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Informe sobre: Impactos del cambio climático en zonas bioclimáticas y en especies representativas de mamíferos en México Del estudio: Generación de escenarios de cambio climático a escala regional, al 2030 y 2050; evaluación de la vulnerabilidad y opciones de adaptación de los asentamientos humanos, la biodiversidad y los sectores ganadero, forestal y pesquero, ante los impactos de la variabilidad y el cambio climáticos; y fomento de capacidades y asistencia técnica a especialistas estatales que elaborarán programas estatales de cambio climático Lourdes Villers Ruiz Irma Trejo Vázquez Enrique Martínez Meyer Salvador Sánchez Colón Edith Calixto Pérez Rodrigo Vázquez. Noviembre 2008 INTRODUCCIÓN El número total de especies conocidas en México es de 64 878 aproximadamente. Junto con Brasil, Colombia e Indonesia, México se encuentra entre los primeros lugares de las listas de riqueza de especies. Al respecto de especies terrestres, se han descrito 26 mil especies de plantas, 282 especies de anfibios, 707 de reptiles y 45O de mamíferos. Estas cifras, comparadas con otros países en el plano mundial, colocan a México como un país megadiverso, ya que presenta al menos 10% de la diversidad terrestre del planeta (Mittermeier y Goettsch, 1992). Aunada a esta riqueza, México cuenta con gran cantidad de especies distribuidas exclusivamente dentro de sus límites geopolíticos, es decir, especies endémicas. Más de 900 especies de vertebrados son exclusivas de nuestro territorio. La pérdida de biodiversidad representa inevitablemente la reducción en la población de especies, con la consecuente pérdida de diversidad genética y el incremento de la vulnerabilidad de las especies y poblaciones a enfermedades, cacería, y cambios fortuitos en las poblaciones. La extinción de especies es una de las consecuencias más importantes de la pérdida de la biodiversidad. Aún cuando la extinción es un proceso natural, la intensa transformación del hombre sobre el medio natural ha incrementado la contribución a la atmósfera de gases de invernadero, provocando un incremento de la temperatura promedio de la Tierra, particularmente notable en los últimos 100 años, que se reconoce como calentamiento global (IPCC, 2001, 2007). En el Cuarto Reporte de Evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, 2007), se documentan evidencias de los efectos observados estadísticamente significativos, en los sistemas naturales, que no se explican con la variabilidad natural, sino que se relacionan con el calentamiento global del planeta, y que se añaden al impacto directo de pérdida de especies debido al cambio de uso del suelo. De esta manera, los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad empiezan a estar mejor documentados en diferentes países. En años recientes, el cúmulo de evidencias alrededor del mundo acerca del impacto del cambio climático actual sobre los sistemas naturales es abrumador. Las alteraciones observadas en el medio natural afectan todos los niveles de organización, desde poblaciones y especies, hasta comunidades y ecosistemas (Root et al. 2003). Cambios en distribución y abundancia de especies tradicionalmente tolerantes a temperaturas frías han sido reportados así como transformaciones principalmente en la fenología de plantas, principalmente para Norteamérica y Japón. Incluso, extinciones atribuidas a este evento de calentamiento están documentadas (Parmesan y Yohe 2003). Se espera que el impacto del calentamiento global sobre diferentes ecosistemas sean tales como alteraciones en la distribución y abundancia de las especies (Hughes 2000; Peterson et al., 2005; Root et al., 2005; Parmesan, 2006), la desaparición directa de algunas especies y poblaciones (Walther et al., 2002; Thomas et al., 2004;), así como el agotamiento paulatino o rápido y la desaparición de los servicios que éstos ofrecen (Millennium Ecosystem Assessment, 2005). La rápida destrucción de los ecosistemas más diversos del mundo, especialmente en los países intertropicales, ha llevado a los expertos a concluir que probablemente una cuarta parte de la totalidad de la diversidad biológica del planeta está en serio peligro de extinción durante los próximos 20-30 años. ANTECEDENTES Es reconocido que en gran medida la distribución de las especies y las comunidades está relacionada con las condiciones climáticas en las que se establecen (MacArthur, 1972; Pearson y Dawson, 2003; Gray, 2005; Lomolino et al., 2005) y que el clima es un factor que controla patrones globales de la estructura y productividad de la vegetación (Maslin, 2004) así como afecta no solo la composición de especies de plantas y animales (Gitay et al. 2002) sino afecta en la propia biología de las especies e individuos