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La Seguridad Alimentaria en los municipios con menor IDH de Chiapas, vista
desde sus cuatro componentes básicos
Octavio Grajales Castillejos, Irene Barboza Carrasco, Ángel Gutiérrez Zavala
RESUMEN
A pesar de la implementación de políticas públicas encaminadas a combatir la
pobreza y desnutrición, tanto en administraciones recientes como en las
anteriores; en México aún no está garantizada la seguridad alimentaria,
principalmente en la región sur y sureste del país, donde para ciertos grupos el
acceso a los alimentos está determinado por las limitaciones económicas, de
carácter político, cultural y social (educación, salud, vivienda, etc.). Esta
investigación tiene como objetivo determinar el estado actual de la seguridad
alimentaria que guardan los 28 municipios con menor IDH del estado de Chiapas,
México, visto desde sus cuatro componentes básicos: disponibilidad, estabilidad,
acceso y control, así como consumo y utilización biológica de los alimentos.
Las estadísticas analizadas fueron obtenidas del Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (inegi), Consejo Nacional de Población (conapo), Consejo
Estatal de Población (coespo, Chiapas), Consejo Nacional de Evaluación
(coneval), el Instituto de Medicina Preventiva (imeprev) y Secretaría de Educación
Pública.
Con base a la información obtenida podríamos afirmar que en los 28 municipios de
menor IDH no existe seguridad alimentaria. Las tendencias muestran que esta
situación no cambiará en los próximos cinco años, ya que la producción de los
alimentos básicos como el maíz y el frijol muestran un estancamiento en la
mayoría de los municipios, aunado a esto, la pérdida del poder adquisitivo de los
alimentos.
Palabras clave: Política alimentaria, pobreza alimentaria, producción de alimentos.
INTRODUCCIÓN
La seguridad alimentaria y nutricional no es un tema nuevo en el mundo; por ello,
se encuentran insertas en los Planes de Desarrollo Nacionales, Estatales y
Municipales, políticas dirigidas a la atención de esta problemática. Sin embargo,
no se conoce el verdadero impacto de dichas políticas debido a que éstas se
miden de manera aislada y con diferentes metodologías.
La seguridad alimentaria y nutricional en México, es una problemática desde su
propia conceptualización, ya que únicamente es analizada desde la disponibilidad
de alimentos y en el caso del coneval, la mide desde el concepto de pobreza
alimentaría, dejando de lado las dimensiones que la conforman.
Ante esta realidad, es importante ver a la seguridad alimentaria de manera
integral; es decir, desde sus cuatro componentes básicos (Disponibilidad,
Estabilidad, Acceso y control, y Consumo y utilización biológica de los alimentos),
para que a partir de ello, se formulen políticas públicas encaminadas a
garantizarla.
En este contexto, la Organización para las Naciones Unidas (pnud) señala que
cerca del 16% de la población en países en desarrollo están subnutridas y que 1
mil millones de personas siguen pasando hambre, e inclusive, piensa que se pone
en riesgo la capacidad para cumplir los objetivos relativos a la reducción del
hambre acordados internacionalmente: el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio
(odm) y el Objetivo de la Cumbre Mundial sobre Alimentación (cma) de 1996.
Además, reconoce que existen en el mundo países en los que la incidencia del
hambre es especialmente alta y persistente, y que se enfrentan a retos específicos
a la hora de cumplir las metas de los odm (fao: 2010:4), tal es el caso de México.
También considera que la pobreza extrema, constituye un indicador adecuado de
restricciones de acceso a los alimentos y por lo tanto de inseguridad alimentaria.
La Seguridad Alimentaria “a nivel de individuo, hogar, nación y global, se consigue
cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a
suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias
y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana” (fao, 1996).
Para el Instituto de Nutrición para Centroamérica y Panamá (incap), la Seguridad
Alimentaria Nutricional es “el estado en el cual, todas las personas gozan, en forma
oportuna y permanente, del acceso a los alimentos, en cantidad y calidad, para su
adecuado consumo y utilización biológica, garantizándoles un estado de bienestar que
coadyuve a su desarrollo”.
Para su estudio los clasifica en cuatro componentes básicos:

Disponibilidad de alimentos a nivel local o nacional, tiene en cuenta la
producción, las importaciones, el almacenamiento y la ayuda alimentaria.
Para sus estimaciones se han de tener en cuenta las perdidas postcosecha
y las exportaciones.

