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N.4 ENERO 2017
ENTRENAMIENTO
de FUERZA y ACONDICIONAMIENTO
obesidad
sarcopénica
ESTRATEGIAS
Etiología y rol de la dieta y el
ejercicio en su tratamiento.
Antecedentes y estretegias de
entrenamiento
IX simposio
internacional
de actualizaciones en
entrenamiento de la fuerza
Nº4
Bridging the gap between
science and application
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ÍNDICE
04CARTA DEL EDITOR
06OBESIDAD SARCOPÉNICA: ETIOLO-
GÍA Y ROL DE LA DIETA Y EL EJERCICIO
EN SU TRATAMIENTO
17
OBESIDAD SARCOPÉNICA: ANTECEDENTES Y ESTRATEGIAS DE ENTRENAMIENTO
28RESEÑA DEL IX SIMPOSIO INTER-
NACIONAL DE ACTUALIZACIONES EN
ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA
Editor jefe: Dr. Azael J. Herrero, CSCS, NSCA-CPT,*D
Maquetador/impresión: Orybex
ISSN: 2445-2890
Secretaría: NSCA Spain. C/ Alcalá, 226 – 5ª Planta, 28027 Madrid
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CARTA DEL EDITOR
En septiembre de 2001 volvía de vacaciones al INEF de León, comenzaba entonces el último curso de la licenciatura. Me crucé
por el pasillo con el profesor con el que colaboraba como alumno interno, quien después sería mi director de tesis, el Dr. Juan
García López. Le pregunté que qué tal las vacaciones. Su contestación fue: “Azael, quedan dos días para enviar resúmenes para
un congreso de Ciencias del Deporte que se celebra en Valencia”. Si tenía alguna duda de que se había acabado el verano,
quedó disipada de ipso facto.
Nuevas aportaciones al estudio de la actividad física y el deporte. II Congreso de la Actividad Física y el Deporte, celebrado en
Valencia en noviembre de 2001, fue mi primer congreso. Durante la carrera en ninguna asignatura nos habían explicado cómo
se estructuraba un congreso de este tipo, ni la posibilidad de colaboración que tenían los asistentes. Así que allí viví in situ,
acompañado por un espléndido grupo de profesores del INEF de León, las ponencias y comunicaciones libres, las sesiones de
exposiciones de pósteres, el que hubiese varias salas simultáneas de comunicaciones agrupadas por temáticas, etc. Recuerdo
el contraste de asistir a alguna charla con menos de 5 oyentes y la “comunicación estrella” impartida por el preparador físico de
Lance Armstrong con un auditorio repleto en el que no cabía un alfiler.
En junio de 2014, entre NSCA Spain, NSCA y la UCAM, organizamos el IV NSCA International Conference. Human Performance
Development through Strength and Conditioning. Todos los ponentes invitados estaban en la élite de sus campos de investigación a nivel mundial o nacional. Montamos talleres prácticos para que los asistentes, además de acudir a charlas teóricas,
experimentasen en sus propias carnes diferentes técnicas o medios de entrenamiento. Cada taller se tuvo que duplicar debido
a que el número de asistentes superó con creces las expectativas iniciales. Finalmente, hubo una generosa barbacoa en un lugar
con vistas al mar que resultó el punto de encuentro ideal para intercambiar opiniones entre ponentes y asistentes. En ocasiones, uno no se atreve o no le da tiempo a hacer preguntas tras las charlas, por lo que esta “agenda social” constituye un valor
añadido a cada congreso.
Ese mismo año, en diciembre de 2014, NSCA Spain comenzó a colaborar con el INEF de la Universidad Politécnica de Madrid
en la organización de su tradicional Simposio de Actualizaciones en Entrenamiento de la Fuerza. Si hay un evento anual asentado, de calidad, que llena su espléndido auditorio en cada ocasión, es este Simposio. De hecho, a mis alumnos que quieren
especializarse en entrenamiento les recomiendo que para reciclarse anualmente, este evento es una cita casi obligatoria. Hemos
querido incluir en el 4º número de Entrenamiento de Fuerza y Acondicionamiento una breve reseña de este Simposio. Mis agradecimientos más afectuosos a Agustín, a Pedro y a todo el equipo de la UPM por su excelente organización. No oigo más que
halagos de mis alumnos de cada edición.
En estos congresos se hace una labor de networking, se contacta con otros profesionales del ámbito del entrenamiento con
inquietudes similares o que simplemente buscan actualizarse, se conoce productos novedosos de diferentes casas comerciales
en la zona de stands y se está al día de los últimos avances y descubrimientos. En definitiva, constituyen un elemento esencial
en la formación continua que debe imperar en todo profesional del entrenamiento.
Dr. Azael J. Herrero, CSCS, NSCA-CPT*D
Editor Jefe de “Entrenamiento de Fuerza y Acondicionamiento”
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OBESIDAD SARCOPÉNICA:
ETIOLOGÍA Y ROL DE LA
DIETA Y EL EJERCICIO EN
SU TRATAMIENTO
Doug Hershberger, MS, CSCS, USAW and Lance Bollinger, PhD, CSCS
Department of Kinesiology and Health Promotion, University of Kentucky, Lexington, Kentucky
Artículo original: “Sarcopenic Obesity: Etiology, and the Roles of Diet and Exercise in its Treatment”. Strength Cond J
37(5):72-77, 2015
RESUMEN
La obesidad sarcopénica (OS), la pérdida de masa muscular inducida por la combinación de exceso de tejido adiposo y
el envejecimiento, está convirtiéndose en una preocupación de salud común en los Estados Unidos. Desafortunadamente,
la confirmación oficial de la OS requiere de herramientas tecnológicas como la absorciometría dual de rayos X (DEXA),
mediciones antropométricas o impedancia bioeléctrica, que en muchas ocasiones no están al alcance de los profesionales del ejercicio (PE). En este artículo, presentamos una definición funcional de la OS para los PE. También se discuten los
mecanismos patológicos subyacentes que contribuyen a desarrollar OS, y los mecanismos por los que la intervención en
el estilo de vida mediante la dieta y el ejercicio pueden influir positivamente en las personas con OS.
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INTRODUCCIÓN
La obesidad sarcopénica (OS),
la concurrencia de sarcopenia
(pérdida de masa muscular y
función muscular debida al envejecimiento) y obesidad, incrementan
el riesgo de discapacidad (28) y
mortalidad (23) en mayor medida
que la sarcopenia o la obesidad de
manera aisladas. La OS afecta al
10% de los adultos estadounidenses
(29), habiendo una expectativa de
aumento de esta cifra por el envejecimiento de la población y el incremento de la prevalencia y gravedad de la obesidad. Este artículo
pretende explorar la naturaleza
compleja que subyace a esta condición, las dificultades asociadas con
la OS, y los potenciales beneficios
de las intervenciones sobre el estilo
de vida, como son la dieta y el ejercicio físico
DEFINIENDO
LA OBESIDAD
SARCOPÉNICA
Dado que la OS abarca tanto la
sarcopenia como la obesidad, el
entendimiento de los criterios clínicos (tabla 1) para cada una de ellas
puede proporcionar una definición
funcional para los profesionales del
ejercicio (PEs). Tanto la sarcopenia como la obesidad se diagnostican normalmente por medidas
antropométricas o de composición
corporal. Sin embargo, pueden
existir ciertas dudas cuando estas
mediciones son utilizadas estrictamente para evaluar la OS.
La sarcopenia se define como una
pérdida de masa o función de la
musculatura esquelética relacionada
con la edad. Una medida clínica de
la sarcopenia es un índice de masa
muscular (kg de masa muscular/
talla en metros cuadrados) ≤8.90
kg/m2 en hombres y ≤6.30 kg/m2
en mujeres (3). Normalmente, estas
medidas son obtenidas mediante
absorciometría dual de rayos X.
No obstante, el coste de esta
prueba puede no estar al alcance
de muchos clientes. Es importante saber que en la sarcopenia, la
pérdida de masa y fuerza muscular
no es uniforme. Habitualmente, la
fuerza muscular disminuye antes
de detectarse pérdida significativa
de masa muscular. En comparación con la masa muscular, la fuerza
muscular es un mejor predictor de
discapacidad y mortalidad (18).
