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IES DOS MARES
Dpto Filosofía
Prof.: José Ángel Castaño Gracia
CUADRO HISTÓRICO I
Grecia y los orígenes de la
Filosofía
GRECIA Y LOS ORÍGENES DE
LA FILOSOFÍA
SOBRE LOS ORÍGENES DE LA
FILOSOFÍA
II. CONTEXTO HISTÓRICO-POLÍTICO
III. LA CULTURA
IV. LA FILOSOFÍA
I.
I. SOBRE LOS ORÍGENES DE
LA FILOSOFÍA
 La filosofía nació en Grecia, en el siglo
VI a. C. Los historiadores suelen
distinguir cinco etapas en la evolución
de la historia general del mundo griego:
1. Cultura Micénica: abarca un período que
va del 2000 a. C., al 1150 a. C.
2. Época Oscura: del 1150 a. C. al 800 a.
C.
3. Época Arcaica: del 800 a. C. al 500 a. C.
4. Época Clásica: del 500 a. C. al 338 a. C.
5. Época Helenística: del 338 a. C. al 146
a. C.
 Dado que la filosofía aparece en el siglo
VI su nacimiento tiene lugar dentro del
mundo griego arcaico, y alcanzará su
apogeo en el clásico, iniciándose en la
época helenística un cierto declive que
perdurará hasta los inicios del mundo
moderno.
 Intentaremos, en lo que sigue, mostrar
qué condiciones de tipo históricopolítico-religioso, y aun económico,
hacen posible el surgimiento de la
filosofía en la Grecia arcaica.
II. CONTEXTO HISTÓRICO-POLÍTICO
1.
2.
De la cultura micénica a la Grecia arcaica.
Origen y estructura de las polis.
a) Las colonizaciones.
b) De los sistemas aristocráticos a la
democratización de la vida pública.
3.
4.
5.
6.
El predominio de Esparta y Atenas en la
época clásica.
Las Guerras Médicas.
La Guerra del Peloponeso.
El derrumbe de la época clásica: la época
helenística.
1. De la cultura micénica a la Grecia
arcaica (a)

La Cultura micénica: por lo que sabemos, la Grecia continental estuvo habitada desde el
paleolítico. Sobre el año 2000 a. C., se establecieron en la región nuevos pobladores a los que
los historiadores dieron el nombre de minios. Estos pobladores, mezclados con la gente que
ya estaba allí, dieron lugar a lo que ahora denominamos civilización micénica, cuyos
principales asentamientos estaban en el Peloponeso. Los micénicos hablaban una versión
antigua de la lengua griega, por lo que podemos considerarlos ya como griegos (aqueos según
su propia designación). Los micénicos eran una civilización guerrera, formada por una serie de
reinos o «Estados» independientes unos de otros. Cada reino estaba controlado desde un
palacio-fortaleza por una casta militar que tenía bajo su dominio un grupo de aldeas, a
expensas de las cuales vivía. En cada aldea gobernaba el pasireu, a las órdenes del palacio.
Dependiendo del pasireu hay un korete (especie de gobernador), y un porokorete (especie de
subgobernador), que son ayudados en su gestión por la kerosija (consejo de ancianos). El
pueblo es denominado damos (de donde procederá demos, y de ahí expresiones como
democracia).
1. De la cultura micénica a la Grecia
arcaica (b)
Las historias que se cuentan en los relatos homéricos (la guerra
de varios pueblos aqueos contra Troya, en la Ilíada; y el posterior
regreso a casa del héroe Odiseo, en la Odisea) son situadas a
finales de la época micénica. Pues bien, por razones no del todo
claras, sobre el siglo XII a. C., la cultura micénica se derrumba.
Muchos de los habitantes del Peloponeso huyeron hacia las
costas del Asia Menor, donde fundaron una serie de colonias que
serían conocidas como la Jonia (y fue ahí, en la Jonia, donde
surgió por primera vez, como veremos, la filosofía).


