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HISTORIA DE LA ANTIGÜEDAD El cristianismo nació y se desarrolló dentro del marco político-cultural del Imperio romano. Durante tres siglos, el Imperio pagano persiguió a los cristianos, porque su religión representaba otro universalismo y prohibía a los fieles rendir culto religioso al soberano. La expansión del Cristianismo en el mundo antiguo se acomodó a las estructuras y modos de vida propios de la sociedad romana. La Roma clásica promovió la difusión de la vida urbana. Así las ciudades fueron sede de las primeras comunidades, que constituyeron en ellas iglesias locales. Martirio de San Esteban Museo del Prado Juan de Juanes Las comunidades cristianas estaban rodeadas de un entorno pagano hostil, que favorecía su cohesión interna y la solidaridad entre sus miembros. La comunión y la comunicación entre esas comunidades eran reales y todas tenían un vivo sentido de hallarse integradas en una misma Iglesia universal, la única Iglesia fundada por Jesucristo. San Pablo Casa Museo del Greco. Toledo El Greco Muchas iglesias del siglo I fueron fundadas por los Apóstoles y permanecieron bajo su autoridad, dirigidas por un “colegio” de presbíteros que ordenaba su vida litúrgica y disciplinar. A medida que los Apóstoles desaparecieron, se generalizó en todas partes el episcopado local, que ya se había introducido desde un primer momento en otras iglesias particulares. El obispo, sucesor de los Apóstoles, poseía la plenitud del sacerdocio y potestad de gobernar. La clave de la unidad de las iglesias dispersas por el orbe, que las integraba en una sola Iglesia universal, fue la institución del Primado romano. El Primado conferido por Cristo a Pedro no era una institución efímera y circunstancial, destinada a extinguirse con la vida del Apóstol. Era una institución permanente válida hasta el fin de los tiempos. Pedro fue el primer obispo de Roma y sus sucesores en la Cátedra romana fueron también sucesores en la prerrogativa del Primado: la constitución jerárquica de la San Pedro Iglesia ha sido querida para Basílica de San Pedro de Vaticano Arnolfo di Cambio siempre por Jesucristo. La Iglesia romana es centro de unidad de la Iglesia universal. Hasta el siglo IV la gran mayoría de los fieles no eran hijos de padres cristianos, sino personas nacidas en la gentilidad que se convertían a la fe de Jesucristo. El bautismo constituía entonces el coronamiento de un dilatado proceso de iniciación cristiana. Este proceso, comenzado por la conversión, proseguía a lo largo del catecumenado, tiempo de prueba y de instrucción catequética, instituido de modo regular desde finales del siglo II. La vida litúrgica de los cristianos tenían su centro en el Sacrificio Eucarístico: se ofrecía por lo menos el domingo, bien en una vivienda cristiana -sede de alguna “iglesia doméstica”-, o bien en los lugares destinados al culto, Paraíso como banquete celestial que comenzaron a Catacumbas de Domitila. Roma existir desde el siglo III. Las antiguas comunidades cristianas estaban constituidas por toda suerte de personas, sin distinción de clase o condición: judíos y gentiles, pobres y ricos, libres y esclavos, propagadores del Evangelio en todos los ambientes. Cierto que la mayoría de los cristianos de los primeros siglos fueron gentes de humilde condición. Pero, desde el siglo I, personalidades de la aristocracia romana abrazaron el Cristianismo: dos siglos más tarde este hecho revestía tal amplitud que uno de los edictos persecutorios del emperador Valeriano estuvo dirigido especialmente contra los senadores, caballeros y funcionarios imperiales que fueran cristianos. Roma. Catacumba de Priscila. Capilla Griega, s.III La estructura interna de las comunidades cristianas era jerárquica: el obispo estaba asistido por el clero, cuyos grados superiores -presbíteros y diáconos- eran, como el episcopado, de institución divina. Orante de la catacumba de los Giordani Los fieles que integraban el Pueblo de Dios