Download Descargar archivo
Document related concepts
Transcript
MÚSICA Y CINE JOSÉ CARBIA VILAR 2º MAGISTERIO MUSICAL ÍNDICE: Introducción………………………………………………………… 3 ¿Qué entendemos por banda sonora?..................................................5 Tipos de música Clasificación de bandas sonoras Funciones de las bandas sonoras El nacimiento del cine sonoro……………………………………….9 Precedentes y problemas técnicos El cine sonoro El género musical…………………………………………………...12 El nacimiento del teatro musical El musical en Hollywood La ópera rock Jesucristo Superstar Autores principales y bandas sonoras………………………………16 Nosferatu, Hans Erdmann Lo que el viento se llevó, Max Steiner El crepúsculo de los dioses, Franz Waxman Un tranvía llamado deseo, Alex North El bueno, el feo y el malo, Ennio Morricone El planeta de los simios, Jerry Goldsmith El padrino, Nino Rota Taxi Driver, Bernard Herrmann Star Wars, John Williams Memorias de África, John Barry INTRODUCCIÓN Hoy en día, la música en el cine es algo que cualquier persona considera imprescindible para disfrutar de una película. Lejos quedan los tiempos del cine mudo, en los que si no vivías en un lugar que tuviese una buena sala de proyección con una orquesta para interpretar la música que acompañaba la película tenías que tragarte una hora y pico de imágenes totalmente mudas. Pero llegó el 1927, y “El Cantor de Jazz” (1927, Alan Crosland) dio un nuevo significado al cine. Ya no eran simples imágenes acompañadas, con suerte, por una orquesta. Había llegado el cine sonoro. Desde el 1927 hasta la actualidad han pasado 90 años y el cine y su música han cambiado notablemente, han pasado modas, crisis, el retorno de las modas y momentos de apogeo, pero la conjunción de la imagen con una buena música ha sido indispensable para cualquiera que pretendiese crear una buena cinta de celuloide. Hemos llegado a un punto de apreciación de la música de las películas que incluso hay bandas sonoras que se han vendido mejor que las entradas para ver la película de la cual provenía esa banda sonora en el cine, porque, la verdad, es que esas canciones de las películas forman parte de nuestra vida. La gran influencia de la publicidad y los mass media en nuestra sociedad hace que hagamos nuestras esas canciones que escuchamos en el cine o en la televisión y les guardemos un hueco en la historia de nuestra vida, pues esas canciones nos vinculan emocionalmente a una época de nuestra vida o a un sentimiento que fue provocado por la visión de una película. Con este trabajo pretendo dar una modesta visión de la historia del cine y su música, desde el cine mudo a las modernas superproducciones. Aclarar ciertos conceptos e intentar que el que lo lea, en caso de ser un neófito en la materia, pueda llegar a tener un conocimiento básico de las funciones de la música en el cine, de sus autores principales y de las películas y bandas sonoras que pasarán a la historia. Comenzaré con una breve explicación acerca de “¿Qué es?” una banda sonora, diferenciaré los tipos de música que se pueden encontrar en una película y haré una clasificación de películas según el tipo de banda sonora que contienen. A continuación haré un breve repaso acerca del nacimiento del cine sonoro, la transición desde el cine mudo y de la creación del género musical en el cine, comentando la obra “Jesucristo Superstar”, el máximo exponente del musical de Hollywood. Una vez hecho esto, pasaré a comentar una selección de películas con bandas sonoras interesantes y tras cada comentario incluiré una pequeña biografía del autor de la banda sonora. Una vez dicho esto, comencemos. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR BANDA SONORA? En un sentido amplio, puede decirse que estamos hablando de todo soporte sonoro que acompañe a las imágenes de un film, es decir, diálogos, efectos de sonido y música. Sin embargo, el término se refiere a la música del film, que en cine americano se designaba score, sobre todo desde la comercialización de las bandas sonoras separadamente de la película, en formato CD, LP o cinta magnética, que se denominó “Original Motion Picture Soundtrack” u “Original Motion Picture Score”, que sería más correcta, pues se refiere únicamente a la partitura musical de la película, traducido al español como Banda Sonora Original (BSO). Tipos de música En una película podemos encontrar dos tipos básicos de música: - Música diegética: Este término se refiere a la música que aparece en el film de un modo justificado por las imágenes de la película. Es decir, aquella música que proviene del espacio físico donde se realiza la acción. Por ejemplo, en “Apocalypse Now” (Francis Ford Coppola, 1979), cuando van remontado el río y al encender la radio suena “Satisfaction” de los Rolling Stones, o cuando en “Copying Beethoven” (Agniezska Holland, 2006) suena la 9ª Sinfonía de Beethoven mientras vemos como Ed Harris, en el papel de Ludwig Van Beethoven, dirige a la orquesta el día del estreno de la sinfonía - Música Incidental: Bajo esta denominación agrupamos a cualquier música que no tenga justificación dentro de la película. Por ejemplo, cuando suena el tema principal de la banda sonora de “Star Wars” (George Lucas, 1977, música de John Williams) al comienzo de la película, mientras el texto se funde en la profundidad del espacio. La música ahí no tiene justificación alguna que el ambientar la escena. (Incluso es absurdo que se escuche música en una película ambientada en el espacio, donde el sonido no se propaga...) Clasificación de las bandas sonoras Podemos clasificar las bandas sonoras según los siguientes criterios: - Banda sonora hecha a base de una recopilación de música clásica, como en Amadeus (1984, Milos Forman), Inmortal Beloved (1994, Bernard Rose) - Banda sonora hecha a base de arreglos que toman como base piezas clásicas, como los arreglos musicales creados con sintetizador por Walter Carlos sobre piezas de Beethoven para “La naranja mecánica” (1971, Stanley Kubrick) - Banda sonora de música clásica compuesta ex profeso para