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INSTITUTO INMACULADA CONCEPCIÓN
DPTO. HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES
PROF. CRISTIAN RUIZ F.
8° BÁSICO B
APUNTE COMPLEMENTARIO LA HIDROSFERA Y LA ATMOSFERA.
LA HIDROSFERA Y LA ATMÓSFERA MODELAN EL RELIEVE
La formación del relieve es uno de los más claros ejemplos de la interacción existente entre
los distintos subsistemas que conforman el sistema Tierra.
Hasta ahora has estudiado el volcanismo y la tectónica de placas. Estos tienen su origen en
las fuerzas internas de la Tierra y, como has visto, crean y modifican cerros, montañas,
valles y otras formaciones geológicas. Pero el relieve que observamos a nuestro alrededor
también es modelado por otras fuerzas de gran poder: son los agentes geológicos externos.
Entre ellos, los más importantes son los ríos, los glaciares, las olas del mar, el viento, la
lluvia, algunos elementos químicos y los seres vivos. Estas fuerzas externas modifican el
relieve mediante los procesos de meteorización, transporte y sedimentación; el conjunto de
estos procesos suele denominarse erosión.
METEORIZACIÓN
Todas las rocas situadas en la superficie terrestre se hallan sometidas a la acción de los
vientos, el agua y los seres vivos que las alteran y rompen. Es el proceso llamado
meteorización. Hay dos tipos de meteorización: física y química. Esta última se produce
por la disolución de las rocas debido a alguna reacción química que generalmente ocurre en
el agua (lluvia, río, océano, lago, etc.).
La meteorización física o mecánica consiste en una disgregación o división de las rocas en
fragmentos, sin que se modifique su composición química o mineralógica. Por ejemplo,
cuando el agua que ingresa a las fracturas y poros de una roca se congela (debido a los
cambios de temperatura entre el día y la noche o entre distintos momentos del año),
aumenta su volumen y se expande, forzando la estructura interna de ésta hasta romperla. En
un proceso físico similar, si el agua que impregna la roca contiene sales disueltas, al
evaporarse se forman cristales que se acumulan hasta desintegrarla. También los cambios
de temperatura dilatan y contraen las rocas pudiendo agrietarlas, esto es frecuente en climas
con gran oscilación térmica diaria como los desérticos. Por último, los seres vivos también
realizan meteorización mecánica, un ejemplo es la penetración de las raíces de las plantas o
árboles en las grietas de las rocas.
Transporte
El resultado de la meteorización es un conjunto de superficies de rocas alteradas y
fragmentos disueltos, que suelen ser trasladados a lugares más bajos. Se denomina
denudación al proceso por el que se retiran materiales de cualquier zona de la superficie
terrestre. El traslado de los materiales erosionados recibe el nombre de transporte. En los
continentes, los agentes de transporte son las aguas superficiales, los glaciares, el viento y
los procesos gravitacionales.
Sedimentación o depositación
Las rocas, de distintos tamaños, pueden ser transportadas una corta distancia o viajar muy
lejos. Cuando el traslado finaliza se depositan formando un sedimento. Los sedimentos se
depositan preferentemente en las zonas más bajas de la superficie terrestre. A través del
tiempo, los sedimentos forman distintas capas o estratos.
Existen ambientes sedimentarios continentales y marinos. En nuestro país, por ejemplo,
después de que una doble fractura creó la depresión intermedia, durante millones de años
diferentes fuerzas —el agua, la gravedad, los glaciares, el viento— han transportado
materiales desde la cordillera a la depresión y estos han sedimentado, dando al valle
longitudinal sus características actuales, de suelos muy fértiles.
La acción del viento
El viento actúa erosionando, transportando y depositando materiales. Los vientos muy
turbulentos pueden desprender fragmentos de roca. Las tormentas de arena u otras
situaciones similares donde el viento lleva una carga de material lo convierten en un agente
abrasivo (destructor). La acción del viento durante un largo tiempo modifica las
formaciones rocosas dándoles apariencias a veces muy hermosas. El principal producto del
viento son las dunas. En los campos de dunas se pueden encontrar especies vegetales y
animales que no hay en otros sitios, y por eso hay que protegerlas, pero, por otro lado, el
avance y multiplicación de las dunas es causa de desertificación.
Los glaciares
En Chile, los glaciares han sido el más importante agente externo de modelado del relieve.
Durante la última era glacial avanzaron mucho y tras retirarse dejaron como huella de su
presencia los fiordos australes y los lagos del sur de Chile, además de valles característicos,
entre otras formas geográficas.
