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8/6/11 12:36 Página 3 Verano 2011 001 Portada 031 3,90€ (IVA incluido) Verano 2011 Festivales de verano ■ Marcus Miller: 25 años de Tutu ■ Martí Serra, infusión de jazz Más Jazz R E Jazz y Rock, I S S DO amigos para siempre ■ Brad Mehldau ■ The Bad Plus ■ The Thing ■ Cassandra Wilson ■ Herbie Hancock s e l va ano i t s r Fe e ve d Int. San Javier izda 28/5/11 19:11 Página 4 P/ San Javier drcha 28/5/11 19:43 Página 4 02 Editorial Ver'11 12/6/11 12:09 Página 4 Editorial Verano 2011 EDITORIAL es una publicación de Orfeo Ediciones, S.L. Avda.deEspaña,133-bloque3,ofic.2 28231 Las Rozas - Madrid Teléfono: 91 351 02 53 (10 líneas) Fax y contestador: 91 351 05 87 e-mail: [email protected] Director de Más Jazz Manuel I. Ferrand Colaboran en este número Jorge López de Guereñu Pachi Tapiz Kwame Dixon Juan Carlos Abelenda Ángel Gómez Aparicio José Armenta José Migue Usábel Ilustraciones (portada e interior): Jorge López de Guereñu Fotografías originales: Sera Martín (The Thing) Carmen Llussá (Martí Serra, Brad Mehldau) PUBLICIDAD: 91 351 02 53 Gerardo Martínez-Blanco [email protected] Diseño y maquetación José-Luis Blanco y Quiñones Imprime Icono Imagen Gráfica, S.A. Dep. Legal: M-21540-1996 ISSN: 1138-5405 Impreso en España/Printed in Spain Esta revista ha recibido una ayuda de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas para su difusión en bibliotecas, centros culturales y universidades de España, para la totalidad de los números editados en el año 2011. MÁS JAZZ no se hace responsable de las opiniones vertidas en los reportajes e informaciones firmadas. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en todo ni en parte, ni registrada en, ni transmitida por cualquier sistema sin el permiso previo por escrito de la editorial. 4/ Más Jazz Verano 2011 Con la pequeña ayuda de nuestros amigos del rock... C uando Miles Davis publicó “You’re Under Arrest” en 1985 no pocos críticos se le echaron encima convencidos de que la elección del repertorio, que incluía “Human Nature” de Michael Jackson y “Time alter Time” de Cindy Lauper, obedecía más a criterios comerciales que a decisiones artísticas. También sirvió la aparición del disco para que Wynton Marsalis, todavía tan joven pero ya convertido en adalid de las esencias, propugnara un rotundo “esto no es jazz”. Y de paso pudo ayudar a que Miles entrara, al cabo de los años, en el Rock and Roll Hall of Fame. Es probable que aquel disco no figure entre las obras maestras esenciales de Miles Davis, pero visto desde la perspectiva de hoy, el gesto de incluir aquellas pegadizas melodías –que después el trompetista vendría repitiendo hasta la saciedad en sus conciertos-, supuso un antes y después en cuanto a la consideración de la música pop y rock como materia de recreación jazzística. En un mundo como el del jazz, en que siempre ha sido más importante el cómo que el qué, era cuestión de tiempo que el que se absorbieran temas del rock contemporáneo como signo de normalización sin que ello conllevara la sospecha de lo comercial. A nadie se le ocurre pensar seriamente que la elección, por parte de algunos de nuestros jazzmen más sofisticados, de canciones de Bowie, Oasis, Paul Simon, Pixies, Nirvana, Pavement, Dylan, Bjork, Beatles o Radiohead, no esté fundamentada en criterios artísticos: son temazos que reflejan con fidelidad una época y que ensanchan y actualizan un repertorio, el jazzístico, que con frecuencia se ha venido retroalimentando con excesiva arrogancia. No es casualidad que el fenómeno se haya multiplicado justo ahora en que el conjunto de la gran biblioteca universal de la música está al alcance de cualquiera. Todo lo que conlleva abrir nuevas perspectivas, trae al final aire fresco, nuevos sonidos, nuevas actitudes. En este caso, con la pequeña ayuda de los amigos del rock… ■ 02:05 Página 4 4 Editorial: Con la pequeña ayuda de nuestros amigos del rock... 6 Noticias SUMARIO 8/6/11 Sumario Verano 2011 ANGEL GÓMEZ APARICIO 10 Martí Serra. Infusión jazzística JUAN CARLOS ABELENDA Marcus Miller: 25 años de Tutu. – Entrevista a Marcus Miller – Tutú revisited JORGE LÓPEZ 46 DE GUEREÑU Jordi Pujol: El gusto por la música JUAN CARLOS ABELENDA 26 Dossier JAZZ Y ROCK: Amigos para siempre — — — — — 44 Tócala otra vez, Brad JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU Brad Mehldau JUAN CARLOS ABELENDA The Bad Plus KWAME NIXON The Thing PACHI TAPIZ Jazz y Rock: una discografía J.L.DE GUEREÑU Guía de Festivales 62 PACHI TAPIZ 62 Benoit Delbecq: Un gran pianista de un pequeño planeta JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU 10 14 10 20 10 Raynald MarcusColom Miller Raynald JordiColom Pujol Novedades discográficas Raynald Colom Martí Serra 66 30 Brad Mehldau 14 Benoit Delbecq Sumario Ver'11 Verano 11 Más Jazz/ 5 Noticias V'11 7/6/11 23:31 Página 6 La improvisación desde dentro por Derek Bailey, el cosmos de Sun Ra, Jazz y alrededores NOTICIAS L Bill Dixon La obra maestra restaurada: Bill Dixon I Intents and Purposes es de esos discos tenidos por cruciales y escasamente conocidos dada su limitada accesibilidad. Editado en 1967 por RCA Victor, nunca más vio la luz, por más que se anunció una tirada por la RCA francesa en los años 90 que nunca llegó a tener lugar. Ahora acaba de ver la luz en edición limitada por International Phonograph, Inc. remasterizado por Jonathan Horwich –una magnífica iniciativa porque el sonido original siempre había sido difuso y de escaso relieve–. Intents and Purposes suena, efectivamente, como ningún otro disco, ni de entonces y ni de ahora. Una excepcional piedra angular reeditada con el respeto que merece. Estudios académicos sobre el Jazz T he Journal of Jazz Studies antes el Annual Review of Jazz Studies en su versión impresa se ha convertido en una publicación digital que bajo la licencia de Creative Commons puede descargarse desde http://jjs.libraries.rutgers.edu/index.php/jjs Publicado por la Universidad Estatal de Nueva Jersey en Rutgers, y con Dan Morgenstern entre sus editores, su Volumen 7 Nº1 incluye un magnífico estudio sobre el Verona Rag de Andrew Hill. 6/ Más Jazz Verano 11 a improvisación: Su naturaleza y su práctica en la música de Derek Bailey se ha convertido en una referencia inevitable en toda discusión sobre el tema. No sólo por el terreno cubierto por el guitarrista (música india, flamenco, barroco, música de órgano, rock, jazz, free music…) sino por la visión de primera mano ofrecida por músicos como John Zorn, Jerry García, Paco Peña, Steve Lacy, Earle Brown, Max Roach, Evan Parker, Ronnie Scott… Publicado por primera vez en 1980, recibió una actualización en 1992 don motivo de su edición norteamericana, a partir de la cual se ha traducido al castellano por Mariano Peyrou para esta edición de Trea en su colección Artes. El libro está doblemente prologado por Agustí Fernandez y por Ildefonso Rodríguez. Libertos pone en circulación el libro Sun Ra. Entrevistas y Ensayos, de John Sinclair, activista underground, manager de los MC5 y proselitista del músico de Saturno. Como corresponde a su Derek Bailey autor, el libro ofrece una serie de visiones de una órbita distinta a la habitual, con momentáneos cruces con la tradición jazzística o el continuum de la música afroamericana. Finalmente arte-facto (Colectivo Cultura Contemporánea) lanza In’n out jazz: In-fusiones de jazz, un trabajo en el que se reúnen escritos de Luis Clemente sobre jazz y flamenco, Chema García Martínez o Luc Delannoy, con edición de Julián Ruesga Bono. John sinclair Impulse, 50 años L a casa que construyó Trane, la de los discos de característicos lomos naranja y negro que resaltan en toda colección de discos, la editora de tantas obras maestras cumplió 50 años en abril. En recuerdo se edita First Impulse: The Creed Taylor Collection, un recopilatorio de los seis primeros discos lanzados por el sello: The Great Kai and J.J., Genius + Soul = Jazz de Ray Charles, The Incredible Kai Winding Trombones, Out of the Cool de Gil Evans, Blues and the Abstract Truth de Oliver Nelson y Africa Brass de John Coltrane. En este se incluye una toma inédita de Laura. La celebración incluye una serie de conciertos en el Jazz Standard en el que se recrean los discos citados y exposiciones del legado visual del sello en festivales como el de Monterey y North Sea ¿El presente? Como todo en el frente discográfico, una incógnita. Impulse Noticias V'11 7/6/11 23:31 Página 7 Wadada, en ensemble eléctrica adada Leo Smith ya tiene preparado en Cuneiform, Heart’s Reflection, un doble album interpretado por Organic una banda de catorce miembros mayoritariamente eléctrica, con Brandon Ross, Michael Gregory, Lamar Smith y Josh Gerowitz a la guita- Evan Parker Grabaciones esperadas E l sello canadiense Barnyard Records lanzó el pasado año el disco en solitario de William Parker At Somewhere There, un club de Toronto. No es el único artista de relieve mundial cuyos discos lanzan: este año se han hecho con Evan Parker, cuya visita en 2009 al mismo club, con Wes Neal al bajo y John Sorbara, a la batería, ha dado lugar a su propio At Somewhere There. Artistas multisellos ambos, Parker ya tiene preparados dos en su habitual AUM Fidelity, el segundo disco de Farmers By Nature (su trío con Craig Taborn y Gerald Cleaver) y Planetary Unknown con David S. Ware, CooperMoore y Muhammad Ali. Paul Motian cumple 80 años E l secreto de la durabilidad creativa de músicos como Lee Konitz, 84 años, es legendario. Paul Motian, quien le acompaña Con Charlie Haden y Brad Mehldau en su reciente Live at Birdland en ECM, le va poco a la zaga. El batería cumplió los 80 el pasado abril y en homenaje no solo se ha editado su The Windmills of Your Memory (Winter & Winter), un nuevo volumen de temas de Broadway, esta vez con Petra Haden, Bill Friselll y Thomas Morgan, sino que músicos como Joel Harrison o Martin Speake han puesto en marcha grupos de gran calado sobre la música del batería. Harrison, un especialisimo sexteto de cuerdas (cuarteto + dos guitarras) con el que ha editado The Music of Paul Motian (Sunnyside), el saxofonista británico ha puesto en marcha un cuarteto bajo la misma denominación aún inédito discográficamente, con el guitarrista Mike Outram el tuba Oren Marshall y el batería Jeff Williams. rra, Skuli Sverrisson and John Lindberg al bajo; Angelica Sanchez al piano; Stephanie Smith al violín; Casey Anderson al alto; Casey Butler al tenor; Mark Trayle y Charlie Burgin al laptop y Pheeroan AkLaff a la batería. Muy apetecible. 100 de Gil Evans E l próximo 2012 se cumple el centenario del nacimiento de Gil Evans. En su conmemoración el compositor y arreglista Ryan Tuesdell, copista de Maria Schneider, ha puesto en marcha el Gil Evans Centenal Project en el que partituras inéditas del músico canadiense están siendo y serán interpretadas en diversos festivales, y serán editadas el 13 de mayo de 2012, fecha en la que se cumple el centenario. Tuesdell ha tenido acceso ilimitado a los documentos de Evans, y ha podido rescatar obras de toda época: “vi miles de partituras manuscritas, más de las que podía contar. En el proceso, me di cuenta de que muchas no habían sido nunca grabadas…” Entre ellas se encuentran desde una pieza de su época con Claude Thornhill, una destinada a Astrid Gilberto y una para una formación de 27 instrumentistas. En el proyecto, que será editado por Artrist Share siguiendo su individual filosofía, colaboran Frank Kimbrough, Joe Hollenbeck … gilevansproject.com Verano 11 Más Jazz/ 7 NOTICIAS W Noticias V'11 7/6/11 23:31 Página 8 Los fondos inextinguibles de Miles Davis N NOTICIAS iles David parece terreno abonado para la monumentalidad y la cofremanía. El último es la edición ampliada de Tutu por Warner BROS, con temas inéditos y versión de luxe. El mismo disco ha sido objeto de revisión por Marcus Miller con Christian Scott en el papel de Miles en Tutu Revisited (doble en Dreyfus). Finalmente Tagle Vision pondrá en circulación la integral de los conciertos grabados por Davis en Montreux, esta vez en fastuoso estuchado. Braxton Braxton a gran escala L a nueva web dedicada a la obra de Antony Braxton ha abierto, http://tricentricfoundation.org/ en lo que quizás sea el intento más ambicioso de articular y dar difusión a la obra de un músico de jazz vivo. Desde ella se puede tner acceso a todo tipo de material impreso, visual y sonoro relacionado con Braxton de una manera claramente organizada. Y además está New Braxton House que mensualmente lanza dos discos descargables desde su página en cualquier formato, de obras actuales a reediciones y raras grabaciones de los años 70. Los subscriptores pueden hacerlo por doce dólares mensuales. La obra de Braxton, cuyo caudal y concepción había sobrepasado los límites de lo discográfico, había nacido para encontrar un medio como este. Alexis Cuadrado Flamenco + NY: Noneto Ibérico T Primera banda sonora de Ken Vandermark V andermark estudió cinematografía y no pocas de sus dedicatorias son a cineastas. Su Frame Quartet se inspira en las técnicas cinematográficas. Ahora el sello polaco Multikulti lanza su primera banda sonora, la del documental Strade d'Acqua (Caminos de Agua) del director Augusto Contento. Grabada en 2008, está interpretada por el Predella Group:Jeb Bishop, Jaimie Branch, Tim Daisy,Fred Lonberg-Holm, Nate McBride, Jeff Parker y Vandermark. La película puede verse on line en http://www.cineacq ua.com/ 8/ Más Jazz Verano 11 odo gira alrededor del 9 en este disco de Alexis Cuadrado. Nueva piezas sobre nueva palos flamencos interpretados por nueve músicos que muestran la doble vinculación del contrabajista, la americana, con lo mejor de la escena neoyorkina, con Avishai Cohen a la trompeta, Loren Stillman a los saxos, Alan Ferber al trombón, Brad Shepik a la guitarra, Dan Tepfer al piano y Mark Ferber a la batería, y la flamenco-ibérica, con Perico Sambeat y Marc Miralta, e Israel Suárez "Piraña", Tomás Moreno "Tomasito" y Blas Córdoba “Kejío”. El contrabajista se obsesionó con el flamenco hace alrededor de cinco años y empezó a transcribir cosas para su entonces Trío Ibérico. Una beca ha hecho que se expanda a un noneto. Cuadrado extrae recursos de toda procedencia, así Por la Mínima mezcla bulerías con minimalismo y Tocar y Parar alegrías con contrapunto barroco. Noneto Ibérico, publicado por Brooklyn Jazz Underground, ha sido calificado de épico, y no se han quedado cortos. 7/6/11 23:31 Página 9 Otras compras: La Historia del Jazz en App y un reloj In-fusiones de Jazz: el jazz como género híbrido T E enía que llegar y aquí está, un atlas histórico de la Historia del Jazz en App. Desarrollado por 955 Dreams, fue idea de su fundador, aficionado al jazz él mismo, y por un precio módico, 9,95 dolares, la aplicación está recibiendo excelentes reseñas por su amplitud de los videos y audio clips que incluye, con una lista de temas y álbumes esenciales ampliados para su uso en iTunes. Sus contenidos son renovados mensualmente. Por su parte la compañía relojera Oris anuncia para este otoño un nuevo modelo inspirado y dedicado a Chet Baker. Sabedores del amplio numero de seguidores del trompetista, su lanzamiento se ha hecho coincider con el biopick sobre Baker actualmente en fase de producción. Matana Roberts, abriendo brecha B uscan riqueza de concepto? Matana Roberts, saxofonista perteneciente a la AACM, lleva trabajando desde 2006 en Coin Coin una obra autobiográfica consistente en 12 capítulos de los que lleva compuestos seis. Sus letras tratan de temas de la historia Afroamericana desde 1685, de cuando datan las primeras pruebas de los ancestros de la saxofonista, a un enfoque más universalista en nuestros días unidos por el nexo común de la Gran Migración del siglo XX; sus partituras mezclan la escritura con la partitura gráfica y la improvisación. “Comencé Coin Coin para crear mi propio sistema compositivo, algo que entonces llamé, Quilt sonoro panorámico”, dice, algo que da a entender el carácter de asociación libre que gobierna el proyecto con su mezcla de swing, blues, cantos de plantación, nanas y Free. Coin Coin Chapter One: Gens de Couleur Libres ha sido editado por Constellations, sello relacionado con Godspeed You! Black Emperor, mientras su reciente Live in London en cuarteto lo ha sido por Central Control, de Barry Adamson. Matana Roberts l libro In’n Out: Infusiones de Jazz, publicado por el Colectivo Cultura Contemporánea Artefacto, reúne textos de diversos autores (Norberto Cambiasso, Luis Clemente, Luc Delannoy, Chema García Martínez, Santiago Tadeo, Daniel Varela y Julián Ruesga Bono, éste último como editor), que tratan de contemplar el jazz desde la intersección con otras músicas: el flamenco, la música latina, la música contemporánea, la electrónica o la reinterpretación europea. La internacionalización del jazz, vienen a decir sus autores, no es sino el producto de su carácter heterodoxo. "Low Down" una película sobre Joe Albany T ras su nominación a los Oscars por The Kids Are All Right, Mark Ruffalo se mete bajo la piel de un personaje muy distinto, el pianista Joe Albany observado desde la perspectiva de su hija de once años. De hecho el guión del que una vez fuese pianista de Charlie Parker, destrozado por su adicción a la heroína, ha sido escrito por su hija Amy Albany, con Topper Lilien. Ruffalo será también productor ejecutivo de un proyecto destinado al circuito independiente. Verano 11 Más Jazz /9 NOTICIAS Noticias V'11 6/6/11 21:07 Página 10 MARTÍ SERRA Marti Serra 10/ Más Jazz Verano 11 Marti Serra 6/6/11 21:08 Página 11 Infusión jazzística POR JUAN CARLOS ABELENDA Martí Serra es un saxo tenor ya imprescindible en la escena nacional por su versatilidad y por la acusada personalidad de su toque. Asentado desde tiempo atrás como músico acompañante de multitud de sesiones, su excelente segunda grabación en el mercado discográfico (Tea Time, Nómada 57, 2010), nos muestra las virtudes de un excelso compositor y de un saxofonista dotado de una singular combinación de sobriedad y determinación. — ¿Porqué tu segundo trabajo como líder lleva un título tan explícito y a la vez tan poco jazzístico? — El título de este trabajo Tea Time, comenzó de una forma casual. El año pasado estuvimos tocando con el trío y estuvimos trabajando sobre la improvisación, en concreto la improvisación libre y la improvisación colectiva. Aprender a construir piezas de forma improvisada; no me gusta hacer servir la palabra free jazz, porque denota un determinado estilo, pero si que lo llevamos a cabo comenzaba de cero. Cuando hablo de que free jazz es porque denota un estilo y lo relacionamos con la corriente de los años 60 y como una forma transgresora. Tal y como lo entendíamos nosotros era construir una cosa nueva, pero si salía alguna cosa tonal o melodiosa también nos era válido, es decir, no nos cerrábamos a nada, ni buscábamos ningún estilo en concreto. Estas sesiones yo las gravé y les comencé a poner títulos, y como quedábamos por la tarde, surgieron de forma no pensada los mismos, no era una música inspirada en una cosa concreta, sino la que surgía de un momento determinado. Después a la hora de comenzar a trabajar en el disco, este material improvisado me sirvió para componer los temas del mismo. Lo del te poco a poco fue cogiendo forma, y en concreto lo que encuentro del mimo no es la bebida en sí, sino el ritual que comporta. La hora del te es un momento que los ingleses lo tienen como sagrado, es un momento para hacer una parada, un momento para estar con otras personas y para compartir, es un momento que uno se puede dar a uno mismo, y que implica un ritual. Además es una bebida presente en muchas culturas, y lo es como un momento o una ceremonia de poner en contacto el hombre con otras personas. Poco a poco todo esto del te lo fui relacionando con la música. La música también es un ritual que se disfruta del momento presente; la música es tiempo. Tanto el te como la música comparten la misma idea, es decir, es un momento que paramos nuestra actividad y nos dedicamos a disfrutar de ese instante. Todo esto me hizo poner unos títulos determinados a mis composiciones, todas ellas menos dos están relacionadas con el te y se conforman como un todo unitario. — ¿Se podría decir que estas composiciones van más allá de la música? — Una cosa importante a tener en cuenta es el humor. Cuando digo los títulos de los temas en los conciertos siempre hay como una pequeña sonrisa, por tanto esta circunstancia me parece bien. Otra cosa a tener en cuenta es que, como en todas las obras de arte un puede profundizar mucho más, y también depende del artista que lleva a cabo la obra. Con los títulos uno puede darle el significado que quiera. — ¿Qué hay en esta música que evoque la hora del te? — No, pero para una persona en concreto si que puede evocarle esta idea del te. El espectador es quien de alguna forma pone el significado, y esto lo he buscado con la notas que acompañan el disco, es decir, he emplazado al espectador a un juego, yo propongo un contexto determinado (el te) y el espectador se escucha esta música con esta intención. Todo y que es verdad que algunos temas como por ejemplo “Please, Do Come In” es como una obertura y tiene un aire de bienvenida, la música es muy melodiosa; o “Milk, No Sugar”, es, vamos a la cuestión, vamos a hacer un te. — El hecho que parte de la música este concebida como una suite, ¿como influye en el desarrollo de la misma en todo el proyecto? — Yo me considero en principio un improvisador, y para este proyecto personalmente para mí la composición fue todo un reto; para este trabajo me lo tome muy en serio. Mucha de la música de este disco sale de material improvisado, tal y como he comentado antes, y de alguna forma se conecta con mi persona y como improvisador que soy. Esta música la trabajé muy intensamente y de forma muy seguida. Una de mis preocupaciones como compositor, puede ser porque vengo de una formación clásica, es la forma, la estructura. Verano 11 Más Jazz/ 11 MARTÍ SERRA Martí Serra MARTÍ SERRA Marti Serra 6/6/11 21:09 Página 12 El jazz a nivel formal no tiene la riqueza que tiene la música clásica, precisamente porque hay mucha improvisación. En un trabajo de Brad Mehldau House on Hill, se hablar del conflicto que hay entre composición e improvisación, y venia a decir que cuanto más completa y compleja es la composición menos espacio hay para la improvisación, y también al revés, si se da mucho espacio a la improvisación, la composición queda en un segundo plano. Esta lucha a mi me parece muy interesante. En el jazz la estructura formal es el tema y las variaciones, y yo lo que quería era explorar otras posibilidades. En este caso tengo un referente para mi que es el cuarteto de Wayne Shorter; cuando voy a un concierto de este grupo no se lo que esta escrito y lo que está improvisado, para mi es pura magia, todo tiene una continuidad y una riqueza musical muy propia de la música clásica, todo y ser en gran parte improvisado. Comencé a escribir música con la idea de que formalmente tuviese una riqueza, una variedad y una continuidad, de manera que los temas están pensados en forma de suite, porqué a nivel de instrumentación si en el primer tema hay mucha por parte del saxo, en el segundo tema quería que hubiese más protagonismo del piano y en los otros del contrabajo y de la batería. — Hay momentos en que el grupo inicial como cuarteto, se desgrana en una unidad más pequeña con identidad a nivel musical, en un trio donde el piano de Sergi Sirvent tiene un gran protagonismo proporcionando un discurso extremadamente rico y sumamente lírico, y también en el caso del formato en dúo. — Sí, este es un efecto buscado por mi parte, lo busco y lo seguiré buscando, todavía queda trabajo por hacer, en concreto, que haya dentro del cuarteto diferentes formaciones. Quiero que haya solos, dúos, tríos y la formación del cuarteto, con la intención de que haya variedad a partir de la instrumentación, jugar con instrumentaciones diferentes es una cosa interesante. Además Sergi Sirvent aporta mucho a este grupo, de 12/ Más Jazz Verano 11 entrada porque nos entendemos a la perfección y porque entendió lo que yo buscaba, es decir, construir cosas nuevas a partir de un material determinado. Creo que es un músico que tiene muchos registros muy diferentes, puede ser lírico, puede ser muy rítmico, o sonar muy contemporáneo. Lo dejo brillar en mi grupo con toda la intención. — En relación con esto que comentas, ¿cómo es la interacción entre el saxo y el piano? — Es un de los puntales de esta formación. A nivel de improvisación por ejemplo en el tema “Delcious Scons”, hay una parte central donde tocan los dos, que es totalmente improvisada y que creo que es muy interesante. Esto es posible porqué compartimos una misma manera de entender la improvisación, que no es que un solista hace su propio solo o su propio discurso y donde el resto de músicos lo siguen, sino que cuando uno improvisa todos improvisan, la improvisación es un fenómeno colectivo. — El resto de la sección rítmica está garantizada por Rai Ferrer y el Xavi Maureta. — Con ellos dos hice mi primer disco, son dos músicos con los que me siento a gusto. Se entienden muy bien. — En todo lo comentado se puede percibir un proyecto muy cuidado, muy personal y muy maduro. 