la película, como la creada para “Lo que el viento se llevó” (1939, Victor Fleming, música de Max Steiner), “Star Wars” (1977, George Lucas, música de John Williams), “Memorias de África” (1985, Sidney Pollack, música de John Barry) - Banda sonora hecha con una recopilación de música actual, como en Pulp Fiction (1994, Quentin Tarantino), que recopila canciones de música surf de los años 50 y 60, como el famoso “Misirlou” de Dick Dale o “Surf Rider” de The Ventures, “School of rock” (2004, Richard Linklater) - Banda sonora de música actual hecha para la película, como en la famosa ópera rock “Jesucristo Superstar” (Norman Jewinson, 1973), o como en “Grease” (1978, Randall Kleiser) Funciones de la música en el ámbito de la narrativa cinematográfica 1- Lograr la cohesión entre diferentes escenas: La transición musical entre escenas logra, muchas veces, lo que la narración visual y el diálogo no consiguen cohesionar. Con la música recontextualizas una nueva escena, por lo que puedes pasar de una escena alegre a una triste sin tener que explicarlo con palabras o imágenes. La música se encarga de ello. “Star Wars” (1977, George Lucas) es un buen ejemplo. La música ya prepara el terreno de lo que va a pasar y realiza la transición de muchas escenas. 2- Ambientar épocas y lugares en que transcurre la acción: El tópico “Una imagen vale más que mil palabras” podría modificarse a “Una ambientación musical dice más que mil imágenes”. Apenas unos segundos de música bastan para contextualizar la acción en una época y un lugar. Cualquier persona con tan solo escuchar los 3 primeros segundos del “Good vibrations” de The Beach Boys imagina instantáneamente una playa llena de jóvenes surfistas en los años 60. En el cine pasa lo mismo, y gracias a esto, los directores pueden ahorrarse muchas explicaciones que con la música adecuada son innecesarias. Por ejemplo, en “El bueno, el feo y el malo” (1966, Sergio Leone), la ambientación musical te sitúa inmediatamente en el oeste americano. Es más, si no hubiese esa música de fondo, resultaría menos creíble. 3- Acompañar imágenes y secuencias, haciéndolas más claras y accesibles: muchas veces, ante un diálogo complejo, la música que suena de fondo te da pistas de hacia donde va la trama. Hay diálogos que con la sola presencia de un buen fondo musical lleno de tensión se convierten en escenas de suspense, mientras que escuchados sin música nunca sugerirían esa temática. Un claro ejemplo puede ser Psicosis (1960, Alfred Hitchcock). La escena de la ducha nunca sería lo mismo sin esos violines. 4- Sustituye diálogos innecesarios: Los diálogos, en gran cantidad de ocasiones, sobrarían si se tuviese un buen actor acompañado de un buen fondo musical. Tomad como ejemplo “Taxi Driver” (Martin Scorsese, 1975). Robert de Niro cuenta con poquísimas líneas de diálogo en esta película, y todo teniendo en cuenta que aparece en pantalla prácticamente todo el tiempo que dura la película, pero la interpretación magnífica de De Niro unida a un fondo musical idóneo consiguen transmitirnos el mensaje pretendido sin necesidad de hablar en muchas secuencias. 5- Activar o dinamizar el ritmo narrativo de la película, o bien ralentizarlo: es un hecho que la música dota de ritmo a la película. No nos vale de nada una persecución muy lograda visualmente si una música frenética no acompaña la acción. La música la percibimos continuamente, al contrario que las imágenes, ya que tenemos que parpadear, y esto conlleva que la música pueda conferirnos una mayor sensación de dinamismo que las imágenes. Nuevamente puedo poner por ejemplo una producción de George Lucas. En “El retorno del Jedi” (1983) La persecución por la selva a bordo de las motos aéreas está magníficamente acompañada de una música que crea tensión y dinamismo. 6- Definir personajes o estados de ánimo: Si bien ya había sido utilizada antes la técnica, en Star Wars (George Lucas, 1977) la identificación de música con personajes llegó a su momento culminante. John Williams asoció un leitmotiv a una canción para describir a los personajes de la película. Así, cuando suena la Marcha Imperial todo el mundo sabe que Darth Vader va a aparecer en escena, como cuando suenan los temas de Luke, Leia o el famoso “Duel of fates” durante las luchas con sable láser entre Vader y Skywalker. Del mismo modo, estas sintonías, aparte de describir al personaje, contienen variaciones dependiendo del estado de ánimo del personaje en ese momento. 7- Aportar información al espectador: Como dije anteriormente, el espectador, cuando ve la película, tiene tres vías de información, la imagen, los diálogos, y los efectos y la música. Los puntos anteriormente tratados abordan que tipo de información puede ser dada al espectador por la música. Por ejemplo, en Copying Beethoven (2006, Agnieszka Holland), la música que suena sirve para completar la información que se le da al espectador, cuando, por ejemplo, se habla sobre las avanzadísimas para su tiempo composiciones que realizaba Beethoven al final de su vida 8- Implicar emocionalmente al espectador: La música produce emociones, es un hecho. Una composición triste hace sentir esa melancolía al oyente, pues la música no deja de ser un elemento de transmisión emocional, mediante el cual los compositores transmiten sus emociones y pensamientos al oyente. Esto es utilizado en el cine para conseguir que la gente se sumerja en la acción del filme intensamente. Por ejemplo, en “Leyendas de pasión” (1994, Edward Zwick), la música melodiosa y triste ayuda a que el espectador comparta la esencia romántica de la película. Sin la música, la película sería cualquier cosa menos emocionante. Otro ejemplo podría ser “Memorias de África” (1985, Sidney Pollack), en la cual la música es gran parte del componente sentimentaloide del filme. Se suele decir que la música “sirve” al filme, es decir, que es utilizada para subsanar las carencias del filme. Se utiliza como vínculo narrativo, aliño, parche, camuflaje... no es la primera vez que una película mediocre