en contra de la
emperatriz María Teresa y obliga a ésta a reconocer la anexión de Silesia por parte de Prusia.
Esta conquista procura a Prusia el control sobre una región económicamente poderosa, con
25000 km2 y 125000 habitantes.
La paz de Dresde, en 1745, por la que Prusia anexiona Silesia, procura además al país y a
Federico II un período de 10 años de paz, en los que puede reorganizar la administración y el
gobierno. Sus reformas políticas se encaminan a crear nuevos ministerios e impulsar la
economía, cuestión prioritaria tras una larga etapa de guerras.
En agricultura, dedica sus esfuerzos a modernizar las técnicas y organizar la producción, para lo
que contacta con fisiócratas, selecciona las razas animales y discute con Voltaire sobre la
calidad de los abonos. La desecación del curso inferior del Oder hace ganar a Prusia nuevos y
fértiles territorios de cultivo.
En otro ámbito de actuación, prepara a su ejército para los posibles conflictos que se puedan
plantear en el futuro. Consciente de que la paz de Aquisgrán, en 1748, es tan sólo un paréntesis
de tranquilidad en las relaciones europeas, reorganiza el ejército y le dota de estructuras
modernas, formando una tropa de 150000 hombres que convierte a Prusia en el país
militarmente más preparado de su época.
Austria no se resigna a la pérdida de Silesia, mientras que otros países temen la aparición de una
nueva potencia rival en el corazón de Europa. Así, tras invadir Francia la región prusiana de
Sajonia, se desencadenan las hostilidades. Participan en la coalición antiprusiana Austria,
Francia, Suecia y Rusia, mientras que Federico II recibe la ayuda -débil, por otro lado- de
Inglaterra. La guerra de los Siete Años, entre 1756 y 1763 costará a Prusia cuantiosas pérdidas y
estará a punto de provocar el desastre. La posterior alianza con Rusia y su monarca, Catalina II,
dará a Prusia un respiro y pondrá las bases de la primera repartición de Polonia, sucedida en
1772.
Ejemplo del absolutismo monárquico imperante en la época, su figura ha representado
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
tradicionalmente la política ilustrada. Sin embargo su gobierno no realizó reformas estructurales
en el ámbito social ni está imbuida por las ideas políticas y reformistas de otros monarcas
coetáneos. Más parece que su política estuvo dictada por el pragmatismo y la necesidad que por
un proyecto de cambio y modernización de las estructuras prusianas. Intentó modernizar la
producción agrícola aplicando las ideas fisiocráticas, si bien en la cuestión fiscal las dejó de
lado. En materia industrial, siguió una radical política colbertista encaminada a proteger los
productos prusianos: aranceles a los productos del exterior, exenciones de impuestos a la
industria nacional, implantación de monopolios, etc. El resultado es un gran desarrollo de la
industria prusiana y un fuerte incremento poblacional, que hace pasar al país de 2,5 millones de
habitantes al comienzo de su gobierno a 6 millones al final.
Personaje contradictorio, expone sus teorías, totalmente contrarias a su práctica- en "AntiMaquiavelo", publicado en 1739.
Su creación de una Federación de príncipes independientes demostrará su utilidad en 1785
cuando finalice la amistad con Rusia y Austria aspire a beneficiarse del debilitamiento prusiano,
y preconizará el posterior papel central de Prusia en Europa a finales del siglo XIX. Federico II
falleció en Sans-Souci el 17 de agosto de 1786.
CB: Carlos VI y la Pragmática Sanción.
Leopoldo I [(1658 – 1705)], en 1703, para asegurar la indivisibilidad de los dominios de la
Casa, firmó el Pactum Mutuae Successionis, que aseguró en la línea femenina la herencia del
conjunto de los dominios de su Casa, en el caso probable de que fallara la línea masculina. José
I [(1705 – 1711)] murió en 1711 y la Casa la heredó como único varón su hermano, el
Archiduque Carlos, elegido también para la corona imperial. Casado en 1708 con Isabel
[Cristina] de Brunswick [– Wolfenbüttel (n. 1691 – † 1750)], al comienzo de su reinado, sin
hijos todavía y por si acaso sólo tenía hijas, apoyándose en el Pactum Mutuae Successionis,
Carlos VI [(1711 – 1740)] tomó la decisión de promulgar la Pragmática Sanción en 1713, para
asegurar y perpetuar la herencia dinástica. Años después nacía su hijo Leopoldo [Juan (n. abril
1716 – † noviembre 1716)], que apenas viviría un año y después dos hijas, María Teresa (1717)
y María Ana (1718). Con María Teresa como primogénita el camino empezaba a despejarse,
sólo faltaba que lo reconocieran los estamentos de Hungría y, por añadidura, los demás estados
de dentro y fuera del Sacro Imperio.
En 1720, cumpliéndose el trámite propuesto por el soberano, se envió a las Dietas de los
diferentes territorios los correspondientes documentos para que acataran la Pragmática.
Prácticamente todas la aceptaron, incluidos los estados de las nuevas posesiones italianas y de
los Países Bajos; incluso se aseguraba su defensa con “bienes y sangre en todos los tiempos” y,
en Transilvania, se incluyó como ley fundamental. Tan sólo en Hungría y, en menor grado, en el
Tirol, los estamentos presentaron reparos con el argumento de que, al estar ya promulgada la
pragmática, se había conculcado su derecho de consulta previa y de aprobación. En Hungría,
concretamente, iba contra el derecho que tenían a la elección de rey en caso de extinción de la
línea masculina. Sin embargo, la difícil situación que se vivía por el peligro otomano, y el
predominio del grupo prohabsbúrguico, hizo que finalmente la Dieta diera su acuerdo favorable.
Despotismo ilustrado en Austria: Mª Teresa y Jose II
MARIA TERESA DE AUSTRIA
María Teresa I de Austria (13 de mayo de 1717 – 29 de noviembre de 1780) fue Archiduquesa
de Austria, Reina de Hungría y Bohemia y consorte del emperador Francisco I.
