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La Importancia de la Investigación Social
El fortalecimiento de la investigación social al servicio del Apostolado Social es
reconocida como una de las líneas prioritarias para responder desde la misión de la
Compañía de Jesús a las necesidades de nuestro tiempo. Reunidos en Roma
Coordinadores de Apostolado Social, jesuitas y laicos comprometidos en
investigación social hemos reflexionado acerca de las oportunidades y los
obstáculos en el camino de la investigación social en diferentes Asistencias de todo
el mundo. También hemos discutido con detalle algunos casos y confirmado la gran
importancia de la investigación social llevada a cabo en muchos centros sociales,
institutos y universidades jesuitas La esperanza que nos suscita, supera las
dificultades y desafíos que comporta hacer avanzar esta actividad. También hemos
sentido la necesidad y responsabilidad de reorganizar la investigación, aunar
nuestras fuerzas e integrar los esfuerzos hechos por la universidad y el sector social
para estar a la altura de los retos y oportunidades de la Misión en el mundo global
de hoy. Hemos experimentado que compartimos una misma visión global y, aunque
las realidades de investigación social tienen que ser diversas, sentimos ser un
mismo cuerpo apostólico al servicio de la misión de Cristo: al servicio de la fe que
hace justicia (CG 34, D2, n.1).
Somos conscientes de que vivimos en un mundo complejo, arriesgado y global al
que cada vez le es más necesaria la sabiduría del discernimiento y deliberación
ignacianos y la ayuda de un sólido análisis para tener un buen conocimiento de
nuestras opciones apostólicas. Nuestro tiempo pone cada vez más de relieve la
importancia de saber mirar el mundo (Ignatius Loyola, Spiritual Exercises n.106)
para entender la diversidad de culturas y credos; identificar en su realidad social las
divisiones y confianzas, los dramas y alegrías, las desolaciones y consolaciones de
hombres y mujeres que buscan respuestas. La investigación social es una
herramienta que nos ayuda a descubrir los signos de los tiempos en esa compleja
red de estructuras que caracteriza hoy a nuestro mundo y contribuye de forma
crucial a aportar, desde el rigor científico, diagnósticos y propuestas para definir el
enfoque y estrategias de los proyectos apostólicos.
Esa investigación es cada vez más crucial en un mundo en el que el conocimiento
científico sobre los problemas y políticas está en disputa según los intereses de
quien lo realiza y patrocina, y nosotros debemos cuidar que toda nuestra labor
investigadora esté al servicio de la Fe y la Justicia. En nuestro tiempo estamos
viviendo dinámicas contradictorias y cambios cualitativos. Se extiende una sociedad
de la información y comunicación en la que las políticas de conocimiento y los
procedimientos de deliberación deberían ser cruciales para su desarrollo. Pero a la
vez, culturalmente, nos domina un pragmatismo que no pocas veces se resigna al
relativismo o al fundamentalismo.
Los cambios afectan a todos los niveles: a una nueva concepción global de los
fenómenos y a la conformación de los sujetos. Crece la reflexividad por la que se
insta a personas e instituciones a buscar por sí mismos su identidad y sus
pertenencias, cada vez más flexibles. La propia sociabilidad insta a organizarse en
red, pero, el neoliberalismo económico produce una nueva exclusión social frente a
la cual con frecuencia las políticas públicas ven reducido su papel. La sociedad civil
demanda mayor participación social y una creciente solidaridad global. Vivimos en
una sociedad que afronta cada vez mayores riesgos tanto a nivel individual como
colectivo. Las dificultades dividen cada vez más pero, a la vez, se multiplican las
oportunidades.
En esta realidad cada vez más compleja, la investigación social es un proceso
imprescindible para que todo apostolado tome conciencia de la realidad en la que
interviene y de los efectos de su propia acción. Esas tendencias obligan a cada
organización a reformar sus políticas de conocimiento y de apostolado intelectual.
Pero la reforma no puede ser individualista ya que sólo tendrá éxito si se sigue un
modo cooperativo y global. Las instituciones que permanezcan aisladas, corren el
riesgo de ser victimas de cuestiones pequeñas y en algunos casos de intereses
neoliberales. La misma investigación científica, si no se comprometiera moral y
concretamente al servicio de la Justicia, podría corromperse.
A pesar de que los centros comparten su visión de que la investigación social debe
estar guiada por nuestro compromiso a la Justicia, a menudo encuentran serias
dificultades financieras, y algunos pueden caer en la tentación de aceptar fondos de
fuentes que comprometan la dirección y los objetivos de la investigación social
jesuita. Sentimos la responsabilidad de que los abundantes recursos para educación
e investigación que nosotros los jesuitas tenemos, fluyan unidos en un proyecto
apostólico cohesionado.
Invitamos a las organizaciones de acción social más avanzadas a superar el
“asistencialismo”, en favor de modelos más integrales que incorporen la
investigación social como una herramienta fundamental de la acción social jesuita.
A su vez, es clave que jesuitas formados continúen siendo destinados al Apostolado
Social con una formación para la intervención social, la investigación y el
Apostolado Intelectual. En general, reconocemos como crucial que los jesuitas y los
colaboradores laicos incorporen esta conciencia de la importancia de una rigurosa
formación social (teórica y práctica).