encandila a la audiencia con una banda sonora genial que palia los defectos del guión y del montaje. En definitiva, como dice Michel Chion en su libro “La música en el cine” (1997, Paidós), “la música tiene una función de pegamento, de navaja suiza multiusos”. La música une y separa, puntúa o diluye, conduce, retiene, asegura el ambiente, oculta los ruidos y puede dotar de significado a una imagen vacía. En definitiva, la música, en un film, tiene una función igual a la que tiene en una ópera, en la que los cantantes cuentan la historia, pero es la música la que dota de significado a esos textos, crea el contextos físico, anímico, adelanta acontecimientos, describe caracteres... EL NACIMIENTO DEL CINE SONORO Precedentes y problemas técnicos El cine, desde el momento de su nacimiento hasta el 1927, año en que se estrenó “El cantor de Jazz” (Alan Crosland, 1927) se concebía como una secuencia de imágenes filmadas sin acompañamiento musical. No obstante, la gente que acudía a ver las películas en aquella época no veía una película totalmente muda, puesto que en la sala de cine había un músico/s que tocaban durante la proyección. Muchas veces se trataba de un simple pianista improvisando durante la obra, aunque otras veces se tocaba una recopilación de temas de compositores clásicos y en otros casos las latas con las cintas de celuloide venían acompañadas de una partitura para ser interpretada durante la proyección. Dependiendo del presupuesto de la sala donde se proyectase la película se pasaba de tener a un pianista interpretando la música a tenar a una orquesta al completo metida en el foso. Llama la atención, que en algunos casos, las películas viniesen acompañadas de guías con las onomatopeyas y ruidos que debían sonar a lo largo del filme a modo de “efectos especiales”. En conclusión, las películas de entonces eran cintas mudas, con subtítulos para poder seguir la acción y con una música de fondo interpretada por músicos en la sala. Pero esto, aparte de los inconvenientes inherentes al cine mudo, tenía otros grandes problemas. La música muchas veces debía ser cambiada con brusquedad, pues aunque las películas se adjuntaban con indicaciones de cuanto deberían durar los fragmentos a tocar por la orquesta, muchas veces el encargado de proyectar la película la pasaba demasiado rápido y en cuestión de segundos la orquesta podía pasar de interpretar Claro de Luna de Beethoven durante una escena romántica, a La obertura de Guillermo Tell, de Rossini, al ser la escena interrumpida por una persecución. Se crearon libros de referencia con composiciones musicales adecuadas para “Persecución”, “Amor”, “Lucha”, “Tristeza”, pero algunos directores sintieron la necesidad de crear música específica para sus películas y pronto comenzaron a producirse películas con composiciones originales. Así, en 1909 Camille Saint Säens compuso la música para L’assassinat du Duc de Guise, para cuerda, piano y armonio y en 1915, David Wark Griffith encarga a Joseph Carl Breil una partitura de tres horas para el filme “El nacimiento de una nación”, mezcla de temas clásicos con temas originales. Así, muchos otros compositores se animaron a componer música para filmes como Hans Erdmann (Nosferatu, 1922, Murnau), Dimitri Shostakovich (Novig Vairlin, 1929), Jacques Ibert (El sombrero de paja, 1927). El cine sonoro Cuando en 1927, la Warner Brothers estrenó “El cantor de Jazz” con el sistema de sonido “Vitaphone” nació el cine sonoro. Los problemas iniciales del sistema era que al estar el film en la banda de celuloide y la música en un disco, la sincronización del audio y del vídeo debía ser perfecta, cosa que se remedió al incluir el audio en la propia cinta de película, con lo cual los problemas de sincronización desaparecían y es el método que se sigue utilizando en la actualidad. Otro de los problemas habituales era las dificultades para que se escuchasen los diálogos cuando sonaba la música, por lo que se creó un nuevo personaje, el mezclador de sonido. Los métodos de sincronización se fueron mejorando, de manera que era factible grabar los diálogos y la música por separado y luego mezclarlos. En principio, el director pasaba al compositor una hoja con los tiempos exactos que debían durar las secuencias musicales, pero Max Steiner inventó el método Click Track, que a base de hacer determinadas perforaciones en la pista de sonido de la cinta, esta le marcaba el tempo que tenía que seguir la orquesta. Desde el punto de vista artístico, estas innovaciones cambian radicalmente la concepción del cine, pues la música se establece como medio dramático, así como el silencio. También los compositores se enfrentaban a otro reto, dar cohesión al discurso musical, que estaba supeditado a otro discurso, el narrativo. Este paso del cine mudo al sonoro se halla muy bien representado en la película Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen, Gene Kelly, 1952), en la que se muestran los problemas que suponían para los técnicos y actores el paso al cine sonoro. EL GÉNERO MUSICAL El nacimiento del teatro musical: Existen varios precedentes: En 1735 se representó en Carolina del sur una obra que mezclaba partes cantadas y recitadas, típica de la cultura popular inglesa. Posteriormente, en 1828 se representó una parodia satírica de Hamlet (Shakespeare) con bailes y cantos, de los que nacería el Burlesque. Más tarde, en 1843 se representan “The Virginian Minstrels” mezcla de canciones y bailes que darían lugar al vodevil (sucesión de danzas, música y humor donde no se narra una historia) y a la revista (un vodevil con más fantasía y elegancia). En 1866 se presenta un espectáculo de escenas fantásticas, la extravaganza. Será en 1879 cuando Victor Herbert y sus operetas de influencia europea se conviertan en el primer intento de musical, pero con problemas causados por el argumento deficiente y la música que simplemente eran adornos. En 1907 nace la revista, con Florenz Ziegfeld y George M. Cohan sería el padre de la comedia musical, que presentaba como