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Cómo evitar
que se pierda
nuestra salud
Por: Dr. Medardo Rosales
La entropía es una palabra que se utiliza
en física, química, informática, y otras
ciencias. La definición más exacta de
entropía, es la degradación continua de
un sistema o una sociedad, o desorden y
caos en general; también describe lo
irreversible de los sistemas, la evolución y
la transformación de las cosas, hacia una
condición sostenible desde el punto de
vista energético. En física, entropía significa
que todas las cosas tienden a degradarse
hasta llegar a su forma más elemental,
con un mínimo consumo de energía.
El cuerpo de cada persona no se escapa a
la entropía, su degradación es permanente;
de hecho, “nacer es empezar a morir”
(Teófilo Gautier). Sin embargo, una persona
proactiva reduce al máximo el deterioro
biológico que producen los años, ya que
envejecer no es enfermarse.
La entropía en el organismo de cada persona está representada por la enfermedad, la
incapacidad y finalmente la muerte, nadie
se escapa a cualquiera de estas tres situaciones clínicas. La última condición sería el
estado más esencial, de algo que en algún
momento tuvo orden, autonomía y energía.
El daño orgánico de las enfermedades
crónicas adquiridas por el hombre o los
casos de muerte por infarto, por ejemplo,
no inician cuando los síntomas aparecen,
inician tiempo atrás sin mostrar síntomas. El
infarto del miocardio que muchas personas
lo están sufriendo después de los 40 años,
tiene una explicación genética que lo condiciona, pero también factores ambientales
que favorecen su desarrollo desde las
primeras décadas de vida, donde los
padres de familia podemos intervenir.
“El mundo material pasa de estado
ordenado a un desorden creciente,
y el estado final del universo será
el de máximo desorden”
Rudolf Arnheim
Los factores ambientales son, el estrés, el
sedentarismo y los malos hábitos alimenticios. En el caso del niño, los dos últimos son
los factores más importantes en el origen del
daño arterial, desde edades tempranas.
La aterosclerosis es una enfermedad que
predispone al infarto cerebral y cardiaco, se
caracteriza por el crecimiento de placas en
el interior de las arterias o por endurecimiento de las mismas. Las dos situaciones clínicas se deben a la acumulación de grasa,
colesterol, calcio y otras sustancias. El infarto
se produce por el taponamiento total de la
luz del vaso por el crecimiento de una de
estas placas.
El accidente cerebrovascular que incluye el
infarto del cerebro y la ruptura de una arteria, conocido comúnmente como “derrame
cerebral”, es debido al taponamiento de
una arteria en el primer caso y a una ruptura
de la misma, en el segundo.
Como van las cosas, la aterosclerosis será
un problema cada vez más frecuente en
los jóvenes y su causa principal no es la
predisposición genética, son los malos
hábitos alimenticios desde la niñez.
Un estudio llevado a cabo en USA por
E. Murat Tuzcu y colbs. encontró que la
prevalencia de aterosclerosis es del 17%
en menores de 20 años y del 85% en las
personas de 50 años de edad. Esta investigación también reveló que el daño arterial
se estaba produciendo desde la niñez; de
hecho, se encontró que 1 de cada 6
adolescentes ya tenían aterosclerosis.
Este es uno de los tantos ejemplos de
aceleración de la entropía en la salud,
que la sociedad moderna está viviendo
cada vez con más frecuencia.
“Nacer es empezar a morir”
Sin embargo, si se es proactivo
se reduce el deterioro biológico
Teniendo en cuenta que el problema puede
empezar durante la niñez, aunque la enfermedad se exprese en el adulto, quienes
tenemos la obligación moral de cuidar el
organismo de los niños, somos sus padres.
Nunca en la historia de la humanidad se
había visto tal sedentarismo en el niño,
además de una alimentación tan dañina.
Los alimentos causantes del daño arterial
y de los problemas metabólicos como la
obesidad, hipertensión, diabetes, hígado
graso, son los siguientes:
1. Comidas tipo rápido.
2. Todo tipo de golosinas ricas en azúcar.
3. Alimentos fritos: Nuggets, deditos, papitas
fritas, buñuelos, pollo apanado, salchipapas,
empanadas, patacones y entre otros.
4. Exceso de grasa o de mantequilla.
5. Alimentos industrialmente preparados
ricos en carbohidratos y grasa.
6. Exceso de comida.
Los alimentos que disminuyen el
riesgo de aterosclerosis son los
siguientes:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Todo tipo de frutas.
Todo tipo de verduras.
Todo tipo de leguminosas.
Cereales integrales.
Aceite de oliva.
Alimentos de mar.
Frutos secos.
Un padre responsable
e s un padre proactivo,
actúa antes de que
sucedan los problemas
Estimados padres de familia, entiendo
que es difícil alimentarse correctamente en
medio de tanta publicidad engañosa, de
tanta disponibilidad de comestibles insanos
y de la falta de redes de apoyo en una
sociedad facilita y consumista, pero aunque
les parezca absurdo lo que les voy decir,
cada vez que nosotros les damos a nuestros
hijos uno de los alimentos que promueven la
aterosclerosis o dejamos de darles los que
disminuyen el riesgo, estamos favoreciendo
la entropía en el cuerpo de nuestros hijos,
estamos promoviendo el daño orgánico,
daño que un día se expresará como
enfermedad o muerte prematura, solo
es cuestión de tiempo.
Los padres solamente podemos depurar
el deterioro ineludible del organismo de
nuestros pequeños hijos; para lograr tal
propósito, debemos ofrecerles las
mínimas condiciones de salud y sobre
todo, una alimentación saludable, al
menos mientras ellos estén bajo nuestro
control. El problema es que sin darnos
cuenta, a menudo estamos haciendo
lo contrario, acelerando el proceso de
destrucción.