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AL
SALUD,
NUTRICIÓN y BIENESTAR
Los dossiers de
LOS NUEVOS TRATAMIENTOS NATURALES VALIDADOS POR LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
Thierry SOUCCAR
E
Vencer la DIABETES
mediante la
alimentación
Por ierry Souccar
¿Nos podemos fiar de las autoridades sanitarias cuando nos lanzan mensajes con recomendaciones respecto a qué tenemos que comer para, al
parecer, ayudarnos a tener un mejor estado de salud?
En teoría estamos cada vez más informados por lo que, de nuevo en teoría,
deberíamos tener cada vez mejor salud. Sin embargo, las cifras parecen
desmentirlo. En España llama la atención la evolución de las personas
con sobrepeso y obesidad, que han pasado del 45,4% en 1995 al 53,3%
en 2006. Es decir, que en una década (en la que cada vez se nos ha “concienciado” más sobre cómo alimentarnos mejor y hasta se reguló legalmente el etiquetado que debían llevar los productos para que los
consumidores pudieran tomar decisiones de compra más saludables) resulta que la prevalencia de personas con índice de masa corporal superior
al aconsejado aumentó un 8%.
En esa misma década, el porcentaje de personas que declara haber recibido un diagnóstico de hipertensión arterial pasó del 11,9 al 24,9%; las
cifras para la hipercolesterolemia del 9,5% al 18,4% y las personas que
declaran haber recibido el diagnóstico de diabetes del 4,7% al 7,3%.
¿Qué es lo que ha pasado? Por arrojar un poco de luz, veamos qué es lo
que nos están recomendando comer. La Agencia Española de Seguridad
Alimentaria y Nutrición (Aesan) publicó unas recomendaciones genéricas resumidas en su famosa “Pirámide NAOS” en cuya base destaca que
hay que tomar a diario, y además varias veces, arroz, pastas y patatas
(además de verduras, hortalizas, frutas, lácteos y aceite de oliva). E insisten en no dejar de tomar cada día productos elaborados con cereales,
especialmente pan.
Como ve, pan y patatas. Con esto es con lo que las autoridades sanitarias han decidido mantenerle a usted en forma. Sin duda, a quienes no
s uno de los mayores especialistas en
nutrición y biología del envejecimiento, de renombre internacional. Pertenece al American College of Nutrition
y ha escrito más de 15 libros, entre ellos
muchos best seller. Gracias a sus libros, y
también a su presencia en medios de comunicación como Sciences et Avenir, Le
Nouvel Observateur y en LaNutrition.fr,
se ha convertido en una pieza clave de la
revolución de la nutrición moderna.
Estudió Bioquímica Nutricional en la
Universidad de California. Inició después
sus propias investigaciones, que le han llevado a trabajar desde hace 20 años junto
con las figuras más importantes en nutrición, biología del envejecimiento y medicinas naturales innovadoras y a transmitir
su mensaje a un público más amplio.
Al volver a Francia en 1994, ierry
Souccar fundó la primera sección de nutrición en francés en la revista mensual
Sciences et Avenir, que se convirtió de inmediato en la gran referencia para el público dentro de este campo. ierry
Souccar se ocupó posteriormente de las
cuestiones de nutrición, salud y biología
de esta revista durante 15 años y colaboró
también en la revista Le Nouvel Observateur y en numerosos reportajes e investigaciones emitidos por la televisión
francesa.
El año 2000 ingresa en el American College of Nutrition. En ese mismo año el
Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos lo premió por
su libro Le programme de longue vie (“Programa para una vida larga”), escrito en
colaboración con Jean-Paul Curtay y que
fue considerado una de las mejores obras
de divulgación sobre el envejecimiento.
Ha escrito otros 13 importantes libros
sobre la salud y la nutrición, entre ellos
el best seller Santé, Mensonges et Propagande (“Salud, mentiras y publicidad”),
escrito en colaboración con la abogada
Isabelle Robard en 2004, del que se han
vendido más de 80.000 ejemplares.
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estén familiarizados con las cuestiones de nutrición la
promesa podría parecerles razonable. Después de
todo, ¿acaso los cereales no son presentados continuamente por la industria agroalimentaria como alimentos sanos? ¿Y los dietistas no aseguran a coro que
lo que engorda no es el pan sino lo que le ponemos
encima? ¿Y la patata no es una hortaliza «rica en glúcidos complejos»?