ya que se han reportado variaciones en las fechas de retorno de aves migratorias asociados a cambios de temperatura y modificación de las rutas migratorias o bien los tiempos de maduración de anfibios se reportan más cortos (Rosenzweig, et. al. 2007). Las interacciones entre las especies también se ven afectadas produciendo el recambio de especies o variaciones en la dominancia de ciertas especies sobre otras (Barry et al. 1995). Finalmente, las alteraciones directas en el medio físico (e.g., mayor temperatura y menor precipitación), aunado a los cambios en las comunidades, repercuten en los ecosistemas alterando los flujos de materia y energía, como los ciclos biogeoquímicos y del agua (Vose & Maass 1999). En México, la información acerca de los efectos observados del cambio climático sobre diferentes elementos de la biodiversidad es aún muy escasa. En la literatura especializada casi no existe ningún estudio que demuestre la existencia de alteraciones en algún aspecto de la biología de las especies o de la ecología de las comunidades como producto directo del cambio climático. A pesar de esta falta de información local, las observaciones realizadas en otras regiones del mundo y las aplicaciones de modelos de cambio climático para distintos sectores del país desde 1994 (Villers y Trejo, 1995) permiten hacer ciertas generalizaciones que pueden dar indicios de cuáles especies y qué sistemas podrían ser más vulnerables en México. Para el país, las comunidades de afinidades templadas como los bosques de coníferas y latifoliadas son más vulnerables a los incrementos de las temperaturas (Villers y TrejoVázquez. 1997, 1998). Asimismo se ha señalado en la literatura que las especies de distribuciones naturalmente restringidas se encuentran en mayor riesgo que las de distribución amplia; así como las de tamaños poblacionales relativamente pequeños y de tiempos generacionales largos, debido a su menor capacidad adaptativa en comparación con las que tienen características biológicas opuestas (Walther et al. 2002). Finalmente, las especies con una baja capacidad de dispersión tienen menor posibilidad de migrar y las hace más vulnerables a los efectos negativos del cambio climático (Martínez-Meyer et al. 2004). Con estos argumentos en México se han realizado estudios con especies puntuales que presentan estas características, Domínguez-Pérez (2007) realizo un estudio con el conejo de los volcanes o teporingo (Romerolagus diazi), en el que se analizó la distribución histórica, la actual y se hicieron proyecciones a futuro para determinar la dirección y magnitud del cambio en su distribución por efecto del cambio climático. En un estudio diferente se analizaron los efectos del cambio climático sobre la especie Fagus grandifolia que es una especie característica de los bosques mesofilos de montaña. También se han hecho estudios del impacto del cambio climático en especies de cactáceas de la reserva de la biosfera Tehuacan-Cuicatlán. En general estos trabajos han sido de sensibilidad, donde se incrementa desde 0.5°C hasta 2.5°C la temperatura y siempre con la reducción de un cierto porcentaje en la precipitación. En el presente estudio se aborda el tema de biodiversidad desde dos escalas distintas: por un lado a nivel de país, el impacto del Cambio Climático sobre las comunidades vegetales como unidades discretas, pero que incluyen el basto número de especies, a partir de construir un modelo estadístico que considere las probabilidades de la distribución potencial de las mismas en condiciones actuales y modificadas según los escenarios que se apliquen. Por otro lado, a nivel de detalle para algunas especies de mamíferos y aplicando modelos basados en la teoría de nicho biológico, se identificaron condiciones bioclimáticas que necesita la especie para subsistir. Posteriormente se asignaron los escenarios de cambio climático a este modelo permitiendo evaluar su posible impacto a nivel específico. En ambos casos, a nivel de comunidades y especies cada uno con métodos dependiendo de la escala de trabajo, se abocaron a determinar áreas donde es más probable que una cierta comunidad o especie exista dado ciertos parámetros ambientales que otra en la que no cumple al 100% con los requerimientos para que esa comunidad o especie subsista. En el momento en el que se obtiene este modelo base, se modifican las condiciones climáticas y se definen los patrones en la distribución de vegetación en términos de probabilidades y de las especies según los requerimientos bioclimáticos de sus nichos específicos. METODOLOGÍA EFECTOS DEL CAMBIO CLIMATICO SOBRE ZONAS BIOCLIMÁTICAS A fin de examinar el probable efecto del cambio climático al 2050 sobre la extensión y distribución espacial de los ecosistemas terrestres de México, se