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EVALUACIÓN DE DISTINTAS FECHAS DE RAYADO PARA EL CONTROL DE LA
FLORACIÓN EN CLEMENTINOS (Citrus clementina Blanco) cv. CLEMENULES
Tallerista: María Patricia Gaete Mora
Profesor Guía: Christian Magdahl
Francisco Mena
Quillota, Mayo 2007.
2
Índice
Resumen
Summary
1. Introducción ................................................................................................ ...... 1
2. Revisión bibliográfica ........................................................................................ 4
2.1 Antecedentes generales:................................................................................. 4
2.1.1 Antecedentes botánicos ............................................................................... 4
2.1.2 Antecedentes del cultivo en Chile................................ .................................5
2.3.1 Antecedentes generales............................................................................... 8
2.3.2 Factores que controlan la floración................................ ............................... 9
2.3.2.1 Factores endógenos y exógenos................................. .............................. 9
2.4 Alternancia de cosecha: ................................................................................ 12
2.4.1 Factores que determinan la alternancia...................................................... 13
2.4.2. Técnicas para estimular la floración. ......................................................... 14
2.5 Cuaja: ........................................................................................................... 15
2.6 Desarrollo del fruto: .................................................................................... ... 16
2.7 Calidad del fruto: .................................................... ............ ........................... 17
2.7.2 Calidad interna .................................................... ............ ........................... 17
2.8 Rayado: ....................................................................................................... 19
3. Materiales y Métodos ...................................................................................... 23
3.1. Ubicación y características edafoclimáticas: ................................................ 23
3.2. Materiales: ................................................................................................ ...23
3.2.1. Material vegetal................................ ......................................................... 23
3.3 Tratamientos: ................................................................ ................................ 24
3.4 Metodología: .................................................................................... ............ .24
3.4.1. Diseño experimental.................... .............................................................. 24
3.4.2 Rayado....................................................................................................... 25
3.4.3 Mediciones.................................................................................... ............ .25
3.4.3.1 Cosecha.................... ............................................................................ ..25
3.4.3.2 Calidad interna .................................................... .................................... 26
3.4.3.3 Floración .................................................................................... ............ .27
3.4.3.4 Cuaja................................................................................................. ...... 27
4. Resultados y Discusiones ............................................................................... 28
4. 1. Resultados cosecha: ................................................................................... 28
4.1.2 Peso promedio y calidad interna: ................................ .............................. 29
4.2 Brotación, floración y cuaja: .......................................................................... 33
4.3. Distribución de la brotación y la floración dentro de cada ramilla: ................ 38
5. Conclusiones ................................................................ ................................ 42
8. Literatura citada ................................................................ .............................. 43
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Resumen
EVALUACIÓN DE DISTINTAS FECHAS DE RAYADO PARA EL CONTROL DE LA
FLORACIÓN EN CLEMENTINOS (Citrus clementina Blanco) cv. CLEMENULES
Uno de los problemas de producción que presenta Clementina (Citrus clementina Blanco)
en su variedad Clemenules, es la tendencia a la alternancia de cosecha, lo que repercute
negativamente sobre la rentabilidad del cultivo. Una de las formas para solucionar este
problema es el rayado de ramas, ésta técnica aumenta la floración, dependiendo de su
época de realización.
En un huerto de Clemenules de la zona de Llay-Llay, se probaron tres fechas de rayado.
Las fechas utilizadas fueron 15 de febrero, 15 de marzo, y 15 de abril, el tratamiento fue
conducido en un sistema de bloques completamente al azar con tres repeticiones de 10
árboles cada una, por tratamiento. Los parámetros evaluados fueron la intensidad de
floración, la distribución espacial de la brotación dentro de la ramilla, calidad interna y
peso promedio de la fruta. La cosecha, peso promedio y calidad interna fueron medidos
en junio del 2006, la floración se midió entre septiembre y noviembre del 2006 y el número
de frutos en enero del 2007.
De los resultados obtenidos se puede concluir que el rayado realizado el 15 de febrero fue
el único que aumentó significativamente la floración.
La brotación se concentra en el tercio apical de la ramilla, decreciendo conforme se
acerca hacia su base, independiente del tratamiento.
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El peso promedio del fruto presente en el árbol al momento de realizar el tratamiento, no
fue modificado por el rayado.
El porcentaje de jugo se modificó en la segunda fecha de rayado, presentando un leve
descenso, pero siempre sobre el valor mínimo exigido por las normas de calidad
comercial. Los sólidos solubles aumentaron consistentemente en las tres fechas de
rayado, la acidez titulable no fue alterada por los tratamientos y el índice de madurez
aumenta en la segunda y cuarta fecha de rayado.
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Abstract
EVALUATION OF DIFFERENT GIRDLING DATES FOR THE FLOWERING CONTROL IN
CLEMENTINES (Citrus clementina Blanco) cv. CLEMENULES
One of the production problems of Clemenules variety of Clementine (Clementina Citrus
Target) is the tendency towards harvest alternation, which negatively affects the crop
yields. One of the methods to solve this problem is the girdling of branches, this technique
increases flowering, depending on its time of accomplishment.
In a Clemenules orchard of the zone of Llay-llay, three girdling dates were tested
(February 15th , March 15th, and April 15 th). The treatment was conducted in a completely
randomized block system with three repetitions of 10 trees each per treatment. The
evaluated parameters were: flowering intensity, space distribution of the budding in the
twig, internal quality and average weight of the fruit. The harvest, average weight and
internal quality were measured in June 2006; the flowering was measured between
September and November 2006 and number of fruits in January 2007.
From the obtained results it may be concluded that:
The girdling performed on February 15th was the only one that increased flowering in a
significant way. The budding is concentrated in the third apical part of the twig, decreasing
as it approaches towards its base, independent from the treatment. The fruit average
weight, present in the tree at the moment of performing the treatment, was not modified by
the girdling.
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The juice percentage was modified in the second girdling date, presenting a slight
decrease, but always above the minimum value demanded by the norms of commercial
quality. The soluble solids increased consistently in the three girdling dates. The tritable
acidity was not altered by the treatments. The maturity index increases in the second and
fourth girdling date.
1. Introducción
El aumento de la oferta de fruta fresca en el mundo ha exigido a la industria frutícola
mejorar las técnicas de producción con el objetivo de obtener fruta confiable, de buena
calidad organoléptica, inocua y alto nivel comercial que le permita competir de mejor
forma en el mercado.
Durante los últimos años el sector citrícola chileno ha experimentado un importante
desarrollo, producto del gran aumento de las exportaciones
a los mercados del
hemisferio norte. No obstante este aumento, se debe tener en consideración que el
mercado internacional es altamente exigente en calidad y muy competitivo, por lo que se
debe seguir trabajando para obtener fruta que compita exitosamente en los mercados
internacionales.
Dentro de los cítricos, las mandarinas han incrementado notoriamente sus exportaciones.
En la actualidad, el cultivar Clemenules presenta la mayor superficie cultivada, por lo que
ha servido de material para la realización de diversos estudios con el objetivo de mejorar
su cultivo.
Uno de los problemas de producción que presenta la variedad Clemenules en Chile, es la
tendencia a la alternancia de cosecha, debido a lo tardío de la cosecha en comparación
con el Hemisferio Norte, lo que repercute negativamente sobre la rentabilidad del cultivo.
La floración en el caso de los
cítricos, representa un factor preponderante de la
productividad. La mayoría de las variedades cultivadas florecen abundantemente, incluso
algunas
lo
hacen
excesivamente.
Sin
embargo,
existen
otras
que
florecen
insuficientemente algunos años. Las bajas floraciones no ocurren todos los años, esto
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sucede tras un año de alta cosecha, en donde el fruto ejerce un papel inhibitorio sobre la
floración (Agustí, 2003).
La variedad Clemenules presenta una alta aceptación comercial, por lo tanto, para
solucionar el problema de alternancia se debe forzar la floración los años posteriores a
una elevada cosecha. Se han planteado diversas formas para aumentar la floración, entre
las que se puede encontrar aplicación de retardadores de crecimiento, estrés hídrico,
raleo de frutos y rayado de ramas, entre otras.
El rayado de ramas corresponde a una técnica ampliamente utilizada en la agricultura. En
citricultura se le han asignado diversas funciones desde aumento de cuaja hasta otorgar
mayor calibre, dependiendo de la época en que se realice.
Según Agustí (1988), el
rayado de ramas, cuando se realiza a fines de verano, también sirve para aumentar la
floración en los cítricos. Según este autor, este aumento es consecuencia del incremento
en la brotación, siendo mayor no sólo el número de nudos que brotan sino también el de
brotes por nudo.
Por lo anteriormente expuesto, la hipótesis a comprobar es: “El rayado de ramas tiene un
efecto estimulador en la floración de mandarinas después de una alta producción”.
El objetivo general es, evaluar distintas fechas de rayado de ramas sobre la intensidad de
la floración de mandarinos Clemenules (Citrus clementina Blanco) cv. Clemenules, en
condiciones de campo.
Junto con esto se han fijado objetivos específicos:
 Evaluar el efecto de rayado de ramas sobre los tipos de brotes con respecto al
número de brotes vegetativos, mixtos y generativos.
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 Evaluar el efecto de rayado de ramas sobre la distribución dentro de la ramilla de
los diferentes tipos de brotes.
