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“Así lo hago yo”: accesos endoscópicos endonasales transpterigoideos “How i do it”: endoscopic endonasal transpterygoid approaches Pornthep Kasemsiri, MD*, Ricardo L. Carrau, MD**, Daniel M. Prevedello, MD*, Bradley A. Otto, MD*, Danielle de Lara, MD***, Leo F. S. Ditzel Filho, MD***, Amin B. Kassam, MD**** RESUMEN El acceso endoscópico del abordaje endonasal transpterigoideo (EET) implica un corredor que atraviesa la apófisis pterigoides. Los accesos endoscópicos endonasales transpterigoideos amplían el corredor sinonasal para lograr un acceso adecuado a las lesiones del plano coronal medio y posterior de la base ventral del cráneo. Se muestra una nueva clasificación y el sistema de reparos anatómicos para ayudar a comprender y planear el abordaje. Palabras clave: Abordaje transpterigoideo, cirugía endoscópica. Correspondencia: * Departamento de Otorrinolaringología - Cirugía de Cabeza y Cuello. The Ohio State University, Columbus, OH, USA. ** Profesor - Departamento de Otorrinolaringología - Cirugía de Cabeza y Cuello. Director del Programa de Cirugía de base de cráneo. The Ohio State University, Columbus, OH, USA. *** Departamento de Neurocirugía, The Ohio State University, Columbus, OH, USA. **** Departamento de Neurocirugía, University of Ottawa, Ottawa, ON, Canada. Ricardo L. Carrau, MD. The Ohio State University Medical Center 456 West 10th Avenue - Cramblett Hall, Suite 4A Columbus, OH 43210-1282 [email protected] Recibido: 12-XII-2011 Aprobado: 22-XII-2011 Suplemento, 119-124, marzo de 2012 marzo de 2012 - suplemento “Así lo hago yo”: accesos endoscópicos endonasales transpterigoideos ABSTRACT Endoscopic endonasal transpterygoid approaches (EETA) imply a corridor that transgresses the pterygoid process. Endoscopic endonasal transpterygoid approaches expand the sinonasal corridor to adequately access lesions in middle and posterior coronal plane of ventral skull base. This novel classification and landmarks system helps to understand and plan the approach Key words: Transpterygoid approach, endoscopic surgery. INTRODUCCIÓN El acceso endoscópico del abordaje endonasal transpterigoideo (EET) implica un corredor que atraviesa la apófisis pterigoides. El par de apófisis pterigoides comprenden las láminas internas y externas que descienden perpendicularmente desde el cuerpo del hueso esfenoides. Las láminas se unen en su cara cefálica anterior, la base de la apófisis pterigoides. Desde un punto de vista ventral, esta área contiene tres agujeros de referencia que son, en sentido inferomedial: el agujero redondo, el canal vidiano y el canal palatovaginal. Debido a sus relaciones anatómicas, fosa infratemporal (externa), fosa pterigopalatina (anterior), trompa de Eustaquio y fosa de Rosenmuller (posterior), fosa craneal media (superior), la resección parcial o completa de la apófisis pterigoides es un paso que se realiza comúnmente para abrir una vía endoscópica endonasal hacia las fosas craneales infratemporal, media y posterior. Los abordajes EET se describieron inicialmente para brindar acceso al receso lateral del seno esfenoidal. Gracias a avances recientes de las técnicas quirúrgicas y a los nuevos recursos tecnológicos en el campo de la endoscopia, ha sido posible utilizar los accesos EET para acceder al agujero rasgado o al segmento petroso de arteria carótida interna (ACI), el cavum de Meckel o seno cavernoso, la fosa nasofaríngea externa (fosa de Rosenmüller) y la fosa infratemporal. Figura 1: Las líneas vertical y horizontal que se cruzan en el canal vidiano (V) y el agujero redondo (R) dividen los campos de los accesos EET. El tracto senonasal (SNT) es medial a la línea vertical del vidiano. El receso lateral del seno esfenoidal (LRS) y la fosa pterigopalatina (PPF) se localizan entre las líneas verticales. El receso lateral del seno esfenoidal está por encima de esta línea. Por otra parte, la fosa pterigopalatina se ubica por debajo de la línea horizontal del agujero vidiano. La fosa craneal medial (MCF) y la fosa infratemporal (ITF) se localizan laterales a la línea vertical del agujero redondo. La fosa craneal media está por encima de la línea horizontal del agujero