novedades el lenguaje coloquial, ambientes conocidos, personajes tipo y canciones patrioteras. En los años 30 nace el llamado Teatro musical, caracterizado por tener un buen texto y una buena música que está en relación estrecha con el argumento. Destacan Show Boat (1927) como primer precedente y Oklahoma (1943) como culminación del teatro musical. Los autores más significativos son Hammerstein II, Kern, Rodgers y Abbot. El Musical en Hollywood: Aunque en los años 20 se crearon los primeros musicales, que no eran más que copias de musicales de Broadway, pero todas de muy baja calidad. Únicamente es salientable la antes mencionada Show Boat de Jerome Kern, que trataba el problema racial de Nueva Orleans. Sería durante los años 30 cuando el musical entró en una época de auge, con estrellas como Fred Astaire y Ginger Rogers, que protagonizaron nueve películas juntos en esta década, siendo su película más famosa “Sombrero de copa”. También el director Busby Berkely alcanzó el éxito. El estilo de Berkely es fastuoso, con grandes montajes y espectáculos, con escenarios suntuosos, múltiples ángulos de cámara y coreografías muy elaboradas. Destacan películas como “La melodía de Broadway” (1940), y sobre todo, “La calle 42” (1933). También cabe destacar que en 1937 se editó “Blancanieves y los siete enanitos”, de Walt Disney. Esta película de animación alterna la acción dialogada con las canciones y coreografías, característica que sería una constante en las películas Disney y que en los 90, en películas como “El Rey León” y “Pocahontas” seguía manteniéndose gracias al gran lucimiento que suponen las escenografías protagonizadas por dibujos animados , que pueden adaptar formas de gran plasticidad para acompañar a la música. En los años 40 apareció la figura de Vicente Minelli. Su estilo es colorista, alegre, y de una exquisitez visual muy lograda. Así, en su film “Un americano en París” (1951), con Gene Kelly como protagonista, rinde homenaje a pintores como Renoir, Van Gogh o Utrillo a través de sus composiciones. También destaca la larguísima coreografía final, en la que Kelly recorre varios escenarios y cuya duración de unos 20 minutos es gigantesca para una coreografía. Ya en 1949 comienza la colaboración entre Gene Kelly, estrella de “Un americano en París” (1951), con el joven director Stanley Donen. El film contaba con música de Leonard Bernstein y se titulaba “Un día en Nueva York” (1949), pero el gran éxito de esta colaboración se rodó unos años después y se titulaba “Cantando bajo la lluvia” (1952), donde la danza se lleva a un punto de expresión superior al de anteriores películas y en la que fue acompañado de Debbie Reynolds. También en esta década de los 50 comienza el reinado de la “Ambición rubia”. Marilyn Monroe protagonizó películas como “Los Caballeros las prefieren rubias” o “Con faldas y a lo loco”. En los años 60 los musicales pasan a ser dramas, comenzando por el famosísimo “West side Story” (Jerome Robbins, Robert Wise, 1961), con música de Leonard Berstein, que es una especie de Romeo y Julieta pero ambientado en Nueva York y protagonizado por dos bandas callejeras rivales. Esta es la década también de Julie Andrews, con “Sonrisas y lágrimas” (Robert Wise, 1965) o “Mary Poppins” (Robert Stevenson, 1964), y de Barbra Streisand con “Hello Dolly” (Gene Kelly, 1969) o “Funny Girl” (William Wyler, 1968). La estética feísta y dramática es continuada por directores como Joshua Logan y Jewison con películas como “La leyenda de la ciudad sin nombre” o “El violinista en el tejado”, esta última con música de Joseph Stein. Por último, en los 70 Bob Foie filmó “Cabaret” (1972), con Liza Minelli de protagonista, un film dramático ambientado en la Alemania nazi. Posteriormente se rodarán pseudomusicales como “Grease” y “Fiebre del sábado noche”, y en 1980 Alan Parker rodó “Fama”, con coreografía moderna de la que luego se hizo una serie de televisión. La Ópera Rock: Los años 60 y 70 trajeron la consagración de las estrellas de rock como Jimi Hendrix, Jim Morrison, Eric Clapton, Janis Joplin etc... Esto se vio reflejado en la producción fílmica, al incorporar esta música al cine. En primer lugar fue Elvis Presley el que popularizó el rock en sus películas y algo más tarde se crearían tres buenos musicales de esta temática musical: Hair, Godspell y Jesucristo Superstar, estrenadas en Broadway en 1968, 1971 y 1973 respectivamente. Jesucristo Superstar Jesucristo Superstar (1969): es, seguramente, el musical más popular de la historia. Fue compuesto por Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, ocupándose el primero de la música y el segundo de componer las letras. Componiendo esta obra, aprovecharon la oferta que les hizo el reverendo Sullivan, de la catedral de San Pablo de Londres, de que si componían una obra de temática bíblica, les dejaba estrenarla en la catedral. Aprovecharon la oferta para crear un musical basado en los últimos siete días de la vida de Jesús. En principio el musical iba a llamarse Christ!, al estilo del famoso musical londinense Oliver!, pero temerosos de que los censurasen cambiaron el título por el de Jesus Christ SuperStar. Tras editar un Single, “Superstar” que fue un éxito en Holanda, en 1970 se grabó el disco completo, un álbum doble, con todos los temas. Tras pasar los castings, el elegido para cantar las partes de Cristo fue Ian Gillan, cantante de la banda británica de Hard-rock Deep Purple, que por aquel entonces empezaban su andadura antes de convertirse en estrellas mundiales de Rock. El disco fue un éxito arrollador y la interpretación de Gillan fue soberbia, ganándose el respeto de toda la crítica especializada de la época. Gillan imprime fuerza, rabia y sentimiento a la obra, a la vez que la adorna con sus enormes recursos vocales como los famosos falsetes del corte “Ghetsemane”. En 1971 se estrenó el musical con gran éxito, y dos años después la película, protagonizada por Ted Neeley, que aceptó el papel tras el rechazo de Gillan a hacer la película. Siendo justos, la