Download arquitectura-y-urbanismo-barroco-4390

Document related concepts

Gian Lorenzo Bernini wikipedia , lookup

Sant'Ivo alla Sapienza wikipedia , lookup

Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane wikipedia , lookup

Baldaquino de San Pedro wikipedia , lookup

Guarino Guarini wikipedia , lookup

Transcript
EL BARROCO:
LA ARQUITECTURA
Y EL URBANISMO.
FRANCESCO
BORROMINI
(la ruptura)
ITALIA
(Roma)
“La ruptura del
equilibrio clásico”
GIANLORENZ
O
BERNINI
(la continuidad
del clasicismo)
RESTO DE
EUROPA
LA ARQUITECTURA Y EL URBANISMO BARROCO
La arquitectura es la principal
manifestación del estilo barroco:
las demás artes (escultura, pintura,
etc.) se someten a ella para
conseguir el efecto de conjunto.
Se define por su libertad en la
utilización del léxico arquitectónico
clásico elaborado durante el
Renacimiento, la fantasía
desbordante y el afán de
movimiento.
El urbanismo barroco es
consecuencia de la necesidad de
ordenar el desarrollo de las
ciudades y de expresar, a través de
la arquitectura monumental
(edificios, plazas, fuentes, jardines,
etc.), el poder del Estado o de la
Iglesia.
LA ARQUITECTURA Y EL URBANISMO BARROCO
Las nuevas formas
arquitectónicas no surgen de la
nada, sino que son consecuencia
natural de la evolución estilística
señalada ya por el Manierismo.
De nuevo será Italia el foco
creador, y el Papado, y el ideario
de la contrarreforma católica , los
que impulsen la nueva estética
arquitectónica, que basará su
fuerza expresiva en la
monumentalidad, la complicación
y el dinamismo de las
construcciones.
El punto de partida, como en el
resto de las artes, es la nueva
utilización del lenguaje clasicista
elaborado durante el Renacimiento,
pero de una forma que conducirá a
la ruptura del equilibrio clásico.
F. Borromini. Prospectiva Spada
LOS ELEMENTOS CONSTRUCTIVOS
Los elementos
constructivos
presentan pocas
novedades; se
utilizan los clásicos
que se disponen de
un modo poco
ortodoxo.
Existe un
predominio de la
forma sobre la
función, por lo que
el edificio se concibe
de un modo global,
destacando sus
valores escultóricos.
LOS MATERIALES
Predomina la variedad (piedra,
ladrillo, estuco, etc..), aunque el
más utilizado será la piedra
sillar.
En determinados edificios, y en
especial en los interiores, se
empleará el mármol de colores
para subrayar la suntuosidad y
el lujo, tan querida por la
teatralidad barroca.
En ocasiones se emplea el
bronce para ciertos elementos,
cuando se pretende destacar su
carácter decorativo (columnas,
etc.).
Frecuentemente se utilizan
todos estos materiales a la vez
en un mismo edificio, lo que
consigue efectos de suntuosidad
y complejidad ornamental.
Iglesia de San Andrés del Quirinal,
1658-70. G. Bernini
EL MURO
El muro es el
principal soporte y
tiene en carácter
dinámico; se
ondula y modela
permitiendo
plantas flexibles.
Los vanos que se
abren pueden
tener formas
complejas,
ovales, con
sobreventanas,
etc.
Los soportes,
exentos o
adosados se
emplean mucho,
pero, en general,
con fines
decorativos.
Se usan los
atlantes,
cariátides y
ménsulas y
aparecen dos
soportes nuevos
típicamente
barrocos: la
columna
salomónica y el
estípite.
COLUMNA
SALOMÓNICA: la
que tiene fuste
torsionado en
forma de espiral.
ESTIPITE: soporte
vertical cuyo
tronco tiene forma
de pirámide
invertida, puede
resultar muy
complejo al
yuxtaponerse, en
ocasiones,
diversos
elementos.
Se emplean todos los
órdenes (dórico, jónico,
corintio, toscano,
compuesto) de
columnas y sus
entablamentos, aunque
se prefieren las
proporciones gigantes.
Las columnas pierden
sus proporciones
clásicas y se hacen
monumentales o
