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10/02/2015 Tirada: 32.013 Categoría: Económicos Difusión: 49.455 Edición: Nacional Audiencia: 175.000 Página: 28 AREA (cm2): 901,0 OCUPACIÓN: 84,3% V.PUB.: 13.375 ECONOMIA ECONOMÍA / POLÍTICA La UE mete presión a Atenas mientras Londres se blinda por si hay ‘Grexit’ Los ministros de Finanzas de la eurozona se reúnen mañana en Bruselas para trasladar un mensaje: Grecia necesita dinero y la única vía realista para conseguirlo es con un plan de rescate. CRISIS GRIEGA/ un préstamo de 240.000 millones. Miquel Roig. Bruselas. Propuesta helena Ahora los ministros del euro esperan que Varufakis presente mañana una propuesta concreta. Según fuentes consultadas por la agencia Bloomberg, Atenas pedirá un puente financiero: aumentar en 8.000 millones de euros su emisión de letras –ahora tiene un tope– y 1.800 millones de los beneficios del BCE al comprar deuda griega. Luego vendría la negociación para un tercer programa a 4 años vista. Grecia quiere poder emitir 8.000 millones en letras y cobrar 1.800 millones del BCE Schäuble: “Yo estoy dispuesto a dar la ayuda necesaria, pero si no la quieren, pues muy bien” De momento Varufakis ha encontrado poca comprensión. Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas alemán, aseguró ayer que si Grecia quiere la ayuda de Alemania, primero “tiene que estar en un programa” y recordó que el 28 de febrero se acaba el actual: “Yo no sé lo que harán los mercados sin un programa, pero puede ser que [Tsipras] lo sepa mejor que yo”. Y lanzó un último dardo: “si no quieren nuestra ayuda, pues muy bien”. Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea avisó de que “Europa respetará a Grecia en tanto como Grecia respete a Europa” y que no aceptará el programa de Tsipras “sin condiciones”. Al final la solución podría ser eufemística. Como avanzaba ayer Michel Sapin, ministro de Finanzas francés, lo que para algunos es un “puente” para otros puede ser una “extensión” del programa. Pero de lograrse, se evitaría una quiebra de Grecia a corto plazo y se ganaría tiempo para preparar la solución a un problema que no va a desaparecer: Grecia va a necesitar más dinero a partir del verano y tiene el mercado cerrado. Página 18 / Los mercados y la tensión griega Efe La deficiencia coercitiva es una estrategia de la Teoría de Juegos que considera racional que un rival débil se enfrente a otro poderoso debilitándose voluntariamente. El objetivo es presionar moralmente al rival fuerte para que no abuse del pequeño. Y resulta que tras el tour europeo de su Gobierno de la semana pasada, Grecia llega a la reunión de mañana de ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) más aislada que nunca. Con la temperatura retórica de Berlín y Bruselas al alza, un encontronazo público con Italia por afirmar que el país estaba tan quebrado como Grecia, el BCE retirando su apoyo, los depósitos huyendo de la banca griega y los ingresos públicos a la baja. Si Yanis Varufakis, ministro de Finanzas griego y experto en Teoría de Juegos, no está aplicando la deficiencia coercitiva, se le parece mucho. Mientras una delegación del Eurogrupo se encontraba ayer en Atenas tratando de acercar posturas, el primer ministro británico, David Cameron, presidía una reunión en Londres para revisar los planes de contingencia ante una hipotética salida de Grecia del euro. Lo significativo de esa reunión no fue tanto su existencia, sino que se divulgara de forma oficial y abierta. Ahora mismo no hay solución fácil, a pesar de que Varufakis jugó ayer un papel más posibilista: aseguró que el 70% de las reformas que propone el Eurogrupo son correctas, y que tendrá en cuenta tanto “el mandato del pueblo de que no demos marcha atrás” como “el deber de alcanzar un acuerdo con los socios europeos”. Pero también prometió anular o revertir el 30% de reformas restante, probablemente las más cruciales para la UE. Un día antes, su primer ministro, Alexis Tsipras, decía que no a prácticamente todas las condiciones que pide Bruselas solo para empezar a hablar: rechazó una extensión del programa de rescate actual –cuyo cumplimiento desbloquearía un pago de 