I
Lo que no le dicenxxxxxxxxxxxx
La verdad es que estos alimentos no suponen ningún
peligro para usted si corre el equivalente a una maratón
cada semana. Pero si ese no es su caso, y sigue las recomendaciones oficiales, es decir, que la mayoría de las
calorías que ingiera cada día provengan del pan, las pastas y las patatas, es posible que tarde o temprano se una
al multitudinario censo de diabéticos y prediabéticos.
La descripción más antigua de la diabetes data del
siglo IV antes de Cristo, cuando médicos indios
constatan que las hormigas se apiñan en torno a la
orina de ciertos enfermos. Esta nueva afección es
bautizada como Madhumeha. Durante el siglo I d.C,
Arateo de Capadocia, que vive en Asia Menor, detalla por su parte una enfermedad rara que afecta a algunos de sus conciudadanos: le da el nombre de
diabetes (en griego: exceso de orina). Seis siglos más
tarde, la diabetes hace su aparición en China. Sus síntomas son descritos perfectamente por el médico
Chen Chuan.
Hoy día, la incidencia de la diabetes aumenta por todas
partes y es uno de los problemas sanitarios más graves
de nuestro tiempo. La diabetes mellitus de tipo 2, incluso en ausencia de síntomas, conlleva lesiones en
múltiples tejidos, con daños especialmente sensibles en
los pequeños vasos de la retina, los riñones y los nervios
periféricos. Por ello, la diabetes es una de las principales causas de ceguera, amputaciones y enfermedad renal
terminal. Además, conlleva un importante riesgo de
enfermedades cardiovasculares (ECV), tanto por sí
misma como por su asociación a otros factores de
riesgo.
En España la situación pronto estará fuera de control.
La prevalencia total de diabetes mellitus tipo 2 es del
13,8%, es decir, que cerca de 6,5 millones de españoles sufren diabetes.1
Si la situación es más que inquietante en España, es decididamente explosiva en Estados Unidos, donde se
calcula que un estadounidense de cada tres, actual1
mente con buen estado de salud, acabará siendo diabético. Detengámonos un instante en la situación estadounidense, ya que ilustra bien la responsabilidad del
pan, las pastas, los cereales y las patatas en la epidemia
de diabetes. En este país, la proporción de nuevos casos
se ha multiplicado por más de 4 entre 1960 y 2010.
¿Qué ha pasado en este lapso de tiempo para que la
diabetes adquiera tales proporciones?
Lo que ha pasado es que investigadores estadounidenses viajaron a China. Allí sólo vieron personas delgadas.
¿Y qué comían estos chinos? Mucho arroz (un glúcido)
y muy pocas grasas. Era a sus ojos la prueba de que se
trataba de la fórmula correcta para adelgazar. Todos los
nutricionistas lo creyeron y aún lo siguen creyendo.
Sobre este principio erróneo elaboraron las famosas recomendaciones que señalaban que había que «comer
menos grasas y más féculas en cada comida», que siguieron millones de personas.
En parte se debe a este error que el planeta se esté volviendo diabético.
Un ejemplo edificante: lo que
ocurrió en Estados Unidos
I
A partir de 1961, el Departamento de Salud de Estados Unidos puso en marcha campañas de sensibilización: los estadounidenses debían empezar a comer
menos grasas y dar preferencia al pan, las patatas y el
arroz. Como en China. En esa época, un estadounidense consumía 375 gramos de glúcidos al día y menos
del 2% de la población tenía un diagnóstico de diabetes.
En 1970, el consumo de glúcidos —cereales, féculas—
había aumentado hasta llegar a algo menos de 400 gramos al día. En ese momento, el 2,5% de la población
era diabética.
En 1980, el Gobierno estadounidense explicó a los ciudadanos que había que ir más lejos. Comer aún menos
grasas, y todavía más cereales y féculas. Como estos
alimentos eran aclamados por los nutricionistas, las
empresas del sector agroalimentario se encargaron
encantadas de inundar el mercado de ese tipo de productos: panes de molde y bollería, cereales para el
desayuno, galletas y pasteles, patatas fritas congeladas,
patatas en copos, arroz instantáneo, palomitas, tortas
de trigo inflado, barritas de cereales con chocolate…
¡Teóricamente buenos para la línea, ya que estaban desprovistos de grasas!
Prevalencia de la Diabetes en España: Estudio [email protected]”, realizado desde el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas
Asociadas (Ciberdem) e Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de Ciencia e Innovación), en colaboración con la Sociedad Española de Diabetes (SED) y la Federación Española de Diabetes (FED). El estudio [email protected] forma parte de la Estrategia Nacional sobre la Diabetes.