Época Oscura: derrumbada la civilización micénica, sobreviene un
período del que conocemos muy pocos datos. Sí sabemos, por
ejemplo, que el sistema político se transformó. Desaparecieron las
castas militares gobernantes y los palacios-fortaleza. Con ello las
aldeas (que vivían fundamentalmente de la agricultura) se
independizaron del poder central, aunque siguieron conservando
sus instituciones propias heredadas de la época anterior. Se perdió
la escritura (debido probablemente a que estaba al servicio del
palacio y ahora no tenía ninguna función). Desapareció, igualmente,
el arte antiguo, surgiendo en su lugar un tipo nuevo de decoración a
base de figuras geométricas.
Época Arcaica se caracteriza por una serie de cambios: La
aparición de las polis (que se fueron gestando ya durante la época
oscura); las colonizaciones; la democratización paulatina de la vida
pública (lo que no quiere decir que en todas las polis se impusiese la
democracia), por lo que los ciudadanos participaban cada vez más
en los asuntos públicos; la aparición de un nuevo tipo de escritura
(alfabética) para la que se tomaron caracteres fenicios; el
surgimiento de la literatura y la poesía griega (lo que tuvo enorme
importancia en la difusión religiosa y la enseñanza de normas de
comportamiento); y, finalmente, la filosofía.
2. Origen y estructura de las polis.
a) Las colonizaciones.

Con el desmoronamiento de los reinos micénicos
las aldeas se liberan del control a que estaban
sometidas por el palacio-fortaleza. En un primer
momento las aldeas se desarrollan con
independencia política unas de otras; pero, con el
tiempo, aquellas más próximas -por ejemplo, las
que ocupaban un mismo valle-, o que mantenían
relaciones comerciales o religiosas más fluidas,
acabaron agrupándose en una unidad política: la
polis (Ciudad-Estado). En general, la polis consistía
en un territorio no muy extenso, que incluía una
serie de aldeas (con frecuencia agrupadas en torno
a una ciudad-capital), granjas, tierras de cultivo y
pastoreo, y bosques. Cada polis, al igual que los
antiguos reinos micénicos era independiente
políticamente (aunque, en algunos casos, algunas
polis llegaron a tener cierto control sobre otras).

Entre el 750 y el 550 a. C. se produjo una enorme
expansión colonial de los griegos por todo el
Mediterráneo. El aumento de la población y la mala
distribución de la tierra, fueron las causas
fundamentales de tal expansión colonial. Una vez
establecida la nueva colonia, ésta se convertía,
automáticamente,
en
una
nueva
polis
independiente, sin más relación con la polis-madre
que las que se podían establecer por intereses
comerciales -de ambas partes- o afectivos.
2. Origen y estructura de las polis.
b) De los sistemas aristocráticos a la democratización
de la vida pública. 1


Destruida la civilización micénica y eliminadas
sus castas militares, se conservaron durante
siglos las instituciones políticas que regían la
vida de las aldeas. Así, nos encontramos con
que, en algunos de los nuevos «Estados», el
rey era denominado basileus (expresión
procedente de pasireu); e, incluso muy
posteriormente, en Esparta encontramos que la
asamblea era denominada gerusía (nombre que
nos indica una clara procedencia de la antigua
kerosija).
En cualquier caso, el poder institucional fue
acaparado paulatinamente por los nobles
terratenientes (que lo arrebataron a la realeza
heredera de las instituciones micénicas),
instaurándose
un
período
de
dominio
aristocrático a lo largo de todo el mundo
helénico. Los nobles son los individuos mejores
(la misma expresión griega aristas, noble,
significa el mejor; de ahí proviene también la
expresión aristocracia = gobierno de los
mejores). Los nobles son, por lo tanto, los que
poseen la virtud, que se considera que es algo
innato al noble. (Cuando el noble parece estar
desposeído de la virtud y no cumple con lo que
se espera de él, se explica por la intrusión de
elementos plebeyos entre sus antepasados, o
por la intervención de un dios).
2. Origen y estructura de las polis.
b) De los sistemas aristocráticos a la democratización
de la vida pública. 2

