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Transcript
Cámara
Argentina de
Comercio y Servicios
Las exportaciones argentinas:
Evolución reciente y caminos
para su expansión
Septiembre de 2016
1
2
Mensaje institucional
La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) es una entidad gremial empresaria
representante del sector Comercio y Servicios a nivel nacional. A lo largo de sus más de 90 años de
historia ha desarrollado una intensa labor de defensa y promoción del sector, que cumple un rol
cada vez más destacado en la economía nacional, en línea con lo que se observa en las principales
economías del mundo.
El comercio exterior naturalmente ha sido uno de los principales intereses de la entidad desde su
fundación. La CAC cuenta con un Departamento de Comercio Exterior y con comisiones asesoras
internas, que se ocupan de distintos aspectos del intercambio exterior y de la integración regional.
Asimismo, en el seno de su Departamento de Economía funciona el Observatorio de Comercio
Exterior, área dedicada específicamente al seguimiento y estudio del intercambio exterior de
nuestro país.
Hoy nos complacemos en presentar el documento “Las exportaciones argentinas: Evolución
reciente y caminos para su expansión”, que constituye un aporte que nuestra entidad hace en pos
de una mejor comprensión del desempeño reciente de las ventas externas de la Argentina y de la
relevancia que éstas tienen para el logro de la solvencia externa del país. Asimismo, presenta un
conjunto de propuestas orientadas a potenciar su dinamismo de cara al futuro.
El presente inicia una serie de trabajos de investigación del Departamento de Economía de la
Cámara relacionados a una misma línea de investigación de nuestra economía, incluidos temas
como el tipo de cambio real, la competitividad internacional y el crecimiento a largo plazo. La CAC,
de este modo, contribuye a una comprensión más profunda de tan importante aspecto a la
economía nacional a la vez que fomenta el debate público acerca de cuáles son las políticas más
acertadas para optimizar su desempeño con la mira puesta en temas estructurales.
3
Índice
Resumen ............................................................................................................................................................ 5
La restricción externa y la relevancia de las exportaciones .............................................................................. 6
Evolución de las exportaciones argentinas ....................................................................................................... 9
Desafío I: Diversificación de productos exportados ........................................................................................ 13
Desafío II: Diversificación y consolidación de los destinos .............................................................................. 19
Desafío III: Mejora de la competitividad ......................................................................................................... 23
Consideraciones finales ................................................................................................................................... 27
Bibliografía y fuentes consultadas ................................................................................................................... 31
4
Resumen
Las exportaciones cumplen un papel destacado en la economía argentina, no solo por su
contribución al valor agregado y al empleo, sino también por su íntima vinculación con la solvencia
externa del país, dada su capacidad de generar de divisas de forma genuina. El crecimiento de las
ventas al exterior, diversificación de productos y servicios –sobre todo, los de mayor valor
agregado– y la apertura de nuevos destinos se presentan como los caminos más adecuados para
evitar las situaciones de restricción externa que, reiteradamente, han afectado a la Argentina.
En los últimos 15 años, si bien los valores exportados por el país se incrementaron, esto se debió,
en buena medida, a una mejora de los precios, dado que las cantidades registraron un pobre avance,
tanto si se lo compara con otras regiones del mundo como si se toma como referencia la evolución
de las exportaciones argentinas en otros momentos de nuestra historia. Esto representa una
debilidad evidente, por lo que son recomendables políticas diseñadas para revertir esta situación.
En este sentido, el presente estudio sugiere caminos de acción orientados a diversificar la
composición de las ventas externas, a ampliar el menú de los destinos de las exportaciones y
consolidar los ya establecidos, y a incrementar los niveles de competitividad.
5
La restricción externa y la relevancia de las exportaciones
Las exportaciones son una variable macroeconómica muy relevante, no sólo por su implicancia en
términos de valor agregado y de empleo, sino también por su íntima vinculación con la solvencia
externa del país, dada la capacidad que éstas tienen de generar divisas de forma genuina. A lo largo
de su historia, Argentina se ha visto reiteradamente afectada por la llamada “restricción externa”,
entendida como la imposibilidad de lograr un crecimiento sostenido a causa de la dificultad para
obtener divisas. El modo en que opera es bastante simple. Cuando la economía se expande,
típicamente aumenta la demanda de importaciones, mientras que las exportaciones no siempre
acompañan al crecimiento de la economía local. De existir esa discrepancia, en algún momento
aparecerá el déficit comercial. Y cuando el país no encuentra forma de financiamiento de ese déficit,
incurre en una crisis de balance de pagos (por falta de reservas internacionales), contrayendo
entonces sus importaciones con la consecuente caída del producto.
La restricción externa dio lugar a los denominados ciclos de stop & go –en los que un período de
auge era seguido por uno de significativa contracción– que caracterizaron a la economía Argentina
durante buena parte del siglo XX –y que también ha sido una de las limitantes del crecimiento de
los últimos años–. La fase expansiva de los ciclos económicos era típicamente el resultado de un
avance de la demanda agregada, explicada, muchas veces, por el comportamiento del sector público
que la impulsaba mediante políticas fiscales –aumento del gasto público–, monetarias –emisión
excesiva o revaluación artificial de la moneda local– y de ingresos –aumentos insostenibles de las
remuneraciones de algunos sectores–. Dada las características de la economía argentina, ese
crecimiento de la actividad llevaba a un significativo aumento de las compras al exterior. Ocurría
que, a la par de que el país había desarrollado una industria sustitutiva de importaciones, los
requerimientos de insumos y bienes de capital también se habían incrementado. Y dado que la
sustitución se había centrado en las últimas etapas del proceso productivo y no en los insumos
básicos ni en los bienes de capital, el mayor nivel de actividad industrial llevaba, necesariamente, a
un aumento de las importaciones. Por otra parte, el sector agropecuario –el principal exportador–
enfrentaba limitaciones para crecer en el margen extensivo –las áreas más fértiles ya estaban
incorporadas a la actividad– y habitualmente sufría una política discriminatoria –el favorecimiento
relativo de la industria tenía como contrapartida el perjuicio relativo del agro–, lo que hacía que su
producción permaneciera estancada o declinara.
6
Bajo este esquema, si la expansión de la economía no era acompañada por un crecimiento del
financiamiento externo, el deterioro comercial terminaba impactando en las reservas del Banco
Central. Eventualmente éstas caían por debajo de un nivel en el que las autoridades disponían
interrumpir el drenaje y se producía una depreciación de la moneda –crisis cambiaria– o se producía
una cesación de pagos –crisis de la balanza de pagos–. Aunque hubo financiamiento en algunos
momentos, éste fue más bien esporádico y no alcanzaba para resolver de manera sostenida el
faltante crónico de divisas que se derivaba del esquema de desarrollo adoptado, por lo que las crisis
de este tipo fueron una característica de la economía local durante buena parte del siglo pasado.