Por lo tanto, la función muscular
(fuerza, potencia, resistencia, etc.)
es un indicador clínicamente más
relevante de la sarcopenia que la
masa muscular esquelética. De
hecho, el Grupo de Trabajo Europeo
en Sarcopenia en Personas Mayores
(European Working Group in Sarcopenia in Older People) ha sugerido que la evaluación clínica de la
función muscular como la fuerza o
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Tabla 1. Medidas criterio para la sarcopenia, la obesidad y la obesidad sarcopénica
Criterio
Sarcopenia
a
Obesidad
b
Obesidad
sarcopénica
Edad (años)
>65
N/A
>65
Índice de Masa Corporal
2
(kg/m )
N/A
>30
>30
Circunferencia de cadera
(cm)
N/A
Hombres: >102
Mujeres: >88
Hombres: >102
Mujeres: >88
Porcentaje de grasa
corporal
N/A
Hombres: >30
Mujeres: >40
Hombres: >30
Mujeres: >40
Velocidad de marcha
(m/s)
<1
N/A
<1
Hombres: <30
Mujeres: <20
N/A
Hombres: <30
Mujeres: <20
Hombres: <8.90
Mujeres: <6.37
N/A
Hombres: <8.90
Mujeres: <6.37
Fuerza de prensión
manual (kg)
Índice de Masa muscular
2
(kg/m )
Tabla 1. Aunque no se ha determinado una definición clínica para la obesidad sarcopénica, se puede considerar que los individuos que cumplan con los criterios tanto de sarcopenia como de obesidad padecen obesidad
sarcopénica. Cuando se evalúe la obesidad sarcopénica, se debe dar preferencia a medidas funcionales como la
circunferencia de cintura, la velocidad de marcha o la fuerza de prensión manual.
aLos criterios para la sarcopenia son del Grupo de Trabajo Europeo Sobre Sarcopenia (3).
bLos criterios para la obesidad son del Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM), excepto para el
porcentaje de grasa corporal que es de Dufour et al. (5).
la velocidad de marcha (en vez de
la masa muscular por sí sola) debería estar incluido en la definición de
sarcopenia (3). Este grupo propone
como criterios para diagnosticar
la sarcopenia una fuerza de prensión manual <32 kg en hombres y
<18 kg en mujeres y una velocidad
de marcha voluntaria <0.8-1 m/s.
Juntas, estas mediciones permiten
a los PEs valorar la sarcopenia y
modificar las pruebas físicas y los
protocolos de prescripción acorde
a las necesidades del cliente.
La obesidad se define como un
exceso de acumulación de tejido
adiposo. El método más ampliamente aceptado para la determinación de la obesidad es el índice
de masa corporal (IMC, kg de masa
corporal/talla en metros cuadrados). Aunque el IMC no evalúe realmente la composición corporal, el
Colegio Americano de Medicina del
Deporte (ACSM) y la Organización
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Mundial de la Salud (OMS) definen
la obesidad como un IMC≥30Kg/
m2 (4). Otras medidas que evalúan
la obesidad son el perímetro de
la cintura (>102 cm en hombres y
>88 cm en mujeres) y estimaciones del porcentaje de grasa corporal (>30% en hombres y >40% en
mujeres) (5). Es preciso señalar que
varias mediciones de campo de la
composición corporal, como los
pliegues cutáneos, son imprecisos
en personas con obesidad (20). Por
lo tanto, el IMC y la circunferencia
de cintura deberían ser los métodos escogidos cuando se evalúe a
personas con obesidad severa.
Originariamente, la OS fue definida
como un índice de masa muscular de 2 desviaciones estándar por
debajo de la referencia específica
en función del sexo de población
joven y sana (1). Al utilizar el índice
de masa muscular para determinar la sarcopenia, muchos estudios
han estimado que la prevalencia
de OS abarca al 4-12% de la población (29). No obstante, incluso en
estos estudios los valores criterio
de edad, índice de masa muscular, y composición corporal varían
considerablemente, haciendo que
la determinación clínica de la OS
se difícil. Recientemente, los estudios han intentado definir la OS
en términos de función muscular
en vez de masa muscular. Muchos
de estos estudios han definido la
sarcopenia mediante la fuerza de
prensión manual (<32-33 kg en
hombres y <18-20 kg en mujeres).
Cuando se utiliza este criterio para
la sarcopenia, la prevalencia de
OS es aproximadamente 4-9% en
personas cercanas a los 65 años
(29). Aunque este criterio no se ha
adoptado como definición clínica,
debería ayudar a los PEs en la
evaluación de clientes con OS.
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ETIOLOGÍA DE LA OBESIDAD SARCOPÉNICA
Las causas de la sarcopenia y de la
obesidad son multifactoriales y han
sido discutidas en profundidad en
la literatura científica (12). Aunque
una baja masa muscular y un exceso
de tejido adiposo son sellos distintivos de la OS, la asociación entre
ambos no se comprende completamente. En la juventud y en la
primera etapa de la adultez, la masa
muscular esquelética aumenta con
cierto grado de adiposidad (17).
Sin embargo, se ha observado que
en hombres y mujeres de alrededor de los 65 años, aquellos que
eran ancianos y obesos tenían una
menor masa libre de grasa, eran
más débiles y tenían una calidad
de vida disminuida en comparación con los que eran débiles pero
no obesos, y con los que no eran ni
obesos ni débiles (30). De hecho,
hay evidencias de que la obesidad
puede agravar la atrofia muscular
y viceversa. La figura 1 muestra la
compleja interacción entre la sarcopenia y la obesidad y cómo estos
procesos pueden agravarse entre sí
y llevar a la OS.
DISMINUCIÓN DE LA
MASA Y FUNCIÓN
MUSCULAR EN
LA OBESIDAD
SARCOPÉNICA
La cantidad de masa muscular obedece al equilibrio entre el
ritmo de síntesis y el de degradación proteica. La atrofia muscular
se caracteriza generalmente por
un incremento del ritmo de degradación proteica y una disminución paralela del ritmo de síntesis
proteica (14,24). Es más, la sarcopenia puede caracterizarse también
por un descenso del número de
miofibrillas. Esto afecta principalmente a las fibras musculares
de tipo II (15). Como resultado se
produce una reducción del tamaño
global del músculo y una disminución de la capacidad de generar
fuerza y potencia.
La obesidad puede agravar la
sarcopenia en múltiples formas.
En primer lugar, se sabe que la
obesidad produce una resistencia
anabólica disminuyendo la síntesis
proteica en respuesta a la sobrecarga muscular (21,26). Esto parece
estar estrechamente relacionado
con la resistencia a la insulina
asociada a la obesidad. Por tanto,
las personas con OS pueden ser
incapaces de incrementar la síntesis proteica muscular en respuesta
a un estímulo anabólico como la
alimentación o el entrenamiento
de fuerza. De hecho, se ha observado recientemente que los roedores con OS muestran una síntesis
proteica mitigada en respuesta a un
ejercicio físico (19). Igualmente, los
incrementos en la fuerza muscular
tras un entrenamiento de fuerza
se ven atenuados en humanos con
sobrepeso y obesos (22). Aunque
esta resistencia anabólica no debería ser suficiente para inducir una
pérdida de masa o función muscular, puede acentuar los efectos de
la disminución de síntesis proteica
basal observada en personas con
sarcopenia.
Varios estudios realizados en humanos han mostrado que, en comparación con la población delgada,
las personas con obesidad tienen
un ritmo de degradación proteica
a nivel del cuerpo completo incrementado (32). Debido a que el
músculo esquelético constituye
aproximadamente el 40% de la
masa corporal, es posible que la
Figura 1. Interacción entre los factores que causan la obesidad sarcopénica. La obesidad y la sarcopenia influyen
negativamente entre sí a través de una variedad de mecanismos, que desencadenan en una disminución de la
masa muscular y una afectación de la función muscular. El entrenamiento físico modifica positivamente muchos,
si no todos, los componentes representados.
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degradación proteica en la musculatura esquelética esté incrementada en personas con OS. Aunque
la degradación proteica es un
proceso complejo, numerosos estudios han mostrado que varios factores clave que regulan la degradación proteica, como la miostatina, el
NF-kB y el MuRF-1, están incrementados en la musculatura esquelética
de personas con obesidad severa
(9,25). En combinación con la síntesis proteica atenuada observada en
personas con sarcopenia, esto inclinaría la balanza a favor de la atrofia
muscular en personas con OS.
La obesidad también parece disminuir la calidad muscular y la producción de fuerza. Se sabe desde hace
tiempo que la obesidad incrementa
el almacenamiento de grasa dentro
de y entre las fibras musculares (6).
Se ha demostrado recientemente
que esta infiltración de grasa en el
músculo dificulta la generación de
fuerza (8). Interesantemente, los
jóvenes con obesidad tienden a
tener una mayor capacidad absoluta para generar fuerza que sus
homólogos delgados, al menos en
los músculos de soporte del peso
corporal (13). Sin embargo, cuando
este valor de fuerza se corrige por
la masa libre de grasa, la fuerza
muscular es en realidad menor en
personas con obesidad (11). Por
esto, aunque la producción de
fuerza total sea mayor, la musculatura esquelética de las personas obesas muestra una capacidad disminuida de generar fuerza
cuando se normaliza respecto a la
masa muscular total. Este desarrollo de fuerza disminuido complica
la atrofia muscular causando limitaciones funcionales como debilidad, susceptibilidad a la fatiga,
velocidad de marcha disminuida, y
una habilidad reducida para evitar
caídas en personas con OS.