construyó un modelo de regresión logística multinomial. Este modelo tiene como fundamento estimar a partir de un conjunto de individuos, a los cuales se les conoce su pertenencia en uno o varios grupos, la probabilidad de que un nuevo individuo pertenezca a un grupo o a otro. El análisis es similar al de la regresión tradicional salvo que utiliza como función de estimación la función logística en vez de la lineal, como se hace en una regresión tradicional. Este modelo, aplicado a la definición de nueve zonas bioclimáticas vegetales en México, describe la probabilidad de ocurrencia actual de cada uno los tipos de vegetación en las nueve zonas bioclimáticas en función de las características ambientales generales, a este respecto se consideraron para este estudio los parámetros de: altitud, temperatura, lluvia y tipo de suelo como las variables explicativas para discriminar entre los grupos su pertenencia a uno u otro grupo. Debido a que el concepto del modelo incluye las condiciones ambientales en las que se establecen, se agruparon los diferentes tipos de vegetación, en las zonas bioclimáticas que se presentan en el Cuadro 1. Cuadro 1. Agrupación de los tipos de vegetación considerados para la construcción del modelo Logístico Multinomial. Zonas bioclimáticas Tipo de vegetación Bosques de coníferas Bosque de pino, bosque de oyamel, bosque de ayarín, bosque de cedro, bosque de pino-encino, bosque de táscate Bosques de latifoliadas Bosque de encino, bosque de encino-pino, bosque mesófilo de montaña Selvas húmedas y subhúmedas Selva alta perennifolia, selva alta subperennifolia, selva baja perennifolia, selva baja subperennifolia, selva mediana perennifolia, selva mediana subperennifolia, selva mediana subcaducifolia. Selvas secas Selva baja caducifolia, selva mediana caducifolia, selva baja subcaducifolia, selva baja espinosa. Matorral semiárido Matorral de coníferas, chaparral, matorral subtropical, matorral submontano, matorral espinoso, matorral tamaulipeco, matorral sarcocaule, matorral sarcocrasicaule, mezquital. Matorral árido Matorral crasicaule, matorral desértico de montaña, matorral desértico, matorral rosetófilo costero, vegetación de desiertos arenosos Vegetación halófila Vegetación de dunas costeras, vegetación gipsófila, vegetación halófila. Vegetación hidrófila Manglar, popal, vegetación hidrófila. Pastizal natural Pastizal natural, pastizal-huizachal. Para esta parte del estudio se utilizaron las siguientes fuentes de información: 1. Sitios de Muestreo: se utilizaron un total de 86,873 sitios de muestreo en campo que describen las características de la cobertura vegetal y el uso del suelo en lugares conocidos del territorio nacional. Estos sitios fueron depurados a partir de dos fuentes de información: a) Inventario Nacional Forestal y de Suelos (INFyS), datos de sitios muestreados directamente en el INFyS que fueron proporcionados por la Gerencia de Geomática de CONAFOR. Conforman un total de 83,235 puntos distribuidos a través de todo el territorio nacional. b) Puntos de verificación en campo levantados por el INEGI durante la elaboración de sus cartas de Uso del suelo y vegetación (INEGI, 2000) que son un total de 7,412 registros. 2.- Variables ambientales: a) Meteorológicas: Temperatura que incluye: Isotermas medias anuales (García CONABIO, 1998a); Isotermas máxima promedio (García-CONABIO, 1997a); Isotermas mínima promedio (García-CONABIO, 1997b). Precipitación total anual (García - CONABIO, 1998b) escala 1:1’000,000. Adicionalmente, del ERIC II se obtuvieron los registros históricos (1961-1990) de las 3,727 estaciones meteorológicas con base en las cuales se construyeron las cartas climatológicas. b) Suelos, extraídos de la carta Edafología (escala 1:250,000) del INEGI y; c) el Modelo Digital de Elevación (30m de resolución) elaborado por el INEGI del cual se derivó la carta de inclinación de la pendiente. Mediante operaciones en un Sistema de Información Geográfico (SIG) a cada uno de los sitios de muestreo se le asignaron los valores de elevación, tipo de suelo, temperatura media anual, temperatura mínima promedio, temperatura máxima promedio y precipitación media anual. Se validó el modelo de ajuste entre variables ambientales y sitios mediante una selección de 24,424 registros el cual se subdividió aleatoriamente en dos porciones: Una constituida por dos terceras partes (16,170) de los registros y la otra por los registros restantes. El subconjunto mayor se utilizó como base para alimentar el modelo logístico multinomial que describiera las probabilidades a priori de ocurrencia de cada uno de los tipos de vegetación considerados. Los parámetros del modelo fueron estimados mediante el método de máxima verosimilitud y el resultado obtenido explica el 63.5% de la varianza