La depreciación de la moneda generaba un alivio en las cuentas externas, al mejorar el saldo
comercial por encarecimiento relativo de las importaciones, aunque por un motivo diferente al que
habitualmente señalan los modelos teóricos más simplificados (que implícitamente suponen que la
economía produce un único bien diferenciado). Estos muestran que una devaluación genera una
mejora de la competitividad externa, lo que facilita la colocación de los productos nacionales en el
exterior, a la par que los residentes sustituyen consumo de bienes importados por bienes
nacionales, lo que lleva a un aumento de las exportaciones netas. Mejoraría así el saldo comercial a
la par que la demanda agregada se expandiría y el nivel de actividad aumentaría. No era ésa la forma
en la que funcionaba la economía argentina de aquellos años, sino que, por el contrario, la mejora
del saldo comercial se daba vía una retracción del nivel de actividad (baja de la demanda agregada
a través de la baja de las importaciones). La devaluación encarecía automáticamente el precio local
de los bienes de exportación –típicamente alimentos–, que tenían una cotización internacional
dada, por ser la Argentina tomadora de precios, lo que llevaba a una caída del salario real (menor
poder de compra del salario). Con una producción agropecuaria fija, esto incrementaba el saldo
exportable. Por otra parte, la caída del salario real derivada de la suba de los precios de los alimentos
también afectaba al consumo de bienes industriales –que a su vez se encarecían por el mayor costo
de los insumos importados– y de otros sectores no transables. Al reducirse la demanda que
enfrentaban las industrias manufactureras locales, estas disminuían su producción y sus
requerimientos de importaciones. En consecuencia, la devaluación tendía a mejorar el saldo
comercial, no como resultado de una ganancia de competitividad externa sino como consecuencia
de una reducción del ingreso real que generaba la recesión. Luego de un tiempo de bajo nivel de
actividad, la economía, eventualmente, volvía a crecer, pero en ese crecimiento –que llevaba
aparejado una baja en los saldos exportables y mayores requerimientos de importaciones– estaba
7
el germen de una nueva crisis. Esta dinámica del PIB, consecuencia de la restricción externa, ha sido
denominada como stop & go1. El siguiente esquema representa ese patrón.
Dinámica del stop and go
Actividad Económica
Balanza Comercial
+
Fuente: Departamento de Economía CAC
A modo de ejemplo, se presenta el comportamiento de estas dos variables durante la década del
80, lo que muestra que lo efectivamente observado se ajusta razonablemente bien a la dinámica
recién descripta.
Actividad vs. Equilibrio externo
195.000
4000
190.000
3000
185.000
2000
180.000
1000
175.000
0
170.000
PIB en millones de pesos de 1993; últimos 4 trimestres
165.000
-1000
-2000
Saldo comercial en millones de dolares de enero de 1980 (eje
derecho)
160.000
-4000
dic.-80
abr.-81
ago.-81
dic.-81
abr.-82
ago.-82
dic.-82
abr.-83
ago.-83
dic.-83
abr.-84
ago.-84
dic.-84
abr.-85
ago.-85
dic.-85
abr.-86
ago.-86
dic.-86
abr.-87
ago.-87
dic.-87
abr.-88
ago.-88
dic.-88
abr.-89
155.000
-3000
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a INDEC y BLS
Para aliviar esta restricción a lo largo de la historia se han transitado diversos caminos y se han
propuesto distintas alternativas, algunas enfatizando el rol de los flujos financieros (ya sea a través
de un mayor endeudamiento externo o de la atracción de flujos de inversión extranjera directa) y
otras, poniendo el foco en la necesidad de mejorar el balance comercial. Esto último, en un
momento se orientó hacia la reducción de las compras externas, pero en el momento presente la
1
Ver Braun y Joy (1968).
8
sustitución de importaciones –más allá del sector energético– posiblemente no tenga mayor
margen para operar y, más temprano que tarde, encontrará su límite –amén de que conforme los
países crecen lo natural es que las importaciones aumenten y no que se reduzcan–. Esto hace que
paulatinamente la atención vire hacia el incremento de las exportaciones. Más aún, hoy en día,
incluso los que enfatizan la necesidad de mayores flujos de capitales en el corto plazo, reconocen
cada vez más que, en el mediano plazo, se requerirá de mayores ventas externas para poder
retribuir a ese capital, ya sea mediante intereses –en el caso de que tome la forma de
endeudamiento– o utilidades –en caso de que se trate de inversiones directas–. En este marco,
cobra particular relevancia el estudio de la evolución reciente de las exportaciones del país y de sus
perspectivas futuras.
Evolución de las exportaciones argentinas
Los datos muestran que en los años 2000 se ha registrado una fuerte expansión del valor exportado
por Argentina. En concreto, entre 1999 y 2011 (año en que las ventas exteriores argentinas
alcanzaron un máximo), las exportaciones medidas en dólares avanzaron un 256,1%. Al
descomponerse esta variación –según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INDEC) –, se observa que fue producto de una suba de 44,5% de las cantidades vendidas y de un
crecimiento de los precios de 146,3%. Esto deja en claro una característica –que puede interpretarse
como una debilidad– del desempeño exportador argentino reciente: el relativamente bajo
crecimiento de las cantidades vendidas.
Exportaciones
(índices 2000 = 100)
Valor
Precio
Cantidad
350
300
250
200
150
100
50
2015
2014
2013
2012
2011
2010
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
0
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a INDEC
9
Si se toma una perspectiva más amplia, y se consideran las exportaciones de los últimos 50 años, se
observa que la evolución reciente de los volúmenes exportados fue bastante pobre desde el punto
de vista histórico. Si se calcula la tasa de crecimiento promedio anual de las cantidades vendidas por
decenio, se observa que la del período 2000-2009, de 2,2%, fue una de las más bajas: solo la década
del 80 –conocida como la “década pérdida” por las dificultades económicas que soportó Argentina
y la región– registra un crecimiento peor (un avance promedio anual de apenas 1,8%). Para los
últimos años con datos disponibles (2010-2015), en tanto, se observa un resultado aún menos
favorable, con un retroceso promedio anual 0,7%. Los siguientes gráficos dan cuenta de que el
avance del valor exportado en los 2000 se debió principalmente a un aumento de los precios y no
de las cantidades:
Evolución de las exportaciones
(crecimiento promedio anual por período)
Valor
Precio
Cantidad
20%
15%
10%
5%
0%
-5%
1960-1969
1970-1979
1980-1989
1990-1999
2000-2009
2010-2015
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a INDEC y Ferreres
Evolución de las exportaciones
(crecimiento promedio anual por período)
1960-1969
1970-1979
1980-1989
1990-1999
2000-2009
2010-2015
20%
15%
10%
5%
0%
-5%
Valor
Precio
Cantidad
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a INDEC y Ferreres
10
Vale señalar que el fuerte crecimiento de los precios de exportación en la década del 70 se dio en
un contexto de inflación internacional en dólares2 y que los precios de importación crecían a un
ritmo similar al de los primeros, por lo que no hubo una mejora sostenida en los términos del
intercambio (definidos como el cociente entre los precios de exportación y los precios de
importación). Bien distinto fue el caso en la década del 2000, en dónde la mejora de los precios de
exportación fue mucho más genuina, en el sentido de que se dio en un contexto de inflación mundial
baja y precios de importación contenidos, lo que derivó en una apreciable mejora de los términos
del intercambio.