6/6/11 21:09 Página 13 músical, en el sentido que me puse a componer música con la intención de hacer una obra musical. La madurez me ha permitido hacer lo que quería. He realizado todo lo que quería en la composición, en la edición, en la elección de los músicos, etc. — Si que es personal, mucho más que el primer disco que hice. Este fue un concierto en directo en donde nos ofrecieron la posibilidad de grabarlo para un disco, fue como hacer una foto de un momento en concreto. En “Tea Time” todos los temas son originales y compuestos por mí, además se han realizado dos formatos (en LP y en CD), y creo que el tipo de formación escogida (cuarteto), es muy diferente. La formación de trio yo la entiendo más encaminada para tocar temas standards, temas más melódicos. He tocado con muchos músicos y siempre he pensado que si yo fuera el líder de una sesión haría las cosas de forma diferente. En “Tea Time” he desarrollado todas las cosas que he aprendido con el tiempo. — Pero se puede percibir diferencias notables entre estos dos trabajos como líder, ¿Cuáles son para ti las más importantes? — Para mi hay una continuidad, soy la misma persona, pero este segundo disco es fruto de haber trabajado todo el repertorio que tenía con mi primera formación en trio. Teníamos que abrir más horizontes y por ello empezamos a trabajar cada vez más en la improvisación, cada vez más abierto, hasta que encontramos a faltar otro instrumento en la formación que pudiese dar más color y más juego. Tenía conocimiento que Sergi Sirvent había dejado el grupo de Giulia Valle, y él fue quien hizo cuadrar todo lo que estábamos haciendo. Además hay una madurez — Todo esto que estamos comentando se han plasmado en dos formatos musicales, en LP y en CD, ¿por qué esta circunstancia? ¿Como es esta idea de hacer un vinilo en una época tan complicada y convulsa musicalmente? — Vivimos en una época de desconcierto en referencia al soporte que ha de tener la música. Apareció el CD como formato, pero con el paso del tiempo ha perdido el significado, debido a que un CD es un sistema de almacenamiento digital (de ceros y unos), y puede ser un mismo CD, un lápiz digital o un disco duro externo. Ello me permite escuchar música en cualquier sitio y de cualquier forma posible. Yo quería un objeto para ofrecer a la gente. Me llegué a plantear incluso la posibilidad de editar un USB con la música, pero fue gracias al diseñador gráfico David Sagarzazu, que surgió la idea de editar un vinilo. En relación a este formato lo que más me interesa del mismo es el ritual que conlleva, y no es escuchar la música de cualquier manera, me interesó cuidar el objeto, es la posibilidad de dar la vuelta a la siguiente cara del vinilo. El LP tiene un sonido diferente al compacto. — La grabación se ha llevado cabo en un sello discográfico totalmente independiente y fuera de los conocidos del circuito catalán. — Estamos viviendo un momento de cambios, al igual que en el mundo de la industria musical. Para el músico también es un momento de cambios. Personalmente tenía ganas de gestionar este proyecto de principio a fin. Encontré el sello discográfico Nómad que me lo editó y tenía la posibilidad de promocionarlo. He intentado como músico mirar de gestionar este proyecto de forma diferente. ■ Verano 11 Más Jazz /13 MARTÍ SERRA Marti Serra 7/6/11 22:57 Página 14 MARCUS MILLER Marcus Miller 14/ Más Jazz Verano 11 Marcus Miller 7/6/11 22:57 Página 15 Ahora, en los malos tiempos, tiempos la lamúsica música es muy importante Esta entrevista se pudo realizar gracias a la enorme gentileza de este gran músico, una estrella de lo más humilde que no tuvo reparos en conceder para ello algo de su preciado tiempo entre otras muchas entrevistas y diversos conciertos con ocasión de la presentación de su nuevo disco. En su nueva grabación en directo interpreta junto a sus jóvenes acompañantes los temas del famosísimo disco que hizo con Miles Davis, “Tutu”, en 1986. En Vitoria, este verano, Marcus Miller será el director de un nuevo homenaje a Miles en el que también participan Wayne Sorter y Herbie Hancock. POR JORGE LÓPEZ — Buenas tardes aquí, buenos días en Nueva York, Marcus. Hace veinticinco años de “Tutu”, ¿puedes creer cómo pasa el tiempo? — Hola. Pues sí, la verdad es que parece mentira, parece que fue ayer, ¿no es difícil de creer? Imagínate, los chicos que tocan conmigo en este homenaje que hemos grabado prácticamente no habían nacido cuando salió al mercado. — Lo es. Yo no olvidaré nunca el día en el que compré ese disco y lo escuché por primera vez. No podía dejar de bailar en casa mientras lo escuchaba con la boca abierta, su sonido era tan diferente de lo que conocíamos hasta el momento… — Sí que lo era. Llegó en un momento en el que mucha gente joven en el jazz volvía sus oídos a la música acústica que se había hecho en los cincuenta y sesenta, pero yo quería seguir mi propia vía, con mi propio sonido. Cuando intento explicar esto a los músicos jóvenes que me acompañan me cuesta que entiendan el impacto DE GUEREÑU que tenía entonces todo aquello, es muy distinto escucharlo ahora, después de tanto tiempo. — ¿No tienes la sensación de que en estos veinticinco años el sonido de la música ha cambiado mucho menos de lo que lo hizo entonces? — Es un mundo distinto, a la vez mucho más amplio y mucho más pequeño, mucho más uniforme. Hoy casi toda la música suena igual, sobre todo en el pop. Entonces parecía que fructificaba una mezcla de las distintas cosas que escuchabas caminando por tu ciudad, en mi caso Nueva York. — Siempre mencionas las distintas músicas que te interesan, pero para ti parece que los estilos son solo etiquetas, y no tienes problemas en aceptar pop, funk o jazz como partes de tu música. — Es que no me veo como músico de funk, de jazz o de pop, sencillamente me veo como músico. Siempre he intentado seguir sencillamente mi cami- no, hacer algo que tiene que ver con el sonido que escucho a mi alrededor, la música es sonido, y no entiendo muy bien el no evolucionar como lo hace el sonido de la calle. — Me gustan mucho también esos comentarios que haces acerca del jazz, como respondes a quien te dice que no le gusta una música que no entiende hasta que no se la explican, con la similitud con la belleza de un idioma, que evidentemente no aprecias hasta que no lo comprendes, al menos básicamente. — Claro, la música es un lenguaje, es una manera de comunicar, y los estilos son eso, sólo distintas formas de comunicar mediante sonidos. Perdón por el ruido, es… ¡Nueva York! (se oyen sirenas a través de nuestra conversación telefónica). Ja, ja, ja… ¿Ves? Eso es el sonido de la calle al que me refería, la música de cada ciudad. — Cuando “Tutu” salió al mercado influyó muchísimo en el mundo del hip Verano 11 Más Jazz/ 15 MARCUS MILLER Marcus Miller MARCUS MILLER Marcus Miller 7/6/11 22:58 Página 16 hop, con su nuevo sonido. Hoy día son los propios músicos de jazz los que se inspiran en todo aquello que se generó en la edad de oro del hip hop, cuatro o cinco años después de ese disco, cuando los músicos de ese estilo desarrollaron su sonido a partir de lo que tú hiciste. ¿No te parece curioso? — Pues sí. Parece que todo el mundo estuviera haciendo la misma música, hay demasiada uniformidad, y me parece que también hay demasiada gente mirando al pasado, en vez de mirar hacia delante. Yo lo intento, siempre estoy buscando formas de hacer algo nuevo, perder nunca las ganas de mejorar, de hacer algo distinto sin dejar de ser yo mismo. Quiero poder transmitir en mi música lo que escucho cuando camino por la calle. sea como bajista, como intérprete, o como compositor. gías muy diferentes, y eso espero que enriquezca lo que hago. — ¿Adonde te gustaría llegar? — Sólo quiero crecer como músico. Es lo que he querido siempre, y espero no — ¿Todavía hay una energía diferente en las ciudades? ¿No es más homogéneo en mundo en general? 16/ Más Jazz Verano 11 — Como decía Miles, “Marcus no pierde el compás ni cuando camina”… — Ja ja, ja… Sí, lo decía a menudo, era una de sus bromas favoritas sobre mi. — ¿Sigues viviendo a caballo entre Los Ángeles y Nueva York? — Sí. Es incómodo en parte, por la familia, pero son dos ciudades con ener- — Lo es, y a la vez hay energías muy diferentes aún. Esto se nota mucho cuando estás de gira por todo el mundo, como yo tengo la suerte de hacer. Un día tocas en una ciudad suiza o italiana con la gente bramando entusiasmada, y unos días después tocas en Nagoya y el entusiasmo de allí se traduce en un silencio reverencial, es muy interesante experimentar esa diferencia. Vivimos en un mundo nuevo, muy interesante, en el que conviven uniformidad y contrastes. Y se refleja en la música, aún hay sitios donde escuchas algo que no tiene nada que ver con lo que se escu- cha en la mayoría del mundo, que está dominado por una forma universal de pop, demasiado uniforme. — Cuando buscas nuevos acompañantes, ¿buscas esa diversidad, gente 7/6/11 22:58 Página 17 festival con Hancock y Shorter en nuestro homenaje a Miles por Vitoria, donde siempre me acogen muy bien. diferente de distintos sitios que aporte distintas cosas a tu música? — Lo hago. Christian Scott, de Nueva Orleáns, hizo parte de la gira de “Tutu Revisited” conmigo, y luego ha sido sustituido por un músico cuyas influencias son similares (la de Miles, sobre todo), pero es de Ohio, y suena muy distinto a Scott. — ¿Y ese saxofonista tan joven, de dónde ha salido? — Fui invitado por la prestigiosa Berklee School of Music a dar un seminario donde descubrí a Alex Han, me dejó boquiabierto, y decidí llevármelo conmigo, aunque tuve que esperar unos meses a que terminara sus clases y fuese mayor de edad (risas). Quiero hacer un disco suyo, producirlo, apoyarlo, me parece un genio. — Me gusta esa actitud tuya de querer apoyar a alguien que empieza, como hicieron Lonnie Liston Smith O Bobby Humphrey contigo, cuando eras un crío… — Ja, ja, ja… Exacto, sí que lo era, y fue genial ser empujado por ellos, nunca hay que olvidar lo mal que se pasa cuando estás en los comienzos, lleno de dudas, sobre todo sobre si lograrás vivir de esto. — Tú tienes hijos, ¿te gustaría que fuesen músicos profesionales? — Me gustaría que fuesen felices haciendo lo que quieran. La profesión de músico es muy dura, y si la eligen, les apoyaré con todo mi alma, pero tienen que hacer lo que quieran. Uno de ellos toca muy bien el piano y los teclados, y dice que le gustaría, así que ya veremos. Es una profesión muy dura, y te lo dice alguien que ha sido siempre muy afortunado, pero no quiero olvidar los comienzos, por mucho que tuve suerte y encontré gente que me ayudó muchísimo cuando aún era un chaval. — Está bien no olvidar nunca los comienzos, como tú haces, como lo es no perder nunca esa humildad que exhibes siempre. — Gracias. — De nada. No puedo olvidar que nunca es posible saludarte después de los conciertos porque siempre te veo rodeado de gente a la que siempre le hablas, le saludas, le animas… Da gusto ver a alguien que sigue siendo tan accesible a pesar de ser una estrella, ¡aunque no haya manera de acercarse a ti entre tanta multitud! — Ja, ja, ja… Gracias, me gusta sentirme apreciado por la gente, he sido afortunado por ello y procuro no olvidarlo. Este verano seguramente nos veremos, cuando pase a tocar en su — El mundo al que los jóvenes que te admiran o los que tocan contigo tienen que enfrentarse es muy distinto de aquel en el que nos criamos los de nuestra generación. ¿Crees que eso dará lugar a una nueva música? — Sin duda, aunque nosotros crecimos en los setenta, y los setenta fueron, y cada vez lo tengo más claro, una época muy especial para el arte y la música. Entonces costaba mucho encontrar información, pero cuando escuchabas un disco que venía de ve tú a saber donde, aquello nos sonaba increíble, era exótico y fantástico, y le sacabas mucho más partido. Ahora toda la información es accesible, así que la gente le da menos importancia, se profundiza menos en ella y como resultado, lo que se hace en todas partes es más uniforme. — ¿Tú te ves más como instrumentista, solista, compositor? Es muy curiosa tu apreciación de tu manera de tocar el bajo sin perder nunca el sentido único de este instrumento. — Es que el sonido del bajo eléctrico me apasiona. No me gusta hacer como otros, que parecen querer que su bajo suene como un chelo o un saxo. Me gusta que mi bajo siga siendo un bajo, un instrumento del que sigo enamorado, así que no me gusta subir hacia solos muy agudos donde se pierda la esencia de su sonido… ¡bajo! O sea grave. — Y a la vez, eres un fabuloso multiinstrumentista. ¿Te planteas hacer Verano 11 Más Jazz /17 MARCUS MILLER Marcus Miller MARCUS MILLER Marcus Miller 8/6/11 11:17 Página 18 25 años de Tutu Animado por el organizador de la impactante exposición en París sobre Miles Davis, Marcus Miller se embarcó hace dos años en una gira conmemorando “Tutu”. Fue su obra maestra, y ahora hace veinticinco años el disco que produjo, arregló y prácticamente escribió por entero para el gran trompetista. Este doble CD, cuya exquisita presentación remata un DVD con un concierto de esa gira, en Lyon, y un documental titulado “Thoughts on Miles”, es el resultado de aquello. ner se limita a reproducir con “Tutu” fue un hito. Un disco maestría la base rítmica de los fabuloso, con unas melodías temas, pero el sonido aislado que perduran en la memode su instrumento no es sufiria de aquellos años de ciente para aligerar la sensalucha contra el apartheid en ción de que falta algo. Sudáfrica, y con un sonido a partir de las cajas de ritmo Y aquí entramos en los defecque dominaron los ochentos, que se pueden resumir en ta, marcado por la influenla sensación permanente de cia enorme de aquel fantásque lo que falta es reproducir tico artista que respondía al en directo todo aquel desplienombre de Prince. Como él, MARCUS MILLER ‘TUTU REVISITED’ gue de recursos que Miller Marcus era un gran arreglisDreyfus Jazz. Marcus Miller, bajo eléctrico y clarinete mostró cuando arregló tan ta; ya lo había demostrado bajo; Christian Scott, trompeta; Alex Han, saxofones bién aquel disco, lleno de macon Luther Vandross y alto y soprano; Federico González Peña, teclados; Ronald Bruner, Jr., batería. tices. Las contribuciones de David Sanborn (y con otros Paulinho da Costa al “Tutu” muchos músicos de todo tipo con los que trabajaba), pero en muy lejano del de su último gran co- original podían haber servido de esa grabación llegó a su cima como laborador, Kenny Garrett. Este joven ejemplo, con algún percusionista reproductor. Para Miles hizo una músi- saxofonista expone un mezcla ex- llenando tanto hueco en el quinteto. ca muy bien compuesta, basada en plosiva de un tono al alto casi de También algún guitarrista aderezanunos temas muy inspirados y una lí- tenor, un dominio absoluto de unos do la sección rítmica hubiese hecho neas de bajo tremendas sobre las que fraseos post-coltrenianos que encaja estos huecos menos evidentes. Pero su trompeta aérea y ligera sonaba po- a la perfección en la armonía relati- Miller decidió explorar esta música derosamente, pero sobre todo llena vamente sencilla de estos temas, y un que nunca había tocado en directo de detalles que enriquecían muchísi- sentimiento blues muy pronunciado. (cuando grabó ese disco y los dos Peña es un músico cuya competencia posteriores con Miles no era miemmo el producto final. ha demostrado de sobra en los años bro de su banda) de una forma árida Esas características definen las virtu- que ha pasado junto a otra gran ba- y seca. Se le puede achacar que el redes y los defectos de esta interpreta- jista, Me’shell Ndegeocello. Del líder sultado habría sido otro haciéndolo ción en directo. Los temas son fan- ya está todo dicho. Treinta años des- con una banda mayor, pero desde tásticos, siguen sonando actuales, y pués de aparecer en escena su técni- luego se hubiese perdido el impacto el grupo que los interpreta es un ca prodigiosa no ha dejado de evolu- de un grupo sólido como una roca, y quinteto de grandes instrumentistas. cionar, aumentando sus recursos lo directo de su propuesta. Al final, Scott funciona muy bien como alter- hasta el infinito pero también su con- este doble disco suena como una reiMiles, reproduciendo el sonido con trol para centrar sus maneras en el vindicación de lo grande que era la sordina de aquel sin dejar de bus- simple regocijo de tocar. El sólido ba- aquel repertorio, más que suficiente car solos personales. Han le hubiese tería no es el culpable de lo ocasio- para divertirse tocándolo, que en eso encantado a Miles, con un sonido no nalmente monótono del ritmo. Bru- consiste el jazz ■ 18/ Más Jazz Verano 11 8/6/11 11:18 Página 19 frentarse a la música, tanto o más que tocar. — ¿En el estudio sigues tocando todo o utilizas más el ordenador? — Cuando empecé evidentemente tocaba todas las partes, y las ponía juntas luego en la mesa, ya que no había ordenadores, algo que resulta difícil de hacer entender a los músicos jóvenes, — Como arreglista, me dejó muy impactado la belleza de aquel disco que hiciste con Wayne Shorter, y eso en una época en la que yo particularmente no tenía mucho interés en la música eléctrica, pero escuché aquello y… ¡era magnífico, qué arreglos! ¿Tienes en mente cuando escribes los arreglos el sonido de Miles cuando hiciste “Tutu” o el de Shorter en aquella ocasión? — Tengo en mente algo abstracto y difícil de entender, como imágenes y colores. Cuando estaba haciendo aquel disco quería crear un tapiz para su sonido único y fantástico, igual que cuando pensaba en el sonido de Miles para escribir “Tutu” tenía en mente su pero ahora el ordenador me facilita mucho las cosas para componer y arreglar los temas. Eso sí, procuro no olvidar que no es más que otra herramienta, que es algo que también cuesta explicar a los chicos… manera única y personalista de improvisar melódicamente. El trabajo de componer o arreglar música es muy difícil de describir, porque es una actividad intelectual muy abstracta, pero es una de las formas más creativas de en- de dedicarse a algo tan bello como la música, es cuando es esencial hacerlo. La música es siempre mucho más importante que la economía de mercado o la política, y en momentos así es más importante que nunca. ■ algún día un disco donde no haya un trompetista o un saxofonista delante, como primer viento o madera, sino que la melodía principal sea la de tu clarinete o tu clarinete bajo, o cualquiera de tus saxofones? — Sí, es un proyecto que tengo siempre en mente y que algún día llevaré a cabo, aunque todavía no sé muy bien cómo. — Tu manera de poner juntos los sonidos en el estudio es única, como la de un pintor en su estudio trabajando con colores y texturas, y eso viene de tu antigua manera de hacer, tocando todos los instrumentos en el estudio. ¿Entienden ahora tus alumnos cuando das cursos en la universidad lo que esa práctica aporta a la música? — Les cuesta entender, como te he dicho antes. Pero al final se trata de crear algo bello, eso es lo que nunca hay que perder de vista. Ahora, en estos tiempos de crisis donde es especialmente difícil encontrar la manera Verano 11 Más Jazz /19 MARCUS MILLER Marcus Miller Jordi Pujol 6/6/11 23:47 Página 20 Jordi Pujol JORDI PUJOL El gusto por la música En una época de claro decaimiento de la industria fonográfica, hay que celebrar que el productor Jordi Pujol se haya atrevido con una valiente propuesta que parece ir a contracorriente: abrir una tienda de discos especializada y con una sede física. La tienda Blue Sounds, de Barcelona, permite a los aficionados al jazz y a otros estilos musicales encontrar su particular paraíso dentro de la gran ciudad. La presente conversación ha servido para poder comprobar las motivaciones, inquietudes y gustos de todo un referente en nuestro país dentro del jazz. POR JUAN CARLOS ABELENDA — En plena decadencia musical, con una fuerte crisis en la venta de compactos y con una acuciante piratería, ¿cómo se le ocurre a uno abrir una tienda de discos y además, y para complicar el tema, una tienda de música especializada, en en jazz? — Es especializada debido sobre todo a que el jazz es la música que siento y a la cual me dedico profesionalmente como productor. Aunque no sólo el jazz ha sido mi única pasión; también hay otros géneros y modalidades musicales que, a lo largo de los años, han ido ocupando un espacio que me ha permitido desarrollar una labor que siempre me ha apasionado y que va más allá del gusto por la música. Me refiero a la investigación discográfica y a la faceta biográfica 20/ Más Jazz Verano 11 y documental en torno a las orquestas, conjuntos y demás intérpretes. Montar esta tienda ha sido una manera, diría que lógica, de intentar compartir este gusto y esta afición por la música con otras personas, en un espacio en que el buen aficionado se sienta cómodo y pueda sorprenderse encontrando aquel disco que buscaba desde hacía tiempo. No tratamos de tener todo el jazz que se edita, pero sí una selección cuidada, que vamos actualizando y renovando de manera continuada. Durante los años noventa, después de ser socio fundador en 1983 de Fresh Sound Records, estuve alternando el jazz con la producción de CDs dedicados principalmente a la música tradicional cubana, el tango y también el bo- lero y la canción ranchera. Así surgieron paulatinamente sellos como Tumbao, El Bandoneón, Alma Latina y otros que han prestado atención a géneros como el flamenco, la zarzuela y otras modalidades que puntualmente me han interesado. Grabaciones procedentes en algunos casos de antiguos discos de 78 rpm o vinilos. En ambos casos, estos discos solían carecer de la información discográfica que hubiese deseado conocer, lo que me ofreció la posibilidad de desarrollar un trabajo adicional de investigación, cuyos resultados eran suficientemente gratificantes y me motivaban enormemente a seguir en esa línea. Teniendo la experiencia del jazz, que es un género muy catalogado a nivel de datos discográficos (personal, 6/6/11 23:48 Página 21 JORDI PUJOL Jordi Pujol fechas, estudios de grabación, etc.), era curioso constatar que este rigor histórico entorno a la grabación de un disco no se había aplicado a los géneros y estilos que he señalado antes. Por tanto, intenté traspasar mi forma de preparar un CD de jazz a otros géneros musicales. En la tienda Blue Sounds he intentado tener, junto con el jazz, un pequeño espacio para esas otras músicas a las que me dedico. Aunque predominan los compactos, también hay un lugar de privilegio para vinilos, con una variada selección de vinilos originales (algunos muy raros) y reediciones de calidad para coleccionistas. También existe una sección de libros en su mayoría referentes a los estilos del jazz y sus intérpretes, que son un complemento, que aporta un valor añadido a la tienda. — ¿Crees que intentas aprovechar que el aficionado al jazz es muy seguidor de sus músicos preferidos y un buen coleccionista, tanto de piezas en CD como en vinilo? — El jazz es un lenguaje universal, y aunque esté en minoría, su peculiar existencia une a las personas que lo comparten; yo diría incluso que tiene unos puntos comunes a lo que podría ser una religión. En consecuencia, la “religión jazzística” es muy particular y arraigada, y al que de joven le gusta el jazz, le suele gustar siempre. De todas formas, pienso que si hablamos del aficionado en sí, nos encontramos con perfiles distintos. Uno sería el que participa de todo cuanto está a su alcance; podríamos llamarle el aficionado “total”, es decir, el que consume jazz en todas sus facetas: discos, revistas, libros, asiduo de los clubs y de los festivales. Posiblemente no le conoces, pero sueles verle a menudo. Luego podríamos hablar del coleccionista de discos (CDs o LPs) que suele disfrutar de sus audiciones en su propio espacio, de manera íntima o en compañía de algún que otro amigo. En este caso no siempre participa de las actuaciones en vivo, aunque aprovecha sus momentos libres para consultar las discográficas, para ver qué le falta de sus artistas favoritos. También existe el aficionado que asiste a conciertos puntuales, porque la magia del jazz en vivo le atrae, pero que no consume discos de manera habitual. Por último, el que dice gustarle el jazz, sin pretender ir más allá, y que se conforma con escuchar a los artistas de moda. Por lo tanto, es muy probable que acuda a verlos en directo si hay la ocasión, y comprará sus discos hasta que se canse, y pase a otra cosa. Todos y cada uno de ellos, y sus variantes, que también las hay, forman parte de la escena que observa como sobrevive el jazz del siglo XX, y como evoluciona el del XXI. También se dice que es una afición que va de padres a hijos, porque parece ser que si entras en “esto del jazz” ya no lo puedes dejar. El aficionado que la siente como propia, la defiende con fervor porque siempre ha sido una música que ha sufrido mucho para poder continuar su existencia. Pionera en la libertad de expresión, siempre a la vanguardia de la creatividad, ha tenido que soportar la incomprensión y hasta el desprecio de algunos sectores poco abiertos a las innovaciones, incluso sectores y ámbitos jazzísticos que sólo conceden credibilidad y autenticidad al jazz generado hasta finales de los 50. A lo largo de los años, su coexistencia con otras músicas no ha mermado su fuerza creati- Verano 11 Más Jazz/ 21 JORDI PUJOL Jordi Pujol 6/6/11 23:49 Página 22 va, sino al revés, su propia evolución ha visto como con frecuencia su mezcla con otras culturas musicales ha generado interesantes proyectos y estilos, como en su momento lo fue su natural encuentro con la polirritmia afro-cubana, a finales de los 40. Fue la primera influencia que dejó una huella de imborrable trascendencia. Esta facilidad para mezclarse, característica propia del jazz, ha hecho que perdure más y que se ensanchen sus horizontes, a la vez que han ido evolucionando sus variadas tendencias. La gente que se dedica a “esto del jazz”, y no hablo de músicos, no son muchos pero ponen una pasión y unas ganas de defender esta música que la hacen, a pesar de vivir constantemente bajo amenaza de muerte, perdurar en el tiempo. Este es un valor intrínseco que tiene el jazz y que no lo encuentro tan vivo en otras músicas. — Además el jazz lleva de por si mismo, por decirlo de alguna forma, un plus de coleccionista. — La época dorada del jazz en vivo en Europa se puede decir que fue en los años 50 y 60, cuando se pudo disfrutar a las mejores orquestas y a los grandes solistas americanos que llevaban a cabo sus giras de forma regular, no como ahora. El jazz es una música cuya industria discográfica ha vivido y sobrevivido gracias a los coleccionistas que hoy en día, y a pesar de la crisis, siguen existiendo en todo el mundo. — El hecho de dedicar una parte de la tienda de discos a una sección de vinilos ¿es para aprovechar este resurgimiento de los vinilos que se está produciendo en los últimos tiempos? — La idea original era compaginar los dos soportes más importantes que ha tenido la música en general, no sólo el jazz. El CD porque es el soporte musical todavía vigente en la actualidad y que, a pesar de que muchos lo dan por muerto, aún aguantará y quedará, probablemente, como el último soporte físico que se conozca. Y el LP que por lo que ha representado, y porque sigue siendo el formato referente para audiófilos y coleccionistas. 22/ Más Jazz Verano 11 — Pero está claro que el vinilo ha existido siempre, hay mucho material tanto de primeras ediciones como de reediciones, así como también han existido un buen número de fabricantes de platos. Ahora simplemente se ha hecho más visible. — El vinilo no ha desaparecido nunca; en mi opinión, lo que pasó es que, con la aparición del CD, al coleccionista o al aficionado a la música durante muchos años lo que le hicieron es quitarle el gusto por el vinilo. La industria es la que maneja y nos “sugiere” de manera interesada que es lo que debemos consumir. Nos impuso el CD en detrimento del LP. ¿Quién hubiese imaginado, a principios de los años 90, que el LP, seguiría vigente en el siglo XXI? Ahora parece ser que se ha querido desprestigiar el CD, posiblemente por la facilidad de que cualquier persona puede grabar hoy en día un CD-R en su casa. En cambio, en otra época nadie podía pensar en la posibilidad de grabar un vinilo en su casa, lo que le ha convertido en un objeto más valorado. Por eso antes no había tanta piratería como existe en la actualidad, porque sólo las fábricas podían prensar vinilos. Las únicas copias que se hacían era utilizando las famosas grabadoras de “cassettes”, que ofrecían, por lo general, una calidad sonora bastante pobre, aunque hubo algunas, re- 6/6/11 23:49 Página 23 propiciado el dominio público, que ha permitido a las discográficas independientes publicar de manera legal grabaciones de distintos sellos bajo una misma compilación. Además, la mayor capacidad del CD hace que la mayoría de reediciones contengan más música que la del LP original, en cuyo caso, si el origen de esta música no está bien especificado, puede contribuir a confundir. Lo que sí que hay que agradecer a la tecnología, y mucho, son los programas y sistemas que se han ido desarrollando y perfeccionando para la restauración de las grabaciones procedentes de cintas magnéticas y, sobre todo, de los viejos discos de 78 rpm, o también para recuperar la música de muchos vinilos cuyos másters originales se han perdido o deteriorado con el paso de los años. En muchos casos los resultados han superado el propio soporte original. cuerdo las denominadas de “metal”, que grababan con una nitidez bastante sorprendente. — ¿Crees que hay diferencia entre el coleccionismo de CD y el coleccionismo de LP? — Sí. Con el CD ha pasado que mucha gente ha dejado de coleccionar porque no sabe qué ha de comprar, ya que en muchas ocasiones no puede identificar lo que contiene el CD, que en muchos casos es una compilación. Suele pasar cuando un aficionado compra un CD que a lo mejor ya tiene total o parcialmente en otra edición, pero con distinta portada. Esto no pasaba en la época del LP. Las novedades eran lanzadas regularmente por las compañías cuyos artistas eran identificados por un sello discográfico, con una línea editorial de características reconocibles, y claro, los aficionados podían seguir las novedades con facilidad. Asimismo, las reediciones en vinilo era reediciones de esos mismo discos, y cuando era una compilación se sabía que lo era, o era más fácil de identificar, puesto que eran grabaciones de artistas de un mismo sello discográfico, llámense éste Verve, Blue Note, Pacific Jazz, Prestige, Riverside…etc. Mientras que con el CD se ha publicado todo, muchas veces mezclado. Algo que ha — Siguiendo con lo que dices, ¿no crees que las casas discográficas han abusado sacando material musical muchas veces sin interés alguno, tan sólo con afán lucrativo? — Evidentemente que se ha abusado, pero esto no lo quiero valorar, porque cada uno tiene su opinión. A mi entender, en los CDs de jazz ha habido un exceso de publicación de tomas alternativas o incluso tomas falsas, con un afán completista de la obra del artista, a veces llevado a extremos exagerados. Y cuando el artista sigue vivo, no siempre se ha contado con su aprobación la publicación de dichas tomas. Conozco músicos que dicen que cuando se ha hecho una toma que se ha dado por buena, la “master take”, ésta es la única que se tiene que publicar. De hecho tiene una lógica, fácil de entender, sobretodo para el artista. Recuerdo que hice una reedición del pianista John Williams, concretamente de uno de sus álbumes reeditados en Japón, que incluía, aparte de algunas tomas alternativas, un tema inédito, un blues, y el músico estaba evidentemente