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El Corazón de Cristo Septiembre 2010 PARA ESTE MES… UNA PALABRA DEL SUPERIOR GENERAL ¡Encender el fuego del carisma en el santuario de la misión! Hermanos, el Capítulo de 2006 nos invita emprender una peregrinación de esperanza por el camino de la comunión “encendiendo el fuego en el santuario de la misión. Es necesario conocer lo mejor posible cuál es nuestro carisma y cuál es nuestra misión, de acuerdo con la experiencia del Espíritu vivida por el Padre Coindre y transmitida a sus discípulos a lo largo de la historia de nuestro Instituto. ¡Encender el fuego del carisma en el santuario de la misión! Los discípulos de Emaús sintieron arder su corazón al escuchar su Palabra. Quiero invitarme e invitarlos a todos ustedes a responder a las interpelaciones y a la gracia del Señor Resucitado. Él quiere encontrarse con nosotros en el camino, desea encender el fuego del amor en nuestros corazones para salir en búsqueda de los otros discípulos y juntamente con ellos anunciar a todos los hombres, nuestros hermanos, la Buena Nueva de la esperanza. ¡Encender el fuego del carisma en el santuario de la misión! Encender el fuego en el santuario de la misión” requiere emprender juntos, hermanos y colaboradores, una sólida experiencia formativa en la línea de nuestro carisma. Que de esta manera lleguemos a amar nuestra vocación y la vivamos en fidelidad dinámica al carisma recibido del Espíritu. ¡Encender el fuego del carisma en el santuario de la misión! El Corazón de Cristo Septiembre 2010 Página 1 UN ESTILO DE ORACIÓN INSPIRADO EN EL HERMANO ALBERTINUS: LA MEDITACIÓN Un aspecto importante de “nuestro carisma propio” de oración es la media hora diaria de meditación. En mi tiempo el problema era hacerla mejor o peor porque todos los Hermanos, casi sin excepción, estaban presentes en la capilla. Es verdad que en algunos casos se traba de “cumplir con el reglamento” más que con un tiempo de oración, de encuentro personal con Jesús y que incluso se veía ¡y se oía!, que algunos dormitaban. Hoy con los horarios tan complicados de los centros educativos, con la presencia de los medios de comunicación que hace que en algunos casos los Hermanos retrasen la hora de acostarse, los horarios muy flexibles, el problema para un buen número de Hermanos es la fidelidad a esta media hora: fácilmente se recorta o incluso se va abandonando poco a poco. Y cuando un religioso deja de orar en la meditación pierde algo importante su vida y no solamente él, sino que toda la comunidad se empobrece y pierde vigor, también en su dimensión apostólica. Para mí, la meditación fue muy importante en mi vida. Ojalá lo siga siendo para todos los Hermanos del Instituto de todos los tiempos. “ENTREVISTA” ¿Cómo definiría la meditación? Para mí, la meditación es un encuentro reflexivo y afectuoso de amigo a Amigo, de hermano a Hermano. La meditación es como una antorcha que nos coloca cada mañana en presencia de Aquél que es la luz que ilumina a todo hombre. Durante esa media hora de meditación cada mañana nos empapamos en esa penetrante y poderosa luz que es nuestro Divino Maestro. ¿Cuál debe ser el tema principal de nuestra meditación? Sin duda alguna el Santo Evangelio. Si el fin de la meditación es de formarnos progresivamente en el Corazón de Jesús no hay mejor manera que contemplarlo y comulgar con sus sentimientos. El Corazón de Cristo Septiembre 2010 Página 2 ¿Qué relación se da entre el momento de la meditación y nuestra vida de consagrados y de apóstoles? El Hermano que es fiel a su meditación permanece unido a nuestro Señor; se fortalece en Él y encuentra en Él fecundidad para su vida consagrada y apostólica. Por lo tanto no tengo ninguna duda de que sin la meditación seremos radicalmente incapaces de alcanzar el objetivo de nuestra vocación: la educación y la salvación de los niños y jóvenes que nos están encomendados. La meditación es el alimento de ese celo indispensable a todo verdadero apóstol. ¿No bastaría para un Hermano el tiempo de la oración comunitaria? Nuestras plegarias comunitarias no alcanzan su pleno sentido sino cuando somos fieles a la meditación. Para quien no toma un tiempo para meditar, las oraciones vocales corren el riesgo de perder su alma. ¿Cómo puede ayudarnos la meditación de cada día para enriquecernos como personas y para fortalecer nuestra vocación? Meditando aprendemos a conocernos bien, viendo tanto el bien que hacemos como nuestros defectos y faltas. Si la perfección consiste en una voluntad pronta para entregarse enteramente al servicio de Dios, es en la meditación donde el hombre recibe la idea y las fuerzas para entregarse enteramente a ese divino servicio. ¿Cuál sería su consejo