La estabilidad se refiere a solventar las condiciones de inseguridad
alimentaria transitoria de carácter cíclico o estacional, a menudo asociadas
a las campañas agrícolas, tanto por la falta de producción de alimentos en
momentos determinados del año, como por el acceso a recursos de las
poblaciones asalariadas dependientes de ciertos cultivos. En este
componente juegan un papel importante: la existencia de almacenes o silos
en buenas condiciones así como la posibilidad de contar con alimentos e
insumos de contingencia para las épocas de déficit alimentario.

El acceso y control sobre los medios de producción (tierra, agua, insumos,
tecnología, conocimiento…) y a los alimentos disponibles en el mercado. La
falta de acceso y control es frecuentemente la causa de la inseguridad
alimentaria, y puede tener un origen físico (cantidad insuficiente de
alimentos debido a varios factores, como son el aislamiento de la población,
la falta de infraestructura…) o económico (ausencia de recursos financieros
para comprarlos debido a los elevados precios o a los bajos ingresos).

El consumo y utilización biológica de los alimentos, se refiere a que las
existencias alimentarias en los hogares respondan a las necesidades
nutricionales, a la diversidad, a la cultura y las preferencias alimentarias.
También hay que tener en cuenta aspectos como la inocuidad de los
alimentos, la dignidad de la persona, las condiciones higiénicas de los
hogares y la distribución con equidad dentro del hogar.
La seguridad alimentaria en México, se ha visto alterada desde los setenta, con el
inicio de la desaceleración económica; ante esta situación y con el propósito de
impulsar la producción de alimentos, la fao puso en marcha el Programa Especial
para la Seguridad Alimentaria (pesa) en 1994, programa orientado básicamente a
introducir modificaciones sencillas y económicas en tecnología. En acompañamiento a dicho programa, el gobierno mexicano realizó acciones conjuntas para
instrumentar el pesa, en los años 2002, 2003 y 2004 en contraparte con la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
(sagarpa).
Algunos estudiosos en la materia, como Kirsten Appendini, Raúl García Barrios y
Beatriz de la Tejera (2003), consideran que la seguridad alimentaria está
íntimamente ligada a los procesos de globalización, lo cual significa una fuerza
que busca integrar al campesino como consumidor de alimentos baratos no
producidos por él, para convertirse en un productor de cultivos de alto valor,
diversificados, que en los mercados internacionales tienen que cumplir
condiciones de estándares y calidad.
Blotvinik, J., y Hernández E. (1999), señalan que la naturaleza del proceso de
producción (condiciones de trabajo) y la naturaleza del proceso de consumo
(condiciones de restitución y de reproducción de la fuerza de trabajo), son los
elementos fundamentales para analizar y entender la formación de necesidades
sociales.
Ronal Nigh (2002), piensa que la seguridad alimentaria es siempre señalada como
una meta principal de cualquier gobierno pero actualmente pocas veces se logra,
menos en las zonas rurales afligidas por situaciones de pobreza y marginación.
Por su parte Hernán Delgado (2003), considera que para lograr la seguridad
alimentaria y nutricional sostenible en los países en desarrollo, es necesario
integrar las acciones promovidas en cada uno de los cuatro componentes básicos
de la seguridad alimentaria, además de lograr condiciones ambientales adecuadas
para su logro y sostenibilidad. Asimismo, cree que la inseguridad alimentaria y
nutricional afecta a individuos, familias y comunidades en cuanto a la satisfacción
de sus necesidades alimentarias, educativas, sanitarias y de acceso a otros
bienes y servicios, todo lo cual contribuye a frenar el desarrollo humano, y por
ende compromete negativamente el desarrollo nacional.
Investigadores del imeprev, reconocen que la inseguridad alimentaría es uno de
los graves problemas que enfrenta el estado, problemática que se encuentra en
estrecha relación con: la pobreza, el bajo poder adquisitivo, la insuficiencia de
ingresos en las familias, aunado a la inadecuada aplicación de políticas y
programas de producción en el medio rural. Toda esta compleja situación impide
la adquisición de los alimentos necesarios y suficientes para la subsistencia de la
población.
Basados en los cuatro componentes básicos de la seguridad alimentaria que
plantea el INCAP, es como se analizó la información disponible en los 28
municipios con menor IDH; éstos son: Aldama, Amatán, Amatenango del Valle,
Chalchihuitán, Chamula, Chanal, Chenalhó, Chilón, Francisco León, Huitiupán,
Huixtán, Larráinzar, Maravilla Tenejapa, Marqués de Comillas, Mitontic, Ocotepec,
Oxchuc, Pantelhó, Pantepec, Sabanilla, Salto de Agua, San Andrés Duraznal, San
Juan Cancuc, Santiago el Pinar, Sitalá, Tenejapa, Tumbalá y Zinacantán (Figura
1); y se encuentran ubicados mayoritariamente en las regiones económicas: II
Altos, V Norte y VI Selva, en las cuales, residen 638 mil 662 habitantes, de ellos,
únicamente el 27% asiste a la escuela, y el 32% es analfabeta, con un alto índice
de marginación e índice de desarrollo humano medio, con altas tasas de pobreza,
manifestándose en enfermedades y en desnutrición de sus niñ@s y en mujeres
embarazadas principalmente.
