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FALSO MITO 1 Las grasas animales son malas y las vegetales buenas. FALSO. No hay grasas buenas o malas, lo importante es la calidad y la cantidad en la que las tomemos, ya sean de origen vegetal o animal. No todas las grasas animales/vegetales son iguales, para saber la calidad de éstas, es importante conocer su composición. FALSO MITO 1 Aunque las grasas animales suelen contener más AGS que las vegetales, no siempre es así… Ex: Pescado azul (rico en AGP) De la misma manera, las de origen vegetal suelen contener más AGI que las grasas animales. No obstante, existen grasas vegetales con alto contenido en AGS. Ex: Manteca de cacao/palma (rica en AGS) FALSO MITO 2 Las personas que tienen el colesterol alto NO pueden tomar huevos. FALSO. Para disminuir el colesterol en sangre no es tan importante restringir alimentos ricos en colesterol, como el huevo, si no que el aporte de grasas totales y la calidad de estas sean adecuadas. A pesar de que el huevo es un alimento con un alto contenido en colesterol… …contiene otros componentes que lo hacen saludable: Predominan los AGI sobre los AGS. Alto contenido en proteínas de alto valor biológico, vitaminas, minerales, etc. FALSO MITO 3 Beber agua durante las comidas engorda. FALSO. No engorda ni antes, ni durante, ni después de las comidas. El agua es acalórica, no tiene calorías. Beber agua antes de las comidas puede producir sensación de saciedad, por lo que se recomienda en dietas de adelgazamiento. Tampoco tiene el poder de quemar calorías. No por beber más cantidad de agua se adelgaza. FALSO MITO 4 La pasta engorda. FALSO. La pasta no engorda más que otros alimentos, si no que son los acompañamientos y las salsas que acompañan a esta pasta que hacen que el plato sea más o menos calórico. No olvidar la importancia de las cantidades. Evitar los platos abundantes. No acabárselos si no se tiene más apetito. FALSO MITO 5 El pan engorda. FALSO. El pan es un alimento rico en hidratos de carbono, nutriente que necesitamos en mayor proporción constituyendo la base de la dieta mediterránea. Lo que aumenta las calorías del pan suele ser lo que le acompaña: mermeladas, mantequillas, salsas, embutidos… No olvidar la importancia de las cantidades. No es lo mismo acompañar una comida con una o dos rebanaditas de pan que con media barra de pan o más. FALSO MITO 6 La fruta como postre engorda. FALSO. Una fruta aporta las mismas calorías antes o después de las comidas, por lo tanto el orden en que se ingieren los alimentos a lo largo del día no influye en el aporte energético. La ventaja de consumirlo antes de las comidas es que gracias a su contenido en fibra y agua producen un efecto saciante. FALSO MITO 7 Mezclar hidratos de carbono y proteínas engorda. FALSO. Las llamadas dietas disociadas consisten en no mezclar en la misma comida alimentos ricos en hidratos de carbono con alimentos proteicos. Dietas sin ningún fundamento científico. Todos los alimentos son una mezcla de nutrientes No puede separarse la ingesta de alimentos con hidratos de carbono por un lado y alimentos con proteínas por otro. FALSO MITO 8 Los alimentos “Light” adelgazan. FALSO. No hay alimentos que adelgacen o engorden, es la suma de todos los alimentos consumidos al cabo del día lo implica un mayor o menor aporte energético. El término ligth se aplica cuando el contenido calórico de un alimento es inferior al 30% respecto el producto original. Por tanto, aunque sea menos calórico, no quiere decir que tenga pocas calorías ni que éste ayude a bajar peso. FALSO MITO 9 Los productos integrales adelgazan. FALSO. En general, los productos integrales tienen las mismas calorías que su equivalente refinado. ¿La diferencia? Los productos integrales tienen un mayor contenido de fibra, vitaminas y minerales. Alimentos integrales No tienen propiedades adelgazantes. Por su contenido de fibra, poseen un mayor efecto saciante que los refinados. FALSO MITO 10 Los nervios engordan El aumento de peso no es consecuencia de los nervios, sino la comida que ingerimos. En situaciones de ansiedad, depresión u otras alteraciones emocionales agudas o permanentes, algunas personas tienden a desequilibrar las pautas alimentarias.