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Revista Española de
Nutrición Humana y Dietética
Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics
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ISSN (print): 2173-1292 • ISSN (online): 2174-5145
Revista Española de
Nutrición Humana y Dietética
Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics
Volumen 19 • Número 1 • Enero - Marzo 2015
www.renhyd.org
SUMARIO
EDITORIAL
Alimentos funcionales: ¿necesidad o lujo?
Eva María Trescastro López, Josep Bernabeu-Mestre
pág. 1 - 3
ORIGINALES
Validación de un método rápido para detectar nitratos en acelgas (Beta
vulgaris cycla). Análisis de muestras españolas comercializadas en la
región de Huesca y estimación de la ingesta diaria
Susana Menal-Puey, Esther Asensio
pág. 4 - 11
Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo
entre grupos con distinta asistencia social
Ivan Armando Osuna-Padilla, Sonia Verdugo-Hernandez, Gabriela Leal-Escobar, Ignacio Osuna-Ramirez
pág. 12 - 20
Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la
ciudad de Riobamba, Ecuador
Patricio Ramos-Padilla, Tannia Carpio-Arias, Verónica Delgado-López, Verónica Villavicencio-Barriga
pág. 21 - 27
Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches
de una escuela rural de Temuco, Chile
Pablo Antonio Valdés-Badilla, Nataly Yicel Vergara-Coronado, Daniela Suazo-Poblete, Andrés Godoy-Cumillaf,
Tomás Herrera-Valenzuela, Samuel Durán-Agüero
pág. 28 - 35
Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación
con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
María González-Neira, Ismael San Mauro-Martín, Belén García-Angulo, Diana Fajardo, Elena Garicano-Vilar
pág. 36 - 48
ESPECIAL
El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la
profesión de Dietista-Nutricionista en España
Eva María Trescastro-López
pág. 49 - 55
Revista Española de
Nutrición Humana y Dietética
Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics
Volume 19 • Issue 1 • January - March 2015
www.renhyd.org
CONTENTS
EDITORIAL
Functional foods: need or luxe?
Eva María Trescastro López, Josep Bernabeu-Mestre
pág. 1 - 3
ORIGINAL ARTICLES
Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris
cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of
Huesca, Spain, and estimation of the daily intake
Susana Menal-Puey, Esther Asensio
pág. 4 - 11
Nutritional status in mexican elderlys: comparative study between groups
with different social assistance
Ivan Armando Osuna-Padilla, Sonia Verdugo-Hernandez, Gabriela Leal-Escobar, Ignacio Osuna-Ramirez
pág. 12 - 20
Overweight and obesity in school-age children and teenagers of a urban
area of Riobamba city, Ecuador
Patricio Ramos-Padilla, Tannia Carpio-Arias, Verónica Delgado-López, Verónica Villavicencio-Barriga
pág. 21 - 27
Anthropometric profile and habits of physical activity of a school students
Mapuches rural Temuco, Chile
Pablo Antonio Valdés-Badilla, Nataly Yicel Vergara-Coronado, Daniela Suazo-Poblete, Andrés Godoy-Cumillaf,
Tomás Herrera-Valenzuela, Samuel Durán-Agüero
pág. 28 - 35
Nutritional and body composition assessment and its relationship with
athletic performance in a women’s soccer team
María González-Neira, Ismael San Mauro-Martín, Belén García-Angulo, Diana Fajardo, Elena Garicano-Vilar
pág. 36 - 48
SPECIAL ARTICLE
The role of international health movement in the development of the
Dietitian and Nutricionist profession in Spain
Eva María Trescastro-López
pág. 49 - 55
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 1 - 3
Freely available online
OPEN ACCESS
Revista Española de
Nutrición Humana y Dietética
Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics
www.renhyd.org
EDITORIAL
Alimentos funcionales: ¿necesidad o lujo?
a,
a
Eva María Trescastro-López *, Josep Bernabeu-Mestre
a Grupo Balmis de Investigación en Salud Comunitaria e Historia de la Ciencia, Universidad de Alicante, España.
*[email protected]
Recibido el 18 de febrero de 2015; aceptado el 24 de marzo de 2015.
CITA
Trescastro-López EM, Bernabeu-Mestre J. Alimentos funcionales: ¿necesidad o lujo? Rev Esp Nutr Hum Diet.
2015; 19(1): 1 - 3. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.153
Como ocurre en otros ámbitos de la actividad científica, también en el campo de la nutrición humana y la dietética se
asiste al fenómeno de las modas. Precisamente, en el campo
de la nutrición actualmente uno de los temas “de moda”
son los alimentos funcionales. A lo largo de la historia, las
recomendaciones o pautas de carácter dietético han estado
muy relacionadas, no sólo con los avances de la ciencia de la
nutrición, sino también con el concepto de salud vigente en
cada momento histórico1–4.
De hecho, los alimentos funcionales deben abordarse en el
marco de la evolución que ha mostrado la dietética, y desde que se empezaron a establecer las primeras pautas, se
fueron produciendo –y se siguen produciendo– cambios importantes en las propiedades nutritivas consideradas y en
los criterios utilizados para determinar la adecuación de las
dietas5.
Durante la primera mitad del siglo XX, el enfoque de los nutricionistas se había centrado en los nutrientes esenciales,
aquello que denominaríamos la nutrición adecuada, mientras que durante la segunda mitad del siglo XX, además de
insistir en la importancia de una alimentación adecuada en
la prevención de determinados problemas de salud, el interés se empezó a orientar progresivamente hacia los com-
puestos bioactivos de los alimentos y el papel de la alimentación en la promoción de la salud, lo que conocemos como
nutrición óptima, al reconocer que la dieta iría más allá de
su mera contribución nutricional5.
Pero el concepto de alimento funcional que emergió como
uno de los primeros pasos en la búsqueda de una nutrición
óptima y personalizada, enfocada a la promoción integral
de la salud y a la reducción del riesgo de ciertas enfermedades, no goza todavía de consenso científico. Los efectos
beneficiosos de muchos alimentos funcionales son, por el
momento, especulativos, aunque empiezan a consolidarse evidencias científicas sobre las propiedades de ciertos
grupos de alimentos funcionales. De hecho la Dieta Mediterránea proporciona numerosos y variados alimentos funcionales: frutas, verduras, legumbres, hortalizas, pescados,
lácteos fermentados, aceite de oliva virgen y, en cantidades
moderadas, frutos secos6.
Así pues, desde su formulación el concepto de alimento
funcional ha estado rodeado de controversias que conviene recordar7, algunas de ellas de carácter conceptual. El
origen de los alimentos funcionales formaba parte de una
estrategia para mejorar la calidad de vida, especialmente
de la población anciana, y muy en la línea del marketing,
Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
DOI: 10.14306/renhyd.19.1.153
1
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 1 - 3
2
Alimentos funcionales: ¿necesidad o lujo?
pasaron a formar parte del arsenal de “alimentos fortificados
con ingredientes capaces de provocar efectos beneficiosos para la
salud”. Sin embargo no deben confundirse con los alimentos
enriquecidos, suplementados o propiamente fortificados, ya
que en estos últimos la adición de nutrientes busca aumentar su valor nutritivo, pero no va más allá, en el sentido de
pretender mejorar la salud de la población a la que se destina, excepto en las consecuencias que se derivan de una
mejor adecuación de las necesidades nutritivas. A pesar de
todo, la frontera entre ambos grupos de alimentos no siempre está bien definida, y así la adición de nutrientes como el
calcio, zinc, o vitaminas antioxidantes puede aportar ambos
valores: el nutricional no funcional y el funcional.
Pero es sobre todo en el balance coste/beneficios7-8 donde
probablemente se sitúan la mayor parte de las controversias y donde procede plantear la pregunta ¿Necesitamos
realmente alimentos funcionales?
Nadie pone en duda que una alimentación desequilibrada
supone una factor de riesgo para la aparición de ciertas enfermedades y que, por el contrario, una alimentación adecuada puede aportar un efecto protector para la salud. Sin
embargo, no existe tanto consenso, cuando se plantea si
una combinación específica en cantidad y calidad de los alimentos que ingerimos es suficiente para alcanzar los beneficios extra que en un principio cabría otorgar a los alimentos
funcionales. Si la respuesta es negativa, ya tenemos justificada la necesidad de complementar una dieta equilibrada
con algunos alimentos o componentes de los mismos con
efectos específicos y positivos para la salud.
Sin embargo, también podemos contemplar la cuestión
desde otra perspectiva. Si admitimos la importancia de la
alimentación en el mantenimiento de una buena salud, y el
efecto negativo que los malos hábitos alimentarios ejercen
sobre la misma, para alcanzar el objetivo de una alimentación y nutrición saludables, nos podemos encontrar, básicamente, ante dos posibles estrategias. La primera, quizás
la más razonable, insistir en la práctica de hábitos alimentarios correctos. Frente a ella, y en particular cuando los resultados o el impacto de la promoción de dichas prácticas
saludables no son los esperados, intentar mejorar la salud
introduciendo cambios en la composición de los alimentos,
tal como se pretende con los alimentos funcionales.
¿Se está imponiendo la estrategia de los alimentos funcionales frente a la de la promoción de hábitos alimentarios saludables? Si es así, ¿qué consecuencias se pueden derivar?
Los nuevos estilos de vida son, al menos en parte, responsables de que un sector importante de la población haya abandonado unos hábitos de alimentación saludables que durante mucho tiempo han formado parte de nuestra tradición y
cultura alimentaria. El ritmo de vida actual, la gran oferta de
alimentos, la falta de tiempo para cocinar o las pocas ganas
de hacerlo, unido a la falta de información y conocimiento
en nutrición, hacen que se tomen decisiones erróneas en
cuanto a la selección de los alimentos que se van a consumir. Traducido en términos alimentarios, nos encontramos
ante un consumo excesivo de productos de origen animal y,
por el contrario, ante una escasa ingesta de productos vegetales. Unos hábitos erróneos que adquieren la condición
de factor de riesgo en algunos de los principales problemas
de salud que definen el actual panorama epidemiológico, tal
como ocurre con las enfermedades cardiovasculares o con
el cáncer, dos de las principales causas de muerte en las
sociedades desarrolladas como la nuestra. Para reducir su
incidencia no tenemos ninguna duda acerca de la idoneidad
de la promoción de hábitos alimentarios capaces de rebajar
el consumo de grasas saturadas y de colesterol y aumentar
el de fibra y antioxidantes (o reiterando lo que afirmábamos
hace un momento, reducir el consumo de productos de origen animal y aumentar el de frutas y verduras). Por el contrario, sí que existen dudas cuando nos planteamos si pueden alcanzar el mismo objetivo los alimentos modificados,
para hacerlos, por ejemplo, más cardiosaludables.
Otra de las cuestiones polémicas que rodea a los alimentos
funcionales es aquella que tiene que ver con los riesgos que
pueden plantear estos productos desde el punto de vista de
la seguridad alimentaria. En principio estos alimentos han
sido sometidos a estudios exhaustivos y uno de los requisitos para su comercialización es la demostración de que no
provocan efectos tóxicos en el consumidor, a las dosis aconsejadas de consumo.
Pero también en este aspecto, en lo referente a las dosis
aconsejadas o aceptables, pueden resultar útiles los antecedentes históricos, en la medida en que nos pueden guiar
en el camino a seguir7. Así ha ocurrido con ciertos aditivos
alimentarios a los que estuvimos asignando una ingesta
diaria admisible, y con posterioridad hemos descubierto sus
efectos nocivos para la salud. Se impone aplicar siempre el
principio de precaución, y evitar políticas de actuación que
suponen asumir que quizás lo que hoy se aprueba dentro de
unos años no se podrá sustentar.
Los potenciales riesgos de los alimentos funcionales existen,
no sólo cuando se utilizan en cantidades superiores a las
recomendadas, sino también cuando su consumo pudiera
interferir en un tratamiento farmacológico, o cuando no se
tienen en cuenta recomendaciones paralelas de consumo.
Se trata, en definitiva, de un tema complejo, porque el buen
o mal uso de estos productos depende en última instancia
del consumidor, y aquí surge una cuestión clave en todo
el proceso de incorporación y difusión de los alimentos
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 1 - 3
3
Alimentos funcionales: ¿necesidad o lujo?
funcionales: ¿hasta qué punto podemos pretender que
el consumidor sea un experto en nutrición, capaz de
interpretar correctamente la información que se aporta en
el etiquetado o en la publicidad?
La posible percepción equivocada por parte de los consumidores del verdadero efecto del alimento funcional puede
suponer realmente un riesgo. Así, un consumidor con un
problema de salud concreto puede llegar a creer que consumiendo todos los alimentos que el mercado le ofrece, bajo el
eslogan de que le ayudarán a mejorar sus resultados, podría
abandonar o descuidar su tratamiento de primera línea (ya
sea farmacológico o dietético) e incluso permiten unas licencias que agravarían su estado de salud.
Además, la actual preocupación, cuando no obsesión por la
salud, puede complicar el consumo de alimentos funcionales, en la medida en que hace a los consumidores más vulnerables frente a mensajes sesgados en los que se exalten o
exageren determinadas propiedades de un alimento o de un
ingrediente, separándolos del contexto global de la dieta y
del estilo de vida. Los consumidores son realmente sensibles
a las alegaciones saludables de los alimentos y esto está
llevando a que todos los sectores intenten buscar en sus
productos algo que pueda resultar particularmente saludable, porque ¿qué alimento va a conformarse sólo con sus
propiedades saludables?
Alimentos funcionales, en su justa medida y con sentido común
Si fuésemos capaces de desarrollar de forma adecuada la
estrategia de promocionar hábitos alimentarios correctos,
no sería necesario modificar los alimentos convencionales
para alcanzar los efectos saludables que se atribuyen a los
alimentos funcionales y, por tanto, en este sentido no serían
imprescindibles, pero también hay que reconocer que en casos particulares y concretos pueden resultar, si no estrictamente necesarios, sí convenientes o incluso recomendables,
siempre y cuando haya garantías suficientes en cuanto a su
seguridad, inocuidad y eficacia9. No hay que olvidar tampoco
que los alimentos nacieron pensando en las poblaciones de
riesgo o afectadas por ciertas patologías, no para la población sana.
Como indica la profesora Carmen Vidal Carou7, catedrática
de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona,
en cualquier caso, los alimentos funcionales no son una
panacea y no deberían ser un recurso fácil para compensar
dietas inadecuadas o insuficientes, aunque pueda ser más
cómodo consumir un alimento funcional que dedicar la
debida atención al conjunto de la dieta. La primera regla
para una correcta alimentación sigue siendo una dieta
suficiente, variada y equilibrada, que si es así ya incluirá los
componentes funcionales propios de la naturaleza de los
alimentos ingeridos.
Dos serían, por tanto, los principales retos que plantean los
alimentos funcionales. En primer lugar, obtener suficiente
evidencia científica acerca de sus efectos y seguridad. A pesar del crecimiento en la demanda de este tipo de alimentos, la comunidad científica todavía se encuentra evaluando
su idoneidad para la salud humana; sobre todo si consideramos su consumo a largo plazo. En segundo lugar, conseguir,
como advierten las autoridades alimentarias y sanitarias de
todo el mundo, que el consumo de estos alimentos sea, en
cualquier caso, parte de una dieta equilibrada y en ningún
caso un substituto de la misma.
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Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11
Freely available online
OPEN ACCESS
Revista Española de
Nutrición Humana y Dietética
Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics
www.renhyd.org
ORIGINAL
Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla).
Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca,
Spain, and estimation of the daily intake
a,
b
Susana Menal-Puey *, Esther Asensio
a Department of Animal Production and Food Science, Higher Polytechnic School, University of Zaragoza, Huesca, Spain.
b Department of Analytical Chemistry, Higher Polytechnic School, University of Zaragoza, Huesca, Spain.
*[email protected]
Received: 06/06/2014; Accepted: 12/01/2015.
Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish
commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake
KEYWORDS
Nitrate;
Vegetables;
Contamination;
Dietary intake;
Toxicological risk.
ABSTRACT
Introduction: This paper presents the validation of a rapid method for the determination
of nitrate content in chard samples, in order to determine, during two periods (winter and
summer of 2012), the current levels of nitrate in this typical vegetable, and the toxicological
risk associated with this intake.
Material and Methods: A rapid colorimetric determination of nitrate in chard samples by
nitration of salicylic acid was validated. The validated method was applied to analyze the
content of nitrate in 56 chard samples marketed in Huesca (Spain) and collected in winter and
summer seasons, and the toxicological risk associated with the intake for adult and children
population was evaluated.
Results: The method was specific and robust enough for the required purposes. The main
performance characteristics of the method were: limits of detection and quantitation of
0.29 mg L-1 and 0.59 mg L-1, respectively; recoveries from 80.0% to 107.4%; and coefficients
of variation lower than 11.4%. The detected mean nitrate content was 2293 mg kg-1 and there
was evidence of risk only for extreme consumers (adults and children), especially in winter
period.
Conclusions: A high percentage of chard samples with a considerable concentration of nitrate
were found. Taking into account the estimated dairy intake of nitrate associated with them,
it could be recommended to establish a regulatory limit of nitrate to chard, a vegetable of
important consumption in Spain.
Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
DOI: 10.14306/renhyd.19.1.110
4
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11
Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla).
Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake.
Validación de un método rápido para detectar nitratos en acelgas (Beta vulgaris cycla). Análisis
de muestras españolas comercializadas en la región de Huesca y estimación de la ingesta diaria
PALABRAS CLAVE
Nitratos;
Vegetales;
Contaminación;
Ingesta diaria;
Riesgo toxicológico.
RESUMEN
Introducción: En este trabajo se presenta la validación de un método rápido para la determinación del contenido de nitratos en muestras de acelga, con el fin de determinar durante dos
periodos (invierno y verano de 2012) los niveles de nitratos en esta hortaliza típica y el riesgo
toxicológico asociado con este consumo.
Material y Métodos: Se validó un método para la determinación colorimétrica de nitratos en
muestras de acelga basado en la nitración del ácido salicílico. Una vez validado el método, se
aplicó para analizar 56 muestras de acelgas del mercado de Huesca (España) recogidas en las
temporadas de invierno y verano, y se valoró el riesgo toxicológico asociado al consumo para la
población española adulta e infantil.
Resultados: El método fue específico y robusto para los fines requeridos. Las principales características del método fueron: límites de detección y cuantificación de 0,29 mg L-1 y 0,59 mg L-1, respectivamente; recuperaciones de 80,0% a 107,4%; y coeficientes de variación inferiores a 11,4%.
El contenido medio de nitratos detectado fue de 2293 mg kg-1 y sólo hubo evidencia de riesgo
para los consumidores extremos (adultos y niños), especialmente en el invierno.
Conclusiones: Se encontró un alto porcentaje de muestras de acelgas con una concentración
considerable de nitratos. Teniendo en cuenta la ingesta diaria estimada de nitratos asociada a
ellas, se recomendaría establecer un límite reglamentario de nitratos en acelgas ya que es una
hortaliza de consumo importante en España.
C ITA
Menal-Puey S, Asensio E. Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake.
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.110
INTRODUCTION
Vegetables constitute the major source of dietary nitrates.
The accumulation in plants varies widely between species,
and there are several plants that possess higher tendency
to accumulate nitrate1. Typically, leafy vegetables contain
higher nitrate concentrations compared to roots and fruits.
The nitrate content in vegetables may be influenced by
factors related to the plant (variety, species and maturity),
and to the environment (temperature, light intensity,
fertilizers, water used, and deficiency of some nutrients)2.
In this sense, there are many bibliographic references that
report higher nitrate content in leafy winter vegetables
compared to the summer crops.
The significance of nitrate to human health derives from
the fact that nitrate can be converted in vivo to nitrite
which shows toxic effects3. In this regard, maximum limit
concentrations of nitrate for certain vegetables (lettuce and
spinach) are established by the European Union4. Nitrate
levels in lettuce and spinach have been controlled a long
time ago in countries of the European Union and around
the World3,5–7, but there are few data about chard, one of the
most widely consumed vegetables in Spain.
Many analytical techniques as spectrophotometry,
potentiometry, ion chromatography, polarography,
capillary electrophoresis and high-performance liquid
chromatography have been used for quantification of
nitrates in vegetables samples8, but many of them have
been often lengthy and expensive.
Taking into account the above, the aim of this study was
the validation of a rapid method for the determination of
nitrate in chard samples, a typical vegetable of important
consumption in Spain, in order to know, in a fast way,
the current levels of nitrate in chard samples marketed
in Huesca (Spain) and to determine the toxicological risk
associated with this intake.
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Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11
Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla).
Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake.
MATERIAL AND METHODS
Reagents and Instrumentation
Nitrate calibration standard solutions were prepared
from a stock solution of 1000 mg L-1 of nitrate by Panreac
(Barcelona, Spain) in distilled water and stored in capped
amber vials at 4ºC. Salicylic acid 99% PS, sodium hydroxide
PA-ACS-ISO and sulphuric acid 93-98% were supplied by
Panreac (Barcelona, Spain). A separate blank was prepared
by mixing 0.8 mL of sulphuric acid concentrated (93-98%),
19 mL of sodium hydroxide 2N and 0.25 mL of distilled water.
