Download Del 11 al 18 de marzo Primera Bacanal de Teatro de Títeres para

Document related concepts
Transcript
DECLARACIÓN POR LA VIDA
En 1954 la Asamblea General de la ONU recomendó que todos los países instituyeran el Día
Universal del Niño, fecha que se dedicaría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del
mundo entero y se destinaría a actividades para promover el bienestar de los infantes.
Se sugirió a los gobiernos que celebraran tal día en la fecha que cada uno de ellos estimara
conveniente. No obstante, el día 20 de noviembre marca la fecha en que se aprobó la Declaración
de los Derechos del Niño en 1959 y la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.
EL MEJUNJE, espacio total de la escena
Por Armando Morales
El Festival de Teatro de Pequeño Formato, creado por la Compañía Teatral Mejunje con el auspicio del Consejo
Provincial de las Artes Escénicas, de Santa Clara, en su edición número 20, convocado del 22 al 29 de enero,
reservó el horario de las mañanas y tardes a los espectáculos dirigidos al público infantil y juvenil; en tanto en
las noches, el espectador adulto aprobaría o no, la presencia de compañías como el Teatro del Viento
(Camagüey); el Teatro del Sur y Grupo El Portazo (Matanzas); Compañía Rita Montaner y Teatro El Taller (La
Habana); Alas Buenas (Holguín); Grupo Alas (Granma) Calibán Teatro (Santiago de Cuba) Teatro Laboratorio (Villa
Clara) y el Mejunje como grupo anfitrión. El 22 de enero, día del teatro cubano, se aquilataba la osadía, por si
fuera necesario, del Mejunje, como “…el sitio donde también se está…” liderado por la sabia conducción de
Ramón Silverio y su capaz equipo.
En la serie de espectáculos dirigidos a la infancia, presentados en el 20 Festival se confirma la pujanza creativa
de esta particular escena; la diversidad de propuestas y sobre todo la audacia de una juventud enfrentada a los
misteriosos vericuetos de “hacer teatro”. Reconocidas agrupaciones, en su carácter histórico, se han visto
reverdecidas por los nuevos talentos que irrumpen en el panorama teatral con arresto suficiente como para
poner en tela de juicio conformismos estériles o agotamientos creativos.
El Grupo Teatro Escambray (Santa Clara) presentaba un trabajo a partir del cuento Los tres pichones de Onelio
Jorge Cardoso. Los pintores nueva propuesta de Maikel Valdés, como director e intérprete nos mostraba,
acompañada de la excelencia de Teresa Denisse; la cual recibiría el Premio Caricato por la anterior entrega de la
pareja; la aplaudida y fresca versión titulada El sinsonte y el rosal. Con estos títulos se reorientan aquel Frente
Infantil del Teatro Escambray. Otros jóvenes secundan la pauta de Maikel, proyectando nuevos trabajos. Saúl
Rojas, como autor, diseñador y director de la puesta en escena se revela en El sueño de la oruga, como un
inquietante puntal que habrá que seguir en próximos desempeños. El director general del Escambray Rafael
González, en sus notas al programa de mano ha dejado asentado que ”…determinados animales están
insatisfechos con su condición, sin conocer que después de sufrir una metamorfosis, se convertirán en seres de
gran belleza, que harían palidecer de envidia a los que los despreciaban…” El Frente Infantil y el ofrecimiento de
sus honestos trabajos iluminan de nuevo al Teatro Escambray
Otras de las compañías que han sentido el estremecimiento producido por las nuevas energías ha sido Los
Zahories (Las Tunas). Armando (Mandy) Mora continúa la senda de su insuperable Los Pícaros Burlados y se
atreve a dirigir otra pieza de Javier Villafañe; la aplaudida y nunca agotada La calle de los fantasmas, en una
versión de Geraidy Brito con el título de ¡Donde hay hombre, no hay fantasma! en un unipersonal de Damaris
Pacheco. Ambos trabajos cuentan con el sensible y preciso acople del músico Andrés Ávila y su guitarra. El
especialista Alberto C. Estrada, comenta que: “Con esta puesta en escena Los Zahoríes siguen dando muestra de
reoxigenación y continuidad creadora, ahora en manos que se inician y auto-impulsan a vencer miedos…”
Desde Sancti Spíritus llegaría el proyecto escénico Parabajitos, dirigido por Yohandry (Pachi) Naranjo. Esta vez el
inquieto teatrero presentó la pieza Picotico, de Mario González. La espectacular respuesta titiritera al texto, se
ennoblece con la participación interpretativa de Magdenis López. Ambos jóvenes continúa su línea de trabajo
aproximándose al hombre de nuestra campiña; a sus alegres y guaracheras tonadas concebidas desde una
estética de fuerte acento popular.