versión de Gillan es muy superior a la de Neeley, que no tiene la potencia de Gillan ni su sensibilidad dramática a la hora de cantar. El musical se importó a muchos países, entre ellos España, donde Camilo Sesto protagonizó a Cristo, en el que seguramente es su mejor trabajo, pero que también palidece ante la impresionante versión original de Gillan. La obra consta de 26 temas musicales, divididos en dos actos. En el primero se nos presenta y contextualiza a los personajes y en el segundo acto se desarrolla la acción. Hay varias melodías que se repiten a lo largo de la obra y distintos ritmos para identificar a los personajes y las situaciones. El tratamiento musical es distinto en función del personaje aunque la melodía que suene sea la misma, por ejemplo, cuando aparece María Magdalena la música es suave, mientras que cuando aparece Judas, se toca mucho más duro, con más “caña”. AUTORES PRINCIPALES Y BANDAS SONORAS A continuación voy a comentar brevemente algunas de las más significativas bandas sonoras de la historia del cine, solo una por autor, y a continuación del comentario del filme incluiré una breve biografía del compositor. Nosferatu. (1922) Dirección: Murnau Música: Hans Erdmann Esta película se estrenó el 4 de marzo de 1922 en el zoo de Berlín, basándose en la popular novela de Bram Stoker Drácula. Hans Ermann compuso una partitura original para la película que fue ejecutada por una orquesta durante la proyección. La película y la banda sonora tuvieron excelentes críticas, pero varios acontecimientos truncaron su éxito. Para empezar, la productora se declaró en quiebra, con lo que las proyecciones con orquesta se suprimieron, y en segundo lugar, la viuda de Bram Stoker denunció que no habían pagado los derechos de autor para adaptar la novela de su marido y ordenó quemar todas las copias del filme. Afortunadamente no todas fueron destruidas, pero hasta el 1995, año en que se hizo una reconstrucción de la película, no se pudo volver a ver la película acompañada de la magnífica música original. La música de la película podría definirse como un poema sinfónico que acompaña a la acción en todo momento. Es una música que se enraíza totalmente en la tradición alemana del siglo XIX. El score muestra constantemente la contraposición de las luces y las sombras, del bien y del mal, sonado pasajes de inspiración bucólica cuando las escenas muestran el feliz mundo burgués de Ellen y Hutter, y por contra, el registro siniestro de la música acompaña las apariciones en pantalla del vampiro Nosferatu. El modo musical de la partitura queda bien marcado por la melodía ejecutada por los violonchelos, una obsesiva repetición de una figura marcada que será usada setenta años después por Francis Ford Coppola para abrir su filme “Bram Stoker’s Dracula” (1992). En el registro “siniestro” de la película, Erdmann se permite varias licencias, creando un estilo grandilocuente y agresivo, del que mamarán muchos compositores de películas de terror de posterior producción. Así mismo la música “hipnótica” usada por Erdmann en alguna secuencia dio pie a varios clichés posterior Hans Erdman Nacido en Breslau, Alemania, en 1887, comenzó componiendo música para teatro en 1908. Luego fue nombrado director artístico de la productora Prana y compuso, en 1922, la banda sonora de “Nosferatu” (Murnau). Fue miembro activo de una sociedad dedicada a proteger los derechos de autor de la música de cine (GEFIMA) y siguió componiendo hasta su muerte en 1942 en Berlín. Su obra más conocida es “Nosferatu” (Murnau, 1922) Lo que el viento se llevó (1939) Dirección: Victor Flemming Música: Max Steiner Se podría decir que en el momento que suena el “Tema de Tara”, con Scarlett O’Hara sobre el cielo rojizo alzando el puño, Steiner entró en la historia, creando una de las más conocidas melodías del siglo veinte. La propia fuerza del momento exige un lenguaje musical poderoso, con un crescendo orquestal que nos lleva hasta el momento cumbre de la película. Lo que el viento se llevó fue el sueño monumental de un productor ambicioso y megalómano, David O’Selznick, un hombre obsesivo y perfeccionista, que eligió al mejor compositor de la época, Steiner, a pesar de que este tenía contrato con otra productora y que no tenía tiempo, O’Selznick consiguió que trabajase para él. Finalmente, Steiner compuso tres horas de música en doce semanas, con once temas para los personajes principales, además de otros dieciséis motivos adicionales, aparte de numerosas adaptaciones de himnos y melodías de la época. Esta película hizo que Steiner llevase hasta las últimas consecuencias la técnica de los Leitmotiv, sonando el tema apropiado según el personaje que esté en pantalla y modificando el tema en función de lo que el personaje evolucione. En este caso, por ejemplo, el personaje de Scarlett evoluciona a lo largo de toda la película, mientras que la melodía de Ashley Wilkes se mantiene igual a lo largo de todo el film. A lo largo de toda la película la conjunción entre imagen y música se lleva a la perfección, alcanzando cotas de calidad e intensidad que siempre serán recordadas en la historia del cine. Max Steiner Puede considerarse el inventor del “sonido Hollywood”. Nació en 1888 en Austria y a los 16 años ya compuso una opereta, pero con la llegada de la Primera Guerra Mundial se muda a los USA. Allí hace arreglos para musicales de Broadway y cuando uno de ellos es llevado al cine comienza su andadura como compositor cinematográfico. Algunas de sus composiciones más famosas son: King Kong (1933, Carl Denham) El delator (1935, John Ford) Lo que el viento se llevó (1939, Victor Fleming) Casablanca (1942, Michael Curtiz) El crepúsculo de los dioses (1950) Dirección: Billy Wilder Música: Franz Waxman Aunque Waxman fue uno de los creadores del estilo “clásico” de Hollywood, en esta película, que es oscura y muestra el lado oscuro del glamour, Franz hace una reflexión sobre el mundo en el que trabaja, sobre su propia música. El personaje Norma Desmond (Gloria Swanson) inspiró a