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Para rematar, las grasas de los alimentos comunes se
eliminaron en parte y se sustituyeron por glúcidos (bastante peores, como vamos a ver), como los del yogur,
donde los almidones ocuparon el lugar de las grasas saturadas (¡el 0% obliga!). Y partiendo de Estados Unidos, el movimiento se extendió por todo el mundo.
En 1980, cada estadounidense tomaba de media 410 g
de glúcidos al día. Sin embargo, a medida que se aproximaban al modelo ideal chino preconizado por los nutricionistas, comenzó a manifestarse algo extraño: no
perdían ni un gramo.
No solamente no adelgazaban, sino que engordaban y
estaban cada vez más enfermos. Y ya más del 4% de la
población era diabética.
En el año 2000, los estadounidenses ingerían medio
kilo de glúcidos, sobre todo a través productos azucarados, cereales y patatas. ¡Una dieta para caballos! Por
aquel entonces más del 30% estaban obesos, frente al
13% que lo estaban en 1960. Y la diabetes seguía subiendo y ya afectaba al 6% de la población.
Y, finalmente en 2010, el 8,3% de los estadounidenses
eran diabéticos. Mi opinión es que las recomendaciones nutricionales a favor de los cereales y las féculas han
contribuido a multiplicar en 50 años la proporción de
obesos por dos y medio y la de diabéticos por cuatro.
El ejemplo de Estados Unidos es corroborado por los
muy numerosos estudios epidemiológicos que muestran que las personas con buen estado de salud que
consumen más cereales refinados, patatas y productos
azucarados, y menos fibras, a consecuencia de ello tienen un riesgo más elevado que los demás de desarrollar una diabetes de tipo 2.
Por ejemplo, en el estudio estadounidense llamado
“Estudio de salud de las Enfermeras”, que se llevó a
cabó desde 1986 en la Universidad de Harvard, haciendo un seguimiento durante 14 años de la salud y
la dieta de 82.204 enfermeras de Estados Unidos de
entre 30 y 55 años, se puso de manifiesto que el
riesgo de diabetes entre las mujeres que siguen una
dieta rica en pan blanco, pastas, arroz y productos
azucarados es superior en un 50% al de las mujeres
que consumen poco de estos alimentos.2 En el estudio denominado “Estudio de salud de los Profesionales de la salud”, cuyos protagonistas esta vez fueron
profesionales de la asistencia sanitaria, este riesgo
había aumentado un 37%.3
2
3
¿Por qué los poderes públicos siguen defendiendo un
modelo de alimentación que nos lleva directos al paredón? La triste verdad, como expuse en “Salud, mentiras y propaganda”, el libro que escribí con Isabelle
Robard, es que la mayoría de los responsables de la nutrición oficial tienen vínculos demasiado estrechos con
la industria agroalimentaria para mantener un discurso
objetivo sobre estas cuestiones. Son sus aliados, asesores y servidores. ¡Y nos envuelven literalmente en harina!
Lo que pasa cuando se come
durante años cereales y patatas
I
Para la mayoría de nuestros contemporáneos, el desayuno
se compone de pan blanco o bollería, cereales, mermelada y mantequilla para untar en el pan y zumo. Los
tentempiés se hacen con galletas, pasteles, tortas de
arroz inflado, barritas de cereales, chocolate con leche
o negro y productos fritos envasados. En la comida y
en la cena también se come pan, y por supuesto pastas,
arroz, pizzas, a veces sándwiches y patatas, fritas o en
todas las formas posibles.
Muchos especialistas siguen creyendo que alimentos
como el pan o las patatas son azúcares «lentos» que liberan gradualmente su energía. Nada más lejos de la
realidad. Estos alimentos poseen en general una carga
glucémica elevada, es decir, liberan una cantidad importante de glucosa (azúcar puro) en la sangre en un
lapso de tiempo corto (vea el recuadro de la página
siguiente).
En total, más de la mitad de las calorías de un régimen alimenticio habitual la aportan alimentos que
son todo menos azúcares «lentos». Todos estos alimentos nos inundan de glucosa. Para transportar este
azúcar en sangre anormalmente alto dentro de las células, el páncreas segrega insulina en una cantidad
proporcionalmente acorde con los niveles de azúcar
en sangre; es decir, se incrementa notablemente la secreción de esta hormona, con lo que se hace trabajar
excesivamente al páncreas hasta agotarlo, lo que conduce a la diabetes.