ACUMULACIÓN DE
TEJIDO ADIPOSO
EN LA OBESIDAD
SARCOPÉNICA
La cantidad de masa magra es
el principal determinante de la
tasa metabólica basal (35). Así, la
pérdida de masa muscular observada en la sarcopenia implica una
disminución de la tasa metabólica
y un incremento de la acumulación de tejido adiposo. Además,
una práctica reducida de actividad
física o ejercicio durante el tiempo
de ocio, pueden contribuir al desarrollo de la obesidad.
INTERVENCIONES EN
EL ESTILO DE VIDA
COMO TRATAMIENTO
DE LA OBESIDAD
SARCOPÉNICA
Debido a las limitaciones funcionales, al incremento de muerte
prematura y al incremento de la
prevalencia de OS, la implementación efectiva de tratamientos
para la OS es de vital importancia. Actualmente, los tratamientos
médicos (farmacológicos o quirúrgicos) son limitados tanto para la
sarcopenia como para la obesidad.
Sin embargo, las intervenciones en
el estilo de vida como las modificaciones dietéticas y los programas de entrenamiento mejoran
ambas condiciones. Pese a que las
intervenciones en el estilo de vida
son recomendadas para todas las
personas con OS, las modificaciones específicas dependerán del
objetivo de cada cliente individual
y del grado en que ambas enfermedades estén presentes (ej. ¿Cuál
es más inhabilitante, la pérdida de
masa/fuerza muscular o la obesidad?).
INTERVENCIONES
DIETÉTICAS PARA EL
TRATAMIENTO DE LA OS
Las
modificaciones
dietéticas
pueden modificar positivamente
tanto la sarcopenia como la obesidad. En concreto, el incremento del
consumo proteico por encima de
0.8 g/kg de masa corporal puede
estimular la síntesis proteica (7).
Parece que el aminoácido leucina
tiene un mayor efecto sobre la
síntesis proteica que otros aminoácidos. La magnitud y la velocidad
del incremento de la leucina sérica
está altamente asociado con la
estimulación de la síntesis proteica
(34). Así, ingiriendo habitualmente
comidas ricas en leucina biodisponible fácilmente puede ser útil en el
tratamiento de la sarcopenia.
Investigaciones recientes han indicado que ácidos grasos esenciales
(DHA, EPA) incrementa el ritmo de
síntesis proteica de la musculatura
esquelética (27) y contrarresta la
atrofia muscular inducida por las
grasas saturadas (33). Smith et al.
suplementaron la dieta de adultos
mayores con EPA y DHA durante
8 semanas. Al final de la intervención, lo sujetos que consumieron la
dieta rica en ácidos grasos esenciales mostraron unos mayores niveles
de síntesis proteica en respuesta
a la alimentación (27). Aunque
esta intervención no fue probada
como un tratamiento específico de
la OS, probablemente sea beneficiosa para esta población por los
efectos beneficiosos de los ácidos
grasos esenciales en aspectos relacionados con la morbilidad como la
enfermedad cardiaca, riesgo inherente para personas OS.
Durante mucho tiempo se ha observado que las intervenciones dietéticas son efectivas en el tratamiento
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de la obesidad. Pese a que se han
propuesto muchas intervenciones
dietéticas, la restricción calórica
es primordial para una pérdida de
peso exitosa (2). Cabe destacar que
la pérdida de peso inducida sólo por
una restricción calóricas es probablemente resultado de una pérdida
de masa corporal magra, lo que
es especialmente poco recomendable para personas con OS. Una
revisión realizada por Weinheimer
et al (31) analizó 52 estudios sobre
intervenciones de ejercicio, restricción calórica o ejercicio y restricción calórica de forma simultánea
sobre la pérdida de peso corporal.
Estos autores encontraron evidencias concluyentes de que los tratamientos de pérdida de peso para la
OS mejoraron múltiples síntomas
asociados independientemente de
la intervención recibida. Además,
se observó que la aplicación concurrente de una restricción calórica y
ejercicio físico mejoraba la pérdida
de peso y atenuaba la pérdida
potencial de masa libre de grasa
debida a la restricción calórica. Por
lo tanto, incluir actividad física en
la rutina diaria puede preservar la
masa y función muscular durante
intervenciones destinadas a perder
peso.
INTERVENCIONES DE
EJERCICIO PARA EL
TRATAMIENTO DE LA OS
Son muchos los posibles beneficios
de las intervenciones de ejercicio
físico sobre la OS. En concreto, el
ejercicio puede preservar (o incrementar) la masa y función muscular así como incrementar el gasto
calórico, aumentando la pérdida
de peso de esta forma. Además, las
intervenciones de ejercicio pueden
modificar positivamente factores
de morbilidad que pueden estar
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presentes en personas con OS.
Estos beneficios incluyen mejorar
la condición cardiorrespiratoria,
mejorar a sensibilidad a la insulina y
disminuir la inflamación crónica y el
estrés músculo-esquelético.
El ejercicio incremente de forma
aguda la síntesis proteica por la
activación de la vía Akt/mTOR
(10) y este efecto persiste durante
varias horas tras la realización del
ejercicio. Por tanto, las sesiones
de ejercicio frecuente son clave
para modular la síntesis proteica en
personas con OS. Es más, muchos
estudios han mostrado que el
consumo de proteínas junto al
ejercicio físico puede incrementar
la síntesis proteica en la musculatura. Esta respuesta parece ser
máxima con 20 g de proteína (16).
La inclusión regular de proteínas de
alta calidad junto con ejercicio de
fuerza puede aumentar las ganancias en la masa corporal magra de
personas con OS.
Pese a que todos los componentes
de la condición física deberían ser
entrenados en programas específicos en personas con OS, se debe
poner especial énfasis en la mejora
de la fuerza muscular y el nivel
cardiovascular. El entrenamiento
de fuerza progresivo es recomendado por su efecto anabólico y
su mejora de la fuerza y función
muscular. Además, el entrenamiento de fuerza puede mitigar
la pérdida de masa ósea durante
la pérdida de peso y, en consecuencia, prevenir la osteopenia.
El ejercicio aeróbico podría tener
una influencia más directa sobre
la pérdida de peso y podría mejorar factores de morbilidad como
la hipertensión o la resistencia
vascular. Este ha sido un acercamiento ampliamente utilizado para
el tratamiento de la obesidad y de
la sarcopenia debido a la baja ratio
riesgo/beneficio.
Habitualmente,
las actividades con el peso corporal
imitan mejor las actividades diarias
que otros modos de ejercicio, por lo
que permiten crear programas de
entrenamiento más “funcionales”.
SUMARIO
La OS es un fenómeno cuya prevalencia está incrementando y tiene
ramificaciones directas sobre la
calidad de vida y la longevidad.
Pese a que el diagnóstico clínico
de la OS requiere de instrumentación que no suele estar disponible
para los profesionales del ejercicio, el control de la OS puede estar
basado en medidas funcionales
como la fuerza muscular, que son
fáciles de medir, y suelen ser mejores predictores del estado de salud.
La etiología de la sarcopenia y de
la obesidad es complicada, y ambas
condiciones pueden combinarse
dando lugar a la OS. Posteriormente, el tratamiento de la OS es
más complicado que el tratamiento
de lao obesidad o de la sarcopenia
por separado. Las intervenciones
en el estilo de vida (modificaciones
dietéticas y programas de entrenamiento) modifican positivamente
ambas condiciones y deben constituir el eje central del tratamiento
de la OS.
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SPAIN
OBESIDAD SARCOPÉNICA:
ANTECEDENTES Y
ESTRATEGIAS DE
ENTRENAMIENTO
Doug Hershberger, MS, CSCS, USAW and Lance Bollinger, PhD, CSCS
Department of Kinesiology and Health Promotion, University of Kentucky, Lexington, Kentucky
Artículo original: “Sarcopenic Obesity: Background and exercise training strategies”. Strength Cond J 37(5):78-83, 2015
RESUMEN
La obesidad sarcopénica (OS), la combinación de obesidad y la atrofia muscular relacionada con la edad, presenta numerosos desafíos para los profesionales del ejercicio (PEs). Las intervenciones en el estilo de vida, incluyendo los programas
de ejercicio y las modificaciones en la dieta, pueden mejorar la calidad de vida, el rendimiento en las actividades de la
vida diaria, y la longevidad de las personas que la padecen. En el presente estudio, proporcionamos una discusión detallada de cómo los PEs pueden evaluar o monitorizar la SO, así como estrategias para diseñar programas de ejercicio para
este colectivo.
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SPAIN
INTRODUCCIÓN
La obesidad sarcopénica (OS), la
concurrencia de atrofia muscular
relacionada con la edad (sarcopenia) y exceso de tejido adiposo
(obesidad), disminuye la calidad
de vida e incrementa el riesgo de
muerte (29). Afortunadamente,
tanto la sarcopenia como la obesidad se pueden modificar positivamente mediante intervenciones en
el estilo de vida tales como modificaciones en la dieta o programas
de ejercicio (33). La OS presenta
numerosas limitaciones fisiológicas,
como son la debilidad, incremento
del riesgo de caídas, y disminución
del rendimiento cardiovascular y
muscular (30). Por lo tanto, los
profesionales del ejercicio (PEs) se
enfrentan a un gran desafío cuando
realizan evaluaciones o prescriben
ejercicio para clientes con OS. El
artículo anterior (incluido también
en este ejemplar de la revista),
discute sobre la etiología de la OS y
sobre los mecanismos por lo que un
programa de ejercicio puede mejorar esta condición. En el presente
trabajo, nos centramos en proporcionar estrategias que ayuden a los
PEs a identificar y superar obstáculos relativos a la evaluación y entrenamiento de clientes con OS.
