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Nuevas tendencias en los comportamientos de consumo de los viajeros internacionales: un análisis bajo el enfoque de la aplicación de las nuevas tecnologías en el marketing y la promoción turística Víctor V. Fernández Bendito CES Felipe II (UCM) Turismo Antonio Mihi Ramírez Universidad de Granada Departamento de Organización de Empresas Resumen: La constante transformación de las estructuras y prácticas de las organizaciones en aras de su competitividad a través de la diferenciación de sus imágenes e identidades turísticas diferenciadas, así como el protagonismo del viajero en los campos del marketing y la promoción, obliga a los profesionales del sector a conocer a fondo las actitudes de los consumidores turísticos, su comportamiento y, sobre todo, por qué hacen lo que hacen, buscando con ello influir en las decisiones de visitar un destino. A través de los argumentos bibliográficos de autores e instituciones de referencia, el presente trabajo procede a analizar cómo el uso de las tecnologías de la información, especialmente Internet, está contribuyendo de forma decisiva en el cambio de las necesidades y, en consecuencia, de los perfiles de sus usuarios turísticos. Palabras clave: viajeros, turismo, marketing turístico, promoción, TIC. Abstract: Constant transformation of the structures and practices of organizations in the name of competitive differentiation through their images and identities and the role of consumers in the fields of marketing and promotion require professional in-depth knowledge of consumer attitudes, behavior, and especially why they do what they do, seeking to influence the decision to visit a destination. Using the arguments of authors and institutions, this paper analyzes how the use of information technologies, especially Internet, is helping to change the needs of tourism users and consequently, their profiles. Keywords: consumers, tourism, tourist marketing, promotion, ITC. 1. Introducción El uso de las tecnologías de la información está teniendo implicaciones profundas a la hora de satisfacer la demanda turística, ya que hace posible la interconexión entre los consumidores y los agentes principales, al tiempo que proporciona herramientas para el desarrollo y puesta en práctica de estrategias de marketing, orientando sus estrategias hacia servicios más especializados (Werthner y Ricci, 2004, p. 103; Buhalis, 1998, p. 114; Kotler, 2007). El mercado está siendo testigo de la generación de nuevos modelos empresariales para los nuevos tipos de consumidores (Chamizo, 2003, p. 71), que requieren nuevos productos turísticos, acordes a sus demandas, basados en la rentabilidad, la eficacia y la información (Schober y ESIC, 2006, p. 5). En un sector tan competitivo internacionalmente como el turístico, para tener éxito cada país debe ser muy específico sobre lo que quiere vender y a quiénes ofrecérselo (Kotler y Certner, 2004, p. 58), creando imágenes e identidades turísticas claramente diferenciadas (Wicks y Schuett, 1991, p. 302). Desde los años sesenta, cuando surge el turismo de masas, hasta la fecha, el sector turístico ha tenido la oportunidad de superar con mayor éxito que la mayoría de los sectores productivos períodos de crisis económica como el actual, sabiendo relanzar sus actividades, reponiéndose con rapidez de los momentos transitorios de debilidad, aportando porcentajes muy elevados de beneficios y generando importantes efectos directos o indirectos en las economías nacionales. El turismo representa actualmente el 11 % del PIB mundial, en numerosos países representa su principal fuente de empleo y riqueza, y se espera que su crecimiento continúe siendo superior al de la mayoría de los restantes sectores económicos. De esta manera, progresivamente el sector turístico está impulsando nuevos productos dirigidos a segmentos del mercado muy concretos (Buhalis, 1998; Kotler y Certner, 2004), de ahí el importante papel que representan las estrategias online de marketing, promoción y comercialización turística, así como las de información turística y de viajes relacionadas con el destino (Lu y Lu, 2004). Si bien hace unos años la Red era a menudo caótica y no estaba estructurada de manera rigurosa (Buhalis, 1998), en la actualidad todas las organizaciones turísticas gestionan cada vez más actividades y servicios en Internet, y aprovechan sus ventajas de promoción y comercialización (Lu y Lu, 2004; Feng et ál., 2003) de cara a aumentar su innovación y competitividad en el futuro (Buhalis y O’Connor, 2005, p. 15) e influir en las decisiones de los consumidores turísticos (Andereck, 2005; Beerli y Martín, 2002, pp. 7-8; Stergiou y Airey, 2003, p. 363). 