redondo y la fosa infratemporal está por debajo de la línea horizontal del vidiano. El segmento petroso de la arteria carótida interna se localiza aproximadamente entre las dos líneas horizontales. Un acceso EET requiere hacer un corredor que permita atravesar el espacio neumatizado del seno maxilar y producir la ablación o el desplazamiento del contenido de tejido blando de la fosa pterigopalatina, y eliminar parcial o completamente la apófisis pterigoides para llegar a los campos quirúrgicos de interés y controlarlos. Durante la planeación preoperatoria, a veces es difícil calcular las dimensiones necesarias de este corredor. A fin de prever dichas dimensiones, es mejor conceptualizar el acceso EET (y calcularlo de antemano) trazando líneas verticales y horizontales imaginarias que atraviesen el agujero vidiano y el agujero redondo, respectivamente (Figura 1). Los accesos EET se pueden clasificar en cinco grandes tipos. El tipo A implica resecar las láminas interna y/o externa de la apófisis pterigoides, como se requiere, por ejemplo, para la transposición de un colgajo reconstructivo (ej. colgajos de fascia temporo-parietal o de músculo temporal). El tipo B implica resecar la cara interna y anterior de la base de la apófisis pterigoides, tal como está indicado para lesiones que comprometen el receso lateral del seno esfenoidal por encima del nivel del canal vidiano (es decir, fístulas de líquido cefalorraquídeo de la fosa craneal media/ canal de Sternberg). El tipo C implica disecar el nervio vidiano para identificar el segmento petroso de la ACI y -120- P Kasemsiri, RL Carrau, DM Prevedello, BA. Otto, D de Lara, Leo FS D Filho, AB. Kassam extirpar la base de las láminas pterigoideas a fin de llegar al ápex petroso (infra-or retropetroso), la caverna de Meckel, o seno cavernoso (zonas 1, 2, 3 y 4, respectivamente). El tipo D brinda acceso a la fosa infratemporal e implica remover de forma variable las láminas pterigoideas (zona 5). El tipo E implica remover la lámina pterigoidea interna o incluso la totalidad de la apófisis pterigoides, y el tercio medio de la trompa de Eustaquio, a fin de exponer la nasofaringe externa (fosa de Rosenmüller) (1-6). INDICACIONES Los accesos EET están indicados para acceder a varios sitios a lo largo del plano coronal medio y posterior de la base del cráneo. En la Tabla 1 aparece una lista de diversas patologías que pueden manejarse mediante un acceso EET (7, 8). Tabla 1. Indicaciones del abordaje endoscópico endonasal transpterigoideo. Accesos EET Indicaciones / Patologías Receso lateral del seno esfenoidal Fístula de líquido cefalorraquídeo o tumor (e.g. papiloma invertido) Apex petroso Granuloma de colesterol, apicitis petrosa, colesteatoma congénito, mucocele, condrosarcoma, cordoma(6) Caverna de Meckel Meningioma, schwannoma del trigémino, adenoma hipofisiario, carcinomas con invasión perineural de V2 (7) Fosa infratemporal Angiofibroma juvenil extenso, schwannomas de V3, carcinoma adenoide quístico y sarcomas Fosa infratemporal con control del segmento petroso de la ACI y/o la fosa craneal media Malignidades nasofaríngeas, cordomas extensos Planeación prequirúrgica Además de la anamnesis habitual y la valoración clínica, es de vital importancia evaluar a fondo los pares craneanos y la función ocular. Es necesario ocuparse de los déficits ya existentes y de los previstos. Asimismo, es necesario optimizar el equilibrio hormonal e hidroelectrolítico, además de las comorbilidades médicas. Entre los estudios prequirúrgicos que deben solicitarse están una angiografía por tomografía computarizada de alta resolución (angio-TAC) y una resonancia magnética (RM). Acta de Otorrinolaringología & Cirugía de Cabeza y Cuello Estas imágenes brindan un mapa detallado de la extensión y vascularización del tumor, y de su relación con vasos sanguíneos críticos. Además, estas imágenes se pueden fusionar para que sirvan de guía imagenológica durante la cirugía (10). Preparación perioperatoria Gracias a las tecnologías que ayudan al cirujano a identificar las estructuras críticas es posible mejorar la seguridad y la eficiencia de la cirugía, además de los desenlaces oncológicos. Preconizamos el uso de un dispositivo de