EVALUACIÓN DE
LA OBESIDAD
SARCOPÉNICA
Por definición la OS afecta a
personas mayores de 65 años que
padecen tanto obesidad como
pérdida de masa muscular o debilidad (18). Actualmente, no hay una
definición clínica para la OS; sin
embargo, mediante la evaluación
de la composición corporal y de la
función muscular, los EPs pueden
reconocer rápidamente la OS y
actuar en consecuencia. Pese a que
muchas medidas de campo, como
los pliegues cutáneos, proporcionan
una estimación de la masa magra
y grasa, debe tenerse en cuenta
que estas técnicas pueden ser muy
imprecisas para clientes obesos
(21). El índice de masa corporal (kg/
m2) se utiliza a menudo para evaluar
a la obesidad, pero no proporciona
información sobre la composición corporal o la distribución de
la grasa. Por tanto, las medidas de
perímetros, como el de la cadera,
proporcionan más información que
los pliegues cutáneos o el índice
de masa corporal (IMC) cuando se
pretende determinar la disposición
de la grasa corporal (16) y es el
método más adecuado para determinar la obesidad en OS. Además
de la relación elevada entre OS y el
riesgo de enfermedad cardiovascular o diabetes tipo 2, la obesidad
en la zona central del cuerpo está
inversamente relacionada con la
masa libre de grasa (5), sugiriendo
que los clientes con una circunferencia elevada de cintura tienen
mayor probabilidad de padecer
sarcopenia. La circunferencia de
cintura debería medirse en el punto
más preciso entre la 12ª costilla y la
cresta iliaca. Los clientes con una
circunferencia de cintura elevada
(hombres >102 cm y mujeres >88
cm) se consideran obesos (1).
Desafortunadamente, ni el IMC ni el
perímetro de cintura proporcionan
una medida de la masa y función
muscular. La función muscular (ej.
fuerza, resistencia y potencia) es
mejor predictor de la discapacidad y del riesgo de muerte que la
cantidad de masa muscular por sí
sola (18). En vistas de esto, el Grupo
de Trabajo Europea sobre Sarcopenia (European Working Group
on Sarcopenia) recomienda utilizar
pruebas de función muscular como
la fuerza de prensión manual y la
velocidad de la marcha como criterio para el diagnóstico de la sarcopenia (8). Aunque la fuerza muscular puede variar considerablemente
entre grupos, la fuerza de prensión
manual isométrica se correlaciona
bien con varias medidas funcionales como la fuerza de los extensores de la rodilla o la velocidad de
marcha (13). Por tanto, la fuerza
de prensión manual se utiliza a
menudo para evaluar la sarcopenia. Se debería considerar que los
hombres con una fuerza <32 kg y
las mujeres con una fuerza <18 kg
padecen sarcopenia.
Además de la fuerza de prensión
manual, la velocidad de marcha se
puede utilizar para diagnosticar la
sarcopenia. Debería anotarse, que
debido al elevado riesgo de caída
de las personas con OS, la velocidad de marcha debería evaluarse
en un recorrido preparado en vez
de sobre un tapiz rodante. Se considera que los individuos con una
velocidad de marcha <0.8-1.0 m/s
padecen sarcopenia (8). Esta velocidad de marcha se puede extrapolar de otras pruebas de valoración
de la condición física. Por ejemplo,
una persona que recorra <290 m en
un test de caminar durante 6 minutos, debería considerarse que tiene
una velocidad de marcha reducida
y, en consecuencia, sarcopenia.
Pese a que los criterios descritos
arriba proporcionan una base sólida
para la valoración de clientes con
OS, los PEs deben ser conscientes
de que la SO forma parte de un
continuum (Figura 1). No solamente
habrá unos clientes con mayores
limitaciones más severas que otros,
sino que la carga fisiológica de la
obesidad y el impedimento de la
función muscular será también muy
diferente entre clientes. Por ejemplo, un cliente con obesidad severa
(IMC=45 kg/m2 y un perímetro de
cintura de 132 cm), pero con sólo
un ligero impedimento en la función
muscular (fuerza de prensión
manual de 30 kg), probablemente
necesite unas recomendaciones
de ejercicio que otro con OS que
tenga una pobre función muscular
(fuerza de prensión manual 15 kg),
pese a tener una obesidad moderada (IMC=32 kg/m2 y un perímetro
de cintura de 104 cm). Teniendo
en cuenta el primer agravio sufrido
por este segundo cliente del ejem-
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17
Fuerza de prensión manual (kg)
SPAIN
30
Más obeso
Menos sarcopenia
20
10
Más obeso
Más sarcopenia
50
Menos obeso
Más sarcopenia
45
40
35
30
Índice de masa corporal (kg/m2)
Figura 1. La obesidad sarcopénica debería considerarse como un continuum
más que como una escala dicotómica.
plo, el objetivo del programa de
entrenamiento debería centrarse
en incrementar la calidad de vida
mediante la mejora del rendimiento
en las actividades de la vida diaria,
reduciendo el riesgo o impacto de
comorbilidades.
PRUEBAS DE
EVALUACIÓN
Se deberían seguir recomendaciones especiales cuando se evalúen
programas de ejercicio para clientes
con OS. Estas modificaciones son
necesarias por la excesiva debilidad
muscular y fatigabilidad, la menor
velocidad de marcha, el mayor
tamaño corporal, y la presencia de
comorbilidades como osteoartritis,
resistencia a la insulina, diabetes
tipo 2 y enfermedad cardiovascular
(10, 28-30). Es importante conocer
que os individuos con OS son clasificados inherentemente en la estratificación de riesgos como riesgo
moderado, pues por definición
presentan dos factores (edad y
obesidad) (1). Por lo tanto, se recomienda que estos clientes cuenten
con un consentimiento de aprobación de realización de ejercicio
18
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físico por parte del médico correspondiente. Aun cuando no haya
síntomas o signos de enfermedad
evidentes, es necesario contar con
este documento antes de realizar
pruebas de evaluación máximas o
ejercicio físico de alta intensidad
(1).
Pruebas de ejercicio
aeróbico
Los individuos que tengan un déficit
moderado de fuerza, serían aptos
para realizarles una evaluación en
tapiz rodante. Debido al bajo equivalente metabólico (MET) requerido al comienzo de la prueba y a los
ligeros incrementos entre etapas,
pruebas de tapiz como el test de
Balke son frecuentemente utilizadas para clientes con bajos niveles
de condición física. No obstante,
este protocolo implica caminar a
una velocidad de 5,3 km/h (1,5 m/s)
para hombres y 4,8 km/h (1,3 m/s)
para mujeres, que pueden resultar
muy exigentes para clientes con
una velocidad de marcha reducida.
En consecuencia, recomendamos
analizar la capacidad aeróbica con
el test estandarizado de cami-
nar durante 6 minutos, el cual es
adecuado para evaluar la capacidad aeróbica en ancianos (16). Para
las personas con OS, que presenten
limitaciones severas en la marcha,
se recomienda realizar ejercicio
submáximo y sin cargas añadidas.
Billinger et al. (4) han desarrollado
un test de pasos estando el sujeto
recostado para personas que han
sufrido un ictus que podría ser
interesante para personas con OS.
Durante este test, los participantes
avanzan con una cadencia de 80
pasos por minuto. El test comienza
con una carga inicial de 40 W y
esta carga se incrementa 15 W cada
2 minutos hasta llegar a la fatiga, o
hasta no ser capaz de mantener la
cadencia de pasos.
Es importante notar que los músculos de individuos obesos son más
fatigantes que los de la población
sana (14). En consecuencia, la duración de las pruebas de valoración
de la condición física no debería
estar condicionada por la fatiga
muscular. Incluso en jóvenes sanos,
el rendimiento en pruebas aeróbicas máximas disminuye con duraciones de test >10 min (37). Esto
SPAIN
es aún más pronunciado en clientes con bajos niveles de fuerza. Por
tanto, las pruebas de valoración de
la condición aeróbica no deberían
durar más de 10 minutos a menos
que existan descansos.