8.300 millones de euros– y se atrincheró en promesas electorales que chocan frontalmente con las condiciones a las que Grecia se comprometió con sus socios del euro y el FMI a cambio de La canciller alemana, Angela Merkel, con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ayer, en la Casa Blanca. Obama avisa de que armar a Ucrania es una opción si fracasa la vía diplomática Estela S.Mazo. Nueva York No hay decisiones tomadas en el conflicto de Ucrania y “todas las opciones” están abiertas. Es el mensaje que transmitió ayer el presidente norteamericano, Barack Obama, tras la reunión que mantuvo en la Casa Blanca con la canciller alemana, Angela Merkel. Ambos mandatarios coincidieron en que darán tiempo a la “vía diplomática”. Pero Obama dejó muy claro que, si esas conversaciones fracasan, no descarta incluso la posibilidad de proporcionar armas al Ejecutivo ucraniano para ayudar a Kiev a defenderse contra la agresión de Rusia. “Aún no he tomado una decisión sobre el envío de armas a Ucrania’, alertó, si bien “la perspectiva de una solución militar a este problema siempre ha sido baja”. Francia y Alemania La mayoría de los países europeos, entre ellos Alemania y Francia, se oponen al envío de armas bajo el argumento de que sólo haría empeorar el conflicto. “Siempre he dicho que no veo una solución militar”, recordó ayer Merkel. “Seguimos buscando una so- lución diplomática, aunque hemos sufrido gran cantidad de contratiempos”, agregó, para dejar claro que respetará cualquier decisión de EEUU, incluso la entrega de armamento a Kiev sobre la que dio a Obama su “opinión”. “Se decida lo que se decida (en Washington), la alianza entre Europa y Estados Unidos seguirá siendo sólida, incluso si no estamos siempre de acuerdo”, subrayó la canciller germana, que definió de “indispensable” la alianza transatlántica. En este sentido, Obama añadió que “la agresión rusa sólo ha reforzado la unidad de EEUU y Alemania, y nuestros aliados y socios en todo el mundo.” Pese a este mensaje, ambos líderes esquivaron preguntas relacionadas con un posible desacuerdo. Esa opción sobrevolará la cumbre a cuatro bandas que mantendrán mañana Merkel, el presidente francés, François Hollande; y los líderes de Rusia, Vladímir Putin; y Ucrania, Petró Poroshenko. El objetivo será la búsqueda de un nuevo plan de paz para el conflicto ucraniano. Siempre bajo la advertencia de Obama. Merkel espera una “propuesta sostenible” por parte de Grecia E. S. Mazo. Nueva York La preocupación sobre el conflicto ucraniano no evitó que la economía griega también estuviera ayer muy presente en la reunión entre el presidente norteamericano, Barack Obama, y la canciller Angela Merkel, que trataron el triunfo del nuevo Ejecutivo heleno. La líder germana avisó en la Casa Blanca de que el Gobierno de Syriza debe presentar un plan “sostenible” para pagar su deuda con el fin de seguir siendo parte de la eurozona. En este sentido, Merkel quiso dejar claro que Alemania quiere ayudar a Grecia a permanecer en el área monetaria, pero para ello ve indispensable que el Ejecutivo heleno cumpla con las reglas básicas del plan de rescate y que los programas del Fondo Monetario Internacional (FMI) sean la base para cualquier discusión en el futuro. Las palabras de la canciller alemana ante Obama llegan en plena presión de Estados Unidos para que Europa rebaje la presión a Grecia. “No puedes seguir estrujando a un país que está en depresión”, aseguraba hace ahora una semana el presidente norteamericano para expresar su apoyo al Gobierno de Syriza. Tras este mensaje, Obama advirtió ayer que espera “con interés escuchar la evaluación de Merkel sobre cómo Europa y el FMI pueden trabajar con el nuevo Gobierno para encontrar el camino que devuelva a Grecia el crecimiento sostenible en la zona del euro”. Esta defensa se sustenta en la campaña de Obama a favor del fin de las políticas de austeridad, que también ha plasmado en su propuesta para los Presupuestos de EEUU del próximo año fiscal. Unas cuentas a las que nada les vendría mejor que un impulso de la economía europea que, a juicio de Obama, podría truncarse en caso de una crisis más grave en Grecia.