enanas, según
convenga al efecto del
conjunto.
Los fustes lisos de las
columnas se sustituyen
por fustes retorcidos,
salomónicos, lo que
constituye una genuina
creación barroca.
El Baldaquino de San Pedro. G. Bernini.
Los arcos
son muy
variados:
medio punto,
elípticos,
mixtilíneos,
ovales ,... El
arco más
utilizado es
el de medio
punto.
LAS FACHADAS
Las fachadas se curvan
como consecuencia de la
introducción de
entablamentos curvos.
Inspiradas en el modelo de
“Il Gesú” de Vignola, tienen
dos cuerpos, y se van
haciendo más movidas y
ricas en claroscuro. Se
llenan de esculturas, las
columnas se desprenden del
muro y el efecto general es
de mayor riqueza y
movimiento.
Iglesia de San Carlos de las cuatro fuentes
Roma. 1634-41. F. Borromini
Se empiezan a dibujar
fachadas cóncavas o
convexas, que se
relacionan estrechamente
con el espacio urbano en
que se insertan y que se
edifican teniendo en
cuenta el ángulo bajo el
cual van a ser vistas,
buscando efectos de
perspectivas fugadas y de
ejes diagonales. Esto
supone que los muros se
hacen flexibles: se
mueven, con entrantes y
salientes, se ondulan. Las
cornisas, muy salientes,
también reflejan esta
concepción dinámica de la
fachada. Se trata, casi, de
una concepción orgánica
del edificio.
Los sistemas de
cubierta son muy
variados. Las bóvedas,
de cañón, arista, lunetos
y hemiesféricas sobre
pechinas, son las más
características. También
se construyen bóvedas
falsas, llamadas
encamonadas.
Frente a estos
elementos, ya utilizados
en el Renacimiento, se
ensayan nuevas
bóvedas ovales o
estrelladas,
multiplicándose las
cúpulas en el exterior
del edificio.
Bóveda ovalada de la
Iglesia de San Carlos de las cuatro fuentes
CÚPULA DE SAN IVO, F. BORROMINI
La cúpula sobresale en el
exterior, pero interiormente
será absorbida, como
superficie semiesférica pura,
por un torbellino de figuras,
pinturas, molduras o fingidos
cielos (véase el caso de la
cúpula de la basílica de Santa
María de Elche cuando se
representa el Misteri). Son
grandes rompimientos de
gloria en los que aquéllas
simulan desaparecer, dejando
ver un mundo celestial
Iglesia de los Inválidos de París. J. H. Mansart, 1678-1691
LOS RECURSOS
DECORATIVOS
Incluyen diseños basados en
la línea curva, en
consonancia con el mayor
dinamismo buscado, como
frontones curvos y
partidos, vanos ovalados y
motivos vegetales, cueros
y cortinajes que sugieren
un mundo irracional y
caprichoso. Se emplea, con
frecuencia, el trampantojo
(trampa para el ojo); un
recurso que, a través de la
pintura, simula un espacio
arquitectónico que se abre
sobre el muro.
Los soportes pasan a
tener, muy a menudo, un
carácter decorativo,
desprovistos de toda función
tectónica.
Iglesia de San Andrés del Quirinal,
1658-70.
G. Bernini
Todos estos elementos se
emplean con gran libertad, pues
lo que se valora es la invención
y la originalidad en la
plasmación de formas nuevas
que impresionen al espectador.
En ocasiones, la artificiosidad en
los procedimientos va en
detrimento de la solidez o
funcionalidad del edificio. Lo
que importa es el efecto global,
al que se subordinarán las
formas escultóricas, pictóricas
y decorativas que embellecen la
arquitectura; de este modo, el
edificio se constituye en un
todo orgánico.
Iglesia de San Lorenzo de Turín.
Guarino Guarini,1670-80
TIPOLOGÍAS ARQUITECTÓNICAS
Los edificios son
religiosos o civiles con
un sentido simbólicopropagandístico y con
una gran variedad de
plantas. Los edificios
típicos siguen siendo
la iglesia y el palacio
en sus distintas
variaciones.
TIPOLOGÍAS
ARQUITECTÓNICAS
Iglesia jesuítica de
“Il Gesú “, Roma.
La tradicional planta