The absorbance of samples was measured using a double
beam UV/Visible scanning Spectrophotometer (Unicam UV/
Vis Spectrometer UV2).
Samples Preparation
The samples were acquired in local markets and large
supermarkets of the Huesca region. A sample consisted of
1 kg of vegetable. Samplings were instructed to keep the
samples and to take them to the laboratory to be prepared.
Prior to analysis, non-edible parts of the sample were
removed and the whole samples were chopped and frozen,
before the analysis, they were homogenized in a blender
while frozen. The nitrates content of chard was determined
in two different periods (winter and summer). The first
sampling was performed from October 1 to March 31, and
the second from April 1 to September 30.
Method validation
Method optimization: The analytical method for the
determination of nitrate in plant tissue was described by
Cataldo et al.9 who proposed a colorimetric determination
of nitrate in plant tissue by nitration of salicylic acid, after
extraction with distilled water, phosphate buffer and
centrifugation. Other authors proposed extraction of nitrate,
only with hot water6,10 or methanol/water (30:70)11. Based
on these works, and in order to get rapid analyses of chard,
a simple extraction in distilled water was studied, without
centrifugation proposed. Different temperatures and
presence of agitation were considered.
Absorbance of the complex formed by nitration of salicylic
acid is directly proportional to the content of nitrate. Palomino
et al.12 showed the absorption spectrum of the chromophore,
in line with this work, two different wavelengths (410 nm
and 430 nm) were tested.
Specificity: On one hand, aqueous calibration curves (n=3)
were constructed from several standard solutions at six
concentrations of nitrate from 0.5 to 5.0 mg L-1; on the
other hand, standard addition curves (n=3) were prepared
from chard samples spiked from 1.5 to 5.0 mg L-1. To verify
the absence of interfering substances, the slopes of the
aqueous calibration and the standard addition curves were
compared by applying an ANOVA test. A p-value < 0.05 was
considered statistically significant. The aqueous calibration
curves were employed to determine the nitrates level of
chard commercial samples, when there were no significant
differences.
Calibration curves: Standard solutions at six concentrations
including zero, spaced across the working range (0.5 to
2.5 mg L-1) were processed for six times, and calibration
curves were constructed in order to know the linearity of the
method. Slope and coefficient values (R) were measured.
Detection and quantification limits: The detection and
quantification limits were determined by analyzing ten
blanks, corresponding to mean value plus three times and
ten times the standard deviation, respectively.
Repeatability and Reproducibility: Repeatability and
reproducibility of the analytical method were assessed. The
analyses of each level of the aqueous calibration curves
were performed in triplicate on three successive days, and
the coefficient of variation for intra-day and for inter-day
assays were valuated. In the same way, repeatability and
reproducibility of spiked samples (1.5 to 5.0 mg L-1) were
analysed.
Accuracy: For the period in which samples were examined,
nitrate reference test materials were no available (spinach,
lettuce), so it was decided to fortify real samples. Chard
leaves samples were spiked with four different points of
fortification, including zero (1.5 to 5.0 mg L-1), and subjected
to extraction process proposed in this paper. Accuracy was
evaluated by the comparison of the theoretical values of the
nitrate spiked samples and the values obtained in triplicate.
The analytical method was considered accurate if the
recovery percentages obtained were within 80–110%13.
Stability: The solution of salicylic acid may be unstable9. In
order to check this fact, some extracts of chard samples
(n=3) were analysed using the solution prepared just at the
moment of analysis and results were compared to those
carried out with solutions prepared one week before (n=3).
The acceptance criterion was a response between 95% and
105% of the initial one14.
Dietary exposure estimates
The daily intake of nitrate through chard was calculated
from the median concentration of nitrate in samples and
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Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla).
Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake.
the weight consumed. In this work, the daily consumption
data from Spanish population analyzed (children 7-12 years,
adults and extreme consumers) came from the Spanish
Food Safety Authority15.
RESULTS
Validation of Analytical Method
Experimental and instrumental conditions were optimized
to get a rapid method to determine nitrate in chard. Two
different wavelengths (410 nm and 430 nm) were tested in
order to determine the best absorption conditions (Figure
1). As can be seen, the complex formed absorbed maximally
at 410 nm. The calibration curve obtained at 410 nm
presented better sensitive (slope 0.0785 versus 0.0614) and
less uncertainty in their values so, it was decided to work at
this wavelength.
All the changes made to the initial proposed method were
shown in Table 1. As can be observed, experiments showed
better nitrate extraction if samples (fresh or defrosted) were
mixed with distilled water, stirred and heated (70ºC).
The final analysis protocol was as follows. The sample
(1.5 g) was weighed and transferred into a 100 mL beaker
and 50 mL of distilled water were added. The beaker was
placed on a stirred hotplate for 30 minutes without boiling
(70ºC) and finally adjusted up to 50 mL with distilled water
in a volumetric flask. After filtration, an aliquot of 0.2 mL was
transferred to a test tube and mixed thoroughly with 0.8 mL
of salicylic acid 5% (w/v) in sulphuric acid (93-98%). After 20
minutes at room temperature, 19 mL of sodium hydroxide
2N were added to raise the pH above 12. The samples were
cooled at room temperature and absorbance was measured
at 410 nm.
Specificity study was shown in Figure 2. The slopes of both,
aqueous calibration curves (standard solutions of nitrate
from 0.5 to 5.0 mg L-1), and standard addition curves
Figura 1. Calibration curves at 410 nm and 430 nm.
Tabla 1. List of experiments that were carried out to get faster analysis.
Sample
Temperature
Stirring
Weight(g)
Nitrate (mg kg-1)
Exp1
fresh
70 ºC
Yes
1.5
2704.9
Exp2
fresh
70 ºC
No
1.5
2468.5
Exp3
defrosted
25 ºC
No
1.5
1696.8
Exp4
defrosted
25 ºC
Yes
1.5
2236.9
Exp5
defrosted
70 ºC
Yes
1.5
2702.8
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Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11
Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla).
Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake.
(extracts of chard samples spiked from 1.5 to 5.0 mg L-1),
were compared by applying an ANOVA test, there were no
statistically significant differences between slopes (p > 0.05)
so, no matrix effect was observed.
same way, spiked samples (1.5 to 5.0 mg L-1) were analysed,
and these values were from 0.2% to 4.6% and from 1.7% to
8.7%, respectively (Table 2). All coefficient of variation were
lower than 15% 13.
The detection and quantification limits (mean plus three
times and ten times the standard deviation), were 0.29 mg L-1
(967 mg kg-1) and 0.59 mg L-1 (1833 mg kg-1), respectively.
The accuracy study showed recovery percentages from
80.0% to 107.4%, and a degradation phenomenon was
observed during storage of one week at 20ºC in darkness,
with a response of 86.1% of the initial one.
Repeatability and reproducibility of the analytical method
were assessed. The analyses of each level of the aqueous
calibration curves in triplicate on three successive days
showed coefficient of variation values from 0.5% to 5.4% for
intra-day and from 0.7% to 11.4% for inter-day assays. In the
Analysis of commercial samples
Table 3 shows the nitrate contents in 56 samples collected
in winter and summer seasons and marketed in Huesca,
Figura 2. Specificity study with aqueous calibration and standard addition.
Tabla 2. Coefficient of variation (CV) intra-days and inter-days for analytical method.
NO3- (mg L-1)
CV (%) Intra-day
CV (%) Inter-days
0.5
1.1
5.4
4.8
11.4
1.5
3.3
1.2
1.2
7.2
1.9
0.6
0.6
1.3
2.8
3.5
0.8
1.4
1.1
0.7
0.5
0.8
0.7
1.2
5.0
NO3- added (mg L )
-1
CV (%) Intra-day
CV (%) Inter-days
0.0
4.6
2.0
2.1
4.7
1.5
3.5
3.3
2.5
7.1
1.9
1.3
0.6
1.2
8.7
3.5
2.0
0.8
3.1
3.0
5.0
0.4
0.5
0.2
1.7
8
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Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla).
Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake.
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Spain. To calculate the content of nitrate in chard samples,
they were taken into account the dilution carried out on
the extract (1:100), the volume of extract prepared (50 mL)
and the weight of sample used (1.5 g). Samples with an
absorbance signal less than detection limit were classified
as samples with nitrate content equal to 967 mg kg-1 (worst
case) and samples with an absorbance signal less than
quantification limit, equal to 1833 mg kg-1 (worst case).
summer, respectively. However, 15 samples (26.8%)
exceeded these values, seven winter samples (25.0%) and
eight summer samples (28.6%).
The 56 samples analysed presented a mean and a median
nitrate content of 2293 mg kg-1 and 1833 mg kg-1, respectively.
These values were 2399 mg kg-1 and 1930 mg kg-1, for
samples cultivated in winter, and 2186 mg kg-1 and 967 mg
kg-1 for summer crops.
Considering an acceptable daily intake (ADI) for nitrate
of 3.7 mg kg-1 (body weight) day for a 60 kg adult16, the
nitrate daily intake through chard collected in winter
was unacceptable only for extreme consumers, with a
relationship EDI/ADI of 107.3% for children and 90.3%
for adults. When samples were collected in summer, risk
decreased (53.8% and 45.1% for children and adults). No risk
was observed for children and adult mean consumers (1.9%
and 4.1% for summer and winter period, respectively).
Dietary exposure estimates
The estimated daily intake (EDI) of nitrate through chard is
shown in Table 4.
Taking into account the existing regulatory limits, these values
were, in all cases, below to the maximum limits established
by the European Commission for similar vegetables (Spinacia
oleracea), 3000 mg kg-1 and 2500 mg kg-1 for winter and
Tabla 3. Nitrate contents in chard samples collected in winter and summer seasons, marketed in Huesca, Spain.
Season
Nº samples
Nitrate content (mg kg-1)
Range
Mean
Median
CV (%)
Winter
28
967−5999
2399
1930
4.9−24.5
Summer
28
967−9093
2186
967
0.7−17.8
Tabla 4. Estimation of the nitrate dietary intake through chard.
Season
EDI (mg kg day-1)
Consumption (g day person-1)
Adults
Mean
Winter
5.2
Summer
Adults
Children
High
level
Mean
High
level
118.5
2.6
71.0
Adult (17 years and over) weight: 68.5 kg
Children (7-12 years) weight: 34.5 kg
High level: percentile 97.5%
Mean
0.2
0.1
High
level
3.3
1.7
EDI/ADI (%)
Adults
Children
Mean High
level
4.0
0.2
2.0
0.1
Mean
4.1
1.9
High
level
90.3
45.1
Children
Mean
4.1
1.9
High
level
107.3
53.8
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Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla).
Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake.
DISCUSSION
These results revealed the existence in the Spanish market
of a high percentage of chard samples with a considerable
concentration of nitrate (Mean and median nitrate content
of 2293 mg kg-1 and 1833 mg kg-1, respectively). According
these results, other studies performed in Spain, noted the
existence of chard contaminated with similar levels of nitrate.
Pardo-Marín et al.17 determined the presence of nitrate
in chard by means of liquid chromatography obtained a
median nitrate content of 1597 mg kg-1. According to other
revisions, chard presented similar or even higher nitrate
content compared to other vegetables. Mor et al.3 showed
a mean nitrate content of 1132 mg kg-1 for spinach and
1439 mg kg-1 for lettuce marketed in Turkey. Meanwhile,
Tamme et al.7 showed mean nitrate levels of 2337 mg kg-1
and 3023 mg kg-1 for spinach and lettuce in Estonia. The
median nitrate content in green salads, spinach and lettuce
included in the Italian diet were 1720 mg kg-1, 1954 mg kg-1
and 1440 mg kg-1 respectively5, and 2684 mg kg-1 and
1747 mg kg-1 in lettuces and spinach from Sweden6.
As can be seen in this study, chard samples collected in
winter accumulated more amount of nitrate than those
collected in summer. The influence of seasonal variation of
nitrate contents in leafy vegetables has been documented
in literature. The lettuce and spinach from Estonian market
had a 22% and 24% over nitrate levels when grown in
winter than in summer7. Lettuces grown in UK, showed a
mean nitrate level of 3124 mg kg-1 and 2382 mg kg-1 during
winter and summer months respectively18. In Spain, spinach
analyzed during winter, showed median concentration levels
of nitrate in the order of 1755 mg kg-1 versus 1269 mg kg-1
for spinach collected in summer17.
Regarding the dietary exposure estimates, these results
were similar to other Spanish data. The mean consumption
of chard of Valencia market supposed a nitrate daily intake
of 3.5% of the ADI, in case of adult consumers, and 1.7% for
children. The EDI for extreme consumers was 78.9% of the
ADI17.
In the Spanish market, there were chard samples with
similar or even higher nitrate levels compared to other leafy
vegetables (according to other revisions), and there were
evidence of risk for extreme consumers in winter period.
Although this study is focused on the area of Huesca, and
the samples analyzed were not nationally representative,
the authors conclude that there may be a toxicological risk
associated with the consumption of chard, and it could
be recommended to establish a regulatory limit of nitrate
to chard, as well as for other vegetables of important
consumption in Europe.
ACKNOWLEDGMENTS
The authors are gratefully with the collaboration received
from Gobierno de Aragón. Grupos Consolidados de
Investigación T10 and A01.
COMPETING INTERESTS
None of the authors had any conflict of interest from a
financial, personal, or professional aspect in relation to the
findings of this study.
BIBLIOGRAPHY
1.
2.
3.
4.
CONCLUSIONS
The method for analysis of nitrate in chard explained in this
paper was specific, stable, robust, precise and accurate,
and the sample preparation procedure took less than one
hour, so this analytical method could be a low cost and rapid
procedure to determine nitrate in chard.
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Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20
Freely available online
OPEN ACCESS
Revista Española de
Nutrición Humana y Dietética
Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics
www.renhyd.org
ORIGINAL
Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre
grupos con distinta asistencia social
a
a
b
Ivan Armando Osuna-Padilla , Sonia Verdugo-Hernandez , Gabriela Leal-Escobar , c,*
Ignacio Osuna-Ramirez
a Unidad Académica de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía, Universidad Autónoma de Sinaloa, Culiacán, Sinaloa, México.
b Facultad de Salud Publica y Nutrición. Universidad Autónoma de Nuevo León, México.
c Facultad de Ciencias Químico Biológicas, Universidad Autónoma de Sinaloa, Culiacán, Sinaloa, México.
*[email protected]
Recibido el 5 de agosto de 2014; aceptado el 12 de enero de 2015.
Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social
PALABRAS CLAVE
Adulto Mayor;
Anciano;
Desnutrición;
Desnutrición energéticoproteica;
Obesidad;
Estado Nutricional;
Antropometría;
México.
RESUMEN
Introducción: Evaluar la presencia de desnutrición y obesidad en adultos mayores con distintos tipos de apoyo social en Sinaloa, México.
Material y métodos: Estudio comparativo, observacional, prospectivo y transversal en 91 adultos mayores. Se determinó el peso corporal, la estatura y medidas antropométricas. Se aplicó
el Mini Nutritional Assessment (MNA). Se estimaron los promedios y las desviaciones estándar,
así como la distribución de las diferencias entre las mediciones antropométricas y los resultados del MNA de las distintas poblaciones. Se analizaron los datos con las pruebas de KruskalWallis y Ji-cuadrado2. Se utilizó el coeficiente de Pearson para evaluar la correlación entre indicadores antropométricos con MNA. Se consideró significancia estadística un valor de p<0.05.
Resultados: La muestra estudiada incluyó 91 adultos mayores: 35 usuarios de una casa de
día, 28 miembros de un centro cultural, y 28 residentes de dos asilos. Se observó una prevalencia de desnutrición del 32,1%, 14,3% y 3,5% en institucionalizados, casa de día y adultos
independientes, respectivamente. Un 93,2 % de la población estudiada padecía acúmulo de
grasa a nivel visceral según el índice de cintura talla (ICT). El índice de masa corporal (IMC) y la
circunferencia de la pantorrilla (CP) se correlacionaron significativamente con MNA (p<0.05).
Conclusiones: Se observó una mayor prevalencia de desnutrición en la población residente de
asilos y en los usuarios de casas de día, principalmente en mujeres y población mayor de 80
años de edad. El exceso de tejido adiposo prevalece en la tercera edad. Es necesaria la implementación de estrategias nutricionales específicas para este grupo de edad.
Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
DOI: 10.14306/renhyd.19.1.119
12
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20
Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social
Nutritional status in mexican elderlys: comparative study between groups with different social
assistance
KEYWORDS
Aged; Elderly;
Malnutrition;
Protein-Energy
Malnutrition;
Obesity;
Nutritional Status;
Anthropometry;
Mexico.
ABSTRACT
Introduction: The aim of this study were to determine the prevalence of undernutrition and
obesity in older people with various types of social support from Sinaloa, México.
Material and methods: Comparative, observational, prospective and cross-sectional study in 91
elderly. Determined body weight, height and anthropometric measurements. Applied the Mini
Nutritional Assessment (MNA). Means and standard deviations are estimated. Chi-square2 and
Kruskal-Wallis tests were used to analyzed data. Pearson correlation were utilized for evaluated
the correlation between antropomethric indicators and MNA. The level of statistical significance
was p<0.05.
Results: 91 elderlies were evaluated: 35 users of a day House, 28 members of a cultural centre,
and 28 residents of two nursing homes. There was a prevalence of malnutrition of 32.1% in
the institutionalized, 14.3% on the day house, and 3.5% in independent adult. Obesity were
diagnosed in 93.2% of people by Waist/Height Ratio. Good correlations were found between body
mass index (BMI) and calf circumference (CC) with MNA (p<0.05).
Conclusions: High prevalences of undernutrition were found in nursing homes and user of
day homes, with major risks in womans and people major of 80 years. The implementation of
nutritional interventions depending on the type of social assistance received is required.
C ITA
Osuna-Padilla IA, Verdugo-Hernandez S, Leal-Escobar G, Osuna-Ramirez I. Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015;
19(1): 12 - 20. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.119
INTRODUCCIÓN
La proporción de adultos mayores de 60 años se ha
incrementado durante las últimas décadas a nivel mundial1,
siendo éste un grupo poblacional en riesgo de vulnerabilidad
social, al enfrentar daños potenciales de su salud, amenazas
a la satisfacción de sus necesidades y violaciones a los
derechos humanos2. Diversos tipos de asistencia social
se ofrecen a esta población vulnerable, tales como:
asilos –centro donde se atiende de manera integral las
24 horas del día los 365 días del año a personas adultas
mayores–; residencias de día –centro donde se atienden
adultos mayores que no pueden permanecer solas en sus
domicilios y requieren de atención integral especializada–;
y centros culturales, lugares donde los adultos mayores
pueden utilizar productivamente el tiempo libre, realizando
actividades culturales y recreativas3.
Durante el envejecimiento se presentan cambios en
muchas funciones corporales, entre ellos los cambios en la
composición corporal, caracterizados por pérdida de la masa
magra e incremento relativo de la masa grasa4, situación que
ubica al adulto mayor en riesgo de desnutrición, producida
tanto por una ingesta insuficiente de macronutrimentos y
micronutrimentos, así como también por la presencia de
enfermedades agudas y/o crónicas5. En México, según la
ENSANUT 2012; el 6,9% de la población de adultos mayores
cursan con desnutrición, el 42,4% sufren de sobrepeso y el
28,3% de obesidad6. A nivel mundial, este grupo poblacional
presenta prevalencias de desnutrición entre un 23 y 60%7-9. La
presencia de desnutrición en el adulto mayor se relaciona con
mayor número de admisiones y estancia intrahospitalaria,
mayor riesgo de caídas, disminución de la función física,
empeoramiento de la calidad de vida e incremento en la
mortalidad8,10,11.
13
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20
14
Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social
Respecto al tipo de asistencia social, se ha documentado
menor peso y reserva de tejido adiposo en aquellos adultos
mayores residentes de asilos12; documentando prevalencias
de 19,4% de desnutrición, mientras que los adultos que
viven en sus hogares presentaron prevalencias de 2%13.
Se ha reportado circunferencia de pantorrilla mayor en la
población que no reside en asilos14.
La aplicación de herramientas de tamizaje nutricional en los
distintos centros de asistencia social es de suma importancia
para detectar el riesgo y la presencia de desnutrición en
los adultos mayores, independientemente del formato
empleado5,15.
La utilización de medidas antropométricas es importante
para complementar las herramientas de tamizaje16. Valores
disminuidos en el índice de masa corporal (IMC), en la
circunferencia media de brazo (CMB) y la circunferencia
de pantorrilla (CP) se relacionan con fragilidad y sugieren
disminución en el tejido muscular y adiposo16–19. Otras
mediciones de interés son el área muscular del brazo (AMB),
el pliegue cutáneo tricipital (PCT)20,21 y el índice de cinturatalla (ICT)22.
Los objetivos de la presente investigación son evaluar la
presencia de desnutrición y obesidad en tres poblaciones
distintas de adultos mayores de la ciudad de Culiacán,
Sinaloa, México; que incluye: residentes de dos asilos,
población que asiste a una residencia de día, y usuarios de un
centro cultural, con una herramienta de tamizaje y distintos
indicadores antropométricos; y evaluar la asociación entre
las medidas antropométricas y los resultados obtenidos por
el Mini Nutritional Assessment (MNA).