total de los 16,170 datos incluidos. El modelo fue posteriormente aplicado a las capas de información del SIG para así construir las cartas de probabilidad de ocurrencia para cada uno de las nueve zonas bioclimáticas consideradas. Finalmente, a cada uno de los pixeles (250 m de resolución espacial) se le asignó la zona bioclimática que tuviera la mayor probabilidad de ocurrencia y se generó un mapa que . muestra la distribución potencial de las nueve zonas bioclimáticas del país bajo las condiciones ambientales actuales, creándose de esta manera el mapa base. EFECTOS DEL CAMBIO CLIMATICO SOBRE LAS ESPECIES Se generaron modelos de nicho ecológico y distribuciones geográficas para 61 especies de mamíferos asociados a las siguientes zonas bioclimáticas: Bosques de coníferas y latifoliadas, Matorrales áridos y semiáridos, Pastizales naturales, Selvas secas y Selvas húmedas y subhúmedas (Cuadro 2). Se escogió al grupo de los mamíferos por ser elementos que han sido usados en estudios previos como representantes de la diversidad de otros grupos taxonómicos en el país (Sánchez-Cordero et al. 2005) y porque existen bases de datos relativamente completas y depuradas para este grupo en el país (Arita y Ceballos 1997). Cuadro 2. Asociación de las especies de mamíferos usadas en este estudio a los biomas de México. Entre paréntesis se encuentra el código de cada especie. Los modelos de nicho y distribución geográfica se construyeron con el método de Máxima Entropía, implementado en el programa MaxEnt ver 3.2.19 (Phillips et al. 2006), que ha sido reconocido como una técnica robusta para estos fines (Elith et al. 2006). Maxent es un método de cómputo evolutivo que detecta relaciones no aleatorias entre la presencia de las especies y las condiciones ambientales, usando los puntos de presencia de las especies y las capas ambientales para caracterizar los nichos ecológicos de las especies por medio de maximizar una distribución uniforme en el espacio ambiental al promedio de los valores de los datos de entrada; posteriormente, una vez construido el modelo de nicho es proyectado al espacio geográfico para producir un mapa probabilístico de distribución potencial para cada una de las especies (Phillips et al. 2004, Phillips et al. 2006). Para la generación de los modelos se utilizó la información sobre los registros de colecta de las 61 especies de mamíferos obtenida de la base de datos de los mamíferos de México (Arita y Ceballos 1997). Los registros fueron revisados para eliminar del análisis aquellos que su identificación o su georreferenciación fuera dudosa. Los datos o variables base utilizados consistieron en promedios mensuales de la Temperatura Mínima y Máxima, así como la Precipitación total mensual. Estas variables mensuales fueron usadas para generar 19 variables bioclimáticas para cada uno de los escenarios (Cuadro 3) que representan diferentes aspectos anuales, estacionales y extremos de los patrones climáticos, usando el sistema ANUCLIM (Hijmans et al. 2005) y que fueron usadas para construir los modelos de nicho para las especies tanto para el escenario base como en la aplicación de los modelos de cambio climático. Cuadro3. Variables bioclimáticas usadasen la construcciónde losmodelosde nicho ecológico 1. Temp. media anual 2. Rango diurno de temperatura 3. Isotermalidad 4. Estacionalidad de la temperatura 5. Temp. max. del mes más caliente 6. Temp. mín. del mes más frío 7. Rango anual de temperatura 8. Temp. media del mes más húmedo 9. Temp. media del mes más seco 10. Temp. media del cuarto más caliente 11. Temp.media del cuarto más frío 12. Precipitación anual 13. Precipitación del mes más húmedo 14. Precipitación mes más seco 15. Estacionalidadde la precipitación 16. Precip. del cuarto más húmedo 17. Precip. del cuarto más seco 18. Precip. del cuarto más caliente 19. Precip del cuarto más frío APLICACIÓN DE ESCENARIOS Se seleccionaron tres modelos de circulación general que permiten mostrar con los diferentes resultados la amplitud de incertidumbre de los modelos de cambio climático. Los modelos seleccionados fueron: el ECHAM5/MPI, el UKHADGEM1 y el GFDL CM 2.0. Para estos escenarios se ha empleado la versión 5.3 del software Magicc-Scengen que permite obtener los datos que corresponden a los escenarios de cambio climático para todo el planeta o para una región en particular (Conde et al, 2008). Adicionalmente se escogieron dos proyecciones de emisiones, de entre las ya propuesta en el Tercer Informe de Evaluación de IPCC, (TAR) que son el A2 y el B2. Se aplicaron estas proyecciones para el horizonte 2050 únicamente. Los datos ambientales necesarios para generar 19 variables bioclimáticas en el modelo de nicho de especies de mamíferos, tanto del escenario base como los escenarios de cambio