Hija del emperador Carlos VI, a quien sucedió en sus dominios patrimoniales al morir en 1740,
y de Isabel Cristina de Brunswick. Madre de los emperadores José II y Leopoldo II. Entre el
resto de su descendencia destaca María Antonieta de Austria, última reina absolutista de
Francia. La mayor parte de los Estados europeos habían reconocido esta sucesión y la
Pragmática Sanción de 1713 que declaraba indivisibles los territorios de la Casa de Austria.
Pero diversos acontecimientos produjeron un giro en el apoyo a Maria Teresa, desencadenando
la Guerra de Sucesión Austriaca (1740-48). María Teresa salvaguardó tras el Tratado de
Aquisgrán (1748) el grueso de sus Estados y la corona imperial para su esposo, Francisco de
Lorena (1745-65) y que se la reconociera como sucesora y reina de los dominios habsbúrguicos.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
concluido el conflicto sucesorio con los tratados de paz y convencida de la responsabilidad
negativa de las bases feudales en que se apoyaba, asistida en un primer momento en consejeros
de la talla de Bartenstein, se propuso un programa de reformas con el fin de aumentar la
autoridad real y de transformar las bases tradicionales en la administración de sus dominios.
A lo largo de su reinado centró su atención en muchas ocasiones en Hungría, donde pasará
mucho tiempo. En 1749 ordena la remodelación del Palacio de Buda, fundará en 1760 la
guardia personal noble húngara, con sede en Viena y compuesta por 120 nobles húngaros, y
posteriormente creará la orden de caballería de San Esteban en 1764. De esta forma, María
Teresa se convertirá en una de los Habsburgo más populares y apreciados en el Reino de
Hungría.
De la mano de su canciller Kaunitz formó una alianza con Francia para recuperar Silesia, lo que
dio inicio a la Guerra de los Siete Años (1756-63), que no le devolvió Silesia, pero que le
permitió extender sus dominios en Galicia (o Galitzia) y la Bucovina, garantizando la sucesión
imperial para su hijo José II (1765-90). Participó en el Primer Reparto de Polonia (1772) y
renunció a luchar por la sucesión de Baviera.
La confianza de María Teresa [I] en el príncipe Kaunitz hizo que, tras su labor diplomática,
asumiera las materias de interior y continuara las reformas que había puesto en marcha
Haugwitz. El objetivo de Kaunitz era el mismo: aumentar el poder de la Casa de Austria
limitando a los estamentos. Empezó suprimiendo el Directorio Público de las Cámaras y
poniendo un Consejo de Estado en 1761, que coordinara todas las acciones de gobierno interior
y aconsejara a la reina en todo. El presidente sería él mismo. Sin embargo, estas reformas se
quedaron en la cúspide y no afectaron a las constituciones internas de los territorios, aunque sí a
la autonomía de los estamentos, pues la aparición de nuevos funcionarios hacía que asumieran
parte de sus anteriores funciones. No obstante, la inexperiencia de los nuevos y su incapacidad
limitaron el alcance de las reformas.
La siguiente fase reformadora coincide con la corregencia de José II [(1765 – 1790)]. María
Teresa reorganizó sus reinos introduciendo reformas propias del despotismo ilustrado,
modernizó el ejército, sometió los poderes locales al gobierno central, impulsó las ciencias y las
artes y limitó la influencia de la Iglesia Católica. Moravia y Bohemia fueron unificadas con
Austria, pero no Hungría, donde María Teresa realizó concesiones a la nobleza, a cambio de la
ayuda que le había prestado durante la guerra.
José II (1780 – 1790) y el josefismo
Heredero de los derechos dinásticos, conocedor de las dificultades de su madre para gobernar
territorios con constituciones feudales y con ideas despóticas, José II [(1765 – 1790), de carácter
menos dialogante que su madre, era un católico de su tiempo, piadoso a la vez que instruido y
dominado por las doctrinas de la Ilustración y del Despotismo, lo que le hacía que viera los
asuntos de conciencia religiosa como pertenecientes al fuero interno de cada individuo,
importándole lo que cada persona aportara al Estado.
En general, la acción política interior de José [II] no fue sino una continuación de la marcada
por su madre y por él vivida en la corregencia, pero durante su reinado la expresó con más
fuerza. Efectivamente, si en las fases anteriores fueron atacados, fundamentalmente, los
estamentos civiles, en este reinado el que iba a ser el foco de atención de la política real era el
eclesiástico, junto con los territorios que antes escaparon a las reformas. Desde el tiempo de su
corregencia, había puesto su empeño en el ejército y era muy consciente de las debilidades
estructurales que soportaba, así como de la interacción que debía producirse entre los diferentes
sectores económicos y de su hacienda para hacer eficaz una milicia permanente y que no fuera
sólo defensiva. Su conocimiento previo del reformismo le hacía entender que sólo un
crecimiento económico y la contribución regular de los grupos más pudientes podían cambiar la
naturaleza financiera de la hacienda y el ejército. Por otra parte, los resultados de la puesta en
práctica de las medidas aplicadas por Federico II en Brandemburgo – Prusia le sirvió de espejo
para aplicarlas en los dominios austriacos.
Desde el principio, impuso la sobriedad en la corte y simplificó la administración: la Cámara de
Corte y la Chancillería de Austria y Bohemia se fundieron, y también lo hicieron la doble
Chancillería de Hungría y Transilvania, etc. Pero sobre todo acometió el cambio de las bases
fiscales de su hacienda (elaboración de un censo de población y de un catastro de la propiedad
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
para todos sus dominios). El objetivo era aliviar a los más débiles y repartir la carga fiscal con
arreglo a la riqueza, fundamentalmente fundiaria. Esta reforma, iniciada en 1781, no tendría su
culminación hasta 1789. En cuanto a la política industrial, las reformas afectaron a las
corporaciones gremiales, y, respecto al comercio, se evitaba la importación con prohibiciones
expresas y se favorecía la diversificación productiva interior. Las actuaciones sobre el
estamento eclesiástico no iban contra la Iglesia, sino contra determinada organización de la
Iglesia que limitaba la capacidad política real, el regalismo y el crecimiento económico. El
regalismo de José [II] se expresaba en su deseo de constituir una Iglesia particular como la
tenían otros estados (especialmente los afectados por la Reforma), con su derecho a nombrar
obispos y otras dignidades eclesiásticas. Para él, antes que nada, el clero debía servir a los fines
dinásticos del Estado. Esta posición partía del principio que apoyaba la monarquía de derecho
divino, y del que se deriva una autoridad real que nadie puede limitar.