MATERIAL Y MÉTODOS
Se trata de un estudio comparativo: observacional,
prospectivo y transversal. Se utilizó una muestra no
probabilística, incluyendo al total de la población de adultos
mayores de 60 años, usuarios y residentes de distintos
centros de asistencia social (n=101), interesados en
participar en el presente estudio de una ciudad de Sinaloa,
México. Fueron excluidos aquellos adultos que requerían de
alimentación por sonda o endovenosa (n=2), quienes tenían
padecimientos mentales (n=3), adultos que se negaron
a participar (n=2) y aquellos que presentaron una actitud
agresiva al momento de las mediciones antropométricas
(n=3). El estudio se desarrolló siguiendo los protocolos de
la Declaración de Helsinki. Todos los participantes firmaron
consentimiento informado previo a la toma de mediciones.
La recolección de datos se realizó durante los meses de
octubre y noviembre de 2013.
Para el levantamiento de la información, se entrenó a un
grupo de nutriólogos, quienes fueron adiestrados en cuanto
a las mediciones antropométricas, con el fin de reducir al
máximo el error y la variabilidad entre las mediciones. Se
efectuaron supervisiones continuas durante todo el proceso
de medición.
Las medidas antropométricas recolectadas fueron: peso
corporal, talla, Circunferencia abdominal (CA), CMB, PCT y
CP. Los instrumentos utilizados fueron básculas digitales
con una precisión de 0,1 kg, (TANITA UM-081, Illinois, USA),
estadímetro de pared graduado en centímetros con una
precisión de 0,5 cm (SECA 206, Hamburgo, Alemania),
cinta métrica graduada en centímetros, con una precisión
de 1 mm (SECA 201, Hamburgo, Alemania) y calibrador de
pliegues cutáneos con una precisión de 1 mm (Slimguide,
Miami, EU). Se realizaron los cálculos del IMC, ICT y AMB. Se
categorizó el resultado de la medición de CP.
Se aplicó la herramienta de tamizaje MNA23.
El IMC se calculó con la fórmula peso (kg) sobre talla al
cuadrado (m)24. El AMB e ICT se calcularon con las siguientes
fórmulas25,26.
AMBhombres (cm2)=
AMBmujeres (cm2)=
(CMB - ∏PCT)2
4∏
(CMB - ∏PCT)2
4∏
ICT=
10
6,5
CA
Talla
El IMC se clasificó según los rangos recomendados por el
Commite on Diet and Health Criteria27 para adultos mayores
de 60 años: Normal 24-29 kg/m2, Desnutrición<24 kg/m2, y
Obesidad>29 kg/m2.
Se categorizó el AMB según las tablas de percentiles
propuestas por Chumlea W, clasificando a los individuos
según el AMB como desnutrición (percentil<25), y
musculatura normal (percentil>25)28,29.
Se clasificó como depleción muscular aquellos cuya CP era
<31,0 cm23.
El ICT se evaluó tomando como punto de corte ≥0,5 para
diagnosticar obesidad abdominal26.
El análisis estadístico se realizó con el software Stata
Intercooled versión 12. Un valor p<0.05 fue considerado
estadísticamente significativo. Se estimaron los promedios
y las desviaciones estándar, así como la distribución de
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20
Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social
las diferencias entre las mediciones antropométricas y los
resultados del MNA de las distintas poblaciones. Se utilizó
la prueba de Shapiro-Wilk para evaluar el comportamiento
de las variables. Se utilizó Kruskal-Wallis y Ji-cuadrado2 para
evaluar la magnitud de las diferencias entre las variables.
Se utilizó el Coeficiente de Correlación de Pearson para
evaluar la relación entre las variables antropométricas con
el resultado obtenido por MNA.
RESULTADOS
Fue evaluado el estado nutricional de un total de 91 adultos
mayores, de los cuales 35 acudían a una casa de día, 28
vivían de forma independiente en sus domicilios y eran
miembros de un centro cultural dónde acudían a practicar
ejercicio, y 28 adultos mayores eran residentes de dos
asilos de la ciudad de Culiacán, Sinaloa, México. Del total
de la población evaluada, el 31,8% correspondió al sexo
masculino.
Las características antropométricas se presentan en la Tabla
1. La media de edad para cada grupo fue de aproximadamente
81 años en la población usuaria de la casa de día, de 68
años para la población que realizaba ejercicio en el centro
cultural, y 76 años para la población institucionalizada. Al
analizar las medias del peso corporal, se observa diferencia
estadísticamente significativa entre los grupos (p<0.05),
encontrando una media de 62,3 kg para los adultos de la
casa de día, 73,6 kg para los adultos independientes, y 61,2
kg para los adultos institucionalizados.
Según los resultados del MNA, existen diferencias en el
estado nutricional entre las tres poblaciones (p<0.05),
encontrando una mayor prevalencia de desnutrición
en la población de adultos mayores institucionalizados
(32,1%), comparado con la población usuaria de la casa
de día (14,3%), encontrando una menor prevalencia en la
población que practica ejercicio (3,5%). Se estratificó a la
población estudiada en 3 grupos, de 60 a 69 años, de 70
a 79 años, y aquellos mayores de 80 años, observándose
mayor desnutrición en la población mayor de 80 años en
Tabla 1. Características Antropométricas.
Variable
Valor p
Casa de día
n = 35
Centro Cultural
n = 28
Asilos
n = 28
Media, (IC95%)
Media, (IC95%)
Media, (IC95%)
Hombres: 37,1%
Hombres: 0%
Hombres: 57,1%
Mujeres: 62,8%
Mujeres: 100%
Mujeres: 42,8%
Edad
80,8 (78,0–83,6)
67,8 (66,2–69,4)
76 (72,5–79,4)
0.0010
Peso
62,3 (58,2–66,4)
73,6 (68,3–77,9)
61,2 (54,4–67,9)*
0.0017
Talla (m)
1,56 (1,52–1,59)
1,57 (1,55–1,59)
1,54 (1,50–1,57)*
0.3980
IMC (kg/m2)
25,4 (24,0–26,8)
29,7 (27,6–31,8)
25,6 (23–28,2)*
0.0031
27,8 (26,6–29)
31 (29,1–32,8)
27,1 (24,6–29,7)
0.0083
17,3 (15,1–19,5)
24,8 (22,8–26,9)
13,9 (11,5–16,4)
0.0001
95,3 (92–98,7)
94,9 (90,3–99,5)
95,1 (88,7–101,4)
0.0190
32,8 (29,2–36.5)
37,6 (31,2–43,9)
35,4 (27–43,7)
0.0010
32,6 (31,2–34)
36 (34,4–37,6)
30,3 (28,8–31,8)
0.0001
Género
CMB (cm)
PCT
CA (cm)
AMB (cm2)
CP
IMC: Índice de Masa Corporal; CMB: Circunferencia Media de Brazo; PCT: Pliegue Cutáneo Tricipital, CA: Circunferencia Abdominal;
AMB: Área Muscular del Brazo; CP: Circunferencia de Pantorrilla.
*Dos participantes no pudieron ser medidos.
15
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20
Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social
La presencia de obesidad se evaluó con el ICT, encontrando
un 93,2% de la población evaluada con diagnóstico de
obesidad abdominal sin observar diferencias estadísticas
entre las tres poblaciones. El 69% de la población identificada
con esta condición corresponde al sexo femenino, difiriendo
al IMC, con el cual un 27% de la población estudiada fue
diagnosticada con obesidad, de las cuales un 91% fueron
mujeres (Tabla 4).
la casa de día. Al estudiar a la población con desnutrición,
destaca una mayor prevalencia en el sexo femenino (54%)
(Tabla 2).
De acuerdo al IMC, se encontró una mayor prevalencia de
desnutrición en la casa de día (43%) y en los asilos (39%),
respecto al centro cultural (7%), p<0.05. De la población
con IMC<24 kg/m2, el 56% corresponde al sexo femenino.
Se observaron diferencias en la circunferencia de pantorrilla
entre los tres grupos (p=0.001), indicador con el cual fueron
clasificados como desnutridos un 61% de la población
institucionalizada, no siendo así en los otros dos grupos.
Según el AMB, un 21 % de la población institucionalizada
tiene desnutrición. No se detectaron disminuciones en la
reserva muscular en las demás poblaciones. La población
más afectada según los indicadores antropométricos son
los adultos mayores de 80 años que acuden a la casa de día
y quienes residen en el asilo. (Tabla 3).
Al evaluar la correlación de los indicadores respecto a la
puntuación del MNA para la población estudiada, la mayor
correlación observada fue para la CP (r=0.42, p=0.0001),
seguida por el IMC (r=0.3716, p=0.0003), no observando
significancia estadística para el AMB (r=0.0098, p=0.93).
(Tabla 5)
Tabla 2. Diagnóstico de Desnutrición según MNA.
Normal
Riesgo
Desnutrición
Total
Casos (%)
Casos (%)
Casos (%)
Casos (%)
Casa de día
13 (37,1)
17 (48,5)
5 (14,3)
35 (100,0)
60–69 años
2
1
0
3
70–79 años
2
6
1
9
>80 años
9
10
4
23
17 (60,7)
10 (35,7)
1 (3,5)
28 (100,0)
60–69 años
15
7
0
22
70–79 años
2
2
1
5
>80 años
0
1
0
1
3 (10,7)
16 (57,1)
9 (32,1)
28 (100,0)
60–69 años
0
6
3
9
70–79 años
3
2
3
8
>80 años
0
8
3
11
33 (36,3)
43 (47,2)
15 (16,5)
91 (100,0)
MNA
Centro Cultural
Asilos
Total
16
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20
Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social
Tabla 3. Diagnóstico de casos de Desnutrición con indicadores antropométricos.
60–69 años
70–79 años
>80 años
AMB
0
0
0
CP
0
0
0
IMC
1 (3%)
3 (9%)
11 (31%)
1 (4%)
0
0
CP
0
0
0
IMC
0
2 (7%)
0
AMB
2 (7%)
2 (7%)
2 (7%)
CP
3 (11%)
6 (21%)
8 (29%)
IMC
3 (12%)
2 (8%)
5 (19%)
Centro/Indicador
Casa de Día
Centro Cultural 28
AMB
Asilos 28
AMB: Área Muscular del Brazo; CP: Circunferencia de Pantorrilla; IMC: Índice de Masa Corporal.
Tabla 4. Diagnóstico de Obesidad según ICT e IMC.
Casa de Día
Centro Cultural
Asilos
Casos (%)
Casos (%)
Casos (%)
ICT
34 (97,1)
25 (89,2)
24 (92,3)
IMC
4 (11,4)
14 (50,0)
6 (23,0)
Indicador
ICT: Índice de Cintura Talla; IMC: Índice de Masa Corporal.
Tabla 5. Coeficientes de Correlación de indicadores antropométricos con MNA según asistencia social.
Casa de Día
Centro Cultural
Asilos
Población en General
r (p)
r (p)
r (p)
r (p)
IMC
0.07 (0.66)
-0.141 (0.47)
0.68 (0.001)
0.371 (0.0003)
AMB
0.008 (0.96)
-0.17 (0.36)
0.04 (0.826)
0.0087 (0.934)
CP
0.06 (0.69)
-0.01 (0.959)
0.685 (0.0001)
0.42 (0.0001)
Indicador
AMB: Área Muscular del Brazo; CP: Circunferencia de Pantorrilla; IMC: Índice de Masa Corporal.
17
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20
Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social
DISCUSIÓN
La utilización de herramientas, como el MNA, facilita la
detección de adultos mayores en riesgo de desnutrición,
lo cual permite la implementación oportuna de
programas de atención nutricional dirigida a la mejora
del estado nutricional en esta población. Sin embargo, su
cumplimentación requiere de la cooperación del adulto
mayor, o bien de sus familiares o cuidadores, con la
desventaja que tanto en asilos como en las casas de día
el personal a cargo conoce la situación de muchos de los
pacientes, dificultando el recolectado de datos, mermando
la fiabilidad de los mismos. En dichos casos, la evaluación
antropométrica puede brindar información relevante de
forma aislada, permitiendo identificar a los individuos en
riesgo de desnutrición, así como de aquellos con presencia
de obesidad.
En un estudio realizado en España, Méndez y Col. encontraron
que los adultos mayores que vivían en sus hogares tenían 4
veces menos riesgo de estar desnutridos, comparados con
aquellos que vivían en asilos30, datos muy parecidos a los
encontrados en el presente estudio, donde un 32,5% de
los adultos que residen en asilos fueron clasificados como
desnutridos. Otro estudio realizado en 1962 sobre adultos
mayores en Irán, encontró una prevalencia de desnutrición
del 12,2% en la población que vive en casa, y el 45,3%
estaba en riesgo de estarlo31. Nouri y Col. aplicaron el MNA
en 106 adultos mayores institucionalizados, encontrando
una prevalencia de 49,06% con desnutrición, y 12,26% en
riesgo de estarlo32, siendo fundamental la incorporación de
los profesionales de la nutrición en los asilos y residencias
de adultos mayores, para con ellos prevenir y mejorar el
deterioro en el estado nutricional.
Datos de un estudio realizado en México, describen en
adultos mayores sanos un IMC promedio de 26,6 kg/m2,
un CP promedio de 34,9 cm, y una CA de 94,7 cm33, cifras
muy parecidas a las observadas en la población usuaria del
centro de día del presente estudio.
Uno de los aspectos que encontramos en las poblaciones
estudiadas, es la presencia de exceso de grasa visceral aun
con IMC saludable. Según este indicador, sólo un 27% de
la población estudiada se encuentra en obesidad, mientras
que un 30,3% cursa con desnutrición. Sin embargo, al
utilizar el ICT, un 93,2% de la población cursa con obesidad
abdominal, datos que nos hablan del proceso fisiológico
de la tercera edad caracterizado por disminución de la
musculatura e incrementos en el tejido adiposo, entidad
denominada obesidad sarcopénica. Se ha recomendado la
utilización del ICT, de la CA, o bien el Área Grasa Visceral,
como parámetros para diagnosticar síndrome metabólico
en adultos mayores, en lugar del IMC, sin embargo no se
cuenta con puntos de corte específicos para la población
mexicana22,34,35.
CONCLUSIONES
Las limitantes identificadas en el presente estudio
comparativo son: i) el tamaño de la muestra; ii) la
homogeneidad del género de la población evaluada, ya
que el 68,2% de la población evaluada correspondía al sexo
femenino, iii) la ausencia de aleatorización en la selección
de la muestra, al evaluar a todos los individuos residentes/
usuarios de los centros ya mencionados; y iv) la inclusión
de individuos con un estado cognitivo preservado, pudiendo
encontrar mayor prevalencia de desnutrición en los
individuos con deterioro cognitivo.
Como conclusión, existen diferencias en el estado nutricional
en los adultos mayores según el tipo de asistencia social que
reciban, identificando mayor prevalencia de desnutrición en
los individuos residentes de asilos y en aquellos que acuden a
casas de día, respecto a los que viven de forma independiente
en casa y acuden a un centro cultural (utilizando la
herramienta MNA). La prevalencia de desnutrición es mayor
en población femenina y en aquellos mayores de 80 años.
La inclusión de herramientas de tamizaje es fundamental
para detectar a los adultos mayores con desnutrición. En
casos donde no es posible implementar el MNA, el IMC y
la CP correlacionan de forma significativa con el resultado
del MNA, siendo indicadores útiles para identificar a los
individuos con deterioro en el estado nutricional. Para
identificar a individuos con exceso de grasa, es conveniente
la utilización del ICT, el cual identifica la grasa a nivel
visceral, a diferencia del IMC.
La presencia de desnutrición y el exceso de tejido adiposo
requieren de intervenciones específicas para mejorar la
calidad de vida de los adultos mayores, las cuales deberán
de ser específicas según el entorno y el tipo de asistencia
social que reciben.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos la colaboración de los adultos mayores
participantes, así como también al personal de los asilos
y la casa de día por las facilidades proporcionadas para la
obtención de los datos.
18
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20
Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social
CONFLICTO DE INTERESES
Los autores expresan que no hay conflictos de intereses al
redactar el manuscrito.
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OPEN ACCESS
Revista Española de
Nutrición Humana y Dietética
Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics
www.renhyd.org
ORIGINAL
Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la
ciudad de Riobamba, Ecuador
a,*
a
a
Patricio Ramos-Padilla , Tannia Carpio-Arias , Verónica Delgado-López ,
a
Verónica Villavicencio-Barriga
a Grupo de Investigación en Alimentación y Nutrición Humana (GIANH), Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (ESPOCH),
Ecuador.
*[email protected]
Recibido el 16 de septiembre de 2014; aceptado el 12 de enero de 2015.
Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba,
Ecuador
PALABRAS CLAVE
Exceso de peso;
Escolares;
Adolescentes,
Ecuador.
RESUMEN
Introducción: Determinar la prevalencia de sobrepeso y obesidad en estudiantes escolares y
adolescentes del área Urbana de la ciudad de Riobamba.
Material y Métodos: Se estudiaron 3.680 estudiantes entre 5 y 19 años, 1.581 escolares y
2.099 adolescentes matriculados en 65 unidades de educación básica y bachillerato. Las variables estudiadas fueron: tipo de establecimiento educativo, sexo, edad, peso, talla. Para el diagnóstico del estado nutricional se utilizó el Índice de Masa Corporal para edad y se empleó los
patrones de referencia de la OMS-2007. Los escolares y adolescentes cuya desviación estándar
se encontraron <–2 se consideraron con delgadez, entre –2 y +1 con peso normal, >+1 a +2
con sobrepeso y >+2 con obesidad. Los datos se analizaron en los programas de computación:
Anthro Plus v1.0.4 y SPSS v20.
Resultados: El exceso de peso afecta al 24,1% de los escolares/adolescentes; sobrepeso, 17,8%
y obesidad 6,3%. El exceso de peso es estadísticamente mayor en escolares, 27,7% que en adolescentes, 21,5% (p<0,0001). Igualmente, el exceso de peso es estadísticamente mayor en los
escolares hombres, 31,0% que en escolares mujeres, 24,4% (p<0,0001). Y es estadísticamente
mayor en adolescentes mujeres, 23,3% que en adolescentes hombres, 19,8% (p<0,0001). El
exceso de peso en escolares/adolescentes afecta a: establecimientos particulares, 27,7%, establecimientos fiscomisionales, 25,3% y establecimientos fiscales, 22,9%. Igualmente, el exceso
de peso es mayor en escolares de establecimientos particulares, 28,1% que en establecimientos fiscales, 27,7% (p=0,9984). Y es estadísticamente mayor en los adolescentes de establecimientos particulares, 27,6% que en establecimientos fiscales, 18,4% (p<0,0001).
Conclusiones: La prevalencia de exceso de peso (sobrepeso/obesidad) en estudiantes escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba es alta (24,1%) y es mayor en
escolares (27,7%) que en adolescentes (21,5%). Son necesarias medidas de intervención inmediatas para prevenir y tratar este grave problema de Salud Pública.
Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
DOI: 10.14306/renhyd.19.1.123
21
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27
Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador
Overweight and obesity in school-age children and teenagers of a urban area of Riobamba city,
Ecuador
KEYWORDS
Overweight;
School students ;
Adolescents,
Ecuador.
ABSTRACT
Introduction: To determine the prevalence of overweight and obesity among school students and
adolescents of a urban area of the city of Riobamba.
Material and Methods: 3680 students between 5 and 19 years, 1581 school students and 2099
adolescents enrolled in 65 units of basic education and high school were studied. The variables
studied were: type of educational establishment, sex, age, weight and height. For the diagnosis
of nutritional status, the WHO-2007 reference standards of body mass index for were used.
School children and adolescents whose standard deviation was found <–2 were considered thin,
between –2 and +1 normal weight, >+1 to +2 overweight and >+2 as obesity. Data were analyzed
by the computer programs: Anthro Plus v1.0.4 and SPSS v20.
Results: Being overweight affects 24.1% of school/adolescents; overweight, 17.8% and 6.3%
obese. Excess weight is statistically higher (p<0.0001) in school (27.7%) than in adolescents
(21.5%). Similarly, excess weight is statistically higher (p<0.0001) in children men (31.0%) than
in women (24,4%) at school age. And it is statistically higher (p<0.0001) in adolescent females
(23.3%) than in adolescent males (19.8%). Being overweight in school/adolescents affects: private
schools (27.7%), treasury missionary establishments (25.3%) and fiscal establishments (22.9%).
Similarly, excess weight is greater among schoolchildren in private schools (28.1%) than in fiscal
establishments, 27.7% (non statistically p = 0.9984). And it is statistically greater (p <0.0001) in
adolescents of private establishments (27.6%) than in fiscal establishments (18.4%).
Conclusions: The prevalence of weight excess (overweight / obesity) in school students and
young urban area of the city of Riobamba is high (24.1%), and is higher in school age (27.7%)
than in adolescents (21,5%). An intervention is needed to prevent and treat this serious public
health trend.