 Evaluar el efecto de rayado de ramas sobre el peso promedio de la fruta presente
en el árbol al momento de realizar el tratamiento.
 Evaluar el efecto del rayado de ramas sobre la calidad interna de la fruta (grados
Brix, acidez, porcentaje de jugo) presente en el árbol al momento de realizar el
tratamiento.
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2. Revisión bibliográfica
2.1 Antecedentes generales:
2.1.1 Antecedentes botánicos
Los mandarinos constituyen un conjunto de especies complejo que se pueden clasificar
de la siguiente forma: los mandarinos Satsuma -Citrus unshiu-, los mandarinos Comunes Citrus deliciosa-, los Clementinos -Citrus clementina- y los híbridos y otros mandarinos –
Citrus
reticulata-.
Dentro de cada una de estas categorías existen diversas variedades (Hodgson, 1967).
Dentro del grupo de las Clementinas se encuentra la variedad Clemenules, también
conocida como Clementina de Nules, Nulesina, Clementina Reina, Clementina Victoria.
Se originó por mutación espontánea de Clementina Fina
identificada en 1953 en la
localidad de Nules, Castellón, España (Hodgson, 1967).
Esta variedad corresponde a un árbol de buen vigor y desarrollo, de forma achatada y
follaje denso, que no presenta espinas. En el tronco y ramas principales suelen aparecer
abultamientos que corresponden a yemas latentes. Los frutos son de color naranja y
propensos al bufado, tiene buenas características en cuanto a zumo, niveles de azúcar y
ácidos totales. La fruta es muy fundente y casi no deja residuos al comer. Es una variedad
productiva, de cosecha temprana ligeramente posterior a Oronules y Clementina Fina.
Presenta una brotación y floración escalonada, lo que conlleva a una cosecha prolongada
(Soler, 1999).
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2.1.2 Antecedentes del cultivo en Chile
Las mandarinas se comercializan como frutas fáciles de pelar ("easy peelers" o "soft
citrus"), en nuestro país presentan una superficie aproximada de 1.800 ha, con tendencia
creciente. Sobre el 40% del área plantada se ubica en la IV región, con aproximadamente
763 hectáreas, seguida por la V región con 483 hectáreas y superficies menores en la
región Metropolitana, VI y III (ODEPA, 2006).
De las mandarinas cultivadas más de un 90% corresponde a clementinas, “Clemenules”
es la principal variedad cultivada, con más de un 80% de la superficie total. Esta variedad
está catalogada como de media estación y presenta muy buenas características de
calidad y producción. Su cosecha se inicia en zonas interiores de la IV región en abril y se
extiende hasta inicios de agosto en la zona central (FIA, 2000).
Los precios se han mantenido estables durante los últimos años, a pesar del aumento en
los kilos por la entrada en producción de numerosas plantaciones, lo que podría
demostrar la aceptación de las mandarinas en el mercado (FIA, 2000).
Según datos extraídos de la venta de plantas en viveros, la superficie de clementinos
aumenta en promedio 200 a 250 hectáreas anuales. Esto debido a que es un cultivo
destinado a la exportación, los huertos son altamente tecnificados y abarcan desde la III a
la VI región (FIA, 2000).
2.2 Brotación:
En los cítricos los factores que determinan la brotación no son del todo conocidos.
Aparentemente no presentan requerimientos de frío y las yemas brotan en cualquier
época del año cuando la temperatura del suelo está sobre los 12 ºC, independientemente
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de la del aire. Por otro lado, condiciones de día largo reducen el período entre
brotaciones, cuya frecuencia e intensidad están reguladas endogenamente (Agustí, 2003).
Bajo condiciones de clima subtropical mediterráneo, la mayoría de las especies y
variedades cítricas brotan tres veces al año, siendo la brotación de primavera la que
aporta flores que posteriormente serán cosechadas. Las otras dos brotaciones, por lo
general presentan crecimiento vegetativo y excepcionalmente flores, que se caracterizan
por no ser viables o dar origen a fruta de calidad inferior. Los limoneros, citrones y limas
ácidas son una excepción, ya que presentan floración recurrente durante la temporada
(Agustí y Almela, 1991).
La brotación se concentra en primavera, siendo la más importante debido a que sobre
ésta se desarrollan las flores útiles, se originan sobre ramas desarrolladas el año anterior
pero ocasionalmente existe desarrollo de yemas adventicias de mayor edad. La madera
de otoño es la que brota más precozmente, en mayor proporción y con brotes más largos,
seguida de ésta brota la madera de verano y posteriormente la madera de primavera del
año anterior (Agustí, 2003).
La brotación ocurre preferentemente en el tercio apical, se produce una gradiente de la
brotación a lo largo de la ramilla, brotando las yemas apicales antes y en mayor número
que las basales (Guardiola et al., 1977).
Los brotes que surgen en primavera se clasifican según las flores y hojas que llevan,
Monselise (1973, 1985) indica que se pueden distinguir tres tipos de brotes: brotes
vegetativos, que solamente presentan hojas; brotes generativos, que sólo poseen flores;
y brotes mixtos, que se caracterizan por presentar un número variable de hojas con una o
más flores.
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La variedad Clemenules y todas sus mutaciones, presenta constantemente la abscisión
de brotes en sus estados iniciales de crecimiento, entre
1 y 2 centímetros, reduciendo
las estructuras en donde se desarrollaran flores, pudiendo provocar una disminución en la
cosecha y un escalonamiento de la misma, producto de la brotación de yemas latentes
que darán origen a floraciones posteriores. El nivel de abscisión se ve afectado por la
orientación, siendo mayor en la cara norte (hemisferio norte) y por el microclima, siendo
más pronunciada en climas cálidos (Almela et al., 1999).
Almela et al. (1999), observaron que la abscisión de brotes en la mandarina Clemenules
comienza un mes después de iniciada la brotación y perdura en el tiempo durante unas
cuatro semanas hasta finales de abril (hemisferio norte), y se detiene antes de la antesis
de las flores. Inicialmente los brotes afectados detienen su crecimiento, cambian su color
de verde a amarillo pálido, para finalmente ennegrecer y caer.
La abscisión de brotes tiene repercusiones sobre la floración y cosecha. La floración y
posterior cosecha dependen del número de brotes que quedan en el árbol. En estudios
realizados en la variedad Clemenules se observa que el efecto de la orientación es
dependiente del nivel de abscisión. La cara norte (hemisferio norte) de los árboles tiene
un menor número de brotes y de flores en el momento de la plena floración como
consecuencia de la abscisión anterior. Cuando la abscisión es alta todos los tipos de
brotes se ven afectados, pero cuando el nivel es menor los brotes mixtos y campaneros
son los más afectados (Almela et al., 1999).
Al presentarse niveles de abscisión elevados, muchos nudos pierden todos los brotes, por
lo que se desarrollan yemas latentes surgiendo nuevos brotes. La aparición de estos
nuevos brotes, en muchos casos con flores, origina una segunda brotación y floración
retrasada cuatro a cinco semanas. Los nuevos frutos que se forman maduran
posteriormente originando una pérdida de su valor comercial (Almela et al., 1999).
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2.3 Floración:
2.3.1 Antecedentes generales
Las condiciones ambientales no sólo determinan la época de brotación, también son
responsables en gran parte, de la intensidad y distribución de la floración. Para que la
floración ocurra deben suceder aspectos tales como las bajas temperaturas y déficits
hídricos entre -2 y -3 MPa (Agustí, 2003).
La floración se distribuye en distintos tipos de brotes con hojas (mixto) y sin ellas
(generativo). La presencia de hojas se muestra como factor importante de la cuaja, y se
basa en su capacidad para sintetizar y exportar metabolitos al fruto en desarrollo.
Mientras tiene lugar el desarrollo del brote sus hojas actúan como "sink" (genera un flujo
hacia ella) reclamando metabolitos de otras partes de la planta, que a medida que madura
se transforman en órganos de exportación, dando al brote un cierto grado de
independencia en lo que a desarrollo de fruta respecta, generando una enorme ventaja
respecto a los brotes sin hojas. El papel de las hojas no solo se centra en su capacidad de
proveer de azúcar al fruto. En las inflorescencias con hojas se ha detectado un mayor
contenido en giberelinas endógenas que en las que no poseen hojas (Guardiola, 1992).
Cuando los contenidos endógenos de giberelinas son bajos, se produce una mayor
brotación, y consecuentemente se tiene una mayor floración. Con los altos niveles de
floración se produce un aumento de todos los brotes. La proporción de los brotes de tipo
generativo es mayor a los de tipo mixto, y estos mayor a los brotes vegetativos (Guardiola
et al., 1980).
A medida que la floración se reduce, al aumentar los contenidos endógenos de
giberelinas, se reduce el número de brotes generativos, por lo que aumenta la proporción
de los brotes mixtos y vegetativos, respecto a los del tipo generativo. Lo que hace que
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cuando los niveles de floración son bajos, haya una mayor proporción de flores sobre
brotes mixtos (Guardiola, 1981).