Figura 1. Mapa de los municipios con menor IDH
MÉTODOS
La información analizada se tomó de los Anuarios Estadísticos del Instituto
Nacional de Estadística, Geografía e Informática (inegi) del 2000 al 2009, del
Consejo Nacional de Población (conapo), del Consejo Estatal de Población
(coespo, Chiapas), del Consejo Nacional de Evaluación (coneval), de la Secretaría
de Educación Pública y del Instituto de Medicina Preventiva (imeprev). Los datos
se ordenaron y clasificaron por municipio (28 municipios con menor IDH de la
entidad) de acuerdo a los elementos que conforman los cuatro componentes
básicos de la seguridad alimentaria.
De manera particular, para el análisis de la información en el componente de
Disponibilidad de alimentos, se tomó en cuenta el número de cabezas en
sacrificio, con la intención de mostrar la disponibilidad de carne para consumo; de
aves, de bovino y porcino.
Para tener un panorama del consumo per cápita de aves de corral, se estimó que
por cada cabeza en sacrificio proporciona 10 piezas de carne.
Y para la estimación de las carnes rojas disponible en el mercado, se consideró un
promedio de 400 kg. de carne de bovino y de 90 kg. de carne de porcino, por
cabeza sacrificada, dividida entre los habitantes de los 28 municipios con menor
IDH, y el número de días en el año; partiendo del supuesto que este alimento se
consumió únicamente en éstos municipios. De la misma manera, se estimó el
consumo de leche de bovino.
El consumo de huevo para plato se calculó considerando que la caja de 360
piezas tiene un peso promedio de 20 kg.
Cálculos
Número de sacrificios
Bovinos= 43,725
Porcinos= 61,467
Total de sacrificios= 105,192
Producción total de carne= 23’ 022,030 kg.
Población= 638,662 habitantes.
Tabla de equivalencias
Bovino= 400 kg de carne.
Porcino= 90 kg de carne.
Número de sacrificios
Gallináceas= 890,086
Guajolotes= 33,987
Total de sacrificios= 924,073
Producción total en piezas de carne= 9’ 240,730 kg.
Población= 638,662 habitantes.
Tabla de equivalencias
1 Gallinácea= 10 piezas.
1 Guajolote= 10 piezas.
Número de litros de leche
De Vaca= 11,416
Población= 638,662 habitantes.
Tabla de equivalencias
1 vaso de leche= 250 ml.
Producción de huevos
Producción total= 891 toneladas.
Número de piezas= 16’ 038,000
Población= 638,662 habitantes.
Tabla de equivalencias
1 caja de 360 piezas= 20 kg.
50 cajas de 20 kg.= 1 tonelada.
1 tonelada= 18,000 piezas.
RESULTADOS
Disponibilidad de alimentos
Para determinar la disponibilidad de alimentos en los municipios con menor IDH,
fue necesario identificar el número de sacrificios que hay en cada uno de estos
municipios, donde se encontró la mayor disponibilidad de alimentos en las aves
corral (Gallináceas y Guajolotes); tal es así, que estos municipios sacrificaron 924
mil 073 cabezas (en 2008), siendo los más altos productores los municipios de
Maravilla Tenejapa con 430 mil 263 sacrificios, seguido de los municipios de
Chilón y Chamula, con 64 mil 192 y 49 mil 099 respectivamente; el 35.7% de estos
municipios, sacrifican en el rango de 20 mil a 49 mil, el resto se encuentra en el
rango de 3 mil a 19 mil cabezas (53.6%).
A pesar de que el número de cabezas en sacrificio de aves de corral se duplicó
durante el periodo 2003-2008 al pasar de 484 mil 987 en 2003, a 924 mil 073 en
2008, no es suficiente para abastecer a la población de estos municipios; ya que
solo les alcanza para comer una pieza de pollo o guajolote cada 25 días.
Para este mismo año, el número de cabezas en sacrificio de Porcinos es de 61 mil
467 cabezas anuales en promedio, siendo los más altos los municipios de Chilón
con 32 mil 446 cabezas, seguido de Maravilla Tenejapa con 7 mil 760 y Salto de
Agua con 4 mil 167, Tumbalá con 3 mil 604, Sabanilla con 2 mil 564 y Marqués de
Comillas con 1 mil 210; el resto de los municipios presenta un sacrificio inferior a
las 1 mil cabezas.