eran en su inmensa mayoría cristianos corrientes. La libertad le llegó a la Iglesia cuando apenas se habían extinguido los ecos de la última gran persecución (Diocleciano, 305). Un primer edicto fue el de Galerio, en el 311: no concedía a los cristianos plena libertad religiosa, sino tan sólo una cautelosa tolerancia. La cruz se aparece a Constantino Sala de Constantino Palacios Vaticanos Rafael El tránsito de la tolerancia a la libertad religiosa se produjo con rapidez, y su autor principal fue el emperador Constantino. En el 313, los emperadores Constantino y Licinio otorgaron el llamado “Edicto de Milán”: era una nueva directriz política fundada en el pleno respeto a las opciones religiosas de todos los súbditos del Imperio, incluidos los cristianos. El avance del cristianismo no se interrumpió tras la muerte de Constantino, si se exceptúa el frustrado intento de restauración pagana por Juliano el Apóstata (363). Los demás emperadores, incluso los que simpatizaron con la herejía arriana, fueron resueltamente contrarios al paganismo. La evolución religiosa se cerró por obra del emperador Teodosio (378-395): la constitución Cunctos Populos, promulgada el 28/02/380, ordenó a todos los pueblos la adhesión al Cristianismo católico, a partir de ahora única religión del Imperio. Teodosio el Grande La libertad de la Iglesia permitió un ejercicio más efectivo del Primado de los Papas sobre la Iglesia universal. Los grandes pontífices de los siglos IV y V -Dámaso, León Magno, Gelasio- se esforzaron por definir el fundamento dogmático del Primado romano: los Papas son los legítimos y exclusivos sucesores de Pedro. A partir del siglo IV, el ejercicio del Primado romano sobre las iglesias occidentales fue muy intenso. Encuentro de Atila y León Magno Estancia de Heliodoro. Palacios Vaticanos Rafael En Oriente, el concilio de Sárdica (343-344) sancionó el derecho de cualquier obispo del orbe a recurrir, como instancia suprema, al Pontífice romano. Bajo el Imperio romano-cristiano se reunieron grandes asambleas eclesiásticas: concilios “ecuménicos” o universales. Ocho tuvieron lugar entre los siglos IV y IX. Los cuatro primeros tienen particular importancia: Nicea I (325), Constantinopla I (381), Éfeso (431), Calcedonia (451). Su convocatoria procedió de ordinario del emperador. En varios la convocatoria imperial fue promovida por una iniciativa pontificia. Los legados papales ocupaban un lugar de honor en el aula conciliar. HEREJÍAS - CONCILIOS Arrianismo: Arrio (256-336) presbítero de Alejandría. Defendía que Jesús es un ser extraordinario, pero no verdadero Dios como el Padre. Condenado en el Concilio de Nicea (325): se formula el Credo, afirmando que el Hijo es consustancial al Padre; y, en el I Concilio de Constantinopla (381): se completa el Credo y se formula la divinidad del Espíritu Santo. Icono conmemorativo del Primer Concilio de Nicea Nestorio (patriarca de Constantinopla, 428): María no sería Madre de Dios porque en Jesús habría dos personas: una divina y otra humana, y María sería madre de la persona humana de Cristo. Basílica del Concilio Éfeso (Turquía) Condenado en el Concilio de Éfeso (431). Unión de las dos naturalezas de Cristo en la Persona (hipóstasis) divina del Verbo, única en Cristo. Por eso María es verdaderamente Madre de Dios: de Ella nació el Verbo según la carne. Monofisismo: Eutiques, superior de un monasterio de Constantinopla (s. V), afirma que después de la Encarnación hay una sola naturaleza en Cristo, compuesta de la divina y la humana, aunque la humana habría sido absorbida en la infinita persona del Hijo de Dios. Cristo crucificado Museo del Prado Francisco de Goya Condenado en el Concilio de Calcedonia (451): Hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesucristo: perfecto en la divinidad, y perfecto en la humanidad; verdaderamente Dios y verdaderamente hombre (...). Se ha de reconocer a un solo y mismo Cristo Señor, Hijo único del Padre, en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación. (...) Quedan