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PRINCIPIOS PARA LOGRAR
ESTABILIDAD FINANCIERA
P
ara muchas familias, el primer paso sabio para lograr una situación financiera estable, es volver
al uso del dinero en efectivo, dejando a un lado las tarjetas y compras a crédito. El paso es
severo, pero la experiencia demuestra los buenos resultados. (Quienes se han dejado atrapar
por el sistema de compras a crédito, han sentado una historia trágica de fracasos económicos y
bancarrota personal).
Principio núm. 1 - Gastar sólo dinero en efectivo.
Sería absurdo decir que lo mejor siempre es desechar el crédito, pues éste, bien empleado, ha facilitado
notoriamente el intercambio de bienes y servicios, especialmente en el mundo de los negocios. Uno de
los adelantos más significativos de nuestro siglo es el hecho de que la mayor parte del dinero hoy está
representado por partidas en los libros de cuentas o por impresiones magnéticas invisibles en una
computadora.
Aun en el nivel personal, son muchos los beneficios del crédito para el consumidor. Por ejemplo,
las tarjetas de crédito eliminan la incomodidad y el riesgo de llevar dinero en efectivo.
Los préstamos a largo plazo y de interés bajo facilitan la adquisición de cosas costosas como
una casa o un automóvil, que muchas personas no podrían adquirir de otra manera en muchos años.
Pero tal parece que los créditos rotatorios y la omnipresente tarjetita plástica ejercen una presión
irresistible sobre el consumidor. Así, muchos aparentemente incapaces de defenderse, caen en la
trampa.
¿Qué se puede hacer?
Un poco de información útil.
Los consumidores deben entender que las compras a crédito, especialmente con tarjetas, crean
la ilusión de prosperidad. La baja cuota de amortización, el pago diferido hasta fines del mes y la falta de
dinero efectivo en el momento de la compra hacen aparentemente accesibles para nosotros todos los
bienes de esta vida.
Un hombre de la calle comentaba: "Si nos ponemos a ahorrar y nos demoramos en obtener lo
que deseamos, las cosas buenas nos pasan de largo". Esto no es más que un espejismo, y la
insensatez de pensar así es lo que lleva a incontables familias con ingresos adecuados a gastar sus
sueldos antes de recibirlos siquiera. En realidad, obtenemos menos cuando utilizamos demasiado el
crédito.
El crédito no nos da nada que no podríamos obtener de todas maneras si tan sólo esperáramos
hasta haber ahorrado lo suficiente. Esto es obvio. Comprar a crédito o en efectivo es lo mismo, sólo que
el primero es más rápido. Y nos crea la ilusión de estar obteniendo algo sin pagar.
Una vez enredados en la trampa del crédito, hasta el punto que nuestro dinero "extra" se va en
pagar mensualidades, estamos haciendo esencialmente lo mismo que ahorrar... pero en vez de recibir
dividendos, le estamos dando grandes utilidades a la institución crediticia.
Es necesario comprender que el síndrome del crédito es una ilusión harto costosa. ¡Los créditos
rotatorios, las tarjetas y las facilidades de sobregiro automático suelen basarse en una tasa de interés
del 1,5% mensual, o sea un total del 18 al 20% anual! Y en algunos países se cobra aun más.
En cambio, al comprar con dinero en efectivo, nos ahorramos el costo del servicio de crédito y
con frecuencia obtenemos descuentos. Esto quiere decir que el costo total de un objeto adquirido a
crédito puede ser el doble del costo en efectivo.
Además, la persona que tiene dinero en efectivo puede aprovechar las ventas de mercancía
rebajada. Tiene más libertad para buscar el sitio donde su dinero tendrá el mayor valor adquisitivo. La
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persona que compra a crédito con frecuencia se ve obligado a comprar en las tiendas donde tiene
crédito, aunque haya magníficas rebajas en otra parte. Cuando se utilizan simultáneamente varios
sistemas de crédito, el costo del privilegio resulta bastante elevado.
Salmón muy sabiamente percibió que: "El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma
prestado es siervo del que presta" (Proverbios 22:7).