para los Hermanos del Instituto en este tema de la meditación? En nuestro Instituto nos han precedido un abundante número de santos Hermanos. ¿Cuál fue su secreto? La vida de oración. Imiten el ejemplo del Hermano Policarpo que amó profundamente el tiempo de la meditación en donde encontraba luz para su espíritu, alegría para su corazón, energía para su voluntad, gracias abundantes para ser fiel a su vocación. Y no olviden aquello que decían las Reglas: la meditación es el primero y principal de los ejercicios cotidianos y el más eficaz para atraer sobre Hermanos y alumnos las bendiciones del Sagrado Corazón. El Corazón de Cristo Septiembre 2010 Página 3 Celebración para el Primer Viernes EL FUEGO DEL CARISMA 1. Ambientación Hermanos, el Capítulo de 2006 nos invita emprender una peregrinación de esperanza por el camino de la comunión “encendiendo el fuego en el santuario de la misión” Las celebraciones que vamos a compartir durante los siguientes meses tendrán como tema central el de la misión, enmarcada en nuestro carisma propio; de una misión que personas con vocaciones distintas (religiosos, seglares, sacerdotes, etc.), pero animadas por el mismo carisma, debemos realizar en comunión. Que el Padre Andrés, el Hermano Javier –del que vamos a celebrar el 150 aniversario de su muerte- y el Hermano Policarpo nos acompañen en esta peregrinación de esperanza. 2. A modo de Salmo Ant/ Fuego he venido a traer a la tierra. ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tu fuego y tus ansias quisiera yo tener desde mi corazón, por todo mi ser. Los pobres me gritan y los que ya no ven. ¿Qué puedo darles yo? Tu amor y tu fe. Quémame, Señor, con tu fuego, y purifica mis entrañas. Méteme en el horno de tu corazón y caldéame con tu ardor misionero. Entroniza en mi pecho una llama viva, la llama que ardía dentro del tuyo. ¿Quién es este hombre vestido de rojo? Es el fuego que viene a caldear la tierra. ¿Quién es este hombre vestido de rojo? Es la misericordia que baja de lo alto. El Corazón de Cristo Septiembre 2010 Página 4 Gloria al Padre… Ant/ Fuego he venido a traer a la tierra. ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! 3. Proclamación y meditación de la Palabra La imagen del fuego en el evangelio según San Lucas. Juan Bautista amenaza a sus oyentes con el hacha y el fuego destinados a los árboles que no dan fruto y anuncia un bautizo de fuego: 3,9.16-17. Los samaritanos no quieren dar alojamiento a Jesús y lo único que se les ocurre a los “hijos del trueno” es enviarles fuego del cielo, ¡cómo si estuviera en su mano el hacerlo!: 9,54. Jesús se enfada con ellos y los reprende, para ver si van aprendiendo en qué consiste seguir a Jesús. Jesús ha venido a traer fuego. Y el fuego del mensaje evangélico provoca contradicciones y fracturas: 12,49. Es junto al fuego de una hoguera en donde Pedro niega por tres veces conocer a Jesús, y Pedro no sintió fuego en el corazón sino frío y soledad: 22,56. Los de Emaús sentían el frío de la ausencia y de la desilusión pero cuando el Caminante les comenzó a explicar las Escrituras, el fuego de la Palabra prendió en su corazón: 24,32. 4. Momentos de reflexión y de oración de adoración * Para la reflexión se puede utilizar el texto de “Para este mes, una palabra del Superior General.” 5. Oración de la comunidad Oramos por las intenciones encomendadas por el Papa al Apostolado de la oración: - Que la Palabra de Dios sea más conocida y vivida como fuente de libertad y alegría. - Que abriendo el corazón al amor, se ponga fin a tantos conflictos que ensangrientan el mundo R/ Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, ten compasión de nosotros. El Corazón de Cristo Septiembre 2010 Página 5 Rezamos por los enfermos y por los que están pasando dificultades en su vida (nombrarlos). Rezamos por las vocaciones en la Iglesia, especialmente las corazonistas, y por la fidelidad a nuestra propia vocación. Rezamos por los hermanos de la comunidad (y por los miembros de la comunidad educativa) por medio de los cuales se nos revela el amor del Corazón de Jesús. Padre nuestro… Corazón de Jesús, llama de amor viva: - haznos agentes de tu Espíritu, para apagar el deseo de que nuestro Instituto sea importante y poderoso para que, desde nuestra pequeñez podamos amar a los pequeños que Tú amas; - haznos agentes de tu Espíritu para quemar los puentes de comodidad que nuestras comunidades han construido; - envíanos tu Espíritu para reavivar en nosotros y en nuestros colaboradores seglares el carisma original de nuestro Fundador; - envía tu Espíritu para fundir nuestra oración a menudo gélida y para hacerla más viva gracias a una espiritualidad que toma su inspiración en la contemplación de las necesidades de los jóvenes a los que nos has pedido servir; - haznos agentes de tu Espíritu para que cuidemos con cariño la llama vacilante de nuestros hermanos enfermos, que seamos para ellos signos de compasión. AMÉN. Para la lectura espiritual - Capítulo general 2006: Una peregrinación de esperanza. “Reavivar el fuego” (pp24-25) - Circular del Superior General nº 5, “El fuego del carisma”. Introducción (pp. 3-4). Después de cuatro años de la terminación del Capítulo general: ¿Cómo he mantenido y avivado el fuego del amor de Dios, el fuego de la misión?