C ITA
Ramos-Padilla P, Carpio-Arias T, Delgado-López V, Villavicencio-Barriga V. Sobrepeso y obesidad en escolares y
adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27.
DOI: 10.14306/renhyd.19.1.123
INTRODUCCIÓN
La obesidad representa un problema severo de Salud Pública por las siguientes razones: I) las personas afectadas
de obesidad, además de mostrar limitaciones en sus capacidades biológicas, psicológicas y sociales, tienen una expectativa de vida menor que las personas con peso normal1; II)
un buen número acusa los signos y síntomas del llamado
síndrome metabólico, siendo serias candidatas a desarrollar graves enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT)
como hipertensión arterial, diabetes tipo 2, enfermedades
cardiovasculares y cerebrovasculares que son actualmente
las principales causas de enfermedad y muerte en el Ecuador y en el mundo2.
Solamente por problemas cardiovasculares cada año mueren unas 18 millones de personas en el planeta3. Estas enfermedades, sin embargo, no son los únicos riesgos; hay
otros relacionados con problemas respiratorios, gastrointestinales, algunos cánceres y otros más que caen en la esfera de lo psicológico y social.
El costo económico y social para el individuo, la familia y la
sociedad que genera la obesidad y las enfermedades que de
ella se derivan es muy alto. En el Ecuador esos valores se
desconocen, pero en países industrializados como los Estados Unidos de Norteamérica (E.U.A.) se estima que se gastaron aproximadamente 123 billones de dólares en 2001
para tratar la obesidad y los problemas relacionados con
ella1,3. Los enormes costos para el tratamiento de esta enfermedad y las patologías asociadas podrían rápidamente
22
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27
Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador
abrumar las débiles economías de los países en desarrollo,
como Ecuador, que todavía tienen que cubrir los altos costos
generados por la desnutrición y las enfermedades infecciosas4,5.
Para nadie es desconocido que la obesidad es una enfermedad que se ha incrementado marcadamente en los últimos
40–50 años. Este marcado incremento dio lugar a que desde 1997 la obesidad sea considerada un problema de Salud Pública con características epidémicas. En estos últimos
años, se han determinado tanto factores genéticos como
medioambientales como causales asociados al aumento de
la obesidad6–9. De manera similar a otros países, en E.U.A el
incremento de sobrepeso y obesidad ha sido muy marcado.
A inicios del Siglo XXI, el 30% de ciudadanos de ese país
tenían obesidad y el 64% sobrepeso10,11.
El incremento en el número de personas con exceso de peso
ocurrió tanto en hombres como en mujeres en todos los
grupos étnicos estudiados11. En la misma época, en varios
países de América Latina como Argentina, México, Paraguay
y Uruguay se estimó que aproximadamente el 50% de la
población tenía sobrepeso y el 15% obesidad12.
El problema del exceso de peso se concentra en las zonas
urbanas en donde se expresan con mayor intensidad y frecuencia diversas manifestaciones de las transformaciones
económicas y sociales, tecnológicas, culturales, epidemiológicas, alimentarias, y nutricionales que son el telón de fondo
del escenario de la obesidad.
Es muy preocupante el hecho de que cada vez sean más
numerosos los niños, adolescentes y jóvenes afectados por
sobrepeso y obesidad, independientemente de su condición
social13–15. Actualmente hay el doble de niños con sobrepeso en los E.U.A. que hace veinte años. En el mismo país, en
niños y adolescentes de entre 6 y 17 años, se han registrado diferencias según su origen16: los hispanos/mexicanos
tienen más obesidad (17%) que los negros (12%) y estos
más que los blancos (10%). En Sudamérica, datos de Chile
indican que el porcentaje de varones escolares con obesidad creció de 6,5% en 1.987 a 13,1% en 1996 y que en las
mujeres se incrementó de 7,7% a 14,7%17.
En México, 1 de cada 4 niños de edades comprendidas entre
4 y 10 años tiene sobrepeso18. En el Ecuador, 14 de cada 100
escolares de 8 años tuvo exceso de peso en 200115,19. Se ha
demostrado que un tercio de los pre-escolares y la mitad de
los escolares con obesidad tendrán obesidad en su adultez
y estarán expuestos a un alto riesgo de padecer diabetes
tipo 2, enfermedad cardiovascular e hipertensión arterial20.
La obesidad en la infancia y adolescencia es un factor pronóstico de la obesidad en el adulto, estimándose que el 80%
de los adultos con obesidad severa tenían obesidad durante
la adolescencia.
Es natural que los niños y adolescentes aumenten de peso
conforme crecen, puesto que normalmente con el crecimiento aumentan el tamaño y volumen de sus huesos, de
sus músculos y, por supuesto, la cantidad de masa grasa.
Sin embargo, se han señalado tres períodos que resultan
críticos para el desarrollo de obesidad: i) el prenatal, ii) de
los 5 a 7 años, y iii) la adolescencia, especialmente en las
mujeres. Cuando un estímulo o riesgo opera durante estos
períodos críticos el individuo experimenta una “programación” o “huella metabólica” que provoca una alteración permanente de determinados procesos biológicos y acarrea en
el largo plazo alteraciones en el perfil lipídico, presión arterial, tolerancia a la glucosa, y riesgo de obesidad21.
En la ciudad de Riobamba no existen datos de la magnitud
del problema de sobrepeso y obesidad en las y los escolares
y adolescentes. Consecuentemente, el objetivo del presente
trabajo es llenar este vacío y establecer una línea de base
para el fin último que es el desarrollo de un programa de
educación alimentaria nutricional dirigido a este grupo de
población.
MATERIAL Y MÉTODOS
Diseño, población y muestra
Estudio no experimental, descriptivo de tipo transversal.
Criterios de inclusión: escolares y adolescentes de los
Centros de Educación Básica y Bachillerato de la zona
Urbana de la ciudad de Riobamba, que estén legalmente
matriculados y asistan regularmente a clases, con edades
comprendidas entre 5 y 19 años. Para el presente estudio
se consideraron como escolares aquellos estudiantes
matriculados entre 1er y 7º año de educación básica y como
adolescentes aquellos estudiantes matriculados entre 8º
año de educación básica y 3er año de bachillerato. Criterios
de exclusión: escolares y adolescentes con discapacidades
físicas que dificulten la toma de medidas antropométricas o
adolescentes embarazadas.
El presente estudio de prevalencia de sobrepeso y obesidad
en escolares y adolescentes del área Urbana de la ciudad
de Riobamba, se realizó durante los meses marzo-junio de
2013. El universo de estudio estuvo constituido por 56.383
alumnos matriculados en las unidades de educación del
área urbana. La muestra representativa, prevista fue de
3.210 escolares y adolescentes de ambos sexos, entre los
5 y 19 años de edad. Sin embargo se consideró un 15%
adicional por posibles pérdidas durante la recolección y
análisis de la información. La muestra se calculó utilizando
el programa Epi Info 7 con un 97% de fiabilidad, un margen
de error máximo del 5% y una frecuencia esperada de 22%.
23
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27
Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador
La muestra se conformó por muestreo aleatorio sistemático,
a partir de la información de la nómina de planteles de
educación escolarizada ordinaria que registra a todos
los alumnos matriculados en las unidades de educación,
proporcionada por la Dirección Provincial de Educación
y Cultura Hispana de Chimborazo. La participación de los
escolares y adolescentes en este estudio fue autorizada
por la Directora Provincial de Educación y Cultura Hispana
de Chimborazo y sus padres fueron comunicados por
escrito, conjuntamente la presente investigación cumple
escrupulosamente los principios de la Declaración de
Helsinki. En el muestreo participaron 65 planteles de
educación básica y bachillerato, fiscal (pública, gratuita),
fiscomisional (financiada parcialmente por el Estado) y
particular (particular, pagada) del área urbana de la ciudad
de Riobamba.
Variables e instrumentos
Las variables de estudio fueron: demográficas (tipo de
establecimiento educativo, sexo, edad) y antropométricas
(peso, talla, IMC//Edad). Las mismas se registraron en un
formulario adjunto. Las medidas antropométricas, peso
y talla, se tomaron y registraron siguiendo las normas
internacionales de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), con los escolares y adolescentes descalzos y vistiendo
la mínima cantidad de ropa posible. El peso se registró en
kilogramos y la talla en centímetros. La talla se tomó con
una cinta métrica con una longitud de 1,5 m; en el caso que
la altura era mayor que la longitud de la cinta se solucionó
colocando la cinta a 50 cm del piso. El peso se tomó con
una balanza marca CAMRY con una capacidad de 130 kg y
una precisión de +- 1,2 dígitos. Los datos fueron tomados y
registrados los estudiantes de 5º y 6º nivel de la escuela de
Nutrición y Dietética de la ESPOCH e Internos Rotativos de
Nutrición de la Dirección Provincial de Salud de Chimborazo,
previamente entrenados.
nominal u ordinal se registró número y porcentaje, para
variables en escala continua, medidas de tendencia central
y dispersión. Luego se realizó un análisis bivariable para
determinar las asociaciones entre variables (p<0,05).
RESULTADOS
La muestra final quedó constituida por 3.680 escolares y
adolescentes, 1.581 escolares y 2.099 adolescentes. La edad
estuvo comprendida entre 5 y 19 años con una media de
12,61 años. El 51,4% de los escolares/adolescentes fueron
hombres y el 48,6% fueron mujeres. En cuanto al tipo de establecimiento, el 72,1% pertenecían a establecimientos fiscales, el 5,2% a establecimientos fiscomisionales y el 22,7%
a establecimientos particulares (Tabla 1).
Los resultados revelan que el exceso de peso (sobrepeso/
obesidad) afecta al 24,1% de los escolares/adolescentes: sobrepeso 17,8% y obesidad 6,3%, mientras que la delgadez
afecta al 2,0%. El sobrepeso es mayor en escolares que en
adolescentes, 19,4% vs. 16,6%; mientras que la obesidad es
mayor en adolescentes que en escolares, 8,3% vs. 4,9% (Figura 1).
El exceso de peso (sobrepeso/obesidad) es estadísticamente mayor en escolares 27,7% que en adolescentes 21,5%
(p<0,0001); mientras que el exceso de peso es estadísticamente mayor en los escolares hombres 31,0% que en escolares mujeres 24,4% (p<0,0001); y es mayor en escolares de
establecimientos particulares 28,1% que en establecimientos fiscales, 27,7% (p=0,9984). El exceso de peso es estadísticamente mayor en adolescentes mujeres 23,3% que en
adolescentes hombres 19,8% (p<0,0001) y es estadísticamente mayor en los adolescentes de establecimientos particulares 27,6% que en establecimientos fiscomisionales 25,3
% y fiscales 18,4% (p<0,0001) (Tabla 2).
Criterios de clasificación
Para el diagnóstico del estado nutricional se utilizó el Índice
de Masa Corporal para edad (IMC//Edad) y se utilizó los
patrones de referencia de la OMS 2007. Los participantes
cuya desviación estándar se encontraron por debajo de –2
se consideraron con delgadez, los que se encontraron entre
–2 y +1 con peso normal, los que se encontraron por encima
de +1 a +2 con sobrepeso y los que se encontraron por
encima de +2 con obesidad.
Análisis
Los datos se procesaron y analizaron utilizando los
programas de computación: Anthro Plus v1.0.4 y SPSS v20.
Se realizó un análisis univariable; para variables en escala
CONCLUSIONES
Un estudio en escolares realizado en el Ecuador en el año
2001, en una muestra nacional representativa de 1.866
escolares de escuelas públicas y particulares, mostró que
la prevalencia de exceso de peso (sobrepeso/obesidad) fue
del 14%: 8% con sobrepeso y 6% con obesidad. El exceso de
peso fue más común en los niños de las escuelas particulares (20,6%) que en los de las escuelas públicas (10,4%) y
también fue más frecuente en las mujeres (15,4%) que en
los varones (12,2%). Es importante resaltar que en ese estudio la delgadez fue del 16%22.
24
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27
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Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador
Tabla 1. Distribución de la población según características demográficas.
VARIABLE
TOTAL
(n=3.680)
ESCOLAR
(n=1.581)
ADOLESCENTE
(n=2.099)
Mínimo
5,00
5,00
11,38
Máximo
19,00
14,26
19,00
Media
12,61
9,01
15,32
Desv. Tip.
3,651
1,915
1,88
Hombre
51,4
50,7
52,0
Mujer
48,6
49,3
48,0
Fiscal
72,1
82,7
64,2
Fiscomisional
5,2
-
9,1
Particular
22,7
17,3
26,8
EDAD (años)
SEXO (%)
TIPO DE ESTABLECIMIENTO (%)
Figura 1. Estado nutricional según grupo etario.
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27
Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador
Es evidente entonces que la malnutrición (por déficit y exceso) coexistían en el año 2001, siendo la delgadez el problema dominante en los escolares ecuatorianos; no así en los
escolares y adolescentes del presente estudio, en quienes el
exceso de peso supera al bajo peso. Sin embargo, en ambos
grupos etarios sigue existiendo los dos problemas, delgadez
(2,0%) y exceso de peso (24,1%), con una franca disminución
del bajo peso (14,0 pp) y un incremento del exceso de peso
(10,1 pp). Estos cambios epidemiológicos podrían deberse
a una disminución de la actividad física y a la mejora en las
condiciones socioeconómicas de Ecuador en los últimos
años; mejora que supone un mayor acceso económico a los
alimentos, sin embargo, este acceso a los alimentos debería ir acompañado de una educación alimentaria adecuada
para que suponga una mejor elección de los alimentos.
Tanto en los escolares como en los adolescentes ecuatorianos, el exceso de peso es más frecuente en aquellos que
estudian en escuelas y colegios privados, 28,1% y 27,6% respectivamente, pero está presente también en los escolares
y adolescentes que asisten a las escuelas y colegios fiscales,
27,7% y 18,4%.
Casi 3 de cada 10 escolares y casi 2 de cada 10 colegiales
que estudian en escuelas y colegios fiscales, en su gran mayoría hijos de familias de bajos recursos económicos, tienen
exceso de peso, hecho manifiesto de la obesidad en la pobreza en Ecuador23.
Datos de 2005 indican que en Colombia, el exceso de peso
en adolescentes (10 a 17 años) alcanzó al 10,3%. El exceso de peso fue más frecuente en las áreas urbanas (11,6%)
que en las áreas rurales (7,2%) y fue más común en adolescentes mujeres (12,3%) que en los varones (8,1%)24. En un
estudio reportado en 2003 en el Perú, se demostró que el
sobrepeso y la obesidad fueron mayores en las ciudades de
la Costa peruana que en las ciudades de la Región Andina
y la Amazonía. La mayor prevalencia de exceso de peso se
presentó en Lima en donde el 31,6% de adolescentes varones tuvieron sobrepeso y el 7,2% obesidad, mientras que
el 20,8% de adolescentes mujeres tuvieron sobrepeso y el
18,8% obesidad. En este estudio también se determinó que
el exceso de peso fue más frecuente en las adolescentes de
nivel socioeconómico alto25.
Tabla 2. Prevalencia de exceso de peso (sobrepeso/obesidad) en escolares y adolescentes según sexo y tipo de
establecimiento.
VARIABLE
FRECUENCIA
%
Escolares
438
27,7
Adolescentes
451
21,5
Hombre
248
31,0
Mujer
190
24,4
Fiscal
361
27,7
77
28,1
Hombre
216
19,8
Mujer
235
23,3
Fiscal
248
18,4
Fiscomisional
48
25,3
Particular
155
27,6
p
<0,0001
Escolares
Particular
<0,0001
0,9984
Adolescentes
<0,0001
<0,0001
26
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27
Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador
Si bien, no es posible hacer una comparación que refleje con
exactitud la realidad de los escolares y adolescentes ecuatorianos frente a sus países limítrofes debido a que existen
diferencias metodológicas entre los respectivos estudios. Se
destaca que el problema está presente en todos los países
mencionados, predominando en el área urbana.
Aunque el presente estudio no incluyó la valoración étnica
en la población, consideramos que sería importante analizar dicha variable en futuras investigaciones, puesto que
ésta pudiese estar relacionada con el desarrollo del exceso
de peso.
En conclusión, la prevalencia de exceso de peso (sobrepeso
y obesidad) en estudiantes escolares y adolescentes del área
urbana de la ciudad de Riobamba es alta (24,1%) y es mayor
en escolares (27,7%) que en adolescentes (21,5%).
A pesar de la magnitud del problema, a la fecha del presente
estudio, no existen programas de prevención y/o tratamiento del exceso de peso en la ciudad de Riobamba, por lo que
se hacen necesarias medidas urgentes de intervención para
prevenir y/o tratar este grave problema de Salud Pública.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
AGRADECIMIENTOS
A las autoridades de las Instituciones Educativas participantes; a Daysi Miñaca, Pablo Rosero, y Sandra Abarca de la
Dirección Provincial de Salud de Chimborazo; a Mary Alvear
y Gladys Bonilla de la Dirección Provincial de Educación y
Cultura Hispana de Chimborazo.
15.
16.
17.
18.
CONFLICTO DE INTERESES
Los autores manifiestan que no existen conflictos de interés
al redactar el manuscrito.
19.
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21.
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Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35
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OPEN ACCESS
Revista Española de
Nutrición Humana y Dietética
Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics
www.renhyd.org
ORIGINAL
Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches
de una escuela rural de Temuco, Chile
a,*
b
b
Pablo Antonio Valdés-Badilla , Nataly Yicel Vergara-Coronado , Daniela Suazo-Poblete , Andrés
b
c,d
e
Godoy-Cumillaf , Tomás Herrera-Valenzuela , Samuel Durán-Agüero
a Instituto de Estudios en Ciencias de la Educación, Facultad de Educación, Universidad Autónoma de Chile, Sede Temuco, Chile.
b Departamento de Educación Física, Facultad de Educación, Universidad Autónoma de Chile, Temuco, Chile.
c Facultad de Ciencias de la Actividad Física, Universidad San Sebastián, Chile.
d Laboratorio de Ciencias de la Actividad Física, el Deporte y la Salud, Universidad de Santiago de Chile, USACH, Chile.
e Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad San Sebastián, Chile.
*[email protected]
Recibido el 23 de septiembre de 2014; aceptado el 13 de enero de 2015.
Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural
de Temuco, Chile
PALABRAS CLAVE
Somatotipo;
Composición corporal;
Estado nutricional;
Hábitos de actividad
física;
Estudiantes rurales;
Etnia Mapuche.
RESUMEN
Introducción: El estado nutricional de los niños puede ser un elemento predictor de salud en la
edad adulta, la población Mapuche presenta una prevalencia mayor de obesidad que la población no-Mapuche en Chile. El objetivo del presente estudio es determinar el perfil antropométrico y los hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural particular
subvencionada de la ciudad de Temuco.
Material y Métodos: El diseño es no experimental, descriptivo, transversal, con un enfoque
cuantitativo. La muestra incluyó a todos los estudiantes Mapuches del establecimiento educacional (n=23), en ambos sexos. Se les realizó una evaluación antropométrica con ISAK y se
estimó el tiempo total de actividad física a través del Cuestionario Internacional de Actividad
Física, versión corta en español (IPAQ-A). Para correlacionar las variables se utilizó una correlación parcial.
Resultados: Los escolares alcanzan un promedio de 35,4% de masa adiposa, 34,1% de masa
muscular, 11,4% de masa residual, 12% de masa ósea, 7% de masa cutánea y un somatotipo
de 4,9–5,1–1,8 que los clasifica como mesoendomorfos balanceados. En cuanto al tiempo total
de actividad física, los escolares alcanzan 2225,9 minutos/semana, su gasto energético es de
9592,1 (METs/minuto/semana) y su permanencia sentados equivale a 228,6 minutos a la semana, finalmente se encontró correlación negativa entre IMC y tiempo total de actividad física.
Conclusiones: Los escolares presentan un perfil antropométrico mayormente normal, pero
con una elevada prevalencia de obesidad. Su nivel de actividad física es alto, situándolos como
sujetos activos de acuerdo a tablas normativas.
Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
DOI: 10.14306/renhyd.19.1.127
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Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35
Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile
Anthropometric profile and habits of physical activity of a school students Mapuches rural Temuco, Chile
KEYWORDS
Somatotype;
Body composition;
Nutritional status;
Physical activity
habits;
Rural students;
Mapuche ethnicity.
ABSTRACT
Introduction: The nutritional status of children can be a predictor of health in adulthood element,
the Mapuche population has a non-Mapuche population that increased prevalence of obesity in
Chile. The aim of this study was to determine the anthropometric profile and physical activity
habits of Mapuche students of a particular charter school in the rural of Temuco city.
Material and Methods: The design is not experimental, descriptive, transversal, with a quantitative
approach. The sample included all students of the educational establishment Mapuches (n=23),
in both sexes. He underwent anthropometric assessment ISAK and total time physical activity
was estimated by the International Physical Activity Questionnaire, short version in Spanish
(IPAQ-A). To correlate the variables a partial correlation was used.