Pruebas de ejercicios de
fuerza
La valoración de la aptitud muscular es de vital importancia cuando
se prescribe ejercicio a personas
con OS. Sin embrago, debido a la
inherente debilidad muscular y fatigabilidad de los individuos con OS
(14, 31), es necesario realizar algunas modificaciones. Esto es especialmente necesario si los sujetos
tienen una experiencia limitada con
el entrenamiento de fuerza. Pese a
que los resultados de la fuerza de
prensión manual pueden ser utilizados para monitorizar a clientes con
OS, es importante evaluar la aptitud muscular (tanto fuerza como
resistencia) de todos los principales
grupos musculares independientemente, puesto que la disminución
fuerza muscular difiere entre diferentes músculos (6). Evaluando
sistemáticamente los principales
grupos musculares, los PEs pueden
identificar grupos musculares específicos que podrían limitar el rendimiento funcional y requerir un
programa de entrenamiento específico.
Debido a la inherente debilidad
muscular de los individuos con OS,
es recomendable que se utilicen
máquinas frente a peso libre para
la valoración de la fuerza muscular. Pese a que se puede hacer
una valoración de 1 repetición
máxima (RM) de forma segura en
esta población, muchos individuos
con OS no estarán familiarizados
con el entrenamiento de fuerza y
no estarán acostumbrados a realizar pruebas de esfuerzo máximo.
En este caso, se recomienda reali-
zar pruebas de máximo número
de repeticiones para estimar la 1
RM. Durante este test, los sujetos
realizarán un ejercicio hasta el fallo
muscular con una carga prefijada.
El PE puede entonces estimar la 1
RM con la fórmula: 1 RM = resistencia x (1+0.025 x nº de repeticiones)
(17). Otro beneficio adicional de
utilizar valoraciones basadas en el
máximo número de repeticiones
es que se puede evaluar tanto la
fuerza como la resistencia muscular
en un mismo test. Por ejemplo, si un
individuo realiza 8 repeticiones con
30 kg en un press banca sentado al
comienzo de un periodo de entrenamiento, se podría estimar que
su 1 RM son 36 kg. Si después de
un periodo de entrenamiento, el
mismo cliente realiza 12 repeticiones con 30 kg, su nueva 1 RM estimada será 39 kg (aproximadamente
un 8% más de fuerza). Además,
realizar 4 repeticiones adicionales
con el mismo peso representa una
mejora de la resistencia muscular
en ese ejercicio del 50%. Utilizando
este método, es aconsejable utilizar una carga que permita realizar
un número de repeticiones entre 6
y 15, pues la precisión para estimar
la 1 RM disminuye si el número de
repeticiones es mayor (17).
PRESCRIPCIÓN DE
EJERCICIO
Debido a las dificultades que
pueden presentar los individuos
con OS para realizar actividades
de la vida diaria, se debería utilizar
un test de rendimiento muscular
como el Timed-Up and Go (TUG)
(25). Durante este test, el cliente
levantarse de una silla, caminar 3
metros, girar (generalmente alrededor de un cono), volver a la silla y
sentarse de nuevo. Un tiempo superior a 14 s en este test está asociado
con un riesgo de caída elevado. El
rendimiento en este test permite
al PE evaluar en que la debilidad
muscular dificulta la función diaria
y evalúa qué músculos requieren un
trabajo de fuerza adicional.
Ejercicio aeróbico
Un programa de ejercicio adecuadamente programado para individuos con OS debe incluir ejercicio aeróbico y ejercicio de fuerza.
El entrenamiento aeróbico puede
tener un efecto pronunciado sobre
el control del peso corporal (ej.
Pérdida de masa grasa), pero tiene
poco impacto en el incremento de
la masa libre de grasa en personas ancianas (13). Contrariamente,
el entrenamiento de fuerza puede
tener efectos interesantes sobre la
masa libre de grasa (ej. Incremento
de la masa muscular) y mejorar la
activación neural de los músculos
y, por tanto, la fuerza de personas
ancianas (7). Por tanto, el balance
entre entrenamiento de fuerza y
entrenamiento de resistencia en
cliente con OS estará condicionado
por el grado de sarcopenia y el de
obesidad que presente respectivamente el sujeto. Además, según
se vaya adaptando el cliente al
programa de entrenamiento, el PE
irá adaptando el equilibrio entre
trabajo de fuerza y de resistencia
en función de las necesidades del
cliente. En la tabla 1 aparece un
ejemplo de prescripción.
Los objetivos del entrenamiento
aeróbico para individuos con OS
son: (a) mejorar la deambulación
durante las actividades de la vida
diaria; (b) mejorar la capacidad
cardiorrespiratoria;
(c)
controlar la comorbilidades potenciales
como la enfermedad cardiovascular o metabólica; y (d) ayudar a
lograr un balance calórico negativo
para disminuir la adiposidad. Para
acometer estas metas, es necesario que los individuos realicen de
3,5 a 5 horas de ejercicio aeróbico
a la semana, incluyendo preferiblemente este tipo de ejercicio, al
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SPAIN
Tabla 1. Prescripción general de ejercicio para personas con obesidad sarcopénica (OS)
Modo
Frecuencia
Intensidad
Duración
Ejemplos
3 d/semana
40-50% VO2máx
o FCR 2-3
METs o RPE
10-12
Acumular 20-30
min/día en series
10 min
Caminar,
ciclismo,
máquina
de step
sentado
55-65% VO2máx
o FCR 3-4.5
METs o RPE
11-13
45 min/d o
acumular 3,5-5
h/semana
Entrenamiento aeróbico
Meta inicial
Progresión
5 d/semana
Entrenamiento de fuerza
Meta inicial
1-2 d/semana
45-55% 1 RM
1-3 ser./ejercicio;
8-15 rep/ser.
Progresión
3 d/semana
65-85% 1 RM
3-6 ser./ejercicio;
6-12 rep/serie
8-10
ejercicios
en total de
los
principales
grupos
musculares
Tabla 1 . FCR=Frecuencia cardiaca de reposo; MET=Equivalente metabólico; RPE=Escala de esfuerzo
percibido; RM=Repetición máxima; ser=series; rep=repeticiones.
Se recomiendo que en los días en que se lleve a cabo entrenamiento concurrente, el entrenamiento
de fuerza y el de resistencia estén separado por al menos 4 horas para mitigar la interferencia del
ejercicio aeróbico en la hipertrofia muscular.
menos, 5 días a la semana (9). El
ejercicio aeróbico debería ejecutarse a una intensidad moderada
(40-59% de la frecuencia cardiaca
de reserva o 3-4,5 METs), lo que
reducirá la probabilidad de lesión o
eventos coronarios agudos durante
el ejercicio (9). Es más, parece que
si el volumen total de ejercicio
(minutos por semana) es similar, el
ejercicio de intensidad moderada
es igualmente efectivo en el manejo
del peso y en la reducción de la
grasa corporal que el ejercicio de
alta intensidad (27).
La temporización es un aspecto
importante para el entrenamiento
aeróbico. Está bien documentado que el modo, la duración y la
frecuencia del ejercicio aeróbico
!
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puede perjudicar a la hipertrofia
y/o ganancias de fuerza el entrenamiento de fuerza (34). El principal indicador molecular responsable de esta interferencia, la Proteín
Quinasa Activada por Monofosfato de Adenina (AMPK), retorna
a los niveles basales en las 4 horas
siguientes a la realización de ejercicio aeróbico (3). Por tanto, para
minimizar cualquier interferencia sobre la hipertrofia muscular,
en caso de que se quiera realizar
sesiones de resistencia y de fuerza
en el mismo día, se recomienda que
éstas disten entre sí, al menos, 4
horas. Alternativamente, la reducción de la frecuencia del entrenamiento aeróbico podría mitigar su
interferencia sobre la hipertrofia
muscular (12). De hecho, reducir la
frecuencia de entrenamiento aeróbico a 4 días por semana, permitiría
a los clientes realizar otros 3 días de
entrenamiento de fuerza y, entonces, minimizar la interferencia del
entrenamiento concurrente.
Ejercicio de fuerza
Para mejorar el rendimiento muscular en individuos con OS, es esencial
incluir en sus rutinas entrenamiento
de fuerza. Se pueden combinar
varios modos de ejercicio, incluyendo máquinas de musculación,
peso libre, bandas elásticas, y ejercicios con autocargas. La pérdida
de masa muscular es la responsable
de gran parte de la debilidad observada en individuos con sarcopenia.
No obstante, la obesidad dismi-
SPAIN
nuye las fuerza muscular relativa
(fuerza/área de sección transversal) (31). Así, los individuos con OS
son propensos a sufrir pérdida de
masa muscular así como merma
de la capacidad de producción de
fuerza. Dadas estas limitaciones, el
PE debería estructurar inicialmente
el programa de entrenamiento de
fuerza con el objetivo de generar
hipertrofia muscular más allá de
mejorar la fuerza o la resistencia.
Este incremento de la masa muscular conllevará una mejora de la
fuerza y resistencia en sí mismo. Sin
embargo, el entrenamiento específico de resistencia muscular no
mejora de forma apreciable la masa
muscular o la fuerza (2).
Para inducir hipertrofia muscular,
es recomendable que los individuos
con OS realicen de 3-6 series con
6-12 repeticiones a una intensidad
del 65-85% de la 1 RM estimada.
