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TEMA 1: EL SER HUMANO COMO SER MORAL
1.- ¿QUÉ ES LA ÉTICA?
Cuando hablamos de ÉTICA podemos hacer referencia a un aspecto
propio de los seres humanos y sus acciones o bien a una disciplina o tipo de
conocimiento:
A) LA ÉTICA COMO DIMENSIÓN O ASPECTO DEL SER HUMANO Y SUS
ACCIONES
Como seres humanos podemos realizar muchos tipos de acciones y afrontar
diferentes tipos de problemas.
Algunas de esas acciones las consideramos correctas y dignas de aprobación y
las calificamos como buenas, en contraste con aquellos comportamientos que
estimamos rechazables e indignos y, por tanto, los calificamos como malos. Las
acciones que podemos estimar como buenas o malas son las que calificamos como
acciones morales o éticas.
No todas las acciones pueden juzgarse como buenas o malas desde el punto
de vista moral. Hay acciones que son amorales, es decir, de las que no cabe un
juicio moral, no se puede decir que sean buenas o malas en el sentido de que hagan
mejor o peor a la persona que las hace. Un ejemplo de acción amoral sería vestir de
un color en vez de otro, llevar deportivas en lugar de zapatos de cuero.
Sin embargo, la mayoría de las acciones propias del hombre sí pueden recibir
una calificación positiva o negativa. Toda acción que puede valorarse como buena o
mala es moral. Aquéllas que se consideran como moralmente buenas se dicen que
son morales, si se entiende que son malas se denominan inmorales.
Las acciones, al repetirse se convierten en hábitos y los hábitos acaban
siendo disposiciones de la persona a actuar de una determinada manera, es decir,
van formando modos de ser: un modo habitual de comportarse crea una tendencia
a actuar de la misma forma en situaciones similares, y la persona puede decir que
actúa así porque ese es su modo de ser. Ese modo de ser lo ha creado ella misma.
El conjunto de disposiciones de una persona es su carácter, luego el carácter
lo vamos formando nosotros mismos al vivir.
De entre los muchos hábitos que poseemos, hay unos que conforman nuestro
carácter moral: Los hábitos que se forman repitiendo acciones valoradas
positivamente, son hábitos buenos y se llaman virtudes. Los hábitos formados
por acciones calificadas negativamente, son malos y se denominan por los autores
clásicos, vicios.
Virtud, de manera general, significa llegar a ser bueno o excelente en la
realización de una actividad para la que se tiene cierta capacidad, y se logra gracias
a la práctica o el ejercicio. Por ejemplo un violinista es virtuoso cuando después de
muchas horas de ensayo alcanza el dominio de ese instrumento y toca de manera
excelente.
El término “virtud” en el sentido moral, se refiere a la excelencia en el
comportamiento en aquellos aspectos que nos hacen actuar con humanidad y nos
hacen ser mejores personas.
Y así como nadie nace siendo pianista, peluquero o futbolista, tampoco nace
siendo virtuoso o malvado, justo o tramposo, atracador, mentiroso o sincero…Para
llegar a serlo hay que practicar. Todas las personas pueden llegar a ser buenas y
virtuosas si se lo proponen, tienen unas condiciones de vida digna y actúan
correctamente.
1
En conclusión, en un primer sentido la ética es el aspecto de las acciones
humanas por el que se puede juzgar que el hombre actúa bien o mal y va
formando una forma de ser o carácter moral.
La moral es, fundamentalmente, lo que pensó Aristóteles: una especie de segunda
naturaleza, una serie de cualidades, que conforman una peculiar manera de ser y de convivir
con los demás. Etimológicamente, la virtud – o areté- es aquello que una cosa debe tener
para funcionar bien y para cumplir satisfactoriamente el fin a que está destinada. Los griegos
hablaban de la virtud de un caballo de carreras, de un atleta o de un citarista. Cada uno era
excelente –“virtuoso”- en la medida en que desempeñaba perfectamente su función. El
virtuosismo consiste en ese saber hacer capaz de manifestar todas las posibilidades de un
arte. Si cada cosa, pues, tiene su “virtud” de acuerdo con el fin para el que ha sido hecha,
también los seres humanos, en tanto que son personas, han de poseer unas cualidades, unas
virtudes, que pongan de manifiesto su “humanidad”. Y la moral –o la ética- no es sino el
conjunto de las virtudes o la reflexión sobre ellas: la serie de cualidades que deberían poseer
los seres humanos para serlo de veras y para formar sociedades igualmente “humanas”.
La ética, en este sentido, está vinculada a la autoeducación y al esfuerzo constante
por
lograr
una
excelencia
en
la
manera
de
vivir.
Victoria Camps
B) LA ÉTICA COMO TIPO DE CONOCIMIENTO O SABER