navegación asistido por computadora, un transductor de ultrasonido Doppler endonasal acústico, y monitoreo electrofisiológico, incluyendo electromiografía (EMG) de los pares craneanos, potenciales evocados somatosensoriales (PESS) y/o respuestas de tallo cerebral (BERA), según el caso. En el preoperatorio se administran antibióticos de amplio espectro y se continúan por 48 horas después de la cirugía. Procedimiento quirúrgico Una vez hecha la intubación orotraqueal, se fija la cabeza del paciente en un soporte de 3 pasadores, ligeramente rotada hacia la derecha e inclinada hacia la izquierda. A fin de mejorar la hemostasia, se descongestiona la nariz con cotonoides empapados en una solución de oximetazolina al 0,05% y se infiltran el tabique anterior y los meatos medios con lidocaína al 1% y epinefrina a 1/100,000. Se aplica una solución de povidona en las zonas perinasal y periumbilical (en caso de necesitar un injerto de grasa libre para la reconstrucción). Paso 1: El corredor nasal Utilizamos un endoscopio de lente cilíndrico de 00 acoplado a una cámara endoscópica de alta definición (HD) y un monitor (Karl Storz Endoscopy; Tuttlingen, Germany) para visualización durante la mayor parte de la cirugía. El lente se mantiene limpio mediante irrigación manual o por medio de una camisa de irrigación del endoscopio. La ampliación del corredor sinonasal comienza con la fractura bilateral de los cornetes inferiores y la fractura de los cornetes medio y superior contralaterales. Una turbinectomía media parcial y las etmoidectomías anterior y posterior completas aumentan el corredor nasal ipsilateral a la vía transpterigoidea. Además suelen hacerse unas esfenoidotomías bilaterales amplias para facilitar la instrumentación y la identificación de los reparos anatómicos para orientar la cirugía. Proponemos el uso de un colgajo nasoseptal de HadadBassagaisteguy (HB) para la reconstrucción de la base -121- marzo de 2012 - suplemento del cráneo después de la cirugía, la cual implica hacer una disección intradural, reparar una fístula traumática o espontánea de líquido cefalorraquídeo (defecto grande), un meningoenfalocele, o una exposición amplia de la ACI. Si se prevé la necesidad de un colgajo de HB, este se toma al comienza de la cirugía del lado contralateral al acceso EET (se sacrifica la arteria nasal posterior del lado del acceso EET). También se toma un colgajo reverso de Caicedo, el cual se sutura al sitio donante del colgajo HB. La visualización y la instrumentación bimanual se simplifican y amplifican debido a la septectomía posterior y el “corredor nasal único” creados de manera inmediata al utilizar estos dos colgajos (13-16). Paso 2: El corredor antral Los acceso EET a la fosa pterigopalatina (Tipo A), el receso lateral del seno esfenoidal (Tipo B), el ápex petroso y la caverna de Meckel (Tipo C) tiene como objetivo las zonas que están por encima del canal vidiano. Para el acceso antral se necesita solamente una ventana nasoantral amplia (VNA). Sin embargo la VNA se debe maximizar ampliándola en sentido anteroposterior desde el conducto nasolagrimal hasta la pared posterior del antro, y en sentido cefalocaudal desde la pared inferior de la órbita hasta la cara superior del cornete inferior. Una VNA adecuada debe exponer la mitad superior de la pared posterior del seno maxilar cuando se utiliza un endoscopio de 00. Por otra parte, el acceso a la fosa infratemporal (Tipo D) y la nasofaringe lateral (Tipo E) implica exponer una zona objetivo que se extiende por debajo del canal vidiano; así, para su acceso antral se requiere una maxilectomía media a fin de exponer la totalidad de la altura de la pared posterior del antro. Una maxilectomía media debe extenderse desde el conducto nasolagrimal hasta la pared posterior del antro (en sentido anteroposterior), y desde la pared inferior de la órbita hasta el piso de la cavidad nasal (en sentido cefalocaudal). Además, para los accesos ampliados hacia la fosa infratemporal y/o la base o fosa craneal media podría necesitarse un abordaje endoscópico de Denker. Ello implica resecar el remanente del cornete inferior, la cara anterior del meato inferior, la apertura piriforme, la apófisis ascendente del