Una buena forma de aprender a evitar este tipo de esclavitud financiera es poner en práctica, al
menos durante algún tiempo, una administración financiera basada en el dinero efectivo. Surge entonces
la pregunta.
¿Dónde comenzar?
Una guía para el crédito
Quien administra dinero debe comprender ante todo que los gastos familiares y personales son
de dos tipos que podríamos Ilamar gastos necesarios y gastos suntuarios, según Rex Wolder, autor de
MacMillan Guide to Family Finances (Guía de las finanzas domésticas de MacMillan).
Se define una necesidad como "un deseo de gran urgencia, muchas veces una necesidad
biológica" (por ejemplo, un techo y alimento). Un gasto suntuario es para él "un deseo poco urgente, que
no surge de una necesidad básica".
En la sociedad actual, la compra a crédito de ciertos artículos necesarios como un automóvil o
una casa resulta inevitable. Pero aun estas adquisiciones pueden aplazarse hasta conseguir más dinero
efectivo de modo que el crédito sea menor.
Por otra parte, no es conveniente utilizar el crédito para gastos suntuarios. Las familias en
aprietos económicos frecuentemente se han valido excesivamente del crédito para obtener artículos
suntuarios en vez de los que realmente necesitan. Deberían, pues, adoptar una norma de comprar cosas
suntuarias, como televisores, artículos deportivos o muebles no indispensables, estrictamente en
efectivo.
He aquí por qué:
Ahorrar dinero para darnos determinados gustos suntuarios produce un efecto realmente
estabilizador sobre la norma financiera de la familia, pues una vez ahorrada la suma necesaria,
sabremos sin duda alguna si nos podemos permitir ese lujo y también ¡si lo deseamos todavía!
Para poner en práctica este método, debemos proponernos no adquirir nada más a crédito hasta
que hayamos cancelado todas nuestras deudas crediticias, o al menos Iimitar al mínimo absoluto
nuestras compras a crédito durante el período de transición para así pagar cuanto antes las deudas.
Luego, en vez de imponernos nuevas deudas comprando más cosas, debemos acumular
ahorros hasta el día en que podamos empezar a obtener los artículos deseados con efectivo.
Este plan de rigurosa austeridad no es necesario si la persona es muy disciplinada. Pero si usted
ya tiene dificultades económicas, su carácter necesita una muleta. El sistema de ahorro y de compras
con dinero en efectivo puede significar el cambio de una situación financiera desastrosa a una situación
económica estable para su familia.
Recuerde que la familia sabia puede aprender a vivir con el crédito, ¡pero nunca debe depender
de él!
Principio núm. 2 - Incrementar los ahorros.
Las estadísticas sobre ingresos demuestran que el ahorro familiar ha aumentado en las últimas dos
décadas. Es interesante ver que las familias que ahorran por lo general son familias solventes. No son
las familias que atraviesan por dificultades financieras.
Muchas familias con problemas monetarios afirman que no tienen dinero suficiente para ahorrar.
En cambio deberían comprender que ¡no pueden permitirse el lujo de no ahorrar! Cuanto menores sean
los ingresos, más importante es tener el ahorro de tipo apropiado.
Todo presupuesto familiar debe incluir dos clases de ahorro. Al principio la cantidad puede ser
pequeña, pues lo importante es adquirir el hábito.
Un tipo de ahorro es aquel para adquisiciones futuras previstas. Podría llamarse un ahorro
operacional, y es para ciertos gastos especiales, que no presupuestamos normalmente cada mes, como
las cuentas de maternidad, la compra de muebles o de algún aparato electrodoméstico, etc. Por ejemplo,
hemos calculado que podemos darnos el gusto de comprar un equipo de sonido. Entonces establecemos un fondo especial para esto que llamaremos el "fondo para el estéreo". Y vamos poniendo en él
semanal, quincenal o mensualmente las sumas que podemos deducir de cada sueldo. Llegará el
momento en que podremos obtener con dinero al contado el artículo deseado. Y contando con dinero en
efectivo tal vez podamos aprovechar una rebaja o comprar un buen equipo de segunda mano.