2. Metodología de la investigación En cuanto al modelo metodológico utilizado, el presente trabajo se fundamenta en la revisión documental de las obras de diversos autores e instituciones de referencia, que abordan de forma directa e indirecta las diferentes tendencias en los comportamientos de consumo de los diferentes perfiles de clientes europeos, principalmente asociados al marketing y la promoción turística, y a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC). 3. Discusión y conclusiones Los resultados del estudio han permitido confirmar que son siete las principales características específicas de estos nuevos perfiles de cliente turístico que aparecen asociados a las nuevas tecnologías: estancias más cortas y búsqueda de lo novedoso, modificaciones en los niveles de lealtad y satisfacción del cliente, influencia del turista en el diseño de nuevos productos, importancia del factor precio y decisiones en el último momento, experiencia directa i-Tourism, importancia de los elementos emocionales y protagonismo del Turismo electrónico (e-Tourism). En cuanto a la lealtad y satisfacción, mientras que los consumidores cada vez son menos leales (Werthner y Ricci, 2004, p. 103), las industrias turísticas del siglo XXI se decantan por una optimización de la organización y de las estructuras que permita mejorar el grado de satisfacción entre los clientes y aumentar la rentabilidad y la competitividad (Buhalis, 1998, p. 130). Recordemos que un alto nivel de satisfacción tiene como efecto un alto nivel de fidelidad, pero un alto nivel de fidelidad no implica elevados niveles de satisfacción (Alfaro, 2006, p. 56). En los entornos virtuales, cuanto más satisfechos están los clientes con las páginas web y con los servicios de Internet, más dispuestos están a reservar a través de Internet y a recomendar la página en cuestión, ya que la experiencia de compra online del consumidor es parte de su experiencia con el servicio. Así, la lealtad tiene un significado especial en la industria hotelera (Davidson, 1998, p. 51). Los nuevos viajeros contratan vacaciones de forma más frecuente, pero de duración menor (Werthner y Ricci, 2004, p. 103), y tienden a visitar destinos nuevos y relativamente desconocidos como motivación principal de sus viajes (Rodríguez, Martínez y Rodríguez, 2006, p. 22). Gran número de viajeros prefieren los viajes de fin de semana o de un día (Wicks y Schuett, 1991, p. 312). Los consumidores y sus nuevas formas de consumo (Solé, 2003, pp. 187-188) desempeñan un papel cada vez más importante en el diseño de los productos turísticos, especialmente desde el ámbito de la virtualidad, ya que la empresa virtual no es un complejo aislado de instalaciones de producción, sino más bien un módulo en el complejo entramado formado por los proveedores, los clientes, la elaboración de procedimientos y otras funciones de servicio (Buhalis, 1998, pp. 114-115). Por ello las organizaciones turísticas deben investigar los valores que los turistas buscan como usuarios (de rendimiento, sociales y emocionales), como compradores (conveniencia y personalización) y como pagadores (precio y crédito) (Kotler y Certner, 2004, p. 58). Igualmente es conveniente la apuesta por una serie de estrategias acordes con esta nueva situación, siendo preciso incrementar la eficiencia y reducir costes, crear eficientes sistemas de recogida y almacenamiento de datos, crear una completa red de productos y servicios y tener en cuenta la opinión de los turistas en la planificación de viajes. A partir de estas estrategias se pueden generar nuevos servicios turísticos más adecuados para la demanda actual, incluso ofreciendo todas las facilidades para que el turista tenga que hacer el mínimo esfuerzo (Werthner y Ricci, 2004). Aunque en ocasiones se confunden segmentos del cliente y del mercado (Stergiou y Airey, 2003, p. 363), el principal propósito del sitio web de marketing de destino es persuadir a sus visitantes con el fin de cambiar sus actitudes en cuanto a sus productos turísticos. Para ello es exigible una nueva visión de diseños web, por medio de la cual un número de rasgos sugeridos por el cliente, potencial o real, puedan ser incorporados en el diseño para incrementar la persuasión. Internet está jugando un papel fundamental en la reducción progresiva del tiempo transcurrido entre la elección del producto y su consumo (decisiones at the last moment) (Werthner y Ricci, 2004, p. 103). Dado que las decisiones en turismo están vistas como un riesgo por el consumidor (Witt y Moutinho, 1995, p. 380), el precio sigue siendo un elemento fundamental en las elecciones del turista. De hecho, las bajas valoraciones del precio son una tónica habitual en los estudios de satisfacción. No obstante, para alcanzar los objetivos comerciales de la organización no es suficiente con tener un buen producto a un precio competitivo y distribuirlo a través de canales bien estructurados. Además, los consumidores han de conocer la oferta de la empresa en el momento adecuado (Rodríguez del Bosque y Ballina, 1998, p. 25). Los viajeros y turistas de hoy en día prefieren encontrar y crear un gran viaje antes que uno barato. Ello es más