Saber qué acciones son buenas y cuáles malas, qué razones han de
fundamentar nuestra conducta o cuáles son nuestros deberes morales, no es
siempre fácil, por eso es necesario pensar y argumentar sobre ello.
El conocimiento que lleva a cabo una reflexión racional acerca de tales temas
es la Ética.
En este sentido puede definirse la Ética como la disciplina o saber que se
ocupa de reflexionar acerca de las acciones humanas y el carácter desde el
punto de vista de su bondad o maldad.
Es obvio que las dos definiciones de ética están relacionadas, que la
Ética como disciplina reflexiona sobre el aspecto ético del hombre, por el que éste
puede actuar de tal modo que quepa juzgarse si lo hace bien o mal.
Vamos a profundizar en estas definiciones para aclarar lo que es la Ética y
comprender ese peculiar y fundamental rasgo del ser humano.
2.- ¿CUÁL ES EL OBJETIVO DE LA ÉTICA?
Si nos referimos a la Ética como disciplina, como conocimiento,
podemos preguntarnos ¿Para qué nos sirve ese conocimiento? ¿Por qué lo
necesitamos? Podría decirse que el propósito de la Ética es ayudarnos en el
difícil arte de orientarse en la vida.
Todos queremos tener una vida buena, lo más satisfactoria posible y ser la
mejor versión de nosotros mismos. Para ello tenemos que aprender a orientarnos en
la vida, a decidir con acierto, a elegir lo que nos conviene, a no perder el rumbo.
Pero vivir en ocasiones no es fácil, uno de los rasgos más peculiares de la
existencia humana es su carácter problemático: la vida nos plantea constantemente
problemas que tenemos que resolver de un modo u otro. La mayoría son pequeños
problemas, los que entraña la vida cotidiana… Pero otros son importantes: Qué
estudios elegir, qué metas quiero lograr en mis estudios… y aún más difíciles: ¿Qué
tipo de vida quiero llevar y qué clase de persona quiero ser?
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Para dar respuesta a esos problemas que la vida nos pone en el camino,
necesitamos disponer de criterios que nos guíen. Es decir, debemos tener ciertas
nociones acerca de lo que nos conviene y de lo que no nos conviene hacer, y saber
por qué ciertas cosas son convenientes y otras no.
La tarea de la Ética es suministrarnos esos criterios. Por ello, la Ética es
algo así como la brújula que nos va a permitir caminar con paso firme por la vida.
“... la brújula no indica directamente el camino a seguir, sino que muestra cómo
debe buscarse el camino correcto”. (A. Pieper. Ética y moral.)
3.- LA NATURALEZA DE LOS PROBLEMAS ÉTICOS
Los problemas que la vida nos plantea pueden ser de diverso tipo:
Teóricos: Nos formulamos preguntas sobre la realidad buscando su
conocimiento.
Prácticos: Nos planteamos cómo solucionar ciertas situaciones relacionadas
con la vida.
Dentro de estos aún podemos hacer dos grandes grupos: los que tienen
que ver con las cosas y los que implican a personas.
En nuestra relación con los objetos a veces surgen problemas: se queda sin
batería el móvil y estoy fuera de casa, se estropea la bicicleta con la que iba a
hacer una carrera el sábado… etc. Sin embargo, los problemas que nos plantean
las cosas no son, de por sí, problemas de tipo ético: no tiene sentido acusar a tu
bici o a tu móvil de comportarse incorrectamente porque te ha dejado tirado. La
Ética no se ocupa de los problemas que nos ocasiona nuestro trato con las cosas
en sí mismas. De resolver esos problemas se ocupan las diversas técnicas.
Los problemas éticos, a diferencia de los problemas técnicos, surgen
de nuestras relaciones, directas o indirectas, con las personas: con otras
personas o con nosotros mismos. Así, la pregunta “¿cómo debo tratar a mis
amigos?” tiene un carácter ético, mientras que la pregunta “¿cómo debo tratar mis
cuadernos?” no lo tiene: es una pregunta de tipo meramente técnico.
En ocasiones, nuestras formas de tratar con las cosas pueden tener
consecuencias beneficiosas o perjudiciales para las personas, pero lo que hace que
un determinado trato a las cosas tenga carácter ético, es decir, sea censurable o
elogiable, no es por cómo me comporto con las cosas, sino por la repercusión que
tiene en las personas.
Los problemas que trata la Ética son, pues, los que surgen como
resultado de las relaciones más o menos directas que mantenemos, a través
de nuestros actos, con determinadas personas.
3.- CUÁNDO PUEDE DECIRSE QUE UNA ACCIÓN TIENE CARÁCTER MORAL
Como hemos visto, no todas las accione tienen una calificación moral, hay
acciones amorales. Para que una acción sea moral ha de tener una serie de
características que se enumeran a continuación:
CARACTERÍSTICAS DE LAS ACCIONES MORALES

