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Antiguo Egipto y Grecia Clásica
EN EL MUSEO A R Q U E O L ~ G I CNACIONAL
O
DIRECCI~N
Angela García Blanco (Departamento de Difusión)
TEXTOS
ORIGINALES
Antonio Madrigal Belinchón y Fernando Sáez Lara
TEXTOS
DE PIES DE FOTO
Teodora Fernández Tapia y Ángela García Blanco
a partir de las Guias del Museo y el CD-ROM: Mz~seoArqz~eoló~ico
Nacional. Unpaseopor h historia
REV~SIONDE TEXTOS
Ángela García Blanco, Miguel Ángel Elvira Barba y Teodora Fernández Tapia
FOTOGRAF~A
Actividades y Servicios Fotográficos (José Latova)
Angel Martínez, Francisco Rodríguez y Antonio Trigo
Enrique Sáez de San Pedro y Miguel Angel Otero
Digitalización: Raúl Areces y Walter Ospina
ASESORAMIENTO
CIENT~FICO
del Carmen Pérez Díe y Esther Pons Mellado
Paloma Cabrera
DEPARTAMENTODE ANTIGUEDADESEGIPCIAS:
María
DEPARTAMENTODE ANTIGUEDADES CLASICAS:
AYUDATÉCNICA
DEPARTAMENTODE DOCUMENTACIÓN:
Virginia
Salve y M" Angeles Contreras
Edición
O Arnbit Servicios Editoriales
Creación y realización de Arnbit Servicios Editoriales
Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción
total o parcial sin la debida autorización.
O SECRETAR~AGENERALTÉcNIcA
Subdlrección General de Información y Publicaciones
Con la colaboración de la Universidad Camilo José Cela
ISBN: 84-89681-76-7
NIPO: 176-03-043-7
Depósito Legal. 6-8794-2003
AMBIT SERVICIOS EDITORIALES, S.A.
Consell de Cent, 282 - Tel. 934 881 342
08007 Barcelona
AS CULTURASEGIPCIA Y GRIEGA han merecido el reconocimiento unánime de per-
tenecer al grupo de las grandes culturas que han ejercido una importante
influencia en su entorno y que, además, han tenido transcendencia más allá
de su tiempo. Aún hoy, la fascinación y admiración que producen suscitan el deseo de contemplar sus obras y conocerlas mejor, oportunidad que ofrecen a los visitantes las magníficas colecciones de objetos egipcios y vasos griegos que se exponen en este Museo.
Esta guía ofrece una visión global de las características de ambas culturas, la egipcia y la griega, con una síntesis de aspectos técnicos, sociales y religiosos. Los textos se ilustran con un
amplio número de piezas representativas de aquellos aspectos o funciones culturales que les
dieron sentido en su momento y que, gracias a ellos, podemos visualizar y conocer mejor.
El mismo planteamiento de esta guía tendrá la serie que con ella se inicia. La serie Culturas
responde a la organización dada a la exposición permanente, en la que los objetos se agrupan en función de la cultura a la que pertenecen y se ordenan cronológicamente según se
fueron sucediendo en el tiempo, desde la Prehistoria hasta el siglo XIX. Por esta razón, se
pretende completar la serie con los grandes periodos culturales que se han sucedido en la
península Ibérica y los objetos más significativos que los representan. En su conjunto, la serie
ofrecerá la historia, visualizada con objetos, de los pueblos que han habitado la Península y
de los que, formando parte de su entorno cultural, han interactuado directa o indirectamente con ellos en la Antigüedad. Con esta serie se desea facilitar su conocimiento, valoración y recuerdo.
Ángela GarcIa Blanco
ANTIGUO EGIPTO
1
Sala 13
1
Una de las civilizaciones más admiradas, desde su redescubrimiento
en el siglo X K , ha sido la del Antiguo Egipto. Pirámides, templos,
momias, faraones y dioses son un contínuo testimonio de su
esplendoroso pasado, fuente de ideas para todo el Mediterráneo
Oriental. Su influencia llegó hasta la península Ibérica a través de
los navegantes fenicios.
Una cultura milenaria a orillas
del Nilo
Egipto es la última región que atraviesa el
río Nilo, después de un recorrido de 8.000
kilómetros. El pais se extiende entre Nubia
y el Mediterráneo, y su territorio se divide
en: Alto Egipto, al sur, y Bajo Egipto, al
norte, en el delta; estas zonas, a su vez, se
subdividen en provincias o nomos.
La historia del Antiguo Egipto, desde fines
del Neolítico hasta la conquista del territorio por Roma en el año 30 a.c., se desarrolla en varios periodos. De éstos, los más
representativos son, después de la época
Predinástica (4.000 a.c.) y el periodo Tinita, los Imperios Antiguo, Medio y Nuevo,
con breves periodos intermedios. Conquistado el pais por Alejandro Magno (332
a.c.), se instaura la dinastía ptolemaica
hasta la llegada de los romanos. Hay otra
división de la historia de Egipto más precisa, que ordena los reinados de los faraones
en 31 dinastías y que debemos al historiador egipcio Manetón (siglo III a.c.)
Tierra de faraones
La civilización egipcia se desarrolló a lo
largo del valle del Nilo, río navegable a lo
largo de 1200 Kms. Las crecidas que inundaban el valle fertilizaban las tierras, pero
también era necesario controlar aquéllas.
Para alcanzar el desarrollo económico que
logró el Antiguo Egipto, se requirió un
poder central enérgico y capaz de disponer
de la población necesaria para hacer productivas las tierras o, en otro orden de
cosas, para construir templos y tumbas
monumentales. Este poder fue ejercido por
el faraón y su complejo aparato administrativo.
Museo Arqueológico Nacio~ial
TECNOLOGÍA
Aunque no se puede decir que los egipcios
tuvieran conocimientos científicos tal y
como hoy los definimos, su sentido de la
observación les permitió adquirir suficientes bases empíricas para disponer de fármacos curativos, de un calendario para
medir el tiempo, de las nociones de aritmética y geometría indispensables para su
actividad comercial y constructiva, etc. La
momificación de los cadáveres, tan practicada en el Antiguo Egipto y necesaria para
preservar los cuerpos de la putrefacción,
también supone un importante dominio de
la técnica de embalsamamiento con preparaciones aromáticas y antisépticas, y es una
muestra más de sus conocimientos pragmáticos. A través de la momia de Nespamedu se puede analizar el proceso de
momificación practicado en la Casa de la
Muerte.
"vasos canopos", a excepción del corazón,
que tenía que ser pesado antes de llegar a
la otra vida. El cuerpo, tras ser lavadas las
cavidades internas con vino de palma y
especias, se rellenaba con hojas secas o
serrín y sustancias aromáticas, y era desecado en natrón durante 40 días, al término
de los cuales era vendado y envuelto en un
sudario. Entre las vendas se solían disponer
pequeños amuletos y, sobre ellas, un escarabeo en el lugar del corazón y una malla
hecha con canutillos de pasta vítrea. La
etapa final consistía en colocar sobre el
cuerpo cartones pintados, e introducirlo en
el sarcófago mientras el sacerdote pronunciaba palabras propiciatorias: Vive otra vez,
tú revivirás siempre, tú has vuelto a ser
La momificación,
un complejo proceso
El proceso de momificación tuvo su fundamento en las creencias religiosas de los
egipcios y formó parte de su ritual funerario. Los egipcios creían que el alma abandonaba el cuerpo en el momento de morir,
pero podía volver a él siempre y cuando el
cadáver se conservase intacto, poseyera
una tumba y se hubiera realizado en su
honor el servicio funerario.