Términos del Intercambio
(índice 1986-1988 = 100)
200
180
160
140
120
100
80
2015
2013
2011
2009
2007
2005
2003
2001
1997
1999
1995
1993
1991
1989
1987
1985
1983
1981
1979
1977
1975
1973
1971
1969
1967
1965
1963
1961
1959
60
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a series empalmadas INDEC y Ferreres
Otra forma de evaluar el desempeño exportador del país, más allá de compararlo con la propia
historia, consiste en compararlo con el exterior. En este sentido, si se calcula la evolución de las
exportaciones medidas en volumen para algunas regiones y se la compara con Argentina, el
comportamiento reciente también se presenta como poco satisfactorio.
En concreto, tomando los datos publicados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre 2002
y 2015 –período posconvertibilidad–, las exportaciones de Argentina a precios constantes
avanzaron a un magro 0,5% promedio anual, no solo muy por debajo de Asia emergente (que avanzó
al 9,7% anual), sino también por debajo del promedio de las economías emergentes (6,6%), del total
mundial (4,7%) e incluso del promedio de América Latina y el Caribe tomados en su conjunto (3,7%).
El relativamente pobre desempeño de los volúmenes exportados por Argentina no generó, en
principio, mayores preocupaciones debido a que los términos del intercambio mostraron una clara
2
Eran los tiempos en los que la tasa de inflación minorista estadounidense llegó a superar el 10% anual debido,
principalmente, a las dos crisis petroleras, lo que derivó en la política monetaria restrictiva de la Reserva Federal
presidida por Paul Volcker.
11
tendencia positiva (llegando a los niveles más altos de nuestra historia), como ocurrió con claridad
hasta 2011. Las cantidades vendidas no aumentaban demasiado, pero dado que los precios
registraban una sostenida alza el valor exportado crecía significativamente año tras año, lo que daba
holgura a la situación externa de la Argentina. Sin embargo, esta tendencia positiva de los términos
del intercambio se detuvo y volvió a operar la mecánica de la restricción externa mencionada
anteriormente.
Volumen de las exportaciones
(índices 2000 = 100)
Mundo
Economías emergentes
América Latina y el Caribe
Argentina
Asia emergente
350
300
250
200
150
100
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a FMI
Ante el escenario actual, en el que los precios de exportación evidencian una reversión de la suba
antes señalada (cayeron 1,4% en 2013, 2,4% en 2014 y en los datos provisorios para 2015 dan cuenta
de una merma de 15,6%), la expansión de los volúmenes exportados se presenta como una
condición necesaria para hacer crecer el valor exportado, lo que a su vez permite incrementar la
capacidad de importación en el mediano plazo –y evitar así caer en un escenario de restricción
externa– sin tener que recostarse en una improbable mejora continua de los términos del
intercambio. En este sentido, debe tenerse en cuenta que los precios de los bienes que exporta
Argentina son determinados en los mercados mundiales, sin que nuestro país tenga mayor
injerencia; es decir, Argentina no puede considerarse un país formador de precios sino una
economía precio-aceptante.
La meta de incrementar los volúmenes exportados no es una tarea sencilla y requiere de labores en
múltiples frentes. Sin excluir otros tipos de medidas, pueden señalarse tres ejes o desafíos en los
que agrupar las acciones principales: 1) Diversificación de los productos exportados –con sesgo
hacia los de mayor valor agregado–; 2) Diversificación y consolidación de destinos de exportación;
3) Mejora de la competitividad. En lo que resta de este documento estudiaremos estas cuestiones
–íntimamente vinculadas entre sí– y por último haremos algunas consideraciones finales.
12
Desafío I: Diversificación de productos exportados
Es un dato de la realidad que los productos primarios de origen agropecuario (que tradicionalmente
han constituido la parte sustancial de las exportaciones de Argentina) muestran una tendencia
decreciente en el total del comercio mundial. Esta observación es consistente con la denominada
“Ley de Engel”, observación empírica que señala que conforme crecen los ingresos de la población,
la proporción gastada en alimentos disminuye.
Comercio mundial por tipo de bien
(incidencia en el total)
Productos agropecuarios
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Productos mineros y combustibles
Manufacturas
Manufacturas
Productos agropecuarios
2014
2012
2010
2008
2006
2004
2002
2000
1998
1996
1994
1992
1990
1988
1986
1984
1982
1980
Productos mineros y
combustibles
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a OMC
Más allá de esta limitación por el lado de la demanda, debe señalarse que el objetivo de incrementar
las exportaciones mediante el aumento de los volúmenes vendidos difícilmente pueda lograrse
mediante un crecimiento extensivo de la producción primaria –o de las manufacturas simples en
ella basadas–, que en Argentina se encuentra muy concentrada en el sector agropecuario –
enfrentado a la restricción dada por el factor tierra–. Esto en modo alguno significa desconocer las
posibilidades de expansión de la producción agrícola y las exportaciones de este origen, pero sí,
señalar que para producirse, ésta necesariamente requerirá de sucesivas mejoras tecnológicas. A la
luz de los avances en los campos de la biotecnología estas mejoras se vislumbran como
técnicamente viables –en Argentina el sector agropecuario está en los niveles internacionales más
avanzados de productividad–, pero la consolidación de la innovación requiere de un marco
institucional adecuado que fomente su adopción y de precios relativos adecuados.
Sin perjuicio de lo anterior, hay elementos para sostener que no debería concentrarse demasiado
la estructura exportadora en la producción primaria sino que es deseable expandir también las
exportaciones industriales y de servicios. En este sentido, es muy importante la integración en las
denominadas cadenas globales de valor. Son cada vez menos los procesos productivos que se
13
completan dentro de las fronteras de un único país. En las últimas décadas, signadas por una
globalización que fue de la mano de importantes adelantos en materia de transporte y
comunicación, se han afianzado los esquemas en los que la producción de un único bien –
típicamente manufacturado– involucra a múltiples países.
Lógicamente, esto no implica que deban desconocerse ni desaprovecharse las oportunidades que
ofrecen los mercados que demandan nuestras materias primas. Sin dudas es razonable y deseable
aprovechar nuestra ventaja comparativa para la producción agropecuaria –derivada de la calidad
de nuestro suelo y de las bondades del clima–. Pero también luce sensato pensar que la expansión
sostenida de las exportaciones no debe recaer exclusivamente sobre los bienes primarios sino que
también deberían expandirse otras ventas –en particular las de manufacturas industriales y
servicios–, más aún si lo que se quiere no es simplemente generar dólares comerciales sino también
asegurar altos niveles de empleo y de productividad, algo que suele darse a través de la
diversificación de la estructura productiva y de las exportaciones de alto valor agregado.
Esto plantea la siguiente pregunta: ¿Cómo es hoy en día la composición de las exportaciones
argentinas? Una primera respuesta puede darse utilizando la clasificación tradicionalmente utilizada
por el INDEC que agrupa a nuestras ventas en cuatro grandes rubros. De acuerdo al último año
completo con información disponible –2015–, de los casi 56.800 millones de dólares de bienes
exportados por Argentina, más de un 60% se repartió entre Productos primarios (eminentemente
agropecuarios) y Manufacturas de origen agropecuario.