Results: The students average about 35.4% of fat mass, muscle mass 34.1%, 11.4% of residual
mass, 12% of bone mass, 7% of residual mass and somatotype 4.9–5.1–1.8 that meso-endomorph
classified as balanced. Regarding the total time physical activity, students reach 2225.9 minutes/
week, your energy expenditure is 9592.1 (METs/min/week) and stay seated equals 228.6 minutes
per week, finally negative correlation was found between BMI and total time of physical activity.
Conclusions: The students have a mostly standard anthropometric profile, but with a troubling
obesity rate. His activity level is high, placing them as active subjects according to normative
tables.
C ITA
Valdés-Badilla PA, Vergara-Coronado NY, Suazo-Poblete D, Godoy-Cumillaf A, Herrera-Valenzuela T, DuránAgüero S. Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de
Temuco, Chile. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.127
INTRODUCCIÓN
La falta de oportunidades experimentada por los habitantes
de zonas rurales, ha estimulado la migración permanente
de la población a los sectores urbanos, que sumado a los
avances tecnológicos, la mala nutrición y comodidad que
ofrece la ciudad, han provocado efectos negativos sobre los
estilos de vida de las personas, como son el aumento del
sedentarismo y el sobrepeso1,2.
En Chile el panorama no es más alentador, debido a reportar un 88,6% de sedentarismo en la población adulta3 y un
44% de sobrepeso en escolares4. Mientras que antecedentes
similares en torno a las etnias, particularmente la Mapuche,
son escasos5–7.
Por otra parte, diversas organizaciones tanto nacionales
como internacionales4,8 han promocionado la actividad física como un elemento fundamental para alcanzar un esta-
do óptimo de salud, tarea que debe ser desarrollada desde
la etapa escolar a través de juegos, deportes, actividades
recreativas o ejercicios físicos programados8. Por ello, han
propuesto medir el tiempo de actividad física de niños y jóvenes a través de distintas metodologías, siendo una de ellas
el Cuestionario Internacional de Actividad Física (IPAQ-A)9,
instrumento validado en varios idiomas (incluido el español)
y que proporciona información referente a la intensidad,
frecuencia y duración de las actividades realizadas por las
personas durante una semana9–12.
La escasez de información relativa a la etnia Mapuche incentiva al estudio de variables relacionadas con los estilos
de vida saludable de este grupo de la población –particularmente en escolares–, con la intención de aportar información contextualizada que sirva de insumo a docentes, directivos y profesionales en la programación adecuada de las
tareas a realizar. En este sentido la presente investigación
pretende por objetivo determinar el perfil antropométrico y
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Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile
los hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de
una escuela rural particular subvencionada de la ciudad de
Temuco (ERM).
MATERIAL Y MÉTODOS
El tipo de investigación contempla un diseño no experimental, descriptivo, transversal, con un enfoque cuantitativo.
Sujetos
La población está constituida por todos los estudiantes Mapuches de la escuela rural y particular subvencionada los
Copihues, lugar de difícil acceso geográfico, de la ciudad de
Temuco (n=23), divididos entre 11 mujeres y 12 varones,
quienes se encuentran en el rango de los 7 y 12 años. Los
criterios de inclusión fueron: ser alumno regular del establecimiento educacional, poseer al menos 1 apellido Mapuche,
edad mínima de 7 años cumplidos y contar con la autorización de los padres y el asentimiento del escolar. Fueron
excluidos los sujetos que presentaron alguna enfermedad
inhabilitante y quienes no desearon participar de la investigación. El estudio fue desarrollado siguiendo lo expuesto en
la Declaración de Helsinki, y con la autorización del Comité
de Ética respectivo.
Mediciones realizadas
El peso corporal fue evaluado con balanza digital (Scale-tronix, USA), la estatura con estadiómetro (Seca modelo 220,
Alemania), los diámetros con antropómetros (Rosscraft, Canadá), los perímetros con cinta métrica (Sanny, Brasil) y los
pliegues cutáneos con cáliper (Harpenden, Inglaterra). Los
instrumentos ostentan una precisión de 0,1 kg, 0,10 cm, 0,1
mm, 0,1 mm y 0,2 mm, respectivamente.
Respecto a las medidas para determinar el perfil antropométrico, estas consistieron en: diámetros (biacromial, tórax
transverso, tórax antero-posterior, bi-iliocrestídeo, biepicondilar, biepicondilar), perímetros (cabeza, brazo relajado,
brazo flexionado en tensión, antebrazo máximo, tórax meso
esternal, cintura mínima, cadera máxima, muslo máximo,
muslo medial y pantorrilla máxima) y pliegues cutáneos (tríceps, subescapular, supraespinal, abdominal, muslo medial
y pantorrilla máxima).
En cuanto al tiempo total de actividad física y de permanencia sentado de los ERM, se obtuvo a través del Cuestionario Internacional de Actividad Física en su versión corta
en español (IPAQ-A) validada para niños y adolescentes11.
El IPAQ-A estima el nivel de actividad física a través de pre-
guntas en cuatro dominios: ocupacional, doméstico, de
transporte y del tiempo libre. El indicador de actividad física
se expresa tanto de manera continua, en MET-minutos/semana, como de manera categórica, clasificando el nivel de
actividad física en bajo, moderado o alto. Los METs son una
forma de calcular los requerimientos energéticos, son múltiplos de la tasa metabólica basal y la unidad utilizada, METminuto, se calcula multiplicando el MET correspondiente al
tipo de actividad por los minutos de ejecución de la misma
en un día o en una semana, es así como en el presente trabajo se expresa en MET-minuto/semana.
Procedimiento
Para realizar las evaluaciones, se comenzó con la composición corporal (masa adiposa, masa muscular, masa residual, masa ósea y masa cutánea), de acuerdo al método
descrito por Kerr13, mientras que para el somatotipo se utilizó el método de Heath y Cols.14. Todas las medidas fueron
tomadas en el lado dominante de los sujetos, en tres oportunidades, de acuerdo al protocolo descrito por la ISAK15, y
se obtuvieron a través de un evaluador certificado con nivel
II de la ISAK.
Posteriormente se aplicó el IPAQ-A para determinar el gasto
energético (MET-minuto/semana) de los ERM, valorándolo
de la siguiente manera: 1) Caminata 3,3 METs por minutos
de caminata por días por semana; 2) Actividad física moderada, 4 METs por minuto por días por semana; 3) Actividad
física vigorosa, 8 METs por minutos por días por semana.
Sumando los tres valores obtenidos: Total = caminata + actividad física moderada + actividad física vigorosa. El IPAQ-A
fue aplicado de manera individual y otorgándoles la misma
explicación a cada sujeto, siendo asistidos sólo los niños(as)
que requirieron el apoyo a través de un investigador que
desempeñó dicho rol.
Todas las evaluaciones se realizaron en el mes de mayo del
2014, durante el período regular de clases de los ERM, ocupando una sala calefaccionada a una temperatura de 20 °C
y 50% de humedad relativa.
Análisis estadístico
Se utilizó planilla Microsoft Excel versión 7.0 para el vaciado preliminar de datos y para el tratamiento estadístico se
usó el paquete estadístico GraphPad Prism 5.0 (Graphpad
Software, San Diego, CA, USA). Las variables fueron sometidas a la prueba de normalidad de Kolmogorov Smirnov
y a un análisis descriptivo calculando la media, desviación
estándar (DE), valor mínimo y valor máximo. Para correlacionar el perfil antropométrico con los hábitos de actividad
física se realizó una correlación parcial, ajustando por sexo
y somatotipo. Para todos los casos se estableció un valor de
significancia de p<0.05.
30
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Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile
En cuanto a las características antropométricas de los ERM,
estos alcanzan un promedio de masa adiposa, masa muscular, masa residual, masa ósea y masa cutánea de 35,4%,
34,1%, 11,4%, 12% y 7%, respectivamente. Lo que se puede
apreciar en la Tabla 3.
RESULTADOS
En referencia a las características de los ERM, se puede observar en la Tabla 1 que logran un promedio de edad, peso
corporal, talla, índice de masa corporal e índice cintura cadera de 8,7 años, 32,7 kg, 130 cm, 18,7 kg/m2 y 0,8 metros,
respectivamente.
Respecto a la clasificación somatotípica de los ERM, éstos
son mesoendomorfos balanceados. Mientras que las
mujeres se identifican como endomesomorfas balanceadas
y los varones se categorizan como mesoendomorfos (Figura
1).
El índice de masa corporal promedio de los ERM indica que,
un 65,3% se clasifica con normopeso, un 13% con sobrepeso
y el 21,7% con obesidad (Tabla 2).
Tabla 1. Caracterización de los estudiantes rurales Mapuches.
Sujetos
Hombres
(n=12)
Mujeres
(n=11)
Datos
Edad (años)
Peso Corporal (Kg)
Talla (cm)
IMC (Kg/m2)
Percentil
ICC (m)
Mínimo
7
21,4
116
14,2
5
0,8
Media±DE
8,9±1,6
35,1±11,5
132,1±11,1
19,5±3,7
55 (5; 95)
0,8±0,1
Máximo
12
58,6
152
28,1
95
0,9
Mínimo
7
17,5
110
14,4
5
0,8
Media±DE
8,4±1,4
30,3±7,8
128,4±11,4
17,9±2,6
21,4 (5; 5)
0,8±0,04
Máximo
11
43
153
23,8
95
0,9
IMC: índice de masa corporal; ICC: índice cintura cadera.
Tabla 2. Clasificación del índice de masa corporal de los estudiantes rurales Mapuches.
Sexo
Bajo
(n=0)
Normal
(n=15)
Sobrepeso
(n=3)
Obeso
(n=5)
Total
(n=23)
Hombres
(n=12)
0
26,1%
13%
13%
52,2%
Mujeres
(n=11)
0
39,2%
0
8,7%
47,8%
Total
(n=23)
0
65,3%
13%
21,7%
100%
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Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile
Tabla 3. Características antropométricas de los estudiantes rurales Mapuches.
Mínimo
Mujeres (n=11)
Media±DE
Varones (n=12)
Media±DE
Máximo
Endomorfismo
1,8
4,8 ± 1,5
4,9 ± 1,8
8,1
Mesomorfismo
3,2
4,6 ± 1
5,6 ± 1,2
7,8
Ectomorfismo
0,1
2±1
1,7 ± 1,1
4,1
Masa Adiposa (%)
27,3
35,7 ± 4,9
35,2 ± 5,7
44,1
Masa Muscular (%)
17,9
33,8 ± 1,9
34,4 ± 6,5
44,6
Masa Residual (%)
7,2
11,2 ± 1,3
11,6 ± 2,3
14,9
Masa Ósea (%)
9,1
12,1 ± 1,2
11,9 ± 2,3
17,7
Masa Cutánea (%)
4,7
7,2 ± 1,1
6,8 ± 1,1
9,2
Biacromial
24,7
28,6 ± 2,1
28,9 ± 2,6
33,1
Tórax Transverso
17,3
19,7 ± 1,7
21,1 ± 2,3
26,1
Tórax Antero-posterior
12,5
14,7 ± 1,5
18,1 ± 7,3
40,7
5
21,4 ± 2,2
20,5 ± 5,5
26,6
Humeral (biepicondilar)
4,4
5,2 ± 0,5
5,7 ± 0,9
8
Femoral (biepicondilar)
6,2
7,6 ± 0,7
8,3 ± 0,9
9,7
Cabeza
49,7
51,6 ± 1,2
52,2 ± 1,7
56,4
Brazo Relajado
15,5
21,5 ± 3,2
21,7 ± 3,7
28,6
Brazo Flexionado en Tensión
16,9
21,8 ± 2,4
22,7 ± 3,4
29,3
Antebrazo Máximo
16,1
19,0 ± 1,6
20,2 ± 2,2
24,5
Tórax Mesoesternal
53
66,1 ± 8,1
70,0 ± 9,2
88,5
Cintura (mínima)
50,6
61,0 ± 8,1
64,2 ± 8,6
82,9
Cadera (máximo)
57,5
73,3 ± 8,5
76,1 ± 10,3
96,2
Muslo (máximo)
31
40,4 ± 5,8
41,8 ± 6,7
55,5
Muslo (medial)
27,3
35,8 ± 5,4
36,0 ± 5,4
45,2
Pantorrilla (máxima)
22,2
26,9 ± 2,6
29,5 ± 4,5
38
Tríceps
5,6
14,8 ± 4,6
14,6 ± 5,2
23,4
Subescapular
4,4
11,3 ± 4,5
11,9 ± 5,4
21,8
Supraespinal
4
11,4 ± 5,7
13,6 ± 8,9
34,4
4,8
16,7 ± 6,8
19,6 ± 9,6
38,2
Muslo Medial
9
19,6 ± 5,4
20,6 ± 7,5
33,2
Pantorrilla (máxima)
6
13,7 ± 4,8
14,9 ± 5,5
26
DATOS
DIÁMETROS
Bi-iliocrestídeo
PERÍMETROS
PLIEGUES CUTÁNEOS
Abdominal
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35
33
Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile
Los ERM en promedio realizan actividad física 2225,9 minutos/semana, su gasto energético es de 9592,1 METs/minutos/semana y permanecen sentados 228,6 minutos a la
semana. Al comparar por sexo se observa un mayor tiempo
total de actividad física/semana en mujeres 2463,2±2103,4
vs. 1941,1±1630 de los hombres. La actividad física total/
semana (METs/minuto/semana) 11501,8±10283,6 vs.
7300,6±7206,8 (hombres), datos que pueden apreciarse en
la Tabla 4.
Al analizar la relación entre perfil antropométrico (estado
nutricional, composición corporal y somatotipo) con los hábitos de actividad física de los ERM, no se encontró ninguna
correlación estadísticamente significativa entre las variables estudiadas, a excepción de la estatura (p<0,05) e IMC
(p<0,01) con el tiempo total de actividad física, se observó
una correlación positiva con estatura y negativa con IMC
(p<0,05) (Tabla 5).
Figura 1. Ubicación del somatotipo promedio de los estudiantes rurales Mapuches.
Tabla 4. Hábitos de actividad física de los estudiantes rurales Mapuches.
Hombres (n=12)
Mujeres (n=11)
Total (n=23)
Media ± DE
Media ± DE
Media ± DE
1941,1 ± 1630
2463,2 ± 2103,4
2225,9 ± 1878,2
7300,6 ± 7206,8
11501,8 ± 10283,6
9592,1 ± 9068,5
228 ± 1668
230,8 ± 128,4
228,6 ± 143,4
Bajo (n)
0
2
2
Moderado (n)
3
4
7
Alto (n)
9
5
14
HÁBITOS DE ACTIVIDAD FÍSICA
Tiempo total de actividad física/semana (min/sem)
Actividad física total/semana (METs/min/sem)
Tiempo total sentado/semana (min/sem)
CLASIFICACIÓN
min/sem: Minutos / Semana.
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Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile
Tabla 5. Correlación entre los hábitos de actividad física y las características antropométricas de los estudiantes
rurales Mapuches.
Tiempo total de actividad física
semana (min/sem)
Actividad física
Total semana
Tiempo total sentado/semana
(min/semana)
Peso
-0,231
-0,209
-0,072
Talla
-0,434*
-0,218
-0,198
IMC
-0,635**
-0,169
-0,144
Circunferencia de Cintura
-0,006
0,167
0,171
Masa adiposa
-0,175
-0,118
0,138
Masa muscular
0,128
0,049
-0,236
Masa Ósea
0,217
0,183
-0,187
DATOS
Correlaciones de Pearson: *p<0,05; **p<0,01
DISCUSIÓN
En relación al somatotipo, los ERM hombres se clasificaron
como mesoendomorfos y las ERM mujeres como endomesomorfas balanceadas, situación similar a la expuesta por
Martínez y Cols.5, quienes estudiaron escolares Mapuches,
alcanzando las mismas clasificaciones para hombres y mujeres. Sin embargo, lo reportado por esta investigación denota diferencias menores a favor de las mujeres Mapuches
que se presentan más equilibradas.
A su vez, Martínez y Cols.16 evaluaron niños de 6 a 14 años
de la ciudad de Temuco, sin distinción de etnia, encontrando
clasificaciones similares de somatotipo a las antes descritas.
Al relacionar los datos encontrados en esta investigación
con los anteriores, no se evidencian mayores diferencias entre los sujetos Mapuches y los no-Mapuches. De acuerdo a
Heath y Cols.14, en el somatotipo no influye lo genotípico,
sino que lo fenotípico es más susceptible a cambios, por lo
que la alimentación, el nivel de actividad física u otros factores podrían influenciar en mayor medida la composición
corporal de los sujetos.
En lo que respecta al estado nutricional, los ERM alcanzaron
un 65,3% de normopeso, un 13% de sobrepeso y un 21,7%
de obesidad, datos que no encuentran una tendencia en
cuanto a la etnia, dado a que Rivera y Cols.7 reportan en
niños Mapuches un 49,5%, 29,5% y 18,1% de normopeso,
sobrepeso y obesidad, respectivamente. Mientras que Martinez y Cols.16 obtuvieron en niños no-Mapuches un 49,8%
de normalidad, 23,1% de sobrepeso y 19,4% de obesidad. Si
bien los ERM alcanzan mayormente el normopeso, la tasa
de obesidad es llamativa.
En cuanto a la composición corporal, no se aprecian mayores diferencias para masa muscular entre los ERM al dividirlos por género, lo que es coincidente con lo expuesto
por Domínguez y Cols.17, quienes plantean que antes de la
pubertad no existen diferencias estructurales en cuanto a la
musculatura entre hombres y mujeres, debido a la ausencia de determinadas hormonas metabólicas. Situación que
coincide con lo reportado por Hoyo y Cols.18, quienes midieron la composición corporal con el mismo método a niños
de 8 a 12 años, de una población rural de Sevilla.
Los hábitos de actividad física de los ERM se clasifican en
un nivel alto, de acuerdo a los criterios establecidos por el
IPAQ (2012). Situación favorable al compararlos con otros
grupos de la misma edad, quienes dedican más tiempo a
la televisión, la computadora o vídeo juegos que a practicar
actividad física19,20.
Al correlacionar el estado nutricional con la actividad física, el IMC se correlacionó negativamente con el tiempo de
actividad física, resultados similares a los encontrados en
el estudio en escolares de la ciudad de Casablanca, Chile21.
34
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35
Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile
6.
CONCLUSIONES
En síntesis, los ERM presentan un perfil antropométrico
mayormente normal, pero con una tasa preocupante de
obesidad. Su nivel de actividad física es alto, situándolos
como sujetos activos de acuerdo a tablas normativas. Por
otra parte, la cantidad de sujetos evaluados en este trabajo
perjudica el tratamiento estadístico de los datos. Sin embargo se pudo establecer una correlación negativa entre IMC y
el tiempo total de actividad física/semana. Se sugiere, para
próximas investigaciones, ampliar la muestra para buscar
otras asociaciones, estudiar variables metabólicas y psicosociales de los estudiantes Mapuches por la importancia que
tendrá esta información en el futuro, dado al mestizaje de la
población que está mermando la cantidad de personas de
etnia pura en Chile.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
CONFLICTO DE INTERESES
Los autores expresan que no hay conflictos de intereses al
redactar el manuscrito.
14.
15.
16.
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Revista Española de
Nutrición Humana y Dietética
Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics
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ORIGINAL
Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con
el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
a
a,
a
a
María González-Neira , Ismael San Mauro-Martín *, Belén García-Angulo , Diana Fajardo , Elena
a
Garicano-Vilar
a Centros de Investigación en Nutrición y Salud, España.
*[email protected]
Recibido el 26 de mayo de 2014; aceptado el 16 de septiembre de 2014 .
Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento
deportivo en un equipo de fútbol femenino
PALABRAS CLAVE
Fútbol;
Rendimiento Deportivo;
Nutrición Deportiva.
RESUMEN
Introducción: En el fútbol femenino, cumplir con los requerimientos nutricionales podría influir positivamente en el rendimiento deportivo. El objetivo del presente estudio fue analizar
la ingesta nutricional y la composición corporal (CC), comprobando su relación con el rendimiento deportivo.
Material y métodos: Estudio observacional, descriptivo, prospectivo y correlacional, realizado
en 17 jugadoras del equipo semiprofesional de Torrelodones C.F. de Madrid. Se determinó el
peso y la talla y se calculó el índice de masa corporal (IMC). La CC se determinó mediante
bioimpedancia eléctrica (BIA). La ingesta nutricional se analizó a través de un registro dietético
semanal (valorado a través del programa DIAL) y el test KIDMED. Se determinó el volumen
máximo de oxígeno (VO2 máx) a partir de la prueba Course-Navette y se realizó el test de percepción subjetiva de esfuerzo (PSE).
Resultados: IMC: 22,80±2,9kg/m2; masa grasa: 24,51±5,5%; y masa magra: 43,6±2,9kg. La ingesta energética fue de 1901±388kcal. El aporte de hidratos de carbono supuso el 40,3±5,6%,
las proteínas el 15,9±3,29% y las grasas el 41,8±4,1% de las kcal totales. Existió una relación
inversa entre IMC y peso, y los valores de VO2 máx. Hubo una pérdida de peso significativa después del entrenamiento (p=0,003) y del partido (p=0,008).