En 2008, el sacrificio de Bovinos ascendió a 43 mil 725 cabezas, existiendo los
más altos en los municipios de Chilón y Salto de Agua, con sacrificios de 12 mil
588 y 10 mil 597 cabezas, respectivamente. Los municipios de Francisco León,
Marqués de Comillas, Maravilla Tenejapa, Amatán, Huitihupán y Sabanilla, oscilan
entre 5 mil y 1 mil cabezas; mientras que el resto de los municipios están por
debajo de 1 mil sacrificios.
El número de cabezas en sacrificio de porcinos y bovinos asciende a 105 mil 202,
en 2008; del los cuales resultan 8 millones 415 mil 360 kg. de carne, con lo cual se
puede inferir que si toda esta carne se consumiera únicamente en estos
municipios, al menos comerían 100 gr. cada tercer día; sin embargo, una buena
parte de este alimento no es consumida de manera local, principalmente por la
falta de recursos para hacerlo.
A pesar de que la producción de Equinos no es para consumo, es un elemento
fundamental para producción de algunos alimentos básicos, sobre todo por las
características geográficas de éstos municipios; en este sentido, cabe señalar que
existen 54 mil 427 cabezas de equinos (en 2005).
En 2008 los municipios de Salto de Agua, Chilón, Francisco León y Amatán, han
sido los principales productores de Leche de Bovino con 9 mil 177 miles de litros;
3 mil 387, 3 mil 143, 1 mil 804, y 843 miles de litros, respectivamente. La
producción de estos municipios representa el 3% de la producción estatal. En
contra parte los municipios de Mitontic, Santiago el Pinar y Aldama, son los de
menor producción con 12, 7 y 5 mil litros anuales, respectivamente.
La producción de leche en estos municipios en su conjunto, ha tenido una
disminución marcada en los últimos años, al menos desde el 2002; año en que el
inegi publica los datos por municipio. Llama la atención los años 2006 y 2007 ya
que en ambos años se presentó una producción por debajo de los 10 mil miles de
litros.
La cantidad leche de bovino producida en estos municipios, nos indica que el
consumo per cápita es de 1 vaso de leche de 250 ml. a la semana por cada
habitante.
En cuanto a la producción de huevo para plato, estos municipios producen 891
toneladas; es decir, aquellos huevos que se ocuparan para el consumo humano,
de éstos, 207 toneladas los produce el municipio de Chilón, 95 Ocotepec, 55
Tumbalá, 52 Chamula, y el 85.7% de los municipios restantes están por debajo de
las 50 toneladas. El 39.3% de estos municipios se encuentra en el rango de
producción de las 21 a 41 toneladas; el 25% entre el rango de las 14 a 19
toneladas, y el resto de los municipios están por debajo a las 10 toneladas.
Cabe señalar, que los municipios de Aldama, Santiago el Pinar, San Andrés
Duraznal y Maravilla Tenejapa, no reportan producción.
En cuanto a la producción de huevo para plato, estos municipios producen
alrededor de 16 millones 038 mil piezas de huevo; lo que nos da un consumo per
cápita de dos piezas de manera mensual.
El maíz producto indispensable para la población chiapaneca, en 2008 se
cultivaron 142 mil 034 hectáreas lo que significa una producción aproximada de
maíz de 1 millón 625 mil toneladas, el 36% se produce en Salto de Agua y el
31.3% en Chilón; el resto de la producción se identificó en los municipios de
Zinacantán, Chamúla, Huitihupán, con porcentajes de 13.2%, 10.9% y 8.6%
respectivamente.
Al analizar el comportamiento histórico del maíz, se observa que pese a que hubo
un incremento importante en los años 2005 y 2006, para 2007 y 2008 vuelve a
caerse la producción.
Al igual que el maíz, la producción del Frijol se da en los 28 municipios; Chilón, es
el municipio de mayor producción con 4 mil 180 hectáreas de superficie
cosechada, seguido de los municipios de Marqués de Comillas, Huitihupán,
Sabanilla, Salto de Agua, Oxchuc, y Tumbalá, con promedios de 2 mil 757.
Francisco León es el municipio con menor superficie cosechada de este alimento
con 20 ha, seguido de 36 y 39 en Aldama y Mitontic, respectivamente. La
superficie estatal de hectáreas cosechadas de este alimento, es de 116 mil 865 lo
que equivale a 69 mil 156 toneladas. Al igual que el maíz el frijol muestra una
disminución de 7 toneladas y media en promedio en el periodo 2000-2008. Lo que
hace pesar que la seguridad alimentaria está en riesgo, debido a que tanto el maíz
como frijol forman parte de la dieta básica en las familias residentes en estos
municipios.