rectangular da paso a
plantas elípticas, circulares y
mixtas. Se da un claro
predominio de la “Planta
jesuítica” (modelo de iglesia
de Il Gesú, de Vignola, en
Roma).
Iglesia de San
Carlos
De las cuatro
fuentes, Roma.
F. Borromini.
Iglesia de
San Andrés
del Quirinal,
1658-70.
G. Bernini.
El espacio interior
también se concibe como
una forma fluyente,
estando dominado por
las superficies curvas. La
decoración va
haciéndose cada vez más
rica y colorista,
potenciando el efecto
escenográfico y teatral de
la arquitectura barroca
Interior: Die Wies, Bavaria, Alemania
(1746-54), Dominicus Zimmerman
Como conclusión
podemos señalar que
los valores plásticos
giran en torno a dos
principios: liberación
de las formas y
dinamismo. Se rompe
con el canon y no
interesa la claridad
sino los juegos de
volúmenes y
espacios. En el
exterior las fachadas
tiene un papel muy
importante con
movimiento y efectos
de claroscuro. El
espacio interior es
envolvente,
misterioso, infinito a
veces teatral.
UNIDAD EN LA DIVERSIDAD: LOS BARROCOS NACIONALES.
ARQUITECTURA BARROCA ITALIANA
Roma es el centro más
importante y los papas son
los grandes mecenas del
momento. La arquitectura
se pone al servicio de la
Iglesia Católica que tiene
como misión conducir al fiel
y persuadirle moviendo su
sensibilidad.
Gian Lorenzo Bernini: Es el arquitecto
barroco por excelencia, además de escultor,
pintor, decorador y urbanista. Va a encarnar
mejor que nadie el deseo de grandeza de la
Roma triunfal que recupera su supremacía
espiritual y política.
Francesco Castelli (Borromini): Sobrepasa a
todos los arquitectos italianos por su invención
decorativa. Si Bernini utilizó siempre los
elementos de la arquitectura clásica,
respetando las proporciones y las reglas
generales de la composición, Borromini va a
romper con todas las reglas, a inventar nuevos
elementos, y a concebir la arquitectura casi en
términos de escultura, haciendo ondular los
entablamentos y cornisas, inventando formas
nuevas para los capiteles y utilizando bóvedas
que parecen nervadas y arcos mixtilíneos.
Consigue en el muro efectos pictóricos al
dirigirse luz a superficies curvadas y
quebradas.
Baltasar Longhera.
Guarino Guarini.
LOS GRANDES ARQUITECTOS
LAS GRANDES OBRAS
El punto de partida:
la fachada de
1575-84. Modelo
Basilical de gran
difusión originado al
final del Renacimiento.
Iglesia jesuítica de “Il Gesú “, Roma. Vignola. 1568.
EL CONJUNTO URBANÍSTICO DE SAN PEDRO DEL VATICANO
Fachada de la Basílica de San Pedro, Carlo Maderno, 1607-1621.
Plaza de San Pedro del Vaticano. Roma.
Gian Lorenzo Bernini
(1598-1680)
LA COLUMNATA DE SAN PEDRO DEL VATICANO, ROMA. G. l. BERNINI
La plaza de San Pedro se
compone en realidad de
dos plazas tangentes, una
de forma trapezoidal y otra
elíptica.
La plaza trapezoidal se
cierra hacia nuestro frente
reduciendo ópticamente la
fachada de Maderno y
logrando que los
espectadores situados en
la plaza elíptica perciban la
concepción original de la
cúpula de Miguel Ángel.
Las columnas se encuentran organizadas radialmente en torno al punto de
generación de la elipse, creando un espacio desbaratado ópticamente.
El estilo cultivado por Bernini es bastante clásico, casi arqueológico, con un
sentido muy sobrio en el uso del orden toscano, aunque en dinámica y
escenografía es barroco.
El uso de columnas con balaustradas y estatuas nos recuerda a Palladio en el
Teatro Olímpico. Un eje tetrástilo de columnas pareadas rompe la monotonía de
los tramos medios.
EL BALDQUINO DE SAN
PEDRO, BASÍLICA DE
SAN PEDRO DEL
VATICANO, ROMA.
G. L. BERNINI.1624-1633
Inicia su carrera con esta
