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Transcript
Sábado 20 junio 2015 Expansión 23
ECONOMÍA / POLÍTICA
Los países europeos
manejan diferentes
niveles de alerta respecto
al deterioro de la situación
en Grecia. En España, de
momento, no hay plan B,
según admitió ayer el
ministro de Economía,
Luis de Guindos: “No,
España no necesita planes
de contingencia. Está
perfectamente preparada
para hacer frente a
cualquier contingencia
que le llegue de fuera”. Es
el mismo caso de Italia,
que tampoco contempla
un plan alternativo. Por el
contrario, Reino Unido e
Irlanda sí han reconocido
que preparan estrategias
ante un eventual ‘Grexit’.
“Deseamos lo mejor, pero
tenemos que estar
preparados para lo peor”,
señaló el ministro de
Economía británico,
George Osborne, quien
urgió a Atenas a llegar a
un acuerdo “antes de que
sea muy tarde”. En opinión
de la canciller alemana,
Angela Merkel, la cumbre
del lunes es de desenlace
Atenas acogerá mañana
una manifestación, convocada por el partido del Gobierno, Syriza, para apoyar a Alexis Tsipras y presionar a los
dirigentes europeos. El lema
de la concentración, que se
celebrará en la icónica Plaza
Syntagma de la capital, será
“la democracia no se chantajea, la dignidad no se regatea”.
Por su parte, los líderes so-
La posición de Europa contra
el revanchismo ruso podría
verse gravemente debilitada.
Resultaría aún más difícil
controlar la inmigración de la
otra orilla del Mediterráneo;
los esfuerzos de reconciliación en Chipre se ahogarían.
Por no hablar del impacto sobre la confianza del mercado
en el futuro a largo plazo de la
eurozona.
Pero en mi opinión lo que le
quita el sueño a Merkel es
mucho menos tangible e infinitamente más poderoso que
cualquiera de estos cálculos.
Merkel se ve a sí misma como
la guardiana de la unidad europea. La salida de Grecia su-
“absolutamente abierto”,
aunque advirtió de que
sólo podrán adoptarse
decisiones “sobre la base
de un acuerdo”. “De no ser
así, será una cumbre
meramente consultiva”,
dijo Merkel en un acto del
Círculo Evangélico de su
partido, la CDU. No
obstante, nadie se
aventura a estimar qué
sucederá al comienzo de
la próxima semana,
aunque se da casi por
hecho que la cumbre sea
en realidad un foro de
discusión sobre un plan B
si Atenas se enroca en su
postura, según explicaron
a Efe fuentes europeas.
“Es muy difícil predecir
qué sucederá el lunes”,
aseguraron por su parte
las citadas fuentes
comunitarias, que
indicaron que todo
dependerá de si los
griegos acuden al
encuentro con una nueva
propuesta o no, aunque
los socios “trabajan sobre
la asunción de que habrá
una”.
cialistas de España y Portugal,
Pedro Sánchez y António
Costa, defendieron ayer al
unísono la necesidad de que
Bruselas y Atenas lleguen a un
acuerdo, al mismo tiempo
que urgieron a Tsipras a “ayudar a los griegos” mediante la
modernización de su sector
público y su sistema fiscal.
Editorial / Página 2
pondría un fracaso histórico;
el reconocimiento de la fragilidad del proyecto europeo y
una señal para el mundo de
que el proceso de integración
aún podría deshacerse.
La nueva Alemania unida
se fundó bajo el supuesto de
que su futuro estaba vinculado a una unidad europea más
estrecha. Este fue el gran legado de Helmut Kohl.
Merkel no pagará cualquier precio, pero tampoco
dejará ir a Grecia a la ligera.
Esa es la dura ironía. Sea cual
sea el desenlace, la canciller
alemana podría ser la gran
perdedora.
Financial Times
Tres elementos esenciales
para un acuerdo con Atenas
OPINIÓN
Guntram B. Wolff
L
as posturas de las dos partes de las
negociaciones con Grecia se han endurecido, tanto, que nunca han estado
tan distantes una de la otra. Hay tres elementos fundamentales para un acuerdo,
en relación al superávit, a cómo se negocia la deuda y, la más importante, la confianza en una unión monetaria.
1. El debate del objetivo fiscal. Los
acreedores exigen un superávit primario (ingresos menos gastos sin pago de
tipos de interés) del 1% del PIB este año,
del 2% en 2016, del 3% en 2017, y del
3.5% en 2018. Syriza, en cambio, pide un
ajuste más moderado del 0,75% este
año, del 1,75% en 2016 y del 2,5% en
2017. Si sumamos estas propuestas fiscales para el periodo de 2015-18, la diferencia entre las dos cantidades asciende
al 1% más del PIB exigido por los acreedores. Se mire por donde se mire, esta
diferencia es sustancial en relación al
PIB, aunque irrelevante si se compara
con el total de la deuda. No obstante, tras
una contracción del PIB superior al
25%, es lógico que Grecia pida un recorte del superávit.