Waxman para componer el tema principal de la película, una melodía basada en un tango, una clara referencia a los tiempos en los que en Hollywood la estrella era Rodolfo Valentino. Pero el tango nunca llega a expresarse de forma pura, sino que Waxman crea un tema que recuerda al pasado, pero que aparece distorsionado, fragmentado o llevado a los límites de lo grotesco por el presente, por la verdadera realidad que rodea a Norma. Así mismo, hay momentos en los que la música no hace más que parodiar cruelmente a Hollywood, mostrando descarnadamente como el viejo Hollywood es aplastado por el nuevo, creando una grotesca parodia, que al mismo tiempo tiene una gran cualidad trágica, que va más allá del mero pastiche. Franz Waxman Nacido en 1906 en Polonia y de ascendencia judía, Franz Waxman estudió en el conservatorio de Berlín hasta que conoció a Erich Pommer y comenzó a trabajar en el cine alemán, el cual abandonó tras recibir una paliza de un grupo de nazis. Tras esto se mudó a París y después a los USA, donde se convirtió en uno de los grandes componiendo las bandas sonoras de, entre otras: La novia de frankestein (1934, Whale) Objetivo Birmania (1945, Raoul Walsh) El crepúsculo de los dioses (1951, Billy Wilder) Un Tranvía llamado deseo (1951) Dirección: Elia Kazan Música: Alex North Alex North debutó en este film como compositor de cine, que con su composición para la película comenzaría una nueva era para la música cinematográfica americana. North hizo lo que nadie había hecho antes; introducir el Jazz como elemento dramático, incidental de una banda sonora, cuando hasta entonces, el jazz, blues, ragtime… solo habían aparecido como música diegética. North, por el contrario, mezcló el jazz con la música sinfónica, creando algo totalmente nuevo en Hollywood. North también dio otra vuelta de tuerca al método de los Leitmotivs, pues en vez de utilizarlos para describir un personaje, los utilizó para describir los estados de ánimo, el estado psicológico. Por otra parte, la música que crea está condicionada a la mirada de un personaje, Blanche DuBois, protagonizada por Vivien Leigh. North contrapone con su música dos formas de entender la vida, la de Blanche y la de Kowalsky, interpretado por Marlon Brando y con su música funde la pureza, las ganas de vivir y la belleza de Blanche con la contaminación del patético mundo en el que se mueve y sus aventuras sexuales. Así mismo, North es un maestro de la descripción interna de los personajes, pues mientras en pantalla, durante el primer encuentro entre Vivien Leigh y Brando ella se muestra como una señorita fina y delicada, la música nos muestra que realmente ella arde en deseo viendo a Brando. La música cierra el filme con una nota de ambigüedad, pues no se sabe si Blanche ha alcanzado la felicidad en su estado de completa enajenación o si por el contrario esto solo la lleva a un infierno mayor. Alex North Nacido en Pensilvania en 1910 e hijo de emigrantes rusos, vuelve a Moscú a estudiar en el conservatorio. A su vuelta conoce a Elia Kazan, que le da la oportunidad de componer la música para “Un tranvía llamado deseo”. Su carrera cinematográfica se prolongará hasta 1989, dos años antes de su muerte, en 1991 en Los Angeles. Cabe mencionar que compuso la banda sonora de “2001, Una odisea en el espacio” de Stanley Kubrick, pero este rechazó la música de North. Años más tarde se haría un remake de la película incluyendo la genial música de North. Algunas de sus composiciones más conocidas: Un tranvía llamado deseo (1951, Elia Kazan) Espartaco (1960, Stanley Kubrick) Las sandalias del pescador (1968, Michael Anderson) El bueno, el feo y el malo (1966) Dirección: Sergio Leone Música: Ennio Morricone Se puede considerar “El bueno, el feo y el malo” como la obra cumbre conocido como del género spaghetti western, y en concreto, esta, es la película más famosa de la conocida como “Trilogía del dólar” creada por Sergio Leone con las películas “Por un puñado de dólares” (1964), “La muerte tenía un precio” (1965) y “El bueno, el feo y el malo” (1966). Morricone saltó a la fama por su particular visión de la música del western, al utilizar sonoridades totalmente atípicas en el género, como la guitarra eléctrica, birimbaos, silbidos, coros, percusiones extrañas… No obstante, Morricone creó la escuela musical del Spaghetti Western. En este filme, la música ambienta el ambiente del lejano oeste, si bien no es una música tradicional, si no que como se mencionó anteriormente, se utilizan sonoridades alejadas de lo habitual para la ambientación. Llaman la atención los golpes de música que aparecen cada vez que un personaje entra en escena, así como la gran épica de algunos de los cortes, como el famoso “The ectasy of gold”, en el que “El feo” encuentra el cementerio donde se encuentra escondido el dinero y el tema musical engrandece la acción y nos transmite la gran alegría del personaje y su desenfreno y ansia por encontrar el oro. Ennio Morricone Nacido en Roma en 1928, fue compañero de colegio de Sergio Leone, con quien colaboraría en sus películas hasta su muerte. Comenzó a componer en 1960 y lo sigue haciendo en la actualidad, lo que hace que sea muy prolífico, pues ha puesto música a más de 500 films. Se asocia al spaghetti western pero ha compuesto otras grandes obras para películas como “La misión” o “Los intocables de Elliot Ness” Su obra básica y más conocida sería: Por un puñado de dólares (1964, Leone) La muerte tenía un precio (1965, Leone) El bueno, el feo y el malo (1966, Leone) Novecento (1975, Bertolucci) La misión (1986, Roland Joffé) Los intocables de Elliot Ness (1987, Brian de Palma) El planeta de los simios (1968) Dirección: Franklin J. Schaffner Música: Jerry Goldsmith Al contrario que otras composiciones para films de ciencia ficción elaboradas hasta la fecha, en las que se experimentaba con instrumentos electrónicos con el fin de crear un sonido futurista, Goldsmith, en El planeta de los simios se ciñó a una orquesta sinfónica, a la cual Goldsmith exprimió todas sus