¿Qué pasos hemos dado para compartir el carisma con los colaboradores laicos? El Corazón de Cristo Septiembre 2010 Página 6 MEMORIAS DEL HERMANO JAVIER 150 años de su muerte Guillermo Arnaud nació en 1801, en La Rochette. Hijo de humilde agricultores se desplaza a Lyón para mejorar su suerte. Guillermo, joven sin estudios pero con buenas cualidades para los trabajos manuales encuentra trabajo en la naciente Providencia de Andrés Coindre. El primer llamado, la primera respuesta. Guillermo, un hombre de palabra. En 1817, el señor André Coindre, viendo que los hospitales y las prisiones de Lyón se llenaban de muchachos, tomó la decisión de fundar una casa para recogerlos y apartarlos del peligro. Comenzó por reunir a cinco o seis en una celda de los antiguos Cartujos, próxima a la pequeña puerta de la iglesia; los confió a la vigilancia de un joven, llamado Genthon, a quien designó como encargado. Ocupaba a estos muchachos en trabajar la seda a la vez que trataba de instruirlos. Pronto, su número aumentó. El señor Coindre se dio cuenta de que la fidelidad de los empleados no estaba siempre exenta de defectos. Entonces decidió preparar Hermanos para que se encargaran de la Obra. Hizo partícipes de su plan a dos de ellos en los que había observado ciertas disposiciones para la vida religiosa; uno se llamaba Guillermo Arnaud, el otro Antonio Genthon. El primero respondió que, teniendo en cuenta que jamás había pensado en ello, la propuesta requería un poco de reflexión. El segundo respondió que no se sentía atraído por esa clase de vida. Unas semanas después, Guillermo le respondió que, conociendo ya bastante el mundo, se creía, con la gracia de Dios, tener la suficiente fuerza para comenzar un nuevo camino. Entonces el buen padre le abrazó tiernamente y le dijo: "Usted será el primero de esta pequeña congregación que pretendo formar. Desde este momento, le encargo de una manera muy particular del cuidado del establecimiento". Piensa, por un momento, que estas últimas palabras van dirigidas a ti. ¿Cuál es mi respuesta? ¿Cómo cumplir el encargo de cuidar, de manera muy particular, de la obra educativa en la que estoy trabajando? ¿Cuál es mi aportación peculiar? El Corazón de Cristo Septiembre 2010 Página 7 9 días de oración con el Hno. Policarpo De la pureza de intención (Capitulo XII) 1. Aplíquense todos a obrar por motivos sobrenaturales, no sólo en lo tocante a su estado de vida, en general, sino también en sus actos particulares, proponiéndose siempre, con sinceridad, servir y complacer a la Divina Bondad. 2. Sirvan a Dios por amor y en consideración de la caridad y los señalados beneficios que nos ha preparado, más bien que por temor al castigo o por esperanza de la recompensa. 3. Que todos busquen a Dios en todas las cosas, despojándose en la mayor medida posible del afecto a las criaturas, para entregárselo íntegro al Creador, amándole en todas las criaturas y a todas las criaturas en Él, según su voluntad. 4. Se esforzarán en hacer todas sus acciones con gran pureza de intención, con la máxima discreción y vigilancia de sus sentidos y de los movimientos del corazón, haciendo todo por Dios, caminando en su presencia, apartando continuamente de sus almas toda búsqueda de sí mismos y huyendo cuidadosamente de la vanidad y de la ambición. 5. Para elevar sobrenaturalmente su intención, cada mañana al levantarse, serán fieles a la práctica de ofrecer a Dios todas las acciones de la jornada. 6. En el transcurso del día, si se encuentren en clase o en el interior de la casa, cada vez que suenen las horas en el reloj, renovarán la ofrenda de sus acciones. 7. Al dar la media hora, recordarán la santa presencia de Dios, que es alma y sostén de la vida interior. 8. Tendrán especial complacencia en reunirse a menudo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María por medio de frecuentes aspiraciones. 9. Al dar las nueve y a las tres, todos los miembros del Instituto se reunirán en el Sagrado Corazón, con esta jaculatoria: «Corazón Sagrado de Jesús, abrasado en nuestro amor, haced que todos nuestros Hermanos habiten siempre en Vos». El Corazón de Cristo Septiembre 2010 Página 8