Exportaciones argentinas por grandes rubros
(año 2015)
Combustibles y
energía; 4,0%
Productos
primarios; 23,4%
Manufacturas de
origen industrial;
31,6%
Manufacturas de
origen
agropecuario;
41,0%
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a INDEC
14
Exportaciones argentinas por grandes rubros
(en millones de dólares)
100.000
Productos primarios
Manufacturas de Origen Agropecuario
Manufacturas de Origen Industrial
Combustibles y energía
80.000
60.000
40.000
20.000
2015
2014
2013
2012
2011
2010
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
0
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a MECON e INDEC
Otra respuesta puede darse analizando la complejidad tecnológica de los bienes vendidos. Un
análisis a nivel de productos o de sectores sin duda excedería por mucho el alcance de este estudio,
pero es posible presentar aquí algunos datos sintéticos que muestran el tipo de bienes exportados
y hacer algunas reflexiones al respecto. Una plataforma de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL), dependiente de las Naciones Unidas, permite agrupar los productos
comerciados entre países de acuerdo a su componente tecnológico. De acuerdo a las cifras que
pueden obtenerse mediante este sistema, se encuentra que del total exportado por Argentina en
2014, el 48,1% correspondió a Productos primarios, en tanto que el 18% fueron Manufacturas
basadas en recursos naturales. El 3,6% fueron Manufacturas de baja tecnología, el 22,7%
Manufacturas de tecnología media y el 2,1% Manufacturas de alta tecnología. El restante 5,5%
correspondió a la categoría Otras transacciones (que incluye a la exportación de energía eléctrica,
oro, obras de arte, entre otros ítems especiales).
Si se analiza la evolución reciente de las exportaciones del país, se observa que, si bien las
manufacturas de mayor tecnología siguen siendo una parte muy menor de las ventas externas y han
perdido participación en los últimos años, no se ha registrado un aumento de la participación
conjunta de las categorías “Primarios” y “Manufacturas basadas en recursos naturales”. Esto
contrasta con la idea de reprimarización a la que se ha hecho referencia en los últimos años y que
sí ha sido una realidad en algunos países de la región, como Brasil y Colombia.
15
Exportaciones de Argentina por tipo
(en dólares corrientes)
Primarios
Manufacturas de baja tecnología
Manufacturas de alta tecnología
Manufacturas basadas en recursos naturales
Manufacturas de media tecnología
Otras transacciones
100%
80%
60%
24,3
27,9
31,3
25,9
22,1
25,7
20,5
18,0
44,1
43,8
46,6
45,2
45,1
48,1
1990
1995
2000
2005
2010
2014
40%
20%
55,7
54,3
1980
1985
0%
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a CEPAL
Por otra parte, otras naciones muchas veces analizadas conjuntamente con Argentina en estudios
de crecimiento económico comparado, como ser Canadá y Australia, sí mostraron un proceso de
reprimarización en los últimos años. Sin embargo, debe señalarse también que varios de estos
países cuentan con una estructura exportadora en la que las manufacturas de alta tecnología
cumplen un papel mucho más destacado que en el caso argentino. A continuación se presentan los
gráficos correspondientes a las cuatro naciones mencionadas.
Exportaciones de Brasil por tipo
(en millones de dólares)
Primarios
Manufacturas de baja tecnología
Manufacturas de alta tecnología
Manufacturas basadas en recursos naturales
Manufacturas de media tecnología
Otras transacciones
100%
80%
60%
24,3
40%
20%
25,1
25,9
29,6
23,7
21,3
18,3
46,9
50,0
2010
2014
21,7
39,4
35,2
28,1
23,9
23,9
30,6
1983
1985
1990
1995
2000
2005
0%
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a CEPAL
16
Exportaciones de Colombia por tipo
(en dólares corrientes)
Primarios
Manufacturas de baja tecnología
Manufacturas de alta tecnología
Manufacturas basadas en recursos naturales
Manufacturas de media tecnología
Otras transacciones
100%
80%
12,8
18,1
13,0
60%
40%
70,9
66,5
64,8
20%
11,7
15,4
14,8
55,9
57,0
1995
2000
15,5
17,6
48,0
59,5
69,6
0%
1980
1985
1990
2005
2010
2014
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a CEPAL
Exportaciones de Canadá por tipo
(en dólares corrientes)
Primarios
Manufacturas de baja tecnología
Manufacturas de alta tecnología
Manufacturas basadas en recursos naturales
Manufacturas de media tecnología
Otras transacciones
100%
80%
60%
40%
20%
30,5
24,2
26,5
26,1
20,4
21,5
21,3
19,1
28,6
23,0
18,6
16,6
23,0
29,0
33,7
15,6
1980
1985
1990
1995
2000
2005
2010
2014
0%
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a CEPAL
Exportaciones de Australia por tipo
(en dólares corrientes)
Primarios
Manufacturas de baja tecnología
Manufacturas de alta tecnología
Manufacturas basadas en recursos naturales
Manufacturas de media tecnología
Otras transacciones
100%
80%
18,8
14,6
18,2
60%
40%
60,6
69,6
20%
57,8
18,5
18,1
15,5
46,8
50,1
55,0
1995
2000
2005
10,6
10,0
66,6
71,1
2010
2014
0%
1980
1985
1990
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a CEPAL
17
En definitiva, queda claro que si bien el país no experimentó un proceso de “reprimarización” en los
últimos años su estructura exportadora es aún muy dependiente de los productos agropecuarios,
por lo que la diversificación de los productos exportados –incrementando la participación de
aquellos con mayor agregado de valor– se presenta como una asignatura pendiente, que
presumiblemente requiera de una labor conjunta entre el sector público y privado para lograr
elaborar productos atractivos para el mercado mundial (con inversiones en investigación y
desarrollo, teniendo presente los modelos de cadenas globales de valor, por ejemplo), pero que
también necesita de acciones para diversificar y consolidar los destinos de nuestras exportaciones;
y para mejorar la competitividad sistémica de la economía argentina. Sobre estas dos cuestiones se
expondrá en los próximos apartados.
Exportaciones argentinas de Servicios
(en millones de dólares corrientes)
18.000
16.000
14.000
12.000
10.000
8.000
6.000
4.000
2.000
2015
2014
2013
2012
2011
2010
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
0
Fuente: Departamehto de Economía CAC en base a INDEC
Nótese, sin embargo, que lo relevante para mejorar la solvencia externa no es el mero aumento de
las exportaciones sino el incremento del valor agregado: dada una expansión de las exportaciones,
cuanto mayor sea el componente importado de éstas, menor será la mejora en el balance comercial.
En este sentido, no deberían ser descuidadas las exportaciones de servicios, que en Argentina
equivalen, según los últimos datos publicados por el INDEC, a un 24,5% del total de las exportaciones
de bienes y que suelen ser intensivas en mano de obra local. Este tipo de ventas incluye a categorías
tan disímiles como el transporte internacional de mercaderías, el transporte internacional de
personas no residentes, el turismo receptivo, servicios jurídicos, contables, de ingeniería, de
investigación, entre muchos otros3. Estas exportaciones muy probablemente ganarán participación
en el comercio exterior mundial en el futuro, conforme los servicios ganan participación en la
canasta de consumo y su comercio internacional se hace más viable merced a los avances en las
3
En 2015 la CAC publicó el estudio Comercio exterior de servicios – Evolución y performance 2014.