La comparación de árboles con distintos niveles de floración ha demostrado que para las
floraciones poco abundantes la mayor parte de los órganos reproductivos se desprenden
en forma de fruto en desarrollo, correspondiente a la caída de junio (Hemisferio Norte),
pero a medida que aumenta la floración la caída de órganos se anticipa y es más intensa,
llegando a ser la caída de flores la más importante porcentualmente. Por lo tanto, el
porcentaje de flores que cuajan disminuye con el aumento de floración. La cosecha final
entonces, no depende de la intensidad de la floración, dentro de los rangos normales de
floración (Guardiola, 1992).
El porcentaje de cuajado está relacionado inversamente con el número de flores, por lo
que el número de frutos permanece relativamente estable para un amplio rango de
floración. Para el caso del naranjo Washington Navel se ha demostrado que la cosecha es
máxima y no muestra relación con el número de flores cuando el nivel de floración fluctúa
entre 19.000 y 70.000 flores por árbol. Cuando el número de flores formado es inferior a
20 por 100 nudos, un aumento en la floración provoca un aumento en la cosecha
(Guardiola, 1992).
2.3.2 Factores que controlan la floración
2.3.2.1 Factores endógenos y exógenos
Los cítricos son considerados especies autoinductivas y no florecen como respuesta a un
estímulo externo específico. La floración está regulada endógenamente, y solamente
sería afectada de un modo cuantitativo por condiciones ambientales. Sin embargo,
algunos factores externos pueden afectar la floración sin ser éstos imprescindibles,
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pudiendo observarse brotaciones y floraciones sucesivas en climas tropicales (Monselise,
1985).
La floración se ve afectada por la presencia de fruta en el árbol. El nivel de cosecha
anterior afecta a la brotación y en consecuencia a la floración, de manera tal que existe un
gradiente de brotación que disminuye con la productividad y cuanto mayor es ésta menor
es el porcentaje de estructuras florales sin hojas. Un retraso en la recolección del fruto
también puede alterar la intensidad de la floración, este factor es mucho más fuerte en
variedades de baja floración, en donde se puede ver comprometida la cosecha por el bajo
nivel de floración (Agustí, 2003).
La remoción temprana de fruta resulta en un incremento en el número de flores. El efecto
inhibitorio de la fruta sobre la floración se incrementa gradualmente con el tiempo, pero
existen diferencias apreciables en la tasa de inhibición; es más alta desde fines de marzo
hasta comienzos de mayo (hemisferio norte) y desde temprano en junio hasta inicios de
julio, mientras que el lapso entre estos dos períodos es más bajo. La presencia de fruta
desde principios de julio en adelante no produce una reducción adicional en la floración.
Guardiola et al. (1980) vinculan el efecto inhibitorio de la fruta sobre la floración a los
contenidos de giberelinas producidos por el fruto en desarrollo.
El efecto inhibidor del ácido giberélico sobre la floración y el papel central del fruto sobre
el control de ésta, hizo posible desarrollar la idea de que son las giberelinas endógenas
producidas por el fruto, el factor de control de la floración en los cítricos. Este hecho fue
corroborado eliminando los frutos de la planta y sustituyéndolos por la aplicación de
giberelinas, observándose una reducción de la intensidad de la floración, al igual que el
efecto ejercido por la fruta presente en el árbol (Goldschmidt y Monselise, 1972).
Agustí y Almela (1991) señalan que en climas subtropicales, las bajas temperaturas
invernales serían las responsables de concentrar la floración en la brotación de primavera,
con independencia del largo del día. Sin embargo, se ha puesto de manifiesto la
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implicancia de diversos factores en el proceso de floración como regímenes térmicos,
presencia de fruta, estrés hídrico, poda de raíces, etc.
La exigencia de bajas temperaturas para que se produzca la floración en climas
templados se puede explicar debido a que como efecto de las bajas temperaturas se
produce una inactividad radicular, lo que reduce la síntesis hormonal en ellas y su
trasporte a la parte aérea, facilitando la ocurrencia de la floración debido a la ausencia, al
menos parcial, de sus inhibidores (Agustí, 2003).
Goldschmidt y Golomb (1982) han sugerido a la disponibilidad de carbohidratos como uno
de los factores condicionantes de la floración en cítricos. En este sentido, la disminución
de la intensidad de floración tras una cosecha elevada podría justificarse por un
agotamiento de las reservas de la planta.
Según Monselise (1973), el efecto estimulador de la floración que ejercen factores tales
como las bajas temperaturas, la sequía y la poda de raíces se podría explicar por la
influencia de estas condiciones sobre los niveles endógenos de giberelinas. El factor
común de estos es su efecto detrimental sobre el desarrollo radicular, principal fuente de
citoquininas y giberelinas cuando se encuentran en crecimiento, lo que afectaría
negativamente los niveles de estas hormonas.
Estudios realizados por Lovatt et al. (1988), señalan que el nivel de almidón junto con el
de amoniaco-amonio, influyen en el número de brotes florales y flores, proponiendo que el
almidón no influiría directamente en la inducción floral, sino que serviría de sustrato para
la síntesis de metabolitos fundamentales que actuarían solos o a través de hormonas de
la planta a nivel genético para iniciar la floración, ya que la inducción floral es un proceso
de bajo requerimiento energético.
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2.4 Alternancia de cosecha:
La relación existente entre floración y fructificación se establece de dos formas, el nivel de
floración determina el cuajado del fruto por una serie de mecanismos que varían según el
cultivar y junto a esto el fruto provoca una inhibición del desarrollo vegetativo y la
inducción floral (Guardiola, 1992).
La alternancia de cosecha se debe al control que ejerce el fruto sobre la floración. Este
control puede ser tal que el árbol no florezca y no se obtenga cosecha.
Consecuentemente a la ausencia de cosecha se puede producir una abundante floración
que asegurará la siguiente cosecha, ejerciendo un efecto supresor de la siguiente
floración, produciendo así la alternancia (Agustí, 2003).
El número de fruta obtenida debe ser acorde al tamaño y vigor del árbol, ya que esto
permite un adecuado desarrollo vegetativo y la formación de suficientes brotes que
sustentarán la próxima cosecha. Las yemas de estos brotes se inducen en cantidad
proporcional para otorgar un número significativo de flores el próximo año, alcanzando así
un equilibrio entre floración, crecimiento y fructificación, obteniendo de esta forma el
control de la alternancia de cosecha. Sin embargo, cuando la cosecha es muy baja o
inexistente los mecanismos de control que ejerce el fruto no son suficientes provocando
una floración y posterior cosecha excesiva, dificultando el correcto desarrollo vegetativo
de la planta, impidiendo la formación de un adecuado número de brotes siendo
insuficientes para tener un nivel de floración acorde al árbol, iniciando así un ciclo de
vecería (Guardiola, 1992).
La alternancia es un fenómeno detrimental, debido a que se obtienen frutos de bajo valor
comercial, ya que los años de baja producción los frutos suelen ser muy grandes, de piel
gruesa y rugosa, en cambio los años de alta producción presentan un gran número de
frutos pequeños (Agustí, 2003).
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2.4.1 Factores que determinan la alternancia
Se han descrito diversos factores que controlan la alternancia, entre los más importantes
se encuentran:
a) Balance de carbohidratos: en los años de baja cosecha se acumula un alto nivel
de reservas, principalmente en las raíces, en cambio en un año de elevada
cosecha las reservas de almidón en las raíces son muy bajas, pudiendo ser un
factor limitante en la floración. Sin embargo, estudios recientes impiden otorgar a
los carbohidratos un control total sobre la formación de flores (Agustí, 2003).
b) Alteraciones metabólicas en la nutrición nitrogenada: en los años de alta cosecha
se produce un desequilibrio del mecanismo de reducción de nitratos (Agustí,
2003).
c) Alteraciones del balance hormonal: el fruto puede modificar las concentraciones
hormonales de la planta, debido a la síntesis de giberelina, dificultando la
formación de flores la primavera siguiente. Del mismo modo, el fruto maduro inhibe
el desarrollo de yemas axilares debido a altas concentraciones de ácido abscísico
(Guardiola ,2003).
d) Interacción hormonal y nutricional: las giberelinas y carbohidratos deben actuar
como factores independientes en la regulación de la floración. A pesar de que el
raleo de frutos en estados iniciales de desarrollo permite la reacumulación de
almidón en las hojas antes de la diferenciación floral y provoca un aumento en la
floración, producto de la eliminación de un importante “sink” de carbohidratos y la
destrucción de una importante fuente de giberelina. Existen diversas razones que
impiden explicar el suceso en términos exclusivos de la acción del fruto con
sumidero y fuente de giberelina (Guardiola, 2003).