Obviamente, la subordinación eclesiástica a su autoridad terrenal suponía cuestionar el
predominio papal y la autoridad de éste, tal y como hasta entonces se había expresado en los
dominios habsbúrguicos. Las medidas de sometimiento iban desde la supresión de fiestas
religiosas hasta la validación de los matrimonios canónicos por las autoridades civiles. Pero, sin
duda, la actuación más importante fue un conjunto de disposiciones que iban contra el
patrimonio eclesiástico y que atentaban contra el derecho y las bases materiales de ese cuerpo
político (muchos monasterios fueron disueltos y sus rentas utilizadas con fines civiles). En otro
orden de cosas, José II abolió la censura que la Iglesia imponía a los medios de prensa, toleró a
otras confesiones y religiones (Patente de Tolerancia, 1781), y en 1783 hizo que el Estado
asumiera la enseñanza, lo que suponía la eliminación del monopolio que, en este ámbito, había
tenido la Iglesia.
Todas estas reformas, junto a las que se venían aplicando desde su época de corregente, se
aplicaron de manera intransigente a todos los campos de la administración y de la cultura y
pasaron por encima de los derechos corporativos, imponiendo despóticamente un derecho
autocrático que fortalecía la patrimonialización dinástica. Por otra parte, la unificación de los
derechos de propiedad territorial para posibilitar la contribución de los bienes inmuebles, junto a
la reorganización financiera, hizo aumentar los ingresos fiscales y cambiar las relaciones
socioeconómicas en el campesinado. Todo este proceso engarzaba con el finalismo de las ideas
ilustradas de alcanzar la felicidad y es lo que se ha llamado josefismo. La presión impositiva sin
el concurso de los estamentos, a la larga, no se reveló eficaz en Austria. Los estamentos y los
territorios supieron esperar su momento. Éste llegó al final del reinado, cuando, poco antes de
su muerte, José II tuvo que ver cómo los territorios que había concentrado en su Casa se
llenaban de revueltas (desde Hungría a los Países Bajos) contra su política.
Tras su muerte, su sucesor [y hermano] Leopoldo II [(1790 – 1792)] tuvo que reconducir el
proceso reformador, a fin de salvar a la Casa de Austria de la ruina, negociando con los
estamentos y devolviéndoles derechos y libertades que convertían el anterior derecho
autocrático en humo de paja[…]. Las prácticas despóticas se revelaron ineficaces en Austria y el
absolutismo ilustrado quedó en poco más que un sueño pasajero.
CB: Repartos de Polonia.
Durante el s. XVIII va a culminar la peculiar trayectoria política seguida por Polonia a lo largo
de la Edad Moderna. Su clase dominante, la nobleza, se negó sistemáticamente a organizar el
poder político en torno a una monarquía fuerte, capaz de consolidar ese inmenso y desprotegido
espacio. El miedo al absolutismo se tradujo en una república nobiliaria en donde el poder de
unas grandes familias de magnates, secundados por una nutrida nobleza media, se expresó a
través de sus cámaras representativas, el Senado y la Cámara de Diputados –[en] cuya actuación
conjunta constituían la Dieta— así como de numerosas asambleas locales o Dietinas. Este
entramado institucional aristocrático bloqueó cualquier tentativa de centralización monárquica,
de poder ejecutivo por parte del rey. La progresiva decadencia interior y exterior del
conglomerado polaco – lituano desembocará en su desaparición traumática al finalizar la
centuria con los tres sucesivos Repartos de Polonia.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
Esta última fase de la historia de la Polonia moderna se suele dividir en dos períodos. La
primera mitad del siglo cubre la época de los reyes sajones (1697 – 1763) [–junto con el breve
reinado en dos fases de Stanislas I Leszcynski (1704 – 1709 y 1733 – 1734)—], en donde se
acentúa, por un lado, y se manifiesta a los ojos de toda Europa, por otro, la crisis interna y la
debilidad internacional del Estado. La segunda mitad, el reinado de Stanislas [II] Augusto
Poniatowski (1764 – 1795), conoce la reacción, por fin, a la crisis con la aplicación de una serie
de reformas que podían haber supuesto el resurgir de Polonia si la disensión interior y, sobre
todo, la intervención de las poderosas potencias vecinas (Rusia, Prusia, Austria) no lo hubiesen
frustrado.
La Reforma de 1764 tiene lugar cuando [Stanislas II] Augusto Poniatowski accede al trono con
el apoyo del partido reformista dirigido por los Czartoryski (la familia de su madre) y es
secundada por un clima de opinión pública favorable, que se procurará sostener y en general se
mantendrá a lo largo de todo su reinado. El rey se propone dar mayor eficacia a la gestión
gubernamental y limitar las facultades de la Dieta. Este modelo constitucional de Gobierno de
Gabinete personal del rey con un Parlamento reformado sucumbe ante la reacción de las fuerzas
conservadoras y la intervención exterior (Rusia 1767). Los graves desórdenes internos, desde la
inestabilidad en el campo hasta la formación de la Confederación de Bar (1768) en nombre del
exclusivismo católico y en contra de Rusia, consolidan la intervención militar rusa. [Stanislas II]
Poniatowski no tiene más remedio que retroceder en su reforma, restablecer el liberum veto y
aceptar la tutela de Catalina II sobre el orden constitucional polaco. Los recelos de las potencias
ante la excesiva influencia rusa hacen que, a iniciativa de Federico II [(1740 – 1786)], Prusia,
Austria y Rusia procedan al I Reparto de Polonia en 1772 en nombre del equilibrio en la zona.