molesto porque no quería que se publicase, argumentando que ese tema (le inédito) no estaba bien interpretado. A mi me pidió que no lo publicara, y así lo hice. Verano 11 Más Jazz /23 JORDI PUJOL Jordi Pujol JORDI PUJOL Jordi Pujol 6/6/11 23:50 Página 24 Claro que ese es un caso puntual, porque aquí se tropieza con el dilema de respetar la voluntad del músico o, por el contrario, tener la posibilidad de escuchar más música de este músico. Está claro que en cuando se trata de grandes genios como Charlie Parker, Miles Davis o John Coltrane, la segunda opción parece más apetecible. — ¿Qué componente de romanticismo tiene la idea de coleccionar vinilos? —Lo que ha convertido al vinilo en un producto fetichista han sido las portadas, las imágenes, las ilustraciones, las fotografías y todo lo que éstas han aportado al arte gráfico. Ello ha provocado algunas de las obras más atractivas y recordadas que se han producido en el diseño gráfico a lo largo del siglo XX. Es fácil identificar la clarividencia visual de sellos discográficos como Contemporany, Blue Note o Capitol, sólo por citar algunos. El LP o los discos son, a diferencia del CD, la historia de la música moderna concentrada en el disco, que es el documento que te la da a entender. Antes del disco no había nada. El vinilo ha servido para identificar a muchos grupos de música, algunos de los cuales han sido muy famosos por las portadas de algunos discos determinados. Se puede decir que las portadas pueden tener una trascendencia que va mucho más allá de la música, hasta convertirse en algunos casos en más importantes que el propio disco. Por eso las portadas de los vinilos son tan fetichistas, porque a la gente les recuerda momentos importantes de sus vidas, que el CD no ha podido sustituir. Antes la música envasada tenía unos alicientes, que hoy ya no se perciben de la misma forma. — ¿Crees que el vinilo ha sido de alguna manera víctima del avance de la tecnología, como pasó con la aparición del DMM (Direct Metal Mastering)? — La evolución tecnológica desde siempre ha tendido más ventajas que inconvenientes, pero muchas veces el uso que se ha hecho de ella ha sido desastroso. Algunos de estos discos tenían un esté- 24/ Más Jazz Verano 11 reo muy deficiente y sonaban muy metálicos. Hoy en día se hacen cosas muy buenas, pero creo que en ocasiones la tecnología ha superado al talento. A veces se suplanta la falta de recursos de los técnicos con las soluciones que ofrecen las técnicas actuales. Antes la gente tenía la capacidad de trabajar con unos aparatos más rudimentarios y sabía sacarles todo el partido; no eran los aparatos los que te daban el provecho, sino que eran esas personas los que sacaban lo mejor de ellos. ¿Por qué los discos grabados de big bands actuales no tienen la misma presencia que tenían los grabados en los años 50? La labor de algunos de aquellos técnicos legendarios ha pasado a la historia. — Desde tu propia visión, ¿qué punto de romanticismo, de fetichismo o de negocio hay en todo lo relacionado con la producción de música? — Las tres vertientes que señalas están presentes en mí. Evidentemente que hay proyectos que, desde el punto de vista de la rentabilidad, pueden ser discutibles, aunque si considero que musicalmente merecen la pena, no tengo ningún inconveniente en hacerlos. Por fortuna no siempre es así: hay proyectos que, dentro de lo que se puede vender hoy en día, alcanzan unas cifras considerables. En los últimos años se han pasado unos momentos duros, y lo que hemos hecho los que seguimos vinculados al mundo del disco físico, ha sido adaptarnos a la situación que nos ofrece el mercado. Dentro de la producción global hago de todo un poco, aunque por supuesto una de las facetas que más me gusta es producir grabaciones de músicos actuales: el grabar a nuevos músi- cos es lo que me demuestra que esta música está muy viva, y me permite continuar el sello Fresh Sound New Talent. En las reediciones es, posiblemente, donde puedo desarrollar una de las partes de mi trabajo que más me satisface. Elaborar una reedición no es sólo envasar la música, sino intentar darle a cada CD en particular un concepto propio, utilizando todos los elementos relacionados con la grabación que puedan aportar algo nuevo, ya sea un “bonus track”, una foto o cualquier información adicional que esté a mi alcance. Este puede ser el lado que, por las dosis de pasión que se mueven, tú consideras romántico, aunque no se si es siempre el adjetivo que yo utilizaría. Eso sí, en muchos casos una reedición puede ser consecuencia de discos que han formado parte de tu vida y que todavía tienes frescos en la memoria. — Se puede decir que son dos caras de la misma moneda, una más antigua y romántica, y la otra más actual y descubridora. — Sí, sin duda alguna. Yo diría más bien que se trata de un constante camino de ida y vuelta, de permanecer a la vez conectado a la historia pasada y al presente del jazz desde un mismo punto de partida. Un camino en el que te encuentras con la magia de todos tus ídolos y rememoras, a tu manera, lo que te motiva de ellos y de sus grabaciones. El otro camino es el que te hace sentir vivo y al lado de la actualidad jazzística y de las nuevas generaciones de músicos. Aquí se mueve la inquietud por buscar nuevos músicos y escuchar nuevos proyectos. En este camino, está claro que el artista adquiere todo el protagonismo. ■ P/ Almuñecar 4/6/11 23:45 Página 4 Dossier Jazz y Rock 7/6/11 00:50 Página 26 DOSSIER Un repertorio más allá del Tin Pan Alley Tócala otra vez, Brad Parece llamativo que tantos músicos actuales de jazz utilicen canciones de Björk, Oasis o Radiohead en sus conciertos, pero a los intérpretes más inquietos y curiosos de esta música les ha interesado frecuentemente el rock. La sospecha de los más incrédulos sobre los motivos comerciales para hacerlo no es del todo infundada, puesto que en otras épocas vimos como los productores más comerciales de jazz casi obligaban a algunos músicos a interpretar la música de los Beatles, por ejemplo. El rock y lo que hoy llamamos pop (aunque antes hubiese otros estilos populares) aparecen unos quince años después del declive comercial del jazz, música que había comenzado a perder público tras la segunda guerra mundial. POR JORGE LÓPEZ 26/ Más Jazz Verano 11 DE GUEREÑU 7/6/11 00:51 Página 27 S u popularidad se esfuma con la aparición del be bop tras la era de las big bands y el swing. Siguiendo a esta primera revolución, la posterior del free jazz (prácticamente contemporáneo del primer rock), le dio la puntilla a esta tendencia. La historia de las canciones populares entre el repertorio del jazz es una parte esencial de la de esta música, y tiene mucho que ver con su auge y su posterior marginalidad en la cultura popular. El repertorio clásico del jazz: el Tin Pan Alley A mediados del siglo XIX los compositores comienzan a organizarse trabajando con editores musicales y letristas para proteger los derechos de autor, que hasta entonces prácticamente no existían en Estados Unidos. Antes de ello músicos tan populares como Stephen Foster, cuyas partituras se vendían en todo el país, habían muerto en la pobreza. La mayoría de los editores musicales se establecieron en Nueva York, y aunque había pequeñas otras compañías editoriales en el resto del país, los de allí normalmente compraban los derechos nacionales de los éxitos y se quedaban con sus beneficios. Alrededor de estos editores nació toda una generación de compositores. Al principio la música más popular en el país eran las novelty songs, canciones sencillas llenas de humor y no muy sofisticadas. La evolución de los números representados en Broadway, centro nacional del teatro y muy cercano al lugar donde se habían establecido en 1885 estos editores en Manhattan, y la aparición de nuevas formas musicales como el ragtime, fueron dando forma a una música diferente. Músicos de origen europeo, muchos de ellos judíos (Irving Berlin, Al Dubin, los hermanos Gershwin) o italianos (Harry Warren), comenzaron a componer una nueva forma de música desde principios de siglo hasta los años treinta. Primero lo hicieron para los espectácu- Jazz y rock, amigos para siempre los de la edad de oro de Broadway, y posteriormente para el cine, espacio en el que se les unieron otros músicos cuyas canciones se hicieron muy populares por las películas creadas en Hollywood, como Hoagy Carmichael. Algunos de los grandes musicales de Broadway, como los del gran Cole Porter, Jerome Kern o Rogers y Hart o Hammerstein, se transformaron en películas con actuaciones estelares de bailarines y cantantes de la época dorada de los musicales de Hollywood. El jazz influyó enormemente a la mayoría de esos compositores, y en un fluido intercambio los músicos de jazz interpretaron muchas de estas canciones, que se han convertido en lo que llamamos standards. Gran parte de ellas contenían armonías no muy lejanas de las del jazz, y sus evoluciones fueron paralelas. El jazz, aunque tiene otros elementos muy importantes (entre los que la composición no es uno menor), siempre se ha caracterizado por la actitud de “no importa lo que toques, sino cómo lo hagas”. Por ello, buscar el repertorio más extraño o la más original versión de una canción muy frecuentemente interpretada son parte de su historia. Buscando la sorpresa en el repertorio y la interpretación Los músicos mas innovadores del bop comenzaron a salirse de los patrones establecidos en la interpretación de standards, desde los años cuarenta. Monk era capaz de transformar casi cualquier cosa en algo que sonaba como sus propias composiciones, y no tenía reparos en tocar la música más extraña al mundo del jazz. Uno de sus mejores discos, comienza con un tema que solían interpretar las bandas callejeras del Ejército de Salvación, “Abide With Me”, tocado sólo por la sección de viento. Miles Davis y Chet Baker transformaron “My Funny Valentine” de Rogers y Hart en algo muy distinto del original en los cincuenta, y Miles reinterpretó también con mucha originalidad un tema de una película de Walt Disney, “Blancanieves”. La palma se la llevó en esa época la sorprendente interpretación de “My Favorite Things” que Coltrane hizo en sus años de transición hacia su cuarteto clásico. El tema, compuesto por Rogers y Hammerstein para un musical que más tarde daría lugar a la película protagonizada por Julie Andrews, se convirtió en sus manos en una especie de mantra, más afín a la música hindú que al original. El gran rival de Coltrane, Sonny Rollins, no se quedó muy a la zaga en su abstracta interpretación del tema musical de un western Verano 11 Más Jazz/ 27 DOSSIER Dossier Jazz y Rock DOSSIER Dossier Jazz y Rock 7/6/11 00:51 Página 28 concebido para el lucimiento de Bing Crosby. En “I’m an Old Cowhand from Rio Grande” de Johnny Mercer, aprovechó además la ocasión para tocarla en un formato revolucionario, un trío sin piano. El tema más relacionado con Stan Getz (aparte de sus bossas) es probablemente su versión de una canción folk sueca, hoy día un clásico del jazz. Todo esto sucedía en los cincuenta, antes de la gran revolución que supuso la aparición de las grandes estrellas del rock a finales de la década con Elvis Presley, y la “British invasion” en los sesenta, con Beatles y Rolling Stones como máximos exponentes de una nueva era. Músicos de jazz tocando temas rock El rock y el pop han sido siempre un mundo donde conviven lo comercial y lo creativo de manera incómoda, pero natural. Han tenido que pasar años para que los músicos de jazz se interesen por la música de Elvis. Para muchos sólo era una versión descafeinada del rhythm & blues, hermanado desde siempre con el jazz. En cambio, desde su irrupción en el mercado como un tornado, la de los Beatles ha sido una música muy interpretada, aunque la mayoría de las veces sin mucho acierto. Sobre la honestidad en el interés de los músicos por tocarla y otros motivos para hacerlo (recuperar un mercado perdido), siempre nos quedará la duda. 28/ Más Jazz Verano 11 Jazz y rock, amigos para siempre Pero hay otras canciones cuyas razones para tocarlas no pueden ser comerciales únicamente. La historia del rock tiene una lectura paralela a la de su éxito comercial en muchos otros artistas minoritarios cuya grandeza va descubriendo implacablemente el tiempo. La sección más culta del ejército de grandes escritores de canciones ha proporcionado nuevos caballos de batalla a músicos inquietos en busca de nuevas emociones, y progresiones distintas de acordes a las habituales de los standards sobre las que trabajar. La música de Joni Mitchell, Tom Waits, Simon & Garfunkel, Crosby, Still y Nash, y tantos otros grandes compositores del rock no ha sido descubierta tan recientemente, pero sus interpretaciones han pasado bastante desapercibidas hasta hace bien poco. Keith Jarret ya tocaba temas de Joni Mitchell y Bob Dylan en su trío con Charlie Haden y Paul Motian a finales de los sesenta, y el vibrafonista Gary Burton interpreta clásicos del country de Nashville y también temas de Dylan desde la misma época. Paul Bley y Gary Peacock estuvieron casados con otra gran compositora de rock, Annette Peacock, así que las interpretaciones de su música han sido frecuentes. En el caso del primero, durante toda su carrera, incluso después de la ruptura de ese matrimonio, y hasta hoy. En los años del jazz rock, fueron pocos los músicos que intentaban esta fusión e hicieron versiones de temas rock, pero unos años después, toda una nueva generación volvería sus oídos hacia esta música para interpretarla a su manera. Las versiones en la era de la revolución digital El compact disc llegó al mercado en 1983, y revolucionó el mundo musical. Con el nuevo formato, muchísima música hasta entonces descatalogada o sólo accesible para unos pocos que conseguían viejos vinilos, comenzó a reeditarse en el nuevo formato digital. Las remasterizaciones fueron además mejorando a gran velocidad, permitiendo escuchar la música más antigua con una gran claridad. Esto marcó a toda una nueva generación de músicos, también entre los de jazz, que hacia principios de los noventa tenían acceso a una enorme cantidad y variedad de música de todo tipo y época. Con estas nuevas escuchas, la reinterpretación de esa música era algo inevitable, y la era digital se convirtió rápidamente en las de las versiones. Rubáiyat fue un disco esencial para ello, publicado en 1990 para celebrar el 40 aniversario del sello Elektra, con sus estrellas de entonces haciendo versiones de clásicos grabados por diversos artistas que publicaron con ellos sus éxitos durante cuatro décadas. Al año siguiente apareció la primera entrega de una serie de discos con estrellas de todo tipo reinterpretando música para recaudar fondos para luchar contra el SIDA, el famosísimo Red Hot + Blue donde los intérpretes más diversos rehacían la música de Cole Porter. 7/6/11 00:51 Página 29 En el jazz, Lester Bowie fue enfocando su Brass Fantasy hacia la interpretación de temas pop de todo tipo. Pero aún mucho más importante fue el enfoque de esta práctica llevado a cabo en el downtown neoyorquino por dos de sus estrellas, Zorn y Frisell. John Zorn es un músico hiperactivo al que le gusta atacar con su enorme personalidad todo tipo de repertorio, desde las bandas sonoras de Ennio Morricone, Henry Mancini, Howard Mandel, John Barry, Nino Rota o Jerry Goldsmith hasta la música de Ornette Coleman o los clásicos de Blue Note. Alguna vez lo hace incluso en el mismo disco, con una integridad y honestidad implacables, que anuncian la nueva cultura híbrida e hiper- trofiada de los músicos algo más jóvenes que él. En varios de sus innumerables proyectos intervenía Bill Frisell, un inclasificable guitarrista capaz de tocar desde todo tipo de jazz hasta noise puro y duro, con un sonido que tenía tantas referencias en el jazz como en el rock y, sobre todo, el country. En 1992 publicó el disco ecléctico por excelencia, su influyente Have A Little Faith, con temas de John Hiatt, Bob Dylan o Madonna junto a standards, temas de Sonny Rollins, Charles Ives o Buddy Waters, una canción de Stephen Forster, una marcha de John Phillip Sousa y la suite “Billy The Kid” de Bernstein. Con este disco se abrió definitivamente la veda para tocar casi cualquier cosa en el jazz, creando al mismo tiempo un marco de referencia espectacular para una nueva música y una nueva cultura, la Americana, que refrescaría el panorama del rock y el country estadounidenses de ahí en adelante, ampliando notablemente sus horizontes. Todo vale, para lo bueno o para lo malo Medeski, Martin y Wood encadenando en un medley imposible pero lleno de coherencia a Bob Marley con Thelonious Monk. Cassandra Wilson haciendo maravillas con temas de soul, de U2, de Joni Mitchell, los Monkees, Neil Young o Van Morrison. Los Bad Plus tocando canciones de Abba, Aphex Twin, The Pixies, Black Sabath Blondie, Nirvana o Björk junto a standards de Rogers y Hart. Jacky Terrasson tocando cosas de Pink Floyd o Charles Trénet en el mismo concierto. Mehldau intentando alejarse de su modelo, Keith Jarrett, alternando los standards que toca éste con temas de Joni Mitchell, Nick Drake, Oasis o Radiohead. Jason Moran tocando el “Planet Rock” de Africa Bambaata tras el “Crepescule With Mellie” de Monk. Pianistas tan distintos como Cyrus Chestnut y Baptiste Trotignon haciendo fabulo- sas versiones de Elvis Presley. Músicos tan alejados aparentemente del universo post metal o post punk como el propio Chestnut y James Carter dedicando un disco entero a versionear a los Pavement. ¿Es todo esto pura moda o signo de los tiempos que corren? Parece ser que hay algo de ambas cosas. Puede que en cierto modo muchas de estas versiones que se hacen hoy las escuchemos dentro de treinta años con la misma triste sonrisa que nos producen hoy aquellas horrorosas y obligatorias versiones de “Yesterday” a finales de los sesenta. Está claro que algunos utilizan esto como una manera inteligente de llegar a un público nuevo, que se ha criado con esa música, pero parece también claro que Mehldau o Ethan Iverson, como cualquier joven de su edad y su entorno, escuchan a Nirvana y Oasis. Es evidente que ya poca gente se cría escuchando a Julie Andrews en “Sonrisas y lágrimas”, como que a Moran le ha rodeado, como a cualquier joven negro (o blanco, o lo que sea) estadounidense (o de cualquier otro sitio) el hip hop durante su infancia y adolescencia, seguramente con mayor facilidad que la música de Monk. Recuerdo algo que me dijo Miles Davis en una enriquecedora conversación en el verano de 1985: “la música es únicamente sonido, y el sonido de la calle es distinto hoy que hace veinte o treinta años, así que… ¿cómo voy a tocar hoy la misma música que en 1955 ó 1965?” Muchos asociamos diversos standards con la sordina Harmon de Miles antes que con los espectáculos de Broadway de los que salieron, que nosotros no conocimos, como no fuera en sus versiones cinematográficas. A mi me gusta Joni Mitchell desde niño, y “Don’t Interrupt The Sorrow” siempre ha sido una canción especial para mi, pero tal vez en el futuro, muchos jóvenes pianistas recuerden esta canción por la soberbia interpretación de Brad Mehldau, un pianista que me resulta en cambio tremendamente frío tocando standards. ¿Será que esta sí es una música más de su tiempo? ■ Verano 11 Más Jazz /29 DOSSIER Dossier Jazz y Rock 7/6/11 01:44 DOSSIER Dossier Jazz y Rock 30/ Más Jazz Verano 11 Página 30 7/6/11 01:44 Página 31 Jazz y rock, amigos para siempre Otras voces, otros ámbitos Brad Mehldau Brad Mehldau ha trabajado muy intensamente desde sus inicios para labrarse una carrera musical diferenciada del resto de músicos de su generación, y ello lo ha conseguido a través de un proceso muy personal de asimilación de diversas fuentes musicales: el jazz, la música clásica, el pop y el rock. Mehldau ha mostrado desde los inicios una indesmayable tendencia a dejarse seducir por otras músicas, circunstancia que ha incidido en su proceso de aprendizaje de músico de amplias miras, ha alimentado sus peculiaridades expresivas y ha abierto de par en par su songbook con opciones poco habituales dentro del repertorio jazzístico. POR JUAN CARLOS ABELENDA A lo largo de su ya dilatada trayectoria discográfica, Mehldau ha exhibido una gran maestría para tejer un lenguaje y un sonido extremadamente singularizado, en donde la combinación de géneros musicales tan heterogéneos le ha proporcionado un estilo interpretativo donde se entremezclan conceptos armónicos con una utilización de ideas melódicas muy libres. Al tomar prestado de diversos géneros, Mehldau ha entendido y se ha hermanado con conceptos musicales como el romanticismo del siglo XIX, provenientes de músicos como Brahms, Beethoven, Shumann o Chopin. Brad Mehldau es un romántico declarado y palmario. Ya lo aseveró de forma categórica en las notas que acompañaban de Elegiac Cycle (Nonesuch, 1999), al afirmar de forma textual: “a menudo recuerdo una conversación con mi amigo Evan. Él me habló de un viejo profesor suyo que mantenía que el Romanticismo nunca ha muerto, que algo como el punk-rock fue una natural progresión de la romántica idea del artista, con su habilidad para expresarse él mismo independientemente”. Para acabar señalando más adelante: “por que yo soy probablemente un romántico desesperado”. Pero el término romántico Mehldau lo utiliza en el sentido histórico del vocablo (como un período bien diferenciado de la cultura oc- cidental), pero también con las connotaciones obvias de lo sentimental y emotivo. Aquel trabajo en solitario, Elegiac Cycle, fue todo un manifiesto a favor del romanticismo, y en consecuencia de la pasión y de la afectividad, todo ello a través de la vía de lo elegíaco, con una especial subordinación de la forma con respecto a la idea. Es una grabación con un valioso rédito intelectual, pero a la vez intenso, emotivo, sentimental y con una concepción y calidad de ideas que beben de diversas fuentes. Estamos ante uno de los discos a piano solo más introspectivos y de una mayor búsqueda sonora desde la irrupción de los famosos conciertos en solitario de Keith Jarrett. Esta manifiesta tendencia hacia lo romántico, entendido en su concepción cultural, se ha ido amplificando con los años proporcionando proyectos en la línea de los ciclos de lieder del Romanticismo centroeuropeo, como Love Songs (Nonesuch, 2006) junto a la mezzo soprano Renee Fleming, ciclo de canciones sobre poemas de Rainer Maria Rilke y Louise Bogan, o Love Sublime (Naïve, 2010), con Anne Sofie Von Otter, un trabajo con dos compactos bien diferenciados, el primero estructurado sobre poemas de Sarah Teasdale y musicados por Mehldau, y un segundo basado en un repertorio de temas clásicos y modernos. Pero aparte de esta clara influencia de la música clásica, en particular la del período romántico, que el mismo reconoce de forma explícita en las notas de sus grabaciones y en la gran cantidad de escritos que ha llevado a cabo, hay otra manifiesta e importante influencia en la música de Mehldau; es la procedente de la música pop y rock. Este influjo es apreciable tanto en su discografía como en los conciertos en directo que ofrece, con independencia del formato en que los lleva a cabo, ya sea en dúo, trio o a piano solo. Brad Mehldau ha pasado por la enseñanza de algunos de los mejores pianistas como Fred Hersch, Junior Mance o Kenny Werner, lo que le ha permitido recabar un excelente bagaje musical anclado en la gran tradición del jazz (Coltrane, Monk, Miles Davis) así como en la tradición del piano (pasando por Bill Evans y llegando hasta Keith Jarrett), lo que ha ido combinando con sus intereses musicales, muy especialmente en el repertorio de Radiohead o de The Beatles. Esta influencia por el grupo británico la puso de manifiesto en su disco The Art of The Trio, Volume 1 (Warner Bros, 1997), una grabación con un título bastante ostentoso y que siempre se la ha criticado, y donde ya interpretaba una deliciosa lectura del tema “Blackbird” de The Beatles, donde el tema flota de forma sensual a lo largo Verano 11 Más Jazz /31 DOSSIER Dossier Jazz y Rock DOSSIER Dossier Jazz y Rock 7/6/11 01:45 Página 32 de toda la interpretación con ciertos aires funky y notas gospel. Resulta curioso que mientras otros pianistas se esfuerzan de forma denodada por parecer modernos, Mehldau suena completamente natural y espontáneo, y ello por si sólo ya supone un signo de distinción. Esta influencia pop y rock es ensanchada de forma más notoria en el disco The Art of The Trio, Volume 3, Songs (Warner Bros, 1998), al interpretar dos temas con fuerte calado rockero, “Exit Music (For a Film) de Radiohead y “River Man” de Nick Drake, ejecutado este último de forma muy sofisticada y apoyado en todo momento por una fuerte línea melódica; en el compacto The Art of The Trio, Volume 4, Back At The Vanguard, (Warner Bros, 1999) donde interpreta de nuevo el tema de Radiohead y en The Art of The Trio, Volume 5, Progresión, (Warner Bros, 2001) el cual contiene una fantástica y brillante versión del tema de Nick Drake “River Man” (una interpretación mucho más larga que la llevada a cabo en el Vol. 3 de la serie). Con la interpretación de estos temas Mehldau demuestra un detalle importante, y es que puede extraer la esencia de una composición y convertirla en jazz, sin importar los orígenes de la misma. Pero la grabación que supuso un punto de inflexión a nivel musical en su carrera discográfica fue el proyecto Largo (Nonesuch, 2001). Este compacto fue una grabación interesante por diversos motivos: era la primera vez que Mehldau grababa con un grupo más amplio que su formación habitual en trio (algunos músicos procedían del rock como los bateristas Matt Chamberlain y Jim Keltner); Mehldau toca el vibráfono en un par de temas; era la primera vez que utilizaba una gran cantidad de efectos sonoros y de recursos 32/ Más Jazz Verano 11 propios de otros estilos musicales y ajenos al jazz; el trabajo se encontró muy “producido” y en el mismo se percibe un aire muy pop (influencia que provino principalmente de la aportación del reconocido productor Jon Brion, no sólo con la producción como tal, sino también colaborando a la hora de escribir los temas y en la interpretación de instrumentos). El resultado de todo ello fue un trabajo muy experimental y muy amplio estilísticamente, con una concepción sonora muy cercana al pop no sólo por el repertorio escogido (algunos temas de The Beatles como “Dear Prudence” y “Mother Nature´s Son” o como el tema de Radiohead “Paranoid Android” y otros temas compuestos para el mismo), sino por la utilización de acentos armónicos a veces muy simples trufados de ritmos y texturas pop, en donde la sección rítmica juega un papel importante y donde Mehldau se aleja de su interpretación más lírica y romántica, para aproximarse a una ejecución más racional y cerebral. Con ello Mehldau demuestra que para él los pa- rámetros menos jazzísticos (provenientes del pop y rock) le son válidos para su concepción tanto estilística como musical. Esta concepción estilística y musical que se señala, Mehldau la ha ido ahondado y perfeccionando a lo largo de los años tanto en la formación de trio (junto a Larry Grenadier y Jeff Ballard), en dúo (en las colaboraciones con Pat Metheny y los discos grabados frutos de la misma, Metheny & Mehldau –Nonesuch, 2006- y Metheny & Mehldau, Quartet -Nonesuch, 2007-), como en los recitales a piano sólo que ofrece a pesar de las escasas grabaciones oficiales que ostenta en su discografía (el último y más reciente el estupendo Live in Marciac Nonesuch, 2011-), todo y que existe una buena cantidad de discos piratas (bootlegs) que atestiguan esta tendencia. Todo lo señalado confirma que la buena música se encuentra en muchos estilos musicales, valorando Mehldau en su justa medida la calidad de los compositores contemporáneos (tanto del pop como del rock); lo que viene a demostrar que aprovechando de forma inteligente la reamornización de los acordes, el uso perspicaz de las melodías y el manejo del ritmo para fines diversos se puede transformar composiciones muy variadas y de procedencia diversa, en potenciales y creativos temas de jazz. Algo parecido intentó llevar a cabo Herbie Hancock en su trabajo discográfico The New Standard (Verve, 1996) en donde reversionaba temas de Peter Gabriel, Stevie Wonder, Sade, Paul Simon, Prince, The Beatles o Kurt Cobain. También hay que señalar que es más que lógico que en el ADN y en la educación musical del pianista americano, haya crecido