Amortiguando los golpes financieros.
La segunda clase de ahorro es para emergencias inesperadas e imprevisibles. No es para
necesidades futuras específicas como vacaciones, aparatos eléctricos de uso doméstico, ni para la
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jubilación. Se trata de un ahorro de reserva, una válvula de seguridad para nuestro presupuesto.
Algunos expertos recomiendan ahorrar aproximadamente el 5% del ingreso bruto cada vez que se recibe
un sueldo, hasta acumular una cantidad equivalente al doble o el triple del ingreso mensual.
Cuanto más pobre sea la familia, más necesario es que tenga un ahorro de reserva. A medida
que los ingresos aumentan, puede reducirse la proporción del ingreso anual apartado para este fin.
Al principio, esta medida puede parecer menos importante que la de presupuestar nuestras
finanzas y limitar el crédito. ¡Más no es así! Tiene igual importancia. Si las grandes compañías que
poseen millones en activos estiman necesario tener reservas de operación, con mayor razón le es necesario tenerlas para una familia de ingresos modestos.
Una vez que comenzamos a acumular fondos en una cuenta de reserva, no debemos tocar el
dinero sino en casos de verdadera emergencia. Cuando surge una emergencia que mengua la reserva,
debemos reponer poco a poco ese dinero con la misma diligencia de antes. Es sorprendente ver cómo el
resto de nuestro dinero alcanza para más.
Principio núm. 3 - Establecer un presupuesto.
La palabra "presupuesto" se define como un cómputo anticipado de ingresos y gastos de un país,
negocio o familia. Todo buen negocio opera sobre un presupuesto determinado. Se anota el ingreso y se
calculan los egresos (costos, Gastos generales, etc.). La diferencia constituye la ganancia o pérdida.
El mejor método para encontrar las fallas en los gastos familiares es tener un presupuesto. Así
podemos descubrir el dinero mal gastado, disminuir gastos innecesarios y evitar que se cometan los
mismos costosos errores mes tras mes.
Ahora bien, el presupuesto no se puede hacer a la ligera. Debe ser un proceso sistemático y
bien documentado para que pueda eliminar la constante pesadilla de cómo vamos a pagar nuestras
cuentas cada mes. Muchos ignoran los grandes beneficios de este sistema sencillamente porque no lo
han ensayado.
Un principio de gran antigüedad.
Aunque usted no lo crea, la técnica del presupuesto también se encuentra en la Biblia. Sabemos
que muchos hombres famosos con frecuencia buscaron orientación práctica en sus páginas, pero tal vez
nunca se nos había ocurrido que nos pudiera instruir sobre cómo manejar nuestras finanzas.
Según el estatuto de la antigua Israel, al pueblo se le ordenó apartar, además de sus ofrendas
normales a Dios, un porcentaje determinado de sus ingresos para uso personal en las fiestas religiosas
anuales. No debían tomar esta suma de lo que tuvieran a mano en el momento en que se necesitara,
sino que tenían que apartar un porcentaje determinado a medida que percibían los ingresos a lo largo
del año. Pero la mayoría de nosotros no ponemos en práctica este método de apartar dinero para
obligaciones futuras. La mayoría paga las deudas que se van presentando con el dinero que tiene en el
momento. Esto no es presupuestar, sino hacer malabares con el dinero. Pero el sistema del porcentaje
determinado sí es presupuestar.
Se trata, en pocas palabras, de pagar una parte de cada cuenta, aún de las inesperadas, con
cada sueldo que nos llega, en vez de pagar la totalidad de una cuenta con un solo sueldo. Así
tomaremos un porcentaje fijo de cada sueldo, por anticipado, con el objeto de cubrir todas las cuentas
futuras. Quiere decir que si nos llega la cuenta de la energía eléctrica cada mes, pero recibimos un
sueldo quincenal, cada día de pago debemos apartar lo necesario para cubrir la mitad de la cuenta
eléctrica, y esto empezando con un mes de anticipación.