Rusia se incorpora la antigua Bielorrusia y Austria, Galitzia, mientras que Prusia unifica
territorialmente las dos Prusias, salvo Dantzig. Todo ello le reporta a Polonia la pérdida de un
30 % de su territorio y del 35 % de su población.
La Reforma de 1775, obra de la Dieta de la Partición (1773 – 1775), supone un nuevo intento de
reorganizar el poder central en detrimento aparente del rey y en beneficio de los magnates. La
Reforma de la Gran Dieta de 1788 – 1792 supera no sólo los principios y tendencias del
reformismo anterior, sino el alcance de cualquier reformismo europeo. En realidad, se la ha
llegado a comparar con la Asamblea constituyente francesa por su carácter de “Dieta
gobernante”, que acumula los poderes legislativo y ejecutivo y reestructura el sistema político
en base a principios de derecho natural y contrato social. La solución alumbrada fue el nuevo
orden diseñado por la Constitución de 1791, para cuya aprobación como Ley Fundamental fue
preciso una especie de golpe de Estado con apoyo de las masas populares urbanas. Su fuente de
inspiración es una amalgama de pensamiento constitucional tradicional polaco del s. XVI con
ideas e instituciones contemporáneas de Francia e Inglaterra. En su articulado se establece la
soberanía nacional, la separación de poderes, la abolición de los restrictivos liberum veto y
derecho de confederación nobiliar y el reforzamiento del poder real, con la declaración del
carácter hereditario de la monarquía y la irresponsabilidad política del rey, que preside un
consejo de ministros responsables ante la Dieta. También se prevé un impuesto sobre la tierra
capaz de levantar un ejército de 100.000 hombres. Aunque socialmente era mucho más
moderada que los modelos francés y americano, pues dejaba intactas las estructuras
socioeconómicas del Antiguo Régimen, fue inmediatamente impugnada por la reacción
conservadora interna (contrarrevolución de Targowica) y considerada peligrosa por Rusia y
Prusia, que invadieron el país imponiendo la situación anterior a 1791 y el II Reparto de
Polonia de 1793. Prusia obtuvo Dantzig y Posnania. Rusia se quedó con Podolia, Ucrania y el
oeste de Bielorrusia.
La rebelión radical a que esta segunda gran crisis política de amputación territorial (3/5 partes
de lo que quedaba) y poblacional (reducción a 4 millones) [dio lugar] precipitó los
acontecimientos hacia la disolución completa del Estado. El general Tadeus Kosciusko [(n.
1746 – † 1817)] aglutinó la variedad de revueltas urbanas y militares que estallaron por doquier
y proclamó el Acta de Insurrección, que estableció una dictadura revolucionaria, ideológica y
socialmente confusa, pero con ribetes de jacobinismo maximalistas que bastó como pretexto a
las potencias vecinas para enmascarar sus apetitos territoriales, denunciando los peligros de
extender al Vístula los fenómenos revolucionarios ocurridos a orillas del Sena. Con la apoyatura
59
Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
y excusa de la disidencia interna Austria, Rusia y Prusia invadieron el país en 1794 y
consumaron el III Reparto. El nombre de Polonia desaparecía del Derecho Internacional en
1795. En noviembre abdicó el rey, que moría en San Petersburgo tres años más tarde. Polonia
ya no figuraba en el mapa político europeo.
Pedro I el Grande
Cuando comienza el reinado personal de Pedro [I] existía una convergencia entre la necesidad
de reformar y la disponibilidad del utillaje occidental necesario para realizar la transformación
sobre el modelo europeo. El resultado más inmediato va a ser un nuevo tipo de Estado, de
inspiración plenamente europea, pero que se construye con medios rusos; los de un poder
litúrgico y una autoridad incontestada, la autocracia, que impone el avasallamiento de la
sociedad, amplía la exigencia de servicio y ejerce una violencia desde arriba que parece, a
veces, la caricatura monstruosa del modelo. Un Estado que pretende administrar, reorganizar y
desarrollar la sociedad con criterios racionales, al servicio de una utilidad colectiva traducida
como engrandecimiento estatal. Por tanto, una concepción dinámica que chocará con la
interpretación negativa y pasiva del Estado ortodoxo zarista, simple sello sagrado sobre un
cuerpo social que se administra autónomamente. Las resistencias fueron, pues, múltiples. La
más peligrosa, la religiosa: la oposición de la Iglesia y de los Antiguos Creyentes, que culminó
con la muerte en prisión del zarevich Alexis. También las sublevaciones cosacas: Bulavin en el
Don (1706 – 1707) Mazepa y los zaporozegs en Ucrania (1709). Y a nivel popular hubo un
rechazo instintivo a las innovaciones externas (afeitado, calendario juliano, vestido, fumar, etc.);
factor añadido al universal resentimiento generado por la ingente presión física y financiera que
se tuvo que soportar (capitación e impuestos variopintos, movilizaciones militares, mano de
obra para la construcción de San Petersburgo, carreteras nuevas, canales fluviales, fortalezas o
trabajo en los astilleros).
Este nuevo Estado petroviano va a imprimir rasgos durables a la Rusia imperial posterior en
varios ámbitos: las Fuerzas Armadas, la Administración, la Iglesia y la Sociedad. Sus reformas
en todos estos aspectos tienen siempre, no lo olvidemos, un paralelo en Suecia o Prusia, en la
obra de Carlos XI o de Federico Guillermo, erigida en el modelo de incidencia más inmediata.
Las Fuerzas Armadas constituyeron el objetivo prioritario y de dedicación más personal de
Pedro [I]. El Ejército experimentó un proceso de europeización (modernización) y
nacionalización (rusificación). La Marina fue una creación ex novo e implicó un esfuerzo
titánico. El desarrollo de Ejército y Marina tuvo un efecto multiplicador en la vida económica
rusa. Las necesidades militares y navales de pólvora, uniformes, madera, hierro, equipo
moderno, etc., están en la base de la siderurgia de los Urales, arsenales, astilleros, industrias
estatales varias, etc.