Son acciones que el sujeto elige, normalmente tras la deliberación sobre
las diferentes opciones posibles (son acciones voluntarias e intencionadas, por
lo tanto, son elegidas y libres).

Se delibera sobre lo que en conciencia se debe hacer porque es bueno
o rechazarse porque es malo (Son buenas o malas).

Es decir, se considera que no es igual actuar de un modo u otro, sino
que la persona siente una obligación interna a comportarse de una
3
determinada manera y entiende que es eso lo que debe hacer
(Obligatoriedad).

La razón por la que debe hacerlo no es porque con tal acción va a
obtener ciertos beneficios ajenos a la acción o va a escapar de determinadas
consecuencias, sino porque se entiende que es mejor hacerla que lo contrario,
es preferible en sí.(Valor incondicional de lo moral).

Y la persona que elige actuar así no sólo piensa que ha de hacerlo ella
individualmente, sino que entiende que cualquier persona en esa misma
situación habría de actuar de la misma manera (Universalidad)
En resumen, las acciones para ser morales, han de presentar las siguientes
características:
Han de ser voluntarias, consciente y libres. Además han de sentirse como
obligatorias y de una obligatoriedad universal, es decir sentirlas como una
exigencia, como un deber al que todo ser humano está sometido. Y por tanto,
pueden considerarse como buenas o malas, según cumplamos o no con tal
obligación.
4.- LA CONDICION FUNDAMENTAL DE LA ÉTICA O MORALIDAD ES LA
LIBERTAD
La libertad es la primera condición para que el ser humano y sus
acciones sean morales
Dice usted que hay que practicar la libertad éticamente
Sí, porque ¿qué es la ética sino la práctica de la libertad, la
práctica reflexiva de la libertad?…
¿Quiere decir que entiende usted la libertad como una realidad en sí
misma ya ética?
La libertad es la condición ontológica de la ética. Pero la ética es
la forma reflexiva que adopta la libertad…
M. Foucault, La ética del cuidado de sí como la práctica de
libertad