2. El nivel de deuda pública. Expertos de todo el mundo han pedido una reducción de la deuda en Grecia. Cabe
preguntarse si un alto nivel de deuda
exige un elevado superávit que obstaculiza el crecimiento. Syriza y los acreedores parecen coincidir en un superávit
del 3,5% a partir de 2018. No obstante,
debemos tener en cuenta que este objetivo es difícil de mantener en el tiempo y
tiene un coste político y económico muy
alto. Podría decirse que esos superávit
no son realmente necesarios. Una reducción más progresiva de la deuda con
respecto al PIB requiere acceso al mercado para que Grecia pueda pagar a sus
acreedores a tiempo. Dado que Grecia
estuvo a punto de recuperar el acceso a
los mercados el año pasado, es probable
que pueda empezar los reembolsos de la
UE con acceso a los mercados en 2020.
Y, sin duda, la ratio deuda-PIB en 2030
del 115% sería compatible con el acceso a
los mercados del mismo modo que lo sería una ratio del 105%.
Pero el asunto más polémico es el calendario de pago de la deuda del FMI. El
Eurogrupo ya hizo importantes concesiones en noviembre de 2012 , ampliando los vencimientos en 15 años. En cambio, el FMI se ha negado hasta ahora a
flexibilizar las condiciones de la deuda.
Un paso lógico sería pedir al FMI que
cambiara de estrategia. De momento, la
deuda asciende a 30.000 millones de euros, que deberían devolverse antes de
2021. Dado que la Troika pidió ayuda al
FMI para garantizar la solidez del programa, la responsabilidad de sus fallos
también debería compartirse. Hablar
Efe
España dice no necesitar un
plan B mientras Reino Unido
sí se prepara “para lo peor”
El ministro de finanzas de Finlandia, Alexander Stubb, entrega un papel a su homólogo
griego, Yanis Varufakis, ayer en Luxemburgo.
Las reformas estructurales
son una parte muy
importante para recuperar
la confianza y el crecimiento
Las perspectivas de
crecimiento en Grecia no
serían tan negativas si se
aplicaran buenas políticas
del acuerdo de noviembre de 2012, como se ha hecho últimamente, es poco
convincente. La deuda de Grecia con el
BCE asciende a 27.000 millones de euros. El pago correspondiente a julio no
podrá efectuarse con préstamos del
mercado, por lo que el Mecanismo de
Estabilidad Europeo parece indispensable para sustituir al BCE.
3. La confianza. Puede que la mayor
lección de la reciente crisis sea que una
economía no puede crecer si no hay
confianza en esa economía. Desde que el
Gobierno de Syriza llegó al poder y empezó a negociar un acuerdo de la deuda,
ha habido una importante pérdida de
confianza. De hecho, las rentabilidades
han subido mucho en los últimos meses.
Por otra parte, la Comisión Europea ha
revisado las previsiones de crecimiento
de su PIB a la baja, a pesar de la reducción de la austeridad y de la política fiscal puesta en marcha por Syriza. Aunque no es una conclusión contundente,
esto hace pensar que lo que más necesita
un país como Grecia es confianza. Y la
confianza es el resultado de la acción política y de desarrollar la confianza con
sus socios europeos.
Las reformas estructurales son una
parte muy importante para recuperar la
confianza y mejorar las perspectivas de
crecimiento. Según un estudio del FMI,
las reformas estructurales pueden tener
efectos muy positivos sobre la productividad global de los factores. La OCDE
coincide: los países con buenas instituciones, un bajo nivel de corrupción, los
niveles adecuados de competencia y
mejores sistemas educativos normalmente registran una mejor evolución
que los países que carecen de estas características.
De todo esto se deduce que a las dos
partes de la negociación les queda camino por recorrer.
Un acuerdo sensato consistiría en:
a) Una revisión a la baja de los objetivos de superávit, quizás del 0,75% este
año, del 1,25% para el año que viene y del
2,5% a medio plazo.
b) Un retraso de los plazos en el pago
de la deuda al FMI, pero sin ninguna
concesión más en términos de deuda.
c) Poner en marcha proyectos concretos para una transformación más
profunda de las instituciones de Grecia
para recuperar la confianza y, sobre todo, el acceso a los mercados. Las perspectivas de crecimiento no son tan malas si se recuperan las buenas políticas y
la confianza.
Director del
‘think tank’ Bruegel