obra, situada bajo la gran
cúpula de la basílica de
San Pedro.
Es un monumental dosel
de bronce sostenido por
cuatro columnas
salomónicas, donde no se
utiliza la línea recta, sino
que gira y se retuerce con
gran sensación de
movimiento. En esta obra
consagra el uso de este
tipo de columnas.
Iglesia de San Andrés del Quirinal, 1658-70. G. L. Bernini.
En San Andrés del Quirinal utiliza planta ovalada con capillas alrededor
y en la fachada, cóncava, coloca un pequeño pórtico, convexo, rematado
con un frontón con volutas que sostiene un gran escudo central
DETALLE DEL INTERIOR DE LA
CÚPULA
Iglesia de San Andrés del Quirinal, 1658-70. G. Bernini.
Palacio Barberini. Roma
Francesco Castelli,
Borromini
(1599-1667)
Iglesia de San Carlos de
las cuatro fuentes,
“San Carlino”.
Fachada Roma. 1634-41.
Planta
Interior de la Iglesia de San Carlos de
las cuatro fuentes, Roma.
1634-41.
F. Borromini.
Oratorio de los
Filipenses, 1637-1650.
F. Borromini.
Iglesia de San Ivo de la Sapienza,
1642-1650. F. Borromini.
Cúpula de San Ivo
Iglesia de Santa Agnese.
1653-55. Roma.
F. Borromini
Iglesia de Santa María de la Salud.
Baldassare Longhena, Venecia, 1631.
Capilla del Santo Sudario de
Turín. Guarino Guarini,
1667.
Iglesia de San Lorenzo de Turín. Guarino Guarini,1670-80.
Interior
Fontana di Trevi, Roma. Nicola Salvi, 1732-62.
Basílica de la Superga,
Turín. Filipo Juvara,
1719-31.
FRANCIA
Rasgo fundamental del arte
francés de la época barroca es
su carácter cortesano. Los
artistas principales trabajan para
los reyes por esto el edificio típico
es el palacio formado por un
cuerpo alargado y dos alas hacia
el jardín, formando escuadra.
Al revés que en Italia, las
fachadas no miran a la calle, sino
hacia el jardín. Las techumbres
son típicamente francesas,
formando cuerpos prismáticos de
gran altura. En ellas se abren
buhardillas. También se
edificaron en Francia infinidad de
iglesias, disponiéndose en tres
pisos o con dos pisos y cúpula.
La creación de Versalles, será la obsesión del reinado y el símbolo del poder del
Rey Sol, que establece allí su Corte. El primer proyecto de LeVau, pronto
pareció pequeño y Luis Mansart, sobrino del anterior, realiza las ampliaciones
y le da su carácter definitivo, con la riquísima decoración interior, dirigida por
Le Brun primer pintor del rey. El gran Salón de los Espejos, las Sala de la Paz
y de la Guerra son las más significativas del conjunto, del que los jardines son
el complemento ideal.
Palacio de Versalles, detalle de la fachada. Se organiza en tres pisos,
correspondientes a la zona de servicios (bajo), salones principales (planta noble) y
aposentos privados de la corona (superior). La fachada posee un primer cuerpo a
modo de gran zócalo, que destaca por su solidez. Las pequeñas ventanas del
último piso aligeran la pesantez tectónica del palacio, que resulta de aspecto muy
clasicista, aunque en algunos puntos de la fachada el muro se decora con
columnas que avanzan hacia el espectador resaltando sus volúmenes y los juegos
de luz y sombra.
Fachada del Palacio de Versalles
Palacio de Versalles, detalle
La imagen del poder:
Luís XIV.
Salón de los Espejos, Palacio de Versalles.
La riqueza y el lujo constituyen el vehículo de expresión del poder
absolutista. El estilo Rococó será, a lo largo del s. XVIII la marca
de este boato decorativo.
Iglesia de los Inválidos de París. J. H. Mansart, 1678-1691.
LA EXUBERANCIA DEL BARROCO GERMÁNICO
Iglesia de San Carlos de Viena, J.B. Fischer Von Erach, 1715-1725.
INGLATERRA:
La influencia de Palladio
Catedral de San Pablo de
Londres. Christopher Wren
1675-1710.
Catedral de San
Pablo, interior