Es importante resaltar que en los 28 municipios se cosecha el maíz y el frijol, lo
que significa en términos nutricionales que las familias residentes en estos
municipios su fuente principal de carbohidratos y proteínas podría depender en
buena medida de este producto.
El Café cereza se produce en el 78.6% de los municipios, Chilón es el de más alta
producción con 13 mil 216 hectáreas cosechadas, seguido de Chenalhó, Tumbalá,
Sabanilla y Tenejapa con una superficie promedio de 3 mil 494; el 24.4% de los
municipios tienen una superficie en el rango de 2 mil a 2 mil 827; 14.3% cuenta
con una superficie entre el rango de 1 mil 120 a 1mil 853; y el 17.9% restante tiene
una superficie inferior a las 1 mil hectáreas. Cabe señalar que los municipios de
Ocotepec, Marqués de Comillas, Huixtán, Chanal, Amatenago del Valle,
Zinacantán y Chamula, no producen este alimento.
El café cereza en particular, no tiene un aporte energético que permita mejorar el
estado de nutrición de las familias residentes en estos municipios, la importancia
de su producción, radica en la participación de ingresos económicos derivado de
su comercialización.
En 2008, los municipios de Chamula, Larrainzar, Chenalhó y Zinacantán, son los
únicos municipios que reportan producción de papas, los 24 restantes no reportan
producción de esta verdura. Así mismo, en cuanto a la producción de plátano los
municipios de Ocotepec, Pantelhó, San Juan Cancúc, Chalchihuitán, Chenalhó y
Aldama, son los únicos que reportan producción de esta fruta. Sin embargo; en el
ciclo 2003-2004, se reportaron producciones de 225 toneladas de naranja en Salto
de Agua, Asimismo, en Chalchihuitán, Chenalhó y Chilón, con producciones de
181, 161 y 125 toneladas en este orden; además de los municipios de Pantelhó,
Tumbalá y Mitontic con producciones de 84, 70 y 69 respectivamente.
Amatenango del Valle, Tenejapa, San Juan Cancúc y Larrainzar, reportaron
producciones inferiores a las 25 toneladas.
En el caso de Chamula, Chanal, Chenalhó, Huixtán, Larrainzar, en el ciclo 20032004, reportaron altas producciones de Durazno y Manzana, situación que para
los años subsecuentes no volvió a suceder.
La producción de aguacate, ciruela y repollo se produce en dos municipios
básicamente estos son: Tenejapa y Chenalhó, con producciones de 8 y 7
hectáreas cosechadas.
La producción de los siguientes alimentos se da de manera exclusiva en uno o dos
municipios de los 28 con menor IDH, estos son: el Perón (184.8 t/año), Tejocote
(6.4 t/año), Trigo grano (42 t/año), Caña de azúcar otro uso (840 t/año), Piña
(1,160.00 t/año), Tomate verde (140 toneladas/año) Arroz palay (489.6),
Macadamia (27.53 t/año), Palma africana o de aceite (6,574 t/año), Cacao (370
t/año), Calabaza (semilla) o chihua (163 t/año), y Chile verde (77.01 t/año).
Estabilidad
En este componente, se encontró que la superficie cosechada de cultivos cíclicos
a nivel estatal asciende a 864 mil 497 hectáreas cosechadas, de las cuales el
98.5% (481 mil 947 ha) son de temporal y únicamente el 1.5% son de riego (12 mil
550 ha); lo que muestra la importancia de las lluvias en nuestra entidad por un
lado; por otro, la falta de inversión al sistema de riego para producir granos
básicos. De la superficie total cosechada, el 16.4% (141 mil 450) corresponden a
los 28 municipios con menor IDH.