Pero, conforme se producía la expansión
colonial (y con ella, la importancia del
comercio y de la navegación –con lo que gran
parte de la población ya no vivía de la tierra-),
el noble, propietario de la tierra, fue perdiendo
poder. Por otra parte, la nobleza tenía un
papel decisivo en la defensa de la polis
debido a que constituía la caballería -que
llevaba el peso en la guerra-; pero con el
tiempo, hizo su aparición la infantería (los
hoplitas), dotada de una férrea organización,
con lo que la caballería perdió importancia y
el noble dejó de ser imprescindible para la
defensa de la polis. El hoplita podía hacerse
con su instrumental de guerra sin necesidad
de poseer una fortuna, lo que permitió que
muchos ciudadanos normales pudieran
convertirse en guerreros y tener un peso en
las decisiones políticas (ya que, como
guerreros,
podían
participar
en
las
asambleas). En definitiva, la nobleza seguía
pretendiendo acaparar el poder, pero nuevas
fuerzas estaban entrando en acción, por lo
que se producían continuos conflictos de
intereses entre los diversos grupos sociales.
Como elementos clave para resolverlos,
surgieron dos nuevas figuras políticas: el
legislador y el tirano.
2. Origen y estructura de las polis.
b) De los sistemas aristocráticos a la democratización
de la vida pública. 3
1.
El legislador: era elegido por los grupos
enfrentados para que solucionase los
conflictos mediante la promulgación de leyes
adecuadas. Legisladores famosos fueron
Draco y Solón, de Atenas, Licurgo, de
Esparta; Zaleuco de Locros; etc.
2.
El tirano: a pesar del significado peyorativo
que ha adquirido posteriormente, con el
término «tirano» se designaba en la Grecia
arcaica a un individuo al que se encumbraba
al poder generalmente con ayuda de los
sectores más desfavorecidos (descontando,
claro está, a los esclavos). Una vez que las
reformas habían sido llevadas a cabo y se
había restablecido la convivencia, el tirano
dejaba de ser necesario. (Aunque a veces se
empeñaban
en
conservar
el
poder,
recurriendo a métodos impopulares. En
ocasiones, incluso caían en la tentación de
dejar el poder a sus herederos. Este tipo de
actuaciones fue lo que hizo que el término
acabase teniendo connotaciones negativas).
Tiranos famosos fueron Polícrates, de Samos;
Pisístrato, de Atenas; Periandro, en Corintio;
etc.
3. El predominio de Esparta y Atenas en la
época clásica. (a)