El embalsamamiento garantizaba la conservación del cuerpo. Se iniciaba extrayendo el cerebro por los orificios de la nariz y
las vísceras por dos incisiones practicadas
en un lateral del abdomen; éstas eran
desecadas en un recipiente lleno de natrón
(compuesto salino de carbonato y bicarbonato de sosa) e introducidas luego en los
Detalle de un brazo de una momia nul
Vasos canopos. Heracleópolis Magna
(XXII Dinastía).
r
ANTIGUO EGIPTO
Momia de Nespamedu
Se trata de la momia de un varón que tenía al morir unos 55 años y que padecía artritis y arterioesclerosis. Está completamente vendada y recubierta de betún, y la envuelve un sudario de lino muy
fino, sobre el que se disponen cinco cartonajes dorados y decorados con elementos y símbolos característicos del mundo funerario egipcio. Por la inscripción sabemos que este hombre se llamó Nespamedu y fue sacerdote de Imhotep. La momia lleva relleno subcutáneo y en las cavidades orbitales, además de tener una placa lingual, brazaletes y una figurilla antropomorfa. Pesa 40 Kg. Por el tipo de
embalsamamiento sabemos que Nespamedu vivió en el periodo ptolemaico (332-30 a.c.)
Hallazgo
Esta momia fue adquirida en El Cairo por Ignacio Bauer, quien la vendió, en 1925, al Museo Arqueológico Nacional. Se desconoce, por tanto, su origen ya que no procede de una excavación arqueológica sistemática, sino del comercio de antigüedades de principios de siglo.
joven otra vez, tú eres joven y así por toda
la eternidad.
Las primeras informaciones que tenemos
sobre el embalsamamiento datan de la IV
Dinastía (Imperio Antiguo, 2686-2181
a.c.), aunque será durante el Imperio
Nuevo (1 554-1080 a.c.) cuando el proceso
alcance su mayor complejidad y las noticias
sean más abundantes. Este ritual se practicó hasta fines del s. III d.C. No todos los
individuos gozaron del derecho de poder
ser embalsamados ni enterrados.
Museo Arqueológico Macionpl
La momificación de animales
SOCl
En el Antiguo Egipto, no sólo eran momificadas las personas, sino también determinados animales que, venerados como dioses o considerados sagrados, tenían derecho a ser conservados para la eternidad.
Así, por ejemplo, el pájaro ibis representaba en el Antiguo Egipto al dios Thot, por lo
que era un animal sagrado y se le embalsamaba al morir. También el halcón fue
venerado como dios y momificado, pues
era el símbolo de Horus, hijo de lsis y Osiris
y lo mismo ocurría con el cocodrilo, que
representaba al dios Sobek, señor de El
Fayum y Kom Ombo, hijo de Neith y esposo de Hathor.
La sociedad egipcia estuvo fuertemente
jerarquizada, figurando en primer lugar el
faraón, que detentaba el poder supremo
por su origen divino. Gobernaba desde su
palacio, centro administrativo del país,
denominado la "Gran Casa", y lo hacía por
medio de sus funcionarios y delegados. Era
también juez superior de los tribunales de
justicia, sacerdote de todos los dioses y jefe
del ejercito. Funcionarios, sacerdotes y militares, escribas y artesanos, comerciantes y
campesinos constituían la escala de los
diversos grupos sociales, tanto más influyentes cuánto más cercanos estuvieran al
faraón y pudieran compartir su poder.
El poder del faraón
Cocodrilo momificado
En la cúspide de la sociedad egipcia se
sitúan el faraón, su familia y allegados,
seguidos de la clase sacerdotal y de los
altos funcionarios (gobernadores, visires,
militares, escribas...), a los que seguía un
gran número de artesanos y comerciantes.
El grupo social más numeroso era el de los
trabajadores o campesinos, sometidos a
control; por debajo estaban los esclavos,
que solían ser extranjeros capturados como
botín de guerra.
El faraón, dios y rey, reunía en su persona,
como acabamos de señalar, el mando civil,
militar y religioso; su poder supremo se
plasmaba en las construcciones civiles (residencias reales) y religiosas (templos y tumbas), que mandaba erigir en su memoria y
para que permanecieran hasta la eternidad. Tenía símbolos exclusivos de su poder
y divinidad, y disfrutaba, al igual que las clases más pudientes, de objetos de uso personal excepcionales, realizados en materiales
suntuosos.
ANTIGUO EGIPTO
l
-- .-,, tanebo I
Nectanebo 1, primer faraón de la XXX Dinastía (380-362 a.c.), aparece en esta escultura de granito
negro arrodillado sobre un podio cuadrangular con inscripciones jeroglíficas. El faraón cubre su cabeza con sencillo tocado, ajeno a la realeza, viste el típico faldellín schenti y sujeta con sus manos una
pequeña ara. En el pilar dorsal aparecen los cinco nombres del faraón escritos en jeroglíficos. Es una
escultura rígida, estática, hierática, que da sensación de eternidad, pero la suavidad de su modelado
delata influencia griega, característica propia de este periodo. La cabeza no pertenece a la escultura original, sino que fue colocada en ésta, posiblemente, en época romana.
Hallazgo
Esta escultura fue hallada en un lugar indeterminado de Roma, acaso en algún templo dedicado a Isis,
adonde fue llevada desde Egipto. Ingresó en las colecciones reales de Felipe V,pasando al Palacio de
la Granja de San Ildefonso y, desde allí, al Museo del Prado. Junto con otras piezas de la misma procedencia, ingresó en el Museo Arqueológico Nacional, como depósito, en el año 1979.
Museo Arqueológico Nacional
Inscripción jeroglífica de Nectanebo I
Las diferencias sociales se plasmaban también a la hora de la muerte. Los objetos cotidianos encontrados en las tumbas ponen de
manifiesto los diferentes rangos de sus antiguos propietarios. Las personas de estatus
superior se enterraban con objetos suntuar i o ~para poder disfrutarlos en la vida del
más allá, concebida como una continuación
de la vida terrestre. Así, determinados objetos de tocador aquí representados, como el
peine, el espejo, las pinzas de depilar y el
bote de kohol (pintura para los párpados),
que formaron parte de ajuares funerarios,
nos permiten imaginar las refinadas maneras con que se aseaba un determinado sector social. Lo mismo puede decirse de las
sandalias o el cabezal que presentamos y
que pudieron ser los objetos personales de
una importante dama egipcia.
Estatua del canciller real-escriba
Harsomtusemhat
Objetos de uso personal
ANTIGUO EGIPTO
CREENCIAS
Las creencias religiosas estaban continuamente presentes en la vida de los egipcios.