climático, fueron provistas por el Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM (Conde et al, 2008). De esta forma, para cada especie se generó un modelo de distribución para el escenario base y 3 modelos de cambio climático para las dos proyecciones. Finalmente, cada uno de los escenarios de cambio climático fue sobrepuesto en el modelo del presente para estimar el área que se espera sea mantenida, ganada o perdida según cada escenario, identificándose así las especies que según los modelos resultarán más afectadas con los cambios climáticos. En el caso de las zonas bioclimáticas de vegetación se aplicaron igualmente los cambios propuestos por los 3 modelos de cambio climático para las dos proyecciones indicadas, a las capas de temperatura mínima promedio, temperatura máxima promedio, temperatura media anual y precipitación media anual. Se recalcularon las probabilidades de ocurrencia por pixel de cada zona bioclimática y se generaron los nuevos mapas de distribución potencial de la vegetación para los escenarios de clima modificado. Los mapas con los resultados de la probabilidad de la distribución potencial de la vegetación en el país, de acuerdo a cada modelo de cambio climático, se sobrepusieron al mapa base, para identificar las áreas en las que se observan los cambios y se obtuvieron los mapas correspondientes. Con esta operación se calcularon las matrices de cambio para reconocer la magnitud y la dirección de los mismos que se resumieron en un cuadro sintético. RESULTADOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMATICO EN ZONAS BIOCLIMATICAS En el Cuadro 4 se observa la proporción de la superficie del país que ocupa cada una de las zonas bioclimáticas según el escenario base y de acuerdo a los cambios propuestos en . las condiciones climáticas por los modelos aplicados. Los cambios más notables y en donde hay coincidencias en los seis modelos, se presentan en la reducción en la superficie cubierta por los bosques de coníferas y en el incremento de la probabilidad de ocurrencia de las condiciones favorables para la selva seca. Cuadro 4. Proporción de la superficie del país cubierto para cada una de las zonas bioclimáticas de acuerdo al mapa base y a tres modelos de cambio climático y dos escenarios de emisiones para el horizonte 2050. En las figuras 1, 2, 3 y 4 se puede observar la distribución espacial de las zonas bioclimáticas del escenario base y las modificaciones que se experimentan al aplicar los cambios propuestos de cada uno de los modelos de circulación utilizados en este estudio. Las imágenes muestran la contracción que sufren los bosques de coníferas, lo cual es más notable en la región norte del país. Al parecer los modelos ECHAM Y HADLEY coinciden en la tendencia hacia condiciones más secas fundamentalmente en el norte de México, en contraste con lo observado en los resultados para el caso del GFDL en donde la expansión de bosques de latifoliadas sobre las áreas que en el mapa base corresponde a matorrales áridos es evidente. También es fácilmente observable el caso de las selvas secas que se extienden hacia el norte en ambas vertientes, la pacífica y la del golfo, sobre zonas anteriormente cubiertas por matorral semiárido y bosque de latifoliadas. Figura 1. Distribución espacial de nueve zonas bioclimáticas en México, de acuerdo a un modelo logístico multinominal, en condiciones climáticas base. Figura 2. Distribución espacial de las agrupaciones vegetales asociadas con las condiciones climáticas modificadas de acuerdo al modelo ECHAM en dos escenarios de emisiones A2 y B2 para el horizonte 2050. Figura 3. Distribución espacial de la vegetación bajo condiciones de cambio climático de acuerdo al modelo de circulación general GFDL y en dos escenarios de emisiones A2 y B2 para el año 2050. Figura 4. Distribución espacial de las agrupaciones vegetales asociadas con las condiciones climáticas de cambio climático con la aplicación del modelo HADLEY y dos escenarios de emisiones A2 y B2 para el 2050. En el cuadro 5 se presenta la proporción en que cada zona bioclimática cambia ante las nuevas condiciones de las variables climáticas expuestas por cada modelo. En todos los modelos la pérdida en los bosques de coníferas es evidente, sin embargo en el caso del GFDL la proporción alcanza cifras menores al 5%, para el caso del ECHAM la pérdida oscila entre el 14 y casi el 20%, pero el caso de mayor decremento se registra con el HADLEY que para el caso del escenario A2, la probabilidad de presencia del bosque de coníferas disminuye a cifras cercanas al 41%. Cuadro 5. Porcentaje de cambio en la superficie relativa para cada zona bioclimática, de acuerdo a tres modelos de circulación general y dos escenarios de emisiones para el horizonte 2050 Los bosques de latifoliadas