Uno de los hechos que caracterizan esta etapa es la
rivalidad entre Atenas y Esparta por el predominio políticomilitar en la Grecia continental, mientras en el terreno
cultural Atenas se convierte en el centro indiscutible del
mundo griego. Dada la importancia que estas dos polis
llegaron a tener en el mundo griego clásico, exponemos
brevemente la historia de ambas:
– Atenas: hacia mediados del siglo VII la monarquía,
que hasta entonces había gobernado Atenas, fue
sustituida por un sistema político de corte aristocrático.
Los nobles terratenientes (eupátridas) elegían a los
supremos magistrados (arcontes); otros dos grupos de
ciudadanos los demiurgos (pequeños campesinos
artesanos y comerciantes) y los georgoi (trabajadores
del campo) vivían supeditados a la nobleza. Junto a
estos grupos sociales existía una numerosa población
de esclavos que no eran considerados ciudadanos y
no tenían derechos de ningún tipo. Debido a que los
latifundios fueron creciendo a costa de los pequeños
campesinos, se generaron problemas sociales para
cuya resolución se echó mano de los legisladores.
Primero Draco (en el 621 a. C.), y luego Solón (594 a.
C.), ambos arcontes, fueron encargados de redactar
códigos legislativos.
3. El predominio de Esparta y Atenas en la
época clásica. (b)
Después de Solón hubo un período de luchas entre tres facciones principales: 1) los habitantes
de la costa, en su mayoría comerciantes y navieros; 2) los habitantes de la llanura, donde eran
fuertes los nobles; y 3) los habitantes de la montaña, que era la zona más pobre. Con el apoyo
de estos últimos en el 547 a. C. Pisístrato instaura la tiranía. Durante su gobierno se
consolidaron las instituciones dadas por Solón, se desarrolló el comercio y la producción
agrícola, se construyó la que sería la primera versión del Partenón, y se instituyeron las fiestas
Panateneas y las Grandes dionisias (donde uno de los elementos principales era el concurso de
autores trágicos, lo que iba a tener gran importancia en la evolución de la tragedia). También en
esta época se redactaron por escrito la Iliada y la Odisea. Muerto Pisístrato (528 a. C.), y tras un
período de cierta inestabilidad política, Clístenes es elegido arconte (508 a. C.) y realiza una
serie de reformas, entre las que destacan la creación de un Consejo de 500 miembros
encargado de preparar las sesiones de la Asamblea (ecclesia). Puesto que tanto en el Consejo
como en la Asamblea podían participar todos los «ciudadanos» quedó instaurada formalmente
la democracia. En esta situación se encontraba Atenas cuando comienza lo que se ha dado en
llamar «período clásico».
3. El predominio de Esparta y Atenas en la
época clásica. (c)
– Esparta (también llamada Lacedemonia):
constituye un caso especial dentro del sistema
organizativo de las polis griegas. Hasta el siglo
VI a. C. estuvo abierta al comercio y mantenía
unas relaciones normales con el resto del
mundo helénico. Entre los siglos VIII y VI
mantuvo, incluso, un notable desarrollo
artístico. Pero, paulatinamente, se fue
convirtiendo en un Estado militarizado y
replegado sobre sí mismo. Ello se debió,
probablemente, a la peculiar manera que
siguieron de solucionar la falta de tierras. En
lugar de fundar nuevas colonias como era
práctica habitual en las demás polis, se
dedicaron a conquistar las tierras de los
alrededores (sobre todo la llanura de Mesenia)
y sometieron a sus habitantes a la esclavitud.
Como los conquistadores (espartiatas) eran
una minoría frente a los dominados, tuvieron
que crear una organización militar y social de
una férrea disciplina para mantener el poder.
La organización social constaba de una serie
de estamentos:
3. El predominio de Esparta y Atenas en la
época clásica. (d)
1. Los espartiatas: eran el grupo dominante, de origen
dorio mezclados con la antigua nobleza aquea. Eran
los únicos ciudadanos de pleno derecho, pero tenían,
a su vez, obligaciones muy duras. De entrada, los
niños que nacían débiles eran expuestos en el monte
Taigeto (lo que quiere decir, que, normalmente, se les
dejaba morir). Los niños sanos vivían en casa hasta
los siete años y luego pasaban a cargo del Estado
que los educaba en una dura disciplina orientada a la
guerra.
2. Los periecos: la palabra perieco quiere decir «los de
alrededor». Eran el grupo que vivía en las fronteras
del territorio espartano. No tenían la ciudadanía pero
sí ciertos derechos: tenían derecho a tener
propiedades, a formar parte del ejército en tiempos de
guerra, y tenían una organización autónoma en sus
aldeas. Eran los que manejaban el escaso comercio.
3. Los hilotas: constituían la mayor parte de la
población, en su mayoría de origen mesenio, y
estaban reducidos a la esclavitud. Trabajaban las
tierras de los espartiatas y no tenían ningún tipo de
derechos.
4. Las Guerras Médicas (a)


Hacia el 500 a. C. las ciudades griegas de la Jonia, tributarias del Imperio persa, se
sublevaron. En el 494, los persas arrasaron Mileto y enviaron una expedición contra la
Grecia continental que fracasó debido al naufragio de su escuadra. En el 490, una segunda
expedición consiguió desembarcar en Eudeba. La mayoría de las polis griegas formaron un
frente común y derrotaron al ejército persa en la llanura de Maratón a pesar de su
inferioridad numérica.
En el 483 a. C. los persas volvieron a enviar otra expedición que llegó hasta Atenas, sus
habitantes huyeron y la ciudad fue destruida. No obstante, cuando los persas, al mando de
Jerjes, se disponían a aniquilar definitivamente a los griegos, éstos le derrotaron en la
batalla naval de Salamina, otra vez, a pesar de su inferioridad en hombres y barcos. Al año
siguiente volvieron a derrotar a los persas en Platea y éstos abandonaron Grecia.
4. Las Guerras Médicas (b)