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2.4.2. Técnicas para estimular la floración.
a) Aplicación de retardadores de crecimiento: se han realizado diversos estudios con
aplicaciones foliares de productos como ácido triiodobenzoico (TIBA), 2cloroetiltrimetil amonio (CCC; Cycocel), que han dado como resultado un
incremento en la floración de ramas jóvenes, también se han realizado
aplicaciones al suelo y foliares de paclobutrazol, provocando un aumento en la
floración de limonero, mandarino y naranjo. Se han encontrado respuestas
erráticas que se explican en base a que los antagonistas de la síntesis de
giberelinas solo pueden ser eficaces antes de la síntesis y no cuando las
giberelinas ya están presentes en cantidades elevadas (Agustí, 2003).
b) Estrés hídrico: en la regiones tropicales la floración está regulada por la ocurrencia
natural y sucesiva de períodos lluviosos y secos. Según estudios realizados por
Nir et al. (1972), la diferenciación floral ocurre durante el período de déficit hídrico,
debido a que provoca la disminución del nivel de giberelinas en la planta. Sin
embargo, se requiere de la rehidratación del árbol, mediante lluvias o riego para
permitir que se desarrollen las flores de las yemas generativas formadas. Este
fenómeno se aplica en el cultivo de los cítricos, suspendiendo el riego por períodos
prolongados de tiempo para estimular la floración y posteriormente se reanuda
fuertemente el riego (Domingo, Ruiz-Sánchez, 1995).
c) Aclareo químico de frutos: probablemente la mejor forma de controlar la floración y
reducir la alternancia de cosecha es a través del raleo de frutos, que presenta
mayor efectividad mientras más temprano se realice, en los primeros estados de
desarrollo. Se realiza mediante la aplicación de diversas sustancias químicas,
tales como el ácido naftalenacético (ANA) y el ácido 2-cloroetilfosfónico (CEPA;
Ethephon; ethrel) (Agustí, 2003).
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d) Rayado: el efecto del rayado es principalmente producto de un incremento en la
brotación y en el número de yemas florales, junto con una anticipación o
aceleración de la diferenciación floral. La efectividad del tratamiento depende de la
época de rayado, siendo la más recomendada para el hemisferio norte finales de
julio o principios de agosto, logrando un incremento significativo del número de
flores. Sin embargo, estos efectos pueden ser suprimidos por la presencia de fruta
en el árbol, llegando incluso a anularlos (Guardiola, 2003).
2.5 Cuaja:
El cuajado se define como la fase del desarrollo que marca la transición del ovario de una
flor a un fruto que se desarrollará hasta la maduración (Guardiola, 1998).
El cuajado constituye un factor limitante de la productividad y parece regularse por efectos
competitivos entre los órganos vegetativos y florales o entre estos últimos entre sí. La
posición del fruto en la rama o en la inflorescencia influye en la probabilidad de cuajado
(Primo-Millo, 1997).
En las variedades sin semilla, se obtienen mejores cuajados con floraciones
moderadamente bajas o intermedias, que con floraciones masivas que provoquen
producciones muy altas (Talón et al., 1999).
Las flores que pertenecen a inflorescencias con un gran número de flores presentan una
probabilidad de cuajado baja, al contrario que las flores terminales solitarias ubicadas en
brotes vegetativos (Talón et al., 1999).
16
2.6 Desarrollo del fruto:
El desarrollo del fruto es consecuencia de la acumulación de metabolitos, que puede ser
limitada por la incapacidad del propio fruto para acumularlos o por la falta de
disponibilidad en la planta. Ambos factores acumulación y capacidad de suministro, son
mutuamente interdependientes. Un aumento de tamaño puede conseguirse mediante la
manipulación de la planta y la modificación de las relaciones nutricionales internas y su
distribución. Esto puede lograrse aumentando la disponibilidad de metabolitos por el fruto,
reduciendo la competencia entre órganos en desarrollo y/o aumentando la capacidad del
fruto para crecer, modificando su equilibrio hormonal (Agustí et al., 2003).
El tipo de brote (estructura floral) en el que está situado el fruto influye marcadamente
sobre su tamaño final. La presencia de hojas en el brote incrementa el cuajado y la
velocidad de crecimiento del fruto, que alcanza un tamaño final más elevado. Si bien las
hojas del brote con su aporte de productos de fotosíntesis contribuyen al mayor desarrollo
del fruto, las diferencias tienen un origen anterior. En el momento de la antesis las hojas
todavía no actúan como exportadoras de productos de fotosíntesis; las diferencias serían
consecuencia del mayor contenido hormonal de los ovarios situados en brotes con hojas,
lo que aumenta la capacidad de estos frutos para atraer sustancias nutritivas del resto de
la planta (Agustí et al., 2003).
El número de flores producidas por la planta tiene una gran influencia en la determinación
del tamaño final alcanzado por el fruto. En el momento de la antesis los ovarios de flores
provenientes de plantas con alto nivel de floración son más pequeños que los que vienen
de plantas con menos floración, además estos últimos presentan mayor velocidad de
crecimiento (Agustí et al., 2003).
17
2.7 Calidad del fruto:
En citricultura es importante definir la calidad de la fruta y cuáles son los factores que
determinan en mayor medida el desarrollo de la calidad. Por definición, calidad es el
conjunto de propiedades inherentes a una cosa, que permiten apreciarla como igual,
mejor o peor que las restantes de su especie, características que determinan su valor por
parte del consumidor (Mazzuz, 1996).
La calidad de la fruta se debe tanto a parámetros organolépticos como a su presencia y
aspecto, aunque desde el punto de vista comercial este concepto se ha simplificado y
suele hacerse referencia únicamente al tamaño de los frutos. El tamaño y la forma son
características que se alcanzan durante el desarrollo del fruto, mientras que la coloración
y los parámetros organolépticos se alcanzan durante la maduración (Ortúzar, 1999).
Para poder analizar el concepto de calidad de fruta en cítricos se debe distinguir entre
parámetros y atributos de calidad. Los parámetros de calidad como el peso del fruto, el
diámetro ecuatorial y polar, el contenido de jugo, entre otros, son características
objetivamente medibles. Los atributos de calidad son factores difícilmente medibles como
la facilidad de pelado, el sabor, el olor, la integridad de la cáscara y otros (Ortúzar, 1999).
2.7.2 Calidad interna
Los grados Brix indican el contenido de sólidos solubles, principalmente azúcares, estos
se miden con un refractómetro que realizan una lectura refractométrica del zumo (Mazzuz,
1996).
Con respecto a los sólidos solubles no existen normas de valores mínimos para
comercializar la fruta pero idealmente debieran ser superiores a 10º Brix (Ortúzar, 1999).
18
El nivel de acidez se puede medir valorando 5 cc de zumo con NaOH (0.1N) utilizando
fenoftaleína como indicador, los cc ocupados para la neutralización se multiplican por 1.28
(Mazzuz, 1996).
La acidez es de gran importancia en todos los cítricos dulces, idealmente la fruta debería
tener niveles de acidez entre 1,2 y 0,7 % al momento del consumo, dependiendo del nivel
de azúcar (Ortúzar, 1999).
Las variaciones en las concentraciones de ácidos y carbohidratos son opuestas de modo
que, mientras los azúcares se acumulan conforme avanza el proceso de maduración, los
ácidos disminuyen progresivamente su concentración. Ello hace que el balance entre
ambos parámetros, contenido de azúcares y de ácidos en el zumo, sea un índice
adecuado para señalar el estado de maduración interna de la fruta (Soler et al., 2003).
La madurez depende realmente de la acidez y no del contenido de sólidos solubles. Es
decir, un fruto va madurando mucho más por el efecto de disminución de los ácidos, que
por el incremento de los azucares (Juan y Molina, 1999).
La relación sólidos solubles/acidez es conocida en España como “índice de madurez” es
utilizada en muchas normas de madurez en el mundo. Por si sola esta relación no tiene
ninguna significación, pues tiene que ser considerada junto con los sólidos solubles para
poder tener alguna relación con el sabor del fruto. Puede haber una fruta que tenga bajos
sólidos solubles, baja acidez y una muy buena relación entre ambos factores del jugo a
pesar de ser de baja calidad (Ortúzar, 1999).
El porcentaje de jugo aumenta gradualmente con la maduración del fruto, estabilizándose
finalmente. La variedad Clemenules suele perder rápidamente el jugo, por lo que si se
retrasa su recolección tiene tendencia al bufado (Mazzuz, 1996).
19
El porcentaje de jugo es de gran importancia, ya que la jugosidad de la fruta se asocia a
una pulpa tierna y fundente, casi sin fibra, es un factor de calidad muy importante
(Ortúzar, 1999).
2.8 Rayado:
La técnica del rayado consiste en la interrupción del flujo floemático mediante un corte de
la corteza del árbol capaz de impedir temporalmente el descenso a las raíces de la savia
elaborada (Juan et al., 1995).
Se ha demostrado que el rayado es una técnica eficaz para promover la floración,
incrementar el cuajado, aumentar el tamaño del fruto y anticipar la maduración de los
cítricos (Cohen, 1981).
Existen diversos métodos para interrumpir el flujo floemático, la técnica mayormente
utilizada es la del anillado, que consiste en la remoción de un anillo completo de la corteza
de un ancho variable de 2 a 3 mm, otro método es el rayado que produce un daño de
menor envergadura debido a que solamente se realiza un corte de 1 mm de ancho
alrededor de toda la rama sin la extracción de un anillo de corteza, por lo que cicatriza con
mayor facilidad (Juan et al., 1995).
La diferencia en la anchura del anillado no afecta los resultados obtenidos, solamente el
tiempo de cicatrización. Agustí et al. (1997) señala que se obtienen los mismos resultados
con un simple corte de 1 mm o uno de 10 mm de ancho.
La forma en que actúa el rayado fino o el anillado es la misma, interrumpiendo el flujo
floemático sin dañar el xilema. Solamente existe una diferencia en la intensidad y duración
de la respuesta que se explica por el tiempo que se demora en unirse el sistema vascular
(Furniss, 1997).
20
El rayado se realiza con una tijera de filo curvo con las que se rodea la rama y se ejerce
presión, cortando la corteza, hasta sentir la resistencia que ejerce la madera.