Se denomina glaciar a una masa gruesa de hielo que se desplaza por la superficie terrestre.
En las regiones polares y en las zonas más altas de las cordilleras la nieve persiste todo el
año: son las zonas de nieves perpetuas y en ellas se forma el hielo glaciar.
Las mayores extensiones de hielo continental forman los glaciares de casquete y se
encuentran en Groenlandia y en la Antártica. Los glaciares alpinos se hallan en las zonas de
alta montaña; tienen una estructura que recuerda a la de un torrente en el que se distinguen
tres zonas: el circo, o zona más alta con forma de cuenca en la que la nieve se acumula y
transforma en hielo; la lengua, o masa de hielo que desciende; y la zona terminal en la que
el hielo se funde y deposita los materiales que transportaba.
CARACTERÍSTICAS Y DINÁMICA DE LA ATMÓSFERA
La atmósfera es la capa de elementos, en su mayoría gaseosos, que envuelve la Tierra. Está
constituida por una variedad de gases, a los que habitualmente llamamos aire: un 78% de
nitrógeno, un 21% de oxígeno y un 1% de diferentes componentes gaseosos como argón,
helio, ozono y anhídrido carbónico. Los gases de la atmósfera son fundamentales para el
desarrollo de la vida en la Tierra.
Capas de la atmósfera
La troposfera es la capa más delgada. La palabra tropos en latín significa cambios y es,
efectivamente, en esta capa donde se producen todas las modificaciones meteorológicas
causantes del tiempo y el clima. También es la que está en contacto con el ser humano.
Posee entre un 75% y 80% del aire de la atmósfera, su temperatura oscila entre los 15 °C
medida a nivel del mar y los -50 °C en el límite superior.
La estratosfera se extiende entre los 11 y 50 km, aproximadamente. Su importancia radica
en que en ella se encuentra la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioleta
provenientes del Sol, que dañan la salud de todos los seres vivos. La ionosfera recibe su
nombre de los iones que posee, moléculas o partículas electrizadas por la radiación solar
que posibilitan la transmisión de las ondas sonoras y audiovisuales, permitiendo la
comunicación mediante radio, televisión y satélite. La exosfera se sitúa sobre los 1.000 km
de altitud, es la capa más alejada de la Tierra, por lo que la escasa gravedad le confiere una
muy baja densidad de gases.
Circulación atmosférica
Los rayos solares llegan las diferentes partes de la superficie terrestre de manera desigual y,
debido a que el calor es mayor en la zona intertropical, existe un sistema de vientos
planetarios y un sistema de corrientes marinas que distribuyen este calor hacia las áreas más
frías.
Sistema de altas y bajas presiones
El aire de la atmósfera pesa sobre la superficie terrestre, lo que determina la presión
atmosférica de un lugar.
Cuando el aire se calienta se expande, pesa menos y sube, y así se crea una zona de baja
presión o ciclón.
En la alta atmósfera este aire se enfría, se desplaza y desciende y, así, en las regiones donde
estas masas de aire bajan se forman celdas de altas presiones conocidas como anticiclones.
Los vientos que se mueven en la superficie de la Tierra lo hacen desde las zonas de altas
presiones hacia aquellas de bajas presiones. Por lo general, ese viento superficial está
cargado de humedad.
Cuando el aire asciende, se enfría y el vapor de agua que contiene se condensa, lo que
causa precipitaciones de lluvia o nieve. Por el contrario, cuando las grandes masas de aire
descienden se calientan, lo que impide que el vapor de agua se condense. Por esto, en las
zonas de altas presiones el cielo está despejado y no llueve.
El clima
De seguro has visto el informe del tiempo en algún canal de televisión, en el que se anuncia
un pronóstico de la temperatura, precipitaciones y otros aspectos del tiempo de los días
siguientes: el tiempo atmosférico es una condición que cambia en forma constante y que es
estudiado por la meteorología. El clima, en cambio, es un promedio de las características
del tiempo, observadas a lo largo de décadas en una zona determinada; la ciencia que lo
estudia se llama climatología.
Elementos del clima
Las características del clima se expresan a través de los elementos: temperatura,
precipitación, presión atmosférica, viento y humedad.
Temperatura atmosférica. Es el calor que posee la atmósfera. El instrumento que se utiliza
para medirla es el termómetro. Comúnmente, se expresa en grados centígrados
(C) o Fahrenheit (F). La temperatura media diaria se obtiene sumando la temperatura
máxima y la temperatura mínima y dividiendo el resultado por dos. Por otra parte, la
oscilación o amplitud térmica se obtiene restando la mínima a la máxima. La amplitud
térmica es menor en las zonas más cercanas a la costa, ya que las grandes masas de agua
ejercen un efecto moderador de la temperatura.