Atenas, que lideró la guerra contra los persas, vivió, a
partir de entonces, un momento de esplendor sin parangón
en su historia (e incluso en la historia de la humanidad).
Bajo el gobierno de Pericles se consolidó y mejoró el
sistema democrático (eliminando ciertas prerrogativas de
que aún disfrutaban los nobles), se reconstruyó la
Acrópolis (cuyo edificio central fue el Partenón). En esta
época vive el historiador Tucídides; los filósofos Zenón,
Protágoras, y Sócrates; los trágicos Esquilo, Sófocles, y,
algo más tarde, Eurípides; y el comediógrafo Aristófanes.
Sin embargo, al mismo tiempo que en el interior se
consolidaba el sistema democrático, Atenas adoptaba una
actitud imperialista frente a sus vecinos. Para poder
defenderse de cualquier nuevo intento de agresión por
parte del Imperio persa, Atenas y algunas otras polis
formaron una confederación con el nombre de Liga de
Delos (por ser en Delos, una isla consagrada a Apolo,
donde se guardaba el tesoro de la confederación). Pero
Atenas,
aprovechando
su
superioridad
militar
(fundamentalmente naval) usó la liga en beneficio propio,
imponiendo al resto de los confederados sus condiciones e
impidiéndoles abandonar la liga. Finalmente el tesoro
común fue trasladado, descaradamente, a Atenas.
5. La Guerra del Peloponeso (a)

Esparta, temerosa de la superioridad
ateniense, buscaba una oportunidad para
acabar con su predominio. En el año 431 a. C.,
aprovechando que parte del ejército ateniense
se había desplazado para sofocar una
rebelión, Esparta, en alianza con una serie de
polis con las que había fundado la Liga del
Peloponeso, llegó con sus tropas hasta
Atenas y le puso sitio. El hacinamiento provocó
una epidemia de peste dentro de la ciudad en
la que murió el propio Pericles. En el 421 a. C.,
se firmó la paz de Nicias, tras un acuerdo
entre espartanos y atenienses, que no fue
aceptada por los aliados de Esparta que se
negaron a respetar el acuerdo. En el 416 se
reinició la lucha, a consecuencia de una
expedición ateniense a Sicilia, en ayuda de
Siracusa,
patrocinada
por
Alcibíades
(personaje que aparece en los diálogos de
Platón como discípulo de Sócrates). La
expedición fracasó y Alcibíades, acusado de
sacrilegio, tuvo que huir y se refugió en
Esparta, poniéndose a su servicio.
5. La Guerra del Peloponeso (b)


Tras la huida de Alcibíades, y desmoralizada Atenas por las derrotas, los oligarcas provocaron
una revolución (en el 411 a. C.) y se hicieron con el poder (la oligarquía de los
Cuatrocientos), instaurando un régimen de terror. Derrocados los oligarcas, y huido de
Esparta, donde había dejado embarazada a la mujer de uno de los reyes, Alcibíades se puso
de nuevo al servicio de la Liga de Delos, y finalmente se le pidió que volviese a Atenas, donde
fue derrotado por los espartanos, aliados, ahora, de los persas, en Notion. Alcibíades tuvo
que huir de nuevo y se refugió en Tracia. Finalmente Atenas fue derrotada incluso en su
propio campo: en la batalla marítima de Egospótamos, que puso fin a la guerra con la victoria
de Esparta. La democracia fue sustituida por una nueva oligarquía (la llamada oligarquía de
los Treinta).
Aunque, más tarde, la democracia volvió a ser restaurada, Atenas ya nunca volvió a recuperar
su pasada grandeza. Por su parte, Esparta, que fue la vencedora de la guerra, también sufrió
las consecuencias de ésta. En general, tras la guerra del Peloponeso se inició el derrumbe del
mundo griego.
6. El derrumbe de la época clásica:
la época helenística

Comienza con la conquista de Grecia por Alejandro. Esta época se caracteriza
por el derrumbe definitivo de las polis, y, por lo tanto, de la base de lo que
constituía la organización social griega. Esto trae como consecuencia
numerosos cambios de orden político, social, religioso, e, incluso, psicológico.
Al mismo tiempo, la cultura griega se extiende por zonas a las que nunca había
accedido, mezclándose con otras culturas y creando una forma especial de
mestizaje cultural que es la base del helenismo.