se ven afectados de forma diferencial de acuerdo a los modelos. El ECHAM y HADLEY muestran un decremento en la superficie cubierta por latifoliadas que va del 4% (HADLEY A2) a casi el 18% (ECHAM A2), en cambio las condiciones propuestas por el GFDL favorecería el establecimiento de este tipo de comunidades templadas. La disminución en la superficie cubierta por bosques de latifoliadas es debido al cambio en la probabilidad de la presencia de este tipo de bosques por matorrales áridos y semiáridos, pastizales y selvas secas. El matorral árido se ve favorecido en el caso del ECHAM con ambos escenarios de emisiones, pero experimenta pérdidas importantes (entre el 27 y 28%) en las condiciones . impuestas por el GFDL, en donde parte de la superficie ocupada por este tipo de vegetación es reemplazada por matorrales semiárido, pastizales e incluso bosques de latifoliadas. Del mismo modo los matorrales semiáridos decrecen en superficie en diferente magnitud para todos los modelos, con los valores más altos dados al aplicar el modelo ECHAM (8%). Para el caso de los pastizales, estos se ven favorecidos en casi todos los modelos, debido a que áreas cubiertas preferentemente por bosques de latifoliadas pierden las condiciones para establecerse y aumenta la probabilidad de presencia de pastos naturales (Ver figura 5). En las selvas húmedas y subhúmedas la probabilidad de ocurrencia prácticamente se mantiene en todos los modelos aplicados según el porcentaje que se señala para el escenario base del modelo logístico multinominal. Los cambios que se experimentan en este caso son de proporciones bajas. Para la selva seca el incremento propuesto por los modelos es importante, el menor se registra de acuerdo al modelo ECHAM con valores que van del 13 a casi el 20 % en los escenarios B2 y A2 respectivamente. En los modelos GFDL y HADLEY la expansión de las probabilidades de la presencia de la selva seca va del 52% al 70%, lo que casi duplica la superficie de acuerdo a las condiciones base de este tipo de selvas, por lo que es la agrupación vegetal con mayores proporciones en el cambio. El diagrama de la figura 5 ejemplifica para uno de los modelos aplicados (ECHAM A2), de donde proviene el cambio que alimenta el incremento de este tipo de vegetación, y como puede observarse es debido al aporte de bosques de latifoliadas, matorral semiárido, selvas húmedas y vegetación hidrófila. La vegetación halófila, a pesar de estar más relacionada con las características edáficas, también registra pérdidas de alrededor del 30% en la mayoría de los modelos, excepto para el ECHAM. En cambio la vegetación hidrófila registra ligeros incrementos respecto a la condición original. 17 Figura 5. Diagrama que muestra los cambios en las zonas bioclimáticas. Los cajones de la izquierda representan las superficies cubiertas por cada zona bioclimática en el mapa base y los de la derecha la superficie final, de acuerdo al modelo. Los cuadros muestran la superficie que se mantiene en la misma categoría (en negro) y la superficie que cambia (rojo). El tamaño de los cuadros, representa el cambio en la superficie. EFECTOS SOBRE LAS ESPECIES Los resultados indican que las respuestas de las especies a los cambios climáticos esperados son idiosincrásicas; es decir, debido a que cada especie presenta tolerancias fisiológicas al clima de manera individual, sus respuestas esperadas son en el mismo sentido. Así, observamos que hay especies en casi todas las zonas bioclimáticas que se verán afectadas negativamente en términos de sus distribuciones geográficas y otras que se espera que se vean beneficiadas (Figura 6). 18 P orcentaje de área perdida / ganada 0 P orcentaje de área perdida / ganada 0 Xene Tlc a Sppy Sc c o Rhal Muha Megi Bapl Arhi Vas p Ty nu Trc i Tape Taba O rgr Mapa Hede Cy di Chmi Cade Cac e Atge Alpi Alpa Tata Lefl Lec a Cy me Cy lu Bibi Anam Vuma Thum Sy au Spte Ovca O dhe Noc r Nele My v i Lec a Euma Digr Anpa Uram Sy c u Sos a Soor Rodi Peme Neal My v e Mium Meth Hy un G lv o Epbr Crgo Crme Chgo Ange Xene Tlc a Sppy Sc c o Rhal Muha Megi Bapl Arhi Vas p Ty nu Trc i Tape Taba O rgr Mapa Hede Cy di Chmi Cade Cac e Atge Alpi Alpa Tata Lefl Lec a Cy me Cy lu Bibi Anam Vuma Thum Sy au Spte Ovca O dhe Noc r Nele My v i Lec a Euma Digr Anpa Uram Sy c u Sos a Soor Rodi Peme Neal My v e Mium Meth Hy un G lv o Epbr Crgo Crme Chgo Ange 100 100 P orcentaje de área perdida / ganada P orcentaje de área perdida / ganada HADGEM1 B2 2050 HADGEM1 A2 2050 MPI/ECHAM5 B2 2050 MPI/ECHAM5 A2 2050 Especies Especies Especies Especies Xene Tlc a Sppy Sc c o Rhal Muha Megi Bapl Arhi Vas p Ty nu Trc i Tape Taba O rgr Mapa Hede Cy di Chmi Cade Cac e Atge Alpi Alpa Tata Lefl Lec a Cy me Cy lu Bibi Anam Vuma Thum Sy au Spte Ovca O dhe Noc r Nele My v i Lec