con unas fuentes musicales mucho más actuales (provenientes del pop y el rock), lo que irremediablemente hace que “beba” de 7/6/11 01:46 Página 33 Jazz y rock, amigos para siempre fuentes musicales que les son muy próximas y muy conocidas, y que sin duda alguna sirvan de inspiración o creación. El último gran proyecto en el que Mehldau vuelve a arriesgar a nivel musical, es el ambicioso disco Highway Rider (Nonesuch, 2010). Es su primer disco grabado con una orquesta de cámara compuesta por 23 músicos y donde explora su pianismo con las repercusiones de esta orquesta de cuerda y diversos instrumentos de viento (tres cornos franceses, un oboe y un fagot), más la presencia de dos bateristas, el añadido de Joshua Redman y la sección rít- ven, con una destacada utilización de los sonidos graves de la cuerda. Mehldau se deja seducir por el lenguaje armónico de Strauss, muy notable en su economía de medios instrumentales y por la perfección expresiva tanto a nivel armónico como melódico. Todo esto lo intenta conseguir a través de una faceta que a lo largo de los años ha ido emergiendo lenta pero segura, la composición entendida en su concepción mica de su trio. Este trabajo que se encuentra de nuevo producido por el productor de pop Jon Brion, consta de una suite orquestada y compuesta por el propio Mehldau de quince piezas donde se combinan partes orquestales, secciones en formato de quinteto, cuarteto, trio y dúo. El espejo en el que se mira este proyecto (a nivel estructural e instrumental) es el Metamorfosis de en del compositor alemán Richard Strauss llamada Metamorphosen, una composición para veintitrés instrumentos solistas de cuerda, que utiliza como motivo principal un pasaje característico de la Marcha Fúnebre de la Tercera Sinfonía de Beetho- “culta”; toda la música de Highway Rider esta íntegramente compuesta por el pianista, y en ella es posible encontrar un buen número de idiomas musicales: la tradición musical europea, la tradición musical americana, la proveniente de la música culta europea, el flamenco, planteamientos jazzísticos e influencias tanto del pop como del rock. Mehldau, ante este laboratorio de ideas, se encuentra extremadamente cómodo, por las posibilidades estilísticas que le ofrece, pues no nos encontramos ante un la obra de un grupo de jazzmen acompañados de una orquesta de cuerda, sino ante piezas que fluyen con naturalidad, inte- grando de manera homogénea elementos de distinta procedencia. Un ejemplo es el tema que da nombre al trabajo, “Highway Rider”, que es ejecutado en trio (como baterista Matt Chamberlain) con un fuerte sustrato rítmico pop muy acusado y uniforme que sirve de base para los desarrollos pianísticos de Mehldau, de raíz romántica pero de gran amplitud armónica, muy activo con ambas manos (especialmente la izquierda). Esta asimilación de la heterogeneidad es más fácil observarla en el segundo compacto de este trabajo, donde encontramos ciertos momentos de tensión creativa entre la orquesta de cuerdas, las participaciones sonoras de Jeff Ballard y Matt Chamberlain (doble batería) y las aportaciones solistas de los músicos, como por ejemplo en el tema, “We´ll Cross The River Together” y “Always Returning” o en el tema de aire aflamencado “Capriccio”. También hay espacio para los temas más jazzísticos, como el tema interpretado por su trio en “Into The City” o en cuarteto “Come With Me”. En definitiva Highway Rider participa de ciertos elementos musicales semejantes al compacto Largo propiciados por el encuentro de diversos mundos musicales, pero muy especialmente del jazzístico proveniente de Mehldau y del pop por parte de Jon Brion, pero sin dejar al margen su ascendencia con la música clásica, modalidad que se verá ampliada, perfeccionada, estudiada y experimentada gracias al anuncio llevado a cabo en la primavera pasada por el Carnegie Hall de Nueva York, al conceder a Brad Mehldau (y ser el primer músico de jazz en conseguirlo) la Richard and Barbara Debs Composer’s Chair para la temporada 20102011. Una plaza que ha sido ocupada por músicos de la talla y calidad de Pierre Boulez, Elliott Carter o John Adams. Una prueba más de que estamos ante un músico total: técnicamente deslumbrante, emocionalmente intenso y con una curiosidad permanentemente abierta a muy diversos estímulos sonoros. ■ Verano 11 Más Jazz /33 DOSSIER Dossier Jazz y Rock DOSSIER Dossier Jazz y Rock 7/6/11 02:05 Página 34 El "soul" sinfónico dibuja paisajes de la música norteamericana The Bad Plus La música norteamericana abarca un largo recorrido de estilos y géneros musicales que reflejan el mestizaje de sus múltiples culturas y pueblos. Nos ofrece géneros tan diversos como el ragtime, los blues, el jazz, el zydeco, el R&B, el soul, la salsa, el hip-hop, el pop y el rock. Dentro de estos géneros encontramos subcategorías que en algunos casos pueden generar confusión: dentro del jazz coexisten el bebop y el "jazz libre"; el hip-hop puede ser de la costa Oeste o Este; el rock puede ser duro, indie, o heavy metal; y un largo etcétera. POR KWAME DIXON * L a categorización de los géneros musicales puede caer en lo superficial o arbitrario, y en algunos casos ni siquiera resulta útil. En su nivel más básico, las etiquetas musicales ayudan al oyente a identificarse mejor con un estilo o género de música, pero al mismo tiempo permiten que las discográficas dividan y confundan al público. Y como sucede con cualquier arte, la música no encaja fácilmente en compartimentos prefabricados. Este enfoque etiqueta a los artistas, en muchos casos de manera errónea, con clasificaciones confusas y arbitrarias. ¿La música de Nina Simone era pop, blues o jazz? Abandonó Miles Davis el jazz al final de su vida? ¿Norah Jones es una cantante folk que toca jazz, o una jazzista que toca folk? La interpretación que se hace de la música en base a categorías arbitrarias y confusas nos obliga muchas veces a hacernos este tipo de preguntas. Pero resulta que la música es un fenómeno abierto, fluido y elástico; no se adhiere a ninguna frontera, y como arte siempre está rebasando límites, explorando horizontes y emprendiendo nuevos rumbos. La música, y los músicos que la producen, desafían cualquier intento por clasificarles. The Bad Plus representa a ese colectivo de músicos que desafía de manera 34/ Más Jazz Verano 11 permanente la clasificación, la jerarquización y la imposición de fronteras. El trío, compuesto por el bajista Reid Anderson, el pianista Ethan Iverson y el baterista David King, nació a principios de los años 90 y ha grabado nueve CDs de diversos géneros y estilos. Su música se encuentra en un cruce de caminos entre el pop, el rock, el jazz y la música clásica, produciendo una sinergia de estructuras armónicas precisas, melodías abiertas y ritmos funky. Cualquier grupo bien entrenado podría interpretar su música, pero The Bad Plus produce 7/6/11 02:05 Página 35 Jazz y rock, amigos para siempre un sonido valiente, intenso y dinámico que es poco común. Se mueven con facilidad más allá de fronteras musicales estáticas, interpretando piezas de pop/rock como "We are the Champions" de Freddy Mercury, "Smell like teen spirits" de Nirvana o "Iron Man" de Black Sabbath, además de composiciones originales como "Original Gentleman," un homenaje al baterista de jazz Elvin Jones. El grupo tiene una filosofía sencilla y provocadora. Se adhiere a una premisa democrática e igualitaria basada en la idea de que la música y los músicos no tienen por qué situarse en diferentes niveles jerárquicos. Este enfoque pretende romper con las jerarquías impuestas por gran parte de la industria musical. Según Iverson, el pianista, "el Siglo 20 nificativo como el de los compositores clásicos. Todos forman parte de un legado de grandes músicos y, como tales, merecen el mismo reconocimiento y respeto... esto es necesario para reconocer el valor de cada aspecto de la música del Siglo 20, sin importar el género en el que se especializaba el compositor." La reflexión de Iverson nos lleva a replantearnos la actual jerarquización musical, que favorece a los compositores de música clásica y en algunos casos del jazz a la vez que confina a los "otros" a categorías inferiores. El trío The Bad Plus no solamente desafía las jerarquías establecidas por el está repleto de música de grandes compositores, pero es un error pensar que ésta se reduce al género de música clásica, jazz, u otros géneros categorizados como 'arte superior' o 'high art.' En ese período también hubo compositores de pop o de rock cuyo trabajo fue tan sig- pensamiento occidental, sino que nos ayuda a ampliar nuestra visión del rock, del pop, del jazz, de la música clásica y de otros géneros. Sus integrantes nos invitan a tener una mente más abierta y flexible a la hora de escuchar música o de reflexionar sobre ella. Bach y Beet- hoven tienen más que merecidos sus puestos en el altar de la música clásica, aseguran, pero esto no les otorga más validez que a Bob Marley, Bob Dylan o Bruce Springsteen. Al retar la categorización y desmontar las jerarquías musicales occidentales, The Bad Plus está descolonizando los espacios tradicionales de la música, a la vez que propone nuevos modelos democráticos basados en el respeto a la diversidad del talento musical. Iverson asegura que "nos importa mucho la música clásica y también nos importan las formas más improvisadas del rock, el pop y el jazz. Podemos darles a Ligeti, Stravinsky y Babbit el respeto que merecen, y al mismo tiempo reconocer a compositores como Kurt Cobain, Roger Waters y David Gilman como poetas." Este enfoque no es nuevo y se acerca a la visión del bajista Charles Mingus, los pianistas Ahmad Jamal y Billy Taylor, y muchos otros que nunca creyeron en la utilidad de las etiquetas y las jerarquías musicales, y que han asegurado que el "high art" debería incluir (y no excluir) a un grupo más amplio de músicos, compositores y géneros musicales. Si la democracia y el igualitarismo son tan importantes para The Bad Plus, ¿cómo expresan estos valores en su interpretación y su sonido musical? Para empezar, en sus grabaciones, los tres instrumentos (bajo, piano y batería) se mezclan con niveles similares, otorgando a cada músico y su instrumento la misma importancia. Además, se mueven desde estructuras armónicas sencillas a las más complejas con crescendos lentos y a pasos acompasados, permitiendo que cada músico interprete su sonido único, añadiendo capas musicales sobre estructuras comunes, y comunicándose acerca de la dirección final de la pieza. Otra expresión de esta democracia musical la proporciona el baterista Dave King mediante una fuerza rítmica y clara, distribuida de manera uniforme. Y por último, cada músico aporta su singular energía, armonía, melodía y ritmo, pero siempre desde una estructura colectiva. Tocan juntos, no uno contra otro. Estos cuatro elementos crean las Verano 11 Más Jazz /35 DOSSIER Dossier Jazz y Rock DOSSIER Dossier Jazz y Rock 7/6/11 02:06 Página 36 bases para un sonido holístico e igualitario que queda en evidencia en "Tom Sawyer" (Prog, 2007) y en "You Are" y "Never Stop" (Never Stop, 2010), cuyos arranques lentos y funky y armonías sencillas dan paso a tempos más rápidos y polirritmos más complejos. En temas pop/rock más familiares como "We are the Champions" de Mercury (Blunt Object, 2005) o "Smell like Teen Spirit" de Nirvana (These are the Vista, 2003) escuchamos un sonido de una originalidad y frescura poco comunes en los remakes. En noviembre de 2010 durante el XXVII Festival de Jazz de Madrid, el poder acústico y sin adulteración de The Bad Plus llenó la sala del Teatro Fernán Gómez. Interpretaron sobre todo composiciones originales de su disco ‘Never Stop’ (2010). Ritmos tensos, armonías con trazos de blues y animadas melodías se mezclaron para producir un sonido sinfónico y lleno de soul; en conjunto evocaba la sensación de estar escuchando una sinfonía basada en armonías de jazz y blues. Como trío, los músicos se comunicaron entre ellos empleando un dialecto musical especial y al mismo tiempo trasladaron su sonido de manera efectiva hasta el público. Interpretaron ‘The Radio Tower has a beating Heart’ con sonido sinfónico pero texturas de jazz. En ‘Never Stop’, el ritmo lento y funky de la batería dialogó con las notas picadas y melódicas del piano de Iverson. Inevitablemente, muchos sentenciarán que The Bad Plus es un trío de rock indie que intenta interpretar el jazz, mientras que otros ofrecerán el argumento opuesto. Tras más de una década de existencia, al trío todavía le persiguen estas cuestiones. ¿Son The Police interpretando a Monk? ¿Mesdeski, Martin and Wood tocando a Zeppelin? No: son The Bad Plus tocando buena música que nos reta a ir más allá de las estrechas fronteras musicales. Lo más importante es que The Bad Plus tiene un sonido único y valiente que desafía las categorías musicales vigentes. Una buena introducción para aquellos que quieran explorar su música influida por el rock y el jazz es ‘These are 36/ Más Jazz Verano 11 the Vistas’, con temas de ‘Smell like Teen Spirit,’ (Nirvana) ‘Heart of Glass’ (Blondie), y ‘Film’ (Aphex Twin). Para los que prefieran un sonido más indie, For All I Care’ con Wendy Lewis es un buen comienzo, especialmente recomendable por la voz hipnótica de Lewis, con clara influencia del blues. Mientras, ‘Never Stop’ destaca la faceta más jazzística del trío. The Bad Plus tiene mucho que ofrecer a aficionados de la música con imaginaciones fértiles y flexibles, y con ganas de viajar a través de fronteras y géneros. The Bad Plus nos dibuja paisajes de la música norteamericana. ■ DISCOGRAFÍA: — The Bad Plus (Fresh Sound, 2001) — Authorized Bootleg (Self-Release 2002) — These are the Vistas (2003 Columbia) — Give (2004 Columbia) — Suspicious Activity (2005 Columbia) — Blunt Object: Live in Tokyo (2006 Columbia) — Prog (2007 Heads Up Universal) — For All I Care: Con Wendy Lewis (2009 Heads Up Universal) — Never Stop (2010 Eone Music) ––––––– * Syracuse University Traducción por Maria Carrión. Dossier Jazz y Rock 7/6/11 02:51 Página 37 DOSSIER Jazz y rock, amigos para siempre The Thing mirando libremente al rock Si algo ha demostrado y sigue demostrando el trío nórdico The Thing a lo largo de más de diez años es la cercanía que pueden llegar a tener ciertas músicas aparentemente ajenas e incompatibles entre sí gracias a un tratamiento de choque a base de elementos propios del free jazz y la libre improvisación. A lo largo de su repertorio aparecen temas propios, improvisaciones libres o creaciones instantáneas, así como composiciones de grupos y músicos tan diversos como Don Cherry, Led Zeppelin, la británica PJ Harvey, Peter Brötzmann, el grupo de garage de los 60 The Sonics, Albert Ayler, The Cramps, Duke Ellington, Yeah Yeah Yeahs, James Blood Ullmer, el dúo de garaje recientemente disuelto The White Stripes, las japonesas 54 Nude Honeys, el grupo de música tradicional húngaro Muzsikás o el grupo británico de música dance Groove Armada. POR PACHI TAPIZ Verano 11 Más Jazz /37 DOSSIER Dossier Jazz y Rock 7/6/11 02:51 L Página 38 a historia del trío comienza en el año 2000. El saxofonista sueco Mats Gustafsson, el contrabajista Ingebrigt Haker Flaten y el baterista Paal Nilssen-Love (ambos noruegos e integrantes del quinteto Atomic), dan varios conciertos previos a la grabación de su primer disco titulado The Thing en Crazy Wisdom, un subsello sueco de la multinacional Universal. Pocos datos indicaban tal asimilación de temas provenientes del rock y la música pop (en su acepción de popular), ya que el disco y el grupo eran un homenaje a Don Cherry: cuatro de los seis temas eran versiones de composiciones del trompetista, un quinto era el homenaje “Ode to Don”, mientras que el sexto era una breve improvisación. Un año después el trío, que ya había tomado como nombre para la formación el título de su estreno discográfico, graba su segundo CD titulado She Knows... nuevamente en Crazy Wisdom. Lo hace en compañía del veterano saxofonista y especialista en la pocket trumpet Joe McPhee, músico perteneciente a la segunda generación de músicos de free jazz norteamericanos. Salvo una versión de “Old Eyes” de este último, el resto son una lectura de “The Thing” de Don Cherry, así como versiones de temas del guitarrista James Blood Ullmer, el saxofonista Frank Lowe, el tema tradicional “Going Home” y un sorprendente “To Bring You My Love” de la musa del indie rock britanico PJ Harvey. En 2005 vería la luz el directo Live At Bla, que a pesar de la fecha de edición fue grabado en 2003. Joe McPhee, Norman Howard, Charles Tyler, Don Cherry, David Murray y The White Stripes eran los autores de unos temas que The Thing exponía sin fisuras y sin solución de continuidad. Nuevamente aparecían autores clásicos del free jazz junto a uno de los mejores representantes del nuevo rock. 38/ Más Jazz Verano 11 Jazz y rock, amigos para siempre Es en 2004 cuando el grupo da el salto definitivo en forma de grabación a su particular fusión de alta energía de free jazz, improvisación libre y rock. El artefacto sonoro se tituló Garage, toda una declaración de intenciones, y en él versioneaban “Art Star” de Yeah Yeah Yeahs y “Aluminium” de The White Stripes (ambos grupos en activo en esos momentos); a continuación sendos temas de los jazzmen Norman Howard y Peter Brötzmann. Finalizaba la des- yado por una rítmica sobresaliente. Incluso se permitían terminar el tema incluyendo unos cuantos segundos consistentes en pequeñas ráfagas de feedback, algo más propio y habitual en el rock de alto voltaje. Sin embargo lo más jugoso de sus incursiones en el rock todavía estaba por llegar. Entre 2005 y 2007 publicaron dos mini-LP y un CD en compañía del grupo de garaje noruego Cato Salsa Experience y Joe McPhee. En Sounds Like a Sandwich se despachaban con el tema homónimo de los Cato Salsa Experience, el “Whole Lotta Love” de los Led Zeppelin y “Our Prayer” de Don carga con dos improvisaciones libres entre las que situaban una salvaje versión del mítico “Have Love Will Travel”. El tema, compuesto en 1959 por Richard Berry (autor del no menos mítico y reconocido “Louie, Louie”) y popularizado en 1965 por el grupo de garaje proto-punk The Sonics, se puede considerar como una de las mejores muestras de esa rama del universo de estilos del rock. En apenas dos minutos y quince segundos fueron capaces de hacer una lectura que explotaba los riffs del tema original e incluía una energética improvisación de Mats Gustafsson apo- Ayler, hermano del mítico Albert Ayler. En 2007 un nuevo mini-LP, I See You Baby, visitaba el tema rompepistas popularizado por el grupo de dance británico Groove Armada y “Nation Time” de Joe McPhee. Ese mismo año publicaban el larga duración Two Bands And A Legend que recalaba en canciones de The Cramps, PJ Harvey de nuevo (con un glorioso “Who The Fuck”), el ya mencionado himno del garage “Louie Louie”, así como temas de Mats Gustafsson (el precioso “Tekla Loo”), Mongezi Feza y James Blood Ullmer. ¿De dónde venía esa asociación con un 7/6/11 02:51 Página 39 grupo de rock ajeno a la escena del free jazz y la libre improvisación? En ello toma un importante papel el rol activo de los integrantes de The Thing en la escena del rock underground. Además está el interés de los tres integrantes de The Thing en el rock no convencional (por llamarlo de algún modo y para evitar recurrir a una larga lista de etiquetas). Es algo más que habitual que en los discos en que participa Mats Gustafsson se le vea en las fotografías de las carpetillas exhibiendo camisetas de algunos de los grupos de rock a los que versionean, aunque esas grabaciones en concreto tengan poco o nada que ver con el estilo de dichos grupos. Por ejemplo, una gloriosa camiseta de The Cramps en una grabación de la Barry Guy New Orchestra. Es también en 2007 cuando se publica en DVD, en la caja Now And Forever, su participación en 2005 en el festival Øyafestivalen de Oslo. Además de sus versiones de temas de rock correosas y sin contemplaciones, incluye un tema de más de 10 minutos junto a Thurston Moore, guitarrista y miembro los neoyorkinos Sonic Youth, grupo icono del rock de vanguardia desde finales de la década de los 80 hasta la actualidad. Es más que conocida la afición de ese guitarrista a escuchar músicas de muy diversa procedencia, y en concreto al free jazz. Lo cierto es que sus seis cuerdas se acoplan perfectamente (y nunca mejor dicho) al grupo en la ruidosa “No Crowd Surfing”, tema que por otro lado encajaría como un guante con el repertorio de noise rock más extremo que practica dicho grupo. No fueron éstas las últimas incursiones del grupo grabadas en el rock., aunque en el intermedio se publicó Hide Out en cuarteto con un invitado especial, el saxofonista Ken Vandermark. El disco estaba grabado en directo, y recogía una improvisación de cuarenta minutos en la que no había referencia alguna a temas concretos de grupos de rock o de jazz. Bag It!, grabado en 2009, incluía un CD extra recogido nuevamente en directo que incluía la improvisación de 30 minutos “Beef Brisket (For Ruby’s)”. Sin embargo la grabación original incidía en las versiones con temas de Duke Ellington, Albert Ayler, los grupos de rock 54 Nude Honeys y The Ex, así como del compositor experimental sueco Ake Hodell; Mats Gus- tafsson también aportaba una pieza, lo mismo que el trío aunque en forma de explosión creativa instantánea. Ambos CD mostraban las posibles estrategias del grupo a la hora de afrontar sus directos: conciertos con unas pocas improvisaciones extensas o con temas escritos previamente. De 2009 es también Sinjuku Crawl, grabado en directo por el guitarrista Jim O’Rourke en una gira japonesa con el guitarrista, turntablista y terrorista sonoro Otomo Yoshihide. En diciembre del pasado año The Thing visitó España para pasar por el festival Internacional de Jazz de Sigüenza. Las dudas iniciales acerca del planteamiento de su concierto (improvisación libre de una pieza frente a versiones de temas propios y ajenos), se quedó en un punto intermedio en forma de varias improvisaciones largas, pero no tan extensas como para llevarse la totalidad o gran parte del concierto. En ellas fueron surgiendo y desapareciendo retazos de melodías ya conocidas entre sus creaciones instantáneas, en el que fue uno de los mejores conciertos hasta la fecha de ese festival. ¿Qué camino tomará The Thing en el futuro? En primer lugar, parece que el grupo continúa experimentando no sólo en cuanto a su repertorio, que parece haber alcanzado un cierto punto de estabilidad en el que su forma es la de improvisaciones libres de cierta extension con referencias puntuales a distintas composiciones, sino sobre todo en cuanto a la propia formación. En concreto, el año pasado giraron con la formación The Thing XXL en la que participaban el trompetista Peter Evans, Terry Ex (guitarrista del grupo holandés de punk –en sus orígenes– The Ex), el pianista Jim Baker y el tubista Mats Aleklint. El pasado mes de abril grababan en Vilnius un concierto en directo (que publicará NoBussinessRecords a finales de 2011) con el contrabajista Barry Guy. A pesar de sus más de diez años en activo, habrá que seguir atento a sus evoluciones. Y que nadie busque, al menos de momento, versiones de Björk, Nirvana o Radiohead, por citar algunos grupos más habituales a la hora de versionear temas de procedencia del rock o del pop en la actualidad: la suyo es, por fortuna, una música bastante más cruda. ■ Verano 10 Más Jazz /39 DOSSIER Dossier Jazz y Rock DOSSIER Dossier Jazz y Rock 7/6/11 03:03 Página 40 Jazz y rock, amigos para siempre 45 años de discos de jazz Momentos rock Desde la aparición del rock, y más aún desde el despegue comercial de esta música, muchos músicos de jazz han sustituido los tradicionales standards por temas del nuevo cancionero popular generado en el rock y el pop. Los que siguen no son, ni mucho menos, todos los discos donde esto ha ocurrido, sino una simple y personal elección de curiosidades al respecto, que pueden interesar a cualquier aficionado al jazz. POR JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU Si hubiesen trabajado más a menudo sobre este repertorio, nadie hablaría de la originalidad de algunos músicos al hacerlo hoy, y aún así, comparando esta joya con mucho de los que éstos hacen, la categoría de Jarrett, Haden y Motian determina otra liga. División de honor. GARY BURTON ‘Just Like A Woman’ y ‘I Want You’ de Bob Dylan, en TENNESSE FIREBIRD Burton, pionero del jazz rock, es un músico injustamente menospreciado, y este disco es poco conocido por el gran público. Ya en 1966 el vibrafonista estaba añadiendo al cóctel de jazz y rock aderezos de country y bluegrass, en una forma que recuperaría Bill Frisell tres décadas después. Roy Haynes y Steve Swallow no desentonan en una banda de estudio con varios músicos de Nashville, incluidos los míticos Chet Atkins, Charlie McCoy, Buddy Spicher y Buddy Emmons. Burton ya veía a Dylan entonces como el gran compositor de rock, y estas versiones demuestran su acierto al elegir tocar sus canciones. KEITH JARRETT ‘My Back Pages’ de Bob Dylan, en SOMEWHERE BEFORE. Jarrett con Haden y Motian, en el trío que más adelante se convertiría en su gran cuarteto americano, en directo en el club de Shelly Manne. El paso firme y rotundo de Haden demuestra que podría haber sido uno de los grandes músicos del rock con raíces en el country, Motian lo adorna con su desparpajo habitual, y Jarrett sienta la cátedra sobre la que trabajarán treinta años después este mismo tipo de repertorio tantos otros pianistas. ‘All I Want’ de Joni Mitchell, en THE MOURNING OF A STAR. Una deliciosa balada rock de la gran compositora de este nuevo universo, en el que el trío se mueve de maravilla. 