Adoraron a gran cantidad de dioses (unos
con forma de animal, otros con forma
humana y otros, mixtos) porque cada uno
de los 42 distritos administrativos tenía su
propio dios además de los compartidos por
todos. Entre todos los dioses, uno de los
más importantes fue Re, el dios-sol responsable de toda la creación; más popular fue,
posiblemente, Osiris, el dios de los difuntos, cuyo mito justificaba la necesidad de la
momificación para poder resucitar, como él
mismo, tras la muerte.
ban: la barca para que pudiera ir al santuario de Osiris en Abydos, peregrinación que
tenía que hacer en vida, pero que también
podía hacer tras la muerte; las figuras del
dios Ptah-Sokaris-Osiris o porta-amuletos
con poderes mágicos, y los ushebtis o respondientes.
Osiris: el dios de los muertos
El mito cuenta que Osiris, muerto y despedazado por su envidioso hermano Seth,
fue rescatado de las aguas del Nilo por su
amante esposa Isis. Ésta recompuso su
cuerpo que, momificado, resucitó a una
nueva vida.
Osiris, como dios de los difuntos, participaba en el culto funerario. Él era el que acogía el corazón del difunto una vez que
había superado el pesaje ante la "devoradora de corazones" (monstruo con cuerpo
de leona y cabeza de cocodrilo que devoraba al indivuduo si el peso de su corazón
era negativo). Tras el juicio, el alma volvía al
cuerpo, que debía estar momificado y
enterrado en una tumba decorada con
relieves y pinturas. Una de las escenas más
habituales en los muros de las tumbas era
la de la comida funeraria, en la que apareel difunto sentado ante una mesa de
ofrendas repleta de alimentos.
En la tumba también se hallaba el ajuar
funerario, compuesto con los objetos necesarios para la otra vida. Entre ellos destaca-
Barca. Giebel Ein. (XII Dinastía )
Detalle del relieve con portadores de alimentos
para la comida funeraria. Heracleópolis Magna
(Ehnasya el-Medina) Periodo Intermedio (2155 2040 a.c.)
Museo Arqueológico Nacional
Otras divinidades
El panteón de dioses del Antiguo Egipto
fue muy numeroso y estuvo integrado por
divinidades mayores y menores de ámbito
general o local. Cada uno de los distritos
administrativos o nomos tuvo su propio
dios que, en ocasiones, tomaba la forma
del animal o totem protector, y era venerado como tal.
Isis, esposa de Osiris y madre de Horus,
representó la maternidad y la fidelidad.
Durante las fiestas del mes de Joiak, que
rememoraban la resurrección de Osiris, lsis
tenía un lugar destacado, ya que ella consiguió con su magia dar nueva vida a su esposo. Su culto perduró en el Imperio Romano.
Horus fue hijo de lsis y Osiris y vengó la
muerte de su padre luchando contra Seth.
Fue el protector de la realeza y se le representa con la figura de un halcón.
Anubis fue el protector de las necrópolis y
el inventor de la momificación, por haber
tratado el cuerpo muerto de Osiris. Era el
encargado de comprobar el fiel de la
balanza durante el juicio del alma ante
Osiris y la "devoradora de corazones".
Siempre se le asocia a la figura del chacal.
Representación de Anubis
en un cartonaje de momia
Representación en bronce de la diosa lsis
r
ANTIGUO EGIPTO
I
Estatua de Osiris
Esta estatua de bronce muestra a Osiris de pie. Va tocado con la corona atef y el uraeus, y lleva barba
postiza. Representado como una momia, tiene los brazos cruzados sobre el pecho, sujeta un cayado
con la mano izquierda y porta un flagelo en la derecha. Toda la figura se apoya en una base rectangular con inscripciones. Se data en la XVIII Dinastía, a partir del afio 1554 a.c.
Hdazgo
Esta estatuilla fue adquirida en Egipto, junto con un importante lote de piezas, por Tomás de Asensi, Director de Comercio del Ministerio de Estado y vicecónsul de Espafia en Niza. Su viuda, Rosario Laiglesia, la vendió al Estado en 1876, junto al resto de la colección de su esposo, formada por
unos 1300 objetos comprados a lo largo de numerosos viajes por Africa y Asia. La colección ingresó en el Museo Arqueológico Nacional en el mismo año. Las piezas arqueológicas permanecen en
nuestro Museo, mientras que las colecciones etnográficas se trasladaron, en 1948, a l Museo Nacional de Antropología.
Museo Arqueológico Nacioiial
Fragmento de venda con Anubis
oajo la mirada atenta de Anubis, dios de la
momificación con cabeza de chacal, los antiguos egipcios embalsamaban a sus difuntos para
preservar el cuerpo de la destrucción, pues a él
debía regresar el Ba, alma inmortal. Una vez
preparado el cadáver, se envolvía con vendas de
lino decoradas con temas alusivos al ritual funerario. Con el tiempo, el sistema de vendajes
llegó a ser más laborioso y complejo que el tratamiento del cuerpo en sí.
Fragmento de venda con textos
Estos textos están escritos en hierático y extraídos del Libro de los
Muertos. A partir de la Baja Época (dinastías XXVI-XXX. 664-342
a.c.) se generalizó la práctica de colocar vendas de lino con inscripciones mágicas alrededor del cuerpo momificado. La eficacia de los
textos aumentaba al ser colocados en íntimo contacto con el cadáver.
Con el mismo fin, se copiaban inscripciones sobre los sarcófagos.
Escarabeo
Entre todos los amuletos utilizados por los antiguos egipcios, destaca el escarabeo, objeto
usado desde épocas muy antiguas. Fue el símbolo de Jepri, venerado en Heliópolis como
dios solar, aunque su significado y utilización
variaron según las épocas. A partir del Imperio
Nuevo (dinastías XVIII-XX. 1554-1080 a.c.),
surgen los "escarabeos de corazón", con un
texto del capítulo 30 del Libro de los Muertos,
que se colocaban sobre el pecho de la momia.
Malla
Las mallas, vestimentas ornamentales de la momia, se colocaban sobre ésta; estaban realizadas con
canutillos de pasta vítrea que formaban una red con los bordes festoneados con una cenefa más tupida. La que aparece en la imagen tiene a la altura del pecho un escarabeo alado y las figuras de los "cuatro hijos de Horus" que protegían las vísceras: Amset, con cabeza humana, el hígado; Hapi, con cabeza de mono, los pulmones; Duamutef, con cabeza de chacal, el estómago y Qebsenuf, con cabeza de
gavilán, los intestinos.
Museo Arqueológico Nacional
Momia con cartones
Cadáver embalsamado de una joven mujer de 25 años, vendado, envuelto en un sudario y cubierto de cartones pintados. El estudio de las
momias permite conocer ciertos datos de interés sobre sus enfermedades,
alimentación, etc. (XXVI Dinastía, 664-525 a.c.)
Sarcófago de Bak
El sarcófago era pieza esencial en el mobiliario funerario. Existían talleres dedicados a la fabricación de sarcófagos, y en ellos se ofrecía un
amplio muestrario de modelos con espacios en blanco entre las inscripciones rituales para poder incluir el nombre del difunto. El estilo y la
decoración variaron según las épocas y la concepción religiosa del
momento. Algunos sarcófagos se reutilizaron, como éste, que perteneció
a Bak y fue aprovechado para depositar el cuerpo momificado de una
anciana mujer de 60 años. Es el más antiguo que posee el Museo (finales del Imperio Nuevo), y está decorado con fondo amarillo y blanco.