En lo referente con los apoyos gubernamentales para la actividad agrícola, (como
un elemento más de este componente básico), el Gobierno Federal a través del
Programa para el Campo (procampo), se encontró información de 26 de los 28
municipios de menor IDH (son los casos de Aldama y San Andrés Duraznal los
faltantes), en este programa, de un total de 74 mil 123 productores que solicitaron
este apoyo, 66 mil 077 fueron beneficiados, lo que equivale al 89.2% de las
solicitudes. La mayor parte de los productores beneficiados son habitantes de los
municipios de Chamula, Oxchuc, Tenejapa, y San Juan Cancuc.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud), considera que en este
componente juegan un papel importante: la existencia de almacenes o silos en
buenas condiciones así como la posibilidad de contar con alimentos e insumos de
contingencia para las épocas de déficit alimentario. En este sentido, los únicos
almacenes rurales con que dispone Chiapas son los de Diconsa (Distribuidora
conasupo, s.a. -hoy en día dependiente de la Secretaría de Desarrollo social-),
tiene dos sucursales ubicadas en Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, cuenta con 24
Almacenes de Abasto Rural, 1 Almacén Central y un Almacén que funge como
receptor de Maíz y del programa PAL, ubicados estratégicamente en las nueve
zonas regionales: Centro, Altos, Fronteriza, Frailesca, Norte, Selva, Sierra,
Soconusco e Istmo-Costa de la Geografía Estatal.
Estos almacenes, no solo distribuyen abarrotes, sino además distribuyen de
manera gratuita, rehidratantes (Vida Suero Oral), Champú para piojos,
preservativos, así como ácido fólico, a los habitantes de estas zonas rurales. A
pesar de que estos almacenes se dice que están ubicados “estratégicamente”,
para muchas localidades acceder ellos es muy complicado, ya que las distancias y
el camino accidentado hacen casi imposible la llegada hasta donde están
ubicados, por lo que muchas familias no logran acceder a los servicios que estos
brindan.
Es importante mencionar, que estos almacenes son los que el Gobierno del
Estado utiliza para distribuir los alimentos que habrán de servir para el Programa
“Desayunos Escolares” de las localidades beneficiadas (sep, conafe). Los cuales
su estado no es precisamente el óptimo, ya que en muchas ocasiones alimentos
empaquetados en bolsas de plástico como la soya texturizada, arroz, frijol, avena,
azúcar, entre otros, se encuentran rotas por mordeduras de roedores (ratas), y los
enlatados inflados (atún, sardinas), por las altas temperaturas que se concentra en
dichos almacenes; aunado a esto, las comunidades beneficiadas están muy
retiradas de los almacenes y esperan a que se les acumule dos bimestres para
ahorrar costos del traslado, ya que si las comunidades acuden de manera
bimestral, los gastos que le generan para ir por las despensas les ocasiona
distraer cerca del 50% del costo total de la misma.
A pesar del difícil acceso y las condiciones en que se encuentran, son de gran
importancia para la distribución de abarrotes y otros en las zonas marginadas;
pero esto, no indica precisamente que son aptos para garantizar la Estabilidad de
los alimentos por las condiciones en que se encuentran; además porque no
almacenan alimentos para casos de contingencias; sino más bien, tiene que
presentarse alguna eventualidad para distribuir alimentos a través de ellos.
Acceso y control
Chiapas tiene una extensión territorial de 73 mil 289 km2, el 3.7% del territorio
nacional, y está compuesto por 118 municipios, con una población de 4 millones
293 mil 459 habitantes, el 4.2% del total del país, su distribución poblacional es del
48% urbana y 52% rural; a nivel nacional el dato es de 76 y 24% respectivamente,
en las cuales 26 de cada 100 personas son hablantes de lengua indígena (5 años
y más), 7 de ellas no hablan español, a nivel nacional 7 de cada 100 personas
hablan lengua indígena (Secretaría de Educación Pública, 2002).
Los municipios con menor IDH están ubicados en: en la región II Altos (12%), el
25% en la región VI Selva, el 17.8% en la región V Norte, y las regiones I Centro y
III Fronteriza representan el 3.6%, ambas con el mismo porcentaje.
La extensión territorial promedio de estos municipios es de 288.08 km2, con una
densidad de población promedio de 100.81 hab/km2, en su conjunto suman 638
mil 662 habitantes, en 2 mil 536 localidades (de acuerdo al Segundo Conteo de
Población y Vivienda 2005), la Tasa Media Anual de Crecimiento es de 2.47 para
el estado de Chiapas; sin embargo, para estos municipios el promedio de hijos por
mujer oscila entre 5 a 6. Es importante resaltar que el 85.7% de la población es
eminentemente indígena (19 mil 412) lo que hace aún más vulnerable a sus
habitantes.
La marginación en la que viven, evidentemente se manifiesta en el número de
ocupantes en vivienda sin drenaje ni servicio sanitario, ya que asciende a 97 mil
205, de éstas 80 mil 008 no cuentan con energía eléctrica, 209 mil 952 no cuentan
con agua entubada, las viviendas con algún nivel de hacinamiento son 91 mil 510,
y los ocupantes en viviendas con piso de tierra son 427 mil 247.