De Matanzas llegaba el afamado y afanoso Teatro Papalote presentando Nubes azules, uno de los últimos
trabajos de René Fernández, como autor y director. La puesta en escena confirma la sabiduría del director en la
que las categorías “forma y contenido” marcan una lección de mesura y de contención estética. Los factores
innegables de la dramaturgia espectacular anotan respuestas exactas a las directrices magistrales del director.
Como afirmaba Amarilis Ribot en las notas al programa de mano: “Con esta obra, el gran dramaturgo titiritero se
vale de los recursos de un arte milenario para lanzarse a enseñar, con esa vocación suya por el magisterio…”
Las propuestas de la Compañía Teatral Mejunje evidenció el amplio registro de los expresivos recursos escénicos
con que cuenta sus componentes. Por una parte la sabiduría de actores, devenidos directores, como la ilustrada
pareja formada Por Idania García y Nelson Águila en su Perico y yo, Por otra, jóvenes como Rafael Martínez y
Leisy Domínguez defendiendo un Cumpleaños feliz, inquietante texto y puesta en escena de Raudel Morales.
Desde Granma llegaron La Guerrilla de Teatreros, en una propuesta escénica donde la estética del clown se
entrelaza con la titiritera. Dirigida por Yaqui Sáiz sobre un guión de Ariel Hernández, La Guerrilla… marcaba el
acento particular otorgado por el clown en la gama de espectáculos vistos en el Mejunje.
Otra de las producciones imprescindibles, en un evento de esta naturaleza, lo constituyó la presencia de Teatro
La Proa (La Habana). Las presentaciones de Mowgli, el mordido por los lobos, en la legendaria sala teatral del
Guiñol de Santa Clara recibió, una vez más, la aprobación del ¡Respetable! y más cuando dos de sus
fundamentales miembros Arneldy Cejas, como director y Erduyn Maza, como intérprete titiritero recibieron, por
sus labores en este título, el codiciado Premio Caricato UNEAC.
El Teatro Nacional de Guiñol, presentó una versión del cuento La caperucita roja, título estrenado en el 2003,
pero que nunca se había presentado en Santa Clara, de ahí que sus titiriteros aprovecharon la ocasión, nueve
años después de su estreno, para trasladarse a apartados poblados de Manicaragua y Remedios, igualmente al
Hospital Infantil Provincial. Se presentaron, además, en la función que marcaría la celebración del 28
aniversario del Mejunje en su Patio Central colmada de espectadores. La caperucita roja, versionada por William
Fuentes, en las manos titiriteras de Armando Morales y Lázaro Hernández hizo exclamar al aplaudido tunero
Mandy Mora “…cuando se sabe hacer las cosas, se hace lo que les da la gana…” Una certera argumentación a la
libertad creadora.
Como fiesta de la escena, espacios teatrales de la ciudad como el remozado Teatro La Caridad, la Sala EstudioTeatral, la sala del Guiñol de Santa Clara, Círculos Infantiles y Sociales de la Provincia recibieron el arte teatral
dirigido a la infancia y la juventud. Habría que destacar, por su justeza, el movimiento Títeres Mueven Titiriteros
(TMT) como edificante acción que ha estado presente en casi todas las producciones presentadas en el 20
Festival. La labor de Yaqui Sáiz y Geraidy Brito, indistintamente como directoras escénicas o como libretistas y
asesoras en el diseño, construcción y animación de figuras, pero sobre todo, como compañeras de sueños y
realidades revelaron una trashumancia fraternal al depositar semillas en tierra fértil, sin ellas la cosecha actual
no habría brindado estos frutos.
El Mejunje y Ramón Silverio se preparan para la 21 edición en el 2013. Allí estaremos.
¿Más cerca de la luz?
Por Amelia Duarte de la Rosa
En el libro El títere ¿en la luz o en la sombra?, del director y dramaturgo cubano Armando Morales, el autor
desde las primeras páginas asevera que: “el teatro de títeres, lúdicro por las esencias poéticas que lo
identifican, es también, y mucho, capaz de representar los errores de la sociedad, de la política, de la religión,
del quehacer humano todo”. La tradición titiritera y de teatro infantil en nuestro país es un innegable exponente
de la afirmación, sin embargo su popularidad y razón de ser muchas veces se ha enfrentado al destierro y al
silenciamiento impuesto a través del tiempo y el espacio.