maxilar superior, y hacer una transección cortante del conducto lagrimal para extender la maxilotomía media en sentido anterior y lateral. Es preciso señalar que esta extensión se debe individualizar según las necesidades del caso; por tanto, en muchos casos podrían obviarse algunos de los pasos antes mencionados (11, 12). Paso 3: Fosa pterigopalatina Las arterias esfenopalatina y nasal posterior dominan la anatomía de la cara superomedial de la fosa pterigopalatina. Es necesario identificar y cerrar con clips/cauterizar estas -122- “Así lo hago yo”: accesos endoscópicos endonasales transpterigoideos arterias en su ingreso a la cavidad nasal al nivel del agujero esfenopalatino. De ser necesario, se puede resecar la cara anterior del agujero esfenopalatino (es decir, la pared posterior del antro) para exponer y controlar mejor las arterias. La resección de la pared posterior del antro (PPA) se extiende según sea necesario para exponer la fosa pterigopalatina (es decir, en sentido inferior para llegar al nivel de la cara superior del cornete medio tras abrir una VNA, o para llegar al piso del antro después de una maxilectomía media). Durante este paso, el periostio de la pared posterior del antro se desplaza en sentido posterior y se preserva. En sentido lateral, la resección de la pared posterior del antro se debe extender para llegar al nivel de la fisura inferior de la órbita. En este punto se debe identificar el nervio infraorbitario en el sitio donde sale de la fosa pterigopalatina antes de entrar al canal infraorbitario (localizado en el techo del seno maxilar). Es necesaria una disección meticulosa de la cara inferomedial de la pared posterior del seno maxilar a fin de no lesionar la arteria palatina descendente y el nervio palatino mayor, los cuales entran juntos en el canal palatino mayor. Paso 4: Resección de la apófisis pterigoides Con la resección de la apófisis orbitaria y de la lámina perpendicular del hueso palatino se logra acceso a la cara interna de la fosa pterigopalatina. En la parte inferior, las paredes óseas del canal palatino mayor se resecan para exponer y liberar la arteria palatina descendente y el nervio palatino mayor. A continuación se reseca también la apófisis esfenoides del hueso palatino para exponer el canal palatovaginal. La arteria palatovaginal (es decir, la arteria faríngea) se identifica y se sacrifica para permitir la lateralización del contenido de tejido blando de la fosa y exponer el canal vidiano en la cara externa de la trifurcación de la lámina pterigoidea interna con la pared lateral y el piso del esfenoides, y exponer la cara anterior de la base y las láminas de la apófisis pterigoides. Para un acceso de tipo A, el objetivo es agrandar el túnel para permitir el paso de un colgajo reconstructivo y reparar un defecto de la base del cráneo (es decir, colgajos pediculados de fascia temporoparietal o de músculo temporal, o un colgajo fasciocutáneo microvascular libre). La geometría y las dimensiones de la fosa pterigopalatina, el antro y el colgajo de tejido blando determinan el tamaño del túnel y de la resección de las láminas pterigoideas. En un acceso de Tipo B, la esfenoidotomía se puede extender en sentido lateral, resecando la pared anterior del receso lateral (es decir, la base neumatizada de la apófisis pterigoides) por encima del nivel del canal vidiano. En ocasiones, si la neumatización de la apófisis pterigoides se extiende hasta el ala mayor del esfenoides, es necesario sacrificar el paquete neurovascular vidiano para permitir una P Kasemsiri, RL Carrau, DM Prevedello, BA. Otto, D de Lara, Leo FS D Filho, AB. Kassam mayor movilización lateral de los tejidos blandos de la fosa pterigopalatina. Durante un acceso de Tipo C (ápex petroso o cavum de Meckel), por lo general basta con resecar la cara interna de la base de la apófisis pterigoides. El piso del seno esfenoidal se reseca por medio de una fresa de alta velocidad con una broca híbrida o áspera de diamante de 4 mm, hasta que quede a ras con el nivel del receso del clivus. A continuación se diseca el canal vidiano, fresando inicialmente desde la posición de las 3 hasta las 9. Una vez se corrobora la posición de la arteria carótida