18
tecnologías de la información y las comunicaciones, y el acceso de un mayor número de personas al
turismo internacional.
Desafío II: Diversificación y consolidación de los destinos
Las ventas externas de los países son irremediablemente dependientes de la economía global y, en
consecuencia, no pueden ser inmunes a crisis de alcance global, como la que estalló en el año 2008
y cuyas consecuencias aún perduran. Esta realidad, sin embargo, no debe llevar a una actitud pasiva.
Por el contrario, deben llevarse a cabo acciones para potenciar el crecimiento de las ventas y
minimizar los riesgos.
Tanto al momento de vender nuevos productos como si se quiere incrementar las ventas de los
bienes que ya se exportan, es relevante saber a quién vender, para orientar hacia esos mercados
los esfuerzos de la diplomacia, las misiones comerciales y toda acción que los sectores público y
privado puedan llevar a cabo en pos de facilitar el crecimiento del comercio. Estos esfuerzos son
particularmente relevantes cuando los productos en cuestión no son materias primas sino bienes (y
servicios) con mayor valor agregado, que suelen enfrentar mayores barreras. Por otra parte, la
diversificación de los destinos de las ventas se presenta como una manera de mitigación del riesgo,
ya que una crisis en un país que agrupa una parte muy sustantiva de las exportaciones puede afectar
severamente a la economía en cuestión –como es Brasil en el caso argentino–. En este sentido, los
datos muestran que si bien la concentración de nuestras ventas se redujo en las últimas décadas,
un grupo de apenas tres países concentra actualmente un tercio de nuestras exportaciones.
Participación de los principales destinos en las
exportaciones argentinas, por países
(en dólares corrientes)
Primeros tres destinos
100%
Primeros diez destinos
84%
80%
Primeros veinte destinos
76%
70%
70%
63%
52%
60%
41%
37%
40%
33%
20%
0%
1994
2004
2014
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a UN Comtrade
19
Dentro de este tercio, Brasil ocupa un rol dominante, al representar por sí solo más de un 20% de
las exportaciones de Argentina –y el 40% de las exportaciones de Manufacturas de Origen
Industrial–, lo que implica la existencia de una fuerte dependencia respecto a este mercado 4. La
conquista de nuevos mercados se presenta entonces como una alternativa atractiva para reducir
esta vulnerabilidad y simultáneamente expandir los volúmenes vendidos, aunque deben hacerse
algunas consideraciones al respecto.
Principales destinos de las exportaciones argentinas
(participación en el total; año 2014)
25%
20,3%
20%
15%
10%
5%
6,5%
5,9%
4,1%
2,9%
2,6%
2,5%
2,4%
2,3%
2,3%
0%
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a UN Comtrade
Al proponerse incrementar las exportaciones se piensa frecuentemente en economías emergentes
de Asia como posibles destinos, sea China, India o Rusia, entre los más importantes. No solo por el
potencial que estos países presentan, sino también porque han resurgido las críticas a las ideas del
regionalismo –no solo en Argentina, sino también en países vecinos–, en particular dirigidas hacia
el Mercosur. Esto último se explica tanto por cuestiones políticas como por el pobre desempeño
económico y comercial de algunos países de la zona, que hace que en algunos de ellos se fortalezcan
las posturas contrarias a la integración regional (sirva de referencia que poco tiempo atrás el
presidente del Senado de Brasil planteó que su gobierno debería proponer abandonar el Mercosur
para tener las manos libres para buscar otros acuerdos comerciales sin el apoyo de sus socios). A lo
anterior deben sumárseles las notorias dificultades para consensuar entre los socios del bloque una
lista común de productos para incluir en la negociación de un tratado de libre comercio con la Unión
Europea; y el hecho de que otros importantes países latinoamericanos como Chile, México y Perú
planteen un enfoque alternativo, mucho más abierto al mundo –menos proteccionista–, en el marco
4
La crisis que afecta a nuestro vecino al momento de escribirse este trabajo la ha dejado en evidencia.
20
de la Alianza del Pacífico y del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica5. Todo esto ha
potenciado las visiones negativas sobre el bloque regional (poco tiempo atrás un importante
referente del empresariado brasilero ha llegado a declarar que “el Mercosur está muerto”) y ha
dado impulso al interés por las economías de Asia como potencial destino de las exportaciones
argentinas.
En este sentido, puede señalarse que, en las últimas, décadas se registró un fuerte incremento de
las ventas argentinas hacia China, India y Rusia, que ganaron participación dentro de los destinos de
nuestras exportaciones. En concreto, pasaron de tener una incidencia de algo más de 2% a
comienzos de los años 90, a ubicarse en torno al 10% en los últimos años. Si bien al momento de
escribirse este documento estas economías enfrentan una situación económica desmejorada, existe
bastante consenso en que cuentan con potencial para seguir creciendo en el mediano plazo, lo que
implica que su demanda de importaciones también se incrementará. Sin embargo, antes de concluir
que en Asia reside “la solución” para mejorar el desempeño exportador argentino, debe
considerarse que las exportaciones argentinas hacia esas economías están fuertemente
concentradas en productos primarios o sus derivados.
Al analizar las exportaciones argentinas hacia China en 2014, se observa que estuvieron compuestas
en un 83,3% por Productos primarios y en un 11,6% por Manufacturas basadas en recursos
naturales. Por otra parte, un 2,9% correspondió a Manufacturas de baja intensidad tecnológica, un
1,5% a Manufacturas de tecnología media y apenas un 0,7% a Manufacturas de alta tecnología. En
el caso de las ventas hacia India, los Productos primarios representaron un 17,9%, en tanto que las
Manufacturas basadas en recursos naturales tuvieron una incidencia de 78,3%. En lo que respecta
a las exportaciones hacia Rusia, en tanto, los Productos primarios sumaron el 67,3%, mientras que
las Manufacturas basadas en recursos naturales representaron un 26,6%. Lo anterior deja en claro
que las ventas hacia esos países están sesgadas hacia Productos primarios o Manufacturas basadas
en recursos naturales, algo que per se no es ni bueno ni malo, pero que debe ser tenido en cuenta
al momento de pensar en estos países como destino de nuestras ventas.
5
La CAC ha publicado recientemente un documento de trabajo en el que se analizan las implicancias de dicho
acuerdo.
21
Exportaciones argentinas por tipo y país de destino
(en dólares corrientes, año 2014)
100%
Primarios
Manufacturas de baja tecnología
Manufacturas de alta tecnología
Manufacturas basadas en recursos naturales
Manufacturas de media tecnología
Otras transacciones
11,6
80%
60%
32,7
18,0
40%
20%
26,6
9,9
74,7
21,3
48,1
18,3
23,0
0%
Total
América
Latina
78,3
83,3
41,2
17,9
14,6
Mercosur
67,3
Estados
Unidos
UE 27
China
India
Rusia
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a CEPAL
La estrategia de incrementar las exportaciones debe tener en cuenta dificultad de colocar productos
con un cierto grado de elaboración en esos mercados emergentes. En este sentido puede
mencionarse un caso que ha tenido bastante repercusión, que consistió en la decisión de China de
reemplazar sus compras provenientes de Argentina de aceite de soja –nótese que ni siquiera se
trataba de una manufactura industrial, sino un producto primario con una transformación
relativamente simple– por el poroto sin procesar –para extraer luego el aceite en establecimientos
chinos–. Estas ventas, que hacia 2009 representaban un monto en dólares similar al de sus
importaciones de porotos de soja argentinos, cayeron drásticamente, en tanto que la de porotos se
incrementaron.