Por ahora, no se trata de recorrer esa “selva oscura” sino de señalar un nuevo período de acción y legitimación
que algunos creadores nacionales llevan a cabo para reivindicar el teatro de títeres y el dedicado al más joven
espectador. Aclaración esta necesaria por la inmediata asociación que se hace con los títeres y el público
infantil. Las figuras animadas no se circunscriben solo a los más pequeños aun cuando, no deja de ser menos
cierto, que la amalgama es la oferta actualmente más llevada a nuestros escenarios.
La producción es hoy mucho más visible. Ha aumentado el número de propuestas de algunos conjuntos que se
salen de la dramaturgia naif y retórica, además ha existido un incremento de su estudio y la mirada crítica; se
han reconstituido centros como la UNIMA (Unión Internacional de la Marioneta) y la ASSITEJ (Asociación
Internacional de Teatro para niños y jóvenes); y más recientemente –con vistas a su introducción permanente en
la enseñanza artística- se creó la Cátedra Freddy Artiles en la Universidad de las Artes para promover su
actividad, investigación y superación.
Una programación estable; espacios de encuentros, festivales; y una participación activa de estudiantes y
jóvenes creadores, también dan cuenta satisfactoria de la zona en la que se encuentra varado este arte, “el
miembro más díscolo de la familia teatral” como lo catalogara el argentino Juan Enrique Acuña.
En todo el país existen elencos que persisten en sus búsquedas estilísticas, las técnicas de animación y el
discurso dramatúrgico que proponen a los niños.
Por supuesto, que cada logro tiene su criptonita. En la primera reunión nacional del Centro cubano de la UNIMA,
celebrada en Matanzas, Yudd Favier -especialista del Consejo Nacional de las Artes Escénicas- exponía la falta de
autenticidad y uniformidad del diseño, la mayoría de las veces realizado por los propios actores-titiriteros.
“Nuestro teatro –manifestó- no ha comprendido la necesidad de un diseñador que investigue sobre tejidos,
épocas, combinaciones, perspectivas, estilo, precisión en las escenografías. Recorres todo el país y ves las
mismas cabezas inmensas, idénticos colores y tejidos en similares trajecitos bien cortados a la usanza correcta
de los años sesenta. Basta ya de que las carencias materiales y el tercermundismo económico nos sirvan de
pretexto para lo feo por dejadez y lo empobrecido por facilismo.”
Más adelante, con respecto al mensaje que necesita el niño de hoy, señalaba: “La dramaturgia tiene varios
problemas en su tratamiento y la causa más tangible está en la pereza a la hora de investigar. La simultánea
aparición de los mismos títulos en varios grupos ya comenzó a ser sospechosa prueba de ello. Algunos se han
estancado en una dramaturgia exclusivamente nacionalista pero además circular. Muchos son mensajes
caducos donde el receptor es cual recipiente vacío en el que se deposita una información explícita y
probablemente superflua. De nuestros propios autores existen obras muy buenas que ni siquiera una vez han
sido llevadas a la escena.”
En este mismo sentido de extender el mensaje y los niveles de calidad, la dramaturga Esther Suárez Durán y
presidenta del Comité cubano de la ASSITEJ, explicó: “No todos los grupos alcanzan un dominio de los recursos
expresivos en sus puestas en escenas. Es necesario compartir con ese espectador joven y que sienta una
pertinencia en relación con las urgencias ideológicas que vive. Los niveles de calidad son muy desiguales, hay
algunos colectivos excelentes y otros que han logrado niveles no sostenidos”.
Que la inconformidad y los problemas existan, sean planteados y analizados por creadores y dramaturgos es
realmente un buen indicio para elevar la calidad. No obstante, prejuicios externos retrasan el desarrollo, Suárez
Durán revela: “Hay otra situación que tiene que ver con la subestimación, existe un criterio peyorativo por parte
del resto de los colegas que hacen teatro para adultos. Muchos piensan que este teatro por lo general carece de
valor y que no tiene ningún requisito técnico. Por suerte hay una zona de ellos que va cambiando su mirada. El
problema es que a veces existe del mismo modo una subestimación en los funcionarios. Por ejemplo, en una
sala teatral cuando se presenta un espectáculo para niños y otro para adultos, las luces que se montan para el
espectáculo de adultos están priorizadas. En general el no poder o querer tiene que ver con un concepto y
suponen que los artistas que trabajamos para niños podemos hacerlo con las luces que sean. Ese es el matiz
que diferencia.”
La aceptación general de este arte ha estado permeada por la desestimación. No son solo los títeres un
pasatiempo válido para los niños, ni los pequeños son receptores conformistas. Importa mucho el trabajo de
estos artistas identificados con su público y el milenario arte de animar lo inanimado.