40/ Más Jazz Verano 11 CHET ATKINS ‘Mr. Bojangles’ de Jerry Jeff Walker. Este clásico del rock que todo el mundo conoce por la versión de Dylan, en realidad fue antes un hit country, y Atkins es su intérprete ideal. El guitarrista sufrió la obligación de hacer discos con canciones de los Beatles en los sesenta, pero aún en esa época dejó perlas tocando temas pop, y aquí, pocos meses antes de morir, relajado y a solas en su 7/6/11 03:03 Página 41 casa, dejó una muestra más de su clase única como aportación final a un legado increíble. NINA SIMONE cantando temas de Leonard Cohen, Bob Dylan, The Beatles y Bee Gees en TO LOVE SOMEBODY y HERE COMES THE SUN. ca, en la que en estudio o ante el público no alteraba un mensaje demoledor. Nina Simone, como. Thelonious Monk o Billie Holiday antes que ella, era capaz de hacer que casi cualquier cosa que tocase o cantase fuese identificada con ella, y aquí deja buenas muestras de ello, en dos discos a redescubrir y en su tiempo mal entendidos. Cassandra Wilson tomaría buena cuenta de ello unos años más tarde para redefinir su carrera de forma muy inteligente, a base de aplicar exotismo al repertorio más ecléctico. CASSANDRA WILSON y sus versiones de casi cualquier cosa. En cuanto a versiones el buen ojo y olfato comercial de un buen productor pueden definir completamente el resultado de este tipo de aventuras. En manos de cualquier otro artista la propuesta hubiera concluido en desastre, pero lo que hace Simone con estos temas transciende cualquier categoría. Una actitud tan brutal y directa como casi toda su carrera discográfi- DOSSIER Dossier Jazz y Rock contemporáneas, con una claridad aplastante sobre el camino que quiere seguir. Una Nina Simone del siglo XXI capaz como aquella de transformar casi cualquier cosa en su repertorio. No hay que perderse tampoco sus interpretaciones de canciones de músicos de blues, de rock o brasileños, y hasta de villancicos, en muchos otros discos recopilatorios o bandas sonoras en las que aparece su voz mágica e inimitable. Una artista total. HERBIE HANCOCK un caso aparte Tras sus años como uno de los estandartes del M-Base, el encuentro en 1993 entre la cantante y Craig Street, fue crucial para su carrera. El productor, un fanático del rock más roots, le vino como anillo al dedo a la cantante para revisar sus primeras influencias (Joni Mitchell, Nina Simone, las cantantes de soul). El resultado son dos clásicos del jazz más ecléctico, con versiones impagables de temas que van desde Billie Holiday a Robert Johnson o Bukka White pasando por Van Morrison, Neil Young, los Monkees, los U2 o los Rolling Stones. A esas dos maravillas siguieron discos casi del mismo nivel y con una personalidad desbordante como esencia. Casandra es absolutamente diferente de todas sus El pianista más mediático del jazz moderno tiene una curiosa habilidad para elegir a la vez el repertorio más innovador y la peor manera de hacerlo y maquillar injustamente su brillantez. Adelantándose a la moda, ya lo intentó en 1996 buscando nuevos standards entre canciones de Sade, Stevie Wonder, Paul Simon, Nirvana o Peter Gabriel, nada habituales entre los músicos de jazz. El resultado fue decepcionante, vistas las expectativas generadas por una buena idea y un impresionan- Verano 11 Más Jazz /41 Dossier Jazz y Rock 7/6/11 03:03 Página 42 DOSSIER Jazz y rock, amigos para siempre te grupo de estrellas acompañándole. Nueve años más tarde lo intentó con un disco con estrellas de rock y pop, con unos resultados que pueden ser interesantes para alguien que escuche el pop más banal, pero para el público algo más sofisticado del jazz fue un descalabro, por mucho que se vendiese. Con las versiones de las canciones de Joni Mitchell la cosa mejoró, sin alcanzar la perfección. A pesar de que ese disco le ha proporcionado una enorme colección de premios, muchísimas ventas y el reconocimiento del gran público, al aficionado más serio le queda la decepción de tener que soportar unos cantantes que sólo aportan distracción, y una banda que no termina de con- vencer. El más reciente producto de esta incursión de Hancock en el pop, con toques de rock, soul y World music y una pléyade de colaboradores, es un paradigma de su carrera: pura dispersión. Uno se imagina al soberbio pianista que era y es, en solitario o en un trío sólido y sin necesidad de estrellas, haciendo el repertorio de cualquiera de estos cuatro discos, y probablemente estaríamos hablando de las obras maestras de la colisión entre los mundos del jazz y el pop. Lástima. BILL FRISELL y la Americana Apareció en escena como parte de una generación de extraordinarios guitarristas salidos casi de la misma clase en Berklee: Scofield, Abercrom- bie, Metheny y él mismo fueron alumnos de ese gran desconocido que es Mick Goodrick. Los cuatro tenían un sónido único, pero el de Frisell era desde el principio algo realmente especial. Irrumpió en el jazz más creativo de Nueva York en los ochenta como un cruce imposible de Chet Atkins, Jim Hall y Derek Bailey, y fue definiendo una música diferente que acompañaba a su personalidad única como intérprete. Con su Have a Little Faith expandió las posibilidades del repertorio del jazz, en la línea de lo que solía hacer su amigo y frecuente jefe de filas, John Zorn. Este disco definió un estilo con un nuevo sonido para toda una generación de músicos 42/ Más Jazz Verano 11 de rock y country no comerciales. Aquí estaba bien representado lo que los músicos alternativos buscaban. Las raíces más profundas de esas músicas, más la libertad del jazz y la expresividad de las otras grandes músicas americanas: clásica contemporánea, gospel y blues, rhythm & blues y soul. El melting pot resultante era una muestra perfecta, medida con exactitud, de la aportación de la cultura de los Estados Unidos a la universal del siglo XX. SEIS MARAVILLAS DEL ROCK INTERPRETADAS POR PIANISTAS BRAD MEHLDAU ‘Don’t Interrupt the Sorrow’ de Joni Mitchell Ha estado acertado también en las versiones en su discos de los Beatles, Nick Drake, Radiohead, Coldplay, Oasis o Nirvana, pero nunca con esta nitidez. Aún sin renunciar a la exhibición de su portentosa técnica con una de esas figuras reiterativas de su mano izquierda, aquí la sobriedad y el análisis nada superficial de una canción preciosa son los que mandan. Una versión perfecta. BAPTISTE TROTIGNON y CYRUS CHESTNUT, ‘Love Me Tender’ de Elvis Presley Dos pianistas muy diferentes, haciendo dos versiones distintas del clásico entre los clásicos del rock. Lo dispar de sus estilos es una buena muestra de la variedad musical de la actualidad. El joven francés, estilísticamente muy parecido a Mehldau, en la senda tras Bill Evans y, sobre todo, Jarrett, en un disco 03:03 Página 43 disco oficial en directo, acústico, con una tranquila versión de otro clásico del rock. En sus conciertos y en otros discos se pueden escuchar sus versiones de temas de Bob Marley, Sly Stone, Hendrix, los Japan de Marc Bolan o Gaingsbourg, así que no sería de extrañar el que algún día dedicasen un disco por entero a este tipo de repertorio. THE BAD PLUS ‘Smells Like Teen Spirit’ de Nirvana en solitario que termina poco después con otro clásico pop de Lennon y McCartney. Delicadeza, rigor y energía demostrada sin esfuerzo, parecen características de un músico mucho más maduro, demostrando que la edad no es freno para alcanzarlas. MICHAEL BLAKE ‘Isobel’ y ‘Venus As a Boy’ de Bjork, por Jaron Herman y Geoff Keezer Chestnut la aborda de otra manera en su disco dedicado a Elvis. En trío y a ritmo de vals, a medio camino entre Bill Evans y pianistas muy melódicos como Ahmad Jamal. En estos tiempos nada resulta extraño, ni siquiera ver a un pianista supuestamente tan conservador como Chestnut, tocando temas de un grupo post-punk como Pavement junto a James Carter en otro disco muy interesante y divertido. Es difícil establecer patrones entre la música que se hace a uno y otro lado del Atlántico, pero la seriedad del francés contrasta con las ganas de divertir y divertirse del americano, y esta pequeña diferencia es habitual entre los músicos europeos y los americanos de la misma generación. MEDESKI, MARTIN & WOOD ‘Hey Joe’ mismo camino de Mehldau y tantos pianistas europeos, y el segundo, sacudiéndose con esmero el peso de esa enorme tradición de pianistas de su ciudad (Phineas, Mabern, James Williams, Mulgrew Miller y Donald Brown), a base de inquietud, curiosidad y modernidad. No sólo los Bad Plus se interesan por el repertorio pop de la cantante postmoderna por excelencia, sus extraños temas son tocados por parte de la nueva generación de pianistas. El israelí lo hace en su disco con un cuarteto de cuerdas acompañando a su trío habitual, y el joven pianista de Memphis en un fascinante disco en solitario, en el que también aparecen versiones de Stevie Wonder, David Bowie, Radiohead y los Beatles. Dos ejemplos de eclecticismo, el primero buscando una vía en la que es difícil destacar, por ese Más aún que la canción de Abba con la que comenzaba, este himno de la generación grunge fue la estrella del primer disco del polémico trío. Una versión excesiva, marcada por el no menos excesivo drumming de David King, y una reiteración que los más críticos achacan a Iverson y Mehldau (que también suele interpretar esta canción), probablemente innecesaria. En su debut con una multinacional, grabado un año después, hicieron nuevas versiones de algunos temas de ese primer disco. En la nueva versión del de Kurt Cobain, lejos de amansarse, exageraron CARMEN LLUSSÁ 7/6/11 DOSSIER Dossier Jazz y Rock aún más su propuesta y su actitud desenfadada y desafiante. El trío nunca se limita a interpretar un extraño repertorio, sino que realmente lo hace tocando en un lenguaje muy cercano al rock y el pop. Si esto refresca el panorama del jazz o simplemente aburre depende del oyente. ■ Los reyes del jazz en la era de las jam bands en el rock cerraron su primer Verano 11 Más Jazz /43 Festivales ok Ver'11 7/6/11 08:40 Página 44 FESTIVALES Jazz en directo, a pesar de la crisis POR PACHI TAPIZ C onfirmado: hay algo mucho peor que una entidad pública en crisis. Y es que esa entidad además esté en periodo electoral. En 2011, hablando en general, se siguen notando los efectos de la crisis que se muestran aumentados por este tipo de circunstancias. Se nota en la tardanza en anunciar las programaciones. También se nota en que ha bajado el nivel de las cabezas de cartel de muchas de esas propuestas y en la reducción de la duración de algunos ciclos y festivales. Pero sobre todo se nota, lamentablemente, en la desaparición de algunas fiestas del jazz en directo que parecían ya establecidas y asentadas. Ójala la apreciación sea incorrecta, pero por desgracia lo más posible es que los que se ha ido ya no volverán. Aún así, a la hora de cerrar la edición ya se conoce la programación de unos cuantos festivales que permiten alimentarse de jazz en directo y atesorarlo para la sequía pertinaz del resto del año. SAN JAVIER, que llega a su edición número 14 es uno de los primeros festivales en comenzar. En 2011 alarga su programación durante más de un mes desde el 25 de junio hasta el 30 de julio. Como 44/ Más Jazz Verano 11 ocurría en las ediciones anteriores la suya es una programación variada en la que hay figuras internacionales como Wynton Marsalis y el Jazz At Lincoln Center, Monty Alexander, Ramsey Lewis, John Scofield, Hiromi, Lee Ritenour. Como suele ser habitual también se abren a propuestas ajenas al jazz como las de la magnífica cantante Lila Downs, el veterano grupo Chicago o el blues de Loe Louis Walker y Albert Lee. Otros invitados a sus escenarios son los músicos nacionales: Albert Bover, Jaume Vilaseca, o los elegidos por Woody Allen, el Biel Ballester Trio. Otro festival que comienza bien temprano es la séptima edición de Imaxina Sons. El FESTIVAL DE JAZZ DE VIGO tendrá lugar entre el 17 y el 25 de junio. A principos de año se anunció la sustitución de Baldo Martínez, su director artístico en las primeras ediciones, por Nani García. En un momento de cambio en 2011 recorta su duración, pero sigue apostando por el jazz europeo, nacional y gallego. El pianista habitual en ECM John Taylor, Portico Quartet, Neil Cowley Trio, Nils Peter Molvaer, Avishai Cohen, Sidsel Edrensen, el Lluís Vidal Trío, la Piccola Orchestra Gagarin (establecida en Barcelona) o la divertida LUME (Lisbon Festivales ok Ver'11 7/6/11 08:44 Página 45 Underground Music Ensemble) son parte de su oferta. El CANARIAS JAZZ & MÁS HEINEKEN acude fiel a su cita con el jazz en las Islas Canarias, en la edición de 2011 entre el 1 y el 10 de julio. Habitualmente el ciclo apuesta por el jazz fusion sin olvidar lo latino, y este año no es una excepción: John Pizzarelli, José James, Lee Ritenour y su big band con Dave Grusin, Eddie Palmieri, pero también el Dave Holland Quintet y propuestas nacionales como Polo Ortí Group. Si hay una región en la que las administraciones públicas siguen apostando por los festivales de jazz es Euskadi. En más de un caso han logrado que se conviertan en un reclamo turístico con un retorno de la inversión realizada que logran que sean muy interesantes económicamente. Guecho abre el fuego del País Vasco con la edición 35ª DE GETXO JAZZ del 1 al 5 de julio. En su programación apuesta por nom- bres ya más que consagrados (Dave Holland Quintet, Lee Ritenour, Branford Marsalis), no olvida lo latino (Chucho Valdés & The Afro Cuban Messengers), ni tampoco guiñar a la vanguardia (la pianista japonesa aunque residente en Alemania Aki Takase con su New Blues Project). Simultáneamente se celebrará el importante Concurso de Grupos, que en esta ocasión contará con Ornetillos como representante de nuestro país. El VIJAZZ 2011 que se celebra en Vilafranca del Penedés durará tres días, del 1 al 3 de julio: Randy Brecker y Soulbop de Bill Evans con Medeski, Martin and Wood; Terence Blanchard, Branford Marsalis, Tower of Power y el quinteto de Llibert Fortuny y Perico Sambeat son parte de su oferta. El 7 de julio comienza el VIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE JAZZ DE PEÑÍSCOLA que durará hasta el 30 de julio. Tal y como acostumbran en la localidad castellonense las cabezas de cartel conforman una ofer- ta muy variada con el blues de Lucky Peterson y B.B.King (al que acompañará Raimundo Amador), el jazz vocal de Cassandra Wilson y Roberta Gambarini y el jazz fusion de Jeff Lorber. Entre el 7 y el 15 de julio tendrá lugar el XV FESTIVAL JAZZ PALAU DE VALENCIA. Además del XII Seminario Internacional de Jazz actuarán Wynton Marsalis con la Lincoln Center Jazz Orchestra y la Big Band Sedajazz, Chano Domínguez con New Flamenco Sound, Wallace Roney realizando un homenaje a Bitches Brew, la veterana cantante de soul Mavis Staples, o Diego “El Cigala” presentando Cigala & Tango. El PORTÓN DEL JAZZ 2011 se abre a sus invitados los días 8, 15 y 22 de julio: Michel Camilo con su proyecto “Mano a Mano”, el saxofonista italiano Stefano di Battista con Woman’s Land, y finalmente el veterano guitarrista Ulf Wakenius. El 10 de julio comienza el 35 FESTIVAL DE JAZZ DE VITORIA con su tradicional Picnic de Nueva Orleans que en esta ocasión contará con la participación de The Hot Wok y B3 Dixieland. El 11 de julio será la noche de Gospel con Craig Adams y The Voices of New Orleans. El Dr. Michael White y Trombone Shorty actuarán el día 12. El 13 será el turno de Kyle Eastwood y el violinista Nigel Kennedy, mientras que el día 15 el cantante José James se presentará en Mendizorroza junto con el showman Jamie Cullum. El 15 el jazz latino con Michel Camilo y Rubén Blades, mientras que en la jornada de clausura Marcus Miller estará una vez más al frente de un homenaje a Miles Davis en el que Verano 11 Más Jazz/ 45 FESTIVALES Festivales 2011 Festivales ok Ver'11 7/6/11 08:56 Página 46 FESTIVALES participarán Herbie Hancock y Wayne Shorter. Por otra parte Fred Hersch, Michel Portal, David Binney y Jeremy Pelt, junto con José Guereñu “Gere” serán los protagonistas del ciclo Jazz en el Siglo XXI. Valladolid celebrará el X UNIVERSIJAZZ entre el 12 y el 15 de julio. Como suele ser habitual sus jornadas presentan un programa doble. En 2011 actuarán el veterano Pedro Iturralde en cuarteto, Roy Hargrove en quinteto, Eddie Palmieri en cuarteto con Brian Lynch y Horacio “El negro” Hernández, así como José Luis Gutiérrez Quartet, Barmanouche, Odradek y Couleur Café. En la bella localidad andaluza de Cádiz se presenta el IV JAZZCADIZ, que entre el 15 y el 17 de julio apuesta por el jazz nacional con Parkerland Nonet, el proyecto del contrabajista Horacio Fumero y el gran pianista Albert Bover titulado “Ca- minhos Cruzados”, y la cantante Silvia Pérez. El festival Jazz en la Costa de ALMUÑÉCAR (Granada) llega a su vigésimo cuarta edición. Mavis Sta- 46/ Más Jazz Verano 11 ples, Kyle Eastwood, Stefano Bollani, Randy Brecker y Soulbop de Bill Evans con Medeski, Martin & Wood, el trío de trompetista Tea for 3 formado por Dave Douglas, Enrico Rava y Avishai Cohen, Chucho Valdés & Afro-Cuban Messengers, y el super grupo de fusion Deep Inner Group con Chuck Loeb, Till Bronner, Eric Marienthal y Harvey Mason actuarán entre los días 17 y el 25 de julio. El HEINEKEN JAZZALDIA de San Sebastián, uno de los clásicos entre los clásicos, llega ya como quien no quiere la cosa a su edición número 46. Durante 5 días, entre el 21 y el 25 de julio ofrecerá sin duda bastantes más conciertos que los que físicamente se pueden llegar a ver y disfrutar. Return to Forever, John Scofield, Hiromi, Lee Konitz, Jan Garbarek, Cassandra Wilson, Toots Thieleman, los divertidos Mostly Other People Do the Killing, Abdullah Ibrahim, Tea for 3, John McLaughlin, Eivind Aarset, B.B.King, Mavis Staples y hasta la musa Cindy Lauper visitarán la Bella Easo. Ya en agosto, con los calores, la actividad festivalera decrece, aun- que el 17º FESTIVAL MALLORCA JAZZ SA POBLA centra su actividad entre los días 2 y 23 del octavo mes del calendario. El saxofonista Kenny Garrett, Vieux Farka Touré y el 6º SEMINARIO DE JAZZ con la Traveling School de Jimmy Weinstein son algunas de sus propuestas más interesantes. En Jávea, la ciudad norteña de Alicante, llegan a la edición undécima de su FESTIVAL INTERNACIONAL XÀBIA JAZZ entre el 4 y el 7 de agosto. Las dos primeras jornadas estarán protagonizadas exclusivamente por sendas propuestas nacionales. El primer día el proyecto del contrabajista Javier Colina –uno de los mejores nombres propios del jazz nacional– y el virtuoso de la armónica Antonio Serrano. El siguiente día Bob Sands dirigirá a su Big Band, catalogada por la crítica como una de las mejores del jazz nacional. Las dos últimas jornadas estarán dedicadas al jazz internacio- nal. En esta ocasión, El oudista Dafer Yousuf aportará sus exóticos y embriagantes aires árabes, mientras que la clausura estará protagonizada por la cantante Deborah J. Carter. ■ 7/6/11 08:59 Página 47 Agenda verano Conciertos 2011 Índice de festivales Alhaurín de la Torre, Málaga . . . . . . . . . Almuñécar, Granada . . . . . . . . . . . . . . . Cádiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Getxo, Vizcaya . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Islas Canarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Peñíscola, Castellón . . . . . . . . . . . . . . . Sa Pobla, Mallorca . . . . . . . . . . . . . . . . San Javier . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . San Sebastián, Guipuzcoa . . . . . . . . . . . Valencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Valladolid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Vigo, Pontevedra . . . . . . . . . . . . . . . . . Vilafranca del Penedès, Barcelona . . . . . Vitoria, Álava Xábia, Alicante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . PORTÓN DEL JAZZ 2011 JAZZ EN LA COSTA. XXIV EDICIÓN IV JAZZCADIZ XXV GETXO JAZZ CANARIAS JAZZ & MÁS HEINEKEN VIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE JAZZ DE PEÑÍSCOLA 17È FESTIVAL MALLORCA JAZZ SA POBLA 2011 XIV EDICIÓN JAZZ SAN JAVIER 46 HEINEKEN JAZZALDIA XV FESTIVAL JAZZ PALAU DE VALENCIA X UNIVERSIJAZZ 2011 7º FESTIVAL DE JAZZ DE VIGO IMAXINA SONS CAIXA PENEDÈS VIJAZZ 2011 35 FESTIVAL DE JAZZ DE VITORIA - GASTEIZ XI FESTIVAL INTERNACIONAL XÀBIA JAZZ Verano 11 Más Jazz /47 MAS JAZZ AGENDA Festivales ok Ver'11 Festivales ok Ver'11 7/6/11 23:47 Página 48 Portón del Jazz 2011 (Alhaurín de la Torre, Málaga) FESTIVALES Del 8 al 22 de julio Lugar: Alhaurín de la Torre, Málaga 08 de julio......... MICHEL CAMILO "MANO A MANO" 15 de julio ......... STEFANO DI BATTISTA WOMAN'S LAND 22 de julio ......... ULF WAKENIUS QUARTET Ulf Wakenius Quartet Michel Camilo Stefano Di Battista Almuñécar, Granada XXIV Jazz en la Costa Del 17 al 23 de julio Lugar: Almuñécar, Granada MAVIS STAPLES KYLE EASTWOOD BAND STEFANO BOLLANI & I VISIONARI RANDY BRECKER & BILL EVANS SOULBOP CON MEDESKI, MARTIN & WOOD 21 de julio ......... TEA FOR 3 CON DAVE DOUGLAS, ENRICO RAVA Y AVISHAI COHEN 22 de julio ......... CHUCHO VALDÉS & AFRO-CUBAN MESSENGERS 23 de julio ......... DEEP INNER GROOVE CON CHUCK LOEB,TILL BRÖNNER, ERIC MARIENTHAL, PAT BIANCHI Y HARVEY MASON 17 de julio.......... 18 de julio ......... 19 de julio ......... 20 de julio ......... Dave Douglas Mavis Staples 48/ Más Jazz Verano 11 Avishai Cohen Enrico Rava Kyle Eastwood Randy Brecker Stefano Bollani 7/6/11 23:47 Página 49 FESTIVALES Festivales ok Ver'11 Verano 09 Más Jazz /49 Festivales ok Ver'11 7/6/11 09:41 Página 50 IV Jazzcadiz Del 15 al 17 de julio FESTIVALES Lugar: Cádiz 15 de julio ......... PARKERLAND NONET 16 de julio ......... HORACIO FUMERO & ALBERT BOVER DÚO "CAMINHOS CRUZADOS" 17 de julio.......... SILVIA PÉREZ TRIO Horacio Fumero Albert Bover Silvia Pérez Trío XX Festival Internacional Canarias Jazz & Más Heineken Del 1 al 10 de julio Lugar: Islas Canarias Polo Ortí Group John Pizzarelli Eddie Palmieri Dave Grusin 50/ Más Jazz Verano 11 LEE RITENOUR BAND & DAVE GRUSIN JOHN PIZZARELLI Y LA CLAYTON-HAMILTON JAZZ ORCHESTRA EDDIE PALMIERI POOGIE BELL JOSÉ JAMES NOCHE ÁFRICA CON FATUMATA DIAWARÁ GANGBÉ BRASS BAND DAVE HOLLAND QUINTET POLO ORTÍ GROUP THREE IN THE RED CIRCLE José James Poogie Bell Festivales ok Ver'11 7/6/11 09:41 Página 51 35º Getxo Jazz Del 1 al 5 de julio 01 de julio ......... 02 de julio ......... 03 de julio......... 04 de julio ......... AKI TAKASE NEW BLUES PROJECT LEE RITENOUR DAVE HOLLAND QUINTET CHUCHO VALDÉS & THE AFRO CUBAN MESSENGERS 05 de julio......... BRANFORD MARSALIS Aki Takase Dave Holland Chucho Valdés Branford Marsalis Lee Ritenour Verano 11 Más Jazz /51 FESTIVALES Lugar: Getxo, Vizcaya Festivales ok Ver'11 7/6/11 10:18 Página 52 Festivales ok Ver'11 7/6/11 10:18 Página 53 Festivales ok Ver'11 8/6/11 01:12 Página 54 VIII Festival Internacional de Jazz Peñíscola FESTIVALES Del 7 al 30 de julio de 2011 Lugar: Peñíscola. Castellón 08 de julio......... 15 de julio ......... 20 de julio ......... 22 de julio ......... 29 de julio ......... JEFF LORBER FUSION LUCKY PETERSON B.B.KING Y RAIMUNDO AMADOR CASSANDRA WILSON ROBERTA GAMBARINI B B King Raimundo Amador Lucky Peterson Cassandra Wilson 17è Festival Mallorca Jazz Sa Pobla 2011 Del 2 al 23 de agosto Lugar: Sa Pobla, Mallorca THE BLUE DEVILS KENNY GARRETT QUARTET VIEUX FARKA TOURÉ 6º SEMINARIO DE JAZZ CON LA TRAVELING SCHOOL DE JIMMY WEINSTEIN 23 de agosto...... CONCIERTO FINAL DEL SEMINARIO DE LA TRAVELING SCHOOL 02 de agosto...... 09 de agosto ..... 17 de agosto ...... 19-23 de agosto . Kenny Garret 54/ Más Jazz Verano 11 Vieux Farka Touré Festivales ok Ver'11 8/6/11 01:12 Página 55 XIV Edición Jazz San Javier 25 de junio al 30 de julio Monty Alexander 25 de junio ........ BIEL BALLESTER TRIO + COSTEL NITESCU - ALBERT LEE AND HOGAN’S HEROES 01 de julio ......... SERGIO MONROY - LEE RITENOUR BAND 02 de julio ......... LENY ANDRADE & SAMBOP BAND - MONTY ALEXANDER TRIO 06 de julio......... LUDOVIC BEIER NEW MONTMARTRE QUARTET RAMSEY LEWIS & HIS ELECTRIC BAND “THE SUN GODDES TOUR” 08 de julio......... CARLA COOK & ALBERT BOVER TRIO - WYNTON MARSALIS & JAZZ AT LINCOLN CENTER ORCHESTRA "MÚSICAS DE LAS DÉCADAS" 09 de julio......... JAUME VILASECA QUARTET & RAVI CHARY - ELVIN BISHOP 12 de julio ......... CHICAGO 15 de julio ......... RENE MARIE - JOE LOUIS WALKER 16 de julio ......... NIELS LAN DOKY TRIO - LILA DOWNS 22 de julio ......... JOHN SCOFIELD QUARTET - ERIC BURDON & THE ANIMALS 23 de julio ......... HIROMI: THE TRIO PROJECT - LUCKY PETERSON 30 de julio......... PINK TURTLE - CHRIS FARLOWE & THE NORMAN BEAKER BAND Albert Lee Biel Ballester Trio Wynton Masalis Rene Marie Leny Andrade Ramsey Lewis Verano 11 Más Jazz /55 FESTIVALES Lugar: San Javier Festivales ok Ver'11 7/6/11 23:55 Página 56 46 Heineken Jazzaldia Del 21 al 25 de julio FESTIVALES Lugar: San Sebastián, Guipuzcoa Chick Corea Dave Douglas 21 de julio ......... BB KING - EIVIND AARSET GROUP 22 de julio ......... TEA FOR 3 (DAVE DOUGLAS, ENRICO RAVA, AVISHAI COHEN) - ABDULLAH IBRAHIM & EKAYA- MOSTLY OTHER PEOPLE DO THE KILLING (MOPDTK) 23 de julio ......... RETURN TO FOREVER IV (CHICK COREA, STANLEY CLARKE, LENNY WHITE, FRANK GAMBALE, JEAN LUC PONTY) - MEDESKI, MARTIN & WOOD + SOUL BOP (RANDY BRECKER, BILL EVANS) - JOHN MCLAUGHLIN & 4TH DIMENSION - JOHN SCOFIELD QUARTET (FEATURING MULGREW MILLER, SCOTT COLLEY, BILL STEWART) - BIEL BALLESTER TRIO - HORACIO FUMERO TRIO IGNASI TERRAZA TRIO - JORDI ROSSY QUINTET 24 de julio ......... HIROMI: THE TRIO PROJECT FEATURING ANTHONY JACKSON AND SIMON PHILLIPS - LEE KONITZDAN TEPFER DUO - CASSANDRA WILSON - JAN GARBAREK & THE HILLIARD ENSEMBLE: OFFICIUM 25 de julio ......... TOOTS THIELEMANS. CYNDI LAUPER: MENPHIS BLUES TOUR - MAVIS STAPLES Jan Garbarek Eivind Aarset Group Cassandra Wilson Lenny White 56/ Más Jazz Verano 11 Stanley Clarke y George Duke Abdullah Ibrahim Festivales ok Ver'11 7/6/11 23:55 Página 57 Festivales ok Ver'11 8/6/11 00:19 Página 58 XV Festival Jazz Palau de Valencia Del 7 al 15 de julio FESTIVALES Lugar: Valencia Perico Sambeat 05-08 de julio .... XII SEMINARIO INTERNACIONAL DE JAZZ. 07 de julio ......... PLAYING FOR CHANGE LIVE 09 de julio......... WYNTON MARSALIS LINCOLN CENTER JAZZ ORCHESTRA 10 de julio ......... BIG BAND SEDAJAZZ 11 de julio.......... SEBASTIÁN CHAMES, LEE RITENOUR & DAVE GRUSIN 12 de julio ......... CHANO DOMÍNGUEZ NEW FLAMENCO SOUND. ELMA SAMBEAT Y PERICO SAMBEAT 12 de julio ......... JAZZEANDO CON BEBÉS 13 de julio ......... WALLACE RONEY HOMENAJE A BITCHES BREW 14 de julio ......... DIEGO "EL CIGALA" PRESENTA CIGALA & TANGO 15 de julio ......... MAVIS STAPLES Chano Domínguez Elma Sambeat Wallace Roney Bitches Brew X Universijazz 2011 12 al 15 de julio Lugar: Valladolid 12 de julio ......... BARMANOUCHE - EDDIE PALMIERI QUARTET FEATURING BRIAN LYNCH AND HORACIO "EL NEGRO" HERNÁNDEZ 13 de julio ......... ODRADEK - ROY HARGROVE QUINTET 14 de julio ......... COULEOUR CAFÉ - PEDRO ITURRALDE QUARTET 15 de julio ......... JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ QUARTET - ROKINGCHAIR Eddie Palmieri José Luis Gutiérrez 58/ Más Jazz Verano 11 Pedro Iturralde Roy Hargrove Festivales ok Ver'11 8/6/11 00:20 Página 59 7º Festival de Jazz de Vigo Imaxina Sons Lugar:Vigo, Pontevedra 17 de junio ......... 18 de junio ........ 19 de junio ........ 20 de junio ........ 21 de junio......... 22 de junio ........ Sidsel Endresen Lluís Vidal AVISHAI COHEN PABLO SEOANE LLUÍS VIDAL TRÍO MOMPIANA SIDSEL ENDRESEN ULRICH MITZLAFF / MIGUEL MIRA CELLOS PICCOLA ORCHESTRA GAGARIN - LUME (LISBON UNDERGROUND MUSIC ENSEMBLE) 23 de junio ........ XAN CAMPOS TRIO 24 de junio ........ NILS PETTER MOLVAER - NEIL COWLEY TRIO 25 de junio ........ JOHN TAYLOR - PORTICO QUARTET Neil Cowley Nils Peter Molvaer Ulrich Mitzlaff Avishai Cohen Caixa Penedès Vijazz 2011 Del 1 al 3 de julio Lugar:Vilafranca del Penedès, Barcelona 01 de julio ......... LLIBERT FORTUNY & PERICO SAMBEAT QUINTET RANDY BRECKER & BILL EVANS SOULBOP CON MEDESKI, MARTIN & WOOD 02 de julio ......... TERENCE BLANCHARD - TOWER OF POWER 03 de julio......... BRANFORD MARSALIS Terence Blanchard Medeski, Martin & Wood Branford Marsalis Llibert Fortuny Verano 11 Más Jazz /59 FESTIVALES Del 17 al 25 de junio Festivales ok Ver'11 7/6/11 11:07 Página 60 35 Festival de Jazz de Vitoria - Gasteiz FESTIVALES Del 10 al 16 de julio Lugar: Vitoria, Álava Marcus Miller Herbie Hancock 10 de julio ......... PICNIC DE NUEVA ORLEANS: B3 DIXIELAND - THE HOT WOK 11 de julio.......... CONCIERTO DE GOSPEL: CRAIG ADAMS & THE VOICES OF NEW ORLEANS. KONEXIOA | JOSE GUEREÑU "GERE" & LOU MARINI 12 de julio ......... DR. MICHEL WHITE & THE ORIGINAL LIBERTY JAZZ BAND - TROMBONE SHORTY & ORLEANS AVENUE. MICHEL PORTAL "BAILADOR" 13 de julio ......... KYLE EASTWOOD - NIGEL KENNEDY QUINTET. DAVID BINNEY QUARTET 14 de julio ......... JOSÉ JAMES - JAMIE CULLUM. ALFREDO RODRIGUEZ TRIO 15 de julio ......... MICHEL CAMILO "MANO A MANO" - RUBÉN BLADES. FRED HERSCH, PIANO SOLO 16 de julio ......... DANILO PÉREZ TRIO - HERBIE HANCOCK, WAYNE SHORTER, MARCUS MILLER: "HOMENAJE A MILES DAVIS” DIRECTOR MUSICAL: MARCUS MILLER. JEREMY PELT QUINTET Jamie Cullum José James Nigel Kennedy XI Festival Internacional Xàbia Jazz Del 4 al 7 de agosto de 2011 Lugar: Xàbia, Alicante Tingvall Trio 60/ Más Jazz Verano 11 04 de agosto...... 05 de agosto ..... 06 de agosto ..... 