Lo anterior ejemplifica la dificultad de colocar productos con mayor valor agregado en los mercados
mencionados y vuelve necesaria una reconsideración de otras áreas como destinos de nuestras
exportaciones, destacándose en particular el caso de América Latina. Sirva de referencia que los
datos de 2014 muestra que en las ventas de Argentina hacia Latinoamérica las Manufacturas de
media tecnología representaron un 46,9% del total (lo que contrasta con la incidencia en las ventas
hacia China, India y Rusia, de 1,5, 1,3 y 5,1%, respectivamente). La participación de las manufacturas
de baja y alta tecnología también fue superior en las ventas hacia América Latina que en las
exportaciones hacia los tres países asiáticos mencionados. Limitando el análisis de las ventas hacia
el Mercosur, se observa que las Manufacturas de media tecnología representan un 59,2% –y
también se encuentra que el resto de las manufacturas industriales tiene una incidencia mayor que
para los países asiáticos–. Vale también destacar el papel de la región en materia de exportaciones
22
de servicios: según informó el INDEC, en 2014 más del 70% de los turistas no residentes que llegaron
a Argentina provino de algún país limítrofe.
Por último, cabe una mención de la importancia que los esfuerzos de integración no solo se
enfoquen en las potencialidades actuales sino también en las futuras. Por ejemplo, el crecimiento
que en los últimos años experimentó África Subsahariana –no solo superior al crecimiento de
Latinoamérica sino también mayor al crecimiento promedio mundial– sumado a las positivas
perspectivas existentes en este sentido –el Fondo Monetario Internacional, en su Perspectivas de la
Economía Global de abril de 2016, estima que este dinamismo se consolidará en los próximos años–
hacen que esta región pueda ser un área adecuada a la cual dirigir los esfuerzos de promoción de
exportaciones.
Tasa de crecimiento promedio anual
(en porcentaje)
Mundo
América Latina y el Caribe
África Subsahariana
7
6
5
4
3
2
1
0
1981-1990
1991-2000
2001-2010
2011-2015
2016-2020
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a FMI
Más allá de los productos a exportar –con mayor o menor valor agregado– y de los socios
comerciales en cuestión –latinoamericanos o de fuera de la región–, un elemento muy relevante al
momento de alcanzar una expansión de los volúmenes exportados es el logro de un nivel de
competitividad adecuado al mundo actual, que facilite la colocación de nuestras exportaciones. Esto
nos lleva al tercer desafío señalado.
Desafío III: Mejora de la competitividad
Muchas veces al pensarse en la competitividad externa de un país se centra excesivamente la
atención en el tipo de cambio. Sin desconocer la relevancia del factor cambiario6, debe tenerse
6
El Departamento de Economía de la CAC está elaborando un trabajo referido al tema.
23
presente que muchos otros factores tienen injerencia. Más aún, debe tenerse presente que es uno
que ha perdido relevancia debido al proceso de globalización de los últimos años: conforme los
países acrecientan su integración en las cadenas globales de valor, las variaciones en el tipo de
cambio pierden fuerza como vía para incrementar la competitividad externa de una economía.
Sucede que mundialmente las empresas utilizan cada vez más insumos importados en los productos
que exportan. Entonces, dados los niveles de precios en moneda extranjera –para el producto final
y para los insumos– una depreciación de la moneda local no sólo provoca un incremento de los
ingresos por ventas, sino también implica un alza de los costos de producción que es cada vez más
relevante conforme aumenta el componente importado del producto terminado.
De acuerdo al Ranking de Competitividad Global 2015-2016 elaborado por el Foro Económico
Mundial, Argentina ocupa la posición 106 sobre 140 países relevados. Según este estudio, los tres
países más competitivos del mundo –es decir, aquellos que ocupan las tres primeras posiciones–
fueron Suiza, Singapur y Estados Unidos, en tanto que en el otro extremo se ubicaron Guinea, Chad
y Mauritania. El país latinoamericano mejor posicionado es Chile, con el lugar 35. México, en tanto,
se ubicó en la posición 57, Perú en la 69 y Brasil en la 75. Por otra parte, si se analiza una medición
de competitividad restringida al sector industrial, el Ranking de Competitividad Manufacturera
Global 2016 (elaborado por Deloitte y el US Council on Competitiviness) se observa que Argentina
ocupa la posición 39 sobre 40 países medidos. En la medición anterior, correspondiente a 2013, el
país se ubicaba en el puesto 26 sobre 38 naciones estudiadas, lo que implica que la tendencia de los
últimos años ha sido negativa en términos relativos. Los países más competitivos en 2016 según
esta medición son China, Estados Unidos y Alemania. En lo que respecta a la región, puede señalarse
que México se ubica en la posición 8 y Brasil en la 29. De lo aquí expuesto se desprende que
Argentina se encuentra rezagada en las comparaciones internacionales de competitividad.
Es sabido que la competitividad es un fenómeno amplio –el estudio que presenta el citado ranking
lo deja en evidencia– y que su mejora requiere acciones en múltiples frentes. Sin pretensión de
exhaustividad, a continuación señalamos algunos aspectos que consideramos que requieren
especial atención en pos de mejorar la competitividad del país, particularmente en lo que respecta
a exportaciones.
Un primer grupo de elementos son aquellos de índole fiscal. La reciente eliminación de retenciones,
que alcanzó a prácticamente la totalidad de los productos vendidos por Argentina, es sin duda un
paso positivo en este sentido. Debería asegurarse también el pago en tiempo y forma de los
reintegros a las exportaciones y que se logre una adecuada y ágil devolución del IVA. Más allá estas
24
cuestiones que afectan directamente a la competitividad de las exportaciones, también sería
deseable que se reduzca la complejidad del sistema tributario en general y se contemple la
coordinación en un régimen federal que permita eliminar la distorsión derivada de la
superabundancia de impuestos, tasas y contribuciones. La concentración de recursos en la
jurisdicción nacional y la creación permanente de imposiciones a nivel municipal y provincial ha
generado una presión fiscal enemiga de los incentivos a la inversión. Por ejemplo, sería beneficiosa
la eliminación progresiva del impuesto sobre los débitos y créditos bancarios –“impuesto al cheque–
, combinándolo con un régimen de pago a cuenta de otros tributos en un proceso gradual de
disminución de la presión fiscal.