Lo cierto es que con logros y deficiencias, desterrado o enterrado, con recursos o sin ellos, el teatro de títeres y
para niños continúa su difícil sendero, renace con renovados bríos. En cuanto a la pregunta que da título a este
trabajo, las palabras de Morales son la mejor respuesta: el teatro para niños y los títeres, los de nuestros días,
han conquistado la luz gracias al fuerte poder de convencimiento que proyecta la hechizante presencia títerehombre en tablados y retablos.
La Compañía Teatral Mejunje continúa marcando la diferencia
Por Blanca Felipe Rivero
En el marco de la XX edición del Festival de Teatro de Pequeño Formato de Santa Clara en el Mejunje, liderado por
Ramón Silverio y en medio de los festejos por el 28 Aniversario de este peculiar espacio socio cultural, la Compañía
Teatral Mejunje presentó dos de las propuestas de teatro para niños y de títeres más atractivas y válidas del
certamen, sobre todo cuando la oferta escénica para niños fuera de mayor variedad y calidad. Hablo de los
espectáculos Cumpleaños felíz y Perico y yo, ambas desde perspectivas muy propias con temas y tratamientos
escénicos diferentes dentro de un mismo grupo creador.
Cumpleaños felíz con dramaturgia y puesta en escena de Raudel Morales continúa la pauta de la laureada Relato de
un pueblo roto de su propia autoria, con enlaces entre familia y sociedad, hogar y contexto social de actualidad. El
niño como centro en las necesidades y miedos propios de su edad, anhelos y aspiraciones en constante dilema
consigo mismo, la importancia de los amigos, el primer amor y la familia.
En el día de su cumpleaños el niño desea como regalo una pistola para ser aceptado por la pandilla más popular del
barrio pero su madre afectada por este deseo no lo admite. Ella está marcada por una guerra que los cubanos
vivimos en Nicaragua, Angola o Etiopía desde hace algún tiempo tratada con regularidad sobre todo en el cine
cubano. Raudel no menciona el lugar pero si la hace presente, cuestión únicamente tocada con anterioridad en el
teatro para niños con el espectáculo Cría cuervos de Teatro de las puertas al colocar el trauma de un niño que pierde
a su padre en la guerra de Angola.
La historia se desata a partir de una paradoja en la connotación de un objeto, un arma como juguete pero también
como portadora de sufrimiento para el ser humano. Se advierte una estructura dramatúrgica atractiva con un
lenguaje orgánico de cercanía al infante. Con el escenario vacío, la banda sonora original para la puesta se comporta
interactiva y provocadora en diálogo con los actores. Los rostros de los personajes se suceden desde posibles
bolsillos o partes de las costuras de una vestimenta uniformada mientras los que cuentan gesticulan la corporeidad
de los personajes. Un arduo trabajo de Leysi Domínguez y Rafael Martínez para un acople complejo de acciones y
simultaneidades. De este modo Cumpleaños felíz se inscribe dentro de una dramaturgia y búsquedas de códigos
diferentes que toman al niño como un espectador pensante e inteligente.
Perico y yo con puesta de Idania García, al igual que su antecesor Eureka en apuros - aunque esta ves junto a su
compañero de vida y obra Nelson Aguila- se vuelca hacia el burro Perico, un personaje popular de la ciudad de Santa
Clara que vivió en los finales de los años 40. Este querido burro es el Platero de los pobladores villaclareños, que del
carretón pasó a la libertad de ser amigo de todos y hasta participar en marchas políticas contra Machado y en los
festejos carnavalescos. Su muerte fue un suceso y su escultura, creada por Arnaldo Artiles está allí cerca del estadio
Sandino, vía al mercado, aseguran que en el antiguo camino de Las Bocas donde se inundan las calles para que
Perico siga rodeado de gentes por siempre.
Bajo esta peculiar aureola Idania resuelve hacer historia relatada por personajes de la tercera edad. Desde un banco
del parque Vidal ellos cuentan, sueñan, se interrelacionan animando títeres planos como en el juego de un niño o
uno de esos cuentos que arrullan. La interrelación actoral de Idania y Nelson es uno de los soportes fundamentales
del espectáculo, destacándose de manera conmovedora y hermosa el instante en que Perico muere como títere
plano articulado en las manos del abuelo.
Sin dudas esta es una manera de enseñar al niño a amar los espacios de su ciudad y respetarlos, descubrir la
herencia de una identidad para sentirse orgulloso, sobre todo cuando es contado desde la simpatía de los más
viejos. Ambos espectáculos por caminos diversos enfrentan de manera comprometida el universo infantil
valorizando la labor de la Compañía Teatral Mejunje que en el año 2012 continúa marcando la diferencia.