Esto debería repetirse para un total
de 8-10 ejercicios que se centren en
los principales grupos musculares
del cuerpo. El descanso entre series
debería limitare a 90 s. Inicialmente, las ganancias en la fuerza
y la hipertrofia podrían apreciarse
con una única serie por semana
(23). Para minimizar el compromiso
de tiempo dedicado a la semana al
entrenamiento de fuerza, los individuos podrían alternar el trabajo de
miembro superior y miembro inferior. La tabla 2 muestra un ejemplo de programa de ejercicio. Para
producir mayores adaptaciones
en la fuerza muscular, la carga de
trabajo relativa (hasta el 85-90%
de 1 RM) y el tiempo de descanso
(hasta 5 minutos) deberían incrementarse a la vez que se reduce el
número de repeticiones por serie
(2-5 repeticiones).
PROGRESIÓN DURANTE
EL EJERCICIO
Otro factor importante para la prescripción de ejercicio es la progresión. Para continuar con la adaptación al ejercicio, el volumen y/o la
intensidad del ejercicio debería ser
incrementado según vaya adaptándose el cliente al programa. Generalmente, el volumen debería incrementarse antes que la intensidad, lo
cual es especialmente importante
para personas con OS que no estén
familiarizadas con este tipo de
ejercicios. También es importante
considerar el ritmo de progresión
de la carga con el entrenamiento.
Habitualmente se recomienda que
el incremento en la carga de entrenamiento no sea superior al 10%
entre semanas consecutivas. Para el
ejercicio aeróbico, la carga semanal
puede calcularse como la frecuen-
Tabla 2. Ejemplo de programa de entrenamiento de fuerza para personas con obesidad
sarcopénica (OS)
Series
Repeticiones/serie
Intensidad
(% 1 RM estimado)
Peso muerto/prensa
3–4
6 – 10
70 – 80
Extensiones de rodilla
1–3
8 – 10
65 – 75
Curl de femoral
1–3
8 – 10
65 – 75
Elevaciones de talones
2–3
8 – 10
65 – 75
Press banca sentado
3–4
6 – 10
70 – 80
Remo sentado
2–3
8 – 10
65 – 75
Press de hombro con mancuernas
2–3
6 – 10
70 – 80
Curl de bíceps
1–2
8 – 12
65 – 75
Extensiones de tríceps
1–2
8 – 12
65 – 75
Ejercicio
Tabla 2 . Se recomienda que los individuos no familiarizados con el entrenamiento de fuerza comiencen con una intensidad del 55-60% estimado para 1 RM. La progresión de la carga de entrenamiento (series x repeticiones x intensidad) no debería incrementarse más de un 10% a la semana, pues
podría limitar la hipertrofia muscular en este colectivo.
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21
SPAIN
cia (días por semana) multiplicado por la duración (minutos por
sesión). Por ejemplo, un cliente que
camine 5 días por semana durante
30 minutos, tiene una carga (o
volumen) de ejercicio de 150 minutos por semana. Incrementar esta
carga a 165 minutos supondría un
incremento del 10%. Respecto al
entrenamiento de fuerza, la carga
semanal puede calcularse como
la frecuencia multiplicada por el
número de series y multiplicada
por el número de ejercicios . Se ha
observado que la obesidad afecta
negativamente a la hipertrofia
muscular y las ganancias de fuerza
en roedores (20, 22, 26) y humanos
(19). Por tanto, el PE la progresión
en el entrenamiento de fuerza, en
cuanto a volumen e intensidad,
debería ser más lenta en individuos
con OS respecto a individuos sanos.
Los clientes deberían demostrar la
habilidad de completar el entrenamiento prescrito en dos ocasiones
consecutivas, antes de plantearse
cualquier incremento de volumen o
intensidad en el entrenamiento de
fuerza.
MODIFICACIONES
DIETÉTICAS
Además del programa de entrenamiento, el tratamiento adecuado
de la OS incluiría modificaciones
dietéticas. La restricción calórica
produce una marcada pérdida de
peso pero también está asociada
22
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con una pérdida de masa muscular y de fuerza (33). El ejercicio
por sí sólo puede inducir una ligera
pérdida de peso, especialmente
de tejido adiposo (24). El entrenamiento de fuerza parece prevenir
la pérdida de tejido magro durante
la pérdida de peso inducida por la
restricción calórica (32). Es más,
el ejercicio aumenta la pérdida de
peso inducida por la restricción
calórica (36). Pese a que se recomienda al PE que anime a los clientes con OS a disminuir la ingesta
calórica, es aconsejable que el
PE trabaje mano a mano con un
experto en dietética.
Más allá de la pérdida de peso, la
intervención dietética debe ser
beneficiosa para incrementar la
masa muscular de los clientes con
OS. Se debe prestar especial atención a la ingesta de proteínas, especialmente teniendo en cuenta que
es necesaria una mayor ingesta de
proteínas para estimular la síntesis proteica en ancianos (15). Pese
a que muchos americanos actualmente cumplen con la ingesta
diaria recomendada de proteínas (11), la ingesta en el momento
adecuado en relación al entrenamiento de fuerza podría aumentar
la respuesta anabólica al entrenamiento. Ingiriendo 20 g de proteína
inmediatamente tras el entrenamiento de fuerza, se incrementa la
síntesis proteica miofibrilar (35). En
consecuencia, se recomienda que
los individuos con OS consuman
una pequeña cantidad de proteínas
inmediatamente tras el entrenamiento de fuerza para aumentar la
hipertrofia muscular.
CONCLUSIONES
El entrenamiento físico es crucial
para el tratamiento de la OS. La OS
presenta numerosas complicaciones para la evaluación de la condición física y para la prescripción de
ejercicio. No existe una prueba de
valoración o ejercicio físico que se
adapta de forma general a los individuos con OS, debido a la variación individual que pueden presentar en el grado de obesidad y de
debilidad muscular. No obstante,
tanto el ejercicio aeróbico como el
de fuerza son esenciales para una
prescripción adecuada de ejercicio en individuos con OS. Determinando las necesidades individuales
de un cliente con OS, el PE puede
desarrollar programas de ejercicio
efectivos y formar parte valiosa
dentro del equipo médico que trate
al cliente. De esta forma, el PE debe
trabajar mano a mano con otros
profesionales de la salud, como
médicos o nutricionistas para mejorar la salud de clientes con OS.
SPAIN
Con la llegada de la primavera...
HIIT Electroestimulación
Rendimiento Nutrición
Hipertrofia
Fatiga
Tecnología
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23
SPAIN
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25
SPAIN
RESEÑA DEL IX SIMPOSIO
INTERNACIONAL DE
ACTUALIZACIONES EN
ENTRENAMIENTO DE LA
FUERZA
Agustín Meléndez Ortega
Miembro del Comité Científico. Universidad Politécnica de Madrid.
Los pasados días 16 y 17 del mes de
diciembre, tuvo lugar en el auditorio de la Facultad de Ciencias de la
Actividad Física y Deportes-INEF
el arriba mencionado simposio.
El anuncio de la celebración de
esta novena edición corroboraba
el éxito de anteriores convocatorias. ¡No resulta común en nuestro
país la celebración continuada de
estos acontecimientos que suelen
quedarse en una primera y excepcionalmente segunda convocatoria!
La respuesta del número de inscripciones, cerca de 500, responde al
interés despertado por la tématica
y la calidad de los ponentes invitados. El libro de actas, ya disponible al recoger la documentación
y colgado en la misma web del
evento durante el desarrollo del
mismo
(http://www.congresodefuerza.com/pubs/libro-a-2016.pdf),
facilitaba poder seguir el desarrollo
del simposio y escoger las ponencias y comunicaciones que podrían
resultar más ajustadas a los intereses particulares de los asistentes.
Curiosamente, y a diferencia de lo
que ocurre en muchas conferencias
26
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o congresos, la amplia sala de la
Facultad se mantuvo bien ocupada
durante la celebración de todo el
simposio.
Resulta complicado hacer una valoración precisa de un programa de
presentaciones y comunicaciones tan apretado y, seguramente
quedarán en el tintero aspectos y
trabajos que merecerían ser destacados; no obstante, la elaboración
de un comentario de este tipo,
realizado a posteriori, hará que
puedan disculparse estas omisiones, y me centraré más bien en
mi impresión general subrayando
algunas reflexiones y los aspectos
más remarcables que vienen a mi
memoria.