Si usted sigue una dieta de este tipo durante treinta o
cuarenta años y además hace una vida sedentaria (lo
que le ocurre a la mayor parte de la población), el sistema acaba por agotarse, simplemente porque no estamos equipados genéticamente para hacer frente a este
Salmeron J, Manson JE, Stampfer MJ, Colditz GA, Wing AL, Willett WC: Dietary fiber, glycemic load, and risk of noninsulin-dependent diabetes mellitus in
women. JAMA 277 :472– 477,1997.
Salmeron J, Ascherio A, Rimm EB, Colditz GA, Spiegelman D, Jenkins DJ, Stampfer MJ, Wing AL, Willett WC: Dietary fiber, glycemic load, and risk of NIDDM
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exceso de azúcar en sangre. Las células acaban haciéndose resistentes a las instrucciones de la insulina, el
páncreas reacciona produciendo aún más insulina para
hacer pasar el azúcar a las células y finalmente acaba
por agotarse y deja de producir suficiente insulina. El
azúcar en sangre se mantiene entonces alto de forma
persistente: es la diabetes.
Diez años después del inicio de la diabetes, la mitad de
los enfermos tienen necesidad de seguir un tratamiento
con insulina.
u La carga glucémica
l índice glucémico (IG) de un alimento nos
informa sobre la calidad de sus glúcidos, rápidos o lentos.
E
Nos dice con qué rapidez pasa el azúcar ingerido
con la dieta a la sangre. Ahora bien, los efectos de
un alimento en el organismo dependen al mismo
tiempo de su IG y de la cantidad que haya tomado.
La carga glucémica (CG) tiene en cuenta estos dos
parámetros. Se obtiene multiplicando el IG de un
alimento por la cantidad de glúcidos de una porción de dicho alimento, y dividiendo luego por 100.
CG de una porción =
IG x cantidad de glúcidos de una porción
100
La CG de una porción es baja cuando es inferior
a 10, moderada entre 11 y 19 y elevada cuando
sobrepasa 20.
Ejemplo:
Un plato de puré de patatas, es decir, 150 g de
puré, contiene 22,5 g de glúcidos
IG del puré: 90
CG =
90 x 22,5
100
=20,2
Un plato de puré de patatas tiene una CG elevada,
lo que significa que provocará un pico de glucemia.
4
5
6
7
8
9
Si es diabético o prediabético,
esto le dará esperanzas
I
Al ritmo actual, la enfermedad va a afectar a cada vez
más personas, incluidos niños y adolescentes. Ese es el
caso ya en Estados Unidos. En la diabetes, el riesgo de
mortalidad por enfermedad cardiaca se multiplica por
2,2, el de fallecimiento por accidente cerebrovascular
por 1,7, el de insuficiencia hepática por 1,2, el de septicemia por 1,5 y el de cáncer por 1,3.
La buena noticia es que en la mayoría de los casos usted
va a poder recuperar la salud y evitar las graves consecuencias de la diabetes. En efecto, aunque se pensaba
que la diabetes de tipo 2 era irreversible, varios estudios recientes han demostrado que se puede curar cambiando de régimen alimenticio.
Lo primero que debe hacer es suprimir de su alimentación los alimentos ricos en almidón, hasta que los niveles de azúcar en sangre hayan bajado
significativamente. Lo cierto es que ahora sabemos que
este tipo de medida dietética puede mejorar considerablemente su estado, incluso librarle de la enfermedad.4-5-6-7
En la práctica se trata de una dieta de tipo “cazador-recolector” (o de “los hombres de las cavernas, que ni
cultivaban la tierra ni practicaban la ganadería), sin
productos a base de cereales (como pan, biscotes, bollería, pizza, cereales para el desayuno, pastas, arroz,
etc.) y sin patatas, que son sustituidos por verduras y
frutas (el plátano y la uva sólo ocasionalmente, ya que
su carga glucémica es elevada), y nueces. Cada uno de
estos grupos de alimentos es beneficioso. Las verduras
(especialmente el brécol) ayudan a reducir la glucemia
y combaten el estrés oxidativo, a menudo elevado.8
Las nueces son imprescindibles. Según un estudio reciente, la sustitución de cereales y féculas por nueces
de todas las clases (salvo las saladas y las tostadas) mejoró claramente la glucemia.9
Para ser eficaz, esta dieta debe ser poco calórica. Investigadores de la Universidad de Newcastle, en el
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Oesterdahl M. et al. : Effects of a short-term intervention with a paleolithic diet in healthy volunteers. Eur J Clin Nutr. 2008 May; 62(5): 682-5. Epub 2007 May
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Reino Unido, hicieron un seguimiento recientemente
a diabéticos con un promedio de edad de 50 años.