Apetitosas calabazas desde Remedios
Por Esther Suárez Durán
Güirito y las calabazas es el título que presenta el Teatro Guiñol de Remedios Rabindranath Tagore en la sala del
Teatro Nacional de Guiñol en esta gira a la capital en los días finales del primer mes del año.
El público que colma la sala ratifica con su presencia, su atención y sus aplausos la calidad del espectáculo y la
efectiva comunicación que logra con los espectadores.
Güirito… parte de un texto escrito para la escena por el poeta y dramaturgo Fidel Galbán, el ya mítico fundador de
este conjunto teatral que desde 1967 alienta en el actual territorio de lo que fuera uno de los primeros
asentamientos de la Isla: San Juan de los Remedios de la Sabana del Cayo (así nombrado en 1578). Galbán, director
general de la institución, es asimismo el director artístico de este espectáculo concebido básicamente en la línea
del teatro de actores, aunque no desdeñe emplear recursos del teatro de figuras, con los cuales consigue la
diversidad de formas y la eficacia expresiva.
Según ha expresado el propio dramaturgo la idea poética de la obra busca enriquecer la perspectiva del empleo y
tratamiento de las culturas populares en nuestra escena, apostando por una visión plural (la cual incluye el folclor
ibérico y el de las culturas indígenas americanas) que aporte un equilibrio a la vez que resalta nuestra pertenencia y
diálogo con una particular región geográfica y un específico ámbito de cultura.
Güirito… destaca por muchos motivos. Entre ellos vale citar la belleza de su texto, que toma por eje la humanísima
(por veraz y compleja) relación entre la abuela y el nieto abriéndose a la real posibilidad del intercambio entre tan
alejadas generaciones; el acertado desempeño de su equipo actoral , encabezado por Yoniel Hernández Torres
(como Güirito) y Daily Torres Estevez (como Ñabuela), a quienes respaldan con acierto Dianela González Bermúdez
y Yeisi Pérez , en las Uicas; Jorge Luis Rojas , en el papel de Cucumalo (quien también tiene a su cargo la animación
del pájaro) y María Teresa de Paz y Leticia Liset como las Sombras; el hermoso diseño escenográfico a base de
primorosos telones que giran sobre un pivote definiendo las distintas locaciones de la historia; la banda sonora
vasta y cuidada que firman el propio Galbán y Norberto Guerra y que ejecuta este último en vivo al pie del escenario;
el diseño de luces de Sergio Pozo, cuyo oficio y pericia consigue obtener el máximo de los escasos medios de
iluminación con que cuenta la sala del Vedado.
Los actores bailan y se mueven por la escena con destreza y dominio del espacio, interpretan las canciones – de
partitura nada sencilla— con afinación y gracia. Galbán y su equipo nos regalan una puesta en escena de alto rigor
profesional donde un colectivo disciplinado y entregado brinda lo mejor de sí y alcanza este valioso resultado.
La puesta en escena excede la hora y media de duración y, aunque en la función que presencié los espectadores más
jóvenes no dieron señales de inquietud, creo que su primera parte, la que antecede y prepara la travesía de Güirito
en pos de las calabazas, resulta reiterativa y agradecería una labor de síntesis y ajuste.
Con este espectáculo el grupo se presentará a los ejercicios de selección que definirán las obras participantes en el
venidero Festival de Teatro de Camagüey. Para tal momento sus integrantes acumulan experiencias, recogen
opiniones en cada una de las presentaciones, antes de realizar los últimos cambios y precisiones. Por mi parte solo
espero que las calabazas que Güirito y su abuela liberan de la avaricia del tonto de Cucumalo y recuperan para el
mundo entero puedan estar presentes en la cita agramontina e iluminar con su espíritu generoso un encuentro que
debe estar signado por la fraternidad, la alegría y la belleza.
La vida es lo que transcurre mientras se hacen otros planes.
John Lennon
Por gusto doy un portazo
Por Blanca Felipe Rivero
Por puro gusto, porque así lo quiero, porque yo decido doy el portazo, hago una apertura de mi vida o llego hasta
donde sueño y puedo. Así parecen decirnos los personajes de Por gusto, espectáculo del grupo El Portazo, de la
Asociación Hermanos Saíz de Matanzas que con la dirección de Pedro Franco y la autoría de Abel González Melo se
presentó en la XX Edición del Festival de Teatro de Pequeño Formato del Mejunje liderado por Ramón Silverio en
Santa Clara el pasado enero.