Máscara funeraria
Una solución más barata que proveerse de un sarcófago completo consistía en encargar un fragmento de la tapa o una
máscara, como la de madera reproducida en la imagen. En
este último caso, la máscara cubría el rostro; para el resto del
cuerpo se empleaban materiales más perecederos, como el
adobe o algún vegetal. En las máscaras se reproducían los rasgos más o menos convencionales del difunto, aunque siempre dentro de la tradición y del arte egipcios.
Ibis momificado
El origen de la veneración de los animales como dioses en el Antiguo
Egipto debe buscarse en el culto que los "nomos" o territorios administrativos profesaban a un emblema, a una planta o a un animal, elegidos por sus cualidades y porque protegían a los habitantes de la
región. Pronto fueron momificados, al igual que los humanos. El pájaro Ibis representaba al dios Thot, por lo que era un animal sagrado y
se le embalsamaba al morir, como este ejemplar envuelto en lino.
Museo Arqueológico Nacional
Vaso canopo para vísceras de toro
Los toros Apis de Menfis, Bujis de Hermontis y Mnevis de Heliópolis fueron objeto de un culto especial y tenían derecho a ser conservados para la eternidad. En este vaso canopo de alabastro, cuya tapadera posiblemente no corresponde al recipiente original, se guardaron las vísceras de un toro Mnevis
después de la momificación. Mnevis fue un dios de la vegetación y poseía un rebafio sagrado.
SOCIEDAD
Instrumentos musicales
La música gozó en el Antiguo Egipto de gran importancia y aceptación social. No sabemos exactamente cómo sonaba. En cuanto a los instrumentos musicales, la mayor parte de la informa-
#
ción la han proporcionado las pinturas funerarias y los pequeños instrumentos que han llegado
hasta nuestros días, tales como la castañuela de marfil
y el sistro que vemos en la imagen. El sisuo era mane-
jado por mujeres nobles y por sacerdotisas en ceremonias vinculadas a la diosa Hator, que representaba la
alegría y la pasión por la música y la danza.
Objetos de adorno
Collares de piedras preciosas y pasta vítrea, una pulsera de bronce, un anillo,
pendientes de plata y oro, un amuleto de oro en forma de sandalia y un colgante con forma de perilla pudieron ser los adornos personales de una importante dama egipcia.
Museo Arqueologico Nacional
Ushebtis y caja
Una vez en el más allá, los egipcios estaban obligados a realizar diversos trabajos
agrícolas en las campiñas de la divinidad. Los ushebtis o respondientes reemplazaban al difunto en esta obligación y, respondiendo por él a la llamada de Osiris, se convertían en personas vivientes y realizaban las distintas
tareas. Debido a la labor que tenían que hacer, se representaban
con los útiles necesarios para su trabajo: hachuelas, piquetas y, a
la espalda, el saquito de semillas. Con frecuencia se colocaban en
cajas como la de la imagen.
CREENCIAS
Escena del peso del corazón
En esta escena, que forma parte de la decoración de un sarcófago, se muestra la ceremonia del juicio del alma ante el tribunal de Osiris: se pesaban las
buenas y malas acciones realizadas en vida por el difunto. Si el peso era favorable, el difunto era llamado "justificado" y continuaba viviendo en el más
allá; si sucedía lo contrario y el peso era desfavorable, el difunto era comido
por la "devoradora de corazones" (monstruo con cuerpo de leona y cabeza
de cocodrilo).
Ptah-Sokaris-Osiris
La figura de aspecto momiforme situada en la parte superior de
la caja representa al dios Ptah-Sokaris-Osiris y la figura de halcón. al dios Sokaris.
En el interior de la caja se colocaban rollos de papiro con
fórmulas del Libro de los Muertos, o incluso una parte
del cuerpo momificado del difunto.
Museo Arqueológico Nacioi~al
Figura de Harpócrates
\
L
L
1-
Figura en bronce de Upuaut
Upuaut, dios de las necrópolis, "el que
abre los caminos", fue venerado en
Asyut. Siempre precede al cortejo divino y su animal simbólico es el chacal.
Horus, hijo de Isis y Osiris, vengó la muerte de su padre
luchando contra Seth. Fue el protector de la realeza y se le
representa con figura de halcón; cuando se representa en
forma de nifio (sentado, desnudo, con la trenza lateral y
el dedo en la boca) se le denomina Harpócrates.
CREENCIAS
-
.
.
Estela votiva de Taeshert
Frente a una dama en actitud de adoración, vestida con
túnica transparente, peluca larga y cono de perfumes
sobre la cabeza, se halla el dios Re-Harajty sentado en un
trono que se apoya sobre una representación del signo
jeroglífico "tierra" Entre ambos personajes aparecen dos
ojos y una inscripción, compuesta de seis líneas verticales, que menciona a la dama y a los dioses Re-Harajty,
Atum y Ptah-Sokaris.
Sarcófago de Amenemhat
Sarcófago interior antropomorfo con tapadera. Perteneció a un gran sacerdote "uab" (puro) y sacerdote
"entrante" en el santuario del templo de Amón. Este
hombre, llamado Amenemhat, vivió en los inicios de la
Dinastía XXI. Su sarcófago es uno de los más bellos
ejemplares realizados para el clero vinculado al gran
dominio del dios. Los temas iconográficos recogen
aspectos esenciales de la religión egipcia, como el juicio
del alma ante Osiris, la escena de la creación, etc., todas
ellas vinculadas a la resurrección del difunto.
GRECIA CLÁSICA
Siglos V-IV a.c.
Grecia representó, en el siglo V a.c., uno de los grandes momentos
en nuestra civilización, y la ciudad de Atenas fue su mayor exponente. Los antiguos griegos nos dejaron una explicación racional
del mundo y del hombre, la democracia como forma de gobierno
y un canon artístico que ha servido como referencia
constante al arte europeo.
La Grecia clásica: auge y expansión
por el Mediterráneo
Durante el siglo V y parte del IV a.c., los
griegos consiguieron un alto nivel en
todos los aspectos de su cultura, y lo
lograron gracias, en parte, a su gran desarrollo económico. El motor de dicho desarrollo fue el comercio marítimo que los
mercaderes, excelentes navegantes, consiguieron extender por todo el Mediterráneo, apoyándose en las colonias que fueron creando a lo largo de sus costas.
Las rutas comerciales siguieron las costas
mediterráneas del sur de Europa, comerciando con los etruscos en la península italiana y con los iberos en la península Ibérica; mientras que los fenicios, antes, y los
cartagineses, después, frecuentaron la
ruta del norte de Africa.
El triunfo de la polis
En el siglo V a.c., Grecia era un mosaico
de ciudades-estado o poleis independientes. Cada una de ellas era una unidad política, social, económica y cultural indepen-
diente y tenía un territorio bajo su dominio
para la explotación agrícola y ganadera. La
ciudad y su territorio constituían la polis.
