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Entender la compulsión por comer
¿De donde vienen los antojos y la compulsión por comer determinados alimentos? Hay una
tendencia a no reconocer ni desear aquellos alimentos más sanos para nosotros, sino al
contrario, normalmente los alimentos que más nos “gustan” son aquellos que menos efectos
beneficiosos tienen para nuestro organismo. A veces tenemos deseos de algo dulce, o salado,
o nos apetece algo grasiento o necesitamos un estimulante como el café o la coca cola. Otras
veces ansiamos comer alimentos concretos que mejoren nuestro estado nutricional como por
ejemplo las naranjas por su alto contenido en vitamina C. Nuestro organismo bajo
determinadas circunstancias nos pide cierto tipo de alimentos pero esta apetencia no siempre
responde a una necesidad real de ese alimento.
Entender el fenómeno biológico que hay detrás de los antojos es fundamental a la hora de
recuperar unos buenos hábitos alimenticios. Estos mismos alimentos que tanto nos gustan
pueden estar generando un desequilibrio en nuestro organismo que haga que los necesitemos
para encontrarnos bien. Por ejemplo, algunos alimentos como el chocolate aumentan los
niveles de serotonina en el cerebro pero a la vez son alimentos altamente adictivos que
podemos llegar a comer de manera compulsiva. Tenemos que entender qué desequilibrios
estamos generando con nuestra elección de alimentos y remediarlos para poder entender los
mensajes de nuestro organismo y recuperar el instinto que nos ayude a mantener una
nutrición optima para la salud.
Bajadas de glucosa
La hipoglucemia se define en términos generales como una caída del azúcar en la sangre, es
decir, de unos niveles de glucosa que, en determinados momentos del día, bajan demasiado.
Cuando los niveles de glucosa bajan tenemos más deseo de azúcares, estimulantes y
carbohidratos refinados. Pero a su vez la hipoglucemia se produce cuando se abusa de estos
mismos estimulantes que generan un auténtico círculo vicioso. El consumo frecuente de
azúcares y estimulantes agota a las glándulas adrenales que cada vez se verán más
incapacitadas para estabilizar la glucosa en la sangre y nos produce deseos de alimentos a
deshoras, deseos de dulces, chocolate, café, alcohol o coca colas.
Elimina aquellos alimentos que alteran la glucosa en sangre como todos los dulces y los
estimulantes pero no dejes de comer de manera regular a lo largo del día, sin que pasen más
de cuatro horas sin ingerir alimentos complejos como frutos secos crudos, semillas, cereales
integrales, fruta .
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Alergias a alimentos
Es muy posible que en la compulsión por comer ciertos alimentos de manera frecuente existan
adicciones auténticas. Las alergias alimenticias son intolerancias a ciertos alimentos que pasan
por diversas fases. En una primera fase, la alergia es aparente, es decir, desencadena un
síntoma como puede ser ronchas en la piel. Cuando el organismo ya se ha acostumbrado a la
presencia del alimento que causa la alergia el paciente se vuelve adicto a este alimento o
necesita comerlo de una manera regular que puede llegar a ser compulsiva.
Si tienes un deseo excesivo por algún alimento en particular lo primero que debes hacer es
excluirlo de tu dieta en todas sus formas durante un periodo de al menos un mes, luego
sentirás mejor si realmente te gustaba o lo necesitabas. Los alimentos que más comúnmente
causan alergias son el trigo, los lácteos, el café o el chocolate.
Alimentos sanos frente a alimentos que engordan
Se ha dado excesiva importancia a las dietas hipocalóricas para adelgazar por lo que hay una
tendencia a clasificar a los alimentos entre los que engordan y los que no engordan por su
contenido calórico, en vez de entre los que nuestro organismo necesita para estar sano y los
que nos desequilibran y aumentan nuestra carga de toxinas. De esta manera acabamos
deseando con mayor fuerza aquellos alimentos prohibidos altos en calorías porque no hay una
razón de salud para excluirlos pero sólo un deseo de mejorar la imagen exterior.
Elige alimentos ricos en nutrientes que sientas te están beneficiando y aportando vitalidad y
sobre todo disfruta comiéndolos. Recuperarás el equilibrio cuando no te castigues dejando de
comer, sino que te quieras comiendo.
Alimentos refinados y procesados
Si nos alimentamos a base de alimentos procesados, refinados, envasados y desnaturalizados
podemos producir un déficit de micronutrientes como vitaminas o minerales. Este déficit
desequilibra aún más nuestro organismo que acaba pidiendo una cantidad excesiva de comida
para poder compensar sus carencias lo que puede desembocar en una manera compulsiva de
comer. El pan blanco, la harina refinada y el arroz blanco tienen una deficiencia de nutrientes
como el zinc y la vitamina B1 y dañan el estado del intestino con lo que se dificulta la absorción
de los alimentos. Los alimentos enlatados tienen en general menos magnesio, potasio, hierro,
aminoácidos y vitaminas B y C.
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Consume siempre que puedas alimentos biológicos, éstos no solo tienen una menor carga de
toxinas al no contener residuos de pesticidas sino que también son más ricos en nutrientes.
Dedícale tiempo a la cocina y huye de los alimentos ya preparados y no te olvides de comer a
menudo frutas y verduras crudas.
Ladrones de nutrientes
El azúcar, el café, el té negro y el chocolate entran dentro de un grupo de alimentos que
podemos denominar ladrones de nutrientes pues no solo no nos aportan nutricionalmente sino
que nos roban de nuestras reservas. El consumo excesivo de azúcar afecta negativamente a la
absorción de minerales, en especial magnesio, y agota las reservas de vitamina B1 o tiamina.