Cómo organizarse
1) Lo primero es sentarse y hacer una lista comprensiva de todos los gastos ordinarios y deudas
para determinado período. Incluir las obligaciones vencidas, corrientes y futuras: todo lo que se piense
gastar próximamente para mantener a la familia.
Si el período más largo entre ciertas cuentas como impuestos o seguros es de un año, la lista
deberá abarcar un año. Pero si el período más largo entre ciertas cuentas es de sólo tres meses, este es
el lapso que deberá cubrirse. Cualquiera que sea el tiempo, anotar todos Ios gastos, periódicos o no, de
que se sabe habrá en ese lapso. Las cuentas del año anterior le pueden servir de guía para formular los
cálculos. Se puede adivinar si es necesario, ¡pero que no se le escape nada! Partidas olvidadas, a
menos que sean de mínima cuantía, pueden descuadrar el presupuesto al hacerse pagaderas.
2) Ajustar cada cuenta al período entre sueldos. Por ejemplo, si se recibe un sueldo quincenal
cuentas mensuales deberán dividirse por la mitad, y las semanales cuadruplicarse. Una cuenta anual se
divide en 24 partes. Proceder de igual manera con todas las cuentas.
Esto da una pauta básica para cada sueldo a medida que se recibe. Por ejemplo, (tomando
cifras imaginarias) para pagar un alquiler mensual de $200 con un sueldo semanal, se apartan $50 de
cada pago recibido. Si se manejan todos los gastos de esta manera, la repartición de cada sueldo será
casi igual. Es decir cada vez que se recibe un sueldo, la lista advertirá exactamente qué cantidad se
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debe apartar para afrontar cada gasto futuro. Así, se tendrán los fondos adecuados para cancelar las
cuentas a medida que lleguen.
Al ahorrar parte de cada sueldo para cuentas futuras, la preocupación de tener que llevar un
presupuesto desaparece.
Ya no se sufrirá la agonía, mes tras mes, de tener que cuadrar cada cuenta con un sueldo
determinado. Es francamente absurdo convertir cada día de pago en una batalla matemática,
especialmente considerando que los gastos son bastantes regulares durante todo el año.
Llevando cuentas
Será preciso llevar algunas cuentas, pero éstas serán pocas y sencillas. Para ello se necesitará
papel y un cuaderno de rayas verticales adecuado.
Designe unas hileras para cada categoría general de gastos anuales. De siete a doce categorías
deben ser suficientes. Si se ponen demasiadas categorías, las cuentas serán excesivamente complejas,
y llevarlas se convertirá en una carga.
En las columnas de cada categoría se registran los depósitos y retiros. Al recibir cada sueldo, se
hacen los depósitos de acuerdo con el programa básico de gastos- ya calculado. Los retiros se hacen a
medida que van llegando las cuentas. Para su información hemos incluido como ejemplo un presupuesto
ficticio. Este le puede servir de guía para que pueda establecer su propio presupuesto.
El dinero en sí puede mantenerse en una cuenta corriente en un banco. Si tiene la costumbre de
pagar en efectivo en vez de utilizar cheques, advierta el peligro de robos; y a ser posible sólo retire del
banco lo que vaya a pagar en el futuro inmediato. Si no tiene facilidad de acceso a un banco,
necesariamente habrá de guardar su dinero en efectivo. En ese caso distribuya en sobres la suma
determinada para cada categoría de gastos. Por lo general una combinación de ambos métodos suele
ser el mejor sistema. El sistema de cheques se presta más para pagar cuentas por correo. El dinero en
efectivo es necesario para las compras de comida y artículos caseros. En esta categoría también
podríamos incluir el dinero de bolsillo y el necesario para ciertas diversiones. Y repetimos que debe
tenerse especial cuidado de mantener este dinero en un lugar confidencial, lejos del alcance de los niños
y de la mirada de los vecinos.
El sistema de contabilidad que acabamos de describir produce dos beneficios sustanciales que
contribuyen a solucionar las deficiencias presupuestales. Primero, elimina el esfuerzo mental de llevar
una contabilidad más compleja, (factor que desalienta a muchos que quisieran intentar un presupuesto).