(Dado que el mundo griego, en cierto modo, se derrumba, y aparecen en escena nuevos factores -que
también van a jugar un papel importante en las nuevas concepciones filosóficas-, no añadimos aquí nada
más, dejando para el Cdro. Hco. 2, titulado El mundo Helenístico-Romano, un mayor desarrollo de este
apartado).
III. LA CULTURA
1. La religión griega.
a) Elementos de la religiosidad griega: la
“moira”, los dioses, los oráculos.
b) Las prácticas religiosas.
2. Poesía y tragedia.
a) Las explicaciones mítico-poéticas.
b) Los orígenes religiosos de la tragedia.
1. La religión griega:
a) Elementos de la religiosidad griega: la “moira”,
los dioses, los oráculos. 1

La moira es más antigua que dioses y hombres, está por
encima de unos y otros (aunque a veces aparece caracterizada
como un dios). Es el fondo del mundo. La palabra moira es
traducida, usualmente, al español por «destino». La palabra
procede de meros, que significa «parte», «lote». La moira sería
algo así como «lo que adjudica a cada uno su parte»; es decir,
es en virtud de la moira que cada uno es lo que es, lo que le ha
tocado ser -a unos ser dioses, a otros ser hombres, etc.-.

Los dioses eran concebidos como seres con las mismas
pasiones y deseos que los humanos. La diferencia principal
entre los dioses y los hombres (que es, a su vez, la principal
característica de los dioses) es que aquellos son inmortales (de
hecho, con frecuencia, los griegos se refieren a ellos como «los
inmortales»). A veces también intervienen en los asuntos
humanos, tomando parte en ellos. Los dioses griegos surgieron
de una mezcla de las divinidades que trajeron consigo los
invasores de origen indoeuropeo (los aqueos), con los dioses
premicénicos (procedentes fundamentalmente de la cultura
cretense -minoica- y quizás anteriores incluso a la cultura
minoica). Los primeros eran, en su mayoría, dioses celestes y
masculinos, donde la preeminencia la tenía algún Dios-Padre.
Los segundos eran, generalmente, dioses terrestres y
femeninos, donde la preeminencia la tenía alguna Diosa-Madre.
1. La religión griega:
a) Elementos de la religiosidad griega: la “moira”,
los dioses, los oráculos. 2
Según la mitología griega hubo varias generaciones de
dioses en las que acabaron prevaleciendo Zeus (convertido
en el padre de los dioses), y otra serie de dioses, tales
como: Hera (esposa de Zeus), Palas Atenea (hija de Zeus,
nacida de la cabeza de éste), Ares (dios de la guerra, hijo
de Zeus y Hera), Afrodita (diosa del amor), Artemis,
Hermes, etc., que situaron su morada en el monte Olimpo
(de ahí que se les conozca como dioses olímpicos). Algunos
dioses, que no tenían una función relevante en el mundo del
Olimpo, llegaron, sin embargo, a jugar un papel destacado
en la religiosidad griega. Así sucedió con Apolo (símbolo de
la belleza masculina, dios de las artes, y máximo portador
de los oráculos divinos), y con Dionisos (quien, a pesar de
ser un dios masculino, aparece, paradójicamente, vinculado
a ritos de fertilidad, y en relación con diosas de la fertilidad según una versión mítica es educado por Cibeles, antigua
Diosa-Madre de procedencia oriental-; esa puede ser la
explicación de por qué también es un dios muy recurrido en
los cultos mistéricos, cultos asociados, con frecuencia, a la
identificación con la naturaleza -la muerte y el renacer-;
también es el dios de la embriaguez, la sexualidad y, en
general, de todo lo pasional y exultante; y en su séquito
aparece acompañado por las ménades, los sátiros y el dios
Pan).
1. La religión griega:
a) Elementos de la religiosidad griega: la “moira”,
los dioses, los oráculos. 3
 Los oráculos tenían una finalidad adivinatoria o
profética. El adivino y el profeta son intérpretes de los
dioses. Los dioses son, a su vez, intermediarios entre
los hombres y la moira pero, como todo, regidos por
ésta. Los oráculos eran tremendamente importantes en
la vida pública griega; determinado tipo de actividades guerras, viajes comerciales, colonizaciones, etc.- no se
llevaban a cabo sin antes consultar con el oráculo.
Normalmente, el oráculo era el medio a través del cual
hablaba el dios. Los más numerosos eran los
presididos por Apolo, de entre los cuales el más
importante era el de Delfos -a donde acudían de todo
el mundo helénico-. (Su funcionamiento era el
siguiente: una profetisa, la Pitia -el nombre procede de
Pythó, que era como se conocía antiguamente a
Delfos-, después de seguir un ritual que incluía la
ingestión de una bebida, entraba en trance; en pleno
delirio pronunciaba palabras incoherentes atribuidas a
Apolo, y los sacerdotes las interpretaban). También
eran numerosos los oráculos presididos por Zeus, y las
sibilas (profetisas inspiradas por Dionisos) que
profetizaban de un modo más libre, a veces sin
necesidad de un lugar especial donde hacerlo.
1. La religión griega:
b) Las prácticas religiosas 1