La puesta la vi en el patio del Mejunje, que sin dudas asevera mis sensaciones como espectadora y cubana por la
aureola de inclusión que identifica este espacio. Por varias razones estamos ante un teatro juvenil, armado y
seleccionado por jóvenes, y porque el tema y la concepción escénica tienen la energía, el cuestionamiento y
comportamiento de los jóvenes. Y no es únicamente porque las situaciones y personajes tengan la inmediatez de
hoy sino por la contundencia y profundidad con que se abordan.
Abel González Melo es uno de los dramaturgos jóvenes más talentosos de esta generación que asume con
inteligencia la contemporaneidad cubana, sobre todo la citadina, moviéndose en sus esencias y concreciones con
una habilidad de increíble empatía. Llega a las unicidades de la cotidianeidad que revela y connota la realidad de los
espectadores de hoy. Así lo vemos también en otros de sus textos como Chamaco, Nevada y Talco no solo desde la
escritura sino desde la escena.
Con la propuesta de El Portazo asistimos a la radiografía de cuatro personajes atrapados por su tiempo donde no
importan los niveles de educación o posibles estatus para transitar las mismas tormentas que los acosan. El artista
plástico que crea únicamente para vender, la maestra sin cultura ni instrucción, el universitario que sus saberes se
convierten en absurdo y el policía de doble vida. La obviedad de la vida se muestra para conmover, todos enlazados
en sus instintos vitales de amor y cercanía que contienen sus vidas en resistencia al contexto que habitan.
Pedro Franco se auxilia de un andamio de construcción, un metal frío y roído por el tiempo con la textura ocasionada
por la intemperie para dar casa, edificio, esquina. Esta es la estructura material visible fundamental de la puesta
solo acompañado de una mesa o soporte para algunos movimientos del interior de la casa de Marcos y una manta en
el piso para dar cama como centro del hogar de Leonardo personaje. La precariedad y la esencialidad como
concepto que identifican los ambientes de La Habana.
Una grabación con la voz del Ernesto Che Guevara en la que habla del hombre nuevo es un leitmotiv del espectáculo,
lo escuchamos en cambios de escenas y los personajes lo repiten como autómatas pero con naturalidad, recurso
que alude a la interrogante de quiénes somos y por qué somos.
Advertimos una coherencia en el espectáculo en la materialidad del andamio, el comportamiento de los personajes,
esa inquietud dentro de la desidia y el desapego o la aprehensión a deseos e impulsos que se transitan entre las
necesidades económica, sus valores como seres humanos y sus ideales de existencia.
Los actores logran sellar la diferencia y la presencia de sus personajes, la asimilación de sus esencias corporeizadas
para dejar huellas en los espectadores y la sensación de agradecimiento de que El Portazo esta vez nos ha dado por
gusto.
Adiós al maestro titiritero
Por Carmen Sotolongo Valiño
En la noche del seis de febrero falleció Iván Jiménez Hurtado, director del Guiñol de Santa Clara. Esta vez no
pudieron sus títeres interceder, pedirle un plazo a la Muerte, al menos para una función más. Se fue con
proyectos incumplidos: celebrar con los suyos el 50 Aniversario del Grupo el próximo 25 de mayo, reestrenar El
Gulliver de los muñecos, Meñique y, si aparecía presupuesto, también Okán- Deniyé. Soñaba retomar el trabajo
que años atrás tuvo el Guiñol con niños aficionados; quería que nuestro teatro fuera una unidad docente para la
formación de nuevos titeristas; planeaba aún dirigir la última obra que escribió: Volar. Y, sin embargo, se fue,
con su morral lleno de haber cumplido bien la obra de la vida.
Iván se unió a la labor fundadora de Olga Jiménez y Allán Alfonso, que, ciertamente, fue más allá de la mera
creación del Guiñol, y a la cual debemos que sea hoy Santa Clara un territorio de muchos retablos. Fue actor,
diseñador y constructor de mecanismos para títeres y escenografías, luminotécnico, operador de sonidos, y
también hizo de utilero, tramoyista, taquillero y hasta carpintero y albañil en las muchas ocasiones en que fue
necesario. Como dramaturgo, más de quince montajes del Guiñol se deben a su autoría, además de numerosas
versiones y adaptaciones de clásicos y autores nacionales. Como director general supo situar a su colectivo
entre uno de los más destacados del país, distinguido por su alto grado de profesionalismo y su potencia
creadora. Dirigió artísticamente espectáculos que giraron por toda Cuba y por Polonia, Nicaragua y España,
siempre con mucho éxito de crítica y público; entre ellos se encuentran importantes puestas en escena como El
ciclón de Güinía, La bicicleta azul y Okán Deniyé que participó en el festival Titirimundi, de Segovia.