La Administración, tanto central como local, tendió a una mayor centralización burocrática. Sus
hitos institucionales básicos fueron, en la primera, el Senado y los colegios administrativos; en
la segunda, la organización provincial. La administración central se completó con la
introducción de altos oficiales [(como el procurador general, que gobernaba el país cuando el
zar se ausentaba)] que, en representación del zar, supervisaron tanto el Senado como los
colegios. La administración local conoció la división del territorio en gobernaciones
provinciales [o voievodias], articuladas en condados y distritos, su burocratización y el refuerzo
del control central. El marco fundamental de toda esta actividad burocrática quedó definido para
el futuro en el Reglamento de 1720, cuya filosofía pretendía racionalizar las funciones y
despersonalizar las instituciones, subrayando el valor de la colegialidad, el carácter abstracto de
la Administración y la función organizativa de la misma.
La reforma de la Iglesia –para la que Pedro [I] contó con la ayuda inestimable de[l arzobispo]
Teófanes Prokopovitch [(n. 1681 – † 1736)], su principal inspirador— supuso la máxima
ruptura con la tradición moscovita y exigió incluso, dada la pérdida por parte del poder supremo
de su carácter sagrado, una nueva fundamentación ideológica del absolutismo, en base ahora al
derecho natural. Una secuencia de hechos marca la infeudación de la Iglesia al Estado. En 1721
la culminación llegó con la abolición formal del Patriarcado, la publicación del Estatuto
Religioso, que convertía a la Iglesia en una parte del Estado, y la creación del Santo Sínodo para
su gobierno, en realidad un colegio administrativo más del aparato estatal pero dedicado a
60
Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
asuntos eclesiásticos. El resultado fue la destrucción de la autonomía de la Iglesia y la ruptura
definitiva de su poder político.
Y la sociedad se europeizó, pero sólo en el nivel de la clase dirigente, comprometida con el
estado por la exigencia de servicio. Ya en 1714 la introducción del principio de primogenitura
buscaba atraer al resto de la familia al servicio del Estado. Esto quedó institucionalizado en la
Tabla de Rangos [o tchin] de 1721, clave de bóveda de la política de Pedro [I] y que consagra el
principio de que el servicio es la única fuente de ennoblecimiento y ascenso social. Sus formas
de servicio –Corte, Administración, Ejército— y las exigencias culturales implícitas en ellas –
adquisición de una cultura europea— hicieron posible la transformación de la nobleza de
servicio militar tradicional en burocracia y en elite cultivada, capaz de rivalizar dos
generaciones después con sus colegas europeas. Una elite nueva, llamada a dirigir Rusia no
tanto por sus orígenes genéticos como por la adopción de un sistema de ideas y valores distintos
de la clase de servicio moscovita tradicional. No obstante, la occidentalización –en realidad
educación— se detiene aquí. La mayoría de la sociedad rusa queda al margen, con el
subsiguiente acrecentamiento del abismo que siempre ha separado en Rusia elites y pueblo.
Éste, en su inmensidad campesina, lo único que experimenta es un cambio hacia la
homogeneización y nivelación que le produce la magnitud de cargas que el Estado le hace
soportar y que vuelve irrelevantes las viejas distinciones legales y económicas del pasado.
CB: Catalina II de Rusia. (1762-1796)
Tras la muerte de Pedro el Grande, gran impulsor de la occidentalización, en 1725, el país cayó
en manos de una serie de zares de carácter aristocrático y reaccionario que devolvieron a Rusia
a las antiguas tradiciones. No sería hasta el advenimiento de Catalina II cuando los reformistas
alcanzarían de nuevo el poder. Catalina II asume el poder tras un golpe de estado que derroca a
su esposo Pedro III. Alemana de origen y francesa por educación, fue rusa por ambición e
interés. Utilizó las energías de una nobleza llena de vigor, y llevó a cabo los sueños imperiales
de Pedro I.
Catalina (1762-1796) fijó definitivamente el régimen social y político que habían preparado sus
predecesores. Todas sus reformas descansan sobre el nuevo papel desempeñado por la nobleza.
Se tuvo que enfrentar a la sublevación del cosaco Pugachev en 1773, quien se hizo abanderado
de los movimientos populares exacerbados por la miseria y la privación. La rebelión duró dos
años y determinó la aceleración del proceso de reestructuración del Estado. En 1775 se
reorganizó la administración local, con una relativa descentralización del poder, se crearon 44
gobiernos provinciales, el cargo de gobernador imperial y la intervención de los nobles en la
elección de los magistrados económicos y judiciales del distrito, tras este primer paso, se
simplificaron muchos organismos del Estado, el peso de los negocios públicos recayó en el
Senado que cobró nueva vitalidad.
En 1785 se promulgó la Carta de la Nobleza, codificación de todas las prerrogativas alcanzadas,
y que ratificaba la hegemonía de los aristócratas en la sociedad y la vida pública de Rusia y su
unión con el emperador. En cambio la situación de los campesinos continuó empeorando. El
desarrollo de la economía y las instituciones públicas y las grandes obras de colonización e
interés, completan la obra de Catalina II.
Los objetivos principales del gobierno de Catalina II fueron conseguir salidas al mar para Rusia
y la occidentalización del país. Para ello centralizó la administración (superponiendo un consejo
imperial al Senado), creó colegios centrales (a imagen de los ministerios franceses), remodeló
territorialmente las provincias, que pasaron de 8 a 50 y agilizó la justicia, creando tribunales
distintos para cada orden (ninguno para los siervos). Impuso la tolerancia religiosa y confiscó
los bienes del clero ortodoxo, que destinó a asistencia social y educación (ésta con fines
utilitaristas, destinada a nutrir de técnicos al Estado).