a Euma Digr Anpa Uram Sy c u Sos a Soor Rodi Peme Neal My v e Mium Meth Hy un G lv o Epbr Crgo Crme Chgo Ange Xene Tlc a Sppy Sc c o Rhal Muha Megi Bapl Arhi Vas p Ty nu Trc i Tape Taba O rgr Mapa Hede Cy di Chmi Cade Cac e Atge Alpi Alpa Tata Lefl Lec a Cy me Cy lu Bibi Anam Vuma Thum Sy au Spte Ovca O dhe Noc r Nele My v i Lec a Euma Digr Anpa Uram Sy c u Sos a Soor Rodi Peme Neal My v e Mium Meth Hy un G lv o Epbr Crgo Crme C hgo Ange Especies Especies 2. Cuadro el en presentados los a corresponden especie cada 200 200 0 0 300 300 100 100 Xene Tlc a Sppy Sc c o Rhal Muha Megi Bapl Arhi Vas p Ty nu Trc i Tape Taba O rgr Mapa Hede Cy di Chmi Cade Cac e Atge Alpi Alpa Tata Lefl Lec a Cy me Cy lu Bibi Anam Vuma Thum Sy au Spte Ovca O dhe Noc r Nele My v i Lec a Euma Digr Anpa Uram Sy c u Sos a Soor Rodi Peme Neal My v e Mium Meth Hy un G lv o Epbr Crgo Crme Chgo Ange Xene Tlc a Sppy Sc c o Rhal Muha Megi Bapl Arhi Vas p Ty nu Trc i Tape Taba O rgr Mapa Hede Cy di Chmi Cade Cac e Atge Alpi Alpa Tata Lefl Lec a Cy me Cy lu Bibi Anam Vuma Thum Sy au Spte Ovca O dhe Noc r Nele My v i Lec a Euma Digr Anpa Uram Sy c u Sos a Soor Rodi Peme Neal My v e Mium Meth Hy un G lv o Epbr Crgo Crme C hgo Ange 400 400 200 200 P orcentaje de área perdida / ganada 0 P orcentaje de área perdida / ganada 0 300 300 100 100 -100 -100 400 400 200 200 -100 -100 400 400 300 300 -100 -100 GFDLCM2 B2 2050 GFDLCM2 A2 2050 Figura 6. Porcentaje de área (perdida o ganada) para cada una de las especies de mamíferos. Los colores de las barras corresponden alas zonas bioclimáticas de las especies: Verde = Bosques de Coníferas y Latifoliadas; Naranja = Matorrales Áridos y Semiáridos; Amarillo = Pastizales Naturales; Marrón = Selvas Secas y Rosa = Selvas Húmedas y Subhúmedas. Los códigos para 19 En general, los resultados indican que para el 2050 casi la mitad de las especies de mamíferos analizadas (n=30) perderán 50% o más del área de su distribución actual, de acuerdo por lo menos a 3 de los 6 escenarios; de éstas, 9 especies se espera que pierdan más del 80% de su área histórica de distribución según 4 o más escenarios: Romerolagus diazi, Lepus flavigularis, Orthogeomys grandis, Megadontomys thomasi, Megasorex gigas, Sylvilagus cunicularius, Lepus callotis, Cratogeomys merriami y Cynomys ludovicianus, todas ellas endémicas o cuasiendémicas a México. Es importante resaltar que la especie que se identifica en la situación más crítica es el teporingo (Romerolagus diazi), debido a que los 6 escenarios de cambio climático aplicados predicen que el nicho de la especie desaparecerá para 2050. Por otro lado, sólo el 21% de las especies (n=13) se espera que aumenten según 3 o más escenarios y 3 de ellas lo harían en más del doble de su distribución histórica (Cabassous centralis, Chaetodipus goldmani y Vampyrum spectrum. DISCUSION y CONCLUSIONES En este estudio se presentan resultados de la aplicación de seis escenarios de cambio climático en la biodiversidad de México. Se procedió a hacer el análisis a dos escalas complementarias. Una que abarca todo el país considerando nueve zonas bioclimáticas para vegetación y la otra se refiere a la distribución individual para 61 especies de mamíferos que se encuentran en esas zonas bioclimáticas. A pesar de las diferencias en escalas, metodologías e insumos propios de los análisis, ambos enfoques parten del hecho de que la presencia de un determinado tipo de vegetación o una determinada especie está en función de ciertos parámetros ambientales y bioclimáticos, de esta manera ambos estudios buscan describir la probabilidad de ocurrencia de un determinado tipo de vegetación o de una determinada especie en condiciones ambientales actuales y en condiciones ambientales modificadas según 6 escenarios de cambio climático, generados a partir de 3 modelos ce circulación general bajo las proyecciones socioeconómicas A2 y B2. De esta manera los resultados muestran similitudes sorprendentemente similares y son consistentes a su vez con los resultados de estudios anteriores (Villers, R. L. & I. Trejo-Vázquez, 1997, 1998) Lo que permite dar algunas conclusiones mucho más fortalecidas. Los resultados muestran que para los 6 escenarios tanto para las zonas bioclimáticas como para las 17 especies seleccionadas que radican en áreas con temperaturas templadas y frías como son los bosques de coníferas (bosque de pino, bosque de oyamel, bosque de ayarín, bosque de cedro, bosque de pino-encino, bosque de táscate) y los bosques de latifoliadas (bosque de encino, bosque de encino-pino, bosque mesófilo de montaña), sus áreas de distribución se verán drásticamente reducidas al aplicar el modelo ECHAM. Únicamente en el caso del modelo GFDL A2 y B2 se prevé una moderada expansión de latifoliadas sobre las áreas de