La causa fundamental de esta fragmentación territorial eran las dificultades que el
montañoso paisaje griego creaba a las
comunicaciones entre las distintas poblaciones.
Atenas ocupaba una posición central dentro del mundo griego. Disponía de un
excelente puerto a pocos kilómetros -El
Pireo-, que le permitía dominar con sus
barcos la navegación por el Egeo, y contaba con buenos apoyos al otro lado de este
mar, en la costa de Asia Menor. Fue la polis
que alcanzó un mayor desarrollo económico, social, político y artístico entre las
demás ciudades, gracias al imperio comercial que sus navegantes y mercaderes crearon en el Mediterráneo, al gobierno democrático que se dieron sus ciudadanos y a la
atención que dedicaron al arte, al teatro, a
la filosofía ..., sentando las bases de nuestra
propia cultura.
Museo Arqueolágico Nacional
TECNOLOGÍA
Al desarrollo económico de Atenas contribuyó la producción de cerámica, y su
exportación en grandes cantidades a otras
regiones del Mediterráneo, a veces a través
de intermediarios como los fenicios y los
cartagineses. Se apreciaba en ella su calidad técnica, sus nuevas y bellas formas, y
su decoración con escenas referentes a la
vida en Grecia. Por ello, con la cerámica se
transmitieron también entre estos pueblos
del Mediterráneo algunas de las costumbres y creencias atenienses.
La cerámica en la vida cotidiana
Los alfareros y los artesanos más notables
gozaron de un alto reconocimiento social
en la Atenas clásica. Los más importantes
dirigían grandes talleres donde la producción era constante, pues debía abastecer la
fuerte demanda local y el lucrativo comercio exterior de la polis. Su firma sobre las
obras más espectaculares del alfar demuestra que su prestigio era comparable al de
los pintores que las adornaban.
La decoración de un vaso griego era un
proceso muy cuidado, que exigía gran destreza. Por ello debía ser dirigida por un verdadero especialista en pintura. Rara vez
ceramista y pintor eran la misma persona.
El reconocimiento de la labor del segundo
se plasma en el hecho de que muchas
veces su firma aparece junto a la del primero, e incluso en ocasiones sin la de éste.
La cerámica era un elemento esencial de la
vida cotidiana en Grecia. Sus formas nos
ayudan a conocer el uso o función que
tuvieron y, con ello, diferentes aspectos de
las costumbres y creencias de los griegos.
Vasos, recipientes y útiles eran concebidos
para una función determinada y su forma
se adecuaba a esa función, sin olvidar los
cánones de belleza y armonía que regían la
concepción de cualquier objeto.
En el interior de la casa griega, encontramos recipientes de cerámica utilizados por
las mujeres en diversos momentos de su
vida; la lebes, por ejemplo, contenía el
agua para el baño ritual de la novia antes
del matrimonio; agua que habría sido recogida antes en la fuente con las hidrias, tal y
como muestra la escena de una de ellas.
También de uso exclusivamente femenino
eran las formas que componían el tocador
de las damas: píxidas, lecánides y vasos de
perfumes. En el ambiente masculino del
simposio o banquete se utilizaban ánforas,
crateras, copas o kylix, y escifos, vasos para
mezclar, servir y beber el vino.
Un grupo aparte está constituido por los
vasos de carácter funerario: Iécitos de
fondo blanco, que se decoran con escenas
de plañideras y de familiares visitando la
tumba y haciendo ofrendas.
Hidria con muchachas en la fuente
Ánfora bilingüe
Este recipiente está firmado por el ceramista Andócides y el pintor Psiax, que lo habrían realizado
hacia el año 510 a.c. en Atenas. La escena de figuras negras representa a Dioniso rodeado por su
séquito de sátiros y ménades, a quienes da de beber el vino en un cántaros. La escena opuesta, de figuras rojas, muestra a Apolo tocando la cítara en presencia de otras divinidades del Olimpo, que siguen
el ritmo de la música con los dedos.
La cerámica ática del siglo VI a.c. se decoró con la técnica de figuras negras, y la de los siglos V y IV
a.c. con la de figuras rojas. No se produce, sin embargo, una sustitución inmediata y ambas técnicas
conviven durante varias décadas, a veces incluso sobre la misma pieza, como en este caso, que por eso
recibe el nombre de ánfora bilingüe.
Hallazgo
Los vasos de cerámica griega que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional proceden en su
mayor parte de la colección del Marqués de Salamanca, quien la vendió al Estado en 1874. Hasta su
traslado al Museo, los vasos griegos decoraban las salas del palacio que el marqués se había construido en el Paseo de Recoletos. Otra parte de la colección se adquirió durante la expedición científica de
la fragata Arapiles por el Mediterráneo, que tuvo lugar tres años antes, en 1871. Recientemente, cabe
añadir la compra de la colección Várez Fisa.
Miiseo Arqueológico Nacional
Evolución de los estilos decorativos
en la cerámica griega
La excelente calidad de las cerámicas griegas es fruto de una larga tradición alfarera
ll
Conjunto de piezas de tocador
Conjunto de piezas de bani
Lebes de la boda
que, junto al dominio de una técnica,
buscó plasmar un ideal de armonía y belleza. La variedad de formas y de decoraciones que nos ofrecen hoy estas cerámicas
responden a este proceso de búsqueda. El
llamado estilo geométrico (siglos X a VI1
a.c.) se caracteriza por la concepción del
vaso como si fuese un edificio orgánico: en
él, cada parte del conjunto se articula por
separado. La decoración es bícroma: la pintura oscura destaca sobre el fondo claro de
la arcilla. La superficie se distribuye en bandas y paneles, rellenos con motivos geométricos como zig-zags, grecas, rombos o
esvásticas. Los vasos se cubren por completo, pues el artista se guía por un sentimiento de "horror al vacío".
El siglo VI1 a.c. se caracterizó, en Grecia,
por la apertura comercial hacia el Próximo
Oriente. Estos contactos tuvieron una fuerte influencia en la artesanía, sobre todo en
la cerámica, en la que se aprecia una verdadera invasión de motivos pictóricos y rasgos estilísticos de la tradición oriental: animales salvajes y figuras míticas, como sirenas y esfinges, se disponen en hileras o a
los lados de pla'ntas exhuberantes, como
vemos en la cerámica de los alfares de
Corinto. Es también en este Periodo Orientalizante cuando se introduce con gran
éxito la técnica de figuras negras.
Durante el siglo VI a.c., la cerámica ateniense se decoró con la técnica llamada de
figuras negras y durante los siglos V y IV
a.c. con la de figuras rojas, técnica con la
que se alcanza el máximo nivel artístico.
Las Iécitos de fondo blanco empezaron a
GRECIA C
L
P
~
S
7
~
fabricarse a finales del Periodo Arcaico
(620-480 a.c.) con una función exclusivamente funeraria. El blanco era, para los
griegos, el color que simbolizaba el más
allá. También se cubrían con un engobe
blanco los huevos de arcilla que, con las
Iécitos y los vasos de perfume, eran ofrenda habitual junto a las tumbas. Sobre el
blanco se disponían escenas de carácter
fúnebre dibujadas con pintura negra.