La puesta en común de los últimos días nos ha convencido del esfuerzo de la
Compañía para llevar a cabo su compromiso con la investigación social y apostolado
intelectual en las diferentes Asistencias. Nos hemos dado cuenta que existe en los
centros jesuitas una tradición de investigación social transformadora y
suficientemente autónoma como para haber establecido y desarrollado una agenda
y metodología al servicio de la Justicia. La inserción social, los vínculos con los
movimientos sociales, el rigor científico y el conocimiento crítico han generado un
nivel alto de credibilidad y reconocimiento público al trabajo jesuita en el área de la
Investigación Social. Otro signo positivo es la progresiva participación de
colaboradores laicos en la labor de investigación al servicio de la misión de la
familia ignaciana.
También nos hemos dado cuenta de que las diversas experiencias jesuitas de
investigación social han consolidado una forma de proceder jesuita
Combinando investigación y acción, calidad e importancia.
Generando un tipo de conocimiento al servicio de la Fe que hace Justicia.
Favoreciendo una mirada exhaustiva a la realidad incluyendo los componentes
personales y estructurales.
Buscando modelos participativos en los que los investigadores se integren a si
mismos en la realidad social, y las victimas así como los grupos populares estén
presentes en la investigación social.
Viviendo en las encrucijadas de la historia
Promoviendo el dialogo con las diferentes culturas y tradiciones populares.
Aceptando la necesidad de un acercamiento multidisciplinar que incluya filosofía,
teología, e investigación teórica y aplicada; y
Buscando modos de mejorar la comunicación a través de prensa e Internet, y
estableciendo vínculos con los centros de presión política.
RECOMENDACIONES
Sabemos que es crucial que durante su formación jesuitas y colaboradores
reconozcan la importancia de la investigación social (teórica y aplicada) para
responder mejor a la llamada ignaciana para llevar a cabo un “un ministerio
instruido” (CG 35, D 26, n 18-20) y para reconocer “la singular importancia de la
calidad intelectual de cada uno de nuestros ministerios” ( CG 34, D 16, n1)
A LAS CONFERENCIAS Y PROVINCIAS
Dada la complejidad y la conexión de los temas sociales que nos enfrentan,
creemos que las recomendaciones sobre el desarrollo de la investigación social
pueden ser mas fructíferas consideradas a nivel de Conferencia (o Región).
Bajo la autoridad de un moderador/presidente, se debería desarrollar un Plan
Estratégico a cinco años para el fortalecimiento y desarrollo de la investigación
social en la región y en las provincias, con unas agendas comunes, a fin de que sea
una herramienta de discernimiento y de toma de decisiones apostólicas.
Según la experiencia de algunos proyectos en curso, sugerimos que ese plan
estratégico necesita considerar los siguientes puntos:
Seleccionar temas/áreas prioritarios comunes dadas las necesidades específicas,
desafíos y efectivos de cada región; los temas escogidos deberán integrar una
dimensión teológica.
Formar equipos de investigadores compuestos por jesuitas y otros colaboradores
para que Universidades Jesuitas, Institutos Sociales, Centros Sociales y
Coordinadores del Apostolado Social puedan colaborar tanto institucional como
individualmente bajo un Acuerdo de Intenciones. Esto puede precisar una
reorganización de las actividades de investigación de los centros sociales en la
región.
Poner en marcha un proyecto piloto regional (Conferencia) de investigación bajo un
protocolo que especifique objetivos, plazos, y las diferentes responsabilidades.
Promover relaciones estrechas entre los investigadores sociales y las victimas de la
injusticia y la exclusión; esto incluye el fortalecimiento de los programas de
inmersión que ya existen en muchas instituciones jesuitas de enseñanza superior.
Preparar un programa para la formación de jesuitas y otros colaboradores en
investigación social; esto implicaría la asistencia de jesuitas a los estudios de
doctorado en ciencias sociales, proveer de medios a aquellos involucrados en
investigación social para interactuar con otros investigadores en la región y fuera
de ella, y facilitar la adquisición de habilidades del lenguaje.
Establecer fuentes de financiación independientes para la investigación social; una
vía posible podría ser favorecer el desarrollo de un “corpus” especial nutrido por las
contribuciones de los “fondos apostólicos (arca)” de cada provincia.
AL SECRETARIADO DE JUSTICIA SOCIAL
Facilitar, coordinar e integrar los Planes Estratégicos para investigación social
desarrollados por las Conferencias (regiones). Esto requiere la formulación de una
política de actuación (global) para fortalecer y desarrollar la investigación social en
la Compañía de Jesús. Para implementar lo anterior parece necesario:
Colaborar muy estrechamente con el Secretariado para Educación Superior
(Apostolado Intelectual) en la elaboración de planes y proyectos comunes; alentar
la colaboración con otros Secretariados
Promover la comunicación y el dialogo de una manera formal, con el (futuro)
Consejo de Presidentes (Moderadores) en asuntos relacionados con la investigación
social.
Explorar y facilitar vínculos a nivel internacional entre jesuitas y colaboradores
comprometidos en intervenciones populares, centros de investigación social
(institutos) y de incidencia política (advocacy).
Contribuir al desarrollo de la capacidad para la recaudación de fondos de la Curia
Jesuita en Roma para proyectos de investigación social; y
Fortalecer las infraestructuras del Secretariado para la Justicia Social, incluyendo el
desarrollo de un sistema de información e interacción (website) apropiado a las
necesidades de la investigación social.