Manteniendo la presión se gira la tijera por el rededor de toda la rama, evitando dañar la
madera (Furniss, 1997).
El rayado se utiliza para estimular diversos procesos como la diferenciación floral, cuajado
de frutos y adelanto en la maduración, los resultados buscados al efectuar el rayado se
aprecian rápidamente y se prolongan más allá de lo que demora en restablecerse el flujo
floemático, que para un rayado de 2-3 mm lleva de 6 a 12 semanas y para el rayado fino
de 1 mm entre una y dos semanas (Cohen, 1981).
El corte del floema cambia las zonas de fuente y sumidero. Sobre el rayado el flujo
descendente es interrumpido, produciendo un aumento en la presión lo que representa
una dificultad creciente en el tiempo sobre el transporte basipétalo, esto facilita el reparto
del fluido floemático a zonas de menor presión, que potencialmente son sumideros, pero
de no ser por el rayado no recibirían este flujo o lo harían en forma deficiente (Furniss,
1997).
El rayado, al interrumpir el flujo floemático, deja los carbohidratos por sobre la zona de
incisión acumulando azucares solubles que rápidamente alcanzan el nivel de saturación
induciendo la acumulación de almidón en hojas de cítricos (Erner, 1988).
Los efectos que ejerce el rayado sobre la brotación y/o floración no están claramente
explicados. Sin embargo, se justificarían por una acumulación excesiva de carbohidratos
en las hojas, que alterarían fuertemente su funcionalidad y perderían así su poder
inhibidor sobre la brotación (Cohen, 1981).
Numerosos autores (Agustí, 1988, Erner, 1988, Cohen, 1981), señalan a los cambios en
el balance hormonal como otro de las formas en que actúa el rayado, sugieren que los
21
efectos iniciales son producidos por una acumulación de fitorreguladores por encima de la
incisión. Junto con una menor producción de hormonas en las raíces producto de la
interrupción del transporte floemático hacia ellas.
Erner (1988) señala que el rayado debe actuar reduciendo el nivel endógeno de
giberelinas en las yemas, interfiriendo en su translocación o induciendo su inactividad.
Según Cohen (1981), el rayado puede servir para aumentar el nivel de floración después
de una cosecha elevada, pero existe una notoria relación entre
época y respuesta en
cuanto a formación de flores.
El aumento en la floración se debe a un incremento en la brotación, el rayado tiene un
efecto sobre la capacidad potencial de desarrollo de la yema, proceso que aparentemente
ocurre en verano (Agustí, 1988).
Agustí (1988), realizó estudios sobre los efectos del rayado fino en árboles adultos de
naranjo dulce Salustiana y mandarino Satsuma, en los que observó que el rayado
aumenta la floración, pero la respuesta depende fuertemente de la época, siendo a fines
del mes de julio y durante el mes de agosto (hemisferio norte) la época en donde se
obtiene el mayor aumento en la floración para ambas variedades.
Agustí (1988), también observó que el rayado de verano produce cambios en la
distribución de los diferentes tipos de brotes, en ambas especies el número de brotes
vegetativos se reduce cuando se incrementa la floración con el rayado.
Furniss (1997) señala algunas precauciones que se deben tener al realizar el rayado,
 Debe realizarse alrededor de toda la rama, ya que si se deja incluso un 5-10% sin
anillar los resultados son notoriamente menores.
22
 Para no dañar las raíces se recomienda anillar solamente 2/3 de las ramas del
árbol, dejando el tercio restante para que nutra las raíces.
 El rayado sólo debe realizarse en árboles sanos y para lograr el efecto deseado
deben tener ramas con un abundante número de hojas.
23
3. Materiales y Métodos
3.1. Ubicación y características edafoclimáticas:
El ensayo se realizó durante los meses de febrero del 2006 a enero del 2007, en el fundo
“Los Calderones” propiedad de Desarrollo Agrario S.A., emplazado en la localidad de
Llay-llay, V región, Chile. Cuya ubicación corresponde a la latitud 32°52’50’’ Sur y la
longitud 70°54’40’’ Oeste, a 496 metros sobre el nivel del mar.
La condición climática imperante en la localidad corresponde a una temperatura máxima
promedio, en el mes de enero de 28,2°C, y una mínima promedio en el mes de julio de
4,4°C. Con respecto al régimen hídrico, la zona se caracteriza por una precipitación media
anual de 419 mm, siendo junio el mes más lluvioso con una precipitación media de 92,5
mm (Santibáñez y Uribe, 1990).
3.2. Materiales:
3.2.1. Material vegetal
Los árboles que fueron utilizados para realizar este ensayo corresponden a un huerto
comercial de mandarina (Citrus clementina Blanco) cv. Clemenules, portainjerto Carrizo,
establecido en el año 1994, con una superficie de 3,4 hectáreas, el marco de plantación
es de 6x3 metros, obteniendo un total de 1883 plantas. El sistema de riego
utilizado
corresponde a goteo, con dos líneas de riego con goteros cada un metro (seis goteros por
planta) de 4 l/hr.
24
Para la selección de los árboles se consideró la carga frutal y el estado fitosanitario,
siendo elegidos árboles visualmente sanos y con alta carga frutal, no eligiendo árboles de
la periferia ni cercanos a árboles decaídos.
3.3 Tratamientos:
Se realizaron tres tratamientos más un testigo. Los tratamientos corresponden a rayado
de ramas en tres fechas distintas.
Cuadro 1. Fechas de rayado de árboles de Citrus clementina Blanco cv. Clemenules.
Número
Tratamiento
T0
Testigo
T1
Rayado 15 de febrero
T2
Rayado 15 de marzo
T3
Rayado 15 de abril
El rayado se realizó al 50% de las ramas madres del árbol.
3.4 Metodología:
3.4.1. Diseño experimental
El ensayo fue conducido como un diseño de bloques completamente al azar, debido a que
el huerto se encuentra en pendiente, con lo que se buscó eliminar el posible efecto que
este factor ejerza sobre el resultado del experimento.
25
Se utilizaron tres bloques con diez repeticiones por cada tratamiento, más un testigo,
dando un total de 40 árboles por bloque. Dentro de cada bloque los tratamientos fueron
distribuidos al azar.
El análisis estadístico se realizó mediante el análisis de varianza (ANDEVA) con un nivel
de significancia de 5%. Utilizando el programa de análisis estadístico SPSS.
3.4.2 Rayado
El rayado fino se realizó con unas tijeras de filo curvo, especialmente diseñadas. Con
ellas se rodeó la rama a rayar y se presionó hasta notar la resistencia que presentó la
madera. Aguantando esa presión se efectúo un corte de la corteza de 1 mm de ancho,
alrededor de toda la circunferencia de la rama, procurando no dañar la madera.
3.4.3 Mediciones
3.4.3.1 Cosecha
Para determinar la homogeneidad del material vegetal utilizado se cuantificó la carga de
los árboles tratados, para esto se pesó el total de frutos cosechados de cada árbol. El
parámetro que se utilizó para establecer la fecha de cosecha fue el comercial, que
corresponde al 40% de cubrimiento de color.
La cosecha se realizó en dos instancias, una primera cosecha la segunda semana de
mayo, de poca relevancia, y otra de mayor cuantía entre la segunda y tercera semana de
junio del 2006.
26
Los árboles fueron cosechados separadamente por rama rayada y no rayada, la fruta fue
depositada en bandejas por separado, en donde junto con pesar el total de la fruta se
contó manualmente cada uno de los frutos cosechados, con lo que se obtuvo el peso
promedio del fruto en cada tratamiento, la fruta fue llevada a bins separados por cada
tratamiento y por rama rayada o no rayada para su posterior proceso en la línea de
packing, el proceso fue realizado en la exportadora SAFEX Ltda.
3.4.3.2 Calidad interna
Se midió la calidad interna en cuanto a sólidos solubles, acidez y porcentaje de jugo.
Para la medición de estos parámetros se tomó una muestra de 30 frutos por tratamiento,
la fruta fue procesada en forma separada en la línea de embalaje, desde donde se tomó
la muestra correspondiente al calibre 28 (77 - 88 g).
Para determinar el contenido de sólidos solubles totales, medidos en grados Brix, se
utilizó un refractómetro, marca Atago N° 1.
La acidez titulable se obtuvo con la dilución de 2 ml de jugo en agua destilada (pH 7)
hasta completar 60 ml. Se colocó la sonda del pHmetro digital dentro del vaso precipitado
y se agregó NaOH (0,1N) hasta pH 8,2. La acidez titulable se obtuvo al introducir el
gasto de NaOH en la siguiente formula
A = 0,0064 x V x 100
G
A = acidez en porcentaje de ácido cítrico
V = volumen de NaOH gastado
G = cantidad de muestra
27
El porcentaje de jugo se midió pesando el fruto en una balanza digital, marca Rite weight,
de 3 kg de capacidad y de 0,5 g de precisión, y extrayendo el total del jugo del fruto con
un exprimidor, luego se utilizó la siguiente fórmula (peso jugo/peso fruto)*100.
Las mediciones se realizaron inmediatamente después del proceso de packing, en la
cuarta semana de junio.