a salvo las propiedades de cada una de las naturalezas. LOS PADRES DE LA IGLESIA En el siglo II apareció un nuevo género literario, exponente de las luchas que hubieron de sostener los cristianos con enemigos de dentro y de fuera. San Justino Literatura apologética, dirigida a lectores ajenos a la Iglesia. Los “Apologistas” defendieron el Cristianismo frente al mundo gentil. “Diálogo con Trifón” del mártir San Justino (150), tratado “Contra las herejías” de San Ireneo de Lyon. San Ireneo de Lyon En torno al año 200, algunos escritores comenzaron a producir una literatura no polémica. Fue el comienzo de la ciencia teológica. Empezó por Alejandría: su célebre escuela teológica. Orígenes la elevó a un altísimo grado de esplendor. En Alejandría y después en Cesarea de Palestina, desarrolló una actividad asombrosa y fue autor de dos mil obras. En Antioquía surgió en el siglo IV otra escuela que rechaza el método alegórico propio de Alejandría en la interpretación de la Biblia, y cultiva la exégesis literal inspirada en la filosofía aristotélica. Orígenes Los Padres de la Iglesia aúnan la ciencia sagrada y la nota de santidad, reconocida por la Iglesia. Los tiempos de oro de la Patrística fueron los siglos IV y V. Los Padres son escritores cristianos anteriores al año 750 que reúnen tres características: ortodoxia de doctrina; santidad de vida; aprobación al menos tácita de la Iglesia. Padres Orientales Más antiguo de los Padres orientales: San Atanasio (295-373), obispo de Alejandría y principal defensor de la ortodoxia católica frente a la herejía arriana (diácono en Nicea, pontificado de 45 años, 17 de los cuales los pasó desterrado). San Atanasio Museo Nacional de Escultura. Valladolid Maestro de San Ildefonso De la escuela alejandrina, los “Padres capadocios”: San Basilio el Grande (330-379), obispo de Cesarea, destacó por sus escritos teológicos antiarrianos. Organizador del monacato oriental (autor de dos reglas monásticas y de una liturgia). San Gregorio de Nacianzo (329-390): defender la dignidad del Hijo y del Espíritu Santo le valió el apelativo de “el Teólogo”. San Gregorio de Nisa (335-394): autor de la “Gran Catequesis”. San Cirilo de Alejandría (370-444): mantuvo la doctrina ortodoxa frente a Nestorio. Influencia decisiva en el concilio de Efeso (431), donde se definió la Maternidad divina de María. San Basilio dictando su doctrina Museo del Louvre. París Francisco de Herrera el Viejo Último Padre oriental: San Juan Crisóstomo (344-407): “Boca de oro”. Comentó numerosos libros de la Biblia. Sus homilías le acarrearon la enemistad de la emperatriz Eudoxia: San Juanhasta Crisóstomo destierro la muerte. San Juan Monte Sinaí. Monasterio de Santa Catalina. Damasceno (+ 750) Padres Occidentales San Ambrosio (333397): Elevado al episcopado (Milán) por aclamación popular, siendo todavía simple catecúmeno. Notable actividad literaria de exégesis bíblica y predicación. Amigo y consejero de tres emperadores y excomulgó a San Ambrosio Teodosio el Grande. Museo de Bellas Artes de Sevilla Francisco de Zurbarán San Jerónimo (342-420): sucesivas residencias en Antioquía, Constantinopla, Tréveris, Roma y Belén. Historiador y exegeta. Traducción de la Biblia latín: la Sanal Jerónimo Parroquia de Santa Vulgata. María. Talavera de la Reina. Toledo Luis Tristán San Agustín (354430): principal padre de la Iglesia y una de las figuras cumbres de la historia. Obispo de Hipona. Escribió entre otras obras, las Confesiones, el De Trinitate, La Ciudad de Dios. Se le llama “Doctor gratiae” por su largo esfuerzo para combatir la doctrina San Agustín de Pelagio Museo delsobre Pradola Juan Pantoja de la Cruz gracia. Dos Papas a los cuales la historia les atribuye el apelativo de “Magno”: San León I (+ 461): contribuyó de modo sustancial a la formulación del dogma cristológico. Se le debe también la teología del Primado romano y su fundamento San León escriturístico en Museo del Prado Francisco de Herrera el Primado