Segundo, pone freno a los gastos irresponsables. Además este presupuesto nos da la seguridad de no
olvidar nada y de no desperdiciar dinero.
Más aún, nos da el enorme beneficio de poder gastar con libertad. Si hemos apartado fielmente
el dinero de cada sueldo para pagar cada cuenta, entonces podemos gastarlo con la seguridad absoluta
de que lo estamos destinando como debe ser, y que no habría podido gastarse mejor. Esto constituye un
agradable y raro placer cuando se trata de gastar en artículos suntuarios.
Con frecuencia las familias disponen del dinero suficiente para darse ciertos gustos extras. Pero
por falta de un verdadero presupuesto, no aprovechan al máximo lo que tienen. Posiblemente gasten el
dinero en darse esos gustos suntuarios, pero generalmente se sienten culpables. Si hubieran dividido
sus ingresos, incluyendo una determinada suma para cosas extras especiales, podrían adquirirlas con la
conciencia tranquila.
Un esfuerzo conjunto
Una de las causas más frecuentes de disgustos conyugales, aparte de los problemas sexuales,
son los desacuerdos en asuntos de dinero. Miles de matrimonios terminan en divorcio porque Ios
esposos no se ponen de acuerdo en cuanto a la responsabilidad financiera.
El presupuesto es un asunto familiar, y no podrá tener éxito si no hay cooperación entre marido y
mujer. Por ejemplo, si ambos manejan cuentas bancarias y tarjetas de crédito separadas, puede ocurrir
una catástrofe financiera.
Si una familia piensa salir de deudas "apretando el cinturón", esta no puede ser una decisión
arbitraria, sino que ambos esposos deben estar de acuerdo.
Al marido le corresponde dirigir la organización del presupuesto; esta es su responsabilidad.
Pero que coopere con su esposa ya que ella desempeña otro papel fundamental en los asuntos
monetarios de la familia. Ella debe contribuir a la decisión de cómo se va a gastar el ingreso familiar, y
su opinión tiene mucho peso. Si no se toman muy en cuenta las opiniones de la mujer, necesariamente
surgirán los disgustos, problemas y la desunión.
Esto depende de la situación de cada familia, pero quizás la esposa pudiese llevar los libros y
pagar las cuentas. La organización y las responsabilidades individuales varían según las circunstancias
de cada familia. No existe un régimen fijo. Pero hágase lo que se haga, debe hacerse con mutuo
consentimiento. Los sicólogos y expertos en economía doméstica están de acuerdo en que las
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responsabilidades compartidas promueven mayor armonía hogareña, y contribuyen a estrechar los lazos
familiares.
El presupuesto también nos provee de una magnífica oportunidad para enseñar a los niños
muchos principios de administración financiera. ¿Por qué no asignar a cada hijo una suma determinada
(aunque sea pequeña) para enseñarles a "vivir de acuerdo con sus posibilidades"? Si enseñamos a
nuestros hijos el valor del dinero cuando aún son jóvenes, estarán mejor preparados para afrontar sus
responsabilidades económicas de adultos. Démosles una suma regularmente aunque sea pequeña, y
enseñémosles a utilizarla correctamente. Esta constituirá una lección de carácter que jamás olvidarán.
Principio núm. 4 - Vivir de acuerdo con sus posibilidades.
Francamente muchos saben que sus dificultades económicas se deben al hecho de querer vivir más allá
de sus posibilidades. Muchas compras se hacen precipitadamente, y luego vienen el arrepentimiento al
no poder cumplir con los pagos.
El apóstol Pablo dice en el Nuevo Testamento: "... pues he aprendido a contentarme, cualquiera
que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y se tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado,
así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer
necesidad" (Filipenses 4:11-12). Y usted, ¿ha aprendido esta lección?