07 de agosto ...... COLINA-SERRANO PROJECT BOB SANDS BIG BAND DAFER YOUSUF DEBORAH J.CARTER Festivales ok Ver'11 7/6/11 11:07 Página 61 Benoit Delbecq 7/6/11 22:14 Página 62 BENOÎT DELBECQ Benoît Delbecq Un gran pianista de un pequeño planeta Piano, madmacs and 9volt. Undocile jazz, beats, and more. Eso es lo primero que uno encuentra cuando se asoma a su página web, y lo que mejor lo describe: un pianista aficionado a la electrónica y al jazz menos fácil, que además construye beats, y hace muchas otras cosas. POR JORGE LÓPEZ Un ¿típico? pianista europeo Nacido en 1966, Delbecq es aparentemente un músico como muchos otros de su país, de su generación y de su continente, con una formación y un conocimiento profundos de la música clásica contemporánea. Además su dominio de todas las formas del jazz moderno, desde el post bop al free jazz y la libre improvisación, es absoluto. Sus primeros encuentros con grandes figuras fueron los habituales para un músico de este estilo: leyendas del free europeo como Evan Parker, Wolfgang Puschnig o Derek Bailey, músicos más jóvenes de vanguardia como Louis Sclavis o Marc Ducret, y americanos expatriados en Europa como Steve Lacy o Michael Moore. Pero al contrario que otros jóvenes interesados en el avantgarde, no se limita a la vertiente clásica y acústica de esa música. Como los ingleses Steve Argüelles y Django Bates, con los que colabora desde los primeros noventa, también experimenta fusionando el jazz más libre con la electrónica y otras músicas. Formó el Hask Collective en 1992, y más o menos desde entonces ya tocaba con Argüelles en Painting y Kartet, dos cuartetos bien distintos. Estos grupos re- 62/ Más Jazz Verano 11 DE GUEREÑU novaron notablemente la escena parisina de principios de la década, dinamitando las fronteras entre el free, el post bop y la fusión. Poco después forma un explosivo trío con Argüelles y el guitarrista Noël Akchoté, The Recyclers, con un sentido del humor y un desparpajo muy alejados de la seriedad (¿o pseudo-intelectualidad?) de la mayoría de la vanguardia. Este grupo en cierto modo recuperaba aquella divertida actitud de la discográfica NATO en los ochenta, cuando el free europeo aún tenía una energía que se echa de menos en los últimos treinta años de esa música. En el trío Delbecq ya destacaba poderosamente por su flexibilidad absoluta, y una capacidad rítmica inusual, que se asociaba de maravilla con la extraña concepción rítmica del batería, que parecía inspirarse más en beats electrónicos y del hip hop que en la tradición del jazz. África Si su temprano encuentro con Argüelles lo marca como un pianista de una vanguardia diferente, el conocer a otro gran batería y percusionista con una técnica tan poco habitual como la del inglés lo terminaría de definir como músico. Emile Bia- yenda es un extraordinario músico del Congo, establecido en Angoulême, desde donde dirige su formación de percusionistas Les Tambours de Brazza. Es también el batería y percusionista de Jazz Mic Mac, una banda dirigida por Serge Adam, que también toca con Delbecq en el grupo Les Amants de Juliette. Biayenda es un batería absolutamente atípico, con un sonido mucho más basado en el de los tambores de su kit que en los platos. El chabadá o ritmo de swing aparece menos de lo habitual en su toque, mucho más definido por unos beats simples, cortos y repetitivos pero llenos de sutilezas. No se limita, como otros baterías africanos, a crear ritmos potentes y novedosos; es un mago del sonido, capaz de extraer delicias de platos y parches, a menudo con múltiples efectos como “frottages” o el utilizar todo tipo de alternativas a sus baquetas, o incluso a los elementos habituales de la batería. No es extraño verle sustituir la caja por una calabaza flotando en agua, o cualquier tom por algún pequeño tambor africano de cualquier tipo. Delbecq busca su inspiración claramente en la música hipnótica del oeste y el centro de África, particularmente en la de Mali y Níger, por lo que no es 7/6/11 22:14 Página 63 de extrañar su afinidad con un músico así. Delbecq es también miembro de Jazz Mic Mac, y Biayenda el batería habitual de los últimos grupos del pianista. Otra gran asociación es la de Delbecq con Jean-Jacques Avenel, un músico conocido por su larga asociación con Steve Lacy. El contrabajista es otro enamorado de la música africana, y de hecho, su única grabación como líder, Waraba, la dedicó a una fusión muy lograda de la música del oeste de África con el jazz de vanguardia. Delbecq fue su productor, y aportó a la grabación esa extraña concepción sonora que ha ido desarrollando con Steve Argüelles. Escuchando ese disco está claro que el interés de Delbecq y Avenel por esta música no es anecdótico, ni su conocimiento de la misma nada superficial. El resultado es una fusión que suena con una lograda mezcla de respeto y curiosidad. Su música El pianista francés es un absoluto original, con un lenguaje totalmente personal nacido de sus diversos encuentros y experiencias. Sus motivos cortos se van entrelazando en armonías muy libres, tan fáciles de relacionar con el jazz más moderno de compositores muy avanzados como Andrew Hill o Herbie Nichols, como con la música también armónicamente muy rica de los griots de Níger, Mali y Senegal, o la música minimalista. Sus ritmos repetitivos, simples pero de una enorme riqueza, recuerdan tanto a la música africana como al hip hop o la electrónica más abstractos. Sus líneas melódicas e improvisaciones son de una fría pero elegante belleza, que cuando deja que su piano suene de forma natural recuerda de nuevo a Hill, a Nichols o a Sonny Clark, pero también al misterioso sonido de Thelonious Monk. Otras veces altera el sonido de su instrumento para que suene como una kora, un n’goni o un guimbri, e incluso, mediante pellizcos de sus cuerdas interiores o el uso de la electrónica, para que suene como un instrumento de percusión, con una variedad ilimitada. En un disco o un concierto de Delbecq podemos escuchar cosas que nos recuerden a Ligetti, Dutilleux, Cage, Reich, o a cualquier compositor clásico. También se escuchan ecos de los grandes músicos de Verano 11 Más Jazz/ 63 BENOÎT DELBECQ Benoit Delbecq BENOÎT DELBECQ Benoit Delbecq 7/6/11 22:14 Página 64 jazz de cualquier época, desde Ellington hasta Ornette, Anthony Braxton o Matthew Shipp, pero su personalidad única consiste en aglutinar todo en una visión del jazz moderno, música de vanguardia, o lo que sea que toque, como algo mestizo, lleno de influencias, bien contaminado por todo tipo de fusiones. Su música es extremadamente abierta, pero nunca difusa, ya que su otra característica es su rigor igualmente extremo. Sus discos Empezó a grabar muy pronto, a mediados de los noventa, con Aka Moon, Marc Ducret, The Recyclers, Kartet, Les Amants de Juliette, pero también enseguida como líder. Su primer proyecto, Pursuit, lo grabó con su Unit 5 , un quinteto con los clarinetes del canadiense François Houle y el estadounidense Michael Moore, y Avenel y Argüelles como rítmica. Con un aire muy cinematográfico, esta primera grabación para Songlines aparecida en el 2000 demostró su maestría del contraste entre las ligeras líneas de los dos clarinetes y ritmos que sonaban como auténticos beats. Ya estaban ahí también unos solos muy personales y libres, combinados con un equilibrio entre estructura e improvisación que lo situaban como un músico post free muy interesante. Apenas dos años más tarde aparece su dúo con Houle, con un concepto más cercano al de la música de cámara. Dice Thrown es una preciosa secuencia de viñetas, a menudo minimalistas, que sirven al pianista para explorar las posibilidades de la alteración del sonido de su piano mediante la electrónica, como sostén rítmico. Esas características, así como la enigmática belleza de sus composiciones, encajan a la perfección en sus grabaciones en solitario, o casi. Al año siguiente Songlines publica su primer disco en ese formato, Nu-Turn, mientras que Plush edita otra grabación con Argüelles complementando con sus efectos electrónicos en estudio el piano de Delbecq, Pianobook. Tanto ese “solo” como el “falso solo” demuestran su capacidad para convertirse en especialista, y su música suena como algo a la vez dentro y fuera del jazz, una nueva y fascinante forma de in & out. En el 2006 repetirá el experimento con Argüelles alterando su 64/ Más Jazz Verano 11 sonido de estudio en otro gran disco, Ambitronix 9volt Trippin’, en el que su piano se enfrenta en otro dúo a la batería y los samples del inglés para profundizar en sus ideas sobre la electrónica y los beats. Phonetics, publicado por Songlines en el 2005, es un paso adelante más. Su Unit la forman aquí el saxo de Mark Turner, la viola de Oene Van Geel, el gran contrabajista Mark Helias y, por primera vez, Biayenda a la batería. Es un disco de madurez, donde su interés por la música africana se manifiesta con fuerza, como lo hace la afinidad con el congoleño. Ese mismo año el 7/6/11 22:15 Página 65 pianista produce el disco de Avenel haciendo música africana, con lo que el círculo parece cerrarse, ya que muy pronto comienzan a actuar en trío, y a demostrar que juntos podían lograr algo fuera de lo normal, ya que su conexión era absoluta y excepcional. El díptico perfecto El francés no descansa, así que sus colaboraciones no son interrumpidas por su carrera como líder. En el 2007 Kartet publica su mejor disco, y sus experimentos con otros músicos aparentemente menos afines generan colaboraciones en discos de músicos de post-rock como Katerine y Ashley Slater, una cantante francesa de bossa, Helena, o un colectivo electrónico, Poolplayers. Su dúo con Houle desemboca en una colaboración de ambos con el inglés Evan Parker, que así rejuvenece notablemente su música algo estancada en una vanguardia de hace cuarenta años. También se encuentra con otros músicos de la libre improvisación europea en el quinteto transatlántico del batería Bobby Previte. En Canadá graba en el 2008 otro gran dúo en el Banff Centre con un músico que tampoco parece a primera vista su colaborador ideal, Andy Milne, y el resultado es de lo más efectivo. Sus pianos intiman hasta lo obsceno, y el francés aporta sus experimentos sonoros a una mezcla muy resultona. Su genial título, Where Is Pannonica?, resume muy bien las ideas que tan bien encajan de dos músicos aparentemente tan distintos. Durante ese año y el siguiente se decide a grabar dos discos inseparables, que aparecerán simultáneamente en el mercado en el 2010. The Sixth Jump y Circles and Calligrams son dos obras maestras, indisociables a pesar de estar hechas una con su trío con Avenel y Biayenda, y la otra en solitario, aunque ambas en estrecha colaboración con Argüelles, que hace labores de productor, ingeniero de sonido y manipulador del mismo. En el disco en trío las composiciones son del pianista o colaboraciones con diversas combinaciones de los otros tres músicos que aportan sus ideas, incluido el propio Argüelles. Aún así, el resultado es de una gran unidad estilística, y se va escuchando como una suite llena de matices y contrastes entre sus in- trincadas armonías y sus ideas de partida, muy libres, para que los tres músicos desarrollen improvisaciones sin ataduras, pero encajadas a la perfección en la estructura de los temas. De la misma manera que la música africana de algunos expatriados del apartheid refrescó el free jazz europeo en los sesenta y le dio una identidad diferente del original americano, los ritmos inspirados en el oeste del continente hacen de la música de Delbeq algo muy distinto del resto de la vanguardia europea. Como Joaquim Kühn, que ha encontrado en la magia del nagwa de Maggid Bekkas una fuente de inspiración en esta última década, el francés (que también ha grabado con Bekkas con Les Amants de Juliette) consigue una nueva forma, fresca y original, de crear música libre. Su mirada hacia el África ancestral no es un vistazo que genere postales o fusiones superficiales, es la de una gran músico en busca de una inspiración en lo mestizo que es parte del ADN del jazz desde sus orígenes. Lo que hace a este trío realmente especial es la función absolutamente nueva que asume cada uno de sus tres miembros en todo momento. Avenel, un enamorado de los n’gonis y la kora (que toca muy bien en otros discos), liberado en algunos pasajes de establecer la línea de bajo-Delbecq la crea con el sonido alterado de lo que sale de su mano izquierda, se centra en repetir unas hipnóticas figuras en las que su contrabajo recuerda tanto a esos instrumentos como al guimbri de los gnawas. Biayenda, también exento de mantener el tempo en algunos momentos, transforma su kit en un melódico instrumento de percusión, o se dedica a aportar a la armonía de los temas su contribución propia y original. El líder juega a todo y nada, dejando espacio a sus colaboradores unas veces, otras asumiendo, incluso dentro de sus solos, la función de crear por sí mismo toda la sección de ritmo como una nueva especia de pianista, tocando una versión futurista de stride, que a la vez suena al África ancestral. Desde la aparición de Thelonious Monk, que definió el sonido de los tríos modernos de piano, y de Ahmad Jamal, con su concepción orgánica del formato, la gran revolución de este tipo de formaciones fue la idea de Bill Evans de hacerlos fun- cionar como una auténtica cooperativa de ideas. Desde entonces, allá por 1959, nos empeñamos cada cierto tiempo en descubrir alguien que está renovando esas ideas, pero en realidad lo que los pianistas más modernos hacen, desde Cecil Taylor y Paul Bley hasta los de hoy, es adaptar el lenguaje de la improvisación libre a las funciones establecidas a partir de estas tres ideas en sus tríos. Delbecq, Avenel y Biayenda hacen algo muy diferente. Delbecq, al tocar con su piano manipulado como si estuviese solo, recuerda en parte a lo que Sonny Rollins creo a mediados de los cincuenta, al asumir él mismo la función de sección rítmica, liberando a los que le acompañaban y abriendo una puerta a un sonido radicalmente diferente de los contrabajistas y los baterías. El resultado es espectacular, y cuando uno lo compara con la paralela y no menos espectacular grabación en solitario, la claridad de lo que este músico propone se manifiesta de forma atronadora. En esta otra grabación, todos los temas son suyos, menos una bonita interpretación del “Flakes” de Steve Lacy, reivindicación de la originalidad del saxofonista soprano como compositor. Aunque sus dos colaboradores no estén ahí, los ritmos de partida siguen siendo los mismos, y su música no suena como una versión simplificada de la del trío. Sus melodías modernas, afiladas, líricas dentro de lo cerebral de su concepción armónica, suenan con mayor belleza. Las referencias a toda la gran música del siglo pasado están por todas partes: el jazz en todas sus formas, desde el Harlem de los pianistas de stride o la Nueva Orleáns de Morton hasta la vanguardia neoyorquina o el Chicago de la AACM, pero también toda la rica tradición de la música clásica contemporánea. Son dos discos magnéticos y fascinantes, dos viajes al universo de un músico que logra representar este mundo global y mestizo como pocos artistas de la actualidad en cualquier disciplina. Nos hartamos de hablar, sobre todo en esta Europa donde últimamente aparecen casi cada mes nuevos grandes intérpretes de piano, superdotados, supercultos y muy inquietos y ambiciosos, de “pianistas para pianistas”. Delbecq es mucho más: un auténtico artista. ■ Verano 11 Más Jazz /65 BENOÎT DELBECQ Benoit Delbecq Discos okV'11 8/6/11 00:40 Página 66 Novedades Discos Calificaciones : Pobre, sin interés; : Muy bueno; DISCOS * **** Jazz: The Smithsonian Anthology Smithsonian Folkways Recordings. Distribuye: Karonte ***** L a Smithsonian Institution ha puesto al alcance del público un magno proyecto que resume la historia del jazz en 6 Cds, almacenados en una caja de imagen atractiva y de contenido minuciosamente meditado. La selección de los 111 cortes, que abarca un arco que va de 1917 a 2004 en un conjunto de 8 horas de música cronológicamente ordenada, ha sido realizada por medio centenar de expertos norteamericanos y europeos durante un complejo proceso que ha durado 7 años. El resultado, “Jazz: The Smithsonian Anthology”; se asemeja a una antología canónica de la historia grabada del jazz, por más que, como ocurre con cualquier selección, haya puntos que puedan seguir siendo discutibles a pesar del enorme esfuerzo por hacer un trabajo analítico, escrupuloso y ampliamente consensuado. Que el trabajo aspira a convertirse en manual didáctico de propósito globalizador, cómodo, ordenado y económicamente asequible para el alumno (de ahí su limitación a no más de 6 cds generosamente acopiados), no es ningún secreto: lo pedagógico queda de manifiesto en los textos de declaración de intenciones de los editores y en la clarificadora introducción a cargo de John Edward Hasse y Bob Blumenthal, pero también en las notas de programa de cada una de las grabaciones (de autores diversos, y en general muy útiles), en la excelente selección de fotografías que las acompañan y en la desprejuiciada amplitud de miras con la que se ha emprendido la selección de artistas y sus correspondientes grabaciones: desde un ragtime de Scott Joplin, interpretado a velocidad de vértigo por Dick Hyman (la única grabación que queda fuera del orden cronológico, por razones de repertorio histórico, a la manera de la música clásica), hasta una excelente grabación para ECM del polaco 66/ Más Jazz Verano 11 Pasable; : Bueno, recomendable; **:: Excelente, *** obra maestra. ***** Thomas Stanko cerrando el álbum, en lo que bien podría considerarse un satisfactorio gesto hacia lo políticamente correcto. Ahí están, como no podía ser menos, los nombres más obvios, con una mayor o menor representación de grabaciones en cada caso: Jelly Roll Morton, Louis Armstrong, Duke Ellington, Dizzy Gillespie, Charlie Parker, Monk, Mingus, Blakey, Miles Davis (el mejor relacionado, con cinco cortes a su nombre), Sonny Rollins, Sarah Vaughan, John Coltrane, Bill Evans, Stan Getz, Ornette Coleman y tantos más indiscutibles de cualquier antología mínimamente abarcadora. La selección de temas va desde lo más obvio (“Girl from Ipanema” en el caso de Stan Getz, “Waltz for Debby” en el de Bill Evans, “Work Song” de Cannoball Adderley o “Moaning” de Blakey), hasta temas que tienen sentido en su deliberada descontextualización, como el ya citado ragtime a cargo de Dick Hyman, la versión eléctrica del “Watermelon Man” de Hancock procedente del disco HeadHunters (que no del original), la excelente versión de “Round’ Midnight” del sexteto de George Russell en vez de la interpretación de Monk, del que se prefiere la grabación primeriza de “Misterioso”, según decisiones poco convencionales pero absolutamente irreprochables. Tienen también todo el sentido elecciones aparentemente más perecederas, como The Boswell Sisters, Cab Calloway, el “Honky Tonk Train Blues” de Meade Lux Lewis, Machito, o el Gary Burton de “A genuine Tong Funeral” como imágenes insustituibles de una época. Y son muy de agradecer los intentos de evitar el americacentrismo, con la incluisión de Martial Solal, Nguyen Lé (quizás uno de los casos más forzados), Irakere, Abdullah Ibrahim, Mahavishnu Orchestra, Toshiko Akiyoshi, el ya citado Stanko o el ineludible Quinteto del Hot Club de France, además de una importante aportación de artistas de jazz latino. Si en la selección de las primeras décadas el acuerdo podría ser tildado más o menos de intachable, en el caso de la actualidad más reciente, por su naturaleza inaprensible, la selección siempre será más discutible: concluye el recorrido en 2004, con espacio en los dos últimos cedés para artistas de tendencias tan diversamente representativas como Braxton (aunque su dúo con Muhal Richard Abrams para hacer “Maple Leaf Rag” no sea precisamente lo más característico de sus carreras), Art Ensemble of Chicago, Medeski, Martin & Wood, Michael Brecker, Steve Coleman, Keith Jarrett, el Tito Puente de última hora, Wynton Marsalis, el Masada de 8/6/11 00:40 Página 67 John Zorn o Pat Metheny en trío con Jaco Pastorius y Bob Moses. En todo caso, por más controles que la selección haya tenido en su largo proceso y por más que aquella se haya visto guiada por razones de ecuanimidad, no dejan de sorprender algunas ausencias de determinados artistas como cabezas de grupo: las más clamorosas, para el que esto escribe, son las de Albert Ayler, Ahmad Jamal, Eric Dolphy, Roland Kirk, Lee Konitz, Henry Threadgill y Art Pepper, y rechina la escasez de voces femeninas (quedan fuera Betty Carter y Nina Simone) y especialmente de las masculinas, que no van más allá de Armstrong y Calloway. Menos personalista y probablemente menos incitante que su antecesora, la ya descatalogada “Smithsonian Collection of Classic Jazz” del irrepetible Martin Williams, esta nueva Smithsonian Anthology, con su grandeza y con sus ausencias, se presenta en todo caso como una colección ecuménica, generosa, desprejuiciada y universalista, manejable y ordenada, de exquisita presentación y de profusa atención al detalle y que indefectiblemente nos invita a plantearnos cuestiones de largo recorrido y hasta de sesgo ontológico (¿qué es el jazz?, ¿cuáles son sus límites?, ¿dónde radica lo esencial?, ¿de donde viene y adonde va?), pero que sobre todo nos permite una visualización de conjunto, al tiempo disfrutable y al tiempo pedagógica, de una apasionante historia en permanente evolución. Manuel Ferrand Stefan Karlsson: Smilin’ Eyes Bebyne Records **** E ste pianista sueco se trasladó a principios de los ochenta a Estados Unidos, para estudiar jazz en la universidad de North Texas, luego ha tocado con grandes músicos americanos como Eddie Gomez, y terminó por instalarse en Las Vegas, donde además de seguir con el jazz compone música para películas y series de televisión con bastante éxito. Es curioso que un músico que en este primer disco en solitario tras muchos otros casi siempre en trío demuestra semejante solidez sea tan desconocido en Europa. Pero tampoco es tan raro, ya que el estilo en el que toca es mucho más cercano al de otros pianistas americanos de su generación (y de las anteriores), que a lo que se lleva más a este lado del Atlántico. El primer tema es una de las dos composiciones propias del disco, y nos introduce a siete interpretaciones muy originales de standards y una de un clásico del jazz moderno, el “Footprints” de Wayne Shorter, que forman el cuerpo esencial de la grabación. El sonido de esta excelente producción de nuestro compatriota Iñaki Salvador, realizada en un estudio de Barcelona, es brillante, haciendo justicia a un intérprete sobresaliente. Karlsson es hoy día un reconocido educador, y su profundo conocimiento musical es evidente en el rigor y la originalidad de sus interpretaciones. Cualquier pereza inicial por escuchar la enésima versión de “I Thought About You”, “All The Things You Are” o cualquiera de los otros clásicos que toca se supera en la primera escucha de este disco precioso que demuestra que aún hoy, este repertorio puede ser una losa para un músico mediocre, pero sigue siendo un caballo de batalla fenomenal para un artista de semejante calibre. Una refrescante, maravillosa e inesperada sorpresa. Jorge López de Guereñu Issam Krimi: Barbara Piano Solo Bee Jazz **** E l joven e hiperactivo pianista francés se lanza en su tercer disco como líder a interpretar en solitario las música de Barbara, la última gran representante de esa gran estirpe en la canción francesa de los Brassens, Brel y Piaff. Krimi recurre a las grabaciones en distintas pistas y a los efectos sonoros de estudio y post-producción para lograr un sonido moderno e intelectual que recuerda al de los Radiohead, Coldplay o Aphex Twin que tanto le han influido, pero que no diluye en ningún momento su manera profunda de estudiar e interpretar estos temas. Su manera de afrontarlos es la de un músico, y muy bueno, de jazz, y esos aderezos no se aprecian como un maquillaje que convierta el disco en travestí. Si elige ese repertorio es porque probablemente ha escuchado esas canciones en casa durante su infancia, como tantos otros jóvenes de su país, y estos temas de lo que no adolecen es de unas melodías estupendas que el pianista retuerce sin olvidar en ningún momento su belleza. El acoplamiento de este músico al repertorio y la estrategia sonora que persigue es reseñable, y demuestra una gran personalidad. El resultado de combinarla con una muy buena idea no podía ser otro que un disco sólido e interesante, que gana con cada escucha. Jorge López de Guereñu Tigran (Hamasyan): A Fable Verve/Universal **** O tro joven gran pianista establecido en Francia, pero de origen armenio, Hamasyan se distingue de los de su generación por una afición a experimentar las fusiones más extravagantes de sus muchas influencias. Se sintió atraído desde la infancia por el jazz, y recibió también una sólida formación clásica, pero otra de sus pasiones es el rock clásico. En sus dos primeros discos, en trío y cuarteto, seguía los pasos de los pianistas post-bop muy influenciados por Bud Powell, sonando muy parecido a Chick Corea, e introducía algo de la música de su país natal. El anterior proyecto a éste fue un experimento fusionando la música armenia y el jazz con la estética del rock, sobre todo del más progresivo, con un resultado entre lo curioso, lo desigual y el desastre. Su cuarta entrega es su primer disco en solitario, y mues- Verano 11 Más Jazz/ 67 DISCOS Discos okV'11 DISCOS Discos okV'11 8/6/11 00:40 Página 68 tra mejor sus dotes demostradas en sus conciertos, a menudo en este formato. Tampoco en esta ocasión renuncia a tocar música armenia, con dos composiciones tradicionales añadidas a las suyas, que son muy variadas. Hay temas enérgicos que siguen recordando a la mejor música de Corea y Keith Jarrett, y otros casi impresionistas que dan forma de suite continua y equilibrada a la grabación. Una preciosa versión del “Someday My Prince Will Come” aparece a la mitad del disco, en el que también se escuchan su voz y efectos de estudio para obtener esa riqueza sonora que se está haciendo tan común en las grabaciones de los pianistas más modernos. También hay una vitaminada interpretación de un tema de Gurdjieff, un músico que apasiona también a Glenn Gould, Jarrett, y muchos de los jóvenes pianistas europeos influenciados por el genio de estos dos grandes músicos. Como en sus directos, aquí expone todas las posibilidades de su piano, que a veces consigue hacer sonar casi como una celesta o un clavicémbalo, y es que el sonido es claramente el tema central de este nuevo disco de Tigran. Lo que ha conseguido con ello es clarificar mucho sus ideas, aunque le falta aún eliminar su pretensión de hacer demasiadas cosas en el mismo proyecto. Su resultado es, en los momentos en los que se centra en los elementos principales de su estilo, sin voz o efectos que nos despisten, un auténtico disco de pianista para pianistas, sin dejar de ser atractivo para cualquiera al que le guste el jazz, moderno o tradicional, o sencillamente la buena música. Jorge López de Guereñu Benoît Delbecq Solo: Circles and Caligrams Songlines al detalle que suenan tanto a post free como a música africana en su partes más rítmicas, pero en otros momentos es de una belleza romántica e impresionista que recorre un espectro enorme. Su piano preparado a veces parece un n’goni o un guimbri, otras una calabaza o cualquier otro instrumento africano de percusión, pero la simbiosis entre esos sonidos y el del piano “natural” es asombrosa. Ese disco sería sin duda uno de los mejores del año, pero el caso es que su combinación con su simultáneo proyecto en trío hace de los dos algo mucho más impactante. Si en solitario Delbecq consigue una música única e inimitable, con Avenel y Biayenda lleva sus ideas a un plano superior. Se ha hablado de los pianistas que han redefinido la función del formato del trío como hicieron Monk o Evans, pero aquí nos encontramos ante un trío que hace una música nueva y absolutamente diferente de todo lo que hemos escuchado antes, sin perder nunca de vista el jazz. Hay ese concepto de swing que tanto echan de menos los tradicionalistas en gran parte del free jazz, pero es un concepto radicalmente innovador. Los ritmos de estos temas soberbios vuelven a sonar muchísimo a África, pero sorprendentemente lo hacen a esa versión sofisticada de lo africano que surgió en el nuevo continente. Esto es jazz sin corsés ni ataduras, y la vez menos jazz que nada de lo que he escuchado antes con esa etiqueta. En realidad la manera de describirlo mejor es no hacerlo más que como una música fantástica, que me recuerda tanto a Cecil Taylor o Monk como a la música tradicional del oeste de África o a los trances de los gnawas, a Bill Evans, ran Blake o Paul Bley tanto como a Dutilleux, Nancarrow o Cage. Dos discos inseparables, y aunque muchas veces caigamos en hacer ese tipo de afirmaciones, uno de los grandes eventos discográficos del año. Indispensables. ***** Jorge López de Guereñu Benoît Delbecq Trio: The Sixth Jump, con Jean-Jacques Avenel y Émile Biayenda Songlines Corea, Clarke & White: Forever Concord * * * y 1/2 ***** E l francés siempre ha sido el pianista free perfecto para los escépticos con el free jazz. Su lenguaje es tan personal, y contiene un rigor tan estricto con la forma y la estructura musical, que por mucho que su música no sea fácil atrae a mucho público al que no le gusta nada lo de la improvisación libre para unos, y puro libertinaje para otros. Además es un sólido intérprete de la música clásica más moderna, que ha desarrollado la utilización de la preparación del piano para obtener distintos sonidos de él desde lo que hacían Cage y sus contemporáneos hasta los maestros del free jazz clásico. Un pianista así se encuentra totalmente en su salsa en solitario en el estudio, y en esta su tercera ocasión en la que lo hace aprovecha para crear una obra maestra en el formato. Su música ha ido madurando con los años sin perder frescura, y ahora mismo es un mundo fascinante. Hay mucho del mejor y más libre jazz en ello, con unos temas cincelados 68/ Más Jazz Verano 11 A finales de 2009, Chick Corea, Stanley Clarke y Lenny White volvieron a reunirse para realizar una larga gira mundial de alrededor de cincuenta actuaciones como trío acústico, que aparece documentada en el primer disco de este doble CD. Esto podría parecer