La población analfabeta es de 91 mil 510, a esto se suman su población de 15
años o más sin primaria completa que asciende a 427 mil 247, estas
características sociodemográficas en particular, ubican a estos municipios como
de muy alta marginación (acuerdo a la metodología del Consejo Nacional de
Población).
El Desarrollo Humano no escapa a esta problemática; el informe del pnud revela
que Chiapas posee el Índice de Desarrollo Humano más bajo de la República
Mexicana, y que con ello el 23.7% de sus municipios se ubican en los últimos
lugares a nivel nacional. Esto debido a las altas tasas de mortalidad infantil, su
porcentaje de personas de 15 años o más analfabetas, el bajo porcentaje de
personas de 6 a 24 años que van a la escuela y el ingreso per cápita reducido. Es
importante resaltar que el grado de desarrollo humano con que son clasificados
los 28 municipios por el PNUD, es “Medio”.
Otro elemento más de este componente básico, es el costo mensual per cápita de
la Canasta Básica Alimentaria (CBA). En México, ha incrementado drásticamente
en el transcurso de agosto 2006 a febrero 2010, al pasar de $757.08 a $985.61
(23.4%) en las zonas urbanas y, de $525.95 a $697.36 (24.6%) en zonas rurales,
en el mismo periodo (inpc. 2010). De manera puntual, las familias residentes en
zonas rurales distraen hoy para la compra de una CNA $171.41 más que en 2006,
aún cuando en el discurso político se dice que en 2010 se cuenta con $259.8 más
que en 2006 para adquirir una CBA; para que esto sea así, todas las familias
tendrían que percibir al menos un salario mínimo mensual, ya que el salario
mínimo pasó de $45.81 en 2006 a $54.47 en 2010 para zonas geográficas “C”. Lo
cierto es que, el costo diario de la CBA es $32.9 para las zonas urbanas y $25.5
para las rurales, lo que significa distraer el 65.8% y 53.7% del ingreso familiar
respectivamente para adquirir una canasta básica alimentaria.
A pesar de que los datos oficiales muestran una tasa de desempleo del 2.9 para
Chiapas, en las localidades marginadas son más altas aún, ya que las fuentes de
empleo son escasas y mal remunerados, y esto reduce considerablemente la
posibilidad de adquirir una CBA, lo que trae como consecuencia, la pobreza y
desnutrición, principalmente en niños menores de cinco años y mujeres
embarazadas.
Por otro lado, los problemas agrícolas como la falta de apoyos, los cambios
bruscos de temperatura y la inestabilidad de los precios de los alimentos, hacen
entre otros factores, que esta situación se agrave en estos municipios, ya que las
familias se ven obligadas a comprar productos básicos como son alimentos,
vestido y medicamentos, y no a producir sus propios alimentos que sería lo
deseable (como alternativa a esta situación).
Consumo y utilización biológica
El consumo y utilización biológica de los alimentos, se refiere a que las existencias
alimentarias en los hogares respondan a las necesidades nutricionales, a la
diversidad, a la cultura y las preferencias alimentarias. También hay que tener en
cuenta aspectos como la inocuidad de los alimentos, la dignidad de la persona, las
condiciones higiénicas de los hogares y la distribución con equidad dentro del
hogar. Este componente básico en particular, es de gran importancia por es donde
se refleja toda esta cadena de la seguridad alimentaria.
Bajo este precepto, se analizó la información del Consejo Nacional de Evaluación
de la Política de Desarrollo Social (coneval) el cual elaboró en el año 2000, los
mapas de pobreza estatales y municipales, con el propósito de contribuir con
información sobre la evolución de las condiciones de pobreza de la población. De
acuerdo con estos cálculos, en el año 2000 la entidad con mayor porcentaje de
población en pobreza alimentaria fue Chiapas, donde 53.3% de sus habitantes se
encontraba en esa situación.
Los municipios con menor IDH de la entidad chiapaneca con mayor porcentaje de
su población con pobreza alimentaria para 2005 son: Santiago el Pinar con 84.0
puntos porcentuales, seguido de San Juan Cancuc con 83.7%, Chanal 83.1%,
Chalchihuitán 81.4%, Oxchuc 81.3%, Tenejapa 81.0%, Huixtán 8.06%, Aldama
80.1%, Pantelhó 78.8% y Tumbalá con el 78.1%.