También se destacó como director general y artístico en espectáculos gigantes en espacios abiertos, como el
realizado por el 302 Aniversario de la Fundación de la ciudad de Santa Clara. Se empeñó siempre en que su
grupo alcanzara no solo metas artísticas sino también de servicio a la comunidad, llevando su arte a los barrios
más apartados de nuestra ciudad, a las casas de niños sin amparo filial, al Hospital Infantil, a los municipios y
poblados más alejados, y a las zonas rurales intrincadas, incluyendo las de montaña. Fue profesor de la Escuela
Profesional de Arte Samuel Feijoo, perteneció a la Comisión Nacional para la evaluación de actores; fungió varias
veces de jurado en importantes certámenes de teatro a nivel provincial y también en el Festival Nacional de
Teatro de Camaguey. Ostentaba la membresía de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y la Distinción
por la Cultura Nacional.
A Iván Jiménez le fueron otorgadas más de 37 condecoraciones como artista y como ciudadano: entre ellas la
Medalla de la Alfabetización, Cuarenta Aniversario de las FAR, Medalla Raúl Gómez García, Fundador de los CDR,
Sello de Oro por más de 50 donaciones de sangre; Distinción Juan Marinello, Diploma La Rosa Blanca, el
Zarapico y el Premio Provincial de Teatro y Danza; fue Vanguardia Nacional más de una década, y bajo su
dirección le fue otorgado al Guiñol el Premio Provincial de Cultura Comunitara y la Placa Avellaneda por sus
destacados aportes al teatro cubano. En el Festival Nacional de Camagüey 2006 le fue entregada la Placa
Avellaneda en el orden individual. Recientemente se le confirió la condición de Miembro de Honor de la UNIMA
(Unión Internacional de la Marioneta) que su secretario en Cuba, Rubén Darío Salazar, vino a traerle hasta
nuestra ciudad: “la recibió junto al trío de oro ––como gusta decirles a él, Olga y Allán, el maestro Armando
Morales––. Estaba trunco, pero no derrotado y tenía un entusiasmo por vivir que me apretó el pecho”, confiesa
Rubén.
El pasado martes, mientras era despedido en el cementerio de Santa Clara con una cerrada ovación, nos
llegaban mensajes de condolencia de todos los titiriteros y teatristas que trabajan para niños y niñas en la Isla,
asegurando que él se ha quedado en las manos que se alzan para animar a esos seres de papel, madera y
cartón a los que Iván se consagró por casi medio siglo. Teatreros de las otras provincias le dedicaron ese día sus
representaciones, o hicieron una pausa en importantes actividades para brindarle un fuerte aplauso. Ahora nos
toca preservar y continuar con respeto, con inmensa admiración, su legado excepcional; porque se nos fue el
Maestro Titiritero, con su humilde grandeza, con su morral de títeres al hombro, a plantar su retablo en una
estrella.
Premios, muchos premios !!!
Los mejores del 2011.
Como cada año, por estos días se reconocen los
mejores espectáculos y artistas del año anterior en
cine, radio, televisión y teatro.
La Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) con
su Premio Caricato 2011, en el concurso Pepe Camejo
reconoció como Mejor Puesta en escena a Mowgli, el
mordido por los lobos de Teatro La Proa con dirección
de Arneldy Cejas. La Mejor actuación femenina recayó
en Teresa Denisse por su desempeño en El sinsonte y
el rosal, de Teatro Escambray, mientras que el mejor
actor resultó ser Erduyn Maza por su protagónico en
Mowgli, el mordido por los lobos.
Por su parte la Sección de la crítica encontró ganador
al espectáculo Canción para estar contigo al
entregarle el Premio Villanueva a Teatro de Las
Estaciones, bajo la dirección artística de Rubén Darío
Salazar.
El Premio Adolfo Llauradó, que entrega la A.H.S. a
menores de 35 años en teatro para niños y jóvenes fue
a parar a las manos de Liliana Berques y Reinier
Chávez por la obra Historias con sombrillas del
capitalino Teatro Pálpito.
El Consejo Nacional de Casas de Cultura también
premió con la entrega de la Beca de creación Ignacio
Gutiérrez al Proyecto Estrella Roja, del instructor Luis
Ángel Hernández de la Casa de Cultura Carlos Puebla,
de Ciro Redondo, en Ciego de Ávila. Este reconocimiento se entregará el próximo 19 de febrero en el
Teatro Nacional de Guiñol.
Teatro Nacional de Guiñol
(Calle M e/ 17 y 19, Vedado)
Museo y Teatro de Títeres
El Arca. (Casa Pedroso,
Baratillo 103, Habana Vieja)
Del 11 al 18 de marzo
Primera Bacanal de Teatro
de Títeres para Adultos.