Conclusiones: La alimentación fue inadecuada en las jugadoras, no correspondiendo la ingesta de nutrientes con sus requerimientos, a pesar de entrenar en un equipo semiprofesional.
Debido a la importancia que la nutrición juega en la competición y rendimiento deportivo, se
debe seguir trabajando para una recomendación adecuada en este colectivo.
Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
DOI: 10.14306/renhyd.19.1.109
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Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48
Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
Nutritional and body composition assessment and its relationship with athletic performance in a
women’s soccer team
KEYWORDS
Soccer;
Athletic
Performance;
Sports Nutritional
Science.
ABSTRACT
Introduction: In women’s soccer, meeting the nutritional requirements could have a positive
impact on athletic performance. The aim of this study was to analyze dietary intake and body
composition (CC), proving their relationship with athletic performance.
Material and Methods: Observational, descriptive, prospective, and correlational study performed
on 17 players from Torrelodones C.F., a semi-professional team in Madrid. Weight and height were
measured and the body mass index (IMC) was calculated. The CC was determined by bioelectrical
impedance analysis (BIA). Dietary intake was analyzed through a weekly food registry (assessed
with the program DIAL) and the KIDMED test. The maximum volume of oxygen (VO2 max) was
determined by the Course-Navette test and the rating of perceived effort test (PSE) was also
taken.
Results: IMC was 22.80±2.9kg/m2, fat mass was 24.51±5.5% and lean mass 43.6±2.9kg. Energy
intake was 1901±388 kcal. The contribution of carbohydrates accounted for 40.3±5.6%, protein
15.9±3.29%, and fat 41.8±4.1% of total kcal. There was an inverse relationship between IMC and
weight, and VO2 max values. There was a significant weight loss after training (p=0.003) and after
the match (p=0.008).
Conclusions: Player’s diet was inadequate, not corresponding nutrient intake with their
requirements, despite training in a semi-professional team. Because of the importance that
nutrition plays in competition and athletic performance, investigations should continue working
on an appropriate recommendation for this collective.
C ITA
González-Neira M, San Mauro-Martín I, García-Angulo B, Fajardo D, Garicano-Vilar E. Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino.
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.109
INTRODUCCIÓN
Desde hace más de treinta años, el fútbol femenino forma
parte de las disciplinas deportivas1. El fútbol es un deporte
técnico-táctico en equipo, de resistencia y a la vez de contacto,
englobando actividades de baja, media y alta intensidad
(con momentos anaeróbicos y otros aeróbicos). Además
de la influencia que ejercen la genética y el entrenamiento
individual en el rendimiento deportivo, podemos considerar
la dieta del deportista como uno de los factores más
importantes a la hora de optimizar dicho rendimiento2. Por
ello, cumplir los requerimientos de ingesta energética y
nutricional influirá positivamente en el rendimiento, tanto
físico como deportivo de los futbolistas3–5. Una nutrición
apropiada ayuda a optimizar la producción de energía
durante el ejercicio. Además una nutrición no apropiada en
el deportista, puede contribuir, entre otras, a la aparición de
lesiones deportivas2.
Los avances en la fisiología del ejercicio han hecho posible
ir concretando algunas recomendaciones específicas para
cubrir las necesidades nutricionales de los atletas, es decir,
conocer prácticas dietéticas que ayuden a los atletas a
optimizar su rendimiento deportivo2.
En cuanto al género, el gasto de energía medio aproximado
durante un partido es de 1.100 kcal para una futbolista
de 60 kg6, menor que en hombres. En relación a las
necesidades de nutrientes del futbolista, destacar que es
importante mantener un consumo adecuado de hidratos
de carbono (HC) (55–60%), ya que cuanto más glucógeno
y glucosa haya disponibles para el músculo, más rápido y
durante más tiempo podrán correr los jugadores6,7. Las
proteínas parecen desempeñar una función importante
en la recuperación muscular post-esfuerzo, sugiriendo
incrementar las necesidades diarias hasta un máximo de
1,2 a 1,6 g/kg de peso corporal (PC)6. Las grasas se aconseja
que supongan entre un 25–30% de la energía total de la
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Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
dieta, con un contenido alto de ácidos grasos insaturados,
disminuyendo el porcentaje de forma evidente en los
momentos previos a la competición y llegando a ser nulo
durante la misma8,9. Dichas necesidades son similares a
las que se presentan en un patrón de Dieta Mediterránea.
Aunque llevar una alimentación correcta no es el único
factor que vaya a condicionar el éxito de un jugador, si ésta
se descuida el deportista podría ver su rendimiento físico
mermado10.
Durante el período de formación de los jóvenes futbolistas
tienen lugar una serie de cambios antropométricos que
determinarán el estado final del futbolista en cuanto a
estado de forma física y potencial de rendimiento deportivo.
Por lo que la nutrición durante esta etapa de desarrollo
puede ser decisiva para el futuro deportista2.
Además de la alimentación, la composición corporal (CC)
y el PC son dos de los muchos factores que favorecen un
óptimo rendimiento deportivo11. La presencia de grasa
corporal (GC) en el deportista es necesaria, ya que un
bajo porcentaje se asocia con un deterioro de la salud
y del rendimiento deportivo12. Son diversos los estudios
que llegan a la conclusión de que, por término medio, las
mujeres futbolistas presentan en torno a un 21% de masa
grasa (MG)13. Aun así, considerando el tamaño del campo
y el tiempo de juego, se debe tener en cuenta que la alta
cantidad de grasa y una robustez elevada perjudican el
desempeño físico. En un juego de 90 minutos se recorren
cerca de 10 kilómetros a una frecuencia cardiaca máxima
entre el 80 y 90%, lo cual resulta difícil para deportistas
con exceso de peso14. Fundamento de eso es el trabajo de
Mladenovic en 200515, que estudió los cambios ocurridos en
los equipos femeninos de Serbia y Montenegro, mostrando
que al disminuir el índice de masa corporal (IMC) en un 3,75%
y la grasa en un 1,7%, se puede aumentar en un 18,4% el
VO2 máx15–17. No obstante, los niveles óptimos de grasa que
permiten un buen rendimiento deportivo deberían de
valorarse individualmente en cada caso.
Maximizar la masa muscular (MM) es deseable en deportes
que requieran fuerza, potencia y resistencia muscular,
pero puede suponer un inconveniente en deportes de
resistencia13,18 En los deportes de equipo en general, y fútbol
en particular, es más difícil que en los deportes individuales
describir un morfotipo ideal por la presencia de distintas
posiciones de juego y de distintas funciones sobre el terreno
de juego19. A pesar de ello, se han publicado valores en
fútbol femenino que se resumen en la Tabla 120, siendo
las futbolistas consideradas endomorfas, mesomorfas y
endomesomorfas21.
En esta tabla se observa que los grupos evaluados son
diferentes en su somatotipo, evidenciando biotipos
diferentes. Quizás a esta edad, donde la función de juego y el
tiempo de entrenamiento no parecen causar modificaciones
morfológicas en estas deportistas, el somatotipo no es
factor discriminante de rendimiento deportivo18.
Los objetivos del presente estudio fueron analizar la ingesta
nutricional y la CC y su relación con el rendimiento deportivo
de un equipo de fútbol semiprofesional femenino de la
Comunidad de Madrid.
MATERIAL Y MÉTODOS
La población de estudio estuvo constituida por 17 mujeres
de entre 16 y 37 años, todas ellas jugadoras del equipo
semiprofesional femenino de Torrelodones C.F., perteneciente
a la Segunda División Femenina de España, población
Tabla 1. Comparación de Somatotipo con otros autores: somatotipo medio, puntos de la somatocarta y distancia de
dispersión del somatotipo medio (SDD del SM).
Nivel
Autor/Año
n Especialidad
Sub 17 Sudamérica
28
Fútbol
Selecciones Sudamérica U17
4,23
3,77
Almagià et al. (2008)
25
Fútbol
Selección chilena U20
3,9
Can et al. (2004)
17
Fútbol
Profesional turco (3 años)
3,07
n: frecuencia; Endo: endomorfia; Meso: mesomorfia; Ecto: ectomorfia.
X
Y
2,04
-2,2
1,3
4,7
1,5
-2,4
4
3,55
2,43
ENDO MESO ECTO
-0,64 1,6
SDD del SM
2,8
2,7
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Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
donde fueron tomados los datos. Se trató de un estudio
observacional, descriptivo, prospectivo y correlacional en
el que se realizó un cuestionario ad hoc (datos personales,
anamnesis clínica, hábitos de vida, alimentación, deporte,
etc.), en marzo del año 2013. Se midieron el peso y la talla,
y se calcularon el IMC, el porcentaje de grasa, la masa libre
de grasa (kg) y el porcentaje de agua de cada jugadora.
La CC se determinó mediante bioimpedancia eléctrica
(BIA) tetrapolar monofrecuencia (50 kHz), de la compañía
TANITA, Modelo BP-601. Se estandarizó un protocolo para la
medición de la CC mediante la BIA que consistió en: 1) ayuno
previo de 3 horas como mínimo; 2) haber orinado antes de
realizar la medición; 3) no haber ingerido café, té o mate,
ni haber realizado actividad física desde 12 horas antes de
tomar la medición; 4) no haber ingerido bebidas alcohólicas
ni diuréticos desde 24 horas antes de realizar la impedancia.
La estatura, definida como la distancia entre el vertex (vértice
craneal) y el plano de sustentación –también denominada
como talla en bipedestación o simplemente talla– se midió
con un estadiómetro Seca 216, rango 3,5 a 230 cm, con una
precisión de 1 mm. La medición se realizó con el sujeto de
pie, sin zapatos, completamente estirado, colocando los pies
paralelos y con los talones unidos (apoyados en el borde
posterior) y las puntas ligeramente separadas (formando
aproximadamente un ángulo de 60°), las nalgas, hombros
y cabeza en contacto con un plano vertical. La cabeza se
mantuvo cómodamente erguida con el borde orbitario
inferior en el mismo plano horizontal que el conducto
auditivo externo (plano de Frankfurt). El antropometrista
realizó una tracción a nivel de los procesos mastoideos,
para facilitar la extensión completa de la columna vertebral.
Los brazos colgaban a lo largo del cuerpo de una manera
natural con las palmas de las manos frente a los muslos. Se
le pidió al sujeto que realizara una inspiración profunda para
obtener la extensión máxima de la columna. Se descendió
lentamente la plataforma horizontal del estadiómetro
hasta contactar con la cabeza del estudiado, ejerciendo una
suave presión para minimizar el efecto del pelo. Los ojos del
examinador estaban por lo menos a la misma altura del
sitio donde el panel movible hace contacto con la cabeza.
Se analizó la ingesta nutricional y los hábitos nutricionales
a través de un registro dietético semanal y el test KIDMED22.
Una vez finalizado, se realizó la valoración nutricional de
la alimentación de las deportistas mediante el programa
informático DIAL23. En el cuestionario ad hoc, de 2 folios
de extensión, se incluyeron ítems sobre hábitos dietéticos
(número de tomas, realización de comidas fuera de casa,
presencia de picoteo, percepción subjetiva de la calidad de
su alimentación, etc.).
Se realizó una prueba de rendimiento físico –test de Course-
Navette (CN)24–, para determinar el volumen de oxígeno
máximo (VO2 máx), un día de partido y otro de entrenamiento.
En ambos días se midió el PC y el porcentaje de agua, antes
y después del ejercicio, y se incluyó el test de percepción
subjetiva de esfuerzo (PSE), basado en la escala de Borg25,26.
El requerimiento calórico en entrenamiento se determinó
a partir de la fórmula de Cunningham27 (tasa metabólica
en basal = 500 + 22 x (masa corporal magra en kg)),
multiplicada por un factor de actividad individual28.
El requerimiento de proteínas se calculó de manera
individual, obteniendo la media y teniendo en cuenta
los requerimientos específicos para jugadores de fútbol
(1,2–1,6g/kg de PC/día) 6.
Conociendo la ingesta recomendada de energía (IRE), el
requerimiento de glúcidos se calculó de manera individual
y teniendo en cuenta la energía total requerida y las
características del ejercicio físico (kcal/día de HC = IRE x%
recomendado HC; g de HC = kcal/día de HC x 4 kcal (por g de
HC). Conociendo los requerimientos de HC de cada jugadora,
se valoró si éstas ingerían las cantidades adecuadas o no en
base a los datos de ingesta extraídos a partir del registro
dietético de una semana, haciendo la media de los 7 días.
Previo al estudio, se realizó una sesión informativa con las
jugadoras y los entrenadores, para evitar cualquier duda en
la cumplimentación de los registros o cuestionarios. Todas
las participantes fueron informadas, de forma escrita y
oral, sobre la finalidad del estudio y firmaron una hoja de
consentimiento informado. Todos los datos fueron recogidos
por dietistas-nutricionistas entrenados y formados,
homogenizando con un protocolo de recogida de datos y
monitorización del estudio.
El análisis de los datos se realizó con el software SPSS,
versión 21. Se analizaron descriptivamente las variables de
medida, comprobando el ajuste de las variables numéricas
a la distribución normal mediante la prueba de ShapiroWilk. Posteriormente se aplicó la Prueba T de Student
para analizar la diferencia de peso y porcentaje de agua
tras los entrenamientos y partidos para dos muestras
relacionadas o la correspondiente prueba no paramétrica
de rangos con signo de Wilcoxon, cuando la distribución
no fue normal. En los valores de ingesta nutricional se
utilizaron estas pruebas para comprobar la diferencia entre
el consumo y el requerimiento de kcal, proteína y glúcidos.
Para estudiar la relación del rendimiento deportivo con la
CC, la ingesta nutricional y otros factores relacionados, se
utilizó el coeficiente de correlación de Pearson de asociación
lineal, cuando se trataba de variables numéricas. Para el
análisis de la relación con variables dicotómicas se aplicó
la Prueba T de Student para dos muestras relacionadas o la
39
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Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
correspondiente prueba no paramétrica de rangos con signo
de Wilcoxon. También se utilizó la prueba no paramétrica de
Kruskal-Wallis para el análisis de la relación del rendimiento
deportivo con las variables categóricas cuando los grupos
comparados no fueron homogéneos, usando el nivel de
significación del 5%.
RESULTADOS
El peso, la talla, el IMC y la CC (% de MG y MM en kg), se
muestran en la Tabla 2. El peso medio de las jugadoras fue
de 61,4±8,7kg. La talla media, según posiciones de juego,
fue de 164,2 cm en las centrales; 161,3 cm en las delanteras; 161,5 cm en las laterales; y 164,6 cm en las medio-centros, destacando la talla de la portera que estuvo por encima de la
media, en comparación con sus demás compañeras (172 cm). Los
valores medios de IMC fueron de 22,8±2,9kg/m2. El porcentaje medio de MG fue de 24,5±5,5% y la MM de 43,6±2,9kg.
La ingesta media de energía, de nutrientes y el perfil calórico de la dieta de las jugadoras se muestra en la Tabla 3. Las
ingestas de calorías semanal (1.900,81±388,16kcal) y de un
día de entrenamiento (1.931,93±535,77kcal) fueron inferiores a las recomendadas (2.592,35±264,01kcal) (Figura 1). El
perfil calórico medio estuvo constituido por un 40,3±5,7%
de HC; 41,8±4,1% de lípidos y, 15,9±3,3% de proteínas. La
ingesta de HC simples fue de 87,9±26,9g. El consumo de
HC horas previas (6 horas antes) a la práctica deportiva era
inadecuado en el 50% de las jugadoras el día del entrenamiento, en el que se realizó la prueba de CN, y en el 31,2%,
el día del partido. Presentaban un perfil lipídico con un alto
consumo de ácidos grasos saturados (AGS) (12,4±2,3%) y de
ácidos grasos monoinsaturados (AGM) (21±2,4%) y, bajo de
ácidos grasos poliinsaturados (AGP) (5,4±1,0%). La ingesta
media de hierro semanal fue de 12,46±3,12mg/día.
Los resultados obtenidos a través del cuestionario KIDMED
mostraron patrones de hábitos alimentarios poco saludables. Según los datos recogidos, el 41% de las jugadoras no
consumía ninguna ración de fruta y de las que la consumían,
sólo un 47% tomaba una segunda ración, el mismo porcentaje que tomaba al menos una ración de verdura, pescado
2–3 veces por semana y pasta y/o arroz 5 o más veces por
semana. Las legumbres eran consumidas más de una vez a
la semana por el 71% y los frutos secos 2–3 veces por semana por el 29%. La ingesta de 2 yogures y/o 40 g de queso
al día sólo era realizado por un 56% de las futbolistas. El
desayuno era omitido por un 12% de las encuestadas y, del
88% que sí lo realizaba, el 88% incluía al menos un lácteo,
un 29% optaba por la bollería industrial y el 65% dijo elegir un cereal o derivado. Es destacable que un 18% de las
jugadoras no usaba habitualmente el aceite de oliva en su
casa, el mismo porcentaje que dijo consumir chucherías y
caramelos varias veces al día. Por último, a través de este
cuestionario, se obtuvo que el 59% de las jugadoras comía
una o más veces por semana en un centro de comida rápida.
Sólo el 5,9% obtuvo una calidad de dieta óptima según los
valores correspondientes a la escala KIDMED de evaluación
del ajuste a los estándares de la Dieta Mediterránea (adherencia a Dieta Mediterránea). Sin embargo, al preguntarles
por su alimentación de forma subjetiva, el 64,7% contestaron que “sí llevaban una alimentación adecuada”, lo que difiere
de la realidad tal y como se ha descrito, además de que el
76,5% afirmó que realizaba la conducta de picoteo.
Tabla 2. Estadísticos descriptivos de los parámetros antropométricos y composición corporal.
Medida
N
M
Mn
Dt
Mín
Máx
SW
Edad (años)
17
22,12
21,00
4,55
16,00
37,00
0,001
Peso (kg)
17
61,51
60,60
7,92
50,30
79,80
0,010
Estatura (cm)
17
165,18
163,00
6,75
159,00
188,00
0,000
IMC (kg/m2)
17
22,81
21,70
2,96
19,80
29,90
0,002
Grasa (%)
17
24,51
23,10
5,58
16,30
36,90
0,386
Masa muscular (kg)
17
43,64
43,30
2,99
38,00
50,00
0,717
N: frecuencia absoluta; M: media; Mn: mediana; Dt: desviación típica; Mín: valor mínimo; Máx: valor máximo; SW: valor crítico de
significación correspondiente al estadístico de contraste de la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk.
40
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48
Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
Tabla 3. Valores de ingesta alimentaria.
N
M
Mn
Dt
Mín
Máx
SW
Número de tomas
17
3,94
4,00
1,03
2,00
5,00
0,011
KidMed
17
5,35
6,00
2,00
1,00
8,00
0,070
Consumo semanal medio (Kcal)
16
1900,81
2013,00
388,16
1133,00
2362,00
0,093
Ingesta energética el día de entrenamiento (Kcal)
16
1931,94
2028,50
535,77
906,00
2926,00
0,504
Calorías procedentes de glúcidos simples
16
351,63
317,50
107,78
181,00
540,00
0,294
Requerimiento calórico (entrenamiento)
17
2592,35
2505,00
264,01
2243,00
3115,00
0,240
Proteína media semanal (%)
16
15,90
15,00
3,30
12,40
24,30
0,025
Proteína media semanal (gr)
16
73,76
73,30
11,83
54,20
104,00
0,565
Requerimiento de proteínas en población adulta (gr)
17
49,21
48,48
6,33
40,24
63,84
0,018
Requerimiento de proteínas en jugadores de fútbol (gr)
17
86,12
84,84
11,08
70,42
111,72
0,018
Grasa media semanal (%)
16
41,85
41,40
4,12
35,10
49,10
0,677
Grasa media (gr)
16
89,39
94,50
20,38
48,10
119,00
0,316
Grasas saturadas (%)
16
12,42
12,85
2,36
8,10
16,40
0,695
Grasas poliinsaturadas (%)
16
5,43
4,95
1,07
4,20
7,70
0,010
Grasas monoinsaturadas (%)
16
21,01
21,05
2,46
16,20
26,00
0,834
Glúcidos (%)
16
40,34
41,25
5,67
27,90
52,20
0,504
Glúcidos (gr)
16
182,78
187,00
52,26
66,40
266,00
0,934
Glúcidos simples (gr)
16
87,98
79,40
26,90
45,30
135,00
0,296
Requerimiento glúcidos (gr)
17
388,47
375,00
39,74
336,00
467,00
0,238
Ingesta de glúcidos 6 h antes del ejercicio (gr)
16
86,94
91,55
49,09
2,60
163,50
0,758
Energía de glúcidos simples (%)
16
18,41
18,09
3,57
13,27
27,19
0,451
Glúcidos el día de entrenamiento (gr)
16
158,63
167,95
56,16
46,80
245,00
0,429
Agua (l/día)
16
1,40
1,37
0,46
0,67
2,54
0,241
Colesterol (mg/día)
16
342,63
316,50
128,03
209,00
745,00
0,002
Hierro (mg/día)
16
12,46
11,85
3,13
8,90
21,40
0,025
Medida
DATOS GENERALES E INGESTA CALÓRICA
INGESTA DE PROTEÍNA
INGESTA DE LÍPIDOS
INGESTA DE GLÚCIDOS
OTRAS INGESTAS
N: frecuencia absoluta; M: media; Mn: mediana; Dt: desviación típica; Mín: valor mínimo; Máx: valor máximo; SW: valor crítico de
significación correspondiente al estadístico de contraste de la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk
41
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48
Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
La pérdida de peso producida el día del entrenamiento (Test
CN) es de 0,37±0,28kg y el día del partido de 0,7±0,45kg,
supusieron respectivamente una pérdida del 0,6±3,2% y
del 1,1±5,2% del PC (Tabla 4). El análisis de la normalidad
de la variable peso, antes y después del evento, indicaron
que el peso no siguió la distribución normal antes (p=0,010)
y después del entrenamiento (p=0,007), así como antes
(p=0,011) y después del partido (p=0,010). La diferencia relacionada del peso antes y después del entrenamiento arrojaron un resultado estadísticamente significativo (z=–2,950;
p=0,003), indicando que existe una pérdida de peso significativa asociada a la realización del entrenamiento. La pérdida de peso también fue significativa tras la realización de un
partido (z=–1,163; p=0,008). Se comprobó, tanto antes del
partido (p=0,011) como después (p=0,008), que la distribución del peso no se ajustó a la distribución normal.