insólito por la automática asociación de este grupo de músicos con el jazz eléctrico de fusión de los setenta, si no supiéramos que cuando Chick Corea acude a ellos, después del primer disco de suave ambientación brasileña de Return to Forever, para dar al grupo un giro radical hacia el jazz-rock, van a ir fraguando el proyecto mientras actúan como trío acústico en el Keystone Karner de San Francisco. Es ahí donde se establece la base de su relación, tocando estándares y piezas de Thelonious Monk, Bill Evans o Miles Davis. Si la gira de 2008 los reunió para recordar triunfalmente al Return to Forever de los setenta, lo que podemos oír aquí en el primer disco los presenta en un contexto hasta ahora discográficamente inédito. Discos okV'11 8/6/11 00:40 Página 69 La declaración de intenciones del título, Forever, se aplica en primer lugar a un inmarcesible estándar, “On Green Dolphin Street”, que, conservando su estructuración melódica y armónica original, se pliega como un guante al estilo personal de los tres músicos. Lo mismo sucede con “Waltz for Debby” de Bill Evans y el original de Corea “Bud Powell”, en los que el pianista rinde homenaje a dos de sus principales influencias. En el original de Clarke “La canción de Sofía”, cuya melodía expone con arco el contrabajista, se hace más evidente que en los cortes anteriores lo que supone la ausencia del componente visual en una grabación en directo, y es difícil aceptar que Clarke termine llevando una pieza tan lírica a un terreno de exhibición virtuosística, incluyendo gags cómicos que deducimos por las risas de los espectadores. El disco se completa con el clásico de Corea “Windows”, un homenaje a Thelonious Monk a través de “Hockensack”, para terminar con adaptaciones a un contexto acústico de las legendarias piezas de Return to Forever “No Mystery” y “Señor Mouse”. El disco hay que oírlo como lo que es, la documentación de una actuación en directo, justificando así sus excesos improvisatorios y su bienhumorada ambientación de jam session. El segundo disco corresponde a la preparación en los estudios Mad Hatter del concierto de carácter especial con que arrancó la gira en el Hollywood Bowl, contando ahora en la mayor parte de las ocasiones con teclados, piano y bajo eléctricos, y el añadido de antiguos colaboradores de los setenta, como el guitarrista Bill Connors y el violinista eléctrico JeanLuc Ponty, así como la cantante Chaka Khan, con quien el trío vuelve a la sonoridad acústica para acompañarla en un homenaje a Gershwin, “I loves you Porgy”, y el original de Corea “High Wire-The Aerialist”, donde Chakan Khan despliega un scat acrobático. Salvo una breve referencia a Coltrane, a través de “Crescent”, el resto es puro Return to Forever, con la agregación de “Renaissance”, un original de Ponty, donde podemos deleitarnos con el imaginativo estilo de sus solos de inventiva siempre renovada. Forever es un manifiesto a la perennidad tanto del mainstream de pequeño grupo acústico con su repertorio de estándares clásicos y modernos, como del grupo eléctrico de fusión de los setenta con sus complejas composiciones. José Miguel Usábel Billy Hart: Sixty-Eight Jason Palmer, trompeta, Logan Richardson, saxo alto, Michael Pinto, vibráfono, Dan Tepfer piano, Chris Tordini, bajo, Billy Hart, batería. SteepleChase 31707 *** C uestión de devoción, Billy Hart ha contado con algunos de los grandes instrumentistas del momento en cada una de sus sesiones como líder. Es la misma devoción al grupo que Hart sigue imprimiendo a cada uno de sus golpes en esta celebración de su 68 cumpleaños con un grupo de DISCOS Discos okV'11 8/6/11 00:40 Página 70 jóvenes músicos de la órbita de Greg Osby y temas de Ornette, de Sam Rivers y de o relacionados con Eric Dolphy. Logan Richardson trae su particular lirismo lastimero, Jason Palmer una ebullición davisiana, Pinto su meticulosa tímbrica, algo que comparte el inteligente Tepfer, Tordini un pulso infalible, y todo cuaja en un trabajo lleno de satisfacciones, sólo algo lastrado por el equilibrio de la mezcla. Hay un gran alto en What Reason y Cyclic Episode, una bellísima trompeta en That's Just Lovely, que lo es, una interpretación de quilates en Mrs Parker in K.C. de Byard, un aristado Out There, una muy buena pieza de la mano de Tepner, pero sobre todo ese flujo imparable que es Hart. Billy Hart provoca devoción, sin duda. Ángel Gómez Aparicio Ricard Roda Quartet: Featuring Ricard Miralles, Enric Ponsa & Josep Tudurí Asteriscs Ricard Roda Quartet: Ricard Roda (sa, flauta), Ricard Miralles (p), Enric Ponsa (cb) y Josep Tudurí (bat). Grabación de 1968. Tete Montoliu y su Cuarteto: Ricard Roda (sa), Tete Montoliu (p), Eduardo García (cb) y Ramón Farrán (bat). Grabación de Noviembre de 1958 Fresh Sound Records, 2010 FSR 1650 **** L a reedición por parte de Fresh Sound Records de la música de Ricard Roda es un sentido y merecido homenaje a uno de los músicos más interesantes y menos valorado del jazz catalán y nacional, que murió el pasado 18 de Noviembre de 2010. Una injusticia que con el presente compacto se quiere subsanar y ante todo dar a conocer, y que permitirá apreciar la extraordinaria calidad que como músico ostentó Ricard Roda. Hablar de jazz en los años sesenta en Barcelona, es como hablar de la era glaciar, algo remoto, lejano y de escasa entidad. Ser músico de jazz en esos años no era una profesión sino un hobby, una quimera al cual los músicos se dedicaban en sus ratos libres tras haber llevado a cabo sus tareas profesionales en orquestas de distinto “pelaje” musical, lo que obligaba a muchos de ellos a realizar un auténtico acto de fe para poder tocar jazz, y del cual se escapó nuestro más ilustre instrumentista por esas fechas, Tete Montoliu. Al panorama descrito anteriormente sin embargo estuvo adscrito Ricard Roda, que junto con otros músicos se reunían en los locales de Barcelona a altas horas de la madrugada (entre ellos el famoso Jamboree que abrió sus puertas en 1960) para hacer jazz hasta las primeras luces del día. El presente compacto es gracias a la labor investigadora 70/ Más Jazz Verano 11 del propietario del sello Fresh Sound Records, Jordi Pujol i Baulenas, quien ha rescatado dos sesiones en donde participó Ricard Roda del olvido más absoluto en que vivían. La primera de ellas estaba referenciada originalmente como Nits de Jazz al Jamboree (Edigsa LP, 1968), y que sirve como base de la presente reedición, todo y el titulo genérico que se ha puesto al compacto, pues parece ser que por aquellas fechas no existió como tal un grupo que se llamará Ricard Roda quartet. El disco de Edigsa fue una propuesta por parte de la casa discográfica para grabar en un estudio el repertorio que por esas fechas tocaban los cuatro músicos en el escenario del club Jamboree. La sesión esta conformada por standards y una composición original del pianista (circunstancia también bastante excepcional en esas fechas, pues normalmente la música interpretada en su totalidad se encontraba conformado por composiciones y standards americanos), lo que permite comprobar la calidad y originalidad de la formación en la interpretación de los temas, así como constatar muy especialmente la pericia de Ricard Roda, tan sólo hay que escuchar a modo de ejemplo la versión que se realiza del tema de Coltrane “Theme For Ernie”, que tras la introducción con el arco que ejecuta Enric Pons, el saxofonista presenta el leitmotiv con una sonoridad majestuosa, llena de lirismo y cargado de emotividad, demostrando que el jazz que se hacía por estas fechas en Barcelona no tenía nada que envidiar al que procedía de otras partes de Europa. Como material extra del presente compacto, y segunda sesión, se han añadido tres temas de la formación en cuarteto del grupo de Tete Montoliu, y referenciados originalmente como Tete Montoliu y su Cuarteto (Saef Jazz EP, 1958) y en donde Ricard Roda participó interpretando los temas “Bernie´s Tune”, Walkin´” y “Fine and Danky”. Una reedición justa y oportuna, que merece ser aplaudida por la posibilidad que nos confiere de conocer la música de un instrumentista injustamente olvidado. Juan Carlos Abelenda Gerald Clayton: Bond (The Paris Sessions). Gearld Clayton, piano, con Joe Sanders, contrabajo y Justin Brown, batería. Emarcy/Universal **** C on poco más de veinticinco años, el nuevo representante de esa fabulosa estirpe de músicos que es la familia Clayton (su padre es John, el contrabajista, su tío Jeff es saxofonista) se ha establecido como una de las referencias del piano en el jazz actual. Ganó el segundo premio en la prestigiosa competición para pianistas del Thelonious Monk Institute, pasó por la big band de su padre y Jeff Hamilton, y acompañó a Diana Krall y Roy Hargrove entre otros, antes de grabar su primer disco hace un par de años, también en trío. En aquel primer intento como líder sonaba ya tremendamente maduro, pero aquí sus características se hacen más evidentes. Le acompañan los mismos músicos, muy bien P/ Anunjcio 29/5/11 00:13 Página 4 DISCOS Discos okV'11 8/6/11 00:40 Página 72 acoplados en un trío de lo más sólido, y ni sus temas ni el tipo de standards elegidos para acompañarlos han cambiado demasiado, pero su progresión es evidente. Antes ya sonaba como un erudito intérprete que conoce a la perfección y domina el estilo de cualquier pianista de la historia del jazz, pero ahora muestra ya una seguridad absoluta. Clayton es uno de esos músicos que sin ruido pero con rotundidad va demostrando que tiene una clase especial. Sus progresiones de acordes y sus líneas melódicas no son muy llamativas, pero nunca son repeticiones sin más de esquemas trillados por una historia tan rica como la del piano en el jazz. Sus alusiones, sobre todo rítmicas, a la música más moderna, son discretas. Aún enfatizadas por ese sonido que también su batería utiliza, afinando el instrumento en ocasiones con la caja muy separada de los tambores más graves para dar esa sensación de beat tan del hip hop, no se desvía nunca del camino en el jazz straight ahead que ha decidido seguir. Da espacio a sus acompañantes, que están soberbios, y cuando se lanza a alguno de los solos absolutos del disco hace que comencemos a salivar pensando en el momento en el que se decida a hacer así un disco por entero. Será elegante y redondo, como esta maravilla y el que lo precedía. Un músico a seguir sin perder detalle de su carrera. impacto sonoro del grupo, por otro llega a ser en ocasiones el “factor limitante” a la hora de ampliar y enriquecer la gama interpretativa del mismo, dado que sus planteamientos métricos, tan efectivos como efectistas, resultan excesivamente regidos por una concepción “roquera” de la ejecución, siempre apoyada en una pulsación cuadrada y unos acentos martilleantes e inflexibles. Ese empuje rítmico constante, a menudo reforzado por los “ostinati” de la mano izquierda del pianista, es el que enciende los temas aportándoles una especial intensidad, pero al mismo tiempo confina la labor del trío en unos parámetros un tanto estrechos; así, la interesante pieza de Iverson “Bill Hickman at home” (un Blues con un enfoque armónico y estructural claramente monkiano) se queda a medio camino de sus posibilidades por culpa del acompañamiento de King, maquinal y carente de sutileza. En cualquier caso estas reservas no empañan el disfrute proporcionado por la radiante explosión de energía que se alcanza en temas como “The Radio tower has a beating heart” o en el que da titulo al disco. José Armenta Belmondo Quintet: Infinity Live B Flat/ Karonte Jorge López de Guereñu *** The Bad Plus: Never Stop Universal **** E l trío formado por el pianista Ethan Iverson, el bajista Reid Iverson y el batería David King, que acaba de cumplir 10 años de carrera, publica su primer disco integrado exclusivamente por composiciones propias. En todos sus registros anteriores se incluían versiones de temas ajenos, muchas de las cuales llegaron a alcanzar bastante notoriedad, por lo que este nuevo lanzamiento puede interpretarse como un acto de afirmación de la personalidad del grupo y un paso adelante significativo en su muy especial trayectoria. The Bad Plus son hoy por hoy una referencia en la encrucijada que el Jazz tiene planteada con otros estilos musicales convergentes, en este caso con las corrientes modernas del Rock. Y es que no abundan los grupos de Jazz que se atrevan a versionar temas de grupos como Nirvana, Radiohead, Aphex Twins, Black Sabbath… El presente disco nos muestra la exuberante inspiración del trío, su asombrosa compenetración, el alto grado de empatía que han alcanzado en el desarrollo de sus ideas musicales. Pero también nos insinúa lo que puede dar de sí el concepto estético que vienen perfeccionando desde sus comienzos con gran coherencia, las limitaciones latentes en un estilo tan original, cohesionado y rotundo; porque la mayoría de sus temas, más allá de la impresionante solidez de Reidson y de la seductora brillantez de Iverson, vienen definidos por el acusado perfil rítmico que les marca King, quien si por un lado es el principal artífice del poderoso 72/ Más Jazz Verano 11 S e trata de la grabación de un concierto ofrecido hace tres años por el quinteto de los hermanos Belmondo, una de las formaciones más destacadas del Jazz francés actual, en la isla Reunión, colonia francesa próxima a Madagascar. Este grupo se ha destacado en los últimos años por sus contactos con otras culturas musicales asimilables al Jazz, de la que son muestra sus conciertos con Yuseef Lateef (como el que pudimos contemplar hace cinco años en el Kursaal de San Sebastián) y su reciente disco con Milton Nascimento. Cada miembro del quinteto (trío rítmico más los saxos y flautas de Lionel Belmondo y la trompeta de su hermano Stéphane) aporta al menos una composición propia, conformando un conjunto muy enlazado de siete temas, tres de los cuales son interludios tocados por un solo instrumento y los cuatro restantes construcciones de desarrollo lento y largo que comienzan sigilosamente y van alcanzando poco a poco el clímax; como propina se ofrece “Naima” de John Coltrane. La música viene a ser un intento de aunar un Jazz de corte contemplativo inspirado en la etapa mística de Coltrane con una serie de elementos étnicos afro-orientales en los que se percibe la influencia de Lateef. En la creación de las atmósferas iniciales intervienen de manera decisiva la percusión y las flautas, que dejan paso al saxo o la trompeta en las secciones culminantes. Hay momentos de belleza serena y honda, pero también otros en los que la pretendida elevación extática resulta premiosa y carente de la necesaria emoción, salvo que uno se sienta en sintonía espiritual previa con esta música. No faltará quien encuentre en los 20 minutos de “The memories that never die” muchos momentos de ensoñador arrobo, pero nosotros preferimos la P/ Palau 9/6/11 13:32 Página 4 Discos okV'11 8/6/11 00:40 Página 74 tensión de “My son”, en el que la sección rítmica empuja al saxofonista a explayarse por los vericuetos de un bien trenzado discurso que recuerda al Coltrane apabullante de “Giant Steps”. José Armenta DISCOS RESEÑAS DE CLEAN FEED RECORDS Daniel Levin: Inner Landscape Tim Berne / Bruno Chevillon: Old and Unwise BassDrumBone (Mark Helias, Gerry Hemingway, Ray Anderson): The Other Parade Ralph Alessi and This Against That: Wiry Strong Tim Berne: Insommia Todos los discos publicados en 2011 por Clean Feed **** E n 2011 el sello Clean Feed cumple su décimo aniversario. Con más de 200 referencias publicadas, un año sí y otro también aparece destacado en las votaciones anuales entre los mejores sellos del año correspondiente en revistas y medios especializados. En el año de su aniversario ha publicado ya una decena de referencias, entre las que hay unas cuantas grabaciones destacadas. Inner Landscape es un disco en solitario de Daniel Levin. El chelista es uno de los músicos que se podría calificar como habitual del sello en los últimos meses con grabaciones publicadas del Daniel Levin Quartet o apareciendo como colaborador en otros grupos (Ivo Perelman Quartet). Inner Landscape recoge seis improvisaciones que más allá del fruto de la inspiración instantánea en el momento de la grabación suponen un proceso de reflexión y maduración. El disco está grabado en dos sesiones en Nueva York y Chicago, y proponen un pequeño viaje a partir de los breves motivos que inician cada uno de los paisajes sonoros. Levin hace uso de todo su arsenal de recursos empleando el pizzicato y el arco, y también percutiendo sobre el instrumento. Entre las referencias musicales hay pasajes que miran hacia la música clásica, e incluso de un cierto folclore no imaginado. En otros cambia hacia los terrenos de la vanguardia jazzística y la improvisación. Sin tener como objetivo mantener un ritmo marcado, pero sin rehuir de las melodías, es sumamente interesante el escucharle en un diálogo continuado consigo mismo. El saxofonista Tim Berne ya nos ha dado una gran alegría a los aficionados este año 2011 con la publicación de Insommia. Una grabación de 1997 inédita hasta el momento en la que a su formación Bloodcount (Chris Speed, Michael Formanek y Jim Black), se incorporaban el trompetista Baikida Carroll, el guitarrista Marc Ducret, el violinista Dominique Pifarelly y el chelista Erik Friedlander. La grabación incluía los largos “Open, Coma” y el inédito “The Proposal”. Representantes de las mejores grabaciones de Tim Berne de la época, resulta un enigma el motivo por el que 74/ Más Jazz Verano 11 dicha grabación ha estado durmiendo el sueño de los justos durante más de una década. Especialmente, si se tiene en cuenta que Tim Berne ha mantenido en activo su discográfica Screwgun Records con la que ha documentado magníficamente sus proyectos, y sobre todo porque se erige como una obra en absoluto menor entre las que dan cuenta de su forma de entender el jazz. El CD es imprescindible para los seguidores del saxofonista y compositor. Old and Unwise es un dúo de Tim Berne con el contrabajista francés Bruno Chevillon. Once improvisaciones en las que los dos músicos establecen un diálogo de igual a igual y en el que tienen la sabiduría de modelar su discurso para pasar por diferentes estadios de ánimo. Para ello no hay más que escuchar la cierta delicadeza y parsimonia de “high/ low”, y compararla con el ritmo marcado de la magnífica “l’état d’incertidumbre”, la fiereza de “Au centre du corps” o el carácter casi barroco de “back up the truck”. Berne, que aquí únicamente participa con el saxo alto, muestra que se encuentra en un magnífico estado de forma, lo mismo que le sucede al contrabajista francés. BassDrumBone es una formación de contrabajo (Mark Helias), trombón (Ray Anderson) y batería (Gerry Hemingway) que “únicamente” lleva en activo más de treinta años. Los tres músicos son unas primeras figuras en el jazz y la improvisación, aunque su discografía como trío no es muy abundante. Por eso la publicación de The Other Parade debería ser más que bien recibidas por los seguidores del gupo. Recientemente Gerry Hemingway comentaba que las formaciones en las que se siente más a gusto son improvisando libremente en dúo (en los últimos meses ha publicado más de media docena de grabaciones en ese formato), y en solitario. Sin embargo este trío es una formación en la que se le ve muy cómodo. En la que a los tres músicos se les ve muy cómodos. Alejados de los terrenos de la improvisación libre y la creación espontánea, algo que se podría calificar como vanguardia, cada uno de los músicos aporta tres composiciones. En ellas no tienen reparo alguno en mirar al pasado con cariño y con respeto evocando la música de Nueva Orleans o echando mano del blues. Los tres son unos maestros de sus respectivos instrumentos y demuestran ser unos buenos compositores, regalándonos con unas obras contagiosas que hacen que el pie no pare de marcar el ritmo. Ralph Alessi es un trompetista que de algún modo ha padecido el estar a la sombra de otras figuras como Dave Douglas a pesar de ser un magnífico instrumentista. En Wiry Strong no sólo lo demuestra sino que además se erige en compositor y líder de un quinteto de campanillas en el que participan el saxofonista Ravi Coltrane, el imprescindible contrabajista Drew Gress, el baterista Mark Ferber y el pianista Andy Milne. Su obra es un disco de post-bop engañoso, o quizás incluso grabado con muy malas intenciones. Hay composiciones con unas estructuras muy definidas, pero que permiten un enorme grado de libertad a los músicos la hora de expresar sus ideas. Esto es algo que no es nuevo en absoluto, pero que a veces se olvida a la hora de afrontar la creación musical. Otro elemento que llama la atención es Discos okV'11 8/6/11 00:40 Página 75 Discos okV'11 8/6/11 00:40 Página 76 que en setenta minutos se desgranan quince temas muy variados y deslumbrantes analizados uno a uno y en conjunto que permiten sospechar que en directo este proyecto puede ser toda una sorpresa para los oyentes desprevenidos. DISCOS Pachi Tapiz Vienna Art Orchestra: The Big Band Years Emarcy Records/ Universal **** E l verano pasado se anunció oficialmente la desaparición por razones financieras (ya se sabe que la cultura es una de la primeras víctimas de las crisis económicas) de la Vienna Art Orchestra. Tras más de tres décadas en activo se terminaba el sueño de aunar las tradiciones musicales de Norteamérica y Europa desde el corazón musical histórico de esta última, Viena. Como epílogo a un bagaje impresionante que incluye medio centenar de discos se edita un estuche que recoge una amplia antología de la etapa más reciente de la orquesta, sus 10 últimos años grabando para sellos de la Universal: un total de 58 registros repartidos en cuatro CDs de hora y cuarto de duración cada uno. En lugar de ordenar los temas por orden de publicación o agruparlos por compositores, el fundador, compositor, director y alma mater de la empresa, Mathias Rüegg, ha planteado una selección basada en los posibles estados de ánimo del oyente. Así, el primer CD se titula “If you feel like being entertained” y se inicia con temas del “entretenedor” vienés por excelencia, Johan Strauss, para concluir con una selección de clásicos de Ellington de los años 30 y 40; en medio, 4 temas de Rüegg dedicados a otras tantas estrellas femeninas de Hollywood, entre las que destaca el ingenioso “Ava Gardner: The gardener of unrealized whishes”. El segundo CD, quizás el menos coherente desde el punto de vista de la selección, se llama “If you feel like listening” y está integrado por 9 temas de Rüegg de diversa procedencia junto a composiciones de Mingus, Eric Dolphy, Erik Satie y Grieg. A continuación “If you feel like dreaming” recoge canciones de Rüegg, Strayhorn, Ellington y el “Round Midnight” de Monk en interpretaciones de diversas solistas vocales, con un resultado mucho más homogéneo que el anterior y con momentos de gran nivel, como la recreación llena de lirismo y matices de “Something to live for”. Por último, “If you feel like dancing” está formado por quince composiciones del director y compositor, en los que juega con los cambios continuos de ritmo combinando con habilidad los esquemas métricos del Jazz tradicional y el moderno. A pesar de esa variedad métrica, las ideas musicales de Rüegg no parecen tan avanzadas en el aspecto rítmico como en los parámetros armónicos y compositivos: sus mayores logros quizás estén en la rica elaboración de las texturas y sobre todo en la lograda articulación de un material temático heterogéneo en el que variaciones, citas, parodias y desarrollos se entretejen con naturalidad. Músico de muy completa formación clásica, el fundador de la V.A.O. consigue 76/ Más Jazz Verano 11 una sólida integración entre composición e improvisación tanto en sus arreglos (las espléndidas versiones de Ellington) como en sus composiciones propias, en las que, evitando la consabida estructura “exposición–ronda de solistas–reexposición”, propicia un fluido desarrollo temático de principio a fin. En contrapartida a ese despliegue de dominio técnico encontramos una cierta falta de chispa e inspiración en algunas secciones, y aunque el siempre brillante nivel de ejecución acalle cualquier objeción, se diría que la búsqueda de un impecable equilibrio tímbrico y de una perfecta estructuración de los temas atenúa la intensidad y el desbordamiento que a veces parecen estar pidiendo las composiciones. En eso se nota que estamos ante una formación orquestal europea con un carácter mucho más apolíneo que dionisiaco, a la que una mayor efusión rítmica y tímbrica habría hecho ganar muchos enteros, alejando nítidamente la sensación de rutina que de vez en cuando la acecha. Pero esto es también consecuencia de la considerable extensión de esta antología, que ha de saborearse de forma pausada y parsimoniosa para disfrutar de sus muchos valores. José Armenta David Murray Cuban Ensemble: Plays Nat King Cole “en español” / Universal **** C onociendo la afición del fecundo e inagotable David Murray por el repertorio latino no puede sorprender la profunda identificación que muestra con este surtido de canciones en español popularizadas por Nat King Cole hace más de 50 años. Lo acompaña en su viaje un espléndido “Cuban Ensemble” bien surtido de vientos y percusión, en el que destaca poderosamente el pianista Pepe Rivero; completan el cuadro una formación camerística de cuerdas, la “Sinfonieta of Sines”, y, en dos cortes, la voz del cantante argentino Daniel Melingo. El tratamiento de las cuerdas es peculiar, no se trata del típico fondo dulzón de violines sino de un bloque integrado en los arreglos cuyo peculiar tratamiento tímbrico (más que el empaste y la redondez uno diría que se ha buscado la sonoridad destemplada de las grabaciones antiguas) contribuye a sumergirnos en una tenue sensación de nostalgia, pese al vigoroso “stacatto” con que el saxofonista ataca las melodías. Murray se reserva los arreglos y la dirección del asunto, y la verdad es que tiene muy claro lo que quiere. Su acercamiento es a un tiempo tradicional y moderno, respetuoso y desenfadado, bien planificado pero lleno de espontaneidad y gracia. Combinando la brillantez de los metales con la levedad de las cuerdas consigue que todo suene en su punto, tanto los temas más animados (“El bodeguero”, “Piel canela”) como los de tiempo medio (“Quizás, quizás, quizás”, “Cachito”) o los románticos (“A media luz”). Lástima que Daniel Melingo, veterano cantante de tangos con oficio sobrado para acoplarse al peculiar contexto de este ensemble en las dos canciones en las que interviene, no acompañe su 8/6/11 00:40 Página 77 reposada y ondulante manera de susurrar los textos con unos recursos vocales a la altura; su voz se mueve de principio a fin en un registro medio muy estrecho que sortea una y otra vez los saltos interválicos delatando serias limitaciones, lo que convierte sus interpretaciones en una especie de recitativo monótono. Preferimos con mucho el mimo con que Murray frasea el estribillo de “Cachito”, por ejemplo, como si se estuviera recreando en cada sílaba del estribillo. José Armenta Lizz Wright: Fellowship. Universal **** Eva Cortés: Back 2 The Source. Universal *** Winterplay: Songs Of Colored Love. Universal *** Jane Monheit: Home. Emarcy *** L a cantante Lizz Wright, nacida en Georgia y educada en el ambiente de la música negra de iglesia (su padre era predicador) demuestra en este disco que el gospel no es una forma musical caduca. La intérprete no intenta emular a las grandes figuras del pasado, la expresividad inmediata y sustancial de una Mahalia Jackson, la anchura, plenitud y hondura de otras ilustres predecesoras, sino que se mueve en una línea de interpretación moderna que actualiza la tradición sin desvirtuarla. Wright tiene una voz redonda y dúctil con extensión suficiente en el registro grave, de la que sabe extraer algún toque de desgarro cuando es necesario, modularla con ese toque de declamación cadenciosa y solemne tan esencial en esta clase de música y dotar de un tinte de melancolía a un repertorio en el que antaño lo habitual era encontrarse con un chorro de fuerza primaria. Además se atreve a actualizar el repertorio con versiones de temas de Eric Clapton y Jimi Hendrix y a participar en los arreglos del álbum, que alejan cualquier sombra de monotonía variando los “tempi” y los ritmos y aplicando unos acompañamientos sencillos y diversos que alternan el canto “a capella” con los coros, la percusión, el piano (una simple figura repetida