Pabellón Cuba
(Calle 23 e / M y N, Vedado)
Feria Internacional del
Libro.
Obra:
El lucero del alba
Grupo:
El Baúl mágico
(Sancti- Spíritus)
Dirección:
Ricardo Cobo
Obra:
Andariegos
(preferiblemente para
mayores de 14 años)
Grupo:
Teatro Papalote
Autor:
René Fernández
Puesta en escena
y Dirección Artística:
René Fernández
Martes 21
Miércoles 22
Hora 6:00 p.m
Viernes 3, 10 , 17
Sábados 4, 11 , 18
Domingos 5, 12, 19
Hora 3:00 p.m
Obra:
Títeres de Maravilla
Grupo:
Teatro Viajero
Dirección:
Carmela Núñez
Sala Adolfo Llauradó
(Calle 11 e/ D y E, Vedado)
Sábado 11
Hora 3:00 p.m
Obra:
Fantasía de una noche
Grupo:
La Colmenita
de Habana del Este
Dirección:
Mónica Digat
Sábados 11, 18 , 25
Domingos 12, 19 , 26
Hora 11:00 a.m
Obra:
Caperucita roja rojita
(para todas las edades)
Grupo:
Teatro Papalote
Autor:
René Fernández
Puesta en escena
y Dirección Artística:
René Fernández
Hospital Oncológico
(Calle 29 e/ E y F. Vedado)
Obra:
Variedades titiriteras
Grupo:
Proyecto Títerecuento
Dirección:
Gladys Casanova
Jueves 23 / 3:00 p.m
Sábado 25/ 11:00 a.m
Domingo 26/ 5:00 p.m
Miércoles 15 / 2:00 p.m
Teatro Principal
Obras:
Flashback y Vacío
(para mayores de 15 años)
Grupo:
Compañía Teatral
La Andariega
Autor:
Leonardo Richard
Dirección artística
y general:
Luis Orlando Antúnez
(Bambino)
Miércoles 15
Viernes 17
Sábado 18
Hora 8:30 p.m
Casa de las Tradiciones
(Barrio Chino)
Consejo Popular José Martí
Obra:
La niña y la luna
Grupo:
Proyecto Títerecuento
Autora:
Yolanda Ulloa
Dirección:
Gladys Casanova
Lunes 6
Hora 2:30 p.m
(Carretera Central, Esperanza)
Obra:
Caperucita
(preferiblemente para niños
mayores de 6 años)
Grupo:
Dripy
Puesta en escena:
Margot Álvarez
Viernes 10
Hora 2:00 p.m
Teatro Papalote
(Daoiz No. 83)
Obra:
Caperucita roja rojita
(para todas las edades)
Grupo:
Papalote
Autor:
René Fernández Santana
Dirección artística
y general:
René Fernández Santana
Sábados 4 , 11
Domingos 5 , 12
Hora 10:00 a.m
Teatro Papalote
(Daoiz No. 83)
Galería de Arte de Colón
Obra:
El Cangrejo volador
(para todas las edades)
Grupo:
Teatro Icarón
Dirección Artística:
Miriam Muñoz
Obra:
Una niña con alas
(para todas las edades)
Grupo:
Teatro de Las Estaciones
Dirección artística
y general:
Rubén Darío Salazar
Sábado 25
Domingo 26
Hora 10:00 a.m
Domingo 15
Hora 11:00 a.m
C.P.A. Ovidio Cabrera
(Carretera a Maleza Km 3 ½)
Obra:
Caperucita
(preferiblemente para niños
mayores de 6 años)
Grupo:
Dripy
Puesta en escena:
Margot Álvarez
Sábado 11
Hora 2:00 p.m
Pabellón infantil
Tesoro de Papel
(Plaza de La Vigía)
Feria Internacional del Libro
Obra:
Una niña con alas (para
todas las edades)
Grupo:
Teatro de Las Estaciones
Dirección artística
y general:
Rubén Darío Salazar
Sábado 18
Domingo 19
Hora 1:00 a.m
Obra:
Una niña con alas
(para todas las edades)
Grupo:
Teatro de Las Estaciones
Dirección artística
y general:
Rubén Darío Salazar
Domingo 15
Hora 11:00 a.m
Equipo creador:
Erduyn Maza, Amelia Duarte de la Rosa, Marianela González, Isabel Cristina, Aymelis Díaz, Dania del Pino,
Blanca Felipe Rivero, Arneldy Cejas,Wilfredo Rodríguez (Villa Clara), Mónica Alfonso y Frida Padrón.
email: [email protected]
Se autoriza la reproducción del contenido de
este material siempre que se cite la fuente