Otro elemento fundamental pasa por las regulaciones que conspiran contra un pleno desarrollo del
potencial del país. En lo que refiere a procedimientos burocráticos de comercio exterior, sería
positivo que se avanzara con una agilización. Por ejemplo, resultaría deseable una revisión del
régimen de aduana en origen, que actualmente genera dificultades a muchas exportaciones. Sería
conveniente que se pudieran consolidar las cargas en cualquier aduana del país. Análogamente se
debería revisar el régimen de aduanas especializadas, que implica el desvío de cargas a lugares
establecidos expresamente, por lo que se elevan innecesariamente los costos y se complica la
logística. Se debería realizar un proceso paulatino de generalización de la capacidad de recibir todo
tipo de carga en cualquier aduana. Para lograrlo resulta necesario dotar a las aduanas de todo el
país con el personal y los recursos económicos que permitan efectuar el procesamiento de las
operaciones en tiempo y forma. Asimismo, deberían eliminarse todas las trabas burocráticas que
afecten al movimiento de bienes que no resulten imprescindibles al resguardo de la recaudación
tributaria y de los estándares de seguridad e higiene. Nótese que, a diferencia de lo mencionado en
el párrafo anterior, estas acciones serían de costo fiscal esencialmente nulo, de modo que su
adopción debería encontrar menos impedimentos.
La infraestructura en general tiene un rol relevante en materia de competitividad. La producción
eficiente de bienes y servicios requiere de una adecuada infraestructura (en materia de
comunicaciones, suministro eléctrico, transporte, etc.). La evidente brecha existente en muchos de
estos aspectos entre Argentina y otras naciones no solo impacta negativamente en la productividad
sino que también reduce la tasa de retorno de las inversiones, desincentivando una mayor
acumulación de capital. Nótese que a igualdad de otras condiciones, es más probable que las
inversiones se produzcan en áreas que cuenten con un suministro eléctrico de calidad que en
aquellas en las que este servicio sufre de frecuentes interrupciones. En particular, la infraestructura
25
de transporte cumple un papel destacado en la producción y la comercialización de bienes.
Conforme se afianzan los modelos de cadenas globales de valor, su importancia se va
incrementando. Sin entrar en detalle, enunciamos a continuación los grandes rasgos que deberían
tener las acciones en esta área.
Ferrocarril: Renovación y puesta en funcionamiento de los corredores ferroviarios existentes e
implementación de un plan de crecimiento del transporte de cargas por ferrocarril, que abarate
costos logísticos.
Vías aéreas: Establecimiento de nuevos aeropuertos de cargas en todo el país, que se sumen a los
actualmente existentes, conformando una red nacional de transporte de rápida conectividad,
relevante para ciertos segmentos de la actividad comercial.
Hidrovías: Realización de obras de infraestructura y modificación de la legislación de cabotaje, en
pos de posibilitar una mejor utilización de la hidrovía Paraná-Paraguay, a fin de que el comercio vea
reducido sus costos logísticos, aprovechando un recurso natural competitivo y de reducido impacto
ambiental. Análogamente, desarrollar la hidrovía río Uruguay a través de obras que optimicen su
navegabilidad, principalmente de dragado. Vale señalar que recientemente la CAC ha presentado
un completo informe sobre el tema, titulado Hidrovías Paraguay – Paraná y Uruguay.
Transporte vial: Implementación de un programa vial que integre al país, evitando el actual estado
radial de concentración de las vías de comunicación e incorporando vías terrestres acordes con las
características del tráfico actual y proyectado.
La mejora en la infraestructura tiene repercusiones positivas en materia de exportaciones y
crecimiento económico –sobre lo cual hemos expuesto en el trabajo de la CAC titulado
Competitividad: Transporte, logística y regulación–, por lo que su mejora es clave en pos del objetivo
señalado referido al incremento de los volúmenes vendidos.
26
Consideraciones finales
Teniendo en cuenta lo expuesto en este trabajo, puede afirmarse que, en los últimos años, los
volúmenes exportados por Argentina han tenido un crecimiento bajo, tanto si se toma como
referencia otros países de la región y del mundo como si la comparación se efectúa con la propia
Argentina en otros momentos de la historia. En vista del importante rol que la expansión de los
volúmenes exportados tiene para la superación sostenida de la restricción externa que
periódicamente ha afectado a la Argentina, amén de las positivas repercusiones que las ventas al
exterior tienen en materia de actividad y empleo, resulta deseable que se implementen acciones
para potenciar su avance.
Esta labor debería encararse con una mirada pragmática e inteligente, que apunte no solo a
incrementar las ventas de aquellos productos primarios para los que el país está dotado por la
naturaleza, sino también de las manufacturas industriales –lo que requiere una adecuada
integración en las cadenas globales de valor– y de los servicios –cuya participación presumiblemente
se incrementará en el futuro–. Esto requiere avanzar en la conquista de nuevos mercados y también
potenciar los ya existentes. En particular, sería deseable revalorizar el rol de América Latina –y del
Mercosur, como bloque regional del que Argentina es parte–, como así también centrar los
esfuerzos en áreas con potencial de crecimiento. Asimismo, requiere mejoras de competitividad,
que lejos de depender exclusivamente del tipo de cambio es un fenómeno multicausal. Por una
parte, los diversos tributos y tasas que recaen sobre la actividad productiva en general y sobre la
exportadora en particular son elementos que juegan en contra de la necesaria expansión de
nuestras ventas al exterior, de modo que su revisión se presenta como conveniente. Por otra, las
barreras burocráticas que dificultan la generación de valor agregado y el ágil desenvolvimiento de
las tareas logísticas y de transporte son otro elemento no menor que perjudica el desarrollo
exportador argentino. Por último, debe enfrentarse el retraso relativo que el país padece en materia
de productividad, lo que a su vez tiende a reducir los niveles de inversión. En pos de revertir la
situación debería avanzarse con mejoras de la infraestructura con las que cuentan las empresas para
llevar a cabo sus actividades. En particular, la infraestructura de transporte cumple un rol de primer
orden para fomentar las exportaciones, dado que deficiencias en este aspecto encarecen los costos
y, en un mundo que es cada vez más competitivo, pueden hacer inviables muchas actividades.
27
Abrir la economía para exportar
Todo esfuerzo puesto en incrementar el volumen de exportaciones está ligado a la apertura
económica. En este sentido, es difícil imaginar que pueda intentarse liberar el comercio para las
exportaciones y cerrar, al mismo tiempo, la economía para las importaciones. Primero porque luce
complicado pensar que los potenciales compradores del exterior realicen transacciones sin la
posibilidad de que haya un comercio bilateral, es decir, venderle pero no comprarles. Segundo, con
una visión un poco más profunda, en un mundo que se ve dominado cada vez más por cadenas
globales de valor, no puede aumentar las exportaciones de bienes sin incrementar las
importaciones. Particularmente, en el caso argentino, los procesos productivos son incompletos,
esto es, en algún momento de la cadena de valor deben incorporarse bienes de capital o insumos.
Esto genera que haya cierta relación entre importaciones y exportaciones, y la clave parece rondar
en el aumento del valor que se agrega entre ambas para conducir a un saldo comercial positivo y
creciente.
En este sentido, analizamos el ranking global de apertura económica7 que elabora el Banco Mundial.
Así, en el año 2014 –en el de 2015 no se calcula el de Argentina–, nuestro país ocupó el puesto 174
de 176 países con un grado de apertura del 29,28%. Lo siguen Brasil con el 25,11% y Sudán con el
19,12%, mientras que el promedio mundial es del 60,18%. De la región, Brasil y Argentina están bien
por debajo del resto de los países: Chile, 65,94%; Paraguay, 89,81%; Uruguay, 49,09%; Bolivia,
85,26%; Colombia, 37,32% (ver Anexo I). Como se ve, la economía argentina muestra evidentes
características de ser una economía cerrada. Éste es un elemento crucial a la hora de pensar en
incrementar el volumen de exportaciones.