la
NUESTRA CONDUCTA NO ESTÁ FIJADA POR LA NATURALEZA
La manera de obrar del ser humano no está fijada por la naturaleza: nuestra
naturaleza no determina por completo nuestra conducta, no poseemos una
programación que establezca una manera fija de comportamiento ante una
situación, no actuamos como meros mecanismos automáticos
Esto es así porque nuestra biología no es suficiente para explicar nuestra
acción. Vivir, para el ser humano, no es reproducir una serie de patrones fijados
genéticamente en la especie. Nuestra vida no nos viene resuelta. A diferencia de los
animales, tenemos que inventar y elegir nuestra propia vida.
Si al encontrarnos en una situación concreta estuviera preestablecido por
nuestra biología cómo tenemos que actuar, seríamos como mecanismos, máquinas
programadas para realizar
de ciertas maneras automáticas e inflexibles una
determinada función.
En los animales encontramos respuestas estereotipadas que serían como
reacciones preestablecidas por su propia biología ante un estímulo. Dada una
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situación, la respuesta se desencadena automáticamente en función de los instintos
del animal. Se puede decir que los animales están determinados por el instinto,
programados por la Naturaleza para actuar de una forma u otra.
Por el contrario, nosotros podemos actuar de formas diversas en una misma
situación, nos encontramos siempre con varias posibilidades de actuación, ante las
cuales forzosamente hemos de elegir una.
Entre el estímulo y la acción hay un espacio, un hiato para que pensemos en
las distintas posibilidades y podamos crear una respuesta: antes de actuar podemos
reflexionar sobre la mejor opción, sobre lo que conviene hacer en ese momento, y
por qué conviene hacerlo… y decidir hacerlo.
A nosotros corresponde no sólo elegir qué hacer, sino por qué lo
hacemos, dar razón de nuestra acción y fundar esa razón en una preferencia
de valor moral. Esto es, hemos de justificar nuestras acciones.
Para realizar una acción moral tenemos que dar los siguientes pasos:
o
Considerar las distintas opciones que tenemos en esa situación
o Control o freno de toda reacción espontánea inmediata o automática
o Deliberación racional teniendo en cuenta los pros y los contras de las posibles
acciones. Reflexionar sobre ellas: sobre lo que es lo correcto, lo que nos
conviene, las consecuencias…etc
o Decisión: Tomo la determinación de realizar una determinada acción, me decido
a actuar. Es decir llevo a cabo la elección de la acción que me parece más
adecuada.
o Realización efectiva del acto que he decidido.
En definitiva, ni la genética, ni la propia situación, ni siquiera el aprendizaje o
la educación, determinan lo que un sujeto va a hacer, sino que ha de elegirlo uno
mismo, lo que hace y por qué lo hace.
Por ello la existencia humana y la libertad son inseparables desde un
principio. ORTEGA lo expresa así:
"El hombre…al no tener una consistencia fija e inmutable -una naturaleza
determinada- , está abierto para ser, por lo menos para intentar ser, lo que quiera. Por eso el
hombre es libre y no por casualidad. Es libre, porque no poseyendo un ser dado y perpetuo
no tiene más remedio que írselo buscando. Y esto - lo que va a ser en todo futuro inmediato
o remoto - tiene que elegirlo y decidirlo él mismo. De suerte que es libre el hombre a la
fuerza. No es libre de no ser libre".
 CONSTRUIMOS NUESTRO CARÁCTER Y NUESTRO SER: CADA
UNO ES SU PROPIO PROYECTO y ESTE PROYECTO ES MORAL
A) CADA UNO HA DE HACER SU VIDA Y CREAR SU PROPIO SER
El ser humano es una realidad que se hace y se construye; un ser inacabado,
abierto, que tiene que hacerse a sí mismo en el transcurso de su vida. Gracias a no
estar abocados a una respuesta única ante un problema y tener siempre varias
posibilidades, nos vemos forzados a elegir en cada caso una sola y no podemos no
elegir. “Estamos condenados a la libertad”, decía Sartre, lo que quiere decir que no
podemos dejar de elegir, porque algo sin más remedio tenemos que hacer. Y, al ir
eligiendo nuestras acciones, vamos formando nuestra vida y nuestro modo de ser.