matorrales. En estos ecosistemas para 4 de las 17 especies estudiadas que radican en estos bosques, sus áreas de distribución se reducirán de entre el 80 al 100% estas especies son: Romerolagus diaza (teporingo, zacatuche, conejo de los volcanes), Lepus flavigularis (liebre), Orthogeomys grandis (tuza o rata de campo), Megadontomys thomasi (ratón), por lo que estarán en inminente peligro de extinción. Las áreas de pastizal natural (pastizal natural, pastizal-huizachal) de acuerdo a los escenarios tienden a incrementar su área para los modelos GFDL y HADLEY, sin embargo es importante hacer notar que se observa una redistribución de estas zonas, lo que requeriría de la migración de las especies. Esto significa que para las 7 especies de mamíferos estudiados se reducirá su hábitat, tres de ellos en más del 80 % de su área: Cynomys ludovicianus (perrito de las praderas), Lepus callotis (liebre torda), Lepus flavigularis (liebre). El resultado para las selvas secas también es significativo, los tipos de vegetación de esta zona bioclimática: selva baja caducifolia, selva mediana caducifolia, selva baja subcaducifolia y selva baja espinosa, incrementan su probabilidad de ocurrencia en los 6 escenarios. Sin embargo, en el caso de los 9 mamíferos estudiados de este ecosistema existe una reducción de sus áreas de distribución excepto para Artibeus hirsutus (murciélago-frutero peludo). Cuando se aplican los modelos para el caso de los matorrales en general (40% del total de la superficie del país) el resultado es un poco ambivalente. En el caso del Matorral árido es evidente el efecto de las condiciones más secas, en el norte del país que propone el ECHAM, con el consecuente incremento de este tipo de matorrales en detrimento de los . bosques templados. En el Matorral semiárido sus áreas de distribución se reducen un poco o se mantienen en rango. Las 13 especies de mamíferos estudiados que se encuentran distribuidos en ambos tipos de matorral, en todos los casos el resultado al aplicar los seis escenarios es una reducción de sus áreas de distribución. Finalmente en lo que se refiere a las selvas húmedas y subhúmedas, el cambio no parece perceptible en los 6 escenarios aplicados, aunque en general, la proyección es a la reducción de sus áreas de distribución. Los tipos de vegetación a los que se refieren estas selvas son: Selva alta perennifolia, selva alta subperennifolia, selva baja perennifolia, selva baja subperennifolia, selva mediana perennifolia, selva mediana subperennifolia, selva mediana subcaducifolia. Para 2 de las 15 especies de mamíferos estudiados de estas zonas bioclimáticas los porcentajes de incremento de sus áreas de distribución serian en más del doble de su distribución histórica: Cabassous centralis (Armadillo cola de trapo), y Vampyrum spectrum (Gran falso murciélago vampiro). En este estudio se pone de manifiesto el hecho que las respuestas geográficas de las especies al cambio climático son idiosincrásicas aunque presenta algunos patrones muy claros y relacionados con las zonas bioclimáticas y los tipos de vegetación que les corresponde, por tanto es necesario una revisión de los sistemas de áreas protegidas que se encuentren en esos lugares con el fin de tomar medidas puntuales que contrarreste el posible efecto del cambio climático en los patrones de distribución de las plantas y animales descritos. Una de las ventajas de aplicar diferentes modelos es obtener un panorama de lo que podría suceder ante los cambios esperados por el cambio climático. Los resultados obtenidos con los modelos seleccionados no muestran una tendencia homogénea en los cambios, pero sí se pueden identificar zonas que consistentemente se ven afectadas por las nuevas condiciones climáticas. En general, es en el norte del país donde se manifiestan los cambios más evidentes, así como en los ecotonos de las zonas bioclimáticas. Es de destacar el hecho que los efectos más drásticos se esperan en la zona norte y centro del país, mientras que en el sur y la Península de Yucatán, se espera que los impactos del cambio climático sobre las especies sean moderados. La información vertida en este trabajo permite reconocer las zonas de cambio, así como identificar la dirección del mismo, lo cual se puede considerar para generar medidas de adaptación y mitigación, relacionadas con la conservación de los ecosistemas, punto particularmente relevante bajo el contexto de la amplia diversidad que alberga México, así como su alto nivel de endemismo. BIBLIOGRAFIA Arita, H. T. & G. Ceballos. 1997. Los mamíferos de México, distribución y estado de conservación. Revista Mexicana de Mastozoología, 2, 33–71. Barry, James P., Chuck H. Baxter, Rafe D. Sagarin and Sarah E. Gilman. 1995. 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