El café y el té tienen el mismo efecto sobre la tiamina. Además de hacernos perder tiamina, el
té y el café inhiben la absorción del hierro, desequilibran los niveles de sodio y potasio debido a
su efecto diurético y en general desmineralizan los tejidos. Un organismo con carencias
siempre va a tender a comer de manera desequilibrada.
Elimina el azúcar, café, té y chocolate entendiendo que lo haces porque te pueden producir
carencias de nutrientes. Tu organismo y tu salud te lo agradecerán y te darás cuenta que
puedes vivir perfectamente sin ellos.
Alimentos salados
Nuestras necesidades diarias de sodio varían entre 0.5 g y 1 g. Una dieta que contenga
alimentos procesados, ahumados, aceitunas, pan, galletas, cereales tipo cornflakes y queso
puede llegar a niveles de sodio de hasta 15g al día. Un exceso de sodio en las células las
debilita y sobrecarga además de dificultar la absorción del calcio y el magnesio. El exceso de
sodio en la célula produce ansiedad por alimentos salados ya que cuanto más sodio tenemos
en el organismo más necesitamos para mantener el equilibrio homeostático celular.
Reduce paulatinamente la sal en todas tus comidas cocinadas y aliña tus ensaladas con salsas
hechas con especies y hierbas frescas como pimienta negra, ajo, cebolla, jengibre, orégano,
tomillo, cilantro, albahaca, mostaza, etc.
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Dietas altas en proteína
El comer un exceso de proteína animal y en cambio discriminar la ingesta de carbohidratos
complejos como pueden ser cereales integrales o legumbres puede ayudar a perder peso
inicialmente. Pero estas dietas hiperproteicas son deficientes en vitamina C, producen perdidas
de calcio y tienen un alto contenido en colesterol. Estas dietas a la larga causan nausea y
fatiga y acaban produciendo un deseo compulsivo de alimentos feculentos. Cualquier dieta
nutricionalmente desequilibrada nos va a llevar a comer compulsivamente a la larga pues
nuestro organismo va a acabar deseando aquellos alimentos que le suplen sus carencias de
manera también descompensada.
Siempre elije una dieta con una proporción equilibrada de carbohidratos, proteínas y grasas. Si
adelgazas con una dieta equilibrada vas a ser capaz de mantenerla a largo plazo y la pérdida
de peso será mas real y duradera.
Química cerebral y chocolate
Algunos alimentos pueden afectar a las sustancias químicas del cerebro y en consecuencia al
estado de ánimo. Los dos neurotransmisores más importantes para la estabilidad de ánimo y
los antojos de comida son la serotonina y las endorfinas. La serotonina se libera tras comer
carbohidratos y azúcares y trasmite serenidad y estabilidad de ánimo. Las endorfinas se liberan
tras comer grasas y chocolate y transmiten altos niveles de energía y euforia a las neuronas. El
chocolate contiene azúcares y grasas por lo que estimula la serotonina y las endorfinas y
además contiene teobromina, una sustancia similar a la cafeína, y feniletilamina, una sustancia
química que se libera en el cerebro cuando nos enamoramos.
Cuando tengas deseos de chocolate para estar bien anímicamente recurre a otros alimentos
menos adictivos que también te ayuden a subir tu nivel de neurotransmisores como por
ejemplo carbohidratos como cereales integrales, grasas sanas como frutos secos o semillas y
azúcares como dátiles, pasas, fruta o zumos de frutas.
Hongos en el intestino
La Cándida Albicans es un hongo que habita en el intestino de un 85% de la población donde
convive con millones de bacterias y organismos microscópicos. Bajo determinadas
circunstancias este hongo sufre una mutación y se vuelve invasor.¿Pero, qué tiene que ver la
candidiasis con la compulsión por comer? Por un lado, la Cándida Albicans se alimenta de
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levaduras, azúcares y fermentos. El paciente con cándida tendrá unos mayores deseos de
comer alimentos como por ejemplo, pan, bolleria, dulces, chocolate, quesos o bebidas
alcohólicas. Por otro lado, este tipo de hongo produce una sustancia de desecho llamada
acetaldehido al convertir el azúcar en alcohol: se ha demostrado que el acetaldehído puede
producir adicciones a alimentos ya que forma unas sustancias químicas que actúan como
falsos neurotransmisores.
Para eliminar las cándidas del intestino hace falta hacer una dieta que excluya levaduras,
fermentos, alimentos dulces, bebidas alcohólicas, estimulantes y hongos y champiñones
durante al menos tres meses. A su vez, hace falta seguir un tratamiento nutricional con
suplementos nutricionales que ayuden a limpiar los hongos.
Grasas Sanas (OPTATIVO)
Los aceites son un parte fundamental de nuestra alimentación por su aportación en nutrientes
esenciales, como los ácidos grasos, que necesitamos ingerir porque nuestro organismo, por sí
solo, es incapaz de sintetizarlos. Si restringimos la ingesta de grasas sanas como son los
aceites de primera presión en frío, el aceite de oliva y las semillas y frutos secos crudos
estaremos generando una deficiencia de ácidos grasos esenciales y vitamina A. Los ácidos
grasos esenciales son necesarios para mantener un alto metabolismo basal y para la salud de
nuestros órganos y tejidos.
Utiliza frutos secos y semillas crudas como semillas de sésamo, girasol o calabaza entre horas,
en el desayuno o en platos como ensaladas. Prueba distintos aceites para preparar tus
ensaladas como el aceite de lino, el aceite de cártamo o el aceite de sésamo todos ricos en
ácidos grasos esenciales.
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