Durante 8 semanas, los participantes consumieron
solamente 600 calorías (Kcal.) al día, sin nada de almidón. Resultados: la glucemia en ayunas y después
de una comida poco a poco volvió a niveles normales
y el páncreas recuperó sus capacidades normales de
producción de insulina. La totalidad de los síntomas
desapareció de forma duradera: 3 meses después del
final de la restricción alimentaria, el 64% de los participantes seguía sin presentar síntomas de la enfermedad.10
Se trató en este caso de un nivel de calorías muy bajo,
pero cabe pensar que una dieta un poco menos estricta
tendrá los mismos efectos.
La dieta puede completarse con pescado, marisco, crustáceos o carne. Un poco de queso está permitido, pero
ni leche ni yogur, ya que estos alimentos estimulan
fuertemente la insulina.
¿Qué hay que beber? Aparte de agua, debe tomarse preferentemente té negro, té verde y otras infusiones, así
como café, ya que aportan flavonoides antioxidantes.
En los diabéticos bien controlados un poco de vino
tinto al día podría ser beneficioso, o al menos no perjudicial, por el efecto antioxidante de los polifenoles.
Los investigadores que hicieron este descubrimiento
consideran que un poco de vino tinto al día es tan eficaz como un medicamento (la moderación es indispensable, ya que demasiado alcohol, por el contrario,
agrava la enfermedad).11
Complementos alimenticios que
deben tenerse en cuenta
I
Vitaminas y minerales
Una gran cantidad de diabéticos tiene carencia de vitaminas y minerales, especialmente debido a que su metabolismo se ha alterado en el curso de la enfermedad.
● El déficit de potasio, magnesio, zinc y cromo pueden hacer más difícil el control de la glucemia.
10
11
12
13
14
● El déficit de zinc puede hacer que el sujeto sea
más propenso a infecciones.
● Los diabéticos tienen también dificultades para
sintetizar la vitamina C, ya que la vitamina C y
el azúcar tienen en común los mismos transportadores celulares y el azúcar en sangre entra en
competencia con la vitamina C para acceder a la
célula. Así pues, un exceso de azúcar sanguíneo
puede llevar a un déficit de vitamina C.
● La vitamina B6 se encuentra también con demasiada frecuencia a un nivel bajo en los diabéticos.
Un estudio doble ciego (es decir, en el que ni los investigadores ni los pacientes saben quién toma el suplemento o quién un placebo y sólo se sabe tras
registrar y analizar los datos, lo que hace que el estudio
tenga el máximo rigor) que se llevó a cabo en Estados
Unidos en 2003 mostró que los diabéticos que recibieron un suplemento de vitaminas y minerales (que
aportara de una a cuatro veces la cantidad aconsejada)
sufrieron menos infecciones que los pacientes que tomaron un placebo.12
Por otra parte, un suplemento de vitaminas y minerales puede reducir el estrés oxidativo y la presión arterial y preservar el buen funcionamiento de los
riñones.13
Mi opinión: un suplemento de vitaminas y minerales
sin hierro, que aporte de una a dos veces la cantidad
aconsejada, es útil cuando se tiene diabetes.
Magnesio
Los diabéticos, y en particular aquellos que padecen
glicosuria (azúcar en la orina) frecuentemente tienen
carencia de magnesio. Un déficit de magnesio puede
consolidar la resistencia a la insulina, lo que origina un
verdadero círculo vicioso. Un estudio ha demostrado
también que la falta de magnesio aumenta el riesgo de
úlceras de miembros inferiores.14 Algunas investigaciones han estudiado el papel de los suplementos de
magnesio en los enfermos y concluyen que, sobre todo
cuando existe un déficit, el magnesio ayuda a norma-
Lim EL, Hollingsworth KG, Aribisala BS, Chen MJ, Mathers JC, Taylor R.; Reversal of type 2 diabetes: normalisation of beta cell function in association with decreased pancreas and liver triacylglycerol. Diabetologia, doi: 10.1007/s00125-011-2204-7.
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lizar la tensión arterial.15 Además mejora la sensibilidad a la insulina,16 ayuda a prevenir las neuropatías, las
retinopatías y las trombosis, pero también a reducir la
reactividad al estrés y probablemente también la susceptibilidad a los radicales libres.
Mi opinión: es aconsejable tomar un suplemento de
magnesio, es decir, de 300 a 600 mg al día.