La cerámica cubierta de barniz negro constituye una de las producciones menos refinadas y, por lo tanto, más baratas y accesibles de los talleres áticos. Se trata de platos, cuencos, copas, escifos y lucernas.
Algunas de estas piezas están decoradas
con incisiones e impresiones realizadas
mediante la aplicación de estampillas y ruedecillas. Este tipo de decoración constituye
un precedente de la terra sigillata romana.
Ánfora con decoración geométrica
Olpe corintio. Detalle
Escena funeraria en una Iécitos de fondo blanco
Cerámica de barniz negro estampillada
Museo Arqueológico Nacional
SOCIEDAD
A través de los objetos de cerámica podemos conocer algo de la vida cotidiana y de
la mentalidad de los antiguos griegos, no
sólo porque los objetos mismos nos informan de cómo fueron hechos y decorados y
del uso que tuvieron, sino también porque
las imágenes que los decoran nos ofrecen
un vivo retrato de aquella sociedad.
La cerámica, espejo de la sociedad
griega: actividades del varón
En Atenas, todos los hombres libres eran
ciudadanos, por lo que tenían el derecho y
la obligación de participar directamente en
la política, es decir, en el gobierno de la
ciudad y en su defensa. Quedaban excluidos de esta obligación los esclavos, los
extranjeros y las mujeres.
Los varones contribuían al gobierno y a la
defensa de la polis participando en activi-
fama y honor entre sus conciudadanos.
Por ello, la educación procuraba hacer de
los jóvenes unos buenos ciudadanos: contemplaba su formación en el respeto a la
tradición a través de la literatura y de la
música, estimulaba el aprecio de los valores
democráticos y cuidaba la preparación física para el manejo de las armas mediante el
entrenamiento que tenía lugar en la palestra. Allí, los atletas untaban sus cuerpos
con el aceite contenido en un recipiente de
forma globular con boca plana y orificio de
salida pequeño, llamado aríbalo, y se
adiestraban para competir y estar en
forma. Después, cubiertos de polvo, sudor
y arena, se limpiaban con la esponja y la
estrígile de bronce, instrumento de hoja
curva y mango con el que se rascaban la
piel después de los ejercicios.
dades públicas celebradas en el ágora y
formando parte de su ejército, ocasión ésta
que les permitía no sólo defender su propia
forma de vida, sino también demostrar su
valor y fortaleza -la areté-, que les daba
m
Detalle de una escena con guerreros
Ánfora con discóbolo
r
GRECIA CLÁSICA
Cratera del Banquete
Cerámica de figuras rojas decorada con una escena de simposio, reunión de varones que compartían
la misma clase social, las amistades y los intereses económicos y políticos. Normalmente se celebraba
en la casa de uno de ellos, en la sala denominada andrón. Descalzos y coronados con guirnaldas de
hojas, los comensales se reclinaban en lechos situados a lo largo de las paredes; en el centro, pequeñas
mesas portátiles sostenían los platos y los vasos en los que bebían en honor de Dioniso. También en
el centro se situaban las crateras en las que se mezclaban vino y agua. Los simposiastas charlaban y cantaban, se entretenían con juegos y recitaban poemas hasta el amanecer, amenizados por las heteras.
Museo Arqueológica Nacional
r
Detalle con joven en la palestra
La cerámica, espejo de la sociedad
griega: actividades de la mujer
Pélice con vendedora
Las mujeres griegas eran educadas para ser
buenas esposas y amas de casa. Desempeñaban un papel secundario en la sociedad y
ocupaban un lugar subordinado al del
varón. No tenían derechos políticos ni jurídicos, y en la vida pública eran representadas por el padre o el marido. Vivían recluidas en la casa, de a que salían sólo durante las fiestas.
La mujer tenía que ocuparse de la buena
marcha del hogar, organizando as tareas
domésticas y la atención a los hijos. De ella
dependían el cuidado y la administración
del hogar, pues a veces las ausencias del
marido eran prolongadas, sobre todo cuando éste debía participar en la defensa de la
ciudad. En esta ocasión, la mujer acudía a
despedirlo y esperaba ansiosa su regreso.
El nacimiento de un hijo era motivo de alegría en cualquier hogar, tanto más si era
varón. Si el hogar era rico, los hijos eran
cuidados, durante sus primeros años, por
las mujeres de la casa, nodrizas y sirvientas,
pasando con su madre sólo las horas que
ésta tenía libres tras ocuparse de supervisar
y organizar las labores domésticas.
En los hogares pobres, donde no se podían
permitir tener esclavas, la mujer debía
repartir su tiempo entre el cuidado de los
hijos, las labores de la casa y la ayuda al
marido en su trabajo, ya fuera éste de
carácter agrícola, artesanal o comercial.
Una pélice muestra, precisamente, a una
vendedora ambulante ofreciendo a un
joven indeciso los productos que saca de
una cesta.
Junto a las esposas e hijas legítimas, existía
otra clase de mujeres que tenía mayor
libertad de acción: eran las concubinas y
cortesanas, las heteras. Normalmente se
trataba de mujeres libres e instruidas a las
que se pagaba por acudir a los banquetes
de hombres a tocar la flauta, cantar, bailar
o simplemente dar entretenimiento con su
charla y sus encantos.
CREENCIAS
Los atenienses. como todos los pueblos de
la Antigüedad, tenían hondamente arraigado el sentimiento de lo religioso. Creían
en una naturaleza sagrada, en un universo
poblado de divinidades. Los dioses griegos
eran parte del cosmos: no habían creado el
universo físico y animado, sino que ellos
mismos habían sido engendrados por
potencias primordiales como el Caos, la
Noche, la Tierra, el Amor o el Océano. Su
esencia divina les confería un gran poder
para influir en la vida de los hombres,
quienes imploraban su favor o piedad, o
agradecían sus beneficios en un sinfín de
ritos y fiestas religiosas.
Dioniso,
el dios de la transformación
La religión dionisíaca significaba el triunfo
de lo que hay de irracional en el hombre y
de su capacidad de transformarse en otro.
Por eso, fue en el ámbito del culto a Dioniso donde surgió el teatro griego. Las principales tragedias y comedias se representaban durante las Dionisias, fiestas atenienses en honor de Dioniso que duraban cinco
días.
El culto a Dioniso tuvo en Grecia un gran
arraigo popular. Era el dios de los paisajes
boscosos, agrestes, donde sus seguidores
entraban en comunión y armonía con la
naturaleza, tal como lo reflejó Eurípides en
su obra de teatro titulada "Las Bacantes".
Pero era también el dios que subvertía el
orden natural de la sociedad, pues arrastraba a las mujeres a abandonar sus hogares y a entregarse a ritos orgiásticos hasta
conseguir el "éxtasis", el estar fuera de sí,
y el "entusiasmo", o posesión del dios, que
se manifestaba en una locura furiosa.
Museo Arqueológico Nacioiial
Los héroes: Heracles y Teseo
Los héroes, como Heracles o Teseo, son personajes mortales, legendarios, dotados de
cualidades extraordinarias; son también
modelos de comportamiento para los hombres por su virtud, excelencia y honor; y son
además intermediarios entre la comunidad
que les rinde culto y los dioses.