Las más usuales, ligadas a la vida pública y familiar,
son:
1. La plegaria: su objetivo era solicitar el favor de los
dioses; a cambio, se les ofrecía leche, vino, o cualquier
otro tipo de frutos de la tierra.
2. El sacrificio: tenía la misma finalidad de solicitar el
favor de los dioses. Normalmente se sacrificaban
ovejas, cabras o bueyes, que eran degollados sobre el
altar siguiendo determinados rituales ya establecidos
para cada dios. Con el sacrificio se pretendía forzar al
dios a obrar a nuestro favor, su objetivo era, por lo
tanto, operativo, actuar sobre la naturaleza.
3. La purificación: tenía por objeto limpiar al individuo tras
el contacto con cosas impuras (solía hacerse después
de un nacimiento o de una muerte), o antes de entrar en
contacto con algo sagrado. Para realizar la purificación
se seguía un ritual llevado a cabo con agua.
4. Los cultos mistéricos: aparte de estas prácticas
usuales, existían en el mundo griego otro tipo de
prácticas religiosas cuyo carácter no era público y en las
que únicamente podían participar los iniciados. Estas
prácticas religiosas son las que conocemos como
misterios, y a los cultos que las llevan a cabo los
conocemos como cultos mistéricos (que alcanzarán una
enorme expansión durante la etapa helenística).
1. La religión griega:
b) Las prácticas religiosas 2
El más importante centro de un culto mistérico se hallaba
en el santuario de Eleusis, cercano a Atenas,
consagrado a la diosa Deméter. No sabemos qué tipo
de prácticas se realizaban en él porque los participantes
tenían prohibido revelarlas bajo pena de muerte. En todo
caso, sabemos que el culto a Deméter comenzó siendo
un culto agrario, y las ceremonias llevadas a cabo tenían
algo que ver con el sentido de la muerte y el renacer. Los
misterios de Eleusis siguieron celebrándose durante
muchos siglos, incluso bajo el imperio romano (el
emperador Juliano, que se había convertido al
cristianismo, renunció a esta fe para participar en los
misterios eleusinos). Otro dios que aparece ligado
frecuentemente a los cultos mistéricos es Dionisos.
5. El orfismo: es un culto de tipo mistérico que pregona la
inmortalidad y la transmigración de las almas,
concibiendo el cuerpo como una especie de cárcel para
el alma. Su origen se atribuye a Orfeo, un poeta tracio
del que se cuentan historias de carácter legendario
(tales como que viajó al Hades para rescatar su amante
Eurídice; o que fue despedazado por las ménades por
haberlas despreciado, etc.).
2. Poesía y tragedia:
a) Las explicaciones mítico-poéticas 1
 En el mundo griego, la divulgación de los mitos
religiosos estuvo, sobre todo, en manos de los
poetas, dado que, a diferencia de otras grandes
civilizaciones antiguas, no tenían una casta
sacerdotal que se encargara de fijar la doctrina y
velar por su cumplimiento. Se suele decir que la
filosofía surge cuando las explicaciones míticas son
sustituidas por explicaciones de tipo racional. Pero
esto no nos aclara nada sino explicamos
previamente qué entendemos por mito y qué por
razón.
 Pues bien, el mito es una narración en la que los
fenómenos naturales y sociales son explicados a
partir de la intervención «caprichosa» (es decir,
arbitraria, no necesaria) de los dioses y de
hombres
heroicos
con
características
sobrehumanas. Generalmente pretende narrar
cosas que sucedieron en un remoto pasado. Pero
lo que se narra en el mito, la aventura concreta, no
es una simple narración de algo que ya pasó. El
mito es un paradigma, una representación ideal
ofrecida a los hombres como modelo de
comportamiento de resonancias cósmicas.
2. Poesía y tragedia:
a) Las explicaciones mítico-poéticas 2