En cuanto a la cultura, fundó en 1783 la Academia Rusa y ejerció de gran mecenas de la vida
intelectual. Impulsó desde el estado la industrialización del país, para lo que incentivó a los
nobles para la puesta en marcha de fábricas y manufacturas con mano de obra servil. Favoreció
además la colonización de amplias zonas en la cuenca del Volga, Ucrania y Crimea con
población alemana, y fundó ciudades y villas. Catalina II convirtió a Rusia en una gran potencia
con una occidentalización superficial pero con una estructura medieval.
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
CB: Tanucci y el Reino de las Dos Sicilias.
Después de la victoria del ejército de Carlos de Borbón sobre los austríacos en 1734 se
estableció en el sur de Italia el reino de las Dos Sicilias, formalmente independiente de España,
pero vinculado por lazos dinásticos a ésta. La posterior ocupación del ducado de Parma,
sancionada en 1748 por el tratado de Aquisgrán, que asignó el trono a Felipe [I] de Borbón
[(1748 – 1765)], vino a satisfacer en buena medida las aspiraciones de Isabel de Farnesio,
segunda esposa de Felipe V [de España (1700 – 1746)], empeñada en revisar el sistema de
Utrecht y lograr para sus hijos territorios en los que reinar.
En 1759, Carlos [VII] de Borbón dejó Nápoles para convertirse en rey de España [con el
nombre de Carlos III (1759 – 1788)]. Dado que las coronas de España y Dos Sicilias no podían
unirse en una sola cabeza, el monarca abdicó en favor de su hijo Fernando [IV de Nápoles y III
de Sicilia (1759 – 1816) –posteriormente, Fernando I de las Dos Sicilias (1816 – 1825)—],
menor de edad, y dejó el gobierno a cargo de un consejo de Regencia (que no se disolvió hasta
1767). Bajo el control de Tanucci, dicho consejo trató –aunque con tibieza— de modernizar las
estructuras económicas y sociales del país. La dramática carestía de 1764, que sólo en la ciudad
de Nápoles causó más de 40.000 muertes, puso de manifiesto el retraso meridional, así como la
necesidad imperiosa de buscar soluciones. Sin embargo, Tanucci no pudo o no quiso vencer la
resistencia de los grupos dominantes, ni la pasividad de la burocracia. Así, por ejemplo,
mientras que en Toscana la crisis dio origen a la liberalización del comercio de granos, en
Nápoles no sólo se abortó el intento, sino que la nobleza togada que controlaba la oficina de
abastos impidió que se llevase a cabo cualquier reforma en el sistema de aprovisionamiento de
la capital.
El mayor éxito de Tanucci se fraguó en la lucha contra la Compañía de Jesús. La expulsión de
los jesuitas abrió la posibilidad de ensayar diversos planes de reforma, tanto en la enseñanza
como en la agricultura, no todos los cuales se verificaron. Sólo diez años después del
extrañamiento, destituido ya Tanucci, comenzó a aplicarse parcialmente el proyecto de reforma
educativa ideado por el ilustrado Antonio Genovesi [(n. 1713 – † 1769)], que contemplaba la
creación de escuelas públicas, la difusión de la enseñanza en italiano y la introducción de
nuevas materias en la universidad. Con mayor prontitud se procedió en cambio al reparto de las
tierras de la Compañía en Sicilia y Nápoles. La operación fue imponente –sobre todo en la
isla— pues casi 45.000 hectáreas se distribuyeron entre campesinos pobres. No obstante, a largo
plazo los resultados fueron decepcionantes, ya que, faltos de recursos para financiar los gastos
de explotación, muchos campesinos acabaron traspasando sus tierras a los grandes propietarios.
Reformas de Felipe V
España se moderniza en el tercio del siglo que reina Felipe V. Se han adquirido fórmulas
administrativas, recaudatorias y de organización en general, que habían dado la victoria a
Francia. Había remozado su ejército incorporando alemanes, franceses, ingleses y suizos, que
quedarían formando ya regimientos en el ejército español.
- Se procede a la restauración de la riqueza nacional y de la hacienda pública, el fomento de la
población y el cultivo de la tierra, el renacimiento de las industrias tradicionales y de las
relaciones mercantiles, y de la difusión de la cultura con un marcado sentido popular y
profesional.
- Los Borbones abolieron por medio de los Decretos de Nueva Planta, los fueros o leyes especiales
políticas de Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca, que se habían mostrado hostiles al
advenimiento de la nueva monarquía, manteniendo su situación privilegiada Navarra y el País
Vasco. Felipe V impuso en Cataluña el Catastro, contribución única, en sustitución del antiguo
sistema fiscal vigente hasta entonces.
- Se afianzó el poder real, particularmente en sus relaciones con la Iglesia, consecuencias de estas
luchas fueron: el pase regio o permiso real que había de preceder a la publicación española de
toda bula papal, la disminución de los tributos en dinero que se pagaban a la curia romana, la
modificación de algunos tribunales eclesiásticos de España, el reconocimiento del patronato
real, o sea del derecho del monarca a nombrar para ciertos cargos y beneficios de las iglesias
españolas, la reducción de la competencia jurisdiccional de la Inquisición y del Tribunal de
62
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Cruzada en asuntos no religiosos; la supresión del fuero personal de los eclesiásticos en casos de
tumulto, asonadas y falta de respeto a los magistrados civiles; el proyecto para desamortizar
muchos bienes de la Iglesia; y la expulsión de los jesuitas por razones políticas.
Todas estas medidas tuvieron el efecto de robustecer la autoridad del monarca como
representante del Estado.
El reformismo borbónico de Carlos III (1759 – 1788)
Con la ayuda del marqués de la Ensenada, Carlos III decide abordar las reformas del reinado,
pero tendrá que posponerlo unos años mientras se resuelve la participación española en la
Guerra de los siete años, a la que se ve abocada España por la presión británica sobre las
colonias españolas en América. Finalizado el conflicto se acometen las reformas sociales y
económicas más urgentes.
Se liberalizó el comercio de los cereales y se autorizó el comercio desde cualquier puerto
español con América, rompiendo el monopolio del puerto de Cádiz instaurando con ambas
medidas el libre comercio.