La vida que nos es dada, no nos es dada hecha, sino que cada uno de
nosotros tiene que hacerla, cada cual la suya. Esa vida que nos es dada, nos es dada
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vacía y el hombre tiene que írla llenando, ocupándola…
Esto no acontece con la piedra, la planta, el animal. A ellos les es dado su ser
ya prefijado y resuelto. A la piedra, cuando empieza a ser, no le es dada sólo la
existencia, sino que le es prefijado de antemano su comportamiento –a saber, pesar,
gravitar hacia el centro de la tierra… parejamente al animal le es dado su repertorio
de conducta, que va, sin su intervención, gobernada por sus instintos.
Pero al hombre le es dada la forzosidad de tener que estar haciendo siempre
algo, so pena de sucumbir, mas no le es, de antemano y de una vez para siempre,
presente lo que tiene que hacer. Porque lo más extraño o azorante de esa
circunstancia o mundo en que tenemos que vivir consiste en que nos presenta
siempre, dentro de su círculo y horizonte inexorable, una variedad de posibilidades
para nuestra acción, variedad ante la cual no tenemos más remedio que elegir y, por
tanto, ejercitar nuestra libertad. La circunstancia –repito- el aquí y ahora dentro de
los cuales estamos inexorablemente inscritos y prisioneros, no nos impone en cada
instante una única acción para hacer, sino varias posibles y nos deja cruelmente
entregados a nuestra iniciativa e inspiración, por tanto, a nuestra responsabilidad.
(…) …La vida no es sino el ser del hombre, por tanto eso quiere decir lo más
extraordinario, extravagante, dramático, paradójico de la condición humana, a saber:
que es el hombre la única realidad, la cual no consiste simplemente en ser sino que
tiene que elegir su propio ser.
…La vida es intransferible y cada cual tiene que vivirse la suya; …nadie
puede sustituirle en la faena de vivir, …el dolor de muelas que siente tiene que
dolerle a él y no puede traspasar a otro ni un pedazo de ese dolor;… ningún otro
puede elegirni decidir por delegación suya lo que va a hacer, lo que va a ser; … nadie
puede reemplazarle ni subrogarse a él en sentir y querer… ni puede encargar al
prójimo de pensar en lugar suyo los pensamientos que necesita pensar para
orientarse en el mundo – en el mundo de las cosas y en el mundo de los hombres- y
así acertar en su conducta… Eso tengo que hacerlo yo, yo solo, yo en mi soledad. Y
como esto acontece con mis decisiones, voluntades, sentires, tendremos que la vida
humana sensu stricto por ser intransferible resulta que es esencialmente soledad,
radical soledad.
Ortega y Gasset, El hombre y la gente.
1.- ¿Qué quiere decir la frase: “La vida nos es dada”?
2.- ¿Por qué está vacía?
3.- ¿Qué tarea nos impone esto?
4.- ¿Qué les ocurre al resto de los seres?
5.- Explica qué significa que la vida es intransferible y qué nadie puede hacer
por nosotros.
B)
EL PROYECTO HUMANO ES, EN TODO CASO, MORAL
Cada ser humano tiene que hacer su propia vida porque no le viene hecha.
Esto quiere decir que es estructuralmente moral, porque necesariamente ha de elegir
lo que va a hacer. Pero no sólo se ve forzado a elegir sino que ha de crearla
ajustándola a valoresy normas morales. Y, por tanto, podrá guiarse por valores,
fines, ideales morales o inmorales, buenos o malos. Por eso podemos decir que el
hombre es un ser estructuralmente moral.
La vida humana es constitutivamente moral, no sólo… porque nuestra vida está por
hacer, no se nos da determinada, sino también porque el proyecto de vida individual y
colectivo, se configura necesariamente en torno a unos ideales, a unos valores, que,
finalmente, o son éticos o están contra la ética. Podemos equivocarnos en nuestros juicios,
actuar de buena o mala fe, pero lo que hagamos o nos propongamos, lo que decidamos,
cuando realmente es algo importante y no trivial, será justo o injusto, leal o desleal,
humano o inhumano. ..
Victoria Camps, Virtudes públicas, Austral
1.-¿En qué dos sentidos es la vida humana moral?
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5.-LOS SENTIDOS DE LA LIBERTAD