posibilidades sonoras “no descubiertas” acompañadas de una peculiar sección de percusión. Así logró una de las bandas sonoras más fascinantes de la época. Para crear nuevos sonidos, Goldsmith hizo tocar el corno inglés sin boquilla, o el clarinete sin notas, si no que haciendo ruido con las llaves. También utilizó un cuerno de caza y unas cuantas cacerolas metálicas. Goldsmith creó una música adaptada para la situación de los personajes en la película; unos astronautas que llegan a un planeta en el que los simios ocupan el lugar que los humanos ocupan en la tierra, y en el que los humanos son simples animales. Apenas hay melodías reconocibles, ni el más atisbo de figura reconocible. Sólo quedan ritmos salvajes y aterradores, pero quizá la mas escalofriante de las escenas es cuando los simios, montados a caballo, se van a cazar hombres mientras Taylor (Charlton Heston) los observa y suena un cuerno de caza. La ironía del efecto es cruel, patética y aterradora. Pocas veces el cine de ciencia ficción ha dado un momento tan sorprendente como el plano en el que el gorila a caballo se va de caza con el sonido del cuerno de fondo. Jerry Goldsmith Quizás sea el más influyente compositor, junto con John Williams, que ha dado el cine. Nació en 1929 en Los Angeles y se decidió a ser músico de cine, teniendo como profesores a David Raksin o Miklos Rozsa. Comienza a hacer trabajos para televisión y radio, y en 1957 da el salto al cine. Sus obras más conocidas son: El planeta de los simios (1967, Franklin J. Schaffner) Patton (1969, Schaffner) Chinatown (1974, Roman Polansky) Alien, el octavo pasajero (1979, Ridley Scott) Rambo (1982, Ted Kotcheff) Instinto básico (1992, Paul Verhoeven) El Padrino (1972) Dirección: Francis Ford Coppola Música: Nino Rota Rota nunca había trabajado en Hollywood hasta que recibió la llamada del norteamericano Francis Ford Coppola para que pusiese música a su versión cinematográfica de la novela de Mario Puzo. La ambientación de la película, los mafiosos italianos de los años cuarenta y cincuenta en Estados Unidos, fue lo que sugirió a Coppola que necesitaba un compositor italiano. Rota exigió ver el filme antes de trasladarse a Estados Unidos para trabajar en ella. Eso hizo que Coppola se trasladase a Italia con un montaje de la película de unas 5 horas. Rota, tras ver el filme aceptó a trabajar en él, sin saber todavía, que con esa obra se iba a ganar la gloria y el éxito. Curiosamente, el tema más famoso de la película, el denominado “Tema del amor” no fue compuesto para El Padrino, sino que lo había compuesto el propio Rota para una película italiana de 1958, Fortunella. La gran idea musical de la película es ilustrar con un vals la figura del Padrino, don Vito Corleone (Marlon Brando). La idea de enmarcar con un vals la sucesión de delitos fue del propio Francis Ford Coppola, pues el movimiento circular del vals es como el círculo de la cadena de delitos, una cadena que no acaba nunca. Lo más fascinante de la interacción de las imágenes y la música es la contraposición de las mismas. El mundo de violencia e intriga de la familia Corleone es acompañado de una música melancólica, de gran dulzura, serena. La música de Rota se hace eco a dos niveles, por un lado la nostalgia de los italianos de su tierra y el concepto de familia a la antigua usanza. Por otro lado, muestra la violencia como algo mítico, donde forma parte de un ritual de una tradición muy antigua. Uno de los grandes momentos de la película, y un auténtico tour de force es la secuencia en la que el bautizo del hijo de Michael Corleone (Al Pacino) se intercala con los asesinatos de todos los hombres a los que Michael ha ordenado matar. Rota resuelve la escena con una música para órgano que parece integrada en el bautismo de forma diegética, acaba convirtiéndose en una pieza sombría que ilustra dramáticamente los salvajes asesinatos, iniciando un violento crescendo cuando Michael pronuncia las palabras “Renuncio a Satanás”. Nino Rota Es el más importante músico cinematográfico nacido en Italia. Nació en 1911 en Milán y pronto se convirtió en un niño prodigio. Es autor de una gran obra fuera del contexto cinematográfico y en el cine colaboró con Fellini, Visconti, Luchino… Más tarde fue llamado por Francis Ford Coppola para componer la música de “El Padrino” y en 1979 falleció. Sus obras más destacadas son: La Strada (1954, Fellini) La Dolce Vita (1960, Fellini) Fellini 8 1/2 (1964, Fellini) El Padrino (1972, Francis Ford Coppola) En el nombre del Padre (1993, Jim Sheridan) Taxi Driver (1975) Dirección: Martin Scorsese Música: Bernard Herrmann Este es el último trabajo de Herrmann, en el que se le encomendó crear ese ambiente gótico neoyorkino con el personaje de Travis Bickle como centro increíblemente de la historia, protagonizado por Robert de Niro. El mayor problema de Herrmann era que Scorsese quería un tema jazzero para usar como música diegética en la escena del proxeneta Sport (Harvey Keitel) y la prostituta Iris, una jovencísima Jodie Foster. Herrmann no tenía conocimientos de jazz y pidió a su amigo Christopher Palmer. Este adaptó al jazz una melodía de Herrmann compuesta para un musical teatral. A Herrmann le gustó tanto el arreglo que pasaría a convertirse en el tema principal de la película describiendo a la perfección la soledad e incomprensión de Travis. Tanto la narración de Scorsese como la música de Herrmann tratan de mostrar el mundo como lo ve Travis, un mundo desolador, de pesadilla que se alza todos los días en tu contra. La narración conjunta de Scorsese, Schrader (coguionista) y Herrmann llevaron a Taxi Driver del terreno de la fácil parábola social a los universos privados de la psicología, compleja y retorcida, con una visión distorsionada del mundo, entregándose a los sacrificios, expiación, alienación y a una búsqueda desesperada de la propia identidad y un lugar en el mundo. La película comienza con temas catastrofistas que contextualizan la visión de nueva york que tiene Travis. Así mismo, hay una melodía con