En cuanto al efecto del ejercicio sobre el porcentaje de agua,
se siguió una dinámica similar, que no resultó estadísticamente significativa (z=–1,178; p=0,239) tras el entrenamiento, ni tras la realización del partido (t14 =–1,168; p=0,262).
Se evaluó la capacidad aeróbica de las deportistas (VO2 máx)
y la PSE como medidas del rendimiento atlético. El VO2 máx
medio fue de 38,7±5,8 mL/kg/min (Tabla 5). Los resultados
obtenidos en el Test de PSE mostraron que la media de
PSE de cada jugadora el día la prueba física (después
continuaron con el entrenamiento habitual) fue de dura a
muy dura (5,3±2,1 puntos) y el día del partido de moderada
a dura (3,8±1,4 puntos), según los valores de la escala de
Borg del 0 al 10. Los valores de PSE correspondientes al
entrenamiento no siguieron la distribución normal, según
la Prueba de Shapiro-Wilk (p=0,010). Al analizar si existían
diferencias en la PSE entre el entrenamiento y el partido
Figura 1. Diferencias entre los requerimientos y la ingesta de las jugadoras.
A: Diferencia entre la ingesta y el requerimiento calórico el día del entrenamiento; B: Diferencia entre la ingesta de proteína y el
requerimientoen jugadores profesionales de fútbol; C: Diferencia entre la ingesta y el requerimiento de glúcidos (gr); D: Diferencia
entre la ingesta y el requerimiento de glúcidos (%).
42
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48
Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
Tabla 4. Diferencia de peso y agua tras un entrenamiento o un partido.
Antes del evento
Después del evento
Entrenamiento
N
M
Dt
SW
M
Dt
SW
p
Peso (kg)
14
61,46
8,77
0,010
61,11
8,63
0,007
0,003a
% Agua
13
56,91
4,31
0,046
57,28
4,29
0,254
0,239a
Partido
N
M
Dt
SW
M
Dt
SW
p
Peso (kg)
15
61,46
8,72
0,011
60,94
8,63
0,010
0,008a
% Agua
15
57,23
4,14
0,550
57,51
3,95
0,308
0,262b
N: frecuencia absoluta; M: media; Dt: desviación típica; SW: valor crítico de significación correspondiente al estadístico de contraste
de la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk; p: value correspondiente a la prueba aplicada para comprobar la diferencia de medias
relacionadas; a: prueba no paramétrica de rangos con signo de Wilcoxon; b: prueba t de Student para muestras relacionadas.
Tabla 5. Rendimiento deportivo según VO2 Máx y prueba subjetiva de esfuerzo.
Medida
N
M
Mn
Dt
Mín
Máx
SW
VO2 Máx
13
38,79
40,80
5,85
29,20
46,60
0,454
PSE entrenamiento
13
5,31
4,00
2,18
3,00
9,00
0,010
PSE partido
13
3,85
4,00
1,41
2,00
6,00
0,071
N: frecuencia absoluta; M: media; Mn: mediana; Dt: desviación típica; Mín: valor mínimo; Máx: valor máximo; SW: valor crítico de
significación correspondiente al estadístico de contraste de la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk
no se mostró un resultado estadísticamente significativo
(z=–1,490; p=0,136), a pesar de que los valores descriptivos
apuntaban a que las futbolistas percibían que realizaban
mayor esfuerzo en el entrenamiento (M=5,31; Dt=2,18) que
en el partido (M=3,85; Dt=1,41).
Al estudiar la relación del rendimiento deportivo con la CC
se obtuvo que la capacidad aeróbica (VO2 máx) se encontraba
significativamente asociada al peso (r=–0,595; p<0,05) en
sentido inverso, lo que indicó que las deportistas con mayor
peso tenían una capacidad aeróbica menor que las de un
peso inferior (Tabla 6). También existió relación entre VO2 máx
e IMC (r=–0,615; p<0,05), de manera que la mayor capacidad aeróbica se asoció con valores de IMC más bajos.
La PSE, tanto en el entrenamiento como en el partido, no se
relacionó con la CC, a pesar de que el tamaño del efecto de
algunas correlaciones fue de magnitud media.
43
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48
Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
Tabla 6. Correlaciones de Pearson para estudiar la asociación de la composición corporal con el rendimiento deportivo.
Rendimiento
Composición corporal
Diferencia de peso tras entrenamiento (kg)
Diferencia de agua tras el entrenamiento (%)
Diferencia de peso tras el partido (kg)
Diferencia de agua tras el partido (%)
Peso (kg)
Estatura (cm)
IMC (kg/m2)
Grasa (%)
Masa muscular (kg)
r
n
r
n
r
n
r
n
r
n
r
n
r
n
r
n
r
n
VO2 Max
PSE entrenamiento
PSE partido
-0,223
13
-0,158
12
-0,425
11
-0,196
11
-0,595*
13
0,137
13
-0,615*
13
-0,532
13
-0,511
13
-0,233
13
0,090
12
-0,320
11
-0,108
11
-0,235
13
-0,040
13
-0,288
13
-0,054
13
-0,300
13
0,053
12
0,106
12
0,070
13
0,153
13
-0,310
13
0,379
13
-0,338
13
-0,339
13
-0,090
13
r: coeficiente de correlación de Pearson; n: tamaño de la muestra. *p-value < 0,05
DISCUSIÓN
El promedio de talla de las jugadoras (165±6,7 cm)
está dentro de los valores medios encontrados en otros
estudios similares29,30. No existen diferencias significativas
entre la talla y la posición de juego, salvo la portera, que
es de las jugadoras con mayor estatura, coincidiendo con
otros autores13,31. El PC medio del 88,2% (61,4±8,7kg) es
un PC adecuado para la media, sin embargo, en el 11,8%
restante existe un PC excesivo13,30. Este exceso de PC puede
suponer una desventaja en el campo, ya que el fútbol es
un deporte en el que hay que mover el cuerpo con rapidez
y agilidad11. El IMC medio (22,8±2,9kg/m2) está dentro del
rango que la OMS considera como normal para la población
general (18,5–24,9kg/m2)32. Además, está dentro de los
valores medios resultantes en otras mujeres futbolistas
(22,41±2,54kg/m2)30, siendo únicamente superado por
un 11,8% de las jugadoras, lo que coincide con las mismas
participantes que presentan sobrepeso por un aumento
de MG mayor de lo habitual en esta población. Al igual que
ocurre con el PC, es destacable la amplia diferencia entre
el valor mínimo y el máximo, con un rango de 10,1 kg/m2
para el IMC y de 29 kg para el PC. En relación al porcentaje
de MG, si comparamos los porcentajes de grasa obtenidos
(24,5±5,5%) con los porcentajes encontrados en un equipo
de fútbol femenino que juega en Primera División Nacional
(21,9±0,9%)13, las participantes presentaron un promedio de
porcentaje MG elevado. Sin embargo, si lo referenciamos con
los porcentajes resultantes de un equipo de fútbol femenino
que juega en la Primera División Regional (29,4±1,4%)13, con
una frecuencia de entrenamiento de 4,5 horas semanales,
igual al de las jugadoras del estudio, sólo un 11,8% de la
muestra supera este porcentaje. No obstante, los diversos
estudios realizados sugieren que por término medio las
mujeres futbolistas presentan en torno a un 21% de MG13,
siendo superado este porcentaje por el 64,7% de la muestra.
El alto grado de adiposidad puede alterar el rendimiento
deportivo de las mismas, ya que el porcentaje de grasa es
el componente más influyente en el rendimiento deportivo,
habiendo una relación inversa entre la cantidad de GC y
el rendimiento12,18. No obstante, un porcentaje de MG muy
bajo, tampoco permite obtener un buen estado de salud y
un buen rendimiento físico, siendo necesario en la mujer, un
mínimo de un 12% de MG12, presentando todas las jugadoras
un porcentaje superior a este valor.
Destacar que tan sólo un 25% de las jugadoras se aproximaba a las recomendaciones de ingesta calórica. Esto es
importante, pues una ingesta insuficiente de energía, también puede afectar al rendimiento deportivo, ya que la falta
de sustrato energético (glucógeno, ácidos grasos) es una
causa de fatiga5,8,27,33. Además, es destacable que un 18,8%
de las jugadoras realiza una ingesta calórica por debajo de
30 kcal/kg de PC magro al día. Esto, además de empeorar
44
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48
Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
el rendimiento deportivo, puede tener consecuencias negativas para el metabolismo, la función menstrual y para la
reabsorción y formación ósea27.
El aporte energético de las jugadoras tampoco es el adecuado en cuanto a macronutrientes y distribución de los mismos, ya que a través de los registros dietéticos se observa
cómo muchas de las futbolistas realizan únicamente 2 ingestas el día de entrenamiento y/o partido, siendo además
estas comidas bajas en HC. El perfil calórico de las jugadoras
(40,3±5,7% HC; 41,8±4,1% de lípidos; y 15,9±3,3% de proteínas), se aleja del perfil deseable (55–60% HC, 25–30% de
lípidos y 12–15% de proteínas), teniendo en cuenta la fisiología de este deporte, así como el mantenimiento de la salud
y el rendimiento deportivo34,35,36. En relación al porcentaje de
HC medio consumido (40,3±5,6%), señalar que sólo un 5,8%
de las jugadoras consumió más del 50% de la energía total
a partir de HC y, ninguna supera el 55%. Por otra parte, si
se especifica el tipo de HC, se puede destacar cómo el 100%
de las jugadoras presentan una ingesta de HC simples de
18,4±3,6%, correspondientes a 87,97±26,89g/día, superior
a la recomendación (<5% de las kcal totales de la dieta)37.
Estos valores son el resultado de un consumo excesivo de
bebidas carbonatadas azucaradas, bollería industrial, golosinas, etc. El consumo de este tipo de alimentos y bebidas
es realizado, por muchas de ellas, momentos previos a la
práctica de ejercicio, pudiendo provocar una “hipoglucemia
reactiva” y una elevada liberación de insulina7,35,38. Por otra
parte, al analizar la cantidad de HC que consumen horas
previas (6 horas antes) al entrenamiento o partido, se extrae
que el 50% de las jugadoras no realizan una ingesta de HC
suficiente el día de entrenamiento y un 31,3% tampoco el
día de partido. No consumir una cantidad suficiente de HC,
no permite conseguir unos niveles de glucógeno adecuados,
agotándose antes dicho sustrato y apareciendo antes la fatiga6,35,38.
En cuanto a las proteínas, el 50% de las jugadoras no cumple las recomendaciones de ingesta, por exceso o por defecto, para este deporte (1,2–1,6g/kg/día)39, siendo un dato
que evidencia que la alimentación de las jugadoras no es
adecuada. No tener un consumo adecuado de proteínas
puede dificultar el crecimiento muscular, la reparación y la
adaptación que sobreviene después del ejercicio6,8,39. Con
respecto a las grasas, presentan una ingesta (41,8±4,1%)
por encima del porcentaje recomendado8, con un perfil
de lípidos inadecuado, teniendo todas las futbolistas de la
muestra un consumo elevado de AGS (12,4±2,3%); el 56,3%
de las jugadoras alto de AGM (21±2,4%) y un 50% bajo de
AGP (5,4±1,0%). Es destacable, que aunque en su conjunto,
el porcentaje calórico derivado del consumo de alcohol no
es significativo (6,5±5,2%), un 6,25% de las jugadoras tiene
un aporte calórico derivado del mismo por encima al 10%
de las calorías totales, superando las recomendaciones38. Al
analizar otros micronutrientes, se obtiene que el promedio
de ingesta de hierro de las jugadoras (12,5±3,12mg/día)
está por debajo de las cantidades diarias recomendadas de
hierro para mujeres de entre 19 a 50 años (18mg/día)40. Por
otra parte, es importante destacar que un 12,5% de las jugadoras notificó presentar anemia ferropénica, observando
en éstas, al analizar su ingesta, que no tienen un aporte suficiente de hierro a través de su alimentación. Es frecuente
encontrar una elevada prevalencia de anemia ferropénica
en deportistas, especialmente en mujeres41, siendo el aporte
insuficiente de hierro a través de la dieta una de las principales causas, aunque no la única42. La deficiencia de hierro
puede tener como consecuencia una alteración en el rendimiento físico de las deportistas, debido al papel importante
que juega el hierro en el transporte y liberación de oxígeno
a la célula muscular y en la obtención de energía en el metabolismo aeróbico41.
Basándonos en las últimas recomendaciones en el patrón
de la Dieta Mediterránea22, los datos resultantes del KIDMED
muestran que las jugadoras tienen una baja ingesta de verduras, hortalizas y frutas (un 53% no consume al menos una
ración de verdura/hortaliza al día, mismo porcentaje que no
consume una segunda pieza de fruta), teniendo en cuenta
que se deben consumir al menos 2 raciones de verdura/
hortaliza al día y 3 piezas de fruta para obtener un correcto aporte de agua, vitaminas, minerales y fibra. El consumo
de cereales, arroz y pasta también es bajo (el 53% no los
consume 5 o más veces por semana), debiendo incluir 1–2
raciones de estos alimentos en las comidas principales. El
consumo de pescado tampoco es el adecuado (el 53% no
toma pescado 3–4 veces por semana) y el consumo recomendado de legumbres (al menos 2 veces por semana) no
es realizado por el 29% de las jugadoras, siendo este último
alimento una fuente importante de HC complejos junto con
los cereales, arroz, pasta y tubérculos. La ingesta óptima de
lácteos y derivados (2 raciones/día) no es realizada por un
44%. Los lácteos son la mejor fuente de calcio, siendo este
micronutriente esencial para la constitución de la densidad
y la masa ósea1,6. Un 12% no realiza el desayuno y, de quienes lo hacen (88%), un 29% opta por bollería industrial. Estos alimentos son ricos en azúcares sencillos y en grasas
hidrogenadas, elevan rápidamente los niveles de glucosa,
disparando la producción de insulina34. Además, el 88% de
las futbolistas realiza alguna comida en un establecimiento
de comida rápida, siendo éstos últimos característicos por
ofrecer alimentos con una alta densidad calórica, produciendo un desequilibrio energético y nutricional en la dieta. Por
otra parte, el número de comidas que realizan al día no se
acerca a la recomendación (sólo un 12,5% realiza más de
4 ingestas). No repartir la ingesta de alimentos en varias
45
Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48
Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino
comidas a lo largo del día (4–5) puede producir un reparto
inadecuado de energía, haciendo que la carga de glucógeno
sea menos eficiente4. Por último, destacar que hay un porcentaje de jugadoras (18%) que no usa de manera habitual
el aceite de oliva, pudiendo ser una de las causas de que el
perfil lipídico se aleje de los objetivos nutricionales35.
La pérdida de peso observada el día de entrenamiento
(0,6±3,2% de PC) y el día de partido (1,1±5,2% de PC), podría
suponer una ligera deshidratación por la pérdida de agua,
ya que aunque hay que tener en cuenta las pérdidas derivadas del consumo de glucógeno y de las oxidaciones de los
principios inmediatos, el 71,4% tuvo una pérdida superior
o igual al 1% el día de entrenamiento y un 64,3% el día de
partido (Tabla 4). Estas pérdidas (entre 1–2%), son suficientes para producir una elevación de la temperatura corporal
durante el ejercicio y disminuir el rendimiento físico43.
El VO2 máx medio es de 38,7±5,8mL/kg/min, estando el
41,7% de las jugadoras por debajo de la media (39mL/kg/
min) de futbolistas de élite de primera división31. Si tenemos
en cuenta otros estudios19, el 100% presenta un VO2 máx bajo
y sólo un 46,2% presenta una capacidad aeróbica buena según los valores de referencia de García Manso y Cols.44. No
obstante, sería preciso calcular el VO2 máx a través de otros
métodos de evaluación (prueba de esfuerzo, monitores de
frecuencia cardiaca o similares) para tener un valor más
confiable y válido.
Las puntuaciones obtenidas en el test de PSE, son mayores el día de entrenamiento (5,3±2,1) que el día de partido
(3,8±1,4). Esto puede deberse a que la intensidad de ejercicio fue mayor el día de entrenamiento, ya que previamente
se realizó el tes CN. Destacar que las jugadoras que mayor
VO2 máx presentan son las que mayor nivel de esfuerzo dicen
soportar a través de la puntuación en la escala de Borg20,22,
existiendo una relación directa entre ambos parámetros.
CONCLUSIONES
El déficit de adecuación a la dieta es mayor de lo esperado
para un equipo semiprofesional que se entrena semanalmente para competir, sólo el 5,9% de las atletas mantiene
una adherencia a la Dieta Mediterránea óptima. La ingesta
de nutrientes por parte de las jugadoras no corresponde
con sus requerimientos, ni en macronutrientes ni en hierro.
En porcentaje de MG del conjunto estudiado está en consonancia con los valores estándares de referencia, salvo 2
jugadoras en las que existe un porcentaje de MG por encima
de dichos valores. Se ha encontrado una relación inversa
entre IMC y peso, y los valores de VO2 máx. También se ha
observado una relación inversa entre la cantidad de GC y el
rendimiento deportivo, pudiendo verse alterado éste último
en las jugadoras estudiadas. Debido a la importancia que la
nutrición juega en la competición y el rendimiento deportivo, creemos fundamental trabajar para aplicar el beneficio
de una nutrición óptima y personalizada en el entorno del
fútbol femenino.
AGRADECIMIENTOS
Agradecer a todo el quipo Femenino de Torrelodones C.F. y a
sus entrenadores.
CONFLICTO DE INTERESES
Los autores manifiestan que no existe conflicto de intereses
al redactar el manuscrito.
Limitaciones en el estudio:
• El cuestionario KIDMED fue diseñado y validado en
2004, para valorar la adherencia de la población española infanto-juvenil a la Dieta Mediterránea de 2 a 24
años de edad, saliendo una de las participantes de la
muestra de estas edades (36 años).
• Dentro del protocolo de buenas prácticas de la BIA, se
recomienda que en mujeres se efectúe la medición lejos
del período premenstrual para evitar la retención líquido, factor que no se tuvo en cuenta, pues las sesiones de
intervención no se pudieron cambiar de fecha (adelantar
o retrasar).
BIBLIOGRAFÍA
1.
2.
3.
4.
Grimm K, Kirkendall D. Salud y buena condición física de
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Nutrición Humana y Dietética
Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics
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ESPECIAL
El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión
de Dietista-Nutricionista en España
a,
Eva María Trescastro-López *
a Grupo Balmis de Investigación en Salud Comunitaria e Historia de la Ciencia, Universidad de Alicante, España.
*[email protected]
Recibido el 18 de julio de 2014; aceptado el 3 de noviembre de 2014.
El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España
PALABRAS CLAVE
Nutricionistas;
Dietistas;
Historia, siglo XX;
Profesiones sanitarias;
España.
RESUMEN
Durante la Primera Guerra Mundial y la posguerra, el hambre y la desnutrición cobraron gran
importancia y estos problemas atrajeron la atención de gobiernos y organismos internacionales. Entre 1920 y 1930 se fue configurando en el contexto internacional una nueva cultura de
la nutrición y a partir de este momento la nutrición y la dietética se convirtieron en un tema
a tratar y empezaron a perfilarse las políticas nacionales e internacionales en nutrición. Durante el período de entreguerras, la mayoría de los países crearon sus servicios de higiene de
la alimentación y pusieron en marcha institutos nacionales de nutrición. En dichos escenarios
asistenciales e investigadores se desarrollaron los primeros procesos de profesionalización
de los Dietistas-Nutricionistas. Fue en el contexto del abordaje comunitario de los problemas
nutricionales, cuando se perfiló la necesidad de contar con profesionales capacitados para
aplicar los conocimientos de la nutrición. Este hecho favoreció su creación y lo hizo ligado al
abordaje de la problemática de la malnutrición desde la perspectiva colectiva, sin olvidar sus
inicios en el ámbito de la atención al paciente hospitalizado y la nutrición clínica. La nutrición
logró su ruta de diferenciación profesional sobre todo en el contexto de la salud pública.
Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
DOI: 10.14306/renhyd.19.1.115
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El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España
The role of international health movement in the development of the Dietitian and Nutricionist
profession in Spain
KEYWORDS
Nutritionists;
Dietitians;
History, 20th
Century;
Health Occupations;
Spain
ABSTRACT
During the first world war and the subsequent post-war period, hunger and malnutrition became
such severe problems that Governments and international agencies were spurred into action.
Between 1920 and 1930, a new culture of nutrition emerged in the global arena. Nutrition
and dietetics began to receive careful consideration and national and international policies on
nutrition started to take shape. During the interwar period, many countries created food hygiene
services and launched national institutes of nutrition, and it was within these welfare and research
scenarios that the first steps were taken towards professionalization of the role of dietitian and
nutritionist, since the community approach taken to nutritional problems highlighted the need
for trained professionals to apply knowledge of nutrition. This circumstance favored the creation
of a professional role linked to a collective approach to the problem of malnutrition whilst
maintaining its roots in the field of inpatient care and clinical nutrition. Nutrition attained its
distinct professional identity above all in the context of public health.
C ITA
Trescastro-López EM. El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 49 - 55. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.115
INTRODUCCIÓN
En España, la profesión de Dietista-Nutricionista está
consolidando su posición en el mercado laboral y en
particular en el Sistema Nacional de Salud1. Sin embargo,
es importante tener en cuenta los antecedentes históricos
de una profesión para entender la realidad en la que se
encuentra en el presente. Es por ello que se van a realizar
algunas reflexiones sobre cómo se dieron las circunstancias
para que se configurara la profesión de Dietista-Nutricionista,
y más concretamente cuál fue el papel que desempeñaron
los organismos internacionales de salud.
Aunque los problemas de alimentación y nutrición ya
estaban presentes en las conferencias internacionales y
congresos de Higiene y Demografía del siglo XIX, fue en
las primeras décadas del siglo XX cuando el problema de
la alimentación se incorporó plenamente a la agenda de
los organismos internacionales. Esto se debió a diversas
causas, entre ellas el desarrollo de la ciencia de la nutrición,
lo cual permitió visualizar la dimensión biológica y social del
problema del hambre y la desnutrición2.
Desde un punto de vista histórico las políticas de nutrición
se fueron configurando como una respuesta a los problemas
que hoy en día la FAO y la OMS definen como seguridad
alimentaria, es decir como un instrumento para resolver las
dificultades de acceso de la población a una alimentación
suficiente, sana y equilibrada, sin olvidar que muchas veces
esta población se encuentra ya de por sí en una situación
que podríamos definir como de desnutrición crónica,
condicionada la mayoría de las veces por el círculo vicioso de
la miseria, pobreza y hambre3. Como se intentará mostrar
a continuación, la evolución de una actividad profesional
como la de Dietista-Nutricionista, ha tenido un desarrollo
paralelo al del propio concepto de seguridad alimentaria y
ha jugado un papel fundamental para intentar conseguirla.
Con el nacimiento de los Estados modernos, y en
particular durante la Ilustración, el objetivo de asegurar un
abastecimiento de las poblaciones se convirtió en una de las
prioridades políticas. La promoción del bienestar material
de los súbditos (en donde se incluía la alimentación)
aparecía como una condición indispensable para el
desarrollo y consolidación del poder de los estados, tanto
económico como militar. El deficiente estado nutricional
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El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España
que presentaban las clases trabajadoras adquirió en el siglo
XVIII el carácter de problema social y se convirtió en un freno
para el desarrollo económico4.
Con la llegada de la industrialización se acentuó el problema
social y económico que comportaban los problemas
nutricionales de la clase trabajadora y, a lo largo del siglo
XIX, el problema de la alimentación despertó el interés y
la atención de la comunidad internacional y se incorporó
a la agenda del movimiento sanitario. En los Congresos
Internacionales de Higiene y Demografía, los problemas
de salud asociados a las deficiencias que mostraba la
alimentación de la población se convirtieron en un tema
habitual y la nutrición colectiva fue introducida como
cuestión oficial en muchas de aquellas reuniones5.
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y EL
PERÍODO DE ENTREGUERRAS
Fue, sobre todo durante la Primera Guerra Mundial y durante
la posguerra, cuando el hambre y la desnutrición cobraron
mayor importancia y estos problemas atrajeron la atención
de los gobiernos y de los organismos internacionales. A los
problemas alimentarios directos derivados de la contienda
bélica se sumó la crisis económica que atravesaba Europa6,7.
Así, el 10 de enero de 1920 se firmó el Pacto para la creación
de la Sociedad de Naciones. En el artículo 23 de su Carta
fundacional se postulaba que los estados miembros se
debían esforzar en tomar medidas de orden internacional
para prevenir y combatir las enfermedades. En aquellos
momentos el principal problema de salud pública era
intentar controlar las enfermedades de tipo infeccioso y para
ello resultaba fundamental la mejora del estado nutricional
de la población, por lo que para conseguir un adecuado
estado de salud de la población era requisito indispensable
proporcionar una alimentación adecuada5.
Entre 1920 y 1930 se fue configurando en el contexto
internacional una nueva cultura de la nutrición6,7. Los
estudios realizados en la década de 1920 indicaban que
las clases populares no comían lo suficiente para mantener
su salud y poder trabajar normalmente8. A partir de
entonces, el binomio alimentación y salud se convirtió en
una piedra angular de las políticas de salud pública. Desde
organismos como el Comité de Higiene de la Sociedad de
Naciones se ponía en marcha un programa de higiene de la
alimentación, que debía ser aplicado a escala nacional por
las escuelas nacionales de salud pública que se difundieron
por Europa durante el primer tercio del siglo XX bajo el
impulso de la Fundación Rockefeller, y por los institutos
nacionales de alimentación5. Fue por tanto a partir de este
momento cuando la nutrición y la dietética se convirtieron
en un “tema a tratar” y cuando empezaron a perfilarse las
políticas nacionales e internacionales en nutrición.
El Comité de Higiene de la Sociedad de Naciones, al mismo
tiempo que creaba la Comisión Consultiva de Expertos
sobre Nutrición, diseñó una estrategia de cooperación con
la Oficina Internacional de Higiene Pública, la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y el Instituto Internacional de
Agricultura, llegando a formalizar una Comisión Mixta de los
cuatro organismos9.
Estudios como los que elaboraron J. Boyd Orr sobre los
consumos alimentarios en función de los gastos semanales
dedicados a la alimentación en Gran Bretaña10, permitieron
señalar que la ciencia de la alimentación podía aportar los
argumentos científicos necesarios para la reivindicación de
un poder adquisitivo mínimo. Esta afirmación iba a resultar
fundamental en el proceso de institucionalización de la
nutrición como disciplina, ya que a través de ella se podía
exigir que el ser humano tuviera unos ingresos mínimos
que aseguraran su correcta alimentación y supervivencia, al
mismo tiempo que dichos ingresos le permitirían salir de la
pobreza11.
A lo largo de los años treinta y la década de 1940 se
celebraron a nivel mundial diversas reuniones y conferencias
que tenían como tema central cuestiones relacionadas con
la alimentación y la nutrición12.
Uno de los organismos internacionales que más promovió
este tipo de reuniones fue la Organización Panamericana
de Salud (OPS)13. En mayo de 1929, en la reunión de su
Consejo Directivo se aprobó un plan de actuación que incluía
actividades relacionadas con la alimentación y la nutrición,
consiguiendo que los gobiernos de las repúblicas americanas
se concienciaran de la importancia de una alimentación
adecuada para el ser humano. El Consejo recomendó,
además, que la OPS emprendiera las gestiones oportunas
para fomentar el estudio de los hábitos y recursos dietéticos
por parte de los gobiernos representados y así difundir los
conocimientos relacionados con una correcta alimentación.
La OPS incorporaba un nuevo y positivo esfuerzo a favor de
la salud pública de todos los países americanos, otorgando
a la alimentación y la nutrición un papel fundamental14.
De hecho, en la novena Conferencia Panamericana
desarrollada en Buenos Aires en 1934, se resolvió que
las direcciones de sanidad de los países americanos
debían organizar institutos y departamentos encargados
de establecer la composición y el valor nutritivo de los
alimentos propios de cada país, y realizar el estudio
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El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España
estadístico de la alimentación de diversos grupos sociales
y de los problemas de obtención, elaboración y distribución
de los alimentos, con el fin de establecer normas deseables
de higiene alimentaria14.
En la Tercera Conferencia Panamericana de directores
Nacionales de Sanidad, celebrada en Washington en 1936,
se hizo un reconocimiento de los países latinoamericanos
que habían incorporado en distintos organismos e
instituciones actividades de nutrición y alimentación
racional con fines sanitarios. La Conferencia recomendó a
aquellos países que no habían iniciado esa clase de tareas
hacerlo a la mayor brevedad; así mismo instó a que las
prácticas de alimentación de las colectividades formaran
parte de las funciones sanitarias locales, siendo conveniente
para este objetivo la formación de un personal especializado
en el ámbito de la nutrición. También recomendó realizar
una difusión conveniente del uso correcto de sustancias
alimenticias bajo la orientación científica de un organismo
competente y que se aplicaran los nuevos conocimientos
surgidos sobre aminoácidos, sales minerales y vitaminas,
con el fin de mejorar la alimentación popular14.
Hay que subrayar, sin duda, la atención que prestó durante
el período de entreguerras la OPS al problema de la nutrición
y la alimentación en su aspecto preventivo, en respuesta a
las demandas y exigencias planteadas en las conferencias
sanitarias panamericanas y en otros foros internacionales14.
Desde el ámbito de la Sociedad de Naciones y su Comité de
Higiene, también se impulsó la celebración en la década de
1930 de conferencias de expertos para discutir problemas
relacionados con la nutrición. En junio de 1935, la 19ª
sesión de la OIT votaba unánimemente una resolución que
reconocía que la nutrición era esencial para el bienestar
de los trabajadores, y denunciaba la existencia de gran
cantidad de personas insuficientemente alimentadas en
muchos países7,15.
A raíz de dichos acuerdos tuvo lugar en Londres un congreso
internacional sobre “las bases fisiológicas de la nutrición”.
Las actas de esa reunión incluían un informe que resumía
el estado de nutrición en varios países con estadísticas de
producción y consumo, así como el precio de los alimentos.
Se reconocía la existencia de un problema alimentario tanto
en áreas industriales como agrícolas de Europa. El objetivo
científico principal era proponer un patrón de dieta óptima.
Al mismo tiempo, los problemas de nutrición que presentaba
el mundo rural europeo adquirieron gran relevancia en el
contexto internacional. Aunque en cada área geográfica de
Europa existían características especiales en los hábitos
de los campesinos, las encuestas realizadas presentaban
similitudes. La principal característica era la monotonía,
puesto que en el hogar del campesino medio se utilizaba
solamente un número limitado de alimentos. Una dieta más
variada resultaba menos peligrosa pues evitaba la carencia
de uno o más elementos esenciales, particularmente
minerales y vitaminas8,15.
La preocupación por las enfermedades carenciales y
la malnutrición, sobre todo en las áreas rurales, era
importante; pero al mismo tiempo se denunciaba que no
había bastantes encuestas ni informes que aportasen datos
fiables sobre si la ingesta de vitaminas y minerales cubría
las necesidades fisiológicas, aunque la escasez de una o
más vitaminas explicaba los síntomas de enfermedades
carenciales detectadas con frecuencia en las poblaciones
rurales de muchas partes de Europa8,16.
Al hilo de aquellas denuncias, en muchos países se pusieron
en marcha diversas iniciativas17. En el caso español, la
encuesta que llevó a cabo el Departamento de Higiene
de los Alimentos de la Escuela Nacional de Sanidad de
Madrid, en 1934, ponía de manifiesto que en varias regiones
españolas se presentaban casos de querato-conjuntivitis
y queratomalacia, especialmente, de xeroftalmia, xerosis
y hemeralopía, que eran signos de una carencia grave
y muy completa de vitamina A. Junto a las alteraciones
de carácter oftalmológico, las investigaciones también
mostraban alteraciones de carácter dentario en la infancia
que eran consecuencia de un déficit general de vitaminas,
especialmente de vitamina D (antirraquítica) y también de
vitamina C (antiescorbútica), al mismo tiempo que revelaban
la existencia del raquitismo18.
Los resultados de todas aquellas investigaciones venían
a reforzar muchas de las deficiencias cualitativas y
cuantitativas que mostraba, en términos de alimentación
y nutrición, la población española. Su alimentación media
no resultaba satisfactoria. La población presentaba
variados y frecuentes trastornos que estaban ligados a una
alimentación inadecuada16.
Para poder afrontar todas aquellas deficiencias y otros
problemas relacionados con la alimentación y la nutrición
de la población española, desde la Escuela Nacional de
Sanidad se reclamó la creación de un Instituto de Higiene
de la Alimentación. Desgraciadamente, la guerra civil
frenó aquel incipiente proceso de institucionalización de la
disciplina en nuestro país y hubo que esperar varias décadas
para que se retomase18,19.
Sin embargo, fue durante el período de entreguerras cuando
la mayoría de los países crearon sus servicios de higiene
de la alimentación y pusieron en marcha sus institutos
nacionales de nutrición20. En dichos escenarios asistenciales
e investigadores se desarrollaron los primeros procesos de
profesionalización de los Dietistas-Nutricionistas.
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El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y LA
CREACIÓN DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES
Volviendo al contexto internacional, los intentos por
mantener la paz y el orden social fracasaron y en 1939
estalló la Segunda Guerra Mundial, período durante el
cual la desnutrición, la subalimentación y la miseria que
acompañaban a amplios sectores de la población hacían
temer el estallido de importantes epidemias5.
En este escenario y para buscar una solución al problema
alimentario se creó una Organización Internacional con el
nombre de FAO (Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación)21, cuyos objetivos eran:
elevar el nivel de nutrición y las condiciones de vida de las
poblaciones sometidas a su respectiva jurisdicción; mejorar
el rendimiento de la producción y la eficacia del reparto de
todos los productos alimenticios y agrícolas; mejorar las
condiciones de vida de la población rural y contribuir así a
la expansión de la economía mundial y liberar del hambre a
la humanidad3.
En 1946, se fundó el Instituto de Nutrición de Centro América
y Panamá (INCAP), dependiente de la OPS, con la ayuda
financiera de la Fundación Kellogg. Su objetivo era estudiar
los problemas de nutrición de la zona, buscar las soluciones
adecuadas y ayudar a los gobiernos en la aplicación práctica
de las mismas22.
Llevaba ya la FAO tres años de funcionamiento, cuando el
7 de abril de 1948 se creó la Organización Mundial de la
Salud, el organismo de las Naciones Unidas especializado
en salud. Sus objetivos eran mucho más amplios que los
que se habían planteado los organismos internacionales
anteriores. Tal y como establecía en su constitución, el
objetivo de la OMS era que todos los pueblos pudieran gozar
del grado máximo de salud23.
En muchos países eran visibles las consecuencias de una
nutrición inadecuada como causa de muchas enfermedades
y de sus elevadas cifras de mortalidad infantil. Además
representaba un freno para el adecuado desarrollo de
niños escolares y adolescentes, y explicaba la salud
precaria y la escasa productividad en muchos adultos. No
bastaba con aumentar las raciones, era preciso equilibrar
mejor las dietas. Se imponía la necesidad de modificar
hábitos y de facilitar a los administradores sanitarios, los
educadores y las autoridades en general, la adquisición de
los conocimientos prácticos imprescindibles en materia de
nutrición y dietética22.
Los observadores de la Comisión Interina de la OMS
que asistieron a la segunda conferencia anual de la FAO
propusieron la creación de un comité mixto sobre nutrición
encargado de asesorar a la FAO y a la OMS. Así empezó
una colaboración excepcionalmente estrecha entre ambos
organismos mediante un comité mixto de expertos24.
El primer Comité Conjunto de Expertos FAO-OMS que se
celebró en Ginebra en 1949 afirmó que, mientras en la FAO
el énfasis se tenía que poner sobre la nutrición en relación
con la producción, distribución y consumo de alimentos, en
la OMS dicho énfasis tenía que recaer sobre la nutrición en
relación con el mantenimiento de la salud y la prevención de
enfermedades. Desde la consideración plena de la nutrición
y la alimentación como factores condicionantes del estado
de salud de las poblaciones, la política de actuación de la
OMS se caracterizaba porque llevaban a cabo estrategias
de prevención específica de los problemas nutricionales,
para ser desarrolladas, sobre todo en los servicios locales
de salud24.
La OMS denunciaba, en la década de 1950, que el
tratamiento y la prevención de las enfermedades de la
nutrición, particularmente las de los niños, era a menudo
inadecuado por insuficiencia de la formación profesional
que la mayoría de los médicos y las enfermeras recibían en
la materia22.
Al mismo tiempo, se insistía que para realizar una
intervención y mejorar la alimentación de la población
continuaban necesitando más encuestas y estudios que
permitiesen descubrir cuáles eran las deficiencias y poder
así corregirlas. Después de formular en su reunión de 1949
algunas recomendaciones al respecto, el Comité Mixto
FAO-OMS de Expertos en Nutrición examinó la cuestión
con mayor detenimiento y en 1951 preparó una Guía del
nutricionista para determinar los estados de nutrición22.
Como se ha apuntado con anterioridad, fue el trabajo
llevado a cabo por los institutos de nutrición lo que permitió
la formación de Dietistas-Nutricionistas a través de escuelas
de dietética y nutrición.
En sus inicios la nutrición y la dietética se contemplaban como
una rama sujeta a la medicina y uno de los componentes de
la terapéutica en el tratamiento de las enfermedades. Pero
fue sobre todo en el contexto del abordaje comunitario de
los problemas nutricionales, que como se ha visto tuvo su
mayor desarrollo en el período de entreguerras, cuando se
perfiló la necesidad de profesionales “capacitados” para
aplicar los conocimientos de la ciencia de la nutrición14.
La mejora del estado nutricional de la población se
consolidó como uno de los componentes fundamentales de
los programas de salud pública, pero era evidente que no
53
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El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España
existía suficiente personal especializado. Al mismo tiempo
que se consolidaba la profesionalización de los DietistasNutricionistas, se recomendaba la incorporación de los
contenidos de nutrición a los programas formativos de
ciencias de la salud, reforzando de ésta forma la condición
de profesionales de las ciencias de la salud que cabe otorgar
a estos profesionales25.
CONFLICTO DE INTERESES
No existen conflictos de intereses por parte de la autora del
presente trabajo.
FINANCIACIÓN
CONCLUSIONES
Por profesionalización se entiende el proceso por el cual una
ocupación adquiere una funcionalidad importante para el
orden social, en la medida en que involucra una dinámica de
especialización de saberes y habilidades. En este caso, fue
la necesidad de contar con Dietistas-Nutricionistas lo que
favoreció su creación. Ésta no surgió del quehacer tradicional
con la atención de las enfermedades individuales, como había
ocurrido con otras ciencias de la salud como la enfermería,
sino que lo hizo ligada al abordaje de la problemática de la
malnutrición desde la perspectiva colectiva o poblacional,
sin olvidar sus inicios en el ámbito de la atención al paciente
hospitalizado y la nutrición clínica. La nutrición logró su
propia ruta de diferenciación profesional sobre todo en el
contexto de la salud pública.
En España, la profesión de Dietista-Nutricionista se ha
empezado a consolidar en las últimas décadas. Este
tardío proceso de institucionalización está encontrando
problemas a la hora de concretar los espacios laborales y
de intervención, al haber ocupado otros profesionales y en
ocasiones, “otros actores no tan profesionales”, las funciones
que habitualmente corresponden a Dietistas-Nutricionistas.
En el momento de configurar su propio estatus profesional,
parece oportuno recordar la historia que se ha intentado
resumir en este artículo y se hagan servir los argumentos
que ofrece para abordar los retos que tienen planteados los
Dietistas-Nutricionistas como colectivo. Como profesionales
de las ciencias de la salud tienen mucho que decir en el
presente y en el futuro y deben trabajar para conseguir su
pleno reconocimiento profesional.
Este trabajo se ha desarrollado en el marco de los proyectos
de investigación: “La lucha contra la desnutrición en la
España contemporánea y el contexto internacional (18741975)” (Ref.: HAR2009-13504-C02-01) Ministerio de
Ciencia e Innovación; Beca Predoctoral del Programa de
Formación de Profesorado Universitario (Ref.: FPU/AP200803309) Ministerio de Educación; Programa Prometeo de
la Generalitat Valenciana (Ref.: Prometeo/2009/122) y el
proyecto “La sanidad internacional y la transferencia de
conocimiento científico en Europa 1900-1975”. Período:
2011-2013 (Ministerio español de Economía y Competitividad
HAR2011-23233).
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AGRADECIMIENTOS
La autora quiere agradecer a Josep Bernabeu-Mestre su
ayuda, comentarios y sugerencias.
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