Por otro lado, al comparar los resultados del propio coneval, los años 2000 vs
2005 encontramos que la pobreza alimentaria a nivel estatal disminuyó 6.3 puntos
porcentuales, al pasar de 53.3% en el 2000 a 47% en 2005; sin embargo, al
analizar la información de los municipios con menor IDH encontramos que los
municipios que no mostraron mejoría son: San Juan Cancuc con 28.4% menos
que en el 2000, seguido del municipio de Sabanilla (-14.7%), Pantepec (-11.9%),
Pantelhó (-8.5%), Zinacantán (-7.9%), Aldama (-7.8%), Chalchihuitán (-5.6%),
Chenalhó (-4.3%), Mitontic (-1.1%), Chamula (-1.1%). Ver gráfica 1.
Por último, para dar cuenta de la inseguridad alimentaria en la que se encuentra
Chiapas (específicamente del componente consumo y utilización biológica) se
analizó la prevalencia de desnutrición en unidades de salud de municipios con
bajo índice de desarrollo humano atendidos por el Instituto de Salud del Estado de
Chiapas (isech) y del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss) en 2005-2008,
en la que encontramos que, de 210 localidades registradas en la base de datos
del ISECH en el 2005; el 33.6% presenta una prevalencia de desnutrición de 50 y
más; algunas de ellas presentan prevalencias de 74.5, 73.4, 71.6, 71.3, 71.2, tales
son los casos de: Chimix (Canolal, Queshtic) municipios de Chenalhó, Cruz Chot
(Laguna Petej), Tzaclamanton (Tzaclamanton, Joltzemen) municipo de Chamula,
El Niz municipio de Oxchuc, y Cacateel (Cacateel, Tzinteel, San Juan Bawitz)
municipio de Aldama, respectivamente.
En el 2006, el 30.1% de las localidades, presenta una prevalencia de desnutrición
de 50 y más, algunas de ellas presentan prevalencias de 99.0, 79.4, 73.8, 70.2,
70.1, tales son los casos de: Chimix (Canolal, Queshtic) municipios de Chenalhó,
Chalam municipio de Mitontic, Mehono (Mehono, Muctahuitz, Nashinich) municipio
de Larrainzar, Aldama (Aldama, Revolución Fiu, Yetón) municipio de Aldama, y
Tzunún municipio de Oxchuc, respectivamente.
En el 2007, el 27.5% de las localidades presenta una prevalencia de desnutrición
de 50 y más, algunas de ellas presentan prevalencias de 94.0, 92.4, 76.3, 74.0,
72.3, 70.7, tales son los casos de: Mehono (Mehono, Muctahuitz, Nashinich)
municipio de Larrainzar, Chimix (Canolal, Queshtic) municipio de Chenalhó,
Tzametal (Tzuluwitz), municipio de San Juan Cancuc, Tzunún municipio de
Oxchuc, San Miguel la Sardina municipio de Francisco León, Esquipulas (Morelia)
municipio de Amatán, respectivamente.
En el 2008, el 23.7% de las localidades presenta una prevalencia de desnutrición
de 50 y más, algunas de ellas presentan prevalencias de 90.5, 78.1, 71.8, 71.8,
70.4, tales son los casos de: Chimix (Canolal, Queshtic) municipio de Chenalhó,
Tzametal (Tzuluwitz), municipio de San Juan Cancuc, Chalam municipio de
Mitontic, Mehono (Mehono, Muctahuitz, Nashinich) municipio de Larrainzar y
Aldama (Aldama, Revolución Fiu, Yetón) municipio de Aldama, respectivamente.
Ver grafica 2.
Las altas tasas de desnutrición que prevalece de estos municipios, revela que las
políticas públicas en esta materia aún no han permeado en todas las localidades
de la entidad; porque de lo contrario, la desnutrición mostrara un descenso
significativo.
CONCLUSINES
Los datos disponibles evidencian que los problemas de estos municipios se
centran en las condiciones sociodemográficas en las que viven las familias
residentes de estos municipios, como son: las económicas, políticas, culturales,
educativas, ambientales, de salud e infraestructura; éstas han condicionado a las
familias a estar en riesgo de enfermedades múltiples, pobreza y desnutrición.
En cada uno de los componentes básicos, se analizó de manera general los
factores que determinan la seguridad alimentaria de las familias residentes de
estos municipios, los cuales muestran baja producción de alimentos y poco o nulo
acceso a ellos, debido a la falta de ingresos económicos principalmente; y esto, se
ve reflejado en las altas prevalencias de desnutrición que presentan los niños
menores de cinco años, reduciendo con ello su capital humano.
Mientras que no se vea de manera integral esta problemática, los habitantes de
los municipios con menor IDH, no escaparán a esta situación de riesgo en que han
estado por décadas. Por ello, es importante que el Estado garantice el equilibrio
cada uno de los cuatro componentes básicos aquí planteados para lograr de
manera sostenible la seguridad alimentaria.
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