En primer lugar, me gustaría resaltar la importancia que actualmente
se está concediendo al entrenamiento de la fuerza, un hecho por
cierto no completamente novedoso, ya que la fuerza muscular
ha venido incluyéndose entre las
cualidades físicas básicas de la
condición física, y hace ya bastantes años, que comenzó a recomen-
darse y utilizarse en los programas
de rehabilitación cardíaca. Pasó
a cobrar gran importancia en el
contexto de los programas para el
mantenimiento de la salud, incluso
en los programas enfocados a las
personas de la tercera edad, en
los que se considera fundamental
para evitar las caídas y la evolución de la pérdida de la masa y la
función muscular (sarcopenia). No
obstante, a mi modo de ver, y como
consecuencia de la interpretación
restrictiva que se hace a veces de
esta cualidad física, quizás sería
conveniente, al menos para algunas
circunstancias, considerarla como
una condición muscular que puede
manifestarse de diversas formas, en
las cuales no siempre se cumple el
criterio fuerza = masa x aceleración
(f = m · a). En mi opinión, diversas
comunicaciones ponen en evidencia esta necesidad o al menos se
debe tener en cuenta en el entrenamiento qué objetivos se pretenden
conseguir para poder “aclararnos”
si los procedimientos utilizados son
los apropiados para ello o no. La
hipertrofia muscular puede ser inte-
SPAIN
Jesús Javier Rojo González, José Antonio López Calbet, Antonio Ribero Herraiz, Pedro J Benito Peinado y Francisco José Calderón Montero.
resante, pero en un contexto amplio
no debe ser el único objetivo. La
forma en que se estimulan las fibras
musculares o aspectos neurológicos
son sin duda importantes también.
Me llama la atención también la facilidad con la que se tiende a generalizar los resultados obtenidos con
un pequeño grupo de voluntarios e
incluso con una sola persona, o con
atletas especializados que claramente presentan características
específicas que los diferencian de
la población común. No obstante,
tengo que resaltar el hecho de que
el que no se haya aclarado algún
aspecto bajo el punto de vista de
un investigador exigente, no significa que no pueda tener importancia práctica y los conocimientos
obtenidos no puedan ser aplicados.
En este sentido cabe resaltar lo
interesante que resulta incluir en la
presentacion de la documentación
el apartado de “aplicación práctica”
de los trabajos, lo que resulta muy
apropiado en el contexto de este
Simposio.
En relación a los ponentes internacionales invitados, comenzaré
por la conferencia magistral del
Dr. Brad Schoenfeld del Lehman
College de la Universidad de Nueva
York (EE.UU). El título de su conferencia “Manipulando las variables
de entrenamiento para el crecimiento máximo del músculo”, se
centró principalmente en una serie
de meta-análisis de trabajos que
han estudiado este tema, y en sus
propias investigaciones. Prestó
atención al volumen, frecuencia de
entrenamiento, tempo, y duración
de los intervalos de descanso.
La interpretación de los datos
resulta compleja debida a la interacción de los diferentes factores que
intervienen en el resultado final, por
lo que resulta necesario analizarlos
por separado como señaló el Dr.
Schoenfeld. Al comenzar su exposición, en relación al volumen señaló
la definición común del número
de series x repeticiones semanal y
añadió la posibilidad de incluir en el
volumen la intensidad de la carga
utilizada. No me quedó claro si este
último aspecto, que a mi modo de
ver resulta fundamental, había sido
considerado en los meta-análisis.
Para centrar su disertación sobre
el tema aclaró el significado de la
técnica de los meta-análisis, ya que
con ellos al unificar una serie de
estudios relativos a un tema puede
confirmarse la tendencia común, si
es que existe, en los estudios realizados. Según su opinion, un reciente
meta-análisis de su laboratorio
mostró una clara relación entre la
dosis y la respuesta de hipertrofia muscular. Un mayor número de
series semanales mostró una mayor
hipertrofía. No obstante, señaló
también que debido a la escasez de
información disponible, no se podía
concluir sobre un límite superior
del volumen para conseguir estos
resultados y la posibilidad de que
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27
SPAIN
Pedro J Benito Peinado, Brad Schoenfeld y David García López.
causasen un “sobreentrenamiento”.
Al referirse a las sesiones de entrenamiento semanal, señaló cómo los
datos relativos a la síntesis proteica
para la recuperación muscular dura
unas 48 horas, por lo que se recomienda el trabajo muscular en días
alternos. Datos de un meta-análisis parecen confirmar la superioridad de utilizar, al menos, 2 sesiones semanales de entrenamiento
por grupo muscular. El “tempo” de
las repeticiones, señaló, no parece
tener mucha importancia y suele
sobrevalorarse
su
importancia
desde el punto de vista de la hipertrofia.
Señaló que el tiempo de descanso
entre series afecta a la respuesta
“aguda” del programa de entrenamiento. En contra de la hipótesis
de que los intervalos más cortos
favorecerían la hipertrofia muscular, recientes investigaciones de su
grupo de trabajo, encontraron que
períodos de descanso de 3 minutos
28
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consiguieron mayores adaptaciones que los períodos de 1 minuto.
Por último, abordó la importancia de
la carga como el principal estímulo
para conseguir la mayor ganancia en
la masa muscular. De nuevo señaló
que un meta-análisis, encontró que
la hipertrofia puede conseguirse
con una amplia gama de cargas
en los individuos desentrenados,
y cómo utilizando programas de
unas 30RM se consiguieron aumentos similares de la masa muscular a
los que utilizaron 10RM, señalando
que estas cargas pueden servir para
formar masa muscular. No obstante,
existe una clara tendencia a que
las cargas más elevadas obtengan
mejores resultados. Un gráfico que
mostraba el principio del reclutamiento de las unidades motrices
según el tamaño de sus neuronas
enunciado por Henneman, justificaba la afirmación de que debido a
las características de estimulación
de las fibras musculares tipo I y II,
la combinación de cargas bajas y
pesadas es mejor cuando se trata
de maximizar la hipertrofia consiguiendo así aumentar el tamaño de
ambos tipos de fibras musculares, y
que las fibras tipo II experimentan
una mayor hipertrofia.
La Dra. Barbara Ainsworth, es profesora en la Escuela de Promoción de
la Nutrición y la Salud en la “State
University de Arizona” (Universidad
Estatal de Arizona). Su conferencia
versó sobre el tema “Valoración del
coste energético del entrenamiento
de fuerza: Aplicaciones prácticas
para los entrenadores deportivos”.
Resaltó la importancia que viene
prestándose al entrenamiento de la
fuerza en los programas de promoción de la salud y sus efectos positivos. Los valores altos de fuerza
muscular se asocian con huesos
más fuertes, mayor masa muscular
y menor masa grasa, una presión
arterial más baja en reposo, y una
mayor resistencia física. También
se ha encontrado mejoras en el
metabolismo de la glucosa y el
SPAIN
perfil de los lípidos en sangre que
se asocian con una reducción del
riesgo de padecer diabetes tipo 2, y
una menor morbilidad y mortalidad
prematura. La fuerza es una cualidad física necesaria para mejorar el
rendimiento atlético, así como para
tener una mejor calidad de vida
cuando se envejece. Es un factor
importante para evitar las caídas y
mantener el equilibrio. La potencia
muscular, la agilidad, el equilibrio,
la velocidad de desplazamiento, y
la flexibilidad, componentes fundamentales de la condición motriz, es
mayor en las personas que realizan entrenamientos de la fuerza al
menos dos sesiones por semana
comparadas con las que no lo realizan.
res, la capacidad para poder realizar las actividades básicas de la
vida diaria, asociadas con una vida
independiente, depende de poder
tener niveles adecuados de fuerza
muscular tanto en la parte superior del tronco y sus extremidades,
como en la parte inferior y las piernas. Muchas de las actividades de la
vida diaria, aparentemente sencillas,
requieren niveles de fuerza apropiados para poder realizarlas.
Como resumen de este apartado
concluyó señalando que el entrenamiento de la fuerza muscular, no
solo es importante para mantener la
calidad del estilo de vida, sino que
es esencial para poder comprometerse en diversas actividades utilitarias y de ocio.
A continuación señaló cómo se
conoce mucho sobre los protocolos para entrenar la fuerza muscular, pero se sabe poco acerca
de cómo medir o determinar de
forma óptima el coste energético
del entrenamiento de fuerza. Hizo
mención de diversas técnicas para
medir o estimar el gasto energético
de las actividades físicas. Señaló la
posibilidad de realizarlo en habitaciones o cámaras calorimétricas, la
determinación mediante el análisis
de “agua doblemente marcada”, y
se refirió a la calorimetría indirecta
midiendo el consumo de oxígeno
y aplicando un coeficiente energético para calcular la equivalencia del
gasto energético. También señaló
la posibilidad de realizar las estimaciones a partir de la frecuencia
En relación a las personas mayo-
Pedro J Benito Peinado, Barbara Ainsworth y Marcela González Gross.
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RECERTIFICACIÓN
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Antes de 2015
Durante 2015
Durante 2016
1 enero a 30 junio
2017
1 julio a 31
diciembre 2017
6
4
2
1
0
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CEU son las siglas de Unidad de Educación Continua (CEU) y se utilizan para desarrollar las habilidades teóricas y profesionales del
alumno. Deberás obtener CEUS de al menos 2 categorías diferentes NSCA.