Fortalecer mercados existentes y abrir nuevos.
Por otro lado, hemos analizado la complementariedad comercial de nuestra economía con las
primeras cincuenta economías del mundo. Esto tiene sentido pensando en el fortalecimiento de
mercados con los que ya comercia nuestro país y para maximizar los esfuerzos en abrir nuevos, es
decir, para explorar economías con las que exista evidencia de una complementariedad comercial.
Para esto se volvió a recurrir a un índice del Banco Mundial, en este caso el de complementariedad
7
Cuánto representa el comercio exterior (exportaciones más importaciones) en el PBI.
28
comercial8. Siguiendo la metodología utilizada en el caso de la apertura económica, se tomaron las
primeras cincuenta economías más grandes del planeta y se comparó el índice de
complementariedad que mostraban en 2005 y diez años después, es decir, 2015. En todos los casos,
la complementariedad de nuestra economía con las otras cayó. En principio, esto parecería ser
consecuencia de la crisis sub-prime sufrida en 2008 con la caída del banco de inversión Lehman
Brothers que tuvo derivaciones sobre el volumen de comercio global, pero esto quedará para
futuras investigaciones. En particular, de las cincuenta economías más grandes del planeta, las cinco
que muestran mayor grado de complementariedad comercial son las de Portugal, Bélgica, Reino
Unido, Arabia Saudita e Italia. Por debajo de la tabla, esto es, las que menor complementariedad
comercial tienen con nuestra economía, aparecen Hong Kong, Singapur, India, China y Kazajstán
(ver Anexo II).
Concentración de exportaciones
Por último, para analizar el nivel de concentración de exportaciones, se tomó el Índice de Herfindahl
& Hirschman9. En este caso se tomaron algunas de las economías más grandes del planeta y las
principales economías de nuestra región, comparando, nuevamente, el índice calculado para el año
2005 y para el año 2015. Con excepción de Chile y Paraguay, el resto de los países analizados
mostraron un incremento en la concentración de sus productos exportados. Esto es consistente con
la reducción del comercio internacional a partir de la crisis de 2008. De los países analizados de la
región, el que mayor concentración de exportaciones tiene es Bolivia, con un índice de 0,2056,
mientras que en el otro extremo está Brasil, con 0,0271, mientras que Argentina tiene un índice de
0,0495. En la comparación internacional, existen países con mayor concentración de exportaciones
que la Argentina, como el caso de Australia, que tiene un índice de 0,0781, aunque el resto de los
países tomados como referencia poseen índices de concentración mucho menores, como los casos
de México (0,0146), Japón (0,013) y China (0,0082). Bien en el extremo están Estados Unidos
(0,0067) y Canadá (0,0065) –ver Anexo III–.
8
El índice de complementariedad comercial (CC) proporciona información útil sobre las perspectivas del comercio
intrarregional en cuanto muestra qué tan bien coinciden las estructuras de importación y exportación de un país. Otro
aspecto atractivo es que sus valores para los países que consideran la formación de un acuerdo comercial regional se
pueden comparar con otros que han formado o intentando formar acuerdos similares.
9
Es la suma de proporciones al cuadrado de cada producto en las exportaciones totales. Un país con una cartera de
exportaciones perfectamente diversificada tendrá un índice cercano a 0, mientras que un país con una sola
exportación, tendrá un valor de 1 (menos diversificado).
29
Anexos:
I.- Ranking global de apertura económica
Ranking
País
Hong Kong SAR, China
Luxemburgo
Singapur
Irlanda
Maldivas
Seychelles
Eslovaquia
Emiratos Árabes Unidos
Hungría
Vietnam
Bélgica
Estonia
Guinea Ecuatorial
Republica Checa
Lituania
Holanda
Palao
Libia
Eslovenia
Congo, Rep.
Malasia
Guyana
Tailandia
Bulgaria
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
174 Argentina
II.- Índice de complementariedad comercial de
Argentina con otros países
2014
438,76
374,15
359,77
209,08
198,86
181,29
180,06
175,87
171,24
169,53
167,14
164,40
162,05
160,92
160,51
154,38
150,75
147,58
145,18
143,24
138,46
132,73
131,94
131,09
29,28
País
Portugal
Bélgica
Reino Unido
Arabia Saudita
Italia
España
Canadá
Suecia
Dinamarca
Rumania
Noruega
Rusia
Perú
Nueva Zelandia
Austria
Israel
Alemania
Chile
Australia
Colombia
Holanda
2005
55,92
50,24
46,08
43,62
52,55
53,51
46,57
50,28
49,33
52,48
41,91
45,8
54,75
47,65
49,8
47,16
50
52,79
44,98
41,33
51,35
2015
44,01
43,22
42,96
42,47
42,1
41,82
40,97
40,43
40,43
39,59
39,23
39,16
39,12
38,87
38,74
38,54
38,36
38,06
38,04
37,94
37,6
Estados Unidos
Polonia
Francia
Finlandia
49,01
49,23
51,29
51,33
37,28
37,23
36,86
36,27
III.- Índice de Herfindahl & Hirschman
País
2005 número de productos
2015 número de productos
Alemania
0,0062
4664
0,0065
4409
Estados Unidos
0,0056
4830
0,0067
4558
China
0,0079
4741
0,0082
4427
Japón
0,011
4558
0,013
4212
México
0,0257
4469
0,0146
4234
Nueva Zelanda
0,0145
3995
0,0254
3863
Brasil
0,0119
4366
0,0271
4033
Canadá
0,0251
4707
0,0273
4415
Argentina
0,0292
4057
0,0495
3384
Fuente: Departamento de Economía CAC en base a Banco Mundial
30
Bibliografía y fuentes consultadas
-
Braun, Oscar y Leonard Joy, (1968), A Model of Economic Stagnation- A Case Study of the
Argentine Economy. The Economic Journal. Ed. Blackwell Publishing for the Royal Economic
Society, Vol. 78, No. 312, Dec., 1968, pp. 868-887.
-
CAC; Competitividad: Transporte, logística y regulación; 2013.
-
CAC; Comercio exterior de servicios – Evolución y performance en 2014; 2015.
-
CAC; El acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica; 2015.
-
CAC; Hidrovías Paraguay – Paraná y Uruguay; 2015.
-
Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Fuentes estadísticas varias.
-
Fondo Monetario Internacional. Fuentes estadísticas varias incluidas en “Perspectivas de la
Economía Global – Abril de 2016”.
-
Instituto Nacional de Estadística y Censos. Fuentes estadísticas varias.
-
Organización Mundial de Comercio. Fuentes estadísticas varias.
-
Ferreres, Orlando; Dos siglos de economía argentina.
-
US Council on Competitiviness y Deloitte; 2016 Global Manufacturing Competitiviness
Index.
-
World Economic Forum; Competitiveness Rankings
31
Cámara
Argentina de
Comercio y Servicios
Av. Leandro N. Alem 36
C1003AAN
Buenos Aires, Argentina.
Tel.: +5411 5300.9000
Fax: +5411 5300.9058
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