3.4.3.3 Floración
Se seleccionaron ocho ramillas por árbol, distribuidas en los cuatro puntos cardinales,
cada ramilla provenía de la primavera anterior, de similar vigor, diámetro, longitud y
condición.
Las mediciones se realizaron entre septiembre y noviembre del 2006.
Cada ramilla fue medida desde el ápice a la base, numerando cada yema de la uno a la
diez, en cada yema se midió el tipo de brotación que presentaba, clasificando en brote
vegetativo, generativo o mixto, junto con esto se contó el número de flores presentes en
cada estructura, obteniendo el nivel de floración de cada tratamiento y su distribución
espacial dentro de la ramilla.
3.4.3.4 Cuaja.
La cuaja se midió del 5 al 25 de enero del 2007.
A las mismas ramillas medidas previamente se le cuantificó el número de flores cuajadas,
identificando claramente a que flor correspondía cada frutito cuajado.
28
4. Resultados y Discusión
4. 1. Resultados cosecha 2006 Clementinos cv. Clemenules:
La carga frutal afecta el nivel de floración de la temporada siguiente, por lo tanto, es
fundamental seleccionar árboles con similar carga para que esta no sea un factor
condicionante de la floración siguiente.
Cuadro 2. Número de frutos y kilogramos de fruta por árbol y peso promedio del fruto
de Clementinos cv. Clemenules, cosecha junio 2006. Llay-Llay, V región.
Tratamiento
Nº Frutos
Kilógramos
Peso promedio (g)*
T0 (Testigo)
1659 a ± 370
131,6 a ± 32,5
80,15 a ± 12,83
T1 (Rayado 15/2/2006)
1554 a ± 483
122,6 a ± 27,0
83,3 a ± 18,01
T2 (Rayado 15/3/2006)
1666 a ± 474
131,8 a ± 21,9
77,97 a ± 7,36
T3 (Rayado 15/4/2006)
1735 a ± 512
134,8 a ± 31,8
79,39 a ± 9,81
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan)
* Medias corregidas según análisis de covarianza para separar el efecto de la carga frutal sobre el peso
promedio del fruto.
El número de frutos, los kilógramos y el peso promedio del fruto no presentan diferencia
significativa en ninguno de los casos, por lo que la carga no afectaría los tratamientos.
Al ser la carga frutal un factor condicionante de la floración es fundamental seleccionar
árboles de igual producción, al llevar los kilogramos promedio producidos por cada
tratamiento a toneladas/ha se encuentran producciones del orden de las 70 ton/ha. Por lo
tanto, se esperaría que la floración siguiente fuese de baja intensidad. Al ser los árboles
estadísticamente iguales y de alta producción permite probar el efecto del rayado en el
aumento de la floración tras años de elevada cosecha.
29
4.1.2 Peso promedio y calidad interna:
El rayado y anillado de ramas ha sido recomendado para el aumento de calibre al término
de la caída fisiológica, tratamientos posteriores a esta fecha reducen su efectividad
conforme avanza el tiempo, no existen antecedentes de que el rayado de ramas de
febrero, marzo y abril modifique el calibre de la fruta que se encuentra presente en el
árbol al momento de realizar el tratamiento. Sin embargo, para analizar el efecto de los
tratamientos en las ramas rayadas y no rayadas, se realizó la siguiente comparación.
Cuadro 3. Peso promedio de frutos por tratamiento, separado según rama rayada o no
rayada de cada tratamiento. Clementinos cv. Clemenules. Llay-Llay, V
región.
Tratamiento
Peso promedio (g)*
T0
80,15 a ± 12,82
T1- A (15/2/2006)
80,29 a ± 12,05
T1-NR
81,54 a ± 11,33
T2-A (15/3/2006)
76,98 a ± 10,81
T2-NR
80,55 a ± 9,82
T3-A (15/4/2006)
76,53 a ± 10,26
T3-NR
83,41 a ± 18,22
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan)
* Medias corregidas según análisis de covarianza para separar el efecto de la carga frutal sobre el peso
promedio del fruto
Los pesos promedio de frutos son estadísticamente iguales tanto en ramas rayadas como
no rayadas, lo que demuestra que los tratamientos en esta fecha no afectan este
parámetro en la fruta.
El tamaño del fruto está en gran parte
determinado desde un inicio, el calibre esta
determinado principalmente por el tipo de brote del que provenga, y de la competencia
entre órganos en desarrollo, las diferencias serían consecuencia del mayor contenido
hormonal de los ovarios situados en brotes con hojas, lo que aumenta la capacidad de
30
estos frutos para atraer sustancias nutritivas del resto de la planta, la presencia de hojas
en el brote incrementa el cuajado y la velocidad de crecimiento del fruto (Agustí, et al.,
2003).
Cuadro 4. Porcentaje de jugo, sólidos solubles, acidez titulable y relación sólidos
solubles/acidez total. En frutos de Clementinos cv. Clemenules.
Tratamiento
% Jugo
S.S
Acidez Titulable
S.S./A.T.
T0
54,60 ab ± 1,85
10,03 b ± 0,40
1,01 ab ± 0,08
9,99 b ± 0,78
T1 (15/2/2006)
55,09 a ± 2,47
10,61 a ± 0,35
0,98 b ± 0,02
10,81 a ± 0,50
T2 (15/3/2006)
52,96 c ± 2,03
10,65 a ± 0,38
0,99 b ± 0,03
10,83 a ± 0,67
T3 (15/4/2006)
53,71 bc ± 1,76
10,55 a ± 0,48
1,04 a ± 0,02
10,14 b ± 0,40
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan)
El porcentaje de jugo es estadísticamente distinto al testigo solamente en la segunda
fecha de rayado, correspondiente al 15 de marzo 2006, esto concuerda con lo observado
por Wright (2000) en mandarinas, este investigador atribuye el descenso del porcentaje
de jugo a una modificación del potencial hídrico de la planta producto del anillado. Esto se
contrapone con lo observado por Kaufmann (1970) quien dice que el cambio que produce
el anillado sobre el potencial hídrico no es capaz de afectar al interior de las vesículas del
fruto por lo que el porcentaje de jugo no debería ser modificado.
Sin embargo, los porcentajes de jugo se encuentra dentro de los parámetros de calidad
deseados, según Martínez-Jávega et al. (2001). quienes indican que para mandarinas
clementinas se debe exigir un mínimo de 40% de jugo.
Los sólidos solubles aumentan de la misma forma en las tres fechas de anillado, siendo
significativamente mayores que el testigo, esto producto del rayado que favorecería la
acción de sumidero del fruto.
31
La acidez titulable no presenta diferencia significativa en ninguno de los tratamientos con
respecto al testigo. Esto concuerda con estudios realizados por Soler et al., (2003)
quienes probaron el efecto del rayado en julio y septiembre (hemisferio norte) sobre la
acumulación de ácidos orgánicos, estos investigadores señalan que la concentración de
ácido cítrico se determina durante la fase uno de desarrollo del fruto, en donde actúa la
enzima Citrato sintasa, que es la responsable de la formación del ácido cítrico. Por lo que
un tratamiento en esta fecha no actuaría sobre ese parámetro.
La relación sólidos solubles/acidez es modificada por la primera y segunda fecha de
rayado, produciéndose un aumento de la relación, por lo que se obtiene un adelanto del
índice en los tratamientos 1 y 2, rayado el 15 de febrero y el 15 de marzo,
respectivamente.
En los Cuadros 5, 6 y 7, se muestra la comparación de las ramas rayadas versus las no
rayadas de cada tratamiento, con el objetivo de observar si la calidad de la fruta varía
dependiendo de la rama que provenga.
Cuadro 5. Porcentaje de jugo, sólidos solubles, acidez titulable y relación sólidos
solubles/acidez total para tratamiento T1 rayado el 15 de febrero, rayado y
no rayado.
Tratamiento
% Jugo
S.S
Acidez Titulable
S.S./A.T.
T1- A
(15/2/2006)
56,76 s ± 3,13
10,63 ± 0,42 ns
0,95 s ± 0,04
11,22 s ± 0,78
T1-RA
53,43 s ± 2,27
10,58 ± 0,35 ns
1,02 s ± 0,03
10,39 s ± 0,38
S: indica diferencias significativas (P≤
0,05, T-student).
32
Cuadro 6. Porcentaje de jugo, sólidos solubles, acidez titulable y relación sólidos
solubles/acidez total para tratamiento T2 rayado el 15 de marzo, rayado y
no rayado.
Tratamiento
% Jugo
S.S
Acidez Titulable
S.S./A.T.
T2-A
(15/3/2006)
52,36 ± 1,49 ns
10,77 ± 0,37 ns
0,97 ns ± 0,06
11,19 ± 1,02 ns
T2-RA
53,55 ± 3,09 ns
10,53 ± 0,40 ns
1,00 ns ± 0,02
10,47 ± 0,41 ns
S: indica diferencias significativas (P≤
0,05, T-student).
Cuadro 7. Porcentaje de jugo, sólidos solubles, acidez titulable y relación sólidos
solubles/acidez total para tratamiento T3 rayado el 15 de abril, rayado y
no rayado.
Tratamiento
% Jugo
S.S
Acidez Titulable
S.S./A.T.
T3-A
(15/4/2006)
55,02 s ± 1,82
10,67 ± 0,56 ns
1,00 s ± 0,03
10,68 s ± 0,60
T3-RA
52,40 s ± 1,96
10,43 ± 0,40 ns
1,09 s ± 0,03
9,59 s ± 0,24
S: indica diferencias significativas (P≤
0,05, T-student).