LIBERTAD COMO INDEPENDENCIA: no estar determinado por la naturaleza ni
coaccionado por fuerzas externas
o No estamos determinados por la situación, por los estímulos, ni por nuestros
instintos o deseos a actuar de un modo fijo. La acción humana no es una mera
respuesta ante los estímulos. Estamos liberados respecto a ellos y respecto a
nuestra estructura biológica, lo que nos da independencia para actuar.
o Falta de coacción: no nos presionan o fuerzan desde fuera a actuar de un
modo que no queremos.
 LIBERTAD DE ELECCIÓN:
Capacidad para elegir. Al no estar determinados a obrar de un modo concreto,
podemos elegir entre diferentes opciones qué hacer, y para ello hemos de buscar
la justificación de nuestra acción, las razones por las que actuar.
“El hombre no es libre porque puede elegir, sino que puede elegir porque es
libre”

LA LIBERTAD COMO AUTODETERMINACIÓN (POSITIVA): LIBERTAD
COMO AUTONOMÍA
Significa actuar siendo uno mismo la fuente de la propia acción, no sólo de lo
que hacemos sino de por qué lo hacemos: tenemos que fundamentar racionalmente
nuestra acción, dar la razón o justificación de nuestra elección. Esta fundamentación
ha de ser una norma o valor que nace de la propia conciencia. En este sentido
“autonomía” se refiere también a la regulación de la conducta por normas que
surgen del propio individuo. Autónomo es todo aquél que decide
conscientemente qué reglas son las que van a guiar su comportamiento.
Considerar la propia libertad como autonomía implica, por tanto,
considerarla no sólo en su sentido negativo de falta de coacción -nadie me
impone las reglas desde el exterior-, sino también en su sentido positivo -sé
lo que hago, no me dejo llevar por la rutina, la costumbre, el capricho, lo bien
visto o la imagen que me gustaría dar ante los demás-.
Tener autonomía quiere decir:

ser capaz de hacer lo que uno cree que se debe hacer

ser capaz de analizar lo que creemos que debemos hacer y
considerar si de verdad debe hacerse.

usar nuestra conciencia moral.
Precisamente cuando somos autónomos nos damos cuenta de la conexión
causal entre las acciones y los efectos que producen. Y al decidir actuar una
vez analizadas las consecuencias, fundamentando racionalmente nuestra
acción, podemos dar cuenta de la misma, nuestra acción se convierte en
nuestra. Somos responsables. La autonomía nos lleva a la responsabilidad.
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Texto sobre la autonomía, la libertad y la responsabilidad:
“Sólo el ser libre es responsable. Sólo quien decide autónomamente
prefiriendo una entre dos o más posibilidades está en condiciones de
responder de lo que hace. La responsabilidad, la autonomía y la libertad son lo
mismo.
Pero lo que en teoría se dice fácil en la práctica es mucho más confuso.
Decimos que somos libres, autónomos, responsables, pero ¿entendemos
realmente qué significa cada uno de estos atributos del sujeto ético?
La responsabilidad tiene que ver con la libertad o autonomía del
individuo así como con su capacidad de comprometerse consigo mismo y,
sobre todo, con otros hasta el punto de responder de sus acciones. Esa
relación de compromiso, de expectativas o exigencias hace que la
responsabilidad sea una actitud esencialmente dialógica (de relación y diálogo
con los demás).
Finalmente, sólo son autónomos aquellos seres que son capaces de
valerse por sí mismos a ciertos efectos, que pueden tomar decisiones,
tener cierto poder... Así, pues, ningún ser humano mayor de edad puede
esquivar la misión de tener que responder de algo frente a alguien, porque
ineludiblemente ha de encontrarse en situaciones de poder, de tomar
decisiones, que le exigen satisfacer unas demandas…Esto es así porque uno
vive entre otros semejantes y es interpelado por ellos de continuo(se le exige
una respuesta o acción)...
La autonomía nunca es absoluta, no excluye conexiones y ligazones:
nadie es totalmente autosuficiente ni actúa sólo para sí mismo”
Victoria Camps, VirtudesPúblicas
6.- SI SOMOS LIBRES, SOMOS RESPONSABLES
Puesto que nosotros elegimos nuestras acciones, éstas son en riguroso
sentido nuestras, y hemos de responder de ellas, somos responsables de lo que
hacemos y de sus consecuencias. Ser responsable es saber que cada uno de los
actos que realizamos nos va formando y tiene unas consecuencias. Todos nuestros
comportamientos dejan huella en el mundo que nos rodea y, sobre todo, nos realiza
a nosotros de una determinada manera, nos va definiendo, construyendo.
Así se pueden diferenciar dos aspectos de la responsabilidad, uno interno, que
tiene que ver con la acción misma y la configuración de nuestro carácter, y otro
externo, relacionado con las consecuencias de nuestros actos:

Responsabilidad interna: De entre todas las opciones que la situación
nos brinda como posibles, nosotros elegimos realizar una acción concreta. La
elección es nuestra, nos la apropiamos y pasa a formar parte de nosotros. Cada
acción va formando nuestro modo de ser, de manera que al final el resultado de mis
elecciones soy yo mismo, mi propio carácter. En este sentido soy responsable de mí
mismo, de cómo soy.
Por ejemplo, si a la hora de elegir asignaturas optativas un alumno elige hacer
las que considera que le van a exigir menos esfuerzo aunque le parezcan otras más
importantes… ha elegido lo fácil, ha rehuido el esfuerzo…Se ha hecho más “flojo”.