 El relato es vivido como supratemporal; al colocarlo en un pasado remoto lo que se hace es
quitarlo del flujo del tiempo. El poeta no pretende contar algo que ya ha pasado (el tiempo en
que se sitúa el relato es un falso tiempo) y que recordamos para entretenernos, sino que
pretende «recrear» algo que siempre «ha sido, es y será». (Salvando las distancias, podríamos
decir que para nosotros, algunas obras literarias han llegado a significar, al menos en este
aspecto, algo parecido a lo que el mito para los griegos antiguos. Así, tragedias como las de
Antígona, o Edipo, o novelas como Don Juan, o El Quijote, representan arquetipos de
comportamiento. Siguen vivas hoy después de siglos, y, a veces, de milenios, porque
representan personajes o actuaciones arquetípicas que, como tales, nunca «pasan de moda»,
siempre vuelven bajo una u otra forma -cada vez que se produce una situación de tensión entre
dos tipos de lealtades antagónicas estamos reviviendo a Antígona, hablamos de actuaciones
quijotescas, y de que tal tipo es un Don Juan, etc.). En cierto sentido, podríamos aventurarnos a
decir que el mito es la forma prerracional de expresar lo necesario, y que, por lo tanto, ya
prefigura las explicaciones racionales.
2. Poesía y tragedia:
a) Las explicaciones mítico-poéticas 3
 El poeta también tiene una función distinta de la que
tienen los poetas en nuestras sociedades actuales. El
poeta no se diferencia grandemente de un oráculo. Como
él, es una especie de médium que conoce el destino (la
moira). Esto es así porque el mito pretende reflejar, como
ya hemos dicho, no una situación remota, un pasado
histórico ya fenecido, sino algo que es intemporal, y que,
como tal, forma parte del pasado, del presente, y del
futuro (recrea una cierta forma de eternidad). El poeta
viene a ser, de este modo, un portavoz, al que la diosa
Memoria y sus hijas las musas hablan para que pueda
contar lo que fue, es, y será. Al hacerlo, impiden que esta
realidad arquetípica caiga en el olvido (Iethé). La
manifestación de ese fondo arquetípico es la palabra
verdadera (alétheia). La verdad es concebida, así, como
la manifestación de aquello que siempre ha sido, es, y
será; se opone, por lo tanto, no a «mentira», sino a
«olvido» (también a «oculto»). Tampoco se valora en el
poeta la creatividad (el poeta realmente no crea, sino que
recrea), no hay creatividad que valorar porque no se trata
de decir novedades con las que sorprender al auditorio
(esto sólo tiene sentido dentro de una visión muy
posterior de la poesía).
2. Poesía y tragedia:
b) Los orígenes religiosos de la tragedia
 La tragedia se originó en torno al culto a Dionisos,
y, casi con toda seguridad, en relación con rituales
mistéricos celebrados en torno a este dios; de
modo parecido a como el teatro europeo moderno
evolucionó a partir de los «autos sacramentales»
de la Edad Media. Evolucionó a partir del
ditirambo (canto en honor de Dionisos
interpretado por un coro de sátiros dirigidos por un
cantor -corifeo- al que daban la réplica). Estos
ditirambos fueron modificándose, hasta el punto
de independizarse del culto a Dionisos, y
adoptaron una forma poética de la que surgirá la
tragedia. En el siglo VI a. C. Tespis (un poeta
ateniense) sustituyó al corifeo por un actor que
interpretaba uno o varios personajes. Esquilo
(525-456 a. C.), añadió a esto un segundo actor; y
Sófocles (496/494-406 a. C.), un tercero e
introdujo el diálogo entre los personajes, con lo
que la tragedia adquiere la forma clásica que nos
es conocida. Al mismo tiempo se sustituyen los
sátiros del coro por personajes relacionados con
la acción, a la cual recalcan y comentan.