Heracles, hijo de Zeus, destacó por su fuerza
y por su capacidad de esfuerzo y de superación ante las penalidades. Realizó doce trabajos, doce magníficas hazañas. En otro
momento de su vida, la diosa Hera, que
odiaba a Heracles por ser hijo bastardo de
Zeus, su marido, le envió la locura; es el tema
que ilustra la cratera de figuras rojas realizada por el pintor Asteas en Paestum, al Sur de
Italia. El estado de enajenación provocado
por Hera le llevó a matar a sus propios hijos
arrojándolos al fuego, en presencia de su
Cratera con la locura de Heracles. Detalle
esposa Mégara, su amigo Yolao y su madre
Alcmena. Después arrojó también al fuego
todos los enseres de su casa y, posteriormente, recuperó la cordura.
Teseo, a diferencia de Heracles, es el héroe
que emplea la inteligencia y la habilidad
antes que la fuerza. Educado en la palestra,
encarna las virtudes ciudadanas y democráticas. Realiza numerosas hazatias bajo la protección de la diosa Atenea. Entre ellas destaca aquélla en la que da muerte al Minotauro
en el laberinto de Creta, escena que ocupa el
centro de la copa pintada por Aison.
GRECIA CLÁSICA
Cratera con escenas dionisíacas
Esta cratera de cáliz ática está ornamentada con escenas relativas al dios Dioniso. En un paisaje montañoso, el dios aparece sentado sobre una roca y recibiendo, entre erotes o amorcillos, el homenaje de
su séquito de méiiades y sátiros. Al otro lado, el movimiento se desborda y los sátiros persiguen a las
ménades presas de excitación. Este vaso fue realizado en Atenas a finales del siglo V a.c.
Museo Arqueológico Nacional
Ánfora bilingüe (cara B)
Esta escena de figuras rojas pertenece a la denominada "ánfora bilingüe3', que presenta en la cara A
una escena de figuras negras (página 27). Es una obra del taller del ceramista Andócides, que inicia en
los anos 530-520 a . c . la sustitución de la técnica de figuras negras por la nueva, de figuras rojas. Al
empleo de ambas técnicas debe esta ánfora la denominación de "bilingüe".
En esta escena, un grupo de dioses olímpicos escucha las canciones de Apolo, quien sostiene en su
mano izquierda una cítara con múltiples adornos y, en su derecha, el plectro unido a la cítara con una
cuerda. El cortejo de dioses (Astemis, la diosa cazadora; Leto, madre de ésta y de Apolo, y Ares, dios
de la guerra), seducido por el dulce poder de la música, acornpafia con los chasquidos de sus dedos la
melodía.
Lécitos de fondo blanco
Las Iécitos de fondo blanco alcanzan su
forma madura alrededor del 470-460 a.c.
y perduran hasta fines del siglo V a.c.,
momento en que prácticamente cesó su
producción. En esta Iécitos del pintor de
Aquiles (hacia 440 a.c.), los contornos de
las figuras se han pintado sobre el fondo
blanco con una línea de barniz negro, ya en
este momento muy diluida y brillante. El
interior del vestido se ha rellenado con un
color rojo plano.
Los temas decorativos de las Iécitos se relacionan con la muerte. Escenas aparentemente cotidianas revisten un significado
funerario más sutil, como el baño nupcial
que vemos representado en esta escena: la
joven acaba de asearse y sostiene en su
mano el frasco de perfumes con que se ha
ungido, mientras su criada sujeta unas cintas. La acción de presentar el frasco de perfumes puede aludir a la ofrenda de aceites
al difunto, e igual significado pueden tener
las cintas que la esclava le ofrece.
Museo Arqueológico Nacional
Lidion con plañideras
El lidion, junto con las lécitos, forma parte del
grupo de vasos decorados con escenas
funerarias. Este vaso es, además, un
ejemplo de la perduración de la tradicional técnica de figuras negras
cuando ya ésta había sido sustituida
por la de figuras rojas. Su cuerpo es
globular y está decorado con una
escena de lamentación: las plañideras
se arrancan los cabellos y se arañan las
mejillas. Los varones (en la cara poste-
7
rior) levantan sus manos en señal de
duelo.
'
Ascos de Canosa (~pulia,Magna Grecia,
sur de Italia).
Las plañideras, anteriormente pintadas sobre la
lécitos y el lidion, se transforman en este ascos
en pequeñas esculturas de bulto redondo realizadas en terracota y situadas en la parte superior
del recipiente. Sus exagerados gestos de dolor
responden a la mayor expresividad del arte helenístico, a lo que contribuye la plasticidad de la
técnica decorativa. Principios del siglo 111a.c.
Escifos con escena pintada. Gnatia (Apulia, Magna Grecia, sur de Italia)
En esta cerámica de carácter funerario, una diosa de la naturaleza vegetal surge de la tierra: es la imagen del tránsito fecundo desde la muerte a la vida en el más allá. El pintor que dibujó esta escena se
valió de una nueva variante técnica, al aplicar el pincel sobre la superficie completamente barnizada
en negro. Por eso, este tipo de vasos recibe el nombre de "cerámica sobrepintada". Siglo IV a.c.
Museo Arqueológico Nacional
Cratera con representación
de banquete (detalle)
El simposio era la parte de la reunión de comensales dedicada al
consumo del vino, y tenía lugar
después de la comida propiamente dicha. Precisamente este
tipo de recipiente, una cratera, se
empleaba para mezclar el vino
con agua en tales reuniones,
exclusivamente masculinas. En
la imagen, vemos representado un juego de habilidad, el kóttabos,
consistente en hacer girar una copa a gran velocidad, frenándola
súbitamente para que la última gota saliese despedida y diese en
una diana. Mientras tanto, la auletris o flautista amenizaba la
competición tocando la doble flauta (aulos).
Útiles de palestra
La educación física era un
aspecto muy importante en
la educación del varón y
comenzaba a muy temprana edad. El objetivo era que
consiguiera la destreza y
forma física necesarias para defender la ciudad
en caso de guerra, aunque también se le preparaba para la
competición atlética. Además, se pretendía que alcanzara la "excelencia" física o belleza del cuerpo, tan importante como la "excelencia'' moral o ética.
Estos objetos eran necesarios en la palestra, donde se realizaban los
ejercicios físicos: el aríbalos contenía el aceite para ungir el cuerpo de los atletas, y la estrígile y la esponja facilitaban su aseo después del entrenamiento.
SOCIEDAD
Ánfora con pedagogo
Dos de los diálogos de Platón (427-347 a.c.) tratan
en especial el tema de la educación que, ya desde el
siglo V a.c., abarcaba la lectura, la escritura, la música y la danza, la lucha y el atletismo.
La iniciación del niño en la escritura y la lectura
comenzaba en casa con el pedagogo, que era un esclavo ilustrado, pero a los siete años el niño iba a la escuela. Allí acudía desde el amanecer acompañado por el
pedagogo, el cual, sentado al fondo de la sala, vigilaba
ju comportamiento y sus progresos durante las horas
i e clase.