Cromo
El metabolismo del cromo se ve alterado en los diabéticos; su nivel de cromo plasmático es 33, más de un
50% más bajo que el de las personas con buen estado
de salud. Algunos estudios muestran la acción beneficiosa de los suplementos de cromo para mejorar la sensibilidad a la insulina en la prediabetes y la diabetes,17
pero no todos son positivos.
Mi opinión: los estudios positivos han utilizado a menudo picolinato de cromo en la dosis mínima eficaz de
400 µg/día durante al menos dos meses. Debe tomarse
con el conocimiento y la aprobación del médico, que
debe evaluar mediante análisis biológicos regulares la
eficacia o no del suplemento (sobre la glucemia y la hemoglobina glicada).
El ácido lipoico
El ácido lipoico, un potente antioxidante, incide de
modo positivo en el control de la glucemia y la prevención de las complicaciones (enfermedades cardiovasculares, renales, trastornos vasculares). Es interesante
sobre todo para prevenir y tratar las neuropatías de la
diabetes.18
Un suplemento de ácido lipoico por vía intravenosa (3
semanas) reduce de forma significativa los principales
síntomas de neuropatía, y los complementos por vía
oral aportan mejoras sensibles, incluso en el plano cardiaco. Parece ser que la mejora es más marcada cuando
la diabetes es de aparición reciente y sus síntomas son
moderados.
Mi opinión: los estudios sobre la neuropatía se han llevado a cabo con dosis que oscilan entre 600 y 1.800
mg/día. Dosis más bajas, del orden de 200 a 400
15
16
17
18
19
20
mg/día, podrían aportar beneficios, aunque no se tiene
certeza.
La L-carnitina
La L-carnitina disminuye el nivel de azúcar en sangre
y el nivel de HbA1c, aumenta la sensibilidad a la insulina,19 mejora a los paciente diabéticos que sufren neuropatías20 y podría, según trabajos preliminares,
prevenir ciertas formas de insuficiencia cardiaca en la
diabetes.
Mi opinión: tomar preferentemente la forma acetilada
de la L-carnitina (acetil-L-carnitina), por su mejor biodisponibilidad.
Las dosis utilizadas en los estudios oscilan entre 500 y
1.000 mg/día.
Las dosis más elevadas parecen ser eficaces en las neuropatías.
Los alimentos antidiabetes
ocultos en su cocina
I
Para mantener un índice de azúcar estable en nuestra
sangre, lo que es indispensable para nuestra supervivencia, nuestro páncreas debe segregar una hormona,
la insulina, en cantidad proporcional. El aflujo demasiado rápido de glucosa y con demasiada frecuencia
reduce nuestra sensibilidad a la insulina y nos hace
diabéticos —estemos o no obesos—. En cuanto a la
fructosa, el resultado final es idéntico, a pesar de que
el metabolismo de este azúcar (por el hígado) sea diferente.
¡Atención!: las personas con sobrepeso no son las únicas que deben preocuparse, desgraciadamente.
En efecto, a menos que vivamos apartados de nuestra
sociedad, hay pocas probabilidades de que lleguemos a
escapar totalmente de los azúcares refinados que han
invadido la alimentación moderna.
Aunque sólo sea porque los azúcares y glúcidos refinados (pan blanco, pastas blancas, arroz blanco de grano
Yokota K: Clinical efficacy of magnesium supplementation in patients with type 2 diabetes. J Am Coll Nutr. 2004 Oct;23(5):506S-509S.
Rodríguez-Morán M: Oral magnesium supplementation improves insulin sensitivity and metabolic control in type 2 diabetic subjects: a randomized double-blind
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corto o redondo) son, por aporte calórico, la manera
menos cara de alimentarnos actualmente, hay grandes
probabilidades de que los consumamos en exceso. En
gran exceso.
Y si usted, como muchos de nosotros, se deja tentar regularmente por un refresco (incluso el té frío), dulces,
barritas con chocolate o copos de maíz, sepa que su organismo sufre cada vez una violenta descarga de los
azúcares más peligrosos para su páncreas: la fructosa,
la sacarosa (azúcar blanco) y la glucosa, junto con sus
múltiples asociaciones (jarabe de glucosa-fructosa,
etc.). El modo de alimentación de nuestros ancestros
prehistóricos no nos había habituado en absoluto a
estos azúcares, y menos en tales cantidades.
Para que tenga un punto de referencia interesante,
recuerde la próxima vez que beba una lata de CocaCola (33 cl) que contiene no menos de trece terrones
de azúcar.
Y ahora voy a hablarles de la canela y el clavo, ya que
pueden tener efectos antidiabéticos.