Precipitación. Es la caída, ya sea en forma de lluvia, nieve o granizo, del agua que se
encontraba en suspensión en la atmósfera. Esta se expresa en milímetros (mm) y se mide
por medio del pluviómetro. Se produce cuando el agua contenida en las nubes se enfría y se
condensa.
Presión atmosférica. Es el peso que ejerce la atmósfera sobre la superficie terrestre. El
instrumento que la mide es el barómetro. Se expresa en milibares (mbar).
Vientos. Son masas de aire que se desplazan sobre la superficie terrestre, desde las zonas de
alta a las de baja presión atmosférica, con una velocidad que se expresa en kilómetros por
hora (km/h). El instrumento que mide dicha intensidad es el anemómetro y aquél que indica
su dirección se denomina veleta.
Humedad. Es la cantidad de vapor de agua que contiene la atmósfera. El instrumento que la
mide es el higrómetro. La humedad relativa del aire es la relación entre la cantidad de vapor
de agua que hay en el aire y la máxima cantidad que este podría contener.
Factores que determinan el clima
Los factores que determinan el clima de un lugar son: su latitud y altitud, el relieve, las
corrientes oceánicas y su cercanía a grandes masas de agua.
Latitud. Es la distancia que existe entre cualquier punto de la Tierra y la línea del ecuador.
Las temperaturas medias van disminuyendo en la medida en que aumenta la latitud. La
latitud aumenta desde la línea del ecuador (latitud 0°) hacia los polos.
Altitud. Es la distancia vertical de un punto de la tierra respecto al nivel del mar. La
temperatura y la presión disminuyen con la altitud. Se estima que, por cada 180 m de
ascenso, la temperatura disminuye 1 °C. Cuando los vientos húmedos alcanzan una
cordillera deben elevarse, lo que provoca la baja de su temperatura y la consiguiente
condensación y precipitación del agua que contienen.
Relieve. Las montañas y cordilleras actúan como biombos (barreras) climáticos. La
cordillera de los Andes, por ejemplo, impide el paso de masas de aire húmedo provenientes
del océano Pacífico hacia su ladera oriental. Por eso las precipitaciones son mayores en la
ladera occidental de los Andes (barlovento) que en la ladera oriental (sotavento).
Corrientes oceánicas. Las corrientes oceánicas son frías o cálidas. La corriente que baña la
costa chilena, por ejemplo, es la de Humboldt, de agua fría. Tiene su origen en la región
antártica, alcanza la costa chilena entre los 40 y 45 grados de latitud sur y luego se desplaza
hacia el norte. Las corrientes cálidas causan una gran evaporación de agua y formación de
nubes que, al ser arrastradas por el viento hacia los continentes, producen precipitaciones.
Una corriente fría, por el contrario, es responsable de escasa evaporación de agua. Por este
motivo, la corriente de Humboldt es uno de los factores que explican la aridez extrema del
desierto de Atacama.
Cercanía de grandes masas de agua. El mar y los grandes lagos actúan como reguladores
térmicos, absorbiendo calor durante el día y liberándolo por la noche. Esto explica por qué
Valparaíso y Santiago, pese a hallarse casi a la misma latitud, tengan diferentes amplitudes
térmicas. Lo mismo ocurre en los casos de Concepción y Chillán, y de Antofagasta y
Calama, entre otras localidades de nuestro país.
Distribución de climas, paisajes y población: estudio de las relaciones entre procesos
naturales y humanos
La distribución de climas y paisajes en la superficie terrestre se explica a partir de la
dinámica de otros componentes del geo sistema, en este caso uno de los más importantes es
la circulación atmosférica.
A las latitudes intertropicales llegan los vientos alisios cargados de humedad; luego
ascienden grandes masas de aire que, al enfriarse, causan precipitaciones. En esas latitudes
predominan las bajas presiones: son las llamadas calmas ecuatoriales. Cómo pudiste ver en
el esquema de circulación atmosférica en la página 53, las masas de aire que ascienden en
la zona intertropical viajan hacia latitudes mayores y descienden en torno a los 30° de
latitud norte y sur, generando ahí zonas de altas presiones. Lo anterior explica, en términos
planetarios, la situación geográfica de los climas ecuatorial, tropical y desértico.