Otro de sus ministros, Campomanes redactó el tratado de regalía de amortizaciones que limitaría
las propiedades de la iglesia y se encargó a Esquilache la mejora del orden público, que sus
medidas provocó la revuelta que lleva su nombre y sería la excusa de la expulsión de España y
las posesiones americanas de la Compañía de Jesús a los que se acusó de instigar la revuelta.
Consecuencia de esta expulsión hubo que hacer frente a la educación hasta entonces en manos
del clero.
Se abordó también la reforma agraria para ordenar la distribución de la tierra y el régimen de la
propiedad de la tierra aunque esta reforma no fue implantada hasta final de siglo y se vió muy
marcada por los acontecimientos de la revolución francesa.
Por último se trabajó en la restauración del prestigio internacional, tratando de conservar las
posesiones imperiales que quedaron tras el reparto de Utrech. Esto llevaba consigo el
involucrarse en los conflictos armados como sucedió en la guerra de independencia de los
estados unidos.
El gasto bélico provocó una importante merma en las arcas reales que se quiso compensar con la
emisión de títulos de deuda pública, creándose para tal gestión el Banco de San Carlos que años
más tarde iría a la quiebra.
En el orden político, Floridablanca propuso la creación de la Junta Suprema de estado, órgano
precursor de actual consejo de ministros.
Las reformas de Pombal
Sebastião José de Carvalho e Melo, más conocido como marqués de Pombal o conde de Oeiras,
(Lisboa, 13 de mayo de 1699 - Pombal, Coímbra, 8 de mayo de 1782). Estadista portugués.
Fue primer ministro del rey José I (1750-1777), y se le considera hasta nuestros días una de las
figuras más controvertidas y carismáticas de la Historia Portuguesa. Representante del
despotismo ilustrado en Portugal en el siglo XVIII, vivió en un período de la historia marcado
por la Ilustración, y desempeñó un papel fundamental en el acercamiento de Portugal a la
realidad económica y social de los países del Norte de Europa, más dinámicos que Portugal.
Pombal puso en práctica un vasto programa de reformas, cuyo objetivo era racionalizar la
administración sin debilitar el poder real. Para alcanzar dicha meta, el ministro incorporó las
nuevas ideas divulgadas en Europa por los iluministas, pero al mismo tiempo conservó aspectos
del absolutismo y de la política mercantilista. El Marqués de Pombal fue la figura clave del
gobierno portugués entre 1750 y 1777. Abolió la esclavitud en las colonias de las Indias,
reorganizó el ejército y la marina, reestructuró la Universidad de Coimbra y acabó con la
discriminación de los "cristianos nuevos”, a pesar de que no terminó oficialmente con la
Inquisición portuguesa, en vigor de jure hasta 1821. Fue uno de los principales responsables de
la expulsión de los Jesuitas de Portugal y sus colonias. Pero una de las más importantes
reformas fue en el terreno financiero, la creación de varias compañías y asociaciones
corporativas que regulaban la actividad comercial, así como la reforma del sistema fiscal.
Naturalmente, todas estas reformas ocasionaron el odio de las clases altas. Tras la muerte de
Jose I, fue destituido por su sucesora María I.
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TEMA 12:
PD La dinastía Hannover y el desarrollo del Parlamentarismo británico.
Las revueltas del siglo XVII, la dictadura de Cromwell y la “Gloriosa Revolución” de 1689
habían demostrado a los monarcas británicos la imposibilidad de gobernar ignorando a las
Cámaras parlamentarias, que eran las únicas que podían votar nuevos impuestos en Inglaterra.
Tras la Gloriosa, el rey debe firmar la carta de Derechos (Bill of Rights), un nuevo pacto
constitucional entre los poderes. La Carta reconocía:
- La libertad de prensa, al margen del control monárquico
- El carácter no permanente del ejército
- Que el Parlamento aprobaba todos los nuevos impuestos (base para la división de poderes entre
legislativo y ejecutivo)
- Garantizaba el derecho de propiedad privada e individual.
Esto constituye un nuevo tipo de gobierno, que limita el poder del Rey, y da una mayor
participación a las oligarquías del país. En 1701, el Act of Settlement (que en principio era sólo
un acuerdo para fijar la sucesión de la reina Ana Estuardo) asentó definitivamente el proceso,
consolidando la separación entre poder judicial y legislativo.
Mientras todo este proceso tiene lugar en Inglaterra, fuera de ella, Jacobo II, que había huido a
Francia tras la revolución de la Gloriosa, conspira para recuperar el trono. Es el conocido
movimiento jacobita, que tendrá amplios apoyos en Irlanda y Escocia.
Así pues, mientras el nuevo monarca inglés, de la casa Orange, Guillermo III, se ocupa en
resolver el problema jacobita y también en la guerra contra Francia, el parlamento va
aumentando sus parcelas de poder:
- Se limita la duración del Parlamento a tres años, para evitar que se eternicen en las cámaras
parlamentos demasiado dóciles al rey.
- Se fiscalizan los gastos reales y también los gastos del gobierno. Hay que tener en cuenta que en
esta época no existe aún lo que podríamos considerar unos presupuestos generales. El dinero se
saca de unas cosas y se emplea en otras. Si falla en el ingreso, no se puede realizar el gasto, a
pesar de que existan excedentes en otras áreas.
- El poder tangible del Gobierno lo detenta un Gabinete de ministros constituido en torno al rey, y
generalmente formado por la opción mayoritaria del Parlamento.
Esta situación desemboca en una nueva configuración de los poderes que al final terminaría con
su definitiva separación:
el poder ejecutivo recaería sobre el monarca, apoyado por la burocracia, los ministros y los
gobiernos locales
el poder legislativo lo ejercería el parlamento, formado por la cámara de los comunes y la
cámara de los lores, que proponen a su vez a los ministros
el poder judicial, separado del ejecutivo en 1701, recaería sobre los tribunales.