factible a través de la Web 2.0, ya que facilita la búsqueda de oportunidades interesantes tanto para las empresas turísticas como para los nuevos segmentos de consumidores a través de la interactividad, la integración y la innovación de servicios (Schegg et ál., 2008, p. 160). En lo que se refiere al i-Tourism, nos situamos ante el importante caudal y variedad de fuentes de información a las que pueden estar expuestos los individuos, incluyendo la información que se adquiere de un destino como consecuencia de haberlo visitado (Beerli y Martín, 2002, p. 7-8). La naturaleza del turismo y de sus productos hace que el turismo sea un negocio que requiere información intensivamente. Por ello durante los últimos años, el turismo como negocio ha precisado de un flujo de información creciente, siendo afectado por los cambios rápidos en la tecnología, especialmente Internet. Uno de los resultados principales es el cambio en el comportamiento del viajero. Una comprensión mejor de los clientes y de sus necesidades específicas, sus percepciones y motivos en el proceso de decisión, es el factor crítico del éxito para mantener una relación exitosa y rentable con el cliente online (Steinbauer y Werthner, 2007, p. 65). Internet se ha transformado en la fuente preferida de información para los turistas, complementado por otras fuentes como amigos o parientes, folletos, guías y agencias de viajes (Schegg et ál., 2008), y los turistas potenciales, como cabría esperar, están expuestos a muchos tipos de información distintos (Chung y Buhalis, 2008). Así, por ejemplo, un website eficaz es esencial para un hotel, para fortalecer su relación con los clientes y sus compras online (Hashim, Murphy y Law, 2007, p. 219), y su propia experiencia personal adquiere gran importancia como vía de información (Reinares y Esteban, 1996, p. 302). Los contenidos generados por los consumidores están aumentando en importancia. (Gretzel y Yoo, 2008). Las páginas de opinión, redes sociales y blogs se están convirtiendo en elementos realmente primordiales para las organizaciones. Una comunidad online juega cada vez más un rol importante como fuente de información creíble en el mercado dinámico y global. Entender las motivaciones de los usuarios de una comunidad también permite a los organizadores u operadores diseñar y operar comunidades online eficientemente, y además facilita el marketing centrado en el consumidor. En consecuencia los viajeros potenciales intentan frecuentemente maximizar su conocimiento mediante la búsqueda de tanta información como sea posible (Chung y Buhalis, 2008, p. 70-74). En el contexto del comportamiento del consumidor la experiencia previa de las personas (prior experience) aparece como un factor interno determinante del proceso de decisión, su nivel de credibilidad es más elevado que el de las fuentes de información externas, ya que las personas rara vez desconfían de ellas mismas con fuentes de información (Beerli y Martín, 2002, p. 7-8). La experiencia previa aparece entonces como un elemento fundamental en el grado de influencia respecto a la confianza y la subsiguiente acción del consumidor (Andereck, 2005, p. 3), ya que se orientará hacia un objetivo más reducido (Lehto, Kim y Morrison, 2006). La búsqueda de información es una de las tareas más comunes que los usuarios realizan en Internet. Los resultados muestran una fuerte orientación general hacia las ciudades. Los usuarios buscan una ciudad concreta, echan un vistazo y buscan argumentos para decidir. Los intermediarios (tour-operadores, organizaciones turísticas nacionales, regionales, locales…), principalmente los agentes de viaje, han sido durante décadas formadores de opinión para sus clientes, ya que los turistas que viajan por primera vez a un destino turístico confían principalmente en las fuentes profesionales en su proceso de búsqueda de información (Beerli y Martín, 2002, p. 14), y la intermediación online intenta continuar de forma más sofisticada la tendencia (Daniele y Frew, 2005), ya que a menos que introduzca un valor significativo a la experiencia turística, su papel de intermediación puede quedar eliminado en un futuro próximo, ya que está emergiendo un nuevo tipo de usuario que actúa como su propia agencia de viajes y construye un personalizado paquete de viaje, contactando directamente con los hoteles y las diferentes empresas. Internet potencia la conexión entre empresas y clientes, lo que implica un progresivo desarrollo de las actividades online comerciales (e-Comerce) e informativas (i-Tourism) del sector turístico (Lu y Lu, 2004). La ventaja de Internet no solo está en su infraestructura, sino en la enorme cantidad de información que ofrece a los usuarios, lo que al mismo tiempo representa un serio problema. Las tecnologías de recomendación se han creado para alinear información sobre el destino junto con sistemas de reservas, y para transformar el proceso de búsqueda de un destino