En la Tierra viven más de 6,7 mil millones de personas que, sin embargo, no se distribuyen
uniformemente sobre el globo. Si observas el mapa de densidad poblacional notarás que la
gran mayoría vive al norte de la línea del ecuador y que la mayor parte habita en latitudes
medias (entre los 20° y 60° de latitud, tanto sur como norte), es decir, en zonas de climas
templados, como puedes apreciar al comparar la densidad poblacional con el mapa de
climas de la página anterior.
Las tres regiones más densamente pobladas en el mundo son Asia oriental (China, Corea y
Japón), el sur de Asia (India, Pakistán y Bangladesh) y Europa.
La hidrosfera
La hidrosfera es el conjunto de las aguas que existe en la Tierra, en sus tres estados:
líquido, sólido y gaseoso.
Cubre las tres cuartas partes del planeta y se reparte en agua salada u oceánica, que
corresponde al 97% del total, y agua dulce o continental, el 3%.
Movimientos de las aguas oceánicas
El agua oceánica está siempre en movimiento, tres son los principales: las olas, las mareas
y las corrientes marinas. Las olas son movimientos superficiales del mar de forma
ondulatoria, producidos por la fuerza del viento.
Las mareas son los ascensos y descensos periódicos del mar provocados por la atracción
que ejercen la Luna y el Sol sobre el agua. La Luna, por estar más cerca de la Tierra,
cumple un rol más importante. La marea alta se produce en la cara de la Tierra que está
frente a la Luna y también en la cara opuesta. Por lo tanto, hay dos subidas del mar cada
día.
Las corrientes marinas son desplazamientos permanentes de masas de agua, que avanzan a
una gran velocidad, verdaderos “ríos en el mar”. Son varias las fuerzas que impulsan a estas
corrientes, pero las dos más importantes son las diferencias de temperatura y de densidad
del agua. Es así como, por ejemplo, las corrientes que nacen en las zonas ecuatoriales se
desplazan hacia latitudes superiores donde el océano es más frío, mientras que ocurre lo
contrario con las corrientes que se originan en las zonas polares, que avanzan en dirección a
la línea del ecuador, impulsadas por las diferencias de temperatura.
Las corrientes afectan el clima de diversas maneras, la corriente cálida del Golfo, por
ejemplo, influye en que las temperaturas en el continente europeo sean superiores a las que
se presentan en América del Norte, en las mismas latitudes. Las precipitaciones también se
ven influidas por las corrientes marinas, ya que en aquellas zonas donde el océano es más
cálido ocurre una mayor evaporación de agua. La corriente de Humboldt, incide en que las
precipitaciones sean bajas en gran parte de nuestro país.
Por otra parte, las aguas oceánicas también se ven afectadas por cambios de temperatura,
distintos a las corrientes oceánicas. Los fenómenos del Niño y la Niña, por ejemplo,
ocurren por variaciones en la relación entre atmósfera y océano en la región del Pacífico
ecuatorial. En el caso del Niño el debilitamiento de los vientos impide la emergencia de las
aguas frías, lo que aumenta la temperatura del mar. La Niña, al contrario, se produce por un
aumento en la intensidad de los vientos que arrastra las aguas frías, de tal forma que las
temperaturas bajan.
Aguas continentales
Propiedades y características de los ríos
Caudal o gasto. Es la cantidad de agua que lleva un río medida en metros cúbicos por
segundo. El río Amazonas es el más caudaloso del mundo, en su desembocadura tiene un
gasto promedio de 219 mil m3/s. En Chile, el río de mayor caudal es el Baker, en la XI
Región, que tiene un gasto medio de
870 m3/s.
Cauce o lecho. Es el terreno por donde fluye un río. Los ríos son agentes modeladores del
relieve y una de las formas que otorgan al lecho es en terrazas, creadas a lo largo de mucho
tiempo, adoptando formas que obedecen a los desplazamientos que sufre el río en su
historia: cada terraza fue alguna vez el fondo del río, luego este siguió erosionando la
superficie y desplazándose. Los valles de los ríos tienen, en general, una forma de V, los
que los distingue de aquellos creados por glaciares que adoptan una forma de U.
Hoya hidrográfica o cuenca. Es la superficie medida en km2 drenada por un río y todos sus
afluentes. Un afluente es un río que desemboca en otro mayor. El río
Amazonas es el que tiene la cuenca más grande del mundo, 7 millones de km2, el mismo
tamaño que Europa.
Régimen. Es la variación que sufre el caudal a lo largo del año debido al origen de las
aguas que alimentan el río. Existen tres tipos: pluvial, que se alimenta de lluvias; nivoso,
cuyas aguas provienen del derretimiento de hielo y nieve, y mixtos, cuyo caudal se alimenta
tanto de lluvias como de deshielos. Estos últimos son los más comunes en Chile, por lo que
alcanzan su máximo caudal en los meses de invierno y primavera.