No se observa diferencia estadística entre las ramas rayadas y no rayadas de cada
tratamiento, en cuanto a los sólidos solubles, éste efecto podría explicarse por una
disminución de la competencia entre el crecimiento vegetativo y las raíces. El rayado
interrumpe el flujo de fotoasimilados hacia las raíces, reduciendo su crecimiento, lo que
permitiría un mayor desarrollo de la parte aérea de la planta favoreciendo la acumulación
de sólidos solubles.
En los tratamientos 1 y 3 (15 de febrero y 15 de abril respectivamente), se aprecia un
incremento en el porcentaje de jugo de las ramas rayadas, ésto podría deberse a que el
rayado disminuye la competencia por carbohidratos de la fruta con la parte vegetativa del
árbol, lo que permitiría una mayor acumulación de jugo en la fruta de la rama rayada con
33
respecto a la no rayada. En estos tratamientos la acidez titulable decrece en la rama
rayada, producto de la dilución de la concentración de ácido debido al aumento del
porcentaje de jugo de la fruta de la misma rama. La relación sólidos solubles acidez, de
ambos tratamientos, aumenta en las ramas rayadas producto de la disminución de la
acidez.
El tratamiento 2, no presenta estas diferencias entre ramas rayada y no rayada, este
tratamiento se realizó el 15 de marzo, época en que el crecimiento vegetativo y radical se
encuentran relativamente detenidos, a diferencia de las otras dos fechas de rayado. La
primera fecha de rayado se realizó el 15 de febrero, coincidiendo con un “flush” de
crecimiento vegetativo, y la tercera fecha de rayado se realizó el 15 de abril, concordando
con un “flush” de crecimiento radical, por lo que el rayado debería ser más estresante
para la planta en esas fechas de activo crecimiento, lo que produciría las diferencias entre
ramas rayada y no rayada.
4.2 Brotación, floración y número de frutos:
Cuadro 8. Número de flores totales y número de frutos totales por cien nudos.
En árboles de Clementinos cv. Clemenules. Llay-Llay, V región.
Tratamiento
Flores total/100 nudos
Nº de frutos/100 nudos
T0
23,13 b ± 9,57
7,04 c ± 4,30
T1 (rayado 15/2/2006)
62,29 a ± 14,26
21,38 a ± 8,23
T2 (rayado 15/3/2006)
25,38 b ± 9,16
12,00 b ± 6,23
T3 (rayado 15/4/2006)
27,33 b ± 8,31
9,04 bc ± 3,52
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan)
En el cuadro 8, se puede ver que el tratamiento 1 presenta un aumento en la floración,
las otras dos fechas de anillado no presentan diferencia estadística con respecto al testigo
(T0), esta fecha coincide con la recomendada por Agustí (1988) para aumentar floración
al igual que Guardiola (2003), ambos en el hemisferio norte.
34
El rayado a finales de julio y durante el mes de agosto (hemisferio norte) incrementa
significativamente el número total de flores, tanto en mandarino Satsuma y naranjo dulce
cv. Salustiana (Agustí, 1988).
El rayado tendría un efecto sobre el desarrollo radicular, lo que restringiría el aporte de
giberelinas a la copa.
El aumento en la floración producto del rayado puede deberse a la disminución de las
giberelinas del árbol, Erner (1988) señala que el rayado debe actuar reduciendo el nivel
de giberelinas en las yemas, interfiriendo en su translocación o induciendo su inactividad.
La acción de las giberelinas en la inhibición de la floración fue demostrada por Monselise
y Halevy (1964) cuando consiguieron reducir la floración en forma significativa con
aplicaciones de giberelina en naranjo dulce Shamouti.
Talón (1999) señala que uno de los factores que determinan la cuaja es la competencia
entre el crecimiento vegetativo y reproductivo. En el Cuadro 9, se puede apreciar que el
tratamiento 1 disminuye significativamente el crecimiento vegetativo y aumenta la
floración, lo que podría explicar el aumento en la cuaja.
En el Cuadro 9, se puede apreciar que la mayor proporción de flores proviene de brotes
mixtos, las que cuajan en mayor grado que las generativas, ya que las hojas en un primer
momento actúan como “sink”, generando un flujo hacia el brote, a medida que estas hojas
maduran se transforman en órganos de exportación, dando al brote una independencia
para el desarrollo de la fruta, generando una ventaja respecto a los brotes sin hojas. Estas
hojas no solo aportan carbohidratos, sino que también en las inflorescencias con hojas se
ha detectado mayor contenido de giberelina endógena (Guardiola, 1992).
35
La variedad Clemenules no presenta semillas, Talón (1999) afirma que las variedades sin
semillas cuajan en mayor proporción cuando la floración es moderadamente baja o
intermedia, en los tratamientos no se observa un gran aumento en el número de brotes
generativos lo que indica que la floración aumentó dentro de los rangos óptimos y no
sobre éstos, por lo que no floreció excesivamente.
Cuadro 9. Número de brotes vegetativos, generativos y mixtos por cien nudos,
ramillas de Clementitos cv. Clemenules. Llay-Llay V región.
Vegetativo/100
Generativo/100
Mixtos/100
Brotación
nudos
nudos
nudos
total/100 nudos
T0
32,00 b ± 6,74
3,42 b ± 2,93
16,33 b ± 8,41
51,71 b ± 8,69
T1
19,54 c ± 6,71
7,63 a ± 3,39
31,71 a ± 7,28
58,88 a ± 8,93
T2
33,08 b ± 8,29
0,71 c ± 0,78
19,08 b ± 5,97
52,88 b ± 7,06
T3
37,58 a ± 8,09
6,33 a ± 3,30
15,79 b ± 4,04
59,71 a ± 8,12
Tto
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan)
En la primera fecha de rayado se puede observar un descenso en el número de brotes
vegetativos por cien nudos, y un aumento del número de brotes generativos y mixtos, lo
que concuerda con lo señalado por Agustí (1988).
En un ensayo realizado por Agustí (1988) en mandarina Satsuma y naranjo dulce
Salustiana, sobre los efectos del rayado para estimular la floración observó que, los brotes
generativos no modifican su número, los brotes vegetativos pueden disminuir y los mixtos
pueden aumentar.
Agustí (1988) atribuye el aumento en la floración como consecuencia de un incremento en
la brotación.
36
En la zona de Quillota se describió el ciclo fenológico de la naranja var Navelina, en éste
lugar se observaron tres “flush” de crecimiento vegetativo, uno en otoño hasta mayo, uno
en primavera que se extendió de julio a octubre con un “peak” en septiembre y el otro en
verano desde finales de diciembre hasta febrero con un “peak” en enero (Mex, 1992).
Las hojas jóvenes son los principales lugares de producción de giberelinas, las que
posteriormente son traslocadas vía floema al resto de la planta (García, 2007). Por lo que
la mayor producción de giberelinas se produce en los flush de crecimiento vegetativo.
El tratamiento 1 fue realizado el 15 de febrero, este tratamiento fue el que incrementó
significativamente la floración y redujo el número de brotes vegetativos, esta fecha es la
más cercana al “flush” de crecimiento vegetativo del mes de enero, momento en que
debió haber sintetizado una gran cantidad de giberelinas que serían traslocadas vía
xilema hacia las raíces, por lo que el rayado en esa fecha interrumpió la acumulación de
giberelinas produciendo el efecto deseado.
Las giberelinas son almacenadas en las raíces, desde donde al iniciarse la brotación son
transportadas vía xilema. El rayado produce un efecto detrimental en las raíces, lo que
podría reducir o inactivar la concentración de giberelinas almacenadas en la raíz
disminuyendo la disponibilidad de éstas al momento de la brotación (Erner, 1988).
Chandler (1962) postula que el crecimiento radicular, al igual que el crecimiento
vegetativo se produce en “flush” de crecimiento, lo que concuerda con los resultados
obtenidos por Mex (1992) y Müller (1993) quienes describieron el ciclo fenológico del
naranjo var Navelina y del limón var Génova, respectivamente, en la zona de Quillota.
Müller determinó que el “flush” vegetativo de otoño comenzó a fines de marzo principio
de abril y el “flush de crecimiento radicular se extendía desde mediados de marzo hasta
mediados de mayo, teniendo su “peak” en la primera semana de abril. Mex (1992)
observó el crecimiento radicular en mandarinos determinando un “flush” de crecimiento
radicular que se desarrollaba entre los “flush” de crecimiento vegetativo de primavera y
37
verano, también sugiere que debería ocurrir otro “flush” de crecimiento radicular entre los
crecimientos vegetativos de verano y otoño, esto concuerda con los descrito por Müller
(1993) y Chandler (1962).
No existen antecedentes fenológicos para cítricos en la zona de Llay-Llay por lo que se
utilizaron los datos mencionados para establecer una relación con lo ocurrido en el
ensayo. Las temperaturas promedio de los meses de marzo y abril, obtenidas de los
estudios realizados por Müller (1993) son similares a las registradas en los mismos meses
en la zona de Llay-Llay en el año 2006.