Fecha de certificación
Categoría A
Máximo requerido
Categoría B
Máximo requerido
Categoría C
Máximo requerido
Categoría D
Máximo
Antes de 2015
5.5
4.0
5.5
3.5
Durante 2016
3.5
2.5
3.5
1.5
Durante 2016
1.5
1.0
1.5
1.0
1 de enero de 2017 – 30 de junio de
2017
1.0
1.0
1.0
1.0
1 de julio de 2017 – 31 de diciembre
de 2017
0
0
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divididos en 4 categorías:
Categoría A
Categoría B
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SPAIN
cardíaca. Concluyendo que, desde
un punto de vista práctico, el mejor
sistema es la calorimetría indirecta
midiendo el consumo de oxígeno.
Para determinar el coste energético del entrenamiento de fuerza
se utilizan dos métodos de calorimetría indirecta: el basado en el
consumo de oxígeno en un régimen estable [sin acumulación de
lactato] y el método en un estado
“no estable”. En el primero se
considera únicamente el consumo
de oxígeno durante los ejercicios.
En el estado “no estable” se considera tanto el coste aeróbico como
el anaeróbico de los ejercicios de
musculación. Para el cálculo de
este tipo de ejercicios, se utiliza una
equivalencia en gasto energético. A
este respecto mencionó la importancia de poder valorar no sólo el
consumo de oxígeno durante el
ejercicio, sino también el consumo
de oxígeno por encima de los niveles de reposo al terminar el ejercicio (EPOC, de sus siglas en inglés).
Añadiendo este componente al
consumo de oxígeno durante la
actividad se estimaría la equivalencia en gasto energético. También
presentó los estudios de CB Scott,
a quien tuvimos la ocasión de ver
y escuchar en anteriores citas de
este Simposio para poder calcular
el componente anaeróbico. En ellos
se propugna una equivalencia en
relación a la acumulación de lactato
que puede medirse durante la fase
de recuperación.
La Dra. Ainsworth, señaló cómo la
estimación de los gastos energéticos de los ejercicios puede mostrar
una gran variabilidad dependiendo
del sistema utilizado. Añadió la definición del término MET, que definió
como la razón entre la actividad
metabólica y el metabolismo en
reposo que generalmente se consi-
dera como un consumo de oxígeno
de 3,5 mL/kg/min. Es un parámetro
muy utilizado en las tablas de estimación de los gastos energéticos
y concretamenta en su “Compendium de Actividades Físicas”. Tiene
la virtud de que expresa fácilmente
el aumento que se experimenta al
realizar las actividades en relación a
las condiciones de reposo. En otras
ocasiones, los valores se expresan
en kilocalorías o en kilojulios. Así por
ejemplo, las actividades clasificadas
como de baja intensidad utilizan
pequeñas masas musculares con un
gasto entre 3-5 kcal/min. Los ejercicios que utilizan mayores masas
musculares, como por ejemplo el
“squat”, se consideran de mayor
intensidad ya ya requieren un gasto
energético mayor entre 10-12 kcal/
min. Los valores varían bastante
dependiendo del método utilizado.
El método que utiliza los estados
estables generalmente subestima
los valores a no ser que la actividad
se realice a una intensidad bastante
moderada. Los valores señalados
para el “squat”” se realizaron con el
método en estado “no estable”.
Continuando su disertación, señaló
que en la práctica diaria no se
dispone del equipamiento o la
destreza necesaria para realizar
estas valoraciones, lo que por otro
lado tampoco resultaría práctico.
Se dispone de una serie de recursos
que recogen una relación del coste
energético estimado del entrenamiento de fuerza que resulta apropiado para identificar los valores
en METs y/o kcal/min para actividades específicas mencionando
su obra más conocida y popular “Compendium de Actividades Físicas”*. Según aclaró, dicho
compendium está codificado con
varios números. Los dos primeros
corresponden al encabezamiento
principal, y los tres siguientes a la
actividad específica, por último en
una columna aparte figura la intensidad en METs. Así por ejemplo, un
código 02-050 se referiría al entrenamiento con cargas (pesos libres,
Nautilius o Universal, levantamientos de potencia, “body building”,
o esfuerzos vigorosos) se valoraría como un gasto energético de
6 METs, clasificado como ejercicio
pesado.
En el tiempo dedicado a preguntas, aclaró que el compendium no
se desarrolló para determinar con
precisión el gasto energético individual, sino para proporcionar un
sistema de clasificación que estandarice las intensidades de las actividades en METs al utilizar encuestas en las investigaciones. Las
diferencias en el gasto energético
de la misma actividad pueden ser
grandes y el gasto energético real
puede estar cerca o no del valor
promedio establecido en METs.
Los ponentes nacionales presentaron diferentes aspectos del simposio. En su conferencia “Adaptaciones fisiológicas y moleculares al
ejercicio de gran volumen acompañado de restricción calórica severa
en seres humanos”, el Dr. Jose A
López Calbet, de la Universidad
de Las Palmas de Gran Canaria,
partiendo del modelo clásico de
equilibrio energético, presentó su
trabajo de un programa de pérdida
de peso combinando una restricción calórica severa (aporte de
unas 1500 Kcal/día) con 4 horas
diarias de marcha. Los resultados son muy prometedores. Pasó
después a presentar la regulación del ejercicio, fisiológica y a
nivel molecular, haciendo algunas
reflexiones desde un punto de vista
antropológico para interpretar la
posibilidad de mejora de aspectos
cognitivos y prevención del dete-
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rioro que lleva a la “demencia”.
El Dr. Fernando Martín, de la Universidad de Valencia, abordó un tema
más práctico “HIIT del laboratorio a la práctica” y más tarde un
taller sobre aspectos prácticos de
la programación de dicho tema. Su
contenido versó sobre el “interval
training de alta intensidad”. Señaló
la oportunidad del tema que actualmente figura entre las 3 tendencias
más novedosas del “fitness” según
el Colegio Americano de Medicina
Deportiva (ACSM, de sus siglas en
inglés). En su exposición pudo apreciarse las dificultades existentes
en su aplicación, ya que bajo esta
denominación se incluyen una gran
variedad de protocolos. Supongo
que los más familiarizados con las
abreviaciones de los protocolos
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no tuvieron dificultades en poder
seguir la posible especificidad de
sus efectos. Entre los efectos de
este tipo de programa, se citan
beneficios no sólo de la mejora del
consumo máximo de oxígeno (VO2
max), sino que es capaz de prevenir
diferentes patologías de nivel metabólico o cardiovascular. Esbozó
una serie de principios que desarrollaría posteriormente en el “taller”.
El Dr. Francisco J. Vera, de la Universidad Miguel Hernández de Elche,
realizó un taller/conferencia. Su
ponencia clara y bien estructurada
sobre la “Valoración y desarrollo de
la estabilidad del tronco”, combinó
la explicación y aplicación práctica
de los ejercicios propuestos y su
progresión, mostrando la investigación realizada al respecto para
determinar las acciones musculares
y su mayor o menor dificultad así
como las dificultades de los sistemas de valoración postural y los
sistemas biomecánicos empleados
para hacerla.
La temática de las mesas redondas: “La Actividad Física en Patologías Neurológicas” y “Mujer y
Entrenamiento de Fuerza” parecían interesantes. Sólo pude acudir
a la primera. Sin duda la excelente
puesta al día de los efectos del ejercicio para reducir el riesgo de sufrir
la enfermedad de Alzheimer y otras
demencias, e incluso su utilización
en el tratamiento de sus alteraciones, realizada por el Dr. Jonathan R.
Ruiz de la Universidad de Granada
resultó excelente y de una importancia tremenda habida cuenta del
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aumento experimentado en esta
patología como consecuencia del
envejecimiento de la población
española. Muy interesantes también
el trabajo sobre el tratamiento de
la fibromialgia de la Dra. Virginia
A. Aparicio de la Universidad de
Granada, confirmando los efectos beneficiosos de los programas
de ejercicio a pesar de no conocer
las causas determinandes de esta
patología. Interesante igualmente el
trabajo de Claudia Eliza Patrocinio
de Oliveira con personas afectadas
de esclerosis múltiple. Por último,
Marta Pérez Rodríguez expuso el
trabajo que están llevando a cabo
con personas con daño cerebral
adquirido.
De las comunicaciones orales o
posters, cabe resaltar la variedad
de los temas, aunque destacan
claramente por su número los rela-
cionados con la relación existente
entre la fuerza y la velocidad así
como la potencia generada durante
las contracciones. Diversos temas
tratados fueron: la utilización de
los substratos en diversas condiciones, la periodización, aspectos
metodológicos, los efectos sobre el
rendimiento deportivo, el ejercicio
pediátrico en un ambiente intrahospitalario, efecto sobre la fatiga
y otros aspectos… que nos dan idea
de la gran variedad y las enormes
puertas abiertas en el campo de la
investigación de las diversas manifestaciones de la fuerza muscular y
sus beneficios.
que generalmente se limita a ilustrarlo poniendo un par de diapositivas. En fin, todo un éxito que hace
esperar con ansiedad la celebración del X Simposio.
Por último, cabe resaltar la demostración práctica de la medición del
gasto energético por calorimetría indirecta que, aunque un poco
apretada, resultó muy interesante
por poder ver en forma directa, lo
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