El ciclo del agua
El agua se encuentra en los océanos y mares, sobre la superficie terrestre y en la atmósfera
como vapor. Al flujo permanente entre estos tres reservorios se le conoce como ciclo del
agua o ciclo hidrológico.
Tipos de lluvia
Al enfriarse, el agua de las nubes se condensa y se produce la precipitación en forma de
lluvia, granizo o nieve. La temperatura es más baja en las partes altas de la atmósfera, por
lo que la condensación ocurre cuando las nubes se elevan. Existen tres tipos de lluvia,
dependiendo de cuál sea el factor que provoca el ascenso de las nubes: lluvias frontales,
orográficas y lluvias por convección. (En esta descripción y en el esquema, se usa la
palabra lluvia, pero se trata de cualquier tipo de precipitación). En los esquemas, el color
rojo indica aire cálido y el azul, aire frío.
La ecosfera
La ecosfera, que corresponde al planeta Tierra, es el espacio de interacción entre la
biosfera, o conjunto de todos los seres vivos, y los sistemas físicos: atmósfera, hidrosfera y
litosfera.
La ecosfera se subdivide en grandes territorios denominados biomas. Un bioma se define
como una región terrestre que se caracteriza por su conjunción de seres vivos con un clima
y unas condiciones geográficas determinadas. Existen distintas clasificaciones de estos
biomas, dependiendo de los aspectos que se tomen en cuenta para diferenciar unos de otros.
La clasificación más básica distingue: biomas terrestres, de agua dulce y oceánica. El clima
es el elemento fundamental para definir la configuración de los biomas terrestres.
Algunos de los factores y elementos del clima más relevantes en la distinción de los biomas
son:
Latitud. Tropical, subtropical, templada, austral, antártica.
Humedad. Húmedo, seco, semiárido y árido.
Distribución anual de las precipitaciones. En las selvas secas, hay una estación en que no
llueve, mientras que en las selvas húmedas llueve todo el año. En la mayoría de las zonas
climáticas las precipitaciones se producen en los meses de verano; el clima mediterráneo se
caracteriza por precipitaciones invernales.
Altitud. A mayor altitud, disminuyen las temperaturas y también se ven alterados el
comportamiento de la presión, los vientos, las precipitaciones y la humedad.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, su sigla en inglés) ha realizado un acucioso
trabajo científico en terreno para definir los biomas que componen la ecosfera. Es una labor
aún inconclusa que apunta a la planificación global, regional y local para la conservación
de especies de fauna y flora en provecho de las futuras generaciones.
Ecorregiones
Siendo el bioma una unidad biogeográfica de gran utilidad, su alcance global lo convierte
en demasiado amplio para el estudio específico de especies animales y vegetales en
regiones precisas del planeta. Por ejemplo, las especies de flora y de fauna que se
encuentran en los bosques templados lluviosos del sur de Chile son diferentes a las que
existen en el mismo bioma en el territorio noroeste del continente norteamericano, debido,
fundamentalmente, a una historia geológica que las diferencia. Lo mismo puede decirse del
bosque y matorral mediterráneo chileno respecto al existente en California, la cuenca del
mar Mediterráneo y las regiones sur occidentales de Australia y Sudáfrica, y de todos los
otros biomas presentes en nuestro país. Tener esto en mente es muy importante dado que el
propósito del conocimiento que se pretende es la conservación de especies y comunidades
de seres vivos específicos.
Por este motivo, los biomas han sido subdivididos en ecorregiones. El Fondo Mundial para
la Naturaleza (WWF) define una ecorregión como una gran unidad de tierra o agua que
contiene una combinación geográficamente distintiva de especies, comunidades naturales y
condiciones ambientales. Tienen su fundamento en el hecho de que la biodiversidad no está
distribuida de forma uniforme sobre la Tierra, sino que sigue patrones complejos
determinados por el clima, la geología y la historia evolutiva del planeta. En conjunto, los
14 biomas terrestres han sido subdivididos en 867 ecorregiones globales, que tienen, en
promedio, un área aproximada de 150 mil km2. Al trabajar con estas unidades más
pequeñas crece enormemente la resolución, lo que permite comprender y conservar
procesos ecológicos y hábitats que de otra forma no se conocerían.
FUENTE: HISTORIA, GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES, MINISTERIO DE
EDUCACIÓN.