interna se procede a fresar y retirar una hemicircunferencia superior (6-9). Con la transposición lateral del nervio vidiano se puede exponer la base de la apófisis pterigoides y preservar al mismo tiempo el paquete neurovascular. A fin de preservar la integridad del nervio vidiano se fresa el canal vidiano hasta un espesor de cáscara de huevo. Se puede usar un disector para fracturar el hueso residual delgado y preservar al mismo tiempo el periostio del canal, puesto que protegerá al nervio durante la manipulación (17). Durante un acceso EET infratemporal de Tipo D se debe dividir la arteria maxilar interna al nivel de la fisura pterigomaxilar, y el paquete neurovascular vidiano, y la rama del ganglio esfenopalatino a V2 se dividen justo en un punto distal a sus respectivos agujeros. De esta manera se facilita el desplazamiento inferior y lateral de los tejidos blandos de la fosa pterigopalatina, exponiendo así toda la altura de la apófisis pterigoides. Antes de resecar la lámina pterigoidea externa se deben desprender los músculos pterigoideos externo e interno siguiendo el plano subperióstico (se evita el sangrado del plexo pterigoideo). Se pueden abordar las superficies más posterior y lateral de la fosa infratemporal (acceso EET de Tipo D) después de desprender los músculos pterigoideos. Las lesiones extensas de la fosa infratemporal, bien sea que comprometan o no la base craneal media, podrían requerir una resección completa de la apófisis pterigoides (AEET de Tipo E) (18-20). Los pacientes en quienes es necesario disecar la fosa infratemporal suelen presentar trismo o disfunción masticatoria durante el posoperatorio. Es necesario brindar rehabilitación oportuna con dispositivos y ejercicios activos de estiramiento. Inmediatamente después de la cirugía se inician atomizaciones con solución salina, y los lavados con solución salina normal se inician 3 a 5 días después. Se hace el desbridamiento de la cavidad nasal cada 1-4 semanas, según sea necesario. Complicaciones Los accesos EET se realizan en una región anatómicamente compleja donde existe el riesgo de complicaciones significativas. Entre las complicaciones más comunes están el sangrado intraoperatorio por la arteria maxilar interna o el plexo pterigoideo venoso, la reducción de la producción de lágrimas debido al sacrificio del ganglio esfenopalatino o el nervio vidiano, la hipoestesia facial por lesión de V2, V3. Durante el abordaje del ápex petroso, el cavum de Meckel o la nasofaringe puede haber lesión de la arteria carótida interna, lo cual puede producir un sangrado catastrófico y potencialmente fatal. Otras posibles complicaciones son la parálisis del VI par, fístulas de líquido cefalorraquídeo, lesión del sistema nervioso central y lesión orbitaria. CONCLUSIONES Los accesos endoscópicos endonasales transpterigoideos amplían el corredor sinonasal para lograr un acceso adecuado a las lesiones del plano coronal medio y posterior de la base ventral del cráneo. Esta nueva clasificación y el sistema de reparos anatómicos ayuda a comprender y planear el abordaje. BIBLIOGRAFÍA 1. Kim HS, Kim DI, Chung IH. 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Además, entre las complicaciones mayores se cuentan el edema cerebral, el accidente cerebrovascular, el embolismo aéreo y las convulsiones. Acta de Otorrinolaringología & Cirugía de Cabeza y Cuello -123- marzo de 2012 - suplemento “Así lo hago yo”: accesos endoscópicos endonasales transpterigoideos 5. DelGaudio JM. Endoscopic transnasal approach to the pterygopalatine fossa. Arch. Otolaryngol. Head Neck Surg. 2003; 129 (4): 441-446. 12. Prevedello DM, Ditzel Filho LFS, Solari D, Carrau RL, Kassam AB. Expanded endonasal approaches to middle cranial fossa and posterior fossa tumors. Neurosurg. Clin N Am. 2010; 21 (4): 621-635, vi. 6. Zanation AM, Snyderman CH, Carrau RL, et al. Endoscopic endonasal surgery for petrous apex lesions. The Laryngoscope. 2009; 119 (1): 19-25. 13. Hadad G, Bassagasteguy L, Carrau RL, et al. A novel reconstructive technique after endoscopic expanded endonasal approaches: vascular pedicle nasoseptal flap. Laryngoscope. 2006; 116 (10): 1882-1886. 7. 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