de cuatro notas descendentes sirve de base a una emotiva recreación de “Presence of the Lord”, de Clapton), el órgano, las palmas o el teclado “Wurlitzer” (un instrumento rescatado del olvido por las producciones de Madeleine Peyroux). En realidad lo que esta grabación pone de relieve es que el venerable linaje del “Spiritual” negro, al igual que el de su hermano de cuna, el Blues (que muchos pioneros definían como su contrapartida profana y rural) está más presente de lo que parece en muchos de los estilos musicales afroamericanos de las últimas décadas. La cantante de origen hondureño Eva Cortés, acompañada por el excelente pianista Pepe Rivero y por un completo equipo de instrumentistas, nos ofrece en “Back 2 the source” un escogido muestrario del cancionero “standard” americano cantado con gusto, madurez de concepto y un estu- pendo sentido del tempo jazzístico. Se la nota familiarizada con las grandes intérpretes de este repertorio cuando aborda temas tan esenciales como “You go to my head”, "In a sentimental Mood", "Bewitched", o "Fly me to the moon". Eva los frasea con un delicado juego de ondulaciones melódicas y rítmicas en las que no está ausente el toque andaluz (se crió en Sevilla) y alguna resonancia latina. De todo ello sale una mezcla seductora y original que sitúa al oyente ante una intérprete con indudable personalidad propia, a la que quizás le convendría no empeñarse demasiado en emular en algunos momentos a las grandes divas del “bop” alterando las melodías con inflexiones y desplazamientos que en su voz suenan más estudiados que espontáneos (en “Body & soul” o “My favorite things”) y con los que se aleja del delicado equilibrio entre los distintos estilos que ha sabido asimilar, cualidad que constituye su mayor encanto. Una de las sorpresas del disco es la inclusión de cinco temas cantados en español; se trata de traducciones de “standards” americanos realizadas por Augusto Algueró que resultan ser mucho más que una agradable curiosidad: las versiones que hace Algueró de “Bewitched” (“Embrujo”), “I've got you under my skin", Fly me to the moon”, Days of wine and roses” y “Moon River” son muy adecuadas desde el punto de vista rítmico y la cantante tiene el talento de darles un tratamiento diferente a las que están en inglés, sin forzar la dicción del castellano en una línea demasiado jazzística y centrándose en la confluencia de estilos que mencionábamos antes, lo que confiere a estas canciones un punto de evocación muy peculiar y logrado. “Normalmente los músicos de Jazz disponen de tiempo libre en invierno, de modo que formamos el grupo con la idea de actuar en esa época del año. Por eso nos pusimos el nombre de Winterplay; nuestra disposición era la de unos músicos de Jazz haciendo un álbum Pop”. Así explica el trompetista coreano Lee Joo-han el origen del grupo del que forma parte, al lado de la cantante Moon Hye-won y de un bajo y un guitarrista cuyos nombres igualmente abstrusos rehusamos transcribir. Lo que no sabíamos es que el invierno en aquellos latitudes tiene la misma ligereza trivial y frívola que el estío en nuestras playas meridionales, con ese estilo de “canción del verano” que tienen los primeros cortes de su “Songs of colored love”. Sin embargo, una escucha paciente revela cualidades en este cuarteto que nos hace lamentar la vulgaridad de las composiciones originales que constituyen la mitad de los 14 temas del álbum, la endeblez de “Melon man”, la banalidad de “Happy Bubble” (parece una canción de Eurovisión). No se percibe en estas piezas el menor rasgo de complejidad jazzística, sino que están claramente planteadas e interpretadas como canciones “pop” de muy escasa sustancia que parecen salidas de los estudios de diseño de la industria automovilística coreana: un producto barato, fácil de usar, desechable y carente de originalidad. Otra cosa son las versiones que conforman el resto de la sesión, temas de mayor entidad en los que apreciamos un criterio interesante de selección y un innegable talento para los arreglos: así, el “Billie Jean” de Michael Jackson suena a Verano 11 Más Jazz/ 77 DISCOS Discos okV'11 DISCOS Discos okV'11 8/6/11 00:40 Página 78 nuevo en la voz juvenil y seductora de la solista (con un estupendo respaldo rítmico-armónico del bajista), “Moon over Bourbon Street”, de Sting, recibe de la guitarra y la trompeta con sordina un desenfadado toque “retro” que recuerda al grupo Pink Martini, “You got it”, de Roy Orbison, nos llega desprovisto de su denso arropamiento original y enunciado con suavidad y encanto, y el añejo “Quando, quando, quando” (recientemente rescatado por Michael Bublé) tiene un tono melancólico y ensoñador que le encaja perfectamente. El enfoque no es en absoluto atrevido (los arreglos no afectan a la estructura de las canciones, se trata de adaptaciones bien hechas que no pretenden salirse del territorio “pop”) pero en todas estas versiones (con excepción de un “You’re in my heart”, de Rod Stewart, tan liviano que nos hace añorar la fuerza vibrante del original) encontramos, una vez asumida su ausencia de pretensiones, un tino y una gracia realmente infrecuentes en estos territorios musicales. Lástima que lo otra mitad de la sesión sea, como hemos dicho anteriormente, de una inanidad difícilmente soportable. Quizás sea Jane Monheit la cantante que mejor encarne la corriente “light” que predomina de forma apabullante en el panorama del Jazz vocal actual. Se trata de una intérprete de estupendas facultades que cuando intenta abordar temas de cierta enjundia nos deja siempre con la impresión de estar cantando muy bien sin decir nada. En este “Home” nos ofrece una cuidada selección de “standards” de compositores tan sobresalientes como Richard Rodgers, Irving Berlin, Jerome Kern, Harold Arlen o Duke Ellington, un programa sin duda ambicioso en el que se aprecian bien sus cualidades y limitaciones: sabe acometer de manera encantadora los temas rápidos como “A shine on your shoes”, de Schwartz y Dietz, o “Everything I’ve got”, de Rodgers, pero su voz ágil, bien afinada, fresca y capaz de atacar sin apuros las regiones agudas del pentagrama resbala lamentablemente por la superficie de canciones como “There’s a small hotel” o “All too soon”, en las que la expresión de lo esencial no depende tanto de las cualidades vocales del intérprete cuanto de su capacidad de comunicar, de llegar al corazón del oyente. No escuchamos nunca un matiz que parezca brotar del sentimiento, se diría que las letras no pasan de ser el soporte silábico de las notas, y esa ausencia permanente de emoción y sorpresa convierte las versiones de Monheit en un puro entretenimiento fugaz. nos su faceta como compositor. El presente trabajo muestra ante todo una música completamente original, madura, profunda, altamente elaborada a nivel musical y armónico, tanto en el conjunto de la sección rítmica como en la parcela de las aportaciones solistas de los músicos, y todo ello a base de melodías subyugantes y arreglos pulidos. La base musical de Tea Time se encuentra en la formación de trio con la cual llevó a cabo su primera grabación discográfica, pero ahora con el añadido del exquisito pianista Sergi Sirvent. Configurado el cuarteto como punto de partida, muchas de las composiciones ostentan pequeñas unidades musicales independientes y autónomas (ya sea en trío o en dúo), lo que va a dotar a la grabación de unas sonoridades y unos registros bien contrastados y heterogéneos, lo que producirá diferentes velocidades tanto interpretativas como sonoras, proporcionando como resultado una música rica, cambiante y muy dinámica. Causante de todo ello es el piano de Sergi Sirvent, en determinado momento lírico o en otros rítmico, demostrando ser el complemento perfecto no solo de la formación sino muy especialmente del líder. Serra se presenta como un músico con un discurso reflexivo, como en los temas “Interludi” o “Isn´t It A Lovely Evening, My Dear?”, explorador en “Appointment At Five” o “Delicious Scones”, o sensualmente baladista como en el tema “Please Do Come In”. Todo ello se encuentra apuntalado por una sección rítmica solvente, y resolutiva a cargo de Rai Ferrer al contrabajo y Xavier Maureta a la batería. El resultado de todo ello es un proyecto musical concebido a base de un paralelismo conceptual con la bebida del te, lo que provoca toda una infusión musical y una reflexión que queda perfectamente palpable no sólo en la música que se despliega, sino también en los títulos de los temas que conforman el compacto. Sin duda alguna un excelente trabajo. Juan Carlos Abelenda Houston Person: Moment to Moment Houston Person, saxo tenor, Terrell Stafford, trompeta, John Di Martino, piano, Randy Johnston, guitarra, Ray Drummond, contrabajo, Willie Jones III, batería High Note 72 17 **** José Armenta Martí Serra: Tea Time Martí Serra (st y ss), Sergi Sirvent (p), Rai Ferrer (cb) y Xavi Maureta (bat). Nómada 57, 2009 **** L a segunda grabación como líder del saxofonista catalán Martí Serra ha venido a confirmar la gran valía como músico que es, a corroborar la estupenda impresión que provocó su anterior grabación (Alguns Moments Bons, Fresh Sound New Talent, 2008), y así mismo a redescubrir- 78/ Más Jazz Verano 11 E ste es un disco perfecto. Houston Person ofrece en él su dieta única de baladazos, blues y mainstream elegante con una rodaja de soul, al que añade un ya habitual detalle brasileño. Su tono grande, grave, mullido, posee cercanía, falta de artificiosidad y autoridad a raudales. Más aún cuando interpreta con una calmosa pero lujuriante dicción sin malgastar una nota, una inflexión. En sus compañeros no hay exhibición técnica pasada de dosis, por más que sean de una gran brillantez y sonido -mucho pero mucho, el del toque exultante de Terrell Stafford - , todo esta al servicio de interpretaciones que equilibran expresividad y proporciones. La banda, señalemos, varía de tamaño así lo pida el tema. La dedicación de Person se extiende a la pro- 8/6/11 00:41 Página 79 ducción de sus discos, y el sonido, en manos de Rudy van Gelder, es de un acabado impoluto, también de una gran carnosidad. El repertorio que escoge raramente flaquea, pero hay piezas tan logradas – Bleeker Street, un tema con un caluroso riff a la medida de un trío con órgano, un parsimonioso I Cover The Waterfront y el tema título, ambos a ritmo de paseo, o un acariciante Love Don't Make me Wait– que mueven a relativizar el prosaismo de Just The Way You Are o alguna inofensiva obviedad. Person hace lo que mejor sabe sin otra profusión que la de un exquisito mimo y el tino de la exacta proporción de sus ingredientes. Moment to Momen es un disco de ingredientes conocidos, ofrecidos en su punto, nada hará que se le acelere el pulso pero sí entregarse a sus placeres en una invitación repetida a su escucha. Ángel Gómez Aparicio Gerald Cleaver: Uncle June Gerald Cleaver (bat, perc, voz), Andrew Bishop (fl, ss, b-cl, st), Tony Malaby (ss, st), Craig Taborn (p), Drew Gress (cb), Mat Maneri (viola), Ryan MacStaller (g), Andy Taub (banjo), Jean Carla Rodea y John Cleaver. FSNT 375 **** Aerophone: Aerophone Yoann Loustalot (trp, flgh), Blaise Chevallier (cb) y Emile Saubole (bat) FSNT 375 ** Iragabon/Neff/Fox/Ritchie/Wyatt: Here Be Dragons Jon Iragabon (st), Andrew Neff (sa), Danny Fox (p), Scott Ritchie (cb) y Alex Wyatt (bat). FSNT 378 *** RESEÑAS DE CLEAN FEED RECORDS Sergi Sirvent: El Pes de les Balances Piano Solo. Sergi Sirvent (p). 2 CD, FSNT 379 Nathaniel Smith: Quartet Nathaniel Smith (bat), Jon Irabagon (sax), Mark Anderson (cb), Jostein Gulbrandsen (g) FSNT 371 Matteo Sabattini MSNYQ: Dawning Matteo Sabattini (sa), Mike Moreno (g), Lage Lund (g), Kristjan Randalu (p), Matt Clohesy (cb) y Obed Calvaire (bat) FSNT 380 **** **** **** Verano 09 Más Jazz/ 79 DISCOS Discos okV'11 Discos okV'11 8/6/11 00:41 Página 80 Rafal Sarnecki: The Madonna Rambles Again Rafael Sarnecki (g), Lucas Pino (st y fl), Jerzy Malek (tr), Pawel Kaczmarczyk (p), Wojciech Pulcyn (cb), Lucas Zyta (bat y perc), Pawel Dobrowolski (bat) y José Manuel Ablan Juarez (perc). FSNT 381 DISCOS ** Javier Moreno: Brisa Javier Moreno (cb), George Dulin (p y Fender Rhodes), Tony Moreno (bat). Invitado especial: George Garzone (ss y st). FSNT 382 *** N ATHANIEL SMITH, Quartet (FSNT 371) es la primera grabación del saxofonista norteamericano, conformado en cuarteto y basado por completo en composiciones originales tanto del propio baterista como del guitarrista. Esta grabación cuenta con la aportación musical del excelente saxo de Jon Irabagon (conocido por su pertenencia al grupo Mostly Other People Do the Killing y ganador en el 2008 del prestigioso concurso Thelonious Monk International Jazz Competition). La música de Smith así como su baterista se basan en un lenguaje extremadamente moderno que es secundado a la perfección por un estupendo Jon Irabagon, siempre exuberante y bullicioso en su instrumento, así como un muy interesante Gulbrandsen con unas aportaciones incisivas que dotan de una excelente sonoridad al grupo. Todo ello proporciona una sesión con excelentes momentos de improvisación y musicalidad, refrendado por todos los componentes del grupo. GERALD CLEAVER, Uncle June (FSNT 375). El último trabajo como líder del baterista de Detroit pero afincado en Nueva York, es una grabación conceptual (la emigración de su familia como leit motiv) tremendamente ambiciosa y experimental. Con una formación en sexteto, la música que desprende el grupo es densa, abstracta y poliédrica a lo largo de toda la grabación, ello hace que en muchos temas la música se despliegue en un sin fin de direcciones y que cohabiten conceptos y acepciones musicales tan diferentes como la libertad expresiva, la melodía o la estructura formal, entremezclados con concepciones poéticas y líricas baladas. Todo ello proviene de secciones con pianos eléctricos, de atmósferas cargadas de tensión musical, pasajes muy abstractos en diversos niveles interpretativos, o de sonoridades que juegan tanto con el tono como el timbre de los instrumentos. Ante todo este caldo de cultivo musical, instrumentistas como Tony Malaby (excelente su sonoridad), Craig Taborn (piano profundo y arriesgado) o Mat Maneri (aportaciones excelentes) se mueven a la perfección a lo largo de toda la grabación, y en donde la contraposición y pugna de estilos musicales bien diferentes hacen de la misma su punto fuerte. Un disco realmente muy bueno. AERPOHONE, Aerophone (FSNT 377). El “aerophone” es un instrumento de viento cuyo sonido es producido por las 80/ Más Jazz Verano 11 vibraciones de una columna de aire procedentes de soplar. La presente grabación se encuentra conformada en un formato de trio un tanto peculiar (trompeta, contrabajo y batería). Las composiciones en su mayoría originales presentan ciertas sonoridades ajenas al jazz, lo que otorga al proyecto un carácter muy abierto que junto con elementos jazzísticos confieren un lirismo y una sonoridad difícil de catalogar. En muchos momentos el planteamiento musical resulta ser cansino, de monotonía y pesadez a lo largo de toda la grabación, lo que lastra la grabación en muchos momentos. IRAGABON/NEFF/FOX/RITCHIE/WYATT, Here Be Dragons (FSNT 378). Interesante y atractiva la propuesta co-liderada por el saxofonista Jon Irabagon. Partiendo de un planteamiento moderno (post-bop) y de temas completamente originales de todos los miembros de la formación, la música que es desarrollada resulta en muchos momentos vigorosa, consecuencia de la batalla dialéctica del saxo tenor de Irabagon y del saxo alto de Andrew Neff como en los temas, “Wrong Door”, “Albosis”, “Trudge” o “Distilled Hope”, así como las aguerridas aportaciones del pianista Danny Cox a lo largo de todo el compacto, como en el tema “Surge”, y todo ello compensado por las meritorias y acertadas aportaciones de la sección rítmica. La cohesión como grupo es perfectamente perceptible en todo momento lo que provoca una música contagiosa, fresca y altamente disfrutable en todo momento. Una estupenda grabación. SERGI SIRVENT, El Pes de les Balances (FSNT 379). Sugestivo y ambicioso trabajo el que nos propone el pianista catalán Sergi Sirvent. Ambicioso en el sentido de conformar una grabación en solitario y constituido por un primer compacto a base de música completamente escrita (como la suite de cuatro movimientos que da lugar al disco) o piezas escritas con ciertas dosis de libertad interpretativas pero que forman o que son parte de esa misma música escrita, y un segundo compacto a base de composiciones completamente improvisadas. El reto de combinar música pautada y música improvisada ha sido uno de los motores interpretativos a lo largo de la historia del jazz, y en este caso concreto el desafío de Sirvent. Hacer que la balanza de ambas concepciones suene fresca e intuitiva es posible, con un primer cedé conformado a base de piezas con ciertas dosis de modernidad, elementos minimalistas, silencios, ostinatos y momentos reflexivos, y un segundo cedé, que es la cara contraria de una misma moneda, composiciones totalmente improvisadas, y que sirve para comprobar un registro musical bien diferente del pianista. El final de la escucha de este trabajo planteará a más de un aficionado la posibilidad que la música escrita suene y tenga convicción de música improvisada o que la música improvisada tenga entidad y calidad de música pauta en el momento concreto de su creación (la llamada creación instantánea). Un trabajo realmente atractivo y fascinante. MATTEO SABATTINI, MSNYQ, Dawning (FSNT 380). Saxofonista italiano emigrado a Nueva York, su primer trabajo para Fresh Sound refleja a la perfección el lema de la discográfica, al presentar un proyecto con un sonido sugestivo, 8/6/11 00:41 Página 81 fresco e innovador. Apoyándose en una fuerte tradición musical, en elaboradas y modernas composiciones (muy especialmente a nivel armónico), desafiantes exploraciones rítmicas fundamentadas en un audaz concepto polirítmico y armónico, Sabattini ofrece una música muy elaborada a diversos niveles interpretativos y en donde la propia sección rítmica es gran protagonista y responsable del fuerte sentido musical de toda la grabación. La sección que acompaña al líder se encuentra en una estupenda forma interpretativa, apuntar al guitarrista Mike Moreno (abierto y muy dinámico), al pianista Kristjan Randalu y el baterista Obed Calvaire (excelente en el control dinámico de los temas). RAFAL SARNECKI, The Madman Rambles Again (FSNT 381). Interesante aunque un tanto errático y deslavazado el nuevo trabajo del guitarrista polaco Sarnecki. La grabación basada en su mayoría en temas originales presenta ideas y planteamientos muy modernos, basadas principalmente en la escuela proveniente de Kurt Rosenwinkel y otros seguidores. La música que se interpreta es de fácil asimilación, muy melódica con un componente actual en su planteamiento y en un estilo mainstream aderezado con algunas influencias latinas. JAVIER MORENO, Brisa (FSNT 382). Brisa supone la primera grabación como líder del contrabajista nacido en Madrid pero afincado musicalmente en Nueva York. El presente trabajo se encuentra conformado al completo por temas originales de Javier Moreno, con una música en determinados momentos muy abierta en donde triunfa un sinfín de texturas y de sonoridades, como en los temas “Igor´s Doubt” o “The Motion”; a esta libertad sonora contribuye el siempre arriesgado y palpitante saxo de George Garzone y muy particularmente el brillante, creativo y por momentos irreverente piano de George Dulin. Como contraposición también es posible escuchar composiciones cargadas de emotividad y lirismo como “Whyte and Whyte” que nos permiten comprobar un registro musical bien diferente. La parte negativa de la grabación proviene del excesivo protagonismo del propio líder en muchos momentos, un exceso interpretativo innecesario para la calibrar la gran valía de este músico y compositor, lo que no por ello hace desmerecer la escucha de este atrayente proyecto. más que lo que un destello momentáneo. Lo que no calculó fue la dedicación que ello implicaba, y más de una década después, tras numerosos ensayos de prueba y error, con la inspirada incorporación de dos guitarras al formato, he aquí The Music of Paul Motian. Harrison tiene el tipo de pensamiento apropiado para álbumes que circulan alrededor de una idea, previamente lo hizo con el country, George Harrison o el jazz rock, pero aquí todo sobrepasa las expectativas que estos discos pudiesen haber alimentado: una instrumentación exigente empleada con variedad, la diversidad de arreglos que extraen al máximo desde unísonos a la fragmentación, y un empaste de grupo de gran altura. Por breve que sea algún corte, nada aquí es tentativo, todos son ideas desarrolladas, desde las de naturaleza más lírica (Etude) al material más arisco de Motian (Split Decission). En ello hay mucho del tipo de pensamiento de un compositor entrando en el corpus del de otro, algo que revela también cuanto trabajo se ha tomado Harrison en introducir zonas de improvisación, porque este no es un proyecto camerístico de escritura, y Christian Howes y Matt Maneri se sueltan con ganas esquivando todo el apelmazamiento que uno pueda guardar como prejuicio al formato. Es difícil sustraerse a la belleza oriental de It Should Have Happened Long ago, a la viola de Maneri en From Time to Time, a la melancolía sombría de Mode IV, al movimiento de cuerdas de The Owl of Cranston, o al arreglo del todo inusual de Misterioso de Monk. Ocasionalmente hay algún momento más abstruso, en el centro del álbum, pero por lo demás este es un disco intachable, una de las grandes sorpresas del año, de un músico que desde su postura de librepensador no se pliega a ninguna línea de pensamiento y sigue haciendo preguntas cada vez más interesantes. Ángel Gómez Aparicio Out Note Records, Jazz and The City Series Bill Carrothers: Excelsior Kenny Werner: New-York Love Songs Kenny Werner: Memories Of Paris Juan Carlos Abelenda **** Joel Harrison String Choir: The Music of Paul Motian Christian Howes, violín, Sam Bardfeld, violín, Mat Maneri, viola, Peter Ugrin, viola, Dana Leong, violincello, Joel Harrison, Liberty Ellman, guitarras. Sunnyside * * * * y 1/2 J oel Harrison le confió a Ed Schuller en un momento cándido lo bien que en su opinión podría sonar la inusual música de Paul Motian en cuarteto de cuerdas. Era una intuición, pero era de esas que sirve de chispa que alumbra J ean-Jacques Pussiau es un viejo conocido de los amantes del jazz más moderno y con menos corsés. En los ochenta dirigió su sello OWL a terrenos muy innovadores, y ya entonces demostró un gusto por propuestas temáticas a los más diversos artistas, con resultados notables. En esta nueva aventura repite esa estrategia en algunos de sus discos, con los pianistas Kenny Werner y Bill Carrothers describiendo sus ciudades (Nueva York y Excelsior, Minnesota, respectivamente), y Eric Watson haciendo lo propio con su querida ciudad de adopción, París. Verano 11 Más Jazz /81 DISCOS Discos okV'11 DISCOS Discos okV'11 8/6/11 00:41 Página 82 Las dieciséis composiciones propias con las que Carrothers describe su ciudad son en realidad improvisaciones sobre unas vagas ideas que el pianista llevó al estudio para la ocasión. Aún así, su música es única, como lo es esa visión de la historia tan atractiva que aparece en otros de sus proyectos, como el de las canciones de la guerra civil en su país, o el dedicado a la primera guerra mundial. A partir del lenguaje que tantos otros pianistas desarrollan sobre las maneras de Evans, Bley y Jarrett, con toques de toda la historia del piano, el que él ha alcanzado es de lo más personal. En su música hay una extraña mezcla de romanticismo y la estética casi victoriana y recargada que intenta recrear con una simplicidad y una sobriedad aplastantes. Su inspiración en esos y otros grandes maestros del jazz, pero también en los universos tan peculiares y distintos entre sí de Cage, Nancarrow, Messiaen o Dutilleux, genera una música bella y calmada, pero con un trasfondo realmente trágico, que convierte sus paisajes en algo similar a los de Rockwell. Las citas a este pintor en las notas de este gran disco no pueden ser más acertadas. Eric Watson es un pianista estilísticamente similar a Carrothers, y podríamos decir que a tantos otros músicos de la generación de éste. Curiosamente, es diez o quince años mayor que todos ellos, y ese punto intermedio entre los universos de Monk y Charles Ives en el que tantos jóvenes quieren situarse hoy día es el hábitat natural de este músico desde principios de los ochenta. Fue entonces uno de los primeros músicos en grabar para Pussiau, y aquí dedica nueve composiciones a nueve barrios representativos de la ciudad donde se estableció en aquel tiempo. Sus líricos temas, soberbios, empequeñecen a muchos pianistas que han venido después, y dan pie a que demuestre su categoría especial como intérprete lleno de recursos y de magia. Muy diferente a estos dos músicos originarios del medio oeste, Werner es un pianista post-bop ejemplar y el músico neoyorquino por excelencia. Aquí, sin embargo, se dedica por completo a su otro gran amor, el jazz modal post-Evans, y al final lo que produce es otro disco pausado, precioso y preciosista, que no resulta tan alejado de los de sus compañeros de sello. Una mano izquierda con una gran firmeza para los compings delata su relación con el bop más tradicional y enérgico, pero en general sus paisajes de la gran manzana se pueden encuadrar en ese estilo romántico y rítmicamente sobrio en el que tantos jóvenes trabajan hoy día. Además, en su música más reciente ha aparecido una melancolía generada en sentidas pérdidas familiares, que la hace diferente de lo que componía en los setenta, ochenta y noventa. Como resultado, este disco fascinante y complejo es el de un pensador, que sin duda tiene su ciudad en mente cuando toca sus ocho composiciones dedicadas a ocho de los múltiples rincones fascinantes de la gran ciudad, pero 82/ Más Jazz Verano 11 también reflexiona sobre toda una vida en el meollo de una música, el jazz, que es parte de su ADN, y del de su ciudad. Jorge López de Guereñu Ambrose Akinmusire: When the Heart Emerges Glistening Ambrose Akinmusire (tp), Walter Smith III (st), Gerald Clayton (p), Harish Raghavan (b), Justin Brown (bat) Blue Note 70620 ***** L a anticipación con que se esperaba When the Heart Emerges Glistening tenía causa. El segundo trabajo de Ambrose Akinmusire es un álbum de trompeta como no se escuchaba desde los trabajos inaugurales de Dave Douglas: increíble facilidad en todos los registros, una flexibilidad interválica envidiable, esprit de corps en una banda que suena como uno por más que Akinmusire sea la luz que los guíe, abundancia de ideas arriesgadas y justeza a la hora de encarnarlas, y una unidad de concepto como no se veía desde los discos iniciales, con su aire de manifiesto, de Stefon Harris y Jason Moran. El pianista coproduce con Akinmusire, y la música de éste posee un aire de independencia similar a la del pianista, a la vez de apegada a cierta tradición –imposible no escuchar el influjo de Clifford Brown y Booker Little en su voz– y formulaciones propias en un disco emocional y a la vez lleno de sofisticación intelectual. Hay un afán narrativo en las piezas de Akinmusire muchas de ellas de carácter introspectivo impulsadas hasta una explosiva exteriorización, como ocurre con la poderosa Confession to My Unborn Daughter, la dedicatoria a su madre Henya o el recitado de protesta de My Name is Oscar. Pero sobre todo brilla, el equilibrio de la forma en que Akinmusire y su banda moldean sus temas llenos de inesperados giros, desde un profundo dúo como Regret (No More), en el que la dicción del trompetista es sencillamente pasmosa, a episodios de gran libertad como The Walls of Lechuguilla, producto de una compenetración excepcional. Akinmusire y Smith se complementa a la perfección, Brown solea libremente mientras acompaña, y la mezcla de una ternura exenta de sentimentalismo con intensidad de toque del líder funde cualquier resistencia. When the Heart Emerges Glistening es un disco exultante de talento y compromiso que da expresión a la esperanza, porque si algo le separa de gran parte de la producción contemporánea es el de tratarse de un disco curativo, positivo, cuyo título deja de parecer ampuloso nada más termina de escucharse. Ángel Gómez Aparicio P/ Univ Valladolid 28/5/11 19:32 Página 4 P/Getxo 28/5/11 19:40 Página 4