de Pedro.el Mozo Último Padre occidental: San Isidoro de Sevilla (Cartagena, hacia 556 Sevilla, 636). Obispo, teólogo y erudito de la España visigoda. Uno de los hombres mas sabios de su época. Se le llamó el Maestro de la Edad Media y primer organizador de la cultura cristiana Su principal obra fueron sus Etimologías u Orígenes, una "summa" muy San Isidoro útil de Catedral la ciencia antigua de Sevilla Bartolomé Murillo Escritor muyEsteban fecundo. San Gregorio I (540-604): sus obras, los “Morales” y los “Diálogos”, tendrán gran influencia en la Edad Media. El canto gregoriano se conservó vivo San Gregorio Magno en la Iglesia Museo Romántico. hastaMadrid nuestros Francisco de Goya días. ARAGÓN EN LA EDAD ANTIGUA 40 - Pequeña comunidad en Zaragoza en torno a Santiago. 254 - Primer documento acerca de la presencia del Cristianismo, epístola de Cipriano de Cartago. Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago en Zaragoza The National Gallery. Londres Francisco Bayeu 303 - Persecuciones de Diocleciano. San Valero, San Vicente, Santa Engracia e Innumerables Mártires (18). Aurelio Clemente Prudencio Receptio animae (348-406?), en su obra “Peristéfanon”, nos habla de los 330? mártires Cripta de Santa Engracia, Zaragoza zaragozanos. Presencia de obispos zaragozanos en los concilios de Elbira (306), Arlés (314), Sárdica, Sofía. Zaragoza (Caesaraugusta), Huesca (Osca), Tarazona (Turiaso), fueron Petrina las Trilogía primeras diócesis. 340-350 340-350 Tres sarcófagos paleocristianos (Zaragoza, Castiliscar). Cripta de Santa Engracia, 378-380 I Concilio de Zaragoza. Condena del Priscilianismo. Zaragoza Vida de Cristo 340? Castiliscar SANTOS ARAGONESES Varones Apostólicos (siglo I): Indalecio, Eufrasio, Tesifonte, Torcuato, Hesiquio, Cecilio y Segundo. Discípulos del apóstol Santiago el Mayor. Santa Agatoclia (murió en el año 94). Nació y fue martirizada en Mequinenza (Zaragoza). Patrona de este lugar. San Paterno (siglo II). Nacido en Huérmeda (Zaragoza) o Calatayud (Zaragoza). San Orencio y Santa Paciencia (siglo III). Relacionados conPaciencia Huesca. Padres de Orencio, San Orencio y Santa BBVA obispoColección de Auch, y Lorenzo, arcediano San Santiago y losde convertidos Pedro de Oviedo. José Ramírez Sixto II, Díaz en Roma. San Lorenzo (murió en el año 258). Parece que nació en Huesca. Patrono de aquí. Hijo de San Orencio y Santa Paciencia. San Orencio, obispo de Auch (murió en el siglo III ?). La tradición aragonesa le hace hermano de San Lorenzo, e hijo de San Orencio y Santa Paciencia. La ordenación de San Lorenzo como diácono Capilla Niccolina. Palacio Vaticano Fra Angelico San Lorenzo recibe el tesoro de la iglesia de manos de San Sixto San Lorenzo ante Valeriano y el martirio de San Lorenzo San Félix y Santa Régula (murieron en el año 300). Hermanos padecieron martirio en Torrijo de La Cañada (Zaragoza). Venerados en Torrijo de La Cañada (Zaragoza) y Munébrega (Zaragoza). San Jorge (270?-303) En 1096, fue su aparición en la batalla de Alcoraz (Zaragoza). Patrón de Aragón. San Jorge y el dragón Museo Jacquemart-André. París Paolo Uccello San Vicente Mártir (murió en el año 304). Nació en Huesca. Diácono de San Valero. Martirizado en Valencia. San Vicente mártir Basílica de Nuestra Señora del Pilar Santa Engracia (murió en el año 304). Martirizada en Zaragoza. La más venerada aquí. Los Innumerables Mártires (murieron en el año 304). Caballeros y compañeros de Santa Engracia y martirizados con ella. Lupercio (tío de Santa Engracia), Suceso (criada), Optato, Marcial, Urbano, Quintiliano, Publio, Frontón, Félix, Ceciliano, Evencio, Primitivo, Apodemio, Casiano, Matutino, Fausto y Januario. Santa Engracia Basílica de Nuestra Señora del Pilar San Lamberto (murió en el año San 304). Lamberto Basílica de Santa Engracia Labrador zaragozano martirizado. San Valero Basílica de Nuestra San Valero (murió en el año 315). Natural de Zaragoza. Murió en Señora del Pilar Enate. Obispo de Zaragoza desde el 290. Patrono de Zaragoza,…