directamente en una reserva online. La confusión del consumidor es un concepto relativamente nuevo en la conducta de búsqueda del consumidor y los clientes responden consciente o inconscientemente a la confusión con severas medidas de reducción en sus búsquedas (Matzler y Waiguny, 2005). Más allá de la visión del destinatario/consumidor como elemento básico del engranaje económico/comunicativo, o como receptor del mensaje informativo/comercial al que es necesario convencer a cualquier precio, no está de más recordar que los turistas sobre todo son personas llamadas a entablar un diálogo con el servicio turístico que le prestan y con el país, la región, la localidad que les acoge; lo que en última instancia convierte el turismo en una actividad no alienante sino humanizadora. (Febas y Orensanz, 1982, p.289). El turismo, que es una actividad generalmente asociada al descanso, a la diversión, al deporte y al acceso a la cultura y a la naturaleza, debe concebirse y practicarse como un medio privilegiado de desarrollo individual y colectivo. Si se lleva a cabo con la apertura de espíritu necesaria, es un factor insustituible de autoeducación, tolerancia mutua y aprendizaje de las legítimas diferencias entre pueblos y culturas y de su diversidad (Organización Mundial del Turismo, 1999). Recordemos que uno de los grandes desafíos para los profesionales de este sector en estos primeros años del siglo XXI, consiste en comprender que el producto final que ofrecen no son las instalaciones ni los destinos, sino las experiencias y las emociones: aprovechar la amplitud del mercado potencial para definir nuevas líneas de productos prioritariamente de contenido singular y valor emocional (Muñoz, 2008), turismo para contar. Por otra parte, los usuarios quieren tener información sobre las personas que hay detrás de la web. La personalidad y el punto de vista personal suelen imponerse sobre lo anónimo (Schegg et al., 2008). Las propias imágenes pueden ser consideradas como una descripción de la actitud del turista hacia una serie de cuestiones relacionadas con los atributos del producto. Esta actitud está basada parcialmente en sentimientos, no solo en conocimientos (Seguí-Llinás y Capellá-Cervera, 2006, p. 234). Los mensajes que no son capaces de generar emociones tienen menos interés para el receptor de los mismos (Baird, Wahlers y Cooper, 2007). Para estimular las emociones de los viajeros en una página web, se pueden incluir herramientas interactivas. La construcción de características emocionales, en el diseño de interfaces web de destino, puede estimular el interés en el destino o producto turístico, despertar las intenciones de compra e influir en las decisiones de compra futura. Las características emocionales, particularmente afecto, contrainsurgencia, la confianza y la activación se utilizan en diversos grados en las webs de los destinos (Douglas, Mills y Kavanaugh, 2007). Tanto los viajeros nuevos (zero acquaintance) como los experimentados (prior experience), con mayor o menor grado de sofisticación y exigencia dependen en gran medida de las TIC, tanto a la hora de buscar información sobre destinos y experiencias, como para comunicar con rapidez sus necesidades y sus deseos a los proveedores turísticos (Buhalis, 1998, p. 123). No obstante, una de las principales razones de la insatisfacción del viajero se halla en las páginas web turísticas actuales (Lu y Lu, 2004, p. 234). Los principales inconvenientes, desde el punto de vista del usuario, se derivan en su mayor parte de la conexión lenta a Internet, de las altas tarifas, de la falta de suministro de información y de la falta de mecanismos que permitan la interacción (Lu y Lu, 2004, p. 236). El futuro del turismo electrónico parece enfocado a las tecnologías de cara al consumidor que permitan a las organizaciones centrar su rentabilidad mediante redes amplias de colaboración. Los consumidores serán más sofisticados y más experimentados, y por ello será más difícil complacerles (Buhalis y O’Connor, 2005, p. 15). Por su parte los usuarios de las actuales páginas web turísticas demandan cada vez en mayor medida mayores niveles de interactividad de contenidos emocionales y de recomendación, con un número suficiente de vínculos a otras páginas, y la capacidad de desarrollar paquetes que integren un grupo de servicios interesantes. El marketing y la promoción turística actual están exigiendo una cultura basada en procesos de adaptación y aprendizaje continuos en todos los niveles jerárquicos de la organización, por lo que resulta indispensable que sus integrantes estén familiarizados con las nuevas tecnologías, comprendiendo las necesidades y las carencias de los consumidores y de los socios estratégicos. Bibliografía Alfaro, E., “La satisfacción del turista en España. Un análisis de los estudios familitur y frontur”, Estudios Turísticos, 168 (2006), pp. 47-59. 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