Es importante para nuestra situación económica el reconocer que, ricos o pobres, endeudados o
no, las posesiones materiales no dan felicidad permanente. Una vez que alcanzamos una forma de vida
mental y espiritualmente estable, comprenderemos que la adquisición de más bienes materiales no da la
felicidad. En vez de emular a los vecinos, aprenderemos a sentirnos satisfechos con lo que tenemos y a
mejorar nuestra situación sólo a medida que el tiempo y el dinero lo permitan.
Utilizando este enfoque básico, presentamos en las siguientes páginas algunas sugerencias
sobre cómo recortar algunos de los principales gastos.
Alquiler.
La vivienda generalmente es considerada una partida intocable en el presupuesto, pero quizá
debemos considerar la posibilidad de mudarnos de barrio si los costos del alquilar o hipoteca, incluyendo
los servicios, impuestos, etc. exceden de la cuarta parle del ingreso bruto. La cuarta parte no constituye
un porcentaje infalible, pero quienes cabe dentro de este límite generalmente van bien económicamente.
Muchas parejas jóvenes cometen el error de comprar "demasiada casa" demasiado pronto, por razones
de prestigio y comodidad. Estos beneficios se aprecian más cuando se espera a obtenerlos hasta
cuando el salario lo permita verdaderamente.
Recordemos el proverbio bíblico: "Prepara tus labores fuera, y dispónlas en tus campos, y
después edificarás tu casa" (Proverbios 24:27). Para un hombre joven es preferible gastar el dinero en
más educación, capacitación, herramientas de trabajo o en un mejoramiento de empleo. Entonces
cuando esté realmente preparado para desempeñar un magnífico puesto, puede pensar en construir o
comprar una casa mejor. Muchos nunca piensan en esa posibilidad.
Ahorrando en el mercado.
Los alimentos son otra necesidad primordial en el presupuesto familiar. Algunos creen que
compran la felicidad adquiriendo alimentos listos para comer o artículos para verdaderos gastrónomos.
Los alimentos más sanos, baratos y sabrosos son los alimentos naturales no procesados, como
verduras, frutas, carnes, leche y granos, ¡tal como Dios los hizo!
Es asombroso ver cuánto podemos ahorrar con una dieta de alimentos naturales. Las papas, o
patatas por ejemplo, cuestan sólo unos pocos pesos el kilo en su estado natural, pero cuesta el doble en
forma de papas fritas en paquete. Los granos naturales también son muy baratos, pero una vez
convertidos en cereales procesados, el costo se multiplica. El maíz en forma de "cornflakes" (hojuelas)
vale muchísimo más que la mazorca cruda. El queso entero es más barato que el queso tajado,
procesado o queso crema.
El costo total de alimentos en promedio, constituye del 25% al 50% del ingreso familiar total. A
medida que aumenta el ingreso, este porcentaje disminuye. Usted puede ahorrar por lo menos, la
décima parte de su presupuesto alimenticio comprando alimentos no procesados. Pero el máximo ahorro
en alimentos se logra comiendo en casa y no en restaurantes. Las familias urbanas suelen gastar mucho
dinero de esta manera. Puesto que los precios son mucho más altos, aun en los restaurantes populares,
usted hará muy bien en quedarse a comer en casa.
El uso correcto del presupuesto alimenticio puede ahorrarle a la familia una bonita suma anual.
Miles de familias lo hacen, y el esfuerzo les ha dado más felicidad y mejor salud.
Ropa.
EI presupuesto para ropa también consume buena parte de nuestro ingreso, según el país,
temporada y tipo de ocupación. El secreto está en comprar únicamente ropa de calidad y de estilos
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clásicos que no pasan de moda, en vez de lanzarse a comprar los últimos modelos. Así se ahorra un
buen porcentaje del presupuesto para vestuario. Quien utiliza la moda como una "muleta" social, podría
estar tratando equivocadamente de comprar la felicidad.
Además, sí es posible conseguir ropa clásica que está de moda y que lo estará durante mucho
tiempo y que además durará por su calidad.
Aun disponiendo del dinero, es absurdo comprar piezas de ropa que hoy están de moda pero
que se verán mal el año entrante. Estos principios nos ayudarán a ahorrar una cantidad significativa en
el presupuesto anual para vestuario.