A pesar de las reticencias de los monarcas, y de los intentos de recorte de poder, el Parlamento
está determinado a cumplir el Bill of Rights, y lentamente se va consolidando este sistema,
ayudado por el talante de la casa Hannover, así como por el talante dinámico y expansivo de una
sociedad que se halla en pleno proceso de revolución industrial. Ambos factores contribuyeron
al desmantelamiento del Antiguo Régimen en Inglaterra.
La nueva dinastía de Hannover fue establecida tras la muerte de Ana Estuardo. Tanto Jorge I
(1714-1727) como Jorge II (1727-1760) fueron ante todo alemanes y electores de Hannover, y
pusieron muy poco empeño en intervenir en los asuntos de gobierno, tal como les permitía la
llamada prerrogativa regia. Su trono estaba consolidado por la voluntad casi unánime de los
pobladores del reino, y el fracaso del intento de Jacobo Estuardo, hijo de Jacobo II, en 1715, así
como las posteriores tentativas jacobitas, que demostraron palpablemente la adhesión de
Inglaterra y Escocia a la dinastía hannoveriana que representaba los principios nacidos en la
revolución de 1768.
Se consideran los logros más destacados del primer monarca de la dinastía, Jorge I, la
consolidación de la sucesión protestante, la atenuación de las controversias religiosas y el
carácter rutinario que otorgó a la actividad parlamentaria. Jorge I sube al trono contra la
opinión de los tories, y es por ello que se apoyará en Gabinetes con ministros whig, entre los
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Preguntas autoevaluación HBEM + preguntas examen
que destacan Towshend, Robert Walpole, Stanhope y Halifax. El rey disuelve las cámaras y
convoca nuevas elecciones que ganan los whig con holgura. Este cambio de la mayoría habría
estado influido por el deseo de estabilidad, pero sobre todo por la propia naturaleza del sistema
electoral, caracterizado por la irregularidad de los distritos electorales y por favorecer el control
gubernamental a través de una amplia clientela de miembros de la administración, del ejército y
de la marina. El intento de control del parlamento lleva a un fuerte descontento social, que
entronca con el movimiento jacobita. El levantamiento se produce y fracasa y el rey aprovecha
para modificar la ley, y aumentar de 3 a 7 años la duración de cada Parlamento.
En 1727 muere repentinamente Jorge I, dando paso a su hijo, Jorge II, quien mantiene durante
los primeros años de su mandato una fuerte rivalidad con el que había sido primer ministro con
su padre, el whig Walpole, pero la eficacia del estadista le obliga a recurrir una y otra vez a él.
La caida de Walpole en 1742, tras perder el apoyo de la Cámara de los Comunes, demostró que
un primer ministro, para mantenerse en el poder necesitaba tanto el apoyo del rey como el de los
Comunes, pues aun conservando el primero, el retroceso de su influencia en la Cámara había
forzado su salida del gobierno. Este hecho resultaba doblemente significativo por cuanto su
mandato sirvió para otorgar a los Comunes un poder hasta entonces desconocido y que actuaba
en detrimento de la propia Cámara de los Lores. A las rencillas por el poder se unen los
enfrentamientos con Francia, y el resurgimiento del levantamiento jacobita, de manos del
príncipe Carlos Eduardo, respaldado por Francia, y conocido como Bonnie Prince Charly.
Jorge III, nieto del rey anterior, será el primer rey de la dinastía nacido y formado en Inglaterra.
Sube al poder en 1760, tras el fallecimiento de su abuelo, y se le considera responsable de una
época en la que el poder real será más fuerte. Durante su reinado, se producen las crisis con las
colonias, por problemas derivados de la imposición de tasas y aranceles sobre los colonos,
acción a la que responden con boicot a los productos de la metrópoli y el fin de la guerra de los
Siete Años. Uno de las primeras acciones del rey es firmar la paz con Francia, que se
materializa en el Tratado de París de 1763. Todo ello con una fuerte oposición de la opinión
pública y comerciantes, que provocan la dimisión del ministro Bute que realiza este encargo. El
intento de control de las Cámaras mediante sobornos y prebendas valdrá al soberano un
descrédito general, y el cuestionamiento de su autoridad.
Se suceden los gobiernos. Primero, el de Lord North, un buen administrador, con el que la vida
pública parece calmarse. Luego, con William Pitt el Joven, que asciende al poder con sólo 24
años de edad, un gobierno convulso, que hubo de hacer frente a la enfermedad mental de Jorge
III, la Revolución Francesa, y la guerra con los insurgentes (que causan una gran brecha dentro
de los partidos ingleses), y el incremento de las aspiraciones independentistas en Irlanda, que
logra apaciguar con la Union Act, el tratado más importante de su gobierno, firmado en 1800,
que preveía la absorción del Parlamento irlandés por el británico y que finaliza el proceso de
configuración de la Inglaterra moderna, iniciado a principios de la centuria. En 1832 una
reforma parlamentaria facilita la descomposición de un gobierno oligárquico a favor de otro
electo.
Las transformaciones económicas y financieras, además de constitucionales, marcan el origen
del moderno Estado británico, esponsorizado por el joven Banco de Inglaterra. Pero no todo
cambió. La Gloriosa no trajo una sustantiva renovación de las élites, que en cualquier caso
sufrieron reajustes. Además, si bien es cierto que en 1714 la Armada británica era la mayor del
mundo, y empleaba a más hombres que cualquier otra industria del país, esto no se debía a la
revolución, sino a una reforma empezada mucho antes. Asimismo, los cambios institucionales
tienen como modelos los holandeses, y también el nuevo sistema financiero se basa en el de los
Países Bajos.
CB. John Locke. Radical whig, Locke debe exiliarse en Holanda a causa de un complot contra
Carlos II. Allí tiene una intensa vida política, relacionándose con los principales líderes whigs, y
retornará a Inglaterra junto a Guillermo de Orange para con sus ideas, contribuir a la causa
whig. Locke no fue el ideólogo de la Gloriosa, pero con sus escritos contribuye a explicar y
legitimar esta revolución, y dar cuenta de la importancia de dicho movimiento, que sacude toda
la estructura institucional británica.
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