Canela
La canela hace que las células del hígado, así como las células musculares, sean más sensibles a la insulina, la hormona segregada por el páncreas que regula el índice de
azúcar en la sangre. Cuando 30 personas aquejadas de
diabetes tipo 2 comenzaron a añadir una pizca de canela
en sus comidas, su índice de azúcar en la sangre y su índice de colesterol «malo» LDL (siglas de “low density lipoproteins”, colesterol ligado a proteinas de baja
densidad) bajaron entre un 12 y un 30% en sólo 40 días,
según los investigadores del Beltsville Human Nutrition
Research Center (EEUU), un organismo dependiente
del Departamento de Salud estadounidense (USDA).
Pruebe a añadir una pizca de esta especia en su desayuno,
en la comida y en la cena. De dos a cuatro gramos al día
pueden ser suficientes. Las dos mejores formas de aprovechar los beneficios de la canela son molerla en su molinillo de café con el café que prepare, y añadir canela en
rama a su tetera al preparar té u otras infusiones.
No sólo es totalmente seguro, sino que resulta una solución barata que le podría ayudar contra la diabetes
tipo 2.
La canela tiene la ventaja de disminuir igualmente su
índice de colesterol y triglicéridos, lo que contribuye
a la salud de su corazón. Al frenar el paso de la comida digerida en el intestino, la canela frena la difu-
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sión de la glucosa hacia la sangre, y por lo tanto tiene
un efecto regulador de la glucemia (índice de azúcar
en sangre).
Clavo
El clavo podría tener también un efecto favorable contra la diabetes. En un estudio llevado a cabo en 36 pacientes diabéticos, los investigadores separaron a los
participantes en tres grupos y les hicieron tomar 0, 1 ó
2 gramos de clavo (en forma de comprimido) todos los
días durante un mes.
Todos los pacientes de los grupos que tomaron clavo
experimentaron un descenso de su índice de glucosa,
triglicéridos y colesterol «malo» LDL. Además, el clavo
contribuyó a prevenir la formación de coágulos sanguíneos, causa potencial de infarto y accidente cerebrovascular (ACV) o ictus. De hecho, el clavo es muy
eficaz cuando se trata de fluidificar la sangre. Puede
añadir clavo a su infusión de canela, o comprar comprimidos en su tienda bio o por Internet.
¡Atención!: las plantas antidiabéticas pueden provocar
un descenso demasiado brusco de la glucemia con malestar hiploglucémico, incluso coma, del mismo modo
que la insulina o los demás medicamentos orales que
reducen los niveles de azúcar en sangre (medicamentos
hipoglucemiantes), sobre todo si estas plantas se combinan con un tratamiento ya existente para equilibrar
la diabetes. Por consiguiente, estas estrategias alimentarias contra la diabetes deben ponerse en práctica bajo
el control de su médico. En cualquier caso deberá tener
cuidado de no suprimir los medicamentos que le hayan
recetado o que venga utilizando; el objetivo debe ser
reducir progresivamente su posología (es lo sensato),
incluso hasta llegar a suspender su ingesta, pero siempre vigilando la evolución de la glucemia y la glicosuria (índice de azúcar en la orina).
El ajo ayuda a controlar la
diabetes
I
La canela y el clavo no son los únicos productos presentes en su despensa que le pueden ayudar contra la
diabetes. Las personas que sufren este desarreglo se ven
aquejadas a menudo de problemas de riñón, y pueden
sufrir los efectos nefastos de la hiperglucemia (exceso de
azúcar) en sus vasos sanguíneos, su piel y sus ojos. Estos
daños son causados por un proceso denominado glicación, por el cual las moléculas de proteínas se ligan con
los azúcares dentro del cuerpo, lo que desemboca en
disfunciones estructurales en los vasos sanguíneos (ate-
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roma, esclerosis vascular) y otros tejidos. Investigadores de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, han
demostrado que el ajo, en todas sus formas, puede contribuir a impedir la glicación.
Puede utilizar el ajo a diario en su cocina o tomarlo
como extracto, o incluso comprar un extracto de ajo
líquido, producido mediante un largo proceso de extracción que dura unos dos años, creando un producto
sin olor y rico en componentes activos que ayuda a estabilizar el nivel de azúcar y a favorecer la salud visual.
También puede simplemente tomar uno o dos dientes
de ajo crudos picados cada día, suprimiendo el germen
que tiene en el centro del diente, para mejorar la digestión.
I
Vigile sus aportes del oligoelemento cromo
La presencia del cromo en su alimentación, en la medida en que interviene en la homeostasis glucídica, es
fundamental para prevenir la intolerancia a la glucosa.