Transporte.
La mayoría de las familias también pueden ahorrar en el transporte si se lo proponen. Por
ejemplo, no sucumba ante la tentación de adquirir un carro nuevo, y quédese con el que tiene si está en
buenas condiciones. El nuevo podrá darle más "prestigio", pero los pagos mensuales consumirán buena
parte de sus ingresos.
Cuidado con comprar un automóvil costoso destinado a desvalorizarse rápidamente. Hay otros
que conservan su valor más tiempo. ¿Qué tal si compra uno de segunda mano en buen estado y con
poco uso? En vista de la crisis energética actual, tal vez convendría un auto pequeño que consuma
menos gasolina.
Conducir bien también ahorra dinero. El seguro para automóviles depende en parte de los
accidentes que se hayan tenido. El costo de mantenimiento es proporcional a los buenos hábitos de
conducción. El arranque rápido, la velocidad excesiva y los frenados en seco deterioran el vehículo. Y si
se causa algún daño a otro automóvil, las cuotas del seguro podrán aumentar durante mucho tiempo.
Parece obvio que el evitar cualquier tipo de accidentes nos ahorra dinero. Los accidentes serios
pueden evitarse en gran parte si conducimos con educación y cuidado, y tomamos medidas de
seguridad en el hogar. Una dieta apropiada dictada por el sentido común y por las leyes bíblicas reduce
notoriamente ciertas enfermedades costosas (por ejemplo, el cáncer y las enfermedades cardíacas y
vasculares).
La mayoría de las familias gastan del ocho al diez por ciento de sus ingresos anuales en cuentas
de salud. La familia que sigue las leyes naturales de la salud, puede disminuir este porcentaje a la mitad.
Las drogas son sumamente costosas por su gran demanda, pues la gente quiere "sentirse bien".
En cierta forma el público está costeando la educación del farmacéutico, la carrera del médico y las
campañas publicitarias de las compañías productoras.
Sería mejor concentrarnos más en un estilo de vida que nos garantizara una salud mejor.
También se puede ahorrar dinero cuando se trata de cosméticos. Los distribuidores de
cosméticos no tienen la menor intención de dar un servicio al público cuando convierten materia prima
por valor de pocos centavos en un costoso lápiz labial. Sostienen que lo hacen para que la gente "se
sienta mejor". Precisamente. Pero, ¿para qué esconderse detrás del maquillaje? ¿Por qué no demostrar
lo que somos y mejorar nuestra imagen mediante una dieta adecuada, un porte apropiado y buen
cuidado de nuestra persona? ¡Hay que adquirir una apariencia natural de una manera natural! Además
es un verdadero ahorro.
Cuidar lo que se tiene.
En estos tiempos modernos, es fácil ser descuidado con lo que tenemos y aceptar de antemano
la corta vida de nuestras pertenencias. Se demuestra poco interés por el mantenimiento preventivo,
como la revisión periódica del automóvil, las alambreras de las ventanas, la lavadora, la estufa, el techo,
la bicicleta, etc.
Embolar zapatos correctamente, aprender a desmanchar alfombras y manteles, proteger las
mesas con porta vasos para evitar que se manchen, limpiar los zapatos al entrar en la casa, etc. La lista
es casi interminable e incluye todos los artículos que poseemos o utilizamos.
Tener nuestras posesiones en buena condición nos ahorrará dinero en arreglos, mantenimiento
y reemplazo de artículos desgastados.
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MODELO DE
UN PRESUPUESTO
PARA EL HOGAR
Mes
Fecha
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
Ingresos Alimentación Vivienda Transporte Vestuario Otros Gastos Ahorros
Recordatorio
20 - 27%
200
30 - 37%
74
25
25
200
74
25
35
4 - 5%
0,50
"
"
"
"
"
"
"
"
2,00
0,50
0,75
0,75
0,50
"
"
"
"
"
"
"
"
"
1,00
0,50
"
"
"
"
"
"
Ingresos
Cantidad efectiva
Cantidad presupuestada
Gastos en exceso
Economías
400,00
400,00
2 - 3%
25%
40,00
3%
6,00
5,00
1,00
8,00
2,00
40,00
6,00
3,00
1,50
9,50
Gastos
110,00
108,00
2,00
148,00
148,00
18,00
20,00
2,00
7
15,00
12,00
3,00
95,00
100,00
5,00
12,00
12,00
Método de emergencia
para salir de deudas.