Ánfora con maestro de música
La importancia de la música en la sociedad griega
hizo que su ensefianza se incluyese en la educación
de los ciudadanos. Aprender a tocar la lira y la
doble flauta permitía participar en los festivales
religiosos, en las recitaciones públicas de los poemas de Hornero y en las fiestas públicas y privadas,
donde la música jugaba un importante papel.
Museo Arqueológico Nacional
Ánfora con despedida del guerrero
La defensa de la ciudad era una obligación del
ciudadano ateniense y, durante largos períodos
de tiempo, como el de la guerra que Atenas mantuvo contra Esparta (llamada del Peloponeso),
fue un acontecimiento casi cotidiano. Era también la ocasión para demostrar el valor, la fortaleza y la destreza que darían fama y honor, a cada
hombre, entre sus conciudadanos, y harían perdurar su nombre y sus hazañas a lo largo del
tiempo. Durante sus largas ausencias, la mujer
se hacía cargo del cuidado y la administración
del hogar. En la imagen, vemos una escena con
la despedida de la esposa al guerrero.
Hidria de las muchachas en la fuente
La hidria era una jarra de tres asas. Esta escena
del pintor de la Fuente de Madrid documenta
su uso cotidiano, en la Arenas de finales del VI
a.c., para recoger agua en la fuente pública,
transportarla y verterla posteriormente.
La fuente representada tiene una bella fachada
arquitectónica con columnas dóricas, entablamento y frontón. Los atenienses sentían gran
aprecio por el agua, pues la consideraban un
elemento sagrado y la veneraban como tal.
También creían que detrás de las fuentes había
unas diosas protectoras llamadas "náyadesX,a
las que ofrecían ramos de flores, tal y como
vemos en la imagen.
SOCIEDAD
Hidria con escena de ejercicios de acrobacia
Ya a partir de la segunda mitad del siglo V a.c. encontramos a las heteras como profesionales de la
música, practicando danzas y ritmos apropiados para un banquete. Esta hidria de figuras rojas muestra en su hombro el interior de una casa de heteras donde, al son de la música, estas muchachas practican ejercicios de acrobacia; un joven las contempla apoyado en el báculo y extiende su mano para
aconsejar sobre el ejercicio.
Museo Arqueológico Nacional
Figura femenina de terracota
Las mujeres atenienses tenían un gran sentido de la
elegancia y se hacían sus vestidos con telas que tejían ellas mismas. La cantidad, calidad y riqueza de
las telas dependía de su situación económica, y por
ello el vestido se convertía en signo de su posición
social y su distinción. Utilizaron dos tipos de vestidos: el peplos o túnica abierta y el quitón, túnica
larga y cerrada, de tela muy fina y pliegues menudos,
que se completaba con el himation o manto de paño
grueso de lana, de pliegues más anchos, tal y como
vemos en esta figura femenina de terracota.
,
Kilix con representación de heteras (detalle)
En esta escena, que decora una copa ática realizada por el pintor
Oltos (hacia 520 a.c.), se representa un simposio o banquete: dos
heteras descansan en el suelo sobre sendos cojines, una toca la doble
flauta mientras la otra, que sostiene un escifo, le ofrece una copa y
añade: "Bebe tú también", según se lee en la inscripción. En estas
fiestas de carácter masculino, el papel que jugaban las mujeres era el
de amenizar a los simposiastas tocando la flauta, cantando, recitando
o simplemente charlando.
CREENCIAS
-
Hidria con ménade enloquecida
I
(detalle)
La ménade, seguidora mítica del
dios Dioniso, representaba la subversión de los papeles tradicionales
de la mujer, cuidadora del hogar y
recluida siempre en la casa. Su participación en las orgías báquicas le
permitía lanzarse a los montes y, poseída por el dios, entregarse a la
danza, la música y el vino, que se bebía en abundancia durante los
rituales dedicados a Dioniso. Ménades y sátiras, seres míticos mitad
hombre, mitad animal, forman el tiaso o cortejo báquico.
Heracles y el león de Nemea
Los héroes de la mitología griega, como Heracles o Teseo, son personajes mortales dotados de cualidades extraordinarias. Heracles, hijo
de Zeus, representa la fuerza. La expiación del asesinato de sus hijos
en una arrebato de locura le llevará a realizar sus famosos doce trabajos, de los que se representa aquí el pri-
11
mero: dar muerte al invencible león de
Nemea. A partir de entonces, el héroe se
cubrió con la piel y la cabeza del león
I
vencido, y así aparece representado en
todas las escenas que hacen referencia a
los otras hazañas.
Museo Arqueologico Nacional
Hidria de Heracles y Apolo
El motivo principal representado en esta
hidria del pintor de Madrid (último
r'
cuarto del siglo VI a.c.) narra la
lucha mítica que sostuvieron Hera-
cles y el dios Apolo por el trípode del
oráculo de Delfos. Ambos llevan un arco
y un carcaj de flechas como armas. Hera-
cles viste la piel del león de Nemea, la cual
le sirve a la vez de coraza y casco. Su rostro
#
adulto y barbado contrasta con el más juvenil
del dios Apolo, caracterizado por los largos
rizos que caen sobre su espalda, así como por la
rama sagrada de laurel que corona su cabeza.
Ánfora panatenaica
En Atenas se celebraban fiestas a lo largo de todo el año.
Entre éstas destacaban las Panateneas, dedicadas a la
diosa Atenea, patrona de la ciudad. En ellas, participaba la ciudad entera con una gran procesión
que, partiendo de la puerta de la ciudad, pasaba
por el cementerio, atravesaba el Ágora y subía
hasta el templo de la diosa en la Acrópolis, para
ponerse bajo su protección. En estas fiestas se
celebraban también unos juegos atléticos. Llena
de aceite de los olivos sagrados de Atenea, el ánfora panatenaica era el premio que se concedía al vencedor de estos juegos. En la cara A de esta ánfora, el
pintor de Cleofrades (hacia el 480 a.c.) representa a la
diosa Atenea armada entre dos columnas dóricas, y en su
cara B, una escena de carrera de cuadrigas, en la que el atleta había ganado.
l
CREENCIAS
Brocal de pozo (puteal)
de La Moncloa
El relieve de este brocal di pozo reali
zado en época romana, en estilo neoi
(siglo 1 d.c.), sirve para ayuda rnos
tema del desaparecido frontón oriental del Partenón. Narra,
como él, el nacimiento de la diosa Atenea de la cabeza de Zeus. En este parto
extraordinario intervino el dios Hefaistos con su hacha, y la diosa nació ya adulta y armada con lanza y escudo.
Dibujo del desarrollo del puteal de La Moncloa
En el centro del relieve del puteal aparece Zeus, sentado de perfil en un trono y, a la derecha, a punto
de ser coronada por la victoria alada, la diosa Atenea, que ha surgido de su cabeza en forma de joven
guerrera. Detrás de Zeus, Hefaisros se retira asombrado ante la terrible aparición. En la parte posterior figuran las Moiras, diosas que han tejido el destino de la diosa, con diversos instrumentos (huso,
píxida, etc.)
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
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CULTURA GRIEGA
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