Durante el otoño se observó una brotación que fue de menor cuantía que la de primavera
siguiente, esto coincide con lo referido para la zona de Quillota, donde se describió el ciclo
fenológico del limonero Génova, identificando dos “flush” de crecimiento radical que se
sitúan después del crecimiento vegetativo, uno, cuyo “peak” se desarrolla en diciembre y
otro “peak” se encuentra en abril (Müller, 1993). El tercer tratamiento se realizó el 15 de
abril, coincidiendo con el “peak” de crecimiento radical, el anillado interrumpe el flujo de
fotoasimilados a las raíces, produciendo un estrés a éstas, al ser las raíces el lugar de
almacenaje de las giberelinas, se produce un descenso en las concentraciones de la
hormona o se induce su inactividad, obteniendo como resultado un aumento en la
brotación de la temporada siguiente.
El tratamiento 3, fue el que presentó mayor brotación, pero no aumentó su floración, esto
puede deberse a la competencia entre el crecimiento reproductivo y vegetativo, Agustí
(2000), señala que entre la raíz y la parte aérea existe competencia por agua,
carbohidratos, elementos minerales y hormonas. Cuando el equilibrio se rompe, la planta
responde reduciendo el crecimiento del órgano dependiente. Por lo tanto, al haber mayor
crecimiento vegetativo hay mayor concentración de giberelinas, produciendo una menor
floración.
38
El tratamiento 2, realizado el 15 de marzo, coincide con una época en que el crecimiento
vegetativo se ha detenido y el “flush” de crecimiento radical está comenzando lentamente,
por lo que el anillado no ejerce un efecto depresivo a ninguno de estos eventos,
permitiendo un desarrollo similar al testigo, el número de brotes vegetativos y mixtos son
estadísticamente iguales, solamente varía el número de brotes generativos, disminuyendo
con respecto al testigo. Sin embargo, la brotación total se comporta de la misma forma
que en el testigo.
4.3. Distribución de la brotación y la floración dentro de cada ramilla:
Las ramillas fueron divididas en tercios, con el objetivo de comparar el nivel de brotación
de cada uno de ellos. Ésto se realizó en forma separada para cada tratamiento.
Cuadro 10. Número promedio de brotes vegetativos, generativos y mixtos por yema
del tratamiento testigo.
Tercio
Vegetativo
Generativo
Mixtos
Brotación total
1 (nudo 1-3)
0,64 a ± 0,26
0,09 a ± 0,12
0,34 a ± 0,23
1,07 a ± 0,27
2 (nudo 4-6)
0,38 b ± 0,17
0,01 b ± 0,04
0,16 b ± 0,18
0,55 b ± 0,26
3 (nudo 7-9)
0,05 c ± 0,10
0,01 b ± 0,03
0,04 c ± 0,09
0,10 c ± 0,17
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan).
Cuadro 11. Número promedio de flores totales y número de frutos por yema del
tratamiento testigo.
Tercio
Flores totales
Nº de frutos
1 (nudo 1-3)
0,48 a ± 0,30
0,15 a ± 0,19
2 (nudo 4-6)
0,23 b ± 0,24
0,08 b ± 0,10
3 (nudo 7-9)
0,06 c ± 0,12
0,01 c ± 0,03
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan).
39
Cuadro 12. Número promedio de brotes vegetativos, generativos y mixtos por yema
del tratamiento 1 (rayado 15 de febrero 2006).
Tercio
Vegetativo
Generativo
Mixtos
Brotación total
1 (nudo 1-3)
0,35 a ± 0,18
0,18 a ± 0,20
0,60 a ± 0,24
1,13 a ± 0,37
2 (nudo 4-6)
0,21 b ± 0,16
0,08 b ± 0,10
0,37 b ± 0,21
0,65 b ± 0,31
3 (nudo 7-9)
0,09 c ± 0,10
0,00 c ± 0,01
0,09 c ± 0,12
0,18 c ± 0,14
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan).
Cuadro 13. Número promedio de flores totales y número de frutos por yema del
tratamiento 1 (rayado 15 de febrero 2006).
Tercio
Flores totales
Nº de frutos
1 (nudo 1-3)
1,29 a ± 0,71
0,49 a ± 0,37
2 (nudo 4-6)
0,68 b ± 0,40
0,18 b ± 0,19
3 (nudo 7-9)
0,12 c ± 0,17
0,05 c ± 0,07
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan).
Cuadro 14. Número promedio de brotes vegetativos, generativos y mixtos por yema
del tratamiento 2 (rayado 15 de marzo 2006).
Tercio
Vegetativo
Generativo
Mixtos
Brotación total
1 (nudo 1-3)
0,58 a ± 0,27
0,02 a ± 0,05
0,43 a ± 0,23
1,03 a ± 0,27
2 (nudo 4-6)
0,35 b ± 0,24
0,01 b ± 0,03
0,18 b ± 0,15
0,53 b ± 0,29
3 (nudo 7-9)
0,15 c ± 0,12
0,00 b ± 0,00
0,03 c ± 0,07
0,18 c ± 0,13
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan).
Cuadro 15. Número promedio de flores totales y número de frutos por yema del
tratamiento 2 (rayado 15 de marzo 2006).
Tercio
Flores totales
Nº de frutos
1 (nudo 1-3)
0,59 a ± 0,35
0,26 a ± 0,22
2 (nudo 4-6)
0,22 b ± 0,23
0,12 b ± 0,13
3 (nudo 7-9)
0,03 c ± 0,09
0,02 c ± 0,06
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan).
40
Cuadro 16. Número promedio de brotes vegetativos, generativos y mixtos por yema
del tratamiento 3 (rayado 15 de abril 2006).
Tercio
Vegetativo
Generativo
Mixtos
Brotación total
1 (nudo 1-3)
0,60 a ± 0,24
0,15 a ± 0,15
0,36 a ± 0,21
1,10 a ± 0,23
2 (nudo 4-6)
0,40 b ± 0,23
0,06 b ± 0,08
0,15 b ± 0,14
0,61 b ± 0,27
3 (nudo 7-9)
0,25 c ± 0,20
0,00 c ± 0,01
0,02 c ± 0,06
0,27 c ± 0,21
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan).
Cuadro 17. Número promedio de flores totales y número de frutos por yema del
tratamiento 3 (rayado 15 de abril 2006).
Tercio
Flores totales
Nº de frutos
1 (nudo 1-3)
0,64 a ± 0,35
0,23 a ± 0,17
2 (nudo 4-6)
0,25 b ± 0,24
0,07 b ± 0,11
3 (nudo 7-9)
0,02 c ± 0,06
0,00 c ± 0,02
Letras distintas en cada columna indican diferencias significativas (P≤0,05, Test de Duncan).
La brotación se comporta de la misma forma independiente del tipo de brote del que se
trate, en los tratamientos 1 y 3. El número de brotes vegetativos, generativos y mixtos,
mantiene en todos los casos un gradiente de brotación que parte en el tercio apical y
decrece hacia el tercio basal, cada tercio muestra diferencia significativa en el número de
brotes, disminuyendo a medida que se avanza hacia la base de la ramilla.
Ésto concuerda con lo señalado por Guardiola (1977), quien dice que la brotación ocurre
preferentemente en el tercio apical, produciéndose un gradiente de la brotación a lo largo
de la ramilla, brotando las yemas apicales antes y en mayor número que las basales.
En todos los tratamientos se mantiene un gradiente de brotación desde el primer al tercer
tercio. Solamente en el testigo y en el tratamiento 2 la distribución de los brotes
generativos no presenta este gradiente entre el segundo y tercer tercio, sin embargo, la
41
brotación general mantiene lo señalado por Guardiola (1977), esto por el bajo número de
los mismos en ambos tratamientos.
En los cuadros anteriores (10, 11, 12, 13, 14, 15, 16) se puede apreciar que la brotación
se comportó de igual forma en todos los tratamientos, incluyendo al testigo, por lo que el
anillado no influenciaría la distribución en que brotan las yemas dentro de la ramilla.
La cuaja en los tres tratamientos y el testigo, presenta la misma distribución que la
brotación descrita por Guardiola (1977), esta decrece del tercio apical al basal.
42
5. Conclusiones
El rayado de ramas realizado a mediados de febrero tiene un efecto estimulador en la
floración de Clementinos cv. Clemenules, después de una alta producción en la zona de
Llay-Llay V región.
El rayado de ramas de febrero, marzo y abril no afecta la distribución de los diferentes
tipos de brotes, dentro de la ramilla, con respecto al número de brotes vegetativos, mixtos
y generativos.
En las mandarinas cv. Clemenules la brotación se concentra en el tercio apical de la
ramilla, decreciendo conforme se acerca hacia su base.
El rayado de ramas de febrero, marzo y abril no afecta el calibre y peso de la fruta
presente en el árbol al momento de realizar el tratamiento.
El rayado de ramas de febrero, marzo y abril aumenta los sólidos solubles del fruto.
El rayado de ramas de marzo afecta el porcentaje de jugo del fruto, disminuyendo su
porcentaje con respecto al testigo, los rayados de febrero y abril no modifican su
porcentaje.
El rayado de ramas de febrero, marzo y abril no afecta la acidez titulable, ya que ésta no
varía con respecto al testigo en ninguno de los tratamientos.
El rayado de ramas de febrero y marzo, adelanta la relación azúcar/acidez. No así el
rayado del mes de abril.
43
8. Literatura citada
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