Aunque usted se proponga desde ahora vivir de acuerdo con sus posibilidades y no comprar
absolutamente nada más a crédito y aunque usted lleve un presupuesto para ir saldando poco a poco
sus deudas anteriores, ello quizá no baste como solución completa, si se encuentra profundamente
endeudado.
¿Por qué? Porque mientras que usted puede amortizar un poco más mensualmente, si las
deudas ascienden a cifras realmente grandes ¡quizás no podrá salir de ellas antes de cinco o diez años!
Los años de adeudamiento son años deprimentes, por la tensión financiera constante. La vida es
demasiado corta y demasiado preciosa para que se justifique mantener esta situación año tras año.
Para lograr un avance significativo en la cancelación de deudas, tendremos que recortar nuestro
nivel de vida al de "estado de emergencia". La mayoría de las personas pueden salir de sus deudas en
uno o dos años, recurriendo a este "estado de emergencia".
Estudie todos sus gastos. Busque la manera de hacer recortes de emergencia viviendo muy por
debajo de sus ingresos actuales. Decida qué cosas se pueden eliminar del todo. ¡Hay que sacrificarse!
Cuanto más sacrificio se haga ahora, más pronto se logrará ser feliz.
Considere primero su automóvil. Pregúntese si le es posible prescindir de él. Mantener un
automóvil puede costar tanto como mantener un hijo. Por eso, tal vez convenga librarse del coche.
Quizás tenga algún conocido en la empresa donde usted trabaja que lo pueda llevar a la oficina. Quizás
pueda caminar, tomar un autobús o ir en bicicleta. El dinero obtenido en la venta del automóvil más el
que se ahorrará en mantenimiento le ayudará a salir de deudas.
También puede contemplar la posibilidad de vivir más cerca del lugar de trabajo o de una tienda
donde su esposa pueda ir a pie. Pero considere la situación en cuanto a la criminalidad reinante en
ciertos "barrios económicos", pues sus finanzas podrán mejorar pero podría ser un mal negocio desde el
punto de vista humano.
Se puede reducir grandemente el alquiler tomando una casa más económica. La pintura y el
trabajo realizado por uno mismo resultan económicos. Una vivienda provisional económica puede
convertirse en un hogar atractivo si nos proponemos arreglarla.
También se pueden reducir los gastos en alimentos. Si bien es imprescindible la buena
alimentación de la familia, se puede lograr con costo menor. Se ahorra dinero comprando alimentos en
promoción, y cuando le sea posible, en mayor cantidad. La esposa puede hornear el pan y la familia
unida puede cultivar un huerto. Los cortes de carne más baratos son tan nutritivos como los más
costosos.
Podemos eliminar totalmente todo lo que no sea absolutamente necesario para la buena salud.
Si se lo propone, podrá encontrar muchas otras formas de ahorrar dinero.
Realmente no es demasiado pedir, tratándose de una emergencia. Y la familia se puede divertir
convirtiéndolo en juego.
Ir a almorzar a un parque cercano puede ser una diversión familiar, en vez de almorzar en un
restaurante. Los juegos en casa y la conversación con la familia son más económicos que asistir a
espectáculos públicos, y emocionalmente más edificantes. De vez en cuando podría planearse un paseo
a las montañas o a la playa con otra familia que sí tenga automóvil.
Pero no hay que darse por vencido después de uno o dos meses. Se necesita fuerza de
voluntad y constancia. Se dará cuenta que valió la pena sacrificarse cuando vea que mes tras mes sus
Arch. IDD Chile
deudas se van esfumando. Θ
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