ritmos militares para las sesiones de autodisciplina y entrenamiento, melodías románticas para las apariciones de Betsy (Cybill Shepard), la chica de la que se enamora Travis y vuelve a finalizar con la música del inicio, la agobiante y exasperante música que narra el Nueva York que Travis conoce. Bernard Herrmann Nacido en Nueva York en 1911, estudió música y comenzó a trabajar componiendo música para la radio. Allí conoció a Orson Welles, el cual cuando pudo rodar su primera película, “Ciudadano Kane”, fichó a Herrmann para que se ocupase de la música. En los cincuenta colaboró con Hitchcock y después trabajó con Truffaut, De Palma, Scorsese… Murió justo después de finalizar las sesiones de grabación para “Taxi Driver” en 1975. Sus obras más importantes son: Ciudadano Kane (1941, Orson Welles) El hombre que sabía demasiado (1934, Alfred Hitchcock) Vértigo (1958, Alfred Hitchcock) Con la muerte en los talones (1959, Alfred Hitchcock) Psicosis (1960, Alfred Hitchcock) Taxi Driver (1975, Martin Scorsese) Star Wars (1977) Dirección: George Lucas Música: John Williams Star Wars, o “La guerra de las Galaxias”, no necesita presentación. Es una película que marcó el antes y el después en la manera de hacer las cosas en el cine, pionera en técnicas de producción, de efectos visuales, de sonido, y capaz de crear una legión de fans que venera con locura esta película cuando se cumplen treinta años de su estreno. La música de John Williams, la banda sonora más vendida de la historia, forma parte de la cultura popular y estableció la música de las posteriores superproducciones de Lucas o Spielberg. Es más, autores ya reconocidos como Barry o Goldsmith, se vieron obligados a componer al modo Williams si querían trabajar en buenas producciones. Williams recuperó el gran sinfonismo y visto desde la distancia, es difícil juzgar en justa perspectiva su música tras tantos clichés, abusos, parodias… pero lo que está claro es que su elección de este estilo fue coherente y meditada, aunque ignorando la gran repercusión que iba a causar. En palabras del propio Williams, George Lucas quería crear una dicotomía entre las imágenes y un lenguaje musical decimonónico, romántico y sinfónico. En principio, Lucas quería introducir fragmentos de Tchaikovski, Dvorak y otros compositores, pero Williams le convenció de la idea de elaborar una banda sonora completamente original. Así, Williams pudo desarrollar su monumental partitura para 116 músicos, la London Symphony Orchestra y estructurar su partitura según la técnica de los Leitmotiv. Así, Williams compuso un tema para Luke Skywalker (Mark Hamill), un tema lírico para la Princesa Leia (Carrie Fisher), una marcha militar para Darth Vader (David Prowse), otro para Obi Wan Kenobi (Sir Alec Guiness) etc… y los fue entrelazando a lo largo del filme, variando los temas dependiendo de la situación del filme. Especialmente conocido es el tema que da entrada a la película, mientras aparece el texto introductorio tras surgir en la pantalla la ya mítica frase “En una galaxia muy, muy lejana…”, también el tema “The Jedi’s Fury” (ver imagen), de “El Retorno del Jedi” (Lucas, 1983), consigue llevar la película hacia unas cotas de la épica grandiosas. En conclusión, la música de Williams aporta un nivel de calidad a la película muy alto, reforzando toda la trama y la acción, vinculándonos emocionalmente con los personajes y ayudando a la narración de la historia. John Williams En 1932 nació en Nueva York el más codiciado compositor de música de cine de la actualidad. Williams, tras estudiar en la Julliard School of Music, comenzó a tocar el piano de Jazz. Se trasladó a Hollywood y consiguió sus primeros trabajos en TV y cine, pero con “Tiburón” (1975, Spielberg) y el boom de “La guerra de las galaxias” (1977, George Lucas) Williams alcanzó un status de maestro que ha conservado con muchas otras obras, sobre todo en colaboración con Steven Spielberg. Sus obras más conocidas son: Tiburón (1975, Spielberg) Star Wars (1977, George Lucas) Superman (1978, Richard Donner) Indiana Jones en busca del arca perdida (1981, Spielberg) La lista de Schindler (1993, Spielberg) Jurassic Park (1993, Spielberg) Salvar al soldado Ryan (1998, Spielberg) Memorias de África. (1984) Dirección: Sidney Pollack Música: John Barry Se podría considerar Memorias de África como el “Lo que el viento se llevó” de los años ochenta por su respuesta directa y emocional a la fusión entre imágenes y música. La música de Barry, exuberante e intimista al mismo tiempo, y de gran lírica, era ideal para este filme, de estética grandiosa y hollywoodiense. La música intenta transmitir la grandeza del paisaje africano, al mismo tiempo que el amor que Karen (Meryl Streep) por esa tierra. La música intenta a lo largo de la película, describir los sentimientos de Karen por esa tierra que está descubriendo desde una nueva perspectiva, que es la de compartir esa tierra con el hombre que ama. Básicamente, con esta película y su banda sonora, se regresó al Max Steiner que acompañaba la silueta de Scarlett O’Hara sobre el cielo enrojecido. John Barry Nacido en Inglaterra en 1933comienza tocando Jazz, pero en 1959 trabaja para el cine por primera vez y luego compondría la famosa melodía de James Bond en “Agente 007 contra el doctor No” y tras grabar el éxito de Goldfinger, para la película “James Bond contra Goldfinger” emigró a Hollywood, donde se convirtió en uno de los grandes del género. Sus composiciones más reconocidas son: Goldfinger (1965, Guy Hamilton) Cowboy de medianoche (1969, John Schlesinger) Memorias de África (1985, Sidney Pollack) Bailando con lobos (1990, Kevin Costner) BIBLIOGRAFÍA Cueto, Roberto (1996). Cien bandas sonoras en la historia del cine. Madrid, Nuer ediciones. Cueto Roberto (2003). El lenguaje invisible. Madrid, Editado por el Festival de Cine de Alcalá de Henares-Comunidad de Madrid. Chion, Michel (1997). La música en el cine. Barcelona, Paidós. Páginas web: www.imdb.com www.es.wikipedia.org http://www.filmaffinity.com/es/main.html