Las levaduras, el hígado, la yema de huevo, la pimienta,
el tomillo o incluso las hojas de arándano son buenas
fuentes.
IEl fenogrecoxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Los granos de fenogreco, conocidos por su capacidad
de hacer ganar peso en caso de adelgazamiento o pérdida de masa muscular, podrían ser hiploglucemiantes. Contienen un ácido aminado (4-hidroxiisoleucina)
que, según observaciones científicas, incrementa la liberación de insulina, tanto en los animales como en las
personas. Los extractos de hojas de fenogreco podrían
igualmente ser hipoglucemiantes.
En el curso de un ensayo clínico se observó que la administración de 50 g de polvo de granos de fenogreco,
2 veces al día durante 10 días a personas diabéticas no
insulinodependientes (es decir, que sufrían diabetes de
tipo 2), guardaba relación con un descenso significativo de la glucemia en ayunas, la glicosuria y el índice
de lípidos en la sangre. El efecto hipoglucemiante observado era proporcional a la dosis ingerida.
I
Hacer pesas hace bajar el índice de azúcar
La musculación es eficaz para reforzar los músculos, solidificar los huesos, aumentar el metabolismo, mejorar
el equilibrio y mejorar el control del índice de glucosa
en la sangre. En un estudio reciente, los investigadores
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han descubierto que los ejercicios aeróbicos aumentan
la sensibilidad a la insulina en un 20%. Cuando se añaden ejercicios de musculación a las sesiones de ejercicio aeróbico, la sensibilidad a la insulina mejora en un
77% en determinadas personas. Es una buena noticia
para los diabéticos, pero también para las personas que
tienen un índice de azúcar elevado, quienes pueden
evitar la diabetes simplemente prestando atención a su
dieta y practicando ejercicio.
Para comenzar un programa de musculación, debe empezar por hacer trabajar todos los grupos de músculos
de su cuerpo (pecho, espalda, hombros, piernas y abdomen). Puede levantar pesas en su casa, sin necesidad
de apuntarse a un gimnasio, pero la verdad es que motiva más hacer este tipo de actividad en grupo, y sobre
todo bajo la dirección de un monitor. Pero como eso
cuesta dinero, nada le impide hacer sus ejercicios solo
en casa. Puede utilizar halteras (mancuernas, pesas o
discos), pero también valdrán otros objetos domésticos como botes de conservas o garrafas de agua. En la
medida en que sus músculos tengan que hacer un esfuerzo y encontrar resistencia, el efecto beneficioso se
producirá.
Si toma medicamentos con
receta contra la diabetes
I
Si se tiene una forma avanzada de diabetes, resulta a menudo indispensable tomar medicamentos. Los dos medicamentos recetados con más frecuencia contra la
diabetes son el Glucophage (biguanida) y el Avandia (rosiglitazone), pero este último fue retirado del mercado
europeo (el 1 de noviembre de 2010) por su fabricante
GlaxoSmithKline siguiendo una recomendación de la
EMEA (Agencia Europea de Medicamentos) debido a
que incrementaba el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Estos dos medicamentos presentan riesgo también de
causar daños al hígado. Una buena manera de proteger
el hígado es tomar de 140 a 210 mg tres veces al día de
extracto de granos de cardo mariano (Sylibum marianum). Se trata de una planta que ya usaban los griegos
para tratar los trastornos hepáticos y que contiene silimarina, cuyas virtudes terapéuticas han sido reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
IAntioxidantesxxxxxxxxxxxx
La hiperglucemia genera indirectamente radicales libres. Por consiguiente, su organismo siente una mayor
necesidad de micronutrientes antioxidantes, que consume en cantidad superior.
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El té verde posee propiedades muy interesantes, ya que es
a la vez antioxidante e inhibidor del proceso de glicación.
ingesta de micronutrientes en forma de complementos
alimenticios.
Para paliar el probable déficit en vitaminas C y E, en
selenio, zinc, carotenoides y flavonoides, consuma alimentos que los contengan: brécol, limón, kiwi, alfalfa,
nueces, aceite de germen de trigo, cereales integrales,
ajo, algas, ostras, zanahoria, berenjena, remolacha roja,
piña, plátano... No obstante, puede que sea inevitable la
Hay complementos alimenticios cada vez más numerosos y preparados para fines específicos que desarrollan
fabricantes muy serios. Son eficaces y generalmente
muy seguros, al contrario que los medicamentos químicos recetados, y representan una alternativa que es
obligado tener en cuenta.
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