Responsabilidad externa: Cada acción tiene unos efectos en la
realidad, unas consecuencias, de las que el sujeto que realiza la acción ha de
responder y hacerse cargo. Tales consecuencias pueden afectar al propio individuo
de la acción o los demás.
Por ejemplo, si un joven decide apuntarse a un curso de alemán porque a él
asisten algunos de sus amigos, pero la escuela donde se da el curso está muy lejos
de su casa… Va a tener que perder tiempo para desplazarse y tendrá menos horas
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para otras actividades, y puede que sus padres tengan que ocuparse de llevarlo o
traerlo, con lo que también ellos perderán tiempo.
En definitiva, las condiciones que permiten que el hombre sea un ser
moral son:
La libertad: que le da la posibilidad de elegir entre diferentes
acciones y, por tanto, elegir entre lo bueno y lo malo. Esto le hace al hombre
ser dueño, y por tanto responsable, de sus propias acciones y de sí mismo, de
su carácter y su modo de ser, así como de su cualidad moral.
La inteligencia o razón: Gracias a todas las capacidades
humanas que incluimos en la inteligencia o racionalidad podemos analizar las
situaciones, plantearnos alternativas, crear soluciones, organizar planes,
buscar el fundamento de nuestras acciones en valores y normas que
consideremos justos…etc
El ser social: para llegar a ser humano y para vivir como tal el
hombre necesita de los otros hombres, vive con los demás y sus decisiones y
acciones tienen consecuencias que afectan a los otros necesariamente.
7.- LA ÉTICA COMO SABER
Para todos los demás vivientes existe lo adecuado y lo inadecuado, lo
favorable y lo nocivo, lo conveniente y lo inapropiado, lo beneficioso y lo dañino, lo
positivo y lo negativo… Pero entre humanos preferimos hablar de bueno y malo,
porque es la intención racional y no las leyes de la naturaleza quien establece el
acuerdo entre lo que nos resulta propicio y lo que nos degrada. “Bueno” y “malo”
son términos referidos a lo consciente, a aquello por lo que se opta, es decir, a ese
libre albedrío que constituye la forma más íntima y problemática de la libertad por la
cual antropológicamente nos definimos.
F. Savater, El valor de elegir, Ariel
Si nuestra vida, nuestro carácter, dependen de nosotros y podemos actuar
bien o mal, es necesario reflexionar sobre lo bueno y lo malo, y por tanto, sobre lo
quehace que nuestras acciones sean buenas o malas. Así mismo, sobre las normas y
valores que habría que cumplir para actuar moralmente y el fundamento de las
mismas. En definitiva, una reflexión sobre la vida: sobre en qué consiste una vida
buena, y cómo llevar a cabo nuestra propia vida.
Precisamente en este sentido la definición de ética con la que empezamos el
tema es:
“Disciplina que estudia las acciones humanas y el carácter desde el punto de
vista de su bondad y maldad”
Si, como hemos dicho, vamos a vernos obligados constantemente a elegir entre
posibilidades para apropiarnos unas, renunciando a otras, y a tener que justificar nuestras
elecciones, más nos vale intentar ir aclarándonos a nosotros mismos desde dónde hacerlo
para lograr buenas elecciones. Sin duda, nuestra razón tiene una función calculadora, pero
nos conviene que esos cálculos sean prudentes. Es decir, nos conviene tener criterios
fundados desde los que tomar las decisiones, no sea que elijamos las opciones menos
acertadas. En este sentido, la historia de la ética ha sido en buena medida la historia de la
sabiduría moral, el intento de pertrechar a